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1 2 ÍNDICE DÍA 1 Siete características de un líder piadoso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ÍNDICE DÍA 1

Siete características de un líder piadoso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

DÍA 2

El joven Samuel. . . un líder único. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

DÍA 3

Débora: la valiente profetisa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

DÍA 4

El atemorizado Josafat. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

DÍA 5

Del arado al liderazgo espiritual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

DÍA 6

José: Cartas desde Egipto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

DÍA 7

Venciendo a los gigantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54

DÍA 8

Viendo lo invisible con los ojos de la fe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61

3 DÍA 1 SIETE CARACTERÍSTICAS DE UN LÍDER PIADOSO Uno de los más grandes líderes de todas las épocas fue un hombre llamado Josué, quien valientemente introdujo al pueblo de Israel en la región hostil de Canaán, derrotando a siete naciones (Hechos 13:19). De este gran hombre, podemos aprender por lo menos siete características de un líder piadoso. 1. Los líderes piadosos también se atemorizan Cierta vez existió el jefe de una comunidad quien deseaba encontrar un esposo para su hija, por lo que invitó a todos los guerreros solteros de la tribu para participar en una competencia. Había construido un estanque enorme, que llenó con toda clase de criaturas acuáticas peligrosas: anguilas, pirañas, cocodrilos, tiburones (para que tengan una idea). Cuando los guerreros llegaron al lugar, el Jefe anunció que el primer hombre valiente que lograra cruzar el estanque con vida, ¡recibiría la mano de su hija en matrimonio y se convertiría en el siguiente jefe de la tribu! Antes que terminara de pronunciar sus palabras, un joven valiente se lanzó al agua, nadando rápido, casi frenéticamente, hasta llegar al otro lado. A su llegada, el rey le dio un gran abrazo y le dijo: “felicitaciones hijo, has obtenido la mano de mi hija en matrimonio, y asegurado la posición como futuro jefe. El rey le preguntó si quería expresar algunas palabras a sus compañeros guerreros. “Sí”, contestó, mientras recuperaba el aliento,”quiero saber quién me empujó en la piscina”. ¿Alguna vez te ha pedido Dios algo que te atemorice? Predicar un sermón, dar un estudio bíblico, compartir tu fe, unirte a un ministerio, aceptar una posición de liderazgo, participar de un viaje misionero, sacrificarte por una causa, salir en defensa de alguien, ponerte de parte de lo correcto o resistir la tentación. Tal vez te sientes como el joven valiente de nuestra historia. ¡Probablemente piensas que estás rodeado de peligros, desafíos y temores! Tal vez te preguntas si Dios te jugó una broma y te empujó. Josué, uno de los más grandes líderes de la historia bíblica, estaba aparentemente aterrorizado cuando se enteró de que Moisés había muerto y Dios lo había escogido a él para ser el nuevo líder de Israel. De hecho, cuatro veces en el primer capítulo de Josué y diez más en todo el libro, es desafiado y motivado por Dios y el pueblo de Israel a “esforzarse y ser valiente”. He observado a través de los años que esta es la manera como Dios obra. Cuando Él llama a un hombre o a una mujer, niño o niña para cumplir con una tarea, casi siempre es algo desafiante y

4 requiere un alto nivel de esfuerzo y coraje. El Señor obra de esta manera para que aprendamos a confiar en Él; y mientras lo hagamos de esta manera, no tenemos nada que temer. De hecho, observa lo que el Señor le dijo a Josué en el capítulo uno: “Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.” (Jos. 1:5 R95) Cuando tenia dieciséis años de edad y vivía en Midlothian, Texas, escuché claramente la voz de Dios llamándome para ser un pastor. Esta fue la primera y la última vez que escuché su voz en forma audible. Usualmente, Él me habla por medio de impresiones, convicciones y tiernos toques. Sin embargo, me asustaba la idea de predicar, por lo que dediqué los siguientes años para alcanzar mi grado en Teología. Al finalizar mi año de aspirantazgo en la Universidad del Sur, decliné el llamado divino y cambié el énfasis de mi programa a Religión, con la intención de no recibir nunca un llamado a predicar. Adivina, unos pocos días después fui invitado a hablar en una iglesia coreana que se congregaba en el campus universitario. Estaba tan nervioso que corrí en la lectura del bosquejo de mi sermón, mientras una de mis piernas se movía hacia arriba y hacia abajo todo el tiempo. Pero cuando terminé, algo maravilloso ocurrió. Aquellas personas maravillosas me invitaron a un convivio. Luego me agradecieron por el mensaje (probablemente porque fue muy corto). Me invitaron a regresar y, aunque nunca pude hacerlo, jamás olvidaré su bondad. Siempre estaré agradecido por la forma en que me trataron cuando prediqué, aterrado, mi primer sermón. 2. Los Líderes Piadosos tienen Necesidades Alguien dijo: “El valor es el miedo cuando ha dicho sus oraciones”. Uno de los más grandes privilegios de ser un líder tiene que ver con el grado de intimidad que éste tiene con Jesús. Cuando Josué se acercaba a la ciudad de Jericó, preguntándose cómo iba a conquistar esa gran ciudad, Jesús se le apareció como el "Comandante del ejército del Señor"; fue durante este encuentro íntimo que Josué recibió una estrategia simple, pero sobrenatural, para tomar la ciudad. El llamado al liderazgo, es en realidad un llamado a caminar estrechamente con Dios, a depender de Él y darnos cuenta de nuestra necesidad de su Presencia. Los éxitos y fracasos descritos a lo largo del libro del libro de Josué, fueron el resultado de depender de Dios o de depender del hombre. Irónicamente, nunca estamos más calificados para dirigir, que cuando sentimos una gran necesidad de ayuda divina. Tal vez has escuchado la historia de la carrera de las motos Harley. Un motociclista se detuvo junto a un anciano que conducía una motocicleta y, en son de burla, le preguntó si quería

5 competir con él. El anciano contestó: "seguro". Cuando la luz del semáforo cambió a verde, el conductor de la moto Harley, hizo rugir el motor, sonriendo al pensar en el anciano, mientras hacía explotar el tubo de escape de su moto. Para su sorpresa, aquel hombre observó como el anciano lo alcanzaba y en cuestión de segundos, chocaba contra su moto Harley, cayendo juntos al agua. El motociclista estaba molesto porque su Harley estaba dañada, pero mas aún, sorprendido por el hecho que el anciano lo había alcanzado. "¿Cómo lo hiciste?", preguntó. El anciano perturbado notoriamente respondió, "por favor, quite mis tirantes del manubrio de su moto". Nosotros también podemos hacer cosas sorprendentes como líderes, incluso atemorizar a Satanás si nos mantenemos unidos a Dios y confiamos en Él. Josué era verdaderamente un hombre de Dios, aunque cometió grandes errores. Al igual que nosotros, tenía la tendencia a confiar en la fortaleza y la sabiduría humanas, en lugar de mantener una humilde dependencia de Dios. Aunque buscó a Dios en procura de una estrategia para destruir Jericó, no buscó la ayuda divina cuando conquistó a Hai, o cuando los gabaonitas lo engañaron, haciéndole creer que eran de un país distante y no de una villa cercana. La Biblia dice claramente que Josué y sus líderes "no buscaron el consejo del Señor" (Jos. 9:14). Paradójicamente, el éxito puede ser nuestro fracaso, si le permitimos privarnos de una dependencia diaria de Dios. Creo que fue Martin Lutero quien dijo: "Estuve tan ocupado hoy que tuve que pasar tres horas orando". Afortunadamente, Josué comprendió que su éxito como líder dependía por completo del Señor. 3. Los Líderes Piadosos están Preparados Afortunadamente, ¡Dios no envía a sus líderes a realizar la obra sin el respaldo de sus promesas! Josué salió a cumplir con su misión, fortalecido por una promesa del Señor: “Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé”. (Jos 1:5). Lo maravilloso del Señor es que siempre cumple sus promesas. Él es el mejor Guardián de promesas. De hecho, la Biblia declara que “es imposible que Dios mienta” (Heb. 6:18). Por lo tanto, si Él hace una promesa, la cumplirá. Hacia el final de su vida, Josué utilizó estas hermosas palabras para describir la fidelidad de Dios: “No faltó ni una palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel. Todo se cumplió” (Jos. 21:45). Mientras más vivamos y lo sirvamos, más deberíamos testificar de su fidelidad. He sido pastor de la iglesia Adventista por más de veinte años, y en todo este tiempo, Dios nunca ha fallado en darme un mensaje para predicar. Es cuestión de horas o minutos, pero siempre

6 llega. Alguien dijo una vez: “Dios nunca llega tarde ni temprano. Él siempre llega a tiempo”. Al igual que Josué, ¡yo también puedo testificar que Dios es fiel al cumplir lo que ha prometido! Como líderes en nuestros hogares, iglesia, clubes y comunidades, deberíamos atesorar las promesas divinas, reclamarlas y esperar confiadamente que el Señor las cumpla en el tiempo oportuno. Sin embargo, tienen que estar atentos: Satanás siempre está procurando señalar nuestros errores, buscando la manera de hacernos desconfiar de las promesas de Dios. Él te dirá que alguien como tú no puede recibir las bendiciones del Señor. Pero, permítanme darles un versículo que me ha ayudado a desviar los dardos de incredulidad: 2 Corintios 1:20 dice: “porque todas las promesas de Dios son en él ‘sí’, y en él ‘Amén’, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”. En otras palabras, en Cristo hemos cumplido las condiciones de cada promesa dada por Dios. El Señor siempre dirá “si” para cumplirlas, no porque las merezcamos, sino por los méritos y la justicia de nuestro precioso Salvador, Cristo Jesús. Por lo tanto, en lugar de mirarnos a nosotros mismos, deberíamos contemplar a Cristo y armarnos con las seguras promesas del Dios Todopoderoso. 4. Los Líderes Piadosos son Seguidores Como Josué, los líderes piadosos siguen al Señor en amor y obediencia. Hace muchos años, un grupo de misioneros analizaban si debían o no iniciar un trabajo misionero en una lugar particular del país, considerado resistente y peligroso para los cristianos. Se dieron cuenta que un general retirado vivía cerca y decidieron consultarlo. “¿Qué deberíamos hacer?” preguntaron. El general levantó la vista de su lectura, sonrió y preguntó: ¿Qué instrucciones les dieron? A pocos líderes se les ha dado una orden más peligrosa que a Josué. En primer lugar, se le pidió dirigir a una nación que, históricamente, nunca trató bien a sus líderes (por ejemplo: José, Moisés, Dios). Ellos protestaron, se quejaron, desobedecieron e incluso, trataron de asesinar a uno de ellos (Números 14:10). En segundo lugar, Josué fue enviado a conquistar una tierra llena de gigantes y ciudades impredecibles. No es de extrañar que necesitara valor. El mandato dado a Josué es muy similar al mandato dado a su iglesia en los últimos días (tú y yo). A nosotros también nos ha sido encomendada la conquista de este mundo, no con una espada de hierro, sino con la espada del evangelio. En otras palabras, debemos predicar las buenas nuevas de Jesús “a toda nación, tribu, lengua y pueblo”, enseñándoles cómo convertirse en sus discípulos (Marcos 16:15; Mateo 28:19-20; Apocalipsis 14:6). Personalmente he descubierto que mientras más compartamos el amor de Dios y su gracia inmerecida, más gente empezará a experimentar la victoria

7 sobre el pecado. La Biblia lo confirma en Romanos 6:14: “El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia”. El mismo libro de la Biblia dice: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom 2:4). La gran comisión que Dios ha dado a la iglesia no es menos desafiante que la que fue encomendadada a Josué. El peligro es muy real y aumenta cada año. El día de hoy supe de dos Adventista del Séptimo Día que fueron tomados prisioneros y esperan ser enjuiciados en un país hostil al evangelio. Sí, a nuestro alrededor permanecen hoy los gigantes del paganismo, el ateísmo, el satanismo, el agnosticismo, el secularismo, el humanismo, el liberalismo, el tradicionalismo, el laodiceanismo y la lista no tiene fin. Pero, a diferencia de los misioneros mencionados anteriormente, no debemos tomar en cuenta nuestros temores, sino los mandamientos de Dios. El Señor está más que dispuesto a protegernos y abrir las puertas al evangelio, en lugares considerados inalcanzables por muchas personas. ¿Quién hubiera pensado que había una Rahab en Jericó? ¿O quién hubiera imaginado que la ciudad de Nínive se arrepentiría por la predicación de Jonás? Si hubiera recibido un dólar por cada definición que he oído acerca de lo que significa ser un discípulo sería, por lo menos, 100 dólares más rico. Frases tales como “seguidor efectivo de Jesús” o “uno que está cubierto por el polvo del maestro”, y la elaborada lista de definiciones continúa. Pero, ¿qué dice la Biblia? Jesús declaró que un verdadero discípulo es uno que obedece “todas las cosas que Él ha mandado” (Mat. 28:20). Pudiera no ser algo tan convencional, pero de acuerdo con Jesús, un verdadero discípulo y líder es uno que sigue a Jesús en completa obediencia a lo que Él ha enseñado. Elena G. de White lo presenta de la siguiente manera: “La obediencia – el servicio y el compromiso de amor – es la verdadera señal de discipulado” (Obreros Evangélicos, p. 226). Lo más valeroso que puede hacer un líder piadoso es seguir al Señor en obediciencia. En una época de compromiso “solo de nombre” o cristianismo a medias, un líder que obedece a Dios se destaca y en muchos casos, se convierte en el blanco de maltrato y hostilidad. No es de extrañar que Dios relacione el valor con la obediencia a su Ley, cuando le dice a Josué: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” (Jos. 1:7 R95).

8 En otras palabra, es necesario ser valiente para vivir en obediencia a Dios. Como líderes cristianos, no debemos caer en el hoyo del tradicionalismo (“derecha”) o del liberalismo (izquierda), sino que deberíamos caminar por la senda de rectitud y verdad, fundamentada en un “así dice el Señor”. Muchas personas me han preguntado: ¿Usted es conservador o liberal? Me gusta responder: “Ni lo uno ni lo otro; deseo ser bíblico”. Es importante recordar que Jesús no está necesariamente a nuestro lado. ¡Sí! ¡Escuchaste bien! Cuando Josué se encontró con Jesús, el Comandante de los ejércitos del Señor, le preguntó: “¿Eres de los nuestros o de nuestros adversarios? Es muy interesante leer en las Escrituras cómo respondió Jesús. El Señor dijo: “No, sino que he venido como Príncipe del ejército de Jehová.”(Jos 5:14 RV95). En otras palabras, Jesús está al lado de su Padre y por lo tanto, estará únicamente al lado de quienes siguen a Dios. Muchos se preguntan, ¿dónde están los milagros de Dios hoy? Algunos han construido una teología sobre la idea de que las cosas sobrenaturales no ocurren en esta época, y viven como si esto fuera cierto. Pero no es así. Jesús vive, tiene toda la autoridad y se preocupa profundamente por su pueblo. Los milagros ocurren tan solo cuando nuestros pies tocan el río Jordán. Recuerden, no fue sino hasta que los pies de los obedientes sacerdotes tocaron el río Jordán que el agua se dividió (Jos. 3.15). Por el contrario, es cuando avanzamos en obediencia el llamado de Dios que las cosas sobrenaturales suceden. Las montañas se convierten en montículos y los monstruos se transforman en pequeños ratones. Josué experimentó los siguientes milagros al seguir fielmente al Señor. ▪

El crecido río Jordán se dividió



Las imponentes murallas de Jericó cayeron al suelo



El sol y la luna milagrosamente se detuvieron



Canaán fue conquistada



¡Él fue transformado! Probablemente el milagro más grande en el libro de Josué tuvo que ver con lo ocurrido en la

vida misma de Josué. El mismo hombre que temblaba amedrentado cuando se le pidió liderar al pueblo de Israel, se convirtió en un motivador para otros. Observen como Josué se dirige a los israelitas en Josué 10:25: “No temáis, ni os atemoricéis - les dijo Josué - ; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová con todos los enemigos contra los cuales peleáis" (Jos 10:25 RV95).

