Rostros_ocultos-Resumen

Rostros ocultos por SGJC | buenastareas.com Liceo Franciscano Paz y Bien “Trabajo de Rostros Ocultos” Elaborado por: *

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Rostros ocultos por SGJC | buenastareas.com

Liceo Franciscano Paz y Bien

“Trabajo de Rostros Ocultos” Elaborado por: * Susan Lillieth Guillen López. Asignatura: * Lengua y Literatura. Profesor(a): * Sandra Matamoros. Nivel/Sección: * 10mo Grado “A” Lunes 13 de Agosto del 2012. Managua, Nicaragua. Introducción El presente trabajo está basado en una serie de aspectos generales sobre una obra literaria nicaragüense que se titula como: “Rostros Ocultos”; esta novela proviene de un hecho real, narraciones que marcaron la vida no solo del protagonista, sino tambien la vida de cada persona que el involucra en esta novela, que jamás pensó que llegaría a ser publicada. A diferencia de otros libros, en este no se menciona nombre ni apellido de nadie; solamente nombres de algún lugar público que se sitúa entre las calles de Managua, pero que no va a comprometer a ninguno de los personajes involucrados. Este informe tiene un desarrollo que ha sido elaborado con la siguiente estructura: Primeramente conocemos la vida del autor de esta novela, que es, Francisco Javier Bautista Lara, enseguida vamos enlazando con el contenido, y profundizamos acerca del origen de la obra, y haciendo la relación del título con la obra, determinamos tambien la estructura de la misma, y damos el tema general que aborda esta obra. Y no podemos hablar de la obra sino conocemos la obra, así que luego se nos presentara

en este trabajo, un argumento decada capítulo de esta obra, lo que luego nos permitirá poder caracterizar a los personajes principales. Captando el mensaje que en general nos brinda esta obra, señalamos algunos aspectos particulares del estilo que utiliza el actor. En este texto tambien encontramos muchas frases filosóficas, y con el propósito de mostrar y comentar algunas, las extraeremos del libro y las comentaremos aquí en este informe. Sin mas preámbulos, me complace presentarles el siguiente trabajo, que espero sea del agrado de su amabilísimo lector que lo ha tomado en sus manos con deseos de indagarse un poco más con los conocimientos que una humilde alumna desea compartirle a través de este informe.

Objetivos Objetivo General: * Elaborar un ensayo eficiente que abarque aspectos generales sobre una obra literaria nicaragüense, titulada: “Rostros Ocultos”. Objetivos Específicos: * Desarrollo mis conocimientos, habilidades y destrezas en el proceso de redacción de ensayos. * Escribo con ingenio y sensibilidad estética comentarios, a partir de la interpretación de una obra literaria. * Demuestro mi interés en conocer las obras de escritores nacionales, descubriendo los rasgos de identidad nacional. Desarrollo Biografía Francisco Javier Bautista Lara Nació en Managua, el 31 de Mayo de 1960, hijo de Publio Bautista Díaz y de María Rosa Lara Oviedo. Es el cuarto de una familia de diezhermanos. Estudió primaria en el Centro Escolar Salvador Mendieta, se bachilleró en el Instituto Pedagógico de Managua, La Salle, con excelencia académica. Obtuvo la licenciatura en Economía en la Universidad

Nacional Autónoma de Nicaragua graduándose con honores. Recibió en 1987 la Distinción Casimiro Sotelo-UNEN como mejor alumno de la Educación Superior. También realizó Especialidad en Políticas Macroeconómicas, postgrado y maestría en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Centroamericana, así como el Programa de Alta Gerencia en INCAE, Alajuela, Costa Rica. Fundador de la Policía Nacional de Nicaragua en Septiembre de 1979, desempeñó diferentes cargos hasta llegar a ser Subdirector General y Comisionado General entre 2001 y 2005. Realizó estudios especializados de policía en Bulgaria, España, Taiwán, Francia y Estados Unidos. Ha participado en diversos seminarios y conferencias sobre temas de violencia, policía, seguridad ciudadana y derechos humanos en países de América y Europa. Profesor de la Academia de Policía en cursos de Postgrado, así como conferencista en otras universidades nacionales, con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y consultor de diversas agencias de cooperación internacional (PNUD, GTZ, USAID). Recibió condecoración en Bolivia por sus aportes en los proyectos de reforma policial de ese país. Fue miembro de la Comisión Técnica de la Comisión de Seguridad deCentroamérica participando en la formulación de instrumentos jurídicos y la discusión de los temas de la seguridad democrática de 1993 a 2001. Coordinó el diagnóstico institucional y el Programa de Modernización y Desarrollo de la Policía Nacional de Nicaragua de 1999 a 2005. Ha escrito diversos artículos y ensayos para diarios y revistas nacionales y centroamericanas sobre temas literarios, histórico-sociales y de seguridad pública, publicando a la fecha seis libros:

Una vez que he hemos conocido un poco acerca de la vida del autor de esta novela, podemos continuar profundizando aspectos propios de ella. Iniciando por su origen, Francisco Javier nos dice que recibió este manuscrito sin fechas de manos de un apreciado Sacerdote que ejerce su apostolado en una Parroquia del Norte de Nicaragua, quien era amigo y compañero desde su juventud de la persona que escribió estos relatos, la cual durante su visitaba cuando él sufría una crisis de salud y enfermo se postraba en una cama, le dio sus hojas escritas, para que hiciera con ellas lo que creyera conveniente, decidiendo así, entregárselas a Francisco Javier quien considero publicarlas bajo tres condiciones: que omita su nombre y cualquier referencia que lo identifique; que se omitan todos los nombres de las personas que se mencionan, y la tercera, que no cambie el sentido ni el orden de lo escrito, limitándose a realizar la necesaria corrección ortográfica y sintáctica.La obra se titula “Rostros Ocultos”; título que contiene una estrecha relación con su contenido, ya que es una novela que la mayor parte de ella transcurre en un bus particular de Managua, donde encontramos “rostros” que por causas cotidianas siempre

se encuentran en el mismo bus a la misma hora (7 pm), y que cada rostro posee una situación que desconocemos pero que nos podemos imaginar sin asegurar nada, volviéndose así, “Rostros Ocultos”, que en Managua transcurriendo el mes de Noviembre del año 2005, se publica esta obra literaria. Francisco Javier, por conveniencia decide dividir esta obra como parte uno y parte dos, las que corresponden a los periodos diferentes de las convalecencias prolongadas que enfrento el atribulado autor en su propia búsqueda; quedando la obra estructurada de la siguiente manera: la Primera Parte con 15 largos capítulos, y la Segunda Parte con 7 capítulos. El tema general de la obra lo podemos argumentar con respecto a la convivencia de la gente que cotidianamente suele transportar el mismo bus urbano de Managua, casualmente con las mismas personas, a la misma hora, todos los días. Es lo que comúnmente suele suceder a diario en las calles de Managua, pero en este caso existe un hombre que tiene casi medio siglo, su profesión es ser contador, y ya lleva varios años en la misma empresa, por tanto opta por la misma rutina, que para su comodidad aunque sale a las 5, prefiere tomar el bus que lo lleva a su destino hasta las 7 pm, cuando los buses no están muy llenos y le da la oportunidad de visualizar e imaginarse muchas cosas acerca de la vida de cada pasajero que lo acompaña diariamente en el bus. En su libreta siempre anota los aspectos más importantes sobre alguien que le llame la atención; comúnmente prefiere ver primero a las mujeres y examinarlas totalmente, y si le llama mucho la atención toma el reto de conquistarlas de cualquier forma, pero pacientemente hasta lograr obtener lo que quiere. También se vuelve cercano y un tanto curioso con otras personas, tales como el “lector del foco”, que lo llama así por sus características rutinarias, el joven estudiante de las chucherías, la madre y su hijo autista, entre otros pasajeros que hace de sus vidas parte de la suya también. Para poder reconocer de una mejor manera todas las vivencias que ahora el escritor nos comparte a través de este libro, nos resulta conveniente argumentar cada capítulo, y es esto lo que veremos a continuación: PRIMERA PARTE: CAPITULO UNO En este capítulo ansía poder ver nuevamente a esa persona que cree que puede mostrarle el verdadero amor, la caracteriza como si estuviera tan enamorado de ella sin conocerla, y ella tal vez sin saber que él existe. Recordando entre otras cosas, se encuentra con aquel hombre como de 70 años, muy serio, y al cual en su memoria lo había registrado como el “lector del foco”, por su rutina tan exacta y aburrida de llevar siempre un periódico, encender un foco y leer artículos, que después de un tiempo, por la curiosidad que lo aturdía, se acercó un poco al señor y se dio cuenta que no era más que el segmento de los clasificados, lo que este hombre leía diariamente; un segmento poco interesante para leerlo diario, que lo hacía ignorar totalmente cualquier saludo o mirada de otro pasajero; el por qué? solo él lo sabe, sin

