Racismo

Universidad Popular Autónoma de Veracruz Licenciatura en Finanzas y Contaduría E. Educativa: Diversidad cultural del Es

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Universidad Popular Autónoma de Veracruz Licenciatura en Finanzas y Contaduría

E. Educativa: Diversidad cultural del Estado

“El Racismo”

Alumna: María Eudelia Pérez Martínez

Catedrática: Godoleva Reyes Escalante

Coatzintla, Veracruz. A

19

de

Octubre INTRODUCCIÓN

del

2014

Antiguamente se utilizaba el concepto de raza para designar al grupo de personas que compartían unas características comunes y que constituían una unidad de población identificable. Había diversas clasificaciones: desde aquellas que establecían cinco agrupaciones raciales, que correspondían a los cinco continentes habitados, hasta las que identificaban pueblo y raza (como en el caso de la raza gitana). Esta clasificación pretendía servir de justificación científica a la teoría que afirmaba la superioridad intelectual de unos grupos humanos respecto a otros; es decir, el racismo como justificación teórica para marginar y explotar a algunos colectivos. Actualmente se considera que no existen grupos raciales; la genética de las poblaciones ha demostrado que sólo hay una raza, la de la especie humana, ya que los grupos cambian e interaccionan su material genético constantemente, lo cual imposibilita la localización de un grupo humano genéticamente puro. Tanto es así que, si analizamos el código genético de cinco individuos, tres mujeres y dos hombres, de origen hispánico, asiático, caucasiano y afroamericano, veremos que el concepto de raza no tiene ninguna base genética. Analizados los cinco genomas, es imposible determinar la etnia de cada uno de ellos. Los seres humanos, sea cuál sea su procedencia, comparten el 99,8% de la herencia. Todos tenemos el mismo número de genes contenidos en el mismo número de cromosomas. La variación o mutación, ese insignificante 0,2%, es lo que hace que seamos altos o bajos, rubios o morenos, fuertes o débiles, alegres o tristes, nerviosos o tranquilos. También es lo que nos predispone a ciertas enfermedades. Simplificando mucho: de cada 500 genes, 499 son iguales para todos los seres humanos. No hay dos personas iguales, pero todas somos prácticamente idénticas. Sin embargo, a pesar de estas evidencias científicas, algunos insisten en marginar a otros basándose en los prejuicios atribuidos a las características físicas y en otras estrategias que tienen ese mismo objetivo. Actualmente estamos asistiendo a un nuevo fenómeno: el neorracismo. Para justificar la discriminación de los que son diferentes, el neorracismo no se apoya en los rasgos físicos, sino en los aspectos culturales. Esta ideología afirma que la cultura es algo imprescindible para la identidad de un individuo, grupo o nación, y que el contacto o la mezcla con otras culturas implican peligro para esa persona o para el grupo.

EL RACISMO

Se define como discriminación racial como ―toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales, en un plano de igualdad, en las esferas política, económica, social, cultural o cualquier otra de la vida pública‖. En este sentido, la comunidad internacional condena la discriminación racial por considerarla una violación grave de los derechos humanos. El racismo es uno de los factores fundamentales dentro de los procesos sociales que originan la discriminación racial y su arraigo.

Socioantrpología del racismo Hasta la década de los años sesenta persiste la controversia sobre la pretendida validez científica de las teorías racistas. Se trata de una polémica que por demostrar la inexistencia de razas y culturas superiores e inferiores, equivoca el rumbo para analizar el racismo. La raza, se ha afirmado, es una construcción social y el discurso racista una de sus expresiones. La ideología racista en forma de doctrina tiene distintos contenidos en su historia, pero su núcleo básico está fuertemente asociado con la creencia acerca de la superioridad/inferioridad biológica de las razas, sustentada ésta en una jerarquización que se manifiesta inexorablemente en una superioridad-inferioridad cultural y social. Con base en la creencia acerca de las desigualdades entre las razas se legitima, en consecuencia, la dominación de las razas consideradas superiores que reafirman su identidad y sus privilegios aduciendo su pureza y rechazando el mestizaje, origen supuesto de la degeneración de la humanidad (véase Benoist, 1986). Sin embargo, estas creencias son sólo una expresión del pensamiento racista con pretensiones científicas. No todos los teóricos e ideólogos racistas recurren a la biología para explicar la desigualdad de las razas, ni consideran que la superioridad e inferioridad sean fijas, ni sustentan la existencia de razas puras, ni se oponen al mestizaje, ni encuentra una inevitable relación entre racismo y dominación. De tal suerte que las polémicas sustentadas por los antropólogos antirracistas como Franz Boas y Juan Comas, contra los seudocientíficos que pretendían demostrar las desigualdades entre las razas comprenden sólo ciertas perspectivas racistas. El trabajo de Comas se produce siguiendo de cerca el desarrollo que los científicos norteamericanos de mediados del siglo xx logran en el estudio de la raza y del racismo. Las fuentes en las que descansa incluyen a Franz Boas, a Oliver C. Cox y a Gordon W. Allport, tres figuras que analizan, con distintos enfoques, las formas, funciones y especificidades del racismo. Desde sus escritos de fines del siglo xix, hasta los últimos trabajos de principios de la década de los cuarenta, Boas critica las teorías de la raza que, con base en una argumentación supuestamente científica, intentan demostrar que las diferencias entre culturas son determinadas por las características biológicas de las razas. No ignora el ―antagonismo racial‖ existente en la sociedad norteamericana de los años veinte, y los prejuicios o falsas generalizaciones entre grupos que compiten por el trabajo. Tampoco considera que es éste un fenómeno

