REFRANES

REFRANES SIGNIFICADO Zapatero a tus zapatos: - No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy No hay que meterse donde

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REFRANES

SIGNIFICADO

Zapatero a tus zapatos:

- No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

No hay que meterse donde no te llaman. Después detomar leche es mejor no beber nada más para evitar que se corte. La persona que se enfada tienes dos opciones: o desenfadarse o seguir enfadado Todo esfuerzo tiene su recompensa. Las personas con mucho pronto suelen ser las más inofensivas. Lo importante de los regalos es su valor sentimental. No hay que ser abaricioso. Es mejor cuidar y mantener lo que uno tiene. En la vida es más importante ser astuto que fuerte La pereza no es la mejor compañía en la vida

Está bueno ser pelón, pero no de a tiro a raíz

Significa que no hay que llevar las cosas a los extremos

Tras la leche, nada eches

El que se pica ajos come

A quien madruga Dios le ayuda Perro ladrador, poco mordedor

A caballo regalado no le mires el dentado Quien mucho abarca, poco aprieta Más vale maña que fuerza

.- De fuera vendrá quien de tu casa te echará

2Significa que no se debe confiar de un extraño que puede aprovecharse de nosotros

Le tocó bailar con la más fea Nunca falta un negrito en el arroz

.- El buen músico, con una cuerda toca Las cuentas claras y el chocolate espeso Mala yerba nunca muere Se metió en la boca del lobo Nadar entre dos aguas Es mejor un mal arreglo que un buen pleito No te apures por comer, que hambre no te ha de faltar No hagas cosas buenas que parecen malas

El león no es como lo pintan No hay que nombrar la soga en casa del ahorcado En gustos no hay nada escrito

por descuido o mala suerte, a alguien le tocó lo peor siempre hay algún detalle negativo en todas las circunstancias un experto hace maravillas aún con pocos recursos Significa que todo es claro Se dice cuando una persona está enferma se está entrando en terrenos peligrosos una persona no toma una decisión siempre es mejor llegar a un acuerdo que entablar una demanda legal. que no se debe tener prisa por satisfacer lo que siempre está presente que por no hacer cosas adecuadamente se puede causar una impresión que no se desea. que lo que se dice no siempre es verdad que se deben tocar temas hirientes con cautela para no causar daños. que cada persona tiene sus

características únicas Aramos, dijo la mosca al buey

El que no sabe es como el que no ve Barájamela más despacio A la tierra que fueres, haz lo que vieres.

El hábito no hace al monje La burra no era arisca, la hicieron a palos

FABULA

que hay abusadores del esfuerzo ajeno que quieren recibir gloria por algo que no hicieron que la ignorancia te hace ser como un ciego que se busca una explicación detallada Significa que hay que comportarse de acuerdo a las costumbres del lugar que visitas para evitar problemas. La ropa no hace cambios en las personas los tratos recibidos cambian a las personas

PASTOR MENTIROSO Estaba un pastor de ovejas junto con su rebaño, el cual comenzó a gritar con todas sus fuerzas: "¡Auxilio! ¡Auxilio! El lobo viene por mis ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos sus quehaceres, acuden al llamado del joven, para darse cuenta que no es mas que una chanza pesada. El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo, volvió. Sin embargo, nuevamente no era mas que una burla. Luego gritó de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo estaba atacando, sin embargo el pueblo no creyó en sus gritos, por lo que la fiera terminó devorándose el rebaño.

Moraleja: Mentimos y mentimos, y perdemos la confianza que los demás tienen en nosotros. Cuando digamos la verdad, no nos creerán.

EL JILGUERO TÍMIDO Había una vez un Jilguero que no quería cantar. Todas las demás aves se preguntaban por qué no quería cantar, y el siempre les respondía: "Jamás cantaré para ser objeto de burla." Un día, un Perico se le acercó al Jilguero para decirle: "¿Por qué tienes miedo? Canta, que nadie se reirá de ti." Sin embargo, el Jilguero no quiso cantar, ni tampoco le respondió nada al perico. Luego llego una Cotorra y también se le acercó al Jilguero y le dijo: "Te escuché una vez mientras cantabas en el bosque. ¡Tus cantos son hermosos! ¿Por qué no quieres cantar ahora?."

