UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? El concepto de filosofía El pensamiento filosófico exige abandonar la actitud cotidiana
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UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? El concepto de filosofía El pensamiento filosófico exige abandonar la actitud cotidiana para asumir una actitud crítica que cuestione lo obvio. La Filosofía indaga reflexivamente los problemas. Toda respuesta filosófica es susceptible de discusión y análisis, porque no hay soluciones únicas y definitivas a los problemas filosóficos. La búsqueda filosófica se expresa en el marco de un diálogo respetuoso con otros. Rasgos del conocimiento filosófico: Es un conocimiento crítico, porque duda, cuestiona y analiza Racional: fundamenta mediante razones, se apoya sobre argumentos y nunca sobre una autoridad. Reflexivo, porque se vuelve sobre sí mismo Radical no da por concluida ninguna cuestión “El sentido del estudio de la filosofía” “Hay una filosofía profesional o filosofía considerada en sentido restringido. Hay también una filosofía considerada en sentido amplio que es practicada por todo el que se anima a pensar críticamente la propia actividad. La filosofía más técnica puede ayudarnos a desarrollar más lúcidamente la propia filosofía. Eludir el estudio de los problemas filosóficos constituye una cobardía. El examen y el autoexamen, el pensar libremente y el obrar, la práctica que les corresponde, constituyen el sentido del filosofar (…)”
EJES CONCEPTUALES Y LÍNEAS HISTÓRICAS La Filosofía constituye un conjunto de conocimientos acumulados y una actividad o práctica específica. En el primer caso hablaremos de las diferentes disciplinas filosóficas, que remiten a diversos problemas: Metafísica: se ocupa de las preguntas "¿Existe Dios? ¿El mundo es eterno, o tuvo un comienzo y eventualmente tendrá un fin?” Antropología Filosófica: "¿El ser humano es libre, o sus actos están determinados?" Ética: "¿Cómo debemos actuar?, ¿qué es el Bien?" La Estética: " ¿Por qué algunas personas encuentran hermoso lo que otros piensan que es feo?, ¿la belleza se encuentra en las obras de arte por sí mismas, o depende del observador?" La Gnoseología: "¿Qué podemos conocer?, ¿es posible que nuestros sentidos nos engañen?" Epistemología: "¿Hay un único método común a todas las ciencias?, ¿cuál es el método correcto?" A través de la historia de la Filosofía se han dado respuestas diversas a estas preguntas. Al contrario de lo que ocurre en ciencias como la Física o la Química en la Filosofía las respuestas de Platón o Aristóteles mantienen su vigencia. Tanto la filosofía como la ciencia como estudio metódico y sistemático se inician entre los griegos. Siglo IV a.C. : primer saber: pueden diferenciarse las causas primeras que buscan los primeros principios y fundamentos últimos, esta es la filosofía o filosofía primera, y el de las causas segundas que se relacionan más directamente con los fenómenos, de las que se ocuparán las filosofías segundas o aquellas que con el tiempo se llamaron “ciencias particulares”. Esta distinción aristotélica se mantiene hasta nuestros días. La filosofía es de tipo especulativa. L as ciencias deben subordinarse a la filosofía que se ocupa de las causas primeras. Época Medieval: Dominio del cristianismo en Occidente. Surge un nuevo saber, la teología revelada. La filosofía sigue siendo la madre de las ciencias, pero subordinada a la teología. Modernidad: desarrollo importante de las ciencias particulares que van separándose de la filosofía. La filosofía se interesa especialmente en los temas relacionados con el conocimiento, las discusiones entre empiristas y racionalistas sobre el origen del conocimiento, los primeros considerando que es la experiencia y los segundos inclinándose por la razón. Comienza también el desarrollo de la Ilustración. La iglesia fue perdiendo poder, la teología considerada “pseudosaber”. Siglo XIX: se siguen desarrollando las ciencias particulares y la tecnología. Surge el “positivismo” fundado por Comte, que postula una negación al valor de la filosofía.
Como conclusión se puede observar que el lugar de la filosofía pasó de ser “la reina o madre” de las ciencias para Aristóteles, a convertirse en un tipo de saber subordinado a ellas con el positivismo de Comte. La filosofía en el siglo XX Algunos pensadores como formaron el Círculo de Viena y elaboraron el llamado “neopositivismo”: se acepta a las ciencias como fuente de conocimiento, pero que la filosofía puede profundizar sobre la ciencia. La filosofía es fundamentalmente “epistemología” o “filosofía de la ciencia”. “Filosofía analítica” con el austriaco Ludwig Wittgenstein. El trabajo de la filosofía consiste en el “análisis del lenguaje”, rechazando los aspectos especulativos; focalizando este estudio en sus aspectos crítico y analítico. Para Kart Jaspers, alemán existencialista, la filosofía es la búsqueda constante, una reflexión sobre las cosas, la ciencia, el poder de la técnica, pero especialmente sobre el ser humano y su estar en el mundo. Así el filósofo es un pensador, donde la tarea consiste en “preguntar”. La filosofía no ha podido, ni puede, ser definida con absoluta y total claridad.
Orígenes y Comienzo del filosofar. Kart Jaspers. Pensar en qué es lo que llevó o lleva a los seres humanos a la filosofía, a filosofar es buscar los orígenes. Cuando decimos “comienzo” nos referimos al momento histórico en que los seres humanos comenzaron a filosofar, en el siglo VII a.C. con el filósofo Thales de Mileto. En cambio “origen” es la raíz o situación que nos mueve a filosofar. Jaspers distingue tres orígenes o situaciones en que el hombre se encuentra y surgen preguntas: EL ASOMBRO: Es admirarse, sorprenderse, extrañarse frente a aquello que transcurre rutinariamente, transformando la mirada de las cosas. LA DUDA: Al dudar se deja de afirmar o negar. En el cada día, debemos tomar decisiones rápidamente; pero, en algunos momentos, aquello que “creíamos” sin dudar, esas creencias rotundas se transforman en una verdadera incógnita. Esta actitud se puede llevar a la adolescencia, cuando los jóvenes ponen en duda las enseñanzas transmitidas en el seno de la familia o en el ámbito escolar, y todo aquello que remita a aceptar una verdad por el principio de autoridad. LAS SITUACIONES LÍMITE: el sujeto se encuentro inmerso en posiciones que no puede evitar como la muerte, el dolor, la ausencia, injusticias, etc. En estos casos, cada uno de nosotros tomamos conciencia de nuestra “finitud”, de nuestras limitaciones transformándose en el tercer origen del filosofar. Estas temáticas han sido tratadas especialmente por las filosofías “existenciales” que surgieron en el siglo XX, con exponentes como el mismo Jaspers de origen alemán, Sartre o Heidegger, entre los más conocidos.
Los problemas de la filosofía y las disciplinas filosóficas Cada uno de los orígenes que más arriba mencionábamos nos llevan a plantear diferentes problemas o interrogantes filosóficos y la división en “ramas o disciplinas” filosóficas en el vasto campo del filosofar. La división en ramas o disciplinas filosóficas del vasto campo filosófico no implica que es un límite estricto, por el contrario, estas temáticas se interrelacionan entre sí y muchas veces, ciertas problemáticas terminan derivando en otras. Las preguntas filosóficas surgen cuando los seres humanos se interrogan por el sentido o el fundamento de cualquier cosa de que se trate. Cualquier persona, en cualquier tiempo y en cualquier lugar del mundo puede hacerse estas preguntas.
Algunos elementos para el análisis crítico de textos y problemas "crítico" significa "la actividad reflexiva y razonada que se ejerce sobre cualquiera de los objetos de estudio y procedimientos propios de las ciencias, sin el límite de ningún supuesto previo, y es una de las características fundamentales de la filosofía en general, entendida como actividad reflexiva de segundo orden." Esto supone no aceptar ninguna idea, valor o práctica sin haber considerado cuidadosamente los supuestos en los que se afirma y las consecuencias que implica. Concepto de lenguaje- Un lenguaje es un conjunto de signos, organizado según reglas, y que se emplea para la comunicación de ideas, emociones o deseos.
La disciplina que estudia los signos se llama semiótica, e incluye tres áreas: la sintaxis, que se ocupa de las relaciones que diferentes signos guardan entre sí; la semántica, que se ocupa de las relaciones entre los signos y aquello que los signos designan; y la pragmática, que se ocupa de las relaciones entre los signos y sus intérpretes. FUNCIONES DEL LENGUAJE. Función informativa y función emotiva Las oraciones con función informativa reciben el nombre de enunciados o proposiciones, y se caracterizan porque de ellas podemos decir que son verdaderas o falsas. Las oraciones con función expresiva o emotiva no son verdaderas o falsas. A veces, diversas funciones se combinan en un solo texto, y se habla entonces de funciones mixtas. Cuando esto sucede puede ocurrir que un texto aparentemente informativo, sea en realidad un texto directivo o apelativo CONCEPTO DE RAZONAMIENTO. PREMISAS Y CONCLUSIÓN Llamaremos razonamiento a una estructura formada por proposiciones, tal que una de ellas, a la que llamaremos conclusión, se deriva de otra u otras, llamadas premisas. En el razonamiento de Beatriz hay tres premisas 1. "Polución" significa "efusión de semen"; 2. "Efusión" significa "derramamiento"; y 3. El semen está compuesto por espermatozoides, Y una conclusión ("esta ciudad se está poniendo imbancable de tanta polución que tiene" significa "la ciudad está imbancable porque tiene muchos espermatozoides"). El término "Por lo tanto" es un indicador de conclusión, o nexo derivativo. Otros indicadores de conclusión son: "luego", "en consecuencia", "en conclusión", "por ende", “de modo que”, “se sigue”, “se extrae”, “se infiere”. En ocasiones encontramos también indicadores de premisa: "porque", "pues", "ya que", "dado que", "puesto que". "Premisa" y "conclusión" son términos relativos; es decir que una oración no es por sí misma "premisa", sino sólo cuando cumple esa función dentro de un razonamiento. La conclusión no siempre ocupa el último lugar, sino que puede encontrarse formulada al principio o en el medio del razonamiento. FALACIAS NO FORMALES ¿Cuál es el problema que nos plantean las falacias? Que son a la vez razonamientos convincentes, pero incorrectos. Es decir, que pueden persuadirnos de aceptar una idea, adoptar un valor o actuar de una determinada manera, pero sobre bases Insuficientes o incorrectas. FALACIAS: Apelación a la piedad o misericordia. Se intenta movilizar los sentimientos de alguna persona para que acepte una proposición, en el caso de Sócrates en “Apología de Sócrates” (Platón, siglo IV) se pretende su inocencia, aludiendo a que tiene niños pequeños.
Apelación a la fuerza.
Se trata de ser lo más sutil posible, no siempre se presenta de manera explícita como en este caso: Ej.: Usted debe pagar la multa inmediatamente. No me importa que no haya ningún cartel de "prohibido estacionar". Si no la paga, lo llevaré preso.
Apelación a la autoridad. Es el caso cuando se busca la autoridad de alguien que tiene cierto prestigio, y de esta manera establecer la verdad de una proposición. En muchas propagandas surgen deportistas o artistas, que aseguran consumir alguna bebida, sugiriendo que se trata de un buen producto.
Argumento ad hominen (ataque al hombre). En lugar de dar razones contrarias a una afirmación, se ataca a la persona que sostiene la misma. La idea es la descalificación de quien tiene una postura determinada. Se podría decir que es la cara opuesta de la apelación a la autoridad, en este caso, se busca negarla, en base a quien la sostiene.
Apelación al Pueblo Se intenta despertar las pasiones o emociones de un grupo de personar para afirmar la verdad de una proposición, en general utilizando el término “todos” y afirmando que estarían de acuerdo con esta verdad. Apelación a la Ignorancia. Consiste en sostener una afirmación como verdadera porque no se ha probado que es falsa, o que es falsa porque no se ha probado que es verdadera. Muchas veces queda precedida por el “no se ha podido probar que…” De causa falsa. Se comete falacia de “causa falsa” cuando se toma por causa de un efecto algo que no lo es o es sólo causa parcial. Ej.: Tú estudias en un colegio para ricos. Por lo tanto debes ser rico.
UNIDAD 2: ¿CÓMO DEBEMOS ACTUAR? MORAL Y ÉTICA Con el término moral nos referimos al conjunto de normas que rigen los actos humanos que son juzgados como buenos o malos, conjunto que es un producto social, y varía según la sociedad de que se trate. La ética, en cambio, es una disciplina filosófica que reflexiona sobre el concepto del bien (qué es, cómo identificarlo, etc.) y sobre el fundamento de las normas morales (por qué aceptarlas, si deberían o no ser las mismas para todos los seres humanos, etc.). LOS ACTOS MORALES. LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD Los actos humanos suponen intenciones subjetivas, y dependen de nuestras elecciones, mientras que los fenómenos naturales dependen de sus causas de una manera invariable. Es decir que los seres humanos somos libres, mientras que los otros seres vivos y los objetos inanimados están determinados, sujetos a leyes naturales. Sólo de los seres libres se puede decir que actúan bien o mal, porque son los únicos que conocen las consecuencias posibles de sus actos, que eligen realizarlos (o no realizarlos), y que, por ello mismo, son responsables de lo que hacen. Los seres humanos somos libres Jean Paúl Sartre, afirmaba que el hombre “está condenado a ser libre”. Esta afirmación significaba que los seres humanos siempre eligen en base a diferentes alternativas, siempre, porque el no elegir, también significa una elección, es una forma de negar la libertad. No podemos no elegir, porque no somos libres de dejar de ser libres. Según el filósofo español Fernando Savater, todos nacemos bajo alguna circunstancia, una familia, un país, una época, etc., estamos inmersos en una situación, por eso “no somos libres de elegir lo que nos pasa, sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo” J. P. Sartre, por ejemplo, afirma que ya que Dios no existe, no hay normas prefijadas para los seres humanos; somos nosotros mismos quienes debemos "inventar" nuestra Propia moral, pero a la vez que la inventamos, nos tornamos responsables de las normas que la componen, y de los actos que obedecen a ellas. Según Sartre, el hombre está "condenado a ser libre", porque no hacer elecciones es lo único que no puede elegir.
En el otro extremo, el psicólogo estadounidense B. F. Skinner4 sostiene que el hombre está determinado, y que en la medida en que progrese la psicología científica, se podrán conocer las leyes que rigen la conducta humana y se la podrá condicionar mediante el aprendizaje, así como se condiciona la conducta de los animales. Una posición intermedia es la que sostiene E. Fromm5, quien afirma que, si bien el hombre está condicionado por su contexto socio-político, aún así sigue siendo libre y puede establecer por sí mismo las normas morales que rigen su conducta. Erich Fromm propone una ética humanista en el doble sentido de haber sido propuesta por seres humanos -no por una autoridad superior a ellos- y de tener como objetivo central lo que es bueno para los seres humanos -y no para otra entidad, como el Estado, o el Partido.
