Origen e Historia

Origen e historia Para comenzar a abordar el tema de las tetraciclinas, se hace preciso que se conozca el origen y la hi

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Origen e historia Para comenzar a abordar el tema de las tetraciclinas, se hace preciso que se conozca el origen y la historia de este medicamento, que, a ciencia cierta, es un conjunto de varios antibióticos. En este sentido, los farmacéuticas e investigadores desde el inicio del siglo pasado se abocaron a buscar nuevas creaciones de medicinas que ayudaran a paliar todas las enfermedades propias de la época. Como es de suponer, en aquel tiempo la medicina no estaba tan avanzada y, por ende, las enfermedades de amplio espectro fueron capaces de causar estragos que afectaron seriamente a muchas sociedades. En base a esto, se hizo indispensable la creación de nuevas formulaciones que permitieran la erradicación de todo tipo de infecciones. Fue entonces a finales de los años 40 del siglo pasado que los científicos pudieron empezar el desarrollo de una serie de antibióticos que recibieron por nombre tetraciclinas, cuyos basamentos fueron múltiples microorganismos (específicamente los Streptomyces). (Ver artículo: piperidolato) Este tipo de organismos son el grupo más numeroso de las actinobacterias, las cuales están ubicadas en los suelos de diversas partes del mundo, de donde, precisamente, los científicos recogieron muestras para desarrollar las formulaciones de este tipo de medicamento. Después de muchos años intentando crear un fármaco que pudiera combatir las afecciones que estaban causando consecuencias graves, fue en 1948 que los científicos crearon la primera formulación de este tipo de antibióticos: la clortetraciclina. En este sentido, el mencionado antibiótico fue desarrollado exactamente en el 1948 por un médico de nombre Benjamin Dugger, quien descubrió todas las propiedades curativas de esta formulación en las instalaciones del Campus Sanborn de la Universidad de Missouri-Columbia. Sus efectos le hacen frente a diversos microorganismos causantes de numerosas infecciones, entre los que destacan meningococo, gonococo, brucellas, treponema pálido, estreptococo, estafilococo, neumococo, germen de la tularemia y ameba disentérica. (Ver artículo: retinol) La mayoría de estos microorganismos son los encargados de crear procesos infecciosos sumamente graves, los cuales son capaces de comprometer severamente el organismo de la persona afectada. A partir de la creación de este antibiótico, las enfermedades causadas por las mencionadas bacterias disminuyeron considerablemente. Asimismo, 2 años después fue creado el segundo fármaco perteneciente a la familia de las tetraciclinas fue la oxitetraciclina. La creación de este medicamento fue más completo, pues su amplio espectro así lo confirma, y también su efectos frente a infecciones de gravedad como la neumonía, la conjuntivitis, artritis, metritis, onfalitis, leptospirosis, actinobacilosis, y la anaplasmosis. Estas afecciones fueron muy comunes, en la década de los 40 del siglo pasado, es por ello que la creación de la oxitetraciclina fue un punto a favor de la medicina en ese momento, y lo sigue siendo en la actualidad, pues este componente está presente en muchos fármacos que se recetan para erradicar las infecciones u también sus consecuencias.

Ahora bien, siguiendo con el orden de la historia de la creación de las tetraciclinas, los investigadores descubrieron los potenciales efectos de este tipo de medicinas en las infecciones

humanas, por lo que no descansaron hasta crear muchas y mejores variables de este tipo de medicamentos.

Es así como en el año 1952 se sigue la línea de formulaciones, siendo la tetraciclina la tercera desarrollada por los investigadores, la cual es una de las más reconocida desde la era de la antibioticoterapia, que se constituyó en esos años con la ayuda de la bioquímica y sus constantes innovaciones.

Viendo los resultados de los antibióticos creados, los médicos siguieron en la búsqueda de nuevos y mejores antibióticos, llegando a la formulación de la demeclociclina en el año 1957 y, poco tiempo después, específicamente en 1961 apareció la metaciclina. (Ver artículo: lamivudina)

Este último antibiótico mencionado es uno de los más potentes y seguros respecto a su aplicación, pues es de amplio espectro, logrando que sus niveles de efectos se mantengan en la sangre por mucho más tiempo del esperado.

