Pobres en El Antiguo Testamento

POBRES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. Desde el Vaticano II, el tema de los pobres ha pasado a un primer plano en la reflexión

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POBRES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. Desde el Vaticano II, el tema de los pobres ha pasado a un primer plano en la reflexión cristiana dentro de la Iglesia Católica. El debate gira principalmente en torno a los siguientes interrogantes: ¿quiénes pueden ser considerados actualmente pobres desde una perspectiva bíblica? ¿En qué consiste la pobreza evangélica? ¿Qué relación existe entre pobreza sociológica y pobreza evangélica? ¿Exige la pobreza evangélica asumir las condiciones materiales de vida de los pobres sociológicos, compartir los bienes materiales y culturales y comprometerse políticamente en su liberación? Etc. En respuesta a estor interrogantes reduccionistas y antagónicas:

se

perfilan

dos

posturas

• la de aquellos que tienden a reducir la pobreza evangélica a su dimensión espiritual y religiosa, desembocando en una interpretación espiritualista de la misma, y • la de aquellos que tienden a reducirla a su dimensión material y política. Nosotros vamos a tratar de poner de relieve la necesidad de superar ambos reduccionismos y de recuperar el equilibrio y la articulación dinámica entre ambas dimensiones.

I. LOS POBRES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. Las literaturas antiguas se preocuparon casi exclusivamente por las gestas de los grandes héroes. En las páginas del Antiguo Testamento desfilan ante nosotros el inmenso cortejo de los pobres, de los pequeños, de los marginados. El Antiguo Testamento nos ha conservado y nos ha transmitido diez siglos de reflexión creyente sobre el hecho social de los pobres, cuyo eje central es la relación entre Dios y los pobres sociológicos y, sobre todo, entre Dios y los "pobres de Yahvé" •

El Éxodo nos describe, de manera impresionante, la esclavitud del pueblo israelita en Egipto, la explotación económica a la que estaba sometido y la liberación realizada por Dios a través de Moisés.



Los Profetas denuncian con tonos dramáticos las prácticas injustas de los reyes, de los príncipes y funcionarios reales, de los ricos y poderosos, de los sacerdotes y de los jueces contra los pobres.



En los Salmos, son los mismos pobres los que nos cuentan, en sus lamentaciones ante Yahvé, sus desgracias e infortunios.



En el Éxodo, en el Levítico y, sobre todo, en el Deuteronomio nos encontramos con una legislación social, inspirada en la voluntad de Dios, que quiere eliminar las causas del pauperismo.



Los Libros Sapienciales nos han transmitido sus meditaciones sobre la pobreza y sus exhortaciones frecuentes a la solidaridad activa con los pobres.

En todos estos libros ocupa un lugar central la experiencia de Dios realizada por los pobres y por aquellos que se solidarizaron con su causa y se comprometieron en su liberación, entre los que destacan Moisés y los profetas. El Dios bíblico es un Dios que se ha revelado a los pobres y que ha sido conocido y experimentado por ellos como un Dios solidario de su causa y liberador de sus des gracias e infortunios. 1. LOS POBRES SOCIOLÓGICOS. En el A.T. unas veces ocupa el primer plano las relaciones entre ricos y pobres: la denuncia de las prácticas injustas que realizan los poderosos contra los pobres; la descripción de las situaciones de explotación, de opresión, de marginación, de miseria y de postración que padecen los pobres de parte de los ricos; la proclamación de que Dios está de parte de los pobres y en contra de los ricos y poderosos que los explotan, oprimen y marginan; el anuncio de que Dios castigará a los ricos y poderosos, que son injustos, violentos e impíos y liberará a los pobres. Otras veces, pasan a un primer plano las oraciones y confesiones de fidelidad de los pobres ante Yahvé: los pobres nos manifiestan sus actitudes religiosas de fe, de esperanza y de confianza en Dios; de sumisión y docilidad a su voluntad. Los pobres sociológicos dan el salto de la fe y se presentan ante Dios como indigentes y mendigos, que lo esperan todo de Él. Otras veces, se mezclan y confunden estas dos dimensiones de los pobres: su dimensión sociológica y su dimensión religiosa. Por razón de claridad analizaremos por separado estas dos dimensiones bajo los epígrafes de "pobres sociológicos" y "pobres de Yahvé". 1.1. LA RELACIÓN DIALÉCTICA ENTRE RICOS Y POBRES . La Biblia subraya fuertemente la relación dialéctica de los pobres sociológicos con otros grupos sociales. Ese carácter dialéctico aparece con diversos matices, incluso en las palabras que emplea para designarlos. Pero, sobre todo, se manifiesta en la denuncia de las

