Por Todos Los Dioses - RESUMEN 2

CAPITULO 1 HOMERO Y YO La historia la cuenta el viejo y ciego Homero a un joven como tú. Tuvo en Esmirna un joven ayudan

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CAPITULO 1 HOMERO Y YO La historia la cuenta el viejo y ciego Homero a un joven como tú. Tuvo en Esmirna un joven ayudante a quien le gustaban mucho sus historias. Se llamaba Nicómaco. Sus dos grandes obras son: La Ilíada (protagonista Aquiles) y La Odisea (protagonista Ulises). Hexámetro es el tipo de verso en que compuse mis grandes epopeyas.

CAPITULO 2 UNA DIETA OLIMPICA: NECTAR Y AMBROSIA El significado de los mitos. Encierran una enseñanza, símbolo, significado de fenómenos de la naturaleza, respuesta a cuestiones profundas sobre el origen del hombre y la vida. Difícilmente podrá entenderse la historia, la literatura, el arte y la cultura antigua si se desconoce la mitología. Olimpo. En la cumbre del monte viven los dioses, en un palacio de metales preciosos trazado por el dios Hefesto (griego) o Vulcano (romano). Dioses pasan en festejos con músicas celestiales, mientras la joven copera Hebe, hija de Zeus, les sirve ambrosía como manjar y néctar como bebida, el menú de la inmortalidad. Ningún mortal consiguió nunca arrebatar su manjar a los dioses que eran muy celosos de sus cosas. Únicamente un semidiós, Tántalo, hijo de Zeus y la ninfa Pluto, se atrevió a hacerlo y los robó y el castigo fue terrible. Sus amigos de la Tierra le dijeron: ¿por qué no nos traes néctar y ambrosía del Olimpo? ¡También nosotros queremos ser inmortales! » Zeus dijo: ¡Hay que castigar a Tántalo; no podemos permitir que los hombres pretendan arrebatar los privilegios de los dioses! ¡Sabrá lo que es desear algo y no poder alcanzarlo jamás! Sumergieron a Tántalo en una fuente. El agua le llegaba hasta el cuello y cuando la sed le quemaba y parecía que el agua iba a llegarle a los labios descendía de nivel y Tántalo no lograba probar una gota. Otras veces colgaban delante frutales, estiraba sus manos para atrapar una manzana y justo un golpe de aire elevaba las ramas. Estas continuas frustraciones le sucedían mientras una roca pendía sobre su cabeza amenazando desplomarse en cualquier momento y aplastarlo. Ícaro. En su caso fue la ambición de llegar más allá de lo permitido a los mortales lo que lo perdió. Había sido encerrado en el laberinto de Creta con su padre Dédalo, arquitecto del laberinto, donde nadie había logrado salir y todos habían sido devorados por el Minotauro. Dédalo tomó cera de un panal del muro y fabricó alas con las huyeron volando. Dédalo se posó en la cumbre de una montaña pero vio que su hijo seguía volando. -Ícaro, desciende -¡Quiero llegar hasta el Sol, padre! El Sol derritió sus alas y el joven se precipitó al mar, que se llamó de Icaria en su honor.

