Proyeccion Socioeconomica de La Industria en Mexico

TECNOLOGICO NACIONAL DE MEXICO Instituto Tecnológico de Reynosa Proyección socioeconómica de la industria en México Ma

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TECNOLOGICO NACIONAL DE MEXICO Instituto Tecnológico de Reynosa

Proyección socioeconómica de la industria en México

Materia: Análisis del Desarrollo Nacional Carrera: Ingeniería Industrial Alumno: Erick Emmanuel Castro López Profesor: Lic. Irela Chávez Arvizu

Fecha: 22- mayo- 2017

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Índice Contenido La política de industrialización del gobierno mexicano ...................................................... 3 La microempresa ............................................................................................................................ 4 Pequeñas y medianas empresas ............................................................................................... 6 La gran industria nacional ........................................................................................................... 8 Futuro de la industria nacional ................................................................................................. 10

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La política de industrialización del gobierno mexicano La humanidad evoluciona aceleradamente por la edad de piedra, la del bronce y, posteriormente, por la del hierro. Desarrolla la escritura y llega hasta nuestra era, donde el crecimiento de la población, las guerras, la escasez de alimentos las migraciones, la necesidad de bienes para el consumo, la ciencia, la técnica, el comercio y la economía, crean una serie de actividades que distinguen a la humanidad. Una de estas es la actividad industrial que, a partir del final del siglo dieciocho, con la revolución industrial, se convierte en el pilar fundamental del desarrollo moderno y, cuya característica principal, es el intenso aprovechamiento y la transformación de los materiales y productos que ofrece la naturaleza en bienes diversos, para elevar la calidad de vida de los individuos y la sociedad en su conjunto La actividad industrial es típicamente urbana y no ha sido sino hasta hace tres décadas que la humanidad ha tomado conciencia de la protección ambiental, de la polución, de la conservación y la depredación, de la interrelación y fragilidad de los ecosistemas, de los problemas locales y de los globales y, hasta hace muy poco, se genera el concepto del desarrollo sustentable. En México, el proceso de industrialización se inició con una incipiente industria familiar a principios del siglo dieciocho, cuyas actividades se relacionaban principalmente con la agricultura y la ganadería, así como las industrias azucarera, de curtiduría, textil, minera y papelera. A principios del siglo diecinueve, termina la dominación española y se inician algunas actividades relacionadas con la industria militar. En el último cuarto de ese siglo, con la llegada del ferrocarril, cobran importancia las actividades de la industria metalmecánica y, a principios de siglo veinte, llegan la electricidad, las comunicaciones y los vehículos de combustión interna Es en esa época, que se inicia un proceso de cambios estructurales, políticos y sociales que modifican permanentemente el rumbo de nuestro país. El país pasa de una economía que estaba basada casi exclusivamente en las actividades agropecuarias a una1 que, paulatinamente, depende cada vez más de las actividades industriales. La historia moderna de México, tiene un estrecho vínculo con las actividades industriales, como fue el caso de la revolución de 1910, con los movimientos sociales de las industrias de Río Blanco y Cananea. Posteriormente, la primera guerra mundial, acelera nuestra industrialización y, por esa época, se formalizan las actividades de las industrias química y petrolera. La expropiación petrolera del 38 y la segunda guerra mundial definen, finalmente, la vocación industrial de México. En toda sociedad industrializada la empresa industrial establece relaciones con todo el complejo de la organización social y es tal el impacto del proceso de industrialización que es, en muchos casos, responsable de los cambios fundamentales ocurridos en las sociedades rurales al convertirse en sociedades urbanas. Así, nuestro país sufrió una irreversible transformación social y, de haber tenido una población eminentemente rural, en la actualidad más de la mitad de los mexicanos habita áreas urbanas. México que inicio el siglo veinte ocupando un lugar muy secundario entre las naciones, lo terminarías dentro de las primeras dieciséis el mundo.

