Novena Virgen Del Cisne

1 INDICE 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Canto. Introducción. Oración inicial. Reseña histórica. Proclamación del Evangeli

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INDICE 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

Canto. Introducción. Oración inicial. Reseña histórica. Proclamación del Evangelio. Reflexión. Gozos. Oración final. Canto.

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INTRODUCCIÓN. Un tiempo distinto, una romería distinta, aptitud que nos compromete a ser distintos, capaz que como hijos retornemos nuestra mirada a la «Buena Madre» después de una experiencia dolorosa, con hambre, con frío, llenos de temor, por un enemigo invisible y silencioso, que nos ataca; sin saber cómo, cuándo, dónde y a qué hora nos hace daño, y sin saber cómo nos defendemos. Entonces es urgente regresar la mirada a nuestra Madre celestial. ¡Madre de misericordia!, qué vela por sus hijos que están en peligro. Permítenos sentir tu protección maternal, a ésta Madre, que fue Madre de familia en el hogar de Jesús y de José… permite que todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad. Tú, que sufriste la persecución de Herodes, cuando huiste a Egipto por proteger a tu Hijo Jesús y a la familia; Restaura a las familias destruidas, víctimas de esta pandemia, que no lograron superar sus heridas. Madre, que fuiste fortalecida cuando estabas al pie de la cruz y te llenaste de gozo en la Resurrección, levanta y fortalece a los decaídos. Tú, que meditaste las palabras de Tu Hijo en tu corazón, haz qué nosotros seamos dóciles. ¡Tú que fuiste coronada como reina del cielo! Haz que todos los difuntos caídos en este tiempo de pandemia puedan alcanzar la felicidad del reino. Seguros estamos de la promesa que le hiciste a Angelita en tu aparición como mujer humilde en el Chayalama: Me quedare con ustedes para acompañarlos y librarlos de la sequía, de las pestes, de las plagas y de los fenómenos naturales… le dijiste; desde entonces tus hijos vienen a visitarte, sin importar tiempo, distancia, ni clase social, lo que importa es contemplarte, ser escuchados y recibir tu bendición hoy y siempre. Esta novena es un homenaje a todas las personas que han sido capaz de dar la vida por el otro: los médicos, policías, militares, sacerdotes, religiosos, religiosas. Los COES nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales, la Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos; personas que colaboran con la limpieza, tanto en hospitales y calles; y a nuestros agricultores que nos sustentan con los alimentos, los comunicadores, los maestros(as) por adecuarse a un nuevo estilo de formación, enseñanza — aprendizaje y todos los devotos y peregrinos que año a año acuden a este Santuario la Casa de Nuestra Madre.

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DÍA PRIMERO Canto: María mujer pobre. Oración inicial Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación del Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la 4

peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Origen de la advocación de Nuestra Señora de El Cisne. Corría el año de 1594, cuando una prolongada sequía azotaba duramente muchos pueblos de la provincia de Loja en Ecuador. Tanto tiempo sin llover dejó el suelo árido y seco, perdiendo los campesinos todas sus esperanzas de lograr alguna cosecha. La situación se agravó con una plaga de ratones que consumió en breve todo cuanto pudo sobrevivir a los rayos del sol. De toda la comarca, el lugar que más sufrió los rigores de la sequía y de la plaga fue el Cisne; una pequeña aldea indígena junto a la laguna Zurihuiña y a una roca escarpada llamada Potochuro que desde muy antiguo se usaba como santuario religioso. Aquel lugar era muy frecuentado por los llamados brujos quienes mantenían sus supersticiones y no querían aceptar la fe católica. Ante esta tragedia los cisneños debieron tomar la difícil decisión de abandonar sus hogares en busca de tierras mejores que les permitieran sobrevivir. Antes de partir elevaron sus fervorosas plegarias al cielo y pronto encontraron respuesta: el 12 de octubre de 1594 la Virgen María se apareció para confortarles diciéndoles: “Confíen siempre en mí, porque yo les voy a ayudar y proteger para que nunca más vuelvan a tener hambre. Levanten en este lugar 5

una iglesia, conviértanse de veras, que aquí estaré siempre con ustedes”. Alegres los moradores, obedecieron a la voz de la madre del cielo y comenzaron a construir una ermita en el mismo lugar de la misteriosa aparición…, aquel mismo día comenzó a llover.

Asombrados los cisneños comenzaron a venerar a la Madre de Dios que pusieron bajo la advocación de la Virgen de El Cisne. Al comenzar esta novena también nosotros queremos convertir nuestro corazón y poner al Señor en el centro de nuestra vida. PALABRA DE DIOS Lectura del Evangelio de San Lucas. Lc. 1,6-12 “6. Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, pues Isabel no podía tener familia, y los dos eran ya de edad avanzada. Mientras Zacarías y los otros sacerdotes de su grupo estaban oficiando ante el Señor, le tocó a él en suerte, según las costumbres de los sacerdotes, entrar en el Santuario del Señor para ofrecer el incienso. Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios. En esto se le apareció un ángel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso. Zacarías se turbó al verlo y el temor se apoderó de él". Lc. 2, 22-24 "22. Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones". Reflexión. María no vivió en Jerusalén, la capital de Israel, sino en la región de Galilea, despreciada por los de la capital “Jn. 7, 52” en un caserío del que se decía: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn. 1,46). María no fue una mujer rica y de gran prestigio, ni siquiera era la 6

prometida de un hombre adinerado e importante, sino de José, el carpintero (Mt. 1,18). Ella fue una mujer pobre y campesina; da a luz a su hijo en un corral de animales (Lc.2,7-19); cuando presento a su Hijo en el templo como quiera pudo llevar las ofrendas que la ley permitía llevar a los más pobres (Lv. 12,8): un par de tórtolas o dos pichones. La gente de Nazaret despreció a su paisano Jesús porque era Hijo de una mujer de pueblo: “El Hijo de María” (Mc. 616). De tal suerte que el Papa pablo VI no dudó en afirmar: María fue “una mujer fuerte que conoció de cerca la pobreza y el sufrimiento, la huida y el destierro” (Mc.37). María, mujer que sufriste la pobreza material, ayúdanos a ser fieles al actuar de tu Hijo Jesús, “pues él, siendo rico eligió ser pobre por nosotros” (“cf. Cor.2, 8-9”) enseñándonos el itinerario de su vocación de discípulos y misioneros. En el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre (Lc. 6,20; 9,58), y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (cf. Lc. 10,4ss) (Dcto. Aparecida DP 31). GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. 7

A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta.

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A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias.

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A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto: DÍA SEGUNDO Canto: María una mujer oprimida y liberada.

Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las 10

cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dales buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. La Imagen de Nuestra Señora de El Cisne. Tras el milagro de la lluvia, los cisneños encargaron la confección de una pequeña imagen de la Virgen, que por su delicadeza y sencillez se ganó pronto el aprecio y la devoción de los habitantes. Fue encargada en Quito por los nativos del pueblo y tallada por el escultor español Diego de Robles en madera de cedro rojo. Este artista había trabajado ya en la imagen de la Virgen del Quinche. Sin contar el escabel de sus pies, la imagen mide sesenta y seis 11

centímetros y representa a la Virgen María con el niño en su mano derecha. Tiene un rostro ovalado, blanco como el alabastro, con grandes y abrillantados ojos que expresan amabilidad y dulzura. Sus labios son finos y las cejas de negro azabache, bien arqueadas. Los brazos están airosamente entreabiertos. Con la mano derecha empuña un cetro dorado y con la siniestra sostiene cariñosamente al Niño Jesús que clava sus ojos en el rostro de su Madre formando ambos un grupo encantador. A los pies de la imagen descansa una media luna de plata dorada, con sus cuernos torcidos hacia lo alto. Esta misma imagen preside desde hace más de 400 años este humilde pueblo de El Cisne y se ha constituido en la Madre tierna y amorosa para todos los desterrados que le claman misericordia y perdón. Nada es comparable con la popularidad de esta devoción que se extiende por toda la nación. Desde la alcoba del potentado hasta la humilde choza del campesino en todos hogares ecuatorianos puede verse en un lugar destacado la imagen de Nuestra Señora de El Cisne que se venera con ternura y devoción. También nosotros queremos poner a Nuestra Señora la Virgen María en el centro de nuestra vida y tener un amor filial sincero y profundo. PALABRA DE DIOS Evangelio Lucas, 8,1-3 "Jesús iba recorriendo ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres, a las que había curado de espíritus malos o de enfermedades: María, por sobrenombre Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos". Gálatas 3,26-28 "Ustedes están en Cristo Jesús, y todos son hijos de Dios gracias a la fe. Todos se han revestido de Cristo, pues todos fueron 12

