Neumayer Maximus - La Grandeza De La Psicoterapia - La Llave De Una Vida Larga Y Feliz.pdf

Orden Rosa-Cruz Kabalista de Colombia LA GRANDEZA DE LA PSICOTERAPIA (La llave de una vida larga y feliz) DR. MAXIMUS N

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Orden Rosa-Cruz Kabalista de Colombia

LA GRANDEZA DE LA PSICOTERAPIA (La llave de una vida larga y feliz) DR. MAXIMUS NEUMAYER

1

A la humanidad sufriente y a aquellos que desean evitar los sufrimientos.

Dr. MAXIMUS NEUMAYER

Veritas super omnia. Supere longe prima. fellcitatls para est. Felix qui potuit rerum cognoscere causas Sapientissime fiunt onmia, que pro republica fiunt.

2

AL LECTOR, Cariñosamente ponemos en vuestras manos la transcripción de este libro maravilloso, con el anhelo único de que este esfuerzo redunde en beneficio de toda la colectividad. Lopekán

AGRADECIMIENTOS… Damos de todo corazón nuestros agradecimientos sinceros a los hermanos SM., JAL., y AVO., ya que con su nobleza hicieron posible la verificación de esta labor. Lopekán.

3 PÓRTICO PALABRAS DEL INGENIERO SEÑOR AMERICO VERNECK, DISTINGUIDO PSICÓLOGO Y REPUTADO ESCRITOR BRASILEÑO. "LA GRANDEZA DE LA PSICOTERAPIA", es una obra cuya trascendencia reclama para su prefacio, otro más profundo, más minucioso, más calmo que este, resumido y rápido, que el imperio de las circunstancias me permite escribir. Nos hallamos frente a un libro y al mismo tiempo frente a un alma abierta, sin repliegues, cristalina. Sea cual fuera el asunto tratado, en sus páginas se reflejan luminosamente los trazos psíquicos de la inteligencia con que fueron plasmadas y que se difunde en ellas, dándoles un molde fácil, impregnado de un verdadero sentimiento científico. En esta obra encontré, en primer lugar, la competencia del profesional seguro de su doctrina y de su misión y la profunda envergadura de un espíritu selecto amoldado a las más rígidas disciplinas cerebrales y a los más elevados dominios del pensamiento. De ahí la claridad absoluta de sus exposiciones, fácilmente comprendidas por las persona. No menos familiarizadas con las Ciencias Ocultas, que ven en él, inmediatamente, al apóstol al servicio del Bien, exento de pedanterías doctorales y de exhibicionismos científicos. En su obra, el amor a la humanidad es el elementó dinámico que anima sus concepciones idealistas y conduce, con firmeza, al campo de las realizaciones victoriosas. Encontré en ella, la fe inquebrantable de los fuertes, el valor de los convencidos, la voluntad elevada por efecto de la educación y del atemperamiento a su más alta potencialidad.

4 Encontré, en fin, como resultado de esa manifestación de sus notables fuerzas constructoras, la gran alma del Profesor Neumayer. Ella surge nítida, fijando la figura de este abnegado que prosigue sereno en su postulado de piedad, aceptando con placer todos los sacrificios, porque esos sacrificios logran dar a los afligidos un poco de felicidad. He ahí, en ligeros trazos, la magnífica impresión que me dejara la lectura de "La Grandeza de la Psicoterapia", libro de un valor inapreciable para los dolores humanos. Su divulgación entre los hombres que buscan Inconscientemente las propias enfermedades apegados a absurdos dogmas terapéuticos, equivale a la siembra de beneficios sin igual, para la conservación de la salud del cuerpo y del espíritu, único bien de la vida. AMERICO WERNECK

5 PROLOGO Desde hace algún tiempo, en conferencias y en conversaciones, mis amigos vienen instándome a que escriba un libro. Pero, ante el amplio mar de obras escritas desde la más remota antigüedad hasta hoy, sobre psicología, filosofía, religión, arte y ciencia, en las cuales se ha dicho casi todo, he respondido que no valla la pena repetir lo que otros tantos han dicho. Sin embargo, ante la insistencia de un gran número de personas, muchas de las cuales asisten habitualmente a mis conferencias, he debido resolverme a satisfacer ese deseo, afirmado en el propósito y en la esperanza de poder contribuir, con un grano de arena, a la construcción del majestuoso edificio de la regeneración y el bienestar de la humanidad. Y, para mejor éxito de este fin, he plasmado este libro en forma diferente a cuantos se han publicado, procurando enseñar por medio de la práctica, dejando de lado la teoría. Sin embargo, a fin de fundamentar mis afirmaciones, no dejaré de citar algunas teorías de sabios Maestros. Trataré de imprimir tal carácter a mi libro para ver si en efecto puedo contribuir, aunque pálidamente, a la regeneración moral y material de la humanidad, haciéndola reintegrarse a la vida natural, sembrando un poco el sentimiento de fraternidad. Indicaré el verdadero Arte de curarse unos a otros; el medio más eficaz de evitar las enfermedades, y, principalmente, señalaré la Divina Fuente en donde todos se podrán saciar con el precioso Elixir de Larga Vida, llena de paz y real felicidad. En virtud de no pretender escribir este libro exclusivamente para la clase instruida, y si para todos y en beneficio de todos, emplearé el lenguaje más llano en cuanto me sea posible.

6 En efecto. El siglo XX parece que entrara con nubes cargadas de malos fluidos astrales, larvas maléficas (parásitos psíquicos) que, penetrando en el cuerpo astral, desvían cada vez más a la humanidad del recto camino de vida. Es verdad que la ciencia material ha dado pasos gigantescos; es indudable que la civilización material progresa; pero también es una verdad, y bien dura por cierto, que, a medida que esa civilización progresa, la humanidad va dejándose arrastrar a través de un camino tortuoso y repleto de espinas, hacia un abismo inconmensurable y tormentoso. ¿Qué efecto produjo el inmenso acervo de libros, folletos, conferencias, discursos, sermones, sobre religión, higiene, moral, etc.? ¡Ninguno! Al contrario antiguamente, en la Edad Media, y en la misma Edad Moderna, en que la civilización material no marchaba a pasos tan largos como hoy, habla mucha más moral, mucha más dignidad; la humanidad llevaba una vida más correcta. La ciencia, la filosofía y la literatura misma, eran mucho más adelantadas y profundas, porque en aquellos tiempos había hombres que sinceramente se interesaban por el progreso y el bienestar general, lo cual no ocurre con los hombres del presente. Los hombres tienen un inmenso terror al infierno y sus dependencias -tan magistralmente pintadas por Dante- y de lo cual pretenden escapar por medio de misas, confesiones y otros actos análogos. Mientras tanto, con su sistema de vida en la civilización "moderna" crean en su ambiente un infierno infinitamente más terrible que el forjado en la "Divina Comedia" del errante gibelino. Las orgías romanas fueron destruidas por las Santas Cruzadas, y las de hoy, de funestísima repercusión, quién las destruirá? Las doctrinas religiosas, que debían de influir considerablemente en la vida tanto moral como material -de la