Durante años después los científicos siguieron estudiando y desarrollando ingredientes que permitieran una mejor composición de los antibióticos y, por ende, tener mejores resultados en el tratamiento de las infecciones. Fue así como, 5 años después del último fármaco creado, los científicos dieron a conocer la doxiciclina, en el 1966.

tetraciclina

De la misma manera fueron formulando más y mejores fármacos, todos dirigidos a luchar contra los microorganismos que causan padecimientos graves, principalmente aquellos que afectan las mucosas y que son, por la misma razón, los que más comprometen al organismo.

La minociclina fue presentada, entonces, en el año 1972, mientras que la limeciclina apareció en el año 1976. Es importante resaltar, entonces, que las tetraciclinas están constituidas por un grupo químico básico, cuya actividad es principalmente antimicrobiana frente a bacterias que causan infecciones severas, aunque sus propiedades farmacológicas son bastante comunes.

El sábado, 11 de marzo (2017) falleció en St. Petersburg, Florida, Estados Unidos Lloyd H. Conover. Su vida siempre estará asociada a uno de los grandes descubrimientos en el campo de la farmacología de las enfermedades infecciosas: el descubrimiento, no exento de polémica por los derechos de patente, de un trascendente antibiótico, la tetraciclina.

Lloyd H. Conover inició sus investigaciones en el laboratorio Pfizer, en Brooklyn en 1950, una década de ardua competencia en el mundo de la industria farmacéutica tras la introducción de la penicilina a mediados de la segunda mitad de la década de 1940 en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.

En aquellos años se consideraba altamente improbable mejorar las estructuras químicas de los antibióticos aislados de microorganismos. Se daba por hecho que estas moléculas eran el culmen de un refinado proceso evolutivo que había dotado a los microorganismos de las mejores armas químicas para sobrevivir en un entorno hostil plagado de otros microorganismos con los que debía competir por el nicho ecológico.

Lloyd H. Conover obtuvo tetraciclina por hidrogenación catalítica de clortetraciclina. Desde un punto de vista químico tal vez demasiado simplificador los átomos de cloro (en la clorotetraciclina) u oxígeno (en la oxitetraciclina) parecían innecesarios. El átomo de hidrógeno en lugar de los átomos de cloro u oxígeno otorgaba estabilidad química al antibiótico.

El resultado de la hidrogenación catalítica de la clortetraciclina fue tetraciclina, un potente antibiótico

con

menos

efectos

adversos

que

las

moléculas

antibióticas

originales

(clortetraciclina y oxitetraciclina). Este hallazgo contravenía la opinión general que daba por hecho que no podía mejorarse un antibiótico aislado de la naturaleza.

Virtualmente todos los antibióticos actuales son semi-sintéticos, esto es, son resultado de modificaciones químicas de antibióticos aislados de la naturaleza. Estas modificaciones estructurales se traducen en un espectro antimicrobiano más amplio y una mejor tolerancia.

La tetraciclina se mostró efectiva frente a numerosas infecciones graves, desde salmonelosis de origen alimentario, a septicemias potencialmente mortales, celulitis, infecciones de tracto urinario y neumonías.

La tetraciclina comenzó a emplearse tanto en veterinaria como en horticultura, a fin de evitar plagas.

Tras el éxito logrado con la tetraciclina surgieron conflictos de intereses relacionados con los derechos de patente. Tres compañías farmacéuticas (Lederle, Bristol Myers Squibb, y Pfizer) reclamaron los derechos sobre el descubrimiento de la tetraciclina. La patente fue finalmente otorgada al Dr. Conover. Pfizer vendió los derechos de patente de la tetraciclina a otras empresas que deseaban desarrollar derivados semi-sintéticos. Sin embargo, el gobierno federal en base a la legislación antimonopolio (anti-trust) norteamericano impugnó los acuerdos establecidos por Pfizer, arguyendo que trataban de anular la competencia fijando precios de sus derivados.

Durante varias décadas Lloyd H. Conover hubo de afrontar críticas en el mundo científico por reclamar una patente que muchos creían injustificada. Finalmente, en 1982, un tribunal de apelación de Philadelphia dio la razón a Lloyd H. Conover en la demanda de los derechos de propiedad intelectual del descubrimiento de la tetraciclina.