entregados a Cristo por el bautismo. Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús." Reflexión. La cultura de Israel en la que vivió María era muy machista. En aquella cultura las mujeres no podían salir de la casa sin estar la cara cubierta por un velo; les estaba prohibido conversar con los varones en las calles y caminos; no tenían derecho a estudiar, ni a tener un cargo público; tampoco a ser testigos en los tribunales. Un maestro se rebajaba si tenía mujeres como alumnas. En el hogar toda la vida, la mujer, vivía sometida al varón: del dominio de su padre, que la podía casar con quien el quisiera, pasaba al dominio de su esposo como que fuera su dueño. El marido tenía su esposa en la casa para el sexo, para criar los hijos, para que haga las tareas de la casa y para que le lave la cara, manos y pies. La ley permitía solo al varón y no a la mujer, presentar el acta de divorcio o de repudio. El marido podía echar a su esposa de la casa por cualquier motivo, como quemar la sopa, salir a la calle con la cara descubierta, o que haya encontrado una mujer más guapa que ella. En caso de peligro de muerte había que salvar primero al marido. En lo religioso: a la mujer en la sinagoga, le estaba prohibido sentarse en los primeros asientos junto con los varones, sino se quedaba atrás separado por unas rejas y se le impedía proclamar las sagradas escrituras. En la casa no le estaba permitido hacer la oración de bendición después de las comidas. Cuando estaba con la regla menstrual, se la consideraba impura; aquel que le tocaba en ese estado quedaba impuro ante Dios. Era tan duro la vida de la mujer en aquel tiempo, que cuando nacía una mujer había más tristeza que alegría y el judío varón diariamente le daba gracias a Dios diciendo “te doy gracias… porque no me hiciste mujer”. No hay duda de que María como mujer sufrió la opresión y el maltrato de esa cultura machista. Sin embargo, ella, en la 13

anunciación sintió que Dios trata de otra manera a la mujer: la trata, no como un instrumento que le impone su voluntad (Ap,3,20), sino como persona, por eso, la saluda y le pide su consentimiento. Y solo, cuando maría, con plena liberta le dijo sí al ángel, “el Hijo de Dios se atrevió a acampar entre nosotros (Jn. 1,14). María nunca se sintió pasiva ante Dios y, si se declaró “Esclava del Señor”, no era como una esclava de la mujer ante el varón, sino como corresponde a cualquier criatura ante el Creador. Además, Jesús, jamás valoro a la mujer solo como hembra que lleva al Hijo en su vientre y lo amamanta, pues, esto lo hace cualquier hembra, sino que la valoro como una mujer-persona, por eso dice que lo mejor de su Madre, escuchó la palabra de Dios y la puso en práctica (Lc. 27-28). También en la actuación de Jesús frente a la mujer, María, sintió que él vino a liberar a la mujer de la opresión machista: “en una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva, para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible: hablo con ellas (Cf. Jn. 4,27) tubo singular misericordia con las pecadoras (Cf. Lc. 7,36-50; Jn. 8-11), las curo (Cf. Me. 5,25-34), las reivindico en su dignidad (Cf. Jn, 8,1-11), las eligió como primeras testigos de la resurrección (Cf. Mt.28,9-10) e incorporó mujeres al grupo de personas que le eran más cercanas. La figura de María discípula por excelencia, entre discípulos, es fundamental la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la Iglesia. María también es ejemplo de mujer del Evangelio, emerge su figura de mujer libre y fuerte, conscientemente orientada al verdadero seguimiento de Cristo. María que sufriste las humillaciones de una cultura machista, haz que tanto varones como mujeres se traten con un mismo respeto y dignidad, para que no haya jamás discriminación y maltrato a la mujer, tanto en la Iglesia como en la sociedad.”

GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia 14

del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, 15

y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres 16

y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos?. No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón.

Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto: DÍA TERCERO Canto: María, una mujer de fe.

Oración inicial Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro 17

culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la 18

Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Primeros cultos a la Santísima Virgen de El Cisne. Después de tan milagrosa intervención en que la Virgen María liberó Loja de la sequía y de las ratas, la devoción a Nuestra Señora de El Cisne se extendió rápidamente por toda la provincia llegando la noticia de sus proezas a lugares lejanos. A finales del año 1595 o en los inicios de 1596 los cisneños ya tenían su imagen presidiendo el santuario que ellos mismo habían construido. Espontáneamente un creciente número de peregrinos comenzó a llegar hasta el lugar de la aparición con el fin de cumplir con sus votos. A este singular movimiento correspondió el celo y la piedad de los prelados, quienes muy pronto fundaron una cofradía y señalaron el 8 de septiembre, día del nacimiento de la Virgen María, como la fiesta principal de la localidad. El clero, la nobleza y el pueblo se inscribieron rápidamente en la cofradía que fue erigida canónicamente bajo el título de Nuestra Señora de El Cisne. El cabildo civil, en representación de todo el pueblo, acudió anualmente al Santuario a celebrar dicha fiesta, con cuyos gastos corría la misma corporación, y acordó reconocer unánimemente a la Virgen Santísima protectora de Loja y su provincia. Nosotros hemos venido aquí para venerar a la Madre de Dios, sabemos que ella nos acompaña en nuestra vida por eso a ella recurrimos para ser siempre fieles a Jesús. PALABRA DE DIOS Evangelio Lucas 1,30-38 "Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás. María entonces dijo al ángel: «¿Cómo 19

puede ser eso, si yo soy virgen? Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible. Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel".

Reflexión. María fue una mujer de gran fe. Ante la propuesta de el ángel no duda, solo se desconcierta, ignora, pregunta, tiene temor y todo lo medita en su corazón. Aunque no todo lo veía claro confía totalmente en Dios porque para el nada hay imposible. Sacarías, si dudo, al oír que Isabel ya anciana iba a concebir: ¿Qué garantías me das de eso? Por eso Dios lo Castigo: te vas a quedar mudo. María, en cambio creyó, de tal suerte que recibió la alabanza de Isabel: dichosa tú que has creído. Juan Pablo II dice: María ha pronunciado este fiat por medio de esta fe. Por medio de la fe se confió a Dios sin reservas y se consagro totalmente a si misma… a la persona y a la obra de su Hijo… cuando Dios revela hay que presentarle la obediencia de la fe, por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios… la fe de María también fue creciendo a lo largo de su vida, como la fe de Jesús. Crece dice Juan Pablo II, cada día en medio de las pruebas, y contrariedades del periodo de la infancia de Jesús y luego durante los años de su vida oculta en Nazaret, donde vivía sujeta a ellos. El ángel le dijo a María que su Hijo seria grande… El Señor Dios le dará el trono de David su Padre. Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su Reino no tendrá fin. María creyó en esas palabras, aunque le parecía que nada de ellas se cumplía cuando su hijo nace en extrema pobreza y tiene que huir a Egipto para salvar al Niño, cuando su Hijo crece sin distinguirse de los demás varones de su pueblo y recibe de Él una respuesta aparentemente suya; y cuando tiene conflictos con sus familiares. La prueba de 20

fuego para la fe de María llegaría en el calvario. Así dice Juan Pablo II. Y, eh aquí que estando junto a la cruz, María es testigo, humanamente hablando de un completo desmentido de estas palabras (La anunciación). Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un condenado. Pero María crece a pesar de la oscuridad de la noche. Subraya el Papa: María, la Madre, está en contacto con la verdad de su Hijo únicamente en la fe y por la fe… su madre vivía en la intimidad con este misterio (el de su filiación divina) solo por la fe. Hallándose alado de su hijo bajo un mismo techo… avanzaba en la peregrinación de la fe. María por consiguiente es modelo de fe. Señala Aparecida que: la máxima realización de la existencia cristiana… nos es dada en la Virgen María, quien, por la fe y obediencia a la voluntad de Dios, así como por su constante meditación de la palabra y de las acciones Jesús, es la discípula más perfecta del Señor…María, con su fe, llega a ser el primer miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo… ella ha vivido por entero toda la peregrinación de la fe… sin que le fuera ahorrada la incomprensión y la búsqueda constante del Padre. Alcanzo así, a estar al pie de la cruz en una comunión profunda, para entrar plenamente en el misterio de la alianza. María mujer de fe, haz que tu ejemplo de fe nos sirva de soporte y apoyo para nuestra propia fe en los momentos duros y obscuros de nuestra lucha por el reino de Dios. GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, 21

de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, 22

tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio sí con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Canto: ORACION FINAL