A modo de conclusión: Conviene señalar que aceptar un determinismo total nos impide emitir juicios morales, ya que si no podemos elegir, nuestras acciones serán moralmente neutras (ni buenas ni malas), como los actos de los animales, o los fenómenos naturales. Ante un asesinato, por ejemplo, diremos que el responsable sufre de una enfermedad mental, o que dado el curso de los acontecimientos no podría haber hecho sino lo que hizo, y daremos por sentado que su acción no fue intencional, pues no eligió matar (y por lo tanto no podría ser condenado por ella). En consecuencia, para que podamos considerar que un acto es bueno o malo, la primera condición es que haya sido realizado por un agente libre, y, por ende, capaz de asumir la responsabilidad de lo que hizo. Una segunda condición que debería cumplir -aunque no todos los filósofos están de acuerdo en este punto- es que este acto tenga consecuencias o efectos posibles sobre otras personas, es decir que no se trate de un acto exclusivamente privado, como puede ser un pensamiento que no se expresa, un deseo que no se manifiesta, un sentimiento que permanece ignorado por otros, etc.
DOS CONCEPCIONES DEL BIEN LA VIRTUD: ARISTÓTELES Aristóteles analiza esta manera que tenemos los seres humanos de proponernos metas, y buscar los medios para alcanzarlas, y convertir estas metas en medios para nuevas metas, y así sucesivamente. De este modo, pretendemos alcanzar la felicidad. Pero si cada vez que nos propusiéramos un fin éste se transformara en medio para otra cosa, y esta cadena de fines se prolongara indefinidamente, nuestro mismo obrar acabaría por carecer de sentido. Por eso Aristóteles sostiene que debe existir un fin último que ya no pueda convertirse en medio para otra cosa. Pero, así como todo fin es un bien para nosotros, ese fin último será un Sumo Bien. Este bien, superior a todos los otros, debe tener dos características: la de ser autosuficiente, es decir, la de ser buscado por sí mismo, y no como medio para otra cosa; y la de ser perfecto, es decir, la de ser el fin más elevado posible. Señala tres tipos de bienes que suelen ser deseados por los hombres, y que éstos creen que les permitirán alcanzar la felicidad: • El placer (esto es, que la felicidad se relaciona con la gratificación de los sentidos), • Los honores (en la época de Aristóteles los honores eran representados por los cargos públicos, hoy equivaldría a lograr fama y celebridad), • Las riquezas (la felicidad reside en poder comprar aquello que deseamos). Aristóteles rechaza estas respuestas. Sostiene que el placer es autosuficiente, porque se lo busca por sí mismo, pero no es perfecto porque apela a aquellos aspectos del ser humano (los fisiológicos) que compartimos con los animales. Los honores no son ni autosuficientes, ni perfectos. El hombre comparte con los animales la capacidad de respirar, de alimentarse y de sentir, pero la racionalidad es exclusivamente suya. La parte más elevada del hombre es su razón, y en consecuencia la virtud superior es la búsqueda del conocimiento más elevado, esto es, de la sabiduría. El adquirir sabiduría depende de cada uno de nosotros y no de otras personas, como ocurre con los honores; además, no nos esclaviza a objetos (el alcohol, por ejemplo) como ocurre en el caso del placer. Por ello, sólo la sabiduría volverá al hombre autárquico. Para Aristóteles, pues, la vida mejor es la contemplativa, dedicada a la reflexión y al estudio, es decir a adquirir sabiduría.
Aristóteles admite que además de la sabiduría, hay otras virtudes, a las que él llama éticas o del carácter, que se logran cuando se actúa con prudencia, esto es, cuando la razón controla los impulsos instintivos: éstas constituyen el término medio entre un exceso y un defecto. Así, la valentía, por ejemplo, es el término medio entre la cobardía, miedo excesivo ante el peligro, y la temeridad, inconsciencia ante el peligro. Para Aristóteles un solo acto bueno no vuelve virtuoso al que lo realiza, así como una sola golondrina no indica el regreso de la primavera. Se necesita una continuidad en los actos buenos, es decir el hábito de realizarlos. LAS CONSECUENCIAS DE NUESTRAS ACCIONES: J.S. MILL Filósofo inglés vivió la Revolución Industrial. La propuesta de Mill es una ética eudemonista (como la de Aristóteles), en el sentido de que el bien se identifica con la felicidad, pero no ya con la felicidad individual; también se la podría considerar una ética hedonista, porque la felicidad para Mill equivale al placer. Un acto es bueno siempre que procure felicidad a alguien, pero si tenemos que comparar actos morales entre sí, será mejor el que procure felicidad a un número mayor 'de seres humanos. En la comparación realizada, lo que cuenta es la consideración de las consecuencias sobre el bienestar de los demás. La ética de Mill es una ética consecuencialista. Puesto que lo importante para el utilitarista es lograr la felicidad de la mayor cantidad posible de personas, se deben combatir tres grandes males sociales: la enfermedad, la ignorancia y la pobreza extrema. Para el primero, la solución es el avance de la medicina, para el segundo, la educación. Finalmente, la pobreza extrema desaparecerá con una legislación justa que permita una distribución equitativa de las riquezas. Dijimos que la ética utilitarista es una ética hedonista. En efecto, para Mill la felicidad se identifica con el placer y la ausencia de dolor. Ante los que aducen que el hedonismo reduce al hombre al nivel de los cerdos, Mill sostiene que la acusación tendría sentido si los seres humanos disfrutaran de los mismos placeres que los cerdos, pero, puesto que el ser humano es distinto y superior a los animales, también serán distintos y superiores los placeres a los que pueda aspirar. Mill jerarquiza los placeres y propone la moderación en el goce; distingue entre placeres superiores, los espirituales, y placeres inferiores, los materiales. Hedonismo (del griego hedoné: placer) es aquella concepción ética que identifica el bien con la consecución del placer. Puede tratarse del placer inmediato, sensorial e individual (como lo afirmaban los filósofos griegos llamados cirenaicos); o del placer entendido como bienestar social, o para el mayor número, como en el caso de Mill. ¿Puede el hombre ser libre según Fromm? Según Fromm, el hombre puede ser libre, aunque se encuentre
“condicionado” por razones sociales o políticas. Es importante tener en cuenta que cuando establece que un ser humano se encuentra “condicionado”, estas condiciones provienen del mundo externo, no son internas, en consecuencia las decisiones que toma son de su entera responsabilidad, no puede adjudicarla (la responsabilidad de sus decisiones) al mundo que lo rodea. Por lo tanto, a pesar de los condicionamientos, el sujeto humano es “libre”. ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias entre Aristóteles y J.S.Mill? Tanto Aristóteles como J.S.Mill son
filósofos que entienden que las conductas humanas buscan la felicidad, por eso son considerados “eudemonistas”. Este es uno de los aspectos que tienen en común, pero se diferencian en la consideración que hacen de la felicidad. Mientras que para Aristóteles la felicidad es el fin último y consiste en realizar “actos virtuosos” y alcanzar la “sabiduría” (que nos hace autosuficientes y perfectos) desde un plano individual, para Mill, la felicidad consiste en alcanzarla para el mayor número de personas. Por otra parte, en cuanto a los placeres, Aristóteles no considera que sean los que nos permitirán alcanzar la felicidad ya que no nos hace más perfectos, solo apuntan a la gratificación de los sentidos. Sin embargo para Mill, los placeres sí son identificables con la felicidad, por eso es considerado un “hedonista”, es importante
2.4 El fundamento de las normas morales: I. Kant Imanuel Kant, en una posición completamente diferente de la de Aristóteles como de la de Mill, pregunta "¿Qué es el bien?".intenta encontrar algo que pueda considerarse bueno en términos absolutos, con prescindencia de cualquier otra cosa (inclusive las variaciones culturales, sociales o históricas). La respuesta de Kant es que lo
único que puede ser absolutamente bueno, es la buena voluntad. Las cualidades, habilidades o capacidades de las personas serán buenas o malas según ciertas condiciones:
1. En primer lugar, de cuál sea su intención al emplearlas, y no de los resultados de la acción (como sostienen los utilitaristas). Es importante notar que el término "intención", en Kant, supone una intención actuante: no se trata de desear hacer algo, sino de implementar todos los medios que están a nuestro alcance para ello. Los resultados no son importantes para juzgar el acto moral. 2. En segundo lugar, para que la voluntad sea buena, es necesario que la persona actúe por deber. Kant propone una clasificación de los actos, en relación con el deber: a. Actuamos en forma contraria al deber, Nuestro deber es ser honestos. Por lo tanto, si estafamos, nuestra acción tendrá un valor moral negativo. b. Actuamos de acuerdo con el deber cuando nos atenemos a lo que el deber nos requiere pero por motivos que tienen que ver con nuestros propios intereses o inclinaciones. Está actuando de acuerdo al deber, por inclinación mediata o interés. Su acción es correcta, pero sus motivos no tienen que ver con lo que es justo, sino con las consecuencias de su acción. su acto está de acuerdo al deber, por inclinación inmediata (por el amor que les tiene a sus hijos). La acción de acuerdo con el deber, sea por inclinación mediata o inmediata, tendrá un valor moral neutro. No es negativo, pero tampoco es positivo, porque se realizó por interés o por afecto. c. Actuamos por deber cuando el único motivo de nuestra acción es el conocimiento de que esa es la manera en que debemos actuar. Aquí vemos la distinción entre actuar por inclinación y actuar por deber. El deber es de naturaleza exclusivamente racional; en cambio las inclinaciones corresponden a nuestros instintos y a nuestros sentimientos y son, por tanto, de naturaleza emocional. 3. En tercer lugar, la voluntad será buena si obedece a la ley moral. Según Kant, siempre que actuamos nos guiamos por principios, es decir que actuamos de una manera relativamente consistente. Kant llama máximas a esos principios que son subjetivos, puesto que nosotros mismos los proponemos. Pero, ¿cómo hacemos para determinar si nuestras máximas tienen valor moral positivo o negativo? Tenemos que probar si se las puede universalizar sin contradicciones; es decir, si lo que quiero para mí, puedo quererlo al mismo tiempo para todos los demás. En ese caso mi máxima tendría un valor moral positivo y se convertiría en ley. Una vez formulada la máxima tendría que preguntarme: ¿Qué pasaría si todos lo hicieran? ¿Puedo yo querer esas consecuencias? En mi voluntad hay una contradicción, lo que me prueba que la máxima propuesta no puede universalizarse y por lo tanto carece de valor moral positivo. Como el ser humano no es puramente racional sino que está compuesto de razón y sensibilidad, es necesario que el deber tenga un carácter coercitivo y que la ley moral se le presente como una orden. A esto lo llama Kant el imperativo categórico. El imperativo categórico kantiano tiene dos formulaciones diferentes: 1. Obra de modo tal que puedas querer sin contradicciones que tu máxima se convierta en ley universal 2. Obra de modo tal que consideres a la humanidad (en ti mismo y en los otros) siempre como un fin y nunca solamente como un medio. Según Kant, sólo es libre quien obedece a la ley moral, y su voluntad es autónoma porque no depende de nada externo a ella, sino que descubre la ley moral en sí mismo, en su propia racionalidad. Y es ésta la que nos confiere la mayor dignidad en tanto seres humanos. La posición de Kant ha sido muy influyente en el pensamiento ético de Occidente, y todavía hoy lo es.
UNIDAD 3 - ¿QUÉ ES LA BELLEZA? La disciplina filosófica que se ocupa de la reflexión sobre la creación artística, y sobre el valor que se relaciona con ellos -la belleza-, recibe el nombre de Estética.
La actitud estética
Objeto estético: la actitud estética se diferencia por una parte de la actitud práctica, en la que nos ocupamos de un objeto en función de su utilidad. En segundo lugar, podemos diferenciar la actitud estética de la actitud cognoscitiva.
Las películas que usted vio, o los cuentos y novelas que leyó pueden ser disfrutados simplemente por el placer que le producen, o pueden ser empleados como recursos para el aprendizaje o el descubrimiento de nuevos conocimientos. A su vez, ese aprendizaje o ese descubrimiento pueden tener como fin el puro deseo de saber, y entonces estaremos en una actitud cognoscitiva teórica, o bien pueden tener como objetivo el conocimiento como un medio para la solución de problemas o el dominio de la naturaleza, y estaremos entonces en una actitud cognoscitiva práctica o técnica. Por último, podemos distinguir la actitud estética de la actitud ética, nos ocupamos de un objeto, persona o comportamiento en relación con valores de bondad y justicia. Podemos distinguir un productor (el artista, el ingeniero, el científico, la persona que actúa bien o mal) y un observador o evaluador (el aficionado al arte). "Productor" y "observador" son roles que pueden ser ocupados por dos o más personas diferentes, pero a menudo también por una sola persona (el artista que juzga su obra, "la voz de la conciencia" que nos plantea si actuamos mal, etc.)
La Belleza CONCEPTO DE BELLEZA. SUBJETIVISMO Y OBJETIVISMO Existen diversas teorías en torno a la pregunta “¿Qué es la belleza?”. Las respuestas pueden clasificarse en dos grandes grupos: aquellos que sostienen un concepto ontológico de la belleza, la belleza se considera una propiedad del objeto, como lo bueno y lo verdadero; y aquellos que afirman un concepto propiamente estético de belleza, se la considera como una propiedad de la percepción del sujeto, asociada al sentimiento estético, y sin vínculo necesario con lo bueno y lo verdadero. Aquellos pensadores que sostienen un concepto ontológico de belleza, mantienen una posición objetivista, ya que la belleza se encuentra en el objeto estético. Por lo tanto, es posible ofrecer una serie de rasgos o cánones de belleza: la belleza de un objeto está en su similitud o participación de la Idea de Belleza (Platón1); en la perfección de la simetría, las proporciones, y el orden (Aristóteles); en la integridad, armonía y claridad o luminosidad del objeto (Santo Tomás de Aquino). En cambio, quienes sostienen un concepto estético de belleza suelen mantener una posición subjetivista, según la cual la belleza no se encuentra en el objeto, sino en el sujeto de la contemplación estética. Esta posición comienza a tomar fuerza durante el Renacimiento, y se expresa especialmente en el siglo XVIII, en el trabajo de autores como Hume y Kant. BELLEZA Y FEALDAD. LOS VALORES: ONTOLOGÍA Y POLARIDAD "Bello" y "feo" son valores. ¿Qué son los valores? Esta pregunta es el tema de una disciplina filosófica, la Axiología. Según la corriente objetivista en Axiología, los valores (bello-feo, sublime-ridículo,etc) poseen un modo de ser diferente del de las cosas u objetos reales (como las motos, libros, etc) y también de los objetos ideales (como los números, las relaciones de igualdad) Los valores se encuentran en las cosas mismas, y nosotros podemos descubrirlos. Coincidiría con las afirmaciones de Platón. Según la corriente subjetivista, en cambio, los valores expresan nuestros deseos o preferencias, y no se encuentran en las cosas mismas, sino en los sujetos que valoran (ésta sería la posición de Hume). Ambas corrientes, en cambio, coinciden en que los valores se distinguen de las cosas reales y de los objetos ideales, porque no existen valores indiferentes. Todo valor implica un contravalor; por esta característica de polaridad. Por eso, en los ejemplos anteriores siempre se presentan en pares (bello-feo, bueno-malo, etc.). Existen distintos tipos de valores: El valor estético por excelencia es la belleza, y su contravalor correspondiente es la fealdad. En este sentido, podemos decir que la fealdad no es antiestética, sino que es un valor estético, ya que si no dispusiéramos del concepto de fealdad, tampoco tendríamos el concepto de belleza. Las concepciones axiológicas objetivistas y subjetivistas se diferencian en que los objetivistas consideran que los valores son absolutos. Los valores no dependen del momento histórico, ni del grupo étnico o la clase social. Es posible que una persona no esté capacitada para captar esos valores: el gusto estético y la sensibilidad moral pueden educarse. En cambio, los subjetivistas consideran que los valores son relativos: no hay principios universales, y la apreciación de la belleza, ya sea en la naturaleza o en el arte, depende del momento histórico, o de la ubicación geográfica y social del sujeto.