7 humanidad, nada han hecho hasta el presente, porque los hombres no las han comprendido aún. Apenas si se ocupan de sus ritos, de sus exterioridades, y nada más. Es esto lo que ocurre desgraciadamente con el cristianismo que hasta hoy día no ha sido comprendido aún, y cuyas divinas, santas y bellas enseñanzas no son practicadas todavía. Los hombres en general procuran saciarse con las letras, o mejor todavía, con el sentimiento exterior y superficial de las Sagradas Escrituras y Doctrinas ignorando, o fingiendo ignorar, su verdadero sentido profundo y encontrando placer en discusiones fútiles, en lo que al texto se refiere, y en definiciones absurdas e interpretaciones caprichosas. Y no es solamente esto. Reverendos ministros de Dios, propagandistas y defensores de las diferentes doctrinas, ritos y cultos, se atacan, se calumnian, se hostilizan, se matan; y en lugar de mantener firmemente entre los hombres la santa comunión predicada por el Divino Maestro, siembran la desarmonía y el odio venenoso entre la humanidad, cuando en efecto, así como hay un Dios Único, un universo solo y una sola Vida, no puede haber muchas religiones y sí una sola, que es la Verdad. La Kábalah nos enseña que, así cono existe un Dios Único, sólo existe una verdad, a la cual débenos nuestra existencia. Ya la Cruz, en su misterioso dialogo entre la Esfinge y Ashaverus, dice: "Yo soy la llave de la sabiduría futura; soy el signo glorioso del stauros que Dios fijara en los cuatro puntos cardinales del cielo para servir de doble eje al universo. Extiendo mis brazos tanto a la derecha como a la izquierda, y esparciré igualmente las bendiciones de Dios sobre Magdalena y María (símbolo); ofrezco la salvación a los pecadores y a los

8 justos, la gracia nueva; espero a Caín y a Abel para reconciliarlos y unirlos; debo servir de lazo de unión entre los puebles; soy el resumen de la Ley porque llevó escrito en mis brazos: Fe, Esperanza, Caridad; soy el resumen de la Ciencia, porque explico la vida humana y el pensamiento de Dios‖. Y luego exclama: "No temas Ashaverus, no temas mi sombra; el crimen de tu pueblo tornóse el del universo, perqué también los cristianos crucificaron a su Salvador. Ellos le crucificaron lanzándole a los pies su doctrina de comunión. Ellos le crucificaron en la persona de los pobres; ellos le crucificaron maldiciéndole y prescribiendo su exilio; ellos le crucificaron y le siguen crucificando de muchas maneras….. pero el crimen de todos los hombres los envuelve en el mismo perdón,..." Y esto es tanto más verdad cuanto más cierto es que la moral de todas las religiones, desde las más remotas, hasta las más próximas, es una y la misma. Y la base fundamental de todas ellas la encontramos justamente en la moral cristiana que los hombres deberían de seguir y practicar, tornándose más cristianos en toda la extensión del vocablo y también menos exhibicionistas en todo el sentido de la palabra. No hay nada más profundo y más bello que los símbolos y la moral cristiana, pero desgraciadamente no han sido comprendidos por quienes debieran comprenderlos. La mayor parte de los seres humanos son cristianos de nombre únicamente. Piensan que basta ser bautizados, ir a misa, confesarse, encomendar funerales y otras ceremonias, para ser cristianos. Pienso que si el Maestro de Nazaret apareciese de nuevo hoy y predicase otra vez el Cristianismo tal como en aquellos tiempos, si no fuese crucificado otra vez, porque hoy no existe ese castigo romano, sería expulsado y perseguido como "Indeseable" y peligroso.

9 El Divino Maestro dijo: "Hay, y habrá siempre gritos y rechinar de dientes contra la Luz Espiritual que sólo existe para las inteligencias que son capaces de verla, que es la luz interior y fuera de la cual nada existe, a no ser las tinieblas exteriores. Los enemigos de la Verdad parecen niños testarudos que derribasen y apagasen las luces para gritar y llorar mejor en las tinieblas". La humanidad, desgraciadamente, no lo comprende. En vez de vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza, se deja llevar en todos sus actos por sus sentidos ineducados. Se deja arrastrar por pasiones; se entrega a placeres y goces que son generadores de discordias y padecimientos. El hombre es un animal imitador: todo lo hace por imitación. Aprende todos los vicios mucho más de prisa y más fácilmente que las virtudes, por imitación. Los animales saben vivir mejor que el hombre: viven guiados por sus instintos, por si mismos y sin esfuerzos. El hombre, desviado de su instinto, tiene que aprender a vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza. "La ciencia de la vida es la ciencia del equilibrio moral". A consecuencia de su vida Irracional, antinatural y antimoral, es muy raro hoy día encontrar un hombre que posea dignidad y moral absolutas, y así mismo una salud perfecta. Por todas partes he encontrado padecimientos, dolores, quejas y gemidos, y todos gritan; "Este mundo es un infierno" sin recordar que los causantes de ese infierno fueron, son y serán siempre ellos mismos, mientras no vuelvan al régimen de vida natural, tal coreo dice Pitágoras: "Vuelve a lo que eres". El sufrimiento de todos los enfermos, no es la enfermedad propiamente dicha; porque en rigor, no hay enfermedad y sí la repercusión de los actos equivocados; las consecuencias de un

