Perfectos Desconocidos.doc

COMPAÑÍA DE TEATRO REVOLUCIÓN-ARTE Perfectos Desconocidos Todos tenemos secretos que esconder Oscar Guzmán TODOS LOS DE

Views 88 Downloads 0 File size 180KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

COMPAÑÍA DE TEATRO REVOLUCIÓN-ARTE

Perfectos Desconocidos Todos tenemos secretos que esconder Oscar Guzmán TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

"Un amigo es alguien quien nos conoce pero nos ama de todas formas”… Pero que sucede cuando los amigos no se conocen en verdad a pesar de haber pasado toda la vida juntos y creer que conocen cada aspecto uno del otro ¿Puede una amistad o incluso el amor sobrevivir a una mentira? ¿Qué tan cierto es eso de “amigos por siempre”? o más importante… ¿Existe realmente algo como la amistad sincera y desinteresada? La hilaridad y el drama se suceden a medida que se desvelan los secretos de cada uno y los nueve amigos se encuentran perfectos extraños el uno al otro

Personajes Mario.- Sociólogo, casado con Roxana, es el más centrado del grupo. Desempeña sin proponérselo el rol de líder, siendo a la vez el anfitrión del reencuentro. Es calmado y racional, tratando siempre de buscar el punto de conciliación entre su círculo de amistades. Tiene a su cuidado a su hermana menor de 15 años Mauro.- Es el galán del grupo, extrovertido, de risa fácil y galantería impulsiva, ha mantenido una relación años atrás con Sofía, por quien todavía siente un especial cariño. Esconde más de un secreto. Es totalmente leal a sus amigos varones. A pesar de su condición de empleado ocasional, no sufre grandes preocupaciones económicas. Es novio de Katrina Lucía.- Esposa de Juan Carlos, es madre de 2 niñas. Aparenta ser una mujer centrada, con altos detalles de sarcasmo. Trata de disfrazar su desprecio por Joseph con bromas de mal gusto y frases racistas y clasistas conforme el alcohol hace mella en ella Katrina.- Es la artista del grupo, especializada en música, siempre sensible y sentimental. Es quizá la más frágil del grupo, siempre tratando de ser protegida por todos. Tímida hasta cierto punto, cuando logra alcanzar confianza en si misma, demuestra tener tanta correa como los varones. Es la mejor amiga de Lucía Alberto.- Abogado, es novio de Fiorella, es a la vez el mejor amigo de Joseph. Siempre de risa fácil y temperamento impulsivo, mantiene el buen ánimo, siendo uno de los cabecillas cuando de bromas se trata. Al aceptar participar en el juego, termina metido en un lío enorme que desnudará la verdadera cara de su relación y personalidad Juan Carlos.- Empresario, paciente de depresión moderada. Es desconfiado por naturaleza y receloso de todos cuanto le rodean. Mantiene muy en alto sus defensas para que nadie pueda trasgredir sus murallas personales. Al aceptar participar del juego, empieza a descubrir que el mundo no es tal cual él lo creía Fiorella.- La más reciente incorporación al grupo. Es estilista y cariñosa, a veces demasiado. Tiende a traspasar el espacio personal de cada uno con tal de demostrar su afecto. Tiene poca resistencia al alcohol Roxana.- Psiquiatra casada con Mario, es la líder e ideóloga de las mujeres, casi el ejemplo a seguir para todas debido a su éxito profesional y personal. Está muy enamorada de su esposo, aunque su trato con todo es más bien sarcástico y en muchos momentos cortante. Tiene relaciones muy tirantes con su hija, enfrentándose en discusiones muy a menudo con esta por el control que ejerce en la casa Joseph.- Profesor de literatura, divorciado. Es casi el marginado del grupo, a pesar de ser muy querido por sus amigos, no es tomado en cuenta mayormente como peso decisivo. Todos especulan sobre la causa de su divorcio y sobre su actual vida amorosa, por lo que se ve forzado a mantener un secreto muy oculto Sofía.- Ex de Juan Carlos, fueron pareja durante las épocas de colegio, pero luego declaró abiertamente su bisexualidad, es coqueta y seductora, se siente atraída por Fiorella Karen.- Hermana menor de Mario, al morir su madre queda a cuidado de su hermano mayor, es impulsiva, desordenada como toda adolescente, rebelde y agresiva. Se sabe una joven guapa. Está enamorada de un chico que su cuñada no aprueba, por ello tiene peleas constantes con Roxana por el excesivo control férreo que esta mantiene sobre su vida. Conoce un gran secreto que no puede develar Joyero, Erick (novio de Joseph), María, Sandra, Paulo (amante de Lucía).- VOCES EN OFF

Escena I (El telón se abre, dejando ver una sala y comedor, con una mesa, 6 sillas y un pequeño juego de sala. En una mesa cuadrada decorativa, se observa un teléfono convencional. Roxana a escena y toma el teléfono, caminando de un lado a otro muy incómoda) Roxana.- ¡Te he dado una orden y punto final! (mira alrededor confundida al darse cuenta que nadie la acompaña) ¿Cuántas veces te he dicho que no me dejes hablando sola? Karen.- (fastidiada) ¿Será porque siempre dices lo mismo? Ya conozco tus discursos al pie de la letra, incluso los puedo clasificar en orden alfabético para que puedas usarlos cada vez que algo no te guste Roxana.- ¿A dónde vas? Karen.- (pintándose los labios sin prestar mayor atención a su cuñada) A la fiesta de Caro Roxana.- No te creo Karen.- No me creas si no quieres Roxana.- (enojándose) Tú vas a ir a verte con Pablo Karen.- ¡No! Roxana.- (trata de calmarse antes de explotar) Mintiendo solo te haces daño tu misma, no me haces daño a mí Karen.- ¡Qué pesada eres Roxana! ¡Ya te dije que voy a la fiesta de Caro! A lo mejor después nos vemos con los chicos y ni sé siquiera si irá Pablo. Además ¿tú qué autoridad crees tener? No eres mi madre Roxana.- (toma la cartera que Karen dejó sobre la mesa y bruscamente la abre, rebuscando en su interior. De ella saca una caja de condones) ¿Para ir a una fiesta quieres estos? Karen.- (arrebatándole la cartera) ¡Deja! ¿Por qué tienes que meter la mano a mis cosas? Roxana.- Respóndeme Karen.- (disimulando su enojo sin éxito) No son míos Roxana.- Estaban en tu cartera Karen.- Son de Caro, me pidió que se los guarde y lo hice Roxana.- ¿Tú piensas que soy una idiota? Karen.- Lo que yo piense es irrelevante, solo no vuelvas a revisar mi cartera (le quita los condones y los vuelve a guardar en la cartera) Roxana.- ¡Dios! ¡Realmente te has vuelto insoportable! Karen.- (la mira por un momento en silencio) SI supieras lo que yo pienso de ti… (Sale de escena)

Roxana.- Realmente no puedo más con esta… (Se contiene para no decir la última palabra, toma su celular y marca rápidamente. Suena de fondo el timbrado de un teléfono, mientras la luz de un extremo del escenario se enciende. Sofía entra caminando con calma antes de detenerse al escuchar el sonido del teléfono. De su cartera saca su teléfono celular y contesta) Sofía.- ¿Aló? Roxana.- ¿Aló? ¿Sofía? Sofía.- Si, Roxana, ay lo siento, he estado con mucho trabajo encima, perdón por no contestarte antes Roxana.- (con tono de voz complaciente) No te preocupes, oye te llamaba porque ya todos confirmaron para la cena de esta noche Sofía.- ¡Ay si perfecto! Cuenta conmigo también, ya me hace falta un buen relajo. Hace años que no nos vemos Roxana.- (sarcástica) Hace años que nos tienes olvidados Sofía.- ¿Cómo crees? Es solo que… Roxana.- (interrumpiéndola) Ya, ya no te lo tomes tan en serio, que solo estoy jugando contigo (ambas estallan en risas) Bueno, te dejo porque he dejado a Mario solo en la cocina y si no se le quema el agua, será un milagro (ríe de su propia broma) Sofía.- Vale, nos vemos a la noche ¡Chao! (corta la llamada y sale de escena. Entra Mario llevando dos botellas de vino) Mario.- ¿Todo bien? ¿Viene Sofía? Roxana.- No, todo no está bien, pero sí, ya confirmó, incluso Joseph confirmó que vendrá Mario.- (ríe entre dientes) Eso lo creeré cuando esté aquí (coloca las botellas sobre la mesa y calmadamente termina de arreglar la mesa) ¿Hace cuánto que no nos reunimos todos? Roxana.- Bueno, pues ustedes se reúnen una vez al mes para jugar fulbito Mario.- Y ustedes cada 15 días para irse de compras Roxana.- ¿Eso fue sarcasmo? Mario.- (suspirando divertido) No, para nada, no… Ahora, dime ¿Qué es lo que te molestó? Roxana.- ¿Qué crees? Mario.- ¿Otra discusión con Karen? Roxana.- Tu hermanita cuenta un montón de mentiras una y otra vez… (Mario guarda silencio mientras se sienta en el sofá) ¿No vas a decir nada? Mario.- ¿Qué esperas que te diga? Tiene 16 años, el que se rebele y te discuta, no debería sorprenderte Roxana.- Saldrá con Pablo

Mario.- Bueno, son enamorados hace 6 meses… lo raro sería que no saliesen juntos Roxana.- A mí no me gusta ese chico Mario.- El problema es que a ella si le gusta Roxana.- A ti tampoco te gusta Mario.- Cierto, a mí tampoco me gusta. Es inútil impedirle que lo vea, ¿Recuerdas cuando tu papá no quería que salieras conmigo y me amenazó con un rifle? (Pausa) ¿Sirvió para algo? No. ¿Cuántos adolescentes has conocido que no se rebelen y obedezcan ciegamente a sus padres? Te apuesto que a duras penas podrías contarlos con los dedos de una mano (Roxana suspira fastidiada al no encontrar apoyo en su marido) Intenta solo ver las cosas a un poco más de distancia Roxana.- Por más que intento, no logro ver las cosas desde la distancia Mario.- La criticas siempre Roxana.- Ella me critica siempre… (su respiración se hace más densa y su voz se nota tensa) Además, tenía un paquete de condones en la cartera Mario.- (sorprendido) ¿Qué? ¿Y cómo lo sabes? Roxana,- Los encontré Mario.- ¿Le revisabas la cartera? Roxana.- Estaba buscando una cosa Mario.- (en tono de reproche) Roxana Roxana.- Karen está viviendo el drama de salirse de la escena familiar Mario.- Ayudémosla a salir entonces sin la necesidad de romperle los ovarios cada cinco minutos Roxana.- Sería algo equivocado… Tiene necesidad de un conflicto para definirse… un modelo del cual despegarse Mario.- Roxana, mi madre trabajaba vendiendo pollos en el mercado de Surquillo. No tienes idea de cómo fueron entonces las cosas de simples. Cuando yo salí de la escena familiar, mis padres ni siquiera se dieron cuenta hasta que mi madre preguntó por mí en la cena de navidad un año después… No digo que pasemos por alto la conducta de Karen, pero si que nos mantengamos un poco al margen, solo intervendremos si realmente es necesario, no antes Roxana.- En fin… aunque terminemos discutiendo y tirándonos las cosas de un lado a otro de la casa, ni tú ni yo vamos a darnos la razón el uno al otro… Mario.- Cierto, si nos diésemos la razón, probablemente nos habríamos divorciado a la semana de casarnos Roxana.- (asiente y trata de cambiar de tema) Me pregunto si Joseph vendrá con su nueva novia Mario.- ¿Tiene novia?

