PAS

2 © Rafael Pardo, 2019 © EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2019 Henao, 6 – 48009 Bilbao www.edesclee.com info@edescl

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© Rafael Pardo, 2019 © EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2019 Henao, 6 – 48009 Bilbao www.edesclee.com [email protected] EditorialDesclee @EdDesclee Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos –www.cedro.org–), si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. ISBN: 978-84-330-3836-4

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Sé fiel, joven de Atenas A ti mismo Y al Misterio Lo demás es perjurio Lad of Athens, faithful be To Thyself And Mistery All the rest is Perjury Emily Dickinson (1830-1886). Poema 1768.

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Introducción Una Persona Altamente Sensible (PAS) se define, básicamente, por cuatro rasgos: procesa la información de manera profunda; tiene alta sensibilidad y sufre sobrestimulación con frecuencia; es muy empática y emocional; goza de gran capacidad para captar detalles y sutilezas. Estos son los cuatro puntos básicos que propuso Elaine N. Aron –y su equipo de psicólogos– para definir este nuevo rasgo de personalidad. En 1996 publicó un libro de divulgación que se convirtió en un auténtico best seller en Estados Unidos1. A partir de 1997 comenzó a publicar sus estudios en el ámbito científico2; desde entonces, se prolongan hasta la actualidad y han sido seguidos, ratificados o citados por muchos psicólogos de todo el mundo. Estas investigaciones –que iremos citando– han salido a la luz en publicaciones científicas de completa solvencia. La gran aceptación del público respecto a su obra indica que muchas personas se sentían identificadas con lo que ella calificaba de Highly Sensitive Person (HSP), o al menos, muestra que les resultaba de gran interés. No solo tuvo aceptación en el ámbito norteamericano, ya que en Europa ha tenido amplio eco. En muchos países se han creado asociaciones de Personas Altamente Sensibles y se han publicado libros de divulgación sobre el tema. También en España ha ocurrido lo mismo, aunque más tardíamente. En nuestro país, ha tenido que ser una holandesa afincada en Mallorca quien ha realizado esta tarea. Su última obra también ha gozado de la aceptación del público3, y muchos medios de comunicación se hicieron eco del tema. Zegers de Beijl ha sido también quien ha creado la asociación PAS española. Se han publicado también algunas obras anglosajonas y alemanas al castellano recientemente. ¿Qué pretende, entonces, este libro? ¿Aportar algo nuevo? Nuestra intención es tratar de cubrir dos carencias que hemos detectado. La primera de ellas, es adecuar el tema PAS al lenguaje científico sin perder el espíritu de divulgación. No es infrecuente que la literatura PAS mencione, por ejemplo, el nombre de Elaine N. Aron y algunas tesis de sus artículos de investigación, pero en cambio no cita la fuente exacta de procedencia. Aquí lo haremos. También explicitaremos la referencia de estudios de otros psicólogos

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reconocidos y el lugar de procedencia de la cita. Traduciremos al castellano las citas, pero en la nota a pie de página respetaremos las palabras exactas en su idioma original y la procedencia de las mismas. Además, no es infrecuente en la literatura PAS encontrarse con términos no científicos o bastante ambiguos. Por ejemplo, se alude a la necesidad que dichas personas tienen de “caer bien y de agradar”. ¿A qué se refieren exactamente estas palabras? ¿Debe entenderse por ello lo que la Psicología Social define como deseabilidad social? ¿Se refieren más bien a lo que la Psicología de la Motivación entiende por motivo de afiliación? La segunda carencia que hemos detectado es que, cuando se hace alusión a que las personas altamente sensibles valoran la vida espiritual, apenas se ahonda en la cuestión. Y cuando se hace (Aron dedica páginas de su libro a ello), se parte de técnicas de meditación oriental sin perspectiva cristiana. Entiéndase bien cuál es nuestra propuesta: no queremos cuestionar ningún método de relajación, autoconocimiento o espiritualidad, sino que pretendemos revalorizar la perspectiva cristiana como un gran lugar en el que los PAS se sentirán especialmente cómodos. Lo haremos en el último capítulo y, aunque esas páginas no se adecúan evidentemente al lenguaje científico de la psicología o la psiquiatría, creemos que puede resultar interesante. En cualquier caso, no hemos encontrado hasta la fecha una perspectiva cristiana en la literatura PAS. Por último, nos gustaría aclarar que a lo largo de este libro nos tomaremos la licencia de emplear como sinónimos algunas palabras que no lo son. La propia Elaine Aron lo hace con frecuencia, y se debe a razones estilísticas: sería demasiado pesado repetir el mismo término constantemente. De esta manera, • Hablaremos indistintamente de alta sensibilidad y personas altamente sensibles como si fueran términos idénticos, aunque no lo sean. Los PAS cuentan con alta sensibilidad, pero también con otras características, por lo que no se identifica lo uno con lo otro. •

Traduciremos generalmente el término inglés sensitiviness por sensibilidad, aunque también cabe la acepción de sensorialidad. Son conceptos distintos: la sensibilidad se refiere al ámbito emocional y la sensorialidad al ámbito físico.



Usaremos overarousal con la acepción de sobrestimulación, aunque también cabe traducirlo por sobrexcitación o sobreactivación, que son términos un tanto extraños para los hablantes de lengua castellana.



Emplearemos el género masculino aunque propiamente deba emplearse el

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femenino (lo correcto es hablar de las PAS y no de los PAS). No hay ninguna otra razón que preferencias estilísticas personales para optar por esta forma de escritura.

1 . ARON, Elaine N., The highly sensitive person: how to thrive when the world overwhelms you, Broadway Books, Nueva York 1996. [Edición en castellano: El don de la sensibilidad. Las personas altamente sensibles, Editorial Obelisco, Barcelona 2012, 4ª ed.]. 2 . ARON, Elaine N.; ARON, Arthur, “Sensory-Processing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 345-368. 3 . ZEGERS DE BEIJL, Karina, Personas Altamente Sensibles, Editorial La Esfera de los Libros, Madrid 2016.

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Qué es una persona altamente sensible 1 Este capítulo será descriptivo. Es decir, pretende describir de manera sencilla qué rasgos tiene una Persona Altamente Sensible tal y como se entiende en la literatura que hay al respecto. La fundamentación científica de estas afirmaciones serán expuestas en el siguiente capítulo, así como la precisión conceptual del tema: ¿Es un nuevo temperamento descubierto? ¿Es un rasgo de personalidad? ¿Es un constructo teórico sin contrastación empírica?

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EN POCAS PALABRAS Según los diferentes artículos de Elaine N. Aron, podríamos describir a los PAS como… • “Altamente creativos, intuitivos, empáticos (…), aprecian la belleza, y también lo espiritual y filosófico más que lo material y lo hedonista en la orientación de sus vidas”1. • “Personas sensibles que generalmente actúan peor cuando son observadas o bajo la presión de un tiempo limitado, y que tienen dificultades en hablar en grupos o conversar con desconocidos, especialmente en ambientes de alta estimulación como la escuela y las fiestas”2. “Es un rasgo temperamental/de personalidad caracterizado por la sensibilidad para estímulos internos y externos, incluidas las entradas sociales y emocionales (…). Conscientes de los detalles; más afectados por la cafeína, el dolor o el estar ajetreados; toman antes una rápida respuesta; son más conscientes del humor de los otros, y trabajan peor cuando son observados”3. • “El 70% de los entrevistados tenía la sensación de ser diferente, especialmente en la necesidad de tomar frecuentes descansos durante días ocupados; su consciente disposición vital para reducir la estimulación y las sorpresas imprevistas; la importancia de sus vivencias espirituales e interiores, incluyendo sueños (…)”4. • “Lentos en la toma de decisiones”5, ya que “son tendentes a hacer una pausa para chequear una situación nueva, y prefieren reflexionar y revisar su mapa cognitivo después de una experiencia”6. •

Se sienten sobrestimulados por “las sirenas, las luces brillantes, los olores extraños, el desorden y el caos (…). Las PAS se ven alteradas por todo esto”7. Además, son especialmente sensibles a la sensación de frío y también de hambre8.

• Son personas preparadas para percibir los errores y evitarlos, para desarrollar su trabajo a conciencia, concentrándose profundamente, y óptimos para tareas que requieren vigilancia, precisión y detección de pequeñas diferencias9. Podría decirse, junto a Brigitte Küster, responsable del Instituto de Alta Sensibilidad

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en Suiza, que los PAS se definen por tres rasgos inherentes: 1) zona de confort reducida, 2) rápida sobrestimulación sensorial, 3) larga resonancia en su interior de los estímulos e informaciones10. Para precisar todavía más el concepto, Aron establece cuatro criterios básicos que deben cumplirse necesariamente. Estos criterios son dimensiones de la personalidad. La fórmula en inglés sería el acrónimo D.O.E.S.: 1. Depth of processing: procesar profundamente la información sensorial y cognitiva que se recibe. 2. Easily overstimulated: fácilmente sobrestimulados ante la luz, ruidos, etc. 3. Emotionally reactivity and high empathy: alta reactividad emocional ante los estímulos y también gran empatía por los sentimientos ajenos. 4. Sensitivity to subtile stimuli: sensibilidad para los estímulos sutiles, como los matices o detalles. Vamos a desarrollar detenidamente estos cuatro puntos, pero antes hemos de remarcar que deben darse todos y cada uno de estos rasgos para ser considerado como PAS. Pensemos, por ejemplo, en alguien que padezca espectro autista: ese individuo tendrá alta sensibilidad ante estímulos y sobrestimulación, pero no una alta empatía. Es necesario, por tanto, que se den los cuatro pilares básicos que definen a las personas altamente sensibles.

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PRIMER RASGO: PROCESAR PROFUNDAMENTE LA INFORMACIÓN Un PAS es un gran rumiante. Tiene la mente abierta y flexible, capta gran cantidad de información y necesita procesarla de manera más lenta que los demás. Siempre querrá obtener más información y descubrir todos los ángulos de vista posibles antes de tomar una decisión. Algo típico de un PAS es adquirir una cantidad sorprendente de información sobre todo tipo de temas. Suelen ser buenos lectores y filósofos. Una de las consecuencias es que no toman decisiones precipitadas. Tienden a posponer trabajos desagradables, o que conlleven límites y plazos fijos, o que sigan un esquema demasiado hermético. No lo hacen por la necesidad de razonar lógica y objetivamente, sino por su manera sentimental de razonar. Toman en serio las implicaciones morales de sus actos y las consecuencias que estos acarrean para los demás o para el medio ambiente. Les cuesta tomar resoluciones en las que estén implicadas las vidas de otras personas, o que puedan hacer que otros se sientan decepcionados o heridos. Siempre tratan de buscar soluciones alternativas en estos casos. Procesan lentamente la información porque son perceptivos, es decir, ven las cosas desde una perspectiva holística, global, entienden mejor que otros las conexiones entre los hechos, y siempre andan tirando del hilo cuando se enfrentan a un problema de cualquier tipo. Su forma de operar es en torno a imágenes, y no en torno a palabras o pensamientos abstractos. Antes que operar en torno a categorías (musulmán, pintor, etc.), piensan en torno a ejemplares (Pedro es musulmán; Andrés es pintor; etc.). La rumiación, como explicaremos después, no se relaciona con la hiperreflexión propia de los neuróticos. Se trata más bien de una necesidad de descomponer lo que han percibido de un golpe de vista. Cuando un PAS percibe algo, lo hace en conjunto de manera instintiva. Es como quien contempla un cuadro y después cierra los ojos. Un PAS no solo ha percibido el tema principal o los colores dominantes, sino también múltiples detalles: los árboles diminutos al fondo del paisaje, al expresión en la mirada de un personaje secundario de la pintura, los pliegues del ropaje, la composición geométrica de los diferentes elementos del cuadro, etc. Un PAS percibe como una esponja muchos elementos que generalmente pasan desapercibidos, como los del lenguaje no verbal, y también los cambios sutiles. No lo hace conscientemente, ni puede decir con precisión qué ha sido, pero los percibe. Y después trata de procesar esa información para explicarse detenidamente lo que ha visto, lo que ha escuchado o lo que ha ocurrido.

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En el siguiente capítulo explicaremos cuáles son las bases científicas y los experimentos que han probado estos rasgos en los PAS. Adelantaremos ahora que se basan en un sistema neurosensorial diferente.

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SEGUNDO RASGO: FÁCIL SOBRESTIMULACIÓN Un PAS tiene una capacidad sensorial muy desarrollada. Recibe mucha más información (entre ocho y diez veces respecto a un no PAS) del entorno que le rodea: luces, ruidos, olores, colores, etc. Y no solo capta la información en mayor cuantía, sino también con mayor calidad: percibe fácilmente cambios en la luz, matices en los colores, estímulos aversivos en los olores, etc. Los PAS necesitan un entorno de estimulación adecuado, que generalmente pasar por ser lugares tranquilos y sin estresores ambientales, como son el ruido, el calor o el hacinamiento de personas. Es difícil que se encuentren a gusto en un gran centro comercial, en un autobús urbano lleno de gente, en un concierto de un grupo de rock o en un aeropuerto. El exceso de estimulación ambiental les agota, de ahí que la necesidad de desconectar o tomarse tiempos de tranquilidad sea mayor que en otras personas. También tienen la necesidad de dormir más que otras personas, ya que el cerebro reordena la información sensorial, cognitiva y emocional que han recibido durante el día. Si un PAS ha captado más información, necesitará dormir más que un no PAS. Hemos de entender que los estímulos que estresan a los PAS y los sobrexcitan no tienen por qué ser necesariamente aversivos del tipo de ruidos altos, luces fuertes, olores desagradables, etc. Un día agradable de barbacoa junto a amigos queridos también puede agotarles, aunque lo hayan pasado estupendamente. La razón es que han captado mucha más información verbal y no verbal durante las conversaciones. Un PAS se habrá dado cuenta, durante una agradable excursión, si dos miembros del grupo se llevan mal aunque se hayan sonreído, de los vestidos que llevaba la gente, de los colores del lugar, del cambio de temperatura y las corrientes de aire, etc. Todo ello responde, como comprobaremos en el siguiente capítulo, a una carga genética y a un circuito neurosensorial diferente. No se trata de hipersensibilidad, susceptibilidad o enfermedades autoinmunes. Sencillamente, es una manera diferente de captar información. De hecho, la alta sensibilidad es minoritaria pero no tanto: se ha demostrado que en torno al 20% de la humanidad la posee.

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TERCER RASGO: EMOCIONAL Y EMPÁTICO Los PAS siempre se ponen en el lugar del otro. La empatía es un terreno natural en el que no les cuesta desenvolverse. Son especialmente sensibles ante el sufrimiento ajeno. Esto les convierte en buenos escuchantes para las confidencias, ya que generalmente son hábiles y delicados para tratar cuestiones íntimas de otras personas o acoger problemáticas. Los PAS se implican mucho cuando se ha puesto en entredicho la justicia o el honor de alguien. No soportan la agresividad, ni las mentiras, ni las dobles intenciones. No son capaces de manipular conscientemente a otra persona, ni de herirla de manera voluntaria. Que un PAS tenga la empatía muy desarrollada no significa que sean moralmente intachables o que sean santos. Su sistema nervioso puede conducirles a irritarse y ser bruscos en las contestaciones, aunque se arrepientan rápidamente de ello. El hecho de ser sentimentales hace que tomen decisiones según valoraciones personales, aunque luego traten de respaldar aquellas con justificaciones racionales. Se rigen por un corazón ardiente y romántico, de ahí que no les guste decir cosas desagradables a los demás o dar un no por respuesta. Cuidan mucho la armonía del grupo. Están pendientes de regalos sencillos o detalles bonitos para otras personas, como un ramo de flores o una botella de vino. No se les pasa por alto un cumpleaños o un evento que haya acaecido a un amigo si se les ha comentado la fecha. Se sienten profundamente heridos cuando son ignorados, pasados por alto u olvidados. Este es uno de los puntos más fuertes y débiles a la vez de los PAS. Su sentimentalidad hace que en ocasiones puedan tender a formas de dependencia emocional, o a agobiar a los demás con sus demandas de cariño y cercanía. A la vez, su punto fuerte es que son cariñosos y detallistas. Cuidan las relaciones afectivas en familia y en amistades. Tienen mucho que aportar a la sociedad, ya que prefieren modelos cooperativos a competitivos. No son hedonistas o materialistas, sino idealistas.

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CUARTO RASGO: SENSIBILIDAD PARA MATICES Y SUTILEZAS De todo lo dicho hasta ahora, puede entenderse sin dificultad que un PAS tiene gran capacidad para los detalles, a todos los niveles. A nivel sensorial, es capaz de percibir matices a través de la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato. Son matices que otros no perciben, pero ha de hacerse una aclaración: no se debe a la agudeza física de sus sentidos corporales, sino a un sistema neurosensorial más desarrollado. Los PAS pueden gozar como nadie de un bello paisaje, un baile, una luz otoñal o un buen concierto de música clásica. Son especialmente sensibles a los cambios. Hay estudios –que abordaremos en el siguiente capítulo– en el que se demuestran que pueden percibir cambios imperceptibles en un paisaje. A nivel cognitivo, el hecho de captar detalles les permite percibir antes que los demás dónde radica el éxito o el fallo de algo, bien sea un proyecto laboral, un producto comercial o cualquier otra cosa. Y es que el PAS percibe conexiones entre los elementos que le permiten captar sistemas complejos. Pensemos, por ejemplo, en la estructura de un idioma, en el lenguaje musical o en el devenir histórico de una ideología. La capacidad para los detalles provoca, a nivel cognitivo, que desarrollen concienzudamente sus tareas. Es difícil que presenten un trabajo mal hecho. Buscan, además, no solo la calidad en el fondo sino también en las formas. Es decir, tienen sensibilidad estética en lo que se hace, bien sea en la decoración de una habitación, en la celebración de un evento o en la presentación de un producto. A nivel emocional también captan matices y sutilezas. Son expertos en captar el lenguaje no verbal. Saben si la otra persona se alegra o no con una visita, si es el momento de poner fin a la misma, si otra persona les miente o no, si se ha callado una emoción o necesidad que ellos pueden cubrir, etc. Por último, a nivel espiritual también perciben sutilezas y conexiones que a otros les parecería extraño. Tienen lo que en el lenguaje popular se define como telepatía. Les gusta mucho los símbolos, de ahí que sean capaces de vivir las verdades religiosas, hechos milagrosos o sucesos con significados profundos. No nos referimos a fenómenos paranormales, sino a la capacidad de captar matices que van más allá de lo visible o lo material. Muchos PAS aseguran que saben cuándo una persona querida les necesita.

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CARACTERÍSTICAS DE LOS PAS CONTADAS POR ELLOS MISMOS Karina Zegers desarrolla en su libro Personas Altamente Sensibles algunas otras características, que va comentando de modo descriptivo11. Concedemos importancia a estos rasgos que ofrece porque la autora ejerce de coach para PAS desde hace algunos años. Es decir, tiene amplia experiencia en el terreno, si bien no es psicóloga profesional. Además, ella misma se define como persona altamente sensible y ha tenido contacto personal con Elaine Aron. Según Karina Zegers, los PAS… • Se agobian cuando tienen que ejecutar muchas tareas en poco tiempo. Necesitan tiempos de soledad y desconexión. Una ventaja para ellos es que no se aburren en soledad, ya que son capaces de pasar una agradable tarde leyendo un buen libro en el sofá de su casa. • Necesitan hacer las tareas bien, les molestan las cosas mal hechas o el desorden. Si perciben un ambiente desagradable, les cuesta relajarse, sin que a veces puedan explicarse racionalmente qué es lo que no les gusta de dicho entorno. •

Sienten la necesidad de caer bien y de agradar. Gestionan mal conflictos personas con otros individuos. En cambio, son hábiles para resolver problemas ajenos.

• Les cuesta poner límites personales a las demandas laborales o a peticiones de ayuda personales. En cambio, a ellos les cuesta pedir ayuda. No saben dar un no por respuesta. Tratan de adaptarse a las expectativas de los otros antes que a sus propias necesidades. Suelen ser poco asertivos. • Se sienten sobrestimulados en ambientes de gran afluencia pública. • Tienen dificultad para tomar decisiones. • Se sienten muy afectados por los cambios imprevistos en sus rutinas. • Les irrita que les observen mientras realizan sus trabajos u otras tareas. • Tienen alta meteosensibilidad. •

Con frecuencia, se sienten incomprendidos. Les resulta difícil comunicar sus vivencias interiores y profundas, o traducir a los demás lo que sienten y por qué lo sienten.

• Son tendentes al perfeccionismo. •

Gozan de gran capacidad empática, especialmente para captar el sufrimiento

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ajeno y solidarizarse con él. Quizá por ello les resultan aversivas las películas de contenido violento. • Son creativos. Entienden el lenguaje propio de las artes, como la música y la pintura. Necesitan contacto con la naturaleza, los animales, los elementos estéticos. • Se insertan en actividades a favor de las causas ambientales o de justicia social. • Poseen gran intuición. •

Gran capacidad para explorar y asumir nuevos retos, siempre que puedan planificarlos y no sean demasiado imprevistos.

• Viven con altos ideales éticos de justicia, honestidad, compromiso social, etc. Les repulsa la falta de ética, especialmente la mentira, lo deshonesto o la agresividad. •

Son pasionales. Tienden al amor ciego. Son confiados con otras personas (aunque no en primera instancia), valoran positivamente a las personas, son capaces de captar lo bueno que tienen los demás.



Muchos PAS tienen gran reactividad hacia estimulantes como la cafeína, y también hacia productos químicos que se emplean en productos industriales. Les gusta usar productos ecológicos o naturales. También tienen reactividad hacia los aparatos electrónicos, redes inalámbricas, etc.

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¿CÓMO SABER SI SOY PAS? Si usted es PAS, seguramente se habrá identificado con buena parte de las características arriba comentadas. No obstante, existen varios test sencillos que pueden ayudar a su identificación. En primer lugar, está el que la propia Elaine Aron estableció para sus estudios. Se compone de 27 ítems y escalas de tipo Likert. Está citado por la propia Aron y otros científicos como HSPS: Highly Sensitive Person Scale. Aron ha preparado también cuestionarios para su uso con niños, así como otro para autoevaluación del público en general12 (puede consultarse uno en el Apéndice I). De esta manera, pueden encontrarse diferentes escalas con ítems parecidos, pero ha de entenderse que solo la HSP Scale es la que se usa en ámbito científico. En segundo lugar, la Asociación española de PAS ofrece otros recursos para saber si una persona es altamente sensible13. La propia Karina Zegers ha elaborado un test de 52 ítems con escalas tipo Likert14. En nuestra opinión, el test más sencillo de entender y contestar es el que ofrece Kathrin Shost en su libro15, al que también puede accederse desde su página web si el lector conoce el alemán16, y que tiene variantes más complejas17. Se trata de un test binario (sus respuestas son afirmativas o negativas, sin escalas Likert). Algunos ítems de su test son los siguientes: • Prefiero trabajar por mi cuenta y en silencio. • Para mí es importante encontrar mi vocación y vivirla. • Pienso en las cosas interconectándolas, buscando una solución integral. • Incluso cuando asisto con ganas a una fiesta o un gran evento, enseguida me molesta el exceso de estímulos sensoriales y de gente. • Me agobian los ruidos estridentes, las luces brillantes, los olores fuertes, la ropa ajustada y las multitudes. • Cuando hay un exceso de estímulos sensoriales, prefiero retirarme a un lugar tranquilo donde poder estar solo. • Para mí es muy importante sentirme valorado y trabajar en un entorno que se adapte a mis valores. •

Tengo pocos amigos, pero muy buenos, y me gustan las conversaciones

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profundas. • A menudo me quedo sin fuerzas mientras los demás están en plena forma. • Tiendo a tener reacciones alérgicas. • Necesito un tiempo para procesar las experiencias internas. A veces vuelvo de pronto a una situación después de mucho tiempo para reasimilarla. • Evito las noticias negativas con escenas de violencia, muerte o agresividad. • En mi vida juegan un papel muy importante la justicia, la fe, la sensatez, los valores y la ética y/o la espiritualidad. • Reacciono al estrés, la mala alimentación, la falta de ejercicio. • Entre mis puntos fuertes están la empatía, la intuición y la creatividad. • A veces noto que alguien dice algo diferente a lo que piensa y siente, cosa que suele confirmarse después. • A veces sé de antemano lo que ocurre y percibo de lejos las cosas malas que les ocurren a personas de mi entorno.