10 medio moral pésimo, que dilacera las naturales condiciones de la vida. Si en vez de emplear drogas, modificasen el sistema de vida y procurasen desarrollar la íntima energía, creando un ambiente, alegre formando la idea de una salud floreciente, despertando energías latentes en su naturaleza, se sustituirían, con enormes beneficios, los bromuros, los yoduros, las antipirinas y energéticos venenosos que no hacen otra cosa que embriagar y adormecer los nervios para luego despertar condiciones patológicas más complicadas. Y bien: si la humanidad viviese y se nutriese con una alimentación natural, sin carnes que entorpecen la marcha ascendente de la moral, y se liberase además de la corriente colectiva de los vicios, viviría una vida perfecta, larga, en paz y en plena felicidad. Así como en los tiempos de los romanos, es hoy muy común en todas las capas sociales manifestar simpatías o solidaridades políticas a los amigos por medio de banquetes, grandes almuerzos, cenas o "picnic". Nada hay más pernicioso que esta clase de fiestas. Generalmente, ¿qué es lo que se ve en un banquete? Muchos ricos y lujosos platos obras del más refinado arte culinario todos compuestos de carnes y más carnes. Estos manjares porque el hombre no es de índole carnívora- son compuestos con condimentos excitantes para engañar al paladar. Todo esto es de efecto pernicioso. Pues bien. Como el hombre generalmente cuando come y bebe, no lo hace por el instinto natural del hambre y de la sed, sino guiado por el invertido sentido del hábito, comienza a despertar un apetito ficticio para poder consumir toda aquella cantidad de manjares que sus inconmensurables y egotistas ojos ven; pero como su organismo no puede asimilar todo aquel hacinamiento de cosas antinaturales, continúa bebiendo durante la comida (otro hábito pésimo) cervezas, vinos, champagne, etc.

11 Y, como después se siente indispuesto a consecuencia de haber cargado excesivamente su organismo, bebe café acompañado de finos licores (otro hábito perjudicial, porque dificulta la digestión) porque así lo exige el protocolo de la "alta" civilización. Y, como complemento de la obra, fuma un "fino cigarro", tanto más fino cuanto más caro... viene luego el sensualismo, etc., para quitar el gusto de la boca. Finalmente, al día siguiente, como el organismo se rebela por no poder soportar y asimilar todo aquel arsenal de excitantes y venenos, empieza a protestar produciendo trastornos, congestiones, etc. Vienen entonces los calmantes, los purgantes e inyecciones, que a su turno continúan destruyendo al organismo, completando de esta manera la obra. Y así Va el hombre, envenenando lentamente su ser psicofisiológico y moral; edificando como ya dije, un infierno, tanto para su vida presente como para sus futuras existencias. El apetito es un hábito pervertido, adquirido de comer o beber, y solamente tiene una exigua relación con el hambre y la sed reales. El hombre adquiere un apetito por al tabaco, o por el licor, o por mascar goma, o por el opio, la morfina, la cocaína….. El hombre adquiere generalmente un apetito depravado, por las auto-sugestiones de sus propios vicios, según los hábitos que adquiere en el enviciamiento de su naturaleza. Dice el teósofo Leadbeater: "El que come carne no solamente adquiere una complexión física grosera, sino que también retarda su evolución, integrando substancias psíquicas y mentales groseras e impuras. Tal alimento, tal quilo; tal quilo, tal sangre; tal sangre, tal espíritu". Una moral sana difícilmente puede encontrarse en un cuerpo impuro.

12 Efectivamente, el hombre que se alimenta irracionalmente, eso es. El hombre que se alimenta de animales, solo puede concurrir a la metamorfosis de la procedencia de su alimento. Así por ejemplo: si el hombre come carne de ganado, de ave o de pez o de cualquier otro animal, convierte esos animales en integrantes de su propia naturaleza humana. El niño es guiado por su instinto natural hasta que es pervertido del modo anteriormente dicho, y más aún, por la voluntad de sus padres que, enviciados ya, procuran reflejar en sus dominados los errores de sus principios. No puedo, por lo tanto, dejar de intercalar aquí apreciaciones profundísimas sobre la materia ya definida exponiéndola claramente con los datos positivos que a continuación presento. "Las costumbres cambiarán siempre; pero la moral, que es el más elevado de los principios humanos, tiene que ser una sola, inmutable, y no puede ser sometida a los caprichosos cambios de los hábitos del hombre". La superioridad real del hombre radica en el desarrollo de la consciencia moral. El hombre sin moral es inferior a los animales. Por moral se entiende el conocimiento del Bien y del Mal. Desgraciadamente, la división de la humanidad en sectas y partidos frecuentemente antagónicos, hace que prácticamente no haya un criterio uniforme sobre lo que es el Bien y lo que es el Mal. La humanidad sin embargo, evoluciona hacia la Verdad, pero solamente la reconocerá cuando comprenda que el fundamento de la moral es el mismo para todos, y que la definición del Bien y del Mal debe ser una sola. Esta definición es la cosa más sencilla del mundo.

13 Bien, es todo cuanto está de acuerdo con la ley de conservación y perfeccionamiento del individuo y de la especie. Mal, es todo cuanto perjudica al individuo, física o moralmente, contrariando su evolución y la armonía de la colectividad. La felicidad es la aspiración suprema de todo ser viviente. La salud física y mental, y la independencia moral, son las condiciones fundamentales de la felicidad. Hoy, sin embargo, hallar un hombre feliz es algo difícil. Casi no hay civilizado que en mayor o menor grado, no sea un enfermo o un desgraciado, esclavo de vicios, preconceptos, costumbres o leyes absolutas y absurdas. La creencia de que el vicioso solamente se perjudica a sí mismo, constituye un error de muchos. El hombre enfermo, física o moralmente, daña siempre en algún modo a sus semejantes. No es posible hacer un gesto, pronunciar una palabra o tener un pensamiento, sin que se influya, bien o mal, sobre aquellos que nos rodean. Si poseemos influencia sobre el ambiente, somos también influidos por él. Nadie está completamente sano ni completamente libre, mientras existan enfermos y esclavos. Un determinismo relativo, pero ineludible, encadena a todos los hombres, Nuestra vida es una chispa de la Vida universal; nuestra inteligencia, una partícula de la Suprema Inteligencia, y nuestro cuerpo constantemente adquiere en el medio físico los materiales de que ha de menester. Somos, así, todos hermanos. Somos hijos del mismo Padre: el Logos, el Gran Arquitecto, el Divino Creador, o como quiera llamárselo, que es la misma mano operadora: la Naturaleza. La fraternidad universal debe ser pues, la aspiración constante y suprema de la humanidad.

14 Todos nuestros actos, palabras o pensamientos, deben tener una finalidad prácticamente fraternal. Desechemos pues, el egotismo estrecho, el individualismo mal entendido y feroz, los malos pensamientos y, en particular, los sentimientos de odio y de envidia. Volvámonos amigos de nuestros propios enemigos. Sea nuestro lema: Todo por el Amor y para el Amor. No el amor grosero que aguarda retribución o gratificación, sino el amor sincero, puro, inmaculado y santo. He ahí las bases científicas y religiosas de la verdadera moral, la moral única, la moral de la Naturaleza. He ahí también, la entrada en la senda que conduce a la sabiduría. Así como hemos perfeccionado las ciencias, debemos perfeccionar también tal como lo expreso Newton, "La moral, sin la cual el saber no es sino una palabra vana".