Roxana.- ¡Sí! ¿No te lo había contado? Mario.- La última “novia” que le conocí, fue su ex esposa Roxana.- Pues ahora está de novio con otra chica, no sé cómo se llama… ¡Ojalá que hoy la traiga! Mario.- Bueno, ya veremos que se trae entre manos… Iré a darme una ducha, el pollo ya está en el horno ¿Te ocupas de recibir a todos? Roxana.- Claro, así aprovecho en terminar de arreglarme (se acerca a Mario con gesto coqueto y lo besa suavemente en los labios) ¡Ag pero que mal hueles! (estalla en carcajadas) anda a bañarte de una vez Mario.- ¡Que conste que tú empezaste ah! (ríe divertido mientras sale de escena) (Suena el timbre) Escena II (Llegan Alberto y Fiorella. Roxana les abre la puerta) Roxana.- ¡Beto! (le da un beso en cada mejilla) ¡Cuánto tiempo! (solo mírate) ¿Dónde se te fue la papada? Alberto.- (En tono burlón) Me imagino que eso lo puede responder mejor tu cirujano (tras un breve espacio de silencio, ambos estallan en carcajadas. Fiorella los mira desconcertada, sin saber si reírse o no) Roxana, te presento a Fiorella, mi novia Fiorella.- (tímida) Mucho gusto (le da un beso a Roxana en la mejilla) Roxana.- Pero pasen por favor (les cede el paso y luego de cerrar la puerta los guía hacia la sala) Fiorella.- Beto, creo que vinimos muy temprano Roxana.- No se preocupen, de hecho, Katrina y Mauro ya están por llegar. Llamaron hace un momento (se dirige hacia un pequeño mueble a un lado de la estancia) ¿Algo de beber? Alberto.- Pareciera que no me conoces Fiorella.- Si gracias (le da un codazo en las costillas a Alberto) no seas confianzudo Roxana.- Si supieras como era este en el colegio… hasta por irse de lanzado se llevó el chasco de su vida Alberto.- ¿Tan temprano empezamos con el maleteo? Roxana.- No te quejes Beto, han pasado 10 años desde que fuimos promoción. Hay mucho tiempo para batirnos (Mario entra a la sala, completamente vestido y con una toalla en la cabeza húmeda) Mario.- Amor ¿sabes dónde dejé el peine? Alberto.- Tal vez en el mismo lugar donde dejaste los condones cuando quisimos ir a las cucardas a los 15 (Mario se sorprende al no haberse dado cuenta de la llegada de su amigo) Mario.- ¡Chino! (lo abraza cordialmente) Carajo, cuantos años (se fija en Fiorella) Mucho gusto

Fiorella.- Mucho gusto. Tú eres Mario ¿no? Mario.- Al menos eso dice mi DNI Roxana.- No le creas, que este para hacerse el huevón con el brevete, tiene como 5 DNI Alberto.- ¿Oye y es cierto que Joseph ya anda de novio de nuevo? Roxana.- La verdad, no lo sé. Me imagino que si por las cojudeces romanticonas que cuelga en su instagram Fiorella.- ¿Joseph? Mario.- Es uno de nuestros amigos, ahora es actor creo… o profesor de literatura… algo que tiene que ver con humanidades. Cuando éramos chibolos, era un nerd más, apenas si hablaba para intervenir en clase, pero eso sí, tenía un corazón enorme. No había joda en la que no se apuntase Alberto.- Claro y por eso en secundaria se volvió un gilero de campeonato. Seguro que al fin consiguió a alguien que lo aguante. Fácil y se cansó de levantarse a cuanta flaca va a tonear en la calle de las pizzas (suelta una carcajada) ¿te acuerdas cuando se quiso levantar a la secretaria de dirección? Mario.- Si, hasta le escribió un grabado en la pared usando su llave y le enviaba poemas Roxana.- Hasta que lo botaron del colegio por cojudo Fiorella.- ¿Pero solo por enamorarse? Roxana.- Creo que hubo todo un roche ahí, pero en realidad nunca se supo más y cuando le preguntamos, no quiso decirnos nada. Desde entonces se volvió más reservado y hasta tímido (tocan el timbre. Roxana va a abrir) Cosa contraria que pasó con Mauro (Son Mauro y Katrina. Se saludan en silencio mientras Roxana les abre paso a la sala. Al escuchar su nombre, Mauro le hace un gesto a Mario para que no diga nada) Fiorella.- ¿Qué pasó con Mauro? Alberto.- (suelta una carcajada mientras Mauro lo mira desde unos pasos detrás con los brazos cruzados, mientras Katrina escucha atenta) Ese gil, era el nerd del salón en primaria. Hicimos promoción en ese entonces y lo único que quería era sentarse a leer. Pero carajo… luego se despertó y se volvió el más pendejo concha de su madre que tuvimos en esa generación (suelta una carcajada, Mario se ríe en silencio) ¿Te acuerdas que le puso terocal a la silla del flaco Watanabe? El que era profe de filosofía pues, ese día el chino no se podía parar y se fue arrastrando su silla a la dirección) La cara que tenía el huevón de Mauro carajo (vuelve a reírse) si algo podía hacer para delatarse como culpable, era eso Mauro.- Al menos yo cambié la cara pendejo. Tú sigues con la mira expresión de arrecho misio en bulín de cono Katrina.- Hola, como están todos (Sofía la mira sorprendida) (Mauro saluda a todos y al llegar a Roxana, la abraza con cariño y al apartarse, le da una suave caricia en el rostro, rozando sus pendientes con las yemas de los dedos) Sofía.- ¿Katrina? ¡Ay carajo! No, no me puedo creer que seas tú. ¡Mira que cambiada estás! (la abraza efusivamente)

Alberto.- (Sonríe y se pone de pie, abrazando a Katrina brevemente) Sí, has cambiado muchísimo. Te ves estupenda. (La mira con algo de perversión) Mauro.- Ya, ya no te emociones que yo me veo mejor (Roxana suelta una carcajada) Katrina.- Gracias, creo Alberto.- Tranquilo campeón, es solo un halago. Mauro, Katrina, les presento a Fiorella (Fiorella los saluda efusivamente) Fiore, ella es Katrina, es la artista de la promo… y él… él es un caficho Mauro.- ¡Oye! No soy caficho… ya no genera ganancias (Katrina el da un pequeño golpe en el hombro para corregirlo) Ay, ya, ya, ya. Mucho gusto Fiorella Fiorella.- El gusto es mío Roxana.- ¿Sabes quién se va a sorprender mucho cuando te vea Katrina? Laura. Ya sabes que ella solía ser la cabecilla del grupo de chicas en el colegio Katrina.- La verdad, no recuerdo… pero a ella la veo más seguido. Trabaja a media cuadra del teatro y coincidimos algunos días para almorzar Alberto.- Hablando de Laura ¿Qué será de la vida de Juan Carlos? Mario.- Ni idea, creo que alguna vez te invitó a salir ¿no Sofía? Sofía.- Sí, me invitó y no una, sino un culo de veces Katrina.- Eh… haré un mea culpa, la verdad es que yo se lo sugerí por una inocente apuesta que hicimos. Algo para divertirnos. (Sofía la mira incómoda) Sofía.- ¿Apuesta? Roxana.- (estallando en carcajadas) ¡Es verdad! ¡La apuesta! (Se ríe). Ay no Sofi, que divertido fue. Espero que no nos guardes rencor por eso, después de todo, solo éramos unos mocosos apendejados Sofía.- (sarcásticamente) ¿Qué? ¿Rencor? ¿Por hacerme creer que Juan Carlos realmente estaba interesado en mí y se burlarse de mis sentimientos? ¡No, qué va! Katrina.- (Todos, excepto Katrina, notan el sarcasmo y se mueven incómodos en sus asientos) Menos mal. Aunque tienes que admitir que fue más divertido que esa obra de teatro en la que Roxana se tropezó frente a todos Mario.- (tratando de poner paños fríos a la situación) Descuida, con lo guapa que estás ahora, nadie querrá hacerte bromas de nuevo. Entonces, está todo listo Sofía.- Claro que está todo listo, porque ahora soy adulta y no dejaré que me falten al respeto nunca más (Suena el timbre. Mauro, se dirige a la puerta. Entran Laura y Juan Carlos, saludando a todo el mundo) Laura.- Hola chicos, ¡cuánto tiempo!

Juan Carlos.- ¿Qué tal? (Todos lo miran sorprendidos pues su cabello luce algo canoso y con varios kilos de más) Sofía.- ¿Juan Carlos? ¿Qué te pasó? ¡Mírate nada más! Juan Carlos.- ¿Sorprendida? Apuesto a que todas siguen encontrándome irresistible Sofía.- ¡Pero sí pareces un panda! No puedo creer que antes me muriera por ti (Todos ríen mientras Juan Carlos se toca la nuca, avergonzado) Juan Carlos.- Hola, Katrina. Vaya, estás muy guapa. Casi no te reconozco (La abraza amigablemente, mientras Laura saluda a Roxana) Lisa.- Sí, lo mismo digo. Por lo de no reconocerte, claro (Mauro abraza a su amigo) Juan Carlos.- Oigan ¿y Joseph? Roxana.- ¡Vaya! El más guapo de todos se convirtió en sapo. Y yo que creí que iba a ser el reencuentro de los guapos esta noche Sofía.- Pues si de eso se trata, te invito una copa. (Le guiña un ojo) Laura.- ¡No me digas que eres leca! Si ya se me hacía raro que no salieras con chicos Mauro.- (A Juan Carlos) ¿Es en serio lo de Joseph? ¿Está confirmado que se quiere casar con la flaca esa? Mario.- Si, está confirmado. Pero vamos, ya era hora. A Joseph le duró el matrimonio, menos de lo que le duró a Mauro su primera incursión a las cucardas Laura.- Puta y yo que pensé que había durado más de cinco minutos Katrina.- (burlona) a veces ni eso Mauro.- No me ayudes tanto amor Laura.- La flaca esa se llama Melissa… al menos eso he escuchado (a Mauro) y no empiecen a joderla cuando llegue Mario.- Ya sabes Mauro, nada de joder a la flaca de Joseph Mauro.- Ok, ok, lo prometo Katrina.- Si Joseph se ha decidido a casarse de nuevo, tras el chasco de su primer matrimonio, entonces la tal Melissa debe ser impresionante ¿no? Mauro.- No exageres Kat, para salir con Joseph… pues muy impresionante no ha de ser Mario.- Por lo menos debe estar buena, para Joseph lo más importante son las tetas Roxana.- Tú siempre pensando en las tetas (le da un lapo en la nuca) ¿Hay algo más importante en el mundo que las tetas?