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DE QUÉ NO ESTAMOS HABLANDO Debemos aclarar que no estamos describiendo una patología psicológica. En el siguiente capítulo comprobaremos cómo las investigaciones de Aron y su equipo han demostrado que la alta sensibilidad tiene una correlación parcial pero no necesaria con la introversión, la inhibición, el neuroticismo, etc. Los PAS no se identifican con personas tímidas ni melancólicas. De hecho, las investigaciones de Aron nacieron precisamente para alertar a la comunidad científica de cómo la alta sensibilidad se confundía con este tipo de trastornos de personalidad. La propia Aron confiesa que “medité mucho tiempo en cómo llamar a este rasgo. Sabía que no quería repetir el error de confundirlo con la introversión, la timidez, la inhibición y todos esos términos tan poco afortunados que nos han impuesto otros psicólogos”18. Tampoco hay que confundir al PAS con un sujeto de emocionalidad negativa: “cuando comencé con mis investigaciones descubrí, por así decirlo, dos tipos de PAS: unas mencionaban problemas de depresión y ansiedad; otras hablaban muy poco de estos sentimientos”19. La personalidad PAS no tiene nada que ver con lo que el estudio clásico de Künkel definió, de forma irónica, como personalidad de Cenicienta20. Con esta etiqueta, Künkel quiso describir a la personalidad del niño vulnerable y emocionalmente dependiente, que quiere ser protegido y satisfecho a toda costa, y que exhibe su delicadeza o debilidad como estrategia para alcanzar tal fin. Ciertamente, hay características propias de la alta sensibilidad que, sin identificarse con rasgos neuróticos, pueden ser riesgos para la estabilidad psicológica. Algunos de estos factores son la tendencia a la hiperreflexión (por la necesidad de procesar la información de manera profunda), la tendencia a la timidez, la ansiedad, baja autoestima, etc. Puede ser que el PAS llegue a convertirse, sin trabajo personal o terapéutico, en una caricatura de sí mismo y cercano a la Cenicienta. Enrique Rojas advertía que “la personalidad inestable es aquella que, además de no tener paciencia para aceptar a los demás como son, está cargada de susceptibilidad y requiere un trato tan delicado y especial que es muy difícil no tropezar con ella”21. Los PAS tienen grandes dones, como su capacidad empática, la cercanía a los necesitados, su poder de intuición o su creatividad. Pero también tienen vulnerabilidades, como son cierta inseguridad o la dependencia del juicio a los demás, que suelen terminar en baja autoestima y autopercepciones del estilo: “no me quieren, no me comprenden”. Su empatía les mueve a crear lazos afectivos fuertes, pero como comprobaremos en otro

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capítulo, el lado oscuro de la empatía consiste en ser excesivamente selectivo en el trato con las personas, conectando (intensamente) con algunas y dejando a otras de lado. En definitiva, “el problema no es una afectividad intensa y profunda, que sería buena, sino una deformación de los sentimientos”22.

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AUDREY HEPBURN, UNA ILUSTRE PAS La mejor manera de retener conceptos es fijar en la mente ejemplos concretos. Es lo que en psicología se conoce por ejemplares, que nos ayudan a concretar las categorías cognitivas. Para ayudarnos a entender qué es un PAS, nada mejor que ejemplificar lo dicho hasta ahora con modelos concretos. Y es mejor hacerlo con personalidades positivas, que han gozado de estima socialmente. De esta manera, el lector no tiene por qué identificar lo altamente sensible con lo raro. Audrey Hepburn (1929-1993) fue altamente sensible. De la estupenda y documentada biografía de Donald Spoto, hemos extraído algunos rasgos de su personalidad PAS23: • Con frecuencia se sentía sobrestimulada. Le costó mucho adaptarse al mundo cinematográfico, especialmente a los focos y ruidos del plató, porque “era muy sensible al ruido y al desorden. Necesitaba tiempo para prepararse. Una vez en el plató, para concentrarse buscaba el silencio y la soledad. En otras palabras, era incapaz de estar charlando alegremente con alguien y acto seguido situarse ante la cámara y ponerse a interpretar”. •

Tenía valores personales de paz y armonía que le mantuvieron lejos de la frivolidad del poder, el éxito o la ambición. Su agente de prensa recordaba que “para Audrey, su carrera profesional siempre ocupaba un segundo lugar. Nunca sintió el vivo deseo de convertirse y seguir siendo una estrella de cine, como les ocurre a la mayoría de las actrices, sino que se preocupaba más de su felicidad personal, la paz, el amor, los niños y un marido al que amar y que la correspondiera (…). Lo que quería era trabajar menos y pasar más tiempo en la intimidad. Era una mujer llena de amor”. Era celosa de su intimidad, y le estresaban los compromisos sociales de una estrella de cine. Ante las numerosas peticiones por parte de los periódicos, su agente de prensa recordaba que “siempre se mostraba incómoda. Torcía el gesto cada vez que yo mencionaba la necesidad de que aceptara una entrevista o sesión fotográfica. Yo intentaba no imponerle demasiados compromisos profesionales, porque me daba cuenta de que para ella suponía una tarea desagradable”.

• Era delicada, respetuosa con los demás y con sensibilidad para los detalles. Uno de los profesionales que trabajó con ella destacó que “Audrey sabía lo que quería y lo que buscaba. Era una persona muy meticulosa y una consumada profesional. Nunca llegaba tarde y jamás se enfadaba. A diferencia de la mayoría de sus

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distinguidas colegas, no se comportaba como una estrella malcriada (…). Siempre cogía la ropa que se le había preparado y le añadía un toque personal que acababa por realzar el conjunto”. Tuvo que trabajar con actores famosos que enrarecían el ambiente con sus disputas, caprichos y egoísmos, como ocurrió con Cooper, Bogart, Holden, etc. Jamás entraba en peleas con otros actores o actrices durante el rodaje. Le disgustaban los conflictos y las críticas. • Conectaba muy bien con otros PAS. Audrey Hepburn trabajó con Cary Grant en Charada. Respecto a él, confesó que “trabajar con Cary Grant fue un verdadero placer. Era expresivo y a la vez reservado. Llevaba una vida muy tranquila, y creo que eso tenía que ver con cierta timidez y con el deseo de estar con gente con la que se sintiera cómodo, en lugar de tener que pisar siempre terreno desconocido. Creo que, como era una persona vulnerable, percibió enseguida que yo también lo era. Teníamos todo eso en común”. • Era profundamente empática con el sufrimiento ajeno. Al leer por primera vez el Diario de Anna Frank quedó profundamente impactada por identificarse con el personaje. En marzo de 1988 presentó voluntariamente su solicitud para ejercer como embajadora de buena voluntad de Unicef, organización con la que ya llevaba años colaborando económicamente de forma anónima. Uno de sus discursos como embajadora de Unicef, en 1989, revela todos sus sentimientos PAS: “nos enfrentamos a amenazas mucho más funestas que la enfermedad y la muerte. Nos enfrentamos al lado oscuro de la naturaleza humana: el egoísmo, la avaricia, la agresividad. Todo eso ya ha contaminado nuestros cielos, vaciado nuestros océanos, destruido nuestros bosques y causado la extinción de miles de hermosos animales. ¿Van a ser los niños los siguientes en la lista?”. •

Se mostraba receptiva a valores espirituales. Tenía gran conexión con la naturaleza y los animales. Según su hijo Sean, a su madre le encantaba cuidar los rosales y las dalias de su jardín. Su biógrafo resume estos rasgos así: “Audrey poseía la capacidad de maravillarse ante las manifestaciones sencillas de la naturaleza, era algo que sabían bien todos cuantos la conocían; se compadecía de los que sufrían y no se consideraba mejor que cualquier otra mujer, nunca se mostraba altiva con sus colegas”. Estaba siempre “hambrienta de algo más”.

• Procesaba la información con profundidad y seriedad. No se entregaba a nadie por frivolidad o como medio de alcanzar la fama. Trataba de averiguar la naturaleza de sus sentimientos para evitar relaciones superficiales o morbosas. Así, manifestó a un periodista que “a menos que sepas cuáles son tus

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pensamientos más íntimos, no puedes entregarte a nadie. Yo sigo aprendiendo sobre mí. Hay muchas cosas que me faltan por saber, pero lo conseguiré”.

1 . “They are often higly creative, intuitive, empathic (…), appreciative of beauty, and spiritual or philosophical rather than material and hedonistica in their orientation to life”. ARON, Elaine N., “Revisiting Jung´s concept of innate sensitiveness”, Journal of Analytical Psychology 49 (2004) 358. 2 . “Sensitive persons generally perform worse when observed or under the pressure of a time limit and have difficulty speaking in groups or conversign with strangers, specially in highly stimulating envrioments such as school classrooms and parties”. Ibíd., pp. 358-359. 3 . “Is a temperament/personality trait characterizaed by sensitivity to both internal and external stimuli, including social and emotional cues (…). Awared of subtleties; more affected by caffeine, pain and being rushed; having a faster startle response; being more aware of others´mood; and performing worse when they are observed”. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural differences in neural response”, SCAN (2010) 5, 220 [doi:10.1093/scan/nsq028]. 4 . “For over 70% of interviewees see their sense of being different, especially in regard to their need to take frequent breaks during busy days; their conscious arrangement of their need to take frequent breaks during busy days; their conscious arrangement of their lives to reduce stimulation and unwanted surprises; the importance of their spiritual and inner lives, including dreams (…)”. ARON, E. N.; ARON, A., “Sensoryprocessing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Jorunal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 351. 5 . “Slow decision-making”. ARON, Elaine N., “Revisiting Jung´s concept of innate sensitiviness”, Journal of Analytical Psychology 49 (2004) 359. 6 . ARON, Elaine N.; ARON, Arthur; DAVIES, Kristin, “Adult shyness: the interaction of temperamental sensitivity and adverse childhood environment”, Personality and Social Psychology Bulletin 31/2 (2005) 181. 7 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 26. 8 . Cfr. Ibíd., p. 69. 9 . Cfr. Ibíd., p. 33. 10 . Citado en: SHOST, Kathrin, El poder de la sensibilidad. Cómo identificar a las personas altamente sensibles y qué podemos aprender de ellas, Editorial Ariel, p. 36. 11 . Cfr. ZEGERS DE BEIJL, Karina, Personas Altamente Sensibles, Editorial La Esfera de los Libros, Madrid 2016, pp. 58-110 passim. 12 . Estos cuestionarios se encuentran en la página web de Elaine Aron: www.hsperson.com 13 . www.asociacionpas.org 14 . ZEGERS DE BEIJL, Karina, op. cit., pp. 307-311. 15 . SHOST, Kathrin, op. cit., p. 29.

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16 . www.empathisch-kommunizieren.de 17 . www.zartbesaitet.net 18 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 13. 19 . Ibíd., p. 95. 20 . Para Künkel, las personalidades egocéntricas y neuróticas se podían calificar como: Estrella, Nerón, Cenicienta, Tortuga. Cfr. la descripción de las mismas en: KÜNKEL, F., Introducción a la caracteriología, Editorial Victoria, Barcelona 1945, pp. 62-66. 21 . ROJAS, Enrique, Una teoría de la felicidad, Editorial CIE, Madrid 1998 [25ª ed.], p. 246. 22 . VIAL, Wenceslao, Madurez psicológica y espiritual, Editorial Palabra, Madrid 2016, p. 133. 23 . Cfr. SPOTO, Donald, Audrey Hepburn. La biografía, Editorial Lumen, Barcelona 2006, pp. 48, 49, 105, 124, 125, 145, 154, 208, 209, 210, 259, 293, 329.

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Fundamentos científicos 2 Elaine Aron ha dado a conocer varios estudios de investigación con diferentes equipos de profesionales internacionales, siguiendo todas las pautas exigidas por la APA (American Psychological Association), y en publicaciones de completa solvencia. Es hora de que concretemos el fundamento científico de las afirmaciones expuestas en el capítulo anterior. Advertimos al lector que, aunque la exposición se hará de la manera más breve y sencilla posible, puede resultarle de difícil comprensión si no tiene conocimientos previos. Puede pasar por alto este capítulo, pero creemos que es imprescindible para encuadrar bien el problema y apurar definiciones. En definitiva, para saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a la cuestión de los PAS.

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UN CIRCUITO NEUROSENSORIAL DIFERENTE ¿Qué es lo que han demostrado las investigaciones? 1. Los PAS tienen mayor activación cerebral para reconocer los sentimientos ajenos. Un equipo de profesores universitarios estadounidenses liderados por Bianca P. Acevedo y Elaine N. Aron, demostró mediante escáner fMRI (functional Magnetic Resonance Imaging), que los PAS tienen un circuito empático diferente1. En este estudio se escaneó el cerebro de varones y mujeres casados2, a los que se les hizo visualizar fotos de rostros alegres y tristes3, quedando demostrado que “como estaba previsto, los mayores resultados en alta sensibilidad estaban asociados a mayores activaciones de las regiones cerebrales”4. 2. Los PAS gozan de mayor percepción visual. Además de estudiar la empatía de los PAS, el equipo de Aron investigó si realmente tiene base científica que estos gozan de mayor percepción visual. En otro experimento mediante fMRI se despejaron las dudas: “Los individuos con alta sensibilidad evidenciaron una mayor activación cerebral (…) en las áreas funcionales del cerebro que están implicadas en la atención visual y el proceso ocular”5. Además, se demostró que tenían “una habilidad para notar cambios sutiles” en las imágenes6. La conclusión final fue que los PAS “procesan la información sensorial más elaboradamente que los individuos bajos en sensibilidad, esto es, que tienen una mayor atención al detalle y mayor atención a los matices”7. 3. Diferente sistema en la producción de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor asociado a sentimientos positivos como el gozo. Un buen paseo o un rato de ejercicio es uno de los modos de generar dopamina y obtener bienestar. Por ello, actúa como refuerzo para ciertas conductas. Ayuda también al incremento de la frecuencia cardíaca. Una colaboración entre profesionales chinos y estadounidenses para estudiar la dopamina en el circuito cerebral de los PAS8 demostró que la liberación de esta en este tipo de personas tiene un un sistema diferente9. 4. Los PAS perciben mejor las características del estímulo frente a su significado cultural. Después de otro interesante experimento científico, el equipo de Aron llegó a una conclusión sorprendente: los PAS perciben los estímulos por sí mismos, menos influenciados que otros individuos no PAS por el contexto cultural del estímulo. “Algunas categorías de individuos están menos influenciados por el

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contexto cultural que otros (…), es más débil para los individuos con alta sensibilidad (…). Los individuos con alta sensibilidad serían menos sensibles para percibir diferencias culturales en la tarea del procesamiento perceptivo, porque ellos están más atentos a todos los aspectos de los estímulos”10. ¿Qué significa esto? Que los PAS tienen un modelo perceptivo que les propicia una reflexión más independiente que al resto de personas. Pensemos, por ejemplo, en un cartel en el que aparece una taza de caliente. En sí mismo, la imagen indica lo que indica: una taza de café. Pero nuestra carga cultural nos mueve a asociarlo con otros significados, por ejemplo, “charla con los amigos”. Eso ocurre cuando preguntamos a alguien: “¿tomamos un café?”. Literalmente, le proponemos tomar una bebida estimulante, pero lo que queremos significar es que queremos estar un rato con ese amigo y charlar tranquilamente sobre nuestros asuntos. Al percibir el estímulo con menos carga cultural en su significado, un PAS percibe de manera “más libre”, lo que le permite estar más centrado en los detalles del estímulo y menos atento al significado cultural asociado al mismo. Esta característica es muy positiva porque un PAS está menos influenciado por los estereotipos y prejuicios. Pensemos en la carga cultural negativa que han tenido, en ciertas épocas, las siguientes palabras: “gitano”, “negro”, “musulmán”, “homosexual”, etc. En todo ello, un PAS percibe, ante todo, una “persona”, y se preguntará cuál es su edad, porqué está triste o alegre, de qué país proviene, etc. Analizaremos esta característica positiva más adelante. 5. Los PAS tienen más habilidades para percibir el lenguaje artístico, que provoca en ellos relajación. También se ha demostrado la capacidad de los PAS para percibir el lenguaje artístico, que tiene para ellos carácter terapéutico11. Después de que un grupo en torno a 100 personas acudiera a la exposición de un museo con objeto de investigar sus reacciones, se llegó a la conclusión de que entre los miembros PAS del grupo hubo “un descenso significativo de la media de ansiedad percibida”12. Dicha relajación no fue percibida entre los miembros no PAS del grupo. En definitiva, hemos podido comprobar que los PAS tienen una fuerte carga genética que configura un peculiar sistema neurosensorial, lo que lleva a su vez a una manera determinada de relacionarse con los demás (eso es lo que entendemos por personalidad). La carga genética de los PAS es heredable y se manifiesta ya en los bebés. Sin embargo, la conducta aprendida del comportamiento de los padres es uno de los puntos menos estudiados, y debe ser tenida en cuenta. Según el equipo de Liss y Timmel, la alta sensibilidad está relacionada con una sobreprotección de los padres13. Aron ya percibió

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esto, admitiendo que aunque la alta sensibilidad afecta por igual a hombres y mujeres, los varones han tenido más problemas en su entorno si son PAS. La razón es que “la sociedad tiende a ver la sensibilidad en los hombres como especialmente problemática; el entorno parental tendría sin duda una mayor influencia en un chico sensible”14. En resumen de todo ello, se puede afirmar que “el constructo de la alta sensibilidad es relativamente nuevo en la literatura, y dota de una conceptualización segura sobre cómo los factores temperamentales actuarían con los comportamientos paternos, produciendo dificultades psicológicas (…). Puede proveer información valiosa para entender por qué ciertos individuos están predispuestos hacia la depresión y la ansiedad, especialmente en ciertos entornos. En cualquier caso, la alta sensibilidad es un constructo que necesita investigaciones ulteriores”15. 6. El rasgo de alta sensibilidad no se identifica con el rasgo de introversión. Aron demostró que los PAS solo tienen “moderadas correlaciones” con rasgos de introversión, una correlación en torno al 0,25-0,3216 (en el coeficiente Pearson, que oscila entre +1 y -1)17. La media de correlación en sus siete primeras investigaciones es de 0,2818. Es cierto que los PAS comparten con los introvertidos algunos rasgos, cosa que Aron admite sin dificultad: “por ejemplo, se ha encontrado que los introvertidos tienen una mayor percepción de los estímulos sutiles; una mayor vigilancia en la atención, mayor reactividad sensorial y un estilo cognitivo reflexivo”19. Sin embargo, los PAS no se ajustan exactamente a la definición de introvertidos, entre otros motivos porque el 30% de ellos tienen el rasgo de extroversión20. Otro punto que diferencia la timidez de la alta sensibilidad es que “la timidez, incluso la que es crónica, no es hereditaria; la sensibilidad sí”21. 7. Los PAS no son sujetos de personalidad neurótica o de fuerte emocionalidad negativa. Los datos de la primera investigación de Aron “fundamentan consistentemente una parcial independencia entre la sensibilidad y la emocionalidad negativa”22. No hay relación directa entre los cuatro rasgos básicos de los PAS y los cinco de la personalidad neuróticas23 conocidos como los Big Five24. De hecho, los PAS son “más propensos a intensas emociones positivas”25. En definitiva, “es importante que (…) no confundamos tener una alta sensibilidad con el neuroticismo”26.

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Aron admite que sí hay PAS adultos con problemas de emocionalidad negativa, pero ha demostrado también que ello se debe no a la alta sensibilidad, sino a un entorno problemático en la infancia. Divide a los PAS en dos grupos: el 70% que ha vivido una infancia positiva y no presenta trastornos neuróticos, y el 30% con inestabilidad emocional debido a una infancia problemática27. En este último grupo sí hay una tendencia a la patología psicológica28, pero se debe no al rasgo de sensibilidad en sí mismo, sino a un entorno desfavorable para ella en la niñez. 8. La validez de la tesis de que la alta sensibilidad es un rasgo de personalidad independiente a lo neurótico, y no correlacional, ha sido contrastado por otros investigadores. Como apunta Liss y su equipo de investigación, la alta sensibilidad “está relacionada, pero no es idéntica al constructo de conducta inhibida, introvertida o de timidez. El proceso sensorial [de los PAS] ha sido específicamente encontrado como independiente a la introversión o el neuroticismo”29. No obstante, sí se ha encontrado relación entre la alta sensibilidad y la tendencia a la ansiedad y la depresión30.

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UNA CUESTIÓN COMPLEJA: HACIA UN NUEVO CONSTRUCTO DE PERSONALIDAD Lo que Elaine N. Aron pretende es definir un nuevo constructo de personalidad, basado en dimensiones ya conocidas, pero con una nueva precisión conceptual. Trataremos de explicar esta cuestión –que es compleja– con pocas palabras. La psicología ha tratado de definir cuáles son las dimensiones que configuran la personalidad, con el fin de establecer mejor los distintos temperamentos y los límites con la patología clínica. Entre los rasgos de personalidad, por ejemplo, está el de introversión/extroversión, o bien acercamiento/evitación. El problema es que hay multitud de intentos de establecer cuáles deben ser las dimensiones de la personalidad sin que haya un acuerdo claro. Hay modelos que han tenido más aceptación que otros en la comunidad científica: los de Eysenck, Gray, Atkinson, etc. Un buen resumen del estado de la cuestión (hasta 1995) es el realizado por William Reeve31. En su artículo se puede comprobar que hay un auténtico bosque de autores, constructos de personalidad, dimensiones que toman en cuenta, conceptos, términos, etc. En el Apéndice II se encuentra una tabla de algunas teorías más conocidas. No todos los autores estiman el mismo número de dimensiones que constituyen la personalidad: algunos toman 3 ítems, otros 4 y otros 5. La impresión de Reeve es que “en los últimos 40 años, la búsqueda de la personalidad ha visto cómo por fin un ciclo completo de entusiasmo poco autocrítico se tornaba en un desolado pesimismo, y de nuevo una vuelta al entusiasmo”32. Incluso en los modelos que han gozado de mayor aceptación científica, no hay acuerdo pleno en el significado conceptual preciso de los términos. En ocasiones, por ejemplo, se confunde inhibición e introversión, cuando los autores han querido expresar conceptos distintos aunque correlacionados. No es fácil determinar el límite conceptual exacto que un autor dota a un término. Generalmente, los autores crean sus propias escalas –con criterios de objetividad científica– con el fin de medir dimensiones de la personalidad. Pero estas escalas no son definitivas y son revisadas a su vez por otros colegas de profesión. Algo que complica todavía más la problemática es que, como apunta Aron, “la psicología no es perfecta, porque en definitiva, no puede evitar los prejuicios de la cultura en que se desarrolla (…), y refleja el prejuicio que a las personas que yo llamo PAS son menos felices y menos saludables mentalmente”33. Es decir, la búsqueda de

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constructos de personalidad no es ajena a la cultura en que dicha búsqueda se desarrolla. En el mundo occidental, tan competitivo y agresivo, la alta sensibilidad y sus dimensiones han sido objeto de sospecha por parte de los psicólogos. Sin embargo, “los psicólogos japoneses parecen tener la expectativa de que los sujetos sensibles se desenvuelven mejor”34. El debate entre autores es infinito. Solo pondremos un breve ejemplo: el famoso constructo de personalidad de Eysenck establece tres dimensiones que configuran la personalidad35: Extroversión (sociabilidad), Psicoticidad (soledad, agresividad) y Neuroticismo (ansiedad, desconfianza). Sin embargo, otro autoridad en la materia como fue Gray criticó este modelo36, y estableció dos dimensiones básicas: Impulsividad y Ansiedad. Estudios posteriores se inclinan más por uno u otro modelo. Para Chris J. Jackson, por ejemplo, sus investigaciones le mueven a afirmar que el modelo de Impulsividad de Gray es más exhaustivo que el modelo de Eysenck37. Las tesis de Aron sobre Personas Altamente Sensibles se insertan dentro de los distintos constructos sobre personalidad, de las dimensiones que deben incluir, y del significado exacto de esas dimensiones (inhibición, extroversión, impulsividad, etc.). Elaine Aron ha ido definiendo en sus artículos a qué quiere referirse con el término PAS. En primer lugar, lo define como un rasgo temperamental y rasgo de personalidad a la vez38. Lo uno y lo otro no son lo mismo. Por rasgo temperamental entendemos una carga genética no modificable. Podemos tener una alta o baja reactividad emocional hacia los estímulos desde que nacemos. El rasgo de personalidad, en cambio, es nuestra manera de relacionarnos con el entorno social. La personalidad se tiene, pero pueden modificarse conductas con más o menos éxito, según las distintas terapias. Una persona puede tener una carga genética que le impulse a la inhibición; socialmente, es bastante probable que esto se traduzca en timidez. Pero también puede ocurrir que el individuo haya modificado sus conductas mediante terapia o trabajo personal y sea una persona sociable y abierta. En este caso, un rasgo temperamental de inhibición ha sido superado para llegar a transformarse en una personalidad abierta y sociable. Aron define la alta sensibilidad como un rasgo temperamental (con carga genética) y, a la vez, como un rasgo de personalidad (conjunto de conductas hacia los demás). Habla de lo temperamental/personalidad de manera indistinta. Por ejemplo, en otro artículo de investigación define al PAS como un “hipotético temperamento” diferente al resto39. Pero también se refiere a la alta sensibilidad como un constructo, es decir, como un modelo de personalidad. En concreto, “un constructo unidimensional de alta sensibilidad

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(y asociada a la excitabilidad), que es parcialmente independiente de la introversión y la emocionalidad”40. La cuestión de fondo es que Aron no se sentía cómoda con los modelos de personalidad que existían hasta el momento. Su intención es definir un nuevo constructo de personalidad (los PAS) con nuevas precisiones sobre el significado exacto de las dimensiones (como introversión o emocionalidad). Ella misma admite que “este rasgo no es un nuevo descubrimiento, pero ha sido mal entendido”41. Como podemos intuir, se trata de una apuesta compleja. Kesstan Blandin define bastante bien cuál es el lugar de la propuesta de Aron dentro de los diferentes modelos actuales de personalidad, en un artículo publicado en la Journal of Analytical Psychology42. También trata de hacer un esbozo de la cuestión la investigadora Beatriz Dorado Bermúdez43. Blandin se hace eco de las investigaciones de Aron sobre niños sensibles y de las Highly Sensitive Person, pero admite que el estudio sobre la sensibilidad especial de algunos temperamentos no es una cuestión novedosa: se trata de una línea de investigación que recorre el siglo XX hasta nuestros días, y que parte de la publicación en 1921 de una obra clásica: los Tipos psicológicos de Carl Jung. Muchos psicólogos se han inspirado en Jung como fuente, incluyendo la propia Aron: “la obra de Jung, que era también un PAS, me resultó muy valiosa, pero la mayor parte de los trabajos científicos (…) se centraban en introvertidos no sociables, y empecé a preguntarme si la introversión y la sensibilidad se estaban equiparando equivocadamente”44. La cuestión PAS se trata, por tanto, de una nueva comprensión acerca de un temperamento difícil de entender y que había sido calificado con muchas etiquetas: tímido, inhibido, neurótico, etc.