Aún así el Jilguero siguió sin decir nada. Hasta que finalmente se le acercó un Ruiseñor y comenzó a cantar de una forma muy hermosa. Sin emargo, el Jilguero siguió con apatía, así que le preguntó: "Jilguero, ¿por qué no te unes a mi en canto? Haríamos un gran dúo." Y el Jilguero le confesó sus miedos al Ruiseñor. Y este le dijo: "No importa si cantas bien o mal, eso es asunto tuyo. Pero si no cantas, ni si quiera para ti mismo, entonces no eres un Jilguero, ni eres nada."

Moraleja: Se tu mismo. Cumple con el propósito para el que Dios te diseñó, sin importar si esto agrada a los demás o no.

LOBOS Y LOS CORDEROS Una manada de hambrientos lobos procuraba sorprender a un rebaño de corderos. Mas, no pudiendo lograrlo a causa de los perros que los cuidaban, decidieron usar de la astucia para su propósito. Enviaron una delegación para solicitar a los corderos que les hicieran entrega de sus perros. — Los perros son los causantes de nuestras diferencias —dijeron los muy sabidos—. No tienen más que entregarlos y la paz reinará entre nosotros. Crédulos los corderos, sin imaginar lo que les iba a suceder, entregaron amarrados a sus guardianes; y los lobos, dueños ya de la situación, despedazaron a sus anchas al rebaño desguarnecido. Moraleja:

Los gobiernos que fácilmente ceden, bajo el yugo de sus adversarios caen.

LA ZORRA Y LAS UVAS Había una vez una zorra que llevaba casi una semana sin comer, había tenido muy mala suerte, le robaban las presas y el gallinero que encontró tenía un perro guardián muy atento y un amo rápido en acudir con la escopeta. Ciertamente estaba muertecita de hambre cuando encontró unas parras silvestres de las que colgaban unos suculentos racimos de doradas uvas, debajo de la parra había unas piedras, como protegiéndolas.—Al fin va a cambiar mi suerte, —pensó relamiéndose —, parecen muy dulces. Se puso a brincar, intentando alcanzarlos, pero se sentía muy débil, sus saltos se quedaban cortos los racimos estaban muy altos y no llegaba. Así que se dijo: —Para que perder el tiempo y esforzarme, no las quiero, no están maduras. Pero resulta que si la zorra hubiese trepado por las piedras parándose en dos patas hubiese alcanzado los racimos, esta vez le faltó algo de astucia a doña zorra, parece ser que el hambre no la deja pensar.

MORALEJA: Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea pero pensando primero que es lo que queremos y como conseguirlo, no sea que nos pongamos a dar brincos cuando lo que necesitamos es estirarnos, y perdamos el tiempo y el esfuerzo.

EL COJO Y EL CIEGO Un cojo y un ciego llegaron, cierta vez, a la orilla de un rio que tenían que vadear. Ante esta dificultad, dijo el cojo al ciego:

– Aquí hay un vado bastante bueno, pero, a decir verdad, mi única pierna no me permite cruzarlo. – Yo lo pasaría si pudiese ver –apuntó el ciego-; pero como me falta la vista, temo resbalar. ¿Qué hacemos? – ¡Magnífica idea me ha venido! –exclamó el cojo, reaccionando-. Escucha: tus piernas serán mi sostén y mí vista nuestra guía. Ayudándonos así, pasaremos el río. Dicho y hecho, el cojo se acomodó sobre los hombros del ciego y ambos alcanzaron, felices y seguros, la ribera opuesta, llegando a la ciudad sin novedad. ‘ Un individuo puede hacer grandes cosas, pero dos pueden hacer maravillas‘.