EL JUICIO DE GUSTO
Kant se dedica al tema, considera las condiciones de posibilidad de la percepción de lo bello, y se ocupa del juicio de gusto. Según Kant, el juicio estético implica la razón (como el juicio ético), pero también la sensibilidad, que permite captar la belleza. Para los filósofos conocidos como empiristas lógicos, ambos tipos de juicio tienen elementos en común. En tanto juicios de valor, no se les puede atribuir valor de verdad, esto es, no se puede considerar que se refieran a objetos del mundo externo, sino que sirven para expresar sentimientos, y para provocar ciertas reacciones en los demás. Dice Ayer8: "Los términos estéticos se usan exactamente en la misma forma que los términos éticos. Términos estéticos como "bello" y "horrible".
3.3 E l arte
ARTE Y REALIDAD Tanto Platón como Aristóteles consideran que el arte es imitación (mímesis) ya sea de las Ideas o de las cosas sensibles. Del mismo modo, en el Renacimiento, el ideal artístico es la reproducción más ajustada posible de la naturaleza. Por el contrario, con la aparición del Romanticismo, a fines del s. XVII se pone el acento en la expresión de las emociones del artista y no en la reproducción de la realidad. Coleridge distingue imaginación de fantasía, y afirma que la imaginación es una facultad capaz de transformar los datos y crear libremente algo nuevo. Por último, algunos sostienen que el arte es construcción, una combinación entre la libertad creadora del artista.
VALORES ESTÉTICOS Y ÉTICOS: FUNCIÓN DEL ARTE La concepción moralista del arte, que comienza con Platón, afirma que el arte debe subordinarse a la moral: una obra es aceptable sólo si promueve los valores morales. En la Edad Media, se consideraba que la función del arte era rendir homenaje a Dios, y educar al pueblo en la verdadera religión. Las catedrales medievales. Inversamente, se consideraba que el arte tiene el poder de perturbar o corromper a la sociedad, y por tanto debe ser controlado, y en caso extremo, censurado, para preservar la salud moral de la población. Brecht o Sartre consideran que el artista debe comprometerse políticamente.
La concepción esteticista, por el contrario, afirma que la moralidad debe subordinarse al arte: la experiencia
estética se caracteriza por su autonomía, y los valores estéticos ocupan una jerarquía superior a los valores éticos.
La concepción interaccionista, por último, sostiene que existe una relación entre arte y moralidad, y que si bien
ambos son distintos, se influyen mutuamente. Por otra parte, quienes defienden esta posición consideran que no hay criterios individuales o sociales que permitan determinar cuándo una obra es "buena" o "moral", y por lo tanto nadie puede arrogarse el derecho de la censura. ¿ES POSIBLE REPRODUCIR UNA OBRA DE ARTE?
Hasta fines de la Edad Media, la posibilidad de disfrutar de una obra de arte estaba reservada a quienes disponían del tiempo y los medios económicos para ello. Diversos inventos permitieron una difusión casi universal de diversas obras. Pero al mismo tiempo, esta reproducción técnica de las obras de arte tuvo como consecuencia que el "original", la "obra de arte" propiamente dicha perdiera algunas de sus características. En palabras de Gadamer: "[...] en la obra de arte no sólo se remite a algo, sino que en ella está propiamente aquello a lo que se remite. la obra de arte significa un crecimiento en el ser. Por el contrario, la obra de arte es irreemplazable. Eso sigue siendo cierto en la época de la reproducibilidad. En la reproducción como tal ya no hay nada del acontecimiento único que distingue a una obra de arte. “ Una de las grandes falsificaciones cometidas por la técnica reproductiva de nuestra época es que, a menudo, cuando vemos por primera vez en el original las grandes construcciones arquitectónicas de la cultura humana, las contemplamos con cierta decepción.
Así pues, toda obra de arte posee una suerte de tiempo propio que nos impone [...] Esto no sólo es válido para las artes transitorias como la música, la danza o el lenguaje.
UNIDAD 4 - ¿CÓMO CONCEBIMOS EL MUNDO? La existencia de Dios Aun si la prueba de la existencia de Dios no dependiera de nuestros sentidos, sería posible que se la pudiera probar racionalmente. el diseño de la Naturaleza nos indicaría la existencia de un Gran Diseñador todopoderoso. Este argumento pertenece al de la razón. La prueba que presentamos para afirmar la existencia de Dios forma parte del conocimiento filosófico; también forman parte de este conocimiento las dudas propuestas., porque permiten plantear preguntas y buscar respuestas fundamentadas racionalmente que, a su vez, pueden ser objeto de análisis y discusión. Pruebas de la existencia de Dios. Filosofía y religión El problema de las relaciones entre la fe y la razón tuvo un momento de auge en Europa durante la Edad Media, cuando el pensamiento religioso impregnaba por completo todos los aspectos de la vida humana. Algunos de los primeros cristianos, rechazaron directamente el sentido de la razón. La fe, desde este punto de vista, es irracional; pero, además, la fe es más importante que la razón, y por lo tanto, la razón debe ser rechazada. A esta posición extrema se opone su contradictoria: si la fe es incompatible con la razón, entonces la fe debe ser abandonada. Esta es la posición de algunos filósofos contemporáneos como Sartre o Marx. San Agustín procura tomar los aportes de los filósofos clásicos griegos y romanos para ponerlos al servicio de la Iglesia: "creo para entender". Posición similar adopta más tarde San Anselmo: "la fe en busca del entendimiento". La razón aclara nuestras ideas, nos ayuda a comprender lo que creemos por fe, pero no puede contradecirlo ni cuestionarlo. Santo Tomás de Aquino, cree que la razón misma, sin basarse en la fe, basta para demostrar la existencia de Dios, en tanto Ser supremo, causa y origen del Universo. Sin embargo, los misterios de la fe van más allá de la razón, que debe detenerse ante el umbral que sólo podrá atravesar acompañada por la fe: "la filosofía es la sierva de la teología". Posiciones frente a la existencia de Dios Tres grandes posiciones 1. la negación de su existencia (ateísmo) 2. la suspensión del juicio por falta de pruebas (agnosticismo) 3. la afirmación de su existencia.
1. El ateísmo: posición que consiste en negar la existencia. Posición de Jean Paúl Sartre, los seres humanos deben crear su propia moral . 2. El agnosticismo es la posición que ni afirma ni niega la existencia de Dios, sino que considera no tener pruebas suficientes de una u otra tesis, y por lo tanto, suspende su juicio. 3. En cuanto a quienes afirman la existencia de Dios, pueden hacerlo desde posiciones deístas, teístas o panteístas. • El deísmo es la creencia en Dios, pero en un Dios no revelado y que puede ser alcanzado por la mera razón. Un primer principio de todo, creador del mundo, al que impone ciertas leyes, pero no un Dios personal con quien pudiéramos entablar algún tipo de relación. • El teísmo es la creencia en un Dios personal (o varios dioses), creador del mundo y de los seres humanos. Es la concepción de Dios propia de las grandes religiones. • El panteísmo, por su parte, identifica a Dios con el mundo. Dios está en todos y en todas partes. Esta concepción corresponde a algunas versiones del budismo.
4.2 Cambio y Permanencia ¿Qué es la realidad? ¿Todo cambia o hay algo que permanece siempre idéntico por detrás de los cambios aparentes? ¿Qué es lo verdaderamente real? ¿Cuál es la relación entre la apariencia y la realidad? Son éstas las preguntas más generales que uno podría formular, las preguntas por lo que es (el Ser), si hay un Ser Supremo (Dios), y por el fundamento o raíz de todo, lo que permanece constante más allá de todo cambio posible. El Mito en la filosofía y su separación
La filosofía comienza en Grecia, (Los griegos vivían en el Mediterráneo oriental) en su culminación, en el siglo V a.C. conocido como el siglo de Pericles, Los griegos incorporaron conocimientos de pueblos de oriente. Conformaron pequeñas comunidades autónomas, fueron los primeros que comenzaron a filosofar. Los griegos y otros pueblos ya se habían preguntado por el comienzo del mundo elaborando lo que se denomina “cosmogonías”. HERÁCLITO Y PARMÉNIDES Dice el Eclesiastés, "Nada hay nuevo bajo el Sol". La reflexión sobre el significado de los cambios más o menos aparentes que todos podemos apreciar, y la discusión acerca de la existencia de algo permanente por detrás de esos cambios es, como vemos, muy antigua y muy difundida, incluso en contextos no filosóficos. Ya en el siglo VI a.C. Heráclito9 plantea de modo filosófico la tesis de que todo cambia y nada en el universo permanece igual. En la concepción de Heráclito, la unidad del universo es una consecuencia del equilibrio entre opuestos que se hallan en permanente tensión. Por su parte, Parménides escribe un bello poema sosteniendo la tesis contraria: el Ser es único, eterno, inmodificable, ilimitado. Estos dos filósofos estudiaron la cuestión del cambio pero llegaron a conclusiones muy distintas. Ambos vivieron en la misma época pero no se sabe si se conocieron, ya que Éfeso (Heráclito) y Elea (Parménides) eran ciudades muy distantes. HERÁCLITO Todo cambia, nada hay que sea permanente. Nosotros mismos cambiamos constantemente. El cambio tiene un cierto “orden”, o “ley” al que llamó “logos”. El cambio siempre se cumple cuando va de un opuesto a otro. PARMÉNIDES Debemos tomar la cuestión del cambio a partir del pensamiento, de la “razón”. El principio racional es: “El ser es y el no ser, no es”. Siguiendo este principio, el ser no pudo haber tenido un comienzo en el tiempo, porque si no antes hubiera sido el “no ser” y esto es imposible. En consecuencia, el ser es eterno. De este razonamiento, llega a la conclusión que el ser es inmutable. Lo que verdaderamente es, no cambia, es eterno y único. Cuando vemos que las cosas cambian, dice Parménides, es porque se trata de una ilusión de nuestros sentidos, por eso este problema hay que abordarlo con la razón. De los planteos de Parménides surgieron otros filósofos como Zenón de Elea que presentó otros argumentos a su favor.
Platón: la teoría de los dos mundos. LA TEORÍA PLATÓNICA DE LAS IDEAS
En el siglo IV a.C. Platón, a su vez, formuló un sistema filosófico, que ejerció una fuerte influencia en el pensamiento posterior, y que propone una nueva solución posible para este problema. Platón sostiene la existencia de dos mundos: un mundo inteligible, perfecto, eterno, inmutable, donde se encuentran las Ideas o arquetipos, y un mundo sensible, imperfecto, limitado, cambiante, en el que vivimos. Las Ideas son la causa de que las cosas sean lo que son: por ejemplo, decimos "la doncella es bella", porque esta doncella (sensible, particular) participa de la Idea de belleza (inteligible, universal). Podemos acceder al mundo sensible a través de nuestros sentidos, pero al mundo de las Ideas sólo accedemos mediante la razón. Podemos ver a la doncella, pero no a la Idea de belleza. Sin embargo, del mundo sensible tenemos un conocimiento muy parcial, mera opinión. Sólo hay verdadero conocimiento, o ciencia, del mundo de las Ideas. Es importante no concebir a las Ideas a la manera moderna, como representaciones mentales (algo que "tenemos en nuestra cabeza"). En la teoría platónica, las Ideas tienen existencia propia, independiente de cualquier pensamiento humano. Es más, sólo las Ideas son auténticamente reales, el mundo sensible es sólo una mera copia de aquéllas. Es uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos. Escribió casi todas sus obras en forma de diálogos, donde su personaje principal es Sócrates que había sido su maestro. Incluye en sus obras “alegorías”, que son historias o relatos metafóricos para ayudar a expresar sus ideas. La más conocida se llama “Alegoría de la caverna”. El mundo de las ideas platónico existe con independencia de nuestro mundo de todos los días (mundo sensible), este mundo también llamado inteligible (porque es conocido por la inteligencia), contiene ideas, y, como decíamos, cada una de ellas es única (solo hay una idea de esfera, de belleza, de justicia), mientras que en el mundo sensible hay muchas cosas que se acercan más o menos a esas ideas. También las ideas son “eternas”, pero las cosas del mundo sensible son “limitadas”. Otra característica de las ideas es que son “inmutables”, no cambian, mientras que las cosas sensibles se modifican continuamente. Platón también afirma que el mundo inteligible o de las ideas es la causa o fundamento del mundo sensible, ya que este último es la copia imperfecta o reflejo del primero. El mundo inteligible le permite conocer al mundo sensible. Por ejemplo, comprendiendo la idea de belleza, se puede entender en qué medida las “cosas” se aproximan a la belleza. Solo hay auténtico conocimiento “episteme” del mundo inteligible o de las ideas, mientras que del mundo sensible solo hay “doxa” u opinión, este
es un conocimiento mutable, cambiante, aproximado. La doxa no puede acercarse al conocimiento universal (episteme); en cambio la episteme es un conocimiento al que llega nuestra razón ya que nuestra alma ha estado en contacto las ideas antes de reencarnarse en el cuerpo, por eso, en esta existencia las ha olvidado, pero, puede llegar a recordarlas. Este conocimiento (episteme) es en realidad un re-conocimiento o reminiscencia (recuerdo) que puede producirse en contacto con las cosas a través de la percepción, pero no se fundamenta en ella. Por ejemplo, ante la presencia de una pelota (cosa perteneciente al mundo sensible) el sujeto recuerda el concepto de esfera que ya poseía. Podríamos en este punto de la explicación relacionar el mundo sensible que describe Platón con el que describe Heráclito: un mundo con multiplicidad de cosas, donde todo cambia, nada es eterno. En cambio el mundo inteligible o de las ideas es muy similar al de Parménides: las ideas, igual al auténtico Ser, son únicas, eternas e inmutables. De esta forma, Platón concilia a Heráclito y Parménides.