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DIFERENCIAS ENTRE ARON Y KAGAN/MYERS BRIGGS En ocasiones, no es fácil establecer la diferencia entre lo que Aron pretende introducir como novedad y los conceptos que otros estudiosos de la personalidad han descubierto. Vamos a ver dos ejemplos de ello. 1. Aron y Kagan: Kagan ha sido una de las grandes autoridades en el estudio del temperamento y en modelos de personalidad, especialmente en lo referente al rasgo de inhibición. Kagan y su colega Snidman investigaron la forma especial con la que algunos temperamentos viven la sensibilidad, dividiéndolos entre altamente reactivos (high-reactive, HR) y poco reactivos (Low-reactive, LR). Los altamente reactivos fueron llamados por los autores como inhibidos, y el grupo bajamente reactivo como desinhibidos45. Pudieron comprobar, a través de diferentes experimentos, cómo reaccionaban niños de 31 meses que jugaban con otros compañeros ante la visita inesperada de una niñera. El 15% de los niños se habían mostrado tímidos con la niñera y con el resto de los compañeros, mientras que el 14% se habían mostrado sociables con los otros niños y confiados con la mujer que entraba en la habitación. Pero el mérito del experimento residía en haber vuelto a estudiar a esos mismos niños cuando habían cumplido entre 12 y 14 años. Comprobaron entonces que los que se habían señalado como inhibidos o altamente reactivos, mostraban en la preadolescencia signos de mayor ansiedad social46. Descubrieron que los niños sensibles tenían más cortisol y norepinefrina en fluidos corporales (orina, saliva). Al darse cuenta de que, por tanto, era un comportamiento genético, quisieron adelantar la edad de su estudio y experimentar con bebés de entre 6 y 9 meses, descubriendo que ya los bebés muestran timidez o sociabilidad según el desarrollo de su amígdala e hipocampo47. Los autores concluían que “la probabilidad de que los niños altamente reactivos no terminen siendo niños bulliciosos, sociables y despreocupados es (…) muy alta”48. Kagan y Snidman, por cierto, aconsejaban a los padres de los niños inhibidos que no fueran excesivamente críticos con ellos ni sobreprotectores49. Aron cita los estudios de Kagan en sus artículos50. Sin embargo, piensa que el rasgo de alta sensibilidad que ella defiende ha sido confundido con el rasgo neurótico, de ansiedad, de reactividad o de “inhibición de Kagan”51. Es decir, Aron no se siente reconocida en el rasgo de inhibición de Kagan, porque “él le da otros nombres (inhibición o timidez en los niños), y yo no estoy de acuerdo con estos términos”52. Con

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cierto humor, Aron apunta que “la conclusión de Kagan es que las personas que muestran este rasgo de sensibilidad o inhibición son de una raza distinta”53. 2. Aron y Myers Briggs: tanto Elaine Aron como Isabel Myers Briggs se consideran discípulas, en cierta medida, de un mismo maestro: Carl Jung. La propia Aron usaba el Indicador de Tipos temperamentales de Myers Briggs (MBTI) al comienzo de sus estudios54. El MBTI es un indicador de tipos temperamentales muy conocido, usado y estimado en el ámbito norteamericano. Se basa en cuatro dimensiones de personalidad, como son: • Extroversión/Introversión • Sensorialidad/Intuición • Pensamiento/Sentimentalidad • Juicio/Percepción. Estas cuatro dimensiones fueron propuestas por Jung en la primera mitad del s. XX, y muchos autores, entre ellos Myers Briggs, han basado sus test de personalidad en ellas. Hay una extraordinaria coincidencia entre lo que Isabel Myers Briggs calificó de INFP/ENFP, con el rasgo PAS. Según esta autora, este tipo de temperamentos es el de personas creativas, con gran necesidad de comunicarse y expresarse. Son buenos oyentes, aborrecen los conflictos, encuentran dificultad para emitir críticas negativas o para recibirlas, son más proclives a destacar el lado positivo de las personas, son amables, amistosos y cariñosos. Los INFP/ENFP del indicador MBTI se definen, además, por dar continuas muestras de apoyo a los demás, expresando cercanía, prefiriendo la cooperación a la competición, estando siempre dispuestos a ayudar. Se caracterizan por su alta empatía, capacidad de comprensión y compasión, se vuelcan incondicionalmente con las personas que aman. Además, los INFP/ENFP de Myers Briggs son descritos como personas idealistas, espirituales, con deseos de integridad y honradez, con tendencia a considerarse salvadores de los demás. Por último, se las describe como personas que aman la quietud y los momentos de soledad y reposo, porque necesitan recopilar gran cantidad de información antes de tomar una decisión. Como puede comprobarse, hay una gran similitud entre el indicador MBTI para temperamentos intuitivos, sensibles y perceptivos, y los PAS de Aron. Myers Briggs los situaba entre el 12% de la humanidad. Aron habla del 20%. Sin embargo, hay diferencias. Aron advirtió en su estudio clásico de 1997 que ella y Myers Briggs parten de diferentes métodos, y por tanto, llegan a diferentes resultados.

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Por ejemplo, Myers Briggs establece una correlación de 0,32 entre introversión y alta sensibilidad, mientras que Aron la rebaja al 0,1455.

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PARA CONCLUIR: ¿QUÉ APORTA EL RASGO PAS? Para resumir la cuestión, hemos de afirmar que dentro del bosque de constructos sobre personalidad, Aron deja claro que el rasgo PAS es “una hipótesis sobre la sensibilidad del proceso sensorial como una característica individual diferencial”, y que es “parcialmente independiente de la introversión social y de la afectividad negativa (como el miedo, ansiedad, depresión)”; no debe confundirse con lo que “aproximadamente corresponde al concepto psicológico que ha sido etiquetado con introversión, así como al rasgo temperamental que ha llevado una variedad de nombres, incluido la inhibición o la reactividad”56. Esta es la gran aportación de Aron. Un nuevo rasgo de personalidad, una nueva precisión de significado en las dimensiones de la personalidad. Si de verdad es así, el descubrimiento de esta autora es de largo alcance y de gran originalidad. También supone una gran liberación para los que se sientan PAS, ya que hasta ahora han tenido que recibir todo tipo de etiquetas con las que no se sentían cómodos: inhibido, tímido, neurótico, etc. Una multitud de PAS, a nivel mundial, ha encontrado en las investigaciones de Aron una explicación satisfactoria de su propio sentir y actuar. La causa de que la alta sensibilidad haya sido objeto de sospecha por parte de la psicología tiene que ver, como hemos apuntado ya, con causas culturales: “al preferir la dureza, nuestra cultura ve nuestro rasgo como algo con lo que es difícil vivir, de lo que hay que curarse”57. La aceptación del público puede indicar, por lo tanto, quizá Aron no esté tan desencaminada aunque su definición de rasgo PAS no haya entrado todavía en la nomenclatura científica internacional. Creo que otra novedad de la literatura sobre los PAS radica en una reivindicación de los dones de este rasgo de personalidad, así como una superación de los tipos temperamentales, incluso los más ajustados como los de Myers Briggs. En una sociedad de consumo, altamente materialista y competitiva, los PAS tienen por naturaleza mucho que decir: buscan la armonía, la cooperación, son hábiles para solucionar conflictos ajenos, para motivar y convertir a un grupo en un equipo. Como apunta Kathrin Sohst, una de las grandes tareas que los PAS pueden realizar en este mundo es reintroducir valores: “los retos empresariales de nuestro tiempo exigen personas con ideas poco convencionales. Es un buen momento para introducir nuevos valores en este mundo y poner fin, antes de que sea demasiado tarde, a la locura del método más-alto-másdeprisa-mejor-más-barato”58.

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Invito al lector a que lea el libro de Susan Cain59 o vea sus conferencias por internet. Ella reivindica a los PAS como gente pacífica y profunda que puede aportar calma y sentido en un mundo que vive demasiado deprisa. La autora cuenta la anécdota de lo que fue su primer campamento de verano cuando era una niña (los PAS no se encuentran cómodos en ese tipo de actividades). Acudió al mismo con… ¡un bolso lleno de libros! Sin embargo, una monitora del campamento les invitó ya el primer día a que las niñas fueran muy ruidosas, se desinhibieran, gritaran, jugaran, etc. Es decir, ya desde pequeña, en su primer campamento, se le propuso lo que socialmente se consideraba aceptable y normal en una niña. Lo no aceptable y lo anormal era que ella llevara un bolso lleno de libros a un campamento. Y desde entonces, Susan Cain siguió el camino de los no PAS a pesar de ser altamente sensible, de modo que terminó por trabajar como abogada en una empresa de Wall Street, sin poder desarrollar su verdadera vocación: ser escritora. Hace unos años comprendió que el mundo necesita de los PAS, y que los PAS tienen derecho a buscar su rol social y un nivel de estimulación que les resulte adecuado para poder trabajar, expresarse y vivir. En definitiva, buscar su lugar en el mundo y ser portadores de valores que la sociedad competitiva necesita. Creo que aquí radica el interés y la novedad de la literatura sobre los PAS. Por un lado, gente del ámbito científico como Aron, o bien profesionales de otras ramas, han reivindicado su ser PAS, su forma de entender el mundo, su lugar en él. Han fundamentado su rasgo de personalidad no como una carencia o una debilidad, sino como un don poco frecuente (el 20%) que se basa en un desarrollo igualmente peculiar de su sistema neurosensorial. Es muy difícil entender a un PAS por parte de los no PAS, a no ser que aquel se exprese. Y, por lo que parece, los PAS han empezado a hacerlo en el mundo entero. Como se lamentaba Elaine Aron en un estudio, hay sociedades que claramente prefieren a personas no sensibles y las ponen como modelo, como las de Estados Unidos y Australia60. Ahí ha estado el déficit de la psicología y la psiquiatría norteamericanas respecto a la alta sensibilidad. Se ha visto la alta sensibilidad como objeto de sospecha, se la ha vinculado con todo tipo de patologías, sin que un PAS se sintiera realmente cómodo con su diagnóstico. El peligro está en que esta preferencia actitud norteamericana, que alcanza a la psicología igualmente, termine impregnando al mundo entero. Se trata de un tema cultural, ya que como apuntaba Elaine Aron, en otras sociedades como la china, el niño sensible, pacífico y reflexivo está bien considerado.

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En definitiva, ha llegado la hora en que los PAS han comenzado a hablar, quizá precisamente porque es ahora cuando más los necesita la sociedad occidental.

1 . ACEVEDO, Bianca P.; ARON, Elaine N. (et alia), “The highly sensitive brain and fMRI study of sensory processing sensitivity and response to others´emotion”, Brain and Behavior 4/4 (2014) pp. 580-584. 2 . Ídem, p. 582. 3 . Ídem, p. 583. 4 . “As predicted, greater HSP scores were associated with stronger activations of brain regions”. Ídem, p. 589. 5 . “Individuals high in SPS evidence greater brain activation (…) of functional brain areas that appear to be involved in visual attention and oculomotor process”. JAGIELLOWICZ, Jadzia; XU, Xiamonge; ARON, Arthur; ARON, Elaine N. (et alia), “The trait of sensory processing sensitivity and neural responses to hanges in visual scenes”, SCAN (2011) 6, p. 45 [doi: 10.1093/scan/nsq.001]. 6 . “Individuals high in SPS report an ability to notice subtle change”. Ibíd., p. 45. 7 . “Individuals high in SPS process sensory information more elaborately than individuals low in SPS, that is, with a greater attention to detal and with more attention to subtleties”. Ibíd., p. 46. 8 . CHEN, C.; MOYZIS, R.; STERN, H.; HE, Q.; et al. (2011) “Contributions of Dopamine-Related Genes and Environmental Factors to Highly Sensitive Personality: A Multi-Step Neuronal System-Level Approach”. PLoS ONE 6(7): e21636. doi:10.1371/journal.pone.0021636 9 . “We tested 98 polymorphism related to the dopamine system, and identified 10 loci on seven genes that were related to highly sensitive personality”. Ibíd., p. 7. 10 . “The present data suggest that some categories of individuals are less influenced by their cultural context than others (…), taking context into account in perceptual judgments, is weaker for individuals high in SPS (…). Individuals high in SPS should be less likely to exhibit cultural differences in a perceptual processing task, because they are more likely to be highly attentive to all aspects of a stimulus, a model supported by the present results”. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural differences in neural response”, SCAN (2010) 5, p. 224 [doi: 10.1093/scan/nsq028]. 11 . Cfr. STRADER GARCÍA, Sarah Sofia, The impact of an expressive arts group therapy process on anxiety and self-esteem for Highly Sensitive Adolescents, Tesis doctoral [pro manuscripto], Sofia University (Palo Alto, California], 2012. Cfr. tb. DORADO BERMÚDEZ DE CASTRO, Beatriz, “Influencia de una exposición de arte sobre la ansiedad percibida en personas altamente sensibles”, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 2016 [fondo recuperado de: https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/13176/TFM000422.pdf? sequence=1&isAllowed=y, consultado el 18/07/2018] 12 . DORADO BERMÚDEZ DE CASTRO, op. cit., p. 18. 13 . “Sensory processing sesitivity was also correlated with parental over-protection”. LISS, M.; TIMMEL, L. (et alia), “Sensory sensitivity and its relation to parental bonding, anxiety and depression”, Personality and individual differences 39 (2005) p. 1433.

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14 . “Society tends to see sensitivity in men as particularly problematic; parental environment would undoubtedly have a greater influence on a sensitive boy”. ARON, Elaine N.; ARON, Arthur, “SensoryProcessing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) p. 364. 15 . “The construction of sensory processing sensitivity is relatively new to the literature, it provides a useful conceptualizaction of hoy temperamental factos may interact with parental behaviors to produce psychological difficulties (…). It may provide valuable information in understanding why certain individuals are predisposed toward depression and anxiety, especially in certain enviroments. Nevertheless, sensory processing sesitivity is a construct that needs further exploration”. Ibíd., p. 1438. 16 . “The HSP Scale had moderate positive correlations with our questtionnaire´s Social Introversion Scale (rs for the three studies=.32,.31 and .25)”. ARON, Elaine N.; ARON, Arthur, “Sensory-Processing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 354. 17 . Las correlaciones se expresan matemáticamente en coeficientes de correlación. El más conocido es el coeficiente Pearson (r.) que puede oscilar entre +1 (correlación positiva perfecta) y -1 (correlación negativa perfecta). Una correlación de valor 0 indicia que no hay relación entre las variables. Cuanto más se acerque el valor a +1 o -1, más fuerte es la correlación en un sentido u otro. 18 . Ibíd., p. 361. 19 . “For example, introverts have been found to have a greater awareness of subtle stimule, more attentional vigilances, greater sensory reactivity, and a reflectivie cognitive style”. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural difference in neural response”, SCAN (2010) 5, p. 221 [doi: 10.1093/scan/nsq028]. 20 . Cfr. ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 130. 21 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 122. 22 . “These seven studies consistently supported the parcial independence of sensitivity from negative emotionality”, Ibíd., p. 362. 23 . “The correlation of the HSP Scale with emotionality as measured by Five Neuroticism was .41 (…). None of the other three Big Five dimensions had significant or near significant correlations with the HSP Scale”, Ibíd., p. 361. 24 . Se conoce como Big Five a estas cinco dimensiones de personalidad: 1) apertura a la experiencia (openness to experience); 2) escrupulosidad (conscientiousness); 3) extroversión (extraversion); 4) amabilidad (agreeableness); 5) neuroticismo (neuroticism). 25 . “Highly sensitive persons were also more prone to intense positive emotions”, Ibíd., p. 363. 26 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 95. 27 . Cfr. Ibíd., p. 363. 28 . Durante la infancia y con un entorno problemático, “SPS is probably innate to some degree, or largely, in that is closely related behaviorally to traits such as introversion, neuroticism, shyness and behavorial inhibition”. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural difference in neural response”, SCAN (2010) 5, p. 220 [doi: 10.1093/scan/nsq028]. 29 . “Sensory processing [of HSP] is related, but not identical to, the constructs of behavioral inhibition,

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introversion and shyness. Sensory processing was specifically found to be independent of introversion and neuroticism”. LISS, M.; TIMMEL, L. (et alia), “Sensory sensitivity and its relation to parental bonding, anxiety and depression”, Personality and individual differences 39 (2005) 1430. 30 . “Sensory processing sensitivity was positively correlated to both ansiexity and depression”, Ibíd., p. 1433. 31 . REEVE, William, “Personality Processes”, Annual Review of Psychology 46 (1995) 295-328. 32 . “In the past 40 yeras, personality research has seen at least one full cycle of uncritical enthusiasm turn into bleak pessimism and again to enthusiasm”, Ibíd., p. 296. 33 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 40. 34 . Ibíd., p. 42. 35 . Cfr. EYSENCK, Hans, “Dimensions of personality: 16: 5 or 3? Criteria for a taxonomic paradigm”, Personality and Individual Differences 12 (1991) 773-790; “Dimensions of personality: the biosocial approach to personality”, en: STRELAU, J.; ANGLEITNER, A. (Ed.), Explorations in temperament: international perspectives on theory and measurement, Plenum, Londres 1991, pp. 87-103. 36 . Cfr. GRAY, J.A., “A critique of Eysenck´s theory of personality”, en: EYSENCK, H.J., A model of personality, Springer, Berlin 1981; “The psychophysiological basis of introversion-extraversion: a modification of Eysenck´s theory”, en: NEBLYTISYN, V.D.; GRAY, J.A. (Ed.), The biological basis of individual behavior, Academic, Nueva York 1972. 37 . “The first hypothesis was that Gray´s scale of Impulsivity would better predict goal-oriented criteria than scales derive from Eysenk´s model ofe personality. Results supported the hypothesis”. JACKSON, Chris, “Comparison between Eysenck´s and Gray´s models of personality in the prediction of motivational work criteria”, Personality and Individual Differences 31 (2001) 139. 38 . “A temperament/personality trait”. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural differences in neural response”, SCAN (2010) 5, p. 220 [doi: 10.1093/scan/nsq028]. 39 . “This hypothesized temperament…”. ARON, Elaine N.; ARON, Arthur; Davies, KRISTIN M., “Adult Shyness: the interaction of temperamental sensitivity and an adverse childhood environment”, Personality and Social Psychology Bulletin 31/2 (2005) p. 181. 40 . “A unidimensional construct of high sensory sensitivity (and associated arousability) that is partially independent of introversion and emotionality”. ARON, Elaine N.; ARON, Arthur, “Sensory-Processing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) p. 365. 41 . “This trait is not a new discovery, but it has been misunderstood”. Puede leerse esta frase en la página web personal de Elaine Aron: www.hsperson.com 42 . BLANDIN, Kesstan, “Temperament and Typology”, Journal of Anlaytical Psychology 58 (2013) pp. 111136. 43 . Cfr. DORADO BERMÚDEZ DE CASTRO, Beatriz, “Influencia de una exposición de arte sobre la ansiedad percibida en personas altamente sensibles”, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 2016, pp. 4-8. 44 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 17. 45 . KAGAN, Jerome; SNIDMAN, Nancy, The Long Shadow of Temperament, Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge y Londres, 2004, p. 5.

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46 . Cfr. Ibíd., p. 54. 47 . Cfr. Ibíd., p. 10. 48 . “The probability that hig-reactive infant would not become an bullient, sociable, fearless child (…) is very hign”, Ibíd., p. 24. 49 . Cfr. Ibíd., pp. 25 y 27. 50 . Por ejemplo, en: ARON, Elaine; ARON, Arthur, “Sensory-Processing Sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 346. 51 . “We argued that sensitivy has been confused with (…) inhibitedness of Kagan (Kagan 1994)”. Ibíd., p. 362. 52 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 53. 53 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 55. 54 . “Of the 35 interviewess, who completed the MBTI…”. Ibíd., p. 351. 55 . “However, the MBTI introversion-extroversion type measure uses very different methods form the HSP Scale (…). The HSP Scale´s at leas partical independence from socail introversion is also supported by the correlation of .14 between the MBTI and the HSP Scale, being significantly lower than the correlation 0.32 of the MBTI with our social introversion scale”, Ibíd., p. 354. 56 . “The hypothesis that sensory-processing sensitivity is an individual difference characteristic in adults that is, at least, partially independt of social introversion and negative affectivity (fearfulness, anxiety, depression)… this hypothesized temperament trait approximately corresponds to the physiological aspecto of what has often been labeled introversion, as well as to temperament tratis that carry a variety of names, including inhibitedness and reactivity”. ARON, E. N.; ARON, A.; DAVIES, K., “Adult shyness: the interaction of temperamental sensitivity and adverse childhood environment”, Personality and Social Psychology Bulletin 31/2 (2005) p. 181. 57 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 65. 58 . SHOST, Kathrin, op. cit., p. 33. 59 . Cain, Susan, Quiet: The Power of Introverts in a World that can´t Stop Talking, Crown Publishers, Nueva York 2012. La edición española es: El poder de los introvertidos, Editorial RBA, Barcelona 2012. 60 . “The preference for the non-sensitive personality seems strongest in young nations of recent inmigrants (e.g., The Americas and Austrailia)”, en: ARON, Eliane N., “Revisiting Jung´s concepto of innate sensitiveness”, Journal of Analytical Paychology 49 (2004) p. 342.

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Guía de supervivencia social para un PAS 3 Los PAS tiene una serie de cualidades que son aptas para encajar en sociedad: son personas pacíficas, empáticas, creativas, afables, cooperativas antes que competitivas, cariñosas, etc. Sin embargo, es muy frecuente que su alta sensibilidad sea censurada o rechazada, que sean víctimas del bullying y mobbing, etc. Los PAS tienen la sensación de que el mundo que les rodea les resulta feo: demasiado competitivo, demasiado materialista, demasiado ruidoso, etc. En definitiva, un mundo hecho por los no PAS y para los no PAS. Quizá por eso el libro de Ted Zeff, discípulo de Elaine Aron, tenga el sugerente título de Guía de supervivencia para personas altamente sensibles1. La propia Aron también ofrece con humor un “asesoramiento social básico para un PAS”2. La literatura PAS ofrece consejos concretos para superar la timidez, por ejemplo. Nuestro enfoque es diferente. Pretendemos ofrecer algunas pautas de Psicología Social que a un PAS, por su propia naturaleza, le cuesta entender o captar. Ya hemos visto en el capítulo anterior cómo Aron demostró que los PAS se concentran más en los detalles del estímulo y menos en su significado o carga cultural. Este detalle es una diferencia esencial que debe ser tenida en cuenta. Adentrémonos ahora en otros conceptos conectados con la vida cotidiana y que trataremos de manera breve, y que ayudarán a que el PAS pueda desenvolverse mejor en el ámbito social.

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NO SIEMPRE ES ADECUADO AYUDAR Una de las características de los PAS es su gran empatía con el sufrimiento ajeno. Reaccionan de manera natural ante la problemática del prójimo ofreciendo su ayuda de manera total, incondicional y, hay que decirlo con claridad, de modo algo irreflexivo. En ocasiones buscan el acercamiento emocional mediante el ofrecimiento de ayuda. Los estudios psicológicos de un experto en la materia, Arie Nadler, demuestran que no siempre encajamos bien el hecho de que nos ayuden, especialmente cuando recibimos ayuda que no hemos solicitado. Según Nadler, “puede ser una experiencia amenazante para la persona que necesita ayuda”3. La razones que el autor ofrece para ello, de manera muy resumida, son las siguientes: •

Recibir ayuda puede ser amenazante si procede de alguien socialmente comparable a ella. Para explicarlo con un ejemplo, podríamos decir que un alumno espera ser enseñado por un maestro, pero no por un compañero. Recibir lecciones de alguien semejante a ti puede ser irritante.



La ayuda es amenazante si de manera indirecta amenaza la propia libertad y autonomía, o si la ayuda implica entrar en un estado de dependencia. Imaginemos que nos ofrecen ayuda económica pero, a cambio, nos piden controlar nuestros gastos.

• La ayuda no es bien recibida cuando implica una obligación de devolver el favor y esto no es posible. El principio de reciprocidad exige que, al menos, yo tenga la posibilidad de saldar la deuda. No es algo que un PAS exija o espere, pero sí es algo que el receptor de la ayuda necesita psicológicamente para mantener su autoestima. • Cuando la ayuda ha sido dada con inteligencia o creatividad puede lesionar la autoestima del receptor. Aceptamos mejor una ayuda física para mover un objeto que una solución para un problema que no se nos haya ocurrido a nosotros. • Hay grupos de poder que usan el ofrecimiento de ayuda como manipulación. Es decir, piden contraprestaciones por el hecho de haber dado favores. Es lo que popularmente se define con la pregunta desconfiada: “¿qué querrá esta persona que me ofrece ayuda?”. Estas claves deben ser tenidas en cuenta por los PAS, ya que les cuesta entender por qué ayudan con facilidad y, en cambio, no siempre reciben una respuesta amable. Y es

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que hay mecanismos psicológicos para mantener nuestra autoestima. Si el PAS se ofrece ayudar a un semejante que no ha pedido ayuda, o hace un favor que no puede ser devuelto por su calidad o cuantía, o da un consejo creativo para solucionar un problema que al prójimo no se le había ocurrido previamente, recibirá por parte del receptor una reacción emocional negativa. En ocasiones, habrá incluso un resentimiento contra quien le ha ayudado. En definitiva, los PAS deben tener en cuenta que el hecho de ayudar no siempre es interpretado como algo positivo, ya que “la investigación demuestra que los receptores de ayuda pueden experimentar sentimientos de dependencia e inferioridad”4. Un PAS nunca tratará de manipular a otro mediante la donación de ayuda, pero debe entender que sí hay grupos y personas que ofrecen ayuda como un modo de manipulación para los demás. Pensemos en el padrino de un grupo social, en el líder de un partido político, etc. Todos ellos conceden favores, pero, evidentemente, para mantener su estatus de poder y reconocimiento social, no tanto para aliviar la necesidad ajena.