Juan Carlos.- Buena pregunta Katrina.- A ver, yo lo que quería decir, es que es fácil enamorarse de alguien como Joseph Roxana.- Ya siendo sincera, pues si, es que Joseph siempre fue muy protector Laura.- Cariñoso Sofía.- Comprensivo Mauro.- ¿Desde cuándo van al mismo terapista juntas? Roxana.- ¿Cuál terapista querido, si me tienen a mí? (todos estallan en risas) Fiorella.- ¿Por qué es tan sorprendente que Joseph se quiera casar? Sofía.- Es que Joseph… era medio aburridón a veces, a pesar que siempre estaba en toda actuación… no era precisamente míster simpatía. O sea se hacía querer, pero no era muy conversador Mario.- Eso hasta que entró a secundaria… y ahí ¡zas! No había flaca a la que no persiguiese (Entra Joseph, aprovechando la puerta abierta. Lleva el cabello largo y suelto a la espalda, una camisa a cuadros y un jean sencillo) Joseph.- Buenas noches con todos ¿tienen tiempo para hablarles de nuestro señor todo poderoso? Mauro.- ¡Carajo! Casi no te reconozco huevón (abraza a su mejor amigo. Todos intercambian saludos, mientras tanto Mario se dirige a la puerta y la cierra) Katrina.- Así que llegó el gran conquistador Laura.- ¡¿Cuándo dejaste de ser el nerd al que molestábamos?! Roxana.- Quizá cuando se quiso levantar a la secretaría (Todos estallan en risas, incluso Joseph quien ríe por compromiso. Tras un momento, todos miran con curiosidad a Joseph) Joseph.- ¿Pasa algo? (se mira la ropa y da una vuelta como buscando una cola) ¿tengo algo raro? Sofía.- ¿Y Melissa? Joseph.- ¿Quién? (luego de un momento cae en cuenta) Ah, Melissa, me dijo que les pidiese perdón a todos, pero no ha podido venir. La agarró la gripe y prefirió quedarse en casa a descansar (los mira a todos detenidamente) Pero vamos ¿estamos en un velorio o solo vinieron por ver a Melissa? Juan Carlos.- Pues, yo vine a conocer a la famosa Melissa (Abraza a Joseph amigablemente) Roxana.- Que gusto verte Joseph (le da un beso en la mejilla) Joseph.- Lo mismo digo Rox (observa por un momento sus aretes) Que bonitos pendientes

(Mario abraza a Joseph y le coloca un brazo sobre el hombro. Mauro le coloca un brazo sobre el otro mientras Juan Carlos se sirve una copa de vino) Mario.- Ya dinos la verdad Joseph.- ¿Cuál verdad? Mauro.- Sobre Melissa Joseph.- No entiendo Mauro.- ¿En serio tiene gripe? Mario.- No la habrás dejado ¿no? Alberto.- (Alberto abraza a Fiorella desde la espalda, rodeando su cintura con los brazos) Ya, ya, déjenlo respirar. Si su novia no pudo venir, nos quedaremos con la curiosidad de conocerla pues Joseph.- Claro que no la he dejado, ni me ha dejado Mario.- Pero seguro lo han discutido Joseph.- Carajo ¿tú eres huevón o qué? Ni de loco discuto con Melissa, cuando se enoja, se pone más brava que tu suegra y eso ya es decir bastante Alberto.- Oye Joseph ¿y qué edad has dicho que tenía? Joseph.- No lo he dicho Betito… y para que se queden tranquilos, tiene nuestra edad Alberto, Mario y Mauro.- (a la vez) ¡Ah! (se reparten en diferentes asientos luciendo casi decepcionados) Joseph.- (desconcertado) ¿Ah? ¿Ah qué? Alberto, Mario y Mauro.- (a la vez) no, no, nada, nada… Escena III Roxana.- Ya, dejen los comentarios de mal gusto sobre Melissa Alberto.- Solo queríamos saber la verdadera razón, por la que no ha venido Joseph.- (sarcástico) Pero yo sí he venido Fiorella.- Melissa es un nombre precioso. Joseph y Melissa. Suena tan bien Roxana.- ¿Estás seguro de estar enamorado Joseph? Joseph.- Pues… no sé ¿Cómo sabe uno cuando está enamorado? Roxana.- ¿Me lo dices a mí? Joseph.- Si claro, tú eres la experta en estos temas, eres psiquiatra. Entiendes mejor que nadie el comportamiento humano

Fiorella.- Si hablas con ella, al menos 30 minutos al día, es que estás enamorado Joseph.- ¿Y si hablas 60? Fiorella.- Es que estás muy enamorado Katrina.- Por favor, alguien que me pase la insulina… tanto romance me va a provocar diabetes Juan Carlos.- Y si no hablas nunca, es que estás casado (Mario estalla en carcajadas) Laura.- Mira, para simplificarlo. Si vas por el lado cursi, describes toda esa huevada de mariposas en el estómago y demás… pero si vas más a lo concreto, te excitas cuando te acaricia y te vas calentando poco a poco… Roxana.- Eso es arrechura Laura Juan Carlos.- (cantando en son de broma) Estar enamorado es… Sofía.- (responde en son de broma) Confundir la noche con el día Juan Carlos.- (canta) Estar enamorado es… Mario.- (responde en son de broma) Vivir con el corazón desnudo Juan Carlos.- Estar enamorado es… Mario, Mauro y Alberto.- (siguiendo los coros en son de broma) Despertar con cara de cojudo (Todos estallan en carcajadas, incluso Joseph) Joseph.- Carajo, ni de adultos pueden tomarse las cosas en serio Fiorella.- (toma el brazo de Joseph con cariño) No reniegues, vamos. Espero que seas muy feliz con Melissa Sofía.- Me has hecho acordar, mi ex se llamaba Melissa (todos la miran desconcertados) ¿Qué? Yo solo decía… (Estallan en carcajadas al no saber cómo responder) Katrina.- Hablando de recordar. Se me vino a la memoria el chino Watanabe ¿se acuerdan? Mauro.- Claro, el que dictaba educación física Joseph.- Nunca me cayó bien Juan Carlos.- Solo porque te hacía correr Joseph.- ¿No es motivo suficiente para que me cayese mal? Katrina.- (riéndose) no por eso, sino porque si mal no recuerdo. Juan Carlos le robó el silbato que usaba en clase y el chino lo correteaba Juan Carlos.- (riéndose) Si me acuerdo, fue en 5to creo ¿no? Me tenía podrido con el silbato ese Roxana.- A todos nos tenía así

Juan Carlos.- (sin dejar de reír) y nunca pudo alcanzarme, por un momento creí que el chino si corría Sofía.- No exageres, nos triplicaba la edad creo y se pasaba la clase soplando el silbato ese Laura.- No me caía tan mal la verdad ah. Era hasta simpático Juan Carlos.- Amor, siempre has tenido gustos raros Laura.- (burlona) Si, por eso terminé casada contigo (Todas las chicas reaccionan en burla, incitando a la candela entre ambos) Joseph.- ¿Recuerdan cuando se escaparon del colegio? Fiorella.- ¿Se escaparon? (mira a Mauro) Roxana.- No lo admires tanto, estos tres (señalando a Mauro, Mario y Juan Carlos) se antojaron de irse a comer ceviche… pero fueron tan imbéciles, que se salieron del colegio y fueron a comer a un restaurante frente a la puerta principal del colegio Fiorella.- (riendo a carcajadas) No jodas ¿en serio? Mario.- Si, pero en realidad nadie se había dado cuenta Sofía.- Claro, si no era porque Juan Carlos, regresó corriendo como loco y desesperado tocaba la puerta para entrar Fiorella.- ¿Por qué? ¿Tenía miedo o qué? Juan Carlos.- No, nada de miedo ni nada Katrina.- Es solo que el huevas este, pensó que el ceviche llevaba tomate y mordió un pedazo de rocoto y se lo comió Fiorella.- ¡Ay mierda! Juan Carlos.- En mi defensa debo decir que nunca he sido amigo del picante Mario.- Y por irte de desesperado en lugar de pedir el baño en el restaurante o una gaseosa, corriste al colegio Mauro.- Y por esa gracia, nos suspendieron 1 semana Mario.- Hubieses visto la puteada que me metió mi viejo Mauro.- Al menos a ti solo fue una puteada, a mí, mi vieja me agarró a cachetadas Fiorella.- Y yo que creía que lo cachetón era de nacimiento. Ahora sé que los cachetes era la hinchazón de los lapos de tu mamá Mauro.- (sarcástico) Muy graciosa tu novia Beto Alberto.- No vale picarse hermano

Katrina.- ¿Todos se acuerdan de los amores y desamores de la época escolar? Juan Carlos.- Me acuerdo de la secretaria de Joseph Joseph.- Ya vamos a empezar con eso otra vez. Además, no sé qué tanto lío haces si tú te ibas de gilero por todas partes Juan Carlos.- Un momentito, el gilero eras tú Katrina.- Si, Juan Carlos solo se ponía como un tomate y empezaba a tartamudear Laura.- Si y así nervioso, jodido, tartamudo, tomate y demás, terminé enamorada y con dos hijas (besa amorosamente a Juan Carlos, quien le rodea la cintura con un brazo) Mario.- Ya, ya tampoco hay que ponernos melosos ni hagamos leña del colorado. Juan Carlos se moría por Sofía en aquellos años y eso que apenas teníamos ¿Cuánto? ¿10… 11 años? Sofía.- 11 en ese momento, pero luego si estuvimos algo de 6 meses en secundaria (levanta su copa y brinda con Juan Carlos) fue casi una palomillada creo ¿no? (bebe un ligero sorbo) Juan Carlos.- Si, aunque en ese momento si me gustabas ah (Laura tose sin disimulo algo incómoda) si hasta recuerdo que me escapaba de ti en la movilidad, porque a la fuerza querían sentarnos juntos Joseph.- Recuerdo perfectamente tu cara de pánico. Y luego Alberto por joderte, te pinto una serie de pichulas en tus libros de lenguaje (suelta una sonora carcajada) La Miss Lila te castigó 3 semanas porque pensó que tú las habías pintado (todos estallan en risas) Laura.- ¿Entonces ustedes fueron pareja de chibolos? (mira alternativamente a Sofía y a Juan Carlos) Sofía.- Si, pero como dije, solo fue una cosa de chibolos, estuve sola algo de 2 años y empecé a salir con Pamela Fiorella.- ¿Pamela? (sorprendida) ¿Te gustaba otra chica? Sofía.- Claro, es que estaba decidida a explorar opciones y me sentí muy cómoda con ella, poco a poco nos hicimos muy amigas y pues… un día después de clases… Mauro.- Aguanta un toque… No recuerdo a ninguna Pamela en el colegio Sofía.- No pues ¿te imaginas el lío que se hubiese armado si la Miss Lila, la Miss Juanita o la Miss Mónica que andaba de chismosa con la Directora, se hubiesen enterado? Joseph.- Probablemente te hubiesen mandado al psicólogo y hasta a un exorcismo Katrina.- Felizmente que con estos recuerdos no terminaste por divorciarte Mario.- No, acá el divorciado, es el ahora enamorado deslumbrante Juan Carlos.- Tienes suerte que en tu divorcio no te hayan quitado nada Joseph.- ¿A mí? ¿A mí me que van a quitar? Solo soy un profesor de literatura. Con lo que ganamos los profesores en este país, tendría que haberle disputado los bienes yo a mi ex esposa