Para concluir: es fundamental señalar que la filosofía platónica es la primera considerada un sistema. Un sistema filosófico significa que ha presentado un conjunto de ideas coherentes entre sí, para responder a problemáticas diversas, por ejemplo correspondientes a la Ética (¿cómo debemos actuar?), a la Estética (¿qué es lo bello?), a la Gnoseología (¿qué podemos conocer? ¿de dónde provienen nuestros conocimientos?), a la Metafísica (¿qué es la realidad? ¿qué es lo que existe realmente? ¿qué cambia y qué permanece?), a la Antropología filosófica (¿qué es el ser humano? ¿cuál es la diferencia entre el alma y el cuerpo? ¿cuál de los dos es superior?) San Pablo (Pablo de Tarso), que imprimió una perspectiva especial al cristianismo con sus Epístolas, había leído a Platón y muchas de las ideas de éste se difundieron así en la cultura judeocristiana.
Aristóteles: el realismo E L REALISMO ARISTOTÉLICO
La obra de Aristóteles se inicia como una fuerte crítica a las ideas platónicas, oponiendo al idealismo de Platón, un realismo basado en la observación y la experiencia. Su inmensa obra incluye temas muy diversos: desde el primer sistema de Lógica (conocido como el Organon) hasta textos de corte científico sobre Física y Biología. Pero el centro de su obra lo constituye la "filosofía primera" o "ciencia del ente en cuanto ente" (y no en cuanto animal o vegetal, hombre o caballo, número o poema), redactada en catorce libros. La obra de Aristóteles ejerció enorme influencia. Sus ideas sobre Astronomía, Física, Biología, formaron la base de la ciencia occidental durante más de mil años. Hasta tal punto que, durante la Edad Media, se hablaba de él como de "El Filósofo". Si bien estas teorías aristotélicas sobre cuestiones científicas ya no tienen vigencia, sus tesis filosóficas han conservado enorme importancia: modelan en gran medida nuestra manera de ver el mundo. Aristóteles clasificaba a todos los conocimientos en tres grupos: práctico (que apunta al mejoramiento de la conducta humana); poiético (productivo, el arte de saber hacer cosas) y teórico (que aspira a la verdad y capta su objeto sin modificarlo). La metafísica o filosofía primera constituye el saber teórico por excelencia. Aristóteles reflexiona sobre el problema del cambio y la permanencia, tal como había sido abordado por los filósofos presocráticos y encuentra que es posible una solución diferente del problema, si consideramos que en todo cambio hay algo que cambia y algo que permanece. Por ejemplo: si yo pinto esta mesa de rojo, hay algo en ella que cambió (su color), pero también algo que permanece: lo que hace que siga siendo esta mesa. Así, el cambio no supone una creación absoluta (desde la nada) ni una destrucción completa (hacia la nada). Ahora bien, existe otra diferencia entre nuestra mesa y el color rojo: la mesa puede existir por sí misma, mientras que un color no puede existir por sí mismo, sino que es siempre el color de algo. No existe el rojo aislado en el mundo: se trata siempre del rojo de una mesa, de una manzana, de un tulipán o de la camiseta de un club de fútbol. Las cosas que existen por sí mismas (de modo individual), son las sustancias. Las que sólo pueden existir en una sustancia se denominan accidentes (por ejemplo, el color, la cantidad, la posición, etc.)
Contrariamente al pensamiento platónico, para Aristóteles lo que existe son las sustancias individuales; las ideas universales sólo son posibles en función de aquéllas. Volvamos a nuestra mesa. La mesa está compuesta por dos elementos: aquello de lo que está hecha (madera, mármol), que recibe el nombre de materia; y la forma, que hace que sea una mesa y no otra cosa. Preste atención al hecho de que aquí "forma" no equivale a "forma geométrica" (cuadrada, redonda, etc.) La forma es la esencia, lo que hace que un objeto sea lo que es y no otra cosa; que nuestra mesa sea una mesa y no una silla ni un caballo. Materia y forma son términos relativos: el vellón de la oveja es la materia de la lana, y a su vez, la lana es materia para la tela, que es la materia de mi saco. La forma "tela" es la esencia que hace que esta lana sea tela y no relleno para un colchón; pero a la vez, esta tela es la materia a la que se aplica la forma "saco". Pero además, dice Aristóteles, toda sustancia es una combinación de acto y potencia: la mesa es mesa en acto (de hecho, hoy, es una mesa), pero es muchas cosas en potencia (por ejemplo, madera para el fuego). Esta semilla es semilla en acto, pero árbol en potencia; el árbol es árbol en acto, pero mesa en potencia. El cambio puede ser explicado como paso de la potencia al acto: el bebé (adulto en potencia) crece (cambia) y se transforma en adulto en acto (y a la vez, anciano en potencia).
4.3 Alcance y limitaciones de la metafísica. Comte, Nietszche Ya durante el Renacimiento aparecieron las primeras críticas a la Metafísica, argumentando que se trataba de discusiones excesivamente abstractas y estériles que habían hecho su aparición especialmente en el seno de lo que se llamó filosofía "escolástica". En el siglo XVII David Hume realiza una seria crítica a los conceptos de "causa", "sustancia" y "yo". También Kant cuestiona la posibilidad de la metafísica. Pero es en el siglo XIX que las críticas a la metafísica se vuelven destructivas. Augusto Comte, por ejemplo, postula que la metafísica es sólo una etapa en el desarrollo del pensamiento, que atraviesa un período teológico, otro metafísico y que alcanza su culminación con la filosofía positiva y la ciencia. Comte considera que sólo los hechos y las relaciones entre los hechos son reales; sólo lo dado en la experiencia es digno de estudio. A su vez, las ciencias se organizan jerárquicamente, y se ven coronadas por la Sociología, o estudio de la sociedad, que se organiza desde una perspectiva estructural o estática: el orden; y desde una perspectiva atenta al cambio o dinámica: el progreso. La humanidad alcanzaría su estadio positivo a partir de la propuesta de Comte, y por lo tanto, la metafísica es una etapa superada que debe ser descartada. A fines del siglo XIX, Nietzsche realiza una crítica demoledora a la filosofía occidental y en particular a la metafísica. Nietzsche sostiene que todo el pensamiento posterior a Heráclito (por obra de Sócrates y Platón) se ha centrado en el Ser, y ha olvidado el devenir; se ha ocupado de los conceptos, dejando de lado lavida y la voluntad. Nietzsche reclama el abandono de la metafísica, de la búsqueda del sentido en un mundo del más allá (ya sea el mundo de las ideas platónico, o el paraíso cristiano) para permitir el surgimiento de las saludables energías creativas no-racionales. El cristianismo, el socialismo y el igualitarismo democrático se asocian con el descenso de la vitalidad y la difusión del ascetismo, a los que debe oponerse la voluntad de vivir, y la voluntad de poder. Ambas se encarnan en el Superhombre, cuya moral es una moral de señores y no de esclavos: el igualitarismo, la piedad y la compasión, asociadas a la dulzura femenina, deben ser rechazados. Por último, en el siglo XX, las críticas a la metafísica se redoblan. Los miembros de la corriente conocida como positivismo lógico, sostienen que las cuestiones metafísicas son en realidad pseudoproblemas (parecen problemas pero no lo son), originados en un incorrecto uso del lenguaje. Sin embargo otras corrientes del siglo XX, como el existencialismo (uno de cuyos representantes es Sartre), reconocen la importancia del saber metafísico dentro de la Filosofía. Comte, Augusto (1798-1857) Filósofo francés, fundador del positivismo, y considerado el primer sociólogo científico. Fue secretario de Saint-Simon. Enseñó también matemáticas en la Escuela Politécnica.
Orientación de respuesta de "Integración y Repaso"
Les ofrecemos algunas de las posibles respuestas a las preguntas que se formulan en la presentación de "Integración y Repaso". Decimos algunas posibles respuestas, porque usted puede haberlas redactado de otra forma y sin embargo ser correctas. Lo importante en este caso es que los conceptos centrales coincidan con las nuestras. Se trata esta de una información que le servirá de "autoevaluación"
UNIDAD 4: Actividad “Integración y Repaso”- Orientaciones de respuestas a) ¿Cuál es la diferencia entre las posiciones acerca de la existencia de Dios? La diferencia existente entre las posiciones acerca de la existencia de Dios reside la negación de su existencia (el ateísmo), la suspensión del juicio por falta de pruebas (el agnosticismo) y la afirmación de su existencia. Quienes afirman que Dios existe, pueden hacerlo desde diferentes posturas: deístas, teístas o panteístas. El deísmo cree en la existencia de un primer principio, creador del mundo, un Dios no revelado. El teísmo es la creencia en un Dios personal (o varios dioses), revelado/s, es el Dios de las grandes religiones, con quien se mantiene una comunicación personal, por ejemplo el cristianismo o judaísmo. El panteísmo identifica a Dios con el mundo, el universo y la naturaleza, Dios está en todos y en todas partes, . b) ¿Cuál es la postura de Heráclito acerca de la realidad? Heráclito plantea que en el Universo todo cambia nada permanece igual, dicho cambio se produce dentro de un orden o ley al que denominó Logos. La unidad del Universo es una consecuencia del equilibrio entre opuestos o contrarios que se necesitan mutuamente y que no es azarosa, por ejemplo, lo caliente se enfría, el enfermo sana, etc. a) Explique la posición de Parménides sobre el cambio La postura de Parménides es contraria a la de Heráclito. Este pensador plantea que el cambio que observamos en las cosas es producto de una ilusión de los sentidos. Debemos tomar la cuestión del cambio a partir de la
“razón”. Desde este principio racional el ser es y el no ser no es porque si fuera y no fuera, estaría cambiando, pero esto no es posible, por eso el SER no cambia (es inmutable), es eterno, único y perfecto. b) ¿Cuál de los mundos platónicos tiene mayor semejanza por sus características, con la postura de Parménides sobre el Ser? El mundo platónico que se asemeja a la concepción de realidad de Parménides es el mundo de las Ideas o mundo inteligible. A este mundo se accede por medio de la razón, allí está lo real, el auténtico conocimiento o episteme. Dicho mundo, según Platón, es perfecto, eterno, inmutable, único (Características del Ser de Parménides). c) ¿Cómo se produce el cambio de las sustancias y los accidentes, según Aristóteles? SUSTANCIA: lo que es en sí. Ejemplo: semilla, silla, mesa, perro. Las sustancias, existen en sí mismas. ACCIDENTE: lo que es en otro. Ejemplo: semilla “de girasol”, silla “blanca”, mesa “redonda”, perro “bóxer”. Los accidentes necesitan de una sustancia para existir. Cambios sustanciales: para Aristóteles todo lo que existe son las sustancias (son las cosas o “entes”) que cambian pasando de potencia a acto, donde la potencia son las posibilidades del ser y el acto es su actualidad. Ejemplo: la sustancia semilla es en potencia árbol; a través del tiempo y diferentes factores que intervienen (causas) deja de ser semilla para ser árbol, es decir, lo que antes era en potencia ahora es en acto. A su vez, puede cambiar y pasar a ser otra sustancia, este árbol “en acto”, es en potencia madera para un mueble, y así sucesivamente. Cambios accidentales: no modifican la sustancia, aluden a la pérdida o adquisición de alguna característica no sustancial. La sustancia mesa de color rojo al pintarla, cambia a sustancia mesa de color verde. La sustancia no dejó de ser lo que era (mesa), solamente se modificó un accidente (el color).
UNIDAD 5 - ¿Qué podemos conocer? 5.1 Gnoseología o Teoría del conocimiento: Introducción a los problemas del conocimiento 5.1 Descripción fenomenológica del conocimiento
Hacia 1920, N. Hartmann intentó describir el fenómeno del conocimiento. Según Hartmann, el conocimiento supone siempre la existencia de dos elementos mutuamente vinculados: un sujeto y un objeto. El sujeto es quien conoce, el objeto es lo conocido. En este caso, usted es el sujeto, y la canilla automática, el objeto. Sujeto y objeto no constituyen una unidad, aunque al mismo tiempo cada uno existe como tal sólo en función de su mutua relación. Una cosa sólo se convierte en objeto de conocimiento si hay alguien que lo conoce, es decir, un sujeto. Y sólo se podrá hablar desujeto, cuando haya un objeto conocido por este. La canilla es una cosa; sólo será objeto en tanto y en cuanto alguien la conozca. Hartmann añade que sólo el sujeto se modifica dentro de esta relación. El objeto en cambio permanece intacto: la canilla no se modificó luego de que usted descubrió lo que era y cómo funcionaba. Pero usted tiene ahora algo que antes no tenía: una representación o imagen de la canilla automática, que le permitirá reconocer otras canillas similares cuando las encuentre. El sujeto aprehende el objeto, el objeto es aprehendido por el sujeto. El sujeto sale de su propia esfera para tomar algo del objeto, aunque el objeto no se modifique ni pierda nada en esta aprehensión. El sujeto, en cambio, se ve enriquecido por una imagen, o un concepto del objeto. Recuerde que aprehender" tiene un significado diferente de "aprender". "Aprehender" significa captar, atrapar, apresar. Esta descripción es sólo una de las posibles representaciones del conocimiento, y ha recibido algunas críticas. Por ejemplo, ¿cómo sabemos que no hay modificación en el objeto, si sólo accedemos a él después de conocerlo, es decir, que no sabemos cómo era antes? En otros términos, usted se encontró con la canilla luego de entrar al baño de la confitería. ¿Puede estar completamente seguro de que antes de que usted entrara la canilla estaba allí, y era exactamente igual que como usted la vio?
5.2 ¿Es posible conocer? Dos respuestas del escepticismo y el dogmatismo
Al inicio de esta Unidad le propusimos que observara una lámina de Escher, y también que reflexionara sobre la "paradoja del abuelo". Es probable que usted haya encontrado, con cierto malestar, que en el primer caso tenía que poner en duda la información ofrecida por su percepción visual; y, en el segundo, las conclusiones derivadas del uso de la razón. Esta situación proviene del hecho de que el conocimiento humano no es en absoluto infalible, y a menudo se enfrenta a sus propias limitaciones. Este no es un descubrimiento reciente, ya que hace muchos siglos que los seres humanos son conscientes de que su conocimiento no es completo ni absoluto.