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LA EMPATÍA PUEDE LESIONAR EL BIEN COMÚN Aunque esta afirmación pueda parecer sorprendente para un PAS (y para un no PAS), en ciertas circunstancias la empatía amenaza a la sociedad. Y lo hace por dos razones: la primera es que puede amenazar al bien común; la segunda es que puede ser usada para manipular emocionalmente a otros. Estas son las conclusiones de Elena Gaviria, quien ha investigado ampliamente con niños sobre algunos puntos oscuros de la empatía5. Comentaremos aquí solo el primer aspecto: la amenaza que la empatía puede suponer para el bien común. Elena Gaviria parte de la base de que la empatía solo se siente hacia individuos concretos, no hacia todos los que necesitan ayuda. Esto puede dar lugar a favoritismos y lesionar el bien colectivo. En ocasiones, el bien del individuo con el que conectamos emocionalmente puede no coincidir con el bien del grupo, y “cuando se induce empatía hacia uno de los miembros del grupo, ese individuo recibe más recursos, en detrimento del bien común”6. Pongamos, por ejemplo, a un jefe que no despide a un empleado ineficaz porque siente lástima de él, o piensa en las consecuencias que la baja laboral tendrá para la familia del empleado. Si el jefe no le despide, puede que se haya mostrado muy empático, pero lesiona el bien común de la empresa y, por tanto, el bien colectivo de todos los empleados. O pensemos en un maestro de escuela al que le apenan las condiciones personales de uno de sus alumnos, dedicándole más atención, tiempo y esfuerzo. Seguramente, el alumno en cuestión lo agradecerá, pero podríamos preguntarnos si dicho maestro cumple con las normas básicas de equidad y justicia para con el resto de alumnos. Un experto en la materia que ha investigado durante décadas es Martin L. Hoffman, quien plantea en su libro diversas preguntas que el tema de la empatía y la justicia hacen surgir. Por ejemplo, la reflexión evidente de que “si la gente empatizase con cada uno que vive angustiado y tratase de ayudar a todos con igualdad, la sociedad podría colapsarse rápidamente”; otra reflexión es que “la empatía es coherente con todos estos principios de justicia, pero mucho menos con la competencia y la productividad”7. Es decir, la empatía tiene también un modo correcto de ser ejercida, y aunque sea altamente positiva como talante y signo de buena salud psicológica, también es cierto que puede provocar problemas. Y hay no PAS que son sensibles a esos problemas, y que quizá defiendan antes la justicia que la empatía, porque la primera atiende al bien común de todo el grupo.

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LOS PREJUICIOS TIENEN UNA FUNCIÓN POSITIVA Un PAS busca la armonía por su propia naturaleza. Al estar más libre del contexto cultural cuando percibe un estímulo, por su propio circuito neurosensorial (como hemos visto anteriormente), está más capacitado para superar prejuicios y estereotipos. De hecho, le hace sufrir la cantidad de etiquetas con que en la vida social se describe a otras personas u otros grupos. Pero, a la vez, un PAS debe entender por qué un no PAS usa con más frecuencia los prejuicios. El mecanismo es el siguiente: de la misma manera que un PAS se siente sobrestimulado sensorialmente, y necesita desconectar, un no PAS puede sentirse abrumado por la cantidad de información que necesita para desenvolverse en la vida social. Así que usa atajos cognitivos para evitar pensar profundamente y saber a qué atenerse. Es decir, exactamente lo contrario a un PAS, ya que este necesita descubrir gran cantidad de información y procesarla profundamente antes de emitir un juicio. Cuando un no PAS emplea un prejuicio o estereotipo, es porque siente una necesidad contraria a los altamente sensibles: si ve a una persona, antes que preguntarse quién es o de dónde viene, o qué es lo que le motiva, tratará de etiquetar a la persona para saber a qué atenerse. Cuando un no PAS llama “raro” a un PAS (algo muy frecuente), su deseo no siempre es el insulto, sino que puede ser como si se dijera: “está claro que no eres como la mayoría, y ahora ya sé a qué atenerme o cómo debo actuar contigo”. Con el fin de definir conceptos, seguiremos las pautas de clásicos en la materia como fueron Allport y Tajfel: •

Un prejuicio “es una antipatía basada en una generalización defectuosa e inflexible. Puede ser sentida o expresada. Puede dirigirse hacia un grupo en su totalidad o hacia un individuo porque forma parte del mismo”8. Esta definición clásica de Allport identifica prejuicio con actitud negativa, del tipo: “los gitanos son sucios y vagos”.

• Un estereotipo es “una generalización creída acera de las características de un grupo (…), atribuyendo estas características a individuos particulares solo porque son miembros de ese grupo”9. Pueden ser de valencia positiva: “los alemanes son trabajadores y ordenados”. •

La función de prejuicios y estereotipos “pueden considerarse nada más que como proyecciones y racionalizaciones de fuerzas motivacionales poderosas”, es

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decir, como un modo de justificarse las conductas propias. Pero también sirven “para explicarse a uno mismo, de la manera más simple y conveniente, las relaciones causales de las relaciones entre grupos (…) para entender las actitudes sociales”10. En esta explicación de Tajfel, se describen algunas de las razones por las que usamos prejuicios. A saber, los prejuicios son: 1. Justificaciones racionales: “desprecio a ese grupo, pero tengo motivos lógicos para ello porque los miembros de ese grupo son…”. 2. Una autoexplicación del mundo simple y conveniente: decimos que alguien “es raro” en vez de confesar que “no tengo capacidad intelectual para entenderle”. 3. Ayudan a entender las actitudes sociales, es decir, facilitan la inserción en un grupo social y en sus valores. Todo esto ayudará a comprender mejor a un PAS por qué hay muchas personas (no PAS) que etiquetan a los demás con rapidez sin tratar de obtener más información. En primer lugar, eso ayuda a un no PAS a pensar menos, explicarse las cosas antes y descargar su foco de atención. En segundo lugar, compartir prejuicios ayuda a integrarse en un grupo social. Si yo quiero formar parte de un grupo, seguramente trataré de imitar las creencias y valores de dicho colectivo. En tercer lugar, suponen un modo defensivo de proteger sus propios valores y autoestima. Por ejemplo, cuando hay afirmaciones prejuiciosas o estereotipadas del siguiente tipo: “me han echado del trabajo porque los empresarios son…”; “mi esposa me ha dejado porque las mujeres son…”; “me han engañado porque los gitanos son…”. De esta manera, la culpa está en otros y nos ahorra pensar en qué grado de responsabilidad hemos tenido en un asunto. En cuarto lugar, los estereotipos sirven también para mantener las jerarquías sociales: “si eres mujer y negra, tu sitio está en…”; “si eres anciano, tu lugar es…”; “yo debería tener más privilegios porque mi clase social es…”. Hemos podido comprobar, por tanto, que hay funciones en sí mismas positivas que nos llevan a cometer generalizaciones injustas, como son los prejuicios y estereotipos. Y que, de la misma manera que un PAS necesita descanso de sus estímulos sensoriales, un no PAS siente que tiene que ahorrar esfuerzo racional y usar atajos cognitivos.

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FACTORES DE ATRACCIÓN ENTRE PERSONAS No es infrecuente que un PAS sienta que no encaja bien en el entorno que le rodea. Es posible que termine autoinculpándose, pensando qué ha hecho mal. Pero conviene tener en cuenta algunos mecanismos que influyen en la atracción interpersonal, y que no dependen de la voluntariedad de los sujetos. Uno de ellos es el principio de semejanza, por el que las personas se sienten atraídas hacia quienes son semejantes a ellas. Es así de sencillo. Las personas semejantes se atraen porque de esa manera se aportan equilibrio, armonía, sentimientos positivos, aumento de la autoestima y validación del autoconcepto. Esta ley de semejanza se conoce como ley de atracción de Byrne, ya que uno de sus descubridores fue D. Byrne11 en la década de 1960. Sus investigaciones demostraron que, cuando conocemos a una persona desconocida, nos sentimos más atraídas hacia ella si comparte muchas actitudes con nosotros, en mucho mayor grado que si esa persona comparte pocas cosas con nosotros. Posteriormente, se ha ido afinando el resultado de esta tesis, percibiéndose en psicología que la semejanza puede ser real o percibida (pensamos que es real aunque no lo sea), lo que determinará la duración de la relación. En cualquier caso, lo que es seguro desde el descubrimiento de Byrne, es que la semejanza es un poderoso predictor de atracción entre personas. Si tenemos en cuenta que los PAS suponen el 20% de la humanidad, es perfectamente comprensible que les cueste más atraer o sentirse atraídos por ese 80% que no son PAS. Pensemos en una situación frecuente en la vida de los PAS: la incomprensión de sus jefes. A pesar de ser buenos trabajadores, concienzudos y detallistas, responsables y honestos, los PAS encuentran dificultades para ser promocionados o ascendidos. Aron describe el caso de una paciente suya que padecía mobbing por parte de su jefa. Aron trató de explicarle que, para un no PAS, la persona altamente sensible puede parecer “distante, superior, y de ahí, amenazadora para una persona más joven o insegura”12. El caso de la paciente era un ejemplo arquetípico de los PAS. Al no participar en los cotilleos del grupo de trabajo, se convirtió “en un objetivo fácil [del acoso laboral] al preferir estar separada del rebaño. Como tantas PAS que son introvertidas, prefería ir a trabajar, hacer bien su trabajo y volver a casa sin añadirse mayor estimulación social (…). En cierto modo, ella estaba rechazando a los demás, o al menos así lo sentían estos”13. Conviene tener en cuenta estas pautas, si usted es PAS. La ley de atracción predice

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que usted gustará más si aprende a comportarse como los demás. Le sentirán parte del grupo. El precio a pagar es cierta falta de coherencia con uno mismo, así como estimulación sensorial que resulta fatigosa, pero el premio es la integración en el grupo. Otro mecanismo importante en la atracción interpersonal es el atractivo físico, cosa que a un PAS puede resultarle sorprendente, ya que por su propia naturaleza sensible tiende a superar este tipo de detalles que a la mayoría les parece importantes. De hecho, está demostrado que el atractivo físico es un predictor positivo para ser aceptado y estimado, ya incluso desde la niñez. Así lo demuestra un estudio de un equipo de científicos de la Universidad de Austin (Texas), cuyos resultados establecen que: • “Ser atractivo es tan importante para hombres como para mujeres, así como para niños y para adultos”14. Los niños juzgan más positivamente a los compañeros atractivos, por lo que el físico “es una influencia importante incluso en la escuela”15. •

Incluso los propios individuos atractivos se juzgan a sí mismos como más competentes y con mayor salud mental que los no atractivos16.

• Los adultos atractivos son juzgados como más competentes y con más atractivo social17. Estas pautas de psicología social sobre la atracción deben ser tenidas en cuenta por los PAS. Ellos se sienten diferentes y pueden terminar por autoinculparse al respecto: “¿qué he hecho mal?”. Pero las cosas son más complejas: la propia realidad marca unas pautas que ayudan a ser una persona atractiva para los demás y que no podemos controlar. Conviene tenerlo en cuenta.

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EL PENSAMIENTO DEL GRUPO COHESIVO Un PAS tiene el don de crear armonía dentro de un grupo, por su capacidad empática y su mente creativa. Siempre encuentra soluciones nuevas, alternativas o modos de resolver conflictos. Si el estilo del grupo es democrático, abierto y tolerante, un PAS no tendrá problema alguno en encajar e incluso liderar el grupo. Sin embargo, un PAS debe tener en cuenta que es bastante frecuente que los grupos políticos, religiosos, de ocio o de cualquier otro tipo, busquen la cohesión y sumisión al liderazgo por encima de otros valores. En ese caso, difícilmente encajará y eso será motivo de estrés emocional. Conviene tener en cuenta algunos mecanismos del pensamiento de grupo cohesivo. Un grupo muy homogéneo y fuertemente jerarquizado, en donde el líder toma las decisiones con criterios personales y sin escuchar posturas alternativas, y en donde se busca la uniformidad de pensamiento entre los individuos, es un lugar altamente peligroso para un PAS porque “cuando la cohesión de grupo es alta, todos los miembros expresan solidaridad, mutua simpatía y predisposiciones positivas para asistir a las reuniones y realizar las tareas rutinarias del grupo”18. Es decir, se da una apariencia externa de armonía, empatía y cordialidad que resulta muy atractiva para un PAS como ambiente. Sin embargo, como vamos a comprobar, el peligro de este tipo de grupos es la manipulación emocional y cognitiva. Un estudioso clásico en la materia fue Janis. Hay que advertir que su objeto de investigación no fueron dictadores políticos o sectas religiosas, sino que precisamente trató de averiguar por qué en grupos supuestamente democráticos, el grupo termina por imponer sus criterios, ahogar la disidencia y alejarse de la realidad. Este tema fue estudiado por un clásico en la materia: Janis Irving. Su definición de pensamiento grupa es la siguiente: “uso el término de pensamiento grupal (…) cuando los esfuerzos que los integrantes realizan en pos de la unanimidad, son muy superiores a su motivación para evaluar de manera realista los modos alternativos de acción”19. De hecho, no hay tensiones mientras los miembros del grupo permanezcan en la cohesión, incluso a cualquier precio. El problema es que “cuando un miembro dice algo que se sale de las normativas del grupo, los otros miembros, al principio, incrementan su comunicación con el miembro desviado. Intentan influir en él para que revise o atenúe sus ideas disidentes con la esperanza de que las cambie; ahora bien, si fracasan tras repetidos intentos, la cantidad de comunicación que dirigen al desviado decrece de manera significativa. Los componentes del grupo comienzan a excluirlo”20.

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Según los estudios de Janis, hay ocho características propias de estos grupos.21 1. Ilusión de invulnerabilidad: el grupo cree que lleva la razón o posee la verdad, y que esta terminará imponiéndose al resto de la sociedad. 2. Sin cuestionamiento de la propia moralidad: los miembros asumen las decisiones del grupo como altamente morales, no ponen reparos éticos al mismo. 3. Racionalización colectiva: se desestiman puntos de vista alternativos o informaciones que pongan en cuestión la decisión del líder o del grupo. 4. Estereotipos sobre los enemigos: el grupo no se cuestiona que los oponentes puedan tener razón o supongan una verdadera amenaza para el colectivo. Antes bien, se crearán tópicos sobre su debilidad, maldad o nulidad para establecer verdaderas negociaciones. 5. Autocensura: el colectivo ahoga o censura a los miembros que contradigan la opinión mayoritaria. 6. Presión sobre los disidentes: para mantener la unanimidad, se presiona a quienes plantean dudas sobre los objetivos del grupo o sus métodos. Se busca ridiculizarlos y estigmatizarlos para que abandonen el grupo. 7. Ilusión de unanimidad: una vez ahogada la disidencia, se crea en el grupo una ilusión de que todos están de acuerdo con el líder y que las decisiones tomadas son las correctas. 8. Guardianes de la mente: son los ideólogos del grupo, que tratan de aportar justificaciones racionales a todo lo que el líder aprueba, y protegen al colectivo de información negativa proveniente del exterior. Si pensamos con atención lo que Irving calificó como pensamiento de grupo y sus síntomas, nos daremos cuenta de que estos procesos son muy comunes en la sociedad, en cualquier nivel grupal. Irving añade que “los grupos de mente débil muy probablemente serán extremadamente duros con los exogrupos y los enemigos”22. Todo ello debe ser tenido en cuenta por un PAS, porque su capacidad para los detalles, para procesar la información profundamente, para ser intuitivo y buscar soluciones creativas, casan muy mal con el pensamiento de grupo. De ahí que, con frecuencia, un PAS tenga la sensación de que no encaja del todo en los grupos. Antes de formar parte de uno de ellos, hay que ser consciente del peaje que con frecuencia se paga por formar parte de un colectivo. Elaine Aron lo expresa con estas palabras: “es frecuente que a las PAS no les guste hacer política; pero eso, de por sí, nos puede convertir en objeto de

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sospecha. Se nos percibe erróneamente (…) si empleamos menos tiempo que los demás en nuestro puesto de trabajo o no compartimos con ellos lo que pensamos: podemos parecer distantes, arrogantes, extraños (…). Usted tiene que estar atento a estas dinámicas y tener previsto cómo va a neutralizarlas”23.

1 . ZEFF, Ted, The Highly Sensitive Person´s Survival Guide, New Harbinger Publications, Oakland 2004. 2 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 141. 3 . “It can be a self threatening experience for the person in need for help”. NADLER, Arie, “Determinants of help seeking behaviour: the effects of helper´s similarity, task centrality and recipient´s self esteem”, European Journal of Social Psychology 17 (1987) p. 57. 4 . NADLER, Arie, “Inter-group helping relations as power relations: maintaining or challenging social dominance between groups thouhg helping”, Journal of Social Issues 58 (2002) p. 488. 5 . Nos basamos en el interesante estudio de Elena Gaviria: GAVIRIA STEWART, Elena, “El lado oscuro de la empatía y el lado bueno de la conducta agonística”, en: LÓPEZ SÁEZ, Mercedes; GAVIRIA STEWART, Elena (et alia), Cuadernos de investigación en Psicología Social, Sanz y Torres-UNED, Madrid 2013 [2ª ed.], pp. 7394. 6 . Ibíd., p. 79. 7 . “If peole empathized with every one in distress and tried to help them all equally, society might quicly come to a halt”; “empathy is congruent with all of these justice principles, but less so with competences and productivity”. HOFFMAN, Martin L., Empathy and moral develpment. Implications for caring and justice”, Cambridge University Press, Nueva York 2000, p. 14. 8 . “Prejudice is an antipathy based on a faulty and inflexible generalization. It may be felt of expressed. It may be directed toward a group as a whole or toward and individual because he is a group of member”. ALLPORT, G., The nature of prejudice”, Doubleday Anchor Books, Nueva York 1954, p. 9. 9 . “A sterotype can be defined as a generalized belief about the characteristics of a group (…), attributing these characteristics to particular individuals only because of their memberships in the group”. BODENHAUSEN, Gaulen V. y RICHESON, Jennifer A., “Prejudice, stereotyping and Discrimination”, en: BAUMEISTER, Roy F. y FINKEL, Eli J (Ed.), Advanced Social Psychology, Oxford University Press, Oxford 2010, p. 345. 10 . “Ideas and beliefs seem to be considered as no more than projections and rationalizations of powerful motivational forces (…), to explain to one self in the simplest and most convenient way the causal sequence of relations between groups (…), for understanding of social attitudes”. TAJFEL, Henri, Human groups and social categories, Cambridge University Press, Cambridge 1981, p. 129. 11 . BYRNE, D., “Interpersonal attraction and attitude similarity”, Journal of Abnormal and Social Psychology 62 (1961) pp. 713-715; “Attraction as a linear function of proportion of positive reiforcement”, Journal of Personality and Social Psychology 1 (1965) pp. 659-663. 12 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 170.

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13 . Ibíd., p. 170. 14 . “Attractiveness is as important for males as for females, and for children as for adults”. LANGLOIS, Judith H.; KALAKANIS, Lisa (et alia), “Maxims or Myths of Beauty? A Meta-Analytic and theoretical review”, Psychological Bulletin 126/3 (2000) p. 399. 15 . “Attractive children were also judged significatnly more positively (…), is an important influence even in school”. Ibíd., p. 400. 16 . “Attractive adults perceived themselves as more competent (…) and more mentally healthy (…) than unattractive adults”, Ibíd., p. 402. 17 . “Attractive adults were judged more positively than unattractive adultos (…), particularly for occupational competence (…), and for more social appeal”. Ibíd., p. 400. 18 . JANIS, Irving L., “Pensamiento grupal”, traducción de: MARTÍNEZ BARQUÍN, Guadalupe; GARCÍA VEGA, María Eugenia”, en: Revista de Psicología social 2 (1987) 128. 19 . JANIS, Irving L., “Pensamiento grupal”, traducción de: MARTÍNEZ BARQUÍN, Guadalupe; GARCÍA VEGA, María Eugenia”, en: Revista de Psicología social 2 (1987) 135. 20 . Ibíd., p. 130. 21 . JANIS, Irving L., “Groupthink”, Psychology Today Magazine 5 (1971) 84-90. Traduciremos al castellano los términos anglosajones que Janis utiliza: Invulnerability, Rationale, Morality, Stereotypes, Pressure, SelfCensorship, Unanimiy, Mind-Guards. 22 . JANIS, Irving L., “Pensamiento grupal”, traducción de: MARTÍNEZ BARQUÍN, Guadalupe; GARCÍA VEGA, María Eugenia”, en: Revista de Psicología social 2 (1987) 139. 23 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 168.

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Soy PAS y no lo entiendo 4 Trataremos de explicar algunas cuestiones que son parte de la vida cotidiana en las personas con alta sensibilidad, pero con una particularidad que nos diferencia de otra literatura sobre los PAS: nos adecuaremos al lenguaje psicológico científico en la medida de lo posible. Por ejemplo, cuando Karina Zegers habla en su libro sobre los PAS acerca de la “necesidad de dormir bien”, añade que “el sueño nos permite descansar y digerir toda aquella información que hemos absorbido durante el día”1. No es que esta afirmación no tenga validez, porque la tiene, pero quizás echamos de menos alguna explicación algo más elaborada o explicativa. ¿Cómo se digiere exactamente esa información a través del sueño? ¿Tiene base científica que un PAS necesite dormir más que un no PAS? Trataremos de abordar estas y otras cuestiones tratando de aludir a investigaciones científicas de expertos reconocidos.

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¿POR QUÉ DUERMO MUCHO? Aron da un consejo a todos los PAS: “¡cuide su sueño!”2; “si tiene usted problemas de sueño, haga de esta su primera prioridad”3. El enfoque que ella le da es de carácter físico: hoy en día se sabe cuanto más descansa la persona, menos cortisol tiene en sangre durante el día, y por tanto, menos sensación de alarma y estrés. Además, “dado que el 80% de la estimulación sensorial llega a través de los ojos, el simple hecho de descansar con los ojos cerrados le va a suponer un importante reposo”4. Nuestro enfoque, sin embargo, es de carácter emocional: el sueño permite la reordenación de recuerdos emocionales, y esta reordenación es esencial para un PAS. Vamos a explicarlo. Para los PAS, cualquier estímulo exterior, del tipo que sea, produce un eco en su interior. Hay que advertir los excesos no se llevan bien con la alta sensibilidad. Por exceso ha de entenderse cualquier cosa que sea demasiado estimulante: un parque de atracciones lleno de gente; un día en la playa bajo un sol de justicia y junto a una multitud de bañistas; un centro comercial atestado de compradores, luces y productos; un perfume demasiado sofisticado; una jornada laboral en la que se han realizado multitud de tareas y quedan todavía algunas pendientes; etc. No tienen por qué ser estímulos claramente aversivos, al estilo de un olor desagradable, ruidos estridentes por obras en la calzada o similares. Al PAS pueden agotarle estímulos agradables. Por ejemplo, unas vacaciones hermosas en un país extranjero, por mucho que se hayan disfrutado, pueden suponer un desgaste para su sistema neurosensorial y emocional. El PAS suele vivir dos veces los hechos: la primera es cuando ocurren, y la segunda la evocación posterior de imágenes, sonidos, conversaciones, recuerdos, etc. Una característica de la alta sensibilidad es la necesidad de desconexión diaria y estacional. Los PAS necesitan dormir mucho. Hoy en día se admite sin dificultad que el sueño es necesario no solo para el descanso del cuerpo, sino para la reestructuración psíquica. Y es que el sueño no es un proceso pasivo sino activo. La reestructuración psíquica que se da durante el proceso de vigilia permite al ser humano sistematizar y clasificar lo que se ha ido adquiriendo a lo largo del día, algo que para el PAS es absolutamente esencial. Su sistema de procesamiento de información lo requiere: necesita reordenar los datos en apartados, buscar conexiones, dotar de significado a lo ocurrido. La alta sensibilidad tiene que respetar los ritmos circadianos, esto es, los

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ritmos de luz natural. Un PAS no aguanta bien una actividades nocturnas: “las PAS llevan peor que las demás los turnos de noche o los turnos mixtos en el trabajo”5. Trabajar de noche no es el estado natural del ser humano, y el PAS necesita respetar lo que la naturaleza impone. El sueño debe ser profundo y reparador. Las fases III-IV del sueño son aquellas en las que el cerebro emite ondas delta y relaja el tono muscular; por tanto, son fases importantes para una persona de alta sensibilidad. Y no solo por el descanso físico que se da en estos períodos, sino porque en ellos se da lo que se conoce como sueño lento o NMOR, donde se controlan las experiencias emocionales que han tenido lugar durante el día. Los experimentos del equipo de Wilhem realizados en el año 20116 demostraron que el cerebro evalúa los recuerdos durante el sueño y retiene los que considera más relevantes. Esta reordenación de recuerdos, a la que el PAS da mucha importancia, es una tarea que el cerebro hace durante las horas nocturnas, de ahí lo importante que resulta dormir mucho y bien para los PAS. Como apunta el equipo de Wilhem, “nuestros datos muestran que dormir en un grado óptimo consolida los recuerdos que serán invocados después o alcanzarán relevancia para el futuro comportamiento, más que los recuerdos que no son susceptibles de ser rememorados”7. Es, por tanto, una selección que el cerebro hace acerca de lo que merece la pena. En definitiva, los PAS sienten la necesidad de dormir mucho no solo por desgaste físico sino por la reestructuración psíquica y emocional. Está demostrado en diferentes estudios que hay una alta relación entre dormir de manera insuficiente y el estrés emocional. En un estudio entre cadetes militares venezolanos, se descubrió que el 78% de los que padecían estrés emocional apuntaron como causa el “no dormir o descansar lo suficiente”8.