Cuando terminó el largo litigio, la tetraciclina había perdido parte de su aura, habiendo surgido numerosas cepas bacterianas resistentes que redujeron su eficacia antibiótica. La tetraciclina se absorbe por vía oral, pero su biodisponibilidad (cantidad total absorbida) es muy baja en relación a la dosis administrada. De este modo, la presencia de cantidades importantes de antibiótico sin absorber en el tracto gastrointestinal crea una importante presión de selección favorable al surgimiento de cepas resistentes.

La tetraciclina continúa usándose de modo habitual frente al acné y ciertas infecciones transmitidas por garrapatas, tales como la «enfermedad de Lyme», la «Fiebre esporádica de las Montañas Rocosas» y la «Fiebre Q». Al objeto de controlar el desarrollo de cepas resistentes, muchos países han restringido el uso de tetraciclinas en horticultura.

Lloyd Hillyard Conover nació el 13 de junio de 1923 en Orange, New Yersey. Su padre, John, era abogado; y su madre (de soltera Marguerite Anna Cameon) era artista.

Inició su formación académica formal en Amherst College en 1941, interrumpiéndola por la Segunda Guerra Mundial. Durante tres años sirvió en la Marina en un buque anfibio en el Pacífico, alcanzando el grado de lugarteniente.

Tras la guerra continuó sus estudios en Amherst College licenciándose en 1947. Se doctoró en Química en la Universidad de Rochester en el año 1950, integrándose en la empresa farmacéutica Pfizer. Los emolumentos pagados por la industria farmacéutica eran mucho más elevados que los percibidos en el mundo académico. Esta situación atraía a numerosos científicos, pero era objeto de críticas entre los científicos intelectualmente involucrados en proyectos de investigación básica, quienes estimaban poco ético trabajar para la industria privada.

Tras enviudar de su primera esposa (de soltera Virginia Kirk), su segunda esposa (de soltera Marie Solomons) falleció en el año 2003.

El hallazgo del equipo de trabajo de Lloyd Hillyard Conover fue el desarrollo de la tetraciclina. Mientras algunos miembros de su equipo quisieron vivir de los réditos del hallazgo de este trascendental antibiótico, el Dr. Conover siguió trabajando sobre las que solía definir como «estas maravillosas moléculas». Apenas un año después de la preparación de la tetraciclina, Pfizer inició sus ensayos clínicos en humanos.

Sin embargo, las investigaciones de Lloyd Hillyard Conover no se limitaron a los derivados de la tetraciclina. Contribuyó de manera decisiva al descubrimiento del Pirantel(precisamente, embonato de pirantel); y Morantel dos medicamentos antihelmínticos.

Con el tiempo llegó a ser Vicepresidente Senior de Investigación y Desarrollo de Productos Agrícolas de Pfizer. Finalmente se retiró en el año 1984.

Aun cuando Pfizer defendió vigorosamente la patente del Dr. Conover, no mostró un interés excesivo en comercializar sus productos, en comparación con sus competidores.

Pfizer, Inc. (NYSE: PFE) es una empresa farmacéutica estadounidense. Fue fundada en 1849 por los primos Charles Pfizer y Charles Erhart, inmigrantes alemanes, instalados en Brooklyn, Nueva York. Su primer producto fue la santonina, un tratamiento para combatir cierto tipo de parásito de la familia de las lombrices. Gracias al éxito en el mercado farmacéutico de la santonina, permitió que en menos de diez años Pfizer produjera otros productos químicos y preparaciones médicas, destacando: el bórax, el alcanfor y el yodo. En 1880 comienza a fabricar ácido cítrico, que se convierte en su producto más importante. En 1942 Pfizer es el primero en producir penicilina a escala industrial y en 1950 terramicina, es el primer producto que llega al público bajo el nombre de Pfizer. En 1998 Pfizer lanza al mercado Viagra. Actualmente, y después de diversas fusiones llevadas a cabo con Pharmacia and Upjohn y Parke Davis, es el laboratorio líder a nivel mundial en el sector farmacéutico. Dentro de su cartera de productos figura Atorvastatina, el fármaco de mayor facturación dentro del mercado español.