CAPITULO 3 ZEUS Y SU GRAN Y ENREVESADA FAMILIA Al comienzo del mundo reinaba el caos. Del caos surgieron el Cielo y la Tierra, los hombres y las cosas. El padre y señor de todos los dioses era Zeus (griego) o Júpiter (romano). Los nombres auténticos de los dioses son los de la mitología griega. La mitología romana es una copia. El Olimpo fue creado por Hefesto (griego) o Vulcano (romano). Categorías de dioses: Dioses superiores, eran 22. 12 formaban la corte olímpica. Dioses inferiores, protectores específicos de campos, familias, ciudades. Finalmente, y sin derecho a morar en el Olimpo a no ser que el Consejo de los doce grandes lo permitiese, semidioses o héroes (como Tántalo), nacidos de la unión de un dios con una mortal o mortal con diosa. Del caos surgieron Urano, dios del Cielo, y Gea, diosa de la Tierra: la primera pareja divina. Engendran a los titanes, monstruos de cincuenta cabezas y cien manos. Urano, al verlos tan horribles, monta en cólera y los encierra en el Tártaro o infierno. Gea incita al primogénito, Cronos -Saturno romano-, a que destrone a su padre y se deshaga de él. Cronos ocupa el trono de su padre y se casa con Rea. Temiendo que sus hijos puedan hacer con él lo mismo que él hizo con su padre decide deshacerse de los hijos que vaya dándole esposa Rea. Nace Zeus y Rea lo esconde en la isla de Creta, donde es amamantado por una cabra y alimentado con miel de abejas. Zeus comienza por resucitar a los hijos que su padre había matado al nacer, y con ellos declara la guerra a Cronos y a sus hermanos los titanes. Ayudan a Zeus los cíclopes, que otorgan al dios el trueno y el rayo, símbolos de su autoridad. Vence Zeus y arroja a Cronos y a los titanes al Tártaro y se proclama rey y señor del Olimpo, repartiéndose el dominio del mundo con sus hermanos Poseidón (Neptuno) y Hades (Plutón). Al primero le otorga el mar y al segundo el tenebroso mundo subterráneo o infierno. Zeus es quien mantiene el orden y la justicia en el mundo. A la puerta de su palacio del Olimpo, tiene dos jarrones de oro: uno contiene el bien y el otro el mal. Zeus distribuye a cada hombre el contenido de ambos recipientes por partes más o menos iguales.

CAPITULO 4 HERA, VENUS, PARIS Y LA MANZANA Paris, uno de los héroes de la guerra de Troya. En su caso fue la diosa Hera (Juno romano) quien marcó su trágico destino. Fue la más importante de las esposas de Zeus, que coronó junto a él como reina del Olimpo. Zeus y Hera son las dos grandes divinidades de la mitología. Las bodas fueron esplendorosas, en el Jardín de las Hespérides, donde fructifican manzanas de oro y las fuentes manan ambrosía de inmortalidad. Las siete hespérides o ninfas del ocaso danzaron en torno a las mágicas fuentes, y al final fueron entregando manzanas de oro a Hera.

Un día Zeus organizó un banquete por la boda de Tetis y Peleo e invitó a casi todos sus compañeros, pero excluyó a Eride, diosa de la discordia y madre de Lete (el olvido), Limos (el hambre), Algos (el dolor) y Ponos (la pena). La diosa, como venganza, se presentó al postres y lanzó en la mesa una Manzana que decía: «Otórguese a la más hermosa de las diosas presentes»: Hera, reina del Olimpo y esposa de Zeus; Atenea (Minerva romana), diosa del poder y la sabiduría, y Venus (Afrodita griega), diosa de la belleza y el amor. Cada una quería el privilegio de llevarse la manzana de la discordia. Zeus se vio obligado a poner orden y a nombrar un juez, que no tuviese nada que ver con el Olimpo: Paris, un joven valeroso y apuesto príncipe troyano. Hera le prometió a Paris reinar sobre Asia. Atenea, diosa de la sabiduría y la fuerza, prometió dotarlo de é, además de no ser derrotado jamás por sus enemigos. Faltaba Venus (Afrodita)... surgiendo de una ola, apareció la diosa del amor y de la belleza. El joven se quedó absorto. Si me eliges a mí, te otorgaré el amor de la mujer más bella entre las mortales: Helena de Esparta. Paris no dudó y entregó el fruto a Venus. ¡Ella era la elegida! La decisión trajo como consecuencia la guerra más encarnizadas de la antigüedad: la guerra de Troya, contada en La Ilíada, entre griegos y troyanos por de la belleza de Helena de Esparta.