El Escepticismo- Escepticismo radical Algunos pensadores han desarrollado esta afirmación hasta llegar a sostener, por ejemplo, que el conocimiento es simplemente imposible. Entre estos autores se encuentra, por ejemplo, Gorgias de Leontino:
"Gorgias de Leontium […] establece tres principios, concatenados entre ellos: 1. Que no existe nada;
2. Que, aunque (algo) existe, es inaferrable al hombre; 3. Que, aunque sea concebible, es inexplicable e incomunicable al prójimo." Sexto Empírico, citado en Mondolfo, R. El pensamiento antiguo. Bs.As., Losada, 1980, p.136. Gorgias incluye en sus principios: afirmaciones metafísicas, relativas a la existencia del mundo o de las cosas (1); afirmaciones gnoseológicas, relativas a la posibilidad de conocer lo que existe (2); afirmaciones de filosofía del lenguaje, relativas a la posibilidad de expresar cierta información en palabras y de comunicarse con otros seres humanos (3) Especialmente, afirma que el conocimiento no es posible: la posición gnoseológica que afirma que no es posible conocer recibe el nombre de escepticismo, y quienes la sostienen se llaman escépticos. En el siglo V a.C. (siglo de Pericles), momento del mayor desarrollo de la civilización griega se produce el apogeo de Atenas que encabezando a otras polis griegas, derrota a los persas. En Atenas se construyen los principales edificios que componen la Acrópolis, entre otros, el Partenón y también aparecen autores teatrales como Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes. Llega también a su punto culminante la democracia directa griega que aunque excluía a las mujeres, esclavos y extranjeros, es una de las mayores experiencias políticas en el mundo antiguo. A partir de este momento los temas que son centrales en la filosofía son los antropológicos, a diferencia de los filósofos anteriores que estaban más volcados a la naturaleza de la realidad. En este contexto surgen los “ sofistas” que constituyen una especie de profesores que van por las ciudades enseñando a los jóvenes a desempeñarse en la vida pública, como por ejemplo, “oratoria” y argumentos para persuadir. Los sofistas cobraban a sus alumnos por esta enseñanza y esta novedad produjo un gran escándalo porque hasta el momento no se consideraba que el saber podía ser un medio de vida. Sus enseñanzas respecto al conocimiento, la vida moral o el conocimiento se oponían a los planteos de Sócrates y Platón. Los sofistas introdujeron el relativismo o subjetivismo en materia de conocimiento: la famosa frase de Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas” quería decir que las cosas son según el “cristal” con que se mire, oponiéndose al concepto “objetivo” respecto del conocimiento. Lo mismo ocurría con los asuntos morales, al bien y al mal. Si el hombre es la medida de todas las cosas, una ley puede ser justa para unos pero no para otros, para una época, pero no para otra. Solo algunos sofistas llegaron a ser “escépticos”, quien sí llevará esta posición a su máxima expresión es Pirrón de Elis, quien al negar toda verdad, dicen que sencillamente un día dejó de hablar. Claro, si no hay ninguna verdad, la conducta más coherente es el silencio. Quien reacciona contra los sofistas es Sócrates a partir de un método que consta de dos momentos: la “refutación” y un segundo momento llamado “mayéutica”, que significa “arte de ayudar a dar a luz” (trata del saber de la partera). En este método, para saber que es la valentía, por ejemplo, busca determinarlo en forma objetiva (diferente a los sofistas), para ello se dirige a la plaza pública y encuentra al general Laques y le pregunta en qué consiste la valentía. El general responde diciendo que es no retroceder frente al enemigo, Sócrates entonces responde que aunque no es erróneo, se trata solo de un ejemplo, ya que a veces se habla de un marinero o político valiente. Ante esta respuesta el general se confunde y reconoce que en realidad no sabe lo que creía saber. Aquí termina la primera parte del método llamada “refutación”. Ahora el interrogado sabe que no sabe y esto es valioso (ignorancia con valor positivo). El segundo momento es la “mayéutica” Sócrates ayuda al interrogado realizando comparaciones llegando a establecer el concepto de valentía. Este concepto es “universal” ya que incluye todos los casos de valentía, expresa su esencia y se opone al relativismo.
Los dos aportes fundamentales de Sócrates a la filosofía son el método y el concepto universal.
Podemos distinguir dos grandes clases de escépticos: quienes, como Gorgias, afirman la imposibilidad del conocimiento de modo radical, es decir, sostienen que nada puede ser conocido; y quienes toman esta posición como un paso previo a la búsqueda de algún conocimiento seguro, o escepticismo metódico. Un ejemplo histórico de esta última posición lo ofrece el pensador francés René Descartes.
Escepticismo metódico: R. Descartes. Fue acusado de ateísmo y sus obras llegaron a ser quemadas. Para comprender su pensamiento en sus obras afirma que en su vida a considerado ciertas verdades que en realidad eran opiniones falsas y que todo lo construido sobre estas ideas puede ser “dudoso”. Esta duda es el sentimiento de toda la época, es necesario refundar el saber. Para esto necesita un método, que es justamente, la “duda”. Es necesario no aceptar una proposición que sea dudosa. En su “Discurso del Método” Descartes “duda” de todo lo que creía o aceptaba hasta entonces como verdadero, aquello que le habían enseñado en el seno familiar o en las instituciones donde se había formado en matemática y filosofía. Esta situación de “dudar de todo”, aún de los sentidos, de la existencia de todo lo que lo rodea es una postura escéptica respecto a la posibilidad del conocimiento, pero el objetivo de este filósofo no fue sostener solo la duda, sino tratar de llevarla a su extremo total para intentar descubrir una verdad fundamental de la que no pudiera haber duda y que fuera el sustento de todas aquellas verdades que pudieran derivarse de aquella. Por este motivo el escepticismo de Descartes fue llamado “metódico”, la duda metódica se constituyó en la base para llegar a alguna verdad evidente que se transformara en fundamento, en base de su filosofía. Esa verdad surge del siguiente razonamiento: puedo dudar de todo, de todo absolutamente, pero si hay algo de lo que no puedo dudar, es justamente de que estoy dudando. Si estoy dudando, puedo derivar que el que duda soy yo, y esto significa que estoy pensando, en consecuencia: “si pienso, luego existo”. De esta verdad indubitable, que era el objetivo de su duda metódica o escepticismo metódico, se deriva entonces todo lo que sigue en el desarrollo de su filosofía, en principio la existencia del sujeto pensante. De esta primera verdad se deriva luego la existencia de Dios y la del mundo.
El dogmatismo Ciertamente no todos están de acuerdo con el escepticismo. De hecho, la actitud "natural" o de sentido común es la de creer que, si bien a veces nos equivocamos, habitualmente "conocemos" aquellas cosas que percibimos con nuestros sentidos (este libro, aquella silla, esa ventana), y también nuestras propias sensaciones internas (el interés o el aburrimiento que siento, el cansancio, la preocupación). Pero también muchos filósofos consideran que hay ciertas entidades que es posible conocer: por ejemplo, como vimos en la Unidad 4, Platón considera que el verdadero conocimiento es el conocimiento de las Ideas; o Aristóteles sostiene que es posible conocer las sustancias. Esta confianza en la posibilidad de conocer, recibe a veces el nombre de dogmatismo. Esta palabra "dogmatismo" es una palabra ambigua, ya que tiene más de un significado. Un uso frecuente del término, asocia “dogmatismo” con la aceptación de la verdad de una proposición sin justificación racional. Por ejemplo, como vimos en la Unidad 4, es posible creer en la existencia de Dios, o en la continuidad del alma después de la muerte por la fe que se profesa a una religión dada. En un sentido menos interesante, se pueden aceptar ciertas ideas o costumbres simplemente por una adhesión emocional (porque lo dijo una persona que es ídolo deportivo o una actriz famosa, o alguien cuya autoridad reconocemos, pero que no es experto en este campo). En la Unidad 1 nos referimos a este argumento como "la falacia de autoridad". También, como dijimos antes, creemos en la existencia de un mundo real, sin reflexionar o examinar esta creencia, esto es aceptamos esta existencia también en un sentido dogmático. En este sentido, ningún filósofo o filósofa puede ser dogmático: filosofía y dogmatismo se excluyen. (Tenga en cuenta la caracterización de la Filosofía que presentamos en la Unidad 1) Pero hay un segundo sentido de la palabra "dogmatismo" que alude a la creencia de que existen algunas proposiciones cuya verdad podemos conocer, y para las cuales podemos aducir alguna prueba o justificación racional. Este es el sentido en que antiguamente se llamaban "filósofos dogmáticos" a los que sostenían la verdad de ciertas afirmaciones o principios, sobre la base de argumentos o justificaciones filosóficas.
5.3
¿Cómo se origina el conocimiento? Dos respuestas: el empirismo y el racionalismo Hume y el empirismo Durante la modernidad, mientras en Europa continental se desarrolla el racionalismo (del que ya hablamos más arriba, con la exposición de las ideas de R. Descartes de origen francés), en Inglaterra nace una posición opuesta conocida como “empirismo”. Según esta corriente el conocimiento se funda en y por la experiencia, o lo que es lo mismo, por algún tipo de información sensorial. Según los empiristas no existen las ideas innatas, sino que por el contrario, la conciencia es una tabla rasa, un papel en blanco donde la experiencia “escribe”. Algunos de los empiristas ingleses más destacados fueron Bacon, J. Locke, G. Berkeley y David Hume (1711-1776). Esta corriente sigue siendo muy importante en la actualidad. Hume distingue entre las “impresiones” y las “ideas”. Las
impresiones están dadas por las sensaciones que experimentamos (por la vía de los sentidos), y las ideas son las huellas de lo que queda de las primeras en el pensamiento. También hace una segunda distinción entre las impresiones. Se dividen en impresiones o ideas simples e impresiones o ideas complejas. Por ejemplo, la impresión de “rojo” es simple, mientras que la de “manzana” es compleja. Para hacer esta clasificación el criterio que utiliza es el de “indivisibilidad” de las primeras (impresiones simples) frente a las separaciones o fragmentaciones que pueden realizarse en las segundas (impresiones complejas). Por otra parte, las impresiones tienen mayor “fuerza y vivacidad” que las ideas. Podría haber alguna confusión entre impresiones e ideas complejas, por ejemplo, se puede tener la idea compleja de una montaña de oro, sin que haya tenido la impresión correspondiente. Para esta situación se puede encontrar una solución, las ideas simples siempre se asemejan a las impresiones simples, pero nunca se encuentra una idea sin la impresión correspondiente, además que hay un orden temporal, cronológico en el cual la impresión siempre precede a la idea. Por esta razón, dice, las ideas simple derivan de las impresiones simples, ya que aquellas son más débiles. El criterio de verdad para el empirismo respecto de las ideas, es que debe corresponder a una impresión. Si no se puede encontrar la impresión de una idea, ésta es ilegítima. El planteo de Hume contiene una crítica muy fuerte a la metafísica y teología del medioevo, entre otras expone que sus razonamientos no contienen experiencias que se refieran a los hechos o a cosas existentes, entonces no tienen ningún valor. Contrariamente al empirismo, el racionalismo considera que el origen y fundamento del conocimiento no está en los sentidos, sino en la ideas de nuestra razón. El racionalismo de Descartes El criterio de verdad de Descartes es la “evidencia racional”, esta es su primera regla. Una idea es verdadera cuando es evidente, y es evidente cuando es “clara y distinta”, una idea es clara cuando se manifiesta directamente al espíritu y es distinta cuando la idea solo incluye los elementos esenciales. Estos conceptos se oponen a “oscuro y confuso”. La segunda regla propone el análisis de las cuestiones (división en elementos o naturalezas simples), y luego, la tercera regla consiste en la reconstrucción a través de una síntesis en la composición del conocimiento de las cosas. Para terminar en la regla de la enumeración que revisa todo el proceso para evitar errores. El objetivo de Descartes es llegar a una verdad fundamental, indubitable sobre la cual edificar el conocimiento, el saber. No la encuentra en los datos que provienen de los sentidos, ni en las matemáticas como señalamos en el punto donde hablamos del escepticismo metódico (inclusive afirma: quizá hay un genio maligno que me engaña aún en cosas que parecen tal claras como que 2 x 2 = 4). Con su verdad fundamental “pienso luego existo”, pone al sujeto pensante, al individuo en un papel preponderante es el signo fundamental de la modernidad. También Descartes es el fundador del racionalismo moderno, que afirma que ha encontrado la verdad fundamental (pienso luego existo) por medio de una intuición intelectual, y a partir de ella por vía racional descubrir otras verdades. La razón es así la fuente y base del conocimiento humano. Para el racionalismo el sujeto pensante posee “ideas innatas”, ya que no proceden de los sentidos y están en nosotros desde que nacemos, como la idea de Dios. Dios es finalmente el fundamento último del conocimiento, ya que es quien ha puesto en nosotros esas ideas innatas y la razón para que construyamos un conocimiento verdadero del mundo en que vivimos.
En síntesis: Se pueden encontrar muchas diferencias entre el estilo de Hume y el de Descartes. Hume prueba su tesis de que las ideas son copias débiles de las impresiones mediante multitud de ejemplos particulares, para llegar a una conclusión general. Descartes, en cambio lo hace por vía deductiva, buscando una verdad indubitable, “pienso, luego existo”, y a partir de allí, mediante la deducción demuestra la existencia de Dios y el mundo.
5.4 ¿Qué es lo que conocemos? Dos respuestas del realismo y el idealismo EL REALISMO Podemos decir, por ejemplo que el sistema de Aristóteles es un sistema realista. En efecto, para Aristóteles lo que existe son las sustancias individuales, y el conocimiento teórico (puede revisar el concepto de conocimiento teórico en las Unidades 3 y 4), es conocimiento de la realidad, en sus diferentes sentidos: de las sustancias separadas e inmutables (la Filosofía), de las sustancias sometidas a cambio (la Física), y de los objetos abstraídos de las sustancias (la Matemática). En todos estos sentidos, siempre se entiende que quien conoce, conoce algo que está separado de sí mismo, "fuera", en el mundo externo, y que no depende de que un sujeto lo conozca para existir. EL IDEALISMO SUBJETIVO DE BERKLEY -Si bien el problema del conocimiento aparece, como vemos, ya desde los primeros pensadores filosóficos, tiene un especial desarrollo en la Filosofía Moderna, en particular, durante los siglos XVII y XVIII. Uno de los más célebres representantes del idealismo fue un obispo irlandés llamado George Berkeley. Berkeley es un idealista material, es decir que considera imposible la existencia de los objetos en el espacio con independencia de la acción de un sujeto cognoscente. Berkeley es empirista, es decir que considera que el conocimiento se origina en la percepción, pero amplía esta afirmación en términos idealistas, sosteniendo que el objeto no existe independientemente de esa percepción. La tesis de Berkeley es a la vez gnoseológica (dice algo sobre el conocimiento), y metafísica (dice algo sobre la existencia de los seres). Desde el punto de vista del conocimiento, Berkeley destaca la prioridad del sujeto: es el sujeto quien determina al objeto y no a la inversa. Desde el punto de vista metafísico, Berkeley sostiene la tesis (radicalmente opuesta al sentido común) de que no existe la materia, sino que todo es espíritu, mente, conciencia, o contenido de una mente o una coincidencia (sensación, percepción, idea); por eso el idealismo de Berkeley es conocido como idealismo psicológico o idealismo subjetivo.