EL LOBO DISFRAZADO DE PASTOR

En un rincón de una madriguera, un lobo daba un toque final a un proyecto largamente acariciado.

Así, pues, se disfrasó de pastor y, mientras dormía el zagal, se metió entre las ovejas, relamiéndose al pensar que los carneros estaban a su disposición. Las ovejas, muy contentas, se agruparon junto al facineroso, creyendo estar más seguras a su lado. El taimado se fijó en una oveja en particular y, sin poder ocultar su entusiasmo, exclamó: -¡Que oveja tan gorda y sana! ¡Qué tierna y grande es! Esa si es bocado de cardenal. ¡Se me hace agüita la boca! En su alegría hizo tanto ruido que aparecieron el pastor y los perros, quienes, acorralando al impostor, le propinaron muchas palizas hasta matarlo. ‘Jugar con fuego es un juego peligroso‘

EL POBRE Y LAS ABICHUELAS Un hombre que acumuló riquezas cayó en extrema pobreza. En su desesperación, gemía: – ¡Ay de mi! ¡Después de ser tan rico, tener que alimentarme con estas amargas abichuelas! Con los ojos anegados por las lágrimas daba cuenta de las leguminosas, arrojando las cáscaras al suelo. Mientras seguía de camino, sintió que álguien le seguía. Se dió vuelta y vio a un pobre que, recogiendo las cáscaras, se las comía. Así que le preguntó: – ¿Por qué haces eso?

El otro, contestó: – Verá usted. Yo fuí muy rico, pero lo perdí todo. Tanta es mi hambre, que aprovecho las cáscaras que arrojas. Entonces, dijo el primero: – Tengamos paciencia hermano al ver que en la vida habían otros más pobres. Compartamos mis alubias y luego… ¡Dios proveerá! Y se pusieron a compartir. Moraleja: No te abatas por pobreza, no te ensalces por riqueza.

EL PERRO DE PRESA Y OTROS CANES Un granjero adiestraba a un enorme perro para pelear con los osos y leones que depredaban su ganado. Llegado el día de hacer frente a las fieras, la cadena que sujetaba el mastín se arrancó y el animal salió disparado por las calles. Los perros de la vecindad, al verlo pasar como una saeta, le gritaron: – ¿Por qué huyes de esa manera? El otro repuso: – Aunque de comida tengo lo suficiente, el hecho de tener que combatir con osos y leones me resulta como tener que enfrentarme a la muerte. Entonces, los asombrados perros, comentaron: – Nuestra vida callejera, aunque pobre, es mucho mejor a tener que pelear con temibles osos y leones.

Moraleja: “No vale exponer la vida, por un plato de comida“.

EL LEÓN Y LA LIEBRE En el corazón de la floresta vivía un pacífico y risueño león que, en sus momentos de solaz, jugaba con una liebre, amiga de su confianza. Con frecuencia se contaban sus congojas. Entre cuento y cuento, la liebre preguntó: – ¿Es cierto que, cuando un gallo arma un bullicio, ustedes huyen despavoridos? El león asintió sinceramente: – Es muy cierto, amiga liebre. Somos como el elefante que, cuando gruñe el cerdo, tiembla como azorado. La liebre dijo: – ¡Lo oigo y no lo creo, señor león! El felino insistió: – Así es, mi amiga. Fíjate que los grandes animales adolecemos de algunos defectillos. ¡Sin duda! Y la liebre exclamó: – ¡Vaya, vaya! Ahora comprendo por qué nosotras tenemos terror a los perros. Moraleja: “Si miedo tienes, a nadie lo reveles“.

