Por La Patria, Diamela Eltit

OR LAPATRIA n una beca para escribir. I. LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ DEL DIA ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma m

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OR LAPATRIA n

una beca para escribir.

I. LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ DEL DIA

ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma am am am am am am am am am am am am am ame ame m e ame dame dame dame dame dame dame dame madame madame madame dona madona mama mama mama mama mama -llldllld ..-,: -,.-A * , , , ,.l-.,,.., -1 -1 -.,.l 1,. llliillld llliillla llliilllaLllu Cl U a L C l v GI1 Cl uiil bC ld LUlllClll v 61111411 a & . . .

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w a n aesarora la rumcunaa con su reniao peio rum0 y grmgo mienrras cimbrea su ambivalente figura. Caderas amplias de buena madre y mancha ese centimetro de raiz negra de mami mala, su pel0 grueso y tosco, no como arriba que es rubiecito: ondas y crespos de su infmita bondad. 3e rien. Se rien de su pelo que asoma entre 10s pelos que tiene abajo su machi, por no salir rucia le toca el tinto v amntan sus mechas v el ~ a l o I 1 k i e la maare con su ooca, per0 aespues se pone rnsre corn0 un

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resonaban como 10s ecos. Los sonidos se alargaban unos sobre otros.

unos avances, como si vmera la cancia aesae la cuna nasta voitearlo y el eco se trenz6 con m6s vigor aCn, como una pelea a cuchillo por el sonido del acero. De esa manera me parece poder asegurar que fue frente a frente a ellos que estaban de costado, mezclados. Y es esto, quizis, lo Cnico veridico y aun cuando fue en el momento del advenimiento, hub0 una afumacih, si, si, lo creo y aunque dar

la postura y el ruido me fom el costoso ir y venir. Iba y venia el remezh, per0 10

No, no era asi. No puedo describirlo, no me acuerdo con exactitud de cada una de las cosas, ni de las posturas, ni de 10s requiebros. Si, si, es mentira: estaba ahi entre 10s ruidos que subian, bajaban, se apagaban si, si.

iQuC hice? iquC dije? ipor qui la mama no puja? La chapucera de 10s menjunjes de toda especie: matico en las patas, yerbabuena en 10s senos, ventosa en la espalda, mostaza en la guata. A fin de cuentas el vino se arregla con agua: no veo el viaje y no puja la ingrata. Fue el malo, el mal, la tifia, la sed, el freno que estoy reseca y si se abre me hielo entera: “abre las piernas pa que me quepa el hueso y nuestros pelos se enreden en la maraiia arisca y tenaz”. Si puja avanza, se alarga el hueso que la golpea al monte duro de tierra afuera desdicha io es dicha? changa la nena, hinchada la lerda, asqueada la chanca. Ay del hueso, la midula, la cdpula, la c6pula que selecciona su mala sangre. Ay del hueso, del monte, del rio, bajo 10s pelos es piedra lo que detiene su entrada. Dame del tinto y del arreglado. Pisame el vino caliente. Madame dame que se me hielan las crenchas negras, dame la ronda que ni las deudas las pagan. Dame porque soy Coa, quiero decir ma ma antes que se me ponga la boca roja, mama del tinto y la borrachera se vuela. Con estos pelos que me le crecen hasta 10s hombros me embano: mamo y la boca se me abre en balde. No hay trago y la matona me pega, me empuja el vientre que se le hincha. Si es que le explota ahi mismito me voy de corte, me voy al fondo de la barriga pa que la vaca no le dC palos a su misma hinchazh. Ma ma ma me vir0 patas pa abajo y pido

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que se eleven y leviten a mi alrededor. Por eso cuando camino, miro hacia 10s lados y para arriba, por si acaso andan cuidando que nada me vaya a pasar. Nada mds. Nunca. No e s t h . Salvo en unos indicios que me salen. Por ejemplo, en una mesa veo a dna firnitas

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gesto de 10s brazos abiertos en cruz. Despu6s me empiezan 10s dolores. Si, lo creo, que asi se gestan 10s dolores, por las ganas de abrazar que se interrumpen antes del doblez. Per0 no da como para hacirselas sola y en eso, bruscamente, me paraliza la presencia de ellos, el ruido si, la bulla de las conversaciones. Estoy de espalda, tranquila, sin pena y oigo un timbre de voz: mi padre, digo, que ha llegado a sorprendenne. Me levanto con mucho cuidado a buscar un espejo y estar mds presentable ante 61, para que no se decepcione ni sufra, per0 a mi vuelta ya ha desaparecido, ha sido cambiado por otro mucho mds tosco y enronquecido. Lo mismo, igual cosa pasa con ella. Me arriesgo. No me recompongo cuando 10s oigo. Me doy vuelta lento y pongo 10s ojos en la mesa que est6 detris y de nuevo estiin cambiados: 61 como si fuera ella y ella convertida en 61, es decir, no son. Me parece que tengo que pensar desde atrds, para ver si es verdad el cuento y me fueno la mente en 10s recuerdos que me pueda traer y

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algunas, llego al plural momento que compartimos 10s tres. No 6ram n c trec

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multiple numero se extienae y me pongo a aismmuirio, IO que tampoco es seguro o certero. Por eso caigo y detengo el flujo de las posibilidades, de las voces, 10s perfiles, las amenazantes mesas en las que se instalan. Con todo esto, no alcanzo a enI t € mder si ellos me persiguen a mi' o soy yo la que no les doy paz, pc)b que fmalmente no fue sino, apenas, CI

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con el tiempo y las cost permanentes visiones, pelro Primer0 me caliento biei luego, con las yemas de 10s aeaos mias, repaso el conromo ae ias sillas, las cubiertas de las mesas y con las manos abiertas voy palpando las paredes. Si mi cuerpo descansa en una silla, ahi, las piernas de mi padre me remecen, per0 mi madre, desde el otro lugar nos mira reprobando la confianza y entiendo que es muy mal pensada, muy corrupta y 61 tambih lo sabe y deja de mecerme como para que me retire. Me demoro, hago como que no percibo, burlando 10s ojos de mi ma mam mami, per0 las piernas de 61 se deslizan y yo me resbalo y estoy obligada a levantarme, a salir. Con ella lo hago s610 por cumplir. Me subo en ella, per0 desconforme, porque termino siempre adormecida en su falda, un poco atontada y apenas puedo abrir 10s ojos. Temo que, tomindome desprevenida quizis quC cometa conmigo, porque como madre es capaz de todo, siempre, por el car30 ilimitado que les demuestro. No es verdad. Mis dedos se han vuelto isperos por no poder distinguir una textura Clara, per0 me balance0 en las sillas, pulo las cubiertas de formalita. Limpio las paredes. Estoy segura que son ellos 10s que andan detris mio, me obligan a moverme incesante de un lugar a otro similar. Per0 el deseo es no verlos, no toparlos, no abrir 10s brazos ni que me toquen. Esquivar las miradas. Todavia no. Si. Habria que entrar en explicaciones,

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acanzo a ver sus somwas que se proyecran en la parea; son euos. Sin ninguna duda que han venido tornados del brazo a vigilarme o a llevarme de vuelta. Per0 cuando concentro muy profundamente la vista, desviada a las camales figuras, veo siempre a dos vacilantes borrachos que se apoyan el uno en el otro: son, pienso, son ustedes, un par de veces he hablado y bajo la mirada con verguenza por haberme turbado en sus facciones que son distintas, absurdamente contrarias a las mias. De a poco he empezado a tratar de grabarme cada uno de mis rasgos en profundidad y a descomponeme en todas las caras posibles que pudieran haberme disefiado y en este esfuexzo sC con certeza total cuil cara les pertenece a cada uno, c6mo con el paso del tiempo pudieran alterarse y hacCrseme extraiias al pasarme cerca. Eso es verdad. Muy pr6ximos deben andar para percibirlos con tal nitidez. 0 es el olor que me dejan al estar un momento antes que yo llegue y yo voy siguihdolos con mi olfato desarrollado como 10s animales o 10s ciegos. Basta que entre y sC cu5l es la mesa que me corresponde: olfateo y ocupo la silla de mi madre y le hablo a 61 las cosas que ella le ha dicho. 0 'a la inversa, elijo a mi padre, el sitial que tenia y gesticulo a su modo, miro, pienso, largo de la misma manera. No me atrevo a tomar la tercera silla, ni puedo, sC lo que me diri'an. Una vez me pas6 y no me sali6 la voz, es decir, me sali6, per0 la de ellos: parte de una frase de mi madre y la otra mitad de mi padre. El olor, el olor es muy distinto en uno y otro, per0 si yo misma me huelo, el terror mio es que, ademis, hay otros en mi pie1 que no sC,

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Para no seguir, bajo la cabeza, tiendo mi olfato y voy hasta el prbximo dintel que ya han traspasado y mi hombro fue paterno, totalmente masculino cuando sorteC la entrada con mi pie femenino, la planta de mi madre que me guiaba hasta donde ya el abandono. Lo mismo, igual que 10s vasos en donde ella ha puesto su boca en la

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mia y, ocasionalmente, hemos bebido juntas traspasadas de saliva

Jugando descuidadamente con la tierra, sentada en el suelo escarbando, he sentido como una rifaga que me aprisiona la mano. Alin con el brazo sepulto, intento dilucidar q u i h de 10s dos es. Per0 yo sC cuil es su origen y miro hacia la ventana de mi casa y veo sin asombro, sin ira, c6mo la cortina se mueve y diviso el ojo que me observa. Al cruzarnos cae ripidamente el pliegue y todo vuelve a estar en regla. 7--

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imposible contenerme, porque mi mano ya esti tocando el cement0 que me frena. *. .. Yero es veraaa que aguien, aguno ae euos na removiao la tierra, se han dado el esfuerzo para mi, porque la tierra es mia, como el n

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frontis de la miserahle ventana en aue ammo.