9 5. Los Líderes Piadosos son jóvenes (a menudo) Uno de los asuntos que más me preocupa, no tiene que ver con la “iglesia emergente”, sino con la “iglesia que se sumerge”. Una iglesia que, como Jonás, ha sido llamada para compartir el evangelio en ciudades peligrosas de este mundo, pero, como Jonás, se sumerge en Jope, luego en la embarcación, luego en el vientre de la ballena y finalmente lo profundo del mar. Creo que esta generación de jóvenes debería dejar de sumergirse y empezar a emerger en las ciudades de este mundo con el mensaje de los tres ángeles. Claro que Josué estaba más avanzado en edad (quizás tenia 80 años), pero muchos de los líderes que lo acompañaban eran jóvenes. ¿Sabías que aquellos a quienes Dios les permitió conquistar la Tierra Prometida eran jóvenes? Tal vez recordarás que la generación que los precedió (sus padres y abuelos) había rehusado confiar en Dios, y dijeron que sería imposible conquistar Canaán. Por esta razón tuvieron que vagar por el desierto hasta morir (Josué 5:4, 5). En otras palabras, una generación de jóvenes permanecieron fieles en los días de Josué para terminar la obra. Si este no es un llamado claro a los jóvenes Adventistas del Séptimo Día alrededor del mundo para involucrarse en la conquista evangélica, entonces no sé qué es. ¿Alguna vez han notado en Salmos 127:4 que los jóvenes son descritos como “flechas en las manos del guerrero? En otras palabras, no fueron diseñadas para corroerse en la aljaba del arquero; fueron diseñadas para volar directamente y sin temor hacia el frente enemigo. Si me preguntaras: ¿cuál es la clave del éxito para un líder juvenil? Mi respuesta sería que no depende de la cantidad de flechas que tienes en la aljaba de tus programas, eventos y servicios, sino cuántos de ustedes están preparados para ir a los campos a acabar con el reino de las tinieblas y edificar el reino de Dios. Piensen en lo siguiente: cuando Jesús regrese por segunda vez a esta tierra, ¿les gustaría que Dios encuentre su aljaba llena de flechas o completamente vacía? Un autor lo describe de la siguiente manera: “No es tu habilidad de conseguir flechas sino tu destreza para lanzarlas” la que te convierte en un Líder Juvenil, un Director de Conquistadores, un Maestro de Escuela Sabática, un educador, un coordinador de jóvenes o un padre eficiente. Necesitamos catapultar a nuestros jóvenes al mundo con iniciativas y proyectos como: Misión Caleb, el Movimiento de 1,000 Misioneros, Un Año en Misión-OYIM. Personalmente creo que la ventana 10/40 debe convertirse en nuestro objetivo como iglesia, siendo que la mayoría de la población mundial vive en aquella parte del mundo en la que nunca han oído hablar del evangelio. Además es necesario reconsiderar el mensaje del Señor Jesús en Mateo 24:14 en el que prometió que regresaría al mundo solo después de haber predicado el

10 evangelio al mundo entero. Por lo tanto, no debemos perder de vista a nuestra comunidad, la Ventana 10/40 y la segunda venida de Jesús. 6. Los Líderes tendrán Éxito Alguien dijo con gran acierto, “He leído el final de la Biblia y me he dado cuenta que obtuvimos la victoria”. Pero no necesitamos esperar hasta la segunda venida de Jesús para experimentar el éxito en nuestro ministerio. Si vamos donde Dios nos envíe, servimos en la forma que deberíamos hacerlo, experimentaremos el éxito, incluso en aquellos lugares que están cerrados a lo espiritual. Uno de mis pasajes favoritos en el libro de Josué es el capítulo 23 versículo 10, que dice: “Un hombre de vosotros perseguirá a mil, porque Jehová vuestro Dios, es quien pelea por vosotros, como Él os dijo”. El pastor Mark Finley cuenta la apasionante historia de una mujer que viajaba por un país conocido por su resistencia a la religión. Ella llevaba una caja con 50 libros “El Conflicto de los Siglos” cuando tuvo que detener su vehículo por un embotellamiento en la carretera. Era muy incómodo tener que bajar del vehículo y hablar con personas desconocidas. Un joven se dio cuenta que ella aprovechaba el tiempo mientras leía el folleto de Escuela Sabática; entonces se acercó y le preguntó qué estaba leyendo. La señora comenzó a hablarle acerca de la segunda venida de Jesús y de los eventos del fin. El joven se mostró muy interesado, por o que la señora le ofreció un ejemplar de “El Conflicto de los Siglos” antes que el regresara a su vehículo. Unos minutos más tarde la esposa de aquel hombre vino y le pidió una copia del libro. La mujer le dio otro ejemplar y empezaron a hablar acerca de la segunda venida de Jesús. Muy pronto, otras personas que estaban en el congestionamiento, comenzaron a reunirse para escuchar la conversación. Allí, pudo ella compartir el evangelio y el tema de los enventos del fin con toda esa gente. Cuando regresaron a sus vehículos, ellos se llevaron más libros. De repente, vieron un helicóptero sobrevolando que aterrizó en un lugar cercano. El piloto corrió hasta donde ella estaba y le preguntó qué era lo que estaba ocurriendo. El había observado en el radar un grupo numeroso de personas reuniéndose en un sitio. Así que también a él le habló acerca de Jesús y su pronto regreso, obsequiándole un ejemplar de “El Conflicto de los Siglos”. Antes de que el piloto regresara al helicóptero, la hermana le preguntó si podía darle otros dos ejemplares para los miembros de su tripulación. Muchas personas pudieran decir que es imposible alcanzar ciertas comunidades en ciertos lugares; pero Jesús dijo: “A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mat. 9:37-38 RV95).

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7. Los Líderes espirituales exaltan a Jesús No es una coincidencia que el libro de Josué esté lleno de referencias de Cristo. Estas referencias apuntan a Jesús y su obra como nuestro Redentor. Cuando las leemos, debemos recordar que nuestra responsabilidad como líderes espirituales consiste en guiar a otros a Jesús y enseñarles como ser sus discípulos. Veamos algunos indicadores que podemos encontrar en el libro de Josué: 1. Indicador número uno: ¡Josué! De hecho, el nombre Josué es el equivalente hebreo del nombre griego “Jesús”. Y como Josué, Jesús guía a su pueblo a la tierra prometida y les otorga el descanso de sus enemigos. 2. Indicador número dos: El cordón rojo que Rahab colgó en su ventana (Jos.2:18) nos recuerda que la sangre escarlata de Jesús nos proporciona salvación, cuando depositamos nuestra confianza en Él. 3. Indicador número tres: de acuerdo con Elena de White, el “Comandante de los ejércitos del Señor” que se le apareció a Josué camino a Jericó era Jesús (Patriarcas y Profetas, p. 487, 488). 4. Indicador número cuatro: las “ciudades de refugio” eran lugares a los que las personas que habían sido falsamente acusadas de asesinato, podían huir para hallar seguridad. Jesús es nuestra ciudad de refugio y podemos correr a Él aunque seamos culpables. En Él encontraremos perdón y libertad. 5. Indicador número cinco: El cuerno de carnero es definitivamente un símbolo de la cruz de Cristo. Para tener un cuerno de carnero, el carnero debeía morir. Jesús es el “Cordero inmolado desde la fundación del mundo”. Es interesante observar que por el sonido del cuerno de carnero, los muros de Jericó fueron derribados. Si queremos alcanzar con éxito las ciudades del mundo y ver como los muros de resistencia satánica son derribados, debemos proclamar a toda voz “la muerte del Señor hasta su venida”. ¡Allí las tienen! ¡Siete características que debe tener un líder espiritual! Al estudiar la vida de grandes hombres y mujeres como Josué, y en la medida en que procuren diariamente la sabiduría y el poder divinos, podrán ser reconocidos como líderes piadosos. Llamado Querido joven, ¡Dios está llamándote para ser líder como Josué! A lo mejor puedes pensar de ti mismo: “¡De ninguna manera! No soy un líder”. Sin embargo, ¿no te das cuenta que esta fue

12 exactamente la forma en que reaccionaron la mayoría de los líderes de la Biblia? Moisés, Salomón, Isaías, Jeremías, Pedro y, por supuesto, Josué. Piensa bien. En cierto sentido, somos líderes de diversas maneras. ¡Así es! Te guste o no, tienes personas que te siguen. No me refiero a los seguidores que tienes en Facebook, Snapchat, Instagram, Twitter, etc. Cada día eres observado por hermanos, niños, colegas, empleados, educadores, familiares, creyentes, no creyentes e incluso, personas que no conoces. Por tal razón, en el nombre del Señor te invito a aceptar el elevado llamado que el Señor que te hace para ser un líder, utilizando las mismas palabras que el Señor dijo a Josué, hace varios siglos: “Como estuve con Moisés, Yo estaré contigo, nunca te desamparé”. Por esta razón, ahora mismo, te desafío a ponerte de pie y aceptar el elevado llamado divino para ser un líder piadoso. Y nunca olvides que… Los líderes piadosos también sienten temor Los líderes piadosos tienen necesidades Lod líderes piadosos están preparados Los líderes piadosos son seguidores ( a menudo) Los líderes piadosos tendrán éxito Los líderes piadosos exaltarán a Jesús Preguntas de discusión: 1. Josué, juntamente con Caleb, fueron los únicos dos espías que entregaron un reporte favorable (véase Números 14:6-8). Teniendo fe en Dios podremos ver más allá de lo que es obvio. ¿Qué tan importante son las opiniones de los demás para ti? ¿Eres una personas que sigue la multitud, o puedes analizar las situaciones y tomar decisiones independientemente de otros? 2. Cuando llegues a casa lee la historia de la caída de los muros de Jericó en Josué 5 y 6. Por qué crees que crees que Josué se mantuvo de parte de lo correcto, aunque lo que Dios le había dicho parecía absurdo? 3. El autor de este sermon tenía 16 años de edad cuando escuchó el llamado divino para ser un pastor. ¿Sabes como identificar el llamado de Dios cuando te habla? Ora al Señor y pídele que tu corazón y tu mente se abran a su llamado. Pídele que te conceda el poder de discernimiento.

13 4. A lo largo de la historia de Josué, la Biblia está diciendo constantemente, “Dios habló a Josué”. Esta clase de relación proviene de la obediencia. ¿Qué tan fácil o difícil es para ti obeceder a Dios el 100 % del tiempo? El Dr. Gilbert Cangy sirvió como Director de Ministerios Juveniles de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde el año 2010 hasta el año 2016. En la actualidad se desempeña como administrador de servicios pastorales del Sanatorio y Compañía de Bienestar de la División Pacífico

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14 DÍA 2 EL JOVEN SAMUEL. . . UN LÍDER ÚNICO En el mundo de los deportes por equipos, la pregunta que se hace con frecuencia es, ¿puede una persona hacer la diferencia en el marcador final? Si bien es cierto que el resultado de un juego generalmente depende de la actuación de todo el equipo, también es cierto que algunos súper jugadores han sido los responsables de guiar a sus equipos o a su país a obtener la victoria final. Nombres como Pelé, Franz Beckenbauer, Michael Jordan, Kobe Bryant, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar da Silva son sólo una parte de esta lista. Lo mismo se aplica a la política cuando se trata de hacer una diferencia en el destino de una nación; podemos pensar en algunos personajes como Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Martin Luther King y Nelson Mandela. De la misma forma, cuando das una mirada a la historia del pueblo de Dios en las Sagradas Escrituras, te encuentras cara a cara con algunos líderes que sobresalieron defendiendo la causa del Señor. Sin embargo, existe una discrepancia. En el mundo de los deportes o la política, debes ser un líder con habilidades extraordinarias para hacer la diferencia; pero es interesante que Dios se deleita en utilizar hombres y mujeres diferentes a este patrón, personas comunes que nunca pensaríamos que podrían lograr algo. Dios anda buscando un líder que pueda dar origen a una nación que será tan numerosa como la arena de la orilla del mar; si nos correspondiera a nosotros hacerlo, eligiríamos a un joven en la flor de su juventud; pero Dios elige a un hombre de edad avanzada. Dios busca un líder que pueda hacer frente a un gigante que aterroriza a la nación de Israel; todos los guerreros experimentados, al igual que el rey, se esconden. Pero Dios llama a un muchacho que no tiene la edad para ser un soldado, sin embargo el joven pastor tiene la disposición de salir con su honda y algunas piedras en defensa de su pueblo. Después de la resurrección, Dios busca a un grupo de líderes para confiarles el mensaje que determinará el destino de la humanidad; entonces forma un equipo de hombres ordinarios, la mayoría de ellos sin educación formal (Hech. 4:13). Dios busca a un líder para predicar el mensaje evangélico a los gentiles. Entonces eligió al archienemigo de los cristianos, quien apresó a Esteban, primer mártir del cristianismo, y lo ejecutó brutalmente, para luego lanzar una campaña para destruir la naciente iglesia cristiana. Camino a

15 Damasco, el Señor apareció de manera extraordinaria a Saulo y transformó su vida; Saulo el asesino, se convirtió así en Pablo el evangelista. Si piensas que estas muy viejo, recuerda a Abraham; Si piensas que eres muy joven, recuerda a David; Si piensas que no tienes suficientes talentos, considera a los primeros discípulos; Si piensas que no tienes valor, recuerda al apóstol Pablo. El Dios que se goza en utilizar personas fuera de lo común, te ha elegido hoy. El Señor estaría encantado en usarte y marcar una diferencia contigo. El te dice: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2Cor. 12:9 RV95). Enfoquemos nuestra atención en uno de los líderes más peculiares que encontramos en las Sagradas Escrituras, quien dio un paso al frente para hacer una diferencia en medio de las más difíciles circunstancias. CONSIDERA A SAMUEL. Por favor, abran conmigo las Sagradas Escrituras y examinemos cuidadosamente 1 Samuel 3:1-10. 1 Samuel 3:1 - “El joven Samuel servía a Jehová en presencia de Elí (1Sam. 3:1 RV95). Observa que las Escrituras dicen “el joven Samuel”, no tan solo Samuel. De hecho, hasta es punto esencial de la historia, cada vez que se refiere a él, lo llama “joven”. a. 1 Samuel 2:11 - “el joven ministraba” b. 1 Samuel 2:18 - “el joven usaba un efod de lino” c. 1 Samuel 2:21 - “el joven Samuel crecía” d. 1 Samuel 2:26 - “y el joven Samuel” La repetición es una herramienta literaria, que se emplea con el propósito de enfatizar. El autor está enfocando nuestra atención en la juventud de Samuel. El es tan solo un jovencito, que está creciendo y sirviendo en un mundo de adultos. Es un jovencito frágil que vive lejos de sus padres, alguien insignificante. CIRCUNSTANCIAS Luego se presentan las circunstancias en las cuales este “jovencito” estaba adquiriendo sus habilidades de liderazgo: 1 Samuel 1:1 - “En aquellos días la palabra del Señor era escasa y no eran frecuentes las visiones”. Noten que las Escrituras no dicen que no había servicio en el templo, o no había sacerdotes, o sacrificios ni actividades relacionadas con el servicio del templo; pareciera que las funciones diarias

16 asociadas con el servicio del templo estuvieran en progreso, como de costumbre, pero con una gran diferencia: “la palabra del Señor escaseaba”. Dios nos se revelaba al pueblo, estaba casi ausente; se había ido en silencio. La Biblia afirma: “Porque no hará nada Jehová, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (Am. 3:7 RV95). Y “donde no hay visión, el pueblo perece” (Prov. 29:18). El niño Samuel había sido preparado para un liderazgo espiritual, pero el instructor principal, Dios mismo, a duras penas estaba allí. Este relato nos presente una realidad aleccionadora: Es posible hacer una iglesia sin Dios. Hay una verdad subrayada aquí: es posible hacer una iglesia sin Dios. Es posible seguir los procedimientos de la religión en ausencia de Dios, ya sea corporativa o individualmente. Es posible tener una apariencia de piedad, mientras se niega su eficacia (2 Tim. 3:5). El hecho de que Dios escogiera permanecer alejado de su pueblo era muy extraño. Es realmente inusual que Dios quiera distanciarse de su pueblo. Dios es amor y el amor significa estar junto a quien se quiere, porque el amor no tolera la separación o la distancia. La historia de la Biblia es la historia de un Dios que está intensamente enamorado de sus criaturas y, a lo largo de la historia, ha dado pasos decisivos para acercarse a nosotros, hasta que finalmente podamos estar juntos para siempre. 1. Cuando nuestros primeros padres pecaron, Dios salió en su búsqueda, preguntando: ¿Dónde estás? (Gén. 3:9). 2. Cuando Israel iba camino a la Tierra Prometida, Dios le mandó a Moisés que el pueblo construyera un Santuario, porque su deseo era “habitar en medio de ellos” (Éxo. 25:8). 3. Llegado el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo al mundo, y fue llamado Emanuel, que significa “Dios con nosotros” (Mat. 1:23). 4. Uno de las imágenes preferidas de Dios la econtramos en las parábolas de la moneda perdida, la oveja perdida y el hijo pródigo, en la que el Señor no deja de buscar hasta que encuentra lo que estaba perdido (Luc. 15). 5. El propósito y deseo de Dios es vivir con nosotros para siempre (Jn. 14:1-3; Apoc. 21:1-4). Es probable que algunos de los presentes hayan vivido su propia “historia de amor”, en la que anhelaban estar con el ser amado. Pero, la pregunta sigue siendo: ¿por qué un Dios que desborda de amor por nosotros, que anhela estar siempre a nuestro lado, estaba alejado de su pueblo en los días de Samuel? ¿Por qué escaseaba la palabra del Señor? La persistencia en la desobediencia desafiante a Dios, reduce su voz a silencio.

17 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oir; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro para no oíros” (Isa. 59:1, 2). No nos referimos a errores que cometemos en nuestro caminar con Dios; no es el plan de Dios que tropecemos y caigamos, pero si caemos y confesamos nuestros pecados, Él está listo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Jn. 1:9). Mas bien, me refiero a la rebelión persistente y deliberada delante de Dios. Consideren las acciones de los hijos de Elí, sacerdotes y mentores del joven Samuel. A. 1 Samuel 2:12, 17 12: “Los hijos de Elí eran hombres impíos, que no tenían conocimiento de Jehová”. 17: “Así pues, el pecado de estos ayudantes era muy grande ante Jehová, porque menospreciaban las ofrendas de Jehová”. Dediquen tiempo a leer los versículos 12 al 17 y comprenderán cómo estos hombres ofendían a Dios, convirtiendo lo santo en algo despreciable. B. 1 Samuel 2:22 “Elí era muy viejo, y oía todo lo que sus hijos hacían a todo Israel y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del Tabernáculo de reunión”. No sólo habían elegido vivir una vida inmoral, sino que habían introducido elementos paganos en el culto al Dios del cielo, tales como la prostitución sagrada. Esta costumbre ofendía a Dios. La presencia del Señor se había ido retirado gradualmente. Escaseaba su palabra. Estas fueron las circunstancias en las cuales el “joven” Samuel ministraba delante del Señor. ¿Se mantedría fiel o abandonaría sus principios? ¿Dejaría la iglesia cuando tuviera más edad? ¿Seguiría el ejemplo de los hijos de Elí, sus mentores? ¿Cómo se mantendría sin enfrentar el desánimo? ¿Cómo podría un líder emerger de circunstancias tan terribles? En muchas partes del mundo la palabra “separación” es probabalmente la más comúnmente usada con relación a los jóvenes de la iglesia en estos tiempos. Oímos de jóvenes que abandonan la iglesia en proporciones enormes, y esta situación preocupante está en la agenda de la mayoría de los líderes de la iglesia, en sus diferentes niveles.