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¿POR QUÉ NO AMBICIONO PODER NI DINERO? Un PAS no desea adquirir ni mostrar signos de estatus o poder como un coche caro o una casa lujosa. De hecho, le repugnan los excesos y un estilo de vida que no sea sencillo. ¿Por qué? Porque necesita motivación intrínseca para sentirse realmente feliz. La psicología de la motivación nos enseña que esta puede ser extrínseca o intrínseca. Hay una diferencia importante entre ellas, y de hecho, durante mucho tiempo se consideró que ambas eran incompatibles. La motivación extrínseca se mueve por incentivos externos al individuo: premio, honores, dinero, etc. Son agentes externos que despiertan el interés de la persona, activan su conducta y la refuerzan. Así, podemos desarrollar nuestra profesión como medio para alcanzar prestigio social (y no porque sea nuestra verdadera vocación), o estudiar un idioma para mejorar nuestras condiciones laborales (y no por el gusto de aprender algo nuevo). La motivación extrínseca se mueve por deseo de la recompensa, por miedo al castigo o por impulso de un incentivo concreto. El problema es que cuando hay demora de premio o incluso extinción de premio, la actividad disminuye o cesa. Si un niño aprende a tocar un instrumento en clases extraescolares porque así se lo han indicado sus padres o los profesores, y no por amor a la música, es bastante probable que abandone el instrumento al terminar la escuela. Si al niño se le inculca la lectura como tarea escolar y no descubre el placer de leer, es improbable que compre libros siendo adulto. Si la empresa nos ha prometido un aumento de sueldo por objetivos, y después de cumplirlos no se nos da el dinero prometido, es bastante probable que disminuyamos nuestro rendimiento laboral. Los PAS, en cambio, se mueven por otro tipo de energía: la motivación intrínseca, que es más compleja. Nace del interior del individuo, y lo que le impulsa a actuar no está en incentivos exteriores sino en metas y planes que él mismo se ha fijado, o por el mero placer de ejecutar la actividad misma. Así, leemos un libro por el mero placer de hacerlo, estudiamos una carrera por el mero hecho de aprender o desarrollamos una actividad sin mirar a la recompensa. Este tipo de energía es importante incluso cuando realizamos un deporte. “La motivación intrínseca supone el compromiso de un sujeto con una actividad por el placer y disfrute que le produce, y por tanto, la actividad es un fin en sí misma”9. La motivación intrínseca nos garantiza que seamos más perseverantes, porque no dependemos de un premio, sino de nuestras propias metas y deseos. Si nos proponemos aprender una habilidad por el mero placer de hacerlo, y no por una recompensa (dinero,

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aprobación de nuestro entorno, etc.), la actividad tiene más garantías para ser ejecutada hasta el final. Los PAS se proponen tareas y metas coherentes con sus valores internos, pretenden ser honestos consigo mismos, tienen un alto sentido de la curiosidad y la exploración. Y esto es bueno, porque sintoniza con lo más íntimo del ser humano. Desde que el ser humano nace y es un bebé, se lleva objetos a la boca para explorarlos, y un niño hace preguntas sobre las cosas que le rodean. Es el famoso: “¿por qué?” con el que tantos niños pequeños muestran su deseo de aprender. La motivación intrínseca, al ser algo personal, casa mal con los aprendizajes colectivos de la escuela. En los centros escolares enseñan normalmente a responder a unos estándares sociales que nosotros no hemos creado, y que con frecuencia, matan la creatividad y la motivación personal. Por ejemplo, nos pueden inclinar a estudiar carreras universitarias técnicas antes que las humanísticas, simplemente porque tienen más salidas laborales o porque otorgan más dinero y estatus. En la escuela se aprende a hacer las cosas “porque toca” hacerlas, porque así están diseñadas en el plan de estudios. Pero un PAS quiere explorar, averiguar y actuar por sí mismo, por lo que le apasiona. De ahí que, con frecuencia, hayan sido niños que se han aburrido enormemente en la escuela. En ocasiones, por pura desmotivación, tienen bajo rendimiento escolar. Y un estudio clásico en la materia asegura que “los estudiantes que aprenden por una motivación intrínseca (por interés, por curiosidad) muestran mayor creatividad, emoción positiva y aprendizaje que los estudiantes que aprenden por una motivación extrínseca”10. La motivación intrínseca explica también que los PAS prefieran deportes individuales antes que los colectivos. Hay una base científica también en ello, ya que los deportes colectivos favorecen la competición, mientras que los deportes individuales favorecen la focalización al placer de la tarea11. Cuando un niño juega un partido de fútbol con sus compañeros, espera que su equipo gane y meta goles, y desea también destacarse como buen jugador. Cuando un niño, en cambio, aprende a hacer senderismo en la montaña, seguramente persiga metas muy diferentes. En definitiva, un PAS no buscará en su orientación profesional tanto el dinero o el estatus de poder como la satisfacción personal. Aunque esto no haya sido posible por cuestiones económicas, y haya tenido que orientarse hacia una profesión que no le llena vitalmente, el PAS nunca renunciará al ideal de algo más coherente con sus valores. Aunque mucha gente piensa que son necesarios logros de estatus, poder o dinero para ser felices, la motivación personal que un PAS tiene garantiza mayor adaptación y

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felicidad. Según Reeve, un clásico en esta materia, “la gente con motivación de alta calidad se adapta bien y prospera. La gente con déficits motivacionales fracasa”12.

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¿SOY HIPOCONDRÍACO? Zegers de Beijl, que tiene amplia experiencia como coach de personas altamente sensibles, manifiesta en su libro que “soy consciente de que no aguanto muy bien el dolor de cabeza, ni cualquier dolor físico. Imagino que soy una quejica, pero si me duele, me duele”13. Más adelante añade que “sufrir más dolor que la gran mayoría de la gente, y sentirlo antes, no es agradable (…). Esto, sin llegar a ser un hipocondríaco, le permite detectar un problema a tiempo y tomar medidas para resolverlo”14. Los estudios clásicos de Kagan ya habían descubierto que la alta reactividad emocional, parcialmente relacionada con la alta sensibilidad, es proclive a “tensión muscular (…), cólicos en infantes, constipados, insomnio, alergias e irritabilidad”15. Aron admite también que los PAS son físicamente más sensibles16, y que acuden al médico relatando síntomas con tanta precisión que, en ocasiones, despiertan las sospechas del profesional. En su libro El don de la sensibilidad, advierte a los lectores PAS que “ser especialmente consciente de las señales físicas sutiles significa que usted está condenado a tener muchas falsas alamas”, y que es bastante probable que “el médico sospeche que ese débil síntoma está en su cabeza y, normalmente, más pronto o más tarde, le va a insinuar algo así”17. Aron lo achaca al prejuicio cultural –también presente en los médicos– acerca de la alta sensibilidad. “La solución consiste en encontrar un médico que valore plenamente su rasgo”18. Y advierte que los PAS tienen sensibilidad a los medicamentos, que esta es real y que deben tomarse en dosis mínimas. Un PAS tiene bajo umbral de dolor y bajo nivel de estrés. Es relativamente frecuente que se sienta agotado o con dolores de cabeza, musculares, de estómago, etc. La alta sensibilidad conduce a psicosomatizar las preocupaciones y los problemas. Hay que partir de la base de que “cuando una persona siente dolor o algún otro síntoma somático, tiende atribuirlo a alguna enfermedad, y sin embargo, de las molestias que padecemos solo el 5% se debe a enfermedades, mientras el 70% está relacionada con causas naturales o ambientales, y el 25% restante obedece a causas psicológicas”19. Ya hemos repasado algunas causas naturales o ambientales a las que es sensible un PAS: luces fuertes, cambios atmosféricos, ruidos excesivos, etc. Respecto a las causas psicológicas, comentaremos a continuación que la psicomatización está relacionada con la ansiedad y el estrés. Hay que tener en cuenta también que, en el PAS, se da con frecuencia un estilo

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perceptivo amplificador, el cual se basa en tres puntos20: 1/ hipervigilancia corporal, 2/ tendencia a seleccionar sensaciones corporales infrecuentes, 3/ tendencia a valorar esas sensaciones como enfermedades y no como normales. Cualquier PAS se reconocerá en estos tres puntos, seguramente, y conviene tener cuidado para que su sensibilidad en las sensaciones corporales no termine en hipocondría. Para ello, conviene tener en cuenta que: • Las mujeres amplifican más sus sensaciones corporales que los hombres, y los jóvenes amplifican más que los mayores21. •

Los síntomas somáticos más frecuentes son el sentirse cansado o con poca energía, tener dificultades para dormir, padecer dolores de cabeza, menstruales y de espalda22. Los síntomas músculo-esqueléticos parecen ser típicos en los hipocondríacos23. En general, las manifestaciones somáticas se caracterizan por ser “difusas y crónicas”24. Todo esto no quiere decir que este tipo de dolores estén relacionados, en el caso de los PAS, con la hipocondría, pero sí lo están con la psicomatización en general.

• Hay una clara relación depresión, ansiedad, hipocondría y dolor psicosomático o difuso25. Como hemos visto anteriormente, ninguno de estos trastornos se identifica con el rasgo PAS, pero hay correlación entre algunos de ellos (como la ansiedad) y la alta sensibilidad. • A pesar de que pudiéramos pensar que la hipocondría o la somatización no se caracterizan por una rápida respuesta ante señales de alerta, lo cierto es que se da el proceso contrario: se ha demostrado la relación entre el procesamiento profundo de la información y el estilo cognitivo de los hipocondríacos26. Las señales de alerta no son rápidamente detectadas, ni la evaluación cerebral de peligro es tan rápida. Al revés, es en la rumiación de los estímulos cuando se activa el proceso de psicomatización estilo amplificador de sensaciones corporales.

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¿POR QUÉ ME CUESTA DECIR “NO”? Para un PAS, dar un no rotundo por respuesta a una petición de ayuda o a un plan entre amigos que no le apetezca, supone una verdadera dificultad. Antes de decir que no a algo, tratará de pensar en estrategias alternativas. En vez de mostrar asertivamente las propias necesidades o deseos, tratará de buscar un modo de complacer las necesidades o proyectos de los otros. De ahí que, con frecuencia, la respuesta de un PAS sea ambigua para un no PAS: “bueno, no sé… quizá… vamos a ver cómo me apaño… ya lo pensaré…”. Habría que repasar muchos conceptos de psicología para tratar de aclarar este punto, pero vamos a tratar de resumirlo de una manera sencilla. Los PAS tienen un motivo de afiliación elevado. Las características de este patrón de comportamiento son: • Buscan relaciones son más cálidas y afectivas que las de una persona con baja necesidad de afiliación. De esta manera, dedican más tiempo a la interacción con compañeros y amigos. • Necesitan cariño y afecto continuo que les haga sentirse especiales, un afecto que sea intenso y se demuestre con frecuencia. • Tienen bastante miedo al rechazo social y buscan continuamente la aceptación social de su grupo. •

Evitan situaciones conflictivas en todo momento. Prefieren las situaciones cooperativas a las competitivas. Optan por elegir trabajos que no sean ejecutivos o de gran capacidad de mando.

Evidentemente, este tipo de comportamiento provoca un gran sufrimiento para los PAS. Emiten involuntariamente señales de vulnerabilidad emocional y de baja autoestima al tratar de adaptarse a los demás antes que expresar sus propias necesidades u opiniones. Es, además un comportamiento estresante ya que desean en el fondo vivir de acuerdo con sus valores, pero a la vez quieren adaptarse a los de los demás. Creo que para tratar esta cuestión, es especialmente interesante un clásico de la terapia cognitiva: el libro de W. Dyer, Tus zonas erróneas27 (1976). Tal y como afirma el autor, “si el deseo de aprobación externa se ha convertido en una verdadera necesitad en tu vida, quiere decir que tienes mucho que hacer en pro de ti mismo”28. Responder a las expectativas de los demás no es una característica exclusiva de los PAS, sino de todos nosotros. La causa está en la propia estructura social humana:

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recibimos un pensamiento convencional, inculcado en la familia y en la escuela, sobre lo que es conveniente, adecuado o funcional. Al niño se le injerta la idea de que hace lo correcto si recibe la aprobación de sus padres, de los profesores, de las instituciones, etc. Así, suavizamos un comentario para evitar reacciones de desagrado; adulamos al otro para buscar su aprobación; evitamos dar opiniones propias para evitar que la gente nos rechace; etc. Siendo una manera en el fondo algo deshonesta de vivir, y que conduce a una infelicidad estresante, ¿por qué hay personas a las que les resulta difícil decir que no? Dyer ofrece algunas explicaciones29 que resumimos a continuación: • Colocamos la responsabilidad en los demás, ahorrándonos el riesgo de decidir por nosotros mismos. Esto ocurre de manera inconsciente incluso en la vida cotidiana: “¿qué me pongo? ¿me queda bien este vestido?”; “allá donde fueres haz lo que vieres”; etc. Así nos cubrimos las espaldas ante un fracaso ya que podemos echar la culpa a: “lo hice por hacerte caso”, “me he limitado a hacer lo que me han pedido”, etc. • Reforzamos la imagen propia mediante la aprobación de los demás. Aquí entran conceptos psicológicos como el principio de autoverificación, valor relacional percibido, monitorización social, etc. • Buscando la aprobación, reforzamos la idea infantil de que los demás tienen que ocuparse de mí. Así podemos permitirnos ser mimados, protegidos y… manipulados. El victimismo tiene sus compensaciones: nos permite echar las culpas a los demás y nos ahorra el trabajo de tener que cambiar nosotros mismos. Así, las cosas malas que me ocurren se deben a otros, al designio del horóscopo, etc. • Me siento falsamente feliz porque puedo contar con la simpatía de aquellos que yo he hecho importantes en mi vida: padres, profesores, amigos, grupo social de amistades, etc. Si digo “sí” a las expectativas sociales, podré encajar más fácilmente en un grupo nuevo. Como hemos podido comprobar, la combinación de un alto grado del motivo de afiliación y de unas cuantas gratificaciones sociales cuando se da un “sí”, hacen que a un PAS le cueste mucho decir que no, ser sanamente asertivo, expresar lo que opina o lo que siente. Detrás de todo ello puede haber un bajo grado de autoestima, ya que si una persona se considera valiosa a sí misma no se deprime cuando tiene que ir a contracorriente o le contradicen. Entre las estrategias cognitivas que propone Dyer, y que deben ser tenidas en cuenta

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por los PAS, se encuentran las siguientes30: • Aprender a usar en el diálogo la palabra “tú”. Eso le ayudará a un PAS a desvincularse emocionalmente de un problema o conflicto, pues su reacción natural es pensar qué puedo “yo” hacer para complacer a esta persona. Aprender a decir: “esa es tu opinión, no la mía”, “ese es tu problema, no el mío”. • Ser sanamente asertivo para evitar manipulaciones del prójimo. Comprender la situación de vulnerabilidad propia y responder: “supongo que te gustaría que cambie de opinión, pero debes entender que no puedo hacerlo”. • Aceptar el hecho (muy simple, por otra parte) de que habrá mucha gente que no te comprenderá, porque no puede o no quiere. Desviar las posturas agresivas del otro ante una negativa con frases de este estilo: “de acuerdo, ya he entendido lo que piensas, no hace falta que grites”; “cuando estés más calmado, volveremos a hablar”, etc. • No hacer ruegos de perdón continuamente. No hay por qué disculparse en todo momento con frases al estilo de: “lo siento, es que no puedo…”; “ya perdonarás, pero es que me viene mal…”; “discúlpame, tengo prisa…”. Un PAS tiende a disculparse por no poder atender una petición de ayuda, pero ha de aprender a desvincularse emocionalmente de los problemas ajenos si no quiere estresarse. •

Acostumbrarse a afirmar y no interrogar. Cambiar el “¿me queda bien este traje?” por: “me queda bien este traje”; cambiar el “hace un buen día, ¿no?” por “hace un buen día”; etc. Hay que practicarlo mucho.

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¿POR QUÉ TENGO LA PIEL SENSIBLE? Zegers de Beijl asegura que “si tienes la piel muy fina y sensible, como la tiene la mayoría de las PAS, un roce incluso puede llegar a producir una herida”31. ¿Por qué tienen los PAS una piel especialmente sensible? ¿Se debe a una cuestión física? Está demostrado que la sensibilidad emocional y la alta conductancia en la piel van relacionadas, especialmente cuando se viven emociones negativas. Un equipo de científicos belgas estudió la reacción de 55 personas ante imágenes con estímulos aversivos, obteniendo el resultado de una mayor conductancia de la piel relacionada con el tipo de personalidad32. Los PAS, que tienen alta sensibilidad emocional, padecen de alta conductancia eléctrica en la piel, con su correspondiente desgaste. Una característica común a los PAS es una piel sensible. De hecho, muchos productos de higiene personal que se venden en los supermercados y que a la mayoría le son válidos, provocan en ellos picores, urticarias, eczemas, etc. Esta característica se extiende a la mucosa, que es como una segunda piel en el organismo, de ahí que sufran con frecuencia rinitis, alergias, catarros, etc. Las personas con alta sensibilidad son expertas conocedoras de productos sin elementos químicos industriales; usan aceites naturales, perfumes o jabones con menos contenido químico o, directamente, basados en productos ecológicos. Los PAS tienen una gran unión con el entorno que los rodea. La piel débil viene a ser como una ausencia de fronteras entre ellos y el entorno. Todo les llega, no hay fronteras tan definidas entre el mundo y ellos. Es importante entender que la actividad electrodermal de la piel es involuntaria o autónoma, de modo que es imposible ejercer sobre ella un control directo de manera consciente y voluntaria. El PAS no tiene culpa alguna de que una caricia imprevista les cause irritación, o de que el sol veraniego del mediodía o el tiempo tormentoso les irrite. La conductancia de la piel se debe a dos sistemas en principio antagonistas pero que trabajan conjuntamente: •

El sistema nervioso simpático (SNS): es el responsable de actividades que requieren gasto de energía. Se activa, por ejemplo, en situación de estrés, y en situaciones de alta motividad (cuando quiero aprobar un examen, por ejemplo).



El sistema nervioso parasimpático (SNP): se encarga, por el contrario, de almacenar y conservar la energía.

La actividad en la piel, además, recoge el funcionamiento de las glándulas sudoríparas

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ecrinas, las cuales mantienen la temperatura corporal adecuada, controlan la hidratación de la piel y su actividad eléctrica. Un rasgo de los PAS es que tienden a la sudoración o hiperventilación excesiva, sobre todo en situaciones de estrés físico o emocional. La psicología emocional explica que, en ocasiones, puede aumentarse la actividad electrodermal sin relación a una estimulación específica. Lo que se conoce como Skin Conductance (SC) es un medidor del nivel de la activación del sujeto. Cuanto más activado está, más aumenta su conductancia. La SC tiene que ver con el grado de dificultad con que la electricidad atraviesa la piel, lo que depende en buena medida de la sudoración. A mayor sudoración, mayor SC. Son especialmente sensibles las palmas de las manos, ya que en ellas se localizan la mayor parte de las glándulas sudoríparas ecrinas. A mayor intensidad de estimulación, mayor actividad presecretora de dichas glándulas y, por consiguiente, mayor conductancia. No es infrecuente ver a un PAS ejerciendo la hiperventilación o sudoración. Si hemos entendido los mecanismos arriba explicados, podemos comprender a qué se debe que la alta sensibilidad sea propensa: a mayor estimulación y motivación, mayor conductancia eléctrica en la piel. Y un PAS tarda muy poco en estar sobrestimulado por los ruidos, olores, colores, estrés, etc. La amígdala, ese órgano tan sensible en los PAS, responde preferentemente a olores altamente aversivos. Cuando uno siente la emoción del asco, porque se ha activado el proceso, la conductancia de la piel se eleva. No es extraño que a un PAS le provoquen dolores de cabeza ciertos perfumes u olores desagradables.

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¿CUÁL ES MI RENDIMIENTO ÓPTIMO? Una cuestión que suele preocupar a los PAS es cuál es su nivel de rendimiento óptimo, para poder escoger un trabajo adecuado que no les aburra (por falta de motivación) ni les estrese (por sobrestimulación). Para todas las personas, pero especialmente para las altamente sensibles, “el nivel de activación más adecuado se encuentra más o menos en el centro”33. Conviene tener en cuenta algunas pautas dado que los PAS tienen un bajo nivel de estrés: 1. El ser humano tiene un nivel de equilibrio para la estabilidad del cuerpo y la mente, cada cual el suyo, que es lo que se conoce como equilibrio u homeostasis (descubierto por Cannon en 1932). Si hay cambios, ese equilibrio roto tiende a ajustarse con un mecanismo regulador algo más complejo (la alostasis). Los PAS son muy sensibles a los cambios en su equilibrio homeostático, como hemos ido comprobando. No es de extrañar que no les convengan los cambios repentinos o la multitud de tareas, y esto debe ser tenido en cuenta a la hora de elegir una profesión. Los síntomas de enfermedades psicosomáticas (dolores cervicales, de cabeza, problemas estomacales, etc.) son señales de que dicho equilibrio se está empezando a romper, y el cuerpo, que es sabio, avisa a la persona de que debe haber un cambio en el ritmo de trabajo o una jerarquía a la hora de elegir tareas pendientes. 2. Es importante entender que existe un rendimiento óptimo para ejecutar las tareas. Hay que tener en cuenta que las labores que exigen alta activación del organismo y una fuerte motivación personal, pueden hacer perder eficacia en el rendimiento. En psicología motivacional se conoce a esto como la ley de YerkesDodson y la teoría de la activación de Hebb. Vamos a explicar esta cuestión, ya que es importante para los PAS. Cuando una persona está en bajo estado de activación (relajado), pierde en eficacia y precisión. Esto ocurre cuando, por ejemplo, un equipo de fútbol afronta un partido confiando de mano en la victoria. Lo más probable es que el equipo rival, si ha cuidado la motivación y ejerce una mayor activación, termine ganando. Puede haber también un exceso de activación (estar tenso), que también empeora el rendimiento. Aunque pueda parecer lo contrario, una excesiva activación y motivación puede afectar al rendimiento. Si un estudiante se presenta al examen con demasiada estimulación, lo hará peor que

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aquel que haya tenido un trabajo constante pero con menos excitación. El nivel óptimo es aquel en el que la activación tiene valores intermedios (ni relajados ni tensos), ya que permite actuar más eficazmente y a lo largo de mayor período de tiempo. Pensemos por ejemplo en un estudiante de doctorado, que ha de realizar una larga tarea de investigación. Lo conveniente es que se marque ritmos de trabajo constantes pero, a la vez, no demasiado intensos, permitiendo actividades deportivas y de ocio diarias. Eso ayudará al rendimiento, sobre todo en tareas a largo plazo. El tipo de labor que estemos realizando influye en la cantidad de esfuerzo que debemos invertir. Las tareas muy difíciles o que demandan un esfuerzo intelectual presentan su punto óptimo en niveles relativamente bajos de activación, mientras que tareas de resistencia o persistencia, como el deporte, precisan un nivel de activación más alto. Un PAS necesita moverse entre niveles bajos de activación o moderados. Traducido en términos cotidianos, le irán mal trabajos que requieran cierto esfuerzo físico, cierta intensidad o rapidez en la ejecución de la tarea. Y por el contrario, rendirá bien en tareas intelectuales o en trabajos que exijan una tarea rutinaria, constante y moderada. 3. Dado que hay un nivel óptimo en fisiológico, también hay una situación de reto óptimo que puede resumirse, según el psicólogo húngaro Csikszentmihalyi34, de la siguiente manera: lo adecuado es que el nivel de dificultad de una tarea sea semejante a las habilidades para llevarla a cabo. Pongamos un ejemplo. Si un estudiante de francés trata de adelantar dos cursos académicos e iniciar estudios superiores en el idioma, dicha situación le generará ansiedad por su dificultad. Y al contrario, si un estudiante de francés con nivel alto se inscribe en cursos inferiores, sufrirá aburrimiento por la excesiva facilidad del reto. El nivel intermedio entre la ansiedad derivada de metas poco realistas, y el aburrimiento que conlleva objetivos demasiado fáciles, es el más óptimo. Dicho nivel es calificado por Csikszentmihalyi como flujo (flow). El flujo o energía óptima se da cuando hay un equilibrio entre la dificultad de la tarea y nuestras capacidades, ya que percibiremos congruencia entre el reto planteado y nuestra propia competencia. El flujo se da cuando funcionamos con armonía y a pleno rendimiento, sin ansiedad ni aburrimiento, de manera que podamos concentrarnos en la actividad que realizamos, olvidándonos de nosotros mismos y experimentando una profunda satisfacción. El concepto de flujo es muy importante para la psicología motivacional. Para que se de armonía entre la tarea y nuestras capacidades, deben darse algunas premisas: 1) que

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sepamos ser capaces de concentrarnos en la tarea; 2) que los objetivos a cumplir sean equilibrados y estén perfectamente definidos, que sean claros; 3) que haya retroalimentación por la ejecución de la tarea y que esta se de de manera inmediata (que veamos resultados), 4) que haya armonía entre nuestra acción y nuestro pensamiento. 4. La persona altamente sensible tiene que tener en cuenta el nivel de óptimo rendimiento para encontrarse realmente bien en su trabajo. También ha de aceptar que trabajar de cara al público genera estrés emocional y que no le será sencillo vencerlo. Si tenemos en cuenta que “la hidrocortisona es la llamada hormona del estrés”, y que “la activación de la hidrocortisona tiene más probabilidad de ocurrir ante amenazas de la evaluación social, como la presencia de un público evaluador”35, no es extraño que las personas que trabajan de cara al público sean proclives a quemarse (síndrome del burn out). Un PAS es especialmente sensible a la evaluación de los demás, por lo que se estresará más fácilmente en este tipo de trabajos. Es importante saberlo, porque un PAS puede tender por naturaleza a profesiones como enfermeros, trabajadores sociales, profesores, etc. Debe tener en cuenta la implicación emocional de este tipo de tareas, y dado que en su modo de actuar hay una alta reactividad emocional, este tipo de profesiones no siempre son las más adecuadas a largo plazo. Hay estilos emocionales que han sido estudiados por Krohne36 y que, básicamente, pueden resumirse en: • Personas represoras, que son las que intentan evitar la atención de los estímulos amenazantes. Un médico que trabaje en la especialidad de oncología debe tener cierta coraza emocional si no quiere terminar estresado. Seguramente, si se trata de una persona represora, ejercerá mejor este tipo de profesiones. • Personas sensibles, que son las que continuamente supervisan el entorno para detectar la presencia de tales estímulos. Esta es la sensibilidad propia del PAS. Lo quiera o no, tendrá implicación emocional en la profesión que realice. Quizá sea conveniente elegir profesiones en las que, aunque no haya una creatividad personal, sí exista cierta rutina tranquila de trabajo. 5. Con estos datos, es difícil establecer qué tipo de profesiones se ajustan mejor a la alta sensibilidad, pero Aron ofrece algunas pautas: “los PAS suelen ajustarse bien al papel de consejeros. Somos escritores, historiadores, filósofos, jueces, artistas, investigadores, teólogos, terapeutas, maestros, padres y ciudadanos concienciados”37. En general, Aron coloca el rendimiento óptimo de los PAS en profesiones de segunda línea. Para ella, la sociedad se divide entre consejeros y guerreros. Estos últimos son

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los gobernantes, ejecutivos de empresas, aventureros, etc. El papel de los consejeros es orientar la acción y buscar soluciones creativas a los problemas, cuidando de los elementos sociales más vulnerables: gente en exclusión social, niños, etc. El papel de los reyes guerreros es el de llevar a cabo la ejecución de las acciones.