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http://www.academia.edu/4704131/LA_POL%C3%8DTICA_DE_INDUSTRIALIZACI%C3%93N_DE L_GOBIERNO_MEXICANO

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La microempresa Las microempresas son todos aquellos negocios que tienen menos de 10 trabajadores, generan anualmente ventas hasta por 4 millones de pesos y representan el 95 por ciento del total de las empresas y el 40 por ciento del empleo en el país; además, producen el 15 por ciento del Producto Interno Bruto. Para la aplicación de las políticas públicas, la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa, ha desarrollado el “Programa Nacional de Microempresas”. Este programa apoya a los empresarios con: a) capacitación grupal y consultoría in situ, b) homologación de imagen y c) financiamiento para quienes proporcionen los documentos legales completos. 2 Somos una economía de escasa especialización, poca innovación, que genera empleos de poca calidad. Si bien la mayor parte de los países aplican actualmente políticas de apoyo específicas para las pequeñas y medianas empresas (pymes), es importante destacar que en muchos de ellos ni siquiera existe una clasificación que incluya a las microempresas. Esto es cierto particularmente en los países desarrollados, en los cuales se observa que no existe en realidad una marcada preocupación sobre las unidades económicas de tamaño minúsculo, en primer lugar porque no existe un número muy elevado de ellas y, en segundo lugar, porque las condiciones en las que operan no difieren de las que enfrentan otras empresas en la economía. De allí que no haya necesidad de apoyarlas con programas especiales. Sin embargo, en México es otra historia. De acuerdo con los últimos censos económicos del INEGI, las unidades económicas totalizan a nivel nacional 5 millones 144,056 unidades, de las cuales 99.8% emplea a menos de 250 trabajadores. Esto significa que existen alrededor de 5 millones 41,175 micro, pequeñas y medianas empresas. De éstas, 4 millones 886,853 son microempresas que cuentan con menos de 10 trabajadores. O sea que del total de empresas del país, 95% es microempresa. Esto explica la trascendencia en México de poner en marcha programas que apoyen a este tipo de unidades. Por ello, en nuestro país existen programas como el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim) y el propio Fondo Pyme, cuya Categoría II está orientada exclusivamente a apoyar a las microempresa2s. A nivel sectorial, la sección comercial es sin duda la más importante en cuanto a número de unidades económicas se refiere, ya que absorbe un total de 1 millón 858,550 unidades. Esto significa que 36.13% de las unidades económicas del país se desempeña en actividades comerciales. De estas empresas comerciales, 97% es microempresa, que juntas absorben 65.1% del personal ocupado y concentran 28.7% de la producción bruta total dentro del sector. El sector servicios le sigue en importancia al del comercio en lo referente al número total de unidades económicas, con un total de 1 millón 367,287 unidades. Esto quiere decir que 26.58% de las unidades económicas en el país desempeña sus actividades en este sector. Las microempresas abarcan 94.4% de todas las unidades económicas, cuentan con 43.7% del personal ocupado y aportan 18.3% de la producción bruta total del sector de los servicios. En lo que se refiere al sector manufacturero, existen un total de 436,851 unidades económicas o 8.49% de las unidades a nivel nacional. Dentro de las empresas manufactureras, las microempresas

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.- http://www.2006-2012.economia.gob.mx/mexico-emprende/empresas/microempresario

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representan 92.5% del total, absorben 23.2% del personal ocupado y contribuyen con 2.4% de la producción bruta. Como puede observarse,3 México es un país de microempresas, con todo lo que eso conlleva. Una economía de escasa especialización y poca innovación dominada por microempresas que generan muchos empleos de poca calidad y baja remuneración, las cuales contribuyen muy poco a la producción bruta nacional. Aunque esto sea desalentador, lo peor que podemos hacer es cruzarnos de brazos, debemos canalizar más recursos para apoyarlas, transformarlas y hacerlas crecer. 4

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.-http://elempresario.mx/opinión/mexico-país-microempresas