18 Uno de las razones más por las que los jóvenes se separan de la iglesia es precisamente la disonancia entre lo que se enseña y lo que se practica, entre lo que decimos y lo que hacemos. Los jóvenes esperan ser inspirados por la autenticidad e integridad, el amor y la compasión. Sin embargo, a menudo estas virtudes fundamentales en la vida cristiana, son muy pobres. Esta era la situación en los día del joven Samuel. ¿Cómo responderemos? Sigue de cerca al joven Samuel surgiendo como líder; presta atención a los detalles. 1 Samuel 3:2. “Un día, estaba Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver”. Presta cuidadosa atención a las palabras seleccionadas: “un día”, “sus ojos comenzaban a oscurecerse”, “no podía ver”; esta es la escena de una oscuridad en aumento. Elí es el líder espiritual y su luz está disminuyendo considerablemente, casi extinguiéndose. ¿Qué está haciendo Elí en este momento tan determinante? Esta durmiendo en su lugar predilecto. Parece haber desistido; se ha acostumbrado a lo que sucede a su alrededor como algo normal. ENTONCES, en contraste, somos introducidos en una escena de esperanza, dividida en dos partes, que de paso, se convierte en el punto determinante de la historia. 1 Samuel 3:3 “Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde se encontraba el Arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuera apagada”. 1. Antes que la lámpara de Dios fuera apagada La lámpara de Dios estaba apocada, pero aún no se había apagado. Esta lámpara era la luz perpetua que representaba la presencia de Dios, al lado del arca; esta lámpara nunca debía apagarse (Lev. 24:1-4). Debía mantenerse ardiendo continuamente: “desde la tarde hasta la mañana, ardía continuamente”; era una “orden perpetua”. A pesar de esta situación, se corría el riesgo que la lámpara apagara, porque Dios estaba considerando retirarse definitivamente de entre su pueblo. Sin embargo, aún había esperanza, porque el Señor no se había apartado de manera definitiva; aún es el tiempo de Dios, tiempo de la paciencia y misericordia divinas. 2. Samuel dormía en el templo del Señor, cerca del arca de Dios. Elí duerme en el lugar de costumbre. No se describe el lugar, porque este era su lugar de costumbre, un lugar conocido. En otras palabras, Elí estaba haciendo algo que tenía como

19 una costumbre. Por el contrario, el escritor describe con lujo de detalles el sitio donde el “joven Samuel” dormía. Samuel dormía “en el templo, donde estaba el arca de Dios” (1 Sam. 3:3). Este era el sitio en el que Dios se encontraba con el Sumo Sacerdote y trasmitía las instrucciones para su pueblo. “Allí me manifestaré a ti, y hablaré contigo desde encima del propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el Arca del testimonio, todo lo que yo te mande para los hijos de Israel” (Éxo. 25:22). Este no era un dormitorio; ni Samuel era Sumo Sacerdote; él era tan solo un joven. ¿Por qué no tenía un dormitorio común y corriente como todos los demás? Samuel estaba durmiendo después de un arduo día de labores. Después de todo, merecía un buen descanso. ¿Por qué estaba durmiendo cerca del arca del testimonio? Esta era una época en la que la Palabra de Dios escaseaba, cuando no había muchas visiones. El arca era el lugar para la manifestación divina. Samuel debió haber pensado que si Dios iba a hablar nuevamente, si el Señor iba a romper el silencio, entonces él debía estar cerca del arca, y este era en realidad el lugar donde Samuel deseaba estar. Samuel estaba tan desesperado por escuchar la voz de Dios, que fue donde estaba el arca para tener un encuentro con Dios. Samuel rehusó cruzarse de brazos en función de una vida de impiedad, monotonía, falta de sentido y religiosidad inerte. ¡NO DESISTIÓ! Simplemente rechazó tal estado de inercia. Este es el secreto de un liderazgo genuino; consiste en no desistir, sino rechazar el estado de quietud (status quo); significa mirar a Dios y entregarle a Él tus sueños, esperanzas y anhelos de un mejor futuro. ¿Cómo supo Samuel que las cosas podían ser distintas? Simplemente porque su madre Ana le había contado la historia de su concepción y nacimiento. Ana era estéril, no podía dar a luz hijos. Ella vino al templo en una oportunidad y derramó su corazón ante el Señor, prometiéndole que si le concedía un hijo, ella lo dedicaría al servicio de Dios. Su oración fue escuchada, y en respuesta se le permitió dar a luz a Samuel. El niño creció con la certeza que Dios es real, Él escucha y responde, revela y guía... Pero aquel Dios se había apartado en silencio. Samuel sabía que las cosas podían cambiar; él deseaba un encuentro con el Señor, por lo que se acostó en el Santuario pensando que, si el Señor le hablaba, sería estando cerca del arca, por eso dijo para él, “si Él habla, yo quiero estar allí”.

20 Otro secreto del liderazgo genuino: tus conceptos religiosos no deben basarse en las apariencias o en los errores de otros. No tienes que hacerte una imagen de Dios o la iglesia simplemente por lo que ves a tu alrededor. Actuar de esta manera, puede darte la impresión equivocada. Samuel tuvo una percepción más acertada de su entorno por lo que le contó Ana, su madre. Tú también puedes tener una mejor comprensión de tu entorno por medio de la Palabra de Dios. Considera por un momento la imagen que que nos da el libro de Hechos, en el capítulo 2:4247 acerca de la iglesia primitiva, la iglesia que surgió del derramamiento del Espíritu de Dios en el Pentecostés. No debes conformarte con menos. No debes conformarte con la mediocridad. Y cuando tengas la percepción correcta de Dios, honrando a la iglesia en la que Dios mora, permítele al Espíritu Santo crear el deseo en ti de ver a la iglesia en su verdadera realidad. El resto de la historia de Samuel proviene directamente de su disposición de buscar a Dios y su propósito de buscar lo real: este era, el fundamento de su liderazgo, llamado y estilo de vida. 1 Samuel 3:4 “Jehová llamó a Samuel. Este respondió: Heme aquí". Esto era lo que el Señor estaba esperando, alguien que quisiera tener un encuentro con Él, alguien que tuviera la disposición de escuchar su voz. El Dios que tiene el control de los asuntos del universo, es el Dios Todopoderoso que te conoce por nombre y está esperando para hablarte y usarte como un instrumento para hacer que la iglesia sea relevante en una cultura que cambia rápidamente. Podemos concluir que quien dice la bendición es realmente bendecido; pero, creo necesario advertirte a cerca de las posibles implicaciones de escuchar la voz de Dios. Lee 1 Samuel 3:5-7 Samuel escucha la voz de Dios, pero piensa que es Elí quien lo está llamando, porque hasta ese momento, Samuel no tenía idea de cómo era la voz de Dios; nunca la había escuchado antes. Él escucha la voz del Señor en dos oportunidades y en ambas ocasiones corre donde está Elí, pensando que es él quien lo llama. El anciano lo envía de nuevo a dormir. El Señor rompe el silencio; se revela a Samuel de una manera nueva, fresca e inesperada. Entonces corre de nuevo a donde el Sumo Sacerdote en busca de consejo, pero Elí lo envía de

21 nuevo a dormir. Quizás pensaba que él era el único que podía escuchar a Dios y no comprendía que el Señor se estaba manifestando a un joven, a un muchacho. Inclusive en nuestros días, muchos jóvenes son enviados de nuevo a la cama cuando Dios desea revelárseles en nuevas formas, formas que muchos líderes no aceptan; son a menudo mal interpretados. Estos jóvenes creen en el mismo mensaje, pero lo presentan con un envoltorio cultural relevante, que otros no entienden, por lo que son enviados nuevamente a dormir (hablando en sentido figurado). Pero me encanta la insistencia de Dios y la de los jóvenes. 1 Samuel 3:8, 9 “Jehová, pues, llamó por tercera vez a Samuel. Y él se levantó, vino ante Elí, y le dijo: -Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven, y le dijo: Ve y acuéstate; y si te llama, di: ‘Habla, Jehová, que tu siervo escucha’. Así se fue Samuel y se acostó en su lugar.” ¡El resto de la historia es fascinante! 1 Samuel 3:10 “Vino Jehová, se paró y llamó como las otras veces: -¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: -Habla, que tu siervo escucha”. Es sorprendente que el Señor, el Creador de los cielos y la tierra, no solamente habla. Él vino y se paró al lado del jovencito; Él engrandeció al joven Samuel con su santa presencia, independientemente de que las demás personas pudieran pensar que un jovencito no estaba preparado para escuchar la voz de Dios. A partir de esta experiencia, la Biblia no vuelve a referirse a Samuel como un jovencito. El llamado a Samuel como líder siervo, concluye con estas palabras: 1 Samuel 3:21 “Y Jehová volvió a aparecer en Silo, porque en Silo se manifestaba a Samuel la palabra de Jehová. Samuel hablaba a todo Israel”(1 Sam. 3:21). La historia comienza describiendo la salida del Señor de Silo, y concluye describiendo como Dios reestablece nuevamente su hogar en Silo. Inicia indicando que la Palabra del Señor era escasa, y termina diciendo que Dios restauró la revelación profética. Este fue un nuevo día para la nación. El joven Samuel se convirtió en el nuevo líder, un líder inesperado. El se negó a aceptar el “status quo”, no se rindió, asumió su visión, la visión de un futuro deseable,

22 visión que surgió de la historia de un nacimiento milagroso y colocó esta visión en manos de Dios. Confió en el Señor para que esta se cumpliera, y Dios lo honró, porque Él siempre es fiel. Dios te ha llamado para ser un líder y te ha bendecido dándote al menos un don espiritual, como fundamento de tu liderazgo. El Señor se deleitaría en usar un líder poco convencional como tú para hacer una gran diferencia en su reino.

En la sesión de la Conferencia General del año 2005 efectuada en San Luis, Missouri, la Dra. Ella Simmons obtuvo la distinción de ser la primera mujer en servir como vicepresidenta de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial.

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23 DÍA 3 DÉBORA: LA VALIENTE PROFETISA Introducción y Antecedentes Gran parte de la letra de las canciones modernas disminuye a las mujeres en la peor de las formas. Sin embargo, hay un poema en la Biblia que eleva a la mujer a lo más alto. Se encuentra en Proverbios 31 y contiene la pregunta: "Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?" Esto podría llevarte a pensar que es otro verso despectivo. Pero sigue leyendo y encontrarás algo maravilloso. La exalta con cantos, refiriéndose a su espiritualidad, inteligencia, lealtad, diligencia, modestia, valor y piedad. Declara que es más valiosa que las piedras preciosas. Es una mujer resuelta, que ha adoptado buenos principios y es firme y constante en ellos. No se atemoriza por los desafíos de sus deberes. Se dice que es una ayuda idónea para su esposo. Esto es lo que significa una mujer virtuosa, en otras palabras, una mujer de poder, riqueza, estatus. Sin embargo, el relato sugiere que las mujeres buenas son escasas y que muchas que parecen ser buenas, demuestran lo contrario.1 Sin embargo, hubo un ejemplo brillante de femineidad mucho antes de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas le recordaran al mundo que "la igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino el fundamento necesario para un mundo pacífico, próspero y sostenible".2 Antes que le fuera conferido el valor y reconocimiento a las mujeres, un poco mas allá de la equivocación de Eva, antes que existieran modelos de referencia, hubo una mujer a quien Dios capacitó y llamó para guiar a su pueblo. Poco se sabe de sus primeros años de vida, sus padres o linaje, y cómo fue criada. No sabemos cómo fue educada y cómo se desarrollaron sus dones y talentos. No sabemos la edad a la que Dios la llamó. Pero podríamos inferir que era una mujer joven cuando Dios la llamó, porque las Sagradas Escrituras dicen después de la derrota de Israel a los cananeos “la tierra descansó durante cuarenta años".3 Los historiadores judíos nos dicen que "durante cuarenta felices años los judíos

1

Henry, M. (1994). Matthew Henry’s commentary on the whole Bible: complete and unabridged in one volume (p. 1026). Peabody: Hendrickson. 2

United Nations, 2016, Sustainable Development Goals: 17 Goals to Transform Our World, un.org.

3

Los textos citados corresponden a la versión Reina Valera de 1995, (Jueces 5:31).

24 vivieron en paz bajo la sabia custodia de Débora y Barac".4 ¿Le fue conferido a Débora el don profético al momento de nacer o fue dotada con este don en un periodo posterior de su vida? La mayoría coincide en que esta extraordinaria mujer fue esposa, madre, líder política, guerrera, comandante en jefe de la fuerza militar del país, poeta, cantante, profetisa y consejera suprema de su nación bajo la dirección de Dios. Su nombre significa "abeja o abeja que fabrica miel", una etiqueta muy apropiada que contrasta con su combinación de diversos rasgos: inteligencia, valor, gracia, tenacidad, fidelidad, fuerza, humildad, asertividad, etc. Lo más importante es que ella estaba totalmente comprometida con Dios y su servicio. Las Sagradas Escrituras y los historiadores la conocen como Débora, quien juzgó a Israel y condujo al ejército israelita a la victoria sobre los cananeos. Algunos especulan que su nombre se le dio en función de otra Débora, quien fue la nodriza de Rebeca, que para ese momento, ya había muerto, pero aún era muy admirada por su lealtad y sus dones para ayudar a otros. "Su vida es una maravillosa ilustración del poder que tiene la femineidad para influir sobre la sociedad para lo bueno".5 Ella era una mujer excepcional para su época y también para la nuestra. Probablemente esta se la razón por la que la Biblia contiene dos relatos de su historia. El primero, en el capítulo cuatro del libro de Jueces que cuenta su historia en forma narrativa, luego el capítulo cinco proporciona una versión poética a manera de letras de cantos. Demos un vistazo a su historia, por lo menos a una parte. Historia Bíblica: Jueces 4:4-8 “4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot, 5 la cual acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como la palmera de Débora), entre Ramá y Bet-el, en los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia.

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Un día,

Débora envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: -- ¿No te ha mandado Jehová, Dios de Israel, diciendo: "Ve, junta a tu gente en el monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. 7 Yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo Cisón, a

4

Nissan Mindel, The Prophetess Deborah, (2654-2694), Published and copyrighted by Kehot Publication Society, Brooklyn, NY. 5 John L. Kachelman, Jr., 1999, Bible Topics in the Christian Library, Personalities of The Old Testament, Deborah – Israel’s Holy Lady, Judges 4, 5.

25 Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos"?

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Barac le respondió: - Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré.” (Jue. 4:4-8 RV95) Débora, Juez sobre Israel Débora fue el cuarto juez de Israel antes que se eligiera un rey. Ella fue la jueza designada durante un tiempo en que Israel había sido oprimido, de hecho esclavizado, por el rey Jabín de Canaán durante 20 años (Jueces 4: 2-3). Es la única jueza en este libro que se describe decidiendo casos judiciales.6 Sin embargo, aquí el término "juez" tiene un significado más amplio que el de una función judicial; significa "jefe". Su posición era equivalente a una combinación entre profeta, primer ministro o presidente, y juez de la corte suprema; todo en una sola mujer. Seguramente, Débora era una mujer fuerte, y su fuerza provenía de su sabiduría y gracia, y del temor de Dios. El lenguaje que describe su fortaleza es el mismo usado en Éxodo 18:21, al describir el carácter de buenos jueces (jefes del pueblo): capacitados, calificados, veraces, temerosos de Dios. Ella es una mujer que ejerce control sobre su propio espíritu y sabe cómo influir en los demás. El Comentario Bíblico Adventista indica que ella juzgó al pueblo como profetisa, corrigiendo los abusos y rectificando los agravios en Israel.7 Las responsabilidades de Débora fueron extremadamente desafiantes durante el momento más difícil para Israel, pero, habiendo depositado su confianza en Dios y por la gracia divina, ella estuvo a la altura de las circunstancias. Una fuente dice: La gente estaba abatida y atemorizada, porque su espíritu estaba quebrantado y su esperanza de liberación se había desvanecido. Pero Débora hizo más que profetizar; ella despertó a la nación de su letargo y desesperación. La suya fue una devoción intrépida y voluntaria para la emancipación del pueblo de Dios; despertó en ellos la determinación de liberarse de su miserable esclavitud y degradación. Su invitación y exhortación fue buscar la ayuda del Señor contra el enemigo. Día tras día, animaba a los que se reunían para escuchar sus palabras de sabiduría divina con la seguridad de

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Press.

Dybdahl, J. L. (Ed.). (2010). Andrews Study Bible Notes (p. 301). Berrien Springs, MI: Andrews University

7 Nichol, F. D. (Ed.). (1976). The Seventh-day Adventist Bible Commentary (Vol. 2, p. 330). Review and Herald Publishing Association.

26 la liberación del enemigo, si tan solo lograban liberarse de su falta de sentido común y temor y salían a luchar.8 ¿Puedes ver esta imagen? Observa quién es ella y cómo ejerce su autoridad. Sentada a la sombra de la palmera de Débora (llamada así por el "árbol de luto", bajo el cual estaba enterrada la nodriza de Raquel, Débora [Génesis 35: 8]).9 Su tribunal se encuentra en las colinas cálidas, áridas y soleadas de Efraín, entre Ramá y Betel. Los vientos cálidos soplan, tanto los vientos estacionales como los vientos de contienda. Es paciente y sabia, saludándo a cada uno de ellos con una sonrisa maternal, mientras que en lo más profundo de su corazón está llena de preocupación. Muchos creen que Débora nunca dio a luz, pero se convirtió en una madre para el pueblo de Israel, un tipo de maternidad espiritual. En cualquiera de los casos, está calificada para actuar como una madre. Su pueblo viene a ella, buscado su dirección como una madre amorosa y firme juez que provee consejo, para resolver sus disputas o para ser juzgados por su maldad. Ellos saben que ella es justa y correcta en sus juicios, porque su sabiduría proviene del Señor, por lo tanto, se someten a su dirección. Desde su perspectiva, natural y profética, Débora discierne los problemas que afectan a Israel. Estos son más que las pequeñas disputas diarias sobre los linderos de propiedad, el precio de los granos o deudas no liquidadas. Ella puede percibir con una mirada realista y con visión espiritual, que las condiciones políticas de su pueblo están empeorando. Su pueblo, está en problemas. Se extraviaron del camino espiritual y como resultado, cayeron presa de los enemigos de la nación. En el valle, bandas armadas de cananeos están hostigando a los campesinos israelitas. Las caravanas de viajeros ahora están evitando esta región. Están demasiado atemorizados para tomar las vías principales de la zona. Esta es una tragedia, ya que el comercio con los viajeros es indispensable para el pueblo de Débora. Peor aún, es un momento de caos, un momento que demanda un liderazgo fortalecido. En respuesta al llamado de Dios para ejercer un liderazgo que resista y elimine estas devastadoras amenazas, Débora ocupa un lugar extraordinario en la historia bíblica. Ella se convirtió en una líder militar femenina. 10

8 Herbert Lockyer, All the Men of the Bible/All the Women of the Bible Compilation, 2005, Grand Rapids, MI: Harper Collins Christian Pub. 9

Nichol, F. D. (Ed.). (1976). The Seventh-day Adventist Bible Commentary (Vol. 2, p. 330). Review and Herald Publishing Association. 10 Curry, Andrew. (2008) US News January 25, As a Military Leader, Deborah is a Rare Biblical Character, Facing down '900 chariots of iron'.