El idealismo y la filosofía moderna La filosofía antigua y medieval es “realista”, es decir, considera que lo que conocemos son cosas que existen fuera del sujeto y las conocemos tal como son. Ejemplo de esta postura es Aristóteles, quien afirma que nuestro conocimiento es de las cosas que existen con independencia del sujeto quien llega al conocimiento al lograr una imagen que es un duplicado de las cosas mismas. Desde esta perspectiva conocer es descubrir, los objetos quedan develados por un sujeto. La verdad es decir de lo que es qué es y de lo que no es que no es, en otros términos, correspondencia entre pensamiento y realidad. Este es el concepto “trascendente de verdad”, el objeto es determinante y el sujeto lo determinado. Con la filosofía moderna surge una postura opuesta denominada “idealismo”. En esta perspectiva el papel predominante o activo es del sujeto y no del objeto. El objeto es construido por el sujeto, no se llega al conocimiento de las cosas tal como ellas son, sino que al aparecer en nuestra conciencia, se denominan “fenómenos”. Ahora la verdad no es la correspondencia entre pensamiento y realidad, sino la coherencia o consistencia lógica del pensamiento consigo mismo, este es un concepto “inmanente de verdad”. Puede no haber mundo exterior, pero no puede no haber sujeto pensante. Ya con Descartes el sujeto ha pasado al primer plano, y aunque todavía no es un idealista ya que afirma que es una “cosa que piensa” y a partir de allí demuestra la existencia de Dios y del mundo externo, ya que Dios que es pura bondad no me puede engañar. Podría pensarse que en la postura opuesta al racionalismo cartesiano, el empirismo sostendría una posición realista, pero el empirista inglés G. Berkeley sostiene que no hay otro conocimiento que el que produce la percepción. Esto nos podría llevar a pensar que lo percibido provendría de un objeto externo, pero para este filósofo el ser es lo mismo que la percepción (aquí percepción debe ser entendida como “contenido de conciencia”). Las cosas existen cuando son conocidas o percibidas. Las cosas reales son “contenidos de conciencia” y estos contenidos de conciencia surgen en nuestras mentes por obra de Dios. En suma, no hay más
realidad que las mentes, sus contenidos o ideas y Dios. El idealismo de Berkeley de raíz empirista recibe el nombre de idealismo sujetivo o psicológico por reducir el ser de los objetos a la conciencia psicológica.
En 1781, Kant publica, como dijimos, la C rítica de la Razón Pura. En este libro formula la posición conocida como "filosofía trascendental" o "filosofía crítica", que introduce una nueva posición, diferente tanto del empirismo como del racionalismo. Las obras de Kant son complejas y difíciles pero enormemente importantes: sus ideas influyeron (y aún hoy influyen) en el pensamiento posterior. Los empiristas sostenían que todo conocimiento procede de la experiencia. Kant está de acuerdo parcialmente con la posición empirista, en cuanto se puede decir que el conocimiento comienza con la experiencia, pero esto no implica sostener que todo conocimiento procede o se origina en la experiencia. Lo que Kant pretende averiguar es cómo es posible la experiencia misma. Según Kant, nuestra experiencia del mundo es como es por dos motivos: en parte por cómo es el mundo, y en parte por cómo es nuestra manera de conocerlo. Por ejemplo, pensemos en cómo es el mundo para un perro: probablemente sea mucho más rico en sonidos y olores que el mundo que conocemos, y al mismo tiempo será más pobre en colores. ¿Por qué? Porque el olfato y el oído del perro son más sensibles que los humanos, mientras que su vista no discrimina los colores (los perros perciben variaciones de intensidad, pero no de color; algo parecido a lo que era ver televisión "en blanco y negro"). En los seres humanos, por otra parte, no es sólo la percepción la que organiza los datos, sino también el entendimiento, que le impone categorías. El objeto afecta al sujeto, pero a la vez, el sujeto no es pasivo, no se limita a recibir los datos, sino que el sujeto es activo: elabora, organiza y en cierto sentido modifica esos datos "en bruto". Podemos decir que el eje de la filosofía kantiana pasa por el cambio en el lugar del sujeto, que ya no es pasivo, sino que ocupa un lugar activo en la relación de conocimiento. Según Kant, podemos conocer el objeto tal como se nos aparece (a lo que él llama fenómeno), pero no tal como es en sí mismo (noúmeno). En este sentido, todo conocimiento comienza con la experiencia (que provee los datos), pero no se origina en la experiencia (sino que requiere la actividad organizadora del sujeto). En esto se diferencia Kant tanto de los empiristas como de los racionalistas. Kant se aleja del empirismo al considerar que las impresiones solas no bastan para decir que conocemos algo. Los datos de la sensación, que proceden de las cosas, no son suficientes. Para que haya conocimiento, para que podamos hablar de "objeto" es necesaria la actividad del sujeto que otorga una forma a esa suma de sensaciones que por sí mismas no tendrían sentido. Pero también se distancia del racionalismo, ya que los conceptos en sí mismos tampoco bastan; si no disponemos de los datos, los conceptos son puras formas vacías. La actividad del sujeto no puede ejercerse en el vacío, sino que necesita de una materia, ofrecida por aquellos datos.
Establece las diferencias entre el sujeto racional de Descartes y la postura idealista de Kant. Aparece el concepto de categoría para Kant las cuales se refieren al sujeto en cuanto a la forma que tiene de conocer: por ejemplo el espacio y el tiempo.- Diferencia de las categorías de Aristóteles que se refiere a las cosas, a la realidad.- Expone alguna relación con el psicoanálisis de Freud y Lacan, como influencia del pensamiento kantiano en tiempos posteriores.- Por último, hay un contrapunto entre el idealismo y el materialismo marxista. Según Hartmann el conocimiento supone siempre la existencia de dos elementos mutuamente vinculados: un sujeto (quien conoce) y un objeto (a conocer). El sujeto realiza una aprehensión (captación) de las características esenciales del objeto y en ese acto, el sujeto se modifica. Como correlato, queda una imagen del objeto en el sujeto. En cambio el objeto no se modifica. Las posturas dogmáticas sostienen que el conocimiento es posible, que los seres humanos pueden alcanzarlo. Se pueden conocer las sustancias diría Aristóteles o bien las Ideas según Platón. En cambio los escépticos consideran que el conocimiento es imposible como en el caso del escepticismo radical (extremo) de Gorgias de Leontino pero hay otra variante del escepticismo, conocido como metódico sostenido por Renee Descartes quien considera que es necesario dudar de todo conocimiento para llegar a una verdad indubitable (es decir, de la que no se pueda dudar). Descartes duda de todo, hasta de sí mismo, pero encuentra que al dudar de todo, de lo único que no puede dudar, es de que está “dudando”, por lo tanto, está “pensando” y entonces aparece su famosa frase “pienso, luego, existo”. Este es la primera verdad alcanzada y fundante del racionalismo que representa su postura.
La postura de David Hume se denominó EMPIRISMO porque considera que la experiencia o información “sensorial” es la fuente de todo conocimiento.
El principio del RACIONALISMO Cartesiano (de Descartes) es que el origen o fuente de todo conocimiento es la “razón” y las “ideas innatas”, que nos permiten deducir por ciertas reglas lógicas las “ideas claras y distintas” (verdaderas) y diferenciarlas de las “ideas oscuras y confusas” (falsas). El realismo sostiene que existe una realidad fuera del sujeto, que no necesita del sujeto para existir y la conocemos tal como es (conocer es descubrir los objetos que existen independientemente de nosotros). Mientras el idealismo pone al sujeto en un primer plano, no se llegan a conocer las cosas ya que son producto de nuestra conciencia. El idealismo más extremo sostiene que no existe el mundo exterior fuera del sujeto, que en todo caso este último construye ese mundo. Porque para Kant el conocimiento comienza con la experiencia pero no se origina en la experiencia como plantea el empirismo. La experiencia nos proporciona los datos en bruto, el material, pero es el sujeto con su entendimiento quien categoriza, ordena, elabora esos datos. A diferencia del realismo, Kant sostiene que en el acto del conocer el sujeto tiene un papel activo, papel que no le confiere el realismo para quienes los sujetos solo descubren pasivamente al objeto que existe de manera independiente.
UNIDAD 6 - ¿Qué es la ciencia? Epistemología o Filosofía de la ciencia: Introducción a los problemas de la ciencia
¿Por qué reflexionar sobre el conocimiento científico? ¿Por qué ocuparnos de un tipo de conocimiento con el que convivimos, en el que confiamos pero al que no nos dedicamos especialmente, sino que lo reservamos a "los científicos"? En nuestra época, la ciencia ocupa un lugar central: diarios y revistas, la televisión o la radio, informan cotidianamente sobre nuevos descubrimientos o plantean debates acerca de los efectos de nuevos desarrollos tecnológicos. Entonces, ¿por qué ocuparnos aquí de algo tan obvio y familiar? Precisamente porque es aparentemente obvio. Uno de los rasgos centrales de la filosofía (Unidad 1), es mostrar cuán poco obvias son aquellas cosas que nos parecen evidentes. En unidades anteriores, revisamos algunos supuestos con respecto al bien y el deber, la belleza y el arte, la existencia de Dios y el concepto de cambio, y también el conocimiento en general. Ahora, en cambio, nos ocuparemos de un tipo especial de conocimiento: el conocimiento científico. Como verá la epistemología se presenta como una ciencia, la ciencia de las ciencias, pero en realidad si se parte de la posibilidad de una crítica o cuestionamiento a este saber, y que no hay un acuerdo entre los epistemólogos sobre diferentes temáticas, sin duda, estamos en el terreno de la filosofía.
6.1 Filosofía, ciencia y pseudociencia
Como dijimos, la ciencia goza de prestigio social, y palabras como "científico" o "ciencia" se incluyen en discursos publicitarios o propagandísticos para convencer a los lectores de las bondades de un producto, una acción o una política. ¿Pero acaso todos los lectores conocen el significado de estos términos? ¿O simplemente se emplean como un recurso persuasivo (Capítulo 1, Falacias no formales o materiales)? Hay publicidades que presentan la cura de ciertas enfermedades, la solución de problemas o la adivinación del futuro bajo el rótulo de "ciencia" o "científico" aunque no guarden ninguna relación con una disciplina científica genuina. Por otra parte, en esta Unidad estamos poniendo en contacto dos disciplinas diferentes, aunque vinculadas: la ciencia y la filosofía. Será importante que podamos distinguir entre ambas, para comprender mejor sus mutuas relaciones. Algunas de estas preguntas son respondidas por las ciencias, elaborando teorías, explicaciones de hechos o sucesos; las teorías son puestas a prueba cotejándolas con hechos y luego, son aceptadas o rechazadas según los resultados de dichas pruebas. Para someter a prueba a las teorías científicas los principales instrumentos son la observación y/o la experimentación. En un determinado momento histórico un conjunto de teorías (nunca una única teoría) son aceptadas por la comunidad científica. También sucede que las ciencias “progresan”, por ejemplo, con el tiempo son más exactas o explican mejor los sucesos. Estudiar una ciencia significa estudiar una serie de conocimientos (teorías) y los métodos que utiliza esa ciencia. A diferencia de las ciencias, las preguntas filosóficas no tienen una única respuesta, sino que pueden recibir muchas respuestas, que como condición deben ser explicaciones racionales, fundamentadas, pero no sometidas a pruebas de observación y/o experimentación. Tampoco hay “progreso” como en las ciencias, algunos autores proponen que las preguntas aunque pueden ser las mismas a lo largo de la historia, por ejemplo, ¿cuál es el sentido de la vida?, pero las respuestas van sugiriendo explicaciones más profundas, ya que los pensadores retoman las reflexiones de otras en distintos momentos históricos. En tal sentido se habla entonces que el sentido es “circular”, ya que las preguntas pueden ser las mismas, pero al mismo tiempo siguen profundizándose estas temáticas, entonces el sentido es “circular virtuoso” (no vicioso, que significaría que siempre se encontraría en el mismo lugar, sin avanzar o profundizar). Hay preguntas que en la antigüedad eran propias de la filosofía y con el tiempo fueron tomadas por la ciencia, por ejemplo, ¿qué es el espacio? O ¿qué es el tiempo? que ahora son estudiadas por la física. Guillermo Obiols, especialista en didáctica de la filosofía nos habla de una “zona gris” entre filosofía y ciencia, que va modificándose con el tiempo, y ciertas cuestiones van cambiando de filosóficas a científicas. Siguiendo este hilo de pensamiento,
podría pensarse que en algún momento todas las preguntas filosóficas serán abordadas por la ciencia, entonces la filosofía dejará de existir. Pero, esto no es tan simple, ya que los hallazgos científicos también proponen nuevos interrogantes filosóficos. En cuanto a este tema, Einstein dijo: “Las actuales dificultades de su ciencia obligan al físico a afrontar problemas filosóficos en grado muy superior a lo que sucedía en otras generaciones”. Dentro del seno de las ciencias biológicas se podría pensar si en algún momento a través de la manipulación genética se pudiera llegar a construir una especie de hombres muy fuertes, de gran musculatura, pero muy sumisos, con bajo cociente intelectual que realicen las tareas más penosas, para liberar de ellas a los privilegiados (tema controversial, que es eje del libro “Un mundo feliz” de Aldous Huxley). Al mismo tiempo, desde el plano filosófico se puede discutir, cuestionar esta posibilidad, ya que consideramos que el ser humano es libre y ésto no se daría en el caso de estos hombres limitados intelectualmente que no pueden elegir su forma de vida. Esta problemática se desarrolla en la Unidad 2, la "Ética", libertad y responsabilidad. Para finalizar, la ciencia se basa en “supuestos”, que significa que son principios que no requieren demostración, que no se hacen explícitos, así como la validez del conocimiento científico o los instrumentos que permiten contrastar las teorías. Al contrario, la filosofía intenta ser un saber sin supuestos, es decir, sus fundamentos son un tema a tratar, cuestionables.
6.2 Características de conocimiento científico
El conocimiento científico, si bien requiere siempre pruebas, es, al mismo tiempo, revisable y provisorio. Por ello, es importante identificar cuál es el sentido de estos conceptos. La calificación de “científico” siempre genera en las personas cierto valor y consideración. Es claro que en algunos aspectos como en la “electrónica” la ciencia ha logrado grandes avances pero en otros, cuando se habla por ejemplo de “métodos científicos para adelgazar”, la gente gasta mucho dinero sin un resultado comprobable. ¿Es posible distinguir la ciencia de la pseudociencia? ¿En qué consiste el método científico? ¿Qué distintos de ciencias hay?
El epistemólogo argentino contemporáneo Mario Bunge en su libro “La ciencia: su método y su filosofía”, Siglo XX (Bs.As. 1972) caracteriza a la ciencia como un “conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible”. Al analizar esta definición, podemos afirmar que la ciencia es un conocimiento, en tanto intenta realizar una descripción o explicación de un objeto. También se afirma que es un conocimiento racional, ya que está compuesto por razonamientos. Es sistemático porque las teorías conforman una totalidad ordenada, relacionadas mutuamente; es exacto ya que las ciencias utilizan un lenguaje claro y preciso; es verificable, ya que las afirmaciones científicas siempre deben ser sometidas a pruebas y falible porque esas pruebas pueden demostrar que ese conocimiento es inválido. Como la ciencia es un conocimiento que se puede someter a pruebas, las teorías pueden ser consideradas válidas en un momento determinado pero luego, en otro, pueden ser descartadas o modificadas ante nuevas pruebas. Cuando los conocimientos no cumplen con esas condiciones no se pueden llamar “científicos”, como aquellos que están expresados en términos poco precisos o no pueden ser sometidos a verificación (evidencias, pruebas, “contrastación empírica”), como por ejemplo las predicciones astrológicas, ya que además son sumamente vagos en consecuencia, “irrefutables”. La “investigación científica” es la actividad o quehacer del hombre científico, a diferencia del “conocimiento científico” que constituye aquellas teorías que se han reconocido como válidas. También podemos referirnos a la aplicación del conocimiento científico que es la “tecnología”, por ejemplo, la ciencia médica que se trata de la medicina que se apoya en conocimientos científicos. Hablamos de tres aspectos de la ciencia: conocimiento, investigación y tecnología y así, podemos describirlos como aristas que confluyen entre sí, retroalimentándose. Por ejemplo, un antropólogo deberá conocer las principales teorías que componen el conocimiento científico actual, también los procedimientos de investigación para buscar respuestas sobre problemas aún no resueltos, así como también el uso de medios tecnológicos que le permitirán profundizar sus investigaciones.
