Peter Hall Ciudades Del Manana

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Peter Hall

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Historia del urbanismo en el siglo XX •

Ediciones

del Serbal

Peter Hall

CIUDADES DEL MANANA Historia del urbanismo en el siglo XX

Traducción de Consol Freixa





Ediciones ,

del Serbal



SUMARIO

PRÓLOGO AGRADECIMIENTOS

7 :................................................

9

1. LAS CIUDADES DE LA IMAGINACIÓN VISiones alternativas a la dudad de Dios, 1880-1987

11

2. LA CIUDAD DE LA NOCHE ESPANTOSA LA rtru:ci6n anu los barrics pobres Ik la ciudad del siglo XIX: ÚJfIdrtS, PaTÚ, Berlín, N~ York, 1880-1900

24

3. LA CIUDAD DE lAS VÍAS DE CIRCUNVALACIÓN ABARROTADAS Uu áTtas suburbanas tk tránsito masivo: Lotrt/res, París, &rlín, Nueva York, 1900-1940

57

4. LA CIUDAD EN EL JARDÍN lA sollldórl de la ciudad ;ardln: Londres, PIlJ'Ú, &rlln, Nun'a York, 1900-1940...............................................................................

97

• 5. LA CIUDAD EN LA REGiÓN El nacimiento de la planificación regional: Edimburgo, Nueva York, Lotufrr5, 1900-1940 147 6. LA CIUDAD DE LOS MONUMENTOS El movimiento tk la Ciudad Btlla: Chicago, Nueva Delhi, Most'Ú, 1900-1945 ..............................................•.................................................. 185



Primera edIct6n 1996

e 1988 Y 1996 Pete! Hall PubUcado por Blackwell PubLishers, Oxford e 1996, edictón espat\ola. Edlciones del Serbal

Francesc Totrrega, 32-304 - 08027 Barcelona Impreso en Espall.a D. L: 8.32246-96 DlsetIo gráfico: Marina Vilagellu Impresión: Grafos, S.A. - Arte sobre papel ISBN 84-76280190-0

7. LA CIUDAD DE LAS TORRES La dudad radiante de ú Corbusier: París, ClJandisarh, Brasilia, Lotulrts, 51 Louis, 1920-1970 8. LA CIUDAD DE LA DIFÍCIL EQUIDAD Las comunidades autónomas: EdimbUfJO, lndore, Lima, &rlceley, Maccln(ield, 1890-1987

215

• 253

CIUDADES DEL MAÑANA

6

9. LA CIUDAD EN LA AUTOPISTA

Los barrios suburbanos del automóvil: Long Island, Wiscosin, Los Ángeles, París, 1920-1987 .. 285

Prólogo

10. LA CIUDAD DE LA TEORÍA

El urbanismo y la academia: Filadelfia, Manchester, California, París, 1955-1987

. 331

11. LA CIUDAD DE LOS PROMOTORES

La práctica urbanística cuestionada: Baltimore, Hong Kong, Londres, 1975-1987

. 353

12. LA CIUDAD DE LA ETERNA POBREZA

Los sempiternos barrios bajos: Chicago, St Louis, Londres, 1920-1987 ........ 373 13. LA CIUDAD A LO BELLE EPOQUE

Las infociudades y los ghettos sin información: Nueva York, Londres, Tokio, 1985-2010

BIBLIOGRAFÍA

LISTA DE ILUSTRACIONES

ÍNDICE

. 413

431

.. 479

483

Todo el que escribe una historia del urbanismo debería hacer un prólogo para defenderse: los urbanistas deberían planificar, no retirarse a meditar. La verdad es que la escribí porque el tema me intrigaba. Como sucede con otras cosas de la vida, muchas veces nos damos cuenta de que lo que hemos pensado y hecho ha sido pensado y hecho por otros antes que nosotros; hay que conocer las raíces. Este es el motivo. A diferencia de lo que sería de esperar no he tenido ninguna ayuda económica, de modo que no tengo que dar gracias a nadie; ni ayudante, o sea que soy el único responsable. Y como también lo he pasado a máquina, doy las gracias a los anónimos autores de WordStar y WordPerfect; a Chuck Pedle por su legendario Sirius 1; y a los desconocidos fabricantes de su hermano de Taiwan que -siguiendo las leyes de hierro del Fordismo periférico- lo sustituyó. Rosa Husain pasó a máquina la bibliografía y luego elaboró las notas con sumo cuidado, iniciándose con ello en los placeres y horrores del macros del WordPerfect. Pero, como siempre, quiero agradecer a los bibliotecarios y bibliotecarias por su colaboración. Los que piden que se reduzca el número de funcionarios públicos, a los que a veces todos nos hemos sentido tentados a apoyar, no deben haber trabajado nunca en las grandes bibliotecas del mundo. Yo he tenido la suerte de pasar muy buenos ratos en tres de ellas mientras trabajé en este libro: la British Ubrary Reference Division (o dicho de otra manera la Biblioteca del Museo Británico), la British Ubrary of Political and Economic Science (la biblioteca LSE) y la Biblioteca de la Universidad de California en Berkeley. Doy las gracias de todo corazón al personal de todas ellas. Y en especial, aun a riesgo de crear resquemores, a Elizabeth Byrne por haber convertido la Environmental Design Library de Berkeley en el magnífico lugar que es hoy. Algunos fragmentos de este libro han aparecido anteriormente: el comienzo del capítulo cuarto apareció en forma de artículo en New Society (publicado de nuevo en Town and Country Planning, y más tarde en una antología Founders ofThe Welfare State (Los fundadores del estado del bienestar) (publicada por Paul Barker); algunos fragmentos se utilizaron en Metropolis 1890-1940 de Tony Sutcliffe; una parte del capítulo noveno se inclu~ó hace años en Man in the City ofthe Future, publicado por Richard Eells y Clarence Walton. Creo que lo que escribí sigue siendo correcto y es por ello que no me disculpo por el plagio que me hago. El capítulo décimo segundo contiene una breve autobiografía que he considerado necesaria para poder explicar bien la historia, de ahí la aparente inmodestia. Mi editor, ]ohn Davey, fue siempre muy comprensivo. Espero que le guste el trabajo realizado. Elizabeth Lake cuidó muy bien el tema de las ilustraciones. Estoy muy agradecido a dos colegas y buenos amigos que me sirvieron de conejillos de !

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CIUDADES DEL MAÑANA

AGRADECIMIENTOS

indias y leyeron el primer borrador: Lyn Davies en Readlng y Roge! Montgomery en Berkeley. No creo que haya satisfecho todas sus sugereneías pero he tomado nota de todas ellas. También agradezco la colaboradón de Carmen Hass-Klau por haber revisado la pane dedicada a Alemania. Finalmente doy las gradas. como siempre, a Magda por sus implicable ayuda logística: y más. Peter Hall Berkeley y Londres





El autor y los editores desean agradecer a Joho MUlTar (editores) LId, por permitirnos dtar el poema ~Slough,. de los Colltcted Poems de Jobo Betjeman. También queremos dar las gradas por habemos pennitido reprodudr las ilustraCiones ¡¡; Aerofils Ltd. por i1. 3.12; (C) 1988 The Art Irntitute of Chicago, todos los derechos reservados. por Us. 6. I (Retrato de DanIel Henry BumhamJ, 6.2. 6.3 (O.H. Bumham y E.H. Bennet Plan o(Chicago. 1908, lámina 85 Plan para un slsUma viario de drwlad6n (...) y lámina 132 Vista dt5de el 06U de la Plaza del Centro Cívico (...) de jules Guerin, cedido por la Ciudad dé Chlcago al Art Institute de Chicago; a Australian Oveneas Information 5ervice por canberra lis. 6.7, 6.8; a la biblioteca Huiton Picture de la BSC por il. 10.1; a la Bod.J.eian Ubrary de Oxford por lis. 2.5, 2.6 (R. W. DeForest &.: L VeIlier TM Tenememt House Problem, 1903, 247554.d2, pág. 10, 0pp. pág. 14), por 11.3.9 (RUnWin NorhingGained by Ovmrowding! 1912, 2479116.d.4 (6), pág. 9, 6g.ll1), por il. 3.10 (Ministerio de Salud Type Plans aml Ekvations, H.M.S.O. 1920, 2279.c.1O (10), lámina 9), por 11.4.8. (R.Unwtn TOW1l Planning in Practiu, 1920, 2479116.d;5, pág. 172, lámina 116), por ti. 7.8 a.H. Forshaw &. P. Abercrombie County ofLorukm Plan, 1943, G.54.c.17.4Q.3, portada); por il. 3.7 (R.Reiss TM Homt 1 want, 1919, U755.e.77, Uustradón de la cubierta) a Bodleian übrary and Hodder&.: Stouhton LId.; por lis. 12.1, 12.3, 12,4 (fotografias deJun Fujlta) a Chicago Hlstorica1 Society; p.x iL 4.21 a la Biblioteca de la Universidad de Columbia, Rare Book and ManUSClipt Ubrary; por U. 4.16 a la biblioteca de la Universidad de Comell, departamento de manuscritos y archivos; por il. 6.6 a Counny üfe; po~ il. 7.3. a Counny Ufe Books 6.'1-; por ti. 7.3 a (C) DACS 1988; por 7.3; por 11.7.2 Arrnand Dayot Louis XIy'lIluslTations d'aprrs de PdnWUs, Seu/plum, Gr~, OtJ;al, etc., du temps (Flammarion; 19(9); por ils. 'lA, 10.2 Letchworth, F1rst Garden CUy Heritage Museum; por il. 5.8 Tht Containmrnt ofUrban England de Peter Hall, Harry Gracery, Roy Drewett &.: Ray Thomas, con permiso de Unwin Hyman ümited; por ¡J. 4.7 a The Hampstead Garden Suburb Archives Trust; por lis. 12.6, 12.7 a David Hoffman; por il. 9.8 a HoUday inn; por iJ. 4.12 a Krupp GmbH, HislOrical AKhive; por 11. 3.11 Osbert tancaster Hm ofaJI Places (1959) con permiso de John Murray editores Ltd. ; por fu. 2.4, 6.9 a LandeshildsteUe BerUn; por il. 11.1 Uverpool Daily Post &: Echo ümited; por ils. 3.3, 4.6 a London Borough de Ealing, Central Ubrary, Local History Ubrary; por i1. 11.5 Londan Docklands Oevelopment Corporation; por Us. 3.4, 3.5, 3.6 a Landon Transport Museum; por il. 6.5 a Mary Lutyens; por Us. 2.2 2.3 a Mansel1 Collection; por il. 12.5 a MoorlandSpingam Research Center, Howard Universíty; por il. 5.2 a Sopbie Mumford; por 11. 9.1 a Museo de la Oudad de Nueva York; por 2.1 a Museo de Londres; por ils. 5.1. 5.4, 5.5 a Biblioteca Nadonal de Escoda (fotografías; Antonia Reeve); por n. 9.'1- a J.c. Nichols Company; por il. 9.2 a New York Dally News; por 11. 7.1 a



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CIUDADES DEL MAÑANA

Popperfoto; por 4.5 a ]oseph Rown~ Memorial Trust; por iJ. 7.11 a SI Louls PostDispatch; por 11. 1.10 a SI Louis Public Ubrary; por Us. 7 A. 7.5 a Madhu Slorin; por 11. 5.3 a SCottish 1oor15l Board; por 5.7 a Tennessee VaUey Authority; por Us. 3.8. 4.1.4.9. 4.10. 4.11, 8.2 a Town and Country Planning Assodatlon; por 11. 8.1 aJohn F.C. Tumer; por Us. 2.7. 2.8, 2.9 iI Universidad de Winois en ChlCilgO, Univeniry LLbrary Oane Addams Memorial CoUection). por ¡j. 12.2 a (ChJcago Woman's Aid Sociny Records); por 11. 9.7 a V~turi, Rauch 'f Sean Brown; por U. 9.5 a The Frant. L10yd Wright Memorial Foundation, Copyright (C) The frank Uoyd Wrlght Founcl.ation 1958. us otras ilustradones han sido cedidas por el autoc Hemos intentado dar el nombre de todas los organiSmOS que tienen dcr«h05 sobre I.1.s i1ustndones que hemos publicado. Si hemos cometido algún error esta· mos dispuestOS a enmendarlo en w futuras ediciones.

Las ciudades de la imaginación Entoncrs pregunté _si crea firmemente que

U~

cosa es de una manera. ¿:se con-

vierte en eso?.. Me replicó: e Todos los pocta.S O'ttn que uf sucede. y en los mas de Q imagi· nación el:;¡ firme creend,¡ movi,¡ monunu; pvo muchos son incapacel lit' aeer finnemente m nada._

Wll1.llm Blm Tht MtII'rilIzt o(H~ und Hdl (c.1790-3)

Chr.;.smor, dijo Chrtstian, soy un HOO'lbrt' que vit'nf: dt' Q Dudad lit' Q Dt!:stNa::i6rr, Y n al Mmk Sión, y d hombrt que eQN m 1,¡ Pueru al pr:indpio dd amino lDt' dijo; que 51 vuú¡, ,¡quí. lDt' lD05tWiI.is al5aS t'XCdt'ntel, que lDt' ,¡yudi.ria.n m mi Vli.je

john Buny,¡n TM P'ilgím'j Pros/m (1678)



Pofque dt'bm1os coruldenr que semnos una dudad m 1,¡ montal'\a.. Todos los otos nos mir.uin, de mant'la que Ji nos compoct~os m.t.I con nut:5trO Dios m este trabajo que hemos Iniciado, y h~os que Él nos retire Su iKtUal ,¡yus EsQdos Unídl;lsl. Tengo una daK1a penoruJ con ambos. WltO a mvé de sus libros como de W conversaciones qut: he: mantenido con ellos. Por otra; plrte, en muchos de los aspectos hist6dcos, este tUto se ~rá m fuentes seomdartas; la b.i.storl.t de:! tubanismo tiene Ullill bibUografia utremada.mmte da, que yo he utlUtado con liber. ~d_ ~ por dlo que este libro deberá luzgane como un texto de síntesis Y no de mvestigadón. Hay, sin embargo, una ace¡x1ón Importante: he intentado que las figuras clave, las fuentes de las prtndpales Ideas, pudieran u ~ iI travéS de sus propias palabras.

Advertencia: obstácuJm haUadm en el camino la tarea no ha sido fádl. los visionarios suelen hablar UtranOS Idiomas, difidles de InteIpretat; un sorprendente factor comlin en muchos de los grandes fundadores del urbanismo-ilunque afortw1adamente no en todos- es su Incoherencia.. Además, sw primeros dl5dpuJos. ansiosos por lnidar su misl6n, iI veces han creado un evangelio distinto del de los lutos originales. Las ideas pueden hitber derivado de las de otros y, a su vez, bebido en las fuentes, creando una madeja dificil de de-

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CIUDADES on MAflANA

st:nredaL El ambiente cultural y §OCial en el que vivieron. que: fue lo que les dio el material esencial p¡.ra sus pcn:epciones. ha desapareddo ha« ya mucho ti~po y su U'COnstrucd6n es ardua: el pasado es un país desconocido, con distintillengua. distintas costumbres sociales y una visión dlh:rente de la condición humana. He intentado, siempre que ha §ido posible, dejar que los fundadores hablaran por si mismos. Como muchos divagan o tserlben de una manera confusa, o ambas cosas a la vez, he utilizado una ~da hacha. que espero haya sido tuidosa: he eliminado excnos, suprimido paréntesis y prescindido de cosas que parecían pedirlo, intentando de esta manera hacer lo que ellos probablemente hubieran deseado. SI esto ya resulta laborioso, mucho más dlfict.l ha sido 3verlguar cómo. con el tiempo, estas Ideas fueron descubiertas de nuevo, rehabilitadas y, a veces, tergiversadas. Y es aquí donde aparece ti tema de la interpretad6n histórica. Una nueva ~ que actualmente domina. argumenta que el urbanismo, el todas sus rna· nifestacjones, es UN. respuesta del mtmIa capiWista -y en particuW dd capitalismo de estad-- a los problem¡¡s que plante.¡ la organización de la producdón Y especialmente al dilema de las crisis continuu. Según esta Interpretadón, se utilizarla la planificadón _y en consecuen~ se adoptMiAn las visiones de los pionerosprecisamente cuando el sinema lo oea:sita, ni antes ni después. Evidentemente, la simplicidad de este mecanismo reciptoco se esconde bajo una compleja masa de hechos históricos: los propios histortadom marxistas también consideran que el tiempo y la casualidad, aunque denao de unos limites, nos han alectado a todos. Pero los limites existen: por último está el motor tecnol6gico-económico que di· rige el sistema soctoeconómico y, a travh de él, las respuestas de la válvula de se-

guridad política. Cualquiera que trate de escribir historia -y especialmente sobre un tema como hte, en el que tan refinados cerebros mar.xisw han trabajado- debe: tener en cuenta lis cuestiones parateológicas de interp~dón. Vaya exponer la mia: los aaores históricos actúan en respuestil al mundo que encuentran y, en particular, a los .. problemas que encuentran en este mundo. Esto seguramente es UN. a"an;ación obvi¡; las ideas no emergen de la nada, por una especie de lnmacu1ada concepci6n. sin la colaborad6n de otros elementos. Pero de la misma manera, los seres humanos -especialmente los IIÚS inteligentes y originales- son infinitamente caprt· chosos, creativos y sorprendentes; en consequenda, lo que rulmente nos interesa de la historia, además de lo que es evidente, es la complejidad y variedad de las reacciones humanas. Es por ello que, en este libro, la base mamana de los hechos históricos se toma como algo evidente; lo que hace que la historia sea digna de ser escrita, y lo que la hace digna de ser leída, es la comprensi6n de los diversos caminos por los cuales los estimulas generales se relacionan con las tespuestas particulares. Debo hacer ahora otra afirmact6n personal. A causa de la amplitud del tema, he tenido que ser muy selectivo. La eJecctón de los temas prlnctpales. cada uno de los cuales es objeto de un capitulo, ha sido fruto de mi opinión personal. Del.Iberadamente no he tratado de esconder mis prejuidos: creo que los padres anarquistas, aunque poco reallsw e incoherentes, tuvieron una magrúflca visión de las posibilidades de la civtlizad6n urbana. lo cual es digno de ser recordado y

LAS crvOAOf.li DE LA IMAGINAaON

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celebrado; en conuaposidón. Le Corbusier, el Rasputin de esta historia, represen_ ta el ~ aUloritario, cuyas malas consecuencias están siempre con nosotros. El lectOr pufdt: no estar de acuerdo con estas atinnadones, por lo menos ron la desmesura con la que aquí ~ mantienen; dtbo decir qut no he escrito este libro con la idea de manlener un cómodo consenso. Hay ouo problema más pedestre. Muchos hechos hbtórlcos rehúsan obstina. damente seguit una clara seruenda cronológica. Sobre todo en relactón con la hUtoria de las Ideas: los productos de la lntellgenda humana derivan los unos de los otros. se separan. se unen, permanecen en letargo o se despiertan de maneras como plejas, lo cual pocas veces permite una clara descripcl6n lineal. AUn peor, no admiten tampoco un orden esquemático. Por lo ~to, el analista que quiere escrIblI sobre estOS lemas se encontrara con qut se cruzan de una manera confusa y desordenada. Constantemente se acordara de aquel co~ de] Irlandes de la vieja y conOCida historia: si queña ir allí, nunca debi6 habe::r sal1do de aquí. El método que he u ~ ha sido el de contar cada historia por sepuado y de una manera panlela: he seguido la pista de cada tema y de cada ¡de.¡ y, a v«es, me he remon. tado a seis o siete dkadas. Esto significa ~ constaruemmte en la historia, de manera que, a menudo las cosas l.rán hada. adelante y hada. atl"h. Querri. dedr también que, muchas veces, el orden en que se lean los capítulos no es tan im. portante. Aunque esto no acaba de ser de] todo cierto porque he intentado exponer los tem¡¡s de la manera menos confusa posible, es decir. siguiendo la lógica en la que las Ideas han Ido evoluctonando e lnfJuendándose. Ptto dtbo hacer una ad, vertenda: no siempre ha fundonado. Además este problema se compone de otro. En la práctica el urbanismo se mezcta Imperceptiblemente con los problemas de las ctudades. y éstos con la economía. la SOCIología y la política de las ctudades, y, a su vez, con la vida soda1-económica-polltica-cultural de su tiempo; no hay final, ni Umite. a estas interrdactones, sin embargq hay que encontrarlo por muy arbitrario qut bte sea. Contamnos lo necesario PMI explicar el fen6meno del urbanismo; lo situarmlOS daramente, a !lo manera marxiana, partiendo de la ~ sodoeconómic.a, para. de esta manera, pxl.er irúciar lo que realmente interesa al historiador. Induso estil decisión deja problemas de delimitaciones pendientes. El primero de ellos está reIadonado con el significado de esta expresi6n tan elástica:: pjanifkad(:wt de la dudad. CasI todo el mundo. de Patria Geddes en adelante, estará de acuer. do en que debe induír la planificad6n de la reglón que la rodea; muchos, siguiendo de nuevo el liderazgo de Geddes y de la Asociact6n para la planiflcactón regional de Amérlca;lo ampliarían a su regi6n natural, por ejemplo la cuenca de un río o el espado que tiene una cultura regional particular. YcasI todos los urbanistas o planificadores dirían que su cometido supone no solamente la planificación de esa región en panicular, sino tambif:n la de las reladones que Ulsten entre diversas regiones: por ejemplo. la relación entre la Megal6poUs que sigue aeclendo y la zona agricola que la rodea que se halla en fase de despoblación. ¿ Dónde termina el tema de nuestro estudio ? indu}'t' la planlficad6n económica regionaL que lógicamente es inseparable de l' planifiGK:i6n económica nacional Ydel de:sarroI.Io económico



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CIUDIWES Da MAN'ANA

LAS CIUDADES DE Lo\. IMAGINACiÓN

en general; de nuevo los crecientes circulas amenazan con devorarlo todo. De nuevo habrá que establecer un límite más o menos arbitrario; lo trazaré de manera que incluya los debates generales sobre la politica de wbanismo nadonal y regional, pero que excluya las cuestiones de pura planificación económica. El segundo problema en la delimitadón es cuándo empezar, Se supone que estO es, o era, una historia del urbanismo del siglo XX. Pero como esta disciplina nadó como reacción a la dudad del XIX, es necesario empezar por ahi: concretamente en la Inglaterra de los ail.os 1880. Sin embargo las ideas que prevalecían en aquel momento pueden rastrearse hasta 1880 y 1840, a veces incluso se puede retroceder hasta 1500. Como siempre la historia es una marai'l.a sin fin, un nudo gordia· no, que requiere dedsiones arbitrarias que hagan posible el inido. Hay todavía un tercer problema: el geogriflco. Se supone que ésta deberla ser una historia global. sin embargo, dadas las evidentes Umitaciones de espacio y de conoctmienro del auto, no será asi. MI estudio ha quedado claramente centrado en el mundo anglonorteamericano. Esto puede justificarse, o por lo menos excusar· se; como pronto se verá, muchas de las Ideas clave del urbanismo occidental del siglo XX naderon y crederon en pequeil.os y confonables clubs de Londres y Nueva York. De manera que el Ubro tratará someramente otras import1lltes tradidones ur· banísticas aparecidas en Franda, en Espail.a y América Latina, en la Rusia Imperial y en la Unión Sovietica, y también en China. Este tema debe ser objeto de otros textos y de otras plumas. Finalmente debo decir que éste es un libro sobre las ideas y sus impactos. Por 10 tanto las Ideas son el tema central; los Impactos, o realizadones, son también crudales, pero serán tratados como expresiones -a veces casi irreconocibles- de las ideas. Ello nos ayudará a comprender dos de las prindpales características del 11bro. Primera, como las Ideas tienden a aparecer antes, el texto se ha centrado en los primeros cuarenta atIos del siglo. Segunda, muchas de las realizaciones clave de la planificadón han sido tratadas de manera superficial, o no han sido tratadas en absoluto. Los libros, como las substancias peligrosas, deberían llevar advertencias, la mía seria: no lean este libro como si fuera un manual de historia del urbanismo; seria peligroso para la salud, espeda1mente para la de los alumnos que preparan exá· menes universitarios. Evidentemente todo esto no deja de ser más que una manera de hacer frente a posibles criticas. los analistas podrán disfrutar con las evidentes omisiones y con· fusiones del libro; pero -para defenderme y evitar que el potendal comprador haga un gasto inútil, con el consiguiente disgusto- haré una exposldón más detalla de las directrices de este trabaJo para que sirva como guía en medio de la espesura.

mente importantes: muchas de las ideas claves, y de los principios clave, no se entienden si se les contempla fuera de este contexro. A continuadón, pero también de manera central, asegura que en el urbanismo del siglo XX ha habido unas po.. cas ideas clave, que se repiten. se reciclan y se mezclan. cada una de ellas ha sido la creadón de un personaje clave, o como mucho de un grupo muy reduddo: son los padres fundadores de la planificadón de la dudad moderna. (Desafortunadamte no ha habido madres fundadoras; y las consecuencias que esto ha traído, deberá iuzgarlas el propio lector). A veces estos fundadores se apoyan unos en otros; otras, entran en conflicto: como en la visión del Cristo de Blake, el hombre es el peor enemigo de otro hombre. E! capítulo segundo afirma que los ongenes del wbanismo del slgl.o XX se encuentran en el siglo XIX. Trata de demostrar que las preocupaciones de los primeros que se interesaron por el terna surgieron al observar, de una manera objetiva. las dificultades de los millones de pobres que malvivian en los miserables barrios victorianos; también puede ser que, con menor buena fe petO mostrando una inquietud que nos parece totalmente compresible, muchos de los que lanzaron el meno saje estuvieran obsesionados por la vlolencia y el temor a la insurrección. Aunque el problema y la preocupación consiguiente se dio en todas y cada una de las dudades del mundo occidental, fue más evidente y se percibió con mayor fuerza en el Londres de los atlos 1880 donde había una sociedad urbana afligida por grandes tensiones sociales y las nuevas ideas políticas; éste es el núcleo del capítulo. E! capítulo tercero expone una Ironia histórica: cuando se estaban hadendo las primeras experiencias para CIear una nueva planificación en el orden sodaI, la propía ley del mercado empezó a hacer desaparecer los barrtos miserables de la dudad por medio de un proceso de suburbanizacl6n en masa. Sin embargo este cam· bio ~ hizo a expensas --cosa discutible y no siempre evidente- de crear otros problemas. De nuevo fue Londres el que, durante un tiempo dirigió el proceso, aunque para hacerlq tuvo que importar las técnicas norteamericanas de transporte y de dirección de empresas. Por lo tanto, de nuevo habrá que centrarse en el espado angloamericano pero hactendo un desvío para preguntarse por qué París y Berlín tardaron tanto en seguir este camino. La primera respuesta a la dudad victoriana, y la más importante, fue el con· cepto de ciudad jardín de Ebenezer Howard, un _amateur.. (puesto que, por definidón, no habia entonces profesionales), de gran visión y perseverancia, que desarrolló esta idea entre 1880 y 1890. Se proponía resolver, o por 10 menos mejorar, el problema de la ciudad victoriana llevando una gran parte de la gente y de los trabajos a la nueva constelación de nuevas dudades autosufidentes que construi· ría en el campo, lejos de los barrios pobres, del humo -y, de algo mucho más importante, de los altos precios del suelo- de la gran dudad. Como mostrará el ca· pítulo cuarto, esta idea se fue extendiendo por gran parte del mundo, adquiriendo, durante el proceso, una serie de características que casi la hideron irreconocible. Sus realizaciones fluctuaron desde el puro barrio dormitorio suburbano, que Irónicamente era la antítesis de 10 que Howard habia propuesto, a utópicos planes pen0 sados para disminuir la densidad de las grandes dudades y recolonlzar el campo.

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Guía para cruzar ellaberlnto El libro parte de la base de que el urbanismo del siglo XX es un movimiento intelectual y profesional que surge como reacción a (os majes de la dudad del siglo XIX. Esta es una de aquellas afirmaciones que no son originales, pero que son terrible·

~

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CIUDADES DEl MAl"lANA

Muchas de estaS varianles. asl como también la pura visión howardlana. fue rea· Iluda por sw luganenienles. que, como consecuenda. consiguieron su propio lugar en d plntcón del urbanismo: fueron R.1ymond Unwin, Barry hrbr y Frcderic Osbom en Gran Brctat\a., Henri ~Uier en Francia, Emst Mar y Martín Wagner en Alemania, y Oarence Stein y Henry Wright en los Estados Unidos. Otras ideas se

blemas de cncimimto ydclna:s rasgos n!'PUgnantes que' constantemmte 51:' observa

Eran muchos los testimonios que confimWJan que en Londres lo normal en que hubiera uru familLa por habltadón, y que cada familia podía llegar ¡ estar compuesta por ocho miembros. El problema se habia ¡¡gravado por la cosrumb~ que había en la capitaJ de dividir IlIS casas en viviendas de una sola habitadón, de: modo que los inquilinos debían compartif el ¡gua y el reuet~. Y, como la puerta prtndpal se cerraba muy pocas veces, tanto W escalefas como los pasillos se: lle· naban por la noche de lo que Irónicamente se había dado en llamaf _los gandules felices_: es dedJ: los que estaban completamente desprovtstos de cobijol'. la costumbre de hacer trabajos en casa -que. a veces, eran noclvos, como por ejemplo se:lecctonaJ" trapos, hacer sacos, cuUw, sacar pieles de conejos- hacia que las condidones de esw viviendas fuerm todaN peores llO . En w dudades de provinda, aunqu~ habia p-an v:ui.acl6n entre e1ll1S, el problema del. hacinamiento no llegaba a ser tan grilve como en Londfes ll . Para algunos como Lord Shaftesbury, veterano reformador soda1, el sistema de la vivienda de un~ sola habitación ... estaha fisica y monlmente más allá de cuaJ· quier descripdón_:

en estQl; lugan!'S (...) Aqui encontnmos a un nino de tres afJos recogiendo mendfugos sucios de pan que v;a comiendo. Entramos por una de W puerta.!l encontnmos una runa de doce anos. _¿Dónde está tu madre? En el manicomio. ¿Cuánto hace que está alll? Quince meses. ¿Qulm le cuida?La pequen.. que esu se:ntada m una vieja mes.JI haciendo certllas, responde: _Cuido a mis hennanos tan bien como puedo~. Cuando Mearos llegó al _qué hay que hacel'». no tenía la menor duda de que: _Debemos reconoa:r que sin la intervendón del Estado no se podrá hacer nada ¡ grMl escala.. Y t:StD es un hecho- u. La raíz del problema en simple y llanamente ~ nómica. LI gente viN bacinada porque en pobre, y puesto que: en pobre no po- • di~ pcnnitirsc t. solución obvia; milfCh~ne a otro sitio dond~ las casas fue-an más bMaw: Estos miserables deben viviJ: en alglin sitio. No tienen dinero pan. Ir en tren o tnnvi¡ ~ los arrabales per1fét\co5; y, por om. parte. ¿cómo podrian iI1ldat tres o cuatro mill¡as de Ida '1 ottas tantas de vudta, con sus cuerpos hambrientos '1 dmlacrados después de haber mbajado doce hons o más por un cbelin, O por menO$?''''

La Comulón Real Británica de 1885

Este texto consiguió tocar la fibra sensible. Yaunque algunos comerttarisW, como d~ Sallibury, querían organtur uodadones de caridad y otros como josepb Chamberlain, pretendian que fu~ran las autOl1dades locales las que se b.l. deno cargo cid problema, hubo una volunQ 10 nouble en que el habitante de estas viVIendas tenía mucho mmos espiIdo cid que d gobierno victoriano uigia para las personas encarceladas y las que estaban conflnolldas en hospidos. Lógicamente los ni\'des de mortalidad -espKialmente en rdad6n a los nitios- $Cguían siendo alarmantemente altos. Los que sobrevivían, según calculaba la Comisión, perdían un promedio de veinte días de trabajo al ¡nO porque ...se deprimían y se cansaban-. y a todo ello se aJ\adla un hecho que ni el _mayor defensOr de los pobres podría negar: la falta de hábitos de limpieza. u , La raíz de todos los pwblemas, como Meams había senalado, estaba en su pobreza y en la consiguiente imposibilidad de cambiar de vivienda. Los trabaJadores londinenses sin ningún tipo de preparad6n, como los vendedores de frutas y ver· dUlas y los buhoneros. ganaban sólo de 10 a 12 chelines a b semana; los estibadores un promedio de 8 a 9 chelines; el trabajador medio de Clerkenwdl ¡xxIia lle· gar a llev;¡¡r a casa 16 chdlnes. Casi I.t mitad de las familias londinenses. un '46 ¡:Klf dento. nea:sitaban un,¡ cuana parte de estos míseros suddos ~ el alquiler. Y mientras los aJquil~ subían. no suctdiJ lo mismo con 105 sa1arlo5zs . Esta pobreu también dependía de un tipo de trabajo muy iÚearono y mal pagado. que induía el que hadan en caJa las esposas; "de manera que- un gran número de los habitantes de: estOS barrios superpoblados se veWt obligados a vivir ~ de sus trabajos, fueran cuales fueran los preciOS o las condldones de los lugares donde babitaban..:l6. Los caseros. que aJquUaban casas en contratos de arriendo a cono plazo, explotaban de una manera descarada la falta de viviendas. Problema que se había agravado con los derribos -se estaban abriendo nuevas calles como Chartng Ctoss o la avenida Shaftesbury, puesto que desde 105 anos 1880, Londres había Iniciado una minlHaussmannlzadón, y además se estaban construyendo nuevas escuelas de .acuerdo con la ley de Educación de 187o:z 1. Agravando más esta situación estaban las administradones locales incompetentes y a veces corruptas que eran incapaces o no quedan utilizar el poder que te·. RÍan. Fuera de Londres la Ley de salud pública de 187S habia puesto las bases para que las administradones locales de gobierno fueran má5 efect1vas:::l; pttO en la capital todavía exi$lÍa un sistema arcaico y caótico. En todo Londres sólo 2 juntas de distrito solm: 38, habían tomado ~ medidas al respecto. Prácticamente: no babía UlSpectom: MUe End, una zona pobre, tenía sólo uno pan 10S.000 personas.. y los que habla eran poco competentes.: en una parroquia de Londres, el ayudante del inspector era alguien "que anteriOnnente habia estado reladonado con la ¡o. yeria•• segUn contó un fundonario, que atladíó: ...No pienso que sea necesarlo tener ningUn tipo de preparación. SI alguien tiene sentido común ya es preparadón suflciente_ l ' , En cOnsera, marchó por Whitehall e In· vadIó 1a Abadía df: WetrniDslEr durante d 5effldo religioso. Las escenas que sIgukron se pam:en al último acto de ~ d eBrech, que, quizás, Inspiló. Según T1Ie TImes, aun gran nUmero de chico5, tóvenes y hombres muchos de rlIos muy sudosa entraron en la iglesia mientraS el órgano estaba tocando. .se mudaron con los fieles, los anW Vil1.ientes trataban quedamente de controlar a los más ~. gonzados (...) los maoüestantes más atrevidos lanzaron recriminatorios gritos contra los acapltallius., como si pcuaran que todos los que estaban en la abadla ruando 10 fueran. El canónigo Ro~n tratÓ de argumentar con rlIos.•Los alborotadora le tseucharon en silencio,.. MientraS, en el exterior, Hyndman conti... nuaba con su arenga y dKia que aesperaba que negarla d momento en que la ban· dera socialista y el lema 'Todos para uno y uno para todos' ondearía sobre la abadta, al tiempo que, dentro, se predicarla la revoluciÓn..sl . Los manifestantes volvieron a la plua, aen todos los rincones alrededor de la columna de Nelson habla alguien arengando a la masa.., la multitud era enonne puesto que se exteadla por toda la plaza y las calles adyacentes. La poUda se asustó y llamó al ejército para contrOlar la siruadón; en la .. m!l~,. 100 pef$Onas fue· ron hmdas y dos muertas. Este suceso fue seguido por grandes y mutuas recrimi· nadones. Un indignado lector escribió a The TImes q!Je este tipo de reuniones eran .una propaganda para que todos los anarquistas, de aquí o de cualquier otro sitio, vinieran a la única gran capital del mundo donde eran tolerados,.!2. Hyndman te· nla otra opinión: .Los hombres y mujeres ya no pasarán más hambre. De eUo, por una vn. estoy seguro. La agltadÓn aetual es prácticamente espontánea y no ha sido organizada,.. El punto de vista de la editorial del periódico era bastante predecible: .Esta capital está amenazada por multitudes descontrolada!, decididas a sacar provecho dd ejemplo del partido del desorden en Irlanda y quiere obtener concesio-

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La encuesta Booth.: la cuantificación del problema Por último, de los alboroces surgió una respuesta radonal Owies Booth. el armador de UvcrpooI., inspirado por Thtt Bitur Cry, deddló il al Ean End de I..ondres ~ iniciar lo que luego se conW'Itlria primera mcuesr.a.socW moderIu... Ayudado por una serie de colaboradores jóvenes y bitrl prepandos, erll:re los que se induia kattia Poner, más arde apdlldada Wd>b -que aquf ruvo la oportunidad de iniciarse m la lnve:stigadóD acadtm.i.Q-, presentó los primeros resultados a La RuI Sodcdad Estadistica en mayo de 1887, Y un nuevo Infonne un ai'l.o mis tMdc. Según Booth, los pobres dd este de Londres eran unos 314.000, algo más del. 3S de la pob!.adón; ut:md1eruio este porcentaje sobn! t()(b.la dudad,. queri.a .!uy lnnuldo por W1Illml Mortis YJohn Rtukin. fue el a-tador con 8any Pukn del estilo '-rqulteCtónk:o de Iu ducades y burlOl jardín.

El legado de Tudor Walten Hasta la Primera. Guerra Mundial, W autoridades locales bI:itánlcas contIibuyeron poco en 1J. construedón de viviendas: un total de 18.000 bajo el amparo de la Ley de 1890, la mayoña de ellas en Londres; mientras que en~ 1910 y 1914, las demolldones llegaron a superar las construedones t7 . Y, aunque se agravó el problema de la vivienda para la clase obrera. no se llegó a ningún acuerdo sobre las po,lbles soluciones; alguno" como Nettlefold en Binnlngham, pensaron que la leglslad6n de 1909 dari¡ alas a los constructores privados; otros creyeron que la rolaboradón en~ empresa pública y pñvada podría ser la respuesta". Pero, de hecho, dwante la guerra el problemil se agravó; en Glasgow la gente se negó a pagar los alquileres y en las zoniIJ donde habia flibricas de armamento se estableció un control sobre los arrendamientos". Al finalizar la guerra. el gobierno se enfrentó a un dUerna; quería suprimir este control pero no se atreVÍa si previamente no aumentaba el número de viviendas, y esto sólo se iba a conseguir por medio de la In· ttrVendón de w autoridades locales lO . En un libro que tuVO gnn Influencia, TM

Hatm 1 Want (La casa que quiero), publicado en 1918, el capitán Relss, reforma. dor Intetesado en el tema de la viVienda, tSCribió que .es un htcho en el que tstán todo:'! de acuerdo, Incluso los que creen en la empresa privada, que, Inmedla. tamente después de la guerra, la única poUtica que se puede adopw.. es la que Implica la intervención de las autoridades locales en la ronstruedón de viviendas.• Es triste que los hombres que han ido a luchar 'por su hogar y su país' no tengan casa digna de este nombre y poco que agradecer a su país,.71. Todo esto iba a cambiar. Casi de la noche a la manana, las viviendas para las clases trabajadoras -el t~rmlno todavia se usaba normalmente y se seguiría usando durante un tiempo- se convirtieron en una responsabllldad pública. Entre las dos guerras las autoridades locales construyeron más de un mlllón de casas, la ma. yoria unifamiliares y con sus propioslardines. en ciudades satélite que se situaron en la periferia de las grandes urbes. Algunas veces, como las construcciones de Manchester en Wythenshawe. de llvtcpool en Speke. o de Londres en Becontree.

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LA CIUDAD DE lAS vlAs DE CIRCUNVALACiÓN A!.UaotADA5

CIUDADES DEl. MAJ'lANA

llegaron a convertirse casi en nuevas pobladones -aunque caredan de la suficiente Industria como para ser 3utosufldentes. Pero fueron 105 mayores proyectos urbanisticos de la epoca. haciendo que las ciudades jardín de enlonces quedaran pe. quenas: Becontrtt: alcanzó 116.000 habitantes en 1939, mientras que en los anos 1930 Wythenshawe ya ttnía un terdo de esta pobladón. Fu~on el gran logro, aunque otros consideran que fueron el gran fracaso, de Raymond Unwin. Aqui. y no por última vez. nos saltuern05 la secuend,¡ histórt· ca. La gran fama de Unwtn venía de sus dlse!\05 para la primera dudad jardin en Letchworth y para el burlo jardín suburbano de Hampstead, que comentaremos en el cuanocapituJo. En 1915. haciendo un gran sacrtfidoeconómico. Unwin ce> l.1borÓ con b. Junu de Gobierno LoaJ como inspector de planificación wbaruJ, con la ldu. de poder tener dma influencia en La retorna de viviendas. Dos atlas

mis tarde, llegó su oportunidad: fue nombrado miembro de la Comisión PM'I 1.1 Viviend.1 presidlda por Sir Joho 1Udor W.1lters. que p~tÓ su informe, en octubre d~ 1918, un mes ilIltes de que la guerra taminara. Est~ lnfonn~ fue sin d\Jd¡ uno d~ los qu~ más influyó el desarroUo d~ la duo dad britinlca del siglo xx. Esendalmente contempla~cuaao propuestaS. La prlmaa conslder¡b¡ qu~. aunqu~ las socI~es fo~ por grandes empresarios, aeadas con la finalidad d~ atender los intereSeS públicos. o. Segundo, las auu> rtdades locales debían corntrulr en las ~er.JS d~ la dudad, en su~1o barato donde todavía no se hubiera edificado, planificando c;uldadosamenr~las etapas d~ corattued.Ón de viviendas con ~I dt: apertura de nuevas tínea.s d~ tranvía d~ manaa que no tuvl~ran que pagar más por un sudo revalorizado: _ Para ~tar fututa.s agk>meradones en las tonas ya habitasitM, aunque bastante ImprotMbk, que bubien lkpdo a dtYrroUu un estilo tan Utnlvapnte como ti dd consuuctor esp«ubdor. que, $in guw su mergf.ll mm· tal, hlo enriquecido el ~te de uno y otro ~ de nuestraS grandes vW Mtertales (...) 0b5efvem0s cómo la dbpucsto las cuu. de modo que d mil'jrDQ de ~jf: h.1 quedado destroudo con d mínimo de ¡uto; vumos cómo los lnquIUnos tic· nen UlY excelente visu sobft la YkU pri~ de sus vcdnos y oon qué estudiado dmb'l ~ d sol se han proy«Udo Las h.abltl. Disenada por Louis de Soissons en estilo neogeorgiano, que había substituidó

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CIUDADES DEL MAI'J,oU.IA

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LA CIUDAD EN EL ¡AROiN

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Fig. 4.10. Ciudad ¡udín de Welwyn, el ..... all. Loul5 Soissons adopta la fomlalidad elisia y el buen gusto de la ~ georgiana ill proyectu la segunda dudad jardín.

al neovemacular de Unwin-Parker -el mismo Unwin ya no lo utlllzaba- es mucho más foona! que Letchworth o Hampstead, especialmente en las grandes avenidas centrales al estilo de Lutyens. de casi una milla de extensión; una especie de Oudad Jardín Bella. Pera la arquitectura muestra lo bien que resulta el estilo neogeorglano si está en buenas manos, además estuvo siempre muy bien cuidado; una tram· pa, quizás, puesto que, cosa que no sucedió en Letchworth, pronto agradó a la clase media. De hecho, por muy herético que sea decirlo, es más atractiva que Letehworth.

El movimiento de la dudad ¡ardin entre guerras

Fíg. 4.9. Lil comida de! domingo en la ciudad jardín de Welwyn. f.l ideal de Howard convertido en realidad; el trabajor y RI esposa en su hogar.

Pero mientras, en 1918 y 1919, el movimiento había tenido que hacer frente a una doble crisis. En 1912 Unwin había cometido lo que para algunos fue la gran apostasía: en una conferenda en la Universidad de Manchester, recomendó la construcción de .dudades satélites,. cen::a de las grandes urbes, es deor barrios jardín suburbanos dependientes de la dudad para el trabajo. En 1918, con la fuerza que le daba ser un miembro clave de la Comisión de Tudor Walters, mantuvo la misma idea en la dlsposidón oficial para el programa de viviendas públicas de postguerra, que reobió la bendidón legislativa en la ley Addison del atl.o slguien-



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CIUDADES DEL MAJ'lANA

te, cuyas consecuenctas ya hemos explicado en el capitulo tercuo. El resultado fue que del millón o mas de viviendas con subvención publica hechas por las autoridad~ locales entre guerras. ninguna - a pesar de todO.

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no se puede oorrar a Parlter del todo. El amplio parque de Wythenshawe justo en el centro cambia el concepto de cinturón verde puestO que se convierte en el corazón verde de la dudad. Las viviendas. que mezdm con ybldum modvos 3COCgianos con el ~tilo vemacular de l.etchworth. ~ttn Inteligentemente agru~ alrededor de una multitud de pequei'l.os espacios Vftdes. A pesar de todl su dej.ldez actual, mC'tKe el nombre de tercera ciudad judín, Mientras los mis fieles seguían hadendo GlID~ y ChamberWn. que~· pre estuvo a favor de las dudades jardín dwante su fpoca como ministro, consI· guió una subvención del gobierno en 1921. 1925 Y -taliurlos que ttatarOn de imponer sus megal6manas visiones de gloria a sus capitales. A pesar de la dlferenda supetfidal de los diversos COntextos, hay una sede de extraftas similitudes m los resultados con implicadones que, quizás, deberían • Inquietamos.

Bumham y el movimiento de la Ciudad Bella en Estados Unidos

En esta historia, cada gran movimiento tiene su propio profeta, y éste no es una excepci6n. El profeta de la Ciudad Bella fue Daniel Hudson Burnham (l846-1912), soda de la compaftía de arquitectos Bumham y Root de Chicago, disertador de varios de los primeros .rascadelos clásicos de la dudad construldo~ entre los aftos 1880 y 1890, Y responsable de la Expo~ldón Mundial de Columbia de 1893, una de la~ Ferias del Mundo más Importante de todos los tiempos. El dinero que obtuvo gradas a estos lucrativos trabajos, le permiti6, más tarde, aceptar trabalos de urbanismo por muy poca o ninguna remuneradón, fue de este modo como elloven uquitecto se convlrtl6 en un madwo urbanista. La otra e..~perlenda que le animó a dar este paso fue la cread6n de la mágica Ciudad Blanca en las orillas del Lago Mlchigan; si era posible crear una dudad bella Instantánea, que duraría tan

LA CIUDAD DE LOS MONUME."'I'TOS

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sólo un verano, también lo sería hacer lo mismo con una dudad norteamericana de verdad conseguir que su efecto fuera más prolongado. Su idea fue bien tKibida; puestO que, como hemos visto en el capitulo segundo, los aJ\os 1890 fueron en Estados Unidos un periodo de intensa introveniÓD. Gran parte de la burguesía con inquietudes avicas, preocupada por la cud.mte heterogeneidad étnica y cultural y el aummto de los desórdmes, constderaba que el problema consistía en preservar el entramado social urbano. Hmry Mocgmthau, banquero y gran propietario, lo dijo clanomente m una conferencia que pronun· dó en 1909: el primer objetivo del urbanista eu. eliminar los lugares donde CRda ~Ia erúerInedad. la dqlr.tvadón mor¡¡1, el descontmto y el sodallsmo-l. Y m ningún Sitio estOS problemas se pre:sentatwt con tanta virulencia como en Chlcago, lugar de los terrtbles alborotos de los mos 1880 que Kabaron con la ~n de los cabecillas en medio de una tensa atmóskra de InsurtKdón_ El Plan de Chlcago es el mejor de los proyectOS de Burnham. Sin embargo, voivia a su dudad despub de haber tenido éxitos y frKasos en otros lugara. El pri. mero, que fue prict::icammte un aiunfo, fue ia Iatga boataIb, que empezó en 1901, para la reconstrucd6n del Mall m Washington, OC. En su proyecto de 1791, L'Enfant había seguido las sugerencias de George Wuhingtan y lo habia mtado como un gran parque de .wo pies de ancho por algo más de una mil1a de largo, que debia iniciarse en el Clpitol. para seguir hada d Pot:omac ~ditndose luego por el este hasu llegar a la Casa Blana. Ptto este proyecto nunca llegó a taminane; la zona permaneció como terreno de pastos, y poco a poco fue invmida por romercios; la última Indignidad se comed6 a finales de los afios 1870 cuando se construyó una linea de ferrocanil que lo atravesaba_ Este Mall desfigurado era para muchos, tanto pua los que estaban dentrO dd Congreso como para los que estloban fuera, un símbolo de todo lo malo de las dudade:s nortUmerianas z. En 1901, el senildor James McMWiln de Michigan, pte1ldmte del comité del dl.strtto de Columbia, animado por el arquitecto Charles Moore, conslgui6 que se aceptara su propuesu paril que una serie de expertos hideran un estudio sobre el parque. Poco después, Burnham fue nombrado responsable de una comis16n de tR:S miembros que incluía a Fredertck La.w Olm$ttd lunior y al arquitecto de Nueva York Charles McKIm, a los que, mis tarde, se les unió el escultor AUgustus SrGaudens. Burnham creyó conveniente visitar Europa con la finalidad de estudiar los mejores modelos urbanos, ignorando la evidente Ironía de que muchos de ellos habían sido creados por las mismas tiranías contra las que 105 norteamerlcanos.se habían sublevado. Posteriormente, comentó que ellnfonne contenía el número sufidente de pánatos impresionantes como para llamar la atend6n de la prensa y al mis· mo tiempo interesar al resto de arquitectos. se decidl6 aplicar el concepto orlglnal de L'Enfant pero ampliado, con un Mall que tendría el doble de su anchura originalliegando a los 800 pies, casi duplicando su longitud para incluir lilllanura del Potomac, y sería atravesado por dos

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FIg. 6.2. El pLio de Chlcqo de 1909. ftmiplo de orden dviJ dJ.sico en la tr.1lIliI de estl dudId de Illinols. Solpiendmtementt. al 192.5, gradu.al emp.¡je de sus babiWltes tul se Mbi.I ~

go de las orillas del lago y de UD ampüo paseo que los auuria formando inguIo puques Une.1les. El proyecto fue muy ¡J¡Ndo pero. inevitablm¡mte. umbiU tuVO criticas que dwante un ti~po frmaron su realización. fl.IWmente, se construyó ta.l como Bumham había pl¡nudo. tnminindose en 1922 con ~ lnauguooón dd monumento en memolU de Unco1n4 • fue un.¡ obra dentro de las mis pura tradld6n de las &aw Arts. Muy cm::a. sin embargo, continuaron prolik(;¡odo los bMri05 pobr~. Puo la duendía del acuerdo entrt dislintas compatlías. A nadie se le ocurrió prtguntaISt dónde Irían a parar los habitantes de estos barrios; prooablemente pensaron que el propio mercado se haria cargo de ellos'. Sin embargo, el proyecto de Cltve:land no dejaba de ser el mismo que el de Washington pero trasladado al lago Erie; aunque era ambicioso, no era más que un plan para el centro de la ciudad. En 1905, Burnham propuso algo más espectacular para San Frandsco. Aquí eJ nuevo centro urbano -que estaba estrat~camente situado en el crua: de la Market Strect, u prindpal calle comerdal de u dudad, con la Avenida Van Nes.s- debla ser el foco donde se inielarían una 5elie de bulevares radiales, a partir de los cuales y a dmos intervalos saldrian otros; de esta manera la trama regular de u dudad adquirirla un cmilagroso equllibrio formal. a partir de

ClVOADES DEl MAJ'lA."IA

LA CIUDAD DE LOS MONUME.."I'fOS

oua lógica basada en los contrafuertes anguIare5 y las irregula:ri~des naturales que se utilizarlan para construir bulevares y edifidos formales'. Uno de estos ~ se convertiria en un parque continuo que conduciña al del GoIden G;¡¡te en el utre·

Induso dijo que lo que ~rides había .lnvertido. en la an~ Atenas todavía estaba dando buenos beneficios. Es probable que BumNm, que conocí.a.l.a manera de scr de sm condudadanos, se estuviera burlando un poco; pero es mden. te que sabía vender si ~ra ne«s.lrio. Sin embargo, todo esto no dejaba; de ser mb que una introducdón a la presmtaeión del propiO proyecto, que Iba; a exigir un ¡ndo muy alto. Bumham quezU la parte que quedaba enfrente del lago pan convertirla en un parque por el que ciKularia una C3lRtera arboW1a. tina de las caJles que sao lia del parque en ángulo recto. Congrees StIttt, sc convertirla m ef eje pdDdpal del. nuC'YQ Chicago. con un palque lineal de JO) pieS de ancho. Una milla. más ~ tro, donde este eje hace intC1KCdón con Hubbard Street, dos anchas calles diagonales saldrian de un gran centro dVlco coronado por una cúpula.: bte seria ef cm. tro del nuevo proyecto; sin embargo. irónicamente, fue una de Las pocas cosas que no llegó a hacerse. Las orillas del rio de ChJcago que aqui co~n paralelas al lago entre éste y la calle Hubl>ard, sc a1lnearian con las nuevas calles. Los grandes edI. fidos públicos se irian colocando en los lugares más promlnentes del parque lineal. Habria ·un majestuoso museo blanco en la gran terraza llamada uke Front, que domlnaría todos sus elementos: los parterres, las fuentes, los monumentos, todo deberá construirse de manera que tenga reladón con f:1. Ningún edllido del mundo ha tenido'jamás una situación más adecuada que I.a que éste tendrá~I'. Habria un paseo de siete millas y media bordeando la orilla al que se aa:ederla a travb de siete viaductos. y uno¡ laguna de 30.000 pies de longirud. Bumham se vuelve lírico al describir el conjunto:

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mo oeste de ~ dudad. se daN un tratamiento arquitectónico formal ¡ la zona de Twin PWu que dominil1a dudad por el SlMiotste. donde se levantarla un At.henaaun y una esu.tua monumenul que estaria encarada hacia el octano Pacífico. lróniQ.lIlentc, a pesar de que un ¡Ciiemoto y un incendio dejaron una pule de la dudad libre pan. realizar el proyectO, las presionl!:S comm:iales lo lmpidi~on; sólo Ueguon a h~ algunas cosa.s mt:n: clIas e1utr.U'l.o y poco animado centro dvico que se construyó en un lugar distinto dd que Bumham babia propuesto. Hoy en dla los dudadanos de san Fr.mcLsco están profundamente agr.lldeddos de que los iUllplios bulevares y los _ronds-polnts>o pensados poT Bumham no Uegaran a tJes. trOZ4l.r la trama de calles que suben y bajan por la colinas y las casas victorianas que las flanquean, que dan su ~liar encarno a la dudad', Chicago fue el proyecto definitivo de Burnham: el mayor de eUos pero que §Ot-

prendentememe y a pesar de todos los problemas, el que llegó a realizarse casi por completo. Su idea básica era la grandeza, aunque resultaba vago en cuanto al modo de llevarla a la práctica: el plan _iba a restaurar la ilf1IIonía visual y estf:t1ca perdi. da. de modo que se creara el ambiente ftslco necesario para que de f:I pudiera surgir un armonioso orden social.'; la dudad caótica. fruto de un rápido credmientO y de una uce:sinmente rica mezcla de nadonalidades, se ordenada.: se abrirían nuevas avenidas, se harían desaparecu los barrios pobres y se ampllanan los parqueslO. Parece que la muda de objetivos 5OC1ales con otroS puramenTe estfti0)5 fue lo que entuSiasmó a las dase1 a1w y medias que apoyabm el Movimiento p~ gresista 11 • Al ptaentM el proyecto, Bumh.am mostraba su confianza en ~ calidad de lo que Milla a tomar como punto de ~rtkta: las gnndes dudades europeas.• El tnbajO que Hamsmann hizo en Parises el mismo que debemO$ hKuenOl1a p u ... Pero como los que Iban a respa1dM el pto)"KtO eran hombres de negadOS, prime. ro del Club Comerdal y mis tarde del Club Mercantil. atl.ad1ó un nuevo arguLJ menro: la Oudad BeI.Ia de Napoleón lD babia de:moStIaOO ser una buma invmi6n • .los a.mbtos que M impulsó, la han hecho famosa, y, como resultado. 1", mayom. de los ri0)5 ad050S del mundo la visitan, y se dice que, gradas a ello, los pariSinOS 4 ganan cada an.o mis de lo que el emperador gastÓ en hacer estos cambiOS..1 . Lo mismo debía hacerse en Chicago:

La gente se marcha al (airo, Atenas, la RJvlera, París y Viena porque la vida no es en casa tan agradable como en estos lugares de moda. De manera que hay una pf:r. dlda constante de los recursos de la dudad. Nadie ha calculado la cantidad de millones que Chicago genera Y que se gasta en otros sitios, pero debe ser muy gra¡;'de. ¿Cuál seria el efecto sobre nuestr05 negados si todo este dinero drculara aqul? (...) ¿Cuál seria. el efecto en nuestra prosperl.~ si La dudad fuera tan agradable que toda.s las persorWi que viven en el VJlle del Misisipi. o Jl oeste del río. y son econ6mkamente indrpendientes vinieran a a Chicago1 ¿No deberíamos hacer algo, sin perder tiempo, para que la dudad fum mis bella Y mis atrKtlva para nosotros pero sobre todo para estos desudos visltantes1 u .

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Ambas orillas de La tagun.a detlefWt omamentme con jrtJOes y Wutos que se ~ tann a nuestro cUma. sobre todo los que florecen -el manuno, el Pft1I, el melocotonero, ef castatl.o de lndUs, ef castaikl ~re. ~ atJlp.a. ef manuno silvestre,. lilas, syrinps, '-';a.$, come;os. En los meses de mayo y junio se podría. cddnr un festival soln ef agua. Durante La pri.m.i.Y~a y ef vaano, y wnbim en otOI'io. todo ef que paseara por ef ~J'O se YUia envuel.to por la presenda de las Oomi. En las orillas h.abriI. en¡Iantln.as, heliotropos, mignonette y plantas salv¡~ que UCOMW1 el aire con su &a¡anda l '.

y

condu~

así su visión de Chicago:

Delante nuestro se ex.tltnde una plantadón de majesruosos irboles, que dan somo bra al césped Y a los caminos que están en las mátgenes cid b:go. Hadmdoconuaste, la rdudente Laguna se dirige hada el nont. Detris estin las suaves orillas, y los trenes que aparecen y des.aparecen entre los dmbrtaDles Siluces. Al fondo, se eleva. una majestuoSil terru.a cubierta por parras y coronada por estatuas, y tnnquilos panerres que rodean apadbles hogares. El lago nos ha estado llamando durante atlos, y al final le hemos respondido. Vemos el agua, movida por una gentil brisa; sobre ella el centelleo de los remos. el destello de las velas roSildaS. las lineas de ilgeras lanchas. Vemos los botes qut pa_ san impulSildos por bronceados /IIleras. Olmos el murmullo de las olas mezclado con las risas juvenHes, la mwtca que procede de la laguna se desvanece entre las indinadas ramas d~ los irboIes. I.a. luna creciente apartCe en el dek>, brillando levemente en el aqxlJcuIo.

192

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Aotamos por los prados donde l~ vilw. como si fuer¡n dSlles, fq)OSUI en W ttrnziU. las b!,¡ncas b.¡1¡usmMil construir la futura capital de Australia; en 1911 se organizó un COIlCUlSO lnterrnldon¡¡¡ pan la pl~cadón de la dudad. ~ro el p~o era un reduddo (unas miserables 1.7.50 Ubra.s) que tanto las .asodx:Iones de arquitectos británicas como las noneamerlcanas lo boicotearon: nombres Un conocidos como Abercromble, Bumham, OLmsted estuvieron ausentes. Se presentaron 137 arquitectos, número que probablemente Incluía un buen grupo de pobres estudiantes de arquitectura; Walter Burl~ Grtffin (1876-1937), un norteamericano que habia trabajado con FrMik Uoyd Wdgbt. se pre$eJltó junto con su esposa Marion Mahoney y ganó. Posteriormente. el gobierno nombró una comi· sión para que estudiara el proyecto. pero consldmndolo impracticable. elaboraron el suyo y empezaron a llevarlo a la práctica. Sin embargo era tan malo que la opinión pública. que hastil entonces se habla mostrado poco interesada, apoyó a Griffln; a pesar de que. en Inglarem" Abcrcrombie babia comentado: .. Es el traba;O de un amateur que todavia no ha ap~do los prindpios más elementales..ll , Hubo un cambio de gobierno y en 1913 Grtffin fue nombrado director de pla. nificadón y construcdón de I;¡ capital federal. Estuvo allí durante siete mas en los que casi se volvtó loco puesto que ruvo que soponar todo tipo de dlflcultades: los proyectos quedaban arrinconados, sus propios dibujos desaparecIeron de su despacho par;¡ reap;¡recer treinta .mas después. En 1920 dimitió y su cargo desaparedó. El Parlamento hizo uo;¡ Joerie de intentos para eIlminar el plan hasta que 6-.. na.lmente se ;¡probó. pero t;¡mpoco se hizo nad;¡ para llevarlo a cabo. Los Naios empezaron ;¡ aa:e: ;¡ la rIWler.l tipiCil austtaliaJl;¡,. es decir desparnmindose sin nIn· gún tipo de orden. Fin.almente, en 1955, una comblón del senado recomendó que se nombrara un organismo central de planlficadón, consuucdón y desarrollo. En 1957 Wllliam Holford llegó de Inglaterra y aconsejó una modificadón del proyecto; pero al afta siguiente John Overall fue nombrado DIrector de de:s.llTOllo regionai de la capital ~n. De manera ca.st Increíble. después de 45 anos, d prorecro de Griffin empezó a andar y a mit3d de los aftas 1980 casi. se babia terInirado. Sin embargo los edlfidos no §Ofl suyos. tan .sólo lo es su ublOldón. El nombre aborigen, Kambena. significa lugar de encuentro: el lugar, como ~bi6 Grtffl.n en la inttoducdón de su proyecto•• puede ser considerado cx:xno un anfiteatro lrregu!ar-, en el que se proponia representar un gran obra. Hoy d mapa que d turista tiene en la. mano. que esti orientado al revb. coindde con la. rraneu que. segün Grilfln. debían mirarlo los espectadores. Desde las montadas dd noreste. que constituirían el anfiteatro. el sudo va descmdiendo con suavidad para formar el auditorio; desde allí los espectadores, mirando al sudoeste con el sol a sus espaldas. podrían

\..O/"\l',OfiWEALTH Or AVSTRALlA • FEDERAL (ÁPITAL COt\PETITIOtl

Madas por las distinlaS vias de tráfico. no sólo ofrecen el. lugar adtcuildo para las viviendas. sino que tambrén acogen ]¡15 unidades socia.les de esa familia mis grande: La unidad~. Cad,¡ Wla contará con una o mb exuelas, zonas de juegos. campos de depone. Iglesia, dub y lugares para las diversas actividades sociales sin que haya necesidad de cruzar las carreteras. o de encontrarse con las calles comerciales, que son elementos distorslonadores, puesto que las actividades famlllares estarán dentro de sw propios centros geográficos"'. Suena como si fuera un Radbum antes del de verdad. El diagrama Original muestra estas unidades como hexágonos. modelo que Parker utilizó más adelante en su trama Radbum en Wythenshawe16• Ello hace que, en los anos 1980, cualquier deportista pueda salir de su casa para practicar -joggln8., corra por un camino al lado del parque lineal y se dirija a la zona deportiva, haciendo un circuito de más



LA CIUOAD DE lOS MONlJML..,.OS

de una milla, sin tener ni tan sólo que ver el tránsito. Estas unidades vecinales y las nuevas ciudades que las complementan en las afueras, están unidas como las cuentas de un coUar a las diversas carfftUilS que pasan en medio y alrededor suyo. De modo que Camberra ha conseguido ser una de las últimas Ciudades &llas y, a la vez, una de las mayores Ciudad Judin del mundo. Es induso, y a su manera, uno de los pocos ejemplos exinentes de la dudad social y policémrtca de Howard; cosa que no es poco para una dudad que dwante mucho tiempo !)Meció que nunca i~ a crecer. Y ello hace que, al contrario de otros usos de Ciudad Beila, raulte agradable.

La Ciudad BeJla y 105 grandes dictadora La vuelta de la Ciudad Bella a Europa fue menos afortunada puesto que colnddló con la era de 105 Grandes Dictadores; tambi~n se trataba de hacer teatro aunque, en este caso, se hizo melodrama del malo. La Roma de Mussollnl fue la primera. La Ideología fascista sobre la ciudad era muy semejante a la nazi: sólo la familia rural eta verdaderamente saludable; la metrópoll.s era el origen de todo lo malo in· duyendo los a1oorotos laoorales y el socialismo. lrónicamente -una uperienda que posteriormente también viviría la Espatia de Franco-- con Mus.soUni las dudades crecieron como nunca lo habian hecho; el fascismo fue bueno para los negooos. En 1928 Y 1939, Mus.soUni impuso una legisladón para controlar la mligrad6n; y por una de esas ironías, la segunda ley entró en vigor despub de la 5egunda Guerra MundiaV". También se prepararon una serie de planes, que tuvieron una adCC\Wh ditwión propagandistica. pan. recupem l.as marismas del Pontino al SUl de Roma; pr~o que se verla comph~mentado por la audÓfl de cinco nu~os pueblos.... Sin embargo en la capitallJ ptaniftcadón debía ser monumental; se trataba de. SKill de nuevo a la luz las g.I0fW; de la arttigtu Roma aunque fuen a COSta de destru1r laque 105 de» milenlossigutentes habianaudo. En 1929. MlWOllnI daba sus instrucciones al congreso de la Federación para la planificación de viviendas y cfu.. lhde5 celebrado en Roma:

Mis ideas son daras. Mis órdenes prtdsas. Dentro de cinco mos, Roma debe mastrane maravillOSO! ante todo el mundo -grande, ordenada, poderosa, como tri los tiempos del Imperio de Augusto (...) crearéis grandes es~ en tomo al teatro Marcellus. la colina del Capitolio y el Panteón. Todo lo que ha crecido a su alndedar durante estos siglos de deca.ndenca debe desaparecer19•

De hecho el nuevo plan que se promulgó en 1931 era Internamente contradictorio; puesto que el ensanchamlento de las calles y la importanda dada a la PIazza Venezia como plaza ceremonial hubiera destruido la Roma Imperlal en lugar de po.. nerla al descubierto. Pero no pasó nada: a pesa.r de los poderes absolutos para derrtbarlo todo, a pesar dt: las enormes sumas de dinero, a pesar del imprimotur dt:1 Duet. lJ V1da de Roma continuó en su viqo y dulce estilo. Cuando los planes se ron-

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cretaron en detallados proyectos, los amplios bult:Vam y las plazas panor'ámins se habían conve:rtido mistttiosamente en zonas para la con.strued6n de edificios; el tradldonal caos, las componendas y la corrupción salvaron Roma de la dt:ptedadón del gran constructo.... La ideología nazi 5OOrt: la dudad tuvo tambi&1 la mimla rontradia:i6n interna qut: la fascista. A finales de los afios 1920, el ala teórica dcl panido era fue:rtt:mente antiurbana, afirmaba que 105 pueblos nórdiCO$ enn esendalmentt: ag:tieuJtares. que nunca fueron afo~ fundando d'lC1ades Yque casi habían quedado destruidos por ellas. Su periódico, el VDlkisc~ &!obachm, describia la d~ como un .hervidero de todo lo rrWo (...) prostituei6n, bares, enfmntdades. películas, mMmmo, ¡udíos, espectáculos eróticos, bailes negnn, y de todo tipo de desagradables manifestadones dt: lo que se habia dado en llamar 'ane modemo'..al. Poco después de tomar t:1 poder. su polltica -copiada de las Ideas de la república de WeImafseflaló la importanda de los Kldn.simluflgm en los limites de las grandes ciudades, como Marienfelde. Falkenset: y Faikenberg en las afueras de Berlín; más tarde insistieron en la importancia de las áreas rurales, pero las necesidades dt: reannamento hideron que estos programas quedaran en segundo t~rmlnol2. La ideología nazi sobre las dudades quedó definitivamen"te establecida en 1939 por Gotthied Feder en su libro Die nmt 5tadr. que recoge la idea dt: las Garrnutadt. ~,a1lnsistir en la nea:stdad de crear peque1W dudades rurales autosufidentes con una pobladón alrededor de los 20.000 habitantes. Estos centros combinarían lo mejor de la dudad y del campo, tanto a nivel KOnómlco como social v trata. •• dan de minimizar las posibles desventajas'l. Estas Ideas no deben extradamos si tenemos en cuenta, como ya hemos setialado en el capítulo cuano, que, en Alemania, este movJmjento tenia una potente alJ conservadora. Es por ello que, siguiendo lJ ideologia ~ durantt: 105 &tI.os 1920, esw nuevas dudades jardin no debiart construirse cerca de los centros metrOpoliunos mis importantes sino en los distritos agrícolas menos poblados de MeckJenbw¡ y dd este: de Prusia; se trataba de volve:r al nmpo con fueaa. Todo ello se hallaba muy Iqm, tanto literal como figurativamente, de los pianes que Hitlt:r y su Gtnoulbauinspriror, A1ben Speer (1905·1981), estaban prepa_ rando para la reconstrucdón dt: Berlín. Pero era ev1dt:nu~ que detrás de estos proyectos babía una lógica pervfiSa; mientras las dudades alemanas, y sobrt: todo Berlín, debían cumplir una fundón psicológica. religiosa e inciuso mágica como lugares de encuentro para las grandes ceremonias públicas. la pobladón productiva seria trasladada a los Ltbmsraum en el campaM. Evidentemente. la realizadón de estos planes hubiera significado la destrucción de los vlt:jos cennos medievales de las ciudades para crear 105 espadas necesarios para construir las calles ceremoniales, los lugares de reunión, salas. grandes torres y extensos complejos admlnls. trativos, cuyo coste debía ascender a 100 billones de marcosl.l. El resultado fue Irónico: los nazis que habían empez.ado con el culto a la virtud tural y a las pequetias dudades medlt:Vales y que habian exorcizado la metrópolis gigante, Kabaron tratando de construir dudades totalmente mecanizadas y deshumanizadas donde poder celebrar sus ostentosas ceremoniasW'.

OVDADE.S DEl. MA¡I¡ANA

Sin embargo Serlin no era Roma: no había antiguos maestros esperando ser restaurados. se trataba de una obra del arte comercial del siglo XIX. '( el artlsla que la iba a reformar tenia sus propias ideas: Hitler que no había logrado entrar en la Andemla de Viena para estudiar arte, no dejaba de repetir a Speer: _C6mo me hu· blera gustado ser arquitecto"t7. El Führer poseía un sorprendente y detallado conocimiento de los primeros proyectos de Ciudad BeUa para Viena y Pañs; s.abía las medidas exactas de los Campos E1íse:os. y estaba absolutamente decidido a que Berlín tuviera una avenida orientada en direcc:i.ón este-oeste que tuviera dos rmllas y medIa de longitud; la disposkión de los edifidos, que debían ser grandes y monumentales, con ampUos C5padOS entre dios, recuerda d Ring de Viena que H ronoció en su iu~tud., IndlUO mostró a Spttr dos esbozos de 1920, que ya recogi.tn SlI$ suenes: edificios de 6SO pies coronados por cúpuJas Y arcos de 330 pies. • Había estado planeando monumentaJes edlfidos triunfales que no tenían la menor posibilldad de ser construidosa-.•¿Por qué siempre lo mis grande?", ha.bi.a pieguntitdo en su esdIo retórico a los obreros de la COIl5tIUCdón en 1939: .Lo hago ¡»la devoIVf:r la dignidad a los aJcmanes-'IO. Su ob5esl6n por lo monumental era tal que ignoraba otros aspe:tos.: .MInba los proyectOS, pm> en realidad. sólo les «:hat» una oteada- Uoo:s minutos después ~ guntaba de nuevo con a.i1e de abw:rintiento: '¿D6rn:Ie est1n los planes de la gran averUda?,,,t1. Esta aV'Cllida, que oriencda en ~ notte-surcorreria ~ a Las dos ~ cmtn;}es de (a.ocarri\ y que tendría un enorme edificio en el cmao-cuya cúpula medirá 726 pieS de alto Y aso de ancho-, debia It"piodudr en piedra; .E1 pe> derio poUtico. mww y econ6mio:l de Alemania,.. Allí estaña el caudillo absoluto del Reich. Y muy CCiQ de él. a::mo la más alt;¡¡ n:pment:aeiÓll de su podct, se encontra· ña la enorme sm de sesiones aWicna con un¡ cúpula que seria el edifk:io dominante del futuro BerUnf1. Cada vez que miraba los plOfeCios, dcda: .speer. mj único deSoCO C5 ver CSto5 cdi6dos. En 1950 organturernos una feria de muestns mundJal,.". Los p~os que le abwrlan enn los que llevaban los prindpiOS de audad • Bella a las afueras y aun más alIi, puestO que Spttr, que admiraba la ciudad de Washington y la Exposición de Columbia de Burnham. se ha.bi.a tomado a pecho sus consejos de no hM;er planes pequctlos"", Spttr proyt!ct6 17 autopistas radiaJC5, a lo largo de las cuales se harían altos edifidos que llegarían hasta la periferia. Estas vW se cruzarían con cuatro avenidas drcuLatcs que se con.struirian en zonas ya edificadas y en otras de nueva oorntrucdón". Habria dudades satélites al norte y al sur; la mayor, Süd$tadt, tendria Z10.OOO peoonas y cont:aria con 100.000 puestos de trabajo industItaL Allí, y a pesar de la predlh:cdón que los na.z:U tenian por las vtvlendas uní· fumillarC5, se udllzaria una nueva versión de las Miersk~ berlinesas: un bloque de apartamentos cerrado en tomo a un enonne patio". Thnto aquí como en el ceno tro urbano, la planificadón seria muy reguJar, concisa en sus lineas y monumental, como si se hubiera plane3do para verla desde el aite,1. En sw prindpios básicos. por lo menos en su aspecto e.'I(temo, el proyecto de Speer poseía una serie de cualidades convendonales: los U50S de ruelo Incompatibles estaban segregados, el tráfico de paso C5taba exduldo de las zonas resldendaJes, había mucho aire, luz y espado; los miembros del CIAM no habrían tenido nada que obi~.

LI. CIUOAO DE LOS MONUME."lTOS



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FI¡. 6_9. El Ilftün l.k Spcer. 1...1 via monumenw norte 'MIr ¡nvista PJl' Spetr se dirip iLl ¡j_ pnr~ edifido COl1 cúp.¡la. el 1úIp(rrtW~. t travé del Aroo Oc Trtunlo: er;¡ la capital del Rft:h que duruía mU aflos. lUlU de todo Uegó a empeune.

Pfio era una obsesión cara. según Spt:eI sólo el coste total de Berlín C5tMía en· tIC los 4 y 6 billones de marcos, quizás entre 5 y 8 billones de dólares de hoy en día". Sin embargo el rearme exigió que estos planes quedaran arrinconados. En 1937

se empezó a trabajar en la avenida procesional este-ocste. gran parte de la cual ya estaba hecha yen 1939 casi se habla terminado; pero por muy Increíble que nos parezca. la parte prindpal del proyecto se Inidó en 1941 100• Al final lo único que se llegó a reallz.ar de un plan tan grandioso fue un espado ceremonial en el eje esteoeste y la rcfore:;tadón a base de coníferas y arboles de hoja caduca del hbtórtco bosque drcular que quedaba a las afueras de la dudad 101. Al terminar la guerra y siguiendo una lógica que no dejaba de ser Irónica, los rusos prolongaron el eje esle..oesle en su sector y lo llamaron Stalinallee. El Berlín nazi hubiera sido el último ejemplo de Ciudad Bella. Sus fuentC5 de Inspiradón --d centro dvico de Burnham rematado en cúpula, el PalaCio del Vlrrey



CU,lDAOES DEL MA.'lA.~""

LA CIUDAD DE LOS MOt-1.:ME."n'OS

de lutyem, también con rupulil- son evidentes incluso en los mis pequeños detalleslla. Sm embargo era imposIble llevar a cabo estos planes: incluso en las circunstancias más favorables, hubiera significado dediarle una pane desproporcionada de los recursos del país. Lo curtoso fue que una capital mas pobre pero con un diet¡dor Igualmente megalómano. Stalin, consiguió haC!:r en poco tiempo mucho de lo que Hitler había sonado. Los primeros ¡¡f¡os de b. planificadón soviw-ca merKerian un libro aparte. Como en otros aspecfOli. tsla fue una époc¡ de e:~-perimem.ad6n salvaje. de apasionados debates entrt teoría.s Igualmente de5cabdlada.s. Los UJbanU;w quenan que lodo el mundo vtviera en torres; evidentemente le Corbwier era su dios y aliado, y es por ello que los estudiaremos en el capitulo septimo. Los de:surbanisw, un gru. po todilvia más salvaje. querían demoler Mosci y dispersar su población en casas

estadones, edifidos públicos, estadios, plazas y parques a lo largo de las allc:s prin_ • 1es 110. ,,opa ~ signl " callvo que el 52 por dento de los pisos que se estaban construyendo en 1939 estuvieran situados en las principales avenldaslll. Es posible que ello fuera debido a que los pro)'ectos de los diversos ministerios nunca llegaron a estar coordinados. mientras que el programa de vivtendas se Iba retrasmdo ya fuera porque los urbanlstiU traraban de impresionar al pueblo; o, lo más probable. a su duetio.

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m6vtles por el campo: espiritualmente se: senrian afines a Fr.mk Uoyd Wrtght. y los estudiaremos en el capínilo octavo. (Como ya hemos indicado anwionnente la lógica y la cronología se niegan a ir a la par). Ambos grupos consultaron txpenos e.'{tranleros: como era de espetar May sugirió dudades satélite, mientras que le Corbusier aconsejó reconstruir un Moscú lleno de torres en un nuevo emplazamientolOJ. El debate concluyó de golpe en una sesión del comité cutral de junio de 1931 104 • U Asamblea denunctó estaS teorías como extranjeras, sobre todo las de le Corbusier y Wright, y establedó un plan quinquenal para el desarrollo de Moscú que se pondria en marcha lnmedlatamentelO$. • . Es evidente que la dudad necesitaba un plan. Su pobladón, que había dislIUnlnuido durante los ca6t:icos aflos que siguieron a 1917, ascendió a mis de dos millones en 1926, la misma de las épocas pruievoludonarlas, y en 1931 probatdtllcnte era supt'rior a los tres lO6 • Su estructura fislca y sus equipamientos eran afaicos: edifidos de madera de uno o dos pisos; en 1926 d promedio de espado por puSOlla era de 89 pies cu.aciOOos, proporción que se fue deteriorando a partir de esta fecha; en 1937, Emest Slmon deda que los twnos de Manchester -en aquel roo- • mento una de las peores dudades lnglesu- que se ~ demoliendo puesto que se consideraban inhabitables, hubieran sido un buen cobijo pal'3 el 90 por dento de las familla.s moscovitaS 107. los suminlstros de agua. alcantarillado y dectI1ddad eran muy defidentes.. Es compi'eI1sible que a partir de 1931 no se llamaran mis expeitQS exaanjeros. El ptan de 1935 proponía establecer un Jimjte al futuro crecimiento de la dudad y apostaba por una forzada modemizildón. Se iba a desarrollar la dudad como unidad Integral; la rcconsttucdón se basarla _en la unidad y armonía de las composiciones arquitectónicas"IOI: la teoria de la Ciudad Bella también había llegado a MoscU. Este ímpetu venía empujado por el orgullo nadonal: en 1937, todo el mun· do deda que .la vieja dudad de casas de dos pisos tenía que desaparect!r y que MoscU debia sei una dudad con edificios dignos de la capital del paÍS más gran· de del mundo~ 111'. Para conseguirlo se convirtió en una cantera. De lo que no se dieron cuenta los visitantes el'3 que se estaba poniendo todo d énfasis en los proyectos más visibles y prestigiosos: tres Uneas de metro con canddabtos en las

Stalin sabi¡¡ lo que quena.•A p6rtir de ahora, la arquilectura tiene que ser expresiva. representativa, retórica. A partir de ahora, por muy modesta que sea la fundón de un ~lf:Ido, tiene que convert:lne en un monumento~l\J.Fue él. quien, personalmente, aprobó los proyectos para los edificios más importantes; en una ocasión que se le present.uon dos posibilidades, eligió las dos y los aterrorizados arquitectos le obedecieron. construyendo una estructura en la que el lado izquierdo el'3 distinto del derecho 114• Stalin también tuvo su propia versión socialista de la cúpula hideriana: el Palado de los SoVIets que tenía 1.300 pies y estaba coronado por una gigantesca estatua de lenln. Al empezarse, tuvo diversos problemas y finalmente se hundió; quizás fue una suerte que se abandonara su construcciónlU. Pero la arquitectura de mona de Pascua recuerda los gustos y manías de Stalin. Sin emliargo el Moscú de los anos 1930 era una especie de ciudad Potemldn. Como el Washington y el Chlcago de Bumham. o el París de Haussmann, la.s famadiU de las calles principales escandian los antiguos barrios. Incluso en los afIos 1960 todaVÍa podlan verse restos de la.s viejas casas de mad~ en la.s calles t:raseras. Pero, sin duda, las fachadas gustaron al jefe y los arquitectos pudieron dormir con tRnquilldad.

Es o.uioso que no haya nada que nos ayude a compi'eI1der el fenómeno de la Ciudad Bella. Esta corriente conVIvió a lo largo de cuart:ntil afIos con todo tipo de situaciones económicas, sociales, políticas y a.Unuales: como ayudante del capitalismo finandero, como ¡¡gente del imperialismo Y como Insttumento del. totalitarismo tanto de dftechas como de izquJerdas, siempr!: y cuando estas denomi. nadones tengan a1g(tn K:ntido. lo que todas e1la.s tuvkron en común, con alguna excepctón, fue la concenmtdón en lo monumental y en lo superlictaJ, en tratar la arquitectura como símbolo de poder; cosa que estuvo unida a una completa falta de interés por los aspectos más sociales de esta disciplina. Fue urbanismo de exhibición, arquitectura entendida como teatro cuya flnaIldad era impresionar. lo úni. ca que variaba era el público: J1OUVl!QIU riches en busca de disipación y emociones. robditos coloniales y orgullosos jefes de peqUMOS principados; campesinos que emlgraban a la gran ciudad; burgueses empobrecidos deseosos de recordar los vietos tiempos mejores. Probablemente a todos les gustó la representación; para muchos fue como el Hollywood de los afias 1930, les permItía olvidar la terrible realidad. Pero por Jo menos las películas de Hollywood tenían un horario y nunca arruinaron al público.

m

CIUDADES DEL MA.'lANA LA atJDAD DE LOS MON\J),(Lvros

Notas

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    plis, 3O.JI. 1116 H'IT1$, 1970&, pig. 257; Simon, 1937b,

    pag.l8t. 101 Slmoll, 19371, pip, 154, 155. '111 ParkJns, 195J, pá¡. 36. lO!' Simon, 1937., pig, 160. ItO Ung. 1943, pig, 7; ParkiJu, 1953, pip. 42, 44, 4S. 111 Ilerron, 1977, pi¡. 235. m Polrkiru, 1953, pigs. 44, 4S. 111~......" • '-..yy, I lO, pis. 227. 11. &enan. 1917, pigs. 228, 2..'>9. lIS Ibid., 22J. 224; Kopp, 1970, piS.

    223.

    .7

    ~.].



    __ o

    La ciudad de las torres VOSOtras torres de Jullus. perdurable vergüenza de Londres. Alimentadas por seres impuros y asesinos de medianoche.

    Thomas Grey Tht aa,d (1 757)

    La soluaón !M5 sencilla son los piSOS. Si 101 gente tiene que vivir en grandes ciudades deben apmld~ a vivir uno endm.1 de Otro. Puo iII los trabajadores del nOfte no les gusa; Incluso cuando habW\ de pisos les llaman con desprecio ..h,¡bitill· dones•. ~i todo ti mundo le diri que quiere Dunle.vy, 1981, pig. 170. M E5her, 1981, pq. 129. ... Jrphcott, 1971, plg. 140. • E5her, 1981, pi¡. 4S. fl 1Qvm, 1980, pi¡. 89. n Eshet, 1981. páp. 129, 130. ft Cro55nwI, 1975, pi¡.].41. .. ArmJtron¡y~1973, pip. 74i179. ft Eshet, 1981, pi¡. 1].4. "ward. 1976, P'I- SI. " 1bId., pq. S4. • Jqlhcott, 1971, pi¡. 131. " Antbony, 1966, P'I- 286. "' Greer y tunsen, 1941,3,4,6,81M Sau....ll')', 1964, páp. 784 " 787; Lowe, 1967, pip. 31, 32; MoUenkopf, 1983, pq. 78; ~ 1985, p6p. llO, 100. .. flWdrrwt, 1968, pip. 104" 109. "' Meehiin, 1977, páp. IS, 16, 19. 100 1980, páp. S4, S9, 621M 1980, pi¡. 67. .. Abrams. 19M, pip. 74, 118; lleII.eush Y Hwsmedtt, 1967, P4 12; AmoId. 1973, P'I- 36; Fdeden YKiipliin.. 1975, pq. 23; IGmIeWs.kL 1984, pip. 210, 211. .. Al:Jn.ms" 1%S, P4 S2; lGenIewskI,l9&4, pipo 210, 211. ,. MoOenkopf, 1978, pip.13S, 136; WeIss, 1980, pipo 68, 69; Kleniewskl. 1984, pip. 212, 213. l . Molknkopf, 1978, pis, 134; Hlrtffiiln, 1984, pig. 18. 110 Mollenkopf, 1983, pig. S. 1Il Fillruleln y f,hUltln.. 19Mb, plg. 2SS. lI~ Caro, 1974, pigs. 9,10. 'u Lowe, 1967, pil. 48; Ciiro, 1974, plg.

    wew. wew.

    ,.

    Caro, 1974, ptgs. S2 a SS, 70, 71, 85. IIJ lbid., páp. 427 .431. u, ¡bid.. plg. 740.

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    no proveeda del hecho de que el propfeWio iICtu.aba a liII vez como contratLsta80. Es por esb razón por liII que estaba convmddo de que el gOOiahO ¡» dría ser útl.1 ayudando ~ kas pequeOos contr.lüsW Y ~ las cooperativas a obtener materiales y servidos esped1lbados'l. nmbi&l en esuKiaI el papel del. gobitmo para conseguir soIues Jo mis cera posible de los lugues de tr.INjo, propordOn.U lnfne:structutas avanudas y Ieg~llzar kas uentamlentos en el fflOIlleI1to m que empezara ~ ink:1use liII coIon1zad6nl1. Antes de que.se termJnuan tu vtviendas, Thmer y su grupo.se dieron cuenta de que.seguiIb fW>Iendo problemas, de modo que trataron de resolver Jos que pu_ dieron durante la construedón. IJ elevado número de asentamientos que.se estaI:wt llevando ~ abo en muchas chltbdes de Sotdam&ica -Wla estlrmd6n consIdefaba que, en el caso de Uma, las tra cuartas partes de los 6.000.000 millones de habi. tantes que la d~ tenIa en 1990 vtvf~ de esta manen, en contraposidón al5 por dento de 600.000 en 19~ queri~ decir que la gente deberi.J p.¡gat mucho dinero para trasladarse a sus trabajos y qu1Z1s par~ hacer llegar los servidos ~ sus casas; además también les afectanan las Njas densidades de población de estos nuevos barrioslJ. Por otJ~ parte este tipo de viVIenda requeri.a un derto mfnlmo de ingresos, que muchos -en 5udamtnca, y todavfa menos en Afrlca- no tenían14 . H~b¡a también que considerar que si ~ su alrededor .se estableda gente con un nivel de Ingresos todavía m.is balos, todos los esfuerws que .se hadan para mejorar .se verían hustradQsIS, Otro problema er~ que los propios habitantes podían ser objeto de la especuladón de terrenos, cosa que, por otro lado, podría beneficiarles puesto que el v~lor de sus casas.se elevaría; problem~ que últimamente ha preocupado a muchos expertos del Banco Mundial y de otras IrutltudonesM. Mientras, tanto la Investlgadón acadtm.ica como la experiencia prolesional han confirmado que las construeelOnes autónomas constituyen ..barrios de esperanza_, según una hase que Charles Stokes utilizó por primera vu en 196()11. Actualmente, dentos de estudios hechos en otros lugares nos hacen comprender que, en gener~I, sus conduslones son viUdas. frteden lo confinnó en dudad de México a mi.

    aUDADES DEL MAl'lANA

    tades de 19~; mientras que Romanos lo hizo en Atenas y Epsteln en las duda· des brastlenas". EJ celebrado estudio deJanlce Perlman 5ObR' las (tnIP/as de Río, Tht Myth o(Ma'flnallry (EJ mito de L1. marginalidad) (1976), demostraba que la visión ortodoxa estaba _completamente equlvocada_; los tabitmtes de w f~vdM y los que viven en las afueras de I~ dudad no tienen ni 1M KtINdes, ni ~ conduet.l que normaln"mlte se uocU ~ los grupos m~nlI' les. Desde el punto de vista 5OCi.IJ, estin bien organiZMIo5 Y ~ Y hattn uso de su medio wbano Yde $lIS lnstltueiooa Desck: d punto de visUl cultural, son muy optimistas, quieren dar wa boerY eduad6n ~ $lIS hitos Y esperan poder ~ toru sus asM ( ...) Desde el punto de visO. tron6miCO, trabajan dwo, COfUUmen su IMrte de los productos que otros producen (...) y construyen. PoUtiamente no son ni lpitiC05 ni radiales (...) Resumimdo. timen las lIli5tm5 MPindones que ~ bw¡ue5i.I, I~ peuaaanda de 105 pioneros, Y kl5 QIores de los patrlolas. Lo que no tienen $OfI los m«üo5 ~~ realiuf $\1$ il5piTadonesto.

    Ai\adja que sus conduslones estaban avaladas por muchos otros estudi0:5. En su oplnJón el mito penistiJ porque era útil: marltenía el status quo y lustificabl cualquier Kdón que el esüdo q\iliiera m.prender, Incluyendo el dmibo de faldas". De hecho, m los prlmnos anos de: 1970, I~ demoUdÓll de W10 de estos barrios de (avdsu situado dentro de la dudad de Río, trajo consigo muchos problemas puesto que la pte fue trasJadada ~ viviendas de la pntl"erta que no 5610 estaban lelos de sus lugares de trabalo sino que carKian de todo sentido de ~ munldad'l. Respaldada por estudios como este, la poIitlca de Thmer recibió en Jos anos 1980 la bmdldón que le falt~ba: el Banco Mundial la apoyÓ. Como ell de suponer, puesto que ahora se hab{~ convt'rtIdo en ortodoxa, empezó a desarrol.larse una escuela mtl Tumer. Afirmaba que las vivlmdas construidas por 10$ propios habi· tantes er~n, de hecho, más cam, y que el apattnte ahorro ell debido a la prktlca del ..hágalo usted mismo-; que todo esto era beneficioso paR los propietarios de tierras; y que los colonizadores debían pagar un precio muy alto para leg~lIur su situación". 5ugerian también que ~unque I~s conduslones a las que hablan llegado se podf~n aplicar a muchos lugares, no abarcaban todas las slluadones: por ejemplo, los bustm o barrtos balos de calcutar. (Irónicamente, en esta mbm~ época, la ciudad de calcuta había decidido emprender amplios programas de melora despuh de haber Intentado Inútilmente hacer des~parecer los busltes)u. Evidentemente, otros, utilizando el an:.'illsis marxista, argumentaban que las pero sonas que construlan sus propias casas no eran más que Instrumentos del capitalismo: .. Las recomendaciones de Thmer no son nada m:.'is que los Intentos tradl· clonales del capitalismo para paliar la escasez de viviendas de manera que no Interfiera con el fundonamiento efectivo de susintereses~"'. Tumer, lógicamente contrariado, siguiÓ manteniendo su punto de vista e In· sistló en que la vivienda podla ser Instrumento de cambio 5OCIal. Fuera como fue11, las encuestas de: Gllbert Y W~rd sobre los barrios de casas autoconstruldas en dudad de México demostraron que sus habitantes -estuvieran o no enganados por el sistema- se sentlan 5oItlsfKhos:

    lA CIUDAD DE lA DIFIcil EQUIDAD

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    10$ grupos ron Ingreos hijos se tan bmefldado ron esle proceso induso cuando han tenido 'que soport" periodos de prolongada lmquri empl« alrededor de un trt:s por dento de la población tr.ab.ajadon. las dudada h.anseguido aedmdo y, dur.ante el tuarto de s1gk> de gobierno comunlst.a. la distJ1Wd6n g10bal de la poblad6n ha cambiado pocoll). Sin eml»rgo, si se la compara con otros paises del terttr mundo, hay que reconOCfi que sus grandes dudada son ~at1­ vunente pequenas -25 tienen más de un mlll6n de habitantes y un.as sds mis de dos millones- y que el aedmlento de las dudades se ha mantenido en la mISma linea que el de 11. pobladOn ll4 • Dr: maner.a que, después de todo, algo se ha conseguido. Pero si esto representa el triunfo de la planlficad6n local y autOnoma organizada de aq,alo arriba, como muchos quieren creu, es otra cuestl6n. P.ara dar un veredicto habrla que tener mis InformadOn.

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    aOOAD DE LA OlFk:IL EQUIDAD

    vIeron que reconocer que muy pocas. lU Sin embargo, al cabo de unos mos, se comprobó que una serie de personas habí.an estado rdlexlonando sobre d tema. El más famoso fue Franlt Uoyd Wrighl, que como claro exponente de la dudad de la c.a.rretera estudiaremos en d capftulo novmo. Sin mtbMgo su Sroadamo Oty se~a mucho más que eso: Ib.a a ser un.a dudad hecha por sus h.abltantes que utillzanan componentes fabricados en m.as.J11':

    Dr: hecho muchas de las kIea.s de Wrtght: marqulsmo, no dependencl.a de la tt:cnoIogta, naturalWno, agmtsmo y d deseo de volver aJ campo, eran com~­ das, ya fuen corudentemmte O no, por la Asodadón para la planifkad6n regk> na1 de Am&ica.. Sin embarro tanto dios como muchos otros Iecritk:aroollL den tro del mundo del urban1smo nadie le hizo el menor aso. Por una de esw ~ que se suden du en la hJstOfi¡ del wbM1ismo, los que pusieron en priclica sus ideas fueron la casa Levitts, una empresa de constructores industrL11es, que, poco ~ pués de La 5Cgunda Guerra Mundial, tuvo la Idea de ooecer los dementos bbicos de ~ vtvk:nda en fonna de baratos componentes Industrtales estindar que d propietario podia ir a~endoa voluntad; hmlamnos con detllle de su éxito en el capitulo DOVmO. hro cwtosamente, en las escudas de arqultKtura y urbanbIDO de EstKlos Unidos, la idea de autocorutrucd6n pamanedO en letargo dunnte unos trf:inlJi anos hasta que reap.arKló en 8erltdey, en los textos de Outstopher A1eunder. A1exander que habl.a nacido en Viena, marchó a Gran BretaIa siendo todavfa muy nUio y recibiO un educad6n extremadamente edktlca en la Universidad de Cambridge; más tarde emigró a Estados Unidos. CasI desde el prtndplo InldO su propia odisea penonal en busca de lo que ~ llamaba cla calidad sin nombre.. de los edifidos, que, en una entrevista, describía como un edlfldo que es como unll 500rw en la clra de IIlgulen, y que time ese tipo de ca.Jid..td, que es as! y no la que decimos que es como sI fuera asf (...) m esos casos las ~ estin totalmmte ordenad..ts y permanecen m pu consigo mismas-n~ de la manerll como pre1endO$llmente solemos dmr que algo es beUo, sIno de esa manera Increfblemente simple y directa Y 11 mismo tiempo profund..t y miste-

    nosa ll'

    "

    Autonomfa en el primer mundo: de Wright a Alexander Todo esto tuvo muy poca Influenda entre los paises ricos. Cuando en 1968 se preguntÓ a un grupo de expertos en viviendas de Estados Unidos qué ¡«dones podlan sacarse de estas experlendas de construed6n Informal en d Terttl Mundo, tu-

    Buscando esa cualidad, en los anos 1960 liegO a la condusJOn de que podia de. terminarse objet:l.vamente. Pero entonces se dio CUenta de que los .arquitectos modernos renegaban de sus propias natwalezas, que su arquitectura .de papel.. esta. ba producida por su miedo a mostrar emoclOn. El vudadero corden orginlco., la

    CIUDADES DEl MAi'lANA

    lJ\ aUDAD DE LA DIFIcil EQUIDAD

    .cualldad sin nombre.., podía encontrarse en la arquitectura tradlctonal, como por ejemplo en la relación de edificios universitarios de Cambridge, o en una calle de un pueblo Inglés; peruaba que si los arquitectos realmente experimentaran esta cualidad no harían el tipo de edificios que estaban haciendo l20 , Parece que identificaba esas mismas cualidades que Morrls y más tarde Unwln y Geddes habían buscado, aunque no lo expresó de la misma manera: era la misma cualidad que las mejores viviendas de Unwln y Parker en New Earswtck o en letchworth poseían. Sin embargo, hada 1972, se dl6 cuenta de que .no tenía sen· tido jugar con las ordenanzas de wnlficacl6n puesto que las nonnas de estas ordenanzas -que son las que controlan el proceso- están a su vez producidas por el mismo proceso que organiza la zonlficaclón~l2l. DijO que eran los grupos de personas los que podrían cambiar su entorno, ayudados en parte por el gobierno: .ellndlviduo no sólo va a hacerse cargo de sus propias necesidades, sino a res· ponsablllzarse de las necesidades del grupo más extenso al que él también pertenece~IU. En su proyecto.la gente reconstruye 8erkeley~, Intentó desarroUar la Idea de barrios mantenidos y gestionados por los propios veclnos l2J • No llegó a fundonar puesto que, de alguna manera, esta propuesta se convirtió en urbanismo tradicional. Desilusionado, llegó a la conclusión de que .para que las cosas sean bellas y permanezcan vivas, es necesario que la gente como yo se Involucre directamente en la construcción y deje de manipular con los papeles~l~. Esta Idea le hizo sentirse mejor y en el proyecto de autoconstrucdón de Mexicall, ayudó a los mejicanos a crear su propio barrio. El resultado es un conjunto de edificios poco usuales • un poco menos atrevidos de lo que yo hubiera deseado~, que parecen ser del agrado de la gente que los construyó 1ll• En los anos 1970, Berkeley no era el único silla donde la gente volvia a hablar de ayuda mutua y de partlclpaclón comunitaria, pero debido a la presencia de Alexander fue quizás el mis Importante. En Inglaterra, Ralph Ersklne, ar, qultecto de naclonalidad británica que trabajó durante muchos anos en Suecia, volvió a Tyneside para hacer el notable Byker Wall. se trataba de un proyecto de reconstrucción que se convlrlló en uno de los pocos casos en los que el diseno se hizo a partir del diilogo continuo con los residentes. Los recelos iniciales desaparecieron.•Al final, la cantidad y calidad de la actividad soctal en Byker fue un éxlto~l26. Fue una de las más extraordinarias estructuras jamás creadas, sobre todo si tenemos en cuenta que eran viviendas del sector público.•Vista desde el lado umbrio la muralla es alta, austera y abstracta. A lo largo de una milla y media.se dobla, se eleva, cae, se proyecta y retrocede. Mientras que su lado soleado, que es más bajo, tiene la cualidad Intrincada, desordenada, provisional e Intensamente humana de un barrio de Hong Kong_m. Está habitado prlnclpalmente por genle mayor, que con admiración, dicen que les recuerda la Costa Bravau,. Les gusta; aunque no lo construyeran ellos: Byker tiene algo, incluso resulta caprichoso. Mientras, en 1969, apareda un manifiesto iconoclasta en las páginas del N~ Socitty, revista semanal británica dedicada a las ciencias sociales. Escrito

    conjuntamente por Reyner Banham, Paul Parker, Peter Hall y Cedrtc Price, afir•\ maba que

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    se ha mal entendido el concepto de urbanismo (por lo menos ~ referido a la duo dad y el campo) (...) Parece como si todo tuviera que estar controlado; no se puede admitir que algo sencillamente -suceda.. No se permite que una casa sea normal y corriente de la manera en que las cosas son nonnales y corrientes; todos los proyectos deben ser sopesados, planificados y aprobados, sólo después de todo esto puede construirse, para darse cuenta entonces de que, a pesar ~ todo, es normal y corrlentel~. Era por ello que el grupo proponía un experimento concreto y cuidadosamente conuo!ado de no p!anlf\Qdón (...) elegir unas zonas en el campo que estén sometidas a una serie de llmitadones, y utilizarlas como áreas de experimentación de no planificación. En el peor de los casos sabremos qué quiere la gente; y en el mejor habremos descubierto el estilo, ahora escondido, de la Inglaterra de mediados del 51glo }(Xuo.

    ,

    El artículo proponia tres zonas: Sherwood Forest en Nottlnghamshlre, la franJa reservada para la autopista M 11 de Londres a cambridge, que todavía no se había hecho, y el área de Solent en la costa del sur. El articulo terminaba de manera desafiante: .excepto los pocos lugares que deseamos preservar como museos vivientes, los planificadores físicos no tienen ningún derecho a Imponer sus puntos de vista sobre los de nadie. SI el experimento de no planificación funciona bien, se debe permitir que la gente construya como quieraalJl. Evidentemente, el artículo no recibió comentarlos; se tardaron otros diez anos para que dentro de la A50ciaclón para la planificación del campo y la ciudad saliera un grupo, esta vez dirigido por Colln Ward y David Lock, que volviera a las Ideas de Howar~ y propu5lera una tercera ciudad jardin, que deberla ser planificada, yen parte construida, por la gente que deberla Ir a vivir allí. Después de largas negociaciones con la nueva ciudad de Mllton Keynes, el plan se abandonó pero resurgió de nuevo en la comunidad de Ughtmoor dentro de la nueva ciudad de Teiford, que se empezó a edificar en 1984 111. En los Estados Unidos, también hubo un movimiento paralelo. De hecho se puede decir que fue jane jacobs quien lo Inició en 1961 con sw críticas tanto a los corbusianos como a los planificadores de la ciudad lardin, y con sus llamadas en favor de las altas densidades de población y del uso mixto del suelo de la ciudad tradicional no planlficada il3. En 1970 Richard Sennet participó en el debate ron su libro U5tS of Disordtr (Usos del desorden), donde contrastaba .eI modo de vida en el que las instituciones habían encerrado a la gente como si fueran adolescentes Incluso cuando fislcamente ya eran adultos_ con .la posibilidad de que la abundancia y las estructuras de una ciudad densa y desorganizada ayudaran a las personas a volverse más comprensivas las unas con las otras a medida que Iban creclendo_. Consideraba que esto .no es una utopía Ideal; es una manera de disponer mejor de los materiales sociales puesto que organizados de la manera romo

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    CIUDADES DEL MAÑANA

    l-' OUDAD DE l-' DIFicIL EQUIDAD

    están hoy, ahogan a la gente_ 1M • lmaginando la vida de una chica en esa dudad, pensam que muy bien podria ocurrir que

    e ¡nidativa local posiblel«l. Sin emmrgo, cuando en 1966 esta legtsladón fue aprobada por el Congreso, la administración de Johnson Y.l había aprendido al· gunas amargas lecciones en sus primeras experiendas de _GU6T.I a I,¡ pobrua.. En esta Ley de 1964 sobre oportunidades económicas, se encontum la famosa, Y pronto desafortunada, provisJón de que los diversos program.as fuenn administrados por consejos de acción comunitaria _con la mWma partldpactÓfl posible de las penanas residentes en la zona y de los miembros que Iban a ser ayuda. dos-. Esta frase, que pronto signJ1k6 ..con la m.ixlma lncomprensl6o posib&e-, fue sinónimo de conflicto tanto enlte los activiStas loaIes como en k>s ayuntamlen· tos. Sin embargo el proyecto de _dudades modelo. lo evitó a.I ~ que los con· sejos de desarrollo comunituio estuvienn fuertmlen.te controlados por los ayun° tamientos. La ldeJ originaL presmtada por Leonard Duhl Y Antonla Chayes en el apén. dice dd lnforme sobre I,¡ TlUl FMe de Johnson de 1964, proponía sólo tres ~ yectos como _muestra_o ~o dUfillOte el proceso que el proyecto siguió en el Congreso, el número se ekvó y k>s tres POi«:t05 se convirtitton primero en 66 y luego en ISO, de manen que cada ver: tWU menos dinero pan am WlO de dJosltl_ A pesar del. control, k)s conflictos se gener2llzaban a medida que las subvendones de Washington iban llegando. Los ayuntamlentos no aceptaron que tuvieran que compartir su poder con k)s activistas de w com~ o, como ocurrió en ajgtUYS dudades, que no se las tuviera en cuenta l41. Us directrices de Washington eran ingenuas y un tanto obscuras, estamn esa!Wen un 1engua.je .. mis apropiado para ser utilizado en clase que en la sala de junW de losayunlalJlkntos o en una reunión devednos-l&J. Resultó muy dJfidl que las divcrsaJ autoridades federales se coordlnum, en pane porque no les gus.. Uba el nuevo departamento de De:sarroUo urbano y de I,¡ vivienda yen parte porque no querían coordinarse. Us negocilldones con Washington fueron tan compUcadas que uno de los miembros de una de las comWone5 se ob5esionó con la kie.a de que se reencarnarfa de nuevo con el mismo cargot+4. Los Interminables procesos federales de revls.lÓfl, junto con los d6aCUel'das locales, hlcteron que las duo dades no Uegaran a gastar el dlnl!fO que se les habia destlnado lts. Y como los peLIgros de revueltas disminuyeron, el programA perdió parte de su urgencia polltka y deló de tener consenso nadonal e Incluso locaJl6t; Nlxon trató de suprimirlo en 1968 pero se mantuvo por los peloslt,. Evaluándolo diez anos después, Charles Haar, conslderam que no habla conseguido realizar ..sus ambiciosas promesas"I", Haar pensaba que lo Irónico habia sido que, tratando de obtener la partldpación locaJ, se habia conseguido _un mayor dominio de los técnlcos_: el proceso In· dula toda la lerga de los urbanistas .. -secuencial, racional, coordinadón, innova· clón, finalidades y obletivos, y el _proyecto empezó a parecerse más a la reestructuración de un currlculum de urbanismo que a un rnbajo para dirigir las acctones ctudadanas_ 10t9, Fue pues un raUo de planlflcadón tradldonal, mb que el wto de un nuevo rnModo de uabalo: una centrallzaci6n 6tremada perdida por los vericuetos de la p4Irtlctpadón de la comunidad loca\. Pero, a lo mejor, era esto lo que siempre se habla buscado.

    viva, qulzis, en una plUl de la dudad, ron resta.uranles y Iiendu que a su ~z es-tln mezclados con las vivlendu de los ~ Cuando sale a jugar con los otros nlnos, no Q.II Jardines limpios y desiertos; estj en medio de la gente que trabala. rompo. o que estl en el veetndario por ruones que no tienen que ~ nada con eUa. Sus padres, tambi&t, se sienten unidos a sus vmnos por motivos que no es-l1n centrados d1rec:umenle en ella o en los otros nitlos de I,¡ zona. Hay reuniones de vedno5 siempre que surp: un problema, como poi" ejemplo un bar ruidoso al que hay que lCivertlr o cenar (..•) sus padIu ckdk2n una parte de su tiempo a saber quibl JOD sus wdnos o truar de Ya" qut soluciones se dan a los probI~ que van surglendo l - .

    Coodw afirmando que la paradoja. consistia en que -al prescindir dd control preplanllkado de La dudad, I,¡ gente tenia mayor dominio de la s1tuxión Y posela un conOCinUento más ampUo de sus vectnos. u ,.

    La Gran

    gu~

    room La

    ~vadón

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    Tanto Jacobs como Sennett no deJaban de ser mis que portavoces del. desencanto g-enera.l ante los resul~ del u~nlsmo dirigido desde ar:rlm en las ciudades; norteamericanas y que mochos vieron s1mboliudo en la demolición, que se ~ y«tó en directo, de Pnrlll-igoe en St Louts. tetrul que ya hemos explicado en e! ca· pitulo séptimo. Evidentemente este desenanto no les llevó a considerar la posI' b1Udad de m:onstruir sus dudada de manera primitiYoll, sino que se tradulo en el deseo de que las diversas comunidades pudieran expresar su opinión .111 construir -y sobre todo a.I rmovar- sus mrrios; una demanda que, a partir de 1964, se vio reflejada en el replanteamiento de la poIltica de renovadón urbana estadounl· .. dense y, entre finales de los anos 1960 y principios de los 1970, se matertalizó en la serie de ~Icas batallas en tomo a diversos proyectos de reconstruedón urbana en Jos centros históricos de las ciudades europeas. En 1964, mientras e! presidente Johruon estaba haciendo su campana para la reelección, las afIJcas sobre I,¡ renovad6n urbana hablan alcanzado sus niveles más altos (capitulo stptimo). Durante aquel verano hubo mrueltas en los ghettos negros de una serie de ctudades y ello hizo que e! presidente se diera cuenta de que era polltlcamente necesario que la gente viera que se estaban tomando medidas con rapldez l". El programa de ..Ciudades modelo~, pieza clave en la polltlca urbana de Johoson fue la rtspuesta. Resolverla el problema de los barrios poOrts; Incremen· tarla, en lugar de reducir, el número de viviendas baratas; ayudaria a los pobres y lo haria melorando todo el barrlo ll9 • y todo ello se haria con un nuevo método: se canalizaria la rabia y la energla de los pobres en tareas constructivas, Involucrando a las comunidades locales en el proceso de cambio. En cada una de las áreas elegidas habrla un Conselo de desarrollo comunitario que tratarla de conseguir la mayor partldpadón ciudadana

    CIUDADES DEL MAt'lANA

    No es difídJ comprender que muchos prefirieran a los profesionales que actuando con humildad, se convirtieron en meros agentes de la voluntad de sus dientes. Este fue el espíritu con que se hizo el primer trabajo de dlseí'lo comunitario del que se tiene constancia. En 1963 se organizó el Comité de renovación arquitectónica del barrio de Harlem en Nueva York, para combatir una autopista propuesta por Robert Moses. También era el espíritu con el que trabajaban los abogados que colaboraron con el movimiento de planificación de aquella época. Ambos reaccionaron en contra de la tradici6n urbanística que iba de arriba abajo, basada en estrechos criterios técnicos, y que se reflej6 en los proyectos de autopistas y renovaciones uro banas de la época. Estos grupos Invariablemente actuaban en contra de estos pianes: el proyecto de renovadón de Cooper Square en la dudad de Nueva York, el de Yerba Buena en San Francisco, por ejemplo, fueron campos de batalla clásicos en los que profesionales jóvenes e Idealistas colaboraron con las comunidades locales. Pero el resultado fue muchas veces un fracaso: la gente era Incoherente y, aunque los profesloneales se hlderon cargo del tema, en realidad nadie sabía cómo había que llevar las cosas y pocas cosas se consiguieron ISO. Fue asl como a lo largo de los anos 1970, los planteamientos del movimiento urbanístloo comunitario variaron. Los profesionales se endurecieron convirtiéndose en empresarios preocupados por un proyecto e Interesados en tennlnarlo. También deseaban ganarse un sueldo; se dedicaron a trabajar para comunidades y pequenas empresas que necesitaban de sus conocimientos arquitectónicoS y que -subvendonados con dinero federal o estatal- podían pagar por sus servidos. Sin embargo, el estilo era diferente de todo lo que se había conoddo hasta entonces: se insislió en las necesidades del diente mis que en la naturaleza del producto, y, para satisfacerlas, se usaron gran variedad de métodos. Los resultados que se obtuvieron fueron mejores y, a la vez, se consiguió que tanto el cliente como el profesional se sintieran más satisfechos lS1 . Mientras, quizás por reacci6n, los programas de renovación urbana fueron caro·· blando progresivamente: abandonaron el método del .bulldozer» y adoptaron el de la rehabilitación y las demolldones puntuales y a pequena escala. SI el proyecto del West End de Boston (capítulo séptimo) había slgnlficado el derribo y el cambio radical de residentes de rentas balas por el de medías y altas, el proyecto posterior del Downtown Waterfront implicó tan sólo la demolidón del 24 por dento de la zona y aument6 el número de viviendas -aunque la mayoria se convirtieron en apartamentos de lulo lSl . Los mM dnlcos pueden decir que los constructores han llegado a la conclusl6n de que renovar los cascos urbanos da mM benefidos y de que las rehabl1ltaciones 50n más baratas. Pero esto no acaba de ser justo: entre 1964 y 1970 el número de viviendas renovadas a escaJa nadonal creci6 con rapidez lSJ . También aumentaron las rehabilitaciones, y en algunos casos mucho: del 22 al 68 por dento en Filadelfia, del 34 al 50 en Minneapolls y del 15 al 24 en BaltimorelH . Estos datos, sin embargo, no nos dicen quién las hLw. Mientras en algunas ciudades fueron los residentes locales, con o sin auyda de la admlnlstradón, en otras fueron los dudadanos con Ingresos mM altos, j6venes urbanos profesionales, que, en la mayoria de los casos, no venían de los barrios residenciales de los alrededo-



    LA aUDAD DE LA DIFIcIL EQUIDAD

    res sino de otros lugares de la propia dudad us . 5egún un estudio del Departamento de desarrollo !,Irbano y de la vivienda, las personas que quedaron desplazadas fueron los andanos, las minorías, los rentistas y los trabajadoresl.M. En muchos casos la rehabllltadón Inldó un proceso de aburguesamiento de la zona: la .dificll equidad. -el término que Baltimore utilizaba para describir su programa de _propiedad de hogares y tiendas_, según el rual prkticamente se regalaban los lugares abandonados y deteriorados a las personas que Iban a renovarlos- muestra que, como otras formas de equidad, es algo que se acumula en las cajas de ahorros de las dases medias. Pocos de estos nuevos vecinos aburguesados se quejaron de problemas de pérdida de Identidad o por sentirse desplazados; puede que, al devolver la dudad abandonada a los enérgicos .yupples., se estuviera consiguiendo una soludón óptima a lo Pareto: nadie pierde y todos ganan. Y, curiosamente, esta gente se parecia a los que trataban de mejorar las {ave/fU de Río y las barriadas de Ilma.

    La guerra llega

    a Europa

    Mientras, durante esta misma época, en las capitales europeas apareci6 un nuevo y curioso fen6meno: los activistas de las comunidades locales empezaron a presentar batalla a sus propios ayuntamientos para evitar la renovadÓn a gran escala de sus centros hlst6ricos. Lo nuevo de estos conflictos era que se enfrentaban al método del ..bulldozer-. Hasta finales de los anos 1960, la filosofía, compartida por el planificador y por los planlftcados, había sido que las renovaciones totales de grandes áreas eran buenas; hadan desaparecer los viejos y anticuados edlfidos, facilitaban el tráfico y, sobre todo, pennítían separar las zonas peatonales de las de tránsito rodado. Una de las batallas más largas y conocidas fue la relacionada con la remodelaci6n de P1cadllly Clrcus en Londres, que empezó precisamente porque los críticos ptrlJan un replanteamiento global. Irónicamente después de trece anos de dudas, la maqulnaría urbanfstlca de la dudad volvi6 al punto de partida e Inici61a reconstrucción por etapa sU1. Paralelalmente a este proceso, se libraba una batalla todavía más dura a poco más de una milla de alll. Desde el siglo XVII, el Coven Garden había sido el mero cado de frutas y verduras de Londres y, a la vez, uno de sus centros teatrales; pero, como en otras dudades, se había quedado obsoleto, de modo que, en 1962 se organizó un ConsejO para el nuevo merado de caven Garden oon la finalidad de trasladarlo a otro sitio, cosa que se hLw en 1974. A partir de 1965, un consorcio de autoridades locales empezó a trabalar en un proyecto de reconstrucd6n para la zona del mercado y de una extensa área a su alrededor que ocuparía no menos de 96 acres e Incluiría 3.300 residentes y 1.700 empresas, la mayoría de ellas pequel'las. El proyecto, ruyo Ix>rrador sall6 a la luz en 1968 y se terminó en 1971, proponía una comblnad6n de conservad6n, en especial del núcleo del centro hist6r1co que se hallabaalrededor del mercado, y un amplio programa de reconstrucción en los extremos -que debla servir para obtener el dinero para pagar la realizadón del proyecto y, al mismo tiempo, para fadlitar el triflco u ,.

    ".

    CIUDADES DEL MAFlANA

    U CIUDAD DE. U. DIFÍCIL EQUIDAD

    Pero Brtan Amon el responsable del equipo, que era un homb~ de tendeclas radlcal~ procedente de Merseyslde. tenía problemas de condenda. Cuando se hiZo 1.1 uposld6n del proyecto en 1968, fueron iI verlo 3.500 penonas pero sólo 350 hicnon comentarlos criticos; de ellas, :sólo 18 eran residentes y sólo 14 esta· ban en coom del plan propuesto. Amon llegó iI la condusión de que 105 verda· deroS bendidartos e interesados en el plan eran los promotores. Dio a conoar sus dudu iI los lideres de la comunlcbd 10ClI1 y al Consejo del Gran Londres. que eran quienes le: h,¡blan contn~. que lo despidieron. F.n ~05 de los medios de di· fusión su upuJsi6n se convirtió en una caust úllbrru ,. En la sesión pública que se cdd>ró al 1971, todos se puslUon en contra del proyecto: la AsocIación de la comunidad de Covm Garden. la Soci«bd pUl la protecdón de edJ.ftdos antiguos, la A50cUdón ~ la SocIedad Victoriana, la Asocbd6o Ovk:a; 8rian An500 se convtrti6 en el tesdgo eslew- de los dtvmos grupos lnt~ ~tro de la comurucbd l60. • l.ondres liene ahora su propU ftISión de La Gente por el ¡»!que de Berkeley (...) un campo de b¡¡Ulb. K'CeIble a los e$tudiantes de la Asociación de Arqultectun Y a los de la Facultad de Emnornla, a los 'Ibopdos dedicados a lemas wbanist:kos' y a un nmdo surtido de acdv1st2S procedmtes de todos litios. I " . El ruido que túderon fue tan grande que, a pesar de que el inspeCtor que dirI&i6 el proceso se puso.J f.Jvor del proyecto, d mlnlstro hizo tantos cambios que de hecho qued6lnvalld.Jdo l.Z. En 1976, despub de ' grandes t~ m~ 1.J comunid.Jd loa1 y el coml~ organizado por d Consejo del Gnn Londres, se pre:Kllt6 una vttSl6n renovada del. p1.Jn que c:oncedf.a, muchos de los puntos Wgldos por La comunld.Jd, pero.J ~ de todo lo slguJeron attlando l6J . RdlukHlando sobre dio, OOserv.JIt:lDOS dos.1Spt:'Ctos distintos. EJ prtmao, dJ· cho m 1.13; p.1l.Jbm del attlado mpons.Jble del proyecto oflcW., t:riI que m d ano 1968, IJI -n.Jd6n sufrió una crisis nt:fVi~. En esa tpcx:.J tQd.J Gran 8rml\.a est.Jba ocupada m prest:rY1l' .J1go. En los aftos 1960, se h.Jbi. comldtndo que d cambio en bueno porque mejoraba IJI dud.Jd, propocdonaba nut:YO$ servidos•• btb espKIos, cre.Jba viviendas. que enn las rosu que l. gente qum. y, .Jdemb, se obtenian bt:nt:fIdos con los que papr I.s obru. Pero asl de golpe esto se pcrdb'6 como negativo. Se pasó de l. construed6n Indl.scrlmlnaresent6 un hito en el cambio de Ktitud ante el tema de LiII renovillcl6n urbana. los Ktivistas de las comunidades se dieron cuenta de que podian enfrentarse a la política del .bulldozer. y ganula.

    2"



    La arquitectura comunitaria llega a la Gran Btetana En ningún otro sitio fue más evidente que en la Gran Bretana, donde, desde el prln-

    dplo, hubo un nuevo mtlodo de aproximación a la arquitectura comunitaria. En 1971, Rod Haekney, un joven arquitecto con poco dinero que estaba escribiendo su tesis doctoral en la Universidad de Manehester, pag6 1.QOClllbras por una easa situada en el número 222 de Blaek Road en una pequena dudad industrial al sur • de Manchesler. LiII casa era pequena y babia sido construida hacía 15S afies, de modo que carecía de las comodidades bislcas. Cuando pidió una subvención para arreglarla, se encontró con la desagradable sorprua de que tanto la suya como las de

    CIUDADES Dfl. MAflANA

    LA CIUDAD D[ LA DIFIcIL EQUIDAD

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    otros tresdmtos vecinos estaban Induidas m un plan de demolid6n. Los organlro y, en 1973, conslgul6 que las autoridades cambiaran de opinión: 34 de las casas entradan m un proyecto de mejora general del. area, lo cual slgnificabil que sus JlfOPletariOS rtdbirian subvendonei para mejOrarlas.. Hadcney, que habla adquirido expmmcl.a cuando trabajó proyectando casas para los colonos lIeg.ales de Trípoli, commt6 mas tarde que habian conseguido muy buenos resultados m1pleJ.ndo una tercera parte del. tiempo y del dinero que hubieran sido necesMios sllas casas se hubieran dmibado y hubienn sido construidas de nuevo. En 1975, rtdt»ó el pmniO de [)bet,o de VMendas que concedía el Departamento de Medio Ambientew:l. Este sólo era el comienzo. Desde su oficina de 814ldt Road, Hacknqr pronto se encontró dirlJiendo proyectos simllues en divusos lugares del JWs.. De hecho, b Ley de b viviend,,¡ de 1974 que subvmdonaba las rdlabilltadones estuvo influida por su trabajo. A prtndplosde 1980 tenia treinta penonas bajO sus 6rdenes que trabaj.abm en ocho oOdnas diferentes. Hackrlqr tenia su propio punto de vista SI> bre el movimiento arquitectónico comunJtarIo: Arquitectura comunltaIU qul~ decir toUr de entender las necesidades de las pequetW r o m ~ de residentes. trabaJu con ellos siguiendo sus iJutrucdones yopirúOneS, pan poder ¡nsentar su caso alas institudoncs que van a dar la subwnd6n o que van a aprobar o dencpf)os permisos (•..) Los arquitectos lo hkimos nW en los anos 1960. lA arquitectura comunitaria nos ayudad a recupenr b Intqrkbd de nucsm profe:si6n y a squiI el camino ~ no sólo en este momento sino tamblm en los próximos aIio5 IN..

    Era un buen tema. A los medios de comuniadón les gustaba porque les petmltía contar historias del tJpo David contra Goliat y porque Hackney que se lfU.. ladaba de una obra a otra, prtmero en un 5a.ab y mis liIIde en un Range Rover equipado con telMono, en un momento en que nadie lo tenila, era un.¡ fuente inagotable de histortils sobre vecinos desesperados. Tambil:n gustaba a los jóvenes ar- ~ qultectos porque les pennlUa hacer un desplante a La aburrida 'arqultectura ofIc1.al al t1m1po que les ofreda interesantes posibilidades de trabajo. Ellos junto con sw c~tes protagonluron últos espectaculares. En UvetpOOI, que habla seguido una despLadad¡ polltJca de derribos y construcciones a lo largo de los anos 1950 y donde, en los anos 1980, 25.000 de Las nueVils viviendas, que representaban un tercio del total, se habian convertido en dlfidles de alquilar, un ayuntamlenlo liberal decidió fomentar este m~odo de trabajo. No sólo se suglrl6 que los Inquilinos partldparan en los proyectos sino que se les dl6 el control absoluto. Se les pennltló escoger a los arquitectos, el lugar, la disposld6n, la planta de los pisos, las alturas, el color de los ladrillos y el paisaJe que les rodeada; cuando se terminó la obra, se les entregó la gestión de la zona. Los arquitectos observaron que una de sus primeras preocupadones era que sus casas no se parecieran a las tlplcas viviendas hechas por los ayuntamientos. FJ presidente de una coope· ratlva, un albanll de 34 anos, sin trabajo, dijo; ~Las casas del ayuntamiento siempre son las peores. 50n aburridas, patéticas e inhumanas. Es como si alguien fuera a ver a un arqullecto y le dijera: 'Quiero 400 viviendas para dentro de un rato'.

    Fil· 8.2.. Ultltmoorm la n _ dud.-d de Tdfon1. 1..0$ V'Cdnos conVkrtm en rnüdad el JHO" ~ qur m:Ibl6 un pmTlk) de manos del pl'fndpt CarJos,. A la ~ Tony Gibsoo, el ]ohn TurntI" de

    l4f1tmoot.

    No están hechas ~ la ,mte». Se decidieron por La construcción de pequems casas de ladrillo, en tomo a patio, simples y de estilo casi fundona!. Los arquitectos aseguraron que el traba}O habla sido dlfkll pero uno de los mas satWaetorios en los que habían partidpado; los veclnO$ llamaron a su barrio Weller Coun, nombre del Ingeniero del ayuntamlmto que les habla creado más problemas lM. El movimiento slgul6 ganando adeptos. 5us miembros fundaron el Grupo de arquitectura comunitaria dentro del Reallnslltuto de arquitectos británicos, lnldándose a partir de entonces una dura lucha con la presldenda. En mayo de 1984, en el discutso que hizo el prfndpe Carlos en el palado de Hampton Court para con· memorar el 150 aniversario del ReaJlnstltuto, dejó boquiabiertos a los miembros de la Junta directiva al criticar duramente la poca calidad de los proyectos arquitectónicos. OlJo, por ejemplo, que la propuesta para la ampliad6n de la Natlonal Gallery era como un Inmenso forúnculo en la cara de un amigo y, mendonando • a Hackney, proclam6 que la respuesta estaba en la arquitectura comunitaria. FJ cuerpo de arquitectos se ofmdló profundamente. 51n embargo, dos; aftas y medio despub, Hadnqr, que en aquel momento dlrtgfa una empresa que produda 4 ml-

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    CIUDAOfS Dn. MAliIANA

    lA aunAn DE Ur. DIFIcIL EQUJDAD

    lIones de libras al ano y contaba con veinte oficinas regionales y 200 empleados, vendó al candidato ofidal y fue elegido presidente del Real Instituto de arquitectos británicos: la arquitectura comunitaria había nacido oficialmente. se convertiria, dijo enlonces con confianza, .en la arquitectura política de la era postindustrlal_. En junio de 1987, Hackney, flamante presidente, compartió el estrado Instalado en el Real Instituto de arquitectos británicos con el príncipe carlos, que entreg6 los premios a las mejores realizadones de arquitectura comunitaria. El primer premio fue para la AsocIad6n de Planlficadón de ciudades y campo de Ughtmoor por su proyecto para la nueva dudad de Telford. En su discurso el príncipe Induyó una de sus memorables frases, tan del agrado de los medios de comunlcadón. Habló sobre la necesidad de vencer a ..los espaguetis a la bolot'iesa de la dnta TOja-que es como en Inglaterra llaman a la burocrada- que dificultaban los esfueTzos de la gente normal y corriente que quería crear su propio espado vital. A medida que los programas de televisión Iban Infonnando sobre las diversas batallas entre las comunidades y las burocradas, parecía que Howard, Geddes, fumeT y toda la tradldón wbanlstlca anarquista habian conseguido por fin la respetabllldad. Fueron muy pocos los que se dieron cuenta de la ITonia: el apoyo les habia llegado gracias a un gobierno de derechas, que, como en el caso de Uverpool, hacia causa común con los anarquistas contra la burocracia socialista. Aquel otono, la setl.ora Thatcher desveló la clave de su revolución continua de derechas: después de haber vendido un millón de viviendas públicas a sw Inquilinos, el gobierno había decidido convertir el resto en cooperativas, Intentando de esta manera que desaparecieTa la burocracia. Geddes, ese discfpulo de Bakunln y Kropotkln, que durante tanto tiempo había luchado en contra de su presencia en las colonias, hubiera agradecido este extrat'io giro de la historia.

    I

    • Notas al capítulo 8 'Jacbon, F.,1985, págs. 13, 14, 17; Creese, 1966, 169a 173. Z Jackson, F., 1985, págs. 102, 103. 1 floardman, 1978, pág. 87. • Ibid., pág. 86. J ¡bid., págs. 86, 87. • Ma.iret, 1957, pág. 52. 1 dt.llo.lIrdman, 1978, pis. 89. • dt.leId., pág. 146. , Ibid. 10 Ibld., págs. 146, 147. 11 lbld., págs. 164 a 166, 232, 233. IZ Ibld., pág. 253. 1) lbld., pág. 254.

    ,. Malret, 1957, P4- 180; Boardman, 1978, págs. 264, 265. 15 Tywhltl, 1947, págo¡. 102, 103; ~des, 1965a, VI_VII: Geddes, 1965b, plUslm: Meller, 1981, págs. 60 a 65. "Malret, 1957, pág. 161. 11 Harrison, 1980, págs.I7l, 173. 11 King. 198Ob, pág. 215. " Geddes, 1917c, pág. 3. iIIl ~es, 1917b, pág. 17. ZI ~es, 1917c, ¡»:go¡. 37, 38. :ti ~es, 1918,1. pág. 73rs !bid., l. pág. 76. Z4 Geddes, 1965a, pigs. 6, 7.

    :u ~des, 1917c, ~g. 41. u Ibld., págs. 34, n. ZI ~des. 1918. J. ~g. 61. 21 Geddes, 19653. ~g. 15. :f 1yrwhilt, 1947, ~g. 41. 1II lbld., págs. 44, 45. l' Ibid., pág. 45. II Geddes. 1918.1. ~g. 40. l ) Ibld., 1. ~g. 64. l4 !bid., l. pág. 70. u Ibld. '" Ibld .. n. pág. 104. 11 Ibid., 11. ~gs. 187, 190. " Ibid., 11. ~g. 187. )lO ~des, 1965a, pág. 51. .. Hussey. 1953, pág. 336. o, Bogle, 1929, ~gs. 24, 27, 60. u Hardy y Ward., 1984, JlflSSim. 4l Ibld., ~g. 201. .. !bid., pág. 204. ti Hardy y Ward, 1984, págs. 211 a 230. '" De Cario, 1948, pág. 2. ., Ibid. .. Ibid. .. !bid. JO Turllfi, 1972a, pág. 122. J'lbld.pág.I24. 11 lbld. l ) Tumer, 1965, pág. 152. w Ward, 1976, pág. 89. SJ Lerner, 1967, págs. 24, 25. H U'Wis, 1961, XXIV. J1 Lewls, 1952, págs. 39 a 4lo H Lewls, 1966, pág. 19. " !bid., pág. 21. ..:l Lewls, 1967, págs. 592 a 594. 61 Abrams, 1964, págs. 22, 172. p Ward, 1976, pág. 89. "Tumer, 1965, pág. 152. .. lbid. " Ibld. .. Turner, 1968a, pág. 357. .. Tumer, 1972b, págs. 151, 152, 165. .. Tumer, 1968a, pág. 360. "'" Mangln y Turner, 1969, págs. 133, 134. 70 Turner, 1970, pág. 2. 11 ¡bid. pig. 8, 9. n Tumer, 1972b, pág. 149. n Tumer, 1969, pág. 51 1. 14 Tuoner, 1971, pág. 72.

    283

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    SJ.