27 Algunos suelen decir que la vida para las mujeres debe estar orientada en prestar un servicio a la familia y que el liderazgo está reservado solo para los hombres. Sin embargo, la Biblia es clara en afirmar que una mujer puede asumir cualquier rol que el Señor le asigne. “Dios puede hacer lo que quiera; si Él desea obrar a través de personas sin conocimiento militar, es decir, mujeres, Él puede hacerlo (está en el ejercicio de su soberana voluntad).”11 Débora, Guerrera en Israel Esta fue una época de tinieblas espirituales y cáos después de la muerte de Josué, cuando en Israel se luchó contra la opresión de los gobernantes cananeos y el colapso de la nación. Finalmente, bajo el liderazgo de Débora, repentinamente clamaron a Dios por liberación. Ellos estaban listos para resistir y la lucha llegaría a su climax en una confrontación definitiva. La historia completa se describe con lujo de detalles en Jueces 5, que relata el desorden y las derrotas que había experimentado el pueblo de Israel, hasta que Débora se levantó como una “madre para Israel” (Jue. 5:7).12 Entre la identificación de Débora en Jueces 4: 4 como "un profetisa" y "una mujer", algunos expertos, tradicionalment han traducido la expresión "mujer de Lapidot" para indicar que Débora estaba casada con Lapidot. Sin embargo, otros traducen la frase como "mujer de espíritu apasionado" o literalmente "mujer de antorchas".13 Esto sugiere que Débora era una líder carismática, no una "versión domesticada de una mujer guerrera"14. Vemos a esta mujer de antorchas, “mujer apasionada de espíritu”, en sus interacciones con Barac, un general militar de la tribu de Neftalí. Primero, bajo la dirección del Espíritu Santo, Débora llamó a Barac para reunir y equipar un ejército e ir a la guerra. La respuesta de Barac es reveladora (Jueces 4: 6,14), pues no dudó en responder a su llamado. Confiaba y respetaba a Débora, aunque otros factores pusieron a prueba su fe. Barac era un líder militar experimentado, valiente y perspicaz. Pero él claramente analizó las 11

Ibíd.

12 Frymer-Kensky, Tikva. "Deborah: Bible." Jewish Women: A Comprehensive Historical Encyclopedia. 20 March 2009. Jewish Women's Archive. (Viewed on February 7, 2017) . 13

Meyers, C. (2000). Deborah. In D. N. Freedman, A. C. Myers, & A. B. Beck (Eds.), Eerdmans dictionary of the Bible (pp. 331–332). Grand Rapids, MI: W.B. Eerdmans. 14

Susan Ackerman, Warrior, Dancer, Seductress, Queen: Women in Judges and Biblical Israel (The Anchor Yale Bible Reference Library) November 10, 1998.

28 condiciones de su pueblo, lo que conmovió su confianza. No estaban organizados ni armados como una unidad militar. No demostraban habilidades, ni valor y necesitaban esperanza para enfrentar a un enemigo fuerte y bien equipado como los cananeos. De hecho, estaban desanimados, tal vez demasiado descorazonados para unirse en la lucha, entonces Débora les dijo que tenían que luchar para conseguir la liberación de Dios. Seguramente Barac creía que Dios lo había elegido para liderar la liberación de Israel. No fue una sorpresa para él. Tenía la seguridad de que Dios iría a la batalla con él, y además se le aseguró que Dios derrotaría al enemigo. Sin embargo, Barac, un guerrero agresivo, se mostró repentinamente tímido y escéptico. Aceptó el mensaje de Débora como la palabra proveniente de Dios y no había necesidad de preocuparse o dudar. Pero él, simplemente no confió en sus compatriotas. Prácticamente no confiaba en la capacidad de Israel para unirse, y menos en su capacidad para vencer al poeroso ejército cananeo. Como si esto no fuera suficiente, temió que aunque pudieran superar estas deficiencias, no obedecerían sus órdenes. Sin embargo, percibía que obedecerían a Débora y esto aseguraría la victoria. Entonces, Barac confió en la fortaleza, esperanza y determinación de Débora. Declaró firmemente que si ella iba a la batalla él iría, en caso contrario, no aceptaría el reto. Fielmente, reunió un ejército de diez mil hombres y los llevó al monte Tabor, tal como el Señor les había ordenado. Sus tropas se aterrorizaron cuando arribaron al sitio en el que se encontraba el ejército cananeo; las tropas enemigas estaban equipadas con lo último en máquinas de combate y esparcidas por todo el valle. Sin embargo, ubicaron posiciones en las montañas y esperaron para atacar. Con la seguridad que les trasmitía la presencia de Débora, Barac llevó a su ejército a la llanura para luchar. Tal como Débora lo había anunciado, Dios luchó por Israel y venció a un enemigo superior aquel día (The Signs of the Times, 16 de junio de 1881).15 Barac necesitaba la orientación profética de Débora y la seguridad de su fortaleza y de su convicción personal. Incluso, necesitaba que ella le indicara cuándo comenzar la batalla (Jue. 5:14). Él no tomaría riesgos. Necesitaba la presencia de Débora en la batalla. El lenguaje, "ir a la batalla" (como también se usa en Jue. 6: 3, 15:10, 18: 9), indica que Débora estuvo presente en el combate al lado de Barac. El valor de esta mujer extraordinaria le permitió a Barac derrotar a los enemigos. "Si ella hubiera sido reacia a seguir la voluntad de Dios, la nación habría permanecido oprimida. Si no 15

White, E. G. (1985). Reflecting Christ (p. 329). Review and Herald Publishing Association.

29 hubiera sido un ejemplo de confianza y obediencia completa, Israel no habría recibido bendiciones.16 “Lograron una gran combinación en la batalla. Barac, cuyo nombre significa ‘relámpago’ y Débora, cuyo nombre significa ‘abeja’, trabajaron juntos en equipo. ¡Sus tropas debían golpear con la fuerza de un rayo y picar como una abeja!”. 17 Entonces salieron18 victoriosos. Resumen Débora aceptó y fue fiel al llamado que le hizo el Señor para ser madre, profeta, juez y guerrera. Fue respetada por ser una mujer sabia, decisiva, valiente, inspiradora y osada. Su confianza reposaba en la palabra y las promesas de Dios. Ella ciertamente fue la persona elegida por Dios para ese momento crucial. Había venido al reino para un tiempo tan determinante como ese en Israel. Hoy en día, la Iglesia y la sociedad necesitan mujeres como Débora, mujeres que respondan al llamado de Dios. Su vida es una ilustración extraordinaria del poder que tienen las mujeres para influir en la sociedad para el bien. Débora fue un verdadero ejemplo de la mujer virtuosa. La "mujer virtuosa" es literalmente "una mujer de poder". Ella es fuerte, vigorosa y posee excelentes cualidades. Las palabras hebreas pueden interpretarse en el sentido de "una mujer de carácter firme". La mujer ideal de Proverbios 31, es el modelo de la mujer piadosa y Débora se ajusta a este modelo. Las lecciones de la vida de Débora confirman el papel fundamental que tienen las mujeres en la Iglesia y el mundo. Las mujeres son importantes para el éxito de la Iglesia y las sociedades productivas. Dios llama todas las mujeres a tomar parte en la comisión evangélica y algunas, específicamente a ocupar posiciones de liderazgo. La causa de Dios necesita mujeres para superar las crisis actuales (Jue. 4: 14b).19 Todos los que reciben la bendición de Dios, deben responder involucrándose en el servicio y usar sus dones para el avance del reino de Dios y la gloria de su Nombre.

John L. Kachelman, Jr., 1999, Bible Topics in the Christian Library, Personalities of The Old Testament, Deborah – Israel’s Holy Lady, Judges 4, 5. 16

17

Press.

Dybdahl, J. L. (Ed.). (2010). Andrews Study Bible Notes (p. 301). Berrien Springs, MI: Andrews University

18

Grafius, B. (2016). Deborah the Judge. In J. D. Barry, D. Bomar, D. R. Brown, R. Klippenstein, D. Mangum, C. Sinclair Wolcott, … W. Widder (Eds.), The Lexham Bible Dictionary. Bellingham, WA: Lexham Press. 19 John L. Kachelman, Jr., 1999, Bible Topics in the Christian Library, Personalities of The Old Testament, Deborah – Israel’s Holy Lady, Judges 4, 5.

30 Llamado al Servicio Débora, “la abeja”, buscó constantemente la belleza y se esforzó por traer dulzura a su mundo, en asuntos internacionales, preocupaciones cívicas, dinámicas familiares y circunstancias de la vida individual. “La ciencia confirma la antigua creencia que, de todo el reino animal, la abeja se encuentra entre las de mayor inteligencia.”20 Elena G. de White dice: “Nuestras hermanas han estado demasiado dispuestas a buscar excusas para no llevar responsabilidades que exijan pensamiento y estricta aplicación de la mente; sin embargo, ésta es precisamente la disciplina que necesitan para perfeccionar la experiencia cristiana”.21 A menudo, las circunstancias de la vida disuaden a las mujeres para responder al llamado de Dios al servicio, particularmente en el ministerio y el liderazgo. Se sienten abrumadas por las responsabilidades de la vida o desanimadas por el escaso valor que se le concede a las mujeres en la sociedad, e incluso tradicionalmente en la iglesia. La Sra. White las alienta con las siguientes palabras: "Hermanas, no se cansen de la labor misionera”. 22 Las mujeres pueden asumir el lugar que les corresponde en la obra del Señor, en este tiempo de crisis, y Él obrará por medio de ellas. Si están conscientes del sentido de su deber y trabajan bajo la influencia del Espíritu de Dios, tendrán la confianza necesaria para enfrentar este momento. El Salvador reflejará sobre estas mujeres sacrificadas la luz de Su semblante y les dará un poder que excederá al de los hombres.23 Dios demanda obreras diligentes y sinceras, obreras prudentes, cálidas, tiernas y fieles a los principios. Él llama mujeres perseverantes, que aparten sus mentes de

ellas mismas y de su

conveniencia personal, y centren su vida en Cristo,…24 Cumple fielmente con tu parte, en tu lugar de servicio. Trabaja con diligencia, recordando que Cristo está a tu lado, planificando, diseñando y construyendo para ti. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra” (2 Cor. 9:8 RV95). Si tienes una conexión estrecha con

20

Herbert Lockyer, All the Men of the Bible/All the Women of the Bible Compilation, 2005, Grand Rapids, MI: Harper Collins Christian Pub. 21

White, Ellen G., The Review and Herald, December 12, 1878. ChS 29.

22

White, Ellen, G., The Review and Herald, June 10, 1880. ChS 29.

23

White, Ellen G., Testimonies for the Church 9:128, 129. ChS 27.

24

White, Ellen G., Testimonies for the Church 6:118. ChS 27.

31 Dios, estarás dispuesto a hacer cualquier sacrificio para poner la vida eterna al alcance de los que perecen. Lucas nos recuerda en Hechos 2: 17-18: “En los postreros días - dice Dios - derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas, en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”. “Esto te incluye a ti. ¡La promesa es que todos reciban el Espíritu de Dios y todos los jóvenes y las jóvenes profeticen! Nada podría ser más emocionante. Sin distinción de género, edad o estatus social, Dios derramará Su Espíritu en los últimos días. La pregunta es, ¿recibirás el Espíritu de Dios? ¿Aceptarás el llamado de Dios al ministerio y al servicio? Él tiene un trabajo especial para ti. Él te ha capacitado para realizar la obra que te corresponde. ¿Aceptarás hoy su invitación? Preguntas de discusión: 1. ¿Cómo puedes identificar tus dones espirituales? 2. ¿Por qué le interesa al Señor la senda que escogerás para tu vida (carrera, pareja, estilo de vida, etc.)? 3. ¿Cómo puedes saber cuál es el llamado de Dios para ti? 4. ¿Obra el Señor milagros en la vida de individuos y grupos de personas en estos tiempos?

El Ptr. Pako Mokgwane sirve como Director Asociado de Ministerios Juveniles de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Puede ser contactado en el correo electrónico [email protected]. Síguelo en Instagram y Twitter, @PakoEdson.

32 DÍA 4 EL ATEMORIZADO JOSAFAT “Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.” (2 Crón. 20:3 R95) Cada día se registran protestas en todo el mundo. Uno de los mayores clamores de la sociedad, es el de un liderazgo experimentado. Para el cristiano creyente en la Biblia, se puede deducir mucho de las experiencias de individuos que fueron llamados a liderar en ambientes públicos y espirituales. El liderazgo público estaba reservado únicamente para reyes, mientras que el liderazgo espiritual correspondía a los sacerdotes y profetas. Josafat fue rey de Judá. En la cultura hebrea, el nombramiento de un niño era una responsabilidad muy especial. Los padres le colocaban el nombre a sus hijos con la esperanza de que los niños personificaran el significado del nombre. Josafat es una combinación de dos palabras hebreas, Jeho (abreviatura de Jehová) y shaphat (Él gobierna). Por lo tanto, el significado del nombre es, Jehová gobierna. Se esperaba que el niño permitiera que Dios gobernara su vida. De esta historia en 2 Crónicas 20:1-30, aprendemos cómo los líderes deben lidiar con el temor al buscar al SEÑOR. Un líder temeroso de Dios. Nos encontramos con Josafat cuando él se ha convertido en un rey, un líder público que tiene inclinaciones naturales hacia el liderazgo espiritual. En el capítulo 17 de 2 Crónicas vemos que Josafat, después de asumir su posición como rey, envió líderes elegidos y levitas para enseñar la ley de Dios al pueblo. En consecuencia, el temor del Señor vino sobre los reinos alrededor de Judá, de tal modo que no hicieron guerra contra Josafat. Varios reyes vinieron a rendir tributo a Josafat, presentándole plata y animales domésticos. Entonces, Josafat se hizo cada vez más poderoso y su influencia se sintió en toda la tierra. ¡Los dividendos de temer a Dios llegan de manera natural! Josafat no pidió ni exigió respeto o poder. Estos fueron el resultado de que las naciones observaban la calidad de su reinado. Tenía la plenitud de la dirección y el control divino. El rey se dio cuenta que mientras él manejaba el comercio y los asuntos de su pueblo, había un mayor reino y poder sobre su trono. Por encima de la cortesía de los deberes reales, había un reino por encima del suyo, el reino de Dios, delante del cual todos los reyes y señores debían inclinarse. La capacidad de gobernar un reino y aún tener una comprensión clara de que Dios es el Gobernante del universo, es verdadera

33 sabiduría. Josafat profesaba una fe poderosa y una piedad incorruptible, un poder que no era egoísta. El rey era un hombre sabio y permitió que Dios gobernara su vida. A su vez, transmitió este estilo de vida a sus súbditos. Por esta razón, cuando Acab suplicó a Josafat que se aliara con él en la guerra contra Ramot Galaad, la respuesta fue: "Por favor, pregunta por la palabra del Señor". Josafat sabía que su éxito dependía del Señor. Desafortunadamente, Josafat y su cómplice desobedecieron. Él conocía la voluntad de Dios, pero era demasiado orgulloso para abandonar su promesa de ayuda. Aquí hay importantes lecciones que deben mencionarse, entre las más importantes, que la obediencia a la palabra de Dios debe mantenerse sagradamente, aún cuando represente un gran sacrificio para nosotros. Los líderes deberían estar dispuestos a rendir el orgullo y opiniones personales, a la sabiduría de Dios. No deberíamos permitir que las expectativas de los demás (aunque las hayamos alentado) nos lleven a tomar decisiones contrarias a la palabra de Dios. Era costumbre de Josafat permitir que Dios lo dirigiera, incluso en el proceso de tomar decisiones. “Josafat debió gran parte de su prosperidad como gobernante a estas sabias medidas tomadas para suplir las necesidades espirituales de sus súbditos. Hay mucho beneficio en la obediencia a la ley de Dios. En la conformidad con los requerimientos divinos hay un poder transformador que imparte paz y buena voluntad entre los hombres. Si las enseñanzas de la palabra de Dios ejercieran una influencia dominadora en la vida de cada hombre y mujer, y los corazones y las mentes fuesen sometidos a su poder refrenador, los males que ahora existen en la vida nacional y social no hallarían cabida. De todo hogar emanaría una influencia que haría a los hombres y mujeres fuertes en percepción espiritual y en poder moral, y así naciones e individuos serían colocados en un terreno ventajoso” (Profetas y Reyes, 143). “Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.” (2Crón. 20:3 R95) Un líder de oración. Algún tiempo después, los moabitas y amonitas, acompañados por los meunitas, unieron fuerzas para hacer guerra contra Josafat. Josafat recibió el siguiente informe de inteligencia: “Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar y de Siria; ya están en Hazezon-tamar, que es En-gadi”. (2Crón. 20:1-2 RV95). “Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Se congregaron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová” (2Crón. 20:3-4 RV95).