Sofía.- (luego que se acaba el licor de la primera botella) Bueno, bueno, dejando de lado los divorcios y anécdotas ¿qué les parece si hacemos algo que no hacíamos desde el colegio? Alberto.- No gracias, la época de las pajas a escondidas ya la pasé hace años Fiorella.- ¡Alberto! (casi escandalizada medio muerta de risa) Joseph.- Pues yo creo que a Mauro todavía le queda un poco Katrina.- De eso nada ah, yo me ocupo de hacerlo feliz Laura.- Por favor, no nos des detalles de su vida sexual Mauro.- Es que cuando se tiene un don, se tiene pues Katrina.- Ya no te eches flores, que el don, te solía durar 4 minutos en nuestros primeros meses (Todos estallan en risas menos Mauro) Escena IV Mauro.- Ya, ya, no nos tomemos todo literalmente tampoco Roxana.- (incómoda) ¿Con qué hay que tener cuidado? ¿Con los mensajes de texto o con el hecho que sigues siendo un mujeriego de mierda? Mario.- Roxana, basta Roxana.- (tranquilizándose) perdona Kat (descorcha una nueva botella de vino) Mauro.- Yo lo único que digo, es que esto (muestra su celular) tiene la culpa de muchos de los divorcios y problemas de pareja de hoy en día. Cuando no habían de estos, no habían tantos problemas Laura.- No (bebe un sorbo de vino) el problema siempre ha estado en que los hombres no pueden controlar la calentura de sus huevos. El celular y las redes no tienen la culpa de nada, al fin y al cabo, si no se hicieran publicaciones estúpidas, no sucedería nada Fiorella.- Es que los hombres son todos unos cerdos Alberto.- ¿Nosotros somos unos cerdos? ¿Y las mujeres que son? ¿Monjas de la caridad? Roxana.- Lo único que tiene valor actualmente, es lo que tenemos en el cerebro, aquí no hay contraseñas, es como una caja fuerte y cada quien decide que sale y que entra Sofía.- Casi como la vida sexual de cada uno de nosotros Roxana.- Es que el mundo ha cambiado completamente, ahora la mayoría ya no tiene la cabeza en una conversación, si no en el celular y entonces, lo que sea que se diga, pasa a segundo plano porque nos ocupamos más de revisar a cada rato el whatsapp, el Facebook, el instagram, etc, etc, etc Laura.- (burlona) Juan Carlos no me dejaría revisar su celular jamás Juan Carlos.- ¿Por qué dices eso?

Laura.- Porque es verdad Juan Carlos.- (saca el celular del bolsillo) mira, aquí lo tienes, cógelo (se lo ofrece. Laura no lo coge) Sofía.- Esperen… ¿qué les parece si aumentamos el riesgo un poco? Mario.- ¿De qué hablas? Sofía.- En que hemos estado jugando casi coqueteando con lo sexual, pero somos adultos después de todo y si todos estamos seguros que no tenemos nada que ocultar y queremos defender nuestros respectivos puntos de vista… los reto a poner todos sus celulares sobre la mesa, de forma tal que cualquier mensaje que entre, sea de whatsapp, Facebook, mensaje de texto o llamada, deba hacerse público. Así si en verdad somos sinceros, todo no pasará de una joda y descubriremos quien es cada uno de nosotros Fiorella.- ¿En serio? Alberto.- No me parece mala idea (toma su celular y lo coloca sobre la mesa) Katrina.- Me parece interesante (coloca el suyo también) Mario.- No lo sé, me parece más un juego de mocosos Roxana.- ¿No tendrás algo que esconder? Mario.- Carajo, siempre sabes cómo picarme… está bien, está bien (coloca también su celular sobre la mesa) Roxana.- No hay problema por mí Mauro.- ¿Es una broma no? (se pone de pie y se distancia un poco) Katrina.- ¿Qué tendría de malo amor? Sofía.- Yo no le veo nada de malo, claro o sea puede que recibamos puros memes idiotas o cadenas que nunca faltan. Llamadas de trabajo que resultan aburridas o quizá algo comprometedor bajo la fachada (se burla usando un tonito misterioso al hablar) Katrina.- Yo si estoy de acuerdo (coloca su celular sobre la mesa) Fiorella.- Yo también (coloca su celular sobre la mesa) Mauro.- Yo no, me parece algo innecesario (mira a Katrina quien se ve muy seria) está bien, me voy a terminar arrepintiendo de esta huevada Laura.- (a Joseph y Juan Carlos) solo faltan ustedes… Joseph.- Pues… es que… (Suspira resignado, mirando por un momento a Juan Carlos) está bien Juan Carlos.- No tengo ningún problema con eso (mira las botellas vacías) voy por algo de comer y un par de botellas de vino más Joseph.- Vamos, necesito estirar las piernas un poco Roxana.- El juego comenzará con o sin ustedes

Joseph.- Dale pues, si llega algún mensaje, nos lo dicen cuando volvemos (hace una pausa) Mario, la vieja pizzería sigue aquí a 2 cuadras? Mario.- Si claro, la del tío Raúl. Siempre hay buenas ofertas ahí Juan Carlos.- Entonces yo invito las pizzas (todos lo celebran) Joseph.- Y yo voy de gorrón (espera una celebración de todos) no se cansen aplaudiendo… (Juan Carlos y Joseph salen de escena. La iluminación cambia hacia ellos) Juan Carlos.- Gordo, un favor. Si llega un mensaje a mi celular, finge que es el tuyo por lo que más quieras Joseph.- ¿Por qué? ¿Qué pasó? Juan Carlos.- Es… que hay una chica… en el trabajo… una deportista… que pues… tú sabes… (Gesticula para describir un encuentro sexual) Y si Laura se entera, me asesina… sobre todo porque hemos quedado que me enviará algunas fotos… tú me entiendes… Joseph.- Ah, o sea que haga parecer que la foto me ha llegado a mí. No, no colorado, yo no me meto en tus temas de pareja, ese tiempo ya pasó Juan Carlos.- Vamos gordo, puedes decir que es ella… que es Melissa… Joseph.- Ya y cuando la traiga y la presente ¿Qué van a decir? Oye, mira, así que tú eres la de la foto calata Juan Carlos.- (nervioso) Pues, eso ya se irá viendo más adelante… por favor gordo Joseph.- No me jodas colorado Juan Carlos.- Es solo una cosa que te pido, una cosa nada más Joseph.- ¿No lo podías haber pensado antes de aceptar jugar a la huevadita esta de mierda en la que estamos metidos? Juan Carlos.- ¿Qué más podía hacer? Laura se hubiese puesto histérica si no le seguía el juego con lo de los secretos y las redes y toda esa huevada Joseph.- A mí no me metas en tus líos que no me apetece. Esto es asunto de ustedes dos Juan Carlos.- (frustrándose) gordo por favor, no me cagues así. Si Laura ve esas fotos y lee ese mensaje en mi celular, mi matrimonio se acaba ¿lo entiendes? Se acaba Joseph.- Pero ¿no has pensado que se van a dar cuenta cuando coja tu celular y no el mío? Juan Carlos.- No, ni de casualidad. Los dos tenemos el mismo modelo de celular. Mira, para que pueda pasar desapercibido, mi patrón de bloqueo es una C mayúscula Joseph.Joseph.- No me gusta cómo va a terminar esto… mi clave es el año en el que estamos… 2019 Juan Carlos.- ¿En serio?

Joseph.- No jodas hombre, soy pésimo recordando claves. No tienes idea las veces que he cambiado de claves en el banco en estos años… (Se van alejando para comprar. La iluminación vuelve a la sala) Escena V (El teléfono de Mauro comienza a sonar) Katrina.- Es tu teléfono Mauro.- (mira la pantalla un segundo) no conozco ese número, debe ser algo irrelevante Laura.- Igual debes contestar, así sea uno de esos jodidos teleoperadores de claro o movistar Mauro.- ¿Aló? (mira a todos) no es nadie Katrina.- ¿cómo que no es nadie? Mauro.- En serio, no es nadie (pone el altavoz y se escucha silencio total) ¿ven? (corta la llamada) Mario.- (a Mauro) Te estabas poniendo más blanco de lo normal (Todos ríen divertidos. Suena el celular de Mauro) Katrina.- Dale amor, te están llamando Mauro.- No debe ser nadie importante Laura.- Es el mismo número que llamó hace un momento Mario.- Son las reglas, tienes que contestar y poner el altavoz (A regañadientes Mauro contesta la llamada) Mauro.- ¿Aló? (espera) ¿Aló? (espera) no es nadie de nuevo… puta madre Katrina.- ¿Cómo que no es nadie amor? Mauro.- En serio, nadie contesta (de pronto empiezan a escucharse suaves gemidos en el teléfono) ¿Qué mierda es…? (mira alrededor y Alberto está de pie con el teléfono inalámbrico de la sala, gimiendo suavemente, muerto de risa) Puta madre Beto ¡no jodas! (Todos estallan en carcajadas) Mauro.- Por un momento casi me provocas un infarto huevón Alberto.- Tu cara de pánico valió cada segundo concha de su madre (sigue riéndose) (Vuelven Juan Carlos y Joseph, con varias cajas de pizza, algunas botellas de vino y ron. Suena el teléfono de Joseph)

(El teléfono de Mario comienza a sonar, todos miran con curiosidad) Roxana.- Dice que es… Karen (suspira fastidiada) Lo que faltaba… Mario.- Calma (contesta el teléfono y lo coloca en altavoz) Dime chata ¿qué pasa? Karen.- (en off desde el teléfono. Duda por un momento) Eh… ¿puedes hablar? Mario.- (guarda silencio y se relame los labios sin contestar) Karen.- ¿Mario? Mario.- (algo incómodo) ¿es urgente? Karen.- Es que no sé cómo decírtelo… pero los padres de Pablo se han ido de viaje este fin de semana y él me ha pedido que me quede con él (hace una pausa dudando) o sea… o sea que duerma con él Mario.- (mira a Roxana como tratando de decidir que decir) Entiendo… ¿y tú que quieres hacer? Karen.- Yo… no sé… no te puedo negar que si me provoca quedarme con Pablo… pero no me lo esperaba… o sea sí sabía que en algún momento sucedería… pero no esta noche (duda un momento) lo que pasa, es que si le digo que no… de repente se siente despreciado… y pues los dos tenemos ganas… pero a él se le nota en la cara… ¿Qué hago hermano? Mario.- (con tono de voz calmado pero autoritario) Karen, no te vas a acostar con Pablo, porque a él le vaya a deprimir que le digas que no, esa no es una razón, ni siquiera es una razón mediocre. Si lo vas a irte a la cama con alguien, que sea cuando tú quieras, no cuando alguien te quiera presionar para que lo hagas o coincidir un conveniente viaje para aprovechar la casa sola Karen.- (con voz algo afligida) Ya… Mario.- Mira (suspira pesadamente) la primera vez es una experiencia que te va a acompañar toda la vida, no una cosa para contar a las amigas. Si tú crees que si te acuestas hoy con Pablo y cada vez que recuerdes esta noche vas a sonreír y sentirte una mujer especial, entonces adelante, hazlo. Pero si no estás segura, si no te sientes preparada, espérate… ya llegará el chico indicado. Vas a tener tiempo de sobra, de verdad Karen.- (con la voz ligeramente quebrada) ¿sabes qué? Mario.- (impasible) Que Karen.- (tratando de normalizar su voz) no, nada… nada… Mario.- (Roxana coloca sus manos sobre los hombros de Mario en gesto de respaldo) No, dímelo chata, en confianza Karen.- Es que me vine hoy muriéndome de vergüenza, después que me diste la casa de condones (Roxana separa sus manos de los hombros de Mario) Quería que me tragara la tierra y más con el roche que me hizo Roxana Mario.- (suelta una risa nerviosa) Oye, no te los di para que los usaras hoy exactamente ¿sabes? No debes tomarte las cosas de forma tan literal