CAPITULO 5 EL TALON DE AQUILES Y LA GUERRA DE TROYA Venus había prometido a Paris entregarle a Helena de Esparta como premio, pero estaba casada con el rey Menelao. Tuvo que urdir un plan para raptarla. Aprovechando la ausencia del esposo Venus prestó a Paris la figura de Menelao y lo puso en palacio como si fuese el rey que regresaba de viaje y se la llevó a Troya. Los reyes troyanos Príamo y Hécuba, padres de Paris, se negaron a devolver a la que ya consideraban auténtica esposa de su hijo. Entonces estalló la guerra. Menelao acude a su hermano Agamenón, rey de los griegos, y éste convoca a los ejércitos de los distintos reinos en Aulida dispuestos a atacar a Troya. Los troyanos se aprestan al combate, capitaneados por Héctor, primogénito del rey Príamo y hermano mayor de Paris. Hay tres bandos: los griegos, los troyanos y los dioses divididos a favor de unos u otros. Venus o Afrodita a favor de su protegido Paris y los troyanos; Hera y Atenea del lado de Agamenón y los griegos, enemigos de quien las había menospreciado en el concurso de la manzana. Los ejércitos de Agamenón y sitiaron Troya exigiendo la devolución de Helena. El asedio duró diez años. Aquiles es uno de los más grandes héroes de la mitología. Hijo del rey Peleo y la diosa Tetis, ésta usó todos sus poderes para hacer que su hijo perdiese su parte humana y se convirtiese en inmortal. Lo untaba con ambrosía durante el día y lo purificaba con fuego por la noche. Pero el padre, considerando que podía quemar a Aquiles, se lo arrebató y quedó con los huesos del pie derecho quemados e inutilizados. El centauro Quirón, médico y a quien se había

encomendado la educación de Aquiles, lo curó injertándole los huesos del pie del gigante Damiso, veloz. El de los pies ligeros» o «el de los alados pies. Hubo una pelea entre Agamenón, jefe de las tropas griegas, y Aquiles, uno de sus principales caudillos porque Agamenón, en un capricho, le había quitado a su esclava Criseida. Entonces el héroe monta en cólera y se niega a seguir peleando. Patroclo, su mejor amigo, le pide que lo deje usar sus armas para pelear contra los troyanos. Se presenta en batalla disfrazado de Aquiles. Apolo está de parte de Troya y revela a Héctor la identidad del camuflado ayudándole darle muerte. Aquiles vuelve al campo de batalla. Se lo ha pedido Agamenón devolviéndole a Criseida, pero a él lo empuja el deseo de vengar a su amigo. El dios Hefesto le forja nuevas armas y la diosa Atenea -a favor de los griegos, pone en su frente un fulgor que atemoriza a los enemigos. Busca a Héctor, culpable de la muerte de su amigo. Los dos ejércitos detienen la guerra para contemplar la pelea. La lanza veloz de Aquiles va a clavarse en la garganta del joven capitán troyano, que cae en tierra. Aquiles murió de un flechazo en un talón. Las aguas del río Estigia transmitían la invulnerabilidad a quienes en ellas se bañaban, y allí sumergió Tetis a Aquiles. Lo sostuvo por el talón derecho, la única parte de su cuerpo que no tocaron las aguas y por ende la única vulnerable. La diosa Tetis intenta retener a su hijo: «Si vas a Troya tu fama será grande pero breve tu vida. Si te quedas vivirás largos años». «¡Pero sin gloria!», respondió Aquiles. Y muere de un flechazo en el talón. Fue Paris, el raptor de Helena, en venganza por la muerte de su hermano Héctor, según otros, quien disparó la flecha fue el dios Apolo, protector de los ejércitos troyanos.

CAPITULO 6 APOLO, LA SERPIENTE PITON, EL MONTE PARNASO Apolo tuvo parte en la muerte de Patroelo y en la de Aquiles. A los diez años de acoso, Troya fue asaltada y saqueada por los griegos. El propio Apolo fue responsable. Se había enamorado de Casandra, hija del rey Príamo y hermana de Héctor y Paris. Y como regalo de amor le había dado el don de la profecía. Pero Casandra fue infiel a Apolo y éste como castigo, la maldijo: «Seguirás adivinando el futuro pero nadie te creerá ». Casandra vaticinó el desastre de su ciudad y nadie creyó. Y la muralla de Troya construida por Apolo cuando fue desterrado del Olimpo, fue asaltada. Los griegos, impulsados por el astuto Ulises, construyen un caballo de madera tan alto como las murallas y capaz de albergar en su vientre a un batallón. Corren el rumor entre los troyanos de que dan por terminada la guerra y que el caballo es una ofrenda a Atenea para que los proteja en su retorno. El sacerdote Laocoonte recela y pide que sea arrojado al mar o quemado. Ulises usa su ingenio. Las naves griegas simulan marcharse pero se esconden tras un islote. Envía a la ciudad al soldado Sinón disfrazado que asegura haber visto alejarse a la escuadra griega. « ¿Y sabéis por qué han construido ese caballo