6.3 Clasificación de las ciencias: formales y fácticas
Distinguimos la ciencia de otros saberes (como la filosofía), y de las pseudociencias (como la astrología). También señalamos las diferencias entre el conocimiento y la investigación científica. Podemos agregar que si bien todas las ciencias comparten algunas características (por ejemplo, la de ser racionales), también guardan algunas distinciones. Teniendo esto en cuenta es posible clasificarlas ciencias. Existen diversos criterios de clasificación de las ciencias, pero nosotros emplearemos la distinción entre ciencias formales y ciencias fácticas. El criterio más importante que tendremos en cuenta para esta clasificación es el modo en que demuestran sus enunciados. Consideraremos, entonces, que las ciencias formales son aquellas que no necesitan recurrir a la experiencia para demostrar sus enunciados, mientras que las ciencias fácticas sí recurren a la comparación con el mundo para demostrar sus enunciados. Las ciencias
fácticas también reciben el nombre de "ciencias empíricas", por esta relación con la experiencia. Las ciencias formales son la lógica y la matemática; son ciencias fácticas las ciencias naturales como la física, la química o la biología y las ciencias sociales o humanas como la sociología o la psicología. Las ciencias fácticas se ocupan de hechos o sucesos, de realidades espaciales y/o temporales, naturales o sociales. En este último caso, se ocupan de hechos que producen los hombres como parte de una sociedad. La lógica y las matemáticas tratan de “objetos ideales”, entes que no están en el espacio o en el tiempo, por ej, los números o los razonamientos. En estos casos no se realiza una “verificación empírica” o “contrastación” con los hechos, como en las ciencias fácticas, la demostración se realiza únicamente por vía “deductiva” por medio de teoremas que es la metodología básica de las ciencias formales. En las ciencias fácticas, los enunciados o afirmaciones que se realizan pueden ser contrastadas con los hechos, por eso puede determinarse su “verdad” o “falsedad”, en muchas de ellas, las matemáticas y la lógica juegan el papel de “ciencias auxiliares.
6.4 Algunos elementos de lógica
RAZONAMIENTOS: TIPOS- Existen dos grandes grupos de razonamientos: 1. Razonamientos deductivos: aquellos en los cuales su conclusión se extrae necesariamente de las premisas. Es decir, la conclusión de alguna manera está incluida en las premisas. Ejemplo: Premisa 1: El ladrón entró por la puerta o por la ventana.- Premisa 2: El ladrón no entró por la puerta Conclusión: El ladrón entró por la ventana 2. Razonamientos no deductivos: aquellos en los cuales su conclusión se extrae "probablemente" de las premisas. Es decir, la conclusión afirma algo más de los dicho en las premisas. Ejemplo: Premisa 1: El cobre es metal y es buen conductor de la electricidad. Premisa 2: El hierro es metal y es buen conductor de la electricidad. Premisa 3: El níquel es metal y es buen conductor de la electricidad. Premisa 4: El aluminio es metal y es buen conductor de la electricidad Conclusión: Todos los metales son buenos conductores de la electricidad Como podemos observar, en las premisas solo contamos con cuatro casos de metales buenos conductores y la conclusión es "universal" y extiende dicha afirmación a todos los metales existentes... En los razonamientos no deductivos, la conclusión afirma mucho más de lo que lo dicho en las premisas.
6.5 Las ciencias fácticas: la concepción heredada y el giro sociológico
Ahora que disponemos de algunas herramientas lógicas estamos en condiciones de considerar la interpretación que sobre el conocimiento científico han planteado los denominados "filósofos clásicos de la ciencia". A partir de la comprensión de los rasgos de esta posición, introduciremos en un segundo momento otra posición en filosofía de la ciencia que se plantea como una crítica a la mirada centrada en la lógica de la investigación que propusieron los epistemólogos clásicos.
El inductivismo (concepción herada o concepción estándar) Supongamos que usted es un científico que está investigando la naturaleza y el comportamiento de un virus hasta ahora desconocido. Sabe que hay un grupo de personas contagiadas; conoce los síntomas de esas personas; sabe que muchas de ellas murieron un tiempo después de contraer la enfermedad. ¿Qué procedimiento emplearía en esa investigación? ¿Qué actividades realizaría? ¿Qué recursos emplearía en su investigación? ¿Cómo justificaría sus conclusiones (qué tipo de prueba ofrecería para la solución que propone)? Es muy probable que al menos una de las respuestas que usted encontró al realizar la actividad anterior respondiera, más o menos ajustadamente, a algunos de los pasos del siguiente esquema: 1.Observar y registrar t odos los datos posibles relativos al problema planteado (por ejemplo, observar el comportamiento de la enfermedad (número de contagiados, número de muertos entre los contagiados, duración de la enfermedad, etc.), ante diversas condiciones (por ejemplo, edad de las personas contagiadas, contagio a partir del contacto con animales, contagio entre humanos, estado de salud anterior al contagio, hábitos de
alimentación, hábitos de higiene, etc.). Esta observación debe encontrarse libre de cualquier tipo de idea o hipótesis previa, y debe realizarse en un número grande de casos, y en una variedad de condiciones.
2.Clasificar y analizar los datos obtenidos, es decir, encontrar regularidades de algún tipo, o relaciones entre los datos. (Por ejemplo, entre el contagio en ciertos animales y la temperatura corporal media de esos animales. 3.Generalizar la información obtenida en forma de leyes. Esto implica realizar razonamientos del tipo "Observamos una gran cantidad de A (virus), y todos los A observados tienen la propiedad B (se reproducen mejor a temperaturas cercanas a los 37°). Por lo tanto todos los A (todos los virus de esta clase, hayan sido observados o no; provengan de África o de Europa; contemporáneos o futuros; etc.) tienen la propiedad B (es decir, se reproducen mejor a temperaturas cercanas a los 37°). 4.Comprobar la verdad de las leyes obtenidas por medio de la deducción de sus consecuencias. Este esquema describe una posición acerca de la investigación científica conocida comoinductivismo. Este nombre proviene del hecho de que esta posición postula que los razonamientos adecuados para la investigación y la verificación del conocimiento científico son los razonamientos inductivos (como el que analizamos en el ejemplo 3.). Observe que si bien hay una relación entre estos dos términos, no se refieren a lo mismo: el razonamiento inductivo es un tipo de razonamiento, es decir una manera de relacionar premisas y conclusión; mientras que el inductivismo es unacorriente o escuela de filosofía de la ciencia, que sostiene que el razonamiento inductivo es un modo adecuado de proponer y verificar leyes científicas (paso 3.) pero que además sostiene también otras condiciones para la actividad científica (pasos 1.; 2. y 4.) La concepción inductivista de la ciencia coincide en general con la idea de la ciencia presente en el sentido común. Sin embargo, el inductivismo puede ser criticado desde varios puntos de vista: a. Por ejemplo, ¿cuántos casos son suficientes para considerar que es un número grande de casos? b. Además, si no tenemos ninguna hipótesis previa, ¿cómo sabemos qué condiciones son importantes o relevantes para la observación? Mencionamos el número de contagiados, el número de muertos entre los contagiados, la edad de las personas, su alimentación, la temperatura corporal, etc.; pero ¿cómo podemos estar seguros de cuáles son pertinentes? ¿Cómo saber si la presencia de oxígeno o de otro gas, la cantidad de virus por cm3 de sangre, o incluso la edad del investigador, o el color de las paredes del laboratorio no tiene algún efecto en el virus? c. Pero existe un argumento aún más fuerte, y que fue difundido sobre todo por Karl Popper. El razonamiento inductivo empleado en el paso 3.no es válido, es decir que, aunque las premisas ofrezcan algunos elementos para sostener la conclusión, de todos modos la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión (Por ejemplo, tras observar cisnes durante siglos, los europeos suponían que la proposición "Todos los cisnes son blancos" era verdadera, hasta que tras la llegada de los primeros navegantes europeos a Australia descubrieron la existencia de cisnes negros).
El método hipotético-deductivo Pero si el método inductivo no es el adecuado (por todos los motivos vistos más arriba), se preguntaron entonces los filósofos de la ciencia, ¿cuál es el método correcto para justificar las leyes y teorías científicas? Veamos una respuesta posible a esta pregunta, que se conoce con el nombre demétodo hipotético-deductivo. Según esta manera de concebir el método científico, toda investigación científica comienza con el planteo de un problema y la formulación de una o varias hipótesis que procuren resolverlo. Luego estas hipótesis deben ser contrastadas del modo más riguroso posible. Veamos cómo a partir de un caso célebre de la historia de la ciencia, relatado por Carl Hempel, en su libro Filosofía de la Ciencia Natural (Madrid, Alianza, 1984, pp.16-21). Entre 1844 y 1848, un médico húngaro llamado Ignaz Semmelweis trabajaba en la Primera División de Maternidad del Hospital General de Viena. Esta División registraba la mayor cantidad de casos de mujeres que enfermaban de fiebre puerperal, una afección severa que podía desembocar en el fallecimiento de la paciente, y que se producía con posterioridad al parto ("puerperio" es el nombre del período de seis semanas posteriores al parto). Preocupado por este problema, Semmelweis intentó buscar una explicación al alto número de casos, y analizó varias hipótesis:
Una opinión ampliamente aceptada atribuía las olas de fiebre puerperal a "influencias epidémicas" que se describían vagamente como "cambios atmosféricos-cósmico-telúricos" que se extendían por distritos enteros […] Pero, ¿cómo -argüía Semmelweis- podían esas influencias haber infestado durante años la División Primera y haber
respetado la Segunda? Pensemos en que ambas divisiones se encontraban dentro del mismo hospital. Además, agrega Hempel, lo mismo podría decirse con respecto al hecho de que las muertes se producían en la División Primera del Hospital General, pero no en otros hospitales de Viena, ni en otras divisiones del mismo hospital. Según otra opinión, una causa de mortalidad en la División Primera era el hacinamiento. Pero Semmelweis señala que de hecho el hacinamiento era mayor en la División Segunda. […] Semmelweis descartó asimismo dos conjeturas similares haciendo notar que no había diferencias entre las dos divisiones en lo que se refería a la dieta y al cuidado general de las pacientes. Otra hipótesis había sido formulada por una comisión investigadora, que adjudicaba la responsabilidad a los estudiantes de medicina que habían revisado a las parturientas como parte de sus prácticas universitarias. Semmelweis señala, para refutar esta opinión, que a. las lesiones producidas naturalmente en el proceso del parto son mucho mayores que las que pudiera producir un examen poco cuidadoso;b. las comadronas que recibían enseñanzas en la División Segunda reconocían a sus pacientes de modo muy análogo, sin por ello producir los mismos efectos;c.cuando […] se redujo el número de estudiantes y se restringió al mínimo el reconocimiento de las mujeres por parte de ellos, la mortalidad, después de un breve descenso, alcanzó sus cotas más altas. ("Comadrona" significa "partera", "obstétrica".) Se enunciaron otras hipótesis: por ejemplo, que las mujeres de la División Primera se asustaban y debilitaban al ver al sacerdote que llevaba la extremaunción a las moribundas, haciendo sonar una campanilla mientras caminaba. En la División Segunda, en cambio, el sacerdote entraba directamente a la enfermería y no era visto por las parturientas. Semmelweis decidió someter a prueba esta suposición. Convenció al sacerdote de que debía dar un rodeo y suprimir el toque de campanilla para conseguir llegar a la habitación de la enferma en silencio y sin ser observado. Pero la mortalidad no decreció en la División Primera. Semmelweis intentó también otras respuestas, pero todas sin éxito.
Finalmente, en 1847, la casualidad dio a Semmelweis la clave para la solución del problema. Un colega suyo Kolletschka, recibió una herida penetrante en el dedo, producida por un escalpelo, de un estudiante con el que estaba realizando una autopsia, y murió después de una agonía durante la cual mostró los mismos síntomas que Semmelweis había observado en las víctimas de la fiebre puerperal. (Escalpelo es un instrumento de cirugía similar a un cuchillo pequeño y puntiagudo, muy afilado.) Notemos que Kolletschka era un hombre, y por lo tanto era poco probable que tuviera síntomas propios del post-parto. Y continúa relatando Hempel: Aunque por esa época no se había descubierto todavía el papel de los microorganismos en ese tipo de infecciones, Semmelweis comprendió que la "materia cadavérica" que el escalpelo del estudiante había introducido en la corriente sanguínea de Kolletschka había sido la causa de la fatal enfermedad de su colega, y las semejanzas entre el curso de la dolencia de Kolletschka y el de las mujeres de su clínica llevó a Semmelweis a la conclusión de que sus pacientes habían muerto por un envenenamiento de la sangre del mismo tipo; él, sus colegas y los estudiantes de medicina habían sido los portadores de la materia infecciosa, porque él y su equipo solían llegar a las salas inmediatamente después de realizar disecciones en la sala de autopsias, y reconocían a las parturientas después de haberse lavado las manos sólo de un modo superficial, de modo que éstas conservaban a menudo un característico olor a suciedad. A pesar de la resistencia de algunos de sus colegas, Semmelweis decidió poner a prueba su hipótesis, y logró que todos se lavaran las manos con un preparado de cal clorurada antes de efectuar los reconocimientos. La mortalidad puerperal comenzó a decrecer, y en el año 1848 descendió hasta el 1,27% en la División Primera, frente al 1,33% de la Segunda. Reflexionemos sobre este ejemplo. ¿Cómo se inicia la investigación de Semmelweis? Semmelweis tiene un problema: las mujeres de la División donde él trabaja se enferman y mueren con una frecuencia significativamente mayor que las del resto del Hospital y aún de Viena. Este problema puede ser formulado como una pregunta: ¿Por qué se produce tan a menudo el contagio de fiebre puerperal en la Primera División? El investigador propone entonces diversas respuestas a esta pregunta: respuestas tentativas, que deben ser puestas a prueba para contrastar su corrección. Klimovsky caracteriza la noción dehipótesis en función de tres características: 1.Una hipótesis científica es un enunciado afirmado o formulado por alguien, un hombre de ciencia o una comunidad científica, en cierto lugar, en ciertas circunstancias y en cierto momento de la historia […]
2.En el momento en que se propone una hipótesis, para quien la formula se halla "en estado de problema", se ignora su valor de verdad […]
3. Quien formula la hipótesis, pese a que ésta se encuentra en estado de problema, supone que ella es verdadera […Admite] provisionalmente la verdad del enunciado "para ver qué pasa" en consecuencia." Klimovsky, G. Las desventuras del conocimiento científico. (1994) Bs.As., A-Z, p.134. En el caso que relatamos, Semmelweis revisa varias hipótesis. Algunas las descarta porque no le parecen razonables: por ejemplo, “Las mujeres se enferman porque están hacinadas en las salas de la División Segunda”; o bien “Las mujeres se enferman porque la dieta que consumen en la División Segunda es inadecuada”. A otras hipótesis las pone a prueba, "para ver qué pasa". Tomemos la hipótesis que dice "Las mujeres que ven pasar al sacerdote, o escuchan la campanilla, reciben una impresión atemorizadora que las debilita, y facilita el contagio". Esta hipótesis es la hipótesis de partida de la investigación. Cuando una hipótesis de partida se constituye en el principio de una teoría, se llama hipótesis fundamental o hipótesis de partida. A partir de esta hipótesis, Semmelweis infiere que si la causa de la enfermedad está en el paso del sacerdote, entonces, si el sacerdote no pasa, las mujeres no enfermarán. Las nuevas hipótesis obtenidas por deducción a partir de una hipótesis de partida reciben el nombre de hipótesis derivadas. Es posible deducir un gran número de hipótesis derivadas a partir de una hipótesis de partida, pero sólo algunas serán interesantes o fértiles. ¿A dónde apunta esta derivación de hipótesis? A deducir uno o más enunciados que puedan ser contrastados con la realidad. ¿Por qué? Porque no basta con sugerir una o varias soluciones al problema; el científico aspira a describir la realidad del modo más ajustado posible. Para ello, procura deducir, de una o varias hipótesis derivadas, al menos un enunciado que describa con la mayor precisión alcanzable un suceso particular, que se produzca en un momento y lugar específicos y que pueda ser observado. Llamaremos a estos enunciados consecuencias observacionales.