universal. Prueba de ello es que la ―conciencia de raza‖ (relacionada con la creencia en la superioridad de su ―propia raza‖) es diferente entre los pueblos, más pronunciada entre anglosajones que entre latinos (hablantes de lenguas romances), aunque la hostilidad hacia los de ―afuera‖ es común en la historia. También, encuentra que su forma moderna es peculiar porque se formula en teorías raciales y se forma un tipo de ―comunidad‖, cuya identidad se opone a valores universales, siendo ésta más peligrosa que ningún otro tipo de ―agrupamiento‖ porque las diferencias biológicas que atribuyen a los grupos racializados‖ no están sujetas al cambio (Boas, 1945:28). Después de la segunda guerra mundial, se profundiza el debate en contra de los mitos raciales. Este discurso científico parece haber tenido una limitada resonancia entre los antropólogos mexicanos. Es Juan Comas, antropólogo físico y refugiado español, quien por su especialización, origen y su experiencia vivida en los años de la preguerra en Europa, se interesa por la problemática del racismo. Sus esfuerzos por desmontar el aparato seudocientífico de las teorías racistas se concretan en sus diversos trabajos5 acerca de los mitos de la pureza de sangre y la inferioridad de los mestizos, sosteniendo con base en los avances de las ciencias duras de la época, la inexistencia de una unidad racial y la universalidad del mestizaje y su relación con el desarrollo de las altas culturas, la variabilidad morfológica y genética existente entre las distintas razas (Comas, 1952). No obstante, parece admitir la inferioridad atribuida a los mestizos cuando arguye que obedece a factores psicosociológicos derivados de las condiciones precarias en que viven y al rechazo que sufren por parte de las razas de procedencia, posición ciertamente ambigua y contradictoria. En su ensayo intitulado Razas y racismo. Trayectoria y antología Comas se ocupa nuevamente de las expresiones doctrinarias del racismo, también de otras de sus formas, de las características de los sujetos víctimas, y de sus causas y particularidades en el tiempo y en el espacio. En su momento, y pese a su relación con el indigenismo, sus reflexiones resultan novedosas en un contexto en el que se tiende a negar la existencia del racismo en México. Como Boas, juzga que el racismo contemporáneo (de su tiempo) es distinto porque pretende una justificación científica (se refiere al racismo doctrinario) que ha querido ―apropiarse de la antropología‖. Comas acepta la existencia de una relación entre el prejuicio racial y los procesos de conquista, colonización, explotación (aunque critica a clásicos como Oliver C. Cox, por advertir un vínculo unívoco), competencia económica en el mercado de trabajo, y determinados estados afectivos. Pero insiste en el error, la falsedad, la falta de lógica, la confusión de quienes construyen los mitos raciales, como si el racismo fuera sólo falsa conciencia y no instrumento de conocimiento y de poder. En realidad, parece inclinarse por una causalidad múltiple para comprender el racismo (Comas, 1972), posición que escapa a las determinaciones unívocas pero que puede forzar aproximaciones de enfoques incompatibles. Su observación acerca de que el racismo ha atravesado por ―varias etapas‖ y distintas formas de justificar la inferioridad de unos y la superioridad de otros deja implícito su carácter histórico y la enconada búsqueda de los teóricos racistas de argumentaciones ―científicas‖ para mantener las jerarquías étnico-raciales.

Por ejemplo, primero las diferencias de carácter somático debían ser la evidencia de la inferioridad; luego se trató de probar que el tamaño del cerebro de los negros tenía menor volumen que el de los blancos; posteriormente las diferencias se encontraban en su estructura y circunvoluciones y, finalmente, se acudió a las pruebas de inteligencia, de muy dudosa confiabilidad, para demostrar las diferencias inherentes a la raza, determinadas desde su perspectiva por el medio y la cultura. El cambio en el contenido del discurso racista hacia determinados sujetos como los negros, chinos y japoneses, le hace reconocer implícitamente su variabilidad en el tiempo y en el espacio. Asimismo, constata que las jerarquías biológicas y psíquicas incluyen a grupos diferenciados con base en el color y de la misma raza blanca pero, sobre todo, a los grupos minoritarios con lo cual implícitamente relaciona el fenómeno con la dominación. Durante estos años, la controversia sobre las razas está lejos de alcanzar la intensidad que tuvo entre los pensadores del porfirismo y los ideólogos del mestizaje a principios de siglo. Esto a pesar de haberse producido el holocausto en Europa. Es posible que haya tenido que ver el quehacer de una antropología comprometida con las políticas del Estado. Una trayectoria en esta misma línea crítica a las teorías racistas la sigue Santiago Genovés, antropólogo físico y refugiado español que cuestiona en sus trabajos las bases ―científicas‖ de estas teorías. Su participación, junto con otros científicos, en la integración de La Declaración de Atenas sintetiza sus argumentaciones y es relevante porque se trata de la versión más reciente de lo que fuera la primera declaración sobre raza y racismo patrocinada por la UNESCO, después de la segunda guerra mundial. El llamamiento de esta Declaración asienta la preocupación por el resurgimiento del racismo que ―invoca de nuevo a la ciencia para elaborar doctrinas racistas‖ y los avances de la ciencia sobre la cuestión racial referentes a la unidad de la especie humana, las clasificaciones basadas en las características fenotípicas y la diferenciación en las estructuras genéticas. La Declaración es contundente, en cuanto que desde el punto de vista biológico no es posible establecer jerarquía alguna entre individuos y poblaciones, es la cultura la que ―crea la especificidad humana‖ (véase Genovés, 1992). El trabajo de Gonzalo Aguirre Beltrán, Oposición de raza y cultura en el pensamiento antropológico mexicano publicado a fines de los sesenta, resulta valioso por su posición frente al discurso acerca de las razas y del indio entre los positivistas del porfiriato y los pensadores y antropólogos del nacionalismo revolucionario. Por ejemplo, pese a que José María Mora asocia el ―estado envilecido‖ de los indios con su constitución biológica, su rechazo a la noción de la superioridad racial, reconociendo la ―diversidad de facultades‖ de todas las razas y la posibilidad de mejorarlas a través de la educación, lo aleja de los racistas porque según Aguirre era una ―posición avanzada‖ para su tiempo. La defensa de la raza mestiza por Justo Sierra, en un momento en que algunos racistas europeos difundían la idea de que el mestizaje daba como resultado poblaciones bastardas, sin capacidad para hacer progresar la civilización, era una posición de avanzada que no lo salva, como piensa Aguirre, ―de caer en la trampa de un darwinismo social ortodoxo‖.