34 Sucedió un día, que los ejércitos de Moab y Amón vinieron contra Josafat. Como era su costumbre, se volvió hacia el Señor. Él sabía de dónde provenía su ayuda. El rey llamó a todos los habitantes de Judá al templo para orar. Un ayuno fue declarado en toda la tierra. La gente obedeció, porque Josafat les había trasmitido el mismo estilo de vida. Estuvieron dispuestos a cooperar, porque el pueblo estaba familiarizado con poder e importancia de la oración y el ayuno. ¿Qué clase de líder es este? En lugar de desarrollar una estrategia militar o diplomática, llama a las personas a la casa del Señor para buscar su presencia. Pudiera haber elegido hacerlo solo, pero decidió declarar un ayuno para todos. Probablemente el primero que se hacía por un edicto real. Ahora la carga fue compartida por todos y no solo por el rey. ¡El trabajo en equipo trae buenos resultados y un buen ambiente! El dinamismo del liderazgo piadoso busca traer alegría para todos y un sentido de logro en equipo. La ironía de la historia es que cuando los israelitas salieron de Egipto, Dios no les permitió invadir a los amonitas y los moabitas. ¿Qué tan rápido se convierte un aliado en un enemigo? Un día soleado y brillante se convierte en un mediodía nublado. Las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Los problemas llegan sin que se los invite. Cuando surgen problemas, el líder que tiene a Dios siempre en lo más alto de sus pensamientos, no se inquietará sino que buscará a al Señor en oración. Estando en medio de su pueblo, Josafat concluye su oración de la siguiente manera: “Ahora ellos nos pagan viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. Dios nuestro, ¿no los juzgarás tú? Pues nosotros no tenemos fuerza con que enfrentar a la multitud tan grande que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (2 Crón. 20:11-12 RV95). Tenemos un Dios que escucha nuestras oraciones. Él nos insta: “Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jer. 33:3 R95). El mismo Dios dice: “Pedid y se os dará” (Mat. 7: 7). Además debemos estar “quietos y conocer que Él es Dios” (Sal. 46:10 RV95). “No se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oir” (Isa. 59:1 RV95). El líder debe acercarse al trono de Dios con confianza porque “antes de que clamen, Él responderá” (Isa. 65:24 RV95). “Nuestro Padre celestial está esperando para derramar sobre nosotros la plenitud de sus bendiciones. Es privilegio nuestro beber abundantemente en la fuente de amor infinito. ¡Qué extraño que oremos tan poco! Dios está pronto y dispuesto a oír la oración sincera del más humilde de sus hijos y, sin embargo, hay de nuestra parte mucha cavilación para presentar nuestras necesidades delante de Dios” (La Oración, 337).

35

Un líder confiado. Dios respondió la oración de Josafat y su pueblo. La palabra del Señor vino a través de Jahaziel: “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. . . No tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros” (2 Crón. 20:15,17). Josafat cayó al suelo y adoró a Dios. Creyó en las palabras del profeta y creyó en la victoria antes de la guerra. La fe consiste en aceptar los resultados futuros en el tiempo presente. La Palabra del Señor fue suficiente para Josafat. Los líderes se sienten tentados a racionalizar y aplicar la lógica, porque sus seguidores demandan cosas tangibles. Por otro lado, Dios no espera una fe ciega. La razón y la lógica tienen su lugar, pero nunca deberían tener prioridad sobre la palabra de Dios. Los líderes piadosos someterán la lógica (ciencia) a la fe (en la palabra de Dios), reconociendo que el "camino que parece correcto" puede ser desastroso (Proverbios 16:25). El orden general de la guerra en aquellos días estaba estructurado de la siguiente manera: 1. Infantería: soldados de tierra. 2. Caballería: soldados montados a caballo. 3. Oficiales del ejército. 4. Rey. La infantería siempre se encontraba en primera línea. Detrás de ellos venía la caballería y luego los oficiales del ejército. El rey siempre estaba en la parte posterior, para protegerse. Josafat creyó la Palabra del Señor con todo su corazón y mente. Esogió de entre su gente cantores. No había necesidad de un ejército porque el Señor había declarado que Judá no necesitaría luchar en esta batalla y que la batalla le pertenecía al SEÑOR. Entonces, fue el Rey y el coro quienes se enfrentaron al enemigo. No hubo que hacer mucho esfuerzo para convencer a la gente acerca de esta estrategia, porque habían escuchado la Palabra del Señor por ellos mismos y vieron al Rey actuar de acuerdo con su fe y dependencia del Señor. También creían y esto era esencial para el éxito. No tenían espada ni lanza, sino que cantaban alabanzas al Señor. Ellos cantaron: “Alabado sea el Señor, porque para siempre es su misericordia”. De hecho, “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Cor. 10:4). Así que Judá adoró mientras se dirigía a la batalla. El ejército enemigo se confundió tanto, que se mataron unos a otros. Sí, el Señor se manifestó y se mantuvo fiel a su palabra: "No tendrás que pelear esta batalla".

36 Hay batallas que los líderes luchan usando su propio poder e intelecto y, sin embargo, nada bueno sale de esas batallas. El líder debe permitir que Dios haga las cosas a su manera, aunque parezca inusual, diferente e impopular. ¿Quién va a la guerra sin una lanza y una espada? ¿Quién va a la guerra alabando y adorando? ¿Quién hace eso? Solo un líder que avanza por el Espíritu de Dios. Solo aquellos seguidores que se mueven bajo la dirección del Espíritu de Dios. La mayor responsabilidad recae sobre el líder, pero sus seguidores también tienen una parte que realizar. El trabajo de un líder se hace más fácil cuando los seguidores se asocian con el Espíritu de Dios. “Muchas veces la vida cristiana está rodeada de peligros, y el deber parece difícil de cumplir. La imaginación cree ver la ruina inminente si se avanza, y la servidumbre y la muerte si se vuelve atrás. Sin embargo, la voz de Dios dice claramente: Id adelante. Obedezcamos la orden, aun cuando nuestra vista no pueda penetrar las tinieblas. Los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán nunca ante un espíritu vacilante y dudoso. Aquellos que difieren la obediencia hasta que toda incertidumbre desaparezca, y no queden riesgos de fracaso ni derrota, no obedecerán nunca. La fe mira más allá de las dificultades, y echa mano de lo invisible, aun de la Omnipotencia, y por lo tanto, no puede resultar frustrada. La fe es como asir la mano de Cristo en toda emergencia” (Obreros Evangélicos, 276). Un líder de alabanza. Josafat y su pueblo habían ganado la batalla. El botín que recolectaron fue tanto que les llevó tres días completos recoger los despojos y aún así, no pudieron recogerlo todo (véase 2 Crón. 20: 25, 26). Allí, en el valle de Beracá (que significa "bendición"), Josafat condujo a Judá a otra sesión de alabanza y adoración. En el "Valle de las bendiciones", bendijeron el nombre del Señor. Ellos ensalzaron su Santo Nombre. ¡Así es! Los enemigos (Moab y Amón) podían tratar de apropiarse de la bendición, pero sería otorgada por Dios a sus hijos para siempre, mientras permanecieran fieles. Aquellos que tengan fe en gran medida, serán fieles. No debemos ser irresponsables con las bendiciones, sino más bien, debemos convertirnos en administradores de las bendiciones. Mientras más creamos al Señor y lo alabemos por lo que Él hará, menos nos enfocaremos en nosotros mismos y más en Dios. Es importante que los líderes den el reconocimiento a Dios por sus logros y victorias. Tal disciplina mantendrá al líder humilde y alentará el mismo espíritu en la vida de sus seguidores. El desfile de los egos y el poder real entre los líderes alientan un espíritu de discordia y lucha, pero cuando las personas ve que el Señor es el foco de la gloria, permitirá ganar la confianza de otras personas.

37

Conclusión “Dios fue la fortaleza de Judá en esta crisis, y es hoy la fortaleza de su pueblo. No hemos de confiar en príncipes, ni poner a los hombres en lugar de Dios. Debemos recordar que los seres humanos son sujetos a errar, y que Aquel que tiene todo el poder es nuestra fuerte torre de defensa. En toda emergencia, debemos reconocer que la batalla es suya. Sus recursos son ilimitados, y las imposibilidades aparentes harán tanto mayor la victoria” (Profetas y Reyes, 150). Un líder debe temer a Dios. ¡Hazlo! Un líder debe orar. ¡Deséalo! Un líder debe creer. ¡Demuéstralo! Un líder debe alabar a Dios. ¡Exprésalo! Preguntas de discusión: 1. ¿Cómo demostró Josafat lo que deberían hacer los siervos fieles de Dios al enfrentar circunstancias amenazantes? (2 Crón. 20:12; Sal. 25:15; 62:1). 2. Después de haber leído los siguientes versículos, ¿por qué crees que el Rey ordenó que se pusieran cantores para liderar al pueblo durante la batalla? 20

Cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Mientras ellos salían,

Josafat, puesto en pie, dijo: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados". 21

Después de consultar con el pueblo, puso a algunos que, vestidos de ornamentos sagrados,

cantaran y alabaran a Jehová mientras salía la gente armada, y que dijeran: "Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre". 22

Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso emboscadas contra los hijos

de Amón, de Moab y de los montes de Seir que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. 23

Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los de los montes de Seir para

matarlos y destruirlos; y cuando acabaron con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. 24

Luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, pero solo vieron

cadáveres tendidos en la tierra, pues ninguno había escapado (2 Crón. 20:20-24). 3. ¿Cómo se comunica el Señor con su pueblo hoy? ¿Todavía usa profetas?

38 4. ¿Qué deberíamos hacer cuando seamos tentados a dudar o desobedecer la palabra de Dios? 5. ¿Qué sucedería si imitamos a los levitas, pioneros y misioneros de nuestra iglesia hoy? 6. ¿Qué significa 2 Crónicas 20:20 para usted y cómo puede aplicarlo en su vida en la toma de decisiones diarias? “Cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Mientras ellos salían, Josafat, puesto en pie, dijo: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados". Después de consultar con el pueblo, puso a algunos que, vestidos de ornamentos sagrados, cantaran y alabaran a Jehová mientras salía la gente armada, y que dijeran: "Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre" (2 Crón. 20:2021). El Dr. Abner De Los Santos es Vicepresidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. También es Vicepresidente asesor del Departamento de Ministerios Juveniles. Puede ser contactado a través de la cuenta de correo electrónico [email protected].

39 DÍA 5 DEL ARADO AL LIDERAZGO ESPIRITUAL Introducción Considero un privilegio haber tenido la oportunidad de adorar contigo durante esta semana que hemos dedicado al estudio del liderazgo. El liderazgo espiritual es necesario para que el pueblo de Dios inspire e influya en las vidas de otros, de tal modo que todos estén listos para seguir las ordenes del Señor, porque Él es nuestro Líder Supremo. En cada etapa de mi vida, he recibido influencia de algún líder. Dios me ha dado la oportunidad de crecer observando algunos líderes, tales como mis padres, maestros, pastores, ancianos, amigos y colegas, que me han inspirado, ayudado, enseñado, desafiado y animado a ser la persona que Dios quiere que sea. Sé que esto también es válido para ti. El registro sagrado demuestra que la iglesia ha tenido un liderazgo talentoso, confiable y valioso a lo largo de la historia. Sin embargo, no importa cuán talentosos, honorables y apreciados hayan sido los líderes de las generaciones pasadas, la estafeta debe ser entregada a otras manos algún día, porque Dios siempre levanta nuevos líderes. Elena G. de White dice: “El Señor pide jóvenes fuertes, consagrados y abnegados que avancen hacia el frente y que, después de un corto tiempo pasado en la escuela, salgan preparados para dar el mensaje al mundo.”25¿Recuerdas la historia de Eliseo? “Eliseo fué llamado a abandonar el arado y cumplir la orden de Dios”.26 Al observar el llamado y la experiencia de Eliseo, encontraremos tres pasos importantes en el proceso de abandonar el arado y asumir el liderazgo espiritual: 1. Manifiesta tu interés en tener el manto del liderazgo. Dejar el arado y abrazar el manto del liderazgo, implica desear honrar al Señor. Haz bien todo aquello que el Señor te pida hacer. 1 Rey. 19:19-21 dice que Dios le pidió a Elías que ungiera a Eliseo para ser su sucesor. “Partió de allí Elías y halló a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él iban doce yuntas de bueyes, y él conducía la última. Elías pasó ante él y echó sobre él su manto. Entonces dejó

25

Elena G. de White, Servicio Cristiano, 82.

26

Ibíd., 347.

40 los bueyes, salió corriendo detrás de Elías y le dijo: - Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré. Y él le dijo: - Ve, regresa; ¿acaso te lo he impedido? Regresó Eliseo, tomó un par de bueyes y los mató; con el arado de los bueyes coció luego la carne y la dio al pueblo para que comieran. Después se levantó, se fue tras Elías y lo servía” (1 Rey. 19:19-21).27 Hasta ese momento, Eliseo había estado trabajando en el anonimato. Sólo era un granjero desconocido, uno que seguía a Dios y permanecía fiel a Él. Era uno de los siete mil a quienes Dios se refirió a Elías. "Eliseo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que Dios le pidiera".28 Elena de White dice que “cuando Elías, divinamente dirigido en la búsqueda de un sucesor, pasó al lado del campo en el cual Eliseo estaba arando, echó sobre los hombros del joven el manto de la consagración. . . Era para él la señal de que Dios le llamaba a ser sucesor de Elías”.29 ¿Cómo demostró Eliseo que estaba listo para aceptar el manto del ministerio? Él dejó de arar inmediatamente su campo. Matando sus bueyes, construyó un altar de sacrificio, tomó el arado de madera y los arneses para cocinar la carne y se la dio a la gente para que comieran. Luego se dispuso a seguir a Elías y se convirtió en su sirviente. Por medio de este acto, Eliseo demostró cuánto deseaba recoger el manto de Elías. El mismo Dios que guió a Elías para convertirse en mentor de Eliseo, el nuevo líder espiritual de Israel, está llamando a líderes experimentados para que sean nuestros mentores hoy. El momento de que el estandarte cambie de manos ha llegado. Dios está listo para levantar nuevos líderes. Querido joven, ¿Eres uno de estos líderes en espera de oportunidades? ¿Cómo demostrarás que estás dispuesto a tomar el manto y levantar el testimonio? 2. Sé paciente y persevera, aguardando el manto del liderazgo. Para dejar el arado y recoger el manto del liderazgo, debes recordar que Dios tiene su tiempo para ti, y debes perseverar pacientemente esperando tu tiempo para usar el manto de liderazgo. "El propósito de Dios funciona solo en el tiempo de Dios".30

27

Los textos Bíblicos citados han sido tomados de la vrsión Reina Valera de 1995.

28

John C Maxwell, Leaning From the Giants (New York: Faith Words, 2014), 22.

29

Elena G. de White, Profetas y Reyes, 221. Ibíd., 28.

30

41 Cuando llegó el tiempo de Dios, Elías estaba más que feliz de pasar el ministerio a Eliseo. Y éste, que había estado sirviendo pacientemente y con alegría al anciano profeta, estaba más que dispuesto a tomarlo. Elena de White afirma que “el llamamiento profético llegó a Eliseo mientras que, con los criados de su padre, estaba arando en el campo. Se había dedicado al trabajo que tenía más a mano. Poseía capacidad para ser dirigente entre los hombres y la mansedumbre de quien está dispuesto a servir. Dotado de un espíritu tranquilo y amable, era sin embargo enérgico y firme. Manifestaba integridad y fidelidad, así como amor y temor a Dios; y en el humilde cumplimiento del trabajo diario adquirió fuerza de propósito y nobleza de carácter, mientras crecía constantemente en gracia y conocimiento. Al cooperar con su padre en los deberes del hogar, aprendía a cooperar con Dios”.31 No hay nada humillante en servir. Debes hacer lo mejor en las cosas sencillas, porque las pequeñas cosas en la vida, bien hechas, te ayudarán a desarrollar el espíritu y el carácter para cumplir deberes más grandes y audaces. Cuando Eliseo decidió aceptar el llamado de Dios, “se dispuso a seguir a Elías y se convirtió en su siervo” (1 Reyes 19:21). Este fue el testimonio que los demás dieron de él. La Biblia dice que un tiempo después de que Elías fue trasladado al cielo, cuando Josafat le preguntó a Joram, hijo de Acab: “¿Acaso no hay aquí profeta de Jehová para que consultemos a Jehová por medio de él? Uno de los siervos del rey de Israel dijo: - Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías” (2 Rey. 3:11 R95). Cuando se le pidió a Eliseo que hiciera las tareas más humildes, siempre las hizo bien, tratando siempre de honrar al Señor. Trabajó junto a Elías, obteniendo experiencia y aguardando los propósitos de Dios y el tiempo de Dios para realizar una mayor obra. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre la elección de Eliseo en 1 Reyes 19, y la herencia del manto de Elías en 2 Reyes 8? No podemos saberlo con precisión. Pero sin importar cuanto tiempo haya trasncurrido, Eliseo esperó el momento que Dios había designado para relevar a Elías e iniciar su ministerio profético. Perseveró fiel al llamado de Dios y fiel a su deber como siervo de Elías. No se detuvo frente a los obstáculos, ni permitió que las distracciones lo alejaran de su obra. Siendo fiel en las pequeñas cosas, siguiendo a Elías y lavando sus manos, Eliseo aprendió el valor del servicio y aprendió cómo dirigir e instruir a otros. Queridos jóvenes, ustedes desconocen los propósitos que el Señor tiene para ustedes; por medio de situaciones diversas, el Señor nos ayuda a ser más disciplinados. Como dice el apóstol

31

Profetas y Reyes, 163, 164.