embargo no hacían falta las hipótesis. Cuando veía a ese Don Señor “lector del foco”, sentía como si ya lo conocía, sabia su forma de vestir, su habitó rutinario dentro del bus, la parada en la que se bajaba y en la que se subía, etcétera. CAPITULO DOS Durante un tiempo, en las 15 paradas que el viaja no volvía a ver entre las demás personas a aquella que actualmente le causaba un gran interés. Caracterizaba el tipo de persona que él ve bajar y subir del bus, entre las cuales mencionaba podrían ser estudiantes, maestras, entre otros que cansados terminan sus jornadas de diarias en un bus que os lleva a su destino. Tiene más de 20 años en su profesión de contador público, sin título, por no haber concluido con su tesis monográfica. Trabaja en una empresa desde hace 10 años, satisfecho con su salario y con sus compañeros laborales. Tiene dos auxiliares y una secretaria, los tres son jóvenes, dos mujeres y un hombre que es uno de auxiliares y con el que ha trabajo más tiempo (6 años), las otras relativamente nuevas pero eficientes. Trabaja desde las 8 am, pero como es madrugador a las 7:30 am ya está en la empresa, a las 12 toma una hora para almorzar en una comidería que queda enfrente, donde lo atiende siempre la misma persona que es la dueña, cocinera y encargada, tiene una ayudante que es bastante alegre. Allí comen muchos trabajadores de empresas aledañas, a algunos les da crédito con la condición de pagarle siempre a la quincena. A veces discuten si suben los precios, pero finalmente llegan a un acuerdo, cada quien a como le convenga. Todos los almuerzos son iguales, el bullicio, la gente, las pitaderas de los vehículos, etc. lo único que cambia era el servicio del plato, las pláticas, y en alguna que otra ocasión las discusiones tal vez porque les hizo mal la comida pero hablaron y la dueña no asumió la culpa al instante, pero luego tomo sus respectivas medidas para que eso no volviera a ocurrir y todos quedaron conformes. La cocinera sabia del problema de diabetes que el contador tenia, así que su plato de comida en algo cambiaba para poder cuidarse un poco. La dueña había estudiado administración de empresas, enviudó; y por la necesidad no ejerció su carrera, sino que hizo su propio negocio de cocina para así mantener a su madre enferma y a su hija que era la ayudante principal en el comedor, la cual estudiaba informática por las noches y los sábados en la universidad. CAPITULO TRES En este capítulo se caracteriza la vida de un trabajador dentro de una empresa, los círculos humanos que se forman, para bien o para mal, porque algunos te quieren o te aman a su manera, o te odian; pero sin embargo conviven todos juntos y cada día laboral evitan que sea aburrido y lo hacen alegre y placentero.

El auxiliar varón de 30 años era su principal apoyo, solo estudio 6 semestres de contabilidad pero era de excelente memoria y muy minucioso, era un joven refinado y por ello era punto de platica para algunos compañeros que les gusta el chisme. Alguna vez hubo discusiones por malos comentarios, pleitos que hasta mandaron a dos trabajadores una semana a su casa sin salario, y cuando regresaron a sus labores eran de nuevo amigos. El joven auxiliar vive con su madre, no continúa sus estudios para concluir su carrera porque no gana mucho, y al parecer mantiene a su madre, que padece de artritis, y una hermanita menor que estudia en la secundaria. llega temprano, viaja en bus por la mañana y por la tarde. La secretaria es una joven muy bonita, de 22 años, le dieron el trabajo sin tener experiencia, al final resulto ser muy eficiente en lo que hace porque aprende rápido. Al inicio los demás trabajadores inventaban cualquier excusa para poder verla y saludarla, al año anduvo con el encargado de compras, una mala opción, pero no hay que opinar porque igual es su vida, y nadie decide por ella. Su anterior trabajo era como enfermera, no ganaba muy y hasta pensó en trabajar como empleada doméstica, pero ahora como secretaria ganaba mucho mejor. Había algo que le incomodaba a su jefe, el contador, ella escuchaba música en la computadora todo el día y para él lo que eso no era musical, sin embargo no le decía nada, y para mejorar un poco la incómoda situación, le regaló unos audífonos, pero luego ya no escuchaba cuando la llamaban. La otra auxiliar contable, tiene 35 años, una señora casada con dos hijos, es muy callada y hace únicamente lo que le piden a como se lo piden, es buena registrando cuentas, tiene más de dos años en su trabajo, habla muy poco, solo lo necesario. Su marido, de vez en cuando, la trae a la oficina. Es un hombre cortés, supervisor de piso en un supermercado. Cuando él llega, ella se levanta y sale, dice adiós y punto. Alguna vez recibe una llamada por teléfono que la hace reír en algún momento, pero no entabla conversación. La secretaria le pasa la llamada. Por su gesto en el rostro y su tono de voz se sabe que es la misma persona, tal vez el mismo hombre. La secretaria ya sabe que llamadas pasar al contador, para los demás está en reunión o cualquier otra cosa puede inventar, esa es otra cosa que ella aprendió muy rápido y lo hace bien. CAPITULO CUATRO En la cabeza de uno se pueden dar muchos monólogos, diálogos con otros, preguntas con posibles respuestas que vienen de algún movimiento, de algún contacto, de la forma de vestir; y todo esto en un bus. La rutina del contador es tomar un taxi por la mañana, ya que todo lo que se vive en un bus, a esa hora es imposible vivirlo debido a la incomodidad; aun así en un taxi se da el acompañamiento entre pasajeros y taxistas, la escucha de algún programa radial, pero nada igual a la experiencia diaria del bus de las 7 pm. También es digno hablar de los conductores de buses, de aquellos que van muy rápido y,