Jugando de nuevo, juego a zafarme, mientras me miran levantar polvo como una tromba, porque a ellos nunca les ha gustado la mugre y verme entierrada, como sucia que soy, 10s arrastre hasta el desquicio y por linica vez en toda la vida me nombren, me vean, me toquen en el golpe. En fm,me paso la vida, me he pasado el tiempo sorteando 10s obsticulos tan simples y desbocados como el agua, el liquid0 en que me meten la cabeza para limpiarme. Eso me espera: el vCrtigo con la cabeza sumergida para sacarme la tierra, por un rat0 peligrosamente largo, arrastrada, llevada de 10s pelos sin misericordia alguna, por la pena que tenia, por el miedo y la emoci6n que me embargaban. Noche afuera, bar afuera, acordonado todo el barrio con sigilo sobre

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10s cuerpos y asi mi ojo, una parte de 61 percibi6,los vi0 reptando por la oscuridad del erial, un poco antes que la mano tensada de Juan me retirara, un instante antes que empezara la primera pesca y la violenta espera sobre 10s bultos. No atinC a nada sin0 a nombrarlos. No, a gritarlos, sabiendo que se agravaba el peligro sobre mi, per0 es lo usual, es completamente normal en esos casos, si, lo creo, llamar a la mami, nombrar a su

Est6 oscuro &era y yo bailando: mientras ma's me muevo, mejor me rio y fuerte. Me tironean las piezas y quiero complacerlos a todos, porque yo bailo de todo, aprendi cuando se me iban solos 10s pies ante la miquina. Estamos celebrando y tomando mucho para ponernos contentos y oigo que me nombran para arriba y para abajo: soy el centro de la fiesta y del manoseo. Mi mami se aparece y se va, per0 se me figura que esti afuera tratando de escuchar lo que decimos. Yo no sC de d6nde sac6 esa costumbre cuando la madrecita de ella era mucho mis consentidora, no como mi mami que siempre anda pensando, buscando cosas. Yo le ordenC a ella que no bailara y tambiCn le avisC a 10s demis que se acababa la fiesta si alguno la sacaba al ruedo. No es por nada, per0 despuCs me comparan con ella suponiendo cosas desagradables; mi mami cuando baila empieza a hablar y a ofrecerse por un trago. No, quiero decir, ofrece trago y la amistad. No es que baile tampoco, es muy tiesa para moverse. Sigue las canciones con 10s labios y de a poco termina cantando a gritos. Yo no la he oido, per0 alguien me lo cont6 una vez riindose. M i r h dola no lo puedo creer, porque cada vez que se abre la puerta veo sus ojos clavados en el vas0 y en mi vientre pegado, frotado con el que me abraza. Si, ella, toma en serio un poco de diversi6n con que salgo favorecida. Continlio con el ritmo, aunque ya tengo el est6mago asqueado por el vino y 10s banales movimientos, per0 es que trato de evadir la oscuridad del afuera que me perturba. Par0 y me despego: mi madre est6 a mi espalda. Sus dedos recorren mi cohmna Sus dedos recorren mi columna y creo que me pide un baile. Si, es completamente seguro que quiere moverse conmigo ahora que las copas la animan. No me atrevo delante de la gente, per0 ella me ha

escogido y acepto su mano en mi cintura y 10s mios. Casi no puedo apoyarme en su siento verguenza cuando su pierna se mete no hagai eso, le digo, per0 es inctil, no hay cosa que la detenga. Ademis es zurda y por eso la sigo con mucha dificultad, con 10s pies que se me enredan, hecha yo, convertida en una bolsa en sus bra: Se 1 Si, p~dllUUbCUt; gG3lUb G A L l i l l l U S . C l l I ~ l G L t l I l a U l l C G C I plala. A 1111I l l a l l l G cita le suben el punto, la apuntan con 10s dedos, le puntean con ofertas sus partes y ella, con inmensa alegria, con sublime prestancia, echa la cabeza para atris de gusto. Les dice, les grita que no se mueve sin su hija, que por las dos es el precio. Yo esquivo la vista y concedo, cedo mi costo para no arruinar el tacho de la fiesta y que persista la ceremonia. No conocen a mi madre que es la opaca de la turba. Terrnina la canci6n y siguen desfachatando el local, sin dame parte en el asunto, como si yo no. Crece el consumo, el vino corre por las mesas, las palabras, 10s gemidos

Est6 la noche afuera del bar, per0 por mientras las luces nos iluminan, 10s fluorescentes nos protegen, largando una imagen ardiente a nosotras que nos apoyamos en la baranda, quiero decir, en el borde de la mesa que se bambolea ante las caricias de la hija a su mami y el fondo midn

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r a no aice mi mami y no le cuento que un n o m m ia aemanao y que la oferta por s u s piemas fue el precio m5s elevado que nunca haya escuchado por el cuero de una mujer. Tampoco le observo la cancelacih del consumo, cuando mi zurda acompaiiante se doblaba, se atracaba a m i con todas sus fuerzas y las ganas de bailar la hacian parecer una eslava bajo la luz que la resplandecia. Estuvimos, nos quedamos calladas. Al mucho rat0 la mirk - iTenis suefio? le dije. - Todavia no. No. Nunca, nunca mis la toco a usted. Oi con asombro esa frase suya, porque despuCs era Juan quien me dijo que mi padre me mandaba estar en la casa y que 61 se iba a quedar a festejar a mi mami. - iY sime demoro? - Anda, yo te la cuido. AI salir a lo oscuro me volteC Y Dor la rendiia de la merta vi a Juan

Mi madre recomb con 10s dedos mi columna. - LEn qu6 estis Coya? - Nada malo, un poco de baile apenas. Me hunde 10s dedos en la espalda hasta toparse con rnis huesos y desde alli me aprieta y entiendo si, que quiere ejercer conmigo su movimiento danzarin para que hagamos un niimero. Voy, camino hasta la miquina, busco la cancibn que me va a apropiar y meto la moneda: me dirijo a ella que me abre 10s brazos y el abrazo me cubre bsea, disparejamente frontal el choque con su frente y en la ciipula su pel0 rizado y el mio lacio se agarrotan, se entrecruzan en las orejas las palabras y las paredes se me vienen encima. En las vueltas se me da vueltas. Yo paso mis manos alrededor de su itamos hasta que el grito retumba: Sale la voz desde un reservado. No era un grito sin0 un gemido. Si, alguno del reservado yacia clamindome en su final. Despuis Juan me dijo lo de mi padre y sali a la calle comendo y no vi a nadie por el apuro de llegar luego a mi casa. Per0 cuando escuch6 al hombre enronquecido en el llamado, pens6 con rabia, tuve la imagen abierta de la mujer mojada, manchando semen mi propia Ggura hiimeda de baile, que volvia de desprestigio mi yacer ausente del reservado, o tal vez ninguna mujer, sin0 el que se jugueteaba a mi costa, tras la cortina rasgada el s6bdito. Cortesanamente reverencii a mi mami antes de la salida y la dej6 enclavada a Juan por el clamado de mi padre, si, con el mejor de 10s estilos mi madre le suplic6 al hombre que la escoltara. Fue, sin embargo, un episodio oscuro, confuso para mi y 10s nuestros. Todas mis amigas me animaron con las palmas y a cada una roc6 la copa Todas mis queridas secuaces amigas, militantes del vino, 21

cruzaron conmigo la mis profunda de las miradas de envidia a la trinidad de Dios, yo misma, mi madre y todas en mi, duplicadas hermanas. Esa noche de la tragedia, alguien acab6 en mi nombre y desde entonces respond0 dual y bilingiie si me nombran Coa y Coya

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arriba a abajo las tripas. La madre urde junto a Juan su compensa y piensa en el gasto de Coya que deberi hacer por desventura. Si, si, ella imagina a Coya cortando por el erial las pocas yerbas que quedan. Marchita la madre se ve el rastrojo rastreando. No ve ni escucha cuando vomita, mas se maldice por su aspect0 volcanado que se le cae sobre la cara y el vuelco tras el orin. - Estoy vomitando, dice. Y Juan la mira y siente que es un truco para engarzar el momento. Dice la madre: - Me reviento si no me llevas. Manchado el boliche, me cubriri el v6mito del bochorno. - No, le contesta, eres de mala clase y aunque tiflas la mesa te quedaris al lado mio. Ahi viene un violento diilogo entre ellos, aunque la madre se aferra a la mesa. Suda. Impreca otra vez:

-

nosotras de farra o palabra cruzada contigo. Por desleal mi extravi0 se acomod6 en niuse,a. G.slub IIcIIJaIIIGIIcuJ yUUIGIun acogerla al cruzar el espacio del bar: "Me voy a caer al piso y me van a enjuiciar el retumbo,

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parece el mismo infierno cada paso que iy al parir e1 vino”. fondo la 1rnira fijo y se da cuenta la madre -1 1 - 1 --=lcanza a distmguir ei cuiur uei paiu. -.--.L

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Se guiiian.

