Seda Alessandro Baricco

SEDA ALESSANDRO BARICCO Nadia Lucía Galaviz García Hervé Joncour luce maduro y de carácter refinado en la construcción l

Views 111 Downloads 0 File size 190KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

SEDA ALESSANDRO BARICCO Nadia Lucía Galaviz García Hervé Joncour luce maduro y de carácter refinado en la construcción literaria del personaje realizada por Alessandro Baricco, contiene un trasfondo de delicadez cuando nos dice “traslucía un aire femenino” en las primeras páginas de la novela perfilándolo como un hombre extraño pero al mismo tiempo enigmático, pues es un viajero conocedor de tierras lejanas, comerciante de un producto delicado, complicado negocio que requiere de habilidades especiales, conocimientos específicos sobre estos gusanos de seda. En la película, se extrañan algunos detalles que se recorren y se van presentando de una forma sutil en el libro, ya que es un un ritmo lento, permitiéndonos introducirnos en un ambiente sobrio, sin embargo, el actor Michael Pitt, es relegado a un segundo plano pues cobra mucha mayor importancia y misticismo la mujer oriental, interpretada por Koji Yakusho, quien aparece de manera introductoria entre neblina, rodeada de un ambiente natural, exaltando su piel, ojos, y demás características que se van perfilando como elementos casi mágicos, creando en el espectador una expectativa sobre ella. Al respecto de Hélène Joncour, esposa de Hervé, es introducida como una persona sencilla, amable, inmersos en un romance vivo. Se intercambian algunos aspectos físicos de la esposa de Hérve, ya que se le describe en el libro con una cabellera larga y negra, mientras que en la película su cabello es castaño claro y lo porta amarrado o peinado la mayor parte del tiempo. Es así como se conjunta una pareja de jóvenes enamorados, a diferencia de lo planteado en el libro, donde más bien son un matrimonio viviendo juntos, sin crear un apego sentimental, con una situación financiera despreocupada, lo cual brinda una sensación de lejanía y desentendimiento entre Hérve y Hélèna. El Hérve cinematográfico es mucho más inexperto, más joven, percibiéndolo mucho más frágil tanto en sus sentimientos como en sus pensamientos, razón tal vez por la cual se justifica de mejor manera la fascinación por la mujer japonesa, ya que el Hérve maduro y centrado resulta ser mucho más sorprendente que sea atraído por otra mujer.

Baldabiou se constituye como un ser extraño pero amigable al mismo tiempo, durante la película estos elementos se van enriqueciendo, dibujando en nuevas perspectivas a partir del libro, como un hombre de negocios que logra crear un suministro económico, más por suerte que por pericia, pero demuestra bien su saber sobre los gusanos de seda, así como los elementos de logística necesarios para lograr su cometido. En la novela, es mucho más recurrente hacer uso de “flashbacks” para presentarnos al personaje, pues su papel es más que fundamental sobre los viajes de Hérve, que justifican la trama de la historia, causando todavía más dudas sobre el origen del señor; en cambio, en la película, se presenta como el hombre que instruye a Hérve sobre sus negociaciones, y se le presenta a el mismo como un forastero el cual es recibido con reservas por el alcalde y el pueblo, pero sin rechazarlo totalmente. Aquí, la historia en la película, es narrada en los tiempos de juventud de Hérve, a los 24 años (según datos de Baricco), mientras que en el libro se habla de un Hérve de 32 años, hablando aquí de diferentes tiempos espaciales ayudándonos a conocer el inicio de sus aventuras, y avanzando a lo largo de la película a pasos agigantados sobre la evolución de sus conocimientos sobre los gusanos de seda, dando mayor continuidad narrativa y orden cronológico de los hechos. De hecho, los viajes son mucho más sencillos de visualizar pues comienzan en África y culminan en Japón, a razón de la plaga suscitada en el mundo. Durante los planos que se siguen destacando en la película, está un plano cerrado de la japonesa hacia sus ojos, causando mayor expectativa sobre lo siguiente a suceder entre el protagonista y esta mujer, ya que se presenta desde el primer instante cuando parte a Japón, inmediatamente después de despedirse de Hélène, con mucho cariño y afección, lo cual es mucho más afectivo, en tanto que en la novela se ocupa mayor espacio y significación al momento en el que conoce a la japonesa, lo cual causa mucha mayor impacto y sorpresa, el momento de sensualidad descrito, que a diferencia de la película se da de una forma donde se nota solamente el ritual, y la mujer como parte del ambiente, perdiendo un poco la intimidad de la escritura, al presentarlo todo en planos muy abiertos y bien iluminados.

