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• Lara Lococo

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La buena vida. (Resumen) En 1986 cuando David Hockney pintó a bigger splash quizás no era consciente de hasta que punto esta obra acabaría siento entendida como un completo manifiesto de arquitectura. En 1973 apareció en la portada de Los Angeles. The architecture of four ecologies, el mejor libro, y más popular, de Reyner Banham. Sintetizaba una forma de entender la arquitectura, la ciudad y su relación con la naturaleza que quedaba vinculada a la memoria del siglo xx. Una idea de pensar, construir y habitar originalmente americana y, sin embargo, universal, como demuestra no sólo el mismo origen europeo, sino su rápida expansión y aceptación en otros continentes. William James, Charles Sanders Peirce y John Dewey, sus ideas en torno al papel de la teoría en relación a los hechos dieron soporte a un determinado perfil de sociedad democrática, plural y progresista. Hockney nos a dejado un retrato memorable, ligado en nuestro recuerdo a tantos esfuerzos por definir una casa moderna, económica y fácil de construir como se produjeron en Los Angeles en los años cincuenta. Con respecto al cambio y la verdad James quiso plantear positivamente al defender la necesidad única y definitiva como objeto mismo de su pensamiento. ” Llega a ser verdadera, se hace verdadera por los acontecimientos”. En el pensamiento pragmático la mente y el mundo (teórica y práctica) no están separados: se construyen entre sí. La idea de “verdad” es una creación del hombre. El trabajo del filósofo (Nietzsche), el trabajo del científico o del artista, no será otro que hacer una “redescripcion” de la realidad a través de esa experiencia en mutación. El pragmatismo por tanto es más un método que una filosofía, un método sin dogmas ni doctrinas. Una forma de pensar que nos instituye a sí misma como negación de otras concepciones, sino que cruzándolas de forma singular, las adopta para construir una “conversación” particular. James utilizo la imagen de un corredor de hotel cuyas habitaciones albergan distintas concepciones del mundo. El corredor es el lugar en el que todas ellas se cruzan, el lugar donde puede darse una conversación plural y enriquecedora. La actualidad del pensamiento pragmatista se encuentra en este abandono de la certidumbre y la objetividad. Para el pragmático, si hay algo que la experiencia de la ciencia demuestra es que no hay una explicación única, que distintas ideas implican distintas practicas materiales. Las técnicas de las distintas prácticas materiales y culturales devienen el horizonte, el limite de la imaginación, un punto critico, a la capacidad misma de pensar y crear y por lo tanto vehículo esencial de la sensibilidad pragmática. Por ello el arquitecto, el “crítico” afín a esta sensibilidad conoce y trabaja con ellas, tiene un saber de carácter eminentemente técnico y metodológico. El tiempo que el pragmatismo privilegia es el de los hechos, el de las acciones, el tiempo del presente, un tiempo que no es amnésico. El sujeto pragmático es una creación artística individual de cada uno sobre sí mismo, una sucesión de experiencias, metáforas y lenguajes que constituyen la propia identidad. Rorty lo ha denominado “ironista liberal”. Además, ha hablado del presente como tiempo al que atiende el pragmatismo. El presente es el lugar en el que se dan las experiencias cotidianas, el “hoy, ahora y aquí”. La primera consideración importante es que la vida se despliega en un entorno, no meramente “en” sino a causa de él, a través de una interacción con él. Esta se da a través de interacciones entre el medio y los hechos cotidianos. La arquitectura, el arte en general, tendrán ese papel de construir el marco de la experiencia cotidiana. Para que se produzca tal experiencia debe haber una cierta unidad emocional, una cualidad estética, “un cierre” en el que se despliegue la energía. El arte, se presenta de forma analógica al modo por el que el medio natural se transforma en una experiencia. El arte, la arquitectura, adquieren así un vínculo emocional con el paisaje, constituirán experiencias similares. De la Sota con respecto al instante banal, decía, “La arquitectura es el aire que respiramos, pero un aire cargado de olores, de sabiduría, un aire transformado por eso mismo, por la Arquitectura”. La casa del pragmatismo tiene sin dudad su protagonista en esa mujer que ha permanecido oculta o en un segundo plano en tantos otros arquetipos, una mujer que es y se siente igual entre iguales, que habita la casa y la ciudad en plenitud. Sino una mujer liberal y activa, es una mirada y su lucha de más de un siglo la que ha construido esta idea de domesticidad.

