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Puebla – Jarabes Poblanos Jorge Sánchez Clelo Repertorista Verano 2018 2 “JARABES POBLANOS” RECONSTRUCCIÓN ETNOCORE

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Puebla – Jarabes Poblanos Jorge Sánchez Clelo Repertorista

Verano 2018

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“JARABES POBLANOS” RECONSTRUCCIÓN ETNOCOREOGRÁFICA Y MUSICAL

MONOGRAFÍA

PROFR. ELÍAS GUERRA CASTILLO BALLET FOLKLORICO DE PUEBLA

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Hoja de Contenidos  Introducción  Marco teórico de Puebla    

- Toponimia

Sones Poblanos Jarabe Nacional China Poblana Traje de “China Poblana” - Traje de Gala - Partes del traje

 Chinaco

- Traje de Chinaco Poblano

 Notas Anexas -

Jarabes Poblanos Breve Historia de la Nao de Manila Los Jarabes Letra de Jarabe Nacional en Puebla Coplas de la China Poblana Ilustración Versos Poblanos Conclusión Bibliografía y fuentes de información

Introducción Jarabes Poblanos Al hacer referencia a los jarabes poblanos, que se presentan en diversas muestras de danza tradicional, diremos que el profesor Elías Guerra Castillo director y fundador del Ballet Folklórico de Puebla; en 1965, quiso antes que nada, montar bailes y danzas de Puebla, en el naciente grupo. Danzas habían, y aun hoy hay muchas, pero bailes mestizos solo los encontró en regiones diversas del estado poblano. Con la marcada inquietud de saber que bailaba la China Poblana y los Chinacos contemporáneos buscó en archivos oficiales, en archivos de la prensa, en iglesias como la de San José, la de San Miguelito, la del Carmen, la de Analco, pregunto a todas las personas mayores que pudo; a sus abuelos a sus padres, a los vecinos, a los músicos que tocaban en los mercados, a los músicos ambulantes, en las cantinas, en las pulquerías, a los mariachis más viejos del barrio de los sapos, a los músicos viejos de las comunidades aledañas; habló muchas veces con los invidentes que tocaban en la calle 5 de Mayo de la ciudad. Naturalmente que recurrió a los escritores del siglo XVI, XVII, 4

XVIII y XIX; a los cronistas, a los pintores de las diversas épocas, a las litografías; a las consejas, a los dichos, a los refranes del pueblo; como coleccionista de indumentaria y de trajes de México buscó lo apropiado, mientras tanto su grupo de músicos y bailarines del Ballet Folklórico de Puebla presentaban en el escenario, diversas estampas de Puebla y del país, material que fue de su propia investigación. Pasaron casi 10 años para que el producto de tan minuciosa tarea rindiera frutos. Posiblemente un investigador con recursos y técnicas adecuadas se hubiera tardado mucho menos tiempo, pero entre su trabajo de docente, las prácticas, las giras y funciones del Ballet Folklórico de Puebla y los casi 3 años que permaneció en el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, se prolongó el montaje. Fue hasta que haciendo un análisis detenido del material que ya tenía, que consistía en: trozos de versos del pueblo, frases sueltas de música, de cantos; a veces tarareados, a veces cantados, a veces tocados; se percató que el material con el que contaba le era mas que suficiente para montar un cuadro completo, integral, que reflejara la Puebla antigua, con sus músicos gritones, con algún floreador de reata, con los chinacos bailadores, que entre los arreboles de sus sones y jarabes, lanzan dichos diversos; a veces “troquimochos”, o albures, o graciosas y finas frases a las chinas bonitas, que luciendo rebozos mexicanos, castores populares o zagalejos de gala hacen la fiesta y el colorido del jaleo en los paseos, arreboles y jarabes. Hago la descripción de cómo aparecieron los Jarabes Poblanos en la Puebla de los 70`s por que antes nadie había presenciado una muestra de los bailes de la China Poblana, y su compañero, primero Chinaco, después Charro; ya que hasta entonces cuando algún 15 de Septiembre o en algún otro evento bailaba la China Poblana se concretaba a ejecutar el Jarabe Nacional, con el charro mexicano, muy honroso, muy digno, muy festivo, pero los sones y arreboles de la Puebla que le dio cuna, ya se habían quedado perdidos en el anonimato, se habían olvidado en los azares del tiempo y las vicisitudes que a la Puebla le toco vivir durante el Porfiriato; donde tenía preponderancia todo lo que significaba opulencia, mazurca, chotis, polka, vals, vestido francés, polisón, corsette, paraguas, sombreros complicados; muy femeninos; la hora del té y todo lo que atraía la atención de la alta sociedad que no era mas que, la influencia arrasadora de la cultura de la Francia. Así quedaron infinidad de muestras, en la arquitectura, en el lenguaje, en el panteón francés, en las fiestas de quince años de nuestras niñas que visten con aquella moda, etc. El cuadro que desde entonces guarda celosamente el Ballet Folklórico de Puebla en su repertorio llamado “Jarabes Poblanos” es entonces una reconstrucción etnohistóricocoreográfica o una reconstrucción etnohistoricomusical. Ese bagaje de la cultura tradicional propia para un escenario, que ahora ya ha recorrido décadas y distancias, es una propuesta escénica; pretende con todos los elementos integradores, proyectar una imagen seguramente abigarrada, barroca, propia de una ciudad con esas características, ya que le sostiene la música en vivo, los instrumentos propios de la época, el verso, el dicho; que nacido del pueblo; es un asomo al saber, al garbo, al reto, al requiebro, a la gracia, que bien refleja el saber, el gusto, el regusto con el que el pueblo expresa y complementa el canto, la coreografía, el vestuario. Que si se trata de los Jarabes Poblanos, una China de castor o zagalejo cuajado, bien se acompaña con un Chinaco, tosco, bruno o bien bragado, a quien le toco desaparecer del escenario de la historia antes, dándole paso a su sucesor: el Charro mexicano. Si, el Charro mexicano, no de Jalisco, por que el Charro como el Chinaco fue personaje del pueblo, que ha habitado el país de Norte a Sur, de mar a mar, de frontera a frontera.

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Pues bien, la China aparece en las calles de la Puebla desde la segunda mitad del siglo XVII, en los parques, en los patios poblanos, en los tianguis, en las quermeses; lo mismo vistió con su alegría los fandangos, que siendo agualojera, mitigaba la sed de los paseantes con sus aguas de chía, jamaica, de limón y muchas frutas más; en sus puestos muy adornados de alfalfa y flores con arcos de papel de china, luciendo su gracia y su salero, con su camisa de gran escote provocativo y su cintura ajustada con la banda de burato cuyas puntas y flecos bailaban en su cadera al ritmo del ir y venir de sus quehaceres o al bailar los palomos, gatunos, arreboles y jarabes en los fandangos, en esos fandangos trasnochados que con frecuencia tenían que esconder, detener, disimular, por que la guardia, el sereno, pero especialmente los mochos anticuados, que mas rápido que pronto, corrían con el chisme al cura y por ende a La Santa Inquisición, que tenía prohibido tocar esos satánicos meneos por faltar al pudor y a las buenas costumbres de las gentes de bien. Las chinas que nacidas de la clase media, ni pudientes, ni menesterosas, eran lindas, muy trabajadoras, morenas o apiñonadas, que algo tenían de mulata y algo de la maja ibera, pero también en su trenza de canasta, de columpio o de rodete, se notaba el negro brillante y algo blondo que adornaban con cintillas. Ellas atendían piqueras, pulquerías, vendían tamales, moles diversos, café, atoles, catarinos, chocolate, molotes, chalupas y mil comidas más que al pueblo de la clase media le venían de maravilla, ya que lo consumían, lo mismo los carretoneros, los muleros, los polleros, los pelados, los lagartijos, las mozas, los gendarmes, los serenos, sin faltar algún catrín disimulado que no podía sustraerse a tan apetitosos bocados. Muchas de ellas se valían de si mismas para su sostén criando a algún escuinclito, sin importar quien pudiera ser su padre, dicho esto con todo respeto. Naturalmente no faltaron Chinas que se dedicaron a la vida alegre, por lo que era común que cuando alguien le preguntaba a la comadre: -¿Y el compadre?, no lo hemos visto- y si la comadre no sabía donde estaba el compadre recibía por respuesta: -Pos oiga usted comadre que el zorrastra del compadre se fue de picos pardos- refiriéndose a que el susodicho compadre se fue al alcance de los picos color melón que en alguna época prevaleció como una moda y que adornaba hermosamente la parte baja de los castores de las Chinas de los barrios, el cual les llegaba un poco debajo de la pantorrilla. Las Chinas vivían en los barrios: el Alto, la Acocota, la Luz, Xonaca, el Carmen, Santa Anita, San Antonio, Santiago, Xanenetla y algunos otros que desde la fundación de la Puebla fueron habitados por obreros, artesanos especializados en algún oficio; ya que en cada barrio había uno diferente, el cual los vecinos desempañaban con gran brillo, hermosura y destreza. Cabe la aclaración que la palabra “China“ era aplicada, como ya se dijo, a las muchachas del pueblo, de clase media, piel de durazno, hacendosas, alegres, bailadoras de jarabes, hacedoras de mil ricuras para el gusto; y hay que aclarar que desde la segunda mitad del siglo XVII, se vieron en las plazas, lo mismo en Puebla, que en Oaxaca, en Querétaro, en Morelia, en Guadalajara, en Veracruz, en Guanajuato, en la capital de México y también en varios países de centro y Sudamérica. Fue un fenómeno social nacido del mestizaje entre el español, el moro, el negro y el indígena de la etnia del lugar. En algunos lugares eran llamadas con algún otro término, generalmente, cariñoso y tierno, afectivo; pero al paso de las modas, de los años, hubo intercambios comerciales, invasiones guerreras, etc. Estos hechos generaron una multitud de costumbres, vocablos, modas, corrieron distancias y años modificando, cambiando,

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alternando, reacomodando diseños en el vestido, en los olores, en los materiales, en los alimentos, en los cantos, en los bailes, en las costumbres, como ha sido siempre con todo lo que es el folclor, que no es estable ni comercial, por el contrario, es cambiante, anónimo, no tiene autor, no tiene fecha ni lugar de origen preciso; solo es el hecho social costumbrista, lo que le da valor cultural, valor de identidad, así en tantos lugares y países, fueron desapareciendo las Chinas, las chatitas, las cholitas, las chaparritas, las mocitas, como se les llamaba y de muchos otros modos mas, pero finalmente las Chinas de Puebla perduraron por mas de dos siglos, pues fue hasta 1911, ya iniciada la revolución, cuando murieron las últimas dos Chinas Poblanas legítimas; fue en la 11 poniente y 7 sur, donde estaba el merendero poblano llamado: “Las Chinitas Poblanas” cuyas dueñas, hermanas ancianas, vestían aún a la usanza de la China Poblana de otros tiempos que mucho dieron a los pintores, a los poetas, a los escritores, que perduraron en litografías, en pinturas, poesías, versos, dichos, corazones rotos, maltratados por sus desaires o gracias. Las Chinas de Puebla nada tienen que ver con la persona que llego como esclava traída de Gran Mogor, la India. Comprada y educada por un matrimonio mayor que pronto falleció, dejando en la orfandad a la joven que había llegado a los 12 ó 13 años y que había permanecido mas de dos años en las galeras de los barcos piratas, vendida aquí , allá o mas allá. ¿En qué condiciones podía haber llegado a Puebla una adolescente que fue raptada a los 8 o 9 años? ¿Bien? ¿Mal? Lo mas seguro es que quien sabe.

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PUEBLA

Toponimia

Estado Libre y Soberano de

Puebla El nombre del estado se debe a su capital, Heroica Puebla de Zaragoza, fundada por los españoles el 16 de abril de 1531 con el nombre de Puebla de los Ángeles. Aunque posteriormente fue elevada al rango de ciudad, se le siguió llamando Puebla hasta la actualidad. La leyenda dice que los ángeles bajaron en sueños a Julián Garcés, primer obispo de Tlaxcala, y le señalaron el lugar donde había de fundar la nueva población española en el valle Poblano-Tlaxcalteca. En recuerdo de ello, el escudo concedido por Carlos V a la ciudad consiste en una iglesia de cinco torres sostenida por dos ángeles.

Escudo de Puebla Himno: Himno al Estado de Puebla

Al concluir la Guerra de Independencia, Puebla fue una de las provincias del Primer Imperio Mexicano. Al promulgarse la Constitución de 1824, la provincia se convirtió en Estado Libre y Soberano de Puebla, que Estados de México es su nombre oficial. Puebla de Zaragoza Capital:

Geografía Puebla ocupa la 21ª posición entre las 32 entidades federativas mexicanas por su superficie de 34.251 kilómetros cuadrados. Limita al norte con el estado de Hidalgo; al este, con el estado de Veracruz; al sur, con Oaxaca y Guerrero; y al poniente con los estados de Morelos, México, Tlaxcala e Hidalgo. No tiene salida al mar, aunque hasta antes de 1849, cuando fue creado el estado de Guerrero, poseía una salida al Océano Pacífico, y también tuvo el control del partido de Tuxpan, que pasó a poder de Veracruz. La mayor parte del territorio poblano se encuentra en el Eje Neovolcánico. El clima es contrastante, y va del frío de las altas montañas al cálido semidesierto de la Mixteca.

Mayor ciudad: Superficie: - Posición: Coordenadas: - Latitud: - Longitud: - Altitud máxima: Población: (2005) - Posición: - Densidad: - Posición: Creación como estado: Gobernador: Municipios: Gentilicio: Sitio web:

Puebla de Zaragoza 34.2511 km2 21 20º 50' - 17º 52'º N 96º 43' - 99º 04'º O Pico de Orizaba (5.610 msnm) 5.383.133 hab. 157,17 hab/km²

31 de enero de 1824

217 Poblano, -ana www.puebla.gob.mx

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Sones Poblanos Los sones poblanos se originaron en los barrios de la ciudad de puebla y en los pueblos aledaños casi siempre en las cantinas. La historia de estos como la de otros estados, se originó en los aires nacionales, primeras manifestaciones de bailes mestizos mexicanos, descendientes de la zarabanda, de la seguidilla y petenera, llegadas de España a raíz de la independencia de México, con los años fueron defendiendo los estilos; así, en algunos casos, se llamaban fandangos, jarabe de pan, jarabe de manteca o gatuno. Son bailes de carácter festivo que surgieron al calor del jarabe, por la gente de clase media y citadina, que improvisaban coplas e hilaban frases musicales, mientras que los bailadores improvisaban pasos. La característica de estos son el de ser bailados siempre por parejas que actuaban de acuerdo a lo que decía el ver, entre cada son hacían “paseíllos para descansar” llamados “arreboles”, mientras que los músicos o los bailadores gritaban versos ingeniosos que hacían más alegre la convivencia. La música era interpretada por músicos ambulantes, que iban de pueblo en pueblo, de feria en feria, haciéndose acompañar con instrumentos.

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Jarabe Nacional La palabra jarabe proviene el árabe “xarab” mezcla e hierbas y, en México, jarabe es un extracto dulce que le da sabor a las bebidas, también una bebida medicinal elaborada en casa o en la botica, hablando de otros bienestares- bailar el jarabe es sinónimo de de fiesta, de alegría, de celebración, etc. Por lo que en México “jarabe” significa algo bueno. Ahora bien deducimos que el jarabe en términos dancísticos es la fusión de distintos géneros. Haremos un breve recorrido histórico para encontrar las raíces del baile. Indudablemente los orígenes el jarabe se encuentran en las danzas españolas, como el “Jarabe Gatuno”- del siglo XV- la seguidilla, el fandango, y la danza morisca como “la zambra” –todas del siglo XVI- que evidentemente fueron cambiando según usos y costumbres de los lugares, con estas influencias nace en la costa del golfo de México, el “Huapango” un tipo de son que se deriva de música prehispánica, de repertorios conocidos por negros y mulatos, además de las mencionadas danzas españolas que se arraigaron en México en la costa del golfo inicialmente, y después se difundieron en toda la Nueva España. En un inicio, estos bailes iban acompañados de cantos de tono atrevido, como los gitanos o los de Cádiz, el jarabe guarda parecido con la jota española y consiste en una especie de zapateado o escobillado en el que abundan los taconeos y los giros, que pueden dar paso a los deslizamientos suaves de donde surge una infinidad de variantes propias de cada región. Los cantos originales eran localistas o aludían a los eventos recientes, pero no había la intención de documentarlos, por lo cual se perdieron. Compuesto de diversos aires (sones) de índole y dinamismo variados, el jarabe puede, por su conjunto, compararse con una pequeña sinfonía y es el tipo de baile que contiene mayor número de elementos o partes diversas de al menos cinco aires diferentes que van desde el adagio hasta el presto. Entre las piezas se encuentran “El Gorrión”, “El Palomo”, “El Burro”, “La Atolera”, “La Catrina”, “El Paisano”, “Los Enanos”, “Los Pericos”, “El Guajolote” y “La Diana” (que es el rondó del Jarabe acelerándose poco a poco gradualmente hacia el final) Se baila al compás de ¾ y 6/8 en parejas separadas y sincopadas (sincopa-alteración deliberada en la acentuación normal de un compás ligando el tiempo débil de un compás al fuerte del siguiente) Estas canciones que formaron parte del inicio del “Jarabe Tapatío” eran interpretadas con instrumentos de cuerda y piano, aunque el mariachi era mas apropiado. Cuando se trataba de imitar a un animal, el violín llevaba la responsabilidad. En México se interpreta con la típica banda de mariachis en la que incluyen bandoleones, guitarras, vihuela, jarana, violín, arpa y ahora la trompeta. “El Guajolote” es el son en el que se imita el cortejo del hombre a la mujer haciéndole la rueda a la manera de los guajolotes en época de celo, la conquista de la mujer llega cuando el hombre pasa su pierna sobre la cabeza de ella, quien acepta bailar en el reducido espacio del ala del sombrero. Durante “El Palomo” la pareja imita a las palomas, se acercan y se alejan alternando las cabezas como para unir los picos, y dibujan una circunferencia, buscándose y uniéndose. En “El Atole” mientras se cantan las coplas, la pareja ejecuta un zapateado moderado. Durante “El Perico”, los bailadores intentan alternar con los pies una marcha que no llega a desarrollarse, luego marchan un “stacatto” (indicación para que una serie de notas rápidas sea tocada con una marcada

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separación) que va con la letra de la canción “Pica, pica, pica perica (o perico)”. Según el nombre de la pieza, los bailarines imitan los movimientos característicos del animal que mencione cada son. Curiosamente en 1918 y como homenaje a la sociedad mexicana, la gran bailarina rusa Ana Pavlova bailó por primera vez el Jarabe (no en Jalisco) sobre las puntas pisando el sombrero de charro, se dice que la interpretación sin lugar a duda fue magistral, pero popularizó el bailar sobre el sombrero que en realidad resulto hasta cierto punto, un ultraje ya que es un gran honor portar este bello traje y se empezó a bailar de esta forma en la ciudad, pero nunca en el campo ya que solo se hacía cuando el pueblo gritaba a coro: “¡písalo china, que ya está pagado!” la china respondía bailando con un pie dentro y el otro fuera del sombrero rodeándolo con una vuelta completa. En 1921 con motivo del aniversario de la Independencia de México, se prepararon trescientas parejas y, a la orilla del lago de Chapultepec, espectacularmente bailaron el jarabe; y a partir de entonces se hizo tradicional en los festejos oficiales. Actualmente es el más bailado y el mayor símbolo de nuestro folclor nacional conociéndole como “Jarabe Tapatío” o “Jarabe Nacional” comúnmente es el baile que cierra con broche de oro los festivales, demostraciones o grandes espectáculos profesionales. Los bailarines visten elegantemente y con mucho orgullo los trajes de “Chinaco” y “China Poblana” o “Charro” y “China Poblana”.

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“China Poblana” La mujer citadina del siglo XIX, que desempeñaba labores de servicio en casas y cocinas, como las moleneras, las tortilleras, las vendedoras de aguas frescas, se ataviaban coquetamente con una falda de color, a veces con un zagalejo blanco en la parte superior, blusa blanca muy escotada y rebozo. Algunas castas del siglo XVIII, sobre todo las mulatas, vestían de modo parecido y mucho antes de esto, en 1625, el sacerdote dominico Tomás Gage decía: “El vestido y atavío de las Negras y Mulatas es tan lascivo, y sus ademanes y donaires tan embelezadores, que hay muchos españoles que por ellas dejan a sus mujeres. Llevan de ordinario una saya de seda o de indiana finísima, recamada de randas de oro y plata… cuando de casa añaden a su atavío una mantilla de linón o cambray… algunas la llevan en los hombros, otras en la cabeza, pero todas cuidan que no les pase la cintura y le impida lucir el talle y la cadera”. La legendaria “China Poblana” fue un personaje histórico que vivió en la época colonial y cuya vida se pierde entre la realidad y la fantasía en una época en donde los milagros y las visiones estaban al orden del día, -cita el jesuita Alonso Ramos-, es la muestra de una historia típicamente mexicana, que prueba que los acontecimientos rebasan la ficción. Basada en unos cuantos hechos conocidos mezclando tradición y folclor que se han tejido alrededor de esta exótica criatura su leyenda es tan fuerte que aún le sobrevive. La historia comienza en el año 1621 cuando el marqués de Gálves –entonces virrey de México-, pidió tener una joven china la cual encargo comprar al gobernador de Manila, pidiéndole “esclavas” de buen parecer y gracia. Mirra –el nombre original de

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nuestra China Poblana- fue llevada a Cochín, por ende bautizada ahí, bajo el nombre cristiano de Catarina de San Juan. Cuentan que la esclava oriental portaba una rara indumentaria compuesta por una camisa con ricos bordados, un zagalejo o falda de brillantes colores bordada con lentejuelas, unas chancletas de seda y largas trenzas, su vestimenta despertó la curiosidad de los poblanos, la gente la llamó de inmediato con el mote de “china” por el hecho de venir del oriente y en la Nao de China, sin tomar en cuenta su origen Hindú. A la muerte de sus patrones se interna en un convento y muere el 5 de Enero de 1688 a la edad de 82 años en Puebla de los Ángeles, su tumba quedó en la sacristía del Templo de la Compañía de Jesús de la misma ciudad. Dicha leyenda que vincula el traje de China Poblana con Catarina de San Juan se basa en su origen oriental y su estancia en la ciudad de Puebla. Sin embargo, la mujer vivió casi doscientos años antes de la creación del vestido y además llevaba hábito de monja, según lo testimonia un retrato que de ella se conserva. Por otro lado la palabra “china” tiene muchas aceptaciones en el español de México. En lengua quechua “china” significa “sirvienta de origen mestizo”, palabra que llego de algún modo a México; también se les dice chinitas a las indígenas como diminutivo afectuoso. Además debemos recordar que la china fue una de las castas de los tiempos del virreinato, por lo cual es probable que a esto se refiere el nombre de la China Poblana. Es difícil de creer, por otra parte, que “poblana “signifique, en este caso, la oriunda de la ciudad de Puebla, pues el personaje existió igualmente en otras ciudades y parece haberse originado en la capital de México. Se le dice “poblano” al que proviene o pertenece al pueblo, de esta manera que China Poblana quiere decir mujer del pueblo, que es descendiente de una casta determinada.

Traje de “China Poblana” (La China del siglo XIX) La “China Poblana” del imaginario popular –la de la blusa y falda relucientemente bordadas siempre acompañadas del rebozo- es producto del siglo XIX. Símbolo de la femineidad mexicana, esta emparentada con prototipos españoles como la maja, inmortalizada en las pinturas de Murillo y Goya. La china poblana ha sido una de las figuras populares mas pintadas, estampadas y fotografiadas desde la época colonial. El traje de gala: -

Sombrero de Charra: lleva chapetones bordados en la copa por ambos lados con motivos de águilas o caballos o rosas o cualquier otro símbolo. En la base de la copa va el cordón de calabrote o un galón bordado, cuyo remate o unión 13

llamado toquilla o botón siempre irá del lado izquierdo. El ala y la orilla irán bordadas con figuras varias como flores, guías, hojas, etc. -

Collares: los imprescindibles collares de plata y coral

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Aretes: los más preciados son en forma de pera, gota o calabacito (el arete de filigrana y arracada es usual en el sureste)

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Peinado: de trenzas y entretejido el listón con el mismo diseño y color del rebozo.

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La camisa o blusa: bordada en pura chaquira (nunca con lentejuela) formando un rectángulo que abarca las mangas y en el frente lleva el escapulario o bien el bordado de canasta.

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Rebozo: el rebozo es un lienzo de tela rectangular con el que se cubre el cuerpo y la cabeza y es una prenda muy común en México. Se usaba verde y rojo para los domingos, para diario cualquier color, en las fiestas patrias se usa tricolor, listado o rayado.

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La falda o zagalejo: una falda común se hacía Zagalejo al bordarle con lentejuela y chaquira cualquier motivo, obtuvo su nombre por que esta vestimenta era usada por las “zagalas” que eran las mujeres del pueblo o pueblerinas y no eran tan bordados. Consta de cuatro partes: cintura, cielo, cenefa y picos pardos o chinela.  





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Cintura: picos que unen la cintura con el cielo en la tela de raso o satín. Cielo: bordado con símbolos ornamentales sobre tela de paño también llamada castor, generalmente rojo, recamado de lentejuelas con dibujos geométricos y florales lleva al frente “el Águila”, del lado derecho “el Charro”, del izquierdo “la China” y atrás “el Calendario Azteca”. Los cuatro van entrelazados con guías florales. Picos pardos o Chinela: son los picos en tela de raso o satín del mismo color que los de la cintura, con el fondo o base blanco en satín o dacrón. Esta base lleva adornos de encaje de bolillo o encaje, pasalistón, listón tricolor, y se rematan al lado izquierdo con un moñito, opcional el lado derecho. Cuenta además con refajo, fondo o crinolina: en tela de algodón con tres alones nutridos adornados con pasalistón y listón tricolor también termina en picos y va mas o menos a la altura de la chinela, la crinolina se ve solamente cuando se baila.

Zapatos: a pesar de sus carencias financieras, una china no dejaba de usar zapatos de raso bordados de hilo de seda. Este tipo de calzado aparecen en algunos textos mexicanos el siglo XIX como indicador de que quienes los portaban eran mujeres alegres. En cuanto a los colores en Puebla eran los rojos o verdes, bajos de charol o chinelas de tela brillosa, actualmente el zapato es de danza regional, nunca se usa el calzado blanco ya que es más bien color para la costa.

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La china poblana nunca usará el sombrero charro si va acompañada por el chinaco o el charro. Nunca lo usará cuando baila sones y jarabes Nunca lo usará en ceremonias dentro de espacios cerrados o salones, tampoco en ceremonias protocolarias de la charrería.

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Solamente le es permitido usar el sombrero charro, en desfiles, a caballo, en charreadas, yendo en carretas o carretelas y/o presenciando coleaderos o competencias charras.

Partes del Traje

1. Chapetón de águila 2. Copa 3. Toquilla o botón 4. Ala 5. Cordón de calabrote, galoneado o bordado 5ª. Topa 6. Trenzas con listones tricolores 7. Rebozo 8. Blusa con bordado de chaquira 9. Escapulario 10. Faja roja, verde o listada tricolor 11. Picos en raso o satín de color rojo o verde 12. Zagalejo (falda de castor rojo) 13. Picos pardos o chinela Son picos pardos por que en la intervención francesa se puso de moda el color marrón entre amarillo, café, melón, pardo. La degradación del traje vino con el uso cotidiano. Se llamó posteriormente a la mujer cualquiera, la mujer parda, la mujer de todos, la mala mujer a tal grado que ya no lo quisieron usar las mujeres de bien o de buena casta. Se decía que los hombres se iban de picos pardos cuando andan de mujeriegos o en busca de mujeres públicas.

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“Chinaco” Durante el periodo colonial español, los mestizos con sangre africana pertenecían a las castas que realizaban los empleos de servidumbre y eran llamados Chinacos, con el tiempo los criollos y los españoles comenzaron a llamar así en general a los mestizos de diversas castas, también conocidos como “la plebe” (a la fecha despóticamente se dice la chinaza popular a la gente común, no refinada, es una expresión clasista). Como chinaco conocemos a los guerrilleros liberales mexicanos durante la lucha de independencia (1810), la Guerra de Reforma (1857-1861) y la invasión Francesa (1862-1867) de México. Los mestizos libres hacia el final de la época colonial y siglo XIX tenían en grande estima sus cabalgaduras y avíos ya que las antiguas leyes les permitían únicamente la propiedad de burros o mulas y solamente podían montar los caballo de los patrones y trabajando para éstos. Así pues el chinaco dejo de ser hombre de pueblo para convertirse en orgulloso jinete. Lo que representa independencia personal y respeto en su ámbito cultural. La mujer del chinaco era la china, término con el que se denominaba a una de las castas en la época colonial, con el tiempo los criollos y españoles comenzaron a llamar chinacos en general a los mestizos. Chinaco es una palabra náhuatl, castellanizada, que se refiere al hombre sin ropa, o poca ropa más claramente, “tzinácatl”, “chinacate”, “encuerado”; por que era muy común entre los hombres de a caballo que usan trajes de cuero.

Traje de “Chinaco Poblano” -

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Sombrero de ala ancha, de palma, de vara, de raíz o sombrero de tres telas tiene galón o toquilla. Mascada en la cabeza y en el cuello Camisa blanca o listada de color claro, con “batas”, mucho pliegue, manga ancha y larga, cuello muy amplio. Pantalón con aberturas a los lados que rematan con abanicos de color claro, desde debajo de la rodilla hasta el “botín”, el color del pantalón es siempre de color obscuro; puede ser negro, azul, guinda, marrón o color gamuza. Bordado a los lados con dibujos amplios, simulando las hojas de acanto que adornan los edificios barrocos. Tiene botones entrelazos y se ajusta con una faja ancha de telar o de tela roja, fuerte y cuyas puntas caen de lado izquierdo. El chinaco poblano tiene en su indumentaria, siempre una “manga” o “gabán” o “cotón”, que generalmente es de rayas largas y es de lana; algunas veces tiene

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gamuza en la bocamanga y en las puntas o flecos. Lo usa de varios modos, ya sea en el hombro, cruzado o a manera de envolverse. El botín del chinaco es negro o café, nunca blanco.

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NOTAS ANEXAS

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Jarabe Poblano A finales del siglo XVII, y a principios del siglo XIX, surge en nuestro país una expresión musical que se introdujo en el gusto del pueblo y que en nuestros días conocemos con el nombre de jarabe. En Puebla se dieron los jarabes de pan y de manteca así como el jarabe gatuno: unos llegados de la península yucateca y otros de la costa guerrerense, y en épocas posteriores, en la intervención francesa, con en asentamiento temporal de los ejércitos del centro de la república, llegaron influencias de otros lugares como los rifleros de San Luis, los cazadores del Bajío, los rojos de Apatzingan, incluso los escopeteros de Oaxaca y muchos mas. Después de las jornadas militares, para celebrar triunfos por la misma necesidad de compartir, aportaban estilos de música, su canto y su baile en alucinantes fandangos donde el gozo, la nostalgia, el traje, el verso, el baile y el licor resultaban abigarradas expresiones costumbristas que quedaron plasmadas en los lienzos de los pintores mas famosos de la época, así como en el corazón y en la mente de todos los que participaban en esas vivencias, enriqueciendo el costumbrismo y la tradición de los poblanos. Para hablar del baile mexicano, es necesario poner en primer término al jarabe, que debe su nombre a un licor hecho de frutas y que tomándolo en las cantinas, les salían versos ingeniosos y en ocasiones de doble sentido. Así fue haciéndose de gusto popular y extendiéndose por toda la república. La forma musical esta en las seguidillas, zarabandas, jotas y la petenera española, que interpretada por mexicanos tomaban nuevas formas cada vez. Así que aunque en la época de la colonia estos bailes fueron prohibidos, nunca desaparecieron, pues sobrevivieron a las guerras de independencia, y en la intervención francesa se dieron en Puebla muchas formas de Jarabes: Jarabe de palomo Jarabe de la catrina Jarabe de Analco Jarabe de carboneros Jarabe de parianes

Jarabe de San Agustín Jarabe del periquillo Jarabe del durazno Jarabe de San Miguelito Jarabe de torcacita

Los músicos ambulantes, improvisaban versos intercalados entres los sones. Los instrumentos con los que se tocan los jarabes son: el violín, el arpa, el bajo sexto y la guitarra. Surgieron bailes que se iban improvisando y encadenando con los arreglos, y las coplas ejecutadas ya sea por una pareja de china y chinaco, por una china y un lépero, un lagartijo con una china galana que en algún cambio del jaleo o del verso era arrebatada por un chinaco de daga y manga mientras le ofrecía sus galanteos, arriesgándose al filo del puñal del ofendido.

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Los fragmentos musicales de aquellos tiempos, atravesando décadas atropelladas por nuestra historia patria, llegaron a nosotros, empolvados e incompletos y los hemos recogido con gran cariño y cuidado.

México en el tiempo Revista de Historia y Conservación (Número 25, julio/agosto 1998)

Breve Historia de la Nao de Manila Carlos Romero Giordano

En 1521, Fernando de Magallanes, navegante portugués al servicio de España, descubrió en su famoso viaje de circunnavegación un inmenso archipiélago al que dio nombre de San Lázaro. Para entonces con el beneplácito del papa Alexandro VI, Portugal y España se habían repartido el Nuevo Mundo apenas descubierto 20 años atrás. La dominación de la Mar del Sur – el Océano Pacífico- era de vital importancia para ambos poderosos reinos, ya que quien lograra tal hazaña sería sin cuestionamiento alguno “El dueño del Orbe”. Europa había conocido y gustado desde el siglo XIV del refinamiento de los productos orientales y en algunos casos de la importancia estratégica de su posesión, por lo que el descubrimiento y la colonización de América replanteó la necesidad de establecer el tan deseado contacto permanente con el imperio del Gran Kan, el dueño de las islas de las especierías, las sedas, las porcelanas, los exóticos perfumes, las gigantescas perlas y la pólvora. El comercio con Asia había representado para Europa una aventura fascinante a partir de las noticias y evidencias ofrecidas por Marco Polo, de ahí que cualquier producto proveniente de aquellas remotas tierras nos sólo era altamente codiciado, sino también adquirido a precios exorbitantes. Por su posición geográfica, la Nueva España era el sitio ideal para intentar establecer el tan anhelado contacto, ya que lo que España había pretendido al enviar a Andrés Niño en 1520, y Jofre de Loaiza en 1525, bordeando África y adentrándose por el Océano Indico, aparte de resultar viajes inmensamente costosos, se habían traducido en rotundos fracasos; por ello, Hernán Cortés y Pedro de Alvarado, apenas terminada la conquista de México, costearon la construcción de varias naves que fueron armadas en Zihuatanejo con los mejores materiales. Fueron estas dos primeras expediciones que intentarían desde la Nueva España llegar a las costas Orientales; sin embargo y a pesar de las perspectivas de éxito ambas fracasaron por diferentes razones apenas adentradas en el Océano Pacífico. Toco al virrey Don Luis de Velasco (padre) intentar nuevamente en 1542 el temerario proyecto. Así costeo la construcción de cuatro naves mayores, un bergantín y una goleta, que al mando de Ruy López de Villalobos se hizo a la mar partiendo desde puerto de la Navidad con 370 tripulantes a bordo.

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Esta expedición logró llegar al archipiélago al que Magallanes había llamado San Lázaro y que entonces fue rebautizado con el nombre de “Filipinas”, en honor del entonces príncipe heredero. Sin embargo el “torna viaje” o “torna de vuelta” seguía constituyendo un problema medular de tales empresas, por lo que durante algunos años el proyecto quedó suspendido para ser revisado, tanto en la Metrópoli, como en la capital del virreinato de la Nueva España; finalmente Felipe II entronizando, ordenó en 1564 al virrey de Velasco preparar una nueva armada a cuyo frente estarían Don Miguel López de Legazpi y el monje Agustín Andrés de Urdaneta, quien finalmente estableció la ruta para llegar al punto de partida. Con el éxito obtenido a partir del retorno a Acapulco del Galeón San Pedro, la nave comandada por Urdaneta, Europa y el Extremo Oriente quedarían enlazados comercialmente por México. Manila, fundada y gobernada por López de Legazpi, se convirtió a partir de 1565 en territorio dependiente del virreinato novohispano y fue para el Asia lo que Acapulco para América meridional: “Ambos puertos reunían una serie de características que los transformaron, sin dudarlo, en los puntos comerciales donde circulaban las mercancías más valiosas de su tiempo”. De la India, Ceylán, Camboya, Las Molucas, China y Japón se concentraban en Filipinas objetos valiosos de las más diversas materias primas, cuyo destino final era el mercado europeo; sin embargo la formidable capacidad económica del poderoso virreinato español, que compartía con su homólogo peruano las primicias desembarcadas en Acapulco, poco dejaba a sus ávidos compradores en el Viejo Mundo. Los países orientales empezaron a fabricar líneas completas de objetos destinados únicamente a la exportación, en tanto que productos agrícolas como el arroz, la pimienta, el mango… se iban introduciendo y aclimatando paulatinamente en los campos mexicanos. A su vez Asia recibía cacao, maíz, frijol, plata y oro en lingotes, así como los “pesos fuertes” acuñados en la Casa de Moneda de México. Debido a la guerra de Independencia, el comercio con Oriente dejó de practicarse desde el Puerto de Acapulco y se cambió al de San Blas, donde se llevaron al cabo las últimas ferias de las mercaderías provenientes de las legendarias tierras de Gran Kan. En el mes de marzo de 1815 zarpó de playas mexicanas con destino a Manila el Galeón Magallanes, cerrándose oficialmente 250 años de comercio marítimo ininterrumpido entre la Nueva España y el lejano Oriente. Los nombres de Catharina de San Juan, aquella princesa hindú que llegara a radicarse en la ciudad de Puebla, la famosa “China Poblana”, y el de Felipe de las Casas, mejor conocido como San Felipe de Jesús, quedaron asociados para siempre en el Galeón de Manila, la Nao China o la nave de sedas.

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Los Jarabes Xarab.- Se dice de una miel de dátil que tomaban los árabes “bereberes”. Harabe.- Se dice de una infusión de frutas. Jarabe.- Se dice de una bebida hecha de frutas con una dosis de alcohol que en las piqueras de la Puebla antigua era consumida por los léperos, pelados, chinacos, etc. El jarabe es el baile típico mexicano que pos su antigüedad y popularidad ha adquirido carácter nacional. Por sus pasos y la indumentaria de los bailadores, aparece como derivado de los bailes zapateados españoles. En su diccionario, Felipe Pedrell menciona jarabe gitano que clasifica entre las sequidillas “que bailan y cantan los gitanos de Cádiz, con letras licenciosas que, según parece, dieron el nombre a esta canción y baile”. La carencia de textos musicales del jarabe gitano no permite establecer una relación entre los bailes mexicanos y español del mismo nombre. Gabriel Saldívar cree que la mayoría de los jarabes primitivos, modelados sobre los zapateados españoles y aún sin influencia del medio americano, fueron denunciados en la segunda mitad del siglo XVIII, al Tribunal de la Inquisición, por sus coplas consideradas ofensivas para la moral y contrarias a las leyes divinas. Entre los primeros documentos en los que se menciona el nombre del baile, cuentan dos denuncias que hace un misionero al Tribunal, (la segunda de ellas fechada en 1789) en las que se señala a un “son deshonesto y provocativo que llaman pan de jarabe”. En el obispado de Puebla presentaron al autor de las denuncias las coplas que se cantaban en el pan de jarabe, “no solo deshonestas, sino también piarum ausium ofensivas y escandalosas”. Como por ejemplo: Ya el infierno se acabó ya los diablos se murieron ahora sí, chinita mía ya no nos condenaremos “Después de todo –prosigue en su denuncia el indignado misionero- hallo, en el día, que muchas personas, aun de carácter, sostienen especulativa y prácticamente su licitud mandando tocar y bailar el expresado pan de jarabe, las “seguidillas” y otros sones en los que es claro y patente a los que asisten las coplas que se cometen contra Majestad Santísima de nuestro Dios: Asegurándome varios sujetos, por donde he transitado, que siendo tan malo el baile de pan de jarabe, es mucho peor el de las seguidillas, por mucho manoseo de hombres y mujeres”. En otro documento igualmente arrancado al olvido por G. Saldívar se encuentra la siguiente letra burlesca e irrespetuosa, escrita alrededor de 1796, “que se canta en el que llaman pan de xarabe”:

Cuando estés en los infiernos ardiendo como tu sabes allá te dirán los diablos: Ay, hombre no te la acabes

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Cuando estés en los infiernos todito lleno de moscas allá te dirán los diablos: Ahí te va, te dije, de roscas

Cuando estés en los infiernos todito lleno de llamas, allá te dirán los diablos: Ahí va la linda, Qué no le hablas? De la misma época datan algunas letras que, como en el caso de las boleras y seguidillas, no tienen otro título que al del baile que se refiere: Jarabe (1795) Adiós carita de cielo por tiempo de noche buena pareces la luna llena que alumbras a mi desvelo No seas ingrata conmigo mátame siempre mirando mátame de cuando en cuando No me mates con acero por que el acero es resgoso, mátame con un abrazo debajo de tu rebozo

Simultáneamente con este jarabe de inspiración puramente lírica, aparece con el nombre del baile en un edicto del Santo Oficio de año 1802, cuando el poderío colonial ya estaba en vísperas de derrumbarse:… “en nuestros días se ha introducido otra especie de baile llamado jarabe gatuno, tan indecente, disoluto, torpe y provocativo, que faltan expresiones para significar su malignidad y desenvoltura y beben en él, con las coplas, acciones, gestos y movimientos, el veneno mortal de la lasciva por los ojos, oídos y demás sentidos, cuantos lo bailan y presencian. Parece que el mismo Asmodeo le ha inspirado y le preside para derrocar hasta los fundamentos la honestidad, no solo cristiana, sino civil y natural, y es tal el desenfreno y manifiesta la obscenidad en un grado que se avergonzarían los mismos Sibaritas. G. Saldívar, quien comunica el documento, supone que el jarabe gatuno pudo ser un son africano, como el de Chuchumbe que se menciona en este mismo edicto. Pero once años después, en los documentos de la averiguación que el Santo Oficio practicó contra la Conspiración de Valladolid se puede ver como el espíritu sedicioso del pueblo se halla robustecido y la lucha de la Iglesia y de la administración colonial contra los bailarines populares había sido inútil. En casa del Prevendo García, dice uno de los documentos, se cantó “el jarabe cuyo composición musical se dice ser insurgente”. En otro expediente, contra uno de los conspiradores, se puede leer que, “en un baile que se hizo cierto pueblo cercano a la ciudad de Puebla , llamado Villa de Carreón (ahora Atlixco), con motivo de una boda, dijo este reo que bailaran jarabe gatuno; se

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resistieron los concurrentes diciéndole que si no estaba excomulgado el tal jarabe; a lo que les contestó que no había tal excomunión, ni era válida”. Después de iniciarse en 1810 el movimiento que culminó once años después en la independencia de México, el jarabe se convirtió en una de las banderas de la naciente conciencia nacional y en grito de guerra de los insurgentes. De entonces datan los primeros textos musicales que se han conservado. Como los fandangos españoles, el jarabe es un baile de cortejo en que, en constante zapateo de gran virtuosismo, la bailadora provoca al compañero al mismo tiempo que sabe evadirlo con gracia y agilidad. “Sus pies pequeños y ligeros –se lee en la descripción del jarabe, en la obra “Los mexicanos pintados por sí mismos”- describen mil rúbricas sobre el pavimento; su cuerpo emprende los movimientos más seductores. A veces se bambolea voluptuosa, hacia uno y otro lado; a veces se adelanta graciosamente erguida y parece que el alma toda se le ha fijado en los pies, que son entonces los únicos encargados de sostener el buen nombre de su dueña… Traba una verdadera lucha con su compañero de baile: se acerca y lo incita, se retira y lo desdeña, gira en su derredor y lo provoca, le hace una mudanza licenciosa y lo inflama, vuelve a acercársele para obligarlo, roza su cuerpo con el de él para exaltarlo, y todo por que no quiere un enemigo débil para combatir, sino que pretende fascinar, vencer, subyugar al mentado bailador de jarabes de aquel barrio”. Varias litografías de mediados del siglo pasado transmiten una idea tangible del modo como se bailaba el jarabe en aquella época. En una de ellas, se representa; Ella, vestida de China, envuelta en su rebozo, coge el castor con las puntas de los dedos, levantándolo discretamente para dejar ver el encaje de bolillo de la enagua; Él, un hombre de pueblo, sin traje especial, con las manos atrás del cuerpo lleva el ritmo con los pies. Ambos se rigen por los acordes de un arpa que toca otro hombre del pueblo. Cuando la bailarina Ana Pavlova vino, en gira, a México (1918), se entusiasmó con el jarabe y lo presentó, en una estilización libre, en un ballet de danzas nacionales; desde entonces se introdujo la costumbre de los bailadores de ejecutarlo en el fin de fiesta y en eventos relevantes de su barrio o de su ciudad. Jarabe Mexicano: Tan variado en ritmos y melodías como un “jarabe para tomarse” hecho de mieles. Tan vivo, tan dulce o tan atrevido y tosco como un vaso de jarabe de tejocote o un “saltapatrás” o un “tenteáy”. Jarabe: encadenamiento de sones de una región. Nombres de Jarabes poblanos o bebidas Limón con limón Tejocote Durazno Membrillo Jobo Banderillas Medias de Seda Toro bravo Charro con espuelas China poblana Catorce tortillas

Siete cuadras Yolixpa

Saltapatrás Naranjita Bandera Pasita Charro negro Sombrerazo

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Beso de ángel Café Guayabito Los perejiles Ay te voy La catrina Y mucho muchos mas…

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Jarabe Nacional En Puebla se canta el Jarabe Nacional con la siguiente letra: SENTIMIENTO DE AMOR CALABAZA QUE DE A MOR A MI PECHO UN CAMOTE YO CREYENDO QUE ERA CHICAYOTE UN ELOTE VESTIDO DE AMOR SENTIMIENTO DE AMOR CALABAZA QUE DE AMOR A MI PECHO UN CAMOTE YO CREYENDO QUE ERA CHICAYOTE UN ELOTE VESTIDO DE AMOR SI QUIERES VAMOS PARA AMOZOC SI QUIERES VAMOS PARA AMOZOC A VER A AQUELLA Y A AQUEL A VER A AQUELLA Y A AQUEL A VER A AQUELLA Y A AQUEL A VER A AQUELLA QUE HACE POR AHÍ PASEN A TOMAR ATOLE TODOS LOS QUE VAN PASANDO QUE EL ATOLE ESTA MUY BUENO LA ATOLERA SE ESTA RIENDO PASEN A QUE ES UNA LASTIMA COMO DICEN LOS MALDITOS POR VIDA DE MIS AMORES HAGANME UN CARIÑITO YO BIEN QUE TE LO DECIA

Y TU NO LO QUERIAS CREER QUE SALIENDO PA LA CALLE TE TENIAS QUE PERDER EL PALOMO Y LA PALOMA SE FUERON UN DIA A MISA EL PALOMO Y LA PALOMA SE FUERON UN DIA A MISA LA PALOMA, LA PALOMA LA PALOMA, REZA Y REZA Y EL PALOMO Y EL PALOMO Y EL PALOMO RISA Y RISA LA PALOMA, LA PALOMA LA PALOMA, REZA Y REZA Y EL PALOMO Y EL PALOMO Y EL PALOMO RISA Y RISA DA LA VUETA Y VÁMONOS DIANA DIANA PARA TIA JUANA CHIN CHIN CHIN CHIN PARA CHOCOTIN YA SE MURIO DON FERRUCO YA LO LLEVAN A ENTERRAR ENTRECUATRO ZOPILOTES Y UN RATON DE SACRIISTAN DIANA DIANA PARA TIA JUANA CHIN CHIN CHIN CHIN PARA CHOCOTIN DIANA DIANA PARA TIA JUANA CHIN CHIN CHIN CHIN PARA CHOCOTIN

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COPLAS DE LA CHINA POBLANA Mueve la luz de la aurora campanario tus campanas y por sus quejidos desaflora, por la china más cantora de las chinitas poblanas.

Con plateados espolones, andan siguiendo a mi China en Corpus, Charros panzones, montados en carretones y en una mula cansina.

Serás campana primera sonido de ajonjolí, su risa si acaso riera su sonrisa si sonriera su voz cuando diga si.

Tostadas en el parían en la Capilla el atole, los molotes por San Juan El Alto para el pipián, ¡y mi China para el mole!

De Amozoc traigo un juguete, de Huejotzingo una poma y porque tu mano apriete, una mano en un arete y el otro una paloma

Pues ni siquiera te asomas, me está dando el cuarto, cuata; de la Ermita de las lomas, regálame dos palomas y un listón para una carta.

Paloma para volar, a una torre de azulejos si no quieres mi cantar. Allí se pondrá a llorar mirándote desde lejos.

Con la pluma la escribí de un Arcángel de los cielos; estuve una vez allí, y eso fue cuando te vi China de mis desconsuelos.

Casi pidiendo el retiro, la segunda esta temblando como yo cuando te miro. ¡Suelta campana el suspiro que te estas amoratando!

Me sabes a palanqueta China del barrio alfarero; eres sol en la banqueta en tu zaguán una cometa y en cada puente un lucero.

Es una bandera enhiesta mi China, cuando amanece todo el patio es una fiesta, y los pájaros su orquesta tocan por que ella aparece. En la barriada de Analco, siempre mi ilusión coloquia con dos figuras que calco; la china mi desfalco y el Angel de la parroquía.

Que vez tan plateada, quinta campana del claro son. Mi sangre sirve de tinta, con que los labios te pinta Chinita, mi corazón.

Estoy de sobra, sombría bajo un arco del portal pero tercera, sonrío, si viene entre el mujerío mi China a la Catedral.

Llevando tus iniciales, tengo en el pecho una Cruz y tus ojos celestiales, China de todos mis males me están negando su luz. Tan solo me dan recuerdo, ya me lo dijo una flor y yo sueño que me pierdo en tus trenzas, si les muerdo, su cintilla tricolor.

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Canta sexta por la ingrata que se me fue a la verbena; bajo un farol de hojalata; con agua fresca de horchata hará cenizas mi pena Los corazones se alarmen, si ya resuenan tus pasos en la verbena del Carmen ¡Chinita, que te desarmen tapándote los ojazos! Para salvar corazones te daré mi paliacate China, que si te lo pones ha de oler a polvorones mojados en chocolate. La séptima esta triando como alondra prisionera canta su canción llorando Y yo sigo barajando mi baraja conquianera.

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VERSOS POBLANOS -

Ay chinita mira como me has ponido, seco, ñango, flaco y descolorido.

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Alazán tostado primero muerto que cansado.

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Un chivo pego un reparo y en el aire se detuvo ay chivos que tienen madre pero este… era huerfanito.

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Barrabás le dio a Gestas y por eso no fue santo que chulas son las morenas por eso las quiero tanto

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Y dele, dele, dele y dele para la cumbre mujer en aguas de llama ya llegó calzón de lumbre

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Pues si al mundo Adán viniera y aquí viera una poblana bailar jarabe ligera seguro comer quisiera la consabida manzana.

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Un gorrión en una rama estaba pegando gritos el que tiene Chichi mama y el que no se cría solito

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Chinita pos que hubo cuando se cae tu amor de la rama tu en fiestas te andas, te andas y yo también

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Me dijiste que fue un gato el que entro por tu balcón yo no he visto gato prieto con sombrero y pantalón.

Al pasar por un panteón vi una mata de ruda que ojotes me pelara el muerto si me viera con su viuda.

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Lindas mías, queridas mis almas a lo que digo me atengo como le digo a mi camarlengo ay Dios que pan y yo que ni dientes tengo Me dijo una del portal cuando paseándome anduve señor no agarre el huacal si no compra, pues no mayugue

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Chinita por un trabajo me cobraste cuatro reales chinita no seas tan cara yo puse los materiales.

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Cuando estaremos chinita como los pies del señor el uno sobre del otro y un clavito entre los dos.

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Las mujeres son el Diablo parientes del alacrán nomás ven al hombre pobre paran la cola y se van.

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Me case con una monja Pa´ tener amor bendito la monja se condeno y a mi me faltó tantito.

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Conclusión:

La realidad de un jarabe o de un son cualquiera, de cualquier región, consiste en que los bailadores no ejecutan su baile con la precisión de un académico, si no que cada quien imprime su sello propio, su gusto personal. Esto se manifiesta claramente en el modo de vestir, ya que el pueblo no se forma precisamente como un grupo escolar, o como un ballet escénico cuyo propósito es llevar a la perfección teatral su ejecución; el pueblo tiene algunas naturales y lógicas variantes en su indumentaria ya que muestra una época que de alguna manera ya esta recibiendo la influencia de otra “llegada cultural”, quizá otro diseño, quizá otro material, que en conjunto de la mayor veracidad, se dará a los grupos de bailadores.

El folklore es un cambiante, evoluciona permanentemente, la tradición es el conocimiento que da a una generación a otra. Un país sin folklore es como un árbol sin raíces.

Bibliografía y fuentes de Información



Profesor Elías Guerra Castillo, Investigador y director del “Ballet Folklórico de Puebla”



“Indumentaria y Jarabe” Don Miguel López de Legazpi



“Folklore” J. William Thoms,1846



“Arte no oficial” Manuel Toussaint



“Psicología del pueblo” Lazumus y Steinthol



“Cultura empírica y sociedades nómadas” Mendieta y Nuñez



“Folklore Mexicano” M. Campos, 1929



Alfredo Ramos Espinoza, Folklorista



Revista de Historia y Conservación (número 25, julio/agosto 1998)



Hirschberg, 2000.



INEGI, 2005.

             

INEGI, 2005. INEGI, 2006. INEGI, 2006a: 10.1. INEGI, 2006a: 9.3. INEGI, 2006a: 9.3. Serrano Carreto, 2006: 42. Serrano Carreto, 2006: 48. Serrano Carreto, 2006: 185; INEGI, 2005b. Ley de Fomento Cultural, artículo 14º. "Mole Poblano", en la página en internet de la Fonda de Santa Clara, consultada el 28 de noviembre de 2007. "San Salvador Huixcolotla, cuna del papel picado", en México Desconocido, mayo de 2001, consultado el 11 de diciembre de 2007. “Alistan carnaval en Huejotzingo" en El Sol de Puebla, 10 de enero de 2007, consultada el 10 de diciembre de 2007. "La fiesta de carnaval en Puebla", en El Sol de Puebla, 12 de febrero de 2007, consultado el 10 de diciembre de 2007. "Tonantzintla (Puebla)", en México Desconocido, consultada el 12 de diciembre de 2007

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Elias Guerra Castillo Nació en Cuesta Blanca, Puebla. El 17 de Agosto de 1942.

Estudios:

   

INSTRUCCIÓN PRIMARIA: INTERNADO Nº 22 AQUILES SERDAN. CD DE PUEBLA. EDUCACION SECUNDARIA: ESCUELA PREVOCACIONAL Nº 16. CD DE PUEBLA PREPARATORIA: ESCUELA LATINOAMERICANA DE PUEBLA. PROFESIONAL: LICENCIATURA EN EDUCACION ARTISTICA, ESCUELA NORMAL “PROFESORA FRANCISCA MADERA MARTINEZ” CD. DE TLAXCALA.

OTRAS AREAS DE FORMACION ARTISTICA:  DURANTE EL 3ER, 4TO, 5TO Y 6TO AÑO DE PRIMARIA, COMO ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES:  POESIA Y DECLAMACION CON LA PROFESORA IVONE RECEK SAADE.  DANZA MEXICANA, CON EL DANZANTE SEÑOR DON JERONIMO ARRONTE ARMAS  DIVUJO Y PINTURA, CON EL PROFESOR DANIEL MENDEZ DEL TORO  CANTO CORAL, CON EL PROFESOR JOAQUIN CASTILLA LUENGAS.  MUSICA INDIGENA DE PERCUCION, CON EL SEÑOR DON JERONIMO ARRONTE ARMAS

DURANTE LA ESCUELA SECUNDARIA:  TEATRO CON EL POETA, JORGE GARCIA MORALES.  ARTES PLASTICAS CON EL MAESTRO NARCISO BARRAGAN FUENTES.

DESPUES DE LA SECUNDARIA TRABAJO COMO ASISTENTE EN LOS TALLERES DE ESCULTURA Y PINTURA BAHJO LA GUIA DEL MAESTRO ESCULTOR DON JOSE LUIS SILVA ABREU.

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POSTERIORMENTE, ASISTENTE EN EL TALLER DE LA ESCULTORA REBECA TELIS FLORES, MANEJANDO TALLA DIRECTA, EMPASTADOS, VACIADOS, PINTURA Y DORADOS PARA IMAGINERIA. EN MAYO DE 1965, AL INICIARSE COMO DOCENTE APRENDE MUSICA INDIGENA EN LA SIERRA NORTE, MANEJANDO INSTRUMENTOS PROPIOS DE LAS DANZAS DE LA REGION:  FLAUTA Y TAMBORCILLO, VIOLIN, JARANA, QUINTA HUAPANGUERA Y ARMONICA DE BOCA; A LA VEZ INICIA EN LA INVESTIGACION DE CAMPO EN EL AREA DE LA DANZA Y LA MUSICA MEXICANA, TAREAS QUE NUNCA HA ABANDONADO.

 EN NOVIEMBRE DE 1965 FUNDA EL BALLET FOLKLORICO DE PUEBLA.  EN JULIO DE 1967 INGRESA AL BALLET FOLKLORICO DE MEXICO DE AMALIA HERNANDEZ, COMO MUSICO Y BAILARIN EN LA CIUDAD DE MEXICO PERMANECIENDO 3 AÑOS, ESTO SIN DESATENDER EL BALLET FOLKLORICO DE PUEBLA.  EN 1976-79. MIEMBRO DEL INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACION Y DIFUSION DE LA DANZA MEXICANA, MANEJA EL REPERTORIO DEL PAIS.  EN 1989-93 MIEMBRO DE LA ASOCIACION NACIONAL DE MAESTROS DE LA DANZA MEXICANA, DONDE INICIA CON EL CONJUNTO DE MUSICA FOLKLORICA DE LA MISMA ASOCIACION  COMO AUTODIDACTA EN EL MANEJO DE INSTRUMENTOS MUSICALES, SIEMPRE HA OCUPADO TIEMPO EN LA PRACTICA DE LA EJECUCION DE MUCHOS DE ELLOS.  HA ASISTIDO A MULTIPLES CURSOS, SEMINARIOS CONFERENCIAS, CONGRESOS, SIMPOSIUMS, SIEMPRE SOBRE EL TEMA DE LA DANZA Y LA MUSICA MEXICANA, EN PUEBLA Y EN MUCHOS ESTADOS DE LA REPUBLICA.

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Experiencia en la docencia.

 1965. PROFESOR DE EDUCACION PRIMARIA EN CHILAPA DE GUERRERO.  1966. PROFESOR DE EDUCACION PRIMARIA EN SANTA CRUZ BUENA VISTA. CHOLULA.  1966. PROFESOR DE EDUCACION PRIMARIA EN SAN MATEO CUANALA, CHOLULA.  1970-81. PROFESOR DE ARTE MEXICANO EN LA UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS, CHOLULA, PUEBLA.  1971. PROFESOR DE EDUCACION ARTISTICA INTERNADO JULIAN HINOJOSA, CIUDAD DE PUEBLA.

EN

EL

 1974. PROFESOR DE EDUCACION PRIMARIA EN LA ESCUELA “DEFENSORES DE LA REPUBLICA” EN PUEBLA LA CIUDAD DE PUEBLA.  1975. PROMOTOR CULTRAL EN EL CENTRO DE SEGURIDAD SOCIAL. IMSS, PUEBLA.  1977. PROFESOR DE ACTIVIDADES ARTISTICAS, EN LA ESCUELA PRIMARIA Y SECUDNARIA, DEFENSORES DE LA REPUBLICA.  1986. DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE ACTIVIDADES ARTISTICAS EN EL CENTRO ESCOLAR JOSE MARIA MORELOS Y PAVON.

Proyección Profesional.

. 1980-1997 FUNDADOR Y DIRECTOR DEL BALLET FOLKLORICO DE LA CASA DE CULTURA DE HUAUCHINANGO, PUEBLA.  1980- 1983- 1985 GRABACION DE 3 DISCOS L.P. DE MUSICA POBLANA, CON MUSICOS DEL BALLET FOLKLORICO DE PUEBLA. 

1976, JULIO. CHARLA SOBRE LA EVOLUCION DEL MARIACHI, OLIMPIADA MUNDIAL DE MONTREAL CANADA, “ KIOSKO INTERNACIONAL” 36



1977. CONFERENCISTA E INSTRUCTOR EN MUSICA Y DANZA MEXICANA EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE LA ASOCIACION DE GRUPOS FOLKLORICOS DE ESTADOS UNIDOS, EN ALBUQUERQUE N.M.



COLECCIÓN DE 127 TRAJES REGIONALES.



COLECCIÓN MEXICANA.



1984. EXPOSICION DE 50 TRAJES POBLANOS EN LA UNIDAD CULTURAL DE LA DELEGACION “BENITO JUAREZ” (FIESTAS PATRIAS)



1985. CONFERENCIA SOBRE MUSICA MEXICANA EN KINGSTON, JAMAICA. EN EL MARCO DEL CONGRESO MUNDIAL DE LA JUVENTUD.



1985-2006. DISEÑO Y ELABORACION DE 20 CARROS ALEGORICOS, PARA EL DESFILE CONMEMORATIVO DEL 5 DE MAYO PARA EL CENTRO ESCOLAR MORELOS.



1986, ABRIL. MUESTRA DE 60 TRAJES REGIONALES POBLANOS, EN CASA DE CULTURA, CIUDAD DE PUEBLA.



1986, 20 DE OCTUBRE, MUESTRA DE LA SEGUNDA MITAD DE TRAJES REGIONALES POBLANOS. (62) CASA DE CULTURA DE LA CIUDAD DE PUEBLA.



1990 – 92 – 94 – 98. CONFERENCISTA E INSTRUCTOR EN LA ESCUELA DE ARTES DE HARLINGEN, TEXAS, E.U.



1990. EXPOSICION DE 86 TRAJES REGIONALES POBLANOS, EN LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA.



1991. EXPOSICION DE 85 TRAJES REGIONALES POBLANOS, EN EL CENTRO CULTURAL “EL CARMEN” TEHUACAN, PUEBLA.



1991. CONFERENCIA SOBRE LOS GENEROS DE LA MUSICA MEXICANA (WUPPERTAL, ALEMANIA) EN EL MARCO DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DEL FOLKLOR.

DE

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INSTRUMENTOS

DE

MUSICA

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1993. CONFERENCIA Y EXPOSICION DE 75 TRAJES POBLANOS EN LA ESCUELA DE ANTROPOLOGIA DE JALAPA, VERACRUZ.



1993, OCTUBRE. CONFERENCISTA E INSTRUCTOR DE LA DANZA POBLANA, EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE A.N.G.F. DE LOS ESTADOS UNIDOS, ALAMOSA, COL. EU.



1994. DISEÑO DE 6 CARROS ALEGORICOS PARA LAS FIESTAS DE OCTUBRE EN GUADALAJARA JALISCO.



2000- DISEÑO Y ELABORACION DE 12 CARROS ALEGORICOS PARA LA FERIA NACIONAL DEL ALGODÓN Y DE LA UNA, TORREON, COAHUILA.



2005, SEPTIEMBRE. DEMOSTRACION Y NARRATIVA DE LA INDUMENTARIA POBLANA (30 TRAJES) EN EL MARCO DE LA FIRMA DE PROTOCOLO DE CIUDADES HERMANAS, PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD, EN FLORENCIA ITALIA.



2005 EN EL MARCO DE LA CELEBRACION DE LOS 40 AÑOS DEL BALLET FOLKLORICO DE PUEBLA, PARTICIPACION EN LOS FESTEJOS DE LOS 475 AÑOS DE LA FUNDACION DE LA CIUDAD.



2006 PRESENTA COLECCIÓN DE 300 INSTRUMENTOS MUSICALES MEXICANOS EN EL MARCO DE LOS 475 AÑOS DE LA FUNDACION DE PUEBLA, EN EL MUSEO: LA SALA DE LOS M IXTECOS.

RECIBE RECONOCIMIENTO “475 POBLANOS DISTINGUIDOS” EN EL MARCO DE LA CELEBRACION DE LOS 475 AÑOS DE LA FUNDACION DE PUEBLA 2008 CONFERENCIA “LA CHINA POBLANA, INDUMENTARIA Y JARABE” EN LA UNIVERSIDAD POPULAR AUTONOMA DE PUEBLA.

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