    La ciudad en la autopista

    tWI, 1979, pip. 1941202.. In Ibld., pi,S. 204.206; lerl, 1979, pip. 162, 163. m ChrIstmsen, 1979, pq;. 101. ." Hall, 1979, pip. 21S, 220. 'N Westman, 1967, ~I' 421. ll'7 tWI, 1979, pip. 217, 220, 223. U" !bid.. pi'o 223. ," Paris, 19791, p6&. 12. 1. . PlItis, 19791, pil. 12; Puls, 197911, p6&. 7, 8. lal Dtwys. 19711, pi¡. 9. ... Paris, 1978, pi¡s. 4 I 9; rarts, 19791, pi&. 13; PlItis, 1979b, P'3s- 7a 17. w KneYttt..197S, 1977. ... dl. W;!trs, 1982a. pie. 43. 1M Wates. pi&. 1982, pi¡. S2.

    1P2

    Las Vegas cog~ lo qu~ en otras d\KWles nortamedcmas no es mb que una Inflamad6n quijOte:Sa de kls sentidos que dur.ll el brew: intervalo que YoII desde la atera al astttlSOr y lo magnifica, lo ornamenta, lo embellK'e hasta con~lo ~n una Institud6n. Por ~lemplo, Las Vqas es la única dudad del mundo donde ~I palsa.

    je no está hecho de edlfldos, como es el caso de Nueva York, ni de "boles, como WUbraham en Massachusetts, sino d~ l~reros. Uno puede mirar en dlrecd.6n a Las Vegas desde la nrreten 91 y no ver' ni edifldos, ni trboles. sólo leuoos. ¡hro qué letreros! se encaraman, giran, oscllan, se transforman d~ tal manen qu~ el vocabularI.o artistko que a1st~ hoy en df.a no puede competir. Tom Wolfe ~

    Kmtdy KJJloml Tan¡riJt FIlJU StrrrmIliN &by (1966)

    ~-



    LA CUDAD EN LA AlTTOP1STA

    Capítulo 9

    La ciudad en la autopista Los barrios suburbanos del automovil: Long Island, Wiscossin, Los Ángeles, París 19W-1987

    Un nlno que h.1bf.a vtvtdo en los bMdos residencWcs suburbanos de final de siglo J«'Ofdaba: &burbia_ -que es el nombre que dan Jos angioSoljOncs a estas ~ -era un 1upr con re munldades, es malo p¡,ra la Industria. es malo pan los 5ft'VkIos públicos, es malo

    blancos: hasta 1960 no hubo ningún negro. y ~ mitade; de los ochenta no hay dem;ad;w1os, Como el viejO 1.e'vitt dijo: ~ soIucionM ti probkma de 1lI vtv\end.J..

    o pod~os saludaDar el problema radal. ~ro no podemos mezclarlos,.·I. De manera que Levlttown y sus innumerable$ Imltado~, fueron lugares homog~neos: la gente vivia con sus Iguales. Como St Louls muestra ron elocuencta, una gran parte de la genle que se marchaba de las ciudades era blanca. Y aquí como en otros sitios los negros abandonaban el campo para Ir a la dudad mientras que, al mismo tiempo. los blancos abandonaban la dudad pan Ir a los bMrtos residenciales

    para los fm-ocarrtla, es malo para los grupos recreativos, Incluso es millo p¡,r. los promotoresf?'. La pregunta es: ¿debemos tm~ -slurbs. -palabril compuesta a p¡,rtit de cSIum., tMtrio pobre Y de cSUburb>-, Iwrlo res1dendalsuburbil.no- o debernos plilflllkar atrae· tivu comunl~que puedan ctKet de manera ~ al tiempo que muestran un inmmso m:pdo por la bdleu y fertl.lldad d6 pmaje:1 SI 5I¡ue la tmdenda KtuaI tendremos -s.Iwb$.o".

    SUburban05ft .

    Se nos va iI hacu una preguna: ¿Quf: tiene que Vt1" todo esto con el utbullsmo? ¿Putenea a b historia del urbanismo un lugu como Levittown1 La respuestil es st, si tenemos en cuentil que Long Istand tenia urtwllstas y planes -por lo menos en sentido estricto. Pero como el exh.1ustivo ilI1ilWs de Gottdtent1" sugiere, en la práctica. los urbUllstas de Long Island tenlan poco poder: "U1S dedo siones tomadas por los poHtlcos. los especuladores y los promotores condujeron al mismo modelo de uso del suelo que hubl~ra habido sin planlflcadón o lOnlfl·

    Moctw de Lu críticas son recunmtes; despUfano del sudo, ilumento del tiempo lnVfttkto en el traslado diario al triIba)O, costes mis altos en los JCIVidos públI. cos. amJda de zooa dtdJcada iI parques. Sin embargo la aftia principal es que no

    cadón.u . Ello le hace pr~ntarse; .51 105 urbanistas no pueden hacer cumplir las dedslones sobre ocupadón dd suelo, ni dirigir ~I crKimlento d~ nuestra sociedad, ¿Qu~ hacen1. f4 Su respuesta es qu~ hacen planes; cEl ptOCfttlml~nto de planlflad6n, d~ la manen que se practla ~n nuestra. sociedad, haa: que los utban1sw se conviertan en conseferOS de las dedslones que polítiCOS y empresarlos toman en otros lugares-"'; sus Id~as -unto en relad6n a temas fis1cos como sodale:s- no son bien rtdbldas por la mayoría de habltMItes de los barrios residenciales suburbanos, en su mayoria ciase media de raza blana, que les gusuria qu~ las densidades de las zonas suburbana fueran tooavia más bajas. Cosa que, despu& de todo, es comprenSible.

    , •

    ..suburbla.: el gran debate

    tienen {orrntl. Como siempre Mumfotd hizo lo posible ~ propon~ la dudad lar. din como alternativa: .I...a dudad modemil, como la medieval (...) debe tener una medida y una fortnil definida, debe tener unosl(mltes. No debe convertlne en una simple expansión de VIvIendas aJo largo de una avenida sin carkter qu~ se dlrtge h;¡ej¡ d infinito Yquede ppe iICabiI en un fangal.". De la misma manera. lan N4lIm, criticaba d palsa}e suburbano porque .cada tdlfido esd. pensado en soI.Itario. nada lo reladooa con el sigWenteo y ti consideraba que cla unidad. como la coexistenda de klS opuestos. es esendal en el palSa}e rural y en d urbano- 1OO• Lo lntmsante fue que la respucstillntdectual. cuando ftnalmcnt~U~, vinO del oeste de k>s Estados Unidos. James E. Vanee. un ge{lg¡Jo de ktkelty, comentando KetCiI del área de la Bahia de San FrandsCO decia que Esd. de moda, aunqu~ ya est1 muy vino, reft'lirse iI su zon. urbanil didmdo qu~ es una expansión sin toma, un dncer, un mal sin solución (...) se part~ de un. Idea equivocada al decir qu~ no tiene estructura, ello puede ser debido a un ~rror al esludiar la dlnimica del aedmlmto urbano, o qulús i11 deseo de ddmd~r una doc· trina d~ lo que es «COtrtcto. y .bueno- m d tema dd aKimlmto urbano. IOl

    Puo -.qul o en otros sltios-Ios utban1sw encontraron gente que estaba 1 su fa· vor, mlentns qut k)5 que construl.an los barrios suburbmos Y105 que vMan en dios estiIblln dmwlado ocup¡dos o no tenian sufldentes argumentos pan defenderlos. As] pues a medida que los barrios resldendales norteamericanos fueron CJ'tdendo empez.aron 1 ser criticados en 105 textos Impresos, por casl todo el mundo. lo que les condenaba es que no se adaptaban i1las nomw tradicionales de urbanismo -es dKir no se adilptaban a las Id~as europeas sobre el tema. Aquf hay trt'5 aftlcas representatlvas:

    Tilmbltn Robett Riky defmdlólas cnuevas. dudades del sudoest~ de Am&ia. como Houston. DalIas y Phoenlx:

    La forma se ha desintegrado en todos y adiI uno d~ sus componentes: excepto ~n lo que es htrMda del pasado, la dudad ha desilp¡reddo como personifIadón calectiva del arte Y de liI timia. Y donde, como en d caso de Norteilm&ka. la pb. dldil no se ha visto aliviada por la pre:senda de grandes monumentos del puado y po!' los bibitos d~ vida sodal, ha dado como resultado un entorno trio y deslavazado y un.a vida sodal estJecba, constre'Ud& y frustradl".

    Sosten¡o que hemos Ido m busca d~ algo equivocado, que los valores asociados a la estructura urbana deseada no residen en la estructura espadal pe! se. Un lJlOde. lo yd uso interno del sudo es superior a otro s6Io si va mqor para llCOtTlOdiIJ' el ~ ceso espaeIill en cndmIento y para desarrollar las ftnaIIdiIdtS no espacWcs de la camunk1ad poUtka. Rtdwo por completo el debi.te de que hay una tstftk:a tspKlaI o fisla unlvesa\ de la fomu urbana KII.

    Sr h.a proscrito la nueva du en el espKio mis que en una forma en el espado. La arquitectura define muy poco. En la carmera 6610 normal es el gran a.rtd Y el ediftclo pequefloll•. que este anillil5 es compl~menteparecido al de pe:quetl.a eso de: di.se:fto urbano, empludo por los ge6grJos wbanIsw de Berkdey ~ utiligdo pan Halas tstruetuRIes wbanas mis amplias: el nuew paisaje: no es peor, es diferente y DO puede: ser contempbdo nJ ddle: ser jl'tpJo según las nomw tradidonaJes, sino por las suyas propias. Pan la arquitectura Intmladona.l. el de:cto de este anillsis fue ca.tadismádco: Uamint from lAs Ve¡as, con su &úasIs en la arquitectura como comunicKi6n slmb6lka. fue uno de los hitos que:.se:ftal6 el fina.! de la arquitectura moderna Ysu cambio hada el po5tmodemlsmol\l. Pan el estudioso del urbanl5mo. tambi&:i ImpUcó WLll revoludón: I partir de aquel mommto los objetos de la dVillzad6n de la carreteB serian dignos de estudio por sf mismos. De manera que, a mitad de los atlos ochenta, ya wstfa un manual que estudiaba la evolución que habia habido desde los patios para coches de los atlos veinte al motel de los atíos treinta y n· nalmente a los wmotor hotel~ de los atíos cincuenta. Esta úlllma mutadón estaba represmtada por la primera e histórica Hollday Inn en Memphls, 1ennessee, creada por Kemmons Wlbon y el constructor de elementos prefabricados Wallace: E. Johrnon en el atlo 1952\U. O analizaba la evoludón de los primeros restaurantes de ..fast-food.. de la cadena Whlte Castle que: Edgard Ingram Y Walter Andmon fundaron en Kansas Oty en 1921, o los c:om.ienzns de Howardjohnson en Masuchusctts en 1929 y 1930 Y el histórico wdriw-In~ de McDonalds del. atío 1948 en san ~

    cm.

    fI&.. 9.1. U

    fran),l de ~ Vrps.. Culminad6n dt 1.1 ciucbdm 1.1 ;¡Ul~ k:l5JRndesartele5 cOIlSliluym d ~je wb&no; k» «Ilfidol, ~Iljdcw.a Sft k» soportes de esta ~ aún l'OlkMSoI; por ampIW lOOU de 'parcamimlo.

    Considenba qtH' las nuevas tK'lloJogias de la romunicad6n Mbi.an roto las antiguas conexiones entre comunidad y proximidad: el espado urbano estaba slftldo reemplazado por el reino urbmo sin lugar predsollN, A comienzos de la diQda siguiente, Reynel Banham ~b16 un artículo alabando Los ÁngdeslO$; al ano slgulmtt: Robert Venturi y Denlse Seott Brown publicaron su famoso texto de leo-

    noclastla arqultKt6nlca. y de manera d~f1ante prodamabam en la cubl~a: _Un significado para A&,P parkings, o Leamlng {rom Las VI"fa.J (Aprender de Las Vegas) (. ..) Los aneles esttin casi bien. U;". las lineas de batalla no podlan estar más cla· ramente deflnJdas: la Costa Oeste por fin se habla reafirmado ante las tradlctones de la vieja Europa.

    Que Venturi, uno de los arqultK10s norteamericanos más distinguidos, abandonara la llnea tradicional fue muy slgniflatlvo. Tanto!1 como sus colegu consideraban que la dvillud6n de la autopista de 105 barrios residenciales suburba-

    lA. CIUDAD EN lA. AUTOPISTA

    312

    Btrnardlno. California Y del dlsd\o de 1952 que fue lanudo al mm:ado nKiono1.l por by Kroc m Des PWnes. lllinois, en 1955 lll. Este b'abajO mostraba lo UIlplla Y rica que ya ~ la ~ulttctura de la carttt~ hadmdo observar que, pf't'Yt¡mUlte, Ndie había tmido la sensibilidad o 1.. enagb P¡R analizar d J>'.Wte que fftÚa delante. Puo, alrededor de los anos :sesenta. mucho ante de este cambio estttioo. se había inldado tamb6~n un cambkJ lntelK't1.l4lJ con una serie de trabajos de los estu· dlosos norteamericanos de Lu dmew: socWes, que se cuestionaban muchos de los postu1Jdos que habían sa'Vido como base para criticar los Nmos r~dendalesy la vida suburbana. Dunnte los anos cincuenta, aparecieron dl\l~S05 trabillas dj· siros procedentes de la sodoIogfa urbana norteamericana -Tht Londy Crowd (la multitud solitaria) de Riesman, 1"ht Or,ranlz.ation Man (Fl hombre con camet de partido) de Whyte-- que habían reforzado el estereotipo del barrio resldenctal suburbano como lugar de homogeneidad adorm«edora, en el que la Indlviduidldad Iba desapareciendo progresivamente y no existía una Interacción urbana rica; se suponfa pues que la suburbanlud6n acabarla destruyendo lo más valioso de la cultu· ra de las ctudades1l4. Para averiguar si esto era derto, Herbert Gans se fue a vivir a Levlttown. New Jersey, durmte un largo periodo de tiempo. Como era de suponer, la aparid6n de su libro en 1967 provocó una sede de anAllsis aftlcos que fueron publicados por los pert6dicos de la costa este. Gans se había dado cuenta de que lo que siempre se había creído no en vud.¡d: u Investigad6n (...) SU&iere que la dHerenda entre l¡ mmm de vivir urtMm Y1.. SlburbIm p:esal~ pcx los aftk:os (y WDbién pot' muchos SCI'iNo ••) es mis Ima· liJaN que real. se pueden observar pocos cambios en bs cualidades suburbanas de Lninown, Y bs OOYS que provocaron el cambio, como la s a/\os que v.ul de 1945 a 1975, Europa fabricó mis coches que Estados Unidos; 10 único que habÍil pasa-

    do era que la revoludón del automóvil habia llegado cuarenta anos más urde lSll • Su introducción afect61a fonna de vida y las estructuras urbanas tradicionales. En Sueda, las viviendas unifamiliares pasaron de ser el 32 por dento del total de nuevas construcciones en 1970 al SS en 1974 y a mis del 70 a finales de 105 setenta, reflejando de esta manera las preferencias Individuales, según las cuales el 90 por dento de ciudadanos preteña las cuas a los pl5os u" En las vllld nouvtlles de Pub las casas unifamiliares también eran mayoria, los supermercados estaban llenos de bMbacoas Ymuebles de tardffi y,lo mú slgn18cativo, habla pocos restaurantes,

    y ya no dlgatnO$ de los mis aros. Dt manera que el automóvil fue en EuropI., como lo había sido en el lugar de su nadmlento. un agente de subwbanizad6n. Es Imposible dtdr quien llegó primero si la galllm dd barrio resiOOldaJ suburWno o el huevo del automóvil; como ya hrmos dicho al habW de Los Ángdes Yde Londre (capítWo tt:ICtio),1a apamión suburbana p¡eudi6 a la p»esi6n masiva de vehículos. pero esto, a su vez. hizo que los barriOS resldendales suburbanos se extendieran con mayor fadUdad, y mAs letos, de lo que el transporte del momento hubiera pcnnltldo. Lo que fue derto en todos sitlos es que el coche se convirtió en un problema para la dudad lúst6rtca. Las grandes urbes norteamericanas que tuvieron que hacer frente a este problema a partir de los anos veinte, reacdonaron debllltanto y aflolando las estructuras urbanas que prmamente hablan sido más fuertes. Los urbanistas curopeos aceptaron este hecho de buen grado. El problema vtno cuando hubo que adaptar las nUI!:'VilS construedone:s a la nUl!:'Va era del autom6vil. Alrec:ledor de los at\os sesenta, priml!:rO en los Estados Unidos Yluego, a mcdkla que estos wbanIsW y sus nuevas ttcnJcas, Uegaban a Europa. la pIa.nifiad6n de dudade etuvo doa1lr1acb por un¡ nu~ generad6n di!: m.allstas del td6co wbaoo. Sus e:studioscomputarizadm pamjan dI!:i,JOStlar que, jnrl•• 4blt:Inmtc. habi¡ que construir grandes tranw de autopistaS urbanas para asI poder absorbt:I' el oedl!:nte awnmto de tráfico. Al principiO nadie le opuso reslstl!:OC1L A finale de 1963, el Ministro de Tr'ansporte britinko publicó un informe titulado Traffic in Towns (El triflco m las dudadl!:$), que habla mDctado un equipo ttcnlco dirigido por Colin Buchanan, un de:sconcx:ldo Ingeniero urbanlsta1". Fue un.bes! seUero- y Buchanan se hizo famoso de la noche a la manana. Su aJgUl11entM:l6n era sutil, derivaba de la fUosofia de planlflcadón limitada que Alker TrIpp había elaborado veinticinco anos antes. según ~I, el urbanista debla etablecer un conjunto de pautas fijas para e1m· tomo urbano: sólo se podía absorber mh trMico si se emprendlan rcconstrucdone masivas, y si la comunidad no qut:Iia hacerlo debía dIsmlnuldo. hro casi. nadie lo entendi6; el públko, abrumado por las fotografias de grandes estructuras a divmOS nlvrle:s, quedó convmddo de que Buchanm pretendía utillut el m&odo del ct:JuU. dozer» en sus zonas urNnas.. Al prindp60 pandó que 10 attptaban con «uaniml-

    dad. incluso con mtusiasmo; era la qxn de la gran m:onstruccI6n dd país, cuando se consideraba que las reconst:ruedonI giobale:s eran but:i1u. Ortds di! Budwun llegaron los Ingenll!:ros di! tráfico con sus autopistas urt».nas: habb que constndr dmtos de millas tanto m Londres como m las dl)d;tdes provindale:s.. Pero en california, que como s1tmp~ fue la primera, la conit:I1te habÚi cambiado. San Frandsco, las mú europea de las dudade:s oorteamerianaS, y, por k) tanto dl!:ddida a no parecerse a Los Ángele, que consideraba su rival, se rebdó contra un proyecto que pretmdía hacer una autopista elevada a lo largo de su hist6r:lco frente maritlmo, el famoso Flsherman's Wharf. En la primera lucha del mundo de este tipo, paralizaron la autopista del Embarcadero. Luego, ebrios de tnunfo, con· siguieron que la dudad abandonara su programa de autoplstu; el visitante podIa contemplar con sorpresa las estructuras elevadas que tennlnaban súbltarnmte m el me. En 1956 se hizo un informe tknlco, y postl!:rlCK1Dl!:Jlte otro I!:n 1962, pl1> poniendo un nuevo sistema de transporte, qu~ castalia 900 miUones de dólues, cuya finalldad l!:r.II preservar su etilo europeo y mantmer el casco urbano. Los habitante de San Frandsco votaron dos a uno a ~vor de etl!: proyecto; los de las ÚI!:as subtlrmnas no etaban muy e n ~ ~ la propue:sta salló adelante y .se inki6 la coruttuedón dd 8lly A,mr Rapld 1hmsit,·t. La m:tlro --vMendas públk:as. o escudas, o tnnsporte-, esencial. ~ el mantenimiento del sistema, con la finalidad de ganntiZM la reproducción de la fuena de trabajo Y suavizar la Iudu. de c:t.a.sesM. En ~te que el urbanismo podia tener un papel importante en estas dos fundones del estado; como ooruecumda.,. a. mediados de los a.nos setenta., kls wbanlstas lIWXistu fnnceses se dedk:aroo a. hacer estudios sobre su pape) en la Indllstrlalindón de wu!ml tan Ulema como la del Dkppe'7. Al mismo timapo, en el mundo a.nglosalón también apam:ió una visión espedflamente marxista del urbanismo. DescrIbirla comportarfa hacer un curso completo de teoría nwxista, pero, rt:SUmIendo, diriamos que la. esuuctura de la propla dudad apltalista, Induyendo sus modelos de uso de suelo y de aetlVklades, es el resultado del apltal en bwa dd benefido. Debido a. que el capitalismo estj aboca.do a crisis pertódicas, que se hacen más profundas en la sltuad6n del capitalismo lardlo, el capital recurre a.1 estado, que actúa como su agente, para que le ayude a remediar la desorganlzad6n en la. producd6n de articulos de consumo y favorezca la reproducc:l6n de la fuerza de traba}\). De esta manera trata de cumplir una serie de objetivos necesarios: facUlta la acumuladón continua del capital al garantl.Za.r una distrlbuci6n radonal de los recursos; colabora a la reproducc:l6n de la fuerza de trabajo al hacerse cargo de los servidos sociales, manteniendo asl un dellcado equilibrio entre el trillbajo Yel capital y evitando la desintegradOn sodal; y garantizando y legitimando el capltalbmo sodal y las rdadones de propledad_

    fI3. 10..s. Ma.m.d Cutelb.. ~ penenea a la tm:eta J'l.'uerad6o.. En 1979 iIeI6 de Paris, donde su Iilro.lMIIaot r) """ unanilisb KJbft e:I pape:! del urb&nislDo dentro del sbtema apiUllul,. se babia mnVll.'rtido ni un disko.

    roa""S"

    Como dijeron Dear y Scott; _ResumIendo, la pWillk:adón es una. respuesta hlst~ riamente especifica y socia.Imente necesaria a. 1M tendencias de aUlodcsorg¡miz.ad6n de las reactones soda.les y de propiedad del caplta.lIsmo privQtWldo tal como apar«m en el espado urbAno_M. En particular. trata. de garantizar el suministro colectivo de las Inhaestructuras necesarias y de dertos servicios wbanos básicos, y de redudr los aspectos exlemos negativos según los cuales ct~ actlvidades del capital causan pf:rdldas en otras partes dd sistema". Pero, como el capitalismo también desea ctrcunscrlblr la planificad6n de estado lo más posible, hay una contradlcctón Interna: el urbanismo, debido a su Inherente Insufldenda., siempre soluciona un problema creando otJO'O. Así por ejemplo, dicen los marxism, las metoras realizadas en París durante el siglo XIX ~aron un problema de vivienda entre la dase trabajadora; mienlrU que la zonificad6n nortea.mericana UmltO 1M posibilidades de L¡s industrias p.ua colocarse en los lugares mis ad~l. Por otra parte la pla.nifiad6n no puede hacer nada mh que mo-

    '48

    difica.t aJ.guno$ de' k:Js partmetros del PI\XCSO de ex:plotad6n del sudo; no puede cambiar su lógica Intrínseca, y, por lo tanto, no puede eliminar la contradlcd6n que hay mm: la acumuladón privad¡ y la acción colectiva63 • Ademis la cWc capltllista no es homogme¡¡; las dlVU$aS fracciones del capital pueden tener Intereses dlvugmtes, e Induso contnldletor1os, y, en consecuenda, se pueden aeae ~Ianus complqas; de manera que las ex:pllad~ de Jos últimos DWXlstas son más p1unlislaS, aunque tienen un fuerte demento estructural c . Pero dunnte d proceso de pbnifkxi6n, ..cuülto mis int~e el estado en el sistema url>ano, más fkI.I es que k)5 diferentes grupos y fracdones discutm la legiHmkbd de sus dedslones.lAs dUcw:iond" y Jos dikmas poIftiaJs están imuditndo ~ ~ 11:1 rida ~M. Los ma.rxJstas con.sideran que la teoda tRdidomJ. no mMXIsta que ha creado el wbanlsmo es vacua por deftnk:l6n porque ha ignorado este fKtor: porque tRDo de ddlnlr lo que: kialmmte deberla ser presdndlendo de todo su contexto; su función ha sido despolitiune como K'tlvi~ ~ postmormente Icgltima~. tu intenmdo hKerlo pramtindose como La fue:rza que rul1za las dfversas rxe. ta5 de la pIanllkad6n en d mundo JUl. Pao de hecho, sus ~~ concrptos ÜJ$tnletos que ~ten radoIulmente los ptocaos del mundo rul, Icgltlnw su propia aettvk1ad, ex:pUcar 105 prOCC5OS ~tefl.¡]es como multado de las ldeu. p~tu los objetivos del wban1smo como si ~ valores compartl. dos pot todo el mundo, y abstraer la actividad urtwústI.a utilizando meUforas $.Jcadas de otros campos como la Ingenieria- son demasiado iI1DplW y pxo justifl~. 1m m.uxbtu consIduan que la realidad es precisamente lo contnrio: desde el punto de vista obj~.la ttorf.¡ del ~o no es nW más que una aead6n de las fuerzas socla.I.es que han hecho posible su nadmlento". Es un contunlO de criticas rohttentes que pmxu~: si. evidentemente el w~ismo no puede ser una actividad independiente que crea su propia legitimidad, como es el aso de 1.1 invatigadón de'ltífia; si, ~temeok que es un I'mómeno que - hAbii. entndo en decadenda por probletlWi laborales y por el traslado del com~o a puertos rivaJes slt\wio$ en el sur de Inglaterra (Southampton, Fellutowd o m el continente (Ronw:tam). u introducd6n del uso de contenedores fue el golpe final. El ~o de Londres ~ casi tcx1as las opttadones que quedl.bul30 mlllu mis ojo, en TIlbury, y-m un corto pttíodo de tk:mpo, de 1967 a 1980- cerró prkttammtt lodo. las c:orporildones públicas rdKiorUldu con el puC!'ltO como la del ferrocMriI. y la Compa.tl.fa dd gIS que posda en Bt:ckton, cm::a cid extremo este, una planta que fundonabil con arb6n, también curaron. En 1981, el nÚlnt:rO de puatos de: trabajo qUt: en su mejOr época, durante los anos dncuenta, .se h~ elevado a 30.000 personas. ayó a 2.000. El gobit:mo ~rde: los &dos 1970-74 presidido por EdwJ.rd Huth fut: el que tuvo que abordal el problema. El Bobiem.o coruult6 a un gabtnt:te de l~ nleros que propuso un amplio a~co de: posibilldade:s que, m. bI fIUI}'OfÚI de: los casos, suponían un cambio radial: viviendas de: lujo, zona flUlritima, KtIv1dades de: reCIIN, servidos. Las comunidades que vivían m. la zona portuaria. que tndl· donalmente siempre h.1b1an penent:ddo a la dase trabajadora y nuna hablan saUdo de: su barrio, todavia abrumados por la p&dida de sus lugares de trabiljO, reaccionaron con ve.hernenda al IBual que sus concejales que, en su mayorla, perten«fan al partido laborista. Las elecciones de 1973 llevaron a los IaboristlS al Consejo del Gran Londres, y las eie«Iones generales de: 1974 instalaron un gobIt:mo laborista en Westmlnster, al otro lado del rio. Fue prt:dsamente entonces cuando el problema empelÓ a ser comprendido por la gente. Fuera lo que fuera lo que se hiciera en los muelles de Londres no era sólo una cuestión Importante en sí misma, sino que Iba a convertirse en un modelo para otros casos parecidos. Elgobiemo de Wil50n no pudo hacer otra cosa que tratar de Involucrar a las comunidades locales. Considero que era necesario tener una dlrt:CC16n central fuerte que dirigiera y coordinara, y también se dio cuenta de que el organismo mis adecuado era el Consejo del Gran Londres -el organismo de planificación legalmente constituido. se Uegé a un compromiso, bueno o malo, seFig. 11.4. YFIl. II.S.los tln¡l~ portuarios de Londres ant~ y despu&.. U tralUfonnactón de los muelles londinenses durante los anos ochenta fue elllUl)'Of cuo de revltalludón uro bOlna de Europa, y qulw del mundo. Fueron considerados por muchos como el ejemplo a seguir aunque otros piensan todo lo contnrio.



