Principe

Resumen de "El príncipe" de Nicolás Maquiavelo El príncipe La razón para escribir el libro fue para regalárselo a Lorenz

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Resumen de "El príncipe" de Nicolás Maquiavelo El príncipe La razón para escribir el libro fue para regalárselo a Lorenzo de Medicis un príncipe de Italia. Comienza explicando las clases de principados y como se adquieren pueden ser hereditarios, nuevos o agregados a un hereditario (mixto). Se pueden adquirir mediante las armas propias o por las ajenas, por la suerte o por la virtud. Los principados hereditarios son más fáciles de conservar según Maquiavelo ya que el pueblo está acostumbrado a vivir bajo una dinastía se necesita hacer todo lo posible por no alterar el orden preestablecido o contemporizarlos a los cambios y por ser los príncipes naturales es más fácil ser amado por los suyos y por el pueblo. Los principados mixtos lo son porque el príncipe es hereditario en su lugar de origen y cuando adquiere un nuevo estado se convierte en príncipe nuevo para este dándole un carácter mixto, cuando se adquiere por inconformidad del pueblo con los gobernantes anteriores el conservarlos se hace más difícil ya que el tampoco podrá contentarlos entonces estos se unen a los ofendidos por la entrada del príncipe para derrocarlo. Los factores que hacen que un príncipe pueda conservar esa clase de principado cuando se comparte elementos como la lengua, la religión y costumbres es preciso solamente eliminar la familia del anterior príncipe y mantener lo más parecidas las leyes anteriores. Cuando los pueblos son de costumbres, religión y lengua diferentes es preciso poner las reglas antes expuestas y debe irse a vivir por lo menos por algún tiempo allí para que el pueblo lo conozca y él pueda conocer a este y controlar los desórdenes que se pueda presentar también se puede colonizar para no gastar tanto dinero y solo se afecta a los que se despoja es importante dejarlos imposibilitados para vengarse y tratar bien a los demás para que no se sientan perjudicados se debe ayudar a los vecinos menos poderosos y hacerse temer de los que tienen más poder y expulsar a los extranjeros poderosos porque si no se cuida de ellos podrían quitarle el reino. Los desórdenes deben controlarse cuando aún son pequeños porque si se les deja crecer se hacen grandes e incorregibles resalta las formas en que se pueden gobernar los principados: por medio de ministros o rodeados de nobles exponiendo que los ministros son servidores del príncipe y el amor del pueblo es para él también puede reemplazarlos a su antojo(Turquía) .con los noble es diferente que tienen sus propios súbditos apoyan al príncipe solo si es conveniente y además pueden dominar al pueblo individualmente y no los puede reemplazar cuando quiere(Francia). Para conquistar ambos principados se hace más difícil conquistar el primero pero luego es fácil conservarlo. Es difícil conquistarlo porque los súbditos se encuentran en mora y esclavitud con el príncipe es raro que se pueda sobornar a alguien pero el pueblo no sigue a los traidores aquí es fundamental guerrear y dejarlo en tal condición que no se pueda recuperar, eliminar la familia real, no hay que cuidarse del pueblo ya que esta acostumbrado a ser dominado En cambio en el otro caso es fácil conquistarlo y difícil conservarlo si se atrae nobles descontentos fácil será entrar y conquistar pero cuando se aburren los que apoyan y se cansan los que oprimes no es suficiente matar a la familia real porque los nobles se hacen cabecillas de los movimientos y se pierde el poder en la primera oportunidad. Las ciudades que está acostumbrada a regirse por sus propias regla es mejor arrasarlas y luego reconstruirlas ya que estas ciudades no son como las otras y si se les conquista las rebeliones estarían al orden del día por eso el autor reitera que es mejor destruirlas o mudarse a ellas ya que sus habitantes son amantes de la libertad y no estarán bien hasta ser libres. Aborda por fin los principados nuevos conquistados por las armas propias y el talento o la virtud personal aconsejando seguir el ejemplo de los grandes hombres o por lo menos asemejarse en sus virtudes. Expresa la que la dificultad de conservar un principado nuevo varía según las virtudes del príncipe no debe dejar nada al azar para conservar el poder, facilita el no tener más estados y establecerse en lo conquistado y encontrar la ocasión precisa y los méritos adquiridos le permitan alcanzar la gloria, la fama y el poder. Los que sigue están instrucciones llegan al poder con dificultades y lo conservan sin sobresaltos se empieza implantando nuevas leyes para fundar su estado y proveerse seguridad pero he aquí un problema ya que se echa de enemigos a los beneficiados con las antiguas leyes, se expone a la incredulidad de los hombres que