otros que andan tranquilos. De repente un frenazo, o un mal movimiento, nada raro si van contra el tiempo. Los buses también lo podemos interpretar como unidades ambulatorias que lleva desgracias, todos esos rostros ocultos que luchan por una mejor vida. El contador ya conoce de cara algunos conductores del bus que toma diariamente a las 7 pm y los saludo siempre con un “buenas noches”. Entre ellos hay uno que es bastante alegre, siempre lleva en la radio una emisora que transmite solo canciones rancheras, las cuales va cantando en voz baja, y en caso de que su emisora preferida no esté, lleva un casete de canciones religiosas. Es el único que aparte del saludo de buenas noches, también le dice “cómo está usted señor contable”. Supo de su profesión en una noche que el bus iba vacío, y platicaron algunas cosas, entre ellas: que de joven era parrandero, hace unos años dejo el licor porque lo estaba matando, se hizo evangélico, que el bus no era propio y solo hacia un turno del mediodía a las 10 pm. Una parte del bus que se encontraba en mal estado tal vez origen de alguna protesta, le hizo recordar una que se había dado hace 5 meses y que lo hizo caminar diario a su trabajo durante tres días, algunos no iban a trabajar, pero él prefería caminar y no faltar. Este conductor, durante los 80, cuando aún vivía en el norte, tuvo una vida difícil que hasta le dejo cicatrices que hoy aún se le hacen notar, y ahora que la vida lo trajo a la capital es como conductor de bus que trabaja y no se queja porque aunque es muy cansado, es trabajo. Su bus, un bus amarillos de esos estadounidenses que allá ya no sirven más que para botarlos, aquí todavía son útiles; algunos se ve que eran escolares y traen frase de la vida o algunas bendiciones escritas en la parte de atrás. En periodos de campañas electorales los buses andan en las ventanas: banderas, caras y consignas de candidatos que jamás subirán a un bus, pero que en ellos se dan a conocer, para conseguir votos y una vez obtenidos, hacer con ellos lo que le parezca. CAPITULO CINCO Pensaba acerca de la costumbre, maña o quien sabe cómo podría llamarle a lo que a diario hacía en el bus urbano. Desde que empezó a trabajar en esa empresa prefería evitarse la incomodidad de tomar el bus a las 5, que es la hora en que finaliza su labores, porque a esa hora las paradas están muy llena por varias razones, los buses igual de llenos y el trafico fatal; por eso opto por una rutina que lo hacía esperar en su oficina desde las 5 hasta un poco antes de las 7 para poder tomar el bus, tiempo que ocupaba en la oficina leyendo algún documento y luego apagaba todo y caminaba unos metros hacia la bahía del bus. Cuando ya subía al bus observaba a todas las personas, y los días que no había alguien interesante al cual ver, esperaba que a las dos paradas después de la suya, subiera el “lector del foco” y observarlo haciéndose muchas preguntas sobre él. Solía subirse al bus también una señora de unos 40 años, con unos libros en su mano. Se le acercó un día y supo su nombre, que sonaba muy de profesora, y en efecto era

profesora de Español en un instituto público, dice que cada jornada la terminaba afónica, y por ello había dejado de tomar cosas heladas, se quejaba de sus alumnos que eran haraganes a la lectura. Alguna vez hablaron de algunas obras literarias, de las cuales ella leía comentarios en el periódico y los recortaba porque no tenía para comprarse su propio libro y leerla. En sus ojos notaba cierta tristeza o preocupación quizás; se veía sencilla trabajadora, poco delicada, no causo mucho interés al contador, por eso no le preguntaba nada para no incomodarla. En otra ocasión él le obsequió un libro, lo cual a ella la puso muy contenta porque con su sueldo jamás se lo podría comprar. Meses después le comento que ese libro le había servido de mucho para que sus alumnos practicaran reglas gramaticales, literarias, entre otras. También han compartido observaciones sobre otros pasajeros como el “lector del foco”, y aunque ella también intento hablarle era casi imposible oírle su voz. CAPITULO SEIS Entre otras curiosidades que el contador ha observado en el bus, nos cuenta que en ellos no solo suben personas, sino también animales, como es el caso de un perro callejero que se subía a la ruta para descansar un rato nada más, buscaba la comodidad que algunos pasajeros no le daban por pura desidia. Él no lo pateaba mientras el perro no lo lambiera, realmente era un pasivo perro que subía y bajaba en cualquier parada, sin molestar a nadie, y luego seguía su rumbo incierto. En los buses también sube gente discapacitada; una vez al contador le llamo la atención que subiera una persona que no tenía la capacidad de ver, se preguntaba muchas cosas sobre este tipo de personas entre ellas: ¿cómo sabrá donde tiene que bajar? tal vez contaba las paradas o quizás le decía a su vecino de asiento que le avisara cuando estuvieran en tal lugar, también notó que el conductor del bus no les cobran, buen gesto de solidaridad. Parte de su jornada, en los buses, se encuentran jóvenes. No siempre van solos, y aunque vayan solos, siempre se comportan inquietos. Muchas veces ellos le hacen ver al contador los cambios generacionales, llegando a la conclusión de que sus tiempos de juventud, no son iguales a los de ahora, su vida de contador es muy diferente ahora y a la vez es diferente a su vida, porque si hablamos de este hombre en su profesión y en el amor, son cosas muy distintas. Parece imposible que una persona suba a un bus en silla de rueda, pero con ayuda si es posible. Necesita de la solidaridad de otros, y al contador le parece extraño que ande solo, aunque a él nunca le faltan hipótesis para descubrirlo, finalmente le parece heroico ver a personas así en las calles; similar a lo heroico están los vendedores quienes también suben más de una vez al día a un bus particular para ofrecer sus productos, y bajan a la parada siguiente muchas veces sin pagar. Entre los trabajadores que toman un bus urbano, puede encontrarse algunas veces un

niño ejerciendo oficios como el de lustrador; en particular conoció a uno que se apodaba “Catrín” por su contextura, de cuerpo poco desarrollado, de vida muy difícil, y es lo menos que se puede esperar cuando su madre tiene dos hijos además de él, un padre albañil que trabaja cuando se puede, y para colmo se toma sus tragos; ¡Qué futuro tiene ese niño! A la hora que el contador transita en el bus, se dan muy pocos incidentes delictivos, ya que por cierto sentido común uno puede alejarse, si se percata de cualquier tipo de cosa rara que pueda suceder en un ambiente, que por la rutina, ya se vuelve conocido. CAPITULO SIETE Luego de dos o tres meses que el contador tenia trabajando en la misma empresa que le hizo cambiar su rutina, y empezar a tomar un bus a las 7 pm, se le hizo imposible dejar de observar a una pasajera muy bella, que no dejaba de llamarle la atención porque era alguien poco corriente, tenía mucha personalidad por su vestir, por su inquietud en el asiento, por su vista dirigida hacia la ventana; el contador imaginaba muchas cosas sobre que pensara, porque su alegría, ya que no se observaba alguna preocupación, más bien parecía estar teniendo éxito en su vida, quien sabe en qué profesión. Baja a la séptima parada después de la del contador, y este la mantiene viva en el recuerdo en todo el transcurso del tiempo hasta que retoma su nueva jornada diaria, o sea al siguiente día. Finalizando sus horas laborales esperaba ansioso que ya fueran las 7 pm y hasta salió unos minutos antes de su oficina para no perder tiempo. Estando ya en el bus esperaba poder encontrarla, y en efecto ella ya se encontraba en el bus. El asiento que estaba al lado de ella ya estaba ocupado, así que de esa forma no podría acercársele, entonces decidió bajar en la misma parada de ella. La encaminó un poco, haciendo casual el encuentro, pero ella se notaba muy cerrada por lo que él le resultaba un completo desconocido; después de unos metros le dijo buenas noches y le dio su nombre. En otras noches de encuentro en el bus, ella lo saludaba, decía buenas noches y su nombre, él le respondía igual, pero en vez de su nombre decía encantadora jovencita. El contador supo que ella subía al bus dos paradas antes de la suya y que trabajaba de cajera en una tienda de cosméticos, ropa y zapatos. En una ocasión le regaló una flor de azahar, y le dijo que su aroma era igual que el de esa flor. Otras noches dejo de verla, pero ya le había comprado un libro que deseaba regalarle apenas la viera de nuevo en el bus. La noche que tuvo la oportunidad de darle el libro, tomaron un café en un lugar cercano a la parada que ella acostumbraba bajarse; se conocieron más y él supo que ella era casada pero a su esposo lo veía cada quince días por cuestiones de trabajo, tenía un hijo de 4 años, vivía con su hermana mayor la cual le cuidaba a su hijo mientras ella trabajaba en el que ahora era su primer empleo, luego que saco su carrera de administración. Después de varias noches que compartieron dentro del bus, con saludos que ahora llevaban un beso en la mejía, el contador la invito a cenar, ya había más confianza entre