15 I EL ÚNICO MEDICO "Mens sana in corpore sano. El hombre de buen Juicio solo pide a los cielos la salud del alma con la salud del cuerpo." JUVENAL. Predicamos la salud del ser. El alma es inmortal; ella, empero, solamente se manifiesta y evoluciona por medio de su vehículo; el cuerpo físico. La salud física no puede subsistir sin una moral elevada. No es, sin embargo, menos absurdo pretender conservar la salud moral y espiritual perfectas, en un cuerpo impuro y desequilibrado. El equilibrio moral deriva naturalmente, del conocimiento del Bien y de un amplio ejercicio de la fraternidad. El conocimiento de la Verdad y la purificación he ahí los elementos de la evolución moral. La salud es el más valioso de los bienes terrenales Sin ella, toda riqueza, por grande que sea, pierde su importancia. Es más fácil gozar de salud que caer enfermo. Quien vive en armonía perfecta con las leyes naturales de la higiene, de la respiración, del ejercicio y de la instrucción, tiene todas las posibilidades de no enfermar. La enfermedad, en todas sus formas y con sus variadísimos síntomas, es consecuencia lógica de nuestros atentados contra las leyes divinas y naturales. Recogemos inevitablemente en el presente» lo que hemos sembrado en el pasado, No hay, ni podrá haber, remedio alguno que pueda permitirnos olvidar el respeto a las leyes naturales. Solo el acatamiento a las leyes que otrora hemos violado,

16 y la educación sistemática de las funciones, pueden llegar a eliminar las causas de cualquier enfermedad y curarla radical y definitivamente. Todos los remedios químicos son venenosos. El hombre no debe Ingerir droga da ninguna especie. Loa únicos remedios son: el sol, el aire, el agua y los frutos de la tierra. Toda enfermedad se cura por el naturismo. ••••••••••••••••••• HIGIENE Y CURA NATURAL "Si no fuese por carnivorismo -dice el sabio doctor Allinson-, los médicos poco tendrían que hacer". ''El hombre es lo que come", dice Kant. El hombre que come carne se cría con carácter irritable e inquieto; dejad que la coman los tigres y las hienas. No manchéis vuestras manos con la sangre de vuestros hermanos inferiores. En el cadáver del animal se forman terribles toxinas, las cuales producen enfermedades. No. comáis carne; ella es siempre innecesaria y peligrosa. No matarás: La Ley Divina debe extenderse a los animales inofensivos. La superioridad del hombre es, ante todo, moral. El no precisa matar para comer. Evitar sufrimientos y vivir sin matar; he ahí al ideal de la verdadera civilización. No bebáis alcohol, pues ello embrutece y provoca innumerables males. El alcohol nunca es útil al cuerpo humano. Es tanto más peligroso, cuanto más ataca especialmente a los centros nerviosos, órganos del pensamiento y de la conciencia.

17 Todo hombre honrado deba declarar guerra a muerte a ase "demonio de la humanidad" como lo llama Belisario Penna. No fuméis -pues tal como afirma Tolstoy-, además de envenenaros con la nicotina, el tabaco esclaviza y amortigua la sensibilidad y la consciencia moral. "Hacerse vegetariano es el mejor antídoto del tabaco. "Cada uno de nosotros labra su propio destino y recoge lo que siembra, porque el presente determina el porvenir. "La casualidad no existe; nada acontece sin causa; nada se produce que no sea merecido, "Las costumbres de matar y de alimentarse de carne son incompatibles con las esperanzas de felicidad universal y de sabiduría integral‖ "Mientras los hombres masacren animales, se mataran entre sí" Así se expresa el doctor Raúl Carton. LA CUESTIÓN ECONÓMICA El mundo actual se debate en una crisis económica espantosa. Poblaciones enteras mueren de hambre. Parece hasta un sarcasmo. Así mismo, en el ubérrimo Amazonas, la reducidísima población se queja de la falta de alimentos. La especulación, las falsas necesidades de las finanzas y de las guerras, absorben las más preciosas energías de la humanidad actual. Para producir joyas, tabacos, drogas diversas, alcohol, carnes y otros elementos degeneradores de la salud física y moral de los pueblos, es que el hombre civilizado sufre y se esclaviza. Todo hombre consciente se resiste a ser cómplice de

18 tantos horrores. Si todos dejasen de tener falsas necesidades y se negasen a hacer gastos antisociales (evitando de tal suerte alimentar errores ajenos) la cuestión económica y el problema social , estarían definitivamente resueltos. Hacerse naturista y vegetariano significa no solamente eso, sino aún más: un cambio de criterio estético en el sentido de amor a la naturaleza y de una vida al aire libre. La generalización de estas ideas implicarla una dedicación mayor a la agricultura y a la fruticultura. Se respetarían los bosques, cuya destrucción desconsiderada acentúa las sequías, turba las condiciones atmosféricas y dificulta aún más los cultivos; la simplificación de la vida disminuye sus dificultades, dando al hombre mayor facilidad de estudio y concentración, y de elevación de su pensamiento. Con el ejemplo y propagación de estas ideas, se prepara un porvenir más venturoso y una mayor prosperidad colectiva. LA CUESTION SOCIAL "Resulta absurda la pretensión de reformar la sociedad, sin que cada individuo comience a reformarse a si -mismo." La vida contraria a la naturaleza, como hemos visto, provoca en los individuos crisis más o menos violentas , cuyas manifestaciones -dolores, fiebres, erupciones- son como un vendaval purificador, una violenta eliminación que hace el organismo. Algo semejante ocurre en las aglomeraciones de individuos. La civilización, que en vez de facilitar, dificulta la vida normal de los individuos (células de la sociedad), no desempeña bien su papel y provoca la formación de morbosidades sociales, tiranía, parasitismo burocrático, miseria y dificultades de la vida en todos los sentidos.

