obra conversacion en la catedral

2. Hilo argumental central Las múltiples series argumentales de esta novela se organizan en torno a un eje narrativo, qu

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2. Hilo argumental central Las múltiples series argumentales de esta novela se organizan en torno a un eje narrativo, que da precisamente su nombre al libro. Este eje es una larga conversación, repartida durante toda la obra, que sostienen un sambo —Ambrosio— y el hijo de su antiguo patrón — Santiago Zavala, “Zavalita”— tras un encuentro fortuito después de muchos años de separación. La historia de todos los demás personajes se evoca a partir de esta conversación, que transcurre en una especie de bar de los suburbios, llamado “La Catedral”. Trozos dispersos de este diálogo se intercalan abruptamente a lo largo de todo el relato, irrumpiendo sin previo aviso en medio de los múltiples episodios. El diálogo central es un mero pretexto, casi siempre desarticulado y fragmentario, para organizar la desbordante materia narrativa. La diferencia entre el hilo argumental central y los colaterales es puramente explicativa, pues la obra misma concede tanta importancia a la vida y al ambiente de Santiago como a los episodios vividos por otros protagonistas; si bien esa diferencia tiene algún valor temático, pues de Santiago arrancan los hilos argumentales más constantes, que sirven de base a los otros, colaterales. La vida de Santiago no está contada en forma lineal, sino que va apareciendo en fragmentos cronológicamente desordenados, con continuos cambios de tiempo, flashbacks, etc. Santiago Zavala es un muchacho de la clase alta limeña que, tras una aventura revolucionaria frustrada en la universidad, rompe con la política y con su familia, para desempeñar un gris oficio en un diario de Lima, alcanzando en este voluntario exilio un mediocre apaciguamiento de sus conflictos interiores: “A lo mejor esa monotonía con estrecheces era la felicidad, esa discreta falta de convicción y de exaltación y de ambición, a lo mejor era esa suave mediocridad en todo” (vol. II, p. 258). El autor presenta así a Santiago Zavala como un microcosmos revelador de la situación interna del país entero. El signo de la frustración marca su existencia personal, la de su familia y su medio, para abrazar la historia entera de la nación. De la vida de Santiago arrancan directamente los episodios de su familia: su hermano Chispas y su hermana Teté, frívolos exponentes de la juventud aristocrática; su madre Zoila y su padre Fermín Zavala, portadores de los prejuicios sociales y las ambiciones políticas de su clase. Cuando Santiago ingresa en la Universidad de San Marcos — institución laicista, hervidero político de izquierda— contra la voluntad de sus padres que prefieren la Universidad Católica —descrita como un colegio de niños bien—, su vida estudiantil lo introduce de lleno en la actuación clandestina de las células comunistas, cuyas ideas llega a profesar a medias; en ese ambiente aparecen los activistas Jacobo, Aída,

Héctor, Solórzano, Llaque, Washington. Cuando el grupo es detenido por la policía política de Odría y sólo Santiago, gracias a las influencias familiares, sale libre e indemne, el protagonista deja su familia y sus estudios de Derecho para entrar en el diario “La Crónica”, donde aparecen otros personajes típicos, periodistas bohemios y borrachines, escritores frustrados, pobres y juerguistas: Carlitos, Norwin, Becerrita. Después de un accidente, Santiago se enamora de su enfermera, Ana — una muchacha de clase media, bastante gris y convencional— y se inicia en la rutina doméstica que nos describe el primer capítulo. 3. Argumentos colaterales; ensamble Antes de describir los argumentos colaterales, es conveniente explicar el medio expresivo literario que usa Vargas Llosa para ligar entre sí las distintas líneas argumentales, o el diálogo de Ambrosio y Santiago con ellas. El método consiste en intercalar trozos de distintas conversaciones, alejados entre sí por el tiempo, el espacio y los propios personajes, como si se tratara de una sola conversación. Se mezclan así, abruptamente y sin explicaciones, parlamentos que corresponden a episodios cronológicamente distantes, pero relacionados en los recuerdos de Santiago o Ambrosio, o bien a partir de la convergencia de su contenido. Por ejemplo, en I, p. 35, aparece el siguiente diálogo, que reproducimos numerado para el efecto de su explicación: “(...) El flaco se había sacado el primer puesto en los exámenes finales, protestó Popeye, qué más querían sus viejos. 1) —No quiere entrar a la Católica sino a San Marcos —dijo la señora Zoila—. Eso lo tiene hecho una noche a Fermín. 2) —Yo lo haré entrar en razón, Zoila, tú no te metas —dijo don Fermín—. Está en la edad del pato, hay que saberlo llevar. Riñéndolo, se entercará más. 3) —Si en vez de consejos le dieras unos coscachos te haría caso — dijo la señora Zoila—. El que no sabe educarlo eres tú. 4) —Se casó con ese muchacho que iba a la casa —dice Santiago—. Popeye Arévalo. El pecoso Arévalo. 5) —El flaco no se lleva bien con su viejo porque no tienen las mismas ideas —dijo Popeye. 6) —¿Y qué ideas tiene ese mocoso recién salido del cascarón? —se rió el senador.

7) —Estudia, recíbete de abogado y podrás meter tu cuchara en política —dijo don Fermín—. ¿De acuerdo, flaco? 8) —Al flaco le da cólera que su viejo ayudara a Odría a hacerle la revolución a Bustamante —dijo Popeye—. Él está contra los militares”. La primera frase de esta cita corresponde a Popeye, un amigo de Santiago Zavala, que se supone está conversando con su padre, el senador Arévalo. A ese mismo diálogo corresponden los parlamentos 5, 6 y 8. Los parlamentos 2 y 3 corresponden a un diálogo entre el padre y la madre de Santiago a propósito de sus estudios. El parlamento 1 es de la madre, Zoila, hablando con un interlocutor indeterminado. El parlamento 7 corresponde a una conversación entre don Fermín y Santiago su hijo. Y por último, el parlamento clave, que corresponde al diálogo presente de Santiago con Ambrosio—antiguo criado de la casa — en “La Catedral”, es el 4, que organiza a los demás en torno a la conversación central del libro. Todos los demás parlamentos corresponden a otros personajes y a otros tiempos, y su factor común es sólo el tema. Este recurso, empleado para relacionar entre sí episodios o argumentos diversos, es de uso frecuente en el libro, y dificulta no poco su lectura. Las series argumentales que pudiéramos llamar colaterales, o bien paralelas, están centradas en torno a tres personajes: Ambrosio, Amalia y Cayo Bermúdez. Ambrosio es el chofer de Cayo Bermúdez—Director de Gobierno—; luego pasa a ser chofer de don Fermín Zavala, a quien conoce en la casa de Hortensia. Ambrosio convive con Amalia, primero criada de los Zavala y luego de Hortensia. Cayo Bermúdez es la eminencia gris del régimen de Odría, primero como Director de Gobierno, luego como Ministro; su amante es Hortensia, “la Musa”, una ex-cantante amiga íntima de Queta, de mala fama. Subordinados de Cayo Bermúdez son el doctor Alcibíades y Lozano, y en un rango inferior Hilario, Ludovico e Hipólito, compañeros de aventuras de Ambrosio. 4. Resumen por Capítulos[1] Libro Uno I. Santiago casado con Ana, buscando al perro de la casa que ha sido llevado por el Depósito Municipal de Perros, se encuentra allí con Ambrosio, antiguo criado de su familia, y comienza la conversación en el local llamado “La Catedral”. II. Discusión familiar de los Zavala por los estudios de Santiago en la Universidad de San Marcos, a la que acuden estudiantes de nivel social inferior. Aventuras de Santiago y su amigo Popeye Arévalo en la casa de

Amalia, que acaba de ser echada de la casa de los Zavala por culpa de Santiago, que la pretendía. III. La vida pasada de Cayo Bermúdez, hijo del Buitre, un comerciante de Chincha, casado —contra la voluntad del Buitre— con una mujer humilde del lugar. Bermúdez vive sin entusiasmo en la rutina doméstica y el comercio. El General Espina, Ministro de Odría, lo manda buscar a Chincha para convertirlo en Director de Gobierno (ambos fueron condiscípulos en la infancia). Bermúdez acepta con la misma apatía e indiferencia de siempre, se queda en Lima y abandona a su mujer que queda en Chincha. IV. Primeras andanzas universitarias de Santiago. Encuentro con Aída, muchacha de ideas comunistas. Conversión a la causa por un vago idealismo, por admiración a la muchacha y por ignorancia: “y pensó obreros, y pensó comunistas y decidió no soy bustamantista, no soy aprista[2], soy comunista. Pero ¿cuál era la diferencia? No podía preguntárselo[3], creerá que soy idiota, tenía que sonsacárselo” (I, p. 77). Doble vida de Santiago entre su aristocrática familia y sus andanzas comunistas. V. Trabajo de Amalia en una fábrica de don Fermín. Su enamoramiento de Trinidad, un muchacho alocado y cariñoso que da en creerse activista del APRA, y que un día desaparece, asesinado por la policía política. VI. Ingreso de Santiago en los círculos comunistas y en la militancia clandestina, entre los estudiantes de San Marcos. Su imposibilidad de creer en la doctrina marxista; su complejo de desclasado. “No pudiste, Zavalita, piensa. Piensa: eras, eres, serás, morirás un pequeño burgués (...). Ibas a misa, te confesabas y comulgabas los primeros viernes, rezabas y ya entonces mentira, no creo”. “En el colegio, en la casa, en el barrio, en el círculo, en la Fracción, en ‘La Crónica’ —dice Santiago—. Toda la vida haciendo cosas sin creer, toda la vida disimulando” (I, pp. 118-119). Santiago se enamora de Aída, pero la deja, por cobardía, en manos de Jacobo, otro muchacho comunista. VII. Allanamiento de la Universidad de San Marcos por orden de Cayo Bermúdez. Bermúdez, por vía extraoficial, se hace con el fichero político completo del servicio de inteligencia militar. Bermúdez y don Fermín salen a comer juntos a un local en cuyo show actúa Hortensia, “la Musa”. Ambrosio entra al servicio de Bermúdez como chófer. VIII. Primer contacto del grupo comunistoide de Santiago con un dirigente del Partido. Santiago no se atreve a inscribirse formalmente en la institución. El grupo consigue promover en la Universidad una huelga de solidaridad con los tranviarios, de común acuerdo con los apristas.

IX. Campaña senatorial de Emilio Arévalo —padre de Popeye— como abanderado de Odría. Creciente poder e influencia de Bermúdez en el gobierno. Detalles de la muerte de Trinidad en manos de la policía secreta. X. Fracaso de la huelga en San Marcos. Luchas internas de la Fracción. En pleno debate, el grupo es sorprendido por la policía. De todos los detenidos, sólo Santiago sale libre, por intercesión de don Fermín ante Cayo Bermúdez. Don Fermín se siente humillado porque sabe que la detención de Santiago es sólo un aviso para él y sus conspiraciones de más alto nivel. El teléfono está intervenido. Rencor de Santiago contra los comunistas, contra su familia: mala conciencia. Santiago se va de su casa y empieza a trabajar en “La Crónica”. Libro Dos I. Trabajo de Amalia como criada en casa de la Musa (Hortensia), mujer desenfadada y pícara: contrasta con la honorable señora Zoila. Primeros pasos de Santiago en el mundo periodístico. Entretanto, el general Espina ha caído y Bermúdez asume el ministerio. II. Vida frívola y licenciosa de Hortensia. Extorsiones políticas del personal de Bermúdez para llenar las manifestaciones a favor de Odría. III. Inmoralidad de la amistad entre Hortensia y Queta. Manejos de Bermúdez para controlar a las agencias de prensa: extorsiones, sobornos. IV. Ambrosio se hace perdonar por Amalia de una deslealtad anterior, y empieza a cortejarla de nuevo. Bermúdez vigila las reuniones secretas del ex Ministro Espina con don Fermín Zavala; también sigue otras pistas de posible conspiración contra Odría. Hipólito, Ludovico y Ambrosio disuelven a golpes una manifestación femenina contra Odría. V. Santiago acude de vez en cuando donde tío Clodomiro, el único miembro de la familia a quien ve. Bermúdez y don Fermín, se hacen cómplices en la aceptación de un soborno por parte de una empresa norteamericana. Bermúdez, cauteloso, se niega a recibir acciones, y pide siempre dinero efectivo. VI. Bermúdez acapara gran parte del presupuesto del Ministerio de Gobierno para sus servicios de inteligencia, en desmedro de la policía. Gastos exorbitantes: “Lo que cuestan las directivas sindicales adictas, las redes de información en centros de trabajo, Universidades y en la administración (...). Lo que cuestan las manifestaciones (...), aplacar a los descontentos, a los envidiosos y a los ambiciosos que surgen cada día dentro del mismo régimen” (I, p. 312). Extorsiones menores de los

subordinados —Lozano, Hipólito, Ludovico— en los locales nocturnos, donde obtienen información sobre personas importantes y su vida privada. VII. Reunión de Bermúdez con personalidades de Cajamarca para preparar el viaje del presidente a esa región. El Chispas descubre la pensión de mala muerte donde vive Santiago, y le enrostra cariñosamente el haber cortado relaciones con la familia. Noticias de huelga general en Arequipa pidiendo la renuncia de Cayo Bermúdez. Gabinete militar. VIII. Desolación en casa de Hortensia por las noticias políticas. Bermúdez inubicable. Escenas de vida licenciosa en el mismo lugar, pero en tiempos anteriores, según el frecuente recurso de romper la cronología. IX. Bermúdez huye a Brasil sin despedirse de nadie. Libro Tres I. “La Musa”, asesinada. Revuelo policial y periodístico, en el que eventualmente toca participar a Santiago, que se marea de asco. Queta acusa del asesinato al chófer de don Fermín; el móvil, que “la Musa” no siguiera chantajeando a don Fermín. Santiago se entera así de los vicios aberrantes de su padre, y de que todos lo sabían menos él. Santiago se entrevista con su padre, que lo recibe emocionado, quita importancia al asesinato de Hortensia y a su posible implicación en él, cuenta las penurias económicas de la familia desde que Cayo Bermúdez lo hostigó por su participación en el fallido golpe de la Coalición. Santiago se convence de la inocencia de su padre, y acude a comer con su familia por primera vez desde la separación. Nadie entiende su vida mediocre y descolorida, sin las rebeldías de antes. II. Retorno a episodios anteriores: Bermúdez desbarata la conspiración del general Espina y los políticos de derecha, entre ellos don Fermín Zavala, que es castigado sin publicidad, con medidas económicas. Se detallan otros múltiples entretelones de la conspiración fallida, del castigo de los responsables, de la situación política del país, que manifiestan la corrupción del régimen. III. Progresiva decadencia de “la Musa” desde la huida de Bermúdez. Retorno a su vida de cantante, sin éxito. Cambio de casa; vida más modesta. Ambrosio, para librar a Amalia y librarse a sí mismo de posibles complicaciones con la policía por el asesinato de Hortensia, se la lleva a vivir fuera de Lima.

IV. Relato de los sucesos de Arequipa: los enviados de Bermúdez con el fin de boicotear un acto público de la Coalición se ven en franca inferioridad de condiciones, y son golpeados hasta casi morir. Error de Bermúdez, que subestimó las fuerzas de la Coalición, inducido por Lozano, que a su vez engaña a Bermúdez por instigación de Arévalo con presunta complicidad del propio Odría. Todo ha sido planeado por estos últimos para convertir la protesta de Arequipa en ocasión de deshacerse de Bermúdez. El acto de la Coalición se transforma en un levantamiento de toda Arequipa porque la policía entró en el teatro disparando y tirando granadas. Bermúdez se empeña hasta el final en reprimir el levantamiento de Arequipa con la acción del ejército, hasta que se da cuenta de que ha sido traicionado y que el ejército no lo apoya. Ambrosio —hablando en presente con Santiago en “La Catedral”— le confiesa que él mató a “la Musa” pero por cuenta propia, para que no siguiera chantajeando a don Fermín. Libro Cuatro I. Vida bohemia y sucia de los periodistas de “La Crónica”. Enfermedad de don Fermín. Primera temporada de Ambrosio y Amalia en Pucallpa. II. Santiago cuenta en “La Catedral” su matrimonio a Ambrosio. “Ni eso lo decidí realmente yo. Se me impuso solo, como el trabajo, como todas las cosas que me han pasado. Ellas me hicieron a mí, más bien” (II, p. 180). Relato del accidente que lo condujo al hospital donde trabajaba Ana. Amistad inicial de Santiago y Ana. Primeros tratos de Ambrosio, en Pucallpa, con don Hilario, un comerciante que ve la oportunidad de robarle su dinero —veinte mil soles que le regaló don Fermín—. III. Intentos fallidos de don Fermín por conseguir que Santiago vuelva a la casa. Enamoramiento de Santiago; marcha de Ana —con su familia— a Ica. Trabajo de Ambrosio, asociado a don Hilario en Pucallpa, como chófer de bus y comerciante de ataúdes para niños. IV. Por algo de amor y bastante de compasión, Santiago decide casarse con Ana. Los periodistas del diario festejan a Santiago en su despedida de soltero. Matrimonio por la Iglesia, en privado. Los negocios de Ambrosio con don Hilario de mal en peor. V. La familia de Santiago descubre que se ha casado con Ana. Visita de la pareja a la casa de los Zavala: situación muy incómoda al constatar la condición social humilde de ésta, que se retira humillada por la histeria de la señora Zoila. En Pucallpa, Ambrosio constata que ha sido estafado hábilmente por don Hilario.

VI. Primer tiempo del matrimonio de Santiago, rutinas domésticas. Matrimonio de Teté con Popeye Arévalo, al que Santiago no asiste, indignando así a Teté y a Ana a la vez. En Pucallpa, Amalia muere al dar a luz el segundo hijo de Ambrosio. VII. Matrimonio del Chispas, al que Santiago tampoco asiste. Un mes después, muere don Fermín. La Musa escribe a la señora Zoila para informarla de las miserias de Fermín (en vida de éste: se trata de un flashback). Ambrosio huye de Pucallpa llevándose una camioneta de don Hilario, por la que sólo obtiene cuatrocientos soles. VIII. El Chispas visita a Santiago en su casa para hablarle de la parte de la herencia paterna que le toca. Santiago se niega a recibir nada: no quiere ser rico, actitud incomprensible para Ana. Correrías de Ambrosio de vuelta a Lima; consigue trabajo por temporadas en la perrera donde lo encontró Santiago. Final sin desenlace, como unos puntos suspensivos...