confían en las nuevas leyes porque le temen a lo nuevo solo hasta que no ven sus resultados si se presentan incidentes el príncipe debe imponer la nuevas leyes por la fuerza ya que quien tiene las armas tiene el poder. Debe buscar nuevas amistades y un nuevo ejército para hacerlos sus fieles servidores para mantenerse en el poder por el amor del pueblo "lo que es difícil conseguir es fácil de conservar". Aborda el tema de los principados conseguidos por las armas y fortuna ajenas Se hicieron príncipes por suerte pero les hace falta mucho esfuerzo para conservarlos porque se obtuvieron por un regalo, compra, nombramiento, por los soldados, corrompiendo a las gentes. El problema es que no se tienen las fuerzas para llegar al poder y se carece de armas y fortuna propias se debe desordenar el estado de las cosas, buscar otros poderosos para buscar el apoyo de sus ejércitos, comprar los nobles o ganárselos por medio de obsequios y una vez en el poder concederles administraciones. Si los nacionales intentan rebelarse se debe buscar ayuda de los extranjeros para controlar y cuando se consiga de nuevo la autoridad es necesario reconquistar por medio de favores a los rebelados, eliminar a los jefes y convertir a sus partidarios en amigos luego hay que buscar el bienestar del pueblo pero cuando se presentan desordenes hay que ser severos para establecer el orden y la paz cuando se es muy severo hay que saber fingir que no fue uno el que los maltrato si no un ministro malvado entonces debe hacer leyes que favorezcan al pueblo y los hagan sentir importantes. Cuando se llega a ser príncipe por medio de crímenes es importante hacer buen uso de la crueldad que si solo es para llegar al poder se deben cometer todos los crímenes de una vez ya que si duran menos hieren menos y para conservarse es conveniente volverse beneficioso para los súbditos los beneficios se deben otorgar lentamente para que el pueblo los asimile mejor ya que no es fácil recibir bien de quien solo esperaban mal. Cuando se llega ser príncipe por medio de los ciudadanos, el principado lo puede implantar tanto el pueblo como los nobles, según la ocasión se presente. Cuando los nobles no pueden controlar al pueblo concentran la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, cuando el pueblo no puede con los nobles escogen uno de ellos y lo hacen príncipe. Resulta que cuando se llega al principado por los nobles se mantiene con dificultad que cuando se llega al poder por medio del pueblo porque los nobles se creen sus iguales no los puede mandar como quiere en cambio en el pueblo no hay nadie que no disponga obedecerlo si se los mantiene contentos es cierto que no se puede tener a los dos bandos contentos entonces es mejor tomar partido por el más numeroso y cuidarse de los nobles según su naturaleza si son pusilánimes no son peligrosos pero si son ambiciosos hay que considerarlos enemigos de por vida. La amistad del pueblo es algo que no se puede perder por eso hay que procurar que siempre necesiten del príncipe. Los principados que quieran ser independientes deben ser fuertes y no depender de otros cuando se presenta una guerra debe formar un ejército fuerte que no tema guerrearle a nadie. Si no debe fortificar la plaza con artillería, comida, con que encender el fuego y oficios para desarrollar para un año ya que no hay príncipe tan ocioso como para sitiar una plaza durante un año teniendo muros y fosos adecuados. Solo falta por explicar los principados eclesiásticos son felices y seguros por naturaleza para llegar a ellos se pasa por todas las dificultades pues se adquieren por suerte o por valor y se mantienen solos porque se basan en viejas instituciones. Tienen estados y no los defienden tienen súbditos y no los gobiernan están indefensos y no le son arrebatados porque son gobernados por leyes superiores. El papel de los hombres cobro importancia desde Sixto IV en adelante pero fue Alejandro quien recaudo gran cantidad de dinero para engrandecer a la iglesia. Las tropas con las que un principado se defiende pueden ser propias, mixtas, auxiliares y mercenarias. Dice Maquiavelo que las tropas mercenarias son inútiles porque están con el príncipe por la paga se hacen famosas por su bravura y cuando es hora de demostrarla fallan y llevan el príncipe a la ruina Sin contar con que los capitanes siempre quieren tener el poder por eso es mejor tener milicias propias dirigidas por el príncipe en persona o por un ciudadano con aptitudes para la guerra. Cuando se piden tropas auxiliares a otro príncipe se corre el riesgo de perder la guerra o si gana puede que dar prisionero de ellas ya que solo les son útiles a sus amos En suma a las mercenarias hay que temerles por las derrotas y a las auxiliares por los triunfos es por eso que un príncipe prudente prefiere perder sus tropas en una guerra que ganar la guerra con armas ajenas ya que no es una victoria propiamente dicha y aunque este en tiempos de paz debe ocuparse en los asuntos