19 La condición esencial de la conservación de la vida, es el orden. El desorden es un mal que conduce, fatalmente, a males mayores, trayendo como resultado los grandes cataclismos sociales: la guerra y la revolución. Estos cataclismos, como las enfermedades Individuales, deben prevenirse. Pero, si no se suprimen las causas, los efectos no pueden ser evitados. Adoptad, pues, el naturismo, y no habrá ni enfermedades ni revoluciones. Creemos así misino, que tal como la fiebre en los organismos morbosos, las revoluciones son el fuego purificador de las morbosidades sociales. Ambas desgracias pueden ser evitadas. Solamente existe un medio: volver a la Naturaleza; estudiar y, adoptar el naturismo integral. Le cuestión social sólo podrá resolverse pacíficamente por la descentralización sistemática de las grandes ciudades. Búsquense los medios de dar a quien lo desee la posibilidad de trabajar la tierra por cuenta propia. Plántense más árboles y cómanse más frutas. El derecho de la tierra es el primero de todos. Respétese ese derecho y no habrá ya "cuestión económica" ni "cuestión social‖. Recordemos que somos una parte del Todo, y que la evolución de las partes sólo puede proseguir normalmente adaptándose a las leyes Divinas y Naturales que rigen el Todo, Convenzámonos, sobre todo, de los peligros de la separatividad y de los odios, y dirijamos todos nuestros esfuerzos hacia la implantación de la ley del Amor y la realización efectiva de la fraternidad universal. CONTRA EL ALCOHOLISMO

20 La pasión por las bebidas alcohólicas se encuentra entre los hombres de todas las profesiones, pudiendo clasificarse en voluntarias y abúlicas. tos primeros, entre los cuales se cuentan hombres de cierta superioridad social, son impulsados por la pasión alcohólica en la persuasión de encontrar un estímulo; pero luego, advierten y sienten que su organismo necesita de más alcohol, como si tuviesen hambre y sed. El cerebro, por los hilos de los nervios del sistema gran simpático, obedece a las exigencias del cuerpo. El hombre no es más dueño de sí. Si el hombre fuese siempre el animal razonable que dice ser, fácil sería corregir el hábito vicioso. El determinismo lleva al hombre a calcular la serie de desgracias a que su pasión le arrastra: los dolores causados a sus padres, a sus hijos, a la sociedad, y llama entonces al médico. Sin embargo, la intoxicación gana terreno. Los actos de los ebrios son impulsivos y así mimo el miedo a la muerte no les intimida, sino que más bien la provocan. El abismo abierto delante del ebrio, es el que conduce al crinen y a la locura. En realidad, como veneno narcótico, el alcohol es el más terrible en sus consecuencias. Y por el hábito que desde Noé se ha venido arraigando en las poblaciones estas reciben favores de los gobiernos y de este modo la tiranía del alcohol se ejerce a la sombra de la ley. Es a la sociedad a quien compete evitar la causa de los males, en vez de proteger y hasta premiar con exención de impuestos a las fábricas de licores, ya que en los parques públicos creados por ella, no dan agua para beber ni a los niños. El Código Brasileño define así el veneno: "Veneno es toda substancia mineral y orgánica que, aplicado exteriormente, o siendo absorbido, determina la

21 muerte, pone en peligro la vida o altera profundamente la salud." Nos limitamos a dar la redacción de la ley, dejando de formular comentarlos, ya que por ahora es otro nuestro propósito. Queda al alcance de los lectores, ponderar si el alcohol produce o no la sintomatología descrita en el artículo de la ley. Los vicios de un pueblo se encuentran ocultos en el fondo de la legislación. A la sombra de las leyes, como a la de la hiedra, se oculta el veneno de la serpiente humana. Pretender acabar con el alcoholismo, sin modificar radicalmente la ley que lo protege, equivale a un esfuerzo inútil. La moral será ciencia frívola si ella no se funde con las leyes que rigen a los pueblos. Levantar el espíritu del pueblo, es crear un alma nacional; sustituir ese espíritu por el alcohol, es enervar, aniquilar, matar el verdadero etnicismo. Cuando una gran parte de la población destaca sus intereses egotistas de los intereses del público, puede garantizarse que en tal lugar no hay moral verdadera. La política puede encubrir los defectos; pero en ese caso, la corrupción queda en evidencia. Es, el caso de Diógenes ocultándose dentro de un tonel de bebidas para que no le viese un filósofo que pasaba. Díjole el sabio: "Cuanto más te ocultes, más entrarás en las bebidas". Si la virtud en sí, es el deseo altruista de que "todos los Integrantes de la colectividad sean felices, debe ser emulada la bondad de aquellos que se esfuerzan en practicarla. La disfrazada virtud de aquellos que con la capa del alcohol ocultan sus deseos y sus intenciones, degenera en hipocresía, quedando por lo tanto esos defectos en la mayor evidencia.

22 Por la ironía de las cosas humanas, se llama espíritu al alcohol que destruye al verdadero espíritu, eslabón entre el Ser y la Divinidad. Ahora bien. Las ideas son una fuerza activa del espíritu, y están destinadas a proceder en los seres y en la sociedad, como las aguas de las lluvias que se unen para formar los grandes ríos y cataratas que se aprovechan como potencia motriz de las grandes fábricas y plantas eléctricas del mundo. La consciencia y el progreso son resultantes de aquella potencia espiritual. Así cono las aguas que accionan los ingenios nacen en lugares ignorados, el espíritu también, por más humilde que sea el hombre, engrandece los pueblos. Si la fuerza física es evidente, no es menos real la fuerza espiritual; porque la perfección que resulta de los cuerpos simples y compuestos, nada significa comparada con la perfección moral, base de toda virtud. Si se substituye ese don soberano de la especie humana, por el esplritu-alcohol fabricado para su propia perdición, se verá el cuadro vivo del hombre rebelado contra la Divinidad. Los materialistas explican la existencia del alma como una consecuencia de la vida del cuerpo; pero no admiten que los espiritualistas lleguen a la conclusión da la existencia del cuerpo a causa del espíritu que le precede. Sin espíritu, no se comprende la fe, que es el telescopio de la razón. La ciencia es para el mundo material, como la consciencia es para el fuero íntimo. La materia solo se convierte en una fuerza organizada, cuando el espíritu la vivifica. Sin espíritu, las sociedades se desorganizan como cuerpos animados en putrefacción; como un fierro con orín. El paso de la substancia inmaterial a la corporificación, es un eslabón que une lo visible a lo invisible, y esa unión se conoce mediante las reacciones químicas que lo tornan evidente. Qué es la electricidad sino esa ligación