42 Pablo: “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15 RV95). Dios conoce tu corazón, Él ve más allá de los superficial. Él sabe cómo le estás sirviendo en las pequeñas cosas. Comprometido en los deberes diarios y comunes de la vida, puedes prestar un servicio activo a Dios. Como Elena de White escribió: “La invitación a ponerlo todo sobre el altar del servicio le llega a cada uno. No se nos pide a todos que sirvamos como sirvió Eliseo, ni somos todos invitados a vender cuanto tenemos; pero Dios nos pide que demos a su servicio el primer lugar en nuestra vida, que no dejemos transcurrir un día sin hacer algo que haga progresar su obra en la tierra. El no espera de todos la misma clase de servicio. Uno puede ser llamado al ministerio en una tierra extraña; a otro se le pedirá tal vez que dé de sus recursos para sostener la obra del Evangelio. Dios acepta la ofrenda de cada uno. Lo que resulta necesario es la consagración de la vida y de todos sus intereses. Los que hagan esta consagración oirán el llamamiento celestial y le obedecerán”.32 Sé paciente y persevera a la espera del manto del liderazgo. 3. Pide una doble porción del Espíritu Santo y toma el manto del liderazgo para exaltar el poder de Dios. Para dejar el arado y tomar el manto del liderazgo, debes pedir una doble porción del Espíritu Santo en tu vida para exaltar el poder de Dios. Al inspirar y guiar a los jóvenes a dejar el arado y asumir el liderazgo espiritual, no debemos poner demasiado énfasis en las apariencias. Señor, ayúdanos a mirar las cosas de la manera en que tú las miras; danos sabiduría para ver el corazón más que el aspecto de los futuros líderes. Señor, sabemos que tu interés no está enfocado en las cosas, sino ver cómo crecemos, cómo nuestros corazones se abren a la influencia y el poder transformador del Espíritu Santo. Eliseo fue llamado para ocupar su lugar en primera fila, después de haber servido humildemente a su maestro durante algún tiempo. Había trabajado como aprendiz bajo la orientación del profeta Elías, y cuando llegó el momento de reemplazar al director, se encontraba preparado para ir al frente. Eliseo estaba listo para convertirse en el nuevo profeta de Jehová.33

32

Ibíd., 165, 166.

33

Ellen G. White, The Youth Instructor, April 28, 1898.

43 Cuando Elías supo que estaba llegando al final de su ministerio, le dijo al hombre que lo había servido tan fielmente: debes quedarte aquí porque el Señor me ha enviado al Jordán. Pero Eliseo, que había perseverado en un largo y fiel servicio a su amo, le dijo: "Vive el Señor, y vive tu alma, que no te dejaré". Ambos se dirigieron al Jordán, mientras cincuenta de los hijos de los profetas los observaban desde una distancia donde podían ver claramente los dos hombres de pie junto al río. La Biblia dice que “tomó entonces Elías su manto, lo dobló y golpeó las aguas, las que se apartaron a uno y a otro lado, y ambos pasaron por lo seco. En cuanto pasaron, Elías dijo a Eliseo: -Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado. Eliseo dijo: -Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu. Cosa difícil has pedido - le respondió Elías -- . Si me ves cuando sea separado de ti, te será concedido; pero si no, no. Aconteció que mientras ellos iban caminando y hablando, un carro de fuego, con caballos de fuego, los apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Al ver esto, Eliseo clamó: ‘¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!’ Y nunca más lo vio. Entonces Eliseo tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes. Alzó luego el manto que se le había caído a Elías, regresó y se paró a la orilla del Jordán. Después tomó el manto que se le había caído a Elías, golpeó las aguas, y dijo: ‘¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?’. Apenas hubo golpeado las aguas del mismo modo que Elías, estas se apartaron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó” (2 Rey. 2:814). Por su acción y su oración, Eliseo invocó el poder y la presencia de Dios al recoger el manto del profeta. Él “no solicitó honores mundanales ni algún puesto elevado entre los grandes de la tierra. Lo que él anhelaba era una gran medida del Espíritu que Dios había otorgado tan liberalmente al que estaba a punto de ser honrado por la traslación. Sabía que nada que no fuese el Espíritu que había descansado sobre Elías podría hacerle idóneo para ocupar en Israel el lugar al cual Dios le había llamado; de modo que pidió: Ruégote que tenga yo. . . una doble porción de tu espíritu”.34 Después que este gran hombre, el líder de los hijos de los profetas se había ido, todos se preguntaban si el Dios que había estado con Elías, estaría también con Eliseo. Lo que realmente querían saber, era si Dios todavía estaba entre ellos. Querían estar seguros que Dios había llamado a un nuevo líder para que los guiara. Y Eliseo respondió ese llamado dividiendo las aguas como lo había hecho Elías. Así, Dios le mostró a los profetas que Eliseo era el nuevo hombre que había escogido para guiarlos.

34

Ibíd., 170.

44 Conclusión: Dios está listo para levantar nuevos líderes. Ha llegado el tiempo en que el estandarte de la verdad necesita cambiar de manos, cuando el manto de liderazgo debe ser usado por una nueva generación. Es hora de que los jóvenes dejen el arado y recojan el manto del liderazgo, solicitando una doble porción del Espíritu Santo en sus vidas para exaltar el poder de Dios. Dios tiene hombres y mujeres, a quienes ha llamado para ser mentores de una nueva generación de líderes bien entrenados para guiar a otros a Jesús. El llamado que el apóstol Pablo nos hace en 2 Timoteo 2: 2 es: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Tim. 2:2). Querido compañero, recuerda que el liderazgo cristiano significa desarrollar una influencia cristiana y vivir una vida de ejemplo para quienes nos rodean. Es el momento para nosotros, queridos jóvenes de abandonar el arado y tomar el liderazgo espiritual. Vivamos una vida digna, en aromía con el llamado, de modo que cuando llegue el momento, estemos preparados para recibir el testimonio. Apreciado amigo, así como Dios lo hizo con Eliseo, Él te está preparando para guiar a otros. ¿Estás siendo instruido para tomar tu lugar en el liderazgo? Al igual que Eliseo, debes hacer lo mejor que puedas al atender las situaciones aparentemente insignificantes, porque las pequeñas cosas de la vida bien hechas te ayudarán a desarrollar el espíritu y el carácter para hacer cosas más grandes e intrépidas. Pídele al Señor espíritu de humildad y obediencia para seguirlo, como Eliseo con Elías, aceptando cualquier tarea que Dios considere apropiado encomendarte, aunque esto represente vaciar agua en las manos del liderazgo actual. “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe. . . Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, sin quejarse, porque esto no os es provechoso” (Heb 13:7, 17). Para abandonar el arado y asumir el liderazgo espiritual, manifieste su deseo de tener el manto del liderazgo, de honrar a Dios y de hacer bien las cosas que Dios le ha encomendado. Sé paciente y persevera mientras esperas el tiempo de Dios. Pide una porción doble del Espíritu Santo, y viste el manto de liderazgo para exaltar el poder de Dios. Debes anunciar al mundo que Jesús vendrá pronto para llevarnos con Él al cielo. ¿Cuántos de ustedes quieren decirle al Señor: hoy decido quemar el arado de mis experiencias pasadas, para ofrendar toda mi ser en el altar de tu servicio? Ven al altar y dile a Jesús:

45 ¡Aquí estoy, Señor! ¡Quiero usar mis dones para convertirme en un agente de cambio! Estoy dispuesto (a) a aprovechar cada oportunidad para que tu reino siga creciendo. Preguntas de discusión: 1. Lee 2 Reyes 2: 2. “Y Elías dijo a Eliseo: -Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. -¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!- le dijo Eliseo. Descendieron, pues, a Bet-el” (2 Rey. 2:2). Discuta la importancia de una amistad consagrada y de la mentoría. ¿Qué tan importante es elegir intencionalmente los amigos y vincularse a una persona espiritual de mayor edad, más sabia, que pueda servirnos como "guía"? 2. Lea y analice: 2 Reyes 2:6-7 “Luego Elías le dijo: -Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. -¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!- le respondió Eliseo. Y se fueron los dos. Pero llegaron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon enfrente, a lo lejos, mientras ellos dos se detenían junto al Jordán”. a. ¿Crees que Elías estaba probando a Eliseo cuando le dijo que no lo siguiera? b. ¿Crees que los profetas que observaban desde la distancia, recibieron una "doble porción del Espíritu" como ocurrió con Eliseo? La Dra. Galina Stele es la Jefa del Programa de Evaluación e Investigación en la Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación de la Asociación General. Su interés es la investigación en la retención de jóvenes. Puede ser contactada en la dirección de su correo [email protected].

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DÍA 6 JOSÉ: CARTAS DESDE EGIPTO Imaginemos que estás realizando una investigación histórica en una de las bibliotecas. Mientras revisas diferentes tipos de documentos relacionados con la historia del antiguo Egipto, inesperadamente, encuentras varias cartas personales de alguien llamado José. Obviamente las cartas no fueron enviadas a los destinatarios. Al leer más, descubriste que José dio un salto increíble de esclavo a primer ministro de Egipto. A pesar de que él vivió muchos siglos antes que nosotros, ¿podría ser que algunas lecciones de su vida fueran relevantes para nosotros hoy? Primera carta desde Egipto Querido padre Jacob: Te escribo desde Egipto. Ahora soy un esclavo en la casa de Potifar, el jefe del servicio de seguridad del palacio del Faraón. Te extraño muchísimo. Nunca imaginé que mi vida podría cambiar tan drásticamente. Nunca pensé que mis hermanos pudieran ser tan crueles conmigo. Todavía puedo escuchar sus gritos de enojo en mi cabeza cuando vine a verlos a Dotán. Sabes padre, ¡querían matarme! Y si aquella caravana de mercaderes no hubiera pasado en ese momento, probablemente lo habrían hecho. No sé lo que te dijeron sobre mí. ¿Quizás te dijeron que estaba perdido en el desierto y nunca fui a verlos? ¿Te entregaron aquella hermosa túnica, que me regalaste, de la cual me despojaron con tanta crueldad? Probablemente la rasgaron, la rociaron con la sangre de algún cordero y te dijeron que me había comido un animal salvaje. ¿Qué les hice? ¿Acaso sentían envidia porque me amabas tanto y me cuidaste de manera especial cuando mamá murió? ¿Se llenaron de odio contra mí por los sueños en los que vi que se inclinaban ante mí? Me trajeron a Egipto, donde me vendieron a Potifar. La gente en Egipto no sabe acerca del único Dios verdadero que hizo el cielo y la tierra. Adoran al sol y a la luna; consideran que su río es sagrado y Faraón un hijo de sus dioses; tienen muchos ídolos. Su lenguaje es extraño y, al principio, no podía entender ni una sola palabra. Comen comida repugnante, pero estoy agradecido por la variedad de frutas y arroz. Aunque no dan de comer mucho a los esclavos, al menos la comida que me proveen es limpia. El clima es muy caluroso, pero hace frío por las noches y hay suficiente agua

47 en la casa para bañarse al llegar la noche y para regar los cultivos, las palmas y las flores. Los ricos tienen piscinas en sus casas, visten túnicas blancas de lino fino y usan un sistema interesante para construir sus casas y pirámides. Hacen las cosas de manera diferente y consideran que por nuestro estilo de vida, al vivir en tiendas y cuidar las ovejas, somos personas primitivas. No es fácil ser esclavo aquí, pero recuerdo lo que me enseñaste y trato de ser responsable incluso en las cosas pequeñas. Decidí hacer cada cosa como si fuera para el Señor. Hablo con Él a menudo. Oro para que ocurra un milagro, pero pareciera que Dios está en silencio por el momento. No entiendo por qué Dios permitió que esto sucediera. ¿Me está castigando por algo que he hecho mal? ¿O simplemente me está probando? No entiendo. Trato de recordarme a mí mismo que nunca me olvidará y que no hay nada tan malo que pudiera haber hecho en el pasado, que lo hiciera abandonarme. Pero hay momentos en los que es difícil creer que Él está a mi lado. En mis noches de insomnio, miro las estrellas y recuerdo tu tienda de campaña, tus ojos tiernos y tu voz que me dice cuánto me amas. Recuerdo todas las historias que me contabas sobre la providencia de Dios en tu vida. Trato de creer que Él me está guiando ahora, aunque a veces es difícil tener fe. A pesar de lo que mis hermanos me hicieron, daría cualquier cosa para volver a casa. A veces siento que los odio y me preocupa si mi hermanito Benjamin está a salvo cuando ellos están cerca de él. Te amo y te extraño muchísimo. Tu hijo José. Segunda carta desde Egipto Querido padre Jacob: No tengo palabras para expresarte lo agradecido que estoy con el Dios de nuestros padres, que me mantuvo a salvo aquí en esta extraña tierra. Y no solo por eso. Él me concedió gracia ante los ojos de Potifar y me guió a un posición que nunca soñé. Potifar me nombró como administrador de toda su casa. Confió todo en mis manos y me trata como si fuera su hijo. He recordado tus lecciones, mientras atiendo varias tareas y muchas personas cada día. Muchas gracias por todo lo que me enseñaste. No sería posible administrar esta casa sin ese conocimiento. Hago todo como para el Señor y las personas dicen que ¡todo lo que toco, prospera! Pero sé que esto ocurre gracias a la bendición del Señor. Potifar también ha reconocido esto. Él afirma que Dios ha bendecido su casa por mi causa y que sus riquezas y prosperidad se incrementaron porque mi Dios ha bendecido a su familia por mí. En mi puesto de responsabilidad, trato a todas las personas con equidad, sin

48 distinción de posición social. No humillo a los esclavos porque ahora sé lo que significa ser esclavo. Cada día es interesante por las nuevas oportunidades y desafíos que surgen. Me siento más en casa ahora, aunque todavía te extraño mucho. Sin embargo, quiero comentarte algo. Mi jefe es un hombre muy bueno y, como te dije, confía en mí más de lo normal. Además, tiene una bella esposa. Es muy atractiva, ama la belleza y el lujo, y siento que me acosa. Oro para ser fuerte y fiel a Dios. No puedo quebrantar el mandamiento o deshonrar a mi jefe. Nunca hablé contigo sobre tales cosas, pero espero poder permanecer fiel a lo que Dios nos ha dicho sobre la santidad del matrimonio y no deshonrar a Dios ni a su nombre. Si tuviera una aventura, también interrumpiría y destruiría la buena relación con mi maestro. Recuerdo cómo amabas a mi madre y también la tragedia que sucedió cuando Dina fue a Siquem. Quiero tener un hogar y una familia feliz algún día. Quiero hacer todo bien. No quiero decir algo que pueda obstaculizar mi felicidad en el futuro, y oro al Señor para que me proteja del maligno y me mantenga a salvo de esta tentación. Te amo mucho y te extraño, Tu hijo José. Tercera carta desde Egipto Querido padre, Mi vida ha cambiado drásticamente nuevamente. Estoy en la cárcel. Fui acusado de intentar violar a la esposa de Potifar, un crimen que nunca cometí. De hecho, salí corriendo de la habitación dejando mi túnica en sus manos cuando sujetó mi bata. Me pregunto nuevamente: ¿Por qué? ¿Por qué permitió Dios que sucediera esto si me he dedicado a Él? ¿Cómo podría hacer esto a los ojos de mi Señor? Él siempre ha estado delante de mi vista. Día y noche hablaba con Él, todo lo que he hecho, lo he hecho en su Nombre. He podido sobrevivir gracias a su ayuda y bendiciones. ¿Cómo podría traicionar a mi Dios y la confianza de mi jefe? No podría hacer eso. Cuando fui arrojado a la prisión, aquellos que me envidiaban se regocijaban. Sin embargo, yo sé en quién he creído. ¿Me está probado el Señor nuevamente? ¿Necesito más paciencia de la que ya había desarrollado? No lo sé. Pero decidí recordar cada cosa buena que Dios me permitió vivir en Egipto. Elegí confiar nuevamente en Él, a pesar de las circunstancias, y no me decepcionó. Dios me dio gracia ante los ojos del jefe de la prisión, y él me hizo su asistente. Me puso a cargo de todos los prisioneros, y ahora soy el responsable de todas las cosas aquí. Ahora entiendo a la gente, específicamente, a aquellos que no merecen su sufrimiento. Intento ser amable con ellos. Hace tres

49 días sucedió algo extraño. Vi a dos personas que estaban muy perplejas y tristes. Cuando les pregunté sobre sus problemas, me contaron los sueños que habían tenido aquella noche. Escuché sus historias y les aseguré que Dios conoce el futuro y puede descifrar cualquier sueño o misterio. Le pregunté a Dios acerca del significado y Él me dio la interpretación de esos sueños. Y hoy todo se ha cumplido de la misma manera como Dios me lo reveló: el panadero del Faraón fue ejecutado y el copero de Faraón fue restaurado en su posición y llevado de vuelta al palacio. Padre, esto me hizo recordar aquellos sueños especiales que tuve cuando estaba en casa, que un día mis hermanos se inclinarían ante mí. No sé cómo y cuándo sucederá, pero tengo la extraña sensación de que Dios me fortaleció en ese momento, aegurándome que mi futuro siempre estaría en sus manos. Le pedí al copero de Faraón que me recordara cuando todo le estuviera saliendo bien y que me ayudara a salir de la prisión, porque no había hecho nada para merecer estar allí. Espero lo mejor, aunque también sé que mi destino depende de Dios y no de las personas. También recordé tu sueño sobre la escalera y los ángeles que subían y bajaban. Sé que Dios todavía está a cargo. Él está en control. Esperaré pacientemente por sus planes sobre mi futuro. Atentamente, José Cuarta carta desde Egipto Querido padre: Tantas cosas han ocurrido desde mi última carta. Antes que nada, aprendí una vez más que Dios no olvida a ningún hombre. Me sorprendió bastante cuando me llamaron para salir de prisión e interpretar los sueños de Faraón. Pasaron dos años desde que interpreté los sueños del panadero y el copero. Nada sucedió durante este tiempo, y ahora fui llevado al palacio del Faraón y él me contó que tuvo sueños extraños en los que veía siete vacas gordas y siete vacas flacas, y también siete espigas llenas y siete espigas menudas. En ambos casos, las vacas flacas y las espigas menudas se tragaron a las vacas gordas y las espigas llenas, respectivamente. Ya que nadie pudo interpretar estos sueños al faraón, el copero se acordó de mí y me recomendó a Faraón. Por supuesto, no soy yo; es el Señor quien me da comprensión de los sueños. Él también me dio el significado de estos sueños. Le dije al Faraón que a través de estos sueños Dios predijo siete años de gran cosecha y siete años de hambre, y él me puso a cargo de toda la tierra para recoger toda la cosecha durante los años de abundancia, de tal modo que la tierra estuviera preparada para la hambruna.