Recuérdese que coloca al mestizo en la cúspide de la jerarquía racial, luego al criollo y en la escala inferior al indio, a quien no le atribuye incapacidades innatas pero, al igual que Mora, le concede el beneficio de redimirse en el mestizo a través de la educación y la nutrición. Aguirre no distingue los variados contenidos del discurso racista. Con base en una concepción del racismo que sólo admite la esencialización de las diferencias biológicas, piensa que ―la unidad en la multiplicidad de la fusión étnica‖ que propone Gamio, contraviniendo al racismo europeo, lo aleja de Vasconcelos y Molina Enríquez. No hay que olvidar que en Forjando Patria se pronuncia por la fusión biológica y cultural del indio por atrasado con respecto a Occidente, pensamiento en el que subyace la idea de su inferioridad. Seguramente su compromiso con el indigenismo, que entonces todavía pregonaba un integracionismo forzado, le impide identificar el sentido excluyente de los pensadores y de los antropólogos que como Gamio creen en la inferioridad no innata del indio y promueven el mestizaje cultural, una forma distinta de expresar la intolerancia a la diferencia. En cambio, José Vasconcelos y Molina Enríquez son identificados como los máximos exponentes de la ideología del mestizaje de contenido racista porque aunque rechazan la superioridad del blanco y la unidad racial sin mezcla, exaltan la superioridad de la raza mestiza y la unidad por el mestizaje. Su crítica a Comas por no resolver la oposición entre raza y cultura evidencia que entonces no se comprendía que biología y cultura son dos procesos que se compenetran de tal suerte que entre ellos existe una relación, no una oposición. Como lo señala Antonio Machuca, el atribuir el predominio de lo biológico o de lo cultural: ha obnubilado tanto el conocimiento de la especificidad social de lo biológico (que nos coloca en el campo de la antropología), como el reconocimiento cabal de la especificidad biológica de lo social (que nos acerca al campo de la etiología social) y el papel efectivo que toca desempeñar a lo biológico —incluso él mismo como fenómeno cultural— en las determinaciones de lo social en un marco de acción recíproca, de mutua determinación entre lo biológico y lo social‖. Hasta entonces, el concepto de racismo es biológico, fija las diferencias del Otro y la superioridad de unas razas y la inferioridad de otras.6 El debate es teórico y se analiza el discurso racista. Se argumenta sobre la unidad de la especie humana y de cierta manera la existencia de variados racismos, el doctrinario y diferencialista, el latinoamericano sutil y enmascarado. Comas y Genovés, como científicos, participan activamente en la lucha contra el racismo suscribiendo y/o contribuyendo a la elaboración de la Declaración de 1950, y de Propositions sur les Aspects Biologiques de la Question Raciale de 1964, entre otros. Mientras tanto, en las regiones étnicas prevalecen fuerzas que niegan el derecho a la diferencia bajo lógicas de distinta naturaleza, estructuras de dominación sostenidas por ideologías e identidades excluyentes del indio y por la acción indigenista del Estado para lograr su integración y contribuir a la ―unidad de la nación‖.

Diversidad e identidad

De la esencia de la cultura y de la conducta discriminatoria dimanan dos conceptos algo difíciles – la diversidad y la identidad – que conforman y sirven de sustento tanto a las nuevas como a las antiguas manifestaciones del racismo. 

