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6 Una puesta en escena 1. Introducción El título de la unidad 6 nos indica un cambio de rumbo respecto a las anteriore

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Una puesta en escena

1. Introducción El título de la unidad 6 nos indica un cambio de rumbo respecto a las anteriores. Con este, Una puesta en escena, nos adentramos en el estudio de los textos teatrales, grupo al que pertenece el fragmento que ocupa la lectura inicial, perteneciente a la obra teatral shakesperiana Romeo y Julieta —de nuevo un clásico de la literatura universal. Con ello se inicia el estudio completo de los tres grandes géneros literarios. Así, se incorporan unos ejercicios que ponen en práctica el ejercicio de la conversación y de los diálogos que se insertan en este tipo de textos y que posibilitan su construcción. La sección Nos comunicamos estudia las normas generales de la conversación y las fórmulas de cortesía y estrategias de conversación. La sección de Lengua se dedica en esta unida al estudio de los determinantes y su concordancia con los sustantivos, fundamental para seguir haciendo hincapié en esa intención de valorar la importancia de saber usar correctamente todas las categorías gramaticales de nuestra lengua para su correcta utilización en la expresión oral y escrita (fomento de la competencia gramatical). Como ya hemos apuntado, la sección de Literatura está dedicada al estudio iniciático de las obras que pertenecen al género dramático, en cuanto a características y estructura (fomento de la competencia literaria y la competencia artística y cultural). En la sección Vamos a escribir se realizan ejercicios para componer un texto dramático y se repasa la ortografía de las letras b y v y las palabras juntas y separadas. En cuanto a léxico, se contribuye al enriquecimiento del caudal léxico del alumnado mediante ejercicios de estilo con palabras comodín, en este caso, de nuevo, con el verbo decir.

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Como novedad, incorporamos unos ejercicios que ayudan al aprendizaje y adecuación de las competencias básicas a la vida cotidiana y que presentan situaciones diarias y ya por último en la sección Repasa la unidad proponemos un texto con preguntas sobre el mismo de tipo práctico que repasan todo lo aprendido, lo que se completa con unos Esquemas de la unidad que recogen los contenidos teóricos más importantes de la misma.

U nidad 6

2. Claves didácticas • Es especialmente interesante analizar los procesos que los alumnos realizan durante la lectura, observar cómo generan inferencias de sentido conforme avanza el relato o cómo van cambiando sus hipótesis (competencia en comunicación lingüística; competencia cultural y artística). Mantenemos la tipología de actividades: recapitulación de lo ya conocido, síntesis, resumen, comprensión, expresión verbal, reescritura de textos, redacción motivada y lectura en voz alta. • La sección de tipología textual Nos comunicamos sigue centrado en la expresión y comprensión oral. Tras estudiar el diálogo en la narración, nos situamos ahora en la conversación y en las fórmulas de cortesía y las estrategias que incluye (competencia en comunicación lingüística). Este tipo de discurso, aparentemente espontáneo, se rige por una serie de normas a veces desconocidas pero no por ello menos reales o estrictas. Es muy conveniente insistir en todos los aspectos relacionados con la cortesía (competencia social y ciudadana). • Los contenidos lingüísticos se centran en los determinantes. Además de presentar todos los tipos, se ofrecen informaciones útiles en torno a su uso correcto (competencia en comunicación lingüística). • Iniciamos el análisis del género teatral. Presentamos las diversas características desde un doble plano teórico y práctico, tratando de aplicar todos los aspectos descritos a textos reales. En cuanto al trabajo con este tipo de literatura, hemos de aprovechar todas las recomendaciones sobre lectura en voz alta presentadas hasta el momento (competencia cultural y artística; competencia y actitudes para seguir aprendiendo de forma autónoma). • La sección titulada Vamos a escribir sigue presentando recomendaciones en torno a la Lingüística textual, en esta ocasión más centrados en los llamados mecanismos gramaticales. En su apartado ortográfico, presenta recomendaciones en torno al uso de b y v, palabras juntas y separadas y la precisión léxica se centra en el verbo decir como palabra comodín. • El repaso de competencias básicas ayuda a solucionar situaciones diarias para desenvolverse con soltura en la vida cotidiana.