1 . ZEGERS DE BEIJL, Karina, op. cit., p. 281. 2 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 63. 3 . Ibíd., p. 82. 4 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 83. 5 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 83. 6 . WILHEM, I.; DIEKELMANN, S.; MOLZOW, I. (et al.), “Sleep selectively enhances memory expected to be of future relevances”, The Journal of Neuroscience 31/5 (2011) 1563-1569. 7 . “Our data show that sleep to a greater extent consolidates memories that are expected to be recalled later on and thus attain relevances for future behaviour, than memories not expected to be recalled”. WILHEM, I.; DIEKELMANN, S.; MOLZOW, I .(et al.), “Sleep selectively enhances memory expected to be of future relevances”, The Journal of Neuroscience 31/5 (2011) 1567. 8 . HERRERA, Verloisse y GUARINO, Leticia, “Sensibilidad emocional, estrés y salud percibida en cadetes navales venezolanos”, Universitas Psychologica [Bogotá, Colombia] 7/1 (2008) p. 190. 9 . MORENO MURCIA, Juan Antonio (et alia), “Analizando la motivación en el deporte: un estudio a través de la teoría de la autodeterminación”, Apuntes de Psicología 25/1 (2007) p. 36. 10 . REEVE, John Marshal, Motivación y emoción, Editorial McGrawHill, México (et alia), 2010 [5ª ed.], p. 12. 11 . A esta conclusión llegaron tres psicólogos después de estudiar a 413 niños de entre 12-16 años que practicaban deporte. “En los deportes colectivos existe una mayor orientación al ego y una mayor percepción de un clima ego, mientras que en los deportes individuales, es mayor la orientación a la tarea”. MORENO MURCIA, Juan Antonio (et alia), “Analizando la motivación en el deporte…”, p. 46. 12 . REEVE, John Marshal, Motivación y emoción, Editotial McGrawHill, México (et alia), 2010 [5ª ed.], p. 10. 13 . ZEGERS DE BEIJL, Karina, op. cit., p. 45. 14 . Ibíd., p. 46. 15 . “Kagan found (…) muscle tension (…), infant colic, constipation, insomnia, allergies and irritability”. Citado en: ARON, Elaine N; ARON, Arthur, “Sensory Processing Sensitivity ans its relation ton introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 346. 16 . ARON, Elaine, “Revisiting Jung´s concept…”, p. 338. 17 . ARON, Elaine, El don de la sensibilidad, p. 230. 18 . Ibíd., p. 231 y 235.

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19 . GONZÁLEZ RAMÍREZ, Mónica; HERNÁNDEZ LANDERO, René; GARCÍA CAMPAYO, Javier, “Relación entre la depresión, la ansiedad y los síntomas psicosomáticos en una muestra de estudiantes universitarios del norte de México”, Revista Panam Salud Pública 25/2 (2009) 141. 20 . BELLOCH, Amparo; AYLLÓN, Esther (et alia), “Sensibilidad a las sensaciones corporales e hipocondría”, Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 4/1 (1999) 2. 21 . Ibíd., p. 11. 22 . GONZÁLEZ RAMÍREZ, Mónica, op. cit., p. 144. 23 . CHOROT, Paloma; SANDÍN, Bonifacio (et alia), “Actitud hacia la enfermedad, ansiedad y sintomatología somática en pacientes con trastornos de pánico e hipocondría”, Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2/2 (1997) 133. 24 . Ibíd., p. 124. 25 - “[El resultado] presentó relaciones importantes con ansiedad rasgo y ansiedad estado, y con depresión”, Ibíd., p. 11; “se confirmó la relación entre la depresión y los síntomas psicosomáticos, entre estos y la ansiedad, y entre la ansiedad y la depresión”, GONZÁLEZ RAMÍREZ, Mónica, op. cit., p. 144; “el 86% de los sujetos hipocondríacos manifestaban también algún tipo de trastorno de ansiedad”, CHOROT, Paloma, op. cit., p. 124. 26 “Los pacientes hipocondríacos mostraron una latencia mayor que los controles normales para las palabras neutras, de amenaza social y de olores, es decir, la lentitud en el procesamiento de la información parece afectar en estos pacientes”, RAMÍREZ, María Pilar; BELLOCH, Amparo, “Procesamiento de la información de amenaza física en la hipocondría: un estudio exploratorio utilizando el paradigma de Stroop”, Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 3/1 (1998) 9. 27 . Usaremos aquí la siguiente edición en castellano: DYER, Wayne W., Tus zonas erróneas. Guía para combatir las causas de la infelicidad, Penguin Random House, Barcelona 2014 [6ª ed.]. 28 . DYER, W., Tus zonas erróneas…, p. 75. 29 . DYER, W., Tus zonas erróneas…, pp. 96-98. 30 . DYER, W, Tus zonas erróneas…, pp. 100-102. 31 . ZEGERS DE BEIJL, Karina, op. cit., p. 44. 32 . MARDAGA, Solange; LALOYAUX, Olivier (et alia), “Personality traits modulate skin condcutance response to emotional pictures: an investigacion with Colninger´s model of personality”, Personality and Individual Differences 40/8 (2006) pp. 1603-1614. 33 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 28. 34 . La obra de Csikszentmihalyi arranca desde la década de 1970 hasta la actualidad y es muy conocida. Ha sido traducida en parte al castellano: CSIKSZENTMIHALYI, M., Fluir (flow). Una Psicología de la Felicidad, Editorial Kairós, Barcelona 2005; El Yo evolutivo. Una Psicología para un mundo globalizado, Editorial Kairós, Barcelona 2008; Experiencia Óptima: estudios psicológicos del Flujo de la Conciencia, Desclée De Brouwer, Bilbao 1998. 35 . REEVE, John Marshal, Motivación y emoción, Editorial McGrawHill, México (et alia), 2010 [5ª ed.], p. 49. 36 . KROHNE, H.W., “Vigilance and cognitive advoidance as concepts in coping research”, en: ZIEDNER, M.; ENDLER, N.S. (Ed.), Handbook of Coping: theory, research and application, Editorial John Wiley & Sons, Nueva York 1993, pp. 381-409.

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37 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 43.

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Algunos consejos útiles 5

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CONSEJOS PARA TRABAJAR LAS SOMBRAS DE ESTE RASGO Tal y como hemos expuesto en el primer capítulo, la alta sensibilidad no se identifica con la introversión, el neuroticismo, la reactividad emocional o la inhibición. No obstante, aunque no hay una correlación directa, sí hay una correlación parcial. Propondremos algunos consejos para ayudar a limar las aristas de este rasgo de personalidad. Todo temperamento tiene sus luces y sombras, y toda persona tiene a lo largo de su vida una tarea pendiente para ir ganando; los PAS tienen las suyas propias. Hay que tener en cuenta que, al ser de tipo intuitivo, la función inferior (o menos usada) es la de sensación: atenerse a la realidad, tomar decisiones rápidas, lidiar con los problemas cotidianos, ser prácticos, ganar dinero, etc. 1. Practicar el pensamiento lógico y el análisis racional de las situaciones. Los PAS tienen una fuerte afectividad. Es un don que tienen, por naturaleza, uno de los motores básicos de la vida humana tan potenciado. Pero hay otros dos motores que también impulsa nuestras vidas: la voluntad y la razón. Los PAS no tienen facilidad para el pensamiento abstracto. Seguramente, en edad escolar han tenido dificultades para aprobar la asignatura de matemáticas. Es necesario contrastar su modo afectivo de razonar con la realidad. Para que esto sea efectivo, deben hacerlo cuando estén descansados y con tiempo disponible, en uno de sus ratos de quietud y silencio que tanto aprecian. Es ahí cuando deben hacer trabajar la función del Pensamiento para poner orden en las ideas. Es importante también que se rodeen de buenos amigos y consejeros, especialmente los que tengan un temperamento menos sensible (en general, los no PAS). Les ayudará a adecuarse a la realidad, a ser concreto, eficiente y esmerado en los detalles prácticos. 2. Emplear un modo fijo de proceder ante los demás. Algo que desconcierta a los no PAS, respecto a la alta sensibilidad, es que el modo afectivo de razonar y actuar conduce a los PAS a variar su comportamiento según las circunstancias. Una de las causas es su necesidad de desconexión. Un día se sienten capacitados para salir a cenar con los amigos; otro día no. Un día se sienten con fuerza para realizar una tarea concreta; otro día sienten que no pueden más. Hemos visto a lo largo de este libro las causas de ello. Cuando un no PAS percibe la variabilidad del comportamiento, normalmente no extrae conclusiones positivas al respecto. Además, en lo cognitivo, los PAS son muy flexibles, creativos y adaptativos. Se

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adaptan mal a las normas grupales fijas, sobre todo cuando no tienen eficacia objetiva o sentido claro. El no tener un modo fijo de proceder puede desconcertar a los no PAS. Por eso es importante planificar y organizar los proyectos llevándolos hasta el final. Un PAS se apasiona con aquello que le interesa, y si la tarea está en armonía con su sensibilidad y sus valores internos, será eficaz o perseverante. Pero en tareas con las que no se identifique, por su modo afectivo de razonar y actuar, tendrá más dificultades. Debe llevar adelante los proyectos aunque haya perdido interés en ellos. Los PAS son buscadores por naturaleza. Tratan de cambiarse a sí mismos y de cambiar la realidad que les rodea, lo cual es ciertamente necesario. Sin embargo, debe darse cuenta de que precisamente eso es lo que tratan de evitar la mayoría de los no PAS. La mayoría de la gente busca mantener el orden establecido, son más lentos para los cambios, necesitan saber con claridad a qué atenerse y qué conducta esperar de los demás. La alta sensibilidad tiene que hacer un esfuerzo en autodisciplina, abnegación y paciencia con los detalles incómodos. Debe ser fiel a su palabra y compromisos, mostrando a los demás que es estable y se puede confiar en ellos. 3. Reordenar la jerarquía afectiva. En un PAS, la compasión hacia una persona o la persecución de un ideal es un poderoso motor de vida y energía. Cuando detecta una urgencia, o una necesidad, o una petición de ayuda, enfoca toda su atención hacia ello. Pero debe recordar, como hemos visto anteriormente, que la empatía puede lesionar el bien común. En ocasiones tampoco es conveniente ayudar porque puede lesionar la autoestima de la otra persona. Los PAS tienen que hacer un esfuerzo cotidiano por acercarse a personas que estén en la parte baja de su lista de prioridades, o ejecutar tareas que estén en la parte baja de su lista de intereses. Abrirse a personas que no les son del todo simpáticas, abrirse a tareas que no les resultan del todo agradables. Otra recomendación al respecto es cuestionar los propios sentimientos, incluso los positivos, hacia las personas a las que presta ayuda: “¿por qué siento ganas de ayudar esta persona? ¿busco sentirme así bien? ¿es prudente prestar esta ayuda?¿soy el único al que puede recurrir? ¿es una manera de no sentirme solo?”. 4. Abrirse a lo imprevisto. Un PAS tiene dificultades para acoger interrupciones imprevistas en su trabajo, sobre todo si no goza de tiempo para adaptarse a ellas. Esto no es fácil, porque el ser humano tiene tendencia a sufrir malestar psicológico por las tareas interrumpidas. Es conocido en psicología como el efecto Zergainik, por el que una persona recuerda mejor las tareas pendientes que las que ha realizado. Esta tesis

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fue defendida por la psicóloga Bluma Zergainik en la primera mitad del s. XX, después de percibir cómo un camarero era incapaz de describir los pedidos que acababa de servir en las mesas y, sin embargo, podía detallar los que estaban pendientes. El efecto Zergainik ha sido ampliamente estudiado y, aunque se discute su fundamento científico exacto, ha sido usado en numerosos campos de trabajo. Es una técnica publicitaria muy antigua: avanzar las características de un nuevo producto pero dejarlas incompletas; interrumpir una serie televisiva bajo el sugestivo título de continuará… Un PAS tiene una especial sensibilidad por lo que Zergainik describió como “tarea interrumpida”. Para evitar agobiarse centrando la atención solo en lo que queda por hacer, y no disfrutando de la satisfacción de lo ya hecho, un PAS tiene trabajo personal por delante. Tiene que hacer un esfuerzo cotidiano para abrirse a las molestias cotidianas o a los imprevistos diarios, aunque parezcan innecesarios o sin importancia. Los PAS tienen también que abrirse al gusto de los demás, adaptándose a la zona de confort del prójimo y a sus ritmos de trabajo. Deben ser especialmente pacientes con los que estén en desacuerdo con él: hay una fuerte tendencia en los PAS a encajar mal las críticas negativas o los comentarios que se le hacen para mejorar. Si realiza la tarea de abrirse constantemente a las ideas de los otros, y ser capaz de renunciar a los propios planes con el fin de realizar cambios en un proyecto, mejorará su bienestar psicológico. Un PAS debe aprender a serenarse ante las demandas laborales y las tareas interrumpidas. ¿Es necesario realizar todo aquí y ahora? ¿Cuáles son las prioridades en lo que he de hacer laboralmente? ¿Qué ritmos de trabajo debo imponerme para desarrollar la tarea poco a poco? 5. Aprender a establecer límites, tanto en la entrega personal como en la escucha del propio cuerpo. El PAS tiende a ser poco asertivo y a tratar de adaptarse a las demandas de los demás. El problema es que, si no se es mínimamente realista, el cumplimiento de tales demandas terminará por estresarle o bloquearle. Un PAS debe acostumbrarse a ser prudente a la hora de hablar, a la hora de aceptar nuevos retos, tareas o proyectos. Debe expresar sus necesidades y sus emociones profundas. Este punto es importante. Al tener facilidad para leer el lenguaje no verbal de los demás, y captar información, un PAS puede pensar que el resto de personas gozan de la misma facilidad. Pero no es así. Si no se expresa claramente cómo ve uno las cosas, o el estado de ánimo en el que se encuentra, y no lo hace a tiempo, estará enviando información confusa a un no PAS. Cuando acepta una petición de ayuda de un compañero de trabajo que considera abusiva, y da a entender disgusto mediante un

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rostro contraído, un PAS puede pensar que ya ha enviado suficiente información al compañero, como si el decir sí con la palabra fuera un gesto de educación, pero en realidad se está diciendo no a través de otras vías. Sin embargo, mientras no se verbalice una negativa, el que trabaja a su lado pensará que se ha encajado de manera positiva la petición de ayuda y que esta llegará. Un PAS debe ejercitarse ante el espejo a decir con claridad dos palabras: tú y no. Respecto al tú, debe aprender a decir: “esa es tu opinión, la mía es diferente; ese es tu problema, no el mío”, etc. Respecto al no, debe aprender a decir: “no me apetece; no tengo tiempo; no es lo que tenía pensado hacer hoy; no me conviene”. 6. Dar tiempo a los demás. Los PAS tienen una gran capacidad de intuición. Captan a la primera lo que a otros les cuesta más tiempo, incluso años. Perciben las conexiones de sistemas complejos cuando otros las descubren fatigosamente. Son creativos y proponen soluciones alternativas, las proponen pensando en lo positivo de la medida, mientras otros miran con sospecha los cambios y el coste de los mismos. De esta manera, es posible que un PAS pierda la paciencia. Pero debe entender que, de la misma manera que un exceso de información sensorial le desborda, y que en cambio está preparado para procesar información cognitiva de manera profunda, a un no PAS le ocurre exactamente lo contrario. Un no PAS necesita cierto nivel alto de estimulación sensorial para no aburrirse o desmotivarse y, en cambio, demasiada información cognitiva le puede llegar a abrumar. Si un PAS propone alternativas, cambios o se adelanta a situaciones futuras, puede llegar a agotar a un no PAS. Es necesario que este confíe en las intuiciones de los altamente sensibles, pero estos deben ser pacientes con los tiempos de los no PAS. Parece una propuesta sencilla y razonable, pero suele ser motivos de sufrimiento. Imaginemos una reunión de trabajo. El 80% de los allí presentes discute, y después de hacerlo durante horas, necesita una nueva reunión para seguir procesando las soluciones a los problemas laborales. En cambio, el 20% de los PAS se aburre enormemente en las reuniones porque ha percibido rápidamente la problemática y la resolución. Además, las reuniones en sí mismas le resultan insufribles: mucha estimulación sensorial en un reducido despacho. Y como el mundo es mayoritariamente no PAS, es posible que los altamente sensibles terminen por desesperarse. Hay que ejercitar la paciencia y dar tiempo para que los demás procesen la información.

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REVISAR EL AUTOCONCEPTO Todos nosotros tenemos un autoconcepto o modo de percibirnos a nosotros mismos, y una autoestima o modo de valorarnos a nosotros mismos. En el autoconcepto y la autoestima intervienen tres aspectos íntimos y nucleares de nuestra persona: el yo real, el yo ideal y el yo responsable. Un PAS tiene que estar especialmente atento a estas cuestiones, por las implicaciones que vamos a ver. 1. El yo real es cómo creemos que somos realmente. Es el conocimiento de nosotros mismos, que con frecuencia se ve influenciado por lo que los demás piensan acerca de nosotros. Una persona madura es la que, a lo largo de la vida, va conociéndose mejor y dejándose conocer mejor por los demás, con realismo y afán de mejorar, sin extremismos o tremendismos (“soy un inútil”, “no sirvo para esto”, “que no se enteren de mi verdadero yo porque no me querrían”, etc.). Descubrir un aspecto negativo de nuestra personalidad, unas limitaciones o unos errores no debe desmoralizarnos. Antes bien, tengamos una mirada confiada y optimista: ¿cómo puedo superar esto? ¿qué medios concretos he de poner? ¿no será mejor mi futuro si doy este paso? Es importante que el PAS aprenda a mejorar su autoconcepto del yo real. Con frecuencia, por la baja frecuencia de este rasgo de personalidad, puede haber sido juzgado en la niñez por instituciones (como la escuela) o por personas (padres, compañeros) bajo patrones propios de los PAS. No es infrecuente que un PAS haya escuchado afirmaciones de este tipo: “eres raro, siempre quejándote, no es para tanto, no quieras llamar la atención, eres débil, tienes que fortalecerte”. Dada la sensibilidad de los PAS, y su tendencia a depender demasiado de los demás, es posible que termine por creer que su yo real es vergonzoso, humillante o débil, y que merezca la pena esconderlo o mostrar una imagen de aparente fortaleza. Eso no conduce a buen camino. Es mejor tratar de limpiar la memoria afectiva de este tipo de juicios. Si un no PAS llama raro a un PAS, este debiera pensar que la otra persona no tiene capacidad mental o emocional para comprenderle. Si un PAS no se siente capacitado para pasar una noche en una discoteca, debe aprender a expresarlo a los amigos con sencillez y no tratar de aparentar lo que no se es. Y, a la vez, hay que saber encajar con humildad tanto los propios dones como las propias limitaciones. 2. El yo ideal es cómo nos gustaría ser, y cómo creemos que a los demás les

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gustaría que fuésemos. Se compone de aquellas metas ideales o estándares que queremos alcanzar, las cuales nos las hemos atribuido nosotros mismos o bien nos las han marcado los demás (padres, amigos o jefes en nuestro trabajo). Nuestro yo ideal es en sí mismo algo positivo: nos ayuda a mejorar, a tener una guía o una pauta más alta para vivir. Este es un punto delicado para los PAS, porque ese yo ideal se convierte en un tirano: “tengo que ser un padre modélico, un profesional competente y en continuo ascenso, un amante perfecto, etc.”. Es bueno revisar esos “tengo que…”. ¿Realmente ha de perseguir un ascenso laboral para ganar prestigio y dinero, si eso le supone estrés emocional? ¿Realmente tiene que ser todo perfecto en su vida y tener una zona de confort agradable? ¿no puede ir ampliando poco a poco esa zona de confort? ¿Puede estar pasando en la vida que pensemos que hemos de ser algo para llegar a ser alguien? La empatía de los PAS, su deseo de orden, su naturaleza sensible y apasionada, puede conducirle a un yo ideal completamente irreal o insano. Tiene que acostumbrarse a no pensar tanto en la manera correcta con que las cosas deben ser hechas; en ocasiones, es mejor pensar en la manera más fácil de hacerlas o incluso en el modo más divertido de realizarlas 3. El yo responsable se fundamente en cómo pensamos que deberíamos ser, o cómo los demás piensan que deberíamos ser. Es la parte de nuestra conducta en la que tomamos medios concretos y pautas de vida para llegar a esas metas que nos hemos fijado: morales, laborables, espirituales, etc. Es necesario no hipertrofiarnos con normas o convertirnos en un hiperresponsable. Hay que gozar de cierta flexibilidad para dar paso a la improvisación (que potenciará nuestra creatividad) y al descanso. El seguimiento rígido de normas suele ser causado por patologías mentales o constituye al menos la vía más rápida para terminar en ellas. ¿Realmente esas obligaciones autoimpuestas o que otros me han marcado son asumibles? ¿Soy verdaderamente el responsable de todo lo que ocurre a mi alrededor y debo ocuparme de todas las circunstancias o personas que me rodean? ¿No se esconde un excesivo afán de control por miedos e inseguridades? ¿Cuáles son estas? Según lo que hemos comprobado en páginas anteriores, un PAS tiende a actuar con altos estándares éticos. Difícilmente mentirá, manipulará, será deshonesto o egoísta. Además, le gusta la rutina y el orden en la vivencia de esos patrones éticos. Por eso mismo, un PAS debe reflexionar con frecuencia acerca de la idoneidad de los valores internos que ha elegido, así como dejar cierto margen de flexibilidad. Los tengo que,

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debe ser así, hay que, etc. no suelen ser buenos consejeros. Antes bien, se convierten en pequeños tiranos para nosotros mismos y para los demás. Además, es bueno que esté atento a las señales de su cuerpo para saber cuándo está necesitando de descanso. El PAS es capaz de grandes sacrificios, y eso es puede ser algo positivo (si se vive bien), pero también puede llegar a ser algo destructivo. Este triángulo del yo real, el yo ideal y el yo responsable ha de vivir en armonía. Cuando no la hay, sentimos malestar psicológico y, a la larga, somatizaremos en nuestro cuerpo dicho malestar. Si hay discrepancias entre el yo real (cómo somos) y el ideal (cómo deberíamos ser), tendremos sentimientos de desánimo, frustración o tristeza. Si hay disonancia entre el yo real (cómo somos) y el yo social, habrá sentimientos de vergüenza, culpa y ansiedad. Dado que el PAS tiene facilidad para buscar ratos de soledad y reflexión, cuando sienta una quiebra en este triángulo, ha de preguntarse en dónde reside el origen de la falta de armonía. El autoconcepto se desarrolla en sociedad. Es decir, hay una parte de cómo nos vemos que no nace de nuestro juicio personal, sino de cómo los demás nos dicen que somos, o creen que somos, o enjuician cómo somos. Es lo que se conoce como el yo espejo. En ocasiones, podemos emitir una información sesgada de nosotros mismos con el objetivo de adecuarnos a los demás. Este es un punto importante para los PAS, dada su tendencia a la deseabilidad social, a adaptarse a las expectativas de los demás y a las reglas sociales. A la vez, el PAS desea actuar basado en sus convicciones y valores personales, por lo que puede haber tensión entre lo que queremos ser, y lo que la sociedad quiere que seamos. Conviene que un PAS revise profundamente su autoconcepto para ganar en autoestima, libertad y asertividad. ¿Hemos hecho algo porque es lo correcto o porque los demás lo consideran correcto? ¿Filtramos la información sobre nosotros mismos, escondiendo la vida emocional, para mostrarnos menos vulnerables?

