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• Melissa Pardo

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ORACIÓN AL JUSTO JUEZ Vivo fuiste en los cielos y en la tierra gran señor quiero tener un escudo en mi pecho y en mi alma y en la puerta mayor de belén, virgen maría en quien yo tengo toda mi esperanza rendida y a quien debo dar las gracias por la majestuosidad divina verbo en carne fuiste en Roma caminante por la calle de la ostia, esta oración me protegerá a mí y a los que anden con migo y a la casa donde viva yo... a mí la justicia no me verá, ni ella a mi persona persiga por el amor del niño en cruz con sus brazos poderosos detengo yo la justicia, ellos todos se me amansen ¡Señor! ¡señor! Cuando mi alma llegue hecha pedazos al río de Jordán mi sangre sea recogida en las copas del Salvador del mundo y en mi acompañamiento ira dios vestido de túnica blanca llamando a cinco de sus apóstoles, a san Pablo, san juan bautista, san Ignacio de Loyola, y a san Vicente Ferrer, para que los llamas? Para que sean mis intercesores oh niño en cruz que brazos llegan mis enemigos en contra mía, mansos lleguen que bravas vienen las serpientes a picarme, manso cedrón y licor con sólo la fe de esta oración e de curar toda clase de picada de animales ponzoñosos basta que seáis un Dios tan grande y tan poderoso sos voz señor dadme fuerza hará combatir a todo bravo enemigo. Armas blancas no me entren, armas de fuego para mí no revienten y ni leche venenosa tirada de mis enemigos no me calen ni de día en el vivir no de noche en el dormir cuando me pregunten algunos de mis enemigos para hacerme alma de otra vida que respondan las tres divinas personas y san Ignacio de Loyola quien se halla presente, quien está oración conserva y la fe le ponga no morirá ahogado y si al agua callera no habrá fiera alguna que lo despedace tampoco morirá en guerra porque a la una fue llevado el cuerpo al monte calvario a las dos fue alabado y a las tres fue crucificado a las cuatro fue llevado al santo sepulcro y a las cinco fue que se presentó nuestra señora la verónica a las seis fue cuando canto el gallo a las siete se reventó la piedra a las ocho para hacer reventar a los que hallen en gritos y cadenas, señor sean candados o cerrojos o maleficios todos sean reventados por obra y gracia del espíritu santo.

AMEN