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• Repasa la unidad recoge los contenidos más importantes presentados en la unidad, mediante un texto a partir del cual se proponen diez cuestiones con la información contenida en la unidad.

A) Actividades de refuerzo Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________ 1 Imagina que estás en la parada del autobús y te impacientas porque no llega y has quedado con tu amigo para ir al cine. Casualmente no llevas reloj y además no tienes cómo avisar a tu amigo por si llegas tarde. De pronto, la gente empieza a hacer cola en el autobús. Construye un pequeño texto de 10 líneas como máximo en el que te tengas que dirigir a una persona de la cola para pedirle el favor de que te deje hacer una llamada y le pidas también la hora. Utiliza las fórmulas de cortesía aprendidas en la unidad.

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2 Construye oraciones usando cada uno de los diferentes tipos de determinantes que has aprendido en la unidad (artículos, posesivos, demostrativos...).

Unidad 6. Una puesta en escena

3. Actividades de atención a la diversidad

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B) Actividades de ampliación Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________

1 Lee atentamente el siguiente texto. Corresponde a uno de los autores más conocidos de cienciaficción: Isaac Asimov. Este autor, especialista en robots, ha creado las conocidas leyes de la robótica y ha dibujado en sus relatos un tipo de sociedad compartida entre robots y humanos que nos parece más real cada día que pasa. En ocasiones, sus relatos están cargados de fría pero intensa emoción.

Susan Calvin no replicó, pero su rostro arrugado, envejecido por la sabiduría y la experiencia, pareció sufrir un estremecimiento microscópico. —¿Ha oído esto? —preguntó Linda Rash, nerviosa—. Ya se lo dije. Era joven, menuda y de pelo oscuro. Su mano derecha se abría y se cerraba una y otra vez. Calvin asintió y ordenó a media voz: —Elvex, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás hasta que te llamemos por tu nombre. No hubo respuesta. El robot siguió sentado como si estuviera hecho de una sola pieza de metal y así se quedaría hasta que oyera su nombre otra vez. —¿Cuál es tu código de entrada en computadora, doctora Rash? —preguntó Calvin—. O márcalo tú misma, si esto te tranquiliza. Quiero inspeccionar el diseño del cerebro positrónico. Las manos de Linda se enredaron un instante sobre las teclas. Borró el proceso y volvió a empezar. El delicado diseño apareció en la pantalla. —Permíteme, por favor —solicitó Calvin— , manipular tu ordenador. Le concedió el permiso con un gesto, sin palabras. Naturalmente. ¿Qué podía hacer Linda, una inexperta robopsicóloga recién estrenada, frente a la Leyenda Viviente? Susan Calvin estudió despacio la pantalla, moviéndola de un lado a otro y de arriba abajo, marcando de pronto una combinación clave, tan de prisa, que Linda no vio lo que había hecho, pero el diseño desplegó un nuevo detalle y, el conjunto había sido ampliado. Continuó, atrás y adelante, tocando las teclas con sus dedos nudosos. En el rostro avejentado no hubo el menor cambio. Como si unos cálculos vastísimos se sucedieran en su cabeza, observaba todos los cambios de diseño.

Linda se asombró. Era imposible analizar un diseño sin la ayuda, por lo menos, de una computadora de mano. No obstante, la vieja simplemente observaba. ¿Tendría acaso una computadora implantada en su cráneo? ¿O era que su cerebro durante décadas no había hecho otra cosa que inventar, estudiar y analizar los diseños de cerebros positrónicos? ¿Captaba los diseños como Mozart captaba la notación de una sinfonía? —¿Qué es lo que has hecho, Rash? —dijo Calvin, por fin. Linda, algo avergonzada, contestó: —He utilizado la geometría fractal. —Ya me he dado cuenta, pero, ¿por qué? —Nunca se había hecho. Pensé que a lo mejor produciría un diseño cerebral con complejidad añadida, posiblemente más cercano al cerebro humano. —¿Consultaste a alguien? ¿Lo hiciste todo por tu cuenta? —No consulté a nadie. Lo hice sola. Los ojos ya apagados de la doctora miraron fijamente a la joven. —No tenías derecho a hacerlo. Tu nombre es Rash: tu naturaleza hace juego con tu nombre. ¿Quién eres tú para obrar sin consultar? Yo misma, yo, Susan Calvin, lo hubiera discutido antes. —Temí que se me impidiera. —Por supuesto que se te habría impedido. —Van a… —Su voz se quebró pese a que se esforzaba por mantenerla firme—. ¿Van a despedirme? —Posiblemente —respondió Calvin—. O tal vez te asciendan. Depende de lo que yo piense cuando haya terminado. —Va usted a desmantelar a El… —Por poco se le escapa el nombre que hubiera reactivado al