50 Y otra cosa, ¡me casé! Me dieron una chica muy hermosa de alta estirpe y la amo muchísimo. Ella dio a luz a mis dos hijos, Manasés y Efraín. Estoy muy feliz y desearía que pudieras conocer a mis hijos. Cuando los sostengo en mis brazos recuerdo la vez que nos miraste a mí y a Benjamin con la misma mirada. Ahora entiendo lo que significa ser padre. Cuidar. Amar. Guiar. Estar siempre pendiente. Estar orgulloso y proteger. Creo que también comencé a entender mejor el corazón de mi Padre celestial. Aprendí a vivir con Él todos estos años en la tierra de mis vicisitudes. Él estuvo a mi lado camino a la esclavitud, los días en que estuve en la casa de Potifar, en prisión y en mi nuevo puesto. Los años de cosecha han pasado; los años de hambruna anunciados empezaron. Me pregunto cómo están tú y mis hermanos ahora. ¿Cómo están sus familias? ¿Cuántos niños tiene cada uno de ellos? Desearía verlos a todos. ¡Creo que ya los perdoné! Fue difícil, pero Dios me ayudó. Oro para que Él pueda preservar sus vidas durante el tiempo de hambre. Desearía poder verte al menos una vez más. Desearía poder ver tu sonrisa cuando tomes a mis hijos en tus brazos. Ojalá este día llegara. Oro por esto y espero que todos estén bien. Siempre tuyo, José. Quinta carta desde Egipto Mi Dios y mi Padre, que estás en el cielo: ¡No puedo creer que haya vivido tanto tiempo en esta tierra de mi sufrimiento! Realmente se convirtió en un hogar para mí. Sin embargo, nunca olvidé que soy un extranjero aquí y sueño regresar a la tierra que le juraste a mi bisabuelo Abraham. Es por eso que les pedí a mis hermanos que se lleven mis huesos y mi ataúd cuando los visites aquí en Egipto y los lleves de aquí a la tierra prometida. No quiero que me dejen aquí (incluso muerto) porque te pertenezco. Analizando mi vida pasada, solo puedo expresar cuán agradecido estoy por tu dirección y protección. Cuando fui traído a Egipto como esclavo, nunca imaginé que pudieras tranformar todo para mi bienestar, el de mi familia y también para los egipcios. ¡Pero lo hiciste! Me salvaste, salvaste a personas en Egipto del hambre, y trajiste a mi familia con mi padre y hermanos aquí. Todos fueron salvados porque tú me enviaste aquí para preparar el camino. Por eso les dije a mis hermanos: “Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. . . Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros,

51 sino Dios, que me ha puesto por padre del faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto” (Gen 45:5, 7-8). “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente” (Gen 50:20). ¡Eres un Padre extraordinario! Transformaste el mal que mis hermanos me hicieron en bendición. No sé que hubiera sido de mí, si no me hubieran alejado de mi padre. Fue difícil, pero ahora veo cómo me preparaste para mi misión. En cada etapa de mi vida, cuando estaba en mi casa, en la casa de Potifar y en la cárcel, significó avanzar un paso hacia los planes y propósitos que tenías para mí. Me siento agradecido que me hayas utilizado como un barco para salvar a toda la nación egipcia y salvar a mi familia de la hambruna. ¡Estoy agradecido de que me permitieras ver a mi padre Jacob y que le permitieras a él ver a mis hijos! ¡Él los bendijo! Él me vio y vivió conmigo durante diecisiete años más en Egipto, la misma cantidad de tiempo que viví con él en casa antes de ser vendido como esclavo. Nos cambiaste a todos durante ese viaje. No sabía que habías planificado mi encuentro con mis hermanos, pero lo hiciste. No podía creer cómo cambiaste sus corazones. Los probé varias veces cuando vinieron a comprar comida, y era obvio que ya no eran los mismos hermanos crueles, despiadados y egoístas. Se amaban entre ellos, y se cuidaban unos a otros, se preocupaban por Benjamín y por nuestro padre. Tú eres el Dios que transforma los corazones. Gracias porque tú también cambiaste mi corazón. Y ahora, en lugar de odio, venganza y autocompasión, lo llenaste de amor, perdón y misericordia. Quiero que el futuro de mis hijos esté con tu pueblo, porque tú eres el único Dios verdadero, que hizo los cielos y la tierra. Tu nos conoces por nuestro nombre, y nos guiarás a la Tierra Prometida. Ahora puedo irme en paz porque sé que el futuro de mi pueblo y mis hijos está en tus manos. Tu hijo José. Preguntas de discusión: 1. ¿Por qué crees que José tuvo tanto éxito en cada lugar en el que sirvió en Egipto? Enumera varios razones. 2. Discuta los siguientes textos bíblicos: “Pero Jehová estaba con José, quien llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa del egipcio, su amo” (Gén. 39:2).

52 “Vio su amo que Jehová estaba con él, que Jehová lo hacía prosperar en todas sus empresas. Así halló José gracia a sus ojos, y lo servía; lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Desde el momento en que le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo” (Gén. 39:3-5). “Pero Jehová estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara el favor del jefe de la cárcel. El jefe de la cárcel puso en manos de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía” (Gen 39:21-22). “Y dijo el Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el Espíritu de Dios?” (Gen 41:38). 3. Discuta las siguientes citas de Elena G. de White: “La notable prosperidad que acompañaba a todo lo que se encargara a José no era resultado de un milagro directo, sino que su trabajo, su interés y su energía fueron coronados con la bendición divina. José atribuyó su éxito al favor de Dios, y hasta su amo idólatra aceptó eso como el secreto de su impresionante prosperidad. Sin embargo, sin sus esfuerzos constantes y bien dirigidos, nunca habría podido alcanzar tal éxito. Dios fue glorificado por la fidelidad de su siervo” (Patriarcas y Profetas, 193). “Pocos se dan cuenta de la influencia de las cosas pequeñas de la vida en el desarrollo del carácter. Ninguna tarea que debamos cumplir es realmente pequeña. Las variadas circunstancias que afrontamos día tras día están concebidas para probar nuestra fidelidad, y han de capacitarnos para mayores responsabilidades” (Patriarcas y Profetas, 199). 4. Dos veces le quitaron la túnica de José. Tomando en consideración el simbolismo de las ropas y la túnica blanca que Jesús nos da como símbolos de Su justicia, ¿qué pensamientos vienen a tu mente en conexión con este asunto? 5. ¿Qué relevancia tiene la última solicitud de José a sus hermanos de llevar sus huesos a la tierra prometida? “A través de los siglos de trabajo que siguieron, aquel ataúd, recuerdo de las últimas palabras de José, daba testimonio a Israel de que ellos eran únicamente peregrinos en Egipto, y les ordenaba que cifraran sus esperanzas en la tierra prometida, pues el tiempo de la liberación llegaría con toda seguridad” (Patriarcas y Profetas, 217). 6. ¿Qué lecciones de la vida de José son más relevantes para ti?

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El Dr. Baraka Muganda sirvió como Director de los Ministerios Juveniles de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1995 hasta el año 2010. Su pasión por el trabajo con jóvenes continúa en su función como Vicepresidente de Ministerio de la Universidad Adventista de Washington, Takoma Park, Maryland, EE. UU. Puede ser contactado a través de la cuenta de correo electrónico [email protected].

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DÍA 7 VENCIENDO LOS GIGANTES Texto de la Biblia: 1 Samuel 17:32-37 (VRV) Nuestro mensaje para hoy es: David "el Asesino de Gigantes". La historia de David y Goliat siempre me ha fascinado desde que era un niño. Fue una de esas historias que aprendí en mi Escuela Sabática y se me ha quedado grabada. Esta historia es muy familiar entre los cristianos. Leemos diversa literatura acerca de esta, hablamos de ello y cantamos al respecto. Recuerdas aquel canto infantil: "Sólo un jovencito que se llamó David, solo un jovencito que sabía cantar y orar". Hoy estudiaremos las lecciones que David nos enseña sobre la superación de grandes obstáculos o gigantes en nuestras vidas, y cómo Dios puede usarnos como jóvenes para hacer grandes cosas para Él. Todos nos enfrentamos a algún tipo de gigante. ¿Cuáles son los gigantes a los que te estás enfrentando? Tal vez se trate de enfermedades, depresión, abuso, pornografía, rechazo, relaciones rotas, tentaciones, miedo, fracasos pasados, ira, sexo o desaliento. Probablemente tu gigante no sea Goliat, pero hay gigantes a los que debes enfrentarte cada día. Los problemas y preocupaciones se pueden convertir en gigantes. Los problemas de salud, problemas financieros o maritales pueden ser considerados como gigantes. Los problemas de empleo, problemas de los niños y problemas con el gobierno, pueden parecer gigantes. Se identifican con nombres distintos: Visa, Discover, Master Card, Hipoteca, etc. Expresiones tales como cáncer, envejecimiento, calvicie, muerte, deshonestidad, falta de perdón, falta de amor, nos recuerdan otros gigantes. ¿Qué gigante o gigantes estás enfrentando? ¿Oyes a esos gigantes gritando en tu mente? Lo mismo les sucedió a los hijos de Israel, el pueblo de Dios y a los filisteos que eran sus enemigos en la guerra. Cada mañana durante más de 40 días, Goliat gritó a los hijos de Israel. Podías oírlo gritar: “Yo soy filisteo, y ustedes están al servicio de Saúl. No hace falta que todos ustedes salgan a pelear. Elijan a uno de ustedes, y mándenlo a pelear conmigo. Si es buen guerrero y me mata, nosotros seremos esclavos de ustedes. Pero si yo lo mato, ustedes serán nuestros esclavos. Yo desafío a todo el ejército israelita. Elijan a uno de sus hombres para que luche conmigo”. (1 Sam. 17: 8-10 [Traducción en Lenguaje Sencillo]TLS) La voz de Goliat atemorizó a los hijos de Israel en gran manera. Goliat era un enorme gigante que medía aproximadamente 2.90 metros. Tenía en su cabeza un casco de bronce y estaba

55 armado con una cota de malla que pesaba al menos unos 45 kilogramos. La punta de su lanza estaba hecha de hierro y pesaba cerca de cinco kilos y medio. A su lado estaba un escudero. Este enorme gigante estaba bien protegido y, al parecer, no había en Israel un hombre dispuesto a luchar contra él. Tan solo su mirada paralizó a los hijos de Israel. Goliat lo sabía y por eso desafió con gritos a los israelitas. Aquel día, el gigante Goliat dio un paso al frente cuando vio al pequeño David parado frente a él. Como de costumbre, lanzó su desafío, mientras David lo oía atónito. Cuando los israelitas vieron al hombre, huyeron despavoridos. Cuando parece no haber esperanza en la vida, cuando parece que no hay escapatoria, Dios puede proveer una salida cuando no se ve alguna. Durante cuarenta días, Goliat demandó un rival. Durante cuarenta días se burló del aterrado pueblo de Dios. Entonces sucedió lo inesperado: apareció un jovencito llamado David. No era un soldado, era sólo un niño. No tenía casco, no tenía lanza, era solo un jovencito, pero aquel muchacho no tenía miedo de luchar. “Cuando el filisteo miró y vio a David, no lo tomó en serio, porque era apenas un muchacho, rubio y de hermoso parecer. El filisteo dijo a David: - ¿Soy yo un perro, para que vengas contra mí con palos? Y maldijo a David invocando a sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: - Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” (1 Sam. 17:42-45). David hizo lo que consideró que debía hacer. El ejército de Israel, por el contrario, no hizo lo que tenían que hacer. Mi primera reflexión para este momento es: No tengas miedo. David se acercó al rey Saúl y le dijo: “Que nadie se desanime a causa de ese; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.” (1 Sam. 17:32). David le dijo al rey Saúl: “no te preocupes oh rey; yo me ocuparé de ese filisteo”. Cuando tú y yo somos confrontados por nuestros gigantes, quisiéramos oír algunas buenas nuevas. Saúl estaba recibiendo buenas noticias, pero parece que éstas provenían de la fuente equivocada; venían de un jovencito sin entrenamiento militar. Sin embago, David estaba a punto de hacer algo extraordinario, aunque su hermano mayor trató de detenerlo: “Al oírlo hablar así con aquellos hombres, Eliab, su hermano mayor, se encendió en ira contra David y le dijo: - ¿Para qué has descendido acá? ¿A quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón; has venido para ver la batalla” (1 Sam. 17:28).

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Los grandes líderes ven las cosas de manera diferente. Cuando estás por hacer algo por el Señor, algo que puede parecer imposible para el hombre, no dejes que nadie te detenga. Como jóvenes, no permitan que nadie les impida hacer lo correcto. Cuando enfrentes tus gigantes, muchas personas, incluso los miembros de tu propia familia, se burlarán de ti; sin embargo, no te detengas por ello. Hablarán de ti, mas no permitas que te detengan. Esto puede suceder con tu familia, en tu trabajo o en tu iglesia. Es probable que aquellos que conoces te decepcionen. David estaba luchando contra su hermano mayor, quien lo miraba con desprecio. Pudo haber pensado: “es verdad, eres mi hermano mayor, pero hay un gigante que enfrentar”. Podía haber pensado que había una batalla que ganar, por lo que no permitiría que nada se interpusiera en el camino. Cuando el Señor está de tu lado, no debes temer; entonces podrás enfrentar y destruir al gigante. Recuerda que como joven cristiano, el Señor siempre luchará por ti. Solo necesitas permitirle pelear tus batallas. Tome en cuenta cuidadosamente que "Una de las primeras cosas que debemos hacer, si queremos matar a los gigantes en nuestra vida es superar el desaliento". Habrá personas cercanas a ti, personas en las que confías, que tratarán de convencerte, diciéndote que no tienes posibilidades. Aquí hay una advertencia para todos: tengan cuidado con aquellos que les dan recomendaciones. Hay personas que te dirán que no puedes superar este o aquel obstáculo. Te dirán que el gigante es demasiado grande y tú demasiado pequeño, pero por fortuna y para nuestra satisfacción y tranquilidad, ¡con Dios todo es posible! El Señor puede convertir lo imposible en algo posible. La gente puede haberte dicho, y tal vez te estén diciendo, que no llegarás a ser algo, pero puedo oír al apóstol Pablo decir en Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Por tanto, ¡no te desanimes! Ser demasiado joven suele ser con frecuencia, un motivo para impedir que los jóvenes realicen muchas cosas. No debemos esperar que los jóvenes cumplan con los deberes de los adultos, mientras son inmaduros e inexpertos; tal razonamiento es injusto para ellos y para quienes tienen que depender de su desempeño. ¿No estaba David preparado para enfrentar al enemigo? Nuestra capacidad de enfrentar oponentes en la vida dependerá de cuán preparados estemos. Las batallas se pierden o ganan en la etapa de preparación. En el caso de David, fue el desarrollo de su carácter lo que lo preparó para enfrentar los gigantes. Elena G. de White, comentando sobre la preparación de David, dice: “Su experiencia en estos asuntos probó el corazón de David y desarrolló en él valor, fortaleza y fe” (Patriarcas y Profetas, 697, 698).

57 Al ejercer control sobre nuestros pensamientos y temperamento, poniendo nuestras capacidades y nuestra confianza en las manos de Dios, ningún “Goliat” podrá atemorizarnos, confundirnos o desalentarnos. Mas bien, debemos pensar como David. Aún cuando no tengamos las armas adecuadas o no tengamos armadura, podremos enfrentar nuestros gigantes y vencerlos. Elena G. de White nos recuerda: “Aun antes de haber sido llamado a la corte de Saúl, David se había distinguido por actos de valor. El oficial que lo recomendó al rey dijo que era ‘valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso’, y añadió: ‘Jehová está con él’” (1 Samuel 16:18; Patriarcas y Profetas, 633). Ella dice además, “David era susceptible a la influencia del Espíritu Santo, y el Señor en su providencia lo preparó para su servicio, capacitándolo para llevar a cabo sus propósitos. Cristo fue el Maestro-Constructor de su carácter” (Manuscrito163, 1902). Dios escogió y preparó a David para su obra. La crítica lastima cuando proviene de alguien que tiene autoridad e influencia sobre nosotros, en el caso de David, provenía de Eliab. La crítica duele cuando cuestiona nuestros motivos. La crítica lastima cuando es permanente. Las críticas duelen cuando provienen de personas que conocemos hace mucho tiempo. Escucharás a los críticos señalando tus faltas o limitaciones: eres solo un muchacho; vienes a mí con palos; daré tu carne a las aves del cielo y alimentaré a las bestias del campo. . . Jóvenes, aprendan una lección de la experiencia de David. Hay personas que se sienten abrumadas cuando enfrentan sus gigantes. Abrumados por aquellos gigantes de renombre. Abrumados cuando estos gigantes aparecen a cada momento. Abrumados cuando quienes están de su lado experimentan temor. Se sienten abrumados pero nunca enfrentan sus gigantes. David no estaba abrumado, sentía una pasión por Dios digna de honra. Estaba molesto por la forma en que Dios estaba siendo deshonrado. Elena G. de White dice: “Se encendió su celo para salvar el honor del Dios viviente y el crédito de su pueblo” (Patriarcas y Profetas, 698). ¡No podía permitir que Goliat deshonrara a su Dios! David no intentó ser como Saúl. En otras palabras, quien luchan hasta vencer los gigantes, no intentan ser algo o alguien que no son (1 Sam. 17: 38-40). Durante una crisis, la gente intentará hacerte actuar o razonar como ellos hacen. Pero recuerda: una armadura pesada impedirá tus movimientos. Nunca podrás vencer a los gigantes con armas carnales. Como jóvenes, Dios espera que nosotros confiemos en Él y usemos lo que Él nos ha dado para vencer nuestros gigantes.