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por todas al reservado del bar. - Te queremos acompaliar, dijo Flora. - No, no voy a andar con ustedes, viyanse. Per0 se quedaron paradas al lado mio. ijo una cosa rara: ~1 papi te b e d en la boca. - LEn la bo, en la boa dices? - En la boca te dieo v Juan dice aue tu mami tambiCn.

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vierno. Lo invierto todo, Berta, y ahora lo unico que siento es un fmisimo agujetazo de amor y piedad.

corri Coa y Coya por la d e , en la oscuridad, porque 10s moles estaban rotos y con algunas de mis pisadas estallaban 10s vidrios bajo mis pies. Me despend, me torci como boa el hambre que trasladaba de un lado para otro. Si, la mareadura pas6 y pas6 al sellado la madre y gentuza otra. Mordi, chupC yerbas que llevaba en trecho, hasta la ingratitud del cuerpo. Vera india las voces que auditivas rondaban en la cuerda el halo. Algo pardo se avecinaba como barro. No era india, no. Nunca nada de brujeria a mi, sin0 que parecia yo misma coincidente al tributo. AcortC y medi el tranco hasta mi pr6xima casa, cuando presenti el mbo, 10s disparos, 10s quejidos lejanos del escindalo. VisualicC como entre un marco la salida de 10s camiones, si, seis camiones en fila para la red, la redada que nos iba a tocar a nosotros: a mis amigas Eso er un seg --r-----

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entrepierna con las dos manos para tenerme adentro: es mia, es s610 para m i la paria, decia, la parida no me gusta, no quiero partir sola de nuevo. Si, si, eso era todo en la farindula de la fiesta reina. En la sucesi6n de hitos pesquC el hilo de sangre que iba a correr, porque el general donaba a la tropa el brindis y haces de luz iban a iluminar el barrio: vi tambiCn detris el campo abierto el eriazo y a alguien que corria por alli herido, cruzando la mala hierba para llegar a mi casa y por su inestabilidad senti que tambiCn me caia. Me apoyC. En la pared puse la espalda y fui sombra. Bajo la cornisa un trozo de came inm6vil. Coa, Coya crud la calle y mirando tras la ventana iluminada, vi crecer como matico el duelo. 27

Transformada, cenC la puerta y el desorden se hizo pasado recuerdo cuando rompi todos 10s papeles, las fotos, las cartas, la montonera de cosas ardia en la fogata y miis a114 otra y otra en cada casa, en tndn el harrin

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loca la madre el vistago: es el amor mio aue crece. se amanda sublevado, acosado, si en esta tier Si, mi, tanto que lo quise, se luciera en el barrio, el bar Andaba por 61 de rodillas, la farra nos. Don decia por mi, si, mi, don le antepuse al nombre y en don qued6 atracado a mio, a n o olia despuis de toda cosa linda y despiadado. Yo misma no supe, no aprendi nada a atracarme, arrimarme bien ante la noche. M i +-Am

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cadena con el reloj me dio, qile la hei gastado en 10s eslavos, no, en 10s eslabones se fue piso a piso 1mi pasi6n. .. *- ut: --' 3- -__ --1--1--1___Esclava suya, corcel de sus piemas, SI, yo, JUKW su CaIJaqyUUTd, 61 jinetera al hombro. No, pistola cruzada en el pecho, mi amante del pecho vendado la bala. Te hei jurado todo o casi todo el pecado de mi. No, yo nunca le, jamis le dije, le dije todo lo que pude sentir, lo que pudo decir la Coya la cort6 conmigo. Lo cortaron tambi6n el labio. M i lo san6 cuando lleg6 sangrante, si, brillante, lindo, perfumado su sangre roja aindiada, porfiado para la gresca su boca roja como una niiia mi amado. Qui cosa quererlo tanto, todavia mis cuando lleg6 temblando en la noche, vendado asi a la que venga y la sangre en su pecho era el coraz6n dibujado en el frente. Que le tuve que s a w todalamancha, yo la Coya dicen, le tuvo que borrar la marca del coraz6n al riflero, al arquero, al hampa, al apa lo trasladi pa que se me diera la oportunidad de decirle, lindo, amado por mi, td, don, que tanto el pecho me penetraste. Sequ6. Limpii el labio crecido, hinchado por mi mano que tenia el trapo. No, fue con algodones, suavecito, beso y beso y mi boca se pus0 roja, toc6, mordi6 la colorada, como dos niiias fuimos. 29

Mi pecho oscuro, sangrante en m i su Cora C1 la sangre mia, la herida mia mam6. Ainc ni quise prevenirle el corte, el terrible taj boquete de la bala, 10s golpes. Me dai mis la Coya y yo mis de mas, mucho esfuer; coraz6n, mi pequeiio y riesgoso mfisculo rev&, siempre al revis de 10s cristianos conversos. Keventaaa la Doca suya y mi amado no me decia palabra una, noticia l'amante mio, solo, sin disputa o rival que lo tomara y levantara la sangre suya seca, secada en la boca. M i llor6. I la red, e Estuve grito de golpes, a gulpca IC YulLUon el don. LU I I S~ ~ W U U UCI lauu IIIN lo dieron: rejas entre nosotros, ante su labio y el mio, por eso mismo llor6 de pena y la Coya, yo, se acordaba cuando lleg6 a la mesa y sac6 su camisa, su prenda mostrando el pecho y yo deslicC la tira, despejada en vuelta y vuelta la carne abierta y saquC ahi mismo la prenda mia y torso a torso nosotros dos. Granate qued6 la Coya y 61 ni miraba 10s ojos: iqui estai? le dije, iquC estai? y no me la daba, no me queris la vista. Y afin eso, por demis. emuauC sanme en el alPod6n v desDu6s lo exmimi contra

rresaaos, yo naaa piaDra supe que aecn, mas que nmita nomtxe mio, al padre mio que se baj6 hasta mi pecho lang6indome la sangre suya misma. Yo estupor estaba y nada podia, nada grande a 61 que lo emplazara. Parada ante la mesa, sin la prenda de arriba, me traspasaba en rojo y me emborraba la visi6n la ligrima. Ay mio tli, le dije, iquiin fue el malo del corte, del boquete, del puiio? per0 abajo no pude, no entendi sonido que fue. Y mi mano en su pelo, mas despuis cuando la boca le viera, corri hasta el pafio, volvi al algod6n blanco para ser, para estar muy cerca suyo. Mis amado como yo ninguna. Reventada tambiCn de tormento y silencio de su versi6n. El me puso, me limpi6 el pecho con el dinero,

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61 tambiCn se peg6 10s pliegos sobre la pie1 y ante cada despegada se movia la came porque lo tirC, esparci con rabia la plata sobre la mesa y me fui, me volquC enteta sobre la niel Suva con mi Pur0 Pelleio. sin nada que no fuer Lati de amba a aba estando descascarad no, mamC sangre poi Si, con la lengua mi; Yacia, me iba de asombro de taponearlo con mi pellejo y senti como cardo el cuero que detenia la sangre. L'amor se me iba mucho, I'cuerpo la n s a , la mujer, la vieja de todas las eras que mismo tli me dabas. Ahi le dije: Don, que nada ni la herida de 10s malos pasos se lo quiten, si, el don no se lo anebaten a usted, el suefio humano de la vanagloria suya, su noche y mi pecho infundo la madremia, tampoco nunca como usted y yo Coya, Coa, Boa, boca suya, tuya siendo. No dijo ay, cuando saquC la prenda mia, a tirones la blusa mia, tb, le dije, tli mio antes del tiempo en que te reprendan, te den en prenda, te prendan. Si, Coya yo, de ti siendo, siento mucho, mucho me pasa con usted asi. Mi boca se ponia en la de 61 y lo hinchado me enfebrecia y su pecho se peg6 primero, al pez6n mio primero hasta la punta en sangre. DespuCs, un ratito apenas sac6 vino y el impulso me dio bebiendo juntos la copa. Me tap6, tipese, me dijo, y yo de timidez llena, lama de todo lo de antes vine rara. Rara, mareada, mal impresionado qued6. Si, se va a llevar una imagen fea, como si siempre estuviera con, sin la prenda mia, usted va a pensar per0 ahora, con justa me va a golpear y no podia detener mi lengua. No paraba perd6n por mi, bajaba la cabeza: tanto que a usted le gusta la plata, el dinero a ti que te transporta iquC no ve ahora? p o te dai cuenta del pecho tuyo aportillado? iquC te hai tanta falta? DespuCs Coya lloraba y corria sobre las tablas buscando un tapbn, algo duro para taparlo. Mis vino le daba para el dolor, mis tomaba yo misma para no tentarme y dejarlo irse en sangre y asi acuoso y rerradnc