Karen.- (ríe ligeramente) Como si supieras que iba a pasar (pausa breve) vale hermanito, voy a irme a casa de Mariana… no me quedaré con Pablo esta noche… solo un último favor ¿si? Mario.- ¿Cuál? Karen.- ¿Podrías decirle a Roxana que no me quedaré en casa de Pablo? Luego va a estar hablando y no voy a poder sacármela de encima Mario.- ¿Y por qué no se lo dices mejor tú? Karen.- ¿Decirle qué? Mario.- Todo… o sea la verdad… ¿no crees que es lo mejor? Karen.- ¿Es una broma? Mario.- Tienes que hablar con ella, hace mucho tiempo que te lo vengo diciendo Karen.- (empezando a enojarse) Si lo único que hace es enojarse conmigo y hacerme problemas por todo. No me escucha nunca… incluso creo que cree que es mamá y… Mario.- (interrumpiéndola) Eso no es así y en todo caso, debes tenerle paciencia, es mi esposa y ambas son las mujeres de mi vida… solo… tenle paciencia eso es todo Karen.- Demasiada paciencia hermanito… tú eres el rey de la paciencia Mario.- Vale la pena, te lo aseguro Karen.- ¿En serio no te das cuenta? ¿En serio estás tan enamorado de Roxana que no te das cuenta de la verdad? Mario.- Eh! No te pases Karen.- (suspirando fastidiada) Bueno, te dejo. Muchas gracias por todo hermano Mario.- Que te vaya todo muy bien chata Karen.- Vale, un beso (corta la llamada) Mario.- (suspirando para aliviar su propia tensión) Y con eso cubrí mi cuota de drama por esta noche (sonríe burlón) al menos eso espero (Suena un celular sobre la mesa. Juan Carlos se sobresalta) Juan Carlos.- Es el mío (mira la pantalla) Erick otra vez… (Joseph se remueve incómodo en su silla) Escena VI Lucía.- Ya son 3 veces esta noche ¿qué le sucede? Juan Carlos.- Es que es medio nuevo en el trabajo y me pide ayuda todo el tiempo

Lucía.- (con los primeros síntomas de que el alcohol ha ido haciendo efecto) Pero dile que estamos en una reunión y ya está Juan Carlos.- (sintiendo la mirada de Joseph) Si, si ya… lo malo es que me encomendaron que lo ayude cuanto pueda y creo que se lo tomó literal (siguen sonando las notificaciones de whatsapp) Vale, vamos a ponerle un alto… (Toma el celular y envía un mensaje de voz) Estoy en una reunión con mis amigos, hablamos mañana (deja el celular sobre la mesa) A ver si lo entiende (mira de reojo a Joseph, quien se ve particularmente nervioso. Suena la notificación de whatsapp) Lucía.- (toma el celular y lee en voz alta el mensaje) Eres un huevón… cuanta confianza te tiene el nuevo ah (suena el timbre del teléfono) Mira, si ahora te está llamando (le ofrece el celular a Joseph) vamos, contesta (entre risas y denotando un ligero fastidio) es parte del juego ¿no? (Joseph mueve ligeramente la cabeza, negando con mirada suplicante) Vamos, contesta Juan Carlos.- (incómodo) está bien, está bien (contesta la llamada) Si Erick.- (en off) Bueno ¿y esa voz de mosquita muerta? Conmigo eso no funciona ¿sabes? (pausa) ¿no era que estabas enfermo y que por eso te quedarías en tu casa esta noche? ¿Qué era lo que tenías?... ¿gripe? ¿Diarrea? ¿Fiebre? ¿Por qué has salido? ¿Por qué no me has dicho nada? (Pausa, Juan Carlos no contesta y mira ocasionalmente de reojo a Joseph) ¿no contestas? (pausa) Claro, como no sabes que decir ¿Quieres que te diga que es lo que pasa? (enojándose) ¡No sabes qué mierda quieres de la vida! ¡Eso es lo que pasa! (cada vez más enojado) Los adultos sabemos lo que queremos de la vida, pero tú no. Tú te haces el enfermo y luego te vas con tus amigotes. A ver si te decides de una vez huevón de mierda, piensa bien si te gustan los hombres o las mujeres (Lucía deja caer su copa por el shock de lo que ha escuchado) ¿Me estás escuchando? (pausa) Mira… vete a la mierda hijo de puta (corta la llamada) (Juan Carlos mira a Joseph, este aparta la mirada, evidentemente afectado por lo que acaba de escuchar. Juan Carlos se pone de pie y se aparta de Joseph, con el disgusto grabado en el rostro) Juan Carlos.- (suelta una risa nerviosa) A ver… lo voy a explicar poco a poco porque no quiero que pase lo de siempre y luego se haga un show de esto… Este… Erick se sienta a mi lado en el buffet todos los días, uno tras otro y como su escritorio está al lado del mío, en los recesos conversamos y… (Pausa mientras intenta hilvanar su historia) esas cosas ¿no? (a Laura, empezando a desesperarse) Yo no le he dado pie a nada (pausa) Pero… es que él es así… es así (Pausa) es gay (mira a Joseph abiertamente) Erick es gay (pausa) y claro pues esto… es que el pobre se ha obsesionado conmigo porque parece que yo le gusto o algo así (suelta una risa breve y fingida) y ya está… no hay más (Todos miran muy sorprendidos a Juan Carlos) Pero vamos, no se queden callados como estatuas (mira alrededor, ve a Lucía de pie a su lado, totalmente consternada. Juan Carlos le palmea la cadera con cariño) vamos amor… ¿no creerás que es en serio esto no? (mira a sus amigos, se dirige a Mauro) Mauro, vamos, diles a todos que esto suele pasar en muchos casos Mauro.- (Visiblemente incómodo) Eh… pues… yo no estoy muy seguro que sea así la verdad… Mario.- (tratando de relajar el ambiente) Si, si… de hecho si es usual, sobre todo cuando se tiene un compañero de trabajo gay y más cuando no sabe diferenciar la amistad de cualquier otra cosa Juan Carlos.- (nervioso) Si, si… ¿ven? Es gay… eso es lo que es Lucía.- (Denotándose la cólera acumulada, más el efecto del licor) ¿Tuviste una relación con un hombre? Juan Carlos.- (riendo nervioso) ¿Pero tú estás loca o qué? Lucía.- ¿Has tenido algo con él?

Juan Carlos.- (camina hacia un lado de la habitación, visiblemente molesto) ¿C-cómo voy a tener algo c-con él? E-es uno q-que se ha enamorado de mí… y ya (camina hasta quedar detrás de Joseph) Está loco… me sigue a todas partes (le propina un manazo en la nuca) Mario.- (tratando de relajar el ambiente) Hay algo común en torno a eso… los gays, creen que todo mundo es maricón. Eso está demostrado Joseph.- (denotando fastidio) ¿Ahora además de psicólogo eres terapista y científico? ¿Quién eres ahora? ¿Freud? ¿El puto Freud? Mario.- (tratando de disculparse) No me he explicado bien, pero se entiende la idea en general Juan Carlos.- Es que es así… Mario tiene razón Lucía.- (Conteniendo las lágrimas por la rabia) Yo lo que quiero saber es si has tenido algo con el tal Erick o con cualquier otro hombre… Juan Carlos.- ¿Pero cuántas veces lo tengo que decir? ¡No! ¿Estás loca acaso? (se arrodilla frente a Lucía, quien se aparta de él notoriamente) Cariño, mírame, llevamos 5 años juntos, tenemos dos hijas. Deberías conocerme mejor que eso Lucía.- Es posible que no te conozca lo suficiente Juan Carlos.- Vamos… no me jodas… Soy yo, sigo siendo yo… Soy normal… ¿cómo voy a ser yo uno de… de esos? (mira de reojo a Joseph) O sea, no tendría nada de malo, pero si lo fuese, no te hubiese pedido que te cases conmigo y mucho menos habríamos sido padres ¿no te parece? (se pone de pie y toma su copa, bebiendo el licor de un sorbo) Sencillamente todos tienen gustos distintos y se respeta, a mí me gustan las mujeres y zas, se acabó (Lucía no se acerca a Juan Carlos) Lucía, por favor ¿Cómo quieres que te lo diga? Entre yo y este… Joseph.- Erick… Juan Carlos.- Si, ese… Erick… entre él y yo no hay nada de nada (Suena la notificación de whatsapp del celular de Juan Carlos) Roxana.- (mirando la pantalla del celular) es de Erick… Juan Carlos.- Por la puta madre… (Antes que nadie pueda tomarlo, Mario, toma el celular, lee el mensaje y lo coloca sobre la mesa sin decir media palabra) Lucía.- (tras unos segundos) ¿qué dice? (Mario no contesta) ¡Carajo Mario dime que dice! Mario.- (duda) ¿Eh? (pausa) Claro, claro… dice… eh… (Pausa) pues, Erick dice que… pues… dice que… (Mira a Juan Carlos y suspira pesadamente) echa de menos tus besos (Lucía en shock, toma la botella de vino, llena su copa y se pone de pie, caminando a un lado de la sala, muy afectada y molesta. Al llegar a un extremo del escenario, bebe toda la copa de un solo trago. Roxana y Katrina se ponen de pie y se acercan a Lucía para tratar de tranquilizarla. Esta, furiosa deja caer su copa con un además brusco) Mario.- (A Juan Carlos en voz baja) Oye… tú no… ¿eres marica? Te está jodiendo ese huevón

Katrina.- (al otro lado de la sala) Vamos Lu, intenta ver el lado positivo Lucía.- (mira colérica a Katrina) ¿Me pasas el vino? (Roxana niega con la cabeza tras Lucía y Katrina esconde la botella a su espalda) ¡Que me pases el vino he dicho! (Roxana detiene a Lucía para evitar que esta se lance contra Katrina) Mi marido es maricón ¿me puedes explicar cuál es el puto lado positivo de esta mierda? Katrina.- Primero, no te está engañando con otra, segundo, no ha puesto en duda su relación contigo. Solo se ha puesto en duda a sí mismo Lucía.- (casi llorosa) el problema Kat, cariño, es que un tal Erick, extraña muchísimo los besos de mi marido (Al otro lado de la sala) Juan Carlos.- (a sus amigos, en voz baja) Por la puta madre… toda esta mierda fue provocada por este estúpido juego de mierda Joseph.- Yo creo que es muy fácil de explicar… Juan Carlos.- Si, sí, hay una explicación, verán, es… es qué… Mauro.- No tienes que explicarnos nada Joseph.- Si, verás es que… (Juan Carlos lo interrumpe) Juan Carlos.- (a Mauro) ¿y ese tonito sarcástico a qué viene? Mauro.- (descaradamente) A nada… yo estoy bien ¿tú estás bien? Juan Carlos.- Si, claro Mauro.- Pues ya está, estamos todos bien Mario.- Ya, no hagas más lío, si tiene que decir algo, lo dirá en su momento y se abrirá con nosotros Mauro.- (burlón) Solo trato de ayudarlo, si no ha abierto la boca en no sé cuántos años, es normal que le cueste un poco… porque seguro todo lo demás ya lo tiene abierto Joseph.- (nervioso) Hay una explicación para todo esto… (Juan Carlos lo corta nuevamente) Juan Carlos.- Hay una cosa que no entiendo (mirando a Mauro) ¿te jode que sea marica o que no te haya dicho que soy marica? Mauro.- Me jode que después de tantos años, no tenga ni puta idea de quién eres en verdad Escena VII Joseph.- ¿Cómo que no sabes quién es? Es Juan Carlos, no ha cambiado. Es el mismo angustiado de siempre, al que le compartes tus cosas, al que le cuentas todo. Creo que una vez le dijiste hermano ¿o me equivoco? Mauro.- (Cada vez más enojado) Yo sí lo he compartido todo, pero él no. Ha pasado por alto un pequeño detalle, que igual me lo tendría que haber dicho Juan Carlos.- ¿Te lo tendría que haber dicho? ¿Y eso por qué?