tan gigantesco?» revela al rey Príamo. «Para que no podáis introducirlo en la ciudad. Porque si conseguís meterlo los griegos no volverán a atacar a Troya. Los troyanos se apresuraron a meter el caballo en la ciudad. «¡Se tumba un trozo de muralla!». Mientras la flota griega en la noche se acerca a la ciudad. Los troyanos, vencidos por la fatiga y el vino, aprovecha Sinón para liberar a los 300 soldados en el vientre del caballo. Apolo fue uno de los constructores de la muralla de Troya. Hijo de Zeus y la más importante divinidad de la mitología después de él. Desde su nacimiento fue un mimado de su padre. Apenas su madre Leto lo dio a luz en la isla de Delos, Zeus le regaló un casco o mitra de oro, un carro tirado por cisnes y una lira y lo hizo el más bello de la familia de los dioses. Hasta su hermana gemela Artemis -la Diana Cazadora de los romanos - quedó eclipsada por el atractivo del dios. Fue tal la importancia de este dios mitológico, que es el único que no cambió de nombre. En el carro tirado por cisnes que le regaló Zeus se trasladó al país de los hiperbóreos, donde nunca es de noche, y luego a la ciudad de Delfos, que se convertiría en la ciudad de Apolo. Hefesto -o Vulcano- le había regalado flechas, que estrenó dando muerte a la serpiente Pitón, un monstruo que habitaba en una cueva y que asolaba la región destruyendo cosechas y devorando animales y gente. Los habitantes de Delfos proclamaron a Apolo como su libertador erigieron en la gruta de la serpiente un templo en honor suyo, estableciendo el dios en su recinto un oráculo, el que ya para siempre sería el oráculo de Delfos. Lo atendía la pitonisa Pitia. La llamaban pitonisa porque Apolo había forrado con la piel de la serpiente Pitón el trono de oro donde ella se sentaba. Apolo se entregaba a su pasión favorita: la música, el canto y la poesía en el monte Parnaso, morada de las nueve musas, hijas también de Zeus. Calíope inspira a los poetas épicos. Clío es la musa de la historia. Melpómene inspira la tragedia. Talía musa de la comedia. Urania musa protectora de la astronomía y las ciencias. Erato los poetas líricos que cantan al amor al son de una lira. Terpsícore, musa de la danza. Polimnia, protectora del canto. Euterpe musa de la música. El Olimpo y el Parnaso son los dos grandes paraísos de la mitología. De ambos desterró Zeus a su hijo predilecto enviándolo a la Tierra y sometiéndolo a las mismas penalidades que a los hombres. Apolo tuvo un hijo, Asclepio, y confió su educación al sabio centauro Quirón, mismo que curó y educó a Aquiles, que le enseñó la medicina. Hades se quejó a Zeus: Me estoy quedando sin clientes! Zeus se irritó y lanzó su rayo mortal contra Asclepio. Enfurecido Apolo por la muerte de su hijo fue al país de los cíclopes, que forjaban los rayos de Zeus matándolos a todos. Asclepio, Esculapio romano, quedaría como dios y protector de la medicina. Apolo fue castigado por su venganza y enviado a la Tierra a trabajar como esclavo de los hombres. Participó en la construcción de la muralla de Troya,

cuidar los rebaños de bueyes y vacas del rey de Tesalia y sería también nombrado dios protector de los campos y de los animales.