In9

n i n c rleianne c a r a r tndn tnrlitn In nile tenia niimtn

11

Irme, llevarlo en mi a mi amado que tanto amaba esa noche en 1 noche aindiada me puse y volvi, restafii la sangre y lengua todz lami lama el pellejo. Los brazos mios apenas cruzaban, torcian 1 espalda. No dijo ay, cuando la boca sorbia, cuando la lengua lami la raya. T - -..Lfll1L-1-1 ---..- -.--,.IL d G U G I l l l l i i , ld UiLlii, el P U I l O CIlGlIIlii, Y O LCIlCl q U G V e l GSU, L G l l d que tocarlo y se iba si, al ver yo su cara supe la Coya que se me &a. Tanto bandido que hay en el bar, ni haiga paz para mi ahora, que yo tan desesperada y tensa que te quiero, me muero de ti por pena del cuero, de la salud suya, yo la Coya entera la noche en vela, solos 10s dos y mio, aunque herido y reventado ceAudo tambiCn lo quise: pagar la cuenta suya puedo yo, esconderlo hasta el olvido a ustC, llevarlo lejos hasta donde nadie milico sepa de suyo. Per0 usted mira mujer, cualquier forma la sigue, desde n 5 a igual he visto cargado t u s ojos y ahora tambiCn en la belleza suya me pierdo y aunque herido, mal presentado ante mis ojos parece idCntico al paso de siempre. Fue usted el que Coya me dijo, y ahora que parece tan niilita mia, muiieca mia el juego. Jugando a las cartas trampe6 plata seguro, por eso pasamos pobres, per0 nada rnis que usted en la pieza mia, no la madremia en la pieza, no sus partes. Nada de ella ahora. Nunca. LCierto? Le di esa noche yerba para 10s males, co, agiiita de boldo, palqui puse en el ardor, todas las plantas que sabia GII SUJ p U l l L d U d S . UlGI1 ~ U G se portaba que no decia frito cuando moli matico en el pecho, rezindole al santito yo me pas6 la noche con el pecho a la vista para ver el torso de ti dafiado. Si, si, yo rnis no podia, nunca rnis he llorado tanto. Asi tambidn estaba la cara mojada cuando pedi a ti, una vez, un poquito la mano en mi pecho, por una vez y sin pecado, un tantito no mis la boca en el pecho, una fugaz como si no fuera cierto, como si nunca papi mio fuera, como si no de ti hubiera dado 10s ojos afuera la luz. Papi mio, le dije, don es usted que enfermo aparece, olvide a la Coya, olvide todas las cosas que la muerte quizis lo alcanza, y yo antes que le doy vida, como t6 ahora amante mio, mufieca mia, niiiita. A----

32

A,.-,.

Lleg6, vino herido por el hampa y 10s guardias lo buscan, si, la noche es que lo trajo y yo tanto tiempo y pisadas escuchando, oyendo abrir mi puerta. Antes, mucho antes sofiaba este juego: que tb entrabas y a la fuerza, dime, dame, dame, de las mechas me doblabas.

33

Muy nublado hablo: - Mami, todo este universo esti lleno de salteadores, por eso tengo que cuidarla, ponerle casa y tapiarla. Me asustC: - Y o no soy su mami, soy la Coya. Pas6 un buen rat0 y me pregunt6: - ;Cuintos aiios tengo? triste, que icuenta ya. Le echC un abrigo encima. - Seiiora, dijo despuCs, hoy no trabajo porque me voy al extranjero. Ya no tengo nada que hacer en este pais. En ese momento oi pasos, hi a buscar el arma de mi papi, per0 senti la voz de Juan como si tuviera la boca pegada a la puerta. 1 - Es mentira. esti acostado. desde aaui lo puedes ver.

Volvi a sentarme en la silla y de inmediato me habl6: - Mami, usted se esti poniendo vieja.

37

Entonces empezaron 1 n nar6

levant6 m i

P

Y se le apareci6 en la ojera la madre, que como madre de madres venia a buscar sus restos. Tras la carroAa lleg6 preparada de duelo al luto. Lujo traia lana para su expansi6n materna. Cuervo el ala y fdete agudo rasante pet0 sobre el cuerpo. Mater se impone y pone la mano para lucir el oro, su aro dorado toca la came que se deshace y monta sobre su ojo la lign jQu6 codicia esta madre? Su lugar enlutado que la deja libre de su liga materna: se va para atris y ve sangre, la gota fdtra desde abajo y es niila-infantil largando sobre el suelo su placer menorreico. Entre el negro sonrie y llora en forma simulthea. Densando aue en ese estado se hace imDosible.

ivLa-iiia i i i a i i a ruya

~ I L G J~

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G iiaua.

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GJU

iiacIi.

iiatxa iiiauic.

N madre y pasari a ser contigo X en cuanto muerto, por eso me quejo de tu precocidad ail.No anciano. Resiste, di no a la muerte, deja la cama Yo al lado tuyo en esa cama me mamas jme oiste? mama. La madre 1 saca su mama colgante y el pez6n pone al puntudo hocico que se le cierra la gota. Esti estriada y vacia, el pez6n neutro. Se tapa, se cubre el ala entera, cuervo cede y atris se pone, en la otra fda. Antes de hacerlo l'unta la ligrima en el lagrimal:

39

- Ay, dice, que es-

tampa mia perfecta. La madre 2 baja su ala, su serpentina decae y socarronamira a 10slados, mientras su discurso ora: - Mamastra mia tuvo su origen en su mam6 La zarca muerta al rev& I'asesinato. T6 no te mueves, no te mueres hoy dia porque es nefasto. Mal fecha esta para 10s duelos. La madre 2 echa saliva en su palma y se la pone al hijo en la cuenca .

-

j

1

-

I Y U e S 11110, IIU 1~:L;UIIULC;U &lSLU,

IIU PCJILSXJ UII U C X J ell el I I I U ~ I L C J .

- Y o suelto (dijo la 3). - Y n tnmhihn tcnen fln 41. Tenm iina ciisa Iriiariiaiia.

-

nmnaracia nara

Y O tengo mejor (la 3 ) orra armira: una camre 5u granaora y plateada y que se yerga de una vez y apunte la balacera. Est6 cargadita de balas para ti que tan bien sabes manejarlas: ya pues, pesque el armita y 19 ~ 9 1 1 001 r h b n 9

Las cuervas les hacer caZ6n. Madre 4 va a la camd, ~ I I CI d 10s dedos alrededor del gatillo:

LL C I I U G

AUJ

UCUUJ UCI

IIIJU, AC UUUld

- Es muy ficil. dice, de la cama a su

el hijo es fama. La 3 le sac6 el arma de entre 10s dedos y volc6 sobre la camala 38:

40

- Esta si que esti buena y con carga extra la cuido. Y o madre-madre soy y lo autorizo a la calle: busque, elija el punto del proyectil y se tira al piso a todo eslavo, piense, en tanto, que su mami lo avala, le pasa bala.

Una cuerva terrosa se interpuso. Era la madre 5: - Yo no quiero que muera en paz, por eso le traigo una lista de pecaditos: 1. Mir6 la espalda de su mami, la parte ba 2. Oje6 el pantal6n de su padre, 1- n - ~ m - l l n - 3. Ech6 el ojo a la cerradura, do -e wuaaron con cortesia, sm oesarse, apenas un msranre la mano

y despuCs desviaron la vista y se alejaron uno del otro. - Anda armado, me dijo mi mami con rabia. - Es que tiene que defenderse, le contest& El amor que te tuve explot6 como una bomba de dinamita y fui profundamente infiel a todo otro cariiio, insanamente traidora, radicalmente desleal y perversa cuando empinamos el vas0 y el peso del pais se desvaneci6 en su final y fue argentino quizis y yo tambiCn argentina y perdi nacionalidad en esa alucinaci6n. Fuimos la tercera locura en lo apfitrida. - No soy, no quiero ser mis chilena, le dije. Odiando a civiles, paisajes, cortes, jueces, cordilleras, uniformados. Odio 10s juncos. En esa visi6n el muerto estaba vivo y grit6 con todos mis pulmones insultando a mi madre por haber tomado a un chileno, no a Dios, o a un extranjero por lo menos. - Est6 bien, dije, que se vaya al diablo si quiere.