La diversidad

El concepto de diversidad se considera cada vez más como la respuesta tanto al riesgo de la estandarización inducida por la globalización, como a las formas extremas de reacciones humanas, como la fidelidad absoluta a la identidad que se funda en la cultura, la religión, la etnia y la comunidad. No obstante, el concepto de diversidad conlleva connotaciones ideológicas e históricas. Como concepto, la diversidad es un hecho innegable de una realidad o de una situación social, cultural, étnica o religiosa. Por consiguiente, es sumamente especifica dentro del propio ámbito político, filosófico e ideológico. La diversidad no es de por si un valor en el sentido ético del vocablo, pues la noción conlleva fuertes connotaciones del pensamiento filosófico y científico que imperaba en los siglos XVIII y XIX. Las investigaciones científicas y filosóficas de las especies y de la diversidad racial en ese entonces dieron lugar a teorías relativas al orden jerárquico de las distintas especies y razas3. Estas teorías sirvieron de apoyo ideológico y filosófico, no solo para desarrollar otras teorías de discriminación racial, étnica, social y religiosa, sino también como marco intelectual para justificar operaciones que eran formas de explotación o de dominación, como la trata de esclavos y la colonización. En este contexto, se consideraba que la diversidad, en la teoría y en la práctica, significaba una ―diferencia fundamental‖ y servía de marco para interpretar o justificar una jerarquía de razas, culturas y civilizaciones. Precisamente esta explotación de diversidad es el meollo del etnocentrismo. El etnocentrismo ha sido siempre y en todas partes, desde el punto de vista histórico, ideológico y cultural, el producto de una interpretación de la diversidad como diferencia radical, como la discriminación y la desigualdad del ―otro‖. Los recientes conflictos en la región de los Grandes Lagos africanos y en los Balcanes confirman que no solo impera hoy la ideología de la discriminación, sino que puede revestir la forma más extrema y formidable, a saber, el genocidio, la eliminación física del ―otro‖. En el ámbito histórico, el etnocentrismo heredo esta ideología a través de la antropología colonial. Los sujetos colonizados se consideraban, presentaban y trataban, única y específicamente en cualquier clase de relación, como un grupo étnico, que no tenia o era incapaz de tener cualquier visión coherente u organizada de identidad nacional, étnica o cultural. Las interpretaciones teóricas de ―grupo étnico‖ en el periodo colonial, en que se hacía hincapié en los aspectos culturales (idioma, religión) o filosóficos, apestaban a oportunismo científico, cuya única finalidad, tras esa fachada científica, era reforzar y justificar la discriminación, la dominación y la explotación. Y en la era poscolonial, los conceptos de diversidad y de etnocentrismo han sido objeto de recientes tergiversaciones políticas. Por consiguiente, el etnocentrismo y la diversidad no son contradictorios ni paradójicos, sino más bien complementarios y se han de aprovechar y

comprender de distintos modos. La interpretación de la diversidad como una diferencia no es un mero fenómeno histórico. En el contexto actual, en que la globalización se considera una fuerza para la estandarización, se trata de un factor que podría reforzar la reacción defensiva, amparándose en la identidad, que constituye la parte esencial de las formas actuales de conflicto étnico y de animosidad contra la inmigración. Por consiguiente, el fomento de la diversidad, de por sí, se puede explotar para exacerbar la discriminación, la hipersensibilidad o la insularidad, al tratarse de la identidad (étnica, cultural o espiritual). Una de las ideas más importantes de las prácticas y de las teorías discriminatorias es la idea de la diversidad, entendida únicamente como diferencia y también otro concepto equivoco: la identidad. Este concepto también se debe analizar de forma crítica. 

La identidad redefinida

Toda la historia de las relaciones entre los pueblos pone de manifiesto la influencia determinante de los malentendidos acerca de la identidad. Al igual que el bifronte Jano, el concepto de identidad tiene una cualidad que es, a la par, una afirmación del yo y una negación del ≪otro≫. A la luz de una larga memoria histórica y de una constante dialéctica fundamental – movimiento-encuentrointeracción – que ha caracterizado a todas las civilizaciones y culturas, es imperativo fomentar un nuevo sentido de la identidad (étnica, cultural o espiritual) a fin de evitar la insularidad de esta perspectiva y de no dejarse influir por una mentalidad de gueto, sino comprenderla, acogerla y vivirla como un proceso, un encuentro y una síntesis dinámica. Así pues, en un contexto en que la identidad es fundamentalmente introspectiva, en que, como evidencia la mayoría de los conflictos actuales, quien antes era nuestro vecino ha pasado a ser ahora nuestro enemigo, hay una necesidad de presentar la identidad con múltiples facetas, entretejida, en constante mutación, esencialmente estratificada y múltiple. Por consiguiente, la identidad expresa la misteriosa alquimia mediante la cual un pueblo recibe, transforma y asimila las influencias de otras partes en la dialéctica del dar y tomar, lo que quiere decir que se debe fomentar la idea según la cual la identidad puede ser el fundamento de un código ético, que posibilite redescubrir la comunidad local. Mas esto ha de hacerse de tal forma que la diversidad, por si sola, al igual que la mentalidad de gueto, no se interprete como el aislamiento, la exclusión o las diferencias insuperables, ni sirva para sentar una base ideológica de apoyo a la cultura y a las prácticas discriminatorias. Es imperativo que la fructífera dialéctica de la unidad y de la diversidad gane aceptación en cada sociedad y en el ámbito internacional.