ellos y lo que dio lugar a un beso, le confirmaba que ya su conquista era irreversible. En una noche que la bella naturaleza anunciaba un gran aguacero, la invito a que bajaran a un lugar privado, ella respondió que no sabía, tenía temor a aceptar su propuesta, él le dijo que bajarían a la siguiente parada, la tomo de la mano y ella se dejó llevar, bajaron y llegaron pronto al lugar, donde ya en la intimidad era obvio lo que iba a pasar. Al día siguiente lo llamaron a la oficina, alguien que decía llamarse azahar. Ella le dio las gracias por lo sucedido aunque aún se sentía apenada; transcurría el tiempo con notitas en las que firmaban ella como “Azahar” y él como “Cortador de Azahares”. A él todavía le llamaba un poco la atención, pero como ya había logrado con ella su conquista, no había nada más que buscar en ella. CAPITULO OCHO En este capítulo, el contador se ha dado cuenta que muy poco ha hablado de él, frecuentemente caracteriza a otros, habla más de la vida de otros, que al final también forman parte de la suya. Una vida que años después de su nacimiento, sabría que la inicio en Nicaragua; donde después de varios años viajaría a un país vecino para poder encontrarse así mismo dentro de un seminario católico, en el cual dos años iniciales de teología y filosofía para aumentar su fe, que a final le aumento más bien las dudas. Su futuro no estaba en ese lugar, así que retorno a su país natal donde vivió las tragedias de la guerra que marcaron la historia de este país. Después continuo sus estudios de Contabilidad, los cuales yo había iniciado antes de ir al seminario, concluyo en tres años sus carreras, él no logro hacer la tesis que le exigían para obtener su título ya que la desidia y en parte el tiempo que le consumía ahora con su esposa y sus dos hijas. Ejerció su carrera como Contador Público en una empresa durante once años y luego lo despidieron por cuestiones políticas, paso un tiempo en la desesperación del desempleo. Meses después las tragedias siguieron, no fue un padre ni esposo ejemplar pero hacia el esfuerzo y lo hizo aún más estando al cuidado de sus hijas que quedaron sin su madre en la adolescencia. Lamentaba muchas cosas referentes a su esposa, pero a la vez pensaba en ¿Qué iba hacer ahora? Ya que le esperaba una gran cambio en su vida. CAPITULO NUEVE Reanudo su rutina diaria, en el bus urbano de las 7 pm, y empezó a divagar sobre las grandes diferencias que existen en la ciudad, como si fuera una ciudad dividida entre ricos y pobres, los que tienen y los que no, los que pueden y los que no pueden. Entre otras de sus varias conquistas dentro de su acostumbrado bus, encontró a una joven que le llamaba mucho la atención y que casualmente bajó en la misma parada de él, le expresó un comentario conforme al calor del clima y ella lo compartió de igual

manera, aceptando una invitación a tomar un refresco que era lo que él le ofrecía, pero luego entre tanta platica decidieron ir a tomar una cerveza a un bar, donde ella fue directa y le dijo que: ¿Qué quería realmente de ella? Que doscientos las dos horas; a él eso no le atraía para nada y le fue sincero diciéndole que de ella no esperaba nada, con su respuesta la mujer se molestó porque la hizo perder tiempo muy seguro, y salió muy enojada. Después de aquella situación no volvió a verla en el bus, aunque a veces sentía su olor, cosa que le recordaba a su lejano azahar entre sus sábanas. CAPITULO DIEZ En este capítulo reconoce que la vida no solo es la suma de las experiencias como podría suceder a él, que a diario vive una nueva experiencia en el bus urbano de Managua; pero que no solo ve como otros viven su vida, sino que también las hace parte de la suya. En los buses se encuentra todo tipo de gente, olores, vestimenta, diferentes estatus, ya que más de alguna vez llegan personas muy “delicadas” y los buses no son para gente así; porque los microbios nunca faltan, y menos en un bus que sube más de 500 personas diariamente. También varían las edades, los rostros, profesiones, entre otros aspectos que se pueden ver en cada persona. Entre todas esas personas había un joven en particular que le llamo la atención al contador. Era un muchacho alto, delgado, estudiante, posiblemente de 9no grado porque aparentaba no tener más de 15 años. Siempre subía con una mochila muy cargada, suponía el contador que quizás eran sus utensilios escolares, pero en una ocasión que al joven se le cayó su mochila, pude ver que era chucherías y platanitos lo que hacía el gran bulto. También en otras ocasiones le daba algún obsequio modesto que a él le agradaba mucho, y le compraba alguno de sus productos, ganancia, que daban para el sustento de su familia, que en otra noche tuvo la oportunidad de conocerla y de poder velar sus necesidades. Tiempo después el contador dejó de verlo, visitó su casa porque el día que fue anotó la dirección, estando en el sitio pregunto por la humilde familia, y vecinos de aquella ilegal aldea le comentaron que el dueño de la propiedad había corrido a toda esa gente que sin permiso habitaba en esa zona. CAPITULO ONCE Ciertamente en un bus se vive también alguno que otro suceso delictivo, entre ellos unos de los más aterrorizantes fue el de aquella noche en el que un hombre como de 22 años, subió al bus y empezó a ver a todos los pasajeros, cuando observo a una mujer con su bolso en mano y ciertas prendas, saco un cuchillo la amenazo mientras se paraba el bus, y luego salió corriendo con las cosas de la señora. Todos quedaron atónitos ante el

hecho, y luego de lo sucedido todos socorrieron a la mujer que habían asaltado, que obviamente era la que estaba más asustada. Tenían que hacer algo ante el hecho así que el señor contador se ofreció a llamar al distrito policial a la mañana siguiente, quienes al fin y al cabo no pudieron hacer nada, o más bien no quisieron atender el caso. En otra ocasión sucedió un accidente de tránsito, el bus dio un gran acelerón, que golpeó a un taxi que iba más adelante; tres horas después llegó la policía, pero antes de eso ya los dos conductores habían discutido demasiado, y luego solucionaron todo entre ellos dos, hasta empezaron a contar chistes; luego al señor policía el conductor del bus le dijo que él asumiría los gastos del accidente, porque realmente él tuvo la culpa, y terminando el policía de tránsito de anotar apuntes necesarios, participo también de los chistes que hasta al contador le dieron risa. Al contador le gustaba ver figuras legendarias, personas pasadas de los 60, y tuvo la oportunidad de conocer a un señor muy simpático, que por gusto propio viajaba en bus sin tener necesidad de usar este medio de transporte. Compartió con él en muchas ocasiones ideas filosóficas, comentarios acerca de algún libro, como el de uno que le regaló el contador, se volvieron amigos ya por tantas conversaciones, muy satisfactorias para él, porque este señor era muy conocedor de la vida. En los buses también ocurre algún pleito no muy frecuentemente, por muchas razones que podemos imaginarnos, la tensión, el clima, el simple deseo de desahogarse y no esperar llegar a su casa para hacerlo, y pleitos que son encausados por cosas insignificantes, algún pisotón, empujón, etc. CAPITULO DOCE De todas las personas que el contador ha podido conocer, aún guarda algunos buenos recuerdos, dudas, anhelos, etc. Tal vez una difícil conquista como le sucedió con una mujer como de 30 años, que coincidía con él en el bus, no era exactamente atractiva, pero le llamaba la atención. Vestía muy tapada y aunque él intentara entablar conversación, ella era muy difícil. Siempre andaba apresurada, tal vez no podía perder ni un minuto para llegar a su destino. El verla en tiempos de Navidad le recordó a su difícil niñez; pero sus deseos por conocerla y romper esas ataduras de ella, lo que lo llevó un día a seguirla hasta su destino. Vio que vivía en una casa modesta y alcanzo a escuchar unos gritos, lo que el contador dedujo que sería algún pleito con su marido. Otro día pidió permiso para salir más temprano y saber más de ella. No logro saber donde trabajaba, pero cuando la vio en la parada le dio en una tarjeta su nombre y su número, cosa que no aceptó, solo recibió su saludo y ella le dio su nombre; la invito a tomar una gaseosa y la aceptó pero solo para llevar.