97

Voy a mentir. Vn

a w r iin inventn

de nrincinin 2 finnl norme en la cuarta visi6n me

lelo, padres alternos, barrios soleados y alli las flores, su olor me saltaron a la niusea, el v6mito me provocaron. Tuve una cara distinta a mi y fui eslava: falta mayor ser rubia, ingestos mis ojos azules y extremada mi cintura angosta, en cuanto dotada de piernas largas tal como una atleta, per0 sin cuartel hacia el cual dirigir mis pasos. Sin el bar, carente de borrachera, zarca de punta a cab0 cometi torpeza tras otra. VotC mal el gobernante errado y contraje un matrimonio filtimo y tom6 un segundo esposo hasta que me cansaron sus embelecos. Cuando era rubia me miraban y me tiraban frases y la mayona queria casamiento conmigo. No concubinato, entiendan que estoy hablando de leyes, de resortes legales. Porque rubia pude haberme casado hasta el cansancio con testigos, padrinos, parientes y en cada uno de 10s fracasos posteriores arrear con todas mis cosas y dejarme caer en ligrima sobre 10s sillones de mi madre que me miraba complacida por la tercera caida, por la ~ l t i m equivocacih. a Madre zarca acudi y no le decia en ese truco mami, sin0 que la nombraba seiiora, dama a ella y a 61 d6mi-

98

>oleo. Las otras nmas eslavas realizaba, Juu‘6vJ 1131u1uJ. v i i a uu uouo me hizo cosas malas v la acud. Der0 n o le dieron castipo. fue immne

llulluLI

rrodiga y humilde regrese en mi mente: despacito las pisadas por el barrio y encantada con el barro saludC como siempre a mis vecinas, en toda la cuadra me resign& Estaban. DiBronme la noticia que estibamos en la mira y por eso dijeron: “Viene una redada al barrio”. (lo dijo un hombre cuando nos agrupamos en una esquina y lo dijo con ira). Erarnos acezantes y cesantes todos, porque 10s clandestinos se cerraron prontamente y con decoro. - E s tu nan6 mien nns envilir 61 tienc la mlna nn

(supongo que J U rue ~ el unico que sac0 la voz por mi y ies expiico que yo tambiCn iba a caer, que estaba en prenda, de rehCn, pagando la deuda de mi semejante y pariente. No me compromete su gesto). Contenta mirC 10s tejaldos, mientras seguian 10s comentarios. Supuse las casas arrancadas dt: cuajo, quebrazones de vajilla. Para m i que ... . para 10s nirios del barrio iban para angeies, 10s oorracnos naoitantes victimas y las mujeres para capote y persecucih. e

,

LOS HABITUES DEL BARRIO E

.

.

. .

M ENlUNLES ESYltiAS U b

“Comete estupro conmigo 1 amorear trepanada por la manta y amordaza y venda”. Dije frases, repito, de amor, mientras el goteo p6blico tomaba el hecho con esperanza. Era si la primera inmolada de ellos, la primera volada. No habia comDasi6n en balde. En el balde escurria la sanme de lam Yo era Tiraba para munch mutiladc - Est6 volada. UIIU UIM v G u u a .

Fui magna estreua, premier tigura, iniciadora del espectaculo rojo y demonia.

AMABA, QUERIA, SUFRIA UNA PENA DE AMOR LATINA. Y despojada del acto de fumar entregub en pago el cortaplumas, la pluma, el papel, la carta, la sefial. Dije de amor: - Mos ha un zarco jug6 a la prenda conmigo.

Trasmutada por el efecto increpe a 10s hombres duramente. - iMe oyeron? Me p a d al enemigo por un zarco *os ha, 61 tenia como yo cicatriz y me nombr6 regente y mi padre se enfureci6 y me lo desenclav6 del pecho. - Es verdad lo que confiesa &os ha, dijo Juan. Mi madre sali6 en mi defensa. - Nunca tuvieron intimidad, s610 frotarse la boca, un decirse palabras. La Coya es mia y nadie la va a mirar mal. 100

le - _ _ _ - -r - - _ _ _ - - - -, me arrasuo a la casa, me quit6 el bolso de yerbita, me acost6 en la cama, cerr6 el postigo, se tendi6 al lado mio, pus0 mi cabeza en su hombro, me arrull6 como a ser humano. J-

Nota: Fue en el mes de julio, un mes antes de la redada y la Rucia es testigo que este hecho trajo para Coya una indestructible mala fama. de amor como:

LODO PARA LOS HEROES NACIONALES: COMBUSTION INFI1

101

- NO, SOY COY& - Hiblame de la armadura y de tu servicio al dCbil gobernante. Explica lo de las voces. - No es cierto, per0 si quieren algo solemne y pasar a la historia, ponghosle al bamo entero Jea D , no tenemos oponentes.

Vi0 armarse la pira medieval con las maderas de las c a m que construian el tramado: vi0 el erial y en el medio la pira. MAMIS CLAMABAN POR QUEMAR A SUS HOMBRES - El nifio me traicion6, vir6 madre 1. Buen mozo que era, dijo la 2 para irritarla.

-

Quedaron s610 las panderetas y sus murales: el rock movimiento estallaba en colores, el mural andino fenecia opaco, las consignas fulguraban fosforescentes rojas, amarillas algunas y azules. La pira era el objeto artistic0 msis bello de la cuadra. Delante ordenadas, las madres.

ne

tndac hnhin iinn nile era nhcnliitamente limitarla E r n la marlre 2

Madre 3 llamaba al amante, hijo, y al hijo, amante, lo n en el equivoco, plena de mala fe y constancia, atosigac desfallecia virgen. Por eso maare dio. Hub0 ti - Jea D , dijeron.

5

me eiegiaa para aar nenda al incen-

Y yo vi en sus ojos el arroLJ~1llGIlLUut: ias umiuiaas. m i SG auiiu t;i juicio: Madre general al centro y m6s abajo en las gradas la jerarquia de las otras. Se tomaban actas y madre 1 fue la acusadora y fiscal. Todo estaba planeado de antemano porque la pira crecia cuando ellas llevaban sus mediamas. sus meioras. las tablas al fueao. Habia tonao.

L.. ...ubuaua la i i i ~ u u c uauaiu.

3. 4. 5.

...le hacia con la ...se reia al cintc ...era derma y fr

Entre todas le raparon la caDeza como a lama y cogotera, la pusieron de espaldas porque no debia, no estaba permitido dar la cara en el juicio. Vicio de las adictas la hoguera de sus costumbres. - iQu6 voces? iqu6 cahuin formate? - Aprovechadas de mi papi, murmur6 Coya. - Desacato, grit6 madre general: la boca cerrada Coya, la pelada baja. Juan h e su defensor, per0 estaba en soborno, desganado, desclasa-

Madres 1-2-3-4-5-6 le pasaron la mano sobre la rasadura y la escena

- Acaso monrero, la 4.

Eran seis madres rapadas, rasadas, peladas: Seis lampiflas que suplicaban justicia. Ahora Coya era la pira, las mujclca uIL;mlauilll la GCIVU, I I I I G I I U ~ ~~ U CCI ~ U I G y antecesor subia las escalinatas y confesaba de pleno sus delitos. (estaba tambih rapado) Sangraba bello, se quejaba suave, respiraba apenas. Coya lo irgui6, irradi6 su bonda y abon6 unplebiscito, un acuerdo y una tregua. Que dijo si: - Gladiadores y gladiolos enarquen el torso y embatan, mientras en murales las niiias 10s pintan.

soldado contra 10s guardias, Coya, arremete, me dijo la cosa ilustre. - Por venganza yo, le contestd, por la deuda pendiente nada mis. - iQuC el barrio se pudra acaso?, inquiri6 la cosa ilustre. - Yo acudo por asuntos personales y privados, pasados tambidn. - Muy buena r a z h , muy justa. Y pas6 linchaco a m i el arma. (a todos) ..... * _ _ _ - renuienuu 1--->-I--I -:--1-1 __-__ -r iramamos un muiacro ias cauenas ~LL m e till cornu si nos ataciramos 10s unos a 10s otros. Fue una sinfonia metdica y alli relumbro la destreza manual de la m

I-->.-->-

plebe. En el pubis mio la comez6 nupcial el odio contra la patria: CHILE-NU, grite el levantamiento. Y le largud una Cltima mirada de deseo a mi madre lavasta bastarda. Parti. Afild linchaco contra un muchacho 1

de no herirlo mucho, rasparlo apenas, sangrario un poco y moratarlo. Afd6 linchaco contra mi y no me quem0 en la arena. Fue una linda pugna de ensayo nuestro 10s atletas. Seguia al mancebo y dl me precavia y fue un bade. (explico que si no rumbeibamos nos fiamos en el miedo y espanto a la redada) La Rueda El Barrio Nos Hizo DL-&.-

1,. ..11-,

-1

,.,.-4--.

Pelea callejera de matones por amor, abandon0 y celos. Empezaron las apuestas: Mis amigas, mi madre y Juan apostaron en mi contra. El gesto me produjo arritmia y rabia. La Rucia, por ejemplo, tir6 las Cltimas monedas a favor de mi contrincante. las demis se largaron con billetes, ignado yo Cuadro de Choque y dl Guardia.