CAPITULO 7 LIRAS CONTRA FLAUTAS La lira y la flauta son los dos principales instrumentos mitológicos. La lira de siete cuerdas, regalo de Zeus, era la preferida de Apolo. Un día la escuchó Orfeo, hijo de la musa Calíope, y se prendó de su armonía. Apolo le enseñó a manejarla y hasta le regaló una. Orfeo le añadió dos cuerdas en honor de las nueve musas del Parnaso y consiguió superar en destreza a su maestro. Los monstruos del Tártaro quedaron hechizados son cuando allí descendió el músico en busca de su esposa Eurídice, muerta por una serpiente. Apaciguó a Cancerbero, que custodiaba la puerta del abismo. Con la lira convenció al dios Hades para que le devolviese a su esposa, condición: no mirarla a la cara hasta llegar al reino de los vivos. Orfeo le levantó el velo y Eurídice se convirtió en humo y la lira músico quedó muda para siempre, pero siguió sonando la del dios Apolo. Apolo sostuvo un desafío musical con el sátiro Marsias, inventor de la flauta de doble tubo. Los habitantes de Nisa dieron el premio a Apolo, pero le agradó tanto el sonido de la flauta que consiguió una y aprendió a tocarla. Hermes, hijo de Zeus y la pléyade Maya, robó los bueyes que pastoreaba Apolo y los encerró en una cueva. Al llegar escuchó la siringa o flauta de Pan. Le propone: «Te cambio las vacas por la siringa. Fue el dios Pan quien la inventó, de extraña figura: la mitad superior humana e inferior macho cabrío. Se enamoró de la ninfa Siringe y se puso a perseguirla. La ninfa invocó a los dioses y la convirtieron en alta caña de las que crecen a la orilla de los lagos. La caña, mecida por el viento, sonó con sonido melodioso. Entonces el dios cortó trozos de su tallo y construyó la siringa. Las ninfas son divinidades femeninas de la naturaleza de gran belleza. Reciben nombres según donde viven: náyades en ríos, nereidas en el mar, oréades en montañas y alseides en bosques. Cupido clavó un dardo en el corazón de Apolo y otro en el de la ninfa Dafne. El primero de amor y el segundo de odio. A punto está Apolo de alcanzarla y los dioses la convierten en un verde laurel, significado de dafne en griego, estableciendo al laurel como la recompensa de los poetas. No fue Apolo afortunado en amor, tampoco en sus amigos. Amigo del joven Jacinto, jugaba con él a lanzarse el disco olímpico cuando Céfiro, celoso, lo desvió golpeando mortalmente la sien del joven, cuya sangre regó la tierra. Apolo, inconsolable, hizo brotar de ella la flor azul que llevaría para siempre el nombre de su amigo. A Ciparis, otro de sus amigos lo convertiría Apolo en ciprés. Zeus se convirtió en toro para conseguir a la princesa Europa, y en cisne para enamorar a la reina Leda. Europa hija del rey de Fenicia, Agenor, jugaba cuando la vio Zeus y se enamoró. Se convierte en toro. La princesa comienza a

acariciarlo y sentarse sobre su lomo. Emprende un trote y llega hasta la isla de Creta. Europa pide ayuda a los dioses. Venus le responde: Por qué te afliges, eres esposa de Zeus. De hoy, en adelante, una parte del mundo llevará tu nombre. Zeus se enamoró de Leda, esposa de Tíndaro, rey de Esparta y sabiendo de su gusto por los blancos cisnes, se transformó en uno y la amó. Cuatro hijos tuvo Leda, gemelos dos a dos: Cástor y Clitemnestra (la esposa de Agamenón, jefe de los griegos en la guerra de Troya), de su esposo Tíndaro; y Pólux y Helena (la bella causante de la famosa guerra), del dios Zeus.

CAPITULO 8 TRES HISTORIAS DE AMOR Cástor y Pólux eran sólo hermanos de madre, la reina Leda. El padre de Cástor era el rey Tíndaro y el de Pólux Zeus: Cástor era mortal y Pólux inmortal. Los dos se amaron. Jugaron y emprendieron arriesgadas aventuras. Cástor era diestro en doma de caballos y manejo de armas y Pólux en la pelea. Hermosos ambos como el propio Apolo. La primera aventura fue liberar a su hermana Helena de manos de Teseo, que la había raptado anterior al de Paris. Participan en la cacería del jabalí que asolaba el reino de Calidón. Toman parte en la famosa de los argonautas. Luchan y vencen a los piratas del mar Egeo. Ni la muerte pudo separarlos. Cástor es muerto por la espada de Idas. Pólux quiere darse muerte con su propia espada pero no lo consigue porque es inmortal. Escala el Olimpo y se postra ante su padre Zeus, que conmovido por las súplicas de Pólux hizo que la mitad del año descendiese Pólux al reino de los muertos, y que la otra mitad ascendiese Cástor al de los vivos. Eco, una hermosa ninfa enamorada de Narciso, murió de pena repitiendo su lamento por valles y montañas. Vivía en el monte Olimpo, famosa por su voz. Hera, esposa de Zeus, pasaba horas escuchándola. Su marido aprovechaba su distracción para entregarse a aventuras amorosas. Se enfureció Hera con Eco y además de desterrarla del Olimpo y enviarla de nuevo a los bosques la condenó a que nunca más pudiese hablar repitiendo sólo cuanto oyera decir. Se enamoran Eco y Narciso, bello como Apolo. Cada vez que Narciso le expresa su sólo escucha de la boca de Eco el sonido repetido de sus propias palabras. Huye abandonándola. Esta llora y se desespera. Corre por valles y bosques detrás de su amado y poco a poco va muriéndose de pena. El orgulloso Narciso, mientras tanto, andaba mirándose en fuentes y riachuelos que le servían de espejo para admirar su belleza se enamoró de sí mismo. Vio su hermoso rostro reflejado en las aguas y ya se olvidó de beber, de comer y de todo para siempre. Se consumió de amor por sí mismo y de dolor por no poder alcanzar lo que amaba y se convirtió en la bella flor que lleva su nombre, la cual nace siempre en las orillas de los ríos. El pastor siciliano Acis, convertido por su amada Galatea en el río que lleva el mismo nombre. El cíclope (gigantes que fabricaban los rayos de Zeus) Polifemo