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¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto:

DÍA CUARTO Canto: María y la palabra de Dios. Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro 24

paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Prerrogativas de la portentosa imagen. En el mes de febrero de 1617, el Visitador Don Diego de Zorrilla mandó al cacique de El Cisne, Martín Calzama, un edicto por el que se ordenaba trasladar definitivamente la imagen a Chuquiribamba. En cumplimiento de dicha ordenanza, los habitantes de El Cisne 25

hubieron de portar la imagen camino de su nuevo emplazamiento montaña arriba. Sin embargo, apenas coronaron la montaña desde donde se contemplan las verdes estribaciones de Chuquiribamba, cuando un huracán furioso se desató contra el poblado. Muy grande fue el estupor que sobrecogió a los naturales de Chuquiribamba, y conociendo por estas demostraciones del cielo cuál era la voluntad de Dios, rogaron a sus huéspedes que volviesen al Cisne con su imagen cesando en ese momento la borrasca. Por tres veces las autoridades conminaron a los cisneños a reducirse a Chuquiribamba y por tres veces se repitió el extraño prodigio. Entre las prerrogativas y los dones de esta devoción resalta el don de las lágrimas; una singular prerrogativa de conmover corazones. Muchos han sentido que tan sólo con ponerse ante su imagen se sienten enternecidos. Qué de transmutaciones, qué de conversiones verdaderamente estupendas no se operan cada año, en el sigilo de los confesionarios, entre los muchos peregrinos que acuden al Santuario. Usted también puede recibir este don de sanar el corazón con unas lágrimas que no son de tristeza sino de amor. PALABRA DE DIOS. Evangelio Lucas 8, 19-21; 11, 27-28 "Por tanto, fíjense bien en la manera como escuchan. Porque al que produce se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.» Su madre y sus hermanos querían verlo, pero no podían llegar hasta él por el gentío que había. Alguien dio a Jesús este recado: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Jesús respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»" "Mientras Jesús estaba hablando, una mujer levantó la voz de entre la multitud y le dijo: «¡Feliz la que te dio a luz y te crio! Jesús replicó: «¡Felices, pues, los que escuchan la palabra de Dios y la observan!»". Reflexión. En el mundo judío los vínculos de consanguinidad tenían un papel 26

preponderante, por eso para el Rey Salomón, su madre era la Reina ante quien inclinaba su cabeza. En cambio, Jesús, no da importancia a los lazos de sangre; para Él, la grandeza de un discípulo, no es que sea parte de su familia de sangre, sino que escuche la palabra de Dios y la ponga en práctica. Bien dijo el biblista BROWN, que en el Evangelio de Juan todos los cristianos son discípulos, y la grandeza entre ellos se determina por su relación de amor a Jesús, no por su rango o cargo. Por consiguiente, para Jesús, la grandeza de María, no estuvo en que ella haya sido su madre o una reina, sino en que ella escucho y puso en práctica la palabra de Dios, la conservaba en su interior meditando y la cumplió: “Aquí está la esclava del Señor cúmplase en mi lo que has dicho”. Bien dijo San Agustín, de María: más mérito y mayor dicha es haber sido discípula de Cristo. María era dichosa porque antes de llevarle en su seno, llevaba ya en su espíritu al maestro. El Vaticano II afirma: la Virgen escuchó, acogió y practicó fielmente la Palabra de Dios, por consiguiente fue la primera entre los humildes y pobres del Señor que escucha y pone en práctica la palabra de Dios, María puso en práctica la palabra de Dios, cuando nunca puso dificultades a la misión de su Hijo, aunque esta llevase consigo la separación, deja que su Hijo se ocupe de las cosas de su Padre; cuando se mantuvo fiel a Jesús hasta la cruz, pues, en la cruz, cuando los apóstoles, excepto Juan huyeron, y sus parientes desaparecieron y ninguno daba la cara por Jesús, María no huyo, no tuvo miedo, no retrocedió; se quedó con Jesús, apoyándole y asistiéndole en su agonía. De tal suerte dice Aparecida, hoy cuando en nuestro continente latinoamericano y caribeño se quiere enfatizar el discipulado y la misión, es ella quien brilla ante nuestros ojos como imagen acabada y fidelísima del seguimiento de Cristo. María que conservaba todos estos recuerdos y los medita en su corazón, nos enseña el primado de la escucha de la palabra en la vida del discípulo y misionero. Sin embargo, hoy en nuestro pueblo todavía no se pone en el centro de su vida cristiana la meditación de la palabra de Dios. Predomina la religiosidad popular, que también necesita ser evangelizada. Pero cuando afirmamos que hay que evangelizar o predicarla, no queremos decir que esta 27

privada de riqueza evangélica. Simplemente deseamos que todos los miembros del pueblo fiel, reconociendo el testimonio de María y los santos traten de imitarle cada día más. Así procuraran un contacto más directo con la Biblia y una mayor participación en los sacramentos, llegaran a disfrutar de la celebración dominical de la Eucaristía, y vivirán mejor todavía el servicio del amor solidario; para la gran misión nos dice Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto hay que educar al pueblo en la lectura y la meditación de la palabra: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y vida. María enséñanos a escuchar y a poner en practica la palabra de Dios, para convertirnos en verdaderos discípulos de la palabra de Jesús. GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio 28

te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, 29

de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto: 30

DÍA QUINTO Canto: María, modelo de oración. Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la 31

peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Peregrinaciones al Santuario de El Cisne. Las romerías y las peregrinaciones al santuario de El Cisne surgieron rápida y espontáneamente como una manifestación pública de fe y de devoción a María. Estas manifestaciones son tan antiguas como la misma advocación. Nadie las propuso ni las hizo germinar, ellas mismas surgieron popularmente del cariño y el afecto de los ecuatorianos hacia la madre de Dios. Así, sin distinción de clases o estamentos, sin tener en cuenta la edad o la condición social, adultos y niños, ricos y pobres, sabios o ignorantes son muchos los que toman el hábito de peregrinos y el báculo de caminantes para encaminarse hacia El Cisne y venerar la sagrada imagen. La romería más solemne tuvo lugar en el año de 1830, después del decreto de Bolívar por el cual la fiesta de Nuestra Señora de El Cisne se trasladó a la ciudad de Loja. Desde entonces la fiesta se celebra el 15 de agosto en el Cisne y el 8 de septiembre en Loja, un cambio que se hizo contando con el acuerdo de la autoridad eclesiástica. El Santuario de Loja que podemos contemplar hoy mide 1800 metros 32

cuadrados y consta de tres naves en forma de crucero. Comenzó a construirse en 1934, cuatro años después de la Coronación Canónica de la Virgen Santísima, y concluido en 1979, siendo consagrado el 12 de agosto de ese mismo año. Más hermoso que aquel santuario material es ese otro santuario hecho de piedras vivas: la Iglesia a la que usted debe amar como a una madre y en la que debe participar más frecuente y profundamente. PALABRA DE DIOS Hechos.1,12-14 "Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, lo que se permitía andar en sábado. Y así que entraron, subieron a la estancia de arriba, donde se alojaban habitualmente. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos hacían constantemente oración en común con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos." Reflexión. El Evangelio nos enseña que Jesús oraba y prefería retirarse a lugares solitarios para entrar en oración. Jesús se retiró a la montaña para orar. Y paso toda la noche en oración a Dios. Por eso es necesario aprender a orar, volviendo siempre de nuevo a aprender este arte de los labios del Maestro. Jesús, cuando oraba, partía de la vida: reza antes de tomar decisiones importantes, como cuando tiene que elegir a sus apóstoles; reza por los que ama, por sus verdugos, y cuando no consigue entender. Y reza en los momentos más duros de su vida como en el huerto de los olivos. También cuando nosotros oremos no debemos apartarnos de la vida cotidiana: no te presentes ante el Señor con las manos vacías, es decir cuando vayas a hacer oración trae ante Dios tus alegrías, luchas, trabajos, decisiones, caídas, preocupaciones, debilidades, pecados, la gente con la que convives y trabajas, etc. Así como los apóstoles, quienes le dicen a Jesús todo lo que han hecho y enseñado. 33