La cadena solt6 marcandc arenC incitando a la remelt El barrio cay6 en incertidulllulc y desencantada.

b C l V l u u l l l U l C ICUU

3~

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Me besaba el j( Observaban toc Los dos apoyados contra la pandereta, en la penumbra nos frotibamos y 10s dos linchacos marcaron el cundrndo cnnncio m e nos dividia del furor de 10s apostadores. Era la fiesta final y de clausura. Velatorio-Velorio y duelo a nosotros las victmas electas, por eso mi h i m 0 estaba bajo. Era ya un el joven combatiente envejecia apresurado. Envejecia, digo, exteriormente y armado de dientes se desdentaba: lo mir6, lo volvi a mirar, 1( le otorguC palabra para la arenga postrera: - 'I% le ordenC, ,vas a dar un testimonio. Los habitues del barrio se acomodaron en mesas. - Voyadarunl Me preparc: Mi pupila zurda y borracha proyectaba en la penumbra el celuloide para 10s espectadores.

me ven, me toman, me temen. me cercan, me pescan, me cuelgan.

GRESAN

Ne Im Sisatxe On Arbah Nodrep Arap Solle.

Coya levant6 la cabeza y la mir6. Tendi6 su mano hacia ella y la otra mano se volvi6 esauiva uor 10s tem blores. IO Afuera 10s camiones buscaban, ~ ~ulsdua ~ u d u uclulldll el ya 10s motores se detenian y lb l I I u ~ L ~ p ~uc augurio. Hombres y mujeres estupefactos inte gritar, no lamentarse, emanar agua del cuerpo. Por eso sudaban, vomitaban y menstruaban las mujeres. Coya abri6 sus piernas a la sangre y ahi su pupila fue nitida, tan Clara y f6rtil que pudo atravesar la pared, y el deslizamiento agudo del piquete que se . No, no su pupila. Su mirada no traspas6 naaa, si el oiao rorzaao que retumbaba 10s movimientos creando, formando una falsa pandereta humana. Estrech6 la IT bien: - Note muet Y la madre la mir6 y sonri6 con burla Las otras mujeres llegaron hasta su mesa y la vela les com’a la cara de un lado para otro, deformindolas y dejando el moreno estado mis livido, mis ensombrecido afin. Compartieron las sillas. Berta, pegada a Coya, se mantenia entera. De la misma manera sac6 odio para afbera: - Es cierto, dijo en su oreja, es verdad que Juan es un sopl6n.

109

oplo gimi6 Flora con su cabeza apoyada en el hombro ut: la fiucrd que se erigia impasible, mirando hacia la puerta espe-

rando el culatazo y el agujero. El lider lleg6 hasta eilas y por un momento todas las caras se animaron, per0 la faz del lider estaba pCtrea en su textura y disminuia hasta arrojar una timidez inofensiva y elocuente. Asi h e . Orden6. - Hay que replegarse, hacerle el c MuCvanse ripido para el otro lado. - Si, le dijo la Rucia, usted quiere que nus rrlarerl a Luuus ~ ~ I I I U I I -

>e movieron casi repranao, apinanaose en el sueio, rormanao una

tribal rueda y al centro el lider. Cova nensh m e n o habia nada m e decir v nor eso su nronia voz

(inatma un muerto:' mas ae iguno va a rauecer reventaao contra las tablas del piso). ...no demostrar miedo... - No hay que oponerse ni df una sola palabra. Aqui no se res La piedra rompi6 el primer vidr E1 1;rltar

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niendo a buscar agua y el silencio de que no me hablaban a mi. Nadie a mi. Entre ellos si, el remez6n de 10s catres en la noche y la levantada al alba para cortar en el alto el trigo. No es que no 10s quisiera, fue despuis de lo que me hicieron, cuando en la tarde, tirada en el suelo, el joven me pus0 la mano en la pierna y yo no pude contenerlo. No sabia, no queria mirar la frialdad de su cara y dejC que su mano fuera mi consorte. Me pegaron, me dieron castigos atroces. Me encerraron en la casa, sin lavarme, sin peinarme, sin zapatos me dejaron, sin perd6n para mi falta. AguantC mucho, mucho tiempo esavida y adn asi no me perdonaron y por eso me puse hosca con ellos y cuando se enfermaban, cuando venia la pobreza, yo me miraba 10s pies endurecidos y no les daba consuelo. Seguia cumpliendo la necesidad de la sed: del estero a la casa, el dnico camino mio el balde. Mis hermanos, mis hermanas eran cristianas y yo mora. - Me voy a ir, les dije un dia.

113

Ahi crei que me iba a venir otro castig uno mayor todavia. Per0 dijeron “&Idate”. Ay si el viaje. Tan sacrificado y todo tan dificil v desmCs el barrio que se parece : me viene con retraso por di al trigo si, muy cierto: Srmela cortado entonces.

-

u u y a,

-

Si mujer, acuistate en el suelo que luego te van a palpar.

b n la

yibuia, b n iiii y i b k i i a , bo ia q u i u u a a .

SOBRE FLORA Tuvimos que estropearla, enrielarla para proteger a sus hermanos. Sobre Flora prefiero no acordarme yo, como si estuviera tapada con tierra, ella que ya estaba entierrada. Transporta la maldad y alli lejos las cosas se han puesto tembles. Se caen y despedazan habitantes. Yo no me culpo, tenia que salir como 10s yerbajos y olvidarla como casi yo. SU MADRE

i. Yo veo Qr

:xisten aqui --=-----,

_._ ~-~ _

esparce el rumor que hunde en vergiienzaatodos 10s parientes. Yo como hermana menor reniego y me cuido de 10s muchachos. Muchacha y en muchedumbre me temo.

DE BERTA PARA FLOR Se pudo Ilamar: ite puedo llamar Margarita? -no. ite puedo llamar 115

violeta? -no. Que estupidez cultivar un jardin, regar, viajar, sembrar y crecer. Era una n 3 a andariega. La Coya en Coa le hablb clarito, me dijo: - Berta, dale hueco en el reservado y ordena labores serviles. Que reciba infimo el salario nistico. - Oye, le dije, cuando Csta caiga, va a ser un lastre.

- La Flora IIU cs G..L:l..-, IUGII~. *-

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nada hari que yo la perdone. Aqui la comarca es infinita y el pensamie muchos 10s habitantc SC que Csa es a h hpugnada a io largo de las casas y 10s hijos mios son mirados todavia con desconfianza. Mis otros hijitos que nada tuvieron que ver con el asunto y que, sin embargo, una y otra vez me dan 10s m h o s dolores.

SU MADRE

DE FLORA A SU MADRE No SC c6mo hacer para librarme. .Yo no soy del barrio. Yo no soy tampoco una chica No soy. Les voy a preguntar a 10s otros qud van a querer de m i cuando hayan muerto, cuando estCn sepultados en el lodo, cuando e s t h tirados por ahi: cudes flores, cua'les rezos. De todo. Voy a volver donde mi madre.

Las otras eran muy malas, muy lerdas para mantenerme bajo presagio y engaflo. La piedra Otra nierlra v

n t r a ntrac

1

Se recogen 10s pr6fugos y entonces aparece el primer forajido en facha deslumbrante. Es un inolvidable especticulo para 10s ojos. Desde el casco su mirada refulge: porta un m a por delante, lo cuidan armas por la espalda. Es humano, hermoso, es un arist6crata oficial: Es el comando. . Es un veridico soldado del primer, del segunao, aei tercer y aei

. ..

..

ero De la primera linea de caballeria, de la segunda de infanteria. Es un infante de marina, es un infame, es un cubo, un exaedro, es pentigono y prusiano paso abarca - Mami iestimuerto? - Si Coya, ya es difunto. - Mami LquC informe oficial nos dieron? - Sangre, Coya, se rebas6 en sangre. 117

cuanao entra a bar 10s corazones suenan corn0 tarnbores y rreneticas cajas de resonancia. Los pechos que turn-turn suenan, que turn-turn laten, que turn-turn no hay nada que 10s dilate. Turn-Turn, mi coraz6n se ha sublevado jserC afm Coya? Turnba-Tumba mi boca. OlvidC nornbres, fechas, traiciones plenas. TILTC que afin te quejas en la otra vida. Huyen del ba No. Se queda Entra el soldado que es un plebeyo. Abre las piernas. Sonde, Apunta a 10s friigiles seres con rnetralleta.

u s piearas rompen, rompieron caaa una ae ias ventanas, asruanao marcos. dinteles en la barbarie a la manera de catauulta v la bamada

bemiari iiasia ius Iiwiurt;s ariuuariuu ueigauas vuc;t;s ut; suyiiiliu y

el cor0 10s mantenia fmemente enlazados, con las cabezas entre 10s brazos prohibiend Pern oaminn antre In9 nr2709

iuiiiua

b ~ c ; ay

duii ~uia~ariuu GI piiliir;u S G ~ U I ~ Utmiiiiliuu I yieuras pur

las ventanas. Un hombre grit6 y a la parr( tarse, correr hacia afuera. - No haga eso, habl6 Berta Otro lo aplast6 contra el piso por un n h e r o indeterminado de piedras que la curvaban. El metal h e el objetivo de la primera rifaga que son6 como todo el mar, como la totalidad de 10s cataclismos, como un terremoto nacional. Coya cubri6 a su madre y su madre la cubri6 a ella. Coya b e d a su madre en la mejilla apretando la came. Cedieron lentamente 10s .

.