también se había enamorado de Galatea. Sólo tenía un ojo en la frente y todo su cuerpo estaba cubierto de pelo áspero y sucio. Polifemo estalla en celos. Arranca un peñasco y lo lanza contra el joven Acis aplastándolo sobre la arena de la playa. Galatea, desolada, mezcla sus lágrimas con la sangre de su amado pastor, y hace que fluyan juntas para siempre, convertidas en el río Acis, que recorre la isla de Sicilia.

CAPITULO 9 LOS MIL Y UN NAUFRAGIOS DE ULISES Ulises, héroe de Troya al que se le ocurrió lo del caballo de madera es el protagonista de mi segunda epopeya: La Odisea. Sus aventuras en su viaje de regreso a Itaca, del que era rey y de donde había salido para unirse a los ejércitos de Menelao que fueron a rescatar a Helena, raptada por el troyano Paris. Terminada la guerra los griegos emprendieron el regreso. Y también Odiseo (nombre griego, Ulises es el nombre romano), a quien esperaban esposa Penélope y su hijo Telémaco. Ulises es símbolo del hombre viajero, que logra vencer todas las dificultades con las que se topa en el camino de la vida, para llegar sano y salvo a puerto y alcanzar la meta. Antes de encontrarse con el gigante Polifemo, los vientos ya lo habían arrastrado al país de los terribles ciclones, que logró vencer y luego al de los engañosos lotófagos, que comían lotos. Resulta más difícil vencer la tentación de algo que te atrae que superar un obstáculo. Voces de sirena, divinidades marinas cuyo canto resultaban tan melodiosos que nadie que lo escuchara podía resistir el acercarse hasta ellas. Llamó a su lugarteniente Euríloco: -Toma cera derretida y tapa los oídos de la tripulación, átame a mí al palo mayor de la embarcación. Quiero oír las voces de las sirenas y comprobar si son tan irresistibles. El héroe, seducido por aquellas voces, comenzó a gritarles a sus compañeros: -¡Desatadme, Pero nadie lo oía. Llegaron al país de los cíclopes. Se refugiaron en el interior de una caverna y apareció Polifemo. Me serviréis como alimento. No me has dicho cómo te llamas. Ulises se acercó y contestó: -Me llamo Nadie. Tomando entre todos una lanza de madera, hundiendo a Polifemo la punta en el ojo. Se acercaron varios gigantes vecinos y le preguntaron: -¿Quién te ha herido así? Nadie me ha atacado. Ulises volvió a poner en juego a su astucia para vencer a Polifemo. Desde cubierta increpa Ulises a Polifemo, que arranca la cumbre de una montaña y la arroja al mar. Olas gigantes se levantaron y más cuando Polifemo invocó a su padre Poseidón, dios del mar, que desató huracanes. Hasta que logró arribar a las costas de Eolia, reino de Eolo, dios del viento, con quien trabó amistad Ulises y le entregó los vientos adversos en un odre, haciendo una suave brisa soplar sus velas rumbo a Itaca. Los hombres de la tripulación creyeron que la tinaja, regalo de Eolo, contenía oro. Mientras Ulises dormía la abrieron y dejaron en libertad los malos vientos. Sólo al cabo de muchos años

logró Ulises con sus hombres arribar a Itaca. La Odisea -término que desde entonces quedaría como sinónimo de viaje lleno de peripecias.