Jesús nos enseña cómo debemos orar. Nos dice que hay que orar, no para ser vistos por la gente, sino porque necesitamos de la ayuda de Dios; no, con tantas palabrerías, pues Dios conoce nuestros anhelos y necesidades; nunca orar para devorar los bienes de los pobres, para fomentar el odio y despreciar a los otros, porque son rapaces, injustos, ladrones. Nos dice que debemos orar, no para pedirle dinero a Dios; sino para que nos dé el Espíritu Santo que es la fuerza de nuestra fuerza, nuestro defensor, nuestro asistente, nuestro consolador, orar para que venga el Reino de Dios, ese Reino de fraternidad, de justicia, de verdad, de solidaridad… y para poner en practica la Palabra de Dios y vivir la fraternidad. Sobre todo, Jesús en el huerto de los olivos nos dice que tenemos que orar no para obligar a Dios para hacer nuestra voluntad, sino para hacer la suya. Y para que nuestra oración sea como Dios quiere, Él mismo nos enseñó el Padrenuestro. No podemos ser cristianos sino oramos. Aparecida nos hace ver que la oración personal y comunitaria es el lugar donde el discípulo, alimentado por la palabra y la Eucaristía cultiva una profunda amistad con Jesucristo y procura asumir la voluntad del Padre. La oración diaria es un signo del primado de la gracia en el itinerario del discípulo misionero. Los cristianos oramos para conocer, amar y seguir a nuestro Señor Jesucristo, porque teniéndolo a Él lo tenemos todo, lo demás es basura, para ello es imprescindible tener aquella disposición que el viejo Elí recomendó a Samuel: habla Señor que tu siervo escucha o de Salomón, quien decía: enséñame a escuchar para que sepa gobernar a tu pueblo. Orar es entrar en sintonía en relación de armonía con Dios, en relación de amor con Él. Es permitirle que él haga su morada en nosotros. Orar es vaciar la mente de todas las fantasías e ideas, y dejar fluir el soplo en el silencio del corazón. Si tenemos resistencia a la oración, es porque muchas veces tenemos las exigencias de conversión que ella encierra. Como no queremos ver nuestros pecados y cambiar, no queremos orar. Así como la relación de una pareja se enfría si no hay momentos de intimidad, del mismo modo la fe se debilita si no nos recogemos en oración. Por consiguiente, si no tenemos ganas de orar, tenemos que 34

pedirle al espíritu santo que nos de esas ganas y suplicarle a María que nos enseñe a orar, pues ella oraba mucho, ya que conservaba y meditaba todo en su corazón. Cuando la Iglesia estaba a punto de nacer la contemplamos íntimamente unidos en la oración con los apóstoles, las otras mujeres y los amigos de Jesús, preparándose para la venida del espíritu Santo. GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable 35

que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna 36

pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia a que Los ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto:

DÍA SEXTO Canto: María llena de gracia e inmaculada. Oración inicial. 37

Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos 38

que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Milagros de Nuestra Señora de El Cisne. Son muchos los milagros que se han producido por intercesión de la Virgen de El Cisne. En 1874, la esposa del distinguido caballero Don Agustín Vázquez, se entregó, con asombro de la población, al feo vicio de la borrachera. Manchó con ello el honor de la familia e hizo del hogar un foco de discordias. En tal desventura su esposo miraba el cuadro de la bendita madre de El Cisne jurándole que si se dignaba redimir a su esposa del alcoholismo le serviría hasta su muerte en el santuario. Aquel mismo día su mujer dejó de tomar y ambos cónyuges donaron a la venerada imagen un rosario y una gargantilla de perlas finas que se conservaron en la catedral hasta el 8 de septiembre de 1922 en que fueron robadas por unas manos sacrílegas. En 1848 una espantosa nube de langostas atacó las localidades de Malacatos, Vilcabamba, San José, Chinguilamaca. La nube de insectos ocultó la luz del sol y dejó tras de sí unos campos convertidos en eriales. Angustiados sus habitantes, clamaron a la Virgen de El Cisne rogándole que hiciera desaparecer tan espantoso flagelo. Organizaron al efecto una devota procesión con cantos y rezos, contemplando asombrados que, en escasos segundos, desapareció el terrible azote. En testimonio de gratitud estos pueblos donaron piadosamente al santuario una langosta de oro. Basta la fe para conseguir muchas cosas del Señor, pero una fe que se refleje en la vida y que busque colocar al Señor en el centro.

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PALABRA DE DIOS Evangelio Lucas 1,26-30 "Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;" Efesios 1,3-7 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia"

Reflexión. El nombre de la virgen era María, sin embargo, el ángel cuando saludó a María, la llamó con otro nombre: alégrate, llena de gracia. Para los israelitas el nombre refleja lo que es la persona misma. Para el ángel el nombre que reflejaba el ser de María era llena de gracia. María es llena de gracia porque goza del favor de Dios, porque ha venido sobre ella y la ha cubierto con su sombra; y porque el Señor está contigo, es decir, porque llevo en su vientre al hijo eterno de Dios, Jesucristo. María, también es inmaculada, porque ya antes de la creación del mundo fue escogida por Dios para que sea santa e inmaculada en su presencia, en el amor, ella fue la hija predilecta del Padre. La Virgen vivió intensamente esta gracia que recibió antes de la

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creación del mundo; pues en ella la gracia de Dios no había sido estéril. Por medio de la sangre de Cristo hemos obtenido el perdón de nuestros pecados. En cambio, en María la muerte de Cristo, no fue para perdonarle los pecados, pues ella no cometió pecados, sino que, en atención a los méritos de la cruz de Cristo fue preservada, resguardada del pecado original ya en su concepción. Ella también por lo tanto puede llamar a Jesucristo su Redentor. Por eso, el Papa Pio IX en 1854 afirmó la Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a todos los méritos de Jesucristo, salvador del género humano… Es evidente, dice el Concilio Vaticano II que María desde toda la eternidad ha sido objeto del amor de Dios, ha sido favorecida, privilegiada, plasmada por el Espíritu Santo y hecha nueva creatura, elevada a la altura divina para que sea la Madre del Hijo de Dios hecho Hombre. Al decir que María fue concebida sin pecado original y llena de gracia no significa que ella no tubo tentaciones y dificultades. Si Cristo las tuvo cuanto más María. Ella tuvo que luchar día tras día para ser fiel a Dios, la gracia, por una parte, es un regalo de Dios, por eso, para ser agradable a Dios, para caerle bien a Él, hay que pedirle a Él mismo ese don; pero también por nuestra parte, es una gran responsabilidad para mantenernos en amistad con Dios. En consecuencia, la Virgen pura y sin mancha es escuela de fe destinada a guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con el Creador del cielo y de la tierra. Oh virgen Inmaculada, consíguenos de Dios la gracia de ser fieles a su Reino y ayúdanos a vivir con una vida limpia y transparente esa fidelidad. GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, 41

vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando 42

un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, 43

la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto:

DÍA SÉPTIMO Canto: María, mujer libertadora y liberadora. Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo.

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Bendecidnos, Vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén.