militares, ejercitarse en conocer su comarca, aprender a crear estrategias y estudiar historia papa prepararse para un accidente Un príncipe también debe aprender a utilizar la maldad en momentos necesarios que le ayuden a conservar el estado y dejar a un lado otras que por debilidad le hagan perder el estado. Considera que la progalidad es conveniente cuando lo que se gasta no es lo del estado como lo adquirido de las conquistas para no gastar los dineros de estado y si no se tienen dichas posiciones es mejor ser considerado tacaño que prodigo para no oprimir al pueblo y que luego este le derroque. La clemencia debe usarse en momentos de paz pero si es tiempo de caos no debe guardarse de cometer actos crueles para restablecer el orden por eso es mejor ser temido que amado cuando no se pueden reunir las dos virtudes. Tratar siempre de evitar el odio y no ofender a sus súbditos y disciplinarlos solo si es necesario. Se debe aparentar ser bueno y tratar de serlo pero para pasarse al mal no hay que dudarlo y cuando se hable se debe parecer bueno aunque haga el mal debe mantener contento al pueblo y no ofenderlo constantemente. Mostrarse hábil guerrero a los soldados para ganarse su aprobación pero su prioridad es mantener contento al pueblo. Cuando se encuentra al pueblo desarmado debe armarlo o en su defecto armar a los que tienen más deberes también debe organizar un ejército nuevo para su nuevo principado. Pero cuando se encuentra al pueblo armado debe desarmarlo con excepción de los que se mostraron sus partidarios desde el principio y a los otros es preciso debilitarlo, relegarlos a la inactividad y arreglárselas para que el ejército del estado este compuesto por su él ejecito antiguo. Debe saber el motivo de porque lo ayudaron a subir al poder por descontento el tampoco podrá contentarlos y si fue por afecto natura le será fácil conservarlo Las fortalezas se deben construir cuando el príncipe teme más al pueblo que a los extranjeros y se deben destruir cuando se le teme más a los extranjeros que al pueblo pero considera que la mejor fortaleza es el no ser odiado por el pueblo ya que no hay fortaleza que lo salve cuando el pueblo lo odia. Para ser estimados debe parecer grande e ilustre en sus actos y cuando cualquier súbdito haga algo notable bueno o malo debe descubrir como premiarlo o castigarlo que de amplio tema de conversación. Debe ser valiente para escoger un partido y no permanecer neutral para ayudar a su favorito a ser el vencedor. Se mostrara amante de las virtudes y apoyara a los que se destaque en las artes dar seguridad a los ciudadanos para que realicen sus profesiones en el comercio o a la agricultura para engrandecer la ciudad. Debe prestar atención a los gremios y reunirse con ellos. Debe buscar ministros que no piensen en ellos si no en el príncipe que haría como lo haría para engrandecerlo, recodarle las cosas que le pertenecen y por eso el príncipe debe colmarlos de honores, cargos y deberes. Como consejeros debe escoger hombre con juicio que no teman decirle la verdad cuando el príncipe les pregunte y el príncipe debe hacer lo acordado y ser obstinado hasta realizarlo. Si se deja llevar por los aduladores y cambia de parecer es tenido por menos. El no obedecer las reglas antes expuesta fue lo que hizo a los príncipes de Italia perder sus estados porque tuvieron al pueblo por enemigo y no se cuidaron de los nobles así se pierden los estado con dinero suficiente para costease un buen ejercito de campaña porque no hicieron como Filipo no el de macedonia el que fue vencido por tito quincio aunque tenía un ejército reducido, tuvo al pueblo por amigo y contuvo a los nobles poseía virtudes guerreras para reinar muchos años. Dicen que la fortuna es juez de nuestros actos y los sabotea pero Maquiavelo dice que la fortuna es juez de la mitad de nuestros actos deben los príncipes con virtudes oponerse a la fortuna para que no haga desastres en su principado se debe ser dúctil en esas circunstancias adversas. Por ultimo exhorta a los italianos a liberarse de los barbaros ya que las circunstancias están a favor de que un nuevo príncipe prudente y virtuoso pueda instaurar un nuevo gobierno y dar felicidad a sus súbditos y redimir la crueldad de los barbaros rodeándose de armas propias, nuevas estrategias y el amor de pueblo. "la virtud empuñara las armas contra el atropello y el combate ser breve pues el antiguo valor no ha muerto en los corazones italianos". Petrarca.

