Reflexiones de Arturo Uslar Pietri

Reflexiones de Arturo Uslar Pietri: Identidad Latinoamericana, Inteligencia Venezolana y Utopía Arturo Uslar Pietri fue

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Reflexiones de Arturo Uslar Pietri: Identidad Latinoamericana, Inteligencia Venezolana y Utopía Arturo Uslar Pietri fue un escritor, ensayista, político e historiador venezolano, y muy conocidos son los artículos y ensayos de este intelectual, en donde reflexiona basado en su dilatado contacto con la cultura, la historia y el estudio de nuestra realidad, para ofrecer una serie de recomendaciones sobre cómo enfrentar el momento histórico que tocaba y aún toca vivir. En el presente ensayo se pretende hacer una serie de reflexiones sobre tres temas en particular: Identidad Latinoamericana, Inteligencia Venezolana y Utopía. En primer lugar, cuando se habla de identidad latinoamericana, hay que tener en cuenta que el hombre latinoamericano actual, es el resultado de la mezcla de tres culturas: la de los indígenas quienes fueron los habitantes naturales de estas tierras, la de los españoles que llegaron hace más de quinientos años, y la de los africanos trasplantados de África; culturas bastante diferentes y que más allá de los conceptos de “colonizadores”, “colonizados” y “esclavizados”, dieron origen a un hombre nuevo, pues los colonizadores o conquistadores tuvieron que adaptarse a un nuevo escenario muy diferente al que estaban acostumbrados en Europa, porque se encuentran con los indígenas, con una lengua extraña. De igual manera, los colonizados o conquistados nunca volvieron a ser los mismos, sus creencias fundamentadas en su interpretación de la naturaleza, modificaron al “otro” pero también fueron marcadas por el otro. Toda esa escala de civilizaciones indígenas se enfrentó al extraño para que ambos nunca volvieran a ser los mismos. De acuerdo a estas consideraciones, en el llamado “Nuevo Mundo” se encontraron dos representantes de mundos totalmente diferentes, el español tuvo que cambiarlo todo, la vestimenta, la alimentación, religión, costumbres, hasta la formación de la familia; así también los indígenas sufrieron un cambio en ellos, irremediablemente el español ya no pudo seguir siendo el

mismo que era antes como tampoco el indio americano En el mismo sentido, la influencia del africano en América fue muy importante y se visualiza de una manera importante en el hecho de que las madres españolas otorgaban toda la responsabilidad de crianza a las negras esclavas quienes le brindaron a estos niños una visión mágica del mundo, que no poseían los españoles, y que si poseían los indígenas pero de un modo distinto. Todo lo anterior, me permite inferir que el hombre latinoamericano no ha sabido aceptar o mejor dicho no ha sabido encontrar su verdadera identidad, pues no ha aceptado totalmente de que somos descendientes de conquistadores y conquistados, que formamos a un hombre nuevo, por lo tanto no somos un nuevo mundo porque ya existíamos, pero hemos contribuidos a la creación de una nueva época del mundo y en este momento estamos en una condición privilegiada para estar entre los constructores fundamentales de ese nuevo mundo que va a llegar finalmente y en cuya hechura nosotros tenemos un papel irremplazable que desempeñar. En segundo lugar, relacionado con la inteligencia venezolana, desde el punto de vista de Uslar Pietri, la inteligencia venezolana ha sufrido un considerable atraso, debido a los hechos históricos que desde que empezó la gesta independentista fueron destruidos muchos pensamientos innovadores que habían surgido en estas tierras a través de Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Andrés Bellos, Dr. José María Vargas. Es así que para alcanzar su independencia Venezuela en los quince años de guerra, vio destruidos los sueños de continuar la apertura a las novedades del pensamiento europeo, que hicieron en todo el mundo transformar las ideas y destinos de muchos pueblos americanos De acuerdo a estos razonamientos, la innovación del ideario venezolano se agotó por falta de renovación y continuidad. El país entró en el largo proceso de desintegración y empobrecimiento de las guerras civiles, dictaduras y malos gobiernos, en donde solo unas pocas voces que trataron

de que no muriera la esperanza de un renacimiento del país, a través del conocimiento de las novedades de la ciencia y del pensamiento, no pudieron superar la ideología barato de falsos caudillos que solo buscaban provecho personal y no el engrandecimiento del país. Además, como si fuera poco, la aparición del petróleo, en vez de ser aprovechada para el desarrollo del país, significó la deformación de la búsqueda del avance, en palabras de Uslar la situación fue que “la abundancia de medios, que, en veces, llegó a parecer ilimitada ocasionó la pérdida de la noción de las proporciones, de las etapas necesarias de crecimiento y maduración y la noción atroz de que todo era posible lograrlo, sin plazo ni proceso de crecimiento y consolidación, con sólo dinero” (p. 85). Es así que se plantea la necesidad, dada la actual situación que vive el país, de que los venezolanos, desarrollemos nuestro intelecto, utilicemos los avances de la ciencia y de la tecnología que han significado en mejoras sustanciales de las formas de vida en el mundo para el que las ha sabido aprovechar, para renovarnos, dejar el pasado atrás y avanzar hacia una Venezuela próspera y fértil que asegure la supervivencia de nuestra nación y avancemos al desarrollo. En tercer y último lugar, al hablar sobre utopía, conviene acotar que hemos sido parámetro para el mundo, para que éste progresara, así ha sido desde que Colón pisó por primera vez nuestras Tierras. Sin embargo, si nos detenemos un segundo, bajo una perspectiva fuera de los problemas mundiales, avanzamos con más lentitud que otros países. Nos proponemos una meta, pero que luego de un tiempo se convierte en un sueño, entramos en lo que llamamos una utopía. Un sueño de ser libres, algo que siempre hemos querido, y hemos obtenido de muchas formas, pero cada vez que nos enfrentamos a la libertad, regresamos al punto de partida, porque solemos imitar políticas de otros países y al ponerlas en práctica nos atrasamos de nuevo. Es así como, no nos damos cuenta de que debemos ser originales en

algo más que en nuestro sentido de búsqueda. Como ya se ha dicho: “… La ‘búsqueda’ de la identidad no es un ejercicio neurotizante o estéril; tiene que ver con el compromiso del intelectual latinoamericano, a la hora de plantear alternativas de solución históricamente viables para las urgentes necesidades que agobian nuestros pueblos…” (Miguel Galíndez). Pero como se ha visto a lo largo de la historia, América Latina siempre ha tropezado con los mismos errores. No nos preocupamos por un futuro lejano, por un bien que nuestros hijos podrán tener, sino que buscamos un remedio inmediato, un “parche” momentáneo y que luego de varios años se vuelve a reventar. Es ésta actitud la que nos debería invitar analizar nuestros pasos, pero en nuestra búsqueda constante de nuestras raíces, nos volvemos a perder.