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Presidente General Alfredo Baldomir, 1938 Presidente Alfredo Baldomir En 1938 por primera vez en su historia, a la muje

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Presidente General Alfredo Baldomir, 1938

Presidente Alfredo Baldomir En 1938 por primera vez en su historia, a la mujer uruguaya le fue permitido acudir a las urnas. El presidente Terra presentó como candidatos a la presidencia, al padre de su hijo político, Eduardo Blanco Acevedo y a su cuñado el General Alfredo Baldomir. Las elecciones fueron ganadas por el general Baldomir que asumió la presidencia en 1938. La presidencia de Alfredo Baldomir terminó con la dictadura, pero inmediatamente tuvo que conjurar un golpe de Estado. Poco después, anunció su intención de reformar la Constitución de 1934, pero luego la decisión fue posterganda. Luego, la oposición se organizó y demandó una nueva Constitución y el regreso a la plena democracia. Presionado por el Partido Nacional y los gremios de trabajadores Baldomir apoyó unas nuevas elecciones,y decidió dar libertad de prensa y promover una nueva Constitución. En plena guerra mundial, los aliados presionaron a Uruguay, exigiéndole mayor definición en apoyo a sus intereses, pero Baldomir declaró la neutralidad uruguaya en 1939, cuando en diciembre tuvo lugar la Batalla del Río de la Plata en la cual Uruguay jugaría un papel muy importante. Bajo la presión de los gobiernos de Italia y Alemania por un lado y EEUU e Inglaterra por el otro, Baldomir aceptó dar refugio al Acorazado de Bolsillo Admiral Graf Spee que entró al puerto de Montevideo para reparaciones. Pero, ante la situación política y militar más la presión de las embajadas de EEUU y Gran Bretaña, Baldomir se vio obligado a dar un plazo perentorio de salida a la nave alemana. Entre 1940 y 1941, la inteligencia de Estados Unidos e Inglaterra se movía en todos los ámbitos de la vida nacional. El experto en espionaje británico Bill Stephenson alias "Intrepid", con la aprobación de Roosevelt, extendió sus dominios desde Estados Unidos a Uruguay y Bolivia. El gobierno uruguayo era constantemente presionado por las representaciones diplomáticas de las dos potencias y por eso creó una Comisión Investigadora para atender las denuncias de una posible conspiración de nazis uruguayos. Los informes diplomáticos de las dos potencias resultaron decisivos en las investigaciones llevadas a efecto en el Parlamento. Simultáneamente se hacían ensayos de oscurecimiento y bombardeos que aterrorizaron a la población, atacada por una psicosis de guerra que mantenía a los uruguayos en un estado de paranoia permanente. Una supuesta conjura fue publicada en el New York Times de EEUU, detallando las actividades del presunto líder uruguayo Arnulf Fuhrmann con foto y todo. En los barrios de Montevideo se crearon grupos de "defensa pasiva", agrupados por manzanas, para denunciar a los sospechosos de actividades pro-nazis. El sensacionalismo y la falsedad ocupaban las primeras páginas de los diarios y las denuncias del agente Stephenson que aseguraban que Uruguay era la base de una conspiración hemisférica para tomar el poder en Bolivia, Argentina, Paraguay y Brasil. Baldomir no pudo soportar la consecuencia de ese estado de cosas. Los Blancos trataban de impedir que el gobierno cediera a las presiones de Washington y Londres, mientras que los Colorados apoyaban la cooperación con Estados Unidos que pregonaba la formación de un bloque hemisférico en contra del Eje. Ya en 1940 los Blancos se opusieron a que se le diera autorización a EEUU para instalar una base militar en Uruguay. Baldomir sacó del gobierno a los ministros Herreristas (Partido Blanco), que formaban parte del Ejecutivo por mandato constitucional, obligándolos a renunciar e impulsó una enmienda constitucional sin la participación de los Herreristas. En febrero de 1942, Baldomir disolvió el Congreso y lo reemplazó con un Consejo de Estado, compuesto por partidarios del ex-presidente Batlle y otros Colorados. Este golpe de Estado se llevó a cabo sin acciones violentas ni mayores represalias. Fue más bien un golpe de estado "conversado" para evitar que la crisis institucional desembocara en hechos extremos. Los Batllistas y comunistas aplaudieron la decisión de Baldomir, pero los socialistas contraatacaron acusándolo de ser uno de los protagonistas del golpe de Estado de 1933. Los Nacionalistas Independientes se mantuvieron al margen. Los perdedores fueron los Herreristas tildados de ser pro-Nazis, proFranquistas, pro-fascistas y pro-Argentinos. Bajo presión, el gobierno uruguayo endureció sus relaciones diplomáticas con los países del Eje.