El racismo desde el punto de vista sociocultural

Las ideologías de superioridad e inferioridad con su apéndice de significado negativo de lo que es diferente nos han dejado un legado. Perduran las consecuencias de las estructuras y de los sistemas concebidos para dominar y subyugar a nuestros congéneres en épocas de esclavitud, colonialismo, imperialismo y apartheid. El uso actual de mecanismos políticos, sociales, económicos, militares y culturales para perpetuar relaciones desiguales de poder continua hoy planteando graves desafíos a las muchas personas sedientas de una verdadera justicia social, derechos humanos y libertad para todos. La separación debido al color y demás formas de división por razones de origen siguen aún desuniendo al mundo. Durante casi todo el siglo pasado lo absurdo en cuanto a raza, origen étnico, clase y casta campaba por ambos márgenes de la línea ideológica. Los pueblos Roma y los africanos, por ejemplo, soportaron el peso del racismo en Europa oriental y en Asia, bajo el régimen comunista. Las poblaciones indígenas, las minorías de diferentes orígenes étnicos, los migrantes y los solicitantes de asilo padecieron y sufrieron el insidioso racismo y la xenofobia de las sociedades socialdemócratas de Europa occidental y de América del Norte. Las ―sociedades raciales‖ de ciertos países de América del Sur han sido objeto de amplio debate. La estrategia de conferir a la ―raza‖ un aspecto multifacético, a través del proceso de miscegenacion (mestizaje) ha servido a menudo para ocultar la presencia uniforme del racismo en esta region3. Las diferencias de casta han dado lugar a muchos conflictos sociales en las democracias de Asia meridional y oriental4. De igual modo, las diferencias étnicas en el continente africano han sido la causa de interminables conflictos agravados por el legado del colonialismo, la mala gestión política, el deterioro de las condiciones económicas y la pobreza abyecta. No hay región, continente ni ideología que haya podido aislarse automáticamente del racismo. Sin embargo, a pesar de su insidiosa presencia en todas las sociedades, la práctica de ignorar y de rebajar a alguien por su raza continua siendo motivo de irritación para los muchos seres que la padecen. La ceguera racial niega las formas contemporáneas de racismo y discriminación racial. Es una incitación a que hagamos caso omiso de la historia, en lugar de afrontar su legado. Ha llegado hasta la permisividad de los horrores del genocidio y la connivencia con las formas contemporáneas de opresión racial. Prosigue la marginación de los aspectos del racismo y de la discriminación racial relacionados con el género, así como de los aspectos raciales de discriminación por razón de género. Pese a los grandes logros obtenidos estos últimos anos en el ámbito de los derechos humanos de la mujer, siguen sin comprenderse por completo estos aspectos dentro del razonamiento de los derechos humanos. En contra de este grave hecho, este capítulo ofrece una exposición de cómo, a lo largo de los años, la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas, ha llegado a un acuerdo para implementar las disposiciones jurídicas tendentes a erradicar la discriminación racial. La piedra angular del enfoque jurídico de las Naciones Unidas es la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 1966. Por consiguiente, en esta exposición se hace hincapié en este tratado antirracista que

ha ratificado la gran mayoría de los Estados del mundo y en la labor del órgano encargado de implementarla, a saber, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial. Asimismo, se presentan otros enfoques, entre ellos la labor del Relator Especial o del experto independiente, que las Naciones Unidas nombran en apoyo de la labor del Comité. Una de las técnicas que emplean las Naciones Unidas para movilizar a los gobiernos, pero también a todos nosotros, en hacer frente al racismo, consiste en su propia dedicación de decenios en pro de la lucha mundial contra el racismo. El Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial finalizo en 2003. Otra iniciativa más vinculada a estos Decenios ha sido la celebración de conferencias mundiales contra el racismo. La tercera de estas conferencias y sin duda la más importante ha sido la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en Durban, Sudáfrica, en 2001. A través de su historia, las Naciones Unidas, como parte de su mandato universal de derechos humanos, ha proseguido de manera constante la lucha para la eliminación de todas las formas de racismo y de discriminación racial en el mundo. En realidad, la lucha por la igualdad de trato de los seres humanos, de la que el antirracismo forma gran parte, ha sido la causa de derechos humanos en la que más esfuerzos internacionales se han desplegado. Las razones de discriminación a que alude la Carta de las Naciones Unidas – la raza, el sexo, el idioma y la religión – se ampliaron sobremanera en la Declaración Universal de Derechos Humanos, documento sin precedentes y el más importante en cuanto a las aspiraciones de la humanidad por lo que atañe a los derechos, las libertades y la justicia. La Declaración Universal incluyo el color, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica, el nacimiento o cualquier otra condición en la lista de distinciones inaceptables para el disfrute de los derechos. Hace después hincapié en la igualdad de todas las personas ante la ley, así como en su derecho a la total protección de la ley contra discriminaciones de cualquier índole. Asimismo, considera que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.

Países que cuentan con el más alto índice de racismo Según investigaciones realizadas por la ONU en el año 2011 se llegó a la conclusión de cuáles y porque algunos países son considerados ―más racistas‖. Cabe mencionar que es verdaderamente deprimente saber que aun en nuestras épocas con el arduo trabajo de personas que luchan por la igualdad en la humanidad aún se vea un racismo muy marcado, sobre todo en las que son consideradas potencias mundiales.