Más vale ser temido que amado”, escribió Nicolás Maquiavelo en su opera prima “El Príncipe”, publicada en 1512. Esta afirmación ha sido debatida por un gran número de consultores, quienes afirman que un líder afectuoso puede más que un líder controlador. Sin embargo, hay quienes afirman que el tipo de liderazgo al que se refiere Maquiavelo es idóneo para las empresas del siglo XXI. Los consultores han encontrado cinco características en el líder del autor de “El Príncipe”: astucia, pragmatismo, inteligencia, encanto personal y ser despiadado. De acuerdo con Jordi Lopez Camps, Maquiavelo propone a un líder adaptativo, es decir, aquel que puede cambiar conforme las circunstancias lo requieran. Asimismo, el experto en biología con un master en calidad de la formación, indica que Maquiavelo sentó “las bases para la teoría del liderazgo basada en capacidades o características inherentes a las personas líderes”. Así, las lecciones que Maquiavelo dejó para las líderes del siglo XXI son: Más vale ser temido que ser amado: esta ha sido una concepción errónea;

de acuerdo con lo estipulado por el autor de El Príncipe, lo ideal es ser temido y ser amado. El poder de la coerción es efectivo, pero desgastante; sin embargo, si la gente te estima y está convencida de tu proyecto, lo defenderá hasta la muerte. Un líder que conoce la historia de otros líderes : un pasaje de la obra de

Maquiavelo describe que: “… el príncipe debe leer historia y estudiar las acciones de los grandes hombres para ver cómo se conducían”. Un buen líder investigará modelos de gestión y buscará conocer las historias de éxito, a fin de ser capaz de adaptarlos a su situación particular. Examina victorias y derrotas: asimismo, el líder que propone Nicolás

Maquiavelo es un líder analítico y evaluador. En El Príncipe escribe que es importante que el líder examine las razones de las victorias de los grandes personajes y conozca los motivos de las derrotas, a fin de “imitar las primeras y evitar las segundas”. Ser despiadado: más que referirse a un líder déspota, Maquiavelo

describe a un líder fuerte, que sabe controlar sus emociones y que no se muestra vulnerable ante los demás. Esto le permite tener una visión más

fría sobre las situaciones y tomar decisiones con mayor inteligencia. Es bueno mostrar el lado humano, siempre y cuando éste no repercuta en las decisiones estratégicas de la empresa. Astucia: la astucia en los negocios es fundamental. El Príncipe indica

que: “No hay otra forma de guardarse de las adulaciones que de hacer comprender a los hombres que no te ofenden si te dicen la verdad; pero por otra parte, si todos pueden decirte la verdad, dejan de guardarte respeto. Por tanto, un príncipe prudente debe tomar otro camino, que es el de elegir en su estado a unos hombres sabios, para concederles sólo a ellos la libertad de hablarle con franqueza, y sólo sobre aquello que él pregunte”. Así, el líder de Maquiavelo es un líder que logra ser respetado por sus pares y subordinados, que aprenden de los grandes, que evalúa sus resultados, que sabe manejarse con inteligencia y que se rodea del capital humano más capacitado.