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Claves espirituales 6

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CUALIDADES DE LOS PAS PARA LA VIDA INTERIOR Es frecuente en la literatura PAS proponer una serie de técnicas de meditación que hoy en día son conocidas por el público en general. Los beneficios de estos métodos parecen claros según las investigaciones que señalan que “el cortisol desciende en al sangre de las personas que meditan”1. Se ha demostrado científicamente que el mindfulness beneficia notablemente a los PAS. En una investigación hecha en una universidad holandesa, “los resultados revelaron diferencias significativas”, después del tratamiento con mindfulness en PAS, “de la variable del estrés, la ansiedad social, la autoaceptación, la empatía emocional, el crecimiento personal y la autotrascendecia. Las medidas del efecto puntúan entre variables medias y altas”2. La conclusión de los investigadores es que “los descubrimientos sugieren que sería beneficioso para los PAS aprender la meditación mindfulness”3. Las personas altamente sensibles están especialmente capacitadas para captar el lenguaje espiritual. Como afirma Aron, “en las PAS hay algo que es más anímico y espiritual”4, y también: “alrededor de la mitad de las personas a las que entrevisté hablaron mayormente de su vida anímica o espiritual, como si eso las definiera”5. Hay muchos rasgos en este rasgo de personalidad que lo favorece. Por ejemplo, su gran necesidad de extraer significados profundos de los hechos, la capacidad para comprender y usar símbolos, su orientación a la ayuda de las personas, su empatía hacia el sufrimiento ajeno, su hambre de integridad u honestidad, etc. Las casas de oración están llenas de gente PAS, y los maestros de espiritualidad contemporáneos también son PAS. La alta sensibilidad les impulsa a tomar tiempos de quietud y silencio para ponerse con lo más profundo de sí. Es frecuente que los PAS se hagan preguntas de este estilo: “¿Cómo puedo llegar a ser esa persona que se supone que debo ser? ¿Cómo puedo llegar a ser verdaderamente yo mismo, de una manera auténtica que respete lo más profundo de mi ser?”. Hay una necesidad en los PAS de armonía entre la vida exterior –que tantas veces les sobrestimula– y la vida interior. Otra característica propia de los PAS es su orientación al ideal y, por tanto, al futuro. Desean un nuevo orden de las cosas porque este mundo les parece sumamente feo. Todo el evangelio es también una promesa de futuro, de un nuevo orden, de una nueva esperanza. En la tradición cristiana se da importancia a valores que son muy íntimos y

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naturales a los PAS: la belleza, la pureza, la verdad, la plenitud, las metas altas.

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EL EVANGELIO DE JESÚS COMO UN ENTORNO PAS Aunque no negamos los beneficios objetivos de este tipo de meditaciones y respetamos sus aportaciones, nuestra propuesta es destacar el evangelio de Jesús como un gran entorno espiritual para los PAS. En la espiritualidad cristiana, una persona se abre al Otro y a los otros. Es un camino que empieza en la llamada de Otro, y termina con el servicio a los otros. Si se entiende bien, puede ser una buena terapia contra algunas sombras que tienen los PAS, y pueden sustituir perfectamente a otro tipo de técnicas de relajación. Los PAS tienen una capacidad especial para captar y entender el evangelio en toda su profundidad. La Escritura no es un conjunto de narraciones míticas antiguas para ellos, antes bien, sienten la necesidad de transportarla al presente y preguntarse: “¿qué significa para mí, aquí y ahora, esta Escritura? ¿qué mensaje me comunica Dios a través de la Biblia?”. Muchos no PAS sienten dificultad para los símbolos que se emplean en el lenguaje poético; la Biblia y la liturgia cristiana está lleno de ellos. La Escritura usa símbolos de imágenes materiales para remitir a realidades profundas. De esta manera, se habla de la sal, luz, perlas, vientos, granos de mostaza, espigas de trigo, cizaña, etc., pero siempre remitiendo a conceptos más profundos. Ese tipo de lenguaje, que se puede comprobar fácilmente en la narración de las las parábolas, resulta muy adecuado para los PAS. Imágenes sencillas para realidades profundas. Hay muchas características de la persona de Jesús y de su mensaje que conectan vivamente con el modo de sentir y actuar de los PAS. Vamos a repasar algunas de estas similitudes: • El amor y respeto por la naturaleza. Jesús también mostró una gran sensibilidad para el entorno natural, y así, hacía referencia a lo pájaros, los cuervos, los lirios, la hierba del campo, las vides y los sarmientos, las uvas y los espinos, los higos, los cardos, los juncos, las hierbas agitadas en el cielo, el viento, etc.6 • Los períodos de quietud, reflexión y soledad. El evangelio nos muestra a Jesús buscando estar solo para poder rezar, en una ladera de la montaña, en un huerto o en un desierto7. Jesús buscaba períodos de soledad, especialmente antes o después de momentos con gran actividad o rodeado de multitudes. • El espíritu de honestidad, sinceridad y autenticidad. Cristo es el modelo perfecto de Maestro que no manipula, sino que sugiere e invita. Jesús condena con dureza

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el engaño, las palabras con doble sentido, etc. Alaba a Nicodemo porque era “un israelita de verdad, en quien no hay engaño”8. No le gustaba la doblez, de ahí que invitase a sus discípulos: “sea vuestro sí un sí, sea vuestro no un no”9. • Al igual que los PAS, Jesús también sufrió la incomprensión y la burla porque su proceder era considerado extraño, original o trastornado. Sus parientes creían que había perdido el juicio y se lo querían llevar a casa; sus enemigos le acusaban de estar poseído de un espíritu maligno10. • La empatía y la compasión fueron otras características de Jesús, algo con lo que los PAS conectan bien. No fue indiferente ante el sufrimiento humano. La muerte de un amigo le hizo llorar; sintió lástima de las multitudes; estaba atento a las necesidades materiales de la gente; se compadeció de los que estaban considerados como excluidos sociales: cojos, leprosos, ciegos, etc.11 •

Jesús superó categorías y estereotipos, buscando una armonía entre la humanidad entera, considerando a todos iguales. Buscaba no solo a gente de su pueblo judío, sino también “a los que no son de este redil”12. Es algo que los PAS también comparten. Hablaba con mujeres (como la samaritana o la siriofenicia), trató con romanos (y curó al siervo de un centurión), entró a comer a casa de fariseos (como Simón), acogía a los niños, etc.

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LA ORACIÓN DEL PAS Siguiendo el hilo de nuestra propuesta del cristianismo como un ámbito óptimo para los PAS, nos gustaría hacer algún comentario sobre la vida de oración en la alta sensibilidad, dado que no es un tema del que puedan encontrarse demasiadas referencias. Los PAS necesitan establecer una relación personal con Dios. No les basta vivir una moral, seguir unas reglas heredadas del pasado o pertenecer a un grupo religioso como un modo de obtener seguridad afectiva. El motor de su vida es la auténtica relación con un Ser que lo trasciende todo. La oración cristiana no es una autobúsqueda existencial, sino una apertura al Otro, y a través de Dios, una apertura al prójimo. Eso nos guarda –o nos debería guardar– de una vivencia espiritual egoísta, donde uno empieza y termina en sí mismo. Un PAS puede sentir que Dios le habla a través de todo lo que le rodea, de todos los que le rodean. La búsqueda de la propia identidad en el cristianismo parte del descubrimiento de la identidad de las tres Personas divinas que son un solo Dios. Es conociendo a Dios como nos conocemos mejor a nosotros mismos. Algunas cualidades propias de los PAS, respecto a la vida de oración, son las siguientes: •

El mundo espiritual no es visto como otra dimensión, sino como un nivel completamente ligado a la realidad. De hecho, es más probable que sientan lo espiritual como lo verdaderamente real, y lo material como irreal.

• Necesitan una vivencia afectiva de la religión. Una comunión personal con Dios. Difícilmente se encontrarán cómodos rezando con fórmulas repetitivas. La oración no les supone ningún esfuerzo psíquico (a diferencia de lo que ocurre con los no PAS). Se trata en realidad de una necesidad natural en ellos, consideran que es mejor el uso de la oración espontánea que surge del corazón. • Es improbable que se adapten bien a un grupo de oración o a un carisma eclesial concreto. Tienen un perfil en donde importa más la vivencia individual que los modos reglados. Dado que son introvertidos (en el 70%), intuitivos, abiertos, flexibles y en búsqueda constante, tratarán de experimentar nuevos ambientes espirituales. No hay grupo, ideología o práctica espiritual que les agote la experiencia de Dios en sus vidas. Así que es difícil que un grupo concreto de oración les satisfaga. Aron explica que, según detectó en sus primeras reuniones

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con los PAS, “los sentimientos acerca de la religión organizada eran muy intensos. Había unos pocos que estaban muy comprometidos, aunque el resto se mostraba insatisfecho, incluso desdeñoso. Pero la religión no organizada prosperaba”13. Esa es la tendencia en personas de alta sensibilidad: difícilmente se encontrarán cómodos en organizaciones religiosas. • Respecto al lugar físico para rezar, hay que tener en cuenta que los PAS rehuyen de la sobrestimulación sensorial. Pueden rezar tranquilamente contemplando un bello paisaje, paseando por la playa o el monte, o buscando la oscuridad de un templo románico, admirados por la sencillez y desnudez de este. No les gustará un templo barroco, con exceso de luces, imágenes, retablos. Tampoco un santuario en donde la gente entre y salga constantemente, al estilo de algunos santuarios famosos. Aunque tienen gran capacidad para captar los símbolos, y por tanto la liturgia cristiana, no se sentirán cómodos en una ceremonia larga y llena de cantos, velas, luces, órgano, gente, etc. •

La vida de oración les llevará a encuentros muy profundos con Dios. Una recomendación para los PAS es que estén atentos a intuiciones espirituales, sueños o inspiraciones que sientan en el alma. Tienen gran facilidad para ello. Les conviene escribir en un diario espiritual para objetivar sus pensamientos, intuiciones o vivencias espirituales. Así mismo, necesitan un cierto orden y disciplina en su vida de oración para evitar el riesgo de su evaporación. Es también adecuado que puedan contrastar sus inspiraciones con un acompañante espiritual.

1 . ARON, Elaine N., El don de la sensibilidad, p. 85. 2 . “Results revealed significant difference on the variable stress, social anxiety, self-acceptance, emotional empathy, personal growth, and self trascendence. The effect sizes ranged from medium to very large”. SOONS, Ilse; BROWERS, André; TOMIC, Welko, “An experimental study of the psychological impact of a Mindfulnees Based Stress Reduction Program on highly sensitive persons”, Europe´s Journal of Psychology 6 (4) 160-161. 3 . Ibíd., p. 163. 4 . ARON, Elaine, El don de la sensibilidad, p. 253. 5 . “The findings suggest that it may be helpful for HSP´s to learn mindfulness meditation”. Ibíd., p. 254. 6 . Cfr. Lc 9, 58; 12, 6, 12, 24; 12, 27; 12, 28; 7, 24; 12, 54; 13, 24. Mt 6, 30; 7, 16. Jn 3, 80.

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7 . Cfr. Mt 14, 13; 26, 42; 6, 9-13. Lc 8, 28; 22, 39-46; 2, 31-32. Jn 17, 9 y 20. 8 . Jn 1, 47. 9 . Mt 5, 37. 10 . Mc 3, 21; Mt 12, 24. 11 . Cfr., por ejemplo, Jn 11, 35; Mc 6, 34;, Jn 6, 5; Mt 20, 34; Mc 9, 22; Lc 5, 12-15. 12 . Jn 10, 16. 13 . ARON, Elaine, El don de la sensibilidad, p. 254.

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Apéndice I: Test de Aron Conteste de manera binaria (verdadero o falso) las siguientes preguntas. 1. Me siento fácilmente abrumado ante estímulos sensoriales fuertes 2. Soy consciente de las sutilezas de mi entorno 3. Me afecta del estado de ánimo de otras personas 4. Tiendo a ser muy sensible ante el dolor 5. En días ajetreados, me encuentro necesitado de retirarme en la cama o en una habitación oscura, o en cualquier lugar donde pueda tener algo de privacidad y alivio de la estimulación. 6. Soy sensible a los efectos de la cafeína. 7. Me abruman fácilmente las luces brillantes, olores fuertes, telas bastas, o ruido de sirenas cerca. 8. Tengo una vida interior rica y compleja 9. Estoy incómodo por los ruidos fuertes 10. Me conmueven profundamente las artes o la música 11. Mi sistema nervioso a veces se siente tan agotado que tengo que encontrarme a mí mismo 12. Soy consciente de lo que ocurre a mi alrededor 13. Me sobresalto fácilmente 14. Me siento estresado cuando tengo que hacer muchas cosas en un corto período de tiempo 15. Sé lo que he de hacer cuando las personas se sienten incómodas en un entorno físico para que sea más agradable (como cambiar la iluminación o el asiento) 16. Me molesto cuando la gente trata de hacerme hacer demasiadas cosas a la vez 17. Trato de evitar cometer errores u olvidar cosas 18. Evito películas violentas o violencia en programas de televisión 19. Me siento desagradablemente excitado cuando hay muchas cosas a mi alrededor 20. Estar hambriento crea una reacción fuerte en mí, llegando a interrumpirme la concentración o a cambiar mi humor.

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21. Me afectan los cambios en mi vida. 22. Me doy cuenta de las cosas, y disfruto de aromas delicados o finos, sabores, sonidos, obras de arte. 23. Me resulta desagradable tener que hacer muchas cosas a la vez. 24. Trato de evitar situaciones perturbadoras o abrumadoras 25. Me molestan los estímulos intensos, como ruidos fuetes o escenas caóticas. 26. Cuando tengo que competir o soy observado mientras realizo una tarea, me pongo nervioso o tembloroso y ejecuto peor la tarea. 27. Cuando era niño, mis padres o profesores me veían como un chico/chica sensible o tímido. Si ha contestado verdadero en 14 o más ítems, puede considerarse una persona altamente sensible. Si se identifica en general con varios de estos ítems, hay probabilidad de que también lo sea. No hay diferencias entre hombres y mujeres, aunque los hombres tienden a puntuar como altamente sensibles en un porcentaje ligeramente menor.

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Apéndice II: Tabla de teorías de la personalidad Fuente: REVELLE, William, “Personality Processes”, Annual Review of Psychology 46 (1995) 295-338. Theorist

Approach

Avoidance

Atkinson

Joy of success

Pain of Failure

Barrat

Action Oriented

Anxiety

Behavorial Activat.

Behavorial Inhibit.

Cloninger

Novelty Seeking

Harm Avoidance

Depue

Positive emotionality

Behavorial Inhibit.

Dollard-Miller

Approach

Avoidance

Activation

Inhibition/neurot.

Eysenck

Extraversion/ positive affect Behavorial activ.

Negative affect Behavorial inhib.

Psychoticism Anger

Fowles

Impulsivity

Inhibition

Fight aggression

Gray

Positive Affect

Negative Affect

Kagan

Impulsivity

Anxiety/inhibit.

Newman

Positive affectivity

negative affectiviy

Tellegen

positive affect/

negative affect

constraint/avoidance

Approach

avoidance

Thayer

energetic arousal

tense arousal

Watson/Clark

approach-extravers.

Avoidance

Zuckerman

Postive affect

Aggression

Behavorial Maintenance

Reward dependence

Positive affectivity

negative affectivity

Neuroticism

Psychoticism

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Bibliografía BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA SOBRE PAS ACEVEDO, Bianca P.; ARON, Elaine N. (et alia), “The highly sensitive brain and fMRI study of sensory processing sensitivity and response to others´emotion”, Brain and Behavior 4/4 (2014) 580-584. ARON, Arthur; ARON, Elaine N.; KETAY, Sarah (et alia), “Temperament trait of sensory processing sensitivity moderates cultural differences in neural response”, SCAN (2010) 5, 219-226 [doi: 10.1093/scan/nsq028]. ARON, Elaine N. y ARON, Arthur, “Sensory-processing sensitivity and its relation to introversion and emotionality”, Journal of Personality and Social Psychology 73/2 (1997) 345-368. ARON, E. N.; ARON, A.; Davies, K., “Adult shyness: the interaction of temperamental sensitivity and adverse childhood environment”, Personality and Social Psychology Bulletin 31/2 (2005) 181-197. ARON, Elaine N., “Revisiting Jung´s concept of innate sensitiveness”, Journal of Analytical Psychology 49 (2004) 337-67. ARON, Elaine N, El don de la sensibilidad. Las personas altamente sensibles, Ediciones Obelisco, Barcelona 2012 [4ª ed.]. ——— Más fuerte que nunca, Urano, Barcelona 2016. CHEN C., MOYZIS R., STERN H., HE Q, et al. (2011) “Contributions of Dopamine-Related Genes and Environmental Factors to Highly Sensitive Personality: A Multi-Step Neuronal System-Level Approach”. PLoS ONE 6(7): e21636. doi:10.1371/journal.pone.0021636 DORADO BERMÚDEZ DE CASTRO, Beatriz, “Influencia de una exposición de arte sobre la ansiedad percibida en personas altamente sensibles”, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 2016 [fondo recuperado de: https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/13176/TFM000422.pdf? sequence=1&isAllowed=y] JAGIELLOWICZ, Jadzia; XU, Xiamonge; ARON, Arthur; ARON, Elaine N. (et alia), “The trait of sensory processing sensitivity and neural responses to hanges in visual scenes”, SCAN (2011) 6, 38-47 [doi: 10.1093/scan/nsq.001].

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Otros libros

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Ilusión positiva Una herramienta casi mágica para construir tu vida Lecina Fernández ISBN: 978-84-330-2936-2

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hace patente nuestra verdad y, con ella, la plenitud que somos.

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DIRECTORA: OLGA CASTANYER 1. Relatos para el crecimiento personal. CARLOS ALEMANY (ED.). (6ª ed.) 2. La asertividad: expresión de una sana autoestima. OLGA CASTANYER. (41ª ed.) 3. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad. A. GIMENO-BAYÓN. (5ª ed.) 4. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. ESPERANZA BORÚS. (5ª ed.) 5. ¿Qué es el narcisismo? JOSÉ LUIS TRECHERA. (2ª ed.) 6. Manual práctico de P.N.L. Programación neurolingüística. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (5ª ed.) 7. El cuerpo vivenciado y analizado. CARLOS ALEMANY Y VÍCTOR GARCÍA (eds.) 8. Manual de Terapia Infantil Gestáltica. LORETTA ZAIRA CORNEJO PAROLINI. (5ª ed.) 9. Viajes hacia uno mismo. Diario de un psicoterapeuta en la postmodernidad. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.) 10. Cuerpo y Psicoanálisis. Por un psicoanálisis más activo. JEAN SARKISSOFF. (2ª ed.) 11. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. LUIS LÓPEZ-YARTO ELIZALDE. (7ª ed.) 12. El eneagrama de nuestras relaciones. MARIA-ANNE GALLEN - HANS NEIDHARDT. (5ª ed.) 13. ¿Por qué me culpabilizo tanto? Un análisis psicológico de los sentimientos de culpa. LUIS ZABALEGUI. (3ª ed.) 14. La relación de ayuda: De Rogers a Carkhuff. BRUNO GIORDANI. (3ª ed.) 15. La fantasía como terapia de la personalidad. F. JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.) 16. La homosexualidad: un debate abierto. JAVIER GAFO (ed.). (4ª ed.) 17. Diario de un asombro. ANTONIO GARCÍA RUBIO. (3ª ed.) 18. Descubre tu perfil de personalidad en el eneagrama. DON RICHARD RISO. (6ª ed.) 19. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. THOMAS HART. 20. Treinta palabras para la madurez. JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (12ª ed.) 21. Terapia Zen. DAVID BRAZIER. (2ª ed.) 22. Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental. GERALD MAY. 23. Aprender de Oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado. JUAN MASIÁ CLAVEL. 24. Pensamientos del caminante. M. SCOTT PECK. 25. Cuando el problema es la solución. Aproximación al enfoque estratégico. R. J. ÁLVAREZ. (2ª ed.) 26. Cómo llegar a ser un adulto. Manual sobre la integración psicológica y espiritual. DAVID RICHO. (3ª ed.) 27. El acompañante desconocido. De cómo lo masculino y lo femenino que hay en cada uno de nosotros afecta a nuestras relaciones. JOHN A. SANFORD. 28. Vivir la propia muerte. STANLEY KELEMAN. 29. El ciclo de la vida: Una visión sistémica de la familia. ASCENSIÓN BELART - MARÍA FERRER. (3ª ed.) 30. Yo, limitado. Pistas para descubrir y comprender nuestras minusvalías. MIGUEL ÁNGEL CONESA FERRER. 31. Lograr buenas notas con apenas ansiedad. Guía básica para sobrevivir a los exámenes. KEVIN FLANAGAN. 32. Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cómo volverse verdaderamente rico. VERENA KAST. 33. Cuando el amor se encuentra con el miedo. DAVID RICHO. (3ª ed.) 34. Anhelos del corazón. Integración psicológica y espiritualidad. WILKIE AU - NOREEN CANNON. (2ª ed.) 35. Vivir y morir conscientemente. IOSU CABODEVILLA. (4ª ed.) 36. Para comprender la adicción al juego. MARÍA PRIETO URSÚA. 37. Psicoterapia psicodramática individual. TEODORO HERRANZ CASTILLO. 38. El comer emocional. EDWARD ABRAMSON . (2ª ed.) 39. Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones interpersonales. JOHN AMODEO - KRIS WENTWORTH. (2ª ed.) 40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA. 41. Valórate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO LARA. 42. Pensándolo bien… Guía práctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. ÁLVAREZ. 43. Límites, fronteras y relaciones. Cómo conocerse, protegerse y disfrutar de uno mismo. CHARLES L.

