Resumen Los Cuatro Acuerdos

Resumen Los Cuatro Acuerdos, Miguel Ruíz En esencia, vivimos en un gran sueño, un sueño de sociedad, de comunidad, de p

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Resumen Los Cuatro Acuerdos, Miguel Ruíz

En esencia, vivimos en un gran sueño, un sueño de sociedad, de comunidad, de planeta. Nuestros padres nos enseñan los métodos, las reglas de nuestra vida, como encajar en ella, de la misma forma que a ellos se lo enseñaron sus padres, y así hasta el origen. Asumimos las enseñanzas sin casi cuestión. Éste es el sueño, vivimos aquello que generalmente no escogimos, pero lo vivimos como si de realidad se tratara. Asumimos hasta tal punto, que en aquellos momentos que traspasamos el plano de la duda, de la cuestión, nuestro Juez (educado según el sueño) cae sobre la Víctima. Nosotros mismos llegamos al punto de auto-controlamos, nos auto-reprimimos para continuar dentro del camino. Se establecen así acuerdos en uno mismo, acuerdos que no se cuestionan, simplemente se siguen, porque son el mecanismo por los cuales todos estamos sumergidos en el sueño. Hay que romper ciertos de éstos dogmas para poder salirse, ser realmente uno mismo y vivir plenamente.

Primer acuerdo: Ser impecable con las palabras. Las palabras son armas de doble filo, hay que saber usarlas con razón. Depende cómo, algo dicho puede girarse hacia uno mismo, por eso, la cuestión es no caer en este error, no permitir que nuestras palabras den razones de actuar el Juez. Pero aún no se giren en contra, pueden actuar como armas hacia terceros, con lo que también es un error. Una vez asumido eso, podemos darnos cuenta que estamos libres del poder de las palabras de otras personas hacia nosotros. No daremos oportunidad al Juez, porque sabremos que las palabras son sólo palabras. Segundo acuerdo: No tomarse nada personalmente. No seamos egoístas, el mundo no gira a nuestro alrededor, tomarse las cosas a nivel personal, es pensar que somos el centro. Nada de lo que hacen los demás es por ti, lo hacen por ellos. Tomarse las cosa personalmente es cuestionar-se a uno mismo, pero no

deberíamos, debemos saber quienes somos y lo que el entorno parezca decirnos, nunca se fomentará en lo real de nosotros, porque sólo nosotros lo conocemos. Aun así, incluso uno mismo no se conoce perfectamente, por lo que tampoco debemos cogernos personalmente nada que surja de nuestro interior, no debemos dar alas a la Víctima, cuando el Juez actúa.

Tercer Acuerdo: No hacer suposiciones. Al hacer suposiciones, asumimos realidades no confirmadas y eso crea generalmente malestar, porque nuestra mente represora tiende a asumir, a suponer cosas negativas y eso nos causa dolor. Debemos aprender a preguntar, a expresar nuestras inquietudes y dudas, sólo así seremos (y haremos a los demás) plenamente partícipes de la realidad sin presunciones negativas.

Cuarto acuerdo: Hacer siempre el máximo que puedas. Si siempre haces el máximo, nunca podrás acusarte a ti mismo de no intentarlo. Y por mucho que otros te acusen, sabrás que lo has intentado y eso es lo único que cuenta. Con esto, empezamos el camino hacia la libertad. Partiendo de 3 maestrías: De la conciencia, conociéndonos. De la transformación, como cambiarnos y huir del sueño y del Amor. De alguna manera, es necesario reaprender todo lo que se ha aprendido en la vida. Éste es el principio de un nuevo entendimiento, de un nuevo sueño. En síntesis este ensayo basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata las creencias que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social. Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos