Neumonia

Neum ¿Qué es? onía. Es una infección de los pulmones que ocasiona una grave inflamación de los mismos, produciendo dific

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Neum ¿Qué es? onía. Es una infección de los pulmones que ocasiona una grave inflamación de los mismos, produciendo dificultad para respirar, e inclusive dolor. Puede ser de origen bacteriano, viral o parasitario. La neumonía causada por bacterias tiende a ser la más grave. En los adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía, mientas que en bebés y niños suele ser de origen viral. Quienes presentan mayor riesgo de desarrollar una neumonía complicada son: • Adultos mayores o niños muy pequeños. • Personas con su sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, personas con VIH-sida.) • Personas con otros problemas médicos serios, como diabetes o cirrosis del hígado.

Incidencia En la actualidad, la incidencia de la neumonía en España en adultos tiene un promedio de entre 3 y 5 casos por cada 1.000 adultos, según especifican desde Separ. Esta cifra puede aumentar hasta más de 30 casos por cada 1.000 personas en pacientes mayores de 65 años.

Causas Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea. “La neumonía está causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o parásitos. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe”, señala Menéndez, quien indica que otras bacterias que intervienen con frecuencia causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma. “Respecto a los gérmenes que provocan la neumonía, la incidencia depende del lugar de adquisición de la patología y de las enfermedades del propio paciente”.

Desarrollo de la enfermedad Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad: los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones. Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes los problemas crónicos renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad. Finalmente, algunos gérmenes pueden provenir de otra región del organismo y alcanzar el pulmón a través de la circulación sanguínea.

Síntomas

Los síntomas de las

Algunos

neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene relación con el tipo de germen que causa la neumonía. casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.

Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales que consisten en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso. La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca previa puede que el paciente tenga también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida. “En personas con edad avanzada los síntomas pueden ser más inespecíficos y aparecer como cuadros con menos manifestaciones”, añade la especialista. “En estos casos puede cursar como confusión, malestar general y disminución del nivel de conciencia”.

Prevención Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio de otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias. Puesto que muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la vacunación anual antigripal es recomendable en las personas que pertenecen a grupos de riesgo. Asimismo, la vacuna antineumocócica evita la aparición de neumonías con bacteriemia causadas por neumococo. Las personas que padecen asma, bronquitis crónica o bronquiectasias, deben iniciar tratamiento antibiótico precoz cuando aparecen síntomas de infección respiratoria. Sin embargo, esto no justifica la utilización de antibióticos de manera indiscriminada porque

la mayoría de las infecciones respiratorias de vías altas son causadas por virus que no precisan, ni mejoran con tratamiento antibiótico. Otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la aparición de una neumonía son la abstención de fumar, reducir el consumo de alcohol y mejorar los hábitos higiénicos de limpieza oral y dental.

¿Es grave una neumonía? La gravedad de una neumonía depende de la extensión de pulmón que esté afectado, del tipo de germen que la cause y de la edad y de las enfermedades que ya se tengan previamente. La mayoría de las neumonías en personas sanas si no son extensas se curan con tratamiento antibiótico por vía oral, sin que sea preciso el ingreso hospitalario. Así, en este grupo sólo el 3 al 10% requieren ingreso. No obstante, si hay otras enfermedades añadidas, derrame pleural, es extensa o no ha respondido a un tratamiento correcto inicial se requiere el ingreso en un centro hospitalario para tratamiento. En casos severos pueden requerir intubación y conexión a un respirador e ingreso en una unidad de Cuidados Intensivos.

Tratamiento La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos. El antibiótico de elección es la amoxicilina en comprimidos dispersables. La mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos por vía oral los cuales suelen recetarse en centros de salud. Estos casos también pueden ser diagnosticados y tratados con antibióticos orales baratos a nivel comunitario por los trabajadores de salud comunitarios capacitados. Se recomienda la hospitalización de los lactantes de dos meses o menos, así como de los casos muy graves.

Factores de riesgo La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas naturales, pero los niños inmunodeprimidos presentan un mayor riesgo de contraer neumonía. El sistema inmunitario del niño puede debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en lactantes no alimentados exclusivamente con leche materna. La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones de VIH asintomáticas también aumentan el riesgo de que un niño contraiga neumonía. Los factores ambientales siguientes también aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía:



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La contaminación del aire interior ocasionada por el uso de biomasa (como leña o excrementos) como combustible para cocinar o calentar el hogar; Vivir en hogares hacinados; El consumo de tabaco por los padres.

Transmisión La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos. Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior. Se necesita investigar más sobre los diversos agentes patógenos que causan la neumonía y sobre sus modos de transmisión, ya que esta información es fundamental para el tratamiento y la prevención de la enfermedad

¿Cuánto dura esta enfermedad? El tiempo que transcurre entre la exposición y el momento en que empiezas a sentirte enfermo (denominado período de incubación) depende de muchos factores, particularmente el tipo de neumonía en cuestión. Con la neumonía por influenza, por ejemplo, una persona puede enfermarse tan solo en 12 horas o hasta 3 días después de la exposición al virus. Sin embargo, con la neumonía migratoria, es posible que la persona no experimente síntomas hasta 2 a 3 semanas después de contraer la infección. La mayoría de los tipos de neumonía se resuelven al cabo de una o dos semanas, aunque la tos puede durar varias semanas más. En los casos graves, la persona puede tardar más en recuperarse por completo.

¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Si tu médico te ha recetado medicamentos, asegúrate de seguir las instrucciones atentamente.

Quizá te sientas mejor en una habitación con un humidificador, que aumenta la humedad en el aire y alivia los pulmones irritados. Asegúrate de beber abundante líquido, especialmente si tienes fiebre. Si tienes fiebre y sientes malestar, consulta al médico si puedes tomar medicamentos de venta libre, como acetaminofén o ibuprofeno, para bajar la fiebre. Pero no tomes ningún medicamento sin antes consultar al médico; un supresor de la tos, por ejemplo, puede evitar que los pulmones eliminen la mucosidad por sí solos. Y por último, asegúrate de descansar. Será un buen momento para dormir, mirar televisión, leer y permanecer recostado. Si tratas bien a tu cuerpo, se reparará por sí solo y volverás a sentirte bien en poco tiempo.

Datos y cifras 

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La neumonía es la principal causa infecciosa de muerte infantil en el mundo, responsable del 15 % de todas las defunciones de menores de 5 años. Se calcula que la neumonía mató a unos 935 000 niños menores de 5 años en el 2013. La neumonía puede estar causada por virus, bacterias u hongos. La neumonía puede prevenirse mediante inmunización, una alimentación adecuada y mediante el control de factores ambientales. La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos, pero sólo un tercio de los niños que padecen neumonía reciben los antibióticos que necesitan.