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Loja y Nuestra Señora de El Cisne Entre los lugares singularmente beneficiados por María podemos contar a la ciudad de Loja, que por ello ha merecido el título de “ciudad de María”. Cuando en 1548 un puñado de valientes españoles, encabezados por Alonso de Mercadillo, vinieron a la conquista de esta tierra y fundaron la ciudad de Loja en el valle de Cuxibamba, la nueva fundación fue denominada como Ciudad de la Purísima Concepción de Loja. El cabildo lojano, interpretando el sentir del pueblo, quiso encabezar sus primeras ordenanzas con el siguiente artículo: “Nadie se atreve a ofender a María o blasfemar de su santísimo nombre”. Desde entonces el pueblo lojano ha manifestado un sentimiento de inmensa gratitud al pronunciar el dulcísimo nombre de la Virgen de El Cisne. También el clero, la porción predilecta de María, se ha sumado a este movimiento de piedad. En 1925 un buen número de sacerdotes estaba haciendo los ejercicios espirituales, cuando la Santísima Virgen inspiró la feliz idea de establecer una fiesta anual para el clero parroquial. Todos acogieron con entusiasmo esta inspiración y, desde entonces, la Santísima Virgen de El Cisne recibe cada año el homenaje colectivo de todo su clero con una misa solemne que tiene lugar en la catedral de Loja el 13 de septiembre de cada año. Ese día la Santísima Virgen María acoge bondadosa el tributo de todos sus sacerdotes a los que ella ama con especial ternura. Esos sacerdotes necesitan de su oración y de su apoyo para ser los buenos pastores que Dios quiere. ¡No lo olvide!. PALABRA DE DIOS Evangelio Lucas 1,46-53 "Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.

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Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada." Reflexión. María fue una mujer solidaria, pues sale a prisa a ayudar a su prima Isabel, cuando llego a la casa de Isabel entona un canto en el que confiesa que Dios es misericordioso y que su misericordia con sus fieles se extiende de generación en generación. Y ¿Quiénes son sus fieles? Son los pobres y humildes que viven realmente una situación de desgracia, de aflicción y humillación personal y de humillación nacional. María con este canto nos muestra que Dios quiere que todos los hombres se traten por igual, que no haya desigualdades económicas ni sociales, que tampoco hay orgullosos, poderosos y ricos que opriman y hagan daño a los humildes, al que pasan hambre, a los que temen a Dios, a los pobres de Yahvé y a los pobres reales. María quiere, por lo tanto, que no hay una mesa para los ricos y otra para los pobres, rechaza la acumulación de las riquezas en pocas manos y no tolera que haya pobres que ni siquiera puedan comer de las migajas que caen de los ricos. Pablo VI comentando el canto de María dice: María de Nazaret a pesar de estar absolutamente a la voluntad del Señor, lejos de ser una mujer pasivamente sumisa, o de una religiosidad alienante, fue ciertamente una mujer que no dudo en afirmar que Dios es vengador de los humildes y de los oprimidos y derriba del trono a los poderosos del mundo. Por eso subraya Juan Pablo II: no se puede separar la verdad sobre Dios que salva… de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que cantado en el magníficat se encuentra luego expresado en las palabras y obras de Jesús. Más tarde en Puebla (1980) los obispos de América latina afirmaron que en el Magníficat María se manifiesta como modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social ni son víctimas de alineación, como hoy se dice, sino que proclaman con ella que Dios ensalza a los humildes, y si es el que derriba a los poderosos de sus tronos. Finalmente nos dice Aparecida: el canto del magníficat muestra a

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María capaz de comprometerse con su realidad y de tener una voz profética ante ella. Por lo tanto, de María…parte el compromiso autentico con los demás hombres, nuestros hermanos, especialmente por los más pobres y necesitados y por la necesaria transformación de la sociedad. Tenemos que manifestar en consecuencia, nuestro amor a María denunciando las injusticias, así como lo hizo Jesús y luchando para que las riquezas se distribuyan por igual, así como lo hizo Zaqueo; y haciendo una clara opción por los pobres, pues el amor a los pobres es el criterio de nuestra salvación definitiva. Por eso fiel a Jesús los obispos en Aparecida, no dudaron en decir, nos comprometemos a trabajar en nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña para que siga siendo, compañera de camino de nuestros hermanos más pobres, incluso hasta el martirio. Hoy queremos ratificar la opción preferencial por los pobres hecho en las conferencias anteriores. Que sea preferencial implica que debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales. La Iglesia latinoamericana esta llamada a ser sacramento de amor, solidaridad y justicia entre nuestros pueblos. Aparecida nos hace ver que la opción por los pobres, no se realiza solo con la asistencia social y la promoción humana, sino creando las estructuras justas que son una condición sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad… este… cambio de estructuras son importantes para disminuir la hiriente inequidad que hoy existe en nuestro continente, entre otras cosas a través de políticas públicas y gastos sociales bien orientados, así como del control de lucros desproporcionados de grandes empresas. La iglesia de América latina en Aparecida, de nuevo se compromete a convertirse en abogad de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades económicas y sociales. Para luchar por la justicia se podrá aprovechar el rico potencial de santidad y justicia social que encierra la mística popular, la piedad popular.

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María mujer liberadora, despierta en nosotros deseos ardientes de luchar a favor de tanta gente, que pasa hambre y sufre muchas injusticias GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. 49

A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. 50

Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto:

DÍA OCTAVO Canto: María, Madre de Dios y Madre de los cristianos. Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares.

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Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dales buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. 52

Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. Gracias y beneficios de Nuestra Señora de El Cisne. Desde los inicios de la devoción de la Virgen de El Cisne, los obispos de Quito, Cuenca y Loja, tuvieron siempre sus ojos fijos en el Santuario lojano. En su anhelo por alcanzar gracias y privilegios de Roma, transmitieron a la Santa Sede noticias detalladas de la devoción pidiendo diversas gracias para solemnizar y aumentar su culto y devoción. Así, en 1753 el Papa Benedicto XIV confirmó la existencia de la Cofradía de Nuestra Señora de El Cisne enriqueciéndola con dos indulgencias plenarias que podían ganarse el 15 de agosto y el 8 de septiembre. El Papa Pío IX, a petición del Mons. Juan María Riofrío, acrecentó este tesoro de indulgencias. Precisamente este obispo formuló y aprobó los primeros estatutos de la cofradía y su sucesor, el obispo José Massiá, los confirmó y amplió en 1881. El 23 de agosto de 1919, Mons. Carlos de la Torre obtuvo de la Santa Sede el privilegio de celebrar la fiesta de Nuestra Señora de El Cisne en la Diócesis de Loja, bajo el rito de primera clase con octava. Por último Mons. Guillermo José Harris obtuvo de la Santa Sede el privilegio de la coronación canónica de la imagen que tuvo lugar durante el pontificado del Papa Pío XI. La coronación canónica es una distinción que la Santa Sede concede para resaltar la devoción de una imagen de la Virgen y consiste en imponerle una corona de reina sobre su cabeza. La imagen de la Virgen del Cisne fue coronada canónicamente el 8 de septiembre de 1930. Gálatas 4,3-5 “. De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo. Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva." 53

PALABRA DE DIOS Lucas 2,51-52 "Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres." Juan 19,25-27 "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa." Reflexión Es evidente que María es la madre de Jesús, pues, ella llevo a Jesús en su seno y le dio a luz; pero, como Jesús es Dios; porque fue engendrado por el Espíritu Santo, María, por lo tanto, es la Madre de Dios. Subrayemos: María es la Madre de Dios, no porque Dio a luz a Dios en cuanto Dios, sino porque dio a luz al hijo eterno de Dios en cuanto hombre a Jesucristo. Por eso, Jesucristo es uno solo con dos naturalezas la humana y la divina. María concibió el hijo de Dios siendo Virgen, sin tener relaciones con ningún varón, solo por obra del espíritu Santo. Esto significa que Jesús es hijo directamente del Padre y que la salvación que nos trae Cristo es solo por pura intervención divina y no por esfuerzo humano. María, fue virgen en el parto y después del parto pues no tuvo más hijos, la virginidad perpetua de María expresa la radical entrega de María a hacer la voluntad de Dios. En el apocalipsis, para expresar la fidelidad perfecta de los que siguen a Jesucristo sin claudicaciones, se dice de ellos que son vírgenes y que en su boca no se encontró mentira. Bien dice el C.IC. María es virgen porque su virginidad es signo de su fe no adulterada por duda alguna y de su entrega total a la voluntad de Dios. Su fe es la que le hace llegar 54