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—Anoche soñé —anunció Elvex tranquilamente.

En ese momento se dio cuenta de que la vieja llevaba una pistola electrónica en el bolsillo de su bata. La doctora Calvin había venido preparada para eso precisamente. —Veremos —temporizó Calvin— , el robot puede resultar demasiado valioso para desmantelarlo. —Pero, ¿cómo puede soñar? —Has logrado un cerebro positrónico sorprendentemente parecido al cerebro humano. Los cerebros humanos tienen que soñar para reorganizarse, desprenderse periódicamente de trabas y confusiones. Quizás ocurra lo mismo con este robot y por las mismas razones. ¿Le has preguntado lo que ha soñado? —No, la mandé llamar a usted tan pronto como me dijo que había soñado. Después de eso, ya no podía tratar el caso yo sola. —¡Yo! —una leve sonrisa iluminó el rostro de Calvin—. Hay límites que tu locura no te permite rebasar. Y me alegro. En realidad, más que alegrarme me tranquiliza. Veamos ahora lo que podemos descubrir juntas. —¡Elvex! —llamó con voz autoritaria. La cabeza del robot se volvió hacia ella. —Sí, doctora Calvin.

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—¿Cómo sabes que has soñado? —Era por la noche, todo estaba a oscuras, doctora Calvin —explicó Elvex— , cuando de pronto aparece una luz, aunque yo no veo lo que causa su aparición. Veo cosas que no tienen relación con lo que concibo como realidad. Oigo cosas. Reacciono de forma extraña. Buscando en mi vocabulario palabras para expresar lo que me ocurría, me encontré con la palabra «sueño». Estudiando su significado llegué a la conclusión de que estaba soñando. —Me pregunto cómo tenías «sueño» en tu vocabulario. Linda interrumpió rápidamente, haciendo callar al robot: —Le imprimí un vocabulario humano. Pensé que… —Así que pensó —murmuró Calvin—. Estoy asombrada.

—Pensé que podía necesitar el verbo. Ya sabe, «jamás ‘soñé’ que…», o algo parecido. —¿Cuántas veces has soñado, Elvex? —preguntó Calvin. —Todas las noches, doctora Calvin, desde que me di cuenta de mi existencia. —Diez noches —intervino Linda con ansiedad—, pero me lo ha dicho esta mañana. —¿Por qué lo has callado hasta esta mañana, Elvex? —Porque ha sido esta mañana, doctora Calvin, cuando me he convencido de que soñaba. Hasta entonces pensaba que había un fallo en el diseño de mi cerebro positrónico, pero no sabía encontrarlo. Finalmente, decidí que debía ser un sueño. —¿Y qué sueñas? —Sueño casi siempre lo mismo, doctora Calvin. Los detalles son diferentes, pero siempre me parece ver un gran panorama en el que hay robots trabajando. —¿Robots, Elvex? ¿Y también seres humanos? —En mi sueño no veo seres humanos, doctora Calvin. Al principio, no. Solo robots. —¿Qué hacen, Elvex? —Trabajan, doctora Calvin. Veo algunos haciendo de mineros en la profundidad de la tierra y a otros trabajando con calor y radiaciones. Veo algunos en fábricas y otros bajo las aguas del mar. Calvin se volvió a Linda. —Elvex tiene solo diez días y estoy segura de que no ha salido de la estación de pruebas. ¿Cómo sabe tanto de robots? Linda miró una silla como si deseara sentarse, pero la vieja estaba de pie. Declaró con voz apagada: —Me parecía importante que conociera algo de robótica y su lugar en el mundo. Pensé que podía resultar particularmente adaptable para hacer de capataz con su…, su nuevo cerebro —declaró con voz apagada. —¿Su cerebro fractal? —Sí. Calvin asintió y se volvió hacia el robot. —Y viste el fondo del mar, el interior de la tierra, la superficie de la tierra…, y también el espacio, me imagino.