prácticas injustas de los ricos y poderosos y en la descripción de las diversas situaciones que padecen los pobres. Los pobres sociológicos son: • Los empobrecidos por los ricos y poderosos. • Son los explotados, los expoliados y desposeídos por los ricos, que se han enriquecido en los despojos de los pobres. Hay una mayoría de pobres, porque hay una minoría de ricos que han acaparado los campos y las casas de los pobres. • Los oprimidos, los perseguidos, los aplastados con violencia y eliminados por los ricos y poderosos, • Son los humillados, despreciados y marginados, • Son las víctimas de la tiranía y la arbitrariedad de los poderosos. • Son los que carecen de recursos para defenderse de sus enemigos, que son poderosos, violentos, orgullosos e impíos. • Son los débiles, los desvalidos, los indefensos que no pueden hacer valer sus derechos en los tribunales frente a los ricos y poderosos que decretan leyes injustas y practican la venalidad en los juicios. Por eso, los profetas y los salmistas nos describen a los pobres como personas descorazonadas, abatidas y sin esperanza. Los pobres son los afligidos, que tienen el corazón roto y que se sienten impotentes para defenderse de las injusticias que padecen. Para los autores bíblicos el prototipo de pobres sociológicos, indefensos y desvalidos, son los huérfanos, las viudas, los extranjeros y los esclavos, a quienes se les explota y se les despoja de sus derechos y de sus bienes con facilidad, a quienes se les humilla, se les desprecia y se margina sin escrúpulos. Desde esta perspectiva bíblica, la pobreza sociológica no se describe exclusiva y principalmente por la indigencia o carencia de bienes materiales, sino por las situaciones de explotación permanente, de expolio y expropiación del fruto del propio trabajo; por las situaciones de opresión, de persecución y de represión; por las situaciones de inferioridad social, de dependencia e indiferencia frente a los explotadores, los opresores y los discriminadores: por las situaciones de indiferencia, desprecio e insolidaridad que padecen. 1.2. DIVERSOS GRUPOS DE POBRES SOCIOLÓGICOS . En el A.T. nos encontramos con diversos grupos de pobres sociológicos, que tienen unas características comunes bien definidas:



Los pequeños campesinos agobiados por los impuestos y endeudados con los más pudientes de cada localidad, que son despojados por sus acreedores de sus campos y de sus casas.



Los jornaleros eventuales, que se ven forzados a trabajar a cambio de la comida o de cualquier cosa, a quienes no se les paga un salario justo, o se les retiene largo tiempo.



Los que se ven forzados a mendigar, porque no encuentran trabajo, o porque están incapacitados para hacerlo.



Las viudas y los huérfanos, que son despojados de sus bienes y de sus derechos y sometidos a la explotación.

• Los extranjeros, refugiados y emigrantes • Los esclavos y los siervos • Los incapacitados para el trabajo: ciegos, cojos y enfermos en general. •

Los deportados, los perseguidos y los encarcelados, sometidos a toda clase de violencias y malos tratos.

Sería demasiado prolijo citar todos los pasajes bíblicos que aluden a estos diversos grupos de pobres. Para nuestro objetivo, basta esta caracterización general. En algunos textos hay listas o enumeraciones de pobres en que aparecen varios grupos de estos. Por ejemplo: Isaías 29, 18-19: aquel día oirán los sordos las palabras del libro, sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos; los oprimidos volverán a festejar al Señor y los pobres se alegrarán con el Santo de Israel.

Is. 35, 3-6: Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes. Decid a los cobardes: Sed fuertes, no temáis; mirad a vuestro Dios, que trae el desquite y la venganza, viene en persona y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará; brotará agua en el desierto, torrentes en la estepa.

Is. 49, 9-13: … para decir a los cautivos: Salid; a los que están en tinieblas: Venid a la luz; aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el viento ardiente ni el sol; porque los conduce el que los compadece y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos y mis calzadas se nivelarán. Mirad, unos vienen de un país remoto; mirad, otros del norte y del occidente, y aquellos del país de Siene. Exulta, cielo; alégrate, tierra; rompen en aclamaciones, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados.

Is. 58, 6-10: El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; compartir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no despreocuparte de tu hermano. Entonces brillará tu luz como la aurora, tus heridas sanarán rápidamente; tu justicia te abrirá camino, detrás irá la gloria del Señor. Entonces llamarás al Señor, y te responderá; pedirás auxilio, y te dirá: Aquí estoy. Si destierras de ti los cepos, y el señalar con el dedo, y la maledicencia; si das tu pan al hambriento y sacias el estómago del indigente, surgirá tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.

Is. 61, 1-3: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar una buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la liberación a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios; para consolar a los afligidos; para cambiar su ceniza en corona, su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala. Los llamarán Robles del Justo, plantados por el Señor, para su gloria.

Salmo 146, ¡Aleluya! Alaba, alma mía, al Señor; alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista. No confiéis en los nobles, en un hombre que no puede salvarse: sale su aliento y él vuelve al polvo, ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, su esperanza es el Señor su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en ellos;

que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos; que da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. El Señor da vista a los ciegos, el Señor endereza a los que se doblan, el Señor ama a los honrados, el Señor guarda a los inmigrantes; sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. Aleluya.

Estas listas han influido en las enumeraciones de pobres que encontramos en los Evangelios: Lc 4,16-23: Fue a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre entró un sábado en la sinagoga y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías. Lo abrió y dio con el texto que dice: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor. Lo cerró, se lo entregó al empleado y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Él empezó diciéndoles:

---Hoy, en presencia vuestra, se ha cumplido este pasaje de la Escritura. Todos lo aprobaban, y estaban admirados por aquellas palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: ---Pero, ¿no es éste el hijo de José? Él les contestó: ---Seguro que me diréis aquel refrán: médico, sánate a ti mismo. Lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún, hazlo aquí, en tu ciudad.

Lc. 7, 22: Después les respondió: ---Id a informar a Juan de lo que habéis visto y oído: ciegos recobran la vista, cojos caminan, leprosos quedan limpios, sordos oyen, muertos resucitan, pobres reciben la Buena Noticia.

Mt. 11,5: ciegos recobran la vista, cojos caminan, leprosos quedan limpios, sordos oyen, muertos resucitan, pobres reciben la Buena Noticia;

Lc. 14,21: El criado volvió a informar a su amo. El amo de casa, irritado, dijo al criado: Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y trae aquí a pobres, mancos, ciegos y cojos.

Mt. 11,28: Acudid a mí, los que andáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Mt 25, 31-46: Cuando el Hijo del Hombre llegue con majestad, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y ante él comparecerán todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Colocará a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme. Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, inmigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a visitarte? El rey les contestará: Os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis. Después dirá a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, era inmigrante y no me acogisteis, estaba desnudo y no me vestisteis, estaba enfermo y encarcelado y no me visitasteis. Ellos replicarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, inmigrante o desnudo, enfermo o encarcelado y no te socorrimos? Él responderá: Os aseguro que lo que no hicisteis a uno de estos más pequeños no me lo hicisteis a mí. Éstos irán al castigo perpetuo y los justos a la vida eterna.

1.3. LAS CAUSAS DE LA POBREZA SOCIOLÓGICA Los profetas denunciaron, en nombre de Dios, todas las causas que producían pobres sociológicos:

• El acaparamiento de campos y casas (Miq. 2, 1-3; Is 5, 8-9; Ez 22, 29) Miq. 2, 1-3: ¡Ay de los que planean maldades y traman iniquidades en sus camas! Al amanecer las ejecutan, porque tienen poder. Codician campos y los roban, casas y las ocupan, al varón con su casa, al hombre con su heredad. Por eso así dice el Señor: Mirad, yo planeo una desgracia contra esa gente, de la que no podréis apartar el cuello, ni podréis caminar erguidos, porque es una hora funesta. Is 5, 8-9; ¡Ay, los que juntáis casa con casa, y campo a campo anexionáis, hasta ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del país! Así ha jurado a mis oídos Yahveh Sebaot: “¡Han de quedar desiertas muchas casas; grandes y hermosas, pero sin moradores!”.

Ez 22,29: Los terratenientes cometían atropellos y robos, explotaban al desgraciado y al pobre y atropellaban inicuamente al inmigrante.