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Pequeñas y medianas empresas Las pequeñas y medianas empresas, Pymes, tienen particular importancia para las economías nacionales, no solo por sus aportaciones a la producción y distribución de bienes y servicios, sino también por la flexibilidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y gran potencial de generación de empleos. Representan un excelente medio para impulsar el desarrollo económico y una mejor distribución de la riqueza. Hoy día, los gobiernos de países en desarrollo reconocen la importancia de las Pymes por su contribución al crecimiento económico, a la generación de empleo, así como al desarrollo regional y local. Las Pymes en México constituyen el 97% del total de las empresas, generadoras de empleo del 79% de la población y generan ingresos equivalentes al 23% del Producto Interno Bruto (PIB), lo anterior es una clara señal de debemos poner atención a este tipo de empresas y verlas como lo que en realidad son: la base de la economía mexicana. (INEGI, 2005) Las Pymes cuentan con la más amplia gama de giros productivos, comercializadores y de servicios y tienen la tendencia a realizar actividades autónomas que tienen relación con las empresas más grandes, y de este modo sufriendo la influencia de éstas que suelen someterlas, minimizando sus posibilidades de desarrollo o establecen una interdependencia. A pesar de ser una fuente muy importante en la economía del país, las Pymes no cuentan con muchos de los recursos necesarios para que se desarrollen de una manera plena y existen en el país grandes problemas que las afectan en gran medida. Entre las problemáticas de las pequeñas y medianas empresas podemos resaltar que sus inversiones para tecnología, infraestructura, seguridad, entre otras, son de un 0.5% y 0.7%, respectivamente, estancando su propio crecimiento. Por lo anterior resulta lógico que aproximadamente 70% de las Pymes no cuenten con base tecnológica instalada teniendo temor de no poder solventar los costos de inversión y operación que esto implica; aunque también existen razones menos aceptables a esto como la resistencia al cambio, el desconocimiento de los sistemas de información, la falta de infraestructura y la carencia de visión sobre los beneficios que la tecnología puede traer a una empresa. (INEGI, 2005). 4 El negocio informal juega un papel muy importante ya que en los últimos años ha tenido una gran proliferación y no genera ingresos fiscales, se sustenta en el contrabando y prácticas ilegales como la producción y la venta de “productos piratas” que solo generan competencia desleal contra las empresas legalmente establecidas, además que la corrupción dentro del sector público no resulta benéfica para este suceso, considerando un reto más para las Pymes, dentro de los desafíos a los que se tienen que enfrentar. Algunos datos que nos ubican dentro de éste contexto son: las Pyme 5s comprenden alrededor del 90% de las empresas constituidas en el país. La cifra es todavía mayor dentro del sector manufacturero, representando el 99% de los establecimientos manufactureros. Y de ese 99%, el 82.19% son pequeñas empresas, que generan el 13.22% del personal ocupado. La pequeña empresa comprende el 13.69% de los establecimientos y origina el 20.80% del empleo. A la empresa mediana corresponde el 2.39% de los establecimientos creando el 15.39% del personal ocupado. Otros datos, que impactan a la situación actual de las Pymes son: de cada 100 empresas que se crean, 90 no llegan a los 2 años, siendo el índice de mortalidad altísimo. ¿Cómo explicar entonces el hecho de la existencia de un universo de empresas casi (99% sector manufacturero) totalmente 4

.-http://www.noticiascoepesgto.mx/articulos/255-pymesroque

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formado por Pymes? Esto se explica por la existencia también de una alta tasa de rotación de estas empresas: así como desaparecen casi todas las empresas que se crean y mueren en menos de 2 años, se crean una gran cantidad de empresas nuevas. En México nos dice Ruiz Durán (2002), los datos censales de 1998 comparados con los del 1993 dan un crecimiento de 123, 617 nuevas empresas por año. Este proceso estuvo dominado por empresas pequeñas, el incremento explica el 97.54% de estas empresas. El problema de esta expansión empresarial ha sido que la mayor parte de estos negocios se trata de iniciativas de autoempleo, de sobre vivencia precaria. En el caso mexicano, la empresa manufacturera tan sólo genera en promedio 3,775 dólares al mes por hombre ocupado, comparado con la gran empresa que genera mensualmente 21,469 dólares, es decir, 5.7 veces más. El sector de pequeñas y medianas empresas ha mostrado resultados más positivos según Ruiz (2002). Este problema, de la falta de competencia y de la desaparición de las Pymes en México se agudiza más con la apertura económica que se empieza a dar desde e6l año de 1982 hasta la época actual. El mercado mexicano ya no está protegido por barreras arancelarias y no arancelarias que den a las Pymes un posicionamiento en un nicho específico, sino que hoy deben competir con los productos venidos del exterior, con valor agregado y a precios más bajos. En este marco de globalización, las Pymes deben ser consideradas organizaciones pequeñas, con rasgos sociales, o de una naturaleza familiar, que tiene como objetivo económico sostenerse en el mercado, con el fin social de mantener y dar prosperidad a la familia. 5

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http://www.gob.mx/conuee/acciones-y-programas/pequenas-y-medianas-empresas-51457

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La gran industria nacional La industria tanto en nuestro país como en el mundo ha pasado por una serie de etapas como consecuencia de los diferentes avances tecnológicos suscitados como la Revolución Industrial, la invención de nuevas tecnologías y herramientas para el trabajo. Existen numerosas técnicas industriales para aumentar la producción y llevar un desarrollo equilibrado de la producción como las siguientes: Control de Producción, Control de Materiales, Control de Presupuestos, Desarrollo del Producto, Especialización, Estudios de las Necesidades del Cliente, Estudio de Métodos, Estudios del Producto, Estudios del Trabajo de la Producción y del Proceso, Política del Personal, Política de Ventas, y como otros. El hombre siempre buscó la manera de transformar y elaborar los productos brutos de la Naturaleza a fin de aprovecharlos mejor. Sus primeras armas, herramientas y utensilios de uso doméstico nacieron de este afán creador. Todo esto Constituye el fruto de la inteligencia y del trabajo del hombre que, a través de los siglos, ha venido sumando sus conocimientos y experiencias hasta formar nuestra actual civilización. Cuando esta actividad se realiza en grandes establecimientos en forma organizada y con medios mecánicos, recibe el nombre de “INDUSTRIA” y constituye el aspecto más importante de la economía de los países más desarrollados. Cuanta más actividad industrial haya en un país habrá mayor bienestar para sus pobladores. La producción manufacturera se vende también al exterior. De los beneficios de capital o dinero se harán inversiones en otras fábricas y obras públicas y privadas. Algunos de los principales elementos que se pronuncian más en las industrias del país, y en cualquier industria general son los siguientes: El capital. Compuesto por el dinero, moneda o capital de inversión, factor fundamental para la instalación y desarrollo de una industria, mediante el cual se adquieren los diversos elementos para conformar o desarrollar una industria. Es utilizado para la adquisición de materia prima, compra o alquiler de bienes inmuebles (terrenos, fábricas o locales donde se instalará la industria); bienes muebles conformados por toda la maquinaria e infraestructura requerida, el pago de personal profesional, técnico, mano de obra, etc. y todo gasto general. Para el desarrollo efectivo de una industria, se requiere de grandes inversiones de Capital, el cual permita contar con los recursos necesarios para llevar a cabo el proceso de producción y venta de determinados productos. La administración del Capital, es de enorme prioridad, su aprovechamiento permitirá que sea reutilizado o capitalizado en la misma industria u otras. Las materias primas. Son los insumos que alimentan a las fábricas para elaborar un determinado producto y cuyos elementos esenciales se han extraído de la naturaleza. La maquinaria. Instrumento sofisticado de la industria. La máquina más modesta equivale en producción al trabajo de varios hombres y de varios días. En otras palabras, puede realizar ella sola el trabajo que antes hacían varios hombres; y pueden hacer en una hora lo que ese mismo grupo producía en una semana de trabajo. La energía eléctrica o fuerza motriz empleada. Para que la máquina entre en funcionamiento, lógicamente, necesita del hombre. Pero, tiene que haber otra fuerza que lo impulse y lo mantenga en movimiento: es la energía eléctrica que es de varias fuentes. Dentro de las diversas fuerzas utilizadas están las Plantas Termoeléctricas, generadas por la combustión del petróleo, carbón u otro combustible. Las Centrales Hidroeléctricas, impulsadas por agua, viento, etc., que producen energía eléctrica. Personal calificado. La importancia de contar con personal profesional, técnico y mano de obra calificada, en una industria, la necesidad de su participación en el proceso de administración y producción. La importancia de contar con centros de capacitación industrial en las diversas

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actividades industriales y su participación en el desarrollo industrial. El trabajador industrial (funcionario, técnico, obrero) que, con su capacidad de creación, sus conocimientos especializados y la fuerza de trabajo, utiliza la materia prima, aprovecha del capital y de la tecnología para dinamizar una fábrica y producir. El mercado. Está conformado por el conjunto de habitantes, beneficiarios de la producción industrial. Dependerá para el éxito, que no solo el producto esté diseñado para satisfacer las necesidades del consumidor, sino la situación económica financiera del mismo para que el proceso de producción (compra, adquisición, consumo etc.) llegue a su parte final. Para estos casos intervienen técnicas que hacen estudios y evaluaciones que determinar el poder y capacidad adquisitiva de los diversos sectores o área7s fijando pautas y estrategias a determinar. 6

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.- http://www.eumed.net/libros-gratis/2008b/384/La%20industria%20Nacional%20de%20Mexico.htm

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Futuro de la industria nacional La clave del desarrollo industrial futuro de México se basa en una estrecha vinculación con el desarrollo tecnológico; por lo tanto, es indispensable incrementar los nexos entre el sector productivo y la investigación y desarrollo tecnológicos. Las actividades a ello conducentes pueden llevarse a cabo en centros especializados de carácter público o privado, en universidades, en centros no lucrativos creados por cámaras y asociaciones empresariales o bien, dentro de las propias empresas. Los centros de investigación y desarrollo y los institutos públicos especializados fueron creados para apoyar el avance industrial; sin embargo, los resultados han sido, en general, bastante pobres aunque, como se ha apuntado anteriormente, ha habido importantes excepciones. Su desvinculación con el sector productivo se ha debido principalmente a dos factores: a) se han apoyado proyectos específicos siguiendo un criterio tecnológico –y no uno económico–, lo 202 que ha desembocado en la aprobación de proyectos únicamente por su valor científico o tecnológico, sin tomar en cuenta la viabilidad comercial de desarrollo y difusión del mismo; y b) al contar con apoyos y recursos públicos –y tener, por lo tanto, asegurada su supervivencia–, no se han visto en la necesidad de responder a las demandas del sector productivo. El resultado ha sido una marcada desvinculación entre estos centros y la vida real. Es urgente, pues, perfeccionar y modificar sus objetivos, funcionamiento, organización y financiamiento con el fin de que puedan satisfacer las necesidades del sector productivo. El objetivo principal de estos centros especializados debe ser, en el corto plazo, el fácil flujo de la transferencia tecnológica y el ajuste a las condiciones locales para hacer posible el aprendizaje tecnológico en las empresas; esto permitirá, en el mediano y largo plazos, la adaptación y generación de tecnología propia. Su funcionamiento debe, por lo tanto, hacer hincapié en el contacto cercano con los usuarios de las tecnologías y en la aptitud para adaptarse a los proyectos y demandas que éstos planteen. Su reorganización habrá de implicar cambios en los criterios de evaluación de la eficiencia institucional, el estímulo de sinergias y complementaciones, así como la reducción de duplicaciones disfuncionales. El cambio en la estructura de financiamiento encierra la creación de mecanismos de subvención del tipo de "empatar fondos" con el fin de forzarlos a satisfacer las necesidades de la planta productiva. Es decir, otorgar financiamiento público en la medida en que el centro venda servicios, y por una cantidad proporcional a la aportada por el centro mismo. La puesta en marcha de este mecanismo implica que en lugar de seguir gozando de partidas presupuestales para su funcionamiento – independientemente de que cuenten o no 203 con proyectos, como viene ocurriendo hasta el momento–, el gobierno establezca una suma para financiar los gastos de operación del centro única y exclusivamente cuando éste consiga un contrato para un proyecto específico. La suma concedida podría ser menor, igual o mayor al costo de los proyectos vendidos; pero el objetivo sería el de incentivar la interrelación entre la planta productiva y el desarrollo tecnológico. De esta manera, los centros de investigación públicos se volverían eficientes, desarrollarían una orientación comercial que facilitaría su vinculación con el aparato productivo resolviéndose, al mismo tiempo, el problema del criterio en la elección de proyectos, ya que sería necesario hacer una evaluación de carácter económico y no sólo tecnológico. Pero lo más importante es que, con estos fondos, los centros de investigación podrían iniciar un verdadero desarrollo científico que se tradujera en ciencia propia vinculada no sólo al desarrollo de tecnología, sino al del aparato productivo. En otras palabras, México podría lograr un desarrollo científico a partir del tecnológico. La apertura comercial del país obligará al sector industrial a volverse competitivo –lo que significa que deberá construir y hacer uso de ventajas competitivas dinámicas como la tecnología– y, por lo tanto, a recurrir a los centros de investigación tecnológica. Lo anterior implica que en los futuros inmediato y mediato la demanda por los servicios prestados por dichos centros se verá incrementada fuertemente. Esto daría la posibilidad de que los centros de investigación privados se multiplicaran,