58 ¿Qué hubiera sucedido si hubieras escuchado las cosas negativas que decía la gente? ¿Qué hubiera ocurrido si hubieras creído los comentarios desalentadores? ¿Dónde estarías hoy? Y así, David bien pudo haber dicho a Saúl: “Oh rey, que para siempre vives, hay algo que debo contarte. . .” Y así, desde los versículos 34 al 36 de nuestro texto, David comienza a explicarle a Saúl lo que le había sucedido (Lea los versículos 34 a 36 y explique). “Rey Saúl: maté un león y un oso, y ahora estoy listo para enfrentar al gigante Goliat. Tengo el testimonio de cómo Dios me liberó del león y del oso; el mismo Dios que me libró en aquel momento, me librará ahora de este gigante. No estoy desanimado, oh rey; este gigante se ha burlado del pueblo de Dios, ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente, y ahora es el momento de luchar”. Llegará el momento en nuestras vidas cuando tendremos que enfrentar al gigante y decirle: ¡Basta! Llegará el momento en nuestras vidas cuando tendremos que defender la verdad. Llegará el momento cuando tendremos que enfrentar al gigante, y decirle: “tus minutos están contados”. No es el momento para balbucear como un bebé, o para tener una corta conversación; este es el momento de luchar, pero en los términos del Señor y para su honra, no la nuestra. “El corazón de David no se intimidó en lo más mínimo, porque él sabía en quién había confiado. David le dijo al gigante: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mis manos, yo te venceré y te cortaré la cabeza. Y hoy mismo entregaré tu cuerpo y los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel. Y toda esta congregación sabrá que Jehová no salva con espada ni con lanza, porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos” (1 Sam 17:45-47 R95) (Sign of the times, 1886, 9). Jóvenes, ¡no se desanimen! Enfrentemos los gigantes hasta vencerlos. Jóvenes de Dios, puede que haya algunos que flaqueen o duden, pero, cobremos ánimo y enfrentemos los gigantes hasta vencerlos. Aunque algunos se den por vencidos, mantegamos la fe y enfrentemos los gigantes. Algo más, antes de finalizar. No tengan temor; no se desanimen. La victoria les pertenece. Despúes que Saúl escuchó a David contar las hazañas de cómo había matado a un león y un oso, y la manera como el Señor lo había protegido, quedó convencido que el Señor intervendría, por lo que dijo al muchacho: “Ve, y Jehová esté contigo” (1 Sam. 17:37). Conocemos el final de la historia. Sabemos lo que le sucedió a Goliat, el gigante que se burlaba del pueblo de Dios. En 1 Samuel 17:49 leemos estas palabras: “Metió David su mano en la

59 bolsa, tomó de allí una piedra, la tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y cayó a tierra sobre su rostro”. Conclusión Lee Romanos 8:32. Cuando Goliat se burló del pueblo de Dios, amenazándolo e infundiéndole temor, David no huyó, ni se atemorizó o vaciló; en cambio, fue al frente de batalla. Él entró en acción. Al concluir en esta oportunidad, pregunto: ¿Qué gigante o gigantes estás enfrentando en este momento? Se dice que "todos los gigantes con los que luchamos están diseñados para acercarnos más a Dios. No podemos entrar en el fragor de la batalla para crear un impresionante récord de victorias o pensar que lucharemos y venceremos por nuestra fuerza". David conocía la voluntad de Dios para Israel, porque Moisés lo había dicho claramente: debían poseer la tierra de Canaán y sus enemigos no podrían oponerse a ellos (Levíticos 26: 7-8). Pero esto dependería de que Israel guardara los mandamientos de Dios, incluyendo el sábado, y reverenciando su santuario (Lev. 26:2, 3). Esta era la Palabra de Dios: su solemne promesa, la cual no puede fallar porque su Palabra es verdadera y firme por los siglos de los siglos. El profeta Isaías dijo: “La hierba se seca y se marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isa 40:8). Por otro lado, si no obedecían a Dios y guardaban sus mandamientos, entonces Dios advirtió: “Pondré mi rostro contra vosotros y seréis heridos delante de vuestros enemigos. Los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga” (Lev 26:17). El Señor nos llama hoy, queridos jóvenes para enfrentar a cada gigante en nuestra vida. Él nos está llamando a ser fieles a Él, mientras luchamos contra las tentaciones y las pruebas. David dijo que la batalla le pertenece al Señor. ¿Por qué? Porque Dios estaba siendo desafiado. La voluntad de Dios estaba siendo detenida. ¿Has encomendado tus batallas al Señor, o aún estás luchando contra tus gigantes por tu cuenta? Preguntas de discusión 1. ¿Por qué crees que los israelitas esperaron 40 días para comenzar la batalla? 2. La fe de David en Dios lo llevó a mirar al gigante desde una perspectiva diferente. ¿Cuán diferente crees que será tu vida si te detienes para reenfocar los desafíos cotidianos de manera diferente? 3. ¿Confías en que Dios peleará la batalla por ti? ¿Tus batallas son tus batallas o sus batallas las tuyas?

60 4. David y Goliat tenían confianza, con la diferencia que la confianza de David reposaba en Dios. ¿Cómo puedes evitar confiar demasiado en tu propia habilidad para hacer las cosas? 5. ¿Por qué crees que David necesitó cinco piedras, y no una?

El Dr. Ted N. C. Wilson es el Presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Puede ser contactado en el correo electrónico [email protected].

61 DÍA 8 VIENDO LO INVISIBLE CON LOS OJOS DE LA FE El príncipe era el joven más calificado en el reino. Heredero de vastas fortunas, educado en las mejores escuelas, brillante, apuesto, fuerte y carismático, era la persona más popular en el palacio. Por supuesto, algunos sabían que él era solo el hijo adoptivo de la princesa. Habían oído la historia de cómo ella lo había rescatado de una muerte segura, y le había colocado por nombre Moisés, porque fue "sacado" del río. La princesa lo amó como si fuera su propio hijo y contrató a una mujer hebrea para que lo cuidara hasta que tuviera la edad suficiente para traerlo a vivir en el palacio. Pero una vez que estuvo Moisés en el palacio, se convirtió en el orgullo del reino, destinado a convertirse en Faraón, la persona más poderosa de la tierra. Convertirse en un Faraón no era una tarea fácil. Implicaba intenso entrenamiento militar, preparación social y diplomática, e instrucción religiosa. Todos los faraones debían ser miembros de la casta sacerdotal egipcia. Sin embargo, de Moisés se dice que “aunque era celoso e incansable estudiante, no pudieron inducirlo a la adoración de los dioses. Fue amenazado con perder la corona, y se le advirtió de que sería desheredado por la princesa si insistía en su apego a la fe hebrea”.35 Lecciones de fe Durante sus primeros años de vida, mientras estaba con su madre natural, Jocabed, Moisés fue instruido acerca del único Dios verdadero: el Dios de sus antepasados. Escuchó a su madre contar las historias de fe sobre Abraham, aquella noche bajo el cielo estrellado, la disposición de Isaac a obedecer sin importar el costo, y el sueño que tuvo Jacob en el que veía la escalera que conectaba el cielo con la tierra. Se enteró de cómo José había sido traicionado por sus hermanos y vendido a traficantes de esclavos, su ascenso de esclavo a mayordomo en la casa de Potifar, capitán de la guardia egipcia, y de su encarcelamiento injusto por elegir ser fiel a Dios cuando fue tentado por la esposa de Potifar. Moisés también sabía que José había andado por las mismas cortes reales y cómo, a través de su fidelidad, Dios usó a su precursor real no solo para salvar a la nación egipcia sino al mundo durante el tiempo de hambruna.

35

Elena G. de White, Patriarcas y Profestas 223.

62 Las lecciones de fe que Moisés aprendió de niño permanecieron con él y tomó la decisión de que, por la gracia de Dios, también sería fiel. Ninguna amenaza ni recompensa lo tentarían a renunciar a su fe en Dios. En el libro Patriarcas y Profetas se nos da una vislumbre de cómo este joven pudo alejarse de lo que parecía ser un futuro tan extraordinario. Moisés estaba capacitado para destacarse entre los grandes de la tierra, para brillar en las cortes del reino más glorioso, y para empuñar el cetro de su poder. Su grandeza intelectual lo distingue entre los grandes de todas las edades, y no tiene par como historiador, poeta, filósofo, general y legislador. Con el mundo a su alcance, tuvo fuerza moral para rehusar las halagüeñas perspectivas de riqueza, grandeza y fama, “prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado”.36 Por la gracia de Dios, Moisés miró más allá del magnífico palacio del Faraón y el trono del monarca, contemplando algo mucho mejor. Él comprendió la verdad eterna, articulada por el apóstol Pablo un milenio y medio más tarde cuando escribió: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Cor. 4:18). Y debido a que Moisés vio la invisible realidad de Dios, confiando en sus promesas y dirección, está vivo en el cielo hoy (Mat. 17:3). Cara a cara con el Faraón Si visitaras Egipto hoy día, te encontrarás cara a cara con los Faraones. Los más famosos se encuentran en su estado momificado perfectamente conservado, ubicado en la Sala Real de las Momias del Museo Egipcio de El Cairo. Allí encontrarás a Amenhotep II, Thutmosis IV, Hatshepsut (se cree que es la princesa que adoptó a Moisés) y el poderoso Ramsés II, conocido como Ramsés el Grande, entre otros. ¿Alguna vez pensaste en dónde estaría Moisés hoy si le hubiera dado la espalda al llamado de Dios y se hubiera convertido en Faraón? Es muy posible que su cuerpo perfectamente conservado se encontrara junto a los muchos faraones en el Salón de las Momias Reales.

36

Ibíd.

63 Mirando al pasado, es fácil ver que Moisés tomó la decisión correcta. Pero en ese momento, esta situación no estaba tan clara. Si hubiera continuado su vida con lo que le ofrecía su posición, el esplendor y la riqueza, habría sido la persona más rica y poderosa de la tierra para su tiempo. En ese momento, debe haber parecido absurdo dejar todo, por algo que no podía ver, excepto a través de los ojos de la fe. Pero la Biblia nos dice que: “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa. Por la fe dejó Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Heb 11:24-27). Lecciones para aprender Incluso después de haber tomado esta decisión tan importante, Moisés tenía que aprender varias lecciones y desaprender otras. Convencido de que Dios lo había llamado a liberar a su pueblo, Moisés se propuso hacerlo con su propia fuerza. “En aquellos días sucedió que, crecido ya Moisés, salió a visitar a sus hermanos. Los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de sus hermanos hebreos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena” (Exo 2:11-12). No deberíamos apresurarnos a juzgar a Moisés. Había recibido entrenamiento militar y pudiera haber creído que esta era la forma de obtener la libertad para su pueblo. Sin embargo, sabemos lo que sucedió después: Moisés no recibió apoyo de su pueblo, Faraón se enteró del asesinato del egipcio y el antiguo príncipe egipcio tuvo que huir para salvar su vida. ¡Luego vinieron 40 largos años en el desierto. . . cuidando ovejas! A Moisés le debió haber parecido que lo había arruinado todo. Pasó del palacio a los campos, de defensor y libertador a humilde fugitivo. Seguramente él debe haberse preguntado: "¿Qué salió mal?" Sin embargo, no todo estaba perdido. Dios tenía un plan para Moisés, así como tiene un plan para cada uno de nosotros: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jer 29:11). Recién salido de la escuela del Faraón, Moisés aún no estaba listo para sacar de Egipto al pueblo de Dios y llevarlo a la Tierra Prometida. Primero tuvo que aprender a no confiar en su propia sabiduría o fortaleza, sino a confiar en el poder de Dios para el cumplimiento de sus promesas.

64 También necesitaba aprender la paciencia y la abnegación, lecciones que solo podían aprenderse fuera del palacio. En el libro Patriarcas y Profetas, leemos que “las influencias que le habían rodeado en Egipto, el amor a su madre adoptiva, su propia elevada posición como nieto del rey, el libertinaje que reinaba por doquiera, el refinamiento, la sutileza y el misticismo de una falsa religión, el esplendor del culto idólatra, la solemne grandeza de la arquitectura y de la escultura, todo esto había dejado una profunda impresión en su mente entonces en desarrollo, y hasta cierto punto había amoldado sus hábitos y su carácter. El tiempo, el cambio de ambiente y la comunión con Dios podían hacer desaparecer estas impresiones. Exigiría de parte de Moisés mismo casi una lucha a muerte renunciar al error y aceptar la verdad; pero Dios sería su ayudador cuando el conflicto fuese demasiado severo para sus fuerzas humanas”.37 En lugar de desaprovechar el tiempo, Dios usó los 40 años en el desierto para preparar a Moisés para la gran obra de sacar a su pueblo de la esclavitud y más allá. Fue también durante esos años tranquilos que, bajo la inspiración y la direcciòn del Espíritu Santo, Moisés escribió el libro del Génesis. Un llamado inesperado De repente, ¡su vida cuidando las ovejas terminó! El llamado de Dios a menudo es así, ¡Repentino! Una llamada telefónica. Un texto. Un correo electrónico. Una invitación personal. En el caso de Moisés, el llamado de Dios vino a través de una zarza ardiente y Moisés no estaba listo, o por lo menos, eso fue lo que pensó. “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”- dijo el Señor a Moisés (Éxo. 3:10). Entonces Moisés respondió a Dios: “¿Quién soy yo para que vaya al faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxo. 3:11). El otrora príncipe autosuficiente reconoció su debilidad y no se sentía suficiente para cumplir con la tarea que Dios le estaba encomendando; pero Dios le aseguró: “Yo estaré contigo” (Éxo. 3:12). Moisés estaba a punto de aprender que “cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a cabo con su fuerza. Todos sus mandatos son habilitaciones”38 (Palabras de vida del gran Maestro, 266).

37

White, Conflito y Valor, 85.

38

Elena G. de White, Palabras de Vida del Grana Maestro, 226.

65 Cuando Moisés continuó expresando su indisposición al llamado, Dios le dijo que su hermano, Aarón, iría con él: “Tú le hablarás y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer” (Éxo. 4:15). Entonces, los dos hermanos fueron a enfrentar al poderoso Faraón y a liberar al pueblo de Dios. A lo largo de su vida, Moisés desarrolló la fe necesaria para tomar decisiones basadas en realidades eternas, en lugar de fundamentarlas en lo visible o temporal. Incluso al final de su vida terrenal, Moisés instó a los hijos de Israel a ser fieles a Dios, diciendo: “¡Ojalá fueran sabios, comprendieran esto y se dieran cuenta del fin que los espera!” (Deut. 32:29). Muchos ejemplos Moisés, por supuesto, no es la única persona en la Biblia que por fe miró más allá del presente hacia lo eterno. En el libro de Hebreos, capítulo 11, versículo 1, se nos da esta definición muy clara de fe: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. El capítulo continúa con una larga lista de hombres y mujeres fieles que eligieron obedecer a Dios, antes que seguir el mundo que les rodeaba. Abel, Enoc y Noé están en la lista. Abraham y Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rahab y más. Y la Biblia dice que “en la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (Heb. 11:13). De todos los ejemplos de quienes miraron más allá de lo visible a las promesas invisibles, el ejemplo de Jesús es el más poderoso. Miró con amor a cada ser humano, no enfocándose en lo que eran, sino en lo que podrían llegar a ser, a través de su poder. Cuando estaba en el pozo de Jacob (ver Jn. 4: 5-42) no solo vio a una mujer samaritana. Vio a una persona necesitada de esperanza y perdón, y vio a una evangelista. Cuando Andrés, su discípulo, le trajo el almuerzo de un niño, estando junto al mar de Galilea, en lugar de ver sólo cinco panes de cebada y dos peces pequeños, vio la posibilidad de alimentar a miles, no solo físicamente, sino también espiritualmente (ver Jn. 6:813). Cuando estaba en un bote de pesca en el mar tempestuoso, no miró el viento y las olas, sino que descansó seguramente en los brazos de su Padre (véase Mar. 4: 37-40). Y cuando colgaba de la cruz, desnudo y maltratado, cuando todo parecía completamente sin esperanza, le prometió al ladrón moribundo y arrepentido: "estarás conmigo en el paraíso" (Luc. 23:43). Miró más allá de lo temporal, a lo eterno.

66 Mirando mas allá ¿Y qué acerca de ti? ¿Hacia dónde estás mirando? ¿Está tu vista ta llena de las cosas visibles, lo que te rodea, circunstancias que te envuelven, personas que te persuaden, de tal manera que no puedes ver lo invisible? Es tan fácil enfocarse y estar motivado solo por el aquí y ahora. ¿Pero podría ser que lo que ahora parece tan importante, la popularidad, el dinero, los deportes, el entretenimiento, la moda, el éxito mundano, no signifique nada en la eternidad? En el libro de 1 Juan, capítulo 2, el apóstol nos insta diciendo: “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. . . porque nada de lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Es posible que no recibamos el entrenamiento real que se daba a un futuro Faraón, como ocurrió con Moisés, pero todos somos tentados a participar de los “deleites temporales del pecado, (Heb 11:25), o fijar nuestra vista en la recompensa eterna, y viviendo nuestras vidas en armonía con las promesas divinas. Los invito a mirar a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12: 2). Desarrolla una relación cercana con Él. Dedica tiempo para estar con Él. Comunícate con Él por medio de la oración. Escúcha su voz que te habla a través de su Palabra, la Biblia. Lee sus consejos especiales para ti en los escritos del Espíritu de Profecía. Escucha su voz guiándote a realizar actividades de humilde servicio a otros, mientras te involucras en proyectos misioneros con los jóvenes de tu Iglesia. Él promete estar contigo, para guiarte y fortalecerte. Sabemos que muy pronto, Cristo regresará para llevarnos a vivir con Él para siempre, en un lugar más increíble de lo que podemos imaginar. “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman” (1 Cor. 2:9). Al igual que Moisés, elige hoy mirar al Invisible. Preguntas de discusión 1. ¿Cómo pudo Moisés mirar más allá de las atracciones de la vida presente y contemplar el futuro por la fe? 2. ¿Qué significa ver "a través del ojo de la fe"? ¿Por qué es tan importante?

67 3. ¿Cuáles son algunas formas concretas en que podemos aumentar nuestra fe? 4. ¿Cómo podemos equilibrar la vida en este mundo presente y prepararnos para la eternidad? 5. Describe cómo crees que será el cielo. ¿Cuáles son tus más grandes expectativas?

El pastor Gary Blanchard es el Director de Ministerios Juveniles de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Puede ser contactado a través del correo electrónico [email protected]. Pueden seguirlo en Instagram a través de la dirección @garyblanchardgc.