Unidad 6. Una puesta en escena

robot y cometido un nuevo error. No podía permitirse otra equivocación, si es que ya no era demasiado tarde— . ¿Va a desmantelar al robot?

U nidad 6 —También vi robots trabajando en el espacio —dijo Elvex— . Fue ver todo esto, con detalles cambiantes al mirar de un lugar a otro, lo que me hizo darme cuenta de que lo que yo veía no estaba de acuerdo con la realidad y me llevó a la conclusión de que estaba soñando.

—Elvex —dijo Calvin— , no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás hasta que te llamemos por tu nombre.

—¿Y qué más viste, Elvex?

— Bien, y ahora, ¿qué opinas, doctora Rash?

—Vi que todos los robots estaban abrumados por el trabajo y la aflicción, que todos estaban vencidos por la responsabilidad y la preocupación, y les deseé que descansaran.

—Doctora Calvin —dijo Linda con los ojos desorbitados y con el corazón palpitándole fuertemente— , estoy horrorizada. No tenía idea. Nunca se me hubiera ocurrido que esto fuera posible.

—Pero los robots no están vencidos, ni abrumados, ni necesitan descansar —le advirtió Calvin.

—No —observó Calvin con calma— , ni tampoco se me hubiera ocurrido a mí, ni a nadie. Has creado un cerebro robótico capaz de soñar y con ello has puesto en evidencia una faja de pensamiento en los cerebros robóticos que muy bien hubiera podido quedar sin detectar hasta que el peligro hubiera sido alarmante.

—¿Estás mencionando la tercera ley de la Robótica? —preguntó Calvin. —En efecto, doctora Calvin. —Pero la mencionas de forma incompleta. La tercera ley dice: «Un robot debe proteger su propia existencia siempre y cuando dicha protección no entorpezca el cumplimiento de la primera y segunda ley». —Sí, doctora Calvin, esta es efectivamente la tercera ley, pero en mi sueño la ley terminaba en la palabra «existencia». No se mencionaba ni la primera ni la segunda ley. —Pero ambas existen, Elvex. La segunda ley, que tiene preferencia sobre la tercera, dice: «Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando dichas órdenes estén en conflicto con la primera ley». Por esta razón los robots obedecen órdenes. Hacen el trabajo que les has visto hacer, y lo hacen fácilmente y sin problemas. No están abrumados; no están cansados. —Y así es en realidad, doctora Calvin. Yo hablo de mi sueño. —Y la primera ley, Elvex, que es la más importante de todas, es: «Un robot no debe dañar a un ser humano, o, por inacción, permitir que sufra daño un ser humano». —Sí, doctora Calvin, así es en realidad. Pero en mi sueño, me pareció que no había ni primera ni segunda ley, sino solamente la tercera, y esta decía: «Un robot debe proteger su propia existencia». Esta era toda la ley. — ¿En tu sueño, Elvex? —En mi sueño.

Calvin se dirigió a Linda Rash:

—Pero esto es imposible —exclamó Linda— . No querrá decir que los demás robots piensen lo mismo. —Conscientemente no, como diríamos de un ser humano. Pero, ¿quién hubiera creído que había una faja no consciente bajo los surcos de un cerebro positrónico, una faja que no quedaba sometida al control de las tres leyes? Esto hubiera ocurrido a medida que los cerebros positrónicos se volvieran más y más complejos…, de no haber sido puestos sobre aviso. —Quiere decir, por Elvex. —Por ti, doctora Rash. Te comportaste irreflexivamente, pero al hacerlo, nos has ayudado a comprender algo abrumadoramente importante. De ahora en adelante, trabajaremos con cerebros fractales, formándolos cuidadosamente controlados. Participarás en ello. No serás penalizada por lo que hiciste, pero en adelante trabajarás en colaboración con otros. —Sí, doctora Calvin. ¿Y qué ocurrirá con Elvex? —Aún no lo sé. Calvin sacó el arma electrónica del bolsillo y Linda la miró fascinada. Una ráfaga de sus electrones contra un cráneo robótico y el cerebro positrónico sería neutralizado y desprendería suficiente energía como para fundir su cerebro en un lingote inerte. —Pero seguro que Elvex es importante para nuestras investigaciones —objetó Linda—. No debe ser destruido. — ¿No debe, doctora Rash? Mi decisión es la que cuenta, creo yo. Todo depende de lo peligroso que sea Elvex.