• La reducción a esclavitud (Jer 34,8-16; Neh 5,1-5) Jer 34,8-16: Palabras que el Señor dirigió a Jeremías después que el rey Sedecías pactó con el pueblo de Jerusalén para proclamar una remisión: que cada cual manumitiese a su esclavo hebreo y a su esclava hebrea, de modo que ningún judío fuera esclavo de un paisano suyo. Todos los nobles y el pueblo aceptaron este pacto de dejar libre cada cual a su esclavo y a su esclava, de modo que ninguno siguiera en esclavitud. Obedecieron, y los pusieron en libertad. Pero después se volvieron atrás, tomaron otra vez a los esclavos y esclavas que habían manumitido y los sometieron de nuevo a esclavitud. Entonces el Señor dirigió la palabra a Jeremías: ---Así dice el Señor, Dios de Israel: Yo pacté con vuestros padres cuando los saqué de Egipto, de la esclavitud, diciendo: Al cabo de cada siete años, todos dejarán libre a su paisano hebreo que hayan comprado y que les haya servido seis años: lo despedirán en libertad. Pero vuestros padres no me escucharon ni me prestaron oído. Vosotros os habéis convertido hoy haciendo lo que yo apruebo, proclamando cada cual la manumisión para su prójimo y habíais hecho un pacto ante mí, en el templo que lleva mi Nombre. Pero después habéis cambiado, habéis profanado mi Nombre; cada cual ha vuelto a tomar al esclavo y a la esclava que había dejado libres y los ha sometido de nuevo a esclavitud.

Neh 5,1-5: La gente sencilla, sobre todo las mujeres, empezaron a protestar enérgicamente contra sus hermanos judíos. Unos decían: Tenemos muchos hijos e hijas; que nos den trigo para comer y seguir con vida. Otros: Pasamos tanta hambre, que tenemos que hipotecar nuestros campos, viñedos y casas para conseguir trigo. Y otros: Hemos tenido que pedir dinero prestado para pagar el impuesto real. Somos iguales que nuestros hermanos, nuestros hijos son como los suyos, y, sin embargo, debemos entregar como esclavos a nuestros hijos e hijas; a algunas de ellas incluso las han deshonrado, sin que podamos hacer nada, porque nuestros campos y viñas están en manos ajenas.

• La explotación de los débiles (Am 4, I y 8, 4-7; Miq 3,1-4; Is 3,1415; Jer 22,13-19) Am 4, 1: Escuchad esta palabra, vacas de Basán, en el monte de Samaría: Oprimís a los indigentes, maltratáis a los pobres, pedís a vuestros maridos: Trae de beber.

Am 8,4-7: Escuchadlo los que exprimís a los pobres y elimináis a los miserables. Pensáis: ¿Cuándo pasará la luna nueva para vender trigo o el sábado para ofrecer grano y hasta el salvado de trigo; para encoger la medida y aumentar el precio, para comprar por dinero al desvalido y al pobre por un par de sandalias? ¡Jura el Señor por la gloria de Jacob no olvidar jamás lo que han hecho!

Miq 3, 1-4: Pero yo digo: Escuchadme, jefes de Jacob, príncipes de Israel: ¿No os toca a vosotros ocuparos del derecho, vosotros que odiáis el bien y amáis el mal? Arrancáis la piel del cuerpo, la carne de los huesos, os coméis la carne de mi pueblo, lo despellejáis, le rompéis los huesos, lo cortáis como carne para la olla o el puchero. Pero cuando griten al Señor, no les responderá, les ocultará el rostro entonces por sus malas acciones.

Is 3,14-l5: El Señor viene a entablar un pleito con los jefes y príncipes de su pueblo. Vosotros devastabais las viñas, tenéis en casa lo robado al pobre. ¿Qué es eso? ¿Trituráis a mi pueblo?, ¿moléis el rostro de los desvalidos? --oráculo del Señor Todopoderoso--.

Jer 22, 13-19 13: ¡Ay del que edifica su casa con injusticia, piso a piso, inicuamente! Hace trabajar de balde a su prójimo sin pagarle el salario. Piensa: Me construiré una casa espaciosa con salones aireados, abriré ventanas, la revestiré de cedro, la pintaré de bermellón. ¿Piensas que eres rey porque compites en cedros? Si tu padre comió y bebió y le fue bien, es porque practicó la justicia y el derecho; hizo justicia a pobres e indigentes, y eso sí que es conocerme --oráculo del Señor--. Tú, en cambio, tienes ojos y corazón sólo para el lucro, para derramar sangre inocente, para el abuso y la opresión. Por eso, así dice el Señor a Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: No le harán funeral cantando: ¡Ay hermano mío, ay hermana! No le harán funeral: ¡Ay Señor, ay Majestad! Lo enterrarán como a un asno: lo arrastrarán y lo tirarán fuera del recinto de Jerusalén.