Luego de varias pláticas entabladas logro convencerla para que pidiera un día a cuenta de vacaciones, para que salieran, ella aceptó. Fueron a Catarina, en el almuerzo ella le confesó su situación con su mirado, que era de puro maltrato, cosa que presenciaban sus hijos, y a veces hasta eran objeto de la violencia de su marido. Todo fue avanzando entre ellos, hasta que ella decidió pedir nuevamente otro día en el trabajo y poder salir con el contador. Ese día terminaron juntos en un motel, con pena ella se quitaba la ropa, luego de ciertas palabrerías, sucedió lo que se esperaba que ya iba a suceder. Como ya era la costumbre, luego de que él lograba su propósito, tenía que abandonar la situación, pero en este caso se sentía un poco comprometido. Ella seguía compartiendo con él sus difíciles historias familiares, él le ofreció ayuda. Pasado un tiempo ella se apareció en su oficina, porque ansiaba verlo. Él le expresó su molestia por ese hecho, y luego se dio cierta lejanía entre ellos, alguna llamada de vez en cuando, buenas noticias sobre su condición familiar ahora sin aquel hombre que le marcaba además de su vida su cuerpo. Se sintió satisfecho al saber que lo sucedido entre ellos abrió paso a una mejor vida para ella. CAPITULO TRECE En este capítulo el contador nos comentaba un poco sobre la miseria que deambula sobre las calles de Managua, esto porque en una de sus experiencias dentro del bus, conoció a una señora de más de 45 años, que siempre andaba con un niño. Le llamo la atención moralmente, sobre todo las actuaciones del niño, al cual en alguna ocasión, el le regaló algún dulce, su madre mostraba siempre un rostro agradecido, pero el niño se quedaba ido sin decir nada. Tuvo la oportunidad de comentar sobre la situación de esta señora y su niño, con aquella mujer que solía llamarlo a su oficina con cualquier oficio ano mimo, la cual en una ocasión le regaló una ropita a ese niño, ropa que era de sus hijos pero que ya no les quedaba. En una de las ocasiones que el contador le obsequio un dulce al niño, al bajar la señora y su hijo, le volvió a agradecer, le dijo su nombre y el del niño, además le dijo el mal de su hijo, que era el autismo. Luego esto fue tema de conversación al siguiente día, en el comedor frente a la empresa. Todos opinaron, hasta la cocinera. El contador pudo entender de qué se trataba aquel mal Tiempo después él ya entablaba conversación con esta señora que se veía cada noche muy cansada, y hablando con ella supo que su oficio era ser empleada en una residencial, sabía cuál era su rutina diaria, y de la cual hacia participe tambien al niño porque no tenía donde dejarlo. Tenía dos hijos más, era una humilde trabajadora, con muchos problemas y la preocupante enfermedad de su hijo. De alguna manera el contador le ayudo para que su niño pudiera estudiar en algún centro especial, esta ayuda también fue apoyada por aquella maestra que él conoció también en

ese medio de transporte; pero al final no se llegó a nada porque ello requería tiempo del cual no contaba esta mujer luchadora porque tenía un trabajo que atender para poder suplir las necesidades de su familia. Durante varias semanas no volvió a verla, y una vez que tuvo la oportunidad de verla, la encontró sola, sin nadie que la acompañara en el asiento de al lado, el contador se le acercó, y ella le dijo que su hijo había fallecido; él no le hizo preguntas, solo le dio un abrazo y la acompaño hasta su destino, donde cuando llegaron, le pudo contar como había sucedido el trágico hecho: hace cuatro semanas atrás, ella caminaba con su hijo de la mano, de pronto se le soltó, y un carro lo atropello, ella corrió hacia el muy desesperada lo llamaba a fritos, pero ya había fallecido. CAPITULOCATORCE Ya han pasado 10 años desde que su trabajo lo hizo optar por esta rutina que lo ha llevado a recorrer diariamente, varias calles de Managua, le han hecho conocer su capital. Puede compartirnos los lugares más reconocidos de esta ciudad, y también como a medida de lo que él ha vivido, han venido cambiando los nombres de ciertos lugares. Opina que para algún extranjero, o quizás alguien que nació aquí pero que la mayor parte de su vida la ha pasado fuera de su país, les es difícil ubicarse con un mapa que tenga los puntos más reconocidos de las calles de Managua, porque muchos lugares hoy en día ya no tienen la misma función que tenían antes, pero el nombre ya marca la historia de Managua y es así como queda registrado también en la memoria de sus pobladores. Sucesos que ya han pasado a la historia pero que él, los vivió en su adolescencia, como en tiempos del terremoto del 72, le recuerdan a algunos sucesos que le marcaron la vida como aquella joven que en una noche tan oscura, estando entre amigos, ella lo empezó a tocar y el comenzaba a sentir por primera vez, esas sensaciones que le causa una mujer a un hombre. Ella era un año mayor y mucho más experimentada en el asunto, que él. Esa noche experimento el sexo con ella, y después se dio cuenta de la diferencia que eso tenía con lo que se le dice “hacer el amor”. Continua hablando de su bella Managua, y de sus muchos pobladores que a diario abordan un bus urbano dela ciudad, aquellas jornadas de Campaña de elecciones en las que él prefería caminar, y que otros optaban mejor por quedarse en casa. Habla de aquellos lugares públicos en especial del Hospital en el que permaneció, y pudo saber lo que se vive dentro de un hospital, las limitaciones que les daban a los pacientes que para evitar morirse, ellos se las arreglaban porque aun siendo un lugar público, no contaban con todo lo necesario para asegurar la vida de los pacientes. CAPITULO QUINCE En esas tres semanas dentro de un hospital público, ha estado con sus dos hijas y, ha tenido la oportunidad de leer su libreta que le ha hecho recordar sus tantos sucesos vividos, direcciones, anotaciones varias como las compras de los domingos.

Lo que le recuerda a esos domingos de compra en el mercado, en ese ambiente tan bullicioso, con charcos por todos lados, galerones, puestos, competencias entre comerciantes por vender primero sus productos; él no dejaba que todas discutieran por eso así que a todas les compraba de todo un poco. En uno de esos días que permaneció en el hospital, escucho algunas oraciones de un Sacerdote, lo que le hizo recordar a Dios en ese momento de su vida. Luego se encontraba entablando un dialogo no sabe si con el mismo o con Dios, narraba mucho de sus hechos vividos, experiencias de suma importancia dentro de su vida, todo recapitulándose en casi veinte horas que paso dormido. Después de su recuperación, recibió varias llamadas, visitas de alguno que otro amigo, o curioso compañero laboral, a los cuales tenía que repetirle una y otra vez lo que le había ocurrido. Dedicó dos o tres días para ordenar sus estantes de libros. Encontró libros que los tiene desde la secundaria, otros obsequiados, otros que nunca leyó, varios que aparto y que dijo leería después; esta oportunidad de ordenar no podía desaprovecharla ya que en otra ocasión no lo haría. Su mal de diabetes lo tiene desde un poco antes de los cuarenta, le ha sido heredado por su abuela, y como no es cosa de cura, sino de adaptación; se le ha hecho difícil mantener rígidas dietas para un mayor cuido de su salud. Le falta ya como una semana para reanudar sus jornadas laborales, y su rutina cada noche en el bus. Se ha mantenido escribiendo cuando no tiene nada que hacer, pero extraña más hacerlo cuando se encuentra en el bus urbano, más cuando se siente entusiasmado por encontrarla, ella es alguien que ni siquiera el conoce, pero ya inunda sus pensamientos. Todo este tiempo, duerme pero a la vez no está durmiendo; sueña y dentro de un sueño vive otro sueño, tal vez todo a causa de los males que ahora lo acompañan después de los cuarenta. SEGUNDA PARTE: CAPITULO UNO Dos semanas después de que retomo su rutina diaria, no volvió a encontrarla, ella no estaba más allí en el bus. Por algún tiempo él estuvo cambiando de paradas para ver si la miraba, y en una noche su anhelado deseo se hizo realidad, la tuvo a pocos metros, el solo la veía, la examinaba, después de 10 minutos ella abordo su bus, él no hizo nada. Esa noche se le hizo larga pensando en ella; al día siguiente era sábado y su rutina era distinta, y tal vez la de ella también así que no lograría verla. La volvió a ver hasta el siguiente miércoles, la estudiaba completamente. Empezó a hacerle creer a ella, que el bajaba siempre en su misma parada, así aprovechaba la oportunidad de poder conocerla mientras caminaban un par de cuadras. Todo siguió igual durante varios meses, él siempre se hacía muchas preguntas que aún