Mauro.- ¿Cómo que por qué huevón? Porque desde chibolos hemos dormido juntos, nos hemos duchado juntos, hemos chupado juntos… ¿por qué tendrías que decírmelo? Porque si tengo un amigo gay, lo debería saber y luego ya decidiré yo qué es lo que me da igual. Pero lo quiero saber Juan Carlos.- Decidiré yo qué me da igual… ¿Te estás escuchando? Mauro.- ¿No te das cuenta de lo que no nos has dicho? Joseph.- ¿Se puede saber cuál es el problema? ¿Qué es lo que te jode tanto? Juan Carlos es libre de decir lo que le dé la gana y si se lo quiere guardar, que se lo guarde y ya, tanta huevada carajo Mauro.- Si les parece normal a todos…yo me callo. El raro soy yo… el anormal soy yo… Mario.- Ya basta Mauro, eso del raro, el anormal está de más. Vamos a dejarlo aquí de una vez o vamos a terminar mandándonos a la mierda unos a otros (Lucía vuelve a tomar su silla, ligeramente tambaleante seguida por Roxana, Katrina viene un poco detrás, visiblemente molesta. Lucía se inclina hacia su marido) Lucía.- ¿Hace cuánto estás con el tal Erick? Juan Carlos.- Puta madre, esto no se va a acabar nunca (a Lucía, casi suplicante) Lucía por favor ¿Qué no te das cuenta que todo esto es absurdo? Lucía.- (los efectos del alcohol son muy evidentes) Hace meses que ni me tocas… incluso si me paseo calata por el dormitorio, ni siquiera te provoca tirar conmigo (ríe vulgarmente) Estaba convencida que tenías una amante, una puta de esas como las que se levanta Juanjo (mira a Joseph) Sin ofender… Joseph.- (murmurando) Si, si claro… Lucía.- Por lo menos eso tendría sentido, explicaría tantas cosas Juan Carlos.- ¿Qué cosas? Joseph.- A ver, esto ya es demasiado… Lucía… Lucía.- (bruscamente) ¡Tú cállate! (mirándolos a todos) Estoy harta que se defiendan entre ustedes (mira a Juan Carlos) ¡Quiero que hable él! ¿Desde hace cuánto estás con Erick? (Juan Carlos guarda silencio) ¿Me lo vas a decir o qué? Juan Carlos.- (lanza una mirada rápida a Joseph) Desde hace poco Lucía.- (retrocede por el impacto de lo que acaba de escuchar) ¿y cuántos? Juan Carlos.- ¿Cuántos qué? Lucía.- ¿Cuántos de esos ha habido antes que él? Juan Carlos.- (mira de reojo a Joseph, quien niega suavemente) Ninguno Mauro.- ¿Entonces este Erick fue tu primer clavado?

Juan Carlos.- (poniéndose bruscamente de pie) vete a la mierda huevón, tú no tienes nada que opinar (a Lucía) ya está bien, ya fue bastante espectáculo (toma su saco del perchero) Vámonos a casa, discutimos esto en casa Lucía.- Si, delante de las niñas… que conveniente ¿no? (bebe un último trago de vino) las ponemos una al lado de la otra y les decimos: “Niñas, papá les tiene que decir algo muy importante” Juan Carlos.- Por la puta madre Lucía, ya para con esto Lucía.- (en el mismo tono burlón producto de la ebriedad) Eso sí, no le digan a su miss, que a papá le gustan los chicos porque si no, no podrá volver a recogerlas a la salida del colegio, ni ir a verlas a sus actuaciones Joseph.- (poniéndose de pie y caminando hacia un lado para tranquilizarse) Carajo… si hasta parece un delito Mario.- Lucía, una cosa es ser gay y la otra pedófilo ¿por qué no lo dejarían acercarse al colegio? Juan Carlos.- Déjala, ya me dijeron de todo hoy, maricón, rosquete, gay, huevón, izquierdista, terrorista, comunista, fujimorista, boina verde, call of duty, fan de Star Wars, ya solo les falta decir que colecciono barbies Joseph.- (fastidiado) A ver ¿puedo decir algo por favor? Juan Carlos.- (cortante) No, ya no. Ahora te callas… (Suena el teléfono de Mauro, Katrina lo toma rápidamente y lee el nombre del llamante) Katrina.- Es Iván (entre risas nerviosas) ¿no me digas que también es alguien que se enamoró de ti amor Escena VIII Mauro.- NI cagando, eso no es gracioso. Soy muchas cosas, pero un marica jamás (estira la mano) Dame mi celular por favor Katrina.- (tratando de alejar el celular de Mauro) No, aún estamos jugando, así que la llamada debe escucharse (Katrina contesta el teléfono y se escucha la voz de Iván en off) Iván.- Hey Mauro, hermano (al no escuchar respuesta) ¿Aló? Mauro.- Hola Iván, como estás Iván.- Carajo Mauro, si no te llamo yo, ni forma de saber de ti hombre Mauro.- Lo siento, he estado con un huevo de cosas encima. Tú sabes Iván.- Si, me imagino, oye ¿A tu novia le gustó el anillo? (Katrina muestra a Roxana el anillo de compromiso que lleva en la mano) Mauro.- (sonriendo al ver a Katrina feliz) Muchísimo Iván.- ¿Le quedó bien? Mira que no hay problema, si quieres vienes con ella a mi taller y se lo ajustamos o lo que le haga falta

Mauro.- No, no, si le va como anillo al dedo (Katrina y Mauro ríen de la broma, miran a sus amigos esperando causar un coro de risas, pero nadie más los sigue, por lo que recuperan la compostura rápidamente) Oye… no es un buen momento ahora ¿te parece si hablamos mañana? Iván.- Ya entiendo ¿ves cómo te dije que el anillo iba a funcionar muy bien? Carajo, así tienes que hacerme caso cuando te diga algo huevón Mauro.- (Con una sonrisa algo forzada) Si, si, es verdad… Oye te dejo, estoy en una reunión con algunos amigos Iván.- Bueno, espera un toque… Y los pendientes ¿le gustaron? (Katrina mira extrañada a Mauro. Roxana incómoda se acomoda el cabello para tapar los pendientes que lleva) Iván.- ¿Mauro? ¿Aló? Huevón, ya cambia de celular, no por andar de duro todo el tiempo te vas a quedar con esa porquería que llevas ahí, se entrecorta por ratos ¿Le gustaron los pendientes a tu flaca? Mauro.- (empezando a ponerse nervioso) Si, sí, sí, todo bien Iván.- No pareces muy convencido Mauro.- (duda un momento) Hasta luego Iván (corta la llamada) Katrina.- (ríe ligera y nerviosa) ¿pendientes? Pero si yo nunca he llevado pendientes… (Su expresión se va tornando cada vez más seria) es más… nunca me perforé las orejas Mauro.- ¿Ah? (Mario mira a Roxana quien está visiblemente incómoda y trata de pasar desapercibida) Katrina.- ¿A quién le gustaron los pendientes? Mauro.- (molesto) Bueno, ya está bien. Paremos este juego de mierda de una puta vez (en su molestia se mezcla con sus nervios) ¿ven lo que pasa? Que hasta lo más insignificante se tergiversa y termina prestándose para un show. ¡Se están destruyendo parejas por la puta madre! (respira profundamente antes de mirar a Katrina) Bueno, nos vamos ¿no? (vuelve a sonar su celular, antes que Mauro pueda contestar, Katrina se lo arrebata y lee la pantalla) Katrina.- Sandra… Mauro.- ¿Qué tiene? (alejándose unos pasos con aire mortificado) Katrina.- ¿Por qué te alejas? ¿No le vas a contestar a Sandra? (le ofrece el teléfono) Mauro.- Es que es Sandra, ya sabes cómo es… Katrina.- (enojada y tajante) Contéstale a Sandra Mauro.- Es probable que me llama para que le cambie el día de descanso en la chamba

Katrina.- (cada vez más enojada y con un ligero temblor en la voz) Contéstale a Sandra… (Mauro no se mueve, Katrina se aleja unos pasos, Mauro intenta detenerla inútilmente) Mauro.- Kat (intenta quitarle el teléfono) ¿Qué vas a hacer Katrina? (Mauro rodea a sus amigos, tomando Katrina y él, la posición aparente de gallos de pelea, sin perderse de vista ni un segundo) Katrina por favor, dame el teléfono (Katrina se coloca detrás de Roxana) Katrina ¿Qué haces? (pausa) Kat, dame el teléfono (Katrina contesta el teléfono y lo coloca en altavoz. Se escucha la voz en off de Sandra) Sandra.- Mauro, lo siento, sé que ahorita estás ocupado, pero estoy histérica… he comprado el test en la farmacia y estoy histérica… no lo entiendo (Katrina empieza a llorar y tiembla ligeramente en silencio sin soltar el celular) Una raya roja creo que es positivo ¿no? ¿Pero positivo para qué? ¿Significa que estoy embarazada? (Katrina lanza el celular el suelo y sale corriendo a contra escena, encerrándose en el baño) Mauro.- (corre siguiéndola y trata de abrir la puerta) Katrina, por favor, no es lo que crees Katrina.- (llorando apoyada contra la puerta y sentada en el suelo) ¡Vete! ¡Déjame sola huevón de mierda! Mauro.- (golpeando la puerta) Abre la puerta Kat Katrina.- (llorando) ¡Vete! Mauro.- (desesperado sigue intentando forzar la puerta. Lucía se acerca a él, aún tambaleante) Escúchame por favor Juan Carlos.- (ríe suavemente en tono de burla) Ahora pues… ahí está el moralista (Mario oculta su incomodidad mientras Roxana le evade la mirada) Mauro.- (sin dejar de intentar forzar la puerta) Sandra no significa nada Kat, por favor… Kat, Katrina por favor… Katrina.- ¡Cállate mierda! Mauro.- Puta madre Kat, abre la maldita puerta Katrina.- ¡Déjame sola! ¡No quiero hablar contigo! Mauro.- (suplicante) Fue solo una noche Kat, lo puedo explicar, fue solo una tontería y nada más. Estábamos borrachos (Roxana molesta se dirige hacia el baño, al llegar, toma a Mauro de la camisa y con un brusco jalón, lo obliga a entrar en la cocina, cerrando la puerta tras ellos) ¿Qué haces? Roxana.- (furiosa, le da una sonora cachetada) ¿Hay alguna mujer en el mundo a la que no te hayas tirado o querido tirar huevón de mierda? (se quita los pendientes y se los tira al pecho) Mauro.- Roxana yo… Roxana.- Ni se te ocurra seguir hablando (le suelta una sonora cachetada, sale de la cocina dirigiéndose hacia la sala. Lucía toca la puerta con sorprendente suavidad) Lucía.- Katrina, amiga, déjame entrar Katrina.- (llorando, sentada en el piso del baño) Por favor Lu… déjame sola… (Duda unos momentos y luego abre la puerta. Lucía entra tambaleante y se sienta mirándola)