23 homogénea de las fuerzas capaces de producirla, pudiendo ser transmitida a través de la distancia y revelar por su energía el espíritu creador que es para el cuerpo, -materialmente hablando- lo que ella es para los agentes que la reciben y la producen? Si el amor a la patria es el más fecundo de todos los sentimientos, debemos conservar y guardar las tradiciones de nuestra historia, que recuerdan la sangre vertida por nuestros mayores en defensa de la integridad del Brasil. Pues bien; cuando los holandeses invadieron y tomaron la ciudad de Recife, nuestros abuelos portugueses, sin recursos y sin armas, sabiendo que ellos preferían -alcohol a toda otra cosa, dejaron en los ingenios adredemente abandonadas centenares de cuarterolas de aguardiente. Viéndolos ebrios, efectuaron el asalto, llegando de ésta manera un puñado de héroes a vencer y expulsar a los invasores de nuestra patria. Que este recuerdo se conserve indeleble en el espíritu del pueblo brasileño, permaneciendo el individuo fuerte y abstinente, haciendo guerra al alcohol, para que sirva tan sólo de "arma'' de combate. Declámese contra la corrupción de las costumbres. Se pretende hombres virtuosos, pero se consiente que el veneno permanezca al alcance del pobre desapercibido para la defensa. "La enseñanza experimental es lo único que da al raciocinio la fuerza de su propia fuerza. El alcohol es el moho de la razón‖. "Quien aprende por sí mismo a conocer un peligro , lo evita, Y nadie ignora que el alcohol crea los delincuentes y los hipócritas, principalmente en nuestra raza latina, considerada como la más apta para la imitación por el ejemplo". Los poderes legislativos del Brasil, se ocupan de La reforma educacional.

24 El especialista tiene la obligación de mostrar los peligros de la educación en los niños que viven en contacto con las bebidas alcohólicas. La educación que no se fundamenta en la experiencia, es defectuosa: perjudica al educador y al educando porque es de esencia moral, que los métodos a que obedece sean invariables. La experiencia personal sirve de norma a la conducta de los niños; por ello, es totalmente inútil que los padres y profesores que gastan su dinero en vinos y licores, digan a sus hijos y educandos que no deben consumir tales bebidas porque ellas solo sirven para los hombres. Esto, es originar la desconfianza en el espíritu que desea fortalecerse. En ese caso, la psicología sería un arma contra los principios de la moral. Gustavo Le Bon, en su "Psychologie de I'education" afirma, que "la grandeza de un carácter puede medirse por la fuerza inconsciente de su moralidad." Quien practica la virtud y adopta hábitos de abstemio, adquiere fácilmente la educación moral, que tiene por base el hábito de ejercer el Bien y de evitar el mal, de modo que lo consciente pasa a ser una vivencia ininterrumpida, No debe ser por el temor a Dios, y sí por el temor a los males que el veneno produce, que se debe creer en la Independencia de nuestra voluntad para educarse a sí misma. Querer es poder, y quien puede practicar el bien, debe preferir esto al mal, su antagonista. Intentaremos demostrar que, siendo el espíritu una fuerza -la más poderosa del hombre- y el alcohol, el veneno más deletéreo para el sistema nervioso, solamente por la cura de la voluntad se puede conseguir la victoria en el tratamiento. Sabido es, cuanto ha hecho en Europa la "Societé de la Croix Blue". Mme María Hunt, tornóse célebre en los Estados unidos, mediante la enseñanza científica de La templanza.

25 Infinidad de Escuelas se han fundado para ese fin, mediante su acción inteligente. La "Asociación Médica Americana" en 1882, solicitó el concurso de la unión para legislar sobre la materia, El estado de Vemont apresuróse a tornar obligatoria la enseñanza de la templanza. Tan rápida fue la acción del poder moral, que ganó las consciencia, de manera que exceden de 50 los Estados y Territorios que inscribieron en sus leyes la educación de la templanza en todas las escuelas. Hay 28 Estados de la gran república, en donde tres veces a la semana se dictan conferencias públicas, y en donde es un hecho la prohibición de la venta de alcohol como bebida. Canadá, las colonias australianas, las Islas Británicas. Holanda, Bélgica, Francia, Suiza y Suecia, reconociendo los peligros del uso del alcohol, han estimulado la propaganda anti-alcohólica por diversos medios. Sólo nosotros, los americanos del sur, permaneceremos inactivos mientras el mal hace estragos? La opinión de Lanei Reaux (Lecciones de Clínica médica -pág. 72) es de gran valor, porque el sabio maestro considera que los licores, más que los vinos, conducen a la tuberculosis. Sus observaciones, en 344 bacilos, son terminantes. Todos, debidos al alcoholismo: siendo 180 de tuberculosis pulmonares; 20 de tuberculosis de las meninges; 54 de los intestinos; 24 del peritoneo; 60 de tuberculosis y cirrosis hepática. No está de más insistir en la necesidad de que modifiquemos las viejas y perniciosas prácticas sociales que encuentran un símbolo en el alcohol. Sería más venturoso, más noble y más bello preferible y benéfico, que, en lugar de tales fiestas, tales banquetes irracionales y antinaturales que deprimen y corrompen a la

26 humanidad acicateando los bajos instintos; que convierten a los hombres en fieras salvajes (Kama Rupa de los hindúes), se realizasen fiestas espirituales: arte, poesía sin palabras (música), literatura, ciencia y otras coses análogas que regeneran y elevan al hombre a una vida superior (Alma, Buddhi, Manas de los hindúes) en donde los hombres aprendieran lecciones de moral, de vida recta, de pensamiento recto y noble; en donde aprendieran a elevarse espiritualmente y a distinguir lo real de lo ilusorio, la vida infinita de la vida finita; lo verdadero de lo falso; el yo real del yo personal. Aprenderían e ejercer dominio absoluto sobre el yo físico y sobre el cuerpo astral, despertando en sí sentimientos nobles, dignos, humanitarios y fraternales….. se Instruirían en el sabio principio estampado en el frontispicio de un templo que la antigüedad consagró al dios de la luz; "Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses". Reconocerían que los hombres y los seres no son sino moléculas de un solo cuerpo. Así como hay solo un Universo, hay también un sólo hombre. El hombre re conocería que él no es sino un átomo del Alma Universal, y, por lo tanto, de su semejante; reconocería, en el feliz y en el desventurado, en el rico y en el pobre, en el anquilosado y en el perfecto, que él es lo mismo. En la vida humana -dice Despine-, la distancia entre los seres es igual al espacio existente entre los átomos de un cristal. En éste, cada átomo está constituido por infinidad de electrones con directa influencia sobre sus vecinos. Así también, en la vida, cada ser es un átomo de la humanidad, y parte integrante de la personalidad colectiva. A cada momento, nuestra mente recibe invisibles mensajes telepsíquicos, los cuales transforman por completo, e insensiblemente, las características de nuestra personalidad. Estamos siempre aclimatados en el medio que vivimos, porque la vanidad humana sobrepuja, y el hombre está siempre gobernado por sus semejantes.

