Resumen de La Regla de San Benito

De Nurcia, San Benito, La regla de San Benito, en Ante la estructuración de un sistema ideológico es fundamental el es

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De Nurcia, San Benito, La regla de San Benito, en

Ante la estructuración de un sistema ideológico es fundamental el establecimiento de un dogma, que gracias al mismo configura como legítima esa ideología ante un grupo. Por ello la Regla de San Benito constituida por Benito de Nurcia en el siglo VI, momento en donde es menester convencer a los individuos de una doctrina, en este caso religiosa; adquiere un simbolismo de gran alcance, precisamente al ser el principio reglamentario de cómo debe desarrollarse la formación de los monjes que son el punto clave para anexionar a una población, a través de la evangelización, a una sociedad hegemónica y finalmente sancionar una creencia que conlleva a la creación de un orden social además de moral esencial para dar estabilidad a esa misma sociedad en expansión. Esta regla menciona que en el monasterio residen principalmente el abad y los monjes cenobitas. En realidad existen 4 clases de monjes: los anacoretas que viven solos, dado que ya no necesitan de una comunidad monacal para entregarse a la contemplación; los sarabaítas que viven en grupos de tres o cuatro integrantes, sin regla y llaman santo a lo que les parezca; los gírovagos que no tienen morada fija y seden fácilmente a los placeres, para San Benito ésta es la peor clase de monjes. Entonces los cenobitas, son los que habitan en un monasterio bajo la obediencia de un abad y la Regla (San Benito) En el monasterio se mantiene una orden a través de la actividad en particular que desempeñan los monjes. Primero encontramos al abad, el cual debe ser elegido por acuerdo de la comunidad, siempre con un criterio de selección a partir de sus méritos, él es la mayor autoridad del monasterio, por lo tanto tiene a su cargo el 1

bien de la comunidad, el reúne en consejo a los monjes ante asuntos relevantes, siempre escuchando con igualdad a sus hermanos, también es el encargado de asignar quien ha de desempeñar ciertas tareas como: los decanos que son aquellos que al ser la comunidad muy numerosa organizan el monasterio bajo las órdenes del abad, el mayordomo es aquel que administra los bienes y debe de cuidar todo objeto del monasterio como si fuese sagrado, los semaneros son aquellos monjes que ayudan con las labores de la cocina durante una semana empezando por el domingo, el lector es quien ora antes de iniciar la comida, los porteros son los que reciben y transmiten recados, por tanto tienen su celda (dormitorio) al lado de la puerta del monasterio. Ahora bien en un monasterio puede haber o no un prior ya que, éste al ser la segunda autoridad después del abad, los monjes en ocasiones le confieren un poder absoluto provocando escándalos ante quién tiene el mandato máximo, por ello sí se elige al prior debe seguir con mayor cuidado las órdenes de su abad. Cada integrante del monasterio debe cumplir con el trabajo diario, el cual consta de las lecturas espirituales y las labores manuales, ello para el bien de la comunidad al igual que para sí mismo, puesto que la ociosidad es un mal para el alma. Las lecturas espirituales es decir el oficio de orar, se realizan a través de la oración litúrgica (en comunidad). En los días normales de lunes a sábado, la oración comienza con las vigilias, que es la oración nocturna, aquí se leen salmos, lecturas del libro de atril y responsorios, también se da lectura del antiguo y nuevo testamento. Para llevar a cabo la oración durante el día, éste se divide en siete 2

horas las cuales son: laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas (las horas como prima, tercia, sexta y nona, es decir aquellas que se refieren no solo a una hora en especial para orar, sino a la división de la duración del día, se aplica para el inicio de otras actividades como la comida). En los laudes se empieza con la lectura de los salmos, luego del Apóstol, responsorio, himno, verso, el cántico del evangelio y la letanía; en el sábado debe aumentarse el cántico del Deuteronomio. En la hora prima, tercia, sexta y nona, la oración comienza con un himno especial para cada hora, continúan tres salmos, el recitar una lectura, el verso, el “Kyrei eleison” y la conclusión, en las completas el orden es similar excepto que el himno de esa hora va después de los salmos y se termina con una bendición. Las vísperas consta de 4 salmos, lectura, responsorio himno de esa hora, el verso, el cántico del evangelio, la letanía y la oración del señor. En los domingos y fiesta de los santos se deben de levantar más temprano para comenzar con la vigilias. San Benito menciona el orden y la cantidad de los salmos que corresponden a un día y semana, no obstante dice que el abad puede ordenar de otra forma la oración de los salmos, lo importante es que se deben de leer 150 salmos en una semana comenzando con las vigilias del domingo. La cuaresma es el tiempo de purificación por medio de la entrega total a la oración, fuerza espiritual y de la privación del alimento, sueño y bebida. Los monjes que deban cumplir con alguna tarea impuesta por su abad y se encuenten lejos de su monasterio y sin la posibilidad de acudir al oratorio, deben de llevar a cabo la oración allí donde trabajan.