Resumen Y Análisis De

“El Príncipe” Escrito Por Nicolás Maquiavelo Capitulo I DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN Los principados son, o hereditarios, cuando una misma familia a reinado en ellos largo tiempo, o nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, o son como miembros agregados al estado hereditario del príncipe que los adquiere, los así adquiridos se adquieren por las amas o por las ajenas, por la suerte o por la virtud Capitulo II DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS Es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que pueden producirse. Capítulo III DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS Los estados que al adquirirse se agregan a uno más antiguo o son de la misma provincia, es muy fácil conservarlos, sobre todo cuando no están acostumbrados a vivir libres, y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado de la línea del príncipe que los gobernaba porque siempre que se respeten sus costumbres y las ventajas de que gozaban permanecen sosegados. Sólo con muchísima dificultad podrá perderlo. Las colonias no cuestan, y son más fieles y entrañan menos peligro; y que los damnificados no pueden causar molestias, porque son pobres y están aislados. El príncipe que anexe una provincia de costumbres, lengua y organización distintas a las de la suya, debe también convertirse en paladín y defensor, ingeniarse para debilitar a los de mayor poderío y cuidarse de que, Bajo ningún pretexto, entre en su estado un extranjero tan poderoso como él. Capitulo IV POR QUE LE REINO DE DARÍO OCUPADO POR ALEJANDRO NO SE SUBLEVÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ÉSTE DESPUÉS DE SU MUERTE Todos los principados de que se guarda memoria han sido gobernados de dos modos distintos: o por un príncipe que elige de entre sus siervos, que lo son todos los ministros que lo ayudaran a gobernar, o por un príncipe asistido por nobles, que no, a la gracia del señor, sino

a la antigüedad de su linaje, deben la posición que ocupan. Estos nobles tienen Estados y súbditos propios, que los reconocen por señores y les tienen natural afección. Mientras que, en los Estados gobernados el príncipe goza de mayor autoridad; por que en toda la provincia no se reconoce soberano sino a él, y si se le obedece a otro, a quien además no se le tiene particular amor, sólo se lo hace por tratarse de un ministro y magistrado del príncipe. Capítulo V DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SER OCUPADOS, SE REGIAN POR SUS PROPIAS LEYES. Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de ser adquiridos, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: primero destruirlo; depuse radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes, obligando a pagar un tributo y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista. Como ese gobierno sabe que nada puede sin la amistad y poder del príncipe, no ha de reparar con medios para conservarle el estado. Porque nada hay mejor para conservar -si se la quiere conservar- una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernar por sus mismos ciudadanos. En verdad el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir a vivir libre es destruirla. Quien se haga dueño de una ciudad así y no la aplaste, espere a ser aplastado por ella. Capítulo VI DE LOS PRINCIPADOS NUVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL Estos adquieren el principado con dificultades, pero lo conservan sin sobresaltos, las dificultades nacen en parte de las nuevas leyes y costumbres que se ven obligados a implantar para fundar el estado y proveer de seguridad. Si se quiere analizar bien esta parte, es preciso ver si estos innovadores lo son por sí mismos, o si dependen de otros: es decir, si necesitan recurrir a la súplica para realizar su obra, o si pueden imponerla por la fuerza. Hay que reconocer que estos revolucionarios tropiezan con grandes dificultades, que todos los peligros surgen en su camino y que sólo con gran valor pueden superarlos; pero vencidos los obstáculos, y una ves que han hecho desaparecer a los que tenían envidia de sus virtudes, viven poderosos, seguros, honrados y felices. Hay que agregar otro de menor jerarquía el que de simple ciudadano llegó a ser príncipe sin tener otra deuda con el azar que la ocasión; y solo fue por los meritos que hizo para que lo eligieran príncipe. Capítulo VII

DE LOS PRICIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON ARMAS Y FORNTUNA DE OTROS No es posible conducirse de otro modo cuando se tiene tanto valor y tanta ambición El príncipe nuevo que crea necesario defenderse de enemigos, conquistar amigos, vencer por la fuerza o por el fraude, hacerse amar o temer de los habitantes, respetar y obedecer por los soldados, matar a los k puedan perjudicarlo, reemplazar con nuevas leyes antiguas, ser severo y amable, magnánimo y liberar, disolver la milicias infieles, crear nuevas, conservar la amistad de reyes y príncipes de buen grado o lo ataquen con recelos; el que juzgue indispensable hacer todo esto. Capítulo VIII DE LOS PRINCIPADOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO MEDIANTE CRIMENES Primer caso es el que se asciende al principado por un camino de perversidades y delitos; y después, el caso en que llega a ser príncipe por el favor de los conciudadanos. Mal empleadas son las que, aunque poco graves al principio; con el tiempo antes crecen que se extinguen. Quien procede de otra manera, por timidez o por haber sido mal aconsejado, se ve siempre obligado a estar con el cuchillo en la mano, y mal puede contara a sus súbditos cuyas ofensas continuas y todavía recientes llenan de desconfianza. Capítulo IX DEL PRINCIPADO CIVIL El principado pueden implantarlo tanto el pueblo como los nobles y los nobles cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo, concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, pero el que llega al principado con ayuda de los nobles se mantiene con mas dificultad que el que a llegado mediante el apoyo del pueblo, por que los que lo rodean se consideran iguales y se le hace difícil mandarles y manejarlos como el príncipe quiera. Estos principados peligran cuando quieren pasar de principado civil a principado absoluto pues estos príncipes gobiernan por sí mismos o por intermedio de sus magistrados, su permanencia es más insegura y peligrosa, por que depende de al voluntad de los ciudadanos que ocupan el cargo de magistrados los cuales pueden arrebatarle el poder y el príncipe rodeado de peligros no tiene tiempo para asumir autoridad absoluta, ya que los ciudadanos y los súbditos, acostumbrados a recibir ordenes no están en semejantes trances dispuestos a obedecer la suyas. Capítulo X COMO DEBEN MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS

Si un príncipe posee un estado tal que pueda sostenerse por sí mismo, si tiene en tal caso, que recurrir a la ayuda de otros. Un príncipe que gobierne una plaza fuerte y a quien el pueblo no odie, ni puede ser atacado pero se lo fuese, el atacante se vería obligado a retirarse sin gloria, por que son tan variables las cosas de este mundo que es imposible que alguien permanezca con sus ejércitos un año sitiando ociosamente a una ciudad Capítulo XI DE LOS PRINCIPADOS ECLESIASTICOS Los principados eclesiásticos son aquellos que todas las dificultades existen antes de poseerlos, pues se adquieren o por valor o por suerte, y se conservan sin el uno ni la otra dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad, que mantiene a sus príncipes en el poder sea cual sea fuere el modo en que éstos procedan y vivan, estos son los únicos que tienen estados y no los defienden; súbditos y no los gobiernan, son los únicos principados seguros y felices. Capítulo XII DE LAS DISTINATAS CLASES DE MALICIAS Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS Las tropas con que un príncipe defiende a su estado son propias, mercenarias, auxiliares o mixtas. Las mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas; y el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro, por que están desunidos, por que son ambiciosos desleales, valientes entre amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, como tienen temor de Dios ni buena fe como los hombres. Los capitanes de mercenarios o son hombres de mérito o no los son; no se puede confiar en ellos si lo son porque aspirarán siempre a forjar su propia grandeza, ya tratando de someter al príncipe. Un principado o una republica deben tener sus milicias propias; que en un principado si, el príncipe debe dirigir la milicias en persona y hacer el oficio de capitán Capítulo XIII DE LOS SOLDADOS AUXILIARES, MIXTOS Y PROPIOS Las tropas auxiliares son aquellas que se piden a un príncipe poderosos para que nos socorra y defiende estas tropas pueden ser útiles y buenas para sus amos, pero para quien las llama casi siempre son funestas; pues si se pierden, queda derrotado, y si gana, se convierte en su prisionero, todo el que no quiera vencer no tiene más que servirse de estas tropas, muchísimo más peligrosas que las mercenarias, porque están perfectamente unidas y obedecen ciegamente a sus jefes, con lo cual la ruina es inmediata Capítulo XIV

DE LOS DEBERES DE UN PRINCIPE PARA CON LA MILICIA Un príncipe jamás debe dejar de ocuparse del arte militar, y durante los tiempos de paz debe ejercitarse más que en los de guerra; lo cual puede hacer de dos modos: con la acción y con el estudio. En lo que atañe a la acción debe, tener bien organizadas sus tropas, dedicarse constantemente a la caza con el objeto de acostumbrar el cuerpo a las fatigas y de conocer la naturaleza de los terrenos, tal estudio aprende dos utilidades: primero se aprende a conocer la región donde se vive para defenderla mejor; después, en virtud del conocimiento de otra donde sea necesario actuar de manera que el conocimiento de otra donde sea necesario actuar. Capítulo XVI DE LA PRODIGALIDAD Y DE LA AVARICIA La prodigalidad, practicada de manera que sepa que uno es pródigo, perjudica; y otra parte si se la practica virtuosamente y tal como se la debe practicar, la prodigalidad no será conocida y se creerá que existe el vicio contrario, ya que un príncipe no puede practicar públicamente esta virtud sin que se perjudique, si es sensato, que no se preocupe si es tildado de tacaño porque, con el tiempo al ver que con su avaricia le bastan las entradas para defenderse de quien le hace la guerra, y puede acometer nuevas empresas sin gravar al pueblo, será tenido siempre por más pródigo, pues practica la generosidad con todos aquellos a quienes no quita , que si innumerables, y la avaricias con todos aquellos a quienes no da, que son pocos Capítulo XVII DE LA CRUELDAD Y LA CLEMENCIA; Y SI ES MEJOR SER AMDO QUE TEMIDO O SER TEMIDO QUE AMADO Declaro que todos los príncipes deben desear ser tenidos por clementes y no por crueles. Surge de esto una cuestión si vale, más ser amado que temido o temido que amado declaro entonces que es más seguro ser temido que amado. Cuando el príncipe está al frente de sus ejércitos y tiene que gobernar a miles de soldados, es absolutamente necesario que no se preocupe si merece fama de cruel, por que sin esta fama jamás podrá tenerse ejército alguno unido y dispuesto a la lucha. Como el amar depende de la voluntad de los hombres y el temer de la voluntad del príncipe, un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, pero tratando siempre de evitar el odio. Capítulo XVIII DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS Nadie deje de comprender cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez, pero son precisamente los príncipes que han hecho menos caso da la fe jurada. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y

como hombre; ya que se ve obligado a comportarse como bestia, conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león, porque el león no sabe protegerse de las trampas ni el zorro protegerse de los lobo, los que solo sirven de las cualidades de el león demuestran poca experiencia. Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre a quien se deje engañar. El tenerlas y practicarlas siempre es perjudicial, y el aparentar tenerlas, útil. Esta bien mostrarse piadoso, fiel, humano, recto y religioso y asimismo serlo efectivamente; pero se debe de estar dispuesto ha estar dispuesto a irse a otro extremo si ello fuera necesario. Capítulo XIX DE QUE MODO DEBE EVITAR SER DESPRECIADO Y ODIADO. Un príncipe debe temer dos cosas: en el interior, que se le subleven los súbditos; en el exterior, que lo ataquen las potencias extranjeras. Los estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo. Un príncipe debe estimar a los nobles pero sin hacerse odiar por el pueblo, cuando el príncipe no puede ser evitado odiado por una de las dos partes, debe inclinarse hacia el grupo más numeroso, y cuando esto no es posible, inclinarse hacia el más fuerte. Capítulo XX SI LAS FORTALEZAS, Y MUCHAS OTRAS COSAS QUE LOS PRINCIPES HACEN CON FRECUENCIA SON UTILES O NO. Las armas del pueblo se convierten en las del príncipe y los que recelan se hicieron felices, los fieles continúan siéndolo y los súbditos se hagan partidarios. Hay quienes afirman que un príncipe hábil debe fomentar con astucia ciertas resistencias para que al aplastarlas se acreciente su gloria. Elogiare tanto a quien construya fortalezas, como a quien no las construya, pero censuraré todo el que, confiando en las fortalezas, tenga en poco el ser odiado por el pueblo. Capítulo XXI COMO DEBE COMPORTARSE UN PRINCIPE PARA SER ESTIMADO. Nada hace tan estimable a un príncipe como las grandes empresas y el ejemplo de raras virtudes.