    I aUDADES DEL WASlANA.

    I,A, aUPAD DE LOS PlOWOTOIlES

    gún losdlsUntos puntos de vista: e! CorueJodd Gran Londr~ creó m 1973 un org¡mismo, la Comisión Conjunta de los MuelJ~, con la upresa finalidlld de que se encargara de la \eStrategia. Este Incluirla un grupo ~pectal de planificación, el Equipo de Obras de los Muell~, en el que trabajarlan funcionarios del Consejo pero que no dependerlan directamente de ~1. En 1976, después de un duro tr¡bajo, el equipo hizo pública su propuesta. Reflejaba las realidades polltlcas del momento. En la mayor parte de la zona se construlJún vlvimdlls de renta baja o industrias y almaa:nes, ilunque ya por en· tonces '05 remrtes en '05 presupuestos estaban diezmando '05 programas de vtvimdas públicas y habiJ snndes espadOs de sudo Industrial IIb~ por toda la dudad. No se tuvo en cuenta la posibilkUd de hacer o8dnas, a pcsu de que el área esta!». tan cm::a del distrito flnandero de la atr. Como observó un acad&nico:

    Sur Este, y tocW las comisiones simiJans que habíil en las ~es. U sesunda fue establecer una Corporación de Desarrollo Urbano que se haría argo de los MueUes de Londres y de la tillJ'lbi~n obsoleta zona de Merseyslde. Nos encontramos ilhora con unil deliciosa Ironia histórica. Exlstfa una Corporactón de Desarrollo (capítulo cuarto) que era un organismo burocrático, centralista y sin estructura democrática que e! gobierno laborista radical de Qement Attiee de 1945 habia utillz.ado para la construcción de las nuevas dudades brltáolas. Odlildll por los sólidos votantes torles de los condados del sur de lnglIterra donde las ocho nuevas dudades fueron construldn, prkticamente olvidadil dufMlte casi toda la ~ de los atIos cincuenta por los gobiernOS torics, fue al n· na! aceptadl como una desafommada neceskl ad Ahora la OApaadón de DesiIrroUo se había convertido en la herramienta prdttIda del gobierno tory que la iba. a usar pan la rege:neradórl de los a:ntros urbanos, pred.samente por las mismas rnones que lS anos antes había tenido el Comlt~ Rellh para las nuevas dudades: porque les pennltia prescindir de las peculluidades democr.itlcas de los gobiernos locales y porque era una herramienta efectiva y sobre todo raplda. En su nuevo contexto habla dos nuevos aspectos a tener en cuenta. El primero era que e! partido conservador, que tradldonalmente (y hasta hadil poco) ha· bia sido e! partido de los derechos locales en contra de la burocrada de Whltehall, se hilbia convertido mora en un partido centralista. (IlIo se bufa todavilo m.is evI· dente a lo Largo de los siguientes anos, a med.ldiI que Westmlnster tuVO que IIbru duras batall.as conto los ayuntamientos controlados por los laboristas sobre puntos como subvmd6n de ayuda a los lmpuutos, rest1kclón de impuestos y control de las escueW locales). El segundo era algo que sólo se podla definir diciendo que se: totaba. de planlftar para promocionar la propiedad. En este sentido,liI tarea de la planlflcación consistía en facilitar de la manera más rápida posible la renovación del suelo urbano Industrial o comercial abandonado para dedicarlo a mejores usos. Esto, evIdentem~te, no era nuevo; no habla más que observar el «boom. de la gran propiedad en los centros de las dudades brItAnlcas durante los aI\os sesenta. Además derivaba directamente de liI experiendil norteamericanL De todas maneras lo que no dejaba de ser notable, aqul como en otros sitios, era el estlJo: estntegiil de pla. niflcación que nuna era iI largo pluo, plan~ que casi Dunca se publicaban; irruponsabUl~ piratería; despm»cupadÓR total si -romo sua:dló con los mueUeslas obras tenfan que ser demoUdas porque se presentaba algo mejor antes de que se hubieran terminado; Interb en aprovechar las oportunidades a medkb que se Iban prcser1WJdo. No se trataba de pW1l.fl.car como se habia entendido durante los cuarenta anos anteriores. Como dilo el ejecutivo responsable de los mudles":

    Se apt'OXimil a La vutante (...) que UalNlmos ConservaciOn Urbanil -se insiste en repetir o retener las aetlvldildes y estructuras p~tes, reforzando los modelos soctales y económicos asociados (...) es la cibica mezcla de viviendas obreras, tnbol· los Industriales y comerciales, oon construcción de zonas de r«reo y de servicios aliado del rlo ( ) El proceso de urbanización esU condicionado por la consulta y la pusuasión ( ) el puxeso debe tratilr de consegu.Ir un compromiso entre los gru. pos que potmclillmente estln en conflicto (...) liI amplia partlc:ipaciOn y consulta lo hiICftl engorroso. Las dedsIcfles ~ nd:luIosas en el sentido de que estin muy ~IJ.

    No tuvo bueN prensa. 1M Tunrs dijo que «no impcesiOOilba. y llegó illa condusión de que la Comisión Conjunta de los Muelles estaba. .influldil por la idea de q~ el Instinto y las grandes visiones no son compatibles con la democracia. I '. A los habitantes de la zona les gustó más pero se sentian decepcionadas por la falta de propuestas en firme. Al final lo que si quedó daro es que habla una estrategia pero que no habla dinero. El gasto público se habia recortado y no habla fondos para hacer más obras al estilo de liI ilMpllad6n de la línea de metro de! Jubileo. Lo peor de todo eril que el plan exigfa que a los 900 ml1Iones de libras de dinero público se le a1\adleran 1.100 mlllon~ de! sector privado; sin embargo, durante el proceso de consulta a nadie se: le habfJ. ocurrido hablar con las compillUas de pensiones Yseguros o con los banros. El Consejo de PbnJflcad6n Económica'del Sur Este, un orgutismO consultor independiente nombrado por eJ gobierno, consideró que la zona neceitaba. una comW6n de obras.1l estilo de las que gesdonaban la O'UIdón de nueva..s ctudades. Pensabil. que sólo si estabil. rnonilblemente IIb~ de interferendas poUtlcas y podía actuar con libertad, darla confianza al inversor privado. El entonces .secntarlo de Estado para el Medio Ambiente, Peter Sho~, que era miembro del Parlamento y representaba a un gran número de electores de la zona de los muelles, no estuvo de

    acuerdo. En mayo de 1979, los C'ORsefViK1ores volvieron al poder de la mano de Margarn lbatcher. Mlchilel Hesdtine fue nombrado Seaetarlo de Estado para el Medio Ambiente y e! tema de los centros urbanos quedó dentro de su ministerio. Una de sus prlmens decisiones fue disolver el Conse:to de P1anlflac:lóo Económ1a del

    antidild de zona abandonada de la que la Corporadón de Desarrollo de los Muelles de Londres tuvo que hKersc cargo, eril tan enorme que la única manera de iIbordilr el problema sin depender de enormes antldades dedlnero públko (...) fue crear unil situación espeda1, de efecto .bola de nieve- que generuiI en segul· da. una credibilidad ~ill hadillos mueUes entre los potmclilles promotom; comerdales y de viviendas. As! pues en neasario ser oportuniSU y aceptar las propuestas de los promotores". La

    OUOAOO DEL MAFu.NA

    lA auOAO OE LOS PaOMO'TORES

    que no lo estoy recomendando como solución para nuestros majes urbanos, Jo que digo es que es una manl!'R, exbmu., di!' solucionar e! proI:>Iema..Zl. En cierta manera, como se pudo observM a partir de anillsls pouertom mis det1l1ados, d hecho de sacar Hong Kong a colación DO dejaba de ser curloso. Sl!'gUn los documentos USAdos por Tumer en su ampana en contra de la política de vi. viendas de las burocndas del tercer mundo, Hong Kong apareda como un elIro eJemplo de coruuvadurtsmo: a Jo largo de los ~os sesenta y setenta y a pe. sar de la mítica imagen qul!' daba aJ mundo exterior, la dudad había mantenido lo que en t~nninos relativos ~ e! programa de viviendas públias mh pande del mundo no comunlstalJ• Jonathan SChlffer darla mis tarde una explicación que no dl!'laba dI!' ser Ingl!'nlosa: al garantizar los a>stes de las viviendas de la gran masa a unos mínImos, este programa disminuía las demandas dI!' aumen. tos de salario y mantl!'nIa los costl!'S de la fuerta de trabajo de la dudad a uno de los nlvtll!'S más bajos del mundo desarrolJadoJ t . Además, aunque dl!'Sde el punto de vista británico, Hong Kong no tuviera un slstl!'ma de planlftcactón de uso del suelo que fuera restrictivo a la manera brit!nlca lS , sll!'n cambio lo tenIa en relación a muchos paises en fase de desarrollo. De todas fonnas, Hall poclla se. gulr manteniendo su punto básico: aunque en este aspecto u otros pudll!'ra estar subvencionada Indirectamente, Hong Kong había demostrado qul!' era la ciudad que había tenido más txlto en adoptar con rapidez nucvas lineas empresariales como rl!'Spul!'SUI a la situación del mercado mundial, gracias sobre todo a la capacidad extraordinaria de adaptación de su sector de pequet\as empresas que era mayoritarlo2'. SIn embargo, esw discusiones formaban parte de un rdativamente obscuro debate acadénlco. Lo curio5O fue que, a pesar de! escepUdsmo de Hall en aunto a las posiblUdades de acd6n. no tuvo que espt"IM demasiado. En 1980 ti DUl!"VO gob1emo ~ britinla:llntrodujO una disposición sobre Zorw di!' Negocios, ye! Ministro de Hacienda lo dtó espedalmente como autor de! pro~o_ A lo largo de 1980 y 19&1, se nombraron once zonas --l1N de ellas fue bkofDos:s, en el C'ORZÓn de los muelles londinenses. El conjunto dd proy«to, y su pobre autor, fue.. ron debidamente criUcados por los acad~mlcos radicales de ambos lados del AtlintlcoV. Sin embargo, lo que surgió fue algo muy dlsUnto: se establecieron un conjwuo de áreas que en la mayoria de los casos, pero no siempre, l!'Staban situadas en zonas abandonadas de los cascos wbanos, se 1l!'S concedl6 condlcionl!'S impositivas l!'Spedall!'S y procedimientos de planifk:adón ftslca simpllficados 2l. El resto de factores requeridos -la llegada libre dI!' fuerza de trabajo, la atracción de promotorl!'S, la libertad al margen de la leglslactón- no se dieron: ejemplo del mooa como, sobre todo en Gran Bretana, las ideas más radicall!'S son llevadas a cabo por el Sistema, l!'S decir de manera totalmente Inocua. Lo que U1mbi~n se echaba en falta, a pesar de! titulo que se dio a la medida legWativa, era algún tipo de mecanismo que fomentara la Innovadón, en e! sentido enundado por Joseph Schumpeter, que permitiera dar tradidonl!'S IndusbiaJes aJtcmatlvas a las zonas que habían perdido la base IndustriaJ tradk:lonaJZ'.

    se hizo mucho. Como aurenta anos antes en Stcvcnage y Csawley, la corporm6n de obras que trabajó en k»s mucUes corulguJ6 vencer la burocracia. Tuvo ~ dcres sin precedentes -mayores que los de las nuevas ciudades- que la mantuvieron lelos dI!' las autoridades locales, y los utiUzó pan rl!'dblr a los promotores privados con las manos ablertu. Y Jo hizo en sólo cinco 01005, en 1986 había invertido 279 millones de libras de dinl!'f'O público y obtuvo casi seis Vl!'tt$ mh esta cantidad en inversiones privadas; consiguió atraer 400 nuevu companias y CRÓ 8.000 nuevos puestos de trabato; proporcion6 50Wes pan 4.000 nuevos hogares. y 10.000 bajo ronstrued6n o en fase de planificaci6n; y Lunbim l!'mpeW a traba1M en un nuevo sistema di!' fmocarrU IIgeroZO. Sin embargo los critla>s siguJmm diciendo que estl!' proyecto no hada mis qul!' .. yuplf1~ e! last End, d baluartl!' tradicional di!' la dase trabaladora londinense.

    La zona de negocios

    Unos anos más tarde se lanZÓ una Idea que tuvo mayor Influencia de la que su autor hubiera podido imaginar. En 1977, en una conferencia en el Instituto Real de Planificación de Oudades en Chester, Peter Hall-uno di!' los autores del Iconoclasta Manifiesto de 1970 sobre la no planificación (capítulo octavo)- hablando del na· dente problema dd dedi~ urbano, dlto: ..Las mayores áreas urbanas han visto como su aedmiento disminuía, se dcIetÚa y, posteriommente, inldaba un proceso de dedlve. Pierden gente y trabajos_o Re:v:lsando las posibll!'S maneras di!' rehacer sus bao ses económicas, lIeg6 a la CODdusl6n de que, a pesar di!' todo, ..ninguna de l!'Stu recetas puede realizar el mllagro_. Y &firm6: lo mejol" puede ser mnnl&o di!' lo bumo. SI realmente quemDO$ ayudar a los centros urbanos Y a las dudades en general, l!'S posit»e que tmpmos que uUUzar m~ todos poco ortodoxos (...) un poslbk remedio ftna] podria ser Jo que yo namarf.l la soIudón del .pucrto Ubre-. Hatlria que escoger pequdW ZIOflU situadas en los curo.. urbanos y permlUr que en ellas pudIcnn desarroIWw:, con un conlJOl miRimo, todo tipo de inldativas. En otras paYbns, dl!'bl!'riamos crur el. Han¡ Kolll de los anos ctncuenta y sesenta dentro di!' UVCIpOOl y de GIasgow'I.

    Ello prl!'Suponía aceptar trl!'S puntos. Estas áreas quedarlan abiertas a la llega. da de promotorl!'S y de capital, lo aul significarla que no habda control de Inmlgradón. se trataria de ..libre empresa pura y dura,.; la burocrada .seda mínima•. Además la resldenda se basada en la e1ea:i6n, puesto que la zona permaneccria fuera de la legislación y los controles normall!'S del Reino Unido. Hall roncluIa: .este tipo de zonas no se regldan según las modernas convendonl!'S brid.nlcas dell!'Stado del bienestar. Pero en cambio, al seguir el modelo de Hong Kong. serian l!'C()o. n6mlcamente vigorosas. Como Iban a tratar de soludonar Jos problemas urbanos de una manera extremadamente drástica, habla que ensayarlas a pequcfta escala•. Conduía di!' un modo que, dadas las drcunstandas, result6 tr6nlco: .No espeto que el gobierno brtt!nico Imponga l!'Ste mttodo lrunedlatame:nte, y quiero dejar daro

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    aUDAOES DEL MANANA

    LA CIUD....O DE LOS PROMOTORa

    Era pues un pro)'«to modesto y poco r~ical. con resultados modestos: con un coste público total de 132.9 millones de libras, se crearon unos 8.000 nuevos puestos de trabajo, de los cuales las tres Cuartas partes también se hubieran establtct· do alllliUlto si se hubl~ considerado como ..rona_ como si noJO. Más de una tercera parte de los nuevos trab.ijos se h.lbían generado en sólo tres de las quince ár~. entrf: lu cuales, curiosamente, se encontraba u/e o{Dop. Sin tmbargo, precisamente en aqud momento "eguon notldas InO't1'b1es: ap~ando las postbtlllbdes que ofreda la l.oNi de Negocios. un consordo norteammano habla presmudo un plin pulI hKeJ un enorme complejo de ofidnas en el muelle Q,nuy, en medio dd 1rea que controlaba la Corporación pan el DesuroUo de Jos MueUes de Londres, plMt que suponf.l la CJ9dón de 46.000 puestos de tnbajO de ofidnas. Despuh de una saie de difldles negociaciones y de I.J retinda Virtual de los primeros promotores. m lullode 1987, se llegó a un acuttdo de última han ron un grupo canadiense. Por fin. sds MIos despub, un.J Zona de Empm.as llqó a ettIr un.J upectatlva fUI de tralNijos. A pesar de todo I.J ¡ delos urbanos de ley y orden como Londres.). Y reconoda que más de una vez, el Nueva York de los últimos ati.osle recordaba los relatos de Petruca, el poeta del slg.Io XIV, sobre .la Proveua de su madurez pocos ati.os antes de la Peste Negra, romarca desolada, llena de lobos y ladrones que comparaba con la región segura y próspera de su luventud.- 4 • Es bien sabido que las estadísticas pueden resultar falsas; sobre todo las reJa· donadas con temas sociales, y dentro de ellas, las estadistlcas sobre la dellneuen· da. lnduso el estudiante más novato esti!amiliarizado con las múltiples advertencias: quién denunda, qué denunda y cuándo lo hace, quién e.scrlbe qué en el libro, quién decide procesar l alguien y por qué. Pero ni teniendo en cuenta todas estas reservas podemos olvidar la enonne cantidad de delitos urbanos, y sobre todo de delitos urbanos violentos, que a finales del siglo XX han surgido como un volán

    1

    (Vbnse notas en pi¡lnas 409-411.)

    J7S

    en erupción amenazando el tejido social de todas las grandes dudades del mundo. No cabe duda de que es la plaga del siglo XX. Sus causas son tan misteriosas para sus vfetlmas como lo fueron las de la Peste Negra para los ~venturados duo dadanos dd Londres, París O Constanllnopla del siglo XIV. Para entenderlo, necesitamos un poco de perspectiva histórica. Habrá que hacu un rodeo, prtmt'f'O ~ montaDe a los origenes de la historia y luego volver al punto de partida. Pero, al estudW este tema en lo que ser' un largo capitulo, parece que la cuestión del urbanismo, que es d tena del libro, desaparezca. La pregunta es pndSarnentr por ~ Ni la ddlncuencla u~, ni eJ miedo del du(bdano corrimtr son cosas oue-vas; como nos rK'Uetda Mum!ord sólo lo es su espectacular aumento. Es dmo que la p1an1ficad6n de la dudad del S1¡Io XX surgió como reacd6n emocional compleja - recital de datos de:sl.gBdables ~ por Moyn1han; los polítk:05 de Washington rdacIonado$ con los progRIIW de bienestar quisieron m.antener su prtndplo de ..Impardalldad al coIor. U1 • Todos estuvieron de acuer. do en rech.aurlo, y lo hicieron. Cuando la Cua Blanca propuso una reurúoo ocho meses despu& de que el Informe futn publicado, La fl.)osofla, como dilo uno de los parddpantes, era que ..no existía nadie que se Uamara DanIel Patria. Moynlhan.1n; en base a las a:fUcas que se le habían hecho, y por lo menos una de eJW¡ fue hecha sin leer el Informe, se trató de canalar la reunión y evidentemente se evitó ha. blar de estructura famUlar llJ .

    El Impacto de los motines del ghetto No cabe duda de que una de las razones por las que se Inldó esta gran controv~sla fue el cambio de percepción con 11. que los norteamericanos, pero sobre todo los medios de comunlcadón, observaban a la comunidad negra. Pero otra de las razones, quWs más Importante, fue que este Informe apareció durante la oleada de motines que, empeundo en Blrmlngham, Alabama, en 1965 y terml. nando en Detrolt en 1967, estallaron en mb de veinte dudades de Estados

    CIUDADES Da MAliIANA

    U. CIUDAD DE LA ETERNA POBRUA

    Unldos U '. Su publicación en marzo de 1965 fue seguida muy pronto, en agosto, por la gran revuelta del distrito de Watts en Los Ángeles, en el que treinta y cuatro personas murieron y hubo desperfectos por valor de 35 millones de dOlares us ; los medios de comunlcadón dijeron que el informe Moynlhan «explicaba.. el motín de Watts u ,. De hecho, análisis posteriores sugirieron que quizás no lo explicaba. El exhaustivo Informe de la Comisión Kernel, nombrada al comienzo de los motines de 1967. no estudió el caso de Watts, sino que se concentro en otros semejantes que habían tenido lugar en siete ciudades entre las que se incluía Allanta, Newark y Detroll. Concluía de la siguiente manera:

    Más adelante el Informe de la Comisión repetia la letanía, ahora ya familiar, del dclo de desempleo, desintegración familiar y desorganizadón social; al indulr el tema de la desintegración familiar como causa del desempleo, confirmaba el Informe de Moyniham, Entre dos millones y dos millones y medio de personas, es dectr entre el 16 y el 20 por dento de la población negra urbana, vivía en la miseria y depresión de los ghettos sociales. Padectan una tasa de desempleo que doblaba la de los blancos y era probable que por cada blanco hubiera tres negros en trabajos mal remunerados y sin cualificar o en trabajos domésticos; en 1966, más de un cuarenta por ciento de la población negra se hallaba por debajo de la línea de pobreza. Otra causa importante y que fomentaba esta sltuadón era que en casi el 24 por dento de las familias negras, el 9 por ciento en las blancas, el cabel.a de famllia era una mujer. Como era de suponer, la conclusión: a la que llegaron fue que

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    En el veuno de 1967 el alborotador típico era un hombre negro soltero entre 15 y 24 anos, y en muchos aspectos distinto del estereotipo. No era un emigrante. Había nactdo en el estado donde estaba en aquel momento y había vivido siempre en la

    dudad en la que habla estallado el motín. Su posldón económica era la misma que la de sw vecinos negros que no partidparon en él. Aunque normalmente no tenía graduadón escolar, poseia mayor cultura que la del promediO de negros que vivian en la dudad, ya que había estado en la escuela superior por lo menos una vez. SIn embargo lo más probable es que su trabajo fuera de poca categoría y s.ln cua· lIf1cadón. Si estaba empleado, no trabajaba a tiempo completo y los periodos de ocupadón estaban Interrumpldos por épocas de desempleo. Está convencido de que merece un trabato metor y que no lo consigue no a cau· R de su falta de preparación, capacidad o ambición sino debido a la disc:rlmlnitclón de que es objeto por parte de los empresatlO$. Rechaza el estereotipo del blanco Intolerante de que el negro es vago e ignorante. se siente orgulloso de su raza y cree que en dertos aspectos los negros son superiores a los blancos. Se muestra extremadamente hostil con los blancos, pero es probable que ello sea cauRdo por un problema sodal y económico más que de raza puesto que muestra ese mismo sentimiento hada el negro de clase medla ll1.

    • Sin embargo, este retrato no estaba tan lejos del estereotipo como creía la Comisión. Dicho de otra manera, el alborotador típico era un habitante urbano de la segunda generadón, un alumno fracasado de la escuela superior que no tenia titulo, pero que sin embargo estaba convenddo de que ésta no era la razón por la que había fracasado en el mercado de trabajO; era extremadamente hostil a la mayoría de la sociedad norteamericana ya fuera blanca o negra. Entre dos tercios y nueve décimos de los alborotadores eran adultos jóvenes, de uno y medio a tres cuar· tos no estaban cuallficados, de un tercio a dos tercios eran Inmigrantes a la ciudad, de un quinto a dos quintos no tenían empleo y entre un terdo y nueve décimos tenían antecedentes penales'lS, A diferencia de la clase media negra, habían progresado poco ya fuera en trabajo, en vivienda o en educadÓn. En otras palabras, el alborotador típico, si es que existía, era un clásico miembro de la clase pobre que Frazier había descrito; lo .mIco que se podía atl.adir era que pertenecía al estrato más inteligente y ambicioso de la clase pobre. Y si formaba parte de este grupo, habla salIdo a la caUe a saquear, razón que probablemente no era la que habla moviliza· do a las generaciones anteriores'".

