Que Es Esa Cosa Resumen

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¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Alan Chalmers. Introducción Actualmente cuando a una afirmación, razonamiento o investigación se la denomina científica, se pretende dar a entender que es fiable. La realidad es que no hay ningún método que permita probar que las teorías científicas son verdaderas, ni siquiera probablemente. Según Feyerabend la ciencia no posee rasgos especiales que la hagan superior a otras ramas. Según Bacon -uno de los primeros que intentaron articular el método de la ciencia moderna- la finalidad de la ciencia es la mejora de la suerte del hombre en la tierra, que se lograría recogiendo hechos mediante la observación organizada y derivando de ella teorías. El propósito del libro es explicar algunas teorías modernas sobre la naturaleza de la ciencia y sugerir algunas mejoras. Introducción del falsacionismo Las teorías son conjeturas o suposiciones especulativas y provisionales que el intelecto humano crea en un intento de solucionar los problemas que encontraron teorías anteriores y de proporcionar una explicación al comportamiento de algunos aspectos del mundo o universo. Una vez propuestas, deben ser comprobadas por la observación y experimentación. Aquellas que no superen esas pruebas deben ser eliminadas y reemplazadas por otras. Así la ciencia progresa, aunque nunca se puede decir que una teoría es verdadera, sino que es la mejor disponible. Una cuestión lógica que apoya al falsacionista Según el falsacionismo se puede demostrar que algunas teorías son falsas mediante los resultados de la observación y experimentación. Esto es apoyado por una cuestión lógica: es posible efectuar deducciones lógicas partiendo de enunciados observacionales singulares como premisas, y llegar a la falsedad de teorías y leyes universales. Ejemplo: PREMISA: En el lugar x y en el momento t se observó un cuervo que no era negro. CONCLUSION: No todos los cuervos son negros. La falsabilidad como criterio de teorías El falsacionista considera que ciencia es un conjunto de hipótesis que se proponen a modo de ensayo, con el propósito de describir o explicar en forma precisa el comportamiento de algún aspecto del mundo o universo. Pero para que esto suceda las hipótesis deben cumplir con una condición fundamental: debe ser falsable. Es falsable aquella hipótesis que contenga un enunciado observacional o un conjunto de enunciados observacionales lógicamente posibles que sean incompatibles con ella, esto es, que en caso de ser establecidos como verdaderos, falsarían la hipótesis. Ejemplo: los miércoles nunca llueve; es posible falsarla al observar que un miércoles llueve. Pero existen aquellas que no cumplen con este requisito, por ejemplo: O llueve o no llueve; es verdadero sea cual fuere el tiempo que haga. Entonces si un enunciado no es falsable el mundo puede tener cualquier propiedad y comportarse de cualquier manera sin entrar en conflicto con el enunciado. Una teoría o ley científica debería darnos alguna información acerca de cómo se comporta en realidad el mundo, excluyendo las maneras en las que podría posiblemente -lógicamente- comportarse, pero no lo hace. Para que una teoría posea contenido informativo, ha de correr el riesgo de ser falsada. Grado de falsabilidad, claridad y precisión Una teoría muy buena será aquella que haga afirmaciones de muy amplio alcance acerca del mundo y que, en consecuencia, sea sumamente falsable y resista la falsación todas las veces que sea sometida a prueba. En las teorías o leyes científicas existen falsadores potenciales que son aquellos conjuntos de enunciados observacionales que servirían

para falsarla. Una vez que las teorías han sido falsadas deben ser rechazadas. La empresa científica consiste en proponer hipótesis sumamente falsables, seguidas de intentos de falsarlas. Según Popper es preferible una teoría falsable -aunque pronto resulte ser falsa- que una verdad obvia porque del error se aprende, ya que se hubiera aprendido mucho sobre la verdad y por lo tanto se estaría más cerca de ella. Así la ciencia progresa mediante el ensayo y el error. La exigencia de que las teorías sean sumamente falsables tienen como consecuencia que las teorías sean precisadas con claridad, ya que si se establece una teoría de forma vaga no queda claro que afirma exactamente, por lo que la comprobación mediante la observación y experimentación siempre podrá demostrar que es compatible. Vale agregar que cuanto más precisa sea la fórmula, se hace más falsable. Falsacionismo y progreso Para los falsacionistas el progreso de la ciencia es el siguiente: la ciencia comienza con problemas que están asociados con la explicación del comportamiento de algunos aspectos del mundo o universo. Los científicos proponen hipótesis falsables como soluciones. Éstas son criticadas y comprobadas, por lo que algunas serán eliminadas rápidamente. Las que tengan éxito deberán someterse a críticas y pruebas más rigurosas. Cuando se falsa una hipótesis que ha superado exitosamente una gran variedad de pruebas rigurosas, surge un nuevo problema, que exige la invención de nuevas hipótesis, seguidas por nuevas críticas y pruebas. Y así el proceso continúa indefinidamente. Nunca se puede decir que una teoría es verdadera por más que haya superado pruebas rigurosas, pero se puede decir que supera a teorías anteriores, porque superó pruebas que esas no pudieron.

El falsacionismo sofisticado, las nuevas predicciones y el desarrollo de la ciencia Grados de falsabilidad relativos en vez de absolutos La concepción falsacionista sofisticada resalta el desarrollo científico. Traslada el centro de la atención a los meritos relativos de teorías enfrentadas, proporcionando una imagen dinámica de la ciencia. La pregunta seria “La teoría recién propuesta, ¿es un sustituto viable de aquella a la que desafía?”, la teoría recién propuesta tendrá atención en cuando a que sea más falsable que su rival y si predice algún tipo nuevo de fenómeno que su rival no mencionaba. Esta comparación es consecuencia del hincapié en la ciencia de un conjunto en evolución y desarrollo de conocimientos, evita un problema técnico. Ya que no se puede definir una medición absoluta de la falsabilidad pero si es posible comprar grados de falsabilidad de las leyes o teorías. El aumento de la falsabilidad y las modificaciones “ad hoc”

Se denomina una modificación ad hoc aquella realizada en una teoría que no tenga consecuencias comprobables que no fueran ya consecuencias comprobables de la teoría sin modificar; cuando la teoría modificada no puede ser comprobada de manera que no lo sea también la teoría original. Aquellas modificaciones que llevan a nuevas comprobaciones no son ad hoc, porque es contrastable de forma independiente. La confirmación en la concepción falsacionista de la ciencia Recordemos que las falsaciones son los fracasos de las teorías ante las pruebas experimentales y observacionales. Vale aclarar que es un error considerar que la falsación de conjeturas audaces, sumamente falsables, es la ocasión para que la ciencia avance de manera significativa. El falsacionista desea rechazar las hipótesis ad hoc y estimular la propuesta de hipótesis audaces como mejoras potenciales de las teorías falsadas, que conducirán a predicciones nuevas y comprobables, que no siguen la teoría original falsada. Las confirmaciones de nuevas predicciones resultantes de conjeturas audaces son muy importantes en la concepción falsacionista del desarrollo científico. Como conclusión las principales contribuciones al desarrollo del conocimiento científico suceden cuando se confirma una conjetura audaz o cuando se falsa una conjetura prudente.

Audacia, novedad y conocimiento básico Vale definir el concepto de conocimiento básico como el complejo de teorías científicas generalmente aceptadas y bien establecidas en alguna etapa de la historia de la ciencia. Con este concepto determinamos que una conjetura será audaz si sus afirmaciones son improbables a la luz del conocimiento básico de la época. También juzgará que las predicciones son nuevas si conllevan algún fenómeno que no figure en el conocimiento básico de la época o que quizás esté explícitamente excluido en él. Esta idea del conocimiento básico nos permite ver, que las principales contribuciones al desarrollo del conocimiento científico suceden cuando se confirma una conjetura audaz o cuando se falsa una conjetura prudente, son dos posibilidades que se darán juntas como resultado de un solo experimento. Comparación de las concepciones inductivista y falsacionista de la confirmación El falsacionista sofisticado mantiene que las teorías se pueden falsar y rechazar, aunque niegue que se puedan establecer como verdades o probables. El propósito de la ciencia es falsar las teorías y reemplazarlas por mejores teorías que demuestren una mayor capacidad para resistir las pruebas. Así las confirmaciones de las nuevas teorías constituyen la demostración de que una nueva teoría es una mejora de la teoría que reemplaza que es falsada por la evidencia descubierta con ayuda de la que será la nueva teoría y que la confirma. Una vez que ésta teoría nueva sustituya a la rival, será puesta a pruebas rigurosas, ideadas con la ayuda de otras teorías audazmente realizadas. En el concepto de confirmación de los inductivistas el contexto histórico en el que se obtiene la evidencia no tiene importancia. La importancia de los casos confirmados está determinada por la relación lógica existente entre los enunciados observacionales que son confirmados y la teoría que estos apoyan, por lo tanto los casos confirmados proporcionan apoyo inductivo a una teoría por lo que cuando más sean, mayor será y de esta manera más probable que sea verdadera. En la concepción falsacionista las confirmaciones dependen del contexto histórico. Una confirmación le daría valor a una teoría si fuera el resultado de la comprobación de una predicción nueva. Las confirmaciones que son conclusiones conocidas de antemano son insignificantes. Limitaciones del falsacionismo

La dependencia de la observación de la teoría y la falibilidad de las falsaciones Las teorías se pueden falsar de manera concluyente con las pruebas adecuadas, mientras que la aceptación de la teoría es siempre provisional, es decir, que nunca se pueden establecer como verdades o como probablemente verdadera, sin importar las pruebas. Los enunciados observacionales dependen de la teoría y son falibles, por lo tanto cuando choquen la teoría con la observación, se podría llegar a rechazar el segundo y conservar el primero. Como conclusión no se pueden conseguir falsaciones de teorías que sean concluyentes y simples. La inadecuada defensa de Popper Popper exponía una concepción de la observación y de los enunciados observacionales que tenía en cuenta el hecho de que los enunciados observacionales infalibles no se dan directamente a través de las percepciones sensoriales. Además diferencia a los enunciados observacionales públicos, de las experiencias perceptivas privadas. Las últimas vienen dadas con el individuo en el acto de observar, pero no hay un paso que lleve de esas experiencias privadas a un enunciado observacional que pretenda describir la situación observada. En cambio aquellos públicos lo son en el sentido de que cualquiera que tenga la posibilidad de hacerlo los puede examinar y criticar. Ambos tipos de enunciados son comprobables. Según Popper la aceptabilidad de los enunciados observacionales se mide por la capacidad que presenten de sobrevivir a las pruebas, los que no son rechazados y lo que logran pasarlas, son conservados de modo provisional. Resalta además el papel de las decisiones que toman los individuos o grupos de ellos para aceptar o rechazar los enunciados observacionales, que él llama enunciados básicos, que son aceptados como resultado de una decisión o acuerdo y en medida son convencionales. La complejidad de las situaciones reales de prueba Una teoría científica real consta de un conjunto de enunciados universales, deberá contar con supuestos auxiliares, como leyes o teorías que rigen el uso de cualquiera de los instrumentos utilizados; para deducir una predicción será necesario añadir condiciones iniciales tales como una descripción del marco experimental. Si la predicción que sigue al montón de premisas resulta falsa entonces una de ellas deberá ser falsa. No nos permite saber cual o puede ser que falle la teoría puesta a prueba, o una predicción incorrecta responsable de los auxiliares o de la descripción de las condiciones iniciales. Todo esto demuestra que no se puede falsar una teoría de manera concluyente. Sobre la base de los argumentos históricos, el falsacionismo es insuficiente En este capítulo se expresa la idea del autor de que para los falsacionistas es embarazoso el hecho histórico de que si los científicos se hubieran atenido estrictamente a su metodología, las teorías consideradas como los mejores ejemplos de teorías científicas nunca se hubieran desarrollado, porque habrían sido rechazadas desde un principio. La revolución copernicana Lo que quiere demostrar el autor es que la historia de la revolución copernicana representa el ejemplo de que las primeras formulaciones de la nueva teoría, que implicaban nuevas concepciones imperfectamente formuladas, no se abandonaros y se desarrollaron pese a las falsaciones. Además queda expuesto que las concepciones inductivista y falsacionista de la ciencia son muy poco sistemáticas. Las teorías como estructuras: Los programas de investigación

Hay que considerar las teorías como totalidades estructurales Una de las razones por las que es necesario considerar las teorías como estructuras procede de un estudio histórico de la ciencia que revela que la evolución y el progreso de las principales ciencias no captan en su estructura ni la concepción inductivista ni la falsacionista. Otro argumento es que los enunciados observacionales se deben formular en el lenguaje de alguna teoría, por lo tanto los enunciados y conceptos serán tan precisos e informativos como precisa e informativa sea la teoría en cuyo lenguaje se construyen. Así sugiere una conexión entre la precisión del significado de un término o enunciado y el papel desempeñado por ese mismo en una teoría, que resulta es válida ya que de ello se desprende la necesidad de teorías coherentemente estructuradas. Esto resulta más cierto si se observan los métodos por los cuales un concepto adquiere significado; por definición -en cuanto que los conceptos solo se pueden definir en función de otros conceptos cuyos significados ya están dados-, pero si los conceptos necesarios no tienen significados lo adquieren mediante la definición ostensible, otra de las formas que tienen los términos de adquirir significado. Pero esta genera problemas ya que ciertas palabras no se las puede definir a través de la sola observación o explicárselo a otras personas señalándoselo. Por lo que la típica historia de un concepto conlleva el surgimiento inicial del concepto como idea vaga, seguido de una aclaración progresiva, a medida que la teoría en la que ese concepto se encuentra, toma una forma más coherente y precisa. Una tercera razón por la que teoría debe ser considerada como estructuras organizadas de algún tipo, la conforma la necesidad de desarrollo por parte de la ciencia, ya que ésta avanzaría si las teorías estuvieran estructuradas de manera que contengan prescripciones e indicaciones muy claras con respecto a cómo se deben desarrollar y ampliar, es decir, que ofrezcan un programa de investigación. Los programas de investigación de Lakatos Lakatos desarrollo su idea de ciencia en un intento de mejorar el falsacionismo de Popper y por superar las objeciones hechas a éste. Un programa de investigación de Lakatos (PDILa) es una estructura que sirve de guía a la futura investigación tanto en modo positivo como negativo. La base a partir de la cual se desarrolla el programa es su núcleo central, que toma la forma de hipótesis teóricas muy generales. Éste se vuelve infalsable por la decisión metodológica de sus protagonistas. Si surge una insuficiencia en la confrontación entre un programa de investigación articulado y los datos observacionales, no se atribuirá a los supuestos que constituyen el núcleo central, sino a alguna parte de la estructura teórica. El cinturón protector es aquel por el cual el núcleo central está protegido de la falsación, contiene hipótesis auxiliares, condiciones iniciales, supuestos, etc. La heurística negativa consiste en la exigencia de que durante del desarrollo del programa el núcleo siga sin modificar o intacto; si es modificado por un científico éste se estaría apartando del PDILa. La heurística positiva consiste en un conjunto articulado de sugerencias o indicaciones sobre cómo cambiar y desarrollar las variantes refutables del PDILa, es decir, indica a los científicos el tipo de cosas que deben hacer en vez del que no deben hacer. El PDILa además, supone la adición de las oportunas hipótesis auxiliares, el desarrollo de las técnicas matemáticas y experimentales idóneas. Según Lakatos cuando se desarrolla un programa hasta un punto en que es conveniente someterlo a pruebas observacionales, son las confirmaciones -en el sentido de verificación- y no las falsaciones las que tienen capital importancia. Un programa de investigación debe poseer un grado de coherencia que conlleve a la elaboración de un programa definido para la investigación futura y debe conducir al descubrimiento de nuevos fenómenos. Si satisface las dos exigencias es considerado científico. El PDILa será progresista o degenerado según consiga o no conducir al descubrimiento de fenómenos nuevos. La metodología dentro de un programa de investigación

Hay dos puntos de vista desde los que hay que tratar a la metodología: uno se refiere al trabajo realizado dentro de un PDI y el otro a la comparación de los méritos de PDI rivales. En cuanto al primer punto de vista supone la expansión y modificación de su cinturón protector añadiendo y articulando diversas hipótesis; se permite cualquier maniobra mientras que no sea ad hoc y deben ser comprobables de forma independiente. Se pide a los científicos o grupos de éstos que desarrollen el cinturón protector de manera que siempre sus maniobras ofrezcan la oportunidad de hacer nuevas comprobaciones y por lo tanto, realizar nuevos descubrimientos. Todo lo contrario no está permitido, además de maniobras en contra del núcleo central. Para el falsacionismo la incapacidad de localizar la fuente del problema da como resultado un caos ametódico. La concepción ideada por Lakatos evita esa consecuencia, porque se mantiene el orden gracias a la inviolabilidad del núcleo central y a la heurística positiva que lo acompaña. La comparación de los programas de investigación En la comparación de PDI rivales se deben juzgar los méritos relativos por la medida en que dichos programas progresan o degeneran. Pero surge el problema del tiempo, es decir, cuanto debe pasar hasta que se pueda decidir si un programa ha degenerado gravemente; cuya respuesta es nunca, ya que siempre es posible que alguna ingeniosa modificación de su cinturón protector conduzca a algún descubrimiento, que haga revivir al programa y por lo tanto entre en una fase progresista. Según Lakatos solo se pueden decidir los meritos relativos de dos programas retrospectivamente. Como no se estableció un criterio claro para elegir entre programas rivales, la metodología de Lakatos recibe el nombre de ornamento verbal. Las teorías como estructuras: Los paradigmas de Kuhn Observaciones iniciales Existe una segunda concepción de las teorías científicas como estructuras complejas creado por Kuhn. Éste se dio cuenta de que las concepciones tradicionales de ciencia, sean inductivista o falsacionista, no resistían una comparación con las pruebas históricas. Por lo que intentó que su teoría estuviera mas de acuerdo con la situación histórica. Las características principales de su teoría son la importancia atribuida al carácter revolucionario del progreso científico, en la que una revolución supone el abandono de una estructura teórica y su reemplazo por otra, incompatible con la anterior; y la otra es el papel que desempeñan las características sociológicas de las comunidades científicas. El enfoque de Lakatos y Kuhn tienen en común que ambos exigen en sus concepciones filosóficas que resistan las críticas basadas en la historia de la ciencia. La concepción de Kuhn es anterior a la metodología de los PDI de Lakatos, por lo que muchos opinan -también el autor- que éste adoptó algunos de los resultados de Kuhn a sus propósitos. Entre las diferencias entre Kuhn, y Popper y Lakatos se encuentran en el hincapié del primero en los factores sociológicos. Para Kuhn la ciencia progresa iniciando por una desorganizada y diversa actividad que precede a la formación de una ciencia, se estructura y dirige finalmente cuando una comunidad científica se adhiere a un solo paradigma, que está constituido por los supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que adoptan los miembros de una determinada comunidad científica. Aquellos que trabajan dentro de un paradigma, practican lo que Kuhn denomina ciencia normal que lo articulará y desarrollará en su intento por explicar y acomodar algunos aspectos importantes del mundo, como se revelan a través de los resultados de la experimentación. Al hacerlo experimentarán dificultades y se encontrarán con falsaciones. Si estas se les escapan de las manos se desarrolla un estado de crisis, que es resuelto cuando un nuevo paradigma se gana la adhesión de un número de científicos cada vez mayor, hasta que se abandona

el paradigma original acosado de problemas. El cambio discontinuo constituye una revolución científica. El nuevo paradigma guía la nueva actividad científica normal, hasta que choca con serios problemas y aparece una nueva crisis, seguida de una nueva revolución.

Los paradigmas y la ciencia normal La ciencia madura está regida por un solo paradigma; éste establece las normas necesarias para legitimar el trabajo dentro de la ciencia que rige, coordina y dirige la actividad de resolver problemas que efectúan los científicos normales que trabajan dentro de él. En ediciones posteriores Kuhn explica que se referirá al termino paradigma como matriz disciplinar y lo reemplazará por ejemplar. Las definiciones de paradigma no son precisas, pero sin embargo se pueden describir algunos de sus componentes básicos, donde se encuentran las leyes explícitamente establecidas y los supuestos teóricos comparables con el núcleo central en un PDI. Además incluye las maneras normales de aplicar las leyes fundamentales a los diversos tipos de situaciones; el instrumental y las técnicas necesarias para hacer que las leyes del paradigma se refieran al mundo real; principios metafísicos muy generales que guían el trabajo dentro del paradigma; y prescripciones metodológicas muy generales. La ciencia normal conlleva intentos detallados de articular mejor un paradigma con el propósito de armonizarlo mejor con la naturaleza. La ciencia normal es una actividad de resolver problemas -tanto de naturaleza teórica como experimental- gobernada por las reglas de un paradigma. La ciencia normal debe presuponer que un paradigma proporciona los métodos adecuados para resolver los problemas que en él se plantean. El fracaso en la resolución de un problema es un fracaso científico. Las anomalías de un paradigma son problemas que se resisten a ser solucionados. Kuhn reconoce que todos tendrán algunas anomalías y rechaza todas las corrientes del falsacionismo. La preciencia es la actividad desorganizada e inmadura de la falta de desacuerdo en lo fundamental, caracterizada por un constante debate sobre eso, lo que hace imposible abordar el trabajo detallado, porque habrá tantas teorías como trabajadores haya en el campo, por lo que cada uno se verá obligado a empezar de nuevo y justificar su propio enfoque. Crisis y revolución Según Kuhn la simple existencia de problemas sin resolver dentro de un paradigma no lleva a la crisis. Solamente en condiciones especiales las anomalías se pueden desarrollar de tal manera que afecte la confianza en el paradigma. Una anomalía es grave cuando afecta los principios fundamentales de un paradigma y resiste a los intentos de eliminarla por parte de los miembros de la comunidad. Las anomalías serias

son importantes con relación a alguna necesidad social apremiante. Tienen que ver con la gravedad la cantidad de tiempo que resista los intentos de eliminarla y el número de anomalías serias, ya que son los factores que influyen en el comienzo de la crisis. Cuando se considera que las anomalías plantean serios problemas al paradigma comienza un periodo de inseguridad profesional marcada. Los intentos por resolver los problemas son cada vez más radicales y se van debilitando las reglas establecidas por el paradigma para la resolución de problemas. Ante esto los científicos normales llevan a cabo discusiones metafísicas y filosóficas, tratando de defender sus innovaciones; comienzan a expresar su descontento e intranquilidad con el paradigma. Una vez que el paradigma ha sido debilitado al punto de que sus defensores pierden la confianza en él, es el momento de la revolución. La gravedad de la crisis aumenta cuando aparece un paradigma rival, muy diferente e incompatible al anterior en cuanto a sus normas por ejemplo, con el que considerará que el mundo está constituido por diferentes tipos de cosas. En cuanto al cambio de adhesión por parte de los científicos de un paradigma a otro, Kuhn lo vincula con un “cambio de gestalt” o una “conversión religiosa”, ya que no existe ningún argumento lógico que demuestre la superioridad de un paradigma a otro; esto se considera importante porque conlleva un cambio de pensamientos, de ideas, una prioridad de factores, la aceptación de ciertas premisas, etc. Así el propósito de los argumentos y discusiones entre los defensores de paradigmas rivales debe ser persuadir y no coaccionar. Entonces una revolución científica se produce con el abandono de un paradigma y la adopción de otro nuevo, por parte de la comunidad científica en su totalidad, por lo que a medida que esto ocurre hay un creciente cambio en la distribución de las adhesiones profesionales. De esta forma para que la revolución tenga éxito tiene que incluir a la mayoría de los miembros de una comunidad científica, quedando pocos disidentes que serán excluidos de la nueva comunidad científica, para luego extinguirse. La función de la ciencia normal y las revoluciones Kuhn sostiene que su concepción constituye una teoría de la ciencia porque incluye una explicación de la función de sus diversos componentes, porque según él la ciencia normal y las revoluciones desempeñan funciones necesarias. No hay razones a priori para esperar que un paradigma sea perfecto o que sea el mejor del que se dispone, como tampoco hay procedimientos inductivos que permitan llegar a paradigmas perfectamente adecuados. Por esto la ciencia debe contener dentro la manera de pasar de un paradigma a otro mejor. Esta es la función de las revoluciones, porque todos los paradigmas serían inadecuados en lo que se refiere a la compaginación con la naturaleza; cuando la falta de compaginación es seria, es cuando se desarrolla una crisis.