27 El profundo estudio de las pasiones, deseos y emociones, ha servido para demostrar que el destino de cada ser, depende únicamente de las múltiples condiciones referentes al mismo individuo, Descubrió la ciencia además, que existe una exacta correspondencia entre el procedimiento humano, sus pensamientos, deseos y actos de la vida; y que el hombre es el sembrador inconsciente de su felicidad, o el causante inconsciente de sus amarguras. El don de la palabra y el pensamiento -dice Desosses-, es, a pesar de las apariencias, la única verdad existente. También está plenamente probado que el sistema nervioso emite ondas y desempeña el verdadero papel de un aparato receptor. El fenómeno telepsíquico (mal llamado telepatía) es La vibración de una neurona, transmitiendo impresiones a otra neurona a distancia. No es lenta, como se cree, la materia, pues la ciencia física moderna nos explica como nuestros órganos están constituidos por infinidad de fuerzas. Luys parangona la inteligencia con la fosforescencia. Somos aparatos telepsíquicos, ya en el sueño, ya en la vigilia, no tan solo para nuestros amigos, sino también para nuestros enemigos. Y, cuántas veces tenemos sueños que son verdaderamente fenómenos telepsíquicos! Sentimos, además, algo sobrenatural cuando nos ocurre un hecho anormal; tenemos emociones, bien sea por el peligro a que nos exponemos, o por nuestros dolores, sin que mientras tanto nuestra voluntad tenga influencia en el fenómeno. Por consiguiente, se torna menester que seamos buenos agentes de estas energías, pues el valor de los mensajes recibidos es el mismo que el de los emitidos. De este modo, vendría a formarse una fraternidad perfecta, con bases sólidas, porque lo "mío" y lo "tuyo" no existiría más.

28 Este es el ideal mil veces preferible; seguro estoy de que la mayoría o quizá todos, me responderán afirmativamente, Sin embargo de ello, muchas personas aseverarán que es difícil, y tal vez imposible, llegar a la " realización de ese ideal; aseverarán también que la fuerza de la voluntad y la energía del carácter son dones de la Naturaleza, etc. etc. Muy de acuerdo; pero estoy convencido también, de que con un poco de voluntad y con el ejercicio y el hábito de hacerlo, podrán alcanzarse tales dones de la Naturaleza; la voluntad, por medio de la educación, puede perfeccionarse. La voluntad es, como dice Van Helmont, "La primera de todas las potencias", Y como observa Lahr: "La facultad de proceder según la " luz de la razón". Paracelso se expresaba así: "La convicción fortalece la imaginación, porque la convicción engendra la voluntad, Una voluntad firme y resuelta, es como el comienzo de todas las operaciones mágicas". Algunos de los admiradores de Le Dantec y de otros de la misma escuela materialista, me replicaran tal vez que esto es una utopía; que la vida y la lucha humana, la envidia, la hipocresía, el egotismo, el interés individual, son leyes biológicas y que en una familia, aun entre hermanos, ocurren las mismas luchas. Yo les replicaría que están en un grande y gravísimo error. Desconocen por completo la Ley Divina, la Ley del Karma, la Ley del Universo, la Ley de la Madre Natura. "Karma", es un término sánscrito que significa "acción". Admitiendo que toda acción deriva como efecto de causas anteriores, tendremos que cada efecto futuro tiene su causa en el presente; esta noción de causa y efecto es un elemento esencial en la idea de la acción. He ahí porqué el término acción o Karma, se emplea en el sentido de "causalidad", y designa la serie ininterrumpida, el encadenamiento de las causas y efectos de que se compone

29 toda actividad humana. De ahí la frase que comúnmente empleamos al referirnos a un suceso: "Es mi Karma; esto es: "este acontecimiento es el efecto de una causa generada por mí en el pasado". Ninguna existencia está aislada; cada vida es el fruto de todas las que le precedieron; el germen de las que van a seguirse en el conjunto de las vidas de que se compone la existencia continua de la individualidad humana. No existe ni el "acaso" ni el "accidente"; cada acontecimiento está ligado a las causas antecesoras y a los efectos subsiguientes, pensamientos, acciones, circunstancias, proceden del pasado e influyen en el futuro, Envueltos en un velo de espesa ignorancia que, simultáneamente nos oculta el pasado y el futuro, los acontecimientos nos parecen salir de repente de nada, y ser "accidentales"; pero esta apariencia es ilusoria, y procede exclusivamente de nuestro limitado conocimiento. Así como el salvaje, que ignora las leyes del universo físico considera los acontecimientos naturales como desprovista de causas, y admite como "milagros‖ las operaciones de las leyes físicas desconocidas, así también la gran mayoría de los hombres, ignorando las leyes naturales, consideran los acontecimientos mentales y morales como desprovistos de causas y admiten la acción de las leyes desconocidas por ellos, como siendo buena o mala fortuna. "El ignorante camina tropezando, impotente, chocando con las leyes naturales inmutables, y viendo fracasar todos sus esfuerzos; mientras el hombre de saber, va metódicamente hacia adelante, previsor, despertando ciertos efectos, impidiendo otros, ajustando todas las cosas; realizando en fin, sus designios, no porque tenga "suerte‖, sino porque lo comprende todo. "El uno es el juguete, el esclavo de la Naturaleza arrastrado por las fuerzas inmutables por acción de sus propios

30 caprichos; el otro, es el señor de ellas, utilizando las energías cósmicas para conducirlas hacia donde su voluntad determine. "Lo que es verdad para el dominio de la lay física, es igualmente verdad en el mundo moral y el mundo mental, mundos éstos regidos también por leyes. "Aquí, todavía, el ignorante es esclavo y el sabio es rey. Aquí, todavía, la inviolabilidad e inmutabilidad son reconocidas enseguida como condiciones indispensables de un progreso cierto y de una organización esclarecida en el futuro. "Si el hombre se puede tornar dueño de su destino, es únicamente porque la generación de este destino se opera en un campo de leyes naturales, las cuales colocan en las manos del hombre la posibilidad de regir su futuro, donde la inteligencia pueda edificar la ciencia del alma, determinando igualmente su futuro carácter y sus circunstancias futuras. El conocimiento de la Ley del -Karma (que parece conducir a una parálisis de esfuerzos) se vuelve una fuerza inspiradora, un sustentáculo; una palanca, con auxilio de la cual el hombre es para sí mismo la ley de causalidad, la ley de causa y efecto. Ella, ha sido formalmente enunciada por el Iniciado Cristiano San Pablo: "No os engañéis. Dios no puede ser burlado; lo que el hombre sembrare, eso recogerá". El iluminado Paracelso, en su "Oculta Filosofía", al referirse al "Ens Dei" (principio Divino, que corresponde a la Ley del Karma) dice. "No hay ni buena ni mala suerte; sin embargo, todo efecto es debido a una causa Cada uno recibe su recompensa conforme su conducta y su obra‖. "Dios plasma todos los hombres de una misma substancia y a todos comunica el mismo poder para vivir, por lo que todos los seres humanos son iguales ante Dios. "El sol y la lluvia, el invierno y el verano, son los mismos para todos. Sin embargo, no todos ven el sol con los mismos