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pues a pesar de que no gozarán de subvenciones como sus contrapartes públicas, estas últimas no podrían cubrir el incremento aun llevando a cabo la reestructuración necesaria. La función de estos centros privados es la misma que la de los públicos: apoyar al sector productivo en su desarrollo tecnológico. Su reto será crear y organizar una oferta competitiva de 204 servicios en investigación y desarrollo tecnológicos, mediante el reforzamiento de sus capacidades de enlace, con una orientación comercial, alto grado de creatividad y propensión al riesgo. En México, como en otros países de incipiente desarrollo industrial, los nexos entre las universidades y las empresas se han iniciado apenas en la última década. Las dificultades para que esto suceda se han debido, principalmente, a que las actividades de una y otra partes son percibidas por ellas mismas como contradictorias y no como complementarias. Esta errónea percepción ha hecho difícil concertar los intereses entre investigadores y empresarios, tratar el delicado tema de la propiedad industrial, interesar a los investigadores aptos para el proyecto, acordar las condiciones de financiamiento, etcétera. Sin embargo, el desarrollo de capacidades tecnológicas demanda una mayor vinculación industria– universidad. Entre otras cosas, será necesario dar libertad a los investigadores para que se vinculen con proyectos de investigación demandados por alguna empresa o sector productivo. El consiguiente incremento en la comunicación multiplicaría el desarrollo de proyectos en común, con amplios beneficios para ambas partes: la planta industrial vería cubiertas algunas de sus necesidades tecnológicas estratégicas para poder desarrollar una posición competitiva, y la universidad se allegaría recursos frescos que le permitirían operar con mayor desahogo. El gobierno podría apoyar el avance y modernización industrial y agilizar el desarrollo tecnológico facilitando la vinculación entre los centros y universidades con el sector productivo. Una manera de hacerlo sería otorgando subvenciones indirectas, como créditos fiscales contra impuestos federales, a toda empresa ubicada en México –sin importar su origen– que lleve a cabo contratos específicos 205 de investigación y desarrollo en cualquiera de las modalidades mencionadas. La deducción impositiva propuesta podría incrementarse a, por ejemplo, 75 ó 100 por ciento, con una duración máxima de 15 años8. Este apoyo podría sentar la pauta para el desarrollo de capacidades tecnológicas que harían posible la modernización de la planta industrial. Para cubrir necesidades muy específicas ante el inminente aumento de la competencia, es posible que las mismas asociaciones o cámaras empresariales formen centros de investigación no lucrativos que respondan a las demandas propias de su rama o sector; o bien que dentro de las mismas empresas se creen laboratorios y departamentos de investigación y desarrollo tecnológicos. En cualquiera de los dos casos, la deducción impositiva para la empresa debe ser igual que la concedida por acudir a una universidad o a un centro de investigación, ya sea privado o público. Esto debe ser así, porque uno de los objetivos de la política tecnológica es lograr una capacidad y desarrollo tecnológicos, sin importar en dónde se lleven a cabo.7

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http://cidac.org/esp/uploads/1/Tecnolog__a_e_industia_en_el_futuro_de_M__xico_PDF.pdf

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