La hipótesis que deriva Semmelweis dice algo similar a "si esta semana el sacerdote no es visto ni oído por las mujeres que están en la División Primera, entonces las mujeres no enfermarán de fiebre puerperal". Y la consecuencia observacional está expresada en la segunda parte de este condicional: "Habrá una disminución significativa en el número de mujeres de la División Primera del Hospital General de Viena que enfermen de fiebre puerperal en la semana (digamos) del 7 al 15 de octubre de 1846. “Este último enunciado es una consecuencia observacional porque expresa un hecho observable y situado en el espacio y el tiempo”. Observe que hasta aquí nos mantuvimos en el plano del lenguaje: enunciamos un problema, formulamos hipótesis de partida, dedujimos hipótesis derivadas y también consecuencias observacionales. Pero, para poner a prueba estas proposiciones, debemos ahora recurrir a la experiencia: realizar observaciones, que podrán ser espontáneas (de aquello que sucede sin intervención del investigador) o provocadas, en cuyo caso se hablará de experimentos. El procedimiento de puesta a prueba de una hipótesis por el cual se deduce de ella una consecuencia observacional, y luego se compara ésta con la realidad mediante una observación o un experimento recibe el nombre de contrastación. Ahora bien, una vez efectuada la observación o el experimento, pueden suceder dos cosas:
a. que la observación ratifique lo afirmado en la consecuencia observacional; o b. que la observación contradiga lo afirmado en la consecuencia observacional.
En nuestro ejemplo, puede suceder que: a. disminuya el número de mujeres enfermas en la División Primera; b. que el número de casos de fiebre puerperal o bien se mantenga constante o bien aumente. Veamos qué sucede en el caso b. Partimos de una hipótesis (HP) que consideramos verdadera, y afirmamos que de ella se sigue una consecuencia observacional (CO). Pero la contrastación empírica nos mostró que la consecuencia observacional era falsa. Por lo tanto, si dedujimos correctamente, se sigue que la hipótesis de partida también era falsa. Hay cierta consecuencia que se deriva de una hipótesis fundamental (Si HP entonces CO), y esa consecuencia observacional deducida a partir de una hipótesis fundamental no se da (no CO), entonces la hipótesis original tampoco se da (no HP). Decimos entonces que la hipótesis ha quedado refutada, es decir, que la hipótesis resulta ser falsa. Este es el caso de la hipótesis que Semmelweis estaba contrastando: el número de mujeres que contraían la fiebre puerperal no disminuyó luego de que dejaran de ver al sacerdote, y por lo tanto Semmelweis abandonó esa hipótesis. Pero ¿qué sucede en el caso a); es decir cuando la observación efectuada coincide con la situación descripta en la consecuencia observacional? Esta no es una forma de razonamiento válido. Por el contrario se trata de un caso de la Falacia de afirmación del consecuente. ¿Qué significa esto? Pues que el hecho de que una consecuencia observacional sea verdadera no garantiza nada acerca de la verdad de la hipótesis de la que partimos. Un razonamiento inválido puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa; de modo que el hecho de que CO haya sido deducida de HP, y que CO resulte verdadera no nos da ninguna información sobre el valor de verdad de HP. Por esto, según Popper, nunca podemos decir que una hipótesis haya quedado verificada sino a lo sumo que ha sido corroborada. En otras palabras, que la hemos puesto a prueba, y que no hemos podido, hasta el momento, probar su falsedad. Pero eso no implica necesariamente que esto no vaya a ocurrir en una ocasión posterior. He aquí una conclusión importante: existe una asimetría entre la verificación y la refutación; es posible probar que una hipótesis es falsa (refutarla), pero no es posible probar que una hipótesis es verdadera; no es posible verificarla.
Concepto de Ley Científica Las hipótesis generales corroboradas reciben el nombre de leyes científicas. Las leyes son enunciados generales, es decir oraciones informativas que se refieren a todos los miembros de un grupo o clase. Como todos los enunciados, están compuestas por términos. El conocimiento científico se construye como un conjunto organizado de proposiciones (algunos de los cuales son leyes) que se refieren a un sector de la realidad natural o social. Estos conjuntos de proposiciones, organizados como estructuras deductivas reciben el nombre de teorías. Aquellos enunciados singulares que se refieren a uno o a un grupo pequeño de objetos o entidades (es decir que sus términos son observacionales), y que funcionan como posibles consecuencias observacionales para la contrastación de hipótesis constituyen su base empírica. Además de criticar la posición inductivista, Popper propone su propia posición acerca de la investigación científica: el falsacionismo. Una primera pregunta que se formula Popper tiene que ver con la posibilidad de ofrecer un criterio de demarcación que permita determinar claramente la diferencia entre una teoría científica y una que no lo es (por ejemplo, una pseudociencia). Y la respuesta que ofrece es que la diferencia entre una teoría científica y una que no lo es, está dada por el criterio de la falsabilidad. Para que una hipótesis pueda ser considerada científica debe serfalsable. No falsa (nadie quiere proponer una teoría falsa); sino falsable, es decir, que exista al menos una situación posible que haría que esa hipótesis fuera falsa. Si yo afirmo que "Todos los hermanos tienen al menos un progenitor en común", no existe ninguna situación posible que pueda describir que la hiciera falsa, ya que la mera definición del término "hermano" supone tener los progenitores en común. Del mismo modo, nadie diría que "Mañana lloverá, o tal vez no", es una afirmación meteorológica, ya que esta oración será verdadera suceda lo que suceda. En cambio, si yo afirmo "Quienes reciban la vacuna no se contagiarán la viruela", puedo describir qué debería suceder para que este enunciado fuera falso: bastaría con que una persona vacunada se contagiara la enfermedad, para probar que tal afirmación era falsa. Lo que es más, Popper afirma que mientras es posible probar la falsedad de una hipótesis científica, no es posible verificar ninguna proposición científica general; a lo sumo, si una hipótesis resiste a la puesta a prueba, podremos decir que ha quedado corroborada provisoriamente.
El
Giro Sociológico. Thomas Khun
El inductivismo se conoce a menudo con el nombre de concepción estándar o concepción heredada y fue criticada por Popper. Popper estableció un fuerte criterio de separación entre el descubrimiento científico, que en su opinión no interesaba a los filósofos de la ciencia; y la justificación de los enunciados científicos, que debía ser el tema principal de investigación para los filósofos de la ciencia. Pero, las ideas de Popper, (y también las de la concepción heredada) fueron criticadas a su vez, por un grupo de filósofos que trabajaron desde una perspectiva que apuntaba a una descripción de los que los científicos efectivamente hacen en su tarea cotidiana más que a desentrañar la lógica de la investigación, y que recuperó la importancia de las cuestiones sociológicas y psicológicas en la investigación y el conocimiento científicos. Esta corriente de pensamiento, llamada a veces “nueva filosofía de la ciencia”, se originó alrededor de fines de la década del 50 y principios de la década del 60. Veremos ahora la posición de Thomas Kuhn[1], quien fuera uno de los principales y primeros representantes de esta línea de pensamiento, tal como lo formula en su libro “La estructura de las revoluciones científicas” (1962). La propuesta de Kuhn apunta entonces a examinar cómo se produce de hecho el desarrollo histórico de la ciencia, y para ello propone una serie de etapas: La primera etapa es en realidad el período previo al desarrollo de una disciplina científica, y lleva el nombre de preciencia. La etapa de preciencia se caracteriza por la coexistencia de una diversidad de conceptos, teorías, metodologías y criterios de selección y evaluación de los problemas de que se ocupa un grupo de científicos. No hay consenso entre ellos. En un momento dado, sin embargo, un individuo o un grupo de individuos realiza algún tipo de aporte que resulta particularmente fértil para la resolución de los problemas del campo. A partir de ese momento, se inicia un proceso por el cual todos quienes trabajan dentro de esa disciplina adoptan progresivamente el avance logrado por aquéllos. Esta adopción, según Kuhn, tiene características no racionales, y se parece más a una conversión religiosa que a la persuasión de una argumentación sólida. Cuando todos los científicos han aceptado la nueva perspectiva, se entra en la etapa conocida como ciencia normal. La ciencia normal es la etapa de la evolución de una ciencia en la que la comunidad científica reconoce un cierto fundamento, una o más teorías, leyes, aplicaciones e instrumentos en común, dejando al mismo tiempo un grupo de problemas sin resolver, o enigmas, que serán el objeto de trabajo de los otros miembros de la comunidad. Esta combinación de fundamentos generales, teorías, leyes, aplicaciones e instrumentos, recibe el nombre de paradigma. El paradigma es el marco dentro del cual los científicos realizan su trabajo, delimita qué es lo que se observa, cuáles son los procedimientos de investigación y qué temas se consideran legítimos dentro del trabajo científico. En otros términos, podemos hablar de ciencia normal cuando se constituye una comunidad científica que trabaja en la resolución de enigmas, orientados a la ampliación y precisión de un mismo paradigma. Kuhn menciona, como ejemplos de paradigma, a la física de Newton, la química de Lavoisier, la astronomía de Tolomeo, la dinámica de Aristóteles, la óptica corpuscular, la óptica ondulatoria. Ahora bien, en algún momento del desarrollo de la ciencia normal comienzan a aparecer problemas que no encuentran respuesta en el marco de los instrumentos conceptuales disponibles dentro del paradigma vigente. Estos problemas reciben el nombre de anomalías. Cuando las anomalías son muy numerosas, o muy resistentes, o se refieren a puntos centrales del paradigma, la comunidad científica entra en una etapa de crisis. Si la crisis se profundiza, aparecerá un nuevo paradigma. El cambio de un paradigma a otro recibe el nombre de revolución científica. Al comienzo sólo un grupo de científicos aceptará el nuevo paradigma, pero poco a poco será adoptado por toda la comunidad científica. Cuando este proceso se completa, comienza una nueva etapa de ciencia normal, y el ciclo vuelve a repetirse.
CATARACTERISTICAS DE LA FILOSOFIA: CRITICA- RACIONAL- REFLEXIVA- RADICAL ( ESPECIFICA DE LA FILOSOFIA)
CARACTERISTICAS DE LA CIENCIA CRÍTICA – RACIONAL – REFLEXIVA METODICA- EXACTA – VERIFICABLE FALIBLE- PROVISIORIA- SISTEMATICA CIENCIAS FORMALES (OBJETO NO EMPERICO O IDEAL) MATEMATICA, LOGICA
CIENCIAS FACTICAS (OBJETO EMPERICO) CIENCIAS NATURALES (BIOLOGIA, QUÍMICA, FÍSICA ETC) Y CIENCIAS SOCIALES (PSICOLOGIA, SOCIOLOGIA, ANTROPOLOGIA ETC) GIRO SOCIOLOGICO: THOMAS KUHN LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS (OTRO ANALISIS DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA) ETAPAS DE LA CIENCIA----------PRECIENCIA / PARADIGMA
---------CIENCIA NORMAL
ANOMALIAS CRISIS—REVOLUCION CIENTIFICA (CAMBIO DE UN PARADIGMA POR OTRO) Según el epistemólogo Mario Bunge, la ciencia es conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible”. El conocimiento científico intenta realizar una descripción o explicación de un objeto o “fenómeno”. Es crítica (se plantea problemas), es reflexiva (se replantea o cuestiona supuestos o problemas) y también es un conocimiento racional, ya que está compuesto por razonamientos, estas tres últimas características compartidas con la filosofía. Cuando Bunge afirma que es sistemático quiere decir que las teorías conforman una totalidad ordenada, relacionadas mutuamente; exacto ya que las ciencias utilizan un lenguaje claro y preciso; verificable, ya que las afirmaciones científicas siempre deben ser sometidas a pruebas y falible porque esas pruebas pueden demostrar que ese conocimiento es inválido. ¿Por qué la filosofía NO es una ciencia? La ciencia parte siempre de “supuestos”, es decir de ciertos principios o axiomas que son considerados “verdaderos” y no se cuestionan. Sin embargo la filosofía aspira a ser un saber “sin supuestos” cuando pone en discusión a la misma filosofía. En esto consiste la “RADICALIDAD” de la filosofía. Por otra parte, dentro de la filosofía pueden coexistir posiciones o posturas contrarias o contradictorias frente a un mismo problema, sin perder su valor ni unas ni otras. Este mismo criterio permite reconocer la importancia de las ideas de los pensadores de todos los tiempos y no solo la producción filosófica más actual. Para concluir, la filosofía no necesita para probar sus ideas de pruebas empíricas. ¿Qué clase de ciencia es la geografía? La geografía es una ciencia fáctica, social. Es fáctica porque su objeto de estudio es empírico, podemos acceder a él mediante los sentidos y al mismo tiempo es social o humana, porque refiere a las condiciones en que el hombre se apropia del espacio en nuestro planeta tierra.
NOTA: Luego de leer la materia agrega o quita lo que creas conveniente. ☺