no sabía sobre ella. En su onomástico ella le obsequio una tarjeta, que luego llevaría consigo mismo a todos lados. CAPITULO DOS Los años ya lo van desgastando y cada vez le es más difícil escribir en su libreta. En su mente pasan pensamientos como que ya le espera la muerte, piensa en los lugares donde yacen los difuntos, y menciona las flores que encima de varias tumbas florecen. Lo que le recuerda a una mujer que ocasionalmente se encontraba al salir del mercado, ella cargaba en su oreja una flor natural, él le ayudaba a cargar sus bolsas mientras se dirigía a tomar un bus, y el esperaba un taxi. No era difícil entablar conversación con ella; a veces le daba consejos sobre recetas domesticas que le ayudarían a tratar su diabetes. Supo que ella no sabía leer ni escribir, pero que nadie le ganaba con las cuentas, porque allí si era viva. Le conto que tenía 3 hijos, dos varones y una mujer que era la mayor, de 22 años, que trabajaba como maestra y que en algo ayudaba en la casa, su marido era obrero y hacia también otras cosas, pero no tena un trabajo fijo, su otro hijo de 17, solía vender en los semáforos diferentes productos para también poder aportar algo, y ella trabaja en alguna casa cuando se podía, lavando y planchando; “por lo menos comemos, así es la vida de pobres” decía ella; a pesar de su condición tenía un aspecto alegre y entusiasta. CAPITULO TRES En su vida ha venido dándole un lugar especial a un viejo amigo que le ofrece su amistad desinteresadamente; que lo ha venido iluminando con sus varios conocimientos por ser un experto en la vida. Abarcaban temas de todo tipo de literatura, política, historia, aspectos sociales, sobre algún suceso ilícito de algún vecino, hasta le conto una vez sobre una broma que un vecino joven le había hecho; todas estas pláticas las pasaban tomando algún café y trasnochándose de vez en cuando, que hasta la encargada alguna vez fue partícipe de sus conversaciones y les compartía tal vez algunas galletitas gratis. Ahora al contador lo inunda el sueño que provoca ya el cansancio de los años. No escribe el mismo número de horas ni de hojas a como lo hacía antes, su ritmo al escribir tampoco es el mismo; la edad y los males, sí que lo han cambiado. CAPITULO CUATRO Le resultaba difícil llevar la misma vida de antes en su casa, en su trabajo, en las calles; en su bus nocturno seguían las vivencias y entre ellas observaba que los conductores de buses no cobraban pasaje a los policías uniformados o soldados de verde, pensaba que eso era bueno porque al final ellos brindaban un servicio a la comunidad, pero no recibían una gran paga por ello; pero también agregaba que sería bueno que también a aquellas enfermeras, o maestras de institutos públicos, como la que él había conocido, no se les cobrara tampoco el pasaje porque llevaban una vida difícil con un bajo sueldo.

Subía también un joven de 25 años, que tenía ciertamente rasgos feministas, los cuales hasta hace tres años pudo enfrentar ante la sociedad. Su familia lo aceptó así, aunque al principio pensaron que sería una enfermedad, que tenían que hacerlo hombre enseñándole mañas demasiado machistas, luego por cuestiones religiosas dijeron que era un demonio; tuvo que evitar ir a la iglesia por un tiempo, porque no pudo soportar esa indiferencia. Ahora sobrevive con el rechazo y la aceptación de los que le rodean. También había una mujer bien madura que conservaba ciertos rasgos físicos muy bellos, el contador alguna vez le dijo un piropo para hacerla sentir bien, a lo que ella le pidió que le tuviera un poco de respeto; y luego en otros encuentros en el mismo bus, se le notaba una cara de disgusto. CAPITULO CINCO La encontró y le resultó definitivamente agradable, trabajaba en una tienda de cosméticos; estudiaba contabilidad y ya estaba en tercer año de la carrera, compartía la compañía que el contador le ofrecía dentro del bus, alguna vez le acepto una invitación a un refresco, el contador a veces le decía algún piropo, lo cual tomaba como en broma, ella reía y decía “licenciado no moleste, sea serio”. Él se ofreció a ayudarla si tenía dudas sobre algún tema en su carrera, lo cual ella alguna vez que necesitó de él, aceptó esa ayuda. El contador no sabía cómo hacer para que ella notara ese interés que el tenia por ella; hasta que después de dos semanas de no haberse encontrado, ella mostro un interés, y le dijo que lo había extrañado, que le agradaba su conversación y su simple compañía. La invitó a cenar, ella aceptó, y en ese encuentro hubo mucha química, contacto y nada de evasivas, así que todo estaba claro. La noche avanzaba y ella debía marcharse, le dijo si podían verse mañana al medio día, y ella aceptó de inmediato. Al día siguiente, a la hora planeada asistieron a un lugar privado. Conversaron un poco, ella recordó su origen que fue producto de una violación, y eso la llevó al llanto, se arrulló entre los brazos del contador, y después de un rato permitió que este moldeara su cuerpo con sus manos, en medio de la excitación, ocurrió la tragedia del contador, su masculinidad no reaccionó y permaneció inmóvil. Él sintió pena, pero ella se mostró comprensiva. Ahora uno de sus órganos no funcionaba igual, pero recuerda grandiosamente las veces que logro amar y pudo ser amado. CAPITULO SEIS Después de 26 meses vuelve a escribir, y expresa su decadente estado, sus dolencias, preocupaciones, deseos suicidas que más de una vez se le han cruzado por la mente, esta es su tercera crisis, y espera sea la última. Una de sus hijas viene de Costa Rica para estar con él, ella era la más expresiva de sus dos hijas, luego de alguna conversación ella se recostó sobre él, lo que lo hizo recordar cuando de niña, comúnmente en noches de lluvia, ella lo buscaba y se acurrucaba entre sus brazos.