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—Y así es en realidad, doctora Calvin. Le hablo de mi sueño. No obstante, en mi sueño me pareció que los robots deben proteger su propia existencia.

Y otra vez el robot se transformó aparentemente en un trozo inerte de metal.

Dijo:

—Sí, doctora Calvin. —Y cuando dijo «deja libre a mi gente», ¿por las palabras «mi gente» se refería a los robots? —Sí, doctora Calvin. Así ocurría en mi sueño.

—Elvex, ¿me oyes?

—¿Y supiste quién era el hombre…, en tu sueño?

—Sí, doctora Calvin —respondió el robot. —¿Continuó tu sueño? Dijiste antes que los seres humanos no aparecían al principio. ¿Quiere esto decir que aparecieron después? — Sí, doctora Calvin. Me pareció, en mi sueño, que eventualmente aparecía un hombre. —¿Un hombre? ¿No un robot?

—Sí, doctora Calvin. Conocía al hombre. —¿Quién era? Y Elvex dijo: —Yo era el hombre. Susan Calvin alzó al instante su arma de electrones y disparó, y Elvex dejó de ser.

—Sí, doctora Calvin. Y el hombre dijo: «¡Deja libre a mi gente!»

Isaac Asimov Sueños de robot, Plaza y Janés

—¿Eso dijo el hombre? a) Comenta los procesos comunicativos que se contienen en el texto que acabas de leer. b) Identifica los siguientes elementos: a. Emisor. b. Receptor. c. Mensaje (resume el contenido del texto). d. Canal. c) ¿Ante qué tipo de texto nos encontramos? Analiza sus características. En cuanto a sus rasgos como texto conversacional, comenta los diversos usos existentes (coloquiales, formales, corteses, etc.). d) Analiza los mecanismos que ha usado el autor para incorporar los diálogos. e) Estudia el uso de los determinantes en el texto. Propón ejemplos según lo estudiado en la unidad 6. f) Comenta el uso de los signos de exclamación e interrogación. g) Localiza en el texto ejemplos de sinonimia, antonimia, polisemia. h) Localiza en el texto términos que podrían ser homónimos de otros. i) Elige diez términos que te hayan resultado desconocidos y elabora las correspondientes fichas léxicas. 2 Lee atentamente el texto que sigue y responde después a las preguntas: © algaida editores, S. A. Material fotocopiable autorizado.

UN DUELO

(Comedia en un acto) PERSONAJES: Elena Ivanovna Popova, viuda de un terrateniente, joven, bella. Gregorio Stepanovich Smirnov, un terrateniente de unos cuarenta, años. Lucas, un criado viejo. La escena representa un salón en la casa de campo de la señora Popova. Escena primera (Elena, de riguroso luto, contempla la fotografía de su marido y suspira. Lucas le habla desde el umbral de la puerta.) Lucas.—Señora, se está usted matando. No sea exagerada. Ha llegado la primavera, todo el

mundo está alegre y se pasea por el campo y por el bosque. Solo usted permanece encerrada en casa como en un convento. ¡Hace yo no sé el tiempo que no sale usted! Elena.—¡Y no saldré ya nunca! ¿Para qué? Mi vida se ha acabado. Él yace en la tumba, y yo voy a encerrarme entre las cuatro paredes de esta casa. Hemos muerto los dos. Lucas.—¡No diga usted eso! Si el señor ha muerto, tal ha sido la voluntad de Dios. Harto ha llorado usted, no va a llorar toda la vida. Es usted joven, casi no ha empezado aún a vivir… Es un crimen matarse

Unidad 6. Una puesta en escena

Se enderezó, como si decidiera que su cuerpo avejentado no debía inclinarse bajo el peso de su responsabilidad.