20) Japón

Japón es una sociedad muy cerrada y tradicionalista, heredera de la tradición samurái y las costumbres de la restauración meiji. Tienen un cierto desprecio por el extranjero y se puede palpar bien en la fila del supermercado y en la contratación laboral, aunque solo es un desprecio o miedo a las diferencias culturales es también bien sabido su fascinación por lo extranjero también, una especie de contradicción que es rastreada desde la restauración meiji. 19) China En China hay un particular odio por occidente desde la época de los imperios del siglo XIX en el cual saquearon a su país, ahora es una arrogancia hacia ellos, pues se convierten en superpotencia; también tienen un particular prejuicio por lo "blanco" pues todo aquel que tiene la piel oscura es sinónimo de una persona obrera, campesina o que tiene un bajo nivel social, en contraste por el blanco que es una persona deseable para los puestos mayores y un sinónimo de belleza muy marcado en las ciudades de china. 18) Francia Francia es un país que durante mucho tiempo se volvió arrogante en su cultura, pero en los últimos años la ultra derecha ha ganado poder gracias a sus ciudadanos que coinciden con su ideología racista y reaccionaria, además de los actos de violencia que han cometido contra los inmigrantes argelinos, su miedo es básicamente a la "islamización" de Europa y el miedo del "terrorismos", que los ultra derechistas han sabido aprovechar. 17) República Dominicana En la República Dominicana se tiene una especie de admiración por lo hispano y un sentimiento de superioridad frente a sus vecinos haitianos y demás países caribeños, viéndose a sí mismos como superiores. esta idea es reforzada durante la dictadura de Trujillo y aun en día, su desagrado por Haití es palpable. 16) Canadá Canadá es un país que se jacta de ser un país tolerante, pero lo cierto es que hay una división racial entre los anglo-canadienses y los franco-canadienses, que han tenido momentos de violencia; además del genocidio sistemático y secreto del gobierno canadiense contra las "primeras naciones" (de la cual hablare luego). Canadá es un país secretamente racista y han sabido ocultar bien eso y mostrando una máscara de "tolerancia" que incluso, su población ignora. 15) Australia Australia durante mucho tiempo tuvo un programa político no oficial llamado "Australia blanca", si bien fue abolido, aún existen pequeños grupos racistas que defienden la discriminación racial; las personas que han sufrido eso, fueron asiáticos y musulmanes, estos grupos han empezado a crecer y a ganar cierta fuerza, lo cual se ha visto con alerta de que el ultra derechismo este ganando fuerza nuevamente como en el siglo pasado. 14) Chile Este país sudamericano tiene un particular odio sumamente palpable por los indígenas mapuches, quienes han denunciado esto por años, así como una discriminación evidente contra peruanos y bolivianos a quienes ven como personas inferiores racialmente, aunque esto solo es en un sector de la población, es claro que términos como "negros" son usados de manera peyorativa, parecido

a argentina, además de los ataques raciales contra ellos, los cuales hay numerosos reportes sobre esto y los grupos neonazis que han logrado florecer adecuadamente en la sociedad chilena. 13) Suiza Suiza ha reportado numerosos casos de ataques raciales y discriminación contra inmigrantes de origen árabe y el florecimiento de grupos neonazis. pero más que nada, hay un pensamiento de supremacía generalizado en la población, ya sea racial o cultural o ambos. 12) Países Bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) En estos 3 países muy cercanos entre sí, se ha suscitado un fuerte crecimiento de grupos neonazis y múltiples ataques a musulmanes y la quema de sinagogas y ataques a judíos. cabe destacar que rebasan lo que se puede llamar "minorías" pues según encuestas, estos comportamientos o pensamientos se vuelve común entre los jóvenes, así como también dentro de la política hay reaccionarios ultra derechistas que, abiertamente hablan de una "herencia nórdica y tradiciones guerreras" que incitan a un pensamiento fascista. 11) Países Nórdicos (Suecia, Finlandia, Noruega) Los hechos son sumamente similares que los países bálticos, ataque a musulmanes y el florecimiento de grupos neonazis y de skinheads de tendencia fascista; más aun la herencia nórdica que desde un punto de vista ultra derechista más que patriótico también crece. se tiene también noticias de que en la nobleza sueca y noruega han hecho comentarios y afirmaciones de tendencia racistas de supremacía nórdica y blanca. 10) Austria El mismo problema, alto crecimiento de grupos neonazis y ataques a judíos y musulmanes, además de que miembros de la política austriaca han defendido la ideología nazi del pasado y han apoyado tales bases ideológicas, mostrándose orgullosos del pasado nazi. Austria tiene una concentración de neonazis muy bien cimentada. 9) Alemania Los alemanes temen a su pasado nazi, pero también una muy buena parte de la población se sienten orgullosas de su pasado nazi, cantando himnos de la Alemania nazi en fiestas y bares (como los que son comunes en Núremberg), además de que se reportan numerosos ataques a judíos y musulmanes, especialmente turcos. la discriminación a Turquía viene de la inmigración de turcos a Alemania, además de la política alemana por impedir que Turquía entre a la unión europea, pues uno de sus argumentos es... que son musulmanes. 8) Rusia Se han visto múltiples y frecuentes ataques a extranjeros de diferentes nacionalidades y religiones, así mismo se han multiplicado enormemente grupos neonazis y de skinheads de tendencia fascista que han hecho marchas de gran magnitud donde reivindican la supremacía blanca y la herencia nórdica, también se ha visto una curiosa fusión del fascismo con el comunismo donde los rusos fusionan la bandera nazi con la hoz y el martillo, creando una política teórica fascista desde una visión de la gloria soviética, cosa que es incompatible desde muchos puntos (y un insulto para la propia Rusia). claro esto se ve en Moscú y las