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WHITFIELD. 44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. JOSÉ CARLOS BERMEJO. 45. Para que la vida te sorprenda. MATILDE DE TORRES. (2ª ed.) 46. El Buda que siente y padece. Psicología budista sobre el carácter, la adversidad y la pasión. DAVID BRAZIER. 47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. JORGE BARRACA. 48. Palabras para una vida con sentido. Mª. ÁNGELES NOBLEJAS. (2ª ed.) 49. Cómo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE. 50. Cómo no hacer el tonto por la vida. Puesta a punto práctica del altruismo. LUIS CENCILLO. (2ª ed.) 51. Emociones: Una guía interna. Cuáles sigo y cuáles no. LESLIE S. GREENBERG. (3ª ed.) 52. Éxito y fracaso. Cómo vivirlos con acierto. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ. 53. Desarrollo de la armonía interior. La construcción de una personalidad positiva. JUAN ANTONIO BERNAD. 54. Introducción al Role-Playing pedagógico. PABLO POBLACIÓN KNAPPE Y ELISA LÓPEZ BARBERÁ. (2ª ed.) 55. Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. LORETTA CORNEJO. (3ª ed.) 56. El guión de vida. JOSÉ LUIS MARTORELL. (2ª ed.) 57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA. 58. El niño que seguía la barca. Intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares. GIULIANA PRATA, MARIA VIGNATO Y SUSANA BULLRICH. 59. Amor y traición. JOHN AMODEO . 60. El amor. Una visión somática. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.) 61. A la búsqueda de nuestro genio interior: Cómo cultivarlo y a dónde nos guía. KEVIN FLANAGAN. (2ª ed.) 62. A corazón abierto. Confesiones de un psicoterapeuta. F. JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. 63. En vísperas de morir. Psicología, espiritualidad y crecimiento personal. IOSU CABODEVILLA. 64. ¿Por qué no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y ESTELA ORTEGA. (7ª ed.) 65. El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo. JOSÉ-VICENTE BONET, S.J. (3ª ed.) 66. Caminos sapienciales de Oriente. JUAN MASIÁ. 67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO. (9ª ed.) 68. El matrimonio como desafío. Destrezas para vivirlo en plenitud. KATHLEEN R. FISCHER Y THOMAS N. HART. 69. La posada de los peregrinos. Una aproximación al Arte de Vivir. ESPERANZA BORÚS. 70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Práctica de la sincronicidad mediante los cuentos. JEAN-PASCAL DEBAILLEUL Y CATHERINE FOURGEAU. 71. Psicoanálisis para educar mejor. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. 72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberación. PEDRO MIGUEL LAMET. 73. En busca de la sonrisa perdida. La psicoterapia y la revelación del ser. JEAN SARKISSOFF. 74. La pareja y la comunicación. La importancia del diálogo para la plenitud y la longevidad de la pareja. Casos y reflexiones. PATRICE CUDICIO Y CATHERINE CUDICIO. 75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO CARRERO. (2ª ed.) 76. Me comunico… Luego existo. Una historia de encuentros y desencuentros. JESÚS DE LA GÁNDARA MARTÍN. 77. La nueva sofrología. Guía práctica para todos. CLAUDE IMBERT. 78. Cuando el silencio habla. MATILDE DE TORRES VILLAGRÁ. (2ª ed.) 79. Atajos de sabiduría. CARLOS DÍAZ. 80. ¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza? Ensayo de una ética desde la psicología. RAMÓN ROSAL CORTÉS. 81. Más allá del individualismo. RAFAEL REDONDO. 82. La terapia centrada en la persona hoy. Nuevos avances en la teoría y en la práctica. DAVE MEARNS Y BRIAN THORNE. 83. La técnica de los movimientos oculares. La promesa potencial de un nuevo avance psicoterapéutico. FRED FRIEDBERG. Introducción a la edición española por RAMIRO J. ÁLVAREZ 84. No seas tu peor enemigo… ¡…Cuando puedes ser tu mejor amigo! ANN-M. MCMAHON. 85. La memoria corporal. Bases teóricas de la diafreoterapia. LUZ CASASNOVAS SUSANNA. (2ª ed.) 86. Atrapando la felicidad con redes pequeñas. IGNACIO BERCIANO PÉREZ. Con la colaboración de ITZIAR

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BARRENENGOA. (2ª ed.) 87. C.G. Jung. Vida, obra y psicoterapia. M. PILAR QUIROGA MÉNDEZ. 88. Crecer en grupo. Una aproximación desde el enfoque centrado en la persona. TOMEU BARCELÓ. (2ª ed.) 89. Automanejo emocional. Pautas para la intervención cognitiva con grupos. ALEJANDRO BELLO GÓMEZ, ANTONIO CREGO DÍAZ. 90. La magia de la metáfora. 77 relatos breves para educadores, formadores y pensadores. NICK OWEN. 91. Cómo volverse enfermo mental. JOSÉ LUÍS PIO ABREU . 92. Psicoterapia y espiritualidad. La integración de la dimensión espiritual en la práctica terapéutica. AGNETA SCHREURS. 93. Fluir en la adversidad. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ. 94. La psicología del soltero: Entre el mito y la realidad. JUAN ANTONIO BERNAD. 95. Un corazón auténtico. Un camino de ocho tramos hacia un amor en la madurez. JOHN AMODEO (2ª ed.). 96. Luz, más luz. Lecciones de filosofía vital de un psiquiatra. BENITO PERAL. (2ª ed.) 97. Tratado de la insoportabilidad, la envidia y otras “virtudes” humanas. LUIS RAIMUNDO GUERRA. (2ª ed.) 98. Crecimiento personal: Aportaciones de Oriente y Occidente. MÓNICA RODRÍGUEZ-ZAFRA (Ed.). 99. El futuro se decide antes de nacer. La terapia de la vida intrauterina. CLAUDE IMBERT. (2ª ed.) 100. Cuando lo perfecto no es suficiente. Estrategias para hacer frente al perfeccionismo. MARTIN M. ANTONY - RICHARD P. SWINSON. (2ª ed.) 101. Los personajes en tu interior. Amigándote con tus emociones más profundas. JOY CLOUG. 102. La conquista del propio respeto. Manual de responsabilidad personal. THOM RUTLEDGE. 103. El pico del Quetzal. Sencillas conversaciones para restablecer la esperanza en el futuro. MARGARET J. WHEATLEY. 104. Dominar las crisis de ansiedad. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, JULIO C. MARTÍN. (10ª ed.) 105. El tiempo regalado. La madurez como desafío. IRENE ESTRADA ENA. 106. Enseñar a convivir no es tan difícil. Para quienes no saben qué hacer con sus hijos, o con sus alumnos. MANUEL SEGURA MORALES. (14ª ed.) 107. Encrucijada emocional. Miedo (ansiedad), tristeza (depresión), rabia (violencia), alegría (euforia). KARMELO BIZKARRA. (4ª ed.) 108. Vencer la depresión. Técnicas psicológicas que te ayudarán. MARISA BOSQUED. 109. Cuando me encuentro con el capitán Garfio… (no) me engancho. La práctica en psicoterapia gestalt. ÁNGELES MARTÍN Y CARMEN VÁZQUEZ. 110. La mente o la vida. Una aproximación a la Terapia de Aceptación y Compromiso. JORGE BARRACA MAIRAL. (2ª ed.) 111. ¡Deja de controlarme! Qué hacer cuando la persona a la que queremos ejerce un dominio excesivo sobre nosotros. RICHARD J. STENACK. 112. Responde a tu llamada. Una guía para la realización de nuestro objetivo vital más profundo. JOHN P. SCHUSTER. 113. Terapia meditativa. Un proceso de curación desde nuestro interior. MICHAEL L. EMMONS, PH.D. Y JANET EMMONS, M.S. 114. El espíritu de organizarse. Destrezas para encontrar el significado a sus tareas. P. KRISTAN. 115. Adelgazar: el esfuerzo posible. Un sistema gradual para superar la obesidad. A. CÓZAR. 116. Crecer en la crisis. Cómo recuperar el equilibrio perdido. ALEJANDRO ROCAMORA. (3ª ed.) 117. Rabia sana. Cómo ayudar a niños y adolescentes a manejar su rabia. BERNARD GOLDEN. (2ª ed.) 118. Manipuladores cotidianos. Manual de supervivencia. JUAN CARLOS VICENTE CASADO. 119. Manejar y superar el estrés. Cómo alcanzar una vida más equilibrada. ANN WILLIAMSON. 120. La integración de la terapia experiencial y la terapia breve. Un manual para terapeutas y consejeros. BALA JAISON. 121. Este no es un libro de autoayuda. Tratado de la suerte, el amor y la felicidad. LUIS RAIMUNDO GUERRA. 122. Psiquiatría para el no iniciado. RAFA EUBA. (2ª ed.) 123. El poder curativo del ayuno. Recuperando un camino olvidado hacia la salud. KARMELO BIZKARRA. (3ª ed.) 124. Vivir lo que somos. Cuatro actitudes y un camino. ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO. (4ª ed.) 125. La espiritualidad en el final de la vida. Una inmersión en las fronteras de la ciencia. IOSU

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CABODEVILLA ERASO. (2ª ed.) 126. Regreso a la conciencia. AMADO RAMÍREZ. 127. Las constelaciones familiares. En resonancia con la vida. PETER BOURQUIN. (10ª ed.) 128. El libro del éxito para vagos. Descubra lo que realmente quiere y cómo conseguirlo sin estrés. THOMAS HOHENSEE. 129. Yo no valgo menos. Sugerencias cognitivo- humanistas para afrontar la culpa y la vergüenza. OLGA CASTANYER. (3ª ed.) 130. Manual de Terapia Gestáltica aplicada a los adolescentes. LORETTA CORNEJO. (4ª ed.) 131. ¿Para qué sirve el cerebro? Manual para principiantes. Javier Tirapu. (2ª ed.) 132. Esos seres inquietos. Claves para combatir la ansiedad y las obsesiones. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ. 133. Dominar las obsesiones. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, JULIO C. MARTÍN, JUAN GARCÍA Y ROSA VIÑAS. (3ª ed.) 134. Cuidados musicales para cuidadores. Musicoterapia Autorrealizadora para el estrés asistencial. CONXA TRALLERO FLIX Y JORDI OLLER VALLEJO 135. Entre personas. Una mirada cuántica a nuestras relaciones humanas. TOMEU BARCELÓ 136. Superar las heridas. Alternativas sanas a lo que los demás nos hacen o dejan de hacer. WINDY DRYDEN 137. Manual de formación en trance profundo. Habilidades de hipnotización. IGOR LEDOCHOWSKI 138. Todo lo que aprendí de la paranoia. CAMILLE 139. Migraña. Una pesadilla cerebral. ARTURO GOICOECHEA 140. Aprendiendo a morir. IGNACIO BERCIANO PÉREZ 141. La estrategia del oso polar. Cómo llevar adelante tu vida pese a las adversidades. HUBERT MORITZ 142. Mi salud mental: Un camino práctico. EMILIO GARRIDO LANDÍVAR 143. Camino de liberación en los cuentos. En compañía de los animales. ANA MARÍA SCHLÜTER RODÉS 144. ¡Estoy furioso! Aproveche la energía positiva de su ira. ANITA TIMPE 145. Herramientas de Coaching personal. FRANCISCO YUSTE (2ª ed.) 146. Este libro es cosa de hombres. Una guía psicológica para el hombre de hoy. RAFA EUBA 147. Afronta tu depresión con psicoterapia interpersonal. Guía de autoayuda. JUAN GARCÍA SÁNCHEZ Y PEPA PALAZÓN RODRÍGUEZ 148. El consejero pastoral. Manual de “relación de ayuda” para sacerdotes y agentes de pastoral. ENRIQUE MONTALT ALCAYDE 149. Tristeza, miedo, cólera. Actuar sobre nuestras emociones. DRA. STÉPHANIE HAHUSSEAU 150. Vida emocionalmente inteligente. Estrategias para incrementar el coeficiente emocional. GEETU BHARWANEY 151. Cicatrices del corazón. Tras una pérdida significativa. ROSA Mª MARTÍNEZ GONZÁLEZ 152. Ojos que sí ven. “Soy bipolar” (Diez entrevistas). ANA GONZÁLEZ ISASI - ANÍBAL C. MALVAR 153. Reconcíliate con tu infancia. Cómo curar antiguas heridas. ULRIKE DAHM 154. Los trastornos de la alimentación. Guía práctica para cuidar de un ser querido. JANET TREASURE GRÁINNE SMITH - ANNA CRANE 155. Bullying entre adultos. Agresores y víctimas. PETER RANDALL 156. Cómo ganarse a las personas. El arte de hacer contactos. BERND GÖRNER 157. Vencer a los enemigos del sueño. Guía práctica para conseguir dormir como siempre habíamos soñado. CHARLES MORIN 158. Ganar perdiendo. Los procesos de duelo y las experiencias de pérdida: Muerte - Divorcio Migración. MIGDYRAI MARTÍN REYES 159. El arte de la terapia. Reflexiones sobre la sanación para terapeutas principiantes y veteranos. PETER BOURQUIN 160. El viaje al ahora. Una guía sencilla para llevar la atención plena a nuestro día a día. JORGE BARRACA MAIRAL 161. Cómo envejecer con dignidad y aprovechamiento. IGNACIO BERCIANO 162. Cuando un ser querido es bipolar. Ayuda y apoyo para usted y su pareja. CYNTHIA G. LAST 163. Todo lo que sucede importa. Cómo orientar en el laberinto de los sentimientos. FERNANDO ALBERCA DE CASTRO (2ª ed.) 164. De cuentos y aliados. El cuento terapéutico. MARIANA FIKSLER 165. Soluciones para una vida sexual sana. Maneras sencillas de abordar y resolver los problemas

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sexuales cotidianos. DRA. JANET HALL 166. Encontrar las mejores soluciones mediante Focusing. A la escucha de lo sentido en el cuerpo. BERNADETTE LAMBOY 167. Estrésese menos y viva más. Cómo la terapia de aceptación y compromiso puede ayudarle a vivir una vida productiva y equilibrada. RICHARD BLONNA 168. Cómo superar el tabaco, el alcohol y las drogas. MIGUEL DEL NOGAL TOMÉ 169. La comunicación humana: una ventana abierta. CARLOS ALEMANY BRIZ 170. Comida para las emociones. Neuroalimentación para que el cerebro se sienta bien. SANDI KRSTINIC 171. Aprender de la ansiedad. La sabiduria de las emociones. PEDRO MORENO 172. Cuidar al enfermo. Migajas de psicología. PEDRO MORENO 173. Yo te manejo, tú me manejas. El poder de las relaciones cotidianas. PABLO POBLACIÓN KNAPPE 174. Crisis, crecimiento y despertar. Claves y recursos para crecer en consciencia. ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO 175. Cuaderno de trabajo para el tratamiento corpomental del trastrono del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Programa para curar en 10 semanas las secuelas del trauma. STANLEY BLOCK Y CAROLYN BRYANT BLOCK 176. El joven homosexual. Cómo comprenderle y ayudarle. JOSÉ IGNACIO BAILE AYENSA 177. Sal de tu mente, entra en tu vida. La nueva Terapia de Aceptación y Compromiso. STEVEN HAYES 178. Palabras caballo. Fuerza vital para el día a día. DR. JUAN-MIGUEL FERNÁNDEZ-BALBOA BALAGUER 179. Fibromialgia, el reto se supera. Evidencias, experiencias y medios para el afrontamiento. BRUNO MOIOLI 180. Diseña tu vida. Atrévete a cambiar. DIANA SÁNCHEZ GONZÁLEZ Y MAR MEJÍAS GÓMEZ 181. Aprender psicología desde el cine. JOSÉ ANTONIO MOLINA Y MIGUEL DEL NOGAL 182. Un día de terapia. RAFAEL ROMERO RICO 183. No lo dejes para mañana. Guía para superar la postergación. PAMELA S. WIEGARTZ, PH.D. Y LEVIN L. Y GYOERKOE, PSY.D 184. Yo decido. La tecnología con alma. JOSÉ LUIS BIMBELA PEDROLA 185. Aplicaciones de la asertividad. OLGA CASTANYER 186. Manual práctico para el tratamiento de la timidez y la ansiedad social. Técnicas demostradas para la superación gradual del miedo. M.M. ANTONY, PH .D Y R.P. SWINSON, MD. 187. A las alfombras felices no les gusta volar. Un libro de (auto) ayuda… a los demás. JAVIER VIDALQUADRAS. 188. Gastronomía para aprender a ser feliz. PsiCocina socioafectiva. A. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ 189. Guía clínica de comunicación en oncología. Estrategias para mantener una buena relación durante la trayectoria de la enfermedad. JUAN JOSÉ VALVERDE, MAMEN GÓMEZ COLLDEFORS Y AGUSTÍN NAVARRETE MONTOYA 190. Ponga un psiquiatra en su vida. Manual para mejorar la salud mental en tiempos de crisis. JOSÉ CARLOS FUERTES ROCAÑÍN 191. La magia de la PNL al descubierto. BYRON LEWIS 192. Tunea tus emociones. JOSÉ MANUEL MONTERO 193. La fuerza que tú llevas dentro. Diálogos clínicos. ANTONIO S. GÓMEZ 194. El origen de la infelicidad. REYES ADORNA CASTRO 195. El sentido de la vida es una vida con sentido. La resiliencia. ROCÍO RIVERO 196. Focusing desde el corazón y hacia el corazón. Una guía para la transformación personal. EDGARDO RIVEROS AEDOS 197. Programa Somne. Terapia psicológica integral para el insomnio: guía para el terapeuta y el paciente.. ANA MARÍA GONZÁLEZ PINTO • CARLOS JAVIER EGEA • SARA BARBEITO (COORDS.) 198. Poesía terapéutica. 194 ejercicios para hacer un poema cada día.. REYES ADORNA CASTRO Y JAIME COVARSÍ CARBONERO 199. Abre tu consciencia. JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ SUÁREZ Y DAVID GONZÁLEZ PUJANA (2ª ed.) 200. Ya no tengo el alma en pena. ROSSE MACPHPHERSON 201. Ahora que he decidido luchar con esperanza. Guía para vencer el apetito.. JOSÉ LUIS LÓPEZ MORALES, ENRIQUE JAVIER GARCÉS DE LOS FAYOS RUIZ 202. El juego de la vida Mediterránea. MAURO GARCÍA TORO 203. 16 Ideas para vivir de manera plena. Experiencias y reflexiones de un médico de familia. DANIEL FRANCISCO SERRANO COLLANTES

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204. Transformación emocional. Un viaje a través de la escritura terapéutica. N. MENDIVE 205. Acompañar en el duelo. De la ausencia de significado al significado de la ausencia. MANUEL NEVADO, JOSÉ GONZÁLEZ (2ª ed.) 206. Quiero aprender… a conocerme. OLGA CAÑIZARES, DOMINGO DELGADO 207. Quiero aprender cómo funciona mi cerebro emocional. IVÁN BALLESTEROS 208. Remonta tu vuelo. Más allá de la fibromialgia hacia una nueva vida. FÁTIMA GALLASTEGUI 209. Vivir con el trastorno límite de la personalidad. Una guía clínica para pacientes. ÁLVARO FRÍAS IBÁÑEZ 210. Quiero aprender a quererme con asertividad.. OLGA CASTANYER 211. Póker a la dieta. El juego para alcanzar tu peso ideal y mantenerlo de una forma natural y sencilla. FEDERIKA TROMBETTA 211. Póker a la dieta. El juego para alcanzar tu peso ideal y mantenerlo de una forma natural y sencilla. FEDERICA TROMBETTA 212. Recupera tu autonomía y bienestar personal. JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ SUÁREZ 213. ¿A qué he venido yo aquí? Guía para comprender y mejorar la memoria. Laura Vera Patier 214. Quiero aprender… a ser más eficiente en el trabajo. YOLANDA CAÑIZARES GIL

SERIE MAIOR 1. Anatomía Emocional. La estructura de la experiencia somática. LUCIANO SANDRIN. (9ª ed.) 2. La experiencia somática. Formación de un yo personal. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.) 3. Psicoanálisis y análisis corporal de la relación. ANDRÉ LAPIERRE. 4. Psicodrama. Teoría y práctica. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ. (3ª ed.) 5. 14 Aprendizajes vitales. CARLOS ALEMANY (ED.). (13ª ed.) 6. Psique y Soma. Terapia bioenergética. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ. 7. Crecer bebiendo del propio pozo. Taller de crecimiento personal. CARLOS RAFAEL CABARRÚS, S.J. (12ª ed.) 8. Las voces del cuerpo. Respiración, sonido y movimiento en el proceso terapéutico. CAROLYN J. BRADDOCK. 9. Para ser uno mismo. De la opacidad a la transparencia. JUAN MASIÁ CLAVEL 10. Vivencias desde el Enneagrama. MAITE MELENDO. (3ª ed.) 11. Codependencia. La dependencia controladora. La dependencia sumisa. DOROTHY MAY. 12. Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes. Guía psico-histórico-espiritual. CARLOS RAFAEL CABARRÚS. (5ª ed.) 13. Del ¡viva los novios! al ¡ya no te aguanto! Para el comienzo de una relación en pareja y una convivencia más inteligente. EUSEBIO LÓPEZ. (2ª ED.) 14. La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal. JOSÉ MARÍA TORO. 15. Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. CARLOS DOMÍNGUEZ MORANO. (2ª ed.) 16. Psicoterapia integradora humanista. Manual para el tratamiento de 33 problemas psicosensoriales, cognitivos y emocionales. ANA GIMENO-BAYÓN Y RAMÓN ROSAL. 17. Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. EUGENE T. GENDLIN. (2ª ed.) 18. Cómo afrontar los desafíos de la vida. CHRIS L. KLEINKE. 19. El valor terapéutico del humor. ÁNGEL RZ. IDÍGORAS (Ed.). (3ª ed.) 20. Aumenta tu creatividad mental en ocho días. RON DALRYMPLE, PH.D., F.R.C. 21. El hombre, la razón y el instinto. JOSÉ Mª PORTA TOVAR. 22. Guía práctica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pistas para su liberación. BRUCE M. HYMAN Y CHERRY PEDRICK. 23. La comunidad terapéutica y las adicciones. Teoría, modelo y método. GEORGE DE LEON. 24. El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas. WALEED A. SALAMEH Y WILLIAM F. FRY. 25. El manejo de la agresividad. Manual de tratamiento completo para profesionales. HOWARD KASSINOVE Y RAYMOND CHIP TAFRATE. 26. Agujeros negros de la mente. Claves de salud psíquica. JOSÉ L. TRECHERA. 27. Cuerpo, cultura y educación. JORDI PLANELLA RIBERA. 28. Reír y aprender. 95 técnicas para emplear el humor en la formación. DONI TAMBLYN. 29. Manual práctico de psicoterapia gestalt. ÁNGELES MARTÍN. (8ª ed.)

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30. Más magia de la metáfora. Relatos de sabiduría para aquellas personas que tengan a su cargo la tarea de Liderar, Influenciar y Motivar. NICK OWEN 31. Pensar bien - Sentirse bien. Manual práctico de terapia cognitivo-conductual para niños y adolescentes. PAUL STALLARD. 32. Ansiedad y sobreactivación. Guía práctica de entrenamiento en control respiratorio. PABLO RODRÍGUEZ CORREA. 33. Amor y violencia. La dimensión afectiva del maltrato. PEPA HORNO GOICOECHEA. (2ª ed.) 34. El pretendido Síndrome de Alienación Parental. Un instrumento que perpetúa el maltrato y la violencia. SONIA VACCARO - CONSUELO BAREA PAYUETA. 35. La víctima no es culpable. Las estrategias de la violencia. OLGA CASTANYER (Coord.); PEPA HORNO, ANTONIO ESCUDERO E INÉS MONJAS. 36. El tratamiento de los problemas de drogas. Una guía para el terapeuta. MIGUEL DEL NOGAL. (2ª ed.) 37. Los sueños en psicoterapia gestalt. Teoría y práctica. ÁNGELES MARTÍN. 38. Medicina y terapia de la risa. Manual. RAMÓN MORA RIPOLL. 39. La dependencia del alcohol. Un camino de crecimiento. THOMAS WALLENHORST. 40. El arte de saber alimentarte. Desde la ciencia de la nutrición al arte de la alimentación. KARMELO BIZKARRA. 41. Vivir con plena atención. De la aceptación a la presencia. VICENTE SIMÓN. (2ª ed.) 42. Empatía terapéutica. La compasión del sanador herido. JOSÉ CARLOS BERMEJO. 43. Más allá de la Empatía. Una Terapia de Contacto-en-la-Relación. RICHARD G. ERSKINE - JANET P. MOURSUND - REBECCA L. TRAUTMANN. 44. El oficio que habitamos. Testimonios y reflexiones de terapeutas gestálticas. ÁNGELES MARTÍN (ED.) 45. El amor vanidoso. Cómo fracasan las relaciones narcisistas. BÄRBEL WARDETZKI 46. Diccionario de técnicas mentales. Las mejores técnicas de la A a la Z. CLAUDIA BENDER - MICHAEL DRAKSAL 47. Humanizar la asistencia sanitaria. Aproximación al concepto. JOSÉ CARLOS BERMEJO 48. Herramientas de coaching ejecutivo. FRANCISCO YUSTE 49. La vocación y formación del psicólogo clínico. AQUILINO POLAINO-LORENTE Y GEMA PÉREZ ROJO (COORDS.) 50. Detrás de la pared. Una mirada multidisciplinar acerca de los niños, niñas y adolescentes expuestos a la violencia de género. SOFÍA CZALBOWSKI (COORD.) 51. Hazte experto en inteligencia emocional. OLGA CAÑIZARES Y CARMEN GARCÍA DE LEANIZ (COORDINADORAS) 52. Counseling y cuidados paliativos. Esperanza Santos y José Carlos Bermejo (2ª ed.). ESPERANZA SANTOS Y JOSÉ CARLOS BERMEJO 53. Eneagrama para terapeutas. CARMELA RUIZ DE LA ROSA 54. Habilidades esenciales del counseling. Guía práctica y de aplicación. S. MAGNUSON Y K. NOREM 55. Río, luego existo. Guía completa para curiosos, talleristas y dinamizadores de grupo. Risoterapia integrativa. M. ROSA PARÉS Y JOSÉ MANUEL TORRES 56. Fuerzas que sanan. Constelaciones sistémicas sobre enfermedad y salud. P. BOURQUIN (ED.) 57. Herramientas de coaching: una aplicación práctica. PACO YUSTE PAUSA 58. Ilusión positiva. Una herramienta casi mágica para construir tu vida.. LECINA FERNÁNDEZ 59. Cuando nada tiene sentido. Reflexiones sobre el suicidio desde la logoterapia. A. ROCAMORA 60. Apego y psicopatología: la ansiedad y su origen. Conceptualización y tratamiento de las patologías relacionadas con la ansiedad desde una perspectiva integradora.. MANUEL HERNÁNDEZ PACHECO 61. Trauma y presencia. PETER BOURQUIN (ED.) 62. Personas altamente sensibles. Claves psicológicas y espirituales. RAFAEL PARDO (2ª ED.)

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Índice Portada interior Créditos Introducción 1. Qué es una persona altamente sensible En pocas palabras Primer rasgo: procesar profundamente la información Segundo rasgo: fácil sobrestimulación Tercer rasgo: emocional y empático Cuarto rasgo: sensibilidad para matices y sutilezas Características de los PAS contadas por ellos mismos ¿Cómo saber si soy PAS? De qué no estamos hablando Audrey Hepburn, una ilustre PAS

2. Fundamentos científicos

2 3 5 8 9 11 13 14 15 16 18 20 22

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Un circuito neurosensorial diferente Una cuestión compleja: hacia un nuevo constructo de personalidad Diferencias entre Aron y Kagan/Myers Briggs Para concluir: ¿qué aporta el rasgo PAS?

3. Guía de supervivencia social para un PAS No siempre es adecuado ayudar La empatía puede lesionar el bien común Los prejuicios tienen una función positiva Factores de atracción entre personas El pensamiento del grupo cohesivo

4. Soy PAS y no lo entiendo

27 31 34 37

43 44 46 47 49 51

55

¿Por qué duermo mucho? ¿Por qué no ambiciono poder ni dinero? ¿Soy hipocondríaco? ¿Por qué me cuesta decir “no”? ¿Por qué tengo la piel sensible? ¿Cuál es mi rendimiento óptimo?

5. Algunos consejos útiles

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74 112

Consejos para trabajar las sombras de este rasgo Revisar el autoconcepto

6. Claves espirituales

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82

Cualidades de los PAS para la vida interior El evangelio de Jesús como un entorno PAS La oración del PAS

Apéndice I: Test de Aron Apéndice II: Tabla de teorías de la personalidad Bibliografía Bibliografía específica sobre PAS Otra bibliografía

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Otros libros

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Ilusión positiva Ideas santas del eneagrama El poder de la autocompasión Metáforas de la no-dualidad

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Serendipity

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