Lucía.- (tratando de controlarse) Vamos, desahógate… ¿no sospechabas nada de Mauro? Katrina.- (sin dejar de llorar) Nada (frustrada se seca las lágrimas) ¿por qué Lu? Tiramos todos los días, incluso varias veces al día. Hemos cumplido muchas fantasías que teníamos, incluso esa de tirar en un lugar público… y supuestamente somos muy felices ¡¿Por qué?! (Mauro permanece en la cocina, frustrado guarda los pendientes en el bolsillo) ¿Por qué? Estamos a un mes de casarnos ¿por qué? ¡No lo entiendo! Lucía.- (con la voz pastosa por el licor) Vamos Kat, cálmate, no hagas un drama de todo esto. Intenta ver el lado positivo. Supiste cómo es en verdad ese huevón y no esperaste a estar casada con él y tener hijos para descubrir quién es tu marido realmente… si no, mírame a mí… mi marido es cabro y ha tirado con otro huevón de su oficina… y yo ni enterada… hasta hoy (Roxana se dirige hacia donde está Mario, este la busca con la mirada y ella le rehúye los ojos. Mario asiente con la cabeza ligeramente y se sirve una copa de vino. En su silla, Juan Carlos sigue riendo ligeramente) Katrina.- (Secando sus lágrimas) No me lo merezco Lu, no me lo merezco… Lucía.- Vamos, no sigas con el melodrama ¿vas a montar un espectáculo ahora? (Roxana se dirige a la cocina, llevando unas botellas vacías. Mario se pone de pie y calmadamente va tras ella) Mario.- Cariño, ¿Tienes algo que quieras decirme? Roxana.- (tratando de ocultar sus nervios) No… nada Mario.- (suspira tratando de relajarse) está bien, estaré en la sala (toma una botella de vino llena y se dirige nuevamente a la sala, descorchándola luego de tomar asiento) (Suena el celular de Lucía sobre la mesa. Esta lo busca en su escote y su cintura, dándose cuenta que lo ha dejado en la sala. Se pone de pie y presurosa intenta salir del baño) Lucía.- Vuelvo en un momento (sale del baño) Juan Carlos.- (toma el celular y en cuanto llega Lucía, ve que Juan Carlos tiene el celular en la mano. Roxana sale de la cocina, atraída por la correría de Lucía) Aquí hay un tal Paulo… un huevón que quiere saber si te has quitado el calzón (pausa) ¿no te has puesto calzón o qué? (Lucía no contesta, Joseph sorprendido rodea a sus amigos, mirando la escena perplejo. Mauro sentado levanta la mirada, centrando la atención de todos, con excepción de la de Mario, en Laura) Escena IX Juan Carlos.- (el tono de voz de Juan Carlos empieza poco a poco a ser hostil) El calzón… pregunté si te has puesto calzón o no… (Lucía no contesta, se le nota muy tensa) ¿Quién mierda es Paulo? Lucía.- Nadie Juan Carlos.- ¿Ah no? (revisa el celular) pues tus conversaciones con nadie, son varias y eso ni que decir de las llamadas Lucía.- Es un juego… una tontería

Juan Carlos.- ¿Y desde hace cuando que se está jugando esta tontería? Lucía.- (empezando a alterarse también) ¡Qué no es nada! ¡No lo conozco! Juan Carlos.- (suelta un bufido de incredulidad) No lo conozco dices… Lucía.- (se lanza hacia Juan Carlos, forcejando con él por el celular) Nunca lo he visto, solo nos escribimos. Dame mi celular Juan Carlos.- (aparta el celular de su mujer poniéndose de pie) Lucía, no me jodas Lucía.- (con la voz casi llorosa, aún muy alterada) Te lo juro, es solo algo virtual Juan Carlos.- Virtual tu puta madre (camina alejándose de Lucía, quien ansiosa lo sigue con la mirada) Lucía.- Es solo un juego y nada más Juan Carlos.- (cada vez más enojado) Ah, un juego… pues bien, vamos a llamar al huevón este, para ver cómo se juega este… juego Lucía.- (desesperada) No, no, nos vamos a casa (se adelanta y toma de brazo a Juan Carlos, jaloneándolo para irse) Juan Carlos.- (empuja a Lucía, haciéndola caer sentada al suelo) ¿a casa? ¿qué casa? Sofía.- (se acerca apresurada a Lucía para ayudarla) No seas huevón Juan Carlos, no tienes ningún derecho a ponerle una mano encima Lucía.- (desesperada intenta justificarse) Es solo un juego Juan Carlos, en serio. Nunca he escuchado su voz siquiera (se le quiebra por completo la voz mientras Sofía la ayuda a ponerse en pie) El también está casado ¿qué quieres que le diga? (Juan Carlos marca el número de Paulo y coloca el altavoz, el teléfono empieza a timbrar) No, no, no, no, no amor, no, por favor… Paulo.- (en off) Aló (Juan Carlos furioso deja el teléfono sobre la mesa. Sofía se acerca a la mesa y toma el teléfono, Lucía solo atina a llorar, tapándose la boca para ahogar cualquier ruido) ¿Lucía? ¿Eres tú? Sofía.- (mira a Juan Carlos con indignación) Hola Paulo Paulo.- (en off) Hola Lu, que sorpresa Sofía.- Quería hablar contigo Paulo.- (en off) Gracias Sofía.- (duda un momento) Y me gustaría verte Paulo.- (en off) Pero… si me habías dicho que ya no podíamos vernos Sofía.- Pues he cambiado de opinión Paulo.- (en off) Está bien, a mí también me gustaría verte Sofía.- (cortante) Bueno, ahora tengo que irme

Paulo.- (en off) Lu, realmente la pasé muy bien ayer contigo Sofía.- (mira a Lucía sorprendida) Yo también Paulo… Paulo.- (en off) Tengo en el celular las fotos que te tomé ayer mientras tirábamos Sofía.- (cada vez más sorprendida) ¿No las has borrado? Paulo.- (en off) Te dije que no lo haría, son mi recuerdo Sofía.- Por favor, bórralas Paulo.- (en off) Lo haré si nos vemos mañana en el hotel de siempre, recuerda que no puedes usar ropa interior hasta que salgamos del hotel Sofía.- Si, claro… no te preocupes, cumpliré Paulo.- ¿Sabes? Tienes una voz muy bonita, es muy dulce en realidad Mario.- (se acerca a Sofía y le quita el celular) ¿Y esta voz te gusta concha de tu madre? (Paulo corta la llamada) Listo, este no vuelve a llamar (mira a Lucía y Juan Carlos) Ahora… calmémonos todos… esto se ha salido de control Juan Carlos.- (ignorando el comentario de Mario) Esto cambia las cosas ¿no? Ya no tienes ninguna ventaja moral en la que esconderte ¿no? ¿Qué diferencia hay si igual te tiras al huevón ese en vivo y por teléfono? Fiorella.- (interrumpiendo) Perdona que te lo diga Juan Carlos, pero tú no eres la persona más adecuada para hablar de moral ¿no crees? Lucía.- ¿Y a ti que te importa a quienes me he tirado yo? Total, tú tienes a tu amiguito Erick ese ¿o acaso no te satisface? Juan Carlos.- Que puta que eres… entiendo lo de tirar con un desconocido cualquiera… pero ¿hasta por teléfono? Ahí el único problema sería que se te acabe la batería antes que te corras ¿no? Laura.- (enojándose) Si tanto te molesta, te aviso cuando esté en el hotel con el próximo que me vaya a tirar para que puedas vernos a ver si así te sientes tan valiente Juan Carlos.- (furioso avanza hacia Lucía y le levanta la falda, esta forcejea para impedirlo) Así al menos el calzón te lo quitaría alguien y no tendrías que hacerlo tú misma ¿no? Lucía.- (toma su celular y su cartera) Me voy (se dirige a la puerta) Juan Carlos.- Si, vete, vete (va tras ella cerrándole el paso) cuéntale esto también a las niñas, a ver que les parece que su madre sea una puta Lucía.- (furiosa) Anda a que te rompan el culo huevón… (Sarcástica) ah, cierto, eso a ti te encanta Juan Carlos.- (furioso) ¿Qué más le has permitido hacer a ese huevón ah? (intenta levantarle la falda de nuevo, Lucía forcejea y retrocede asustada) ¿Qué ahora vas a jugar a la pudorosa? (Juan Carlos la toma del brazo y la zarandea repetidamente) ¿Qué más te da mostrarte? (en medio del forcejeo Lucía logra soltarse y

Juan Carlos la toma de la blusa, rompiéndole los botones. Lucía se tapa con los brazos tratando de cerrar su blusa) Joseph.- (en tono duro) Juan Carlos, para ya Roxana.- Cálmense carajo, los dos están comportándose como perfectos huevones Fiorella.- (se pone delante de Lucía, protegiéndola) tócala cojudo y verás cómo te pongo los huevos en la garganta de una patada. Cuando quieras hablar, vas a tener voz de soprano concha de tu madre (Mauro, permanece mirando todo desde un lado de la sala. Mario se mantiene muy serio, con una copa en la mano, sin decir media palabra) Juan Carlos.- (rodeando a Fiorella, quien gira para proteger a Lucía) Solo quiero saber si le ha marcado las tetas, creo que estoy en mi derecho ¿no? Joseph.- (intenta detener a Juan Carlos, sujetándolo de los brazos) ¡Ya está bien Juan Carlos! Juan Carlos.- (reacciona soltándole un feroz puñetazo a Joseph en la quijada, que lo derrumba contra el sofá) Déjame ver puta de mierda… o ¿eres tan perra que tienes todavía las marcas visibles? (Roxana le cierra el paso a Juan Carlos, protegiendo a Lucía, Sofía duda si acercarse o no) Mario.- (Mario tira su copa contra el suelo, rompiéndola en pedazos) ¡Basta ya carajo! Roxana.- (A Juan Carlos) ¿Y a ti que te pasa? ¿Te has vuelto loco o qué? Mario.- (se acerca a Juan Carlos y se le coloca frente a frente, mirándolo notoriamente enojado) Juan Carlos, vuelves a tocar a tu mujer… y te juro que te rompo la quijada ¿me has entendido? (Juan Carlos retrocede mientras Roxana y Fiorella se apartan poco a poco. Lucía se adelanta a todas y se abre completamente la blusa, mostrando sus senos cubiertos por el brasier de encaje) Lucía.- Mira (señala a un pequeño moretón en el seno derecho) Esto me lo hizo ayer, y este también (señala otro pequeño moretón) me gusta que sea brusco conmigo (sonríe burlona) y tengo más pero no me voy a poner a mostrar las tetas aquí. ¿Contento con eso? (se quita el anillo de casada y se lo tira a la cara) Adiós a todos (mira a todos los demás) casi fue un gusto reunirnos… (Sale de la casa y se va sola) Escena X Sofía.- (poniéndose de pie, se acerca a Juan Carlos y le suelta una sonora cachetada) A ti que mierda te pasa huevón (se dirige hacia la puerta y sale siguiendo a Laura) (Fiorella mira molesta a los chicos y se dirige a la cocina, acompañada de Roxana, ambas se ven muy decepcionadas. Los hombres quedan solos. Juan Carlos pasa la vista de uno en uno. Joseph no es capaz de mantenerle la mirada y se aparta un poco, sobándose el golpe recibido) Joseph.- Solo tengo una cosa que decir… Quiero que sepan que el maricón… soy yo Juan Carlos.- (suelta un bufido y toma el celular que era de Juan Carlos, tirándoselo amigablemente) a la hora que abres la boca pendejo… toma tu puto celular… igual yo tendré que comprarme otro, no te olvides de devolverme mi chip y mi memoria... (Cuando Joseph atrapa su celular, Juan Carlos recoge los restos del suyo)