a ser la Madre del Salvador. Jesús es el Hijo único de María. Pero desde la cruz Jesucristo confió sus discípulos, representados por Juan, el don de la maternidad de María que brota de la hora pascual de Cristo: y desde aquel momento el discípulo la recibió como suya. Así, la maternidad espiritual de María se extiende a todos los hombres a los cuales Jesús vino a salvar. María es Madre de los cristianos porque coopera con su amor a su redención y salvación y porque cuida con amor maternal a todos los hermanos de su Hijo que peregrinan en la tierra y están sometidos a peligros y tribulaciones. María es Madre de la Iglesia es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia. María como Madre, sigue, hoy, educando a sus hijos. El Papa vino a Aparecida… para decirles en primer lugar: permanezcan en la escuela de María. Inspírense en sus enseñanzas. Procuren guardar dentro del corazón las luces que ella por mandato divino, les envía desde lo alto. También María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servicio, de entrega y gratitud que deben distinguir a los discípulos de su Hijo. Además, cuál es la pedagogía para que los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como en su casa, crea comunión y educa a un estilo de vida compartida y solidaria, en fraternidad, en atención y acogida del otro, especialmente si es pobre o necesitado. Por consiguiente, para este crecimiento en la fe, también es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la piedad popular mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la Virgen, verdadera educadora de la fe que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Cristo, provoque la apropiación progresiva de sus actitudes. También maría al manifestaste en el amor a los pobres en el indio Juan Diego, se convierte en la inspiración más cercana para aprender cómo ser discípulos y misioneros de Jesús. María madre de Jesucristo y nuestra danos un corazón de madre para acoger a todos y a nadie excluir por su condición social, cultural y racial. GOZOS

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Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo 56

peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio si con fe tocó en tu puerta A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva 57

el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto: DÍA NOVENO. Canto: María glorificada, ruega por nosotros. Oración inicial. Salve Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de el Cisne habéis querido protegernos tan especialmente, haciéndonos el objeto de señalados favores y gracias particulares. Bendecidnos como Madre amantísima, ya que os habéis dignado escoger nuestro territorio para uno de los santuarios de vuestro culto y asilo de los que os aman y vienen a buscar el consuelo de sus aflicciones y necesidades, acogiéndose a vuestro amparo. 58

Bendecidnos, vos sois nuestra salud, nuestra paz y alegría; Vos sois la luz de nuestro cielo, el rocío de nuestros campos, la esperanza de nuestra salvación. Bajo vuestras plantas las cementeras se cubren de flores y de frutos, ante vuestra presencia los estériles yermos se fecundan y a vuestro paso se alegran y vivifican los valles y las colinas. Bendecid, divina Pastora, los rebaños del campesino, las labores del agricultor, las faenas y labranzas para que la tierra produzca las cosechas necesarias, el pan de cada día para nuestros hijos. Bendecidnos, conservando la inocencia de nuestros niños, la pureza de las vírgenes, la piedad de las matronas, la moralidad de las costumbres, la devoción del pueblo, el recogimiento cristiano de las familias y la concordia doméstica. Bendecidnos, no permitiendo que se turbe la paz pública, como patrona singular de esta provincia y benefactora de la República entera, dale buenos gobernantes en todas las jerarquías, apartando por vuestra misericordia los males de la guerra, del hambre, de la peste y de los terremotos que tenemos merecidos por nuestras gravísimas culpas y continuas reincidencias. Aceptad benigna, el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente, como una primicia filial de vuestro pueblo, dignaos admitir las ofrendas y plegarias de los peregrinos que vienen a vuestro templo a implorar socorro y daros gracias por los beneficios que les dispensáis; a buscar a vuestros pies la tranquilidad, el consuelo, la salud, el remedio de todos los males y amarguras que nos rodean en este valle de lágrimas y publicar los prodigios de vuestro favor y los portentos de vuestra eficacia. Bendecidnos y por vuestra intercesión logremos ser exaltados a la Jerusalén celestial adonde os rogamos nos conduzcáis para ser dignos de vuestras alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén. 59

Más milagros de Nuestra Señora de El Cisne. Abrumado por un sol caluroso de verano, un tuberculoso del Perú, que hacía su romería al Cisne, cayó al suelo atormentado por la sed. Revolcándose en el suelo y al borde de la muerte levantó sus ojos hacia el cielo clamando: ¡Madre mía de El Cisne, no consientas que muera! ¡dame agua! Y luego en un arranque de paroxismo, raspó el suelo reseco con su mano huesuda. Milagrosamente, de la grieta que provocó con su uña corrió un hilo de agua cristalina de la que pudo saciar su sed. Al instante derramó lágrimas de gratitud ante la Virgen. Hoy esa fuente sigue fluyendo con la denominación de Agua del Milagro. En 1970, Virgilio Aguirre llegó hasta el Santuario de El Cisne procedente de la provincia de El Oro. Traía a su hijo Norman enfermo de poliomielitis que había seguido un costoso tratamiento en Guayaquil y en otras ciudades sin lograr ningún beneficio. Al llegar al Santuario trasladó en brazos a su hijo hasta las plantas de la Santísima Virgen. El joven, que tenía 13 años de edad, se encomendó fervorosamente a la Virgen y, durante el transcurso de la misa, notó como sus miembros y todo su cuerpo adquiría nueva vida. De inmediato, pudo arrodillarse a la vez que escuchaba una voz que le decía: “ya estas curado” y ante el asombro del padre y de los numerosos devotos de la Virgen, salió del Santuario por sus propios pies. ¡Qué grande el poder de la Eucaristía! No falte nunca a la misa del domingo y si puede vaya a diario; el Señor hará cosas grandes con su vida. PALABRA DE DIOS Evangelio Juan 2,1-10 "Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él 60

os diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»" Juan 14, 1-3 "«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros." Tesalonicenses 4,13-14 "Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús."

Reflexión. Los primeros cristianos nunca pudieron admitir que el cuerpo de la Virgen María se corrompiera en el sepulcro como cualquier difunto, para resucitar luego en cuerpo y alma en el fin del mundo. Ellos tuvieron una fe grande que Jesús al resucitar de entre los muertos fue a preparar un lugar a quienes mueren en Cristo, entre ellos estaba en primer lugar María su madre, porque ella de verdad estuvo totalmente unida a Jesús, vencedor de la muerte. En tal virtud, la iglesia en 1950, con el Papa Pio XII dijo: proclamamos. Declaramos y definimos el dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre virgen María cumplido el curso de su vida terrestre, fue elevada a la gloria celestial en cuerpo y 61

alma; en consecuencia, el Concilio Vaticano II afirma que maría entre todos los santos ocupa en la Iglesia un lugar más alto, es miembro excelentísimo y enteramente singular de la misma. Jesús al llevar al cielo a su Madre María nos dice que toda la vida que llevo María lo hizo bien. A ese estilo de vida Jesús lo aprobó, cuando llevo al cielo a su Madre. En la Iglesia todos somos solidarios, todos necesitamos los unos de los otros; por eso, el apóstol Santiago nos exhorta a orar unos por otros. María cuando estaba en la tierra intercedió por unos novios, ahora que está en el cielo sigue intercediendo por nosotros, esto no significa que María sea igual a Cristo. Pues, aunque fue elegida para ser Madre de Cristo, sigue siendo una creatura ante su creador. Una hija del Padre. Tampoco significa que es más misericordiosa que Jesús. Deteniendo el brazo de su Hijo que querían castigar a los hombres, si María es misericordiosa es porque su hijo Jesús le hace participar de su misericordia. Muchos devotos recurren a ella para que les defienda del castigo de un Cristo frio, duro, juez implacable: buscan la protección de María contra Dios, por consiguiente, los que piensan que María es más misericordiosa que su Hijo están en contra del Evangelio. GOZOS Salve, divina María de luz y de gloria llena, vida, perfección y gracia del Edén, celestial Eva, fuente de abundantes aguas, sol de la inmortal belleza. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Casta esposa, limpia Virgen, de Inmaculada pureza, a quien alaban los cielos y venera humilde la tierra; 62