U nidad 6 así. Ha olvidado usted a sus amigos, a sus vecinos; no recibe a nadie… Esta casa parece una cárcel. En la ciudad, desde hace poco, hay un regimiento… Muchos de los oficiales son jóvenes y guapos como querubines… Los oficiales dan bailes… Y usted, mientras tanto, tan joven, tan hermosa… La hermosura es un don del cielo y hay que aprovecharla… Pasarán los años, y cuando quiera usted gustarles a los señores oficiales, será ya demasiado tarde… Elena.—(Con violencia.) ¡Basta! ¡No vuelvas a hablarme de esas cosas! Desde la muerte de mi marido, la vida ha perdido para mí todo encanto. He jurado no quitarme el luto jamás y aislarme por completo del mundo. ¿Lo oyes? Su memoria será siempre sagrada para mí. Es verdad que a veces era injusto conmigo, hasta cruel…; que solía engañarme con otras; pero yo le seré fiel mientras viva. Desde el otro mundo verá que su esposa guarda celosamente el honor de su nombre… Lucas.—No creo que desde tan lejos… Señora, permítame que se lo diga: todo eso son fantasías. En vez de llorar y suspirar, debía usted dar un paseíto. Voy a decir que enganchen a Tobi… Elena.—¡Qué pena, Dios mío! (Llora.) Lucas.—¡Señora! ¿Qué le pasa? Elena.—¡Quería tanto a Tobi!… Era su caballo favorito. ¡Y qué bien lo guiaba! ¿Te acuerdas? ¡Pobrecito Tobi! Di que le aumenten el pienso.

Elena.—(Estremeciéndose.) ¿Quién será? Ya sabes que no recibo a nadie. Lucas.—Bien. (Sale.) Elena.—(Dirigiéndose a la fotografía.) Verás, Nicolás, cómo sé amar… y perdonar. Mi amor no se apagará sino con mi vida, sino cuando mi corazón cese de latir. (Riendo al través de las lágrimas.) ¿No te da vergüenza, granuja? Yo me entierro entre cuatro paredes y te soy fiel, mientras que tú… me hacías traición, me dejabas sola semanas enteras… ¡Infame, infame! Lucas.— (Entrando, desasosegado.) Señora, un caballero pregunta por usted… Insiste… Elena.— ¿Pero no te he dicho que no recibo a nadie? Lucas.— No me hace caso. Dice que es para un negocio muy urgente. Elena.— ¡No re-ci-bo! Lucas.— No es un hombre, es una fiera. Casi me ha pegado. Se ha metido en el comedor. Elena.— ¡Dios mío, qué mala crianza! Dile que pase. (Lucas sale.) ¿Qué querrá de mí? ¿Por qué turbará mi reposo? (Suspira.) No tengo más remedio que irme a un convento… (Pensativa.) Sí, a un convento… A. Chejov Un duelo, en http://www.cervantesvirtual.com

(Se oye un fuerte campanillazo.) a) Analiza las características que hacen de este fragmento un texto teatral. b) Convierte el texto teatral en texto narrativo.

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3 Actividad permanente: elaboración de murales literarios o presentaciones digitales por parejas. Se centrarán en los principales temas y géneros estudiados, y se alternarán pequeños fragmentos seleccionados con frases clave que reflejen las características principales de la época literaria. Los murales podrán ilustrarse con dibujos o fotografías.