CAPITULO 10 HEROES Y AVENTUREROS Ulises no fue un héroe. Mitológicamente hablando, «héroe o semidiós», es hijo de dios y mortal. Ejemplo, Aquiles, de Peleo y la diosa Tetis. Ulises era hijo de mortales: Laertes y Anticlea. Tampoco fue héroe Jasón, que organizó la expedición de los argonautas en la que participaron los gemelos Cástor y Pólux. El viaje de la nave Argos -velozen busca del vellocino de oro guardado en el reino de Cólquida custodiado por un dragón. Al llegar a Cólquida el rey Eetes lo somete a dos pruebas: la primera uncir él solo dos indómitos bueyes consagrados a Hefesto. La segunda: arar con ellos un campo y sembrar los dientes de un dragón. Al brotar de la tierra se convertirían en un ejército de guerreros. Supera ambas pruebas gracias al amor de la princesa Medea hija de Eetes que luego sería su esposa. Se untó una pócima que le dio Medea y evitó la furia de los toros. Otro héroe es Heracles griego (Hércules romano), famoso por su fuerza, hijo de Zeus y la princesa Alcmena. Tuvo siempre la maldición de la diosa Hera, esposa de Zeus, que cegó su mente y sin saber lo que hacía mató a todos sus hijos tenidos con su esposa Mégara. Consultó al oráculo de Delfos y se le ordenó superar 12 pruebas, que fueron cumplidos y que se le perdonó y se le otorgó la inmortalidad. Talló una maza y fue en busca del león de Nemea, la hidra de Lerna, ser con cabezas de serpiente, captura el jabalí de Emiranto y la cierva de Cerinia. El 5 consistió en enfrentarse con los pájaros del lago Estínfalo, de Pico y garras de bronce. En Creta dominó un furioso toro que echaba fuego por las narices. Las salvajes yeguas de Diomedes devoradoras de carne humana. Robó los bueyes del gigante Geriones, sacrificándolos a Hera y trajo a la tierra al perro Cerbero, monstruo de tres cabezas que custodiaba las puertas del infierno. Debió limpiar en veinticuatro horas los gigantescos establos del rey Augías, desvió los ríos Alfeo y Peneo y su corriente arrastró el estiércol. Se apodera del cinturón mágico de Hipólita, reina de las amazonas. Roba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, el de la boda de Zeus y Hera. No fueron sus únicas aventuras. Peleó y venció al centauro Folo y sus diez compañeros centauros, mitad caballo y mitad hombre engendrados por Ixión, rey de los lapitas, al unirse con una nube que tenía la forma de Hera. El resultado como castigo de Zeus fueron estos seres con busto humano y cuerpo de caballo de costumbres salvajes. Quirón y Folo fueron las únicas excepciones. Sátiro, mitad humano, mitad macho cabrío; sirena, busto de mujer y cuerpo de pez; minotauro, cuerpo de hombre cabeza de toro. Con él se enfrentó Teseo, otro héroe, en el laberinto de Creta. Ariadna hija de Minos, ayudó a Teseo a vencer al minotauro y a salir del laberinto. Minos, rey de Creta había mandado al arquitecto Dédalo construir un laberinto donde encerrar al Minotauro. Para

no sacrificar a sus ciudadanos tras vencer a los atenienses exigió a su rey Egeo un tributo anual de siete mancebos y siete doncellas que eran encerrados en el laberinto y los devoraba el Minotauro. Aquéllos que lograban librarse del monstruo perecían al no encontrar jamás la salida. Teseo, hijo del rey Egeo, le propone a su padre que lo incluya entre los siete muchachos a ser echados al Minotauro y librar a Atenas del monstruo. Teseo y Ariadna se miran y surge el amor entre ellos. -Toma este ovillo de hilo y vete desenrollándolo desde misma puerta de entrada. Si logras burlar al monstruo, el hilo te servirá para regresar.