Una grandiosa visita lo alegra y lo deja en un mejor estado de ánimo. Su amigo de la juventud, aquel seminarista que ahora era sacerdote, llega y luego de oraciones, alientos de vida, recuerdos alegres, una confesión que lo libera, etc. Se presenta aquel estudio en su conciencia, momentos de lucidez, diálogos que ve sobre su vida ya pasada, ahora le recuerdan el perdón, el habito que muchas veces no opto por hacer, de pedir disculpas sinceramente a quien merecía recibirlo. Todo eso lo lleva luego al recuerdo y a hacer una lista para ver a quienes logro perdonar y, aquellas situaciones que nunca perdonó o no le fueron perdonadas, o cuantos “gracias” no pudo decir. Escribe muy lento, y sus últimas hojas han sido escritas con una pesima letra. Realmente se ve a un paso de la muerte. CAPITULO SIETE Élya casi no tenia ánimo para escribir, pero recordaba cómo vivió sus últimas semanas en la empresa, y la gracia que tuvo de poder ver a su adorado tormento, y poder obsequiarle un sin número de pequeñeces, y lo que par a él seria inolvidable, era aquel detalle que ella le ofreció el día de su onomástico, era una tarjeta que decía de manera impresa: “Felicidades en tu onomástico”, y una línea manuscrita: “Para una persona tan amable y cariñosa, mis sinceros deseos de felicidad y salud”. Otro incidente tambien ocurrió en esa última semana en el trabajo, una joven llamo a la oficina, que daba una referencia como la hija del fulano; luego que dio varias características de ese fulano, supo que era aquel viejo y simpático amigo con el que pasaba horas y horas hablando diversos tipos de temas; ese señor había fallecido y la hija llamaba porque ese día seria la misa de un mes de fallecido, y lo estaba invitando porque por medio de una nota que su padre dejó en un libro, que era el que el contador le había regalado, dejo los datos de él; además el libro traía un sobre con el nombre del contador. Llegó a la misa y se le fue entregado el libro, fue un momento melancólico porque lo hacía recordar a su buen amigo. El sobre traía unos dibujos y mientras lo leía, supo que era aquella carta con la que un joven vecino le había hecho una broma con otra señora de la cuadra, historia de la cual se habían reído mucho.

Entre los personajes principales podemos caracterizar, primeramente al contador; Protagonista de toda la obra, trabajador como contador público en una empresa privada, edad que sobrepasa los 40 años, viudo, padre de dos hijas, abuelo de dos nietos, hombre curioso, conquistador, educado, filósofo. El señor “lector del foco”: Nombre que el contador decidió para registrarlo en su memoria por su gastada rutina, encender un foco, leer el periódico desde que se sentaba en el bus. Hombre como de 60 años, serio, recio, moreno, recatado, pelo cenizo y escaso, manos gruesa, callado. Azahar: Su nombre característico por su aroma. Era casada pero a su esposo lo veía cada quince días por cuestiones de trabajo, tenía un hijo de 4 años, vivía con su hermana

mayor la cual le cuidaba a su hijo mientras trabajaba de cajera en una tienda de cosméticos, ropa y zapatos, luego saco su carrera en administración de empresas. La maestra: Tenia más de 40 años, subía con libros, era muy sencilla, trabajadora como profesora de español en un instituto público, no era tan difícil entablar conversación con ella. El estudiante: Joven delgado, alto, estudiante posiblemente de 9no grado, aparenta tener menos de 15 años, humilde, trabajador a la vez, vende chucherías y platanitos verdes. La señora y el niño autista: Ella era empleada en una residencial, madre de tres hijos, de escasos recursos, con pocas posibilidades para atender el mal de su hijo. Conquistas: - La mujerde la vida fácil, doscientos por las dos horas, buena al cigarro y que tambien toma licor. – La que era maltratada y llamaba mucho al contador a su oficina diciendo que era de alguna clínica, madre y esposa de un hombre abusivo. – Trabajadora en una tienda de cosméticos, ropa y zapatos, estudiante del tercer año en Contabilidad. El viejo: Señor mayor de sesenta años, conocedor de la vida, amigo del contador, viajero de buses nocturnos para variar en su rutina diaria, ex-trabajador de aduanas, consejero. En esta novela de “Rostros Ocultos” el autor muestra aspectos de gran capacidad en la adaptación de cada escena, profundiza y confecciona de una forma tan comprensible y acertada por el lector, tiene matices ocultos que hacen intachable su redacción, gran manejo de lo desconocido dejándose llevar por lo imaginativo. El mensaje en general que puede transmitir esta obra, es que la vida hay que gozarla, vivirla al máximo, y darle la verdadera importancia a cada hecho, cada persona, cada sentimiento que profundiza en nuestra vida. Otro mensaje puede ser el que observemos la verdadera realidad de nuestra ciudad, la vivencia de la multitud a que a diario trata de sobrevivir andando de un lado a otro por medios de transporte como el bus urbano de Managua. Del texto puedo destacar estas frases filosóficas que fueron las que más me impactaron de toda la novela: * “La memoria no es el hecho ocurrido, es la transformación delmismo por el transcurso de otros hechos” (Cap. 1, pág. 4). Muchas veces nuestra mente no se llena solo de recuerdos vividos, nuestra memoria va mas allá de recordar solo los hechos ocurridos; tambien es la que conforme pasa el tiempo nos muestra ideas para poder alcanzar nuestros grandes deseos y aspiraciones; y es la que reanuda un mal recuerdo vivido, por nuevas sensaciones que cambian nuestros semblante y evaden esas tristezas por una gran alegría. * “Las locuras de uno no son las del otro, por mucho que digan que las entienden, solo uno es dueño de su locura” (Cap. 3, pág. 17). Cada acto que cometemos, por muy loco que pueda ser, es solo nuestro, es solo de quien lo vive, de quien lo hace y de nadie más. Otros no pueden decir que me entienden aunque les pase algo casi igual de alocado, porque cada quien vive sus actos, y no todos son igual de locos, finalmente cada uno es

distinto. * “El tiempo ahoga pero tambien lo cura todo” (Cap. 7, pág. 39). A veces sentimos que el tiempo va tan lento, pero siempre dura lo mismo. Podemos desesperarnos por sentir que el tiempo avanza muy poco, pero a la vez nos premia, porque el tiempo nos permite pensar, tomar la calma, sanar heridas que nos marcan la vida y nos causan dolor, construir un olvido, entre otras cosas. * “El olvido, en toda la amplitud de su significado, no existe” (Cap. 8. pág. 51). Simplemente la suma de tantos recuerdos, dejan fuera de la memoriapasajera y van quedando casi en el olvido, pero a la vez vivos porque marcaron fuertemente en la vida de quien los experimentó. * “La vida no es la simple suma de experiencias vividas” (Cap. 10, pág. 59). No es solamente el hecho que ocurre, sino lo que marca en nuestras vidas. La vida no está hecha solo de acciones, sino tambien de sentimientos; esas acciones son las que tocan nuestro corazón y nos marcan la vida, porque el sentimiento que produce queda en el corazón, pero el hecho que produce solo es un recuerdo, recuerdo que luego queda en el olvido. * “La fidelidad no es complicidad ni conveniencia, es compromiso, entrega, constancia y actitud consecuente” (Cap. 3, pág. 138). Esto prueba lo difícil que le parece la fidelidad, a un hombre! Ponen mil excusas para no cumplirla, pero al final los y las que acostumbran a ser infieles, saben lo que hay que hacer para poder dejar de serlos; -lo dicen pero no lo hacen-, eso se resume en que la infidelidad no s mas que la falta del control de sí mismos.

Conclusiones Con la exitosa elaboración de este trabajo me siento satisfecha, mas allá de haberlo

concluido, estoy muy contenta por todo el conocimiento adquirido, sobre todo porque este libro no se ha toco mi mente iluminándola con conocimientos grandiosos sino que tambien marco mi vida, en el punto que toda la filosofía tan real que este libro abarca, me hace poder ver a mimanera como llevar mi vida en un país así como en el que habito. Al inicio pensé que sería una obra más que tendría que leer por obligación, pero que no iba a llamarme la atención; ocurrió todo lo contrario, esta obra si me intereso mucho, realmente llama la atención tal vez porque me identifico con ciertas situaciones que este señor vivió dentro de un bus urbano, o quizás porque me anima a vivir ese tipo de experiencias, y tambien compartir la vida con los demás, haciendo que cada momento de mi vida no sea solo pasajero, sino perecedero, que lo disfrute, que lo goce, que lo viva. Me siento preparada para poder hablar y defender mi nota porque este trabajo lo he hecho mío, no lo hice simplemente para que la profesora lo revise, obtenga la nota y ya, porque yo se que mas allá del puntaje que tiene este trabajo, me viene un mayor reconocimiento que es el saber, lo que yo aprendí y que ahora se, gracias a este trabajo es lo que en un futuro me va a premiar de una mejor manera. En síntesis, me gusto mucho el libro, no muestro queja ante la elaboración de este tipo de trabajo, me encuentro ansiosa por compartirlo con mis compañeros, y grata de saber que tambien podre compartirlo con el mismísimo autor de esta obra. Espero poder tener nuevamente en mis manos obras que me hagan deleitarme con el exquisito sabor que verdaderamente tiene la lectura.