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El monje debe de trabajar en aquellos que se le mande y en tiempos de descanso puede ocuparse de leer pero, sin molestar a nadie. Siempre se deberá de evitar caer en los excesos, por eso las actividades tales como la comida o el dormir estan reglamentadas. Nadie puede comer fuera del tiempo indicado para la comida diaria, la cual es en la hora sexta o nona, se compone de 2 platos de comida pero que no sean de carne, puesto que está prohibida, además puede haber un tercer plato de frutas y legumbres si son posibles de conseguir, también solo podrán comer una libra de pan para todo el día dividido entre la cena y comida o solo en ésta si no hay cena. La bebida es una hemina de vino al día (273 ml), puesto que es la bebida propia de los monjes. Si hay cena y no hay ayuno, todos deberán de leer ya sea las colaciones o las vidas de los padres. Si se presenta el ayuno se deberán de leer vísperas, colaciones y completas. El dormitorio debe de ser para un número de 10 hasta 20 camas, una para cada monje, habrá ancianos cuidando cada dormitorio y siempre tendrá que estar encendida una lámpara hasta el amanecer. Los monjes deberán de dormir vestidos. Los monjes deben llevar una vida ascética y cumplir con ciertas aptitudes como: la obediencia que es la realización inmediata de los mandatos de su abad siempre con total aceptación y alegría, la humildad que es callar y recibir con paciencia una imposición nunca olvidando el temor hacia Dios y del infierno, evitar los malos pensamientos y actuar conforme a imitación del Señor, ser silencioso ya que la 4

charlatanería conlleva a pecar, siempre es necesario escuchar a su abad, compartir con la comunidad, preocuparse por los enfermos, castigar al cuerpo dado que puede caer en vicios y corromper al alma. Ante las faltas tales como la tardanza para acudir al oratorio o a la mesa, existen una serie de castigos para enmendar el error. El abad es quien posee el juicio para declarar sí se ha cometido un agravio, igualmente él es quien declara el tipo de castigo. El aislamiento del monje (excomunión) es el castigo básico y entre mayor fuese la falta, mayor es la excomunión. Si el monje continuaba cometiendo erratas los azotes son los castigos indicados. El castigo más severo es la expulsión del monasterio. El ingreso al monasterio consta de una serie de etapas para poner a prueba el espíritu de aquel que desea entrar. Primero, la comunidad debe de dilatar su ingreso, si persiste, habrá demostrado fortaleza y humillación. Segundo, cuando se permita su acceso deberá estar en la hospedería algún tiempo y más tarde permanecerá con los novicios, aquí pasará a ser uno de ellos, por tanto tendrá que realizar las labores de aquellos. Tercero, al cabo de algunos meses, se le presentará la Regla (San Benito), si decide continuar ahora con el conocimiento del deber de todo monje, continuará un tiempo más con sus compañeros novicios. Cuarto, una última vez se le deberá de presentar la Regla, si finalmente acepta, el novicio deberá prometer ante el oratorio, frente a la comunidad de monjes y ante Dios, el asumir todas las dificultades para la vida monástica. Será arropado con la vestimenta indicada, la cual consta de una cogulla (ropa exterior), túnica (ropa

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interior, ancha y sin mangas), un escapulario, medias y zapatos. Tendrá que entregar todos sus bienes y vivirá para enseñar la palabra de Dios. Los sacerdotes que deseen ingresar al monasterio deberán estar a prueba por un tiempo viviendo bajo el cumplimiento de la Regla, cuando se les permita su entrada tendrán que ocupar un lugar en el monasterio después del abad y no el lugar que les correspondía en sus antiguas labores de sacerdocio. Los clérigos igualmente deberán de ser observados ante el cumplimiento de la regla dentro de un tiempo determinado y serán aceptados si demuestran ser fuertes para ejecutar la regla. Los monjes peregrinos para su hospedaje tienen la obligación de presentar los papeles de recomendación o de consentimiento de su abad. Si el monje presenta una conducta ejemplar, el abad puede solicitar la permanencia del monje en su monasterio. Si los sacerdotes, clérigos y monjes peregrinos, actúan con soberbia, de forma inmediata se le deberá de pedir su retirada, al representar un mal ejemplo para la comunidad.

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