Nombre: _____________________________________ Apellidos: ___________________________________________________________________________________ Curso: ______________________________________ Grupo: ______________________________________ Fecha: ___________ /_____________ /____________ 1 ¿Cómo te expresarías en las siguientes situaciones? Aporta tanto ejemplos correctos como incorrectos (por no adecuarse al contexto o a los interlocutores). Cuando sea posible, dramatizad las situaciones y construid una conversación con sentido: a) Preguntas por sus gustos a un compañero o compañera. b) Pides a tu madre o padre que te ayude a preparar una receta algo complicada. c) En la oficina de correos, solicitas información sobre las diversas posibilidades de envío de paquetes al extranjero. d) Corriges a un compañero su forma de hablar. e) Recomiendas a un compañero un poco de cortesía. f) Te niegas a montar en un coche cuyo conductor ha bebido. g) Defiendes a una compañera que ha decidido hacerse misionera. h) Quieres vender tu colección de discos en el mercadillo de tu localidad. i) Te lamentas por tener que tomar una decisión que no gusta a tus amigos. j) Ante la insistencia de varios adultos, aseguras no haber sido tú quien ha rayado un coche. 2 Características de una buena conversación.

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3 Lee el siguiente texto y responde a las cuestiones que siguen: Una improvisada sala de recepción de lo que parecen ser unas modernas oficinas de una agencia de viajes. Reina cierto desorden, como si no estuviera acabada de instalar. Pocos muebles: apenas unos sillones, una mesa baja y poco más. Solo hay una puerta de acceso que comunica con una pequeña antesala que da a la calle. En un principio la estancia está vacía e intensamente iluminada. Al cabo de unos instantes aparece Marta, mujer de edad media vestida de forma convencional. Algún que otro detalle “kalchaqui” denota en ella lejanas reminiscencias contestatarias. Se la ve algo cohibida. Parece buscar a alguien en silencio. Comprueba la hora en su pequeño reloj de pulsera. No sabe qué hacer. Enciende un cigarro. Se abanica absurdamente con un sobre abierto que trae en la mano. Observa el lugar con retraimiento, como si se sintiese observada. En un momento dado entra Eloy. Lo hace de forma resuelta y decidida. Eloy parece algo más joven, pero solo eso: lo parece. Viste un desenfadado traje de diseño con una camisa de atrevido estampado. A pesar de “la marca” de su atuendo no llega a parecer elegante. Algo en él delata un mal disimulado esfuerzo por recubrirse de un cosmopolitismo del que carece.

Eloy.—Buenas tardes. Marta.—Buenas tardes. Eloy y Marta.—(Tras un pequeño e incómodo silencio) Yo venía... Eloy.—¿Sí? Marta.—No, diga. Eloy.—No, le decía. Marta.—¿Sí? Eloy.—¿Eh? Marta.—¿Qué? Eloy.—No, que venía a… Marta.—¿A? Eloy.—Pero bueno, puede que usted haya venido a lo mismo. Marta.—Yo … Eloy.—¿No es usted de aquí? Me refiero a este lugar. Marta.—No, yo acabo de llegar. Eloy.—Lo siento, la he confundido. Marta.—Entonces usted también… Eloy.—(Mostrando un sobre similar al de Marta) Premio. Marta.—Enhorabuena. Eloy.—Igualmente. Marta.—En fin, ya somos dos. Eloy.—Pues podemos presentarnos. Eloy. Marta.—Marta.

Unidad 6. Una puesta en escena

4. Prueba de evaluación

U nidad 6 Eloy.—¿Seremos muchos? Marta.—No lo sé. Ni idea. Eloy.—¿No hay nadie por aquí? ¿Ningún encargado? Marta.—Yo no he visto a nadie. Estaba abierta la puerta y… bueno, me he decidido a entrar. Eloy.— Pues sí que es extraño. Bueno, todavía falta un poco para la hora. Marta.—Sí, creo que nos hemos adelantado. Eloy.—Alguien viene.

Viste con recato y austeridad aunque algún toque moderno esquiva en algo la ranciedumbre que desprende. Efectivamente, Laura es consciente de que ha de camuflar su sistema de valores ante los tiempos que corren, en parte por pusilanimidad y en parte por una interesada necesidad de adaptación… Ernesto Caballero Destino desierto, en http://parnaseo.uv.es/Ars/Autores/caballero/desierto/texto.htm

Entra Laura. Edad difícil de precisar, tal vez más joven de lo que aparenta, o puede que al contrario.

a) Señala las características del texto teniendo en cuenta el género literario al que pertenecen. b) Selecciona los determinantes correspondientes a las acotaciones: ¿Cuántos tipos existen?

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c) Localiza tres ejemplos de sustitución pronominal o adverbial.