zonas cercanas a los países bálticos, Finlandia, san Petersburgo y Polonia, mas no en el resto de Rusia hasta las islas Sajalín y Kamchatka, donde es virtualmente "limpio". 7) Argentina El racismo en argentina es sumamente palpable desde la sociedad hasta el gobierno, la población argentina usa términos como "negro" o "cabecitas negras" como términos despectivos por aquellos que no son rubios y aunque lo digan "de cariño" la connotación es evidente, esto en el aspecto cultural cotidiano, también se debe destacar el odio hacia los peruanos, bolivianos y uruguayos por considerárseles inferiores en cuanto a su color de piel o cultura. así también se tienen una cultura de "los que bajaron de los barcos" donde se tiende a despreciar la herencia hispana y más aún la latinoamericana y se abraza una cultura parecida a la norteamericana de pro-inmigración europea, en la cual hasta en las mismas leyes argentinas dictan que se facilita la entrada a inmigrantes europeos como un idealismo de la supremacía europea y así mismo se defiende esta idea. además los ataques a personas no blancas son frecuentes, especialmente a peruanos y bolivianos y uruguayos (los boliguayos) por parte de grupos neonazis bien cimentados y de número creciente, inclusive la política argentina (con la chilena) apoyaron la entrada de fugitivos nazis y se les dio cobijo, cuando debían de enfrentar su juicio y se les protegió por décadas. 6) Inglaterra El racismo de los ingleses podemos decir que es total en la población inglesa, pues se muestran como los modelos de progreso europeo, además de un sentimiento de superioridad racial y cultural. los ingleses muestran su racismo desde los medios impresos hasta en la vida diaria, como el trato desigual y discriminatorio hacia los irlandeses, que inclusive desde el siglo XVI llevan masacrando, también se les trata a todas las personas de las antiguas colonias como si fuesen todavía esclavos o ciudadanos de segunda, como en la época colonial, como a los indios (o hindúes como algunos se los conocen), cabe destacar que los que huyeron de la nueva Sudáfrica tras la caída del apartheid, se fueron a Inglaterra y su pensamiento racista ha progresado muy bien en Inglaterra; los ataques a musulmanes, católicos, indios y demás personas de las antiguas colonias por parte de reaccionarios ultra derechistas y neonazis es muy frecuente. también se tiene conocimiento del racismo incluso en la nobleza británica, el ejemplo más famoso es el de la relación de princesa diana y su esposo de origen egipcio (musulmán y no blanco) y su posterior asesinato de ella, pues horrorizaba a la estricta nobleza británica. 5) Ruanda Un país pobre, pero la mentalidad racista es demasiado fuerte, donde se hacía una distinción terrible entre hutus y tutsis; en 1994 se dio la máxima expresión de racismo contra los tutsis, un genocidio organizado donde se cree hasta 1 000 000 de tutsis murieron a manos del interhamwe. si bien actualmente la ONU ha borrado al interhamwe y persiguió a los organizadores y a los participantes, no se sabe cuántos ex miembros siguen por ahí y los sobrevivientes se fueron a otros países en calidad de refugiados y otros regresaron a Ruanda y aunque ya no existan ataques contra ellos (o al menos reportados) ni exista una política o

pensamiento en las personas de supremacía hutu, no se le puede negar que fue uno de los países mas racistas en un tiempo tan corto donde la expresión más alta de odio se dio. 4) Israel Israel es de los países más racistas, curioso a su historia llena de persecución y genocidio, pero lo cierto es que su racismo es milenario, pues se muestran no superiores racialmente, si no aun peor, superiores divinamente como el pueblo elegido de dios y con esta premisa tiende a los demás como pueblos inferiores cultural y religiosamente, esto se ha dado por siglos y hasta la actualidad donde el gobierno israelí mantiene una política de predilección por aquellas que tienen religión judía, esto tiene un nombre llamado "sionismo" donde se defiende con total firmeza y ha logrado convencer al mundo que el sionismo es bueno, cuando tienen todas las connotaciones raciales de supremacía y expansión. en la vida diaria se da esta segregación, donde los judíos ortodoxos tienen una gran xenofobia y un pensamiento sumamente tradicionalista y sionista, con los cuales apoyan la destrucción de todos los musulmanes, mientras que en la juventud israelí, estos atacan a los que no son de origen judío, con un especial odio hacia los cristianos, aquí el racismo no es racial, si no religioso, pero ello lleva una connotación racial que últimamente se está haciendo sinónimo también con "raza blanca". los casos de violencia contra otras razas y religiones se dan a diario en Israel e incluso solapadas por el estado israelí y promovidas por la MOSSAD, especialmente contra los musulmanes de las zonas ocupadas. 3) Sudáfrica El país africano con el mayor racismo en toda África, aquí el racismo fue por años impulsado por los blancos con su política de apartheid, la cual se institucionalizo y marco la vida de muchos por años, aquellos blancos mantuvieron en discriminación y violencia a los negros, pero el sistema de supremacía blanca colapso por presiones mundiales y por Nelson mándela, aquellos racistas huyeron a Inglaterra, pero muchos se quedaron, pero ahora el racismo paso de los negros a los blancos, donde estos tomaron venganza y la discriminación sistemática la hacen los negros, si bien el gobierno lo niega y es ilegal, como lo estipulo mándela, la verdad es que la venganza se da y los blancos ahora son los que la sufren y el resentimiento se acumula más y más. la delincuencia, asesinatos y violaciones tienen como objetivo los blancos, la discriminación laboral también se da contra los blancos, aunque hay élites de blancos y adolescentes que aún mantienen una idea racista blanca, pero su racismo ahora no se compara con la venganza racista de los negros, la cual puede estallar en guerra civil. 2) España España es visto como el país más racista del mundo por muchas personas, la sociedad española está muy arraigada a algo que llaman "raza española" e inclusive muchos grupos neonazis, franquistas, falangistas y skinheads apoyan la idea de la raza pura española cuando en realidad no existe tal cosa, si no que el mestizaje es increíblemente alto por la gran cantidad de pueblos que habitaron España por lo tanto los españoles son el resultado de un gran mestizaje blanco de siglos. el pensamiento español de la supremacía de civilizaciones es apoyada por los hispanistas que creen que el imperio español es la cúspide de la civilización

humana (si esto fuese cierto, la realidad es que la cúspide de eso, sería el antiguo Egipto y el antiguo imperio chino) y tratan a los latinoamericanos como seres inferiores ("nazis", "indios". los ataques a inmigrantes son frecuentes contra musulmanes, chinos y latinoamericanos, así como los asesinatos organizados, esta violencia es tan alta que el mundo lo percibe y a pesar de que el estado español no apoya algo así, la población tiene arraigada un orgullo por España que cruzo la línea de orgullo y patriotismo y se convirtió en la excusa para muchos de atacar a quienes son diferentes y en general la población española tiene prejuicios muy graves y de tendencia racista que es apoyada por la misma población y poco o nada hacen para combatir eso. 1) Estados Unidos La política estadounidense desde su independencia ha sido meramente racista, esclavitud, genocidio indígena, segregación racial sistemática e institucional. el racismo norteamericano es palpable en todos los ámbitos de la vida, los ataques a negros y latinos, chinos y japoneses, musulmanes y judíos, grupos de supremacía blanca como neonazis y el ku klux klan persisten y crecen en estados unidos, así como terroristas internos que desean una guerra racial; estos conflictos raciales son graves y la historia de estados unidos tiene múltiples testimonios, la leyes contra los que no son blancos se promulgan aun hoy en día y la predilección en los empleos por los blancos también. inclusive el racismo de los negros es violento contra los latinos y blancos; estados unidos posee una cultura racista que jamás se ha eliminado e inclusive es promovida desde la CIA, FBI y estado mayor presidencial, no importa que sea su presidente negro (y hasta eso, no es tan negro). estados unidos es el país con mayor número de casos de violencia racial y crímenes de odio y el país con mayor número de asociaciones racistas o de tendencia ultra derechista como lo son los skinheads, nazi, neonazis, RNA, minutemens y cerca de 70 milicias civiles ultra derechistas y racistas activas (2009) sobre todo en estados sureños.

CONCLUSION

Las condiciones en que el racismo persiste y surge están ligadas a los procesos de formación nacional y regional que se caracterizan por su inclusividad/exclusividad de los diferentes para lograr la legitimación interna y establecer fronteras físicas y simbólicas que no se constituyen como punto de encuentro sino de separación. En ningún caso las formas del racismo se manifiestan sin una participación del Estado aunque su papel varía según se trate de construir nación y legitimar el poder de las clases dominantes, de convalidar intereses de las clases regionales. El racismo o la ideología discriminatoria, se aborda desde las representaciones (raza, mestizaje, identidades) y las prácticas (relaciones interétnicas y etnocidio). Comprende también, las formas elementales en que se puede manifestar el racismo a través de ideologías y conceptos que refieren aspectos específicos del fenómeno. Una línea de trabajo constante en este período es la identidad en cualquiera de sus niveles. Hay, con excepciones, ausencia de un acercamiento a las ideologías subyacentes que dan contenido a las distintas formas del racismo. Hace falta un amplio debate y una sistematización de las aportaciones base para las futuras investigaciones. Si la relación con el otro y los juicios sobre el otro derivan de todo proceso identitario y el racismo no es más que una forma específica de rechazo del otro, es preciso partir del análisis del sistema de representaciones que elaboran los grupos de sí y de los otros con los que interactúan directa o indirectamente. Sin embargo, de esta constatación no se desprende que su estudio se agote en este sistema, porque la identidad no es sólo la expresión de procesos cognitivos derivados del pensamiento para formar grupos, pertenecer a ellos y relacionarse con los otros (Potter y Wheterell, 1992). Existe un conjunto de determinaciones ideológicas, sociales, económicas y culturales que subyacen a las relaciones y juicios sobre los otros. Hay casos de identidades inventadas al calor de muy diversos intereses económicos y políticos y necesidades de diferenciación frente a la presencia de otros grupos percibidos como amenaza y que manipulan lo étnico en forma estratégica. La diversidad regional en México exige un acercamiento a la constitución histórico-geográfico-cultural de sus regiones a fin de reconocer las formas específicas que puede adoptar este tipo de ideología.

REFERENCIAS

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Castellanos G. A. Antropología y racismo en México. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Desacatos, núm. 4, Año 2000. México Las dimensiones del racismo. Actas de un Taller para conmemorar el fin del Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial. Paris, 19 y 20 de febrero de 2003. Nueva York y Ginebra, 2005. Coalición latinoamericana y caribeña de ciudades contra el racismo. Recuperado desde: http://www.unesco.org/new/en/social-and-humansciences/themes/fight-against-discrimination/coalition-of-cities/ El problema ético: El racismo. Recuperado desde: http://www.educatolerancia.com/pdf/El%20racismo.pdf https://www.stormfront.org/forum/t980709/