Por cada una de las mentes pasaban imigenes de recuerdos: figuras familiares, nii'ios asombrados la pCrdida. Cada una de las mentes estaba remecida por el amor tan desatado y fervor que la pena se topaba en delirio. Por eso casi se perdia el juicio, dejando la raz6n de 1ado.cuando ya no cabia el razonamiento. Amor a 10s sobrevivientes, amor a 10s muertos, amor a sus casas, a 10s objetos, a la calle, a la luz, a las esquinas del barrio.

OULGJIUIIGL,

y

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de evocar, el poder de transfigurar y congelar 10s sefialaba vivos, neurol6gic Se cruzabi La Rucia, otra parte, pc:IIsu, CII uuu lUgaKJU I I I ~suruiuu quuas IIU ucurnrla esto. En otro pais, seguro, habria sorteado la precocidad del momento. La Rucia se apretaba las manos ante la estampida de la S a g a y su cabeza seguia el ritmo y sus piernas saltaban por la palpitada de 10s nervios. Apart6 a Flora que se le venia encima Per0 Flora recaia sobre ella, tal como si fuese el Cnico borde ante el abismo.

I I I ~ L I W UG su i a u a preparariuose para apiacar la nenaa propia o la de su madre. - Para las balas no s h e , no va a surtir ningtin efecto. Y esa respuesta le evoc6 a su padre emplastado por ella. Abri6 el cortadumas v lo enterr6 sobre las tablas del Diso. El ~- corta~luma~ ----- r vibr6 algunos momentos rozando ~ U piernas. S Iluminadas por el foco se cruzaron algunas miradas y Coya recorri6 las caras que se levantaron abruptamente cuando la cortina que 10s separaba del afuera, se alzaba privindolos.

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me puse desconfiada, a medida que fui teniendo mejor educacih, cuando iba aprendiendo las cosas. Cosas de colegiales del bamo que robaban y pegaban a las .* de tocarlas. Por eso me o que no esto ni lo otro, :ia mi mami, ponidndolo que a ella le habia do padecer, la cantidad de cosas tuvo que soportar. Y O le hacia cas0 hasta ahi no mas, porque habia cosas inevitables: tenia que jugar, compartir, rozarme con 10s demis. Mi mamd era muy pensativa conmigo, muy poco comunicativa y cuando le preguntaba por mi papi, ella me decia que en PI

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es que la ?ara esas golpeaba -__ _ _ ____ ontrolaba por el miedo de lo que me podia pasar en las esquinas y en el baldio de las reuniones. Alli fue en el eriazo donde lo vi y 61 como niiio me miraba y se reia y me larg6 un hondazo que me dio en el muslo. Yo Hod y busquC una inmensa piedra, per0 no lo toquC y 61 mientras corria, se burlaba, _._. _..__ .

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ver de la misma manera, salvo en 61, en Juan, que parecia un remecido. Me acerquC a Coya disimulando mi odio y eso hizo que 61 volviera a hablarme, per0 .se dirigia a ella, tan timido y tembloroso que apenas le salia la voz. Cuando la venian a buscar, Juan se quedaba conmigo mudo y desagradado y me di cuenta que si le daba cosas se ponia un poco m6s grato y hasta a veces, me pasaba la mano con descuido. Por eso lleguC hasta a sacarle plata a mi mami para tenerle sus cosas y cada vez recibia golpes m6s grandes por mi falta.

SueAos no mis porque 61 que me recibia, que me recibe de todo, la iba Ilenando de obsequios a costa mia.

El tambih era una sombra de ella, que 10s vi una tarde cuando levant6 su falda, per0 la dej6 caer antes que la mano la alcanzara. Seri6mucho y le dijo que se desahoeara en mi, en la Berta, dijo, Ile te espera. e gustaria de otra manera manera: haber esquiv d n 19 n i e r h

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lleg6 tanto y todo lo fui tomando, toda desdicha y ninguna dichaen intercambio. - Berta no, le decia. J

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cansancio cargar con una nifia que pudo tirar para otra cosa y que una casa le pusieran y regalos.

Yo despuCs de las pugnas no quiero saber nada mis. Todos 10s errores que ha cometido me demuestran que no me equique es por porfiarme, por odiarme, que ella busc6 ese camino

VOCO,

BERTA Y SU MADRE - Mami me vuelvo loca. - No Berta, no existe. - No hay mundo cuando no esti. - Si no hay mundo, odia entonces.

- Mami es Dios que se me escapa: ido esti mi amado? Len qu6 parte del barrio mi esposo? pregunto asi a 10s hampones, interrogo en las casas y lo busco y lo presiento a kilbmetros, a millas, a metros de mi espalda. Per0 se me oculta y todo parece un gran 125

eclipse de sol ante mis ojos: yo me eclipso, 10s seres se eclipsan, el barrio. Per0 cuando lo intuyo, cuando veo su mirada, me siento morada, manada, majada de todo esplendor la cara mia baiiada v

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---- =-- ------ -- ------..-.., --... --.Y.-..A tiva celda me enclaustro. Yo pago tributo, monedas para 61, joyas, prendas de ofrenda, perfumes, canciones. Per0 yacemos a oscuras, tan borrascoso el cielo ahora que 61 anda en otra parte favoreciendo al enemigo. Per0 tampoco es nefasto, algo habremos hecho, habr6 hecho para perder su favor y debemos con resignaci6n soportar el sufrimiento, la arena y 10s animales feroces. Algo muy grave hq pasado: tener aqui amparada, a Coya, lesiva, lascivia mayor G;I universo. - No est6 nublado el cielo. Son 10s celos que te tienen carcomida. No hay eclipse, 10s fen6menos naturales no tocan a este pais. Ya todos se han olvidado de estas tierras. Casi no son. - Son, est& en el primer lugar, en el m6s alto privilegio continental, cuando 61 lo habita, lo pisa, lo destroza v nos destronari a todos 10s millones de galaxias que su bondad. - Cilmate mujer, dejemos estas cosas y L U I I I ~ Lun ~ sumiw con IU madre, que a lo mejor es el dltimo. . A =

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Est6 bien, un poquito, un trago tampoco lo va a privar. Mami cuando yo caiga p a s a decir todo lo que td sabes?

- S i Berta, no tengo mis remedio, no tuviste remedio y voy a decir

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segunuu ansiariu peru ya no,

nunca mis. Eso lo SC bien porque conozco esas cosas. Lleg6 una vez Juan golpeado temble y yo no tenia deseos de aten-

Y siguio poniendo adornos en el reservado para la tiesta noctuma. Es que a ella le encanta ese ambiente: la farra, 10s clientes y la desoiediencia etema a su madre.

---- --- -- -- ---- , la mami de Berta quiere mucho a Coya y una vez le dijo delante de todos que le hubiera gustado para hija y Coya af'ii6 que no deseaba una madre borracha y tan suelta. Berta nunca m6s nos invit6. Nunca mbs. Ella tiene gran capacidad, mucho impetu para conseguir cosas, siempre trae encima un poco de plata y un par de veces me ha abastecido y a todos nos pasa en 10s apuros. Yo no soy muy cercana, porque siempre que habla de salir del barrio nombra a todas las personas menos a m i Y eso si que no se lo Derdono: en estas circunstan--_ , - ~ -_ _

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ou yuuxu.

- Voy a buscarlo, me dijo y quiero que vayas conmigo. Ya lo tengo

rinmeaDa enrre una y orra, no sapia quien, cuai era su nga y nosotras nos miramos, nos reimos y no lo sacamos de la duda. DespuCs estuvimos toda la tarde celebrando el equivoco. Ya en la noche, cuando quedaba el tiltimo conchito en la botella. Berta me dijo: - AY coy& capaz que EI

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128

- Capaz, le contest&

COYA

BERTA Habia guardias, per0 trajeron mis y luego mis guardias. Como un ejCrcito completo rondando, cuidando y pescando ocasional a alguno del barrio. Sabiamos que a Pisagua 10s nuestros, sabiamos que al Norte, traspasados de frio e infectados. Los guardias no le hacian asco a las muchachas, per0 ellas si, todas nosotras como a la peste. Asi empezd la dificultad, la sospecha, el peligro. El papi de Coya parecia seguro como una fachada porque el bar se veia legitimo. Per0 no era asi, no era. Los clientes nuestros nos sorprendian en la ausencia del viaje, cuando 10s enfilaban al p6ramo y al odano. A la ficha el terror, a empadronamos, a apedreamos parece la orden. 5 amenos. se la manda al - Es por ti, me dice, cualquier madre sufre la p6rdida de su hija.

- Es por ti, le digo, es mejor despacharse borracha. U I I ~I K L C L ~YUG

ya

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nto en su casa. Est0 es lo m h i m o porque ni letras, nada en absoluto, entonces hay GAplico, como si incluso el vino pudiera da-

fiar la integridad nacional. He mirado fijamente al oficial y no es 61. La rifaga en el techo abre boquetes hacia el cielo y no esti. Mi gente grita y se retuerce. Yo no. Espero al segundo que entra y me cancele el infortunio.