• El comercio fraudulento (Os 12, 8; Am 8, 5) Os 12,8: Canaán maneja balanza falsa, le gusta estafar. Am8, 5: Pensáis: ¿Cuándo pasará la luna nueva para vender trigo o el sábado para ofrecer grano y hasta el salvado de trigo; para encoger la

medida y aumentar el precio, para comprar por dinero al desvalido y al pobre por un par de sandalias? . • La violencia de los ricos, de los poderosos y de los reyes (Jer 5, 26-28; Jer 22, 1-5 y 13-19) Jer 5, 26-28: porque hay en mi pueblo criminales que ponen trampas como cazadores y cavan fosas para cazar hombres: sus casas están llenas de fraudes, como canasta llena de pájaros, así es como medran y se enriquecen, engordan y prosperan; rebosan de malas palabras, no juzgan según derecho, no defienden la causa del huérfano ni sentencian a favor de los pobres. Jer 22, 1-5: Así dice el Señor: Baja al palacio real de Judá y proclama allí lo siguiente: Escuchad la Palabra del Señor, rey de Judá, que ocupas el trono de David, y también tus ministros y el pueblo, que entra por estas puertas. Así dice el Señor: Practicad la justicia y el derecho, librad al oprimido del opresor, no explotéis al inmigrante, al huérfano y a la viuda, no derraméis sin piedad sangre inocente en este lugar. Si cumplís estos mandatos, podréis entrar por estas puertas los reyes que ocupáis el trono de David, montados en carros de caballos, acompañados de vuestros ministros y del pueblo. Y si no cumplís estos mandatos, juro por mí mismo --oráculo del Señor-- que este palacio se convertirá en ruinas.

Jer 22, 13-19: ¡Ay del que edifica su casa con injusticia, piso a piso, inicuamente! Hace trabajar de balde a su prójimo sin pagarle el salario. Piensa: Me construiré una casa espaciosa con salones aireados, abriré ventanas, la revestiré de cedro, la pintaré de bermellón. ¿Piensas que eres rey porque compites en cedros? Si tu padre comió y bebió y le fue bien, es porque practicó la justicia y el derecho; hizo justicia a pobres e indigentes, y eso sí que es conocerme --oráculo del Señor--. Tú, en cambio, tienes ojos y corazón sólo para el lucro, para derramar sangre inocente, para el abuso y la opresión. Por eso, así dice el Señor a Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: No le harán funeral cantando: ¡Ay hermano mío, ay hermana! No le harán funeral: ¡Ay Señor, ay Majestad! Lo enterrarán como a un asno: lo arrastrarán y lo tirarán fuera del recinto de Jerusalén.

• La corrupción de los jueces (Am 5, 7 y 10-12; Is 10, 1-3; Miq 3, 11) Am 5, 7: ¡Ay de los que convierten la justicia en acíbar y arrastran por el suelo el derecho,

Am 5,10-12: odian a los fiscales del tribunal y detestan al que depone exactamente! Pues por haber conculcado al indigente exigiéndole un tributo de grano, si construís casas de sillares, no las habitaréis; si plantáis viñas selectas, no beberéis de su vino. Conozco bien vuestros muchos crímenes e

innumerables pecados: estrujáis al inocente, aceptáis sobornos, atropelláis a los pobres en el tribunal

Is 10, 1-3: ¡Ay de los que decretan decretos injustos, de los notarios que registran vejaciones, que dejan sin defensa al desvalido y niegan sus derechos a los pobres de mi pueblo, que hacen su presa de las viudas y saquean a los huérfanos! ¿Qué haréis el día de la cuenta, cuando la tormenta lejana se eche encima? ¿A quién acudiréis buscando auxilio y dónde dejaréis vuestra fortuna,

Miq 3, 1: Sus jueces juzgan por soborno, sus sacerdotes predican a sueldo, sus profetas adivinan por dinero; y encima se apoyan en el Señor diciendo: ¿No está el Señor en medio de nosotros? No nos sucederá nada malo.