En beneficio del príncipe el hallar medidas sorprendentes a lo que se refiere a la administración, el príncipe debe ingeniarse por parecer grande e ilustre en cada uno de sus actos, cuando el príncipe se declara valiente por una de las partes, se triunfa aquella a la que se une, aunque sea poderosa y él quede a su discreción, estarán unidos por un vínculo de reconocimiento y afecto; y los hombres nunca son tan malvados que, dando una prueba de tamaña ingratitud, lo sojuzguen; un príncipe nunca debe aliarse con otro más poderoso para atacar a terceros sino de acuerdo con lo dicho, cuando las circunstancias lo obligan porque si venciera en su poder, y los príncipes deben hacer lo posible por no quedar a disposición de otros. El príncipe se mostrará amante de la virtud y honrará a los que se distingan en las artes. Todas las ciudades están divididas en gremios o corporaciones a las cuales les conviene que el príncipe conceda su atención. Capítulo XXII DE LOS SECRETARIOS DEL PRINCIPE. La primera opinión que se tiene del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo rodean: si son capaces y fieles podrá reputárselo por sabio, pues supo hallarlos capaces y mantenerlos fieles; pero cuando no lo son, no podrá considerarse prudente a un príncipe que el primer error que comete lo comete en esta lección. Para conocer a un ministro hay un modo que nunca falla cuando se ve que un ministro piensa más en él que en uno y que en todo no busca sino su provecho, estamos en presencia de un ministro que nunca será bueno y en quien el príncipe nunca podrá confiar porque el que tiene en sus manos el estado de otro jamás debe pensar en sí mismo, sino en el príncipe, y no recordarle sino las cosas que pertenezcan a él. Por su parte, el príncipe, para mantenerlo constante en su fidelidad, debe pensar en el ministro. Debe honrarlo, enriquecerlo y colmarlo de cargos, de manera que comprenda que no puede estar sin él, y que los muchos honores no le hagan desear más honores, las muchas riquezas no le hagan ansiar más riquezas y los muchos cargos le hagan temer los cambios políticos. Capítulo XXIII COMO HUIR DE LOS ADULADORES. Un príncipe prudente debe preferir rodearse de los hombres de buen juicio de su estado, únicos a los que dará libertad para decirle la verdad, aunque en las cosas sobre las cuales sean interrogados y sólo en ellas. Es conveniente que los buenos consejos vengan de quien vinieren, nazcan de la prudencia del príncipe y no la prudencia del príncipe de los buenos consejos. Capítulo XXIV POR QUE LOS PRINCIPES DE ITALIA PERDIERON SUS ESTADOS.

Los hombres se ganan mucho mejor con las cosas presente que con las pasadas, y cuando en las presentes hayan provecho, las gozan sin inquirir nada; y mientras el príncipe no se desmerezca en las otras cosas, estarán siempre dispuestos a defenderlo. Así, el príncipe tendrá la doble gloria de haber creado un principado nuevo y de haberlo mejorado y fortificado con buenas leyes, buenas armas, buenos amigos y buenos ejemplos. Las únicas defensas buenas, seguras y durables son las que dependen de uno mismo y de sus virtudes. Capítulo XXV DEL PODER DE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS Y EN LOS MEDIOS PARA OPONERSELE. Con la fortuna que se manifiesta con todo su poder ahí donde no hay virtud preparada y dirige sus ímpetus allí donde sabe que no se han hecho diques ni reparos para contenerla. Se ve que los hombres para llegar al fin que se proponen proceden en forma distinta: uno con cautela, el otro con ímpetu; uno por la violencia, el otro por la astucia; uno con paciencia el otro con su contrario; y todos pueden triunfar por medios tan dispares. Como la fortuna varia y los hombres se obstinan en proceder de un mismo modo, serán felices mientras vayan de acuerdo con la suerte e infelices cuando estén en desacuerdo con ella, considero que es preferible ser impetuoso y no cauto, por que la fortuna es mujer y hace preciso si se le quiere tener sumisa golpearla y zaherirla. Y se ve que se deja dominar por estos antes que por los que actúan con tibieza y como una mujer, es amiga de los jóvenes por que son menos prudentes y más fogosazo y se imponen con más audacia. Capítulo XXVI EXHORTACION A LIBERAR A ITALIA DE LOS BARBAROS. No es asombroso que ninguno haya podido hacer lo que es de esperar que haga vuestra ilustre casa, ni es extraño que después de tantas revoluciones y revueltas guerreras parezca extinguido el valor militar de los soldados. Pero se debe a que la antigua organización militar no era buena y a que nadie ha sabido modificarla. Nada honra tanto a un hombre que se acaba de elevar al poder como las nuevas leyes y las nuevas instituciones ideadas por él, que si están bien cimentadas y llevan algo grande en sí misma, lo hace digno de respeto y admiración. Pero en las batallas, y por culpa exclusiva de la debilidad de los jefes;, su papel no era nada brillante; por que los capaces no son obedecidos; y todos se creen capaces, pero hasta ahora nadie hubo que supiese imponerse por su valor y por su fortuna, y que hiciese ceder a los demás. Definición de individuo y sociedad y su relación anexa con opinion personal