EL ASNO Y EL LOBO Un asno, viendo que se le acercaba un lobo feroz y que no podía escapar de él, simuló encontrarse cojo. El lobo, acercándose, le preguntó la causa de su cojera. El borrico le respondió que se le había introducido una espina en una de sus patas. Y añadió: – Señor lobo, por favor, quíteme esa espina que ya no soporto y después estaré disponible para que me devore cuando le plazca. Además será mucho mejor comerme sin una espina a padecer los mismos dolores que la espina me está causando. El lobo, convencido por las razones del asno, mansamente se acercó y, al levantar la pata del asno, recibió una propina tal que no le quedó ni un solo diente. Mientras el lobo padecía los dolores de la tunda recibida, el asno inteligente huyó de su presencia. Mientras tanto, el canino se lamentó:

– Bien merecido lo tengo, porque siendo carnicero, ¿por qué me metí de curandero? Moraleja: Maña y saber para todo es menester

EL OSO Y LA COLMENA Frente a una colmena que había próxima a un jardín, un oso glotón se detuvo con la intención de saborear la exquisita miel. Dijo: – ¡Cuánta miel abundante para colmar mi apetito! Y, sin más rodeos, propinó un tremendo mordisco al palacio de las abejas, dejando al descubierto el exquisito néctar.

Como es de suponer, al instante, llegaronmillares de abejas que le atacaron sin piedad al atrevido. El oso, completamente picado aquí y allá, no tuvo más remedio que huir, mientras se las rascaba las picaduras hasta sangrar. Luego, después de recorrer un buen trecho, en su desesperación, se lamentó: – Qué dolorosa resulta esta golosina, impropia de mi carnívora costumbre.

Moraleja: “Quien bien come y bien bebe, tarde paga lo que debe“

EL LABRADOR Y EL ARBOL En los campos de un labrador, vegetaba un añoso árbol que no proporcionaba beneficio alguno y que sólo servía de cobijo para gorriones y cigarras. El labrador, considerando que aquel árbol no era sino un estorbo en las labores del agro, resolvió eliminarlo. Sin embargo, sus inquilinos: los gorriones y las cigarras, le imploraron: – Por favor, no lo derribes el árbol. Piensa que desde sus ramas cantamos y alegramos vuestra vida y las del pueblo. El hombre, haciendo oídos sordos, cogió el hacha y comenzó a dar unos furibundos golpes al tronco, uno tras otro, para poder derribarlo. Pero, ¡oh prodigio! Escondido en el tronco, apareció un panal de rica miel de abejas.

Desde entonces, el viejo árbol fue cuidado con más esmero ya que su existencia era sinónimo de beneficio y salud para el labrador y su familia. Moraleja: “Si los de otros conservas, puede traerte reservas“

LOS CAMINANTES En armoniosa compañía dos caminantes hacían su jornada y sucedió que uno de ellos encontró un bolso de dinero. Entonces el otro exclamó con alegría: – ¡Feliz hallazgo hemos tenido! Pero el amigo increpó con tono burlesco: – ¿Hemos? Sólo yo soy el afortunado, porque yo lo encontré. Debido a semejante advertencia, el otro se quedó callado y sin palabra alguna. De pronto divisaron, no muy lejos, una cuadrilla de ladrones. Entonces, uno de ellos lamentó: – ¡Estamos perdidos, amigo! El otro caminante contestó: – ¿Perdidos? Tú será el único perdido, yo no; pues sólo tú, y nadie más que tú, habéis hecho el negocio. En efecto, los ladrones le arrebataron el dinero, no sin antes propinarle una buena paliza.

“Pruebe la hiel quien comió la miel“

EL ABOGADO Y LAS PERAS Cierto abogado de la urbe fue invitado a los festejos de una boda que se realizaba en su pueblo natal.

Puesto en camino, el letrado encontró, al borde de la carretera, una cesta llena de peras. Como era de mañana, le sobraba apetito para comer; pero, lo cercano del banquete, lo indujo a no abusar de su deseo y, dando un puntapié al cesto, lo arrojó al lodo. Prosiguiendo la marcha, se encontró frente a un riachuelo que tenía que vadear; pero, tan crecido venía a causa de las lluvias, que tuvo que volverse a casa sin asistir al banquete. A su retomo, el hambre lo apuró y, al pasar delante de las peras revueltas en el fango, no tuvo más que levantarlas, limpiarlas y comerlas. “a buen hambre, no hay pan duro”.