Presidente Juan José de Amézaga, 1942

Presidente Juan José de Amézaga En noviembre de 1942, se realizaron elecciones, pero a pesar de que el bipartidismo de Blancos y Colorados era respaldado por la Ley Electoral que prohibía la formación de otras coaliciones, los Nacionalistas Independientes fueron autorizados a participar en las elecciones como partido político, separados de los Herreristas. Los Batllistas apoyaron al candidato Colorado, Juan José de Amézaga que ganó las elecciones Amézaga trató de reforzar la democracia y aprobó simultáneamente una nueva Constitución a la vez que reinstituyó el legislati vo con representación proporcional. También abolió la obligación de que se formara un gabinete con participación de la oposición. Su gobierno se destacó por el patrocinio de las obras públicas, convirtiendo al Estado en una fuente de trabajo. También impulsó las leyes de Consejos de Salarios, licencia anual pro vacaciones, indemnización por despidoy promovió la igualdad de derechos para la mujer. Finalmente, el 14 de febrero de 1945, Uruguay declaró la guerra a Alemania y Japón y luego se adhirió las Naciones Unidas.

Visión de Uruguay por Estados Unidos y los Aliados, según fue publicada en la revista de propaganda 'En Guardia', Vol. 2, Núm. 4, durante la guerra.

URUGUAY “La entrada de nazis es indeseable". En un pequeño cartel colocado sobre el mostrador de un café próximo al Palacio Legislativo de Montevideo están escritas estas palabras que simbolizan la rectitud del Uruguay frente a la guerra y al Eje. Basta pasar un día en el país para convencerse de que los uruguayos están decididos a apoyar la lucha mundial por tener los ideales democráticos, aunque ello exija renunciar a las comodidades personales.

Un pastor uruguayo cuidando de su magnífico rebaño de ovejas, pertenecientes a una raza que goza de justificada fama a causa de la extraordinaria cantidad y la excelente calidad de la lana que producen. Esta materia prima es de gran valía en la actualidad. Los habitantes de Montevideo van generalmente a pie en estos tiempos, en lugar de conducir sus automóviles, porque hay gran escasez de gasolina. El consumo ha sido reducido a un 40 por ciento de lo normal. Las tiendas, que usualmente permanecían abiertas de 9 a 12 de la mañana y de 2 a 6:30 de la tarde, en actualidad sólo abren durante un periodo comprendido entre las 11:30 y 6:30 de la tarde. Esto disminuye la necesidad de transportes, porque la gente sólo tiene que hacer un viaje diario de ida y vuelta partiendo de sus casas. Cuando la llegada de buques disminuyó considerablemente, el Uruguay comenzó a padecer una escasez de combustible que representa ya menos agua caliente en las viviendas, y menos calefacción en la próxima estación invernal. Pero los uruguayos no se quejan. Para tener combustible, compraron maíz de la Argentina mientras lo hubo disponible, y ahora están tratando con todas sus energías de acumular mayores reservas de leña y de semillas oleaginosas, traídas medio de transporte fluvial desde las zonas contiguas a la parte alta del río.

El Dr. Juan José Amézaga, quién fue electo presidente de su país, por abrumadora mayoría en las elecciones generales celebradas en el mes de noviembre.