Mario.- (confundido) ¿Qué? Juan Carlos.- ¿No me has oído? El celular al que llamó el tal Erick, no era mío Mauro.- (casi en shock) ¿Qué estás diciendo huevón? Juan Carlos.- (muy serio) No, huevón no, maricón (se soba la quijada aún adolorida) Si, si ¿lo he dicho bien? Maricón… rosquete, cabrilla, pato, paletazo, cabro, tragasables, entre otras tantas palabras más que me imagino que sueles utilizar para referirte a gente como yo Mauro (respira profundamente y se sirve una copa de vino) Porque parece que cuando son ustedes quienes se refieren a gente como yo, no se olvidan de ni una letra y es más, se les ocurren nuevas bromas Mauro.- (tratando de procesar lo que ha escuchado) Entonces… ¿han intercambiado sus teléfonos? ¿Para qué? Joseph.- (hastiado) pregúntale a ese (señalando a Juan Carlos) Mario.- (mira a Juan Carlos) entonces… la contorsionista… esa la exhibicionista… (Juan Carlos asiente) puta madre (estalla en risas) Juan Carlos.- La verdad es que no sé cómo puedes sobrevivir con esto… he sido gay este rato nada más y con eso me basta por diez vidas. En poco menos de 30 minutos, se acabó mi matrimonio, descubrí que me hicieron cornudo. Fue fácil para ustedes cuando creyeron que Erick me hablaba a mí, decirme maricón, maricón, etc. Mauro.- ¿Y que tiene? Joseph.- Sucede mi querido neardenthal, que aunque te cueste creerlo, no todos los gays queremos acostarnos contigo huevón. No eres ni remotamente el tipo con el que ningún gay fantasearía. A menos que quieras decirme que para ser gay, tengo que pedirte permiso, oh santísima eminencia Mauro.- Ya, ya, no dramatices tanto, que ahora hasta los gays tienen derechos, en varios países se pueden casar y en algunos pueden adoptar. No me jodas todo el puto día llorando y reclamando más cosas Joseph.- Exacto, tú lo has dicho… “En algunos países” pero no en el mío. Aquí, los idiotas me ven así… si, así como tú me ves a mí, así como tú me has tratado a mí, así como ustedes se burlaron de Juan Carlos cuando pensaron que el gay era él y esperan que nosotros no contestemos ni media palabra Mauro.- Ya carajo, esta conversación es una mierda Joseph.- ¿Por qué creen que me botaron del colegio en 4to año? (pausa) ¿por engordar diez kilos? (pausa) Juan Carlos.- Malditos… Joseph.- Me botaron, porque piensan como tú Mauro, piensan que si entras en un gimnasio, no puedes caminar y ejercitarte sin tocarle el culo a alguien o mirarle los huevos a tu entrenador Mario.- Si te botaron así del colegio, solo por ser gay, podemos llevarlos a juicio Joseph.- A juicio, a juicio… Apenas he tenido los huevos para hablar de esto delante de mis amigos… o de al menos de quienes creí mis amigos y voy a tener los huevos para contarlo en un juicio y un interrogatorio de un abogaducho de cuarta, para que vaya mi madre a verme y termine por desmoronársele el mundo Mario.- (en tono conciliador) Al menos nos podrás presentar al tal Erick ¿no?

Joseph.- (tajante) No, ni en sueños (Roxana y Fiorella reingresan a la sala, al tiempo que Katrina sale de baño, aún llorosa, escuchando todas atentamente a Joseph) Mario.- No somos tan malos tampoco ¿o si? Joseph.- No, no son tan malos. Son imbéciles, pero no son malos. Miren, a mí, sus bromitas de mariconadas, sus chistes en doble sentido, su clasismo, su racismo, el machismo de mauro, las infidelidades desnudadas esta noche… me la sudan olímpicamente, yo ya estoy acostumbrado a cosas así, pero a Erick pueden hacerle mucho daño y no quiero que pase un mal rato por culpa de ustedes… y mía por traerlo aquí (pausa) ¿Sabes por qué? (pausa) Porque estoy enamorado de él Mauro.- Por la puta madre, que fuerte suena eso… (Fiorella, reingresa a la casa, muy fastidiada) Fiorella.- Nada, no pude detenerla, Laura se ha ido en un taxi (toma su teléfono de la mesa y su cartera) Ya no tengo nada más que hacer aquí… es más… ni siquiera era yo bienvenida aquí… (Los mira a todos durante unos segundos) que bonito grupo de pseudo amigos que eran… (Sale de escena) Escena XI Juan Carlos.-Supongo que mañana llamaré a mi abogado para que inicie los trámites del divorcio (se quita el anillo de casado, mirándolo con pena) Quien diría que nuestro reencuentro de promoción, tendría estas consecuencias Roxana.- Ha sido una noche de mierda ¿no? ¿No les gustaría a todos dar marcha atrás y empezar todo de nuevo antes que sucediese esta bronca infernal? Katrina.- ¿Bronca?... esto no fue una bronca Roxana, fue abrirnos los ojos, vernos como realmente somos… Mauro.- Kat, por favor… solo permíteme hablar contigo en privado Katrina.- ¿Para qué? (pausa) ¿para que me jures y re jures que solo fue un error? (pausa) ¿para qué me digas que me amas y me llenes la cabeza de cosas bonitas, para terminar tirando toda la noche y luego sigamos como si nada? (pausa) ¿para qué me olvide que vas a tener un hijo con Sandra? (pausa) No Mario.- ¿Sabes? Creo que al final tenías razón amor, creo que hubiese sido mejor irnos a cenar todos a un restaurante y hacer algo menos íntimo… (Le acaricia el cabello y le descubre las orejas) ¿Y los pendientes tan bonitos que llevabas? (el tono de voz de Mario es gélido) eran nuevos ¿verdad? (ríe sarcástico y mira a Mauro) me imagino que solo fue un recuerdo de una noche de placer… porque yo nunca te los regalé y tú nunca te compraste joyas en los años que llevamos de casados Katrina.- (furiosa) No me sorprende… tú Roxana, la dueña de casa perfecta, la anfitriona, la exitosa profesional… en verdad eres una puta más del montón… pero no… no te culpo a ti… me da exactamente lo mismo. Sé que esto tuvo que ver con él (señala a Mauro con la cabeza. Camina hacia el sillón, toma su bolso y de la mesa una copa de vino, acercándose a Roxana y brindando frente a ella) Salud pues, que te aproveche ser una más de las tantas otras que ese huevón debe tener (le lanza el contenido de la copa a la cara y deja delicadamente la copa de vino en la mesa) Y tú (a Mauro) no se te ocurra siquiera volverme a buscar. Si te atreves a aparecer, te juro por mi vida, que te haré pagar cada lágrima que he derramado esta noche (sale de escena dando un portazo)

Sofía.- (a Roxana) Ha estado muy divertido lo del juego. Ha dejado las cosas muy claras para todos. De todas formas, muchas gracias a todos por quedarse ahí callados pensando, viendo como a quienes llamaron amigos, se les desmoronaba el mundo… o mejor dicho… viendo como nuestras propias acciones, nos demostraron quienes somos en verdad. Todo nos pareció muy gracioso cuando empezaron a develarse los primeros secretos, como solo era algo que le pasaba a uno de nuestros amigos… entonces no importaba, sobre todo porque no nos pasaba a nosotros… hasta que si pues, nos pasó… y este fue el resultado de mierda (a Juan Carlos) esta noche me di cuenta, que no sé cómo pude estar enamorada de ti en el colegio… supongo que siempre fuiste así como te veo ahora… solo que entonces no me daba cuenta (pausa) en buena hora… (Toma su cartera) váyanse a su puta madre todos (sale de la casa, dejando la puerta abierta) Mario.- (aparta a Roxana de un empujón brusco hacia un lado, dirigiéndose hacia Mauro, su expresión denota odio puro) Igual deberías irte tú también ¿no te parece? (pausa) Como te vuelva a ver alguna vez en mi vida, te mato (tras unos segundos de pausa. Mario lanza un puñetazo al estómago de Mauro, quien reacciona por la falta de aire. Luego de unos segundos, Mario lanza un puñetazo al rostro de Mauro, golpeándolo en la quijada y tirándolo al piso) Largo de mi casa y no te atrevas a decir ni media palabra más (Mauro se levanta en silencio, toma su saco, su teléfono y sale de escena, cerrando la puerta tras él. Mario camina hacia el sillón, Roxana lo toma de la muñeca, intentando detenerlo, pero Mario le aparta el brazo. Juan Carlos y Joseph se miran y tras un breve gesto de complicidad, ambos toman sus casaca y saco y se dirigen a la puerta) Juan Carlos.- Es mejor que nosotros también nos vayamos… supongo que hasta nunca… Joseph.- Cuídense… (Ambos salen de escena, dejando solos a Roxana y Mario) Roxana.- (con voz apenada) Mario… yo Mario.- No te atrevas a justificarte ni a disculparte… ya no hay nada que yo quiera escuchar de ti… (Mira a los ojos a su esposa, luego saca su billetera y deja unos cuantos billetes sobre la mesa) con esto te alcanzará para vivir esta semana, vete a un hotel o a donde carajo quieras. Te daré 2 horas para sacar tus maletas con tu ropa y tus cosas… espero que entiendas que no hay marcha atrás. No me volverás a encontrar, vive como quieras y haz lo que quieras, tan solo mantente lejos de mí Roxana.- Por favor… no podemos perder tiempo en pleitos si podemos arreglarlo Mario.- Tienes razón… ya hemos perdido bastante tiempo… o al menos yo lo perdí al casarme contigo. Está claro que entre nosotros nunca hubo nada real. Ahora vete, me queda una última copa de vino y luego me iré a la cama. Ha sido una noche de mierda y es más de lo que realmente podría soportar (Roxana lo mira e intenta acariciarle el rostro, pero a medio camino desiste y se dirige al dormitorio. Mario, se sienta en el sofá y llena su copa de vino, mirándola durante unos momentos, al cabo de los cuales, Roxana sale del dormitorio llevando una maleta hecha al aprepo) Roxana.- Adiós Mario Mario.- Salud… porque en verdad éramos unos perfectos desconocidos (La luz va cayendo gradualmente luego que Roxana sale, al compás de la música mientras Mario bebe su última copa. Cuando la luz está casi por apagarse. Mario se pone de pie con la copa vacía en la mano) Mario.- ¡Mierda! (Mario tira la copa al piso, destrozándola. Apagón)