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Aparece un segunao solaado tapaao y oscureciao: protegiao por su arma y protector del primero. . otxaiente y iesivo. c s un rerueno cs un mucnacno rapiao, ruerte, nortefio, moreno, adiestrado y trasladado barrio para cumplir la encomienda. El soldado cruza el umbral. Cuando cruza el umbral, cuando lo cruza jme oyen? desaparece el amor y la sobrevida del coraz6n es lujo extremo en sus latidos: la cabeza, la vista, el oido se expanden, se cierran, zumban. No hay paz. - Mami, no en la frente, no mires al frente y tipame. Coya no dijo esto: grit6 sin palabras y a travds del tono sostenido apareci6 la silaba “ma” que no pudo completar absorbida por 10s gritos de su madre que tambidn nombr6 “ma” y parecia en verdad que todos clamaran mis. MBs guardias, mis balas, m6s instintos. Los refugiados gritan “ma” “mis”. Y PAC pasa el segundo soldado que superpone la otra r8aga al piso. Empieza la intervenci6n al barrio, aunque todavia continfian indemnes. _

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Que PAC el nortei’io Que PAC el surefio Y ataca la pesadilla se hunde y entierra palo en mi herida y saliva escurre. 131

El primer soldado tir6 una rifaga al techo y 10s corazones se detuvieron por un instante, despuis vino el desborde amplificado por el segundo que encaiion6 y tir6 una orden a 10s habitantes del bar: llamaba a la rendici6n sin condiciones, llamaba a no realizar n i n g h movimiento y mandaba porque no sabia lo que decia y temia que otra

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tanta propiedad, que jamis guareci6 sin peso jerirquico y Cste es el peor, pens6, 6 Y vir6 sumir su arma hasta ___". Los focos seguian entrando a raudales, moviCndose de un lado para otro en destacado festival. Los gritos subian de tono, se superponian, se evadian m6s all6 de las paredes chocando con las 6rdenes del &era en un encuentro frontal. Coya sinti6 que su madre la palpaba. Le empezaba a recorrer con sus manos el hombro y cada una de las costillas. Su madre la tocaba y ella se aferraba como una hija retrocesa, donando su came a la madre que respiraba a h por ella, para ella todo su carifio, cuando era la primera vez que acunaba, que 2

arrullaba el tradicional rito. Y borr6 al primer0 y al seg quedaban, quC calidad de de Ni importaban ya las amigaa, la5 I C I I L U ~ ~ 111 , GI ~ I U G I L I , 111 GI l l l C G 1 1 3 V dolor que pudiera traerle la entrada del metal. Nada. cuando su madre la tocaba en demedida y se volvia para rendiritro paterno, prestando LUS su~uauosst: queuarori quietus S I ~ U I ~ I I U las U luces de 10s focos y miraron por primera vez con exactitud, al grupo apiiiado contra la pared del fondo del bar. El silencio enloqueci6 a Flora, irrit6 a Berta, alert6 a la Rucia. Tal vez se vayan, pens6 Flora, quizis ahora que nos midieron, que nos causaron terror, continlien la blisqueda por otro lado. Ahora nos viene en serio, pens6 la Rucia, ahora nos tiran a nosotras. Ahora mi madre me besa, pens6 Coya, y yo no podr6 responderle y le voy a esquivar la boca como siempre. Si ahora mi madre me besa, quiere decir que ninguno de nosotros va a evadir la metralleta. Entr6 en silencio y ostentoso el tercer guardia que ocup6 su linea con su impecable uniforme de guerra y dispar6 un solo tiro con la pistola. Un solo grito y quejido retumb6. La Rucia pens6: “C,,n n1 r r - r l m A n T n t m a m o e A nl r r i i l m A n derecho”. an

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no y resignado. Dej6 a mis hemanos en casa de familiares, porque ella no se hizo cargo nunca, tenia una enfermedad que yo no creo. Todos 10s muchachos repartidos por el bamo, disparados. Yo me las arreglC para vivir sin culpar, ni andar pidiCndole a la primera persona que pasara un poco de cariiio. Perdi, disolvi todo afecto, no como las demis n3as que por andar de brazo en brazo les pasaban cosas tembles. Por eso heron pocas las veces en que me timaron 10s muchachos, en contadas oportunidades lograron sacar algo de mi, o atacarme, o largarme un hondazo, porque yo desarrollC un instinto que abarcaba lo que tenia delante de 10s ojos y lo que existia a mi espalda o alrede-

- Rucia, se ha puesto como la noche esta p rovincia. - Muy cierto, entre 10s golpes y el ma, ycI prefiero el gatillo. n..n t;nrrnn ainntt;n;aaa -,n~ainrr+,-,l - nnnrr u i b ~ i YUG i L i G i i G i i G i G b u i b i u a u y a u b i a u L w j much os. - Es un decir Cova. D a r a este barrio no se van a tomar tantas mo 1

La dejC encargada y pagu6 religiosamente por su mantenci6n. No tenia lugar para tenerla, no tenia salud para cuidarla, ni a 10s otros chicos tampoco. Per0 ella era mi preferida porque h e la primera y la mis dolorosa para salir. No comprendi6 nunca y se fue apartando, ensombreciendo y poniendo insolente. Mucha pena me caus6 que no me escuchara, que no me tomara en cuenta. TerminC por cansarme de ella cuando vi que se iba envicianS do con 10s vicios que sot peores. Hace un mes realkc el filtimo intento cuando decidi arrancar de este peligro y la convid6 a salvarnos, a formar una familia unida como debe ser. Me dijo cosas imperdonables que a cualquier mami destrozarian, me dijo, que preferia no haber nacido nunca, imaginense una cosa asi, cuando la vida debe ser de esta manera y 10s dolores son la cercania a Dios y ella, que tiene este pensamiento, va a ser Y perdida. i 2

Cuando le pregunt6 por 136

dado, Que eran estuDideces. aue el h i c o Dios era su DaD6 Que la habia rrarlo -

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Fue un sacrilegio y una ofensa a estas intimidades mias. Anduvo una cuadra entera gritindome cosas:

- Uios hace las personas y a mi me hizo mi papa y no te diste ni cuenta, no lo reconociste y por eso dl no me reconoci6 a mi, per0 yo creo que te gust6 mucho el escaso tiempo que estuviste en el cielito. Si mami. me diio. DrCndele velitas a mi Daoi. llena de velas el barrio a ver si se aparece y nos libramos. . I

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4iiadi6: _ _ _ _ una cancion _ _ _ _- < . mvenraaa .._._ para 11, roaavia no le iogro aar una - m iengo entonacibn, per0 es algo parecido a "mamita te vas derechito al infierno por un pecado original". Hasta canciones me ha inventado, hasta esos extremos ha llegado. - Hija mia, le dije, b a t e la cara a ver si te despejas, estds embolinada con la yerba que andan traficando por aqui. - No mujer, trape6 su lengua, yo estoy limpia y Clara, eres t 6 la que tiene un pedazo bien oscuro y ahora de vieja se te distingue a leguas de distancia. Es feo hablar mal de las personas, mal de una pariente tan cercana y a la que una ha querido tanto. Per0 tuvo un buen gesto una vez, en una enfermedad mia en que ofreci6 llevarme a la iglesia, cargarme ella misma y dejarme ahi por si me moria, que entre tanto santo, me dijo, se iban a compadecer y mi padecer en gloria se transfomase. Claro que tambiCn me advirti6 que si haciamos el viaje yo c o d a el riesgo de ser estatua de yeso y quedarme con 10s otros muertos de adorno en el templo. Y o le prestC mucha atenci6n ese dia porque ella andaba buena y sana: - Rucia, le dije, dkjame aqui mejor, capaz que all6 me muera de pur0 1

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La rnucnacna tenia sus armgas y aiuauai

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abajo. Yo con ellas apenas el saludo, porque la Rucia jamds me present6 como es debido, ni con el respeto consecuente, como si yo no fuera digna, cuando aqui estamos todos en la misma: idhticas habitaciones, compartiendo el control de tanta m a que se nos ha dejado caer. Acostumbrme yo, no mucho. Me sobresalto siempre cuando veo el hoyo del caflo y tengo que pasar por delante, sin esquivo posible, porque e s t h en todas partes y yo pienso en la muchacha que no sabe quedarse callada, que no sup0 ya. Se ha ido con 10s otros al bar y all6 nada las protege, ni una pared

en el tiempo anterior a Coya, cuando antes yo. C6mo me revolvi6 el coraz6n esa mujer que se las ingeniaba para estar con 61 antes, siempre antes para distraer mi presencia. Lo m6s notable fue una noche en que le dije: - Esti oscuro Rucia, vas a tener que salir porque Juan me dijo que me iba a acompaiiar y mds tarde te puede pasar algo Yo esper6 que se retirara de inmediato, per0 se quedc5 y qued6 hasta m& n i i ~ el final, cuando la oscuridad era tan grande, que no hrihn llUvv yUv la salida triangular. b

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Lo que despuis ha pasado con ella es imperceptible, siempre imp& vida haciendo las cosas que le corresponden. Muy sola ella, relacionadas a distancia con su familia. La Rucia es una sola cosa: idhtica por fuera y por dentro, parece l l n ~ mnln

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