Perfeccionismo y Soberbia (Terapia)

PERFECCIONISMO Y SOBERBIA Los viven en el perfeccionismo y la soberbia sienten la necesidad de estar siempre “en lo corr

Views 72 Downloads 1 File size 166KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

  • Author / Uploaded
  • Elvy
Citation preview

PERFECCIONISMO Y SOBERBIA Los viven en el perfeccionismo y la soberbia sienten la necesidad de estar siempre “en lo correcto”, Esto, habitualmente resulta en mayores problemas, ya que la gente, por más fuerza de voluntad que tenga, no podrá llegar a ser perfecta, o vivir siempre dentro de sus ideales de la perfección. Un hecho básico, es que a través de aceptar nuestras limitaciones, como seres humanos imperfectos que somos, podemos aprender, no solamente a aceptarnos a nosotros mismos, sino aceptar a los demás. Es necesario que nos veamos a nosotros mismos, tan claramente como sea posible. Como individuos perfeccionistas, simplemente esperamos demasiado de nosotros mismos, y también de los demás. La gente con valores perfeccionistas, son los hijos verdaderos de nuestra sociedad individualista. En primer lugar debemos aceptar, el hecho de que somos seres humanos limitados. Existen actitudes y defectos de carácter que son comunes para la mayoría de las personas. Sufrimos por ejemplo de egoísmo, deshonestidad, omnipotencia y falta de estima por nosotros mismos, sólo para nombrar unos cuantos. El perfeccionismo está relacionado a muchos de estos defectos y puede ser manejado de la misma manera que los demás. Podrá parecernos que el aceptar y rendirnos ante nuestras limitaciones representaría una derrota, pero a la larga, es la única forma en la que encontraremos a nosotros mismos.

El Problema de Ser Perfecto El perfeccionista se idealiza a sí mismo, al mundo y a la gente que lo habita. Ponemos estándares que son imposibles de obtener todo el tiempo. Nuestra falla constante de vivir a la altura de nuestras propias expectativas, causa sentimientos negativos que dañan mucho nuestra autoestima, limitan en mucho nuestro crecimiento emocional y nos cierran a experiencias personales y a otras personas. Tratamos de controlar a otra gente y hasta las situaciones, pero nos frustramos a pesar de que ponemos nuestro mejor esfuerzo, porque muchas cosas en la vida están fuera de control de cualquier ser humano. Existen voces alrededor nuestro diciendo que debemos ser tan perfectos como nos sea posible. Ganar lo es todo: “Tu primo lo hizo mejor que eso”. “Porqué no tienes un trabajo como ese”. “Nadie necesita tanta ayuda como tú”. Nos olvidamos que es imposible darle gusto siempre a los demás y comenzamos a pensar en nosotros mismos cuando fallamos. Tal vez no seamos capaces de ver cómo nuestras expectativas han hecho que nuestras vidas se convirtieran en desagradables.

Como perfeccionistas, nos consideramos sin valor cada vez que no logramos alcanzar nuestras metas. La ansiedad y depresión son los resultados de la baja autoestima que sentimos cuando estamos derrotados. Es fácil estar frustrado y enojado cuando pensamos que la vida no va como debería. La autocrítica es inevitable, cuando sentimos que debemos tener éxito constantemente y poder probar así nuestra valía como seres humanos. Nos enfocamos tan vívidamente en la autocrítica que no podemos admitir nuestros éxitos. Nos desilusionamos cuando nuestro propio valor está ligado a una batalla de antemano perdida, por un ideal que es inalcanzable y nos retiramos de la vida porque no podemos encontrar ninguna garantía de éxito. Este retiro es ocasionado muchas veces por el miedo al fracaso. Nos detenemos de tener actividades si existe la oportunidad de fracasar. No deseamos tomar riesgos por miedo a cometer errores. Al hacer solamente cosas que nos son familiares y sin hacer nuevos descubrimientos, acortamos nuestro mundo y luego nos sentimos aburridos. Este retiro y la preocupación propia, nos apartan de cambiar y crecer, aún cuando claramente vemos la necesidad de hacerlo. Evitamos conversaciones en el trabajo ó en nuestra vida social, ¿por qué tememos que nos consideres ignorantes?. Nos rehusamos a participar en los deportes u otras actividades ¿por qué otros pueden vernos como torpes? Somos tan rígidos en nuestros gustos y en lo que no nos gusta que no estamos abiertos a escuchar nuevas formas de música o de leer libros que no sean de nuestro interés o de comer tipos diferentes de comida a los que nos son familiares porque podría no gustarnos. La gente llega a conocernos y apreciarnos a través de compartir experiencias. Si permanecemos en un mundo pequeño y a salvo, sólo nos estamos apartando nosotros mismos de los demás y del crecimiento que podríamos ganar a través de nuevas experiencias. El hábito de no tomar decisiones, es otra forma que toma nuestro miedo al fracaso. Si pensamos que debemos desempeñar nuestras tareas a la perfección, con mucha frecuencia habremos dejado aún el primer intento de hacerlas. Cuando intentamos hacer todo tan perfectamente como nos sea posible, no hacemos nada ya que construimos esa tarea de forma tal en nuestras mentes, que llega a parecernos imposible. Un acercamiento casual puede significar también la falta de decisión; si sólo vamos a intentar hacer las cosas con la única idea de no fracasar, nos hacemos infelices a nosotros mismos de cualquier forma que las hagamos. Él ni siquiera intentará lograr algo, porque de antemano estamos convencidos de que fallaremos, refleja la baja autoestima que nos tenemos. Muchos de nosotros trabajamos como vendedores, es esto que necesitamos convencer a otros de que compren nuestro producto o servicio o simplemente que acepten esa idea. Ya sea que vendamos cualquier tipo de mercancía o que estemos presentando sugerencias a nuestro patrón, necesitamos arriesgarnos al fracaso. Mejoramos mucho con sólo intentarlo y aunque no siempre tengamos éxito. Si no intentamos realmente convencer a nuestros clientes de que el producto es bueno, o intentamos demostrarles que nuestras ideas son mejores, terminaremos atrás de nuestros mostradores o escritorios pasando a través del trabajo y la vida, utilizando un mínimo de esfuerzo. Esto daña nuestro auto respeto, ya que no sentimos que estemos haciendo ninguna contribución o que nuestro trabajo no tiene realmente

significado. Dejar a un lado el intentar porque creemos que las cosas mejorarán de alguna forma mágica, es simplemente una excusa para no hacer nada.