Los pobres sociológicos no son un hecho fortuito ni casual. Son producto de las injusticias sociales. Los ricos y los poderosos fabrican pobres en serie con sus prácticas injustas. La única causa no-social de la pobreza es la enfermedad. Pero aún en este caso el abandono, la soledad y la indigencia de los enfermos es fruto de la indiferencia, del desprecio y de la insolidaridad de los ricos y poderosos. También hay pobres sociológicos que han llegado a ser tales por su indolencia y su pereza. Pero entonces, como ahora, son excepciones y no la regla general. Parece que la causa más general del pauperismo en toda la historia de Israel, si prescindimos del período de destierro babilónico, fue la expropiación de los campesinos de sus tierras y de sus casas por los ricos y poderosos. El proceso era el siguiente: los pequeños campesinos eran ahogados con los impuestos; para subsistir sobre todo en los años de malas cosechas, pedían prestado y se endeudaban con los más pudientes de cada localidad; si no pagaban en el tiempo estipulado, los acreedores se apropiaban de sus campos y de sus casas; a veces, para pagar las deudas, entregaban al acreedor uno o varios hijos para que trabajaran de balde para él. Otra veces, vendían un hijo, o se vendían a sí mismos con toda la familia, como esclavos, o los esclavizaban los acreedores a cambio de la deuda. Este es el hecho social que suponen las denuncias proféticas del acaparamiento de tierras y casas para los ricos. Este es el hecho social que quiere corregir la legislación social contenida en el Éxodo, en el Levítico y, sobre todo, en el Deuteronomio, relativa al reparto equitativo de la tierra, al rescate y devolución de las tierras y propiedades incautadas, a la liberación de los esclavos, al salario de los jornaleros y al derecho de los pobres a rebuscar en los campos

después de la recolección. Es posible que esta legislación no se aplicara nunca con todas sus exigencias (Ex 21,1-11; Ex 23, 6-11; Lev 25, 1-38; Dt 15, 1-18; Dt 23, 20-21 y 25-26; Dt 24, 14-22). 1.4. Algunos textos bíblicos sobre la relación dialéctica entre ricos y pobres. A continuación transcribimos algunos pasajes bíblicos que ponen de relieve todo lo que llevamos expuesto acerca de la perspectiva bíblica sobre los pobres sociológicos y, especialmente, aquellos que subrayan la relación dialéctica entre ricos y pobres. Por razón de brevedad, prescindimos de la descripción del contexto histórico, económico, social y político al que aluden, y de todo comentario exegético, ya que son suficientemente expresivos por sí mismos. Transcribimos, entre paréntesis, los términos hebreos más fundamentales para designar a los pobres. ANI - ANIYYIM - ANAU - ANAWIM - DAL - DALLIM EBYONEBIONIM. Amós, 2, 6-7:... venden al inocente por dinero y al pobre (necesitado) (EBYON) por un par de sandalias, pisotean a los pobres (débiles) (DALLÍM) en el suelo y les impiden a los humildes (ANA WYN) conseguir lo que desean.

Amós, 4-1: ... oíd esto vacas de Basán, damas de los cerros de Samaria: oprimís a los indefensos (DALLIM), aplastáis a los que reclaman sus derechos (EBYONIM)

Am. 8, 4-7: "Oíd esto los que exprimís al desvalido (EBYON) y estrujáis a los explotados (ANA WIN). Estáis pensando cuando pasara el novilunio para vender el grano, o el sábado para vender el trigo y el salvado de trigo, para achicar la medida, aumentar el precio y falsificar las balanzas del fraude, para comprar por dinero a los indigentes (DALLIM) y al que pide ayuda (EBYON) por un par de sandalias"

Is 3,14-15: "Yahvé demanda enjuicio a los jefes y príncipes de su pueblo. Vosotros habéis devorado el producto de las viñas y los despojos del explotado (ANI) están en vuestras casas. Pero ¿qué os importa? Machacáis a mi pueblo, y moléis el rostro de los desvalidos (ANA WIM)"

Is. 10, 1-3: "¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y ponen por escrito los decretos de la maldad. Dejan sin protección a los oprimidos (ANA YYIM) de mi país; roban a los débiles (DALLIM) de sus derechos, dejan sin nada a la viuda y despojan al huérfano!

Is 5, 8: ¡Pobres de ustedes que compran todas las casas y van juntando campo a campo! ¿Así que no quedará más lugar y sólo quedarán ustedes en este país?

Miq 2,1-2: Pobres de ustedes que meditan la injusticia, que toda la noche traman el mal, y al amanecer lo ejecutan cuando está a su alcance. Si les gustan unos campos, se los roban; si unas casas, se las toman. Se apoderan de la casa y de su dueño, de un hombre y de su propiedad

Miq 3, 1-3: Yo les diré: Escuchen, jefes de Jacob, señores de las tribus de Israel. ¿No deberían conocer lo que es justo? ¿Por qué, pues, odian el bien y aman el mal? Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos. Ustedes pueden comerse la carne de mi pueblo, partir sus buesos y echarlos a la olla o el puchero.