paloma de amor sin mancha, flor del valle siempre fresca. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Tú que en Nazareth oculta, como púdica violeta, del arcángel al anuncio te abates y llamas sierva y aquí buscas las cabañas y de pastores la aldea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Ante el decreto inmutable que tu ardiente fe venera, así como esclava inclinas tu augusta frente de reina; hágase en mí tu palabra, la voluntad de Dios sea. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Pobre, sin pan, sin abrigo peregrinaste en la tierra, en tu pueblo mendigando un hogar, siendo su reina, y fue la cuna de tu Hijo de pajas y toscas piedras. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Más a Ti todos acuden y socorres y consuelas, tus favores y tus gracias derramando a manos llenas nadie quedó sin alivio 63

si con fe tocó en tu puerta. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Como el ave del desierto sólo para Dios gorjea, así, Tú, muda en el mundo, al cielo tu voz elevas, de amor secreta armonía que sólo el Señor le llega. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. De tu estancia en el retiro como esposa y madre tierna pasó tu vida, Señora, de las familias maestra, bienes prodigando al hombre hasta que al Eterno vuelas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. Bendice nuestros hogares, y en ellos la paz conserva el amor y la alegría. De los niños la inocencia, la santidad de las madres y el pudor de las doncellas. A tus devotos ampara y tus virtudes enseña. ORACION FINAL ¡Oh María! Vos sois llamada nuestra abogada, nuestra mediadora, nuestra reina porque por vuestras manos Dios ha resuelto concedernos todas sus gracias. A Vos, pues, recurrimos. ¿Podréis desecharnos? 64

No: porque jamás habéis negado vuestra asistencia al que os ha expuesto sus necesidades con toda la sinceridad del corazón. Con esa confianza esperamos que nos protegeréis a fin de que podamos llegar a feliz término de nuestra peregrinación por este mundo. Amén. Canto:

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CANTOS MARIANOS QUE BELLA ERES, REINA DEL CISNE +2

fa# si  Gracias porque eres muy sencilla,  fa# LA RE  gracias porque eres llena de gracia,  SOL LA SOL RE  gracias, Madre, gracias.  fa# si  Gracias por tu vida tan callada,  fa# LA RE  gracias porque vives la Palabra,  SOL LA SOL LA RE  gracias, Madre, gracias. 

RE SOL LA /Que bella eres, Reina del Cisne, qué bella eres, SOL LA RE Tus ojos son como dos palomas en raudo vuelo/   (re + LA) Quien es la que viene, por el camino, como columna de humo, perfumada de mirra y de incienso, de todos los aromas. Eres tú Reina mía, la que te escondes, en apartados riscos, y desde allí vienes, en cada estío, brillante como el sol.   Grábame como un tatuaje, sobre tu pecho, en tu corazón, porque es fuerte tu amor, como la muerte, infierno la pasión.   Que tus flechas enciendan, en mi pecho, una llama divina que no apagarán ni ahogarán jamás, Océanos ni ríos.

Gracias por tu corazón abierto,  gracias por vivir un ‘sí’ constante,  gracias, Madre, gracias.  Porque te abandonas en sus manos,  porque siempre vives la esperanza,  gracias, Madre, gracias.    Gracias porque Tú sigues amando,  gracias porque Tú vas actuando, gracias, Madre, gracias.  Porque lo haces todo entre nosotros,  porque Tú nos quieres como a hijos,  gracias Madre gracias. ES EL HERMOSO MES DE MARÍA

GRACIAS, MADRE

 

 

DO SOL DO /Es el hermoso mes de María, mes de alegría nuncio de paz./   FA DO SOL DO Huyó el invierno áspero y triste, /sus galas viste la bella flor/ Del sol radiante al tibio rayo /el mes de

RE si  Gracias, madre, por tu presencia,  SOL LA tu nos llevas a Jesús.  RE si  gracias, madre, por tu silencio,  SOL mi LA RE  tu estimulas nuestra fe. 

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mayo vuela fugaz/ En los altares nuestros pastores /colocan flores de grato olor/ Los mansos vientos soplan suave /cantan las aves himnos de amor/

TE ACLAMAMOS OH MARIA

  re sib LA FA LA re /Te aclamamos, oh María, Madre del pueblo de Dios./ FA DO Oh María que aceptaste la Palabra del Señor; sol LA sol LA FA LA re Tú eres Madre de la Iglesia, Madre del pueblo de Dios.   Oh María, que creíste las promesas de Yahvé, hoy tus hijos, te aclamamos, como Madre de la fe.   Tu guardaste, la Palabra en el gozo y el dolor, que nosotros, respondamos, con la misma fe y amor.   Oh María, que aceptaste, la Palabra del Señor, que aceptemos, el mensaje de tu Hijo el Salvador.    

A TU AMOR NOS ACOGEMOS

  re sib LA sol LA re /A tu amor nos acogemos María, ruega por nos./   re sib LA re 7 Salve, Salve, cantaban, María que más pura que Tú, solo Dios Sol DO FA sol LA re /y en el cielo una voz repetía: más que Tú solo Dios, solo Dios/.   Con torrentes de luz que te inundan los arcángeles besan tu pie, las estrellas tu frente circundan y hasta Dios complacido te ve.   Pues llamándote pura y sin mancha de rodillas los mundos están, y tu espíritu arroba y ensancha tanta fe, tanto amor, tanto afán.   Ay bendito el Señor que en la tierra pura y limpia te quiso formar como forma diamantes la sierra, como cuaja las perlas el mar.   Y al mirarte entre el ser y la nada modelando tu cuerpo exclamó: “Desde el vientre será Inmaculada si del suyo nacer debo Yo”.

COMO A SU MADRE ACUDEN

  re sol re(FA) Como a su madre acuden los hijos sin temor, LA re LA venimos, Madre, a verte, a darte nuestro amor. re sol re(FA) Siguiendo tu camino hallamos a Jesús. sol re LA re Entre nosotros, Madre, todo lo hiciste tú, 67

sol re LA RE entre nosotros, Madre, todo lo hiciste tú. RE (LA) RE 7 SOL Madre, tus hijos vienen, cantando alegres una canción, SOL (LA) RE LA buscando en tu sonrisa, en tu regazo tu protección.   RE (LA) RE 7 SOL Ponen entre tus manos cual rosa ardiente su corazón, (LA) RE LA RE / te dicen que te aman, que siempre, siempre, tus hijos son./   re sol re(FA) Lleno de confianza acudo, Madre, a ti, LA re LA pues sé que en mis peligros velando estás por mí. re sol re(FA) Cual hijo que te ama procuraré vivir, sol re LA re y en tu regazo, Madre, quisiera yo morir. sol re LA RE y en tu regazo, Madre, quisiera yo morir.

me hablan de ti. En las mañanas cuando sale el sol, veo tu rostro cerca del Señor, en la estampita que cuelga, en el cuadro de mi habitación.   si7 Dios te salve María, María, María mi Virgen pura y del parto, y toda la vida, La RE SOL mi en tus manos ponemos, nuestra fe y esperanza si7 mi Madrecita querida no te apartes de mí.     OH MARÍA, MADRE MÍA

   RE           LA7             si  MI7        LA7 ¡Oh María, Madre mía, oh consuelo    del mortal,              RE                LA7 SOL  RE         LA7      RE /amparadme y guiadme a la Patria    Celestial! /   Con el Ángel de María las grandezas celebrad, /transportados de alegría sus finezas publicad. /   Quien a Ti ferviente clama halla alivio en el pesar, /pues tu nombre luz derrama, gozo y bálsamo sin par. /   De sus gracias tesorera la nombró tu Redentor; /con tal Madre y medianera, nada temas, pecador. /   Pues te llamo con fe viva muestra oh,

  MARÍA TU  

mi la mi María tu que me llenas de amor eres la luz que me lleva el Señor, Si7 mi en mis canciones te traigo poemas, que 68

Madre, tu bondad; /a mí vuelve compasiva tu mirada de piedad. /   Hijo fiel quisiera amarte y por ti sólo vivir; /y por premio de ensalzarte, ensalzándote morir. /   Del eterno las riquezas por ti logré disfrutar /y contigo sus finezas, para siempre publicar. /

DO Vienen a ti los pequeños, vienen los grandes también. SOL si DO RE repartes tus bendiciones y no miras la condición. SOL RE tú nos llevas a Dios, nuestro Padre, DO SOL RE SOL tú nos guías en nuestro vivir, madre. SOL si mi Eres tú la esperanza del amanecer, DO SOL RE MI eres tú el camino nos lleva a Dios, madre-e. LA MI   fa#                       do# Eres, maría el amor, eres la luz de mi fe, RE                         LA si                 MI ese milagro que nace y que crece, dentro de mi corazón. LA MI     Eres la estrella que alumbra mis sueños, fa#                         do# eres mi voz y mi canto pequeño, RE LA MILA una promesa de amor, eres María.  