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    la cultura de la pobreza huto del desempleo y de la desorganizadón famlllar genera en el ghetto un sistema de relaciones despiadadas y explotadoras. La prostitudÓn, la adicción a las drogas, las reladones sexuales eventuales y la delincuenda crean una jungla que se caraeteriu por la inseguridad personal y la tensión (...) 1,2 millones de niflos menores de 16 aflos que no pertenecen a la raza blanca viven en los cascos urbanos, en el seno de familias encabezadas por mujeres menores de 6S aflos. La mayoña de estos muchachos crec~ en la pobreza y sufr~ una sltuadón que los predispone al delito y al desorden dvil en lugar de prepararlos para un trabajo que les permita entrar en la sociedad norteamericana'.,

    Este seria uno de los aspectos clave de los motines de los aflos sesenta como Morrls )anowltz seflalaria más tarde: a dlferenda del nwtfn comum:il del East St Louls de 1917 o del de Chicago de 1919, que fueron luchas Interradales para dirimir los límites de los ghettos negros que se estaban expandJendo, éste fue un motfn ck produe~s ck consumo dentro del ghetto, dirigido contra la propiedad blanca y basado en el saqueo a gran escala lu . NI las casas de los blancos ni la gente blanca fueron objeto de los ataques; el aspecto dave de la revuelta fue «comprar gratuitamente... Considerar que fue un «motin para divertirse y sacar provecho.., como dijo Edward Banfield en aquel momento, o .una cuestión de orgullo, una manera de unirse a una rebelión nadonal para aumentar su intensidad.., como Kenneth Fox sugirió más tarde, es sólo un problema de Interpretaclón'.z. A la Comisión Kerner se le planteaba una pregunta que para muchos norteamericanos era vital: ¿por qué los negros no habían seguido el típico camino de movilidad hada arriba del emigrante? Su respuesta era que se trataba de un problema de tiempo. Los negros habían llegado en grandes cantidades a las ciudades en el prectso momento en que los trabajos sin cualificar estaban desapareciendo, Y en los lugares donde todavía existían, llevaban consigo un estigma que no habían tenido durante las generadones anteriores porque en aquel entonces la mayoña de ellos eran de este tipo. La discriminaciÓn en contra de los negros había sido más dura que contra los primeros inmJgrantes blancos. Además, el sistema político ya no servía para satisfacer las necesidades de los Inmig:antes'u, -

    auoAOES on MAiílANA

    LA CIUDAD O! 1.0\ m.t.NA POBUZA

    Por último la Combón )(emer no consideró que la expUcadón básica fuera la dalntegrad6n de la familia negra., sino lo que llamaba ..racismo de los blancos_ que, en su opini6n, era ..el responsable de la. mezcla. exp10sJva que se ha Ido acu· mulando en nuestras dudades desde la 5egunda Guerra Mundlal. I " . Entre sus caracteristlcas prtndpales se hal(¡,ba la. continua discriminación y segregación en la vivienda, rosa que había dado lugu a los ghenos negros; inmigradón negra hada los centros urbanos y b.oda blanco fuen de dIos; que, a su vez., había. producido una cultura. de ghetto en la que .. la. ddlncuenda, la droga, la. dependencia de los programas de a.yuda a. (¡, pobre:z.a, la. ~ y el resentimJento en contra de la $OC1cdad en ¡menl y de la $OC1edad blanca en pa.rticula.r eran el rmdtado.. I45 • La Comislón Kerner no descubri6 nada. n~ 1.0 interesante, y stgn1ftcatlvo fue la manen de rdadonu kls dlvmos aspectos Yde busar ~ Sesún Kemer. los motines ha.bian estallado a. causa del nctsrno blanco. Los bWKns tmian la. culpa de que Jos negros se hubleran amotinado. Un grupo conservador Y ma· yoriWia.me'nte blanco habla dado una explicación que Fcazie:r. el marxista rad.IcaI negro -despu& de: treinta afto5 de estudio- no habla. ni remotamente .sugt'l1do. Esa una. curtosa puadoIa; un :dgno de los tiempos.

    tor llamado ..de cambio. dentro de la demanda de trabajo, factor que habia Identificado el economista Charles C. J(illingworth en un ~ de 1968: había ha. bldo un larga ~ en la que se habla mluddo la demanda de traba.;os de poc;lI cuallfI.ca.dÓn, reducd6n que era mis ráptda que la d.Ism1nudón de la oferta de este tipo de trabajOSUI. Todam aistlan, pero el nivel de las c.uallficadones nece:sa.rias se había. eIendo, eran inseguros, y muchos negros no e:suban dispuestos a hacerlos porque crd.an que perdian su d.Ign1dadlU. Ademis, las aetivktade:s Ilegales ~ sultaban mh lnteresantes y prov«hosas pan estos miembros de las clases pobres; Wlbon deda que, según una encuesta hecha en 1966 entre kls residente de: Harlem. elZO por dento estaban involucrados en dlaJ 1Q• Por otra J)Mte. afirmaba que el hecho de: que las mujeJel¡ fueran el cabeza. de ramUja en muchos hogares tWU dejxIo de ser un fen6menode rau para COihUtUse en una.cuesüóndeda.se. En 1974 s6Io el 18 por dento de nitIos de famlllasnegru que ga.nIDan menos de 4.000 dolam vtvf.a con SWi ~ sin embalJO la. propord6n se elewba. a..190 por dento en las famU.Lu que ganaban 15.000 o misl~. D probieou era que ..la sltuad6n de marginalldad Y de menor número de trabaJOS aoda por la lndustria. modenu perjudla. kI5 pobces sea cua..I sea.su nu-; era dato que los negros estaban presente de: una manera de:spropordonada dentro de la daJe mh pobre, un tado de ellos, pero esto era un legado de la opresión pasada no de La dlscrlm1nad6n U4. En este último punto, los a.nIJisl5 de WUson colnddía.n con los del libro de Stepben Steinberg. 11te EJhnk Myth (D mito étnico), publicado tres ailos despu&. 5teinberg tambt&l confInna.ba la d1.vergmcIa entre una ttlIl5IderabIe clase media. ne-. gra y .Ia pn:somda. de una amplia clase pobce negra., que para 8 era ..una. pruebJ del racismo lnstftudonaI 1zadQ..u6_ Pero 5tdnberg se rdma. al racismo de las generadone:s anteriores.. feu¡biI-y en ello segu1iI esencialmente los an1lls1s de hIt de los anos vdnte-- que la variable oftk:a que búlub en la buena adaptadón de Jos d.Istintos grupos t;\e lnmIgnntes &leos era si hablan tenido o no expedmda previa de la. vkLa urbana. As( pues los judlos, que ha.bWt sido casi exclusivamente urbanos antes de su llegada, se habbn adaptado bien; mientras que a. k:i:s Italianos procedmtes del sur rura..1 no les habla. Ido tan b1en U7 • 5ln tmbargo los negros, a. pesar de ser uno de los grupos de Inmigrantes mis antiguos, habian sido mantenidos deliberadamente fuera de: w ciudades del norte de:sputs de la emandpaci6n, por medio de una conspiradón tácita entre los plantadores del sur y los lndWitrWes del norte u,. De manera que cuando más tarde llegaron a las grandes urbes, no estaban preparados. D análisis de Farley muestra. la misma dlvelgenda entre negros pobres y rieos: el espado de separación sigue siendo el mismo en términos relativos, pero ha crecido en tWninos de lngresos absolutos u,. En base a datos más recientes que los de WUson, Farley muestra que ha habido un cambio en la tendenda del progreso de este grupo: la proporción de negros pobres que habla pasado de un 50 por dento en 1950 a. un 30 en 1974, aumentó un 36 por dento en 1982. • Farley considera que su Interpretactón contradice a Wllson: según él es el sexo y no la. clase lo que hace que un lndlviduo pertenezca a la clase pobre. Pero en leaIidad no es as.i: ambos ponen de trlleve la l1amada. fem.lnizacl6n de la pobreza, que

    Ellnfonne Kerner rtCClIDtnd6 una sme de medidas pan conseguir ..la aead6n de una. n~ unidad -una sola sodedad Y una únicil k1entidad norteamertana,u,. PropoI úa. la aod6n de empkos y la desaparldón de la dIscr1m.Inad6n en el trabajo, mejor educación y (¡, eliminación de la dIscrtmlnad6n • (w:w en el sist~ e:sco.Ia.r, programas de beneficencia mejoreS Ymás unlfonnes, supresl6D de las viviendas en mal estado. Con todas estas medidas pretendía. diminar los Invislbles muros del ghetto e integrar dentro de la vida norteamericana a la da.se negra mis pobre. ~ No se consIgul6. De:sde: entonces ha habido por lo menos dos amplios estudios mb sobre el desanoUo de los negros en Estados Unidos: uno de WlUlarnJ. Wilson (1978) y otro de Reynolds Farley (1984). Parece que no se ponen de acuerdo aunque algunas de sus conclusiones son, curiosamente, parecidas. fJ libro de Wllson se titula. The Dtclining Slgnlfl.cllncr o( Rau ([1 dedive de la lmportanda. de la raza), su tesis es que .Ia clase se ha convertido en a..1go mis Importante que la raza para determinar el acceso de los negros al prtvUeglo y al poder>o141. AsI pues, los negros educados y con talento han obtenido lugares de trabajo tan ripldo, o mis, que los blancos con cuallflcadones similares; se han beneficiado sobre todo del aumento de los traba/os del gobierno, en especial de los que estin reladonados con la d1stribudón de programas de beneflcenda14&. Es por ello que ha habido una amplia expansión de la clase media negra, del 16.4 % de hombres negros en 1950 al 35.3 en 1970; mientras que la dase mis baja ha descmdido del 50.7 % ai36.4 149• Sin embargo a. pesar de estos signos alentadores, ..la clase negra pobre ha quedado en un estado de marasmo sin esperanza, permaneciendo cada vez mis aparo tada del resto de la sociedad.no. Wllson consideraba que ello era debido a un fac-

    ido iJ aumento de hilos ilegítimos dentro del colectivo negro que, en 1950, era del 2 por ciento pata los blancos y del 17 pata los no bLioncos; .1l final de los se:smUl había aumentado a 6 y 32, Yen 1980 iI 10 Y SS por cientol'l. Es deno que el CTedmlento del número de hitos Uegitimas dentro de los bWlcos ha sido mis rápklo pero lo preocupante de L1I sltuadón negra es l.1 esala absoluta del problem¡¡. En lugar de mejoRl con el tlWlpo, como esper;¡bao y dcsc.Jban la mayor[¡ de obse:rvilldores, ha empeorado. Lasconsecuendas mn sido calamitosas. Si en 1982 habla un 19 por dento de familias con padre y madre considerados oficialmente pobres. las que tentan a la madre como cabeza. de familia ascendían al S9 por ctenlo 1tol . OIcho de otra manera: mientras que en 1959 dos tercios de las familias pobres negras estaban formadas por el marido y la esposa, en 1980 en tres de cada dnco el cabeza de familla era una mujer!63. Todo ello corrobora la conclusi6n de Farley: «los cambios de la forma de vida explican la perslstenda de las altas tasas de pobreza de los anos setenta,.l". O, como ha dicho alguien, la pobreza ya no es cuestión de lo que haces, sino de con quién vives. El problema, como siempre, es saber qué ha provOCildo nta situad6n. ~ expllcad6n de Farley era que el aumento del dinero recibido por las famUlas con ninos en conc:rpto de benefkmda púbUca -que aument6 en un 28 por dento entre 1960 y 1980- podía haber fo~Qdo el número de scpuadone; famillares; y había que tener en cueotl que, a finales de los mos setenta, un 44 por dento de los beneficiarios eran negrosl~. Farley consideraba que si esto en verdad, ponía en en· tmUchola teslsdeMoynilan de 1965, según la cual si seauban mis trabajos PM3 los hombres negros, l1UIyor número de familias peormanecerlan unidas; de hechp se ha.bia creado empleo pero no habia tenido el efecto esperado. Farley se inclinaba a pensar que estos amblas enn debidos a una profunc:Ia transfonnad6n sodal que probablemente segulria también la comunidad b1anca l". Esta afinnad6n resultó profética. la tasa de hijos ilegítimos dentro de la romunldad negra todavia subió mú: ascendió al 56 por dento en los prirnm» anos ochenta, de los cuales casi el 40 por dento eran de padres adole:scmtes; de modo que prictlcamente uno de cada cuatro jóvenes menor de 18 anos tenia un hito ilegítimo; y el cabeza de familla era femenino en un 47 por dento de los casosl'1. La causa bislca pareda haber sido una caída extraordinaria del número de matrtmonlos, un 45 por dento en los aftm setenta: a principios de los ochenta el 86 por dento de las madres adolescentes eran solteras l". Por otra parte pareda que Farley también habfa tenido raz6n al senalar otra tendenda: en aquel momento un terdo de los nlll.os blancos nacidos de padres adolescentes eran también Ilegítimos. Sin embargo las diferendas todavia eran sorprendentes: entre las chicas solteras de 17 aftos o menos, la tasa de nacimientos dentro de la comunidad negra era ocho ~ superior a la blanca!".

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    CIUDAD DE V. ETUNA I'QBRUA

    «IJ

    y siempre, daba la sensaci6n de que el problema de la due pobre negn squiI. empeorando. Un estudio de Richard P.Nathan, publicado a principios de 1987, llegaba a la conduslón de que mientras entre 1970 y 1980 el total de la pobIad6n de las cincuenta duda~ norteamericanas mú grandes caía en un 5 por dento, el número de pobres a.scendí~ ~ casi el 12 por dento. Dentro de este total,. el número de pobres blancos dismlnuia en un 18 por dento, de 3.2 a 2.6 miDones; mientras que el de pobres negros aumentaba en un 18 por dento, de2.6~ 3.1 roj. 11ones. Ademis, un 84 por ciento de estos pobres negros vivían COf'Ia'I'ltrados en !teas de pobrua.. Y, aunque no se posee mucha inronnactón, los índices muestRn que desde 1980, la tendenda sigue siendo LJ mlsma l 1'l. Algo bastante sorprmdente estaba sucediendo; aunque no se s.abia por qué. Podia ser que, como Fraz:i~ ha.bia sugerido ha.da tiempo, hubiera una nueva olea· da de chicas negru sin cultura que prcadentes del campo se dirigien a la ciudad; durante los aftos setenta la marea de la mIgrad6n negra había disminuido e lnduso se habia Invertido. Era posible, se dijo, que la recesión y el desempleo hubieran em· pujado a los hombres negros a evitar el matrimonio; pero esto no explicaba el rolapso virtual de la institución, o el extraordinario aumento del número de hijos lIe· gítlmos que ello tralo consigo. Tampoco parece que el modesto aumento del dinero de beneflcenda pudiera ser una de las causas. Lo preocupante era que Estados Unidos estaba presendando una curiosa tendenda 5Odocultural entre sus )6venes. Pero por lo menos, a diferencia de lo que ocuttló con el Informe Moynihan, el t~ de «los nlJl05 que tienen nJnOSa era d1.scutido abiertamente por los líderes de las comunidades negras, que vSn en ello el comienzo de otra nueva tragedia_ eDurante mucho tiempo hemos estado a la defensiva y hemos consldaado que la discusJ6n pública de nuestros problemas era un ataque a la comunidad nesna, dilo el Presidente de LJ Uga Urbana Nacional,jOOn Jacob; eY a ~ lo era. Puo debemos atenemos JI los ~ll1. fn Mdente que habla que Mrantar la reali· dad cuando se pensaba en esos millones de nlftos sm J*1re haciéndose adultos en las calles: la pr6xina vez w mruelw podían ser peores. hreda que por 8n se IN ~ rehabilitar a MoynUwnl1J. En enero de 1987, 1nJ· dó una campatla para que el programa. de bene8cmda fuera substituido por otro completamente nuevo, donde 10 priodpa.1 ~ ganar un suddo. Fue muy Signi. ficativo que consiguiera el apoyo de todos los partidos, desde el presidente Re~iln hasta el último de los politicos. Un mes mú tarde los gobernadores de los diversas estados, tanto denl6cratas como republk:anos. aprobaron una resolud6n pkUendo que el sistema de pagos de beneficenda se convirtiera en un programa de trabajo. Para apoyar su petldón citaban un texto que llamaba la atendón sobre los profundos y angusllosos umbios dentro del tejido de la sociedad norleamerl· ana: un gran número de muieres jóvmes y nlllos eslin en la pobreza, una gran can· tldad de personas dependen de los programas de benefkenda, hay un dramitlco aumento de faml\las con un solo conyuge y de ninos que quedJn desanlendldos porque sus madres trabajaban, millones de adultos son prktlcamente an¡lf~be· tos, existe un creciente problerm de drogas YJlkohol, muchos adosIescentes espeno su segWldo y tercer hito, y otros han abl.ndonado la escuela!n.

    LA CIUDAD DE LA nuNA I'OIlUA

    El estilo del tuto pod1a pareur dramhlco, pero no Iosufidente. No es de extratw que los gobenwklres oonfLaran en que la adm1nlstI3d6n, Yel Congreso, KePtaria su propuesta.

    I'o$data: Los pobres en Gran Brdafta Una vu dicho esto, nuestros lectores pueden preguntarw, con razón, qui tiene que ver toda esta expUcad6n con la historia del urbanismo dado que: éste, de la DUnera como lo hemos entendido en este libro, puece que, en Es~ UnJdos, ha estado slemprt: ausente. Hay dos razones que just1fl.can su inclus.l6n. Una es que la historia del urbanismo no puede estar sepa.rada de los problemu que han potenciado su existencia; lo curioso de No.rteamérica es precisamente que, de manera casllncrefble, los temas de la planiflcadón de la dudad no se han planteado. Ello quiere decir que, a diferencia de lo que puede haber ocurrido en casi todos los paIses con los que se le puede comparar, los norteamericanos separaran los problemas de patologia sodal de cualquier dlscusl6n sobre las soluciones que el urbanismo puede dar. la manera de resolver el problema del ghetto, si es que lo había, era por medio de un conlunto de medidas -empleo, educad6n, vlvIen· da- que tenlan muy poco que ver con el urbanismo, por lo menos en la manera que los norteamericanos lo entendíilll. Ello resulta todavla mb curioso cuando recordamos, (capitulo undk:imo), que: fue precisamente en la lpoca de los motines cuando los te6r1ro5 de la plinlfladón llegaron a la conclusl6n de que d uro lw11smO era un¡ maner.. de abordar cuaJquier problema siempre que: se adaptil.-

    ra adecuadamente. la 0tr.I razón, más dincta, es que: en los otros paises no hubo esta separación. Gran Bretafta que en los anos clncuenta y sesenta estaba expedmentando una mugndón de minoóas hnJC&$ a sus ciudades y que a mediados de los anos SC'SC1\cta tambihl empezó a suhlt problemas wbanos similues. adopt6 un conlunto de medldu -algunas por ejemplo como el desarrollo de comunidades, claramente Insplnda en experiencias realizadas en Estados UnJdos- pero siempre las combinó con programas de renovaci6n física a gran escala de sus dudades. Y a dlfe· rt:nda de los proyectos emprendidos en Norteamlrtca que recibieron el calificativo de ..traslado de negros~ (capitulo slptlmo), los britAnlcos Intentaron, de m¡nera absolutamente consciente, proporcionar vivienda a un amplio espectro de la población, Incluyendo a los mb pobres -(X}fJE

    pertos en transporte -primero en Norteamérica y más tarde en Europa- pronto se dieron cuenta de que la mayoria de viales no se hadan para ir a trabajar sino que la gente se trasladaba por otros motivos; y esta movllldad era muy dlfídl de controlar por medio de una politlca de usos del suelo. Se sugirió que la única manera de obtener resultados concretos, fuera cual fuera la estructura urbana, era poner Impuestos, en el carburante y en los aparcamientos. La obligación de los urbanistas es hacer todo lo posible para que la gente sea virtuosa. Sto embargo pueden replicar que la poütica de uso del suelo sólo es un aspecto más dentro del programa que pretende disuadir a los automovilistas e Incentivar otros métodos de transporte: Impuestos en el carburante, peajes, gastos de aparcamiento, dificultades de tráfico. Holanda apUc6 con dillgenda un paquete de medl· das -el Cuarto Plan Extra de 1991- que contemplaba ambos aspectos, transporte y uso del suelo; lo mismo hizo la Gran Bretail.a con su PPG-13 de 1993 y, siguiendo los acuerdos de Río de 1991, los gobiernos han empezado a elevar los unpuestos so!>re la gasoUna. Pero dentro de un orden: excepto Escand1nav1a donde se han empezado a hacer tímidos ensayos, nadie está dispuesto a seguir a Slngapur y sus métodos de peaje eIecl:r6niro que tiene pensado Inidar en 1998. Parece que lo que es poUtkamente posible tiene Ifrnltes; a los votantes y a sus representantes democráticamente degldos les sucede como a San Agustín: quieren ser buenos, pero aún no. De todas maneras hay que tener en cuenta un nuevo factor que ha surgido con fuerza a mediados de los anos noventa: el increJ.1>le aumento del número de hogares en Europa, aumento que no ha sido debido al credmientode la pobladón, como ocurri6 entre los mos dncuenta y sesenta, sino a la división en unidades familiares cada vez más reduddas. Lo que se observa en casi todos sitios es que cada vez hay más hogares formados por una sola persona, es decir la gente vive prácticamente sola. Ello es debido: a que los jóvenes dejan su casa para ir a la universidad, al awnento del número de separadones y divordos, a las personas que enviudan y a que la gente vive más mos. Los estudios hechos en Gran Bretail.a en 1995, consideran que hada el atl.o 2016 habrá no menos de 4.4 Olmones de nuevas unldades famUiares13• Y no parea: que sea posible construir más viviendas en las dudades que ya son muy densas: sean cuales sean las posibilidades económicas de la gente joven que quiera vivir en unidades famUlares de una sola persona y que prefiera el bullido de la duo dad a las áreas suburbanas más tranquilas, no habrá sufidente espado para todos ni en las áreas ya ocupadas (brownfield) ni en los lugares urbanos regenerados. Habrá que edificar masivamente en las zonas que ahora están libres (grfmfield); el problema es saber si la gente que vivirá en ellas será capaz de prescindir del coche.

    el periodo de 1993 a 1996. La dudad se plantea desde el punto de vista del diseno, tema que se relaciona con otro, también heredado de los atl.05 anteriores: la competencia entre ciudades, que las convierte en un producto y las Ianz.a al mercado como 51 fueran coches o cocinas. Esta rivalidad forma parte del fenómeno de globallzad6n que ha surgido en el momento en que las antiguas ventajas que proporcionaba la situación espadal están desapareciendo. Lo5 arquitectos han salido de nuevo al escenario ron fuerza renovada como ya había Sl.K.'edldo en los aftos trein. ta Y por las mismas razones: padecían la fuerte crisis que sufría la industria de la construcd6n y estaban sin trabajo. se pusieron a sonar hermosos suenas wbanos ya darles publicidad; quizás alguien les haria caso. En Gran Breta1l.a el bello de la loterla nacional ha generado fondos que han pennJtldo iniciar Grand5 ProjW al estilo francés -otro caso claro de emulad6n- y les ha ayudado a recuperar una crea. tlvidad un tanto alicaída. Todo ello ha coincidido con una nueva tendencia: los promotores han empezado a interesarse por la regeneradón y presentan proyectos e:spectaculates que bansformaran la Imagen de las hea.s urbanas deprimidas. Ha habido un cambto: los gran.

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    La campai\a por la calidad urbana

    Durante los anos noventa ha aparecido también otro tema, que, en derto sentido, no deja de ser más que una reaflrmadón y relnterpretadón de un aspecto valorado en la década antertor: la Importanda de la calidad del entorno urbano, cuestión que el ministro de medio ambiente británico John Gwnmer ha hecho suya durante

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    des planes de construcción de viviendas, tan tfplcos de los atl.os sesenta y setenta, se han olvidado y se trabaja en la regeneradÓR de las zonas que están cerca de los centros urbanos. Podriamos pensar que esta tendencia es sólo una respuesta poI[. dca, típica del. Reino Unido, pero ha sucedido lo mismo en la Francia socialista, don. de, en 1994, se daboró un Schéma Dir«tnu para la Ile-de-France muy diferente de los pianes que le habian precedido. Lo que está pasando es que el urbanismo ha empezado a desligarse de la construcdÓR de viviendas, que era lo que le había dado vida a lo largo de todo el Siglo XX; lo que ahora predomina es la regenera. dón, yen este nuevo contexto el urbanismo tiene un papel secundario. Hay que atl.adIr algo, estas nuevas tendendas recuerdan curiosamente el movimiento de la Qudad Bella: como ya habia sucedido casi den anos antes, los aro quitectos-wbanistas dan mucha importancia a la apartenda, al aspecto decorativo de las dudades; prefieren cuidar los grandes espados públicos centrales, a expensas de las áreas más normales y comentes de la dudad donde sus habitan. tes viven y trabajan. De esta manera arrinconan las cuestiones más espinosas, como por ejemplo el problema del desempleo estructural y la apartdón de una clase pobre wbana. Hace pensar en el Chícago de Burnham. Posiblemente es involuntario: tampoco habia que esperar que los arqwtectos se convirtieran en ingenieros soctales, trabajo por el que nunca mostraron el menor entusiasmo. Sin embargo, esta nueva tendenda es significativa, podrtamos descartarla didendo que es una mera cuestión polidca' pero es posible que el cambio tenga raIces más profundas. Lo curtoso es que sucede en el momento en que los estudios seJ\a1an, en toda Europa, una demanda de viviendas sin precedentes. Estas previsiones han empezado a publicarse a rnltades de los anos noventa, y, evidentemente, cuesta como prender las Impllcadones que traerá coIUlgo. Sin duda esta situad6n Inldará un nuevo debate, puesto que las personas que viven en áreas res.ldendales selectas desean seguir manten.lendo verdes las zonas no edificadas.

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    CIUDADES DEL MAfl'ANA

    U CIUDAD A LO 8au UOQ/Jt

    Torra de marfil y ciudades de hormigón: el permanente divorcio entre teoña y práctica

    Ganancias y jwtlcla social

    Paradójicamente, los t~ricos marxistas que eran quienes deberlao haber alacado esta nueva prietlcJI, se encont~~n en frana retirada intelectual. Fue una INIrada extnu'\a: como si se anddparan al colapso de ~ Unión SovIétla y de los JWse$ del Este Nropeo; a finales de los anos ochwt1. se enzarzaron en Intrincadas discusiones culturales m lugar de pvtk:IPM en ellkbate sodo económico. Inldaron ¡ntumloables polbnlcas ~ la signlfin.d6n del postmodernlsmo: discutieron de arquJtKtura. de dne, de tel~I6n. de cu.aJquler ~ que pudJer¡, publicarse en una revista o fuera ltema para una conferen~ Estas aponKiones t'Staban todu ellas escrttas en un estilo hermitico, como 51 obedcderan las órdenes de un Diktllt, puedan estar dlrlgjdas sólo a los lnid~ y ~twl llenas de utral'Jos, y privados. atl.adidos lingüísticos en forma de w,¡bas entre parmtesis. como por ejemplo (des)lnspilado o (no)origimr.l. Sin duda esta sltu.lod6n rdl~aN la llega. da de un¡¡ nueva generadón de arquitectos y de licenciados ck 11.$ dMClu de la informad6n, para los que estas contribuciones era la única fuente Ik lngr6QS; en todo cuo no arroluon luz sobre d problema_ 1.0 único qtH! hlderon fue de1M perpleja, y arrinconada, a b. vtej~ izquierda m.a.tXisU qtH! todavía se senda polfticarnente Implicada. No es 6ttat\o: nunca qued6 claro qu~ PrflMdía esta gran producción liteRria, ni como actividad lntdectu.ll, ni como proyecto político. El etemplo mis dtado (pero qulzJs poco Iddo) era d dd critico berUn& Waltu Benjamln, mtH!rto hada ya tiempo, que defmdÍillla figura de lo que los franceses dl.riUl (UJ"ftH y los .lnglo-SOIjones (ly-on-tlre-