La casa del pragmatismo esta construida sobre lucha de un numeroso grupo de activistas del feminismo que hacia 1868 comienzan a problematizar la casa como espacio de la esclavitud, del “sufrimiento” de la mujer. Lo que se plantea es el papel de la mujer, su invisibilidad y su condena a una larga e inacabable rutina de trabajos penosos que concluyen en una alineación completa. Frente a este panorama se propondrá la colectivización de las tareas domesticas en torno a cooperativas, pero siempre el tema de la eliminación del sufrimiento mostrará claros vínculos con la concepción social progresista del pragmatismo. Catharine Beecher, tuvo una gran influencia en el desarrollo de la casa pragmática. Su planteamiento, la profesionalización del trabajo domestico, le indujo a proponer un prototipo de casa protagonizado por la eficiencia. Beecher, por primera vez, el aire deja de ser inerte para pasar a ser el tema central del proyecto domestico: la casa se piensa a través de su tecnificación lo cual conlleva un cambio drástico de concepción y organización. Catharine Beecher “parece introducido por primera vez el concepto de un núcleo central unificado de servicios, alrededor del cual se despliegan los pisos de la casa”. La eliminación del sufrimiento en las tareas domesticas habrá conducido a una eliminación también del sufrimiento en los procesos de puesta en obra: la facilidad y la simplificación técnica serán unos valores que se extenderán a todos los momentos de la casa. El tiempo habrá pasado a ser entendido como un material, un material de construcción. El espacio pragmático, que vive en el presente, carece de sentido teleológico y de fundamento original o transcendente. Su paradigma es el confort instantáneo, asociado a la mecanización y a la ergonomía del espacio y el mobiliario. En los interiores pragmáticos encontramos un confort ambiental inducido por las maquinas, lo cual conlleva un aligeramiento de los limites, de precisión en las fronteras entre publico y privado. La suma de equipamientos para una vida mas placentera y eficacia en la producción industrial dará lugar al espacio banal, un espacio ligero, inconsistente, confortable y fugaz.

TEORIA DE LA ARQUITECTURA LIBROS: “La buena vida, Iñaki Abalos” “Diez edificios canónicos” Capitulo: “, “Rossi, cementerio de San Cataldo, 1971-1978” ALUMNA: Lara Lococo

LA BUENA VIDA La parte qué me intereso sobre este capitulo, es la explicación de la arquitectura pragmática que responde a las necesidades de las personas. Entiendo que el estar de las personas va evolucionando y transformándose a medida que pasan los años. Como el ejemplo que esta mencionado en el capitulo (la mujer liberal ) del papel de la mujer pasa a cobrar importancia y no será una “esclava” en la cocina, sino que esta se integra en el resto de la vivienda. Son casas que deberían de transformarse, ya que a medida que pasan los años, las necesidades de las personas, los avances en industria, etc, cambian. Otra característica es la del la “eliminación del sufrimiento”, que es una casa mecanizada, pensada para evitar en lo posible tareas ingratas, que parte de la eliminación completa de los sirvientes. Que esta casa está construida sobre la lucha de un numeroso grupo del feminismo, que empiezan a problematizar la casa como espacio de la esclavitud, del sufrimiento de la mujer. DIEZ EDIFICIOS CANONICOS Lo que me intereso de este capitulo es la parte de donde explica la tipología. Que Rossi se imaginaba la tipología como elementos estándar que no tienen escala y que solo adquieren significado cuando se entiende el contexto determinado. Así es que suscitó el tema de la repetición, sugiriendo que se de forma a la ciudad mediante una repetición de ciertos elementos o artefactos urbanos arquetípicos. Y dice que la repetición de un artefacto urbano desestabiliza la relación entre estos elementos y su valor estético como iconos culturales. Es una técnica que mina del aura y la singularidad de los elementos arquitectónicos. Cuando se saca a estos elementos de su contexto estético y funcional, pueden emplearse como elementos textuales. Rossi consigue cambios de escala de varios modos, tanto en los edificios como en los dibujos. Uno de los primeros edificios en el que Rossi utiliza este cambio de escala y repetición de elementos es su proyecto de viviendas Gallaratese.