Bibliografía Obra: “Rostros ocultos” *Introducción * Contenido * Epílogo Webgrafía DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) www.bookmarksae.com.ar www.bookmarksaeautores.blogspot.com [email protected] www.bookmarksaelibros.blogspot.com www.bookmarksae.blogspot.com

Glosario * Itinerario: Ruta que se sigue para llegar a un lugar. * Expectantes: Que espera observando, o está a la mira de algo. * Cordura: Prudencia, buen seso, juicio. * Edictos: Mandato, decreto publicado con autoridad del príncipe o del magistrado. * Elucubra: Elaborar una divagación complicada y con apariencia de profundidad * Tosco: Grosero, sin pulimento ni labor. * Burocracia: Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios. * Etílico: Compuesto químico que resulta de la unión de dos moléculas de alcohol con pérdida de una molécula de agua. * Transistor: Semiconductor provisto de tres o más electrodos que sirve para rectificar y amplificar los impulsos eléctricos. Sustituye ventajosamente a las lámparas o tubos electrónicos por no requerir corriente de caldeo, por su tamaño pequeñísimo, por su robustez y por operar con voltajes pequeños y poder admitir corrientes relativamente intensas. * Iracundos: Propenso a la ira o poseído por ella. * Alero: Parte inferior del tejado, que sale fuera de la pared y sirve para desviar de ella las aguas llovedizas. *Imperceptibles: Que no se puede percibir * Boga: f. Mar. boga que se hace con la mayor fuerza y precipitación, y echando muy a proa las palas de los remos al meterlos en el agua. * Aflorar: Cerner la harina o cribar los cereales para obtener la flor (‖ lo más escogido). * Ostentación: Jactancia y vanagloria. * Brechas: Rotura o abertura irregular, especialmente en una pared o muralla * Meticuloso: Excesivamente puntual, escrupuloso, concienzudo * Pulcritud: Cualidad de pulcro * Inmutaba: Alterar o variar algo. * Herméticos: Que se cierra de tal modo que no deja pasar el aire u otros fluidos. * Intuitivo: Perteneciente o relativo a la intuición. * Estridente: Dicho de un sonido: Agudo, desapacible y chirriante. * Lacónicamente: Breve y concisamente, de manera lacónica. * Monólogos: Especie de obra dramática en que habla un solo personaje. * Bache: Hoyo en el pavimento de calles, carreteras o caminos, producido por el uso u otras causas. * Lacrimógenos: * Diurna: Perteneciente o relativo al día * Romería: Viaje o peregrinación, especialmente la que se hace por devoción a un santuario.

* Tenue: Delicado, delgado y débil. * Bramante: Hilo gordo o cordel muy delgado hecho de cáñamo. * Menesteres: Falta o necesidad de algo * Raídas: Dicho de una tela o de un vestido: Muy gastado por el uso, aunque no roto * Acongojada: Afectadopor una honda pesadumbre, angustia o padecimiento. Con una mirada acongojada nos lo comunicó todo. * Intermitente: Que se interrumpe o cesa y prosigue o se repite Que se interrumpe o cesa y prosigue o se repite * Ímpetus: Movimiento acelerado y violento. * Galopante: Que galopa. * Inmutable: No mudable, que no puede ni se puede cambiar. * Etéreos: Vago, sutil, vaporoso. * Vigor: Viveza o eficacia de las acciones en la ejecución de las cosas. * Euforia: Estado de ánimo propenso al optimismo * Atizaba: Remover el fuego o añadirle combustible para que arda más. * Devenir: Sobrevenir, suceder, acaecer. * Barricadas: Especie de parapeto que se hace, ya con barricas, ya con carruajes volcados, tablas, palos, piedras del pavimento, etc., usado para estorbar el paso al enemigo, más frecuentemente en las revueltas populares que en el arte militar. * Insurrecciones: Levantamiento, sublevación o rebelión de un pueblo, de una nación, etc. * Parapetados: Resguardar con parapetos u otra cosa que supla la falta de estos. * Lúgubres: Sombrío, profundamente triste. * Fisuras: Grieta que se produce en un objeto. * Hastió: Repugnancia a la comida. * Nimiedades: Pequeñez, insignificancia * Inmutable: Que no siente o no manifiesta alteración del ánimo. * Herejes: Persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión. * Mercantil: Perteneciente orelativo al mercader, a la mercancía o al comercio. * Áspera: Insuave al tacto, por tener la superficie desigual, como la piedra o madera no pulimentada, la tela grosera, etc. * Efímera: Que tiene la duración de un solo día. * Jerarquía: Gradación de personas, valores o dignidades. * Subsistencia: Conjunto de medios necesarios para el sustento de la vida humana. * Relegado: Apartar, posponer. Relegar al olvido algo. * Amenas: Grato, placentero, deleitable. Escritor ameno. Conversación amena. * Sucumbirán: Ceder, rendirse, someterse. * Entereza: Integridad, perfección, complemento. * Elocuente: Dicho de una persona: Que habla o escribe con elocuencia. * Monólogo: Recitar soliloquios o monólogos. * Erudito: Instruido en varias ciencias, artes y otras materias.

* Estragos: Ruina, daño, asolamiento. * Enclenque: Débil, enfermizo. * Inmundicia: Impureza, deshonestidad * Ornamentales: Perteneciente o relativo a la ornamentación o adorno. * Tersa: Limpio, claro, bruñido y resplandeciente. * Borregos: Cordero de uno a dos años. * Desmanes: Exceso, desorden, tropelía. * Erudiciones: Amplio conocimiento de los documentos relativos a una ciencia o arte. * Anales: Relaciones de sucesos por años. * Socavada: Debilitar algo o a alguien, especialmente en el aspecto moral. * Reumático: Que padece reuma. * Panfleto: Libelo difamatorio. * Inerte:Inactivo, ineficaz, incapaz de reacción. * Aleros: Parte inferior del tejado, que sale fuera de la pared y sirve para desviar de ella las aguas llovedizas. * Ripio: Cascajo o fragmentos de ladrillos, piedras y otros materiales de obra de albañilería desechados o quebrados, que se utiliza para rellenar huecos de paredes o pisos. * Adobe: Masa de barro mezclado a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al aire, que se emplea en la construcción de paredes o muros. * Esporádicos: Dicho de una cosa: Ocasional, sin ostensible enlace con antecedentes ni consiguientes. * Ineludible: Que no se puede eludir. * Especula: Efectuar operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios. * Sutura: Costura con que se reúnen los labios de una herida. * Bonanzas: Tiempo tranquilo o sereno en el mar. Entrevista * ¿De qué forma marco su vida esta obra? * ¿Por qué dedicarle esta obra únicamente a su madre? * ¿Cuál fue la impresión que tuvo cuando leyó estos escritos por primera vez? * ¿Estas narraciones le recordaron a un suceso que vivió anteriormente? * En general, explique: ¿Cómo cree usted que se le puede llamar al estilo de vida por la que opto ese hombre?

ANEXOS * FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA * PORTADA DEL LIBRO “ROSTROS OCULTOS”