LAS MOSCAS La sirvienta de una casa, por descuido, derramó una considerable cantidad de miel sobre el piso. Enseguida, guiadas por su olfato, las moscas se abalanzaron sobre el dulce charco, diciendo:

— Aquí está la fuente de la vida. Sin embargo sucedió que, al posarse sobre la miel, quedaron de patas y alas completamente pegadas al dulce sin poder volar. Entonces se lamentaron juntas en su agonía, diciendo:

— ¡Ay, pobres de nosotras que por mísera golosina encontramos la muerte! Así, aunque parezca exagerado, miles de moscas murieron en el fango de aquel dulce charco. “Más vale prevenir que morir entre lamentos”

EL ADIVINO Cerca de la ciudad de Delfos vivía un hombre cuya fama de adivino se había extendido por la comarca. – Una hermosa doncella aspira a ser tu consorte y la fortuna te sonreirá gratamente –decía a unos. – Hay gente que codicia tus bienes. Debes tener cuidado –decía a otros. En eso, alguien se le acercó y le dijo: –Los ladrones han entrado en tu casa y se llevaron cuanto tenías. El adivino corrió gimiendo hacia su casa. En el trayecto, unos hombres, informados del suceso, le preguntaron: – ¿Será posible que por adivinar la suerte de los demás hayas desechado la tuya?

Así, hay gentes en el mundo que pretenden dar consejo, descuidando sus propios negocios.

Moraleja: “Consejo no me conviene de quien para sí no lo tiene”.

LA CORNEJA Y EL CUERVO Según la creencia de antaño se dice que el cuervo es un ave que anuncia la buena ventura o la desgracia de los viajeros. Una corneja celosa, conocedora de aquellos atributos particulares, pensó: – ¿Qué de particular tiene el cuervo para que para merecer tanta atención de los hombres? Yo también podría predecir el futuro de aquellos. Dicho esto, la corneja, tomando posesión de la rama del árbol más alto, comenzó a chillar sin ton ni son a la vista de los viajeros. Entonces, uno de los viajeros más listos exclamó: – ¡Vaya canturreo del pajarraco! Sigamos adelante, pues la majadería de una corneja no tiene nada que decirnos. Moraleja: “No hay que creer en brujas, pero que las hay, las hay“. La Comadreja y el Gallo Un gallo distraído cayó en las garras de una comadreja. Ésta, antes de devorarlo, queriendo tener una razón que justificara su gastronomía, le dijo: – Con tu canto estridente perturbas el sueño de los humanos.

EL GALLO REPUSO: – Es una forma de servirles, que por sus obligaciones y trabajos deben madrugar. La comadreja contestó: – Así sea, pero no por eso voy a morirme de hambre. Y sin más argumentos, agregó la mamífero: – Podrás tener toda la razón del mundo, pero eso no llena mi estómago, sobre todo ahora que estoy en ayunas. Dicho esto, hincó los dientes en el cuello del plumífero y se lo tragó.

Moraleja: Con los malos y perversos no hay razón que sea de provecho.

LA ARAÑA Y LA MOSCA En una mañana fatídica, cierta mosca volaba de un lugar a otro en busca de comida. Al fin, se detuvo en una rama donde una arañahabía hecho malabares con su tela y contemplándola embobada, pensaba: – Jamás vi trabajo tan hermoso. No lo haría niel gusano de seda más famoso. ¡Qué tersura! ¡Qué belleza! Es realmente una obra de arte. – La araña, aprovechando la coyuntura, salió de su escondite tendió su red con admirable maña, atrapó a la mosca, y le dijo:

– Si no fueras tan curiosa aún estarías fastidiando por otros lugares y -dicho esto- se la comió.

Moraleja: Por estar distraído, en la trampa has caído