Jer 5, 26- 29: En mi pueblo, hay malhechores que colocan trampas como para pillar pájaros, pero cazan hombres. Sus casas están repletas con el botín de sus saqueos, como una jaula llena de pájaros, y se han hecho importantes y ricos. Se ven gordos y macizos y ya no saben distinguir el mal. Nada tiene de justo su justicia, no respetan el derecho de los huérfanos ni defienden la causa de los pobres (los que reclaman su derecho) (EBYONIM).

Jer 22,1-5 y 13–19: Yavé me dijo: «Baja al palacio del rey de Judá, y allí entregarás esta palabra: Escucha la palabra de Yavé, rey de Judá que reinas sentado en el trono de David. Así te dice Yavé a ti ya tus servidores y a todo tu pueblo que entra por estas puertas: Practiquen la justicia y hagan el bien, libren de la mano del opresor al que fue despojado; no maltraten al forastero ni al huérfano ni a la viuda; no les hagan violencia, ni derramen sangre inocente en este lugar. ¡Pobre de aquel que edifica su casa con abusos, y levanta sus pisos sobre la injusticia! ¡Pobre de aquel que se aprovecha de su prójimo y 10 hace trabajar sin pagarle su salario!

Salmo 82, 1- 4: Se ha puesto Dios de pie en la asamblea divina para dictar sentencia en medio de los dioses: "¿Hasta cuándo juzgarán inicuamente y tendrán miramientos con los malos? Denle el favor al débil (DAL) y al huérfano, hagan justicia al oprimido (ANl) y al necesitado; liberada al indefenso y al que implora justicia (EBYON), sálvenlos de la mano de los impíos".

Ecl 13,18-20: ¿Qué paz puede haber entre la hiena y el perro? ¿Y qué paz entre el rico y el pobre? Los burros salvajes son presa de los leones del desierto: de igual modo los pobres son presa del rico. El orgulloso aborrece la humildad, un pobre es para el rico un objeto de horror.

EL VOCABULARIO HEBREO QUE DESIGNA A LOS POBRES. El análisis del origen etimológico y de la evolución semántica de los términos hebreos empleados para designar a los pobres y su comparación con los términos griegos empleados por los traductores aportan elementos útiles para una comprensión adecuada de la perspectiva bíblica sobre los pobres. Por razón de brevedad no

podernos entrar en detalles, sin embargo, si querernos pasar revista a los siguificados fundamentales de esos términos hebreos. ANI - ANIYYIM aparece 76 veces en el AT hebreo, significa inclinarse, encorvarse, rebajarse, someter, doblegar, humillar. En sentido corporal, designa al hombre encorvado, inclinado, jorobado. En sentido social, designa al hombre explotado, oprimido, sometido, humillado, indefenso y desvalido, que tiene que ceder y someterse. En sentido religioso-moral desigua al hombre humilde ante Dios, que pone en Él toda su confianza y esperanza. ANAU - ANAWIN: Aparece 25 veces en el AT hebreo: una en singular referido a Moisés (Núm 12, 3: Moisés era un hombre muy humilde, más que hombre alguno sobre la haz de la tierra) y 24 en plural. Tiene la misma raíz y significados que la anterior acepción, sin embargo, hay una tendencia a reservar este término para designar a pobres en sentido religioso-moral y el anterior para designar a los pobres sociológicos. Los ANAWIM son los famosos "pobres de Yahvé", que son sus predilectos, sus clientes, sus devotos fieles y leales. Son los humildes ante Dios, los dóciles y sumisos a él. Su espiritualidad se con centra en la pobreza y humildad ante Dios, sumisión, entrega y docilidad a él. DAL-DALLIM aparece 48 veces en el AT hebreo. Significa "ser delgado", "ser débil". En sentido fisiológico-corporal significa: débil flaco, demacrado y enfermo frente a vigoroso, gordo, bien nutrido, y sano. En sentido social, significa: débil, indefenso, desvalido, oprimido. EBYON-EBYONIM: Aparece 61 veces en el AT hebreo. Significa "querer", "desear", "pedir", "implorar". En sentido social, significa: "mendigo", que pide e implora ayuda. Pero también designa al explotado, oprimido e indefenso, que implora justicia y pide que se le reconozcan sus derechos. En sentido religioso, se usa como sin6nimo de ANA WYN para designar a los "pobres de Yahvé" .Los monjes de Qumran se designaban a sí mismos con este término. Convertidos al cristianismo, dieron origen al movimiento "ebionita" cristiano. ABELIM Y REcEBIM son otros dos calificativos de los pobres. Los ABELIM son los que sufren y lloran, los afligidos y contristados por una desgracia profunda que exteriorizan con lamentos, llantos y lágrimas. Son los agobiados por sufrimientos intensos físicos, morales y psicológicos corno consecuencia de la persecuci6n, de la cárcel de la pérdida de un ser querido o de una desgracia personal o familiar. A ellos se refiere la tercera bienaventuranza de Mateo 5,5 (Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados) y la tercera de Lucas 6, 21(Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis)