ERES, MARÍA EL AMOR

  SOL RE   mi                       si eres, María el amor, eres la luz de mi fe, DO                        SOL la RE ese milagro que nace y que crece dentro de mi corazón. SOL RE     eres la estrella que alumbra mis sueños, mi                          si eres mi voz y mi canto pequeño, DO SOL RESOL una promesa de amor, eres María.   SOL RE mi DO Vienen a ti los que sufren, vienen buscando tu paz, SOL si DO RE vienen a ti los que lloran y tú consuelo le das. SOL RE tú nos abres las puertas del cielo; DO SOL RESOL nos enseñas a amar a Jesús, madre. SOL RE mi

AVE MARIA ESCÚCHAME  

LA RE MI LA Es verdad, que hace tiempo que te tengo en el olvido, do# fa# RE si MI que ni rezo, ni me acuerdo, de llevarte rosas rojas al altar.

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Es verdad, que tu nombre no lo digo desde niño, pero ahora yo necesito, que me ayudes, y que olvides, lo que he sido.   LA do# Aaa Ave María, escúchame, Ave María, fa# RE si RE si Ave María, tú sabes que yo la quiero, MI y es todo lo que tengo.   LA do# Aaa Ave Maria escúchame, Ave Maria fa# RE si RE si MI LA Ave María, te pido que no termine nuestro amor. Recordaras, aquellas flores que adornaban tu capilla, eran mías, solo mías, las robaba por las noches para ti. Recordaras, cuantas veces te he rezado de rodillas, mis amigos se reían, se reían, se reían.

Luna bella de eternos fulgores, manojo de flores RE 7 de aroma inmortal, SOL RE si /embalsame mi pecho tu ambiente y alumbre mi LA RE mente, y alumbre mi mente tu luz celestial/   En ti sola, abrigué confianza toda mi esperanza, la puse yo en ti, / siempre oh María tu amparo reciba en tanto que viva, en tanto que viva amándote a ti/   A tus manos, oh madre me llego, recógeme luego, contigo vivir, / que del mundo la gloria he dejado, y estoy empeñado y estoy empeñado a cristo seguir. / EL TRECE DE MAYO LA VIRGEN MARIA

OH MADRE MÍA QUE ESTAS EN LOS CIELO

RE LA El trece de mayo la Virgen María, SOL RE LA RE /bajo de los cielos a coba de Iría/.

RE SOL RE LA Oh madre mía que estas en los cielos, envía consuelo, RE SOL RE a mi corazón. Y cuando triste llorando te llame, LA RE tu mano derrame feliz bendición.   RE LA mi LA

 

RE LA SOL RE LA RE Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.  

A tres pastorcitos la Madre de Dios, descubre el misterio de su corazón.  

Haced penitencia, haced oración, 70

 

por los pecadores implorad perdón.  

JUNTO A TI MARÍA

Las modas arrastran al fuego infernal, vestid con decencia si os queréis salvar

  MI SI do# sol# Junto a ti María, como un niño quiero estar, LA MI FA#7 SI tómame en tus brazos guíame en mi caminar.   Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar, hazme transparente, lléname de paz.   MI SI do# sol# LA MI FA# SI Madre, Madre, Madre, Madre. MI SI do# sol# LA MI FA#SIMI Madre, Madre, Madre, Madre.   Gracias Madre mía por llevarnos a Jesús, haznos más humildes tan sencillos como Tú. Gracias Madre mía por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.

 

El Santo Rosario constantes rezad, y la paz del mundo el Señor os dará.  

Que pura y que bella se muestra María, que llena de gracia en coba de Iría.  

MARÍA DE NAZARET +3

RE mi LA RE María de Nazaret, María me cautivó, hizo más fuerte mi fe, y por hijo me adoptó.  

RE7 SOL A veces cuando me pongo a rezar, sol RE en mis pensamientos vuelvo a soñar, si mi LA RE y con sentimiento empiezo a cantar: María de Nazaret. La Virgen a quien Dios Padre eligió, por Madre del Hijo Santo de Dios, María que nos conduce al amor: María de mi Señor.   RE mi LA RE mi LA RE Ave maría, ave maría, ave maría, madre de Dios.   Mujer que trajiste el don de la paz, de todos los hombres Madre serás, en nuestro camino siempre estarás Llevándonos hacia Dios.   María que vio a Jesús caminar, María que lo ha enseñado a hablar, María la que sabía escuchar, María de Nazaret.

MADRE DE DIOS

 DO mi la Escuchaste la llamada del Señor  FA re SOL aceptaste sin reservas su palabra. Fuiste fiel en los momentos de alegría  fuiste fuerte en los momentos de dolor. Comprendiste que el camino del Amor  tiene flores, tiene rosas, tiene espinas,  perduraste con palabras de silencio  tus minutos de dolor e incomprensión.  DO SOL re la Madre de Dios, Madre de Amor  FA SOL DO mi la FA SOL 71

DO haznos como Tú mensajeros de la nueva luz. 

mantel, Y tu abrazo en mi alegría de volver.   Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso, que el regalo más hermoso, que a los hijos da el Señor, es su madre y el milagro de su amor...  

Madre de Dios, Madre de Amor  haznos comprender el dolor gozoso de la Cruz.  Te llenaste del Espíritu de Dios,  para ver el horizonte de la Vida  y escogiste ser esclava y servidora,  porque así te lo dictaba el corazón. Porque amaste y fuiste fiel en el amor,  y en silencio tu esperanza se hizo vida,  en la Cruz te hiciste madre de los hombres,  y tu amor se hizo fecundo en el dolor.  

HOY TE QUIERO CANTAR

  RE Hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, LA7 mi LA Madre mía del cielo. Si en tu alma hay dolor, miLA RE busco apoyo en tu amor, y hallo en ti mi consuelo.     RE hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, 7 SOL RE si mi plegaria es canción, /yo te quiero ofrecer miLA RE lo más bello y mejor que hay en mi corazón /.   /Porque tienes a Dios/ Madre todo lo puedes soy tu hijo también y por eso me quieres.   /Dios te quiso elegir/ como puente y camino Que une al hombre con Dios, en abrazo

CUÁNTAS VECES SIENDO NIÑO

RE LA si Cuántas veces siendo niño te rece, SOL mi LA Con mis besos te decía que te amaba, SOL LA RE fa# si Poco a poco, con el tiempo, alejándome de Ti, SOL LA RE /Por caminos que se alejan me perdí /.   LA RE Hoy he vuelto, Madre a recordar LA RE cuántas cosas, dije ante tu altar, SOL RE fa#si y al rezarte puedo comprender SOL LA RE /que una Madre no se cansa de esperar/.   Al regreso me encendías una luz, Sonriendo desde lejos me esperabas, En la mesa la comida aún caliente y el 72

divino.  

EN EL TALLER DE NAZARET +1

  RE

LA

RE En el taller de Nazaret, pequeño y pobre taller, en su labor está José y el Niño quiere aprender.   SOL RE mi LA RE /Labora y canta la esposa del carpintero, SOL RE mi LA RE y el mundo entero sonríe y canta también. /   En el taller de Nazaret, pequeño y pobre taller, silencio y paz, amor y fe, Jesús, María y José.   En el taller de Nazaret, pequeño y pobre taller, verás a Dios, jugar, crecer, rezar y obedecer.

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