En la película, se elimina al hombre a quien acompaña la mujer, a quien solo se le resaltan partes claves de su cuerpo, en este caso sus ojos y labios, para insinuar una apatía entre Hérve y ella,

quien más bien entra al cuarto comenzando a servir

directamente el té, y no como originalmente se planteaba, que era servido por un sirviente casi imperceptible, destacando mucho más el ritual que realiza la mujer que la conexión espiritual entre ellos, la cual por cierto nisiqera le lana un gesto, ni le sonríe como se apunta en el libro, retrasando solo un poco su encuentro personal entre ambos. El Hara Kei aparece más como una amenaza personal, que como un personaje de imponencia autoritaria y de dominación como se muestra en la parte escrita donde se le describe como un hombre igualmente enigmático a la mujer; el Hara kei es más un amigo que se va abriendo como un confidente ante Hérve. En cuanto, a los ambientes es definitivamente mucho más cautivador conocer los escenarios de la historia, reconocer los vestuarios, y adentrarnos de mejor modo en el ambiente compartido entre Hélène y Hérve, a quienes se les percibe mucho más cercanos, en la récamara cuando ella comienza el diseño de su jardín, pareciendo ajeno lo que está aconteciendo en el mundo a causa de la guerra sin dejarnos dimensionar la situación politico-social en forma panóramica, cerrando el lente a mostrar cambios de escenarios. Una forma de percatarnos del tiempo transcurrido, se ha puesto como referencia el niño quien después se convierte en el ayudante de Hélène en el jardín, ahora ya como un muchacho. Hay una especie de empate entre ambos lenguajes cuando la japonesa le brinda un masaje con agua a Hérve, ya que la media luz transmite muy bien el momento intimo que compartieron y el momento cumbre, donde ambos quedan prendados, también por el hecho de existir una nota que da el siguiente paso. Para esta alturas del relato, hay una conexión más sensible con las relaciones amorosas que sostiene con ambas mujeres, provocando un dilema con el espectador, ya que hay más elementos develados de la japonesa, creando mayor empatía aún con Hélene, situación que no esta tan fuertemente presentado en la novela.

De hecho, es eliminado el romance entre Baldibiou y Hélena, quien se muestra, más fiel y al mismo tiemo cautelosa en los viajes de Hérve. Madame Blanché, es muy bien dibujada en los dos soportes, se percibe como una mujer fría, calculadora y nos deja ver a una japonesa reservada que conserva su ambiente cultural. Definitivamente, se destaca en la película los elementos carnales, y tangibles, como la muerte del muchacho que lo guía hasta el Hara Kei, en tanto que la novela se dedica a escrudiñar sobre los pensamientos, regresiones y reflexiones en torno a la creación de una relación basada en conexiones espirituales, un aspecto característico que recuerda muy bien a Japón, envuelto en un ambiente afrancesado, se da una introducción muy buena y sin mayores juicios, a lo oriental. Es más fácil, notar el decaimiento en la parte visual de los personajes conforme su propia relación se va deteriorando, con los mismos viajes de Hérve. En ambos casos, esta la sensación de prestarle mayor atención a la japonesa quien seduce a Hérve, pero en ambos finales se reivindica el lugar simbólico que ocupó en la trama el papel de Hélène, y en la propia vida de él. Esto se confirma cuando se revela el origen de la carta, en este caso la autora que se dirigía a su esposo. Al final, la construcción del jardín es una forma en la que el personaje trata de recuperar o conseguir calmar su conciencia por el engaño mental que ha sufrido. También, permanece la narración en primer persona en la novela, y una voz en off en la película, conservando el relato en forma de testimonio, manteniéndolo todo exactamente como un espectáculo leve, tranquilo y suave de una vida que había transcurrido entre una serie de fantasías, que parecían ficciones inventadas en la mente de Hérve que se fundían y que se explica muy bien en la escena donde Hélène ahora es la mujer que está entre el agua, hundiéndose en los recuerdos de un amor que no se pudo completar, aún en toda la magnificencia que es representada por el jardín majestuoso construido.