En vez de cruzarse de brazos y contemplar impacientemente la decadencia en las actividades de la construcción, originada por la escasez de acero, maquinaria, y accesorios, el gobierno está trazando un plan de obras públicas. Este plan se circunscribirá a los programas de construcción de aeropuertos y carreteras, que se puedan realizar a mano o con la maquinaria que hay disponible. En lugar de construir rascacielos en el centro de Montevideo, el país va a dedicarse a edificar casas para obreros que se puedan construir con una cantidad mínima de los materiales que escasean, pero que hace largo tiempo tenían en proyecto los dirigentes progresistas y democráticos del país. Los uruguayos están haciendo estas modificaciones y estos sacrificios porque desean que la guerra termine pronto, y creen también que uno de los modos más seguros que tienen a su alcance para acelerar ese resultado, es evitar las conspiraciones el Eje dentro de sus fronteras. Pero el Uruguay no se ha limitado a hablar acerca de lo que se debe hacer; ha actuado, y ha estimulado a sus vecinos para que ayudaran a realizar tarea, cuando pareció que era demasiado grande para que el Uruguay pudiera abarcarla por sí solo. La necesidad les obligó a dar el primer paso. Cuando el acorazado nazi "de bolsillo" Graf Spee, al huir por la costa oriental de Sudamérica perseguido por varias unidades de la flota inglesa, se encontró copado y escaso de provisiones, entró precipitadamente en el puerto de Montevideo y los oficiales nazis pidieron arrogantemente que se les permitiera permanecer en la rada hasta que terminaran completamente las reparaciones.

Una vista del sector dedicado a los negocios en la capital de Uruguay.

Aun cuando el Uruguay es la más pequeña de repúblicas sudamericanas y, naturalmente no dispone de una poderosa Marina para hacer respetar sus decisiones, rechazó de plano la petición nazi y ordenó que el Spee saliera del puerto tan pronto como se hubiera reabastecido de combustible y de provisiones, ajustándose a las reglas del derecho internacional. En la actualidad, las escoradas torres del Graf Spee, que se van hundiendo lentamente en aguas poco profundas del río de la Plata, recuerdan constantemente a Montevideo su primer incidente con Hitler. El siguiente se produjo seis meses después, cuando los encolerizados nazis del Uruguay, actuando por órdenes de Berlín para aplastar la oposición uruguaya, se dispusieron a llevar a cabo su ya famoso "plan Fuhrmann". Este no era más que una página del libro "Mein Kampf" de Hitler, donde trazó un esquema de conquista del mundo. Aspiraba a apoderarse del gobierno de Montevideo por medio de un golpe de mano, convertir al país en colonia agrícola del Tercer Reich, y utilizarlo "base para atacar a la Argentina, al Paraguay y al Brasil. Arnulf Fuhrmann, designado como cabecilla, esperaba la llegada de 5.000 "turistas" de Argentina y otros más del Brasil para reforzar efectivos armados, cuando el Uruguay descubrió los planes, detuvo a los cabecillas y disolvió la organización. El 15 de abril de 1943, la Comisión Asesora de Emergencia para la Defensa Política, cuyo cuartel general funciona en Montevideo, celebrará su primer aniversario, y este hecho ya ha suscitado gran interés en el Hemisferio Occidental, donde se espera tomarla como el modelo de otras comisiones que se ocupen de trazar planes de acción cooperativa, tanto los negocios como en la política, y ya sea en tiempos de paz o de guerra. Una figura prominente dentro de las actividades de la comisión, ha sido su presidente el Dr. Alberto Guani, el renombrado Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay que recientemente fue elegido Vicepresidente de la República. Dicha comisión fue creada en virtud de un acuerdo adoptado en la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores celebrada en febrero de 1942 en Río de Janeiro, Brasil, y se reunió por primera vez en Montevideo, dos meses después.

La playa de Pocitos, próxima a Montevideo, y uno de los balnearios predilectos en Sudamérica. La fotografía está tomada desde la azotea de un hotel cercano.

Numerosos estudiantes, portando banderas norteamericanas e inglesas y formando con los dedos la " V" de la victoria, celebran una manifestación pública en las calles de la capital como protesta por el hundimiento de un buque uruguayo.

El edificio de las aduanas y los muelles de Montevideo.

Selectísimo ganado vacuno procedente de las inmensas regiones de pastos de la República del Uruguay, encerrado en los corrales de los mataderos de Montevideo. Al fondo se divisan las modernas cámaras frigoríficas y los grandes establecimientos para empacar las carnes.

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