Los REcEBIM, son los que habitualmente pasan hambre, los "hambrientos" o ''famélicos''. Aparece unas cien veces el AT hebreo. A ellos se refiere la segunda bienaventuranza de Lucas, 6, 21 (Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados) y la cuarta de Mateo 5, 6 (Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados). Para describir la situaci6n de los pobres se emplean también los siguientes términos: RASH indigente, menesteroso. DAK: oprimido, abatido, desanimado; cASHUQ oprimido; RASUS: oprimido. SHABAR: estar quebrantado espiritual y moralmente. Se emplea para designar a los pobres como "los de coraz6n roto o quebrantado" Detrás de la primera bienaventuranza de Lucas 6, 20 (Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios) están los ANIYYIM , los ANA WYM, los DALLIM y los EBYONYM en sentido sociológico. Detrás de la primera bienaventuranza de Mateo 5, 3 (Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos) están los ANA WIM, los DALLÍM y los EBYONÍM - en sentido religioso-moral. Parece que Mateo se sitúa en la misma línea de Qumran, donde encontramos las expresiones (ANUERUAR, que significa "pobres de espíritu"; es decir, los que tienen conciencia de su pobreza ante Dios y RUAH-ANAUAR, que significa "espíritu de pobreza" y designa todas las actitudes espirituales, religiosas y morales de los pobres de Yahvé.

II. LOS

POBRES DE

YAHVÉ.

La defensa que hicieron los profetas de los pobres en nombre de Yahvé frente a los reyes, los príncipes y los funcionarios reales, frente a los sacerdotes, los jueces y los falsos profetas y frente a los ricos y poderosos, criticando duramente la "baalización" de Yahvé (=reducción de Yahvé al papel de los "Baales", divinidades de fecundidad) y el culto realizado al margen de la justicia, suscitaron e impulsaron el espíritu religioso de los pobres sociológicos, que desembocó durante el destierro y la primera etapa post-exílica en el movimiento de los famosos "pobres de Yahvé". 2.1.- La nueva reflexión teológica desde los pobres. El destierro babilónico (587 a 538 antes de Cristo) convirtió al pueblo elegido en un pueblo de pobres sociológicos: deportados a Babilonia, fueron condenados a trabajos forzados, esclavizados y despojados de sus instituciones políticas y religiosas. En Babilonia eran perseguidos y encarcelados, aplastados y humillados. Paradójicamente, el destierro fue el suelo fecundo donde brotó pujante el resurgimiento religioso de Israel. Los profetas, continuadores Isaías, del movimiento deuteronómico y de Jeremías (Baruc, Ezequiel y los autores del Deutero-Isaías y del TritoIsaías) pusieron en marcha una nueva reflexi6n teológica sobre los pobres y sobre la pobreza, que culminará en Jesús de Nazaret. Los Profetas que actuaron durante el exilio se comprometían a fondo en la liberación de los israelitas. Actuaban clandestinamente y algunos llegaron a conspirar con Ciro en contra de los babilonios. Cuando eran descubiertos, eran perseguidos y encarcelados. A veces, eran denunciados por sus compatriotas. En sus mensajes de liberaci6n, los pobres pasan al primer plano como destinatarios privilegiados del futuro reino de Dios, que les traerá la liberaci6n total y la justicia plena. parece que varios de los mensajes de liberaci6n contenidos en el DeuteroIsaías y en el Trito- Isaías circularon clandestinamente, escritos en tablillas de barro, como actualmente circulan las octavillas clandestinas. A partir de la vida de Jeremías y de la vida de estos profetas, se perfila la figura del Siervo de Yahvé (Is 53) y del Mesías de los pobres (Is 61, 1-3: El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahveh, día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto,

alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria). y Lc 4, 16-23 (Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban Nos en él. Comenzó, pues, a decirles: ”Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy” y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: “¿No es éste el hijo de José? »” El les dijo: “Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria”).