31 ojos. Dios ama a todo el género humano de la misma manera; mientras tanto, no todos aman a Dios con el mismo amor. "Cada uno de los hijos de Dios tiene el mismo patrimonio; sin embargo, uno desperdicia mientras el otro conserva. Lo que Dios hace igual, las acciones dé los hombres lo vuelven desigual. "Cada hombre que lleva su cruz, encuentra en ello su recompensa. Cada infortunado es una fortuna, porque la bondad divina da a cada cual lo que más necesita para su desarrollo futuro, El sufrimiento sólo comienza cuando aparece el descontento, el cual proviene de la ignorancia de la Ley Eterna. Cuanto mayor fuere el obstáculo para el combate, tanto mayor será la victoria". Es que la humanidad, desde su cuna, desde Adán y Eva (símbolos de la raza humana), fue falsamente educada por sus Jefes. Es verdad que las doctrinas religiosas y filosóficas de Brahma, Zarathustra o Zoroastro, Budha, Lao-Tsé, Moisés, Jesús, Confucio, Sócrates, Platón, Pitágoras y otros grandes Hierofantes; y todo cuanto encontramos en el Código del Manú, en Manava-Dharma-Sastra, en los Upanishads, en los Vedas, en el Antiguo y el Nuevo Testamento, en las obras platónicas y pitagóricas, etc., son doctrinas religiosas, filosóficas y divinas, y profundamente instructivas. Pero, también es una gran verdad, que los representantes pastores continuadores de doctrinas y enseñanzas, atacados por la larva astral de las pasiones, de la envidia, del egotismo, de la hipocresía, del interés personal o del sectarismo, condujeron -y aún conducen- , el rebaño humano por caminos errados, falsos, escabrosos y dilacerantes. Si estos pastores y los que gobiernan a la humanidad, por un esfuerzo de la voluntad se liberasen de tal larva; si trocasen aquellos "vestuarios viejos" de interés individual o sectario por otros de interés verdaderamente colectivo, humanitario,

32 fraternal; si se decidiesen a guiar ese inmenso rebaño de animales racionales por la verdadera senda de aquellas santas y profundas enseñanzas y a reconducirlo hacia la vivienda de la excelsa Madre Naturaleza para saborear el fruto de la vida más humana y menos animal, y beber el delicioso licor de la fuente espiritual y menos material, veríamos que en un lapso relativamente breve, ese rebabo se transformaría, de fieras humanas, en verdaderos hombres. En una humanidad, perfecta en toda la extensión de la palabra, la condición humana será tal, que en vez de ser el año 3.000 -como dice Mantegazza- la fecha en la cual no existan ya médicos, bastaran dos siglos para alcanzar el ideal deseado por todos. Y no solamente no habrán más médicos, sino que también no existirán más ejércitos, ni guerras, ni revoluciones, ni huelgas, etc., pues las naciones, los pueblos, los hombres, aprenderían a acatar el derecho de cada uno, guiándose por la ley de la Equidad. En fin, se guiarán por el camino recto del vivir, por la Ley Universal, y se reconocerán como hermanos, o como uno en todos. Uno trabajan por todos; todos trabajarán por uno. De esta suerte, cambiarían su Karma1 funesto, tormento de muchas personas y de muchos pueblos, pudiendo penetrar poco a poco en el Nirvana2. A esto sí podríamos llamar "verdadera civilización" porque las ventajas de la "civilización" moderna, el pueblo las paga a subido precio. Le da su energía, y recibe en cambio males, sufrimientos y un infierno tormentoso.

1

Karma, es la Ley de Causas y Efectos, por la -cual se recoge lo que se ha sembrado y es el destino que cada uno se prepara a sí mismo. 2 La palabra "Nirvana" no significa la "nada", como muchos la interpretan, sino que designa la desaparición de tocas las ilusiones. Es el dominio completo del espíritu sobre la materia f el poder absoluto del Yo real sobre el Yo personal.

33 El hombre se queja continuamente de los elementos adversos de la Naturaleza; de sus adversarios y enemigos; en fin, de todos los obstáculos y estorbos en todos los actos de su vida. Ignora, mientras tanto, que no existe peor elemento adverso, peor enemigo y mayor obstáculo -que él mismo, debido a su continua transgresión de las Leyes Naturales. Y nadie, impunemente, viola las Leyes de la Naturaleza, sin escapar a las consecuencias de sus actos. No se desafían impunemente las Leyes Naturales; se puede estar seguro de que se recogerán fracasos, disgustos y pesares. Libertándose a sí mismo de la esclavitud de sus instintos y sentidos pervertidos y de sus pasiones, que son los mayores enemigos de su propio dominio; y procurando dominar su cuerpo astral, o mejor, desarrollar su autodominio, el hombre se vería completamente a salvo de los males que le afligen, y del infierno que él mismo se creó en su vida. Por último, haciendo al prójimo lo que se desea que se le haga a sí mismo, y no haciendo a otros lo que no quisiera que se le haga, no tendrá ya enemigos, y sí solo amigos, porque él será amigo de todos, y, principalmente, de sí mismo. Respétese cada uno a sí mismo; ame al prójimo y reconozca a Dios en todo y a través de todo. Entonces sí, podremos exclamar con Shakespeare: "Qué maravilla es el hombre Cuánta nobleza hay en su razón Cuan infinitas son sus facultades Cuan apto y admirable en su acción Cómo es semejante a Dios. Felizmente, los tiempos van llegando. Y no está lejos el día bendito de la próxima venida del Maestro instructor, que exclamará entonces:

34 "Desciendo a mi mundo en forma de hombre, cuando así es preciso. Restableceré la justicia y sentaré en su trono a la Verdad!".

35 II EL RESURGIMIENTO DE LAS CIENCIAS ANTIGUAS "Nada debo ignorar o desconocer en lo que respecta a la humanidad" Para llegar al sanctum regnun, esto es, a la ciencia y al poder de los Magos, son indispensables cuatro cosas: una inteligencia esclarecida por el estudio. Una audacia que nada detenga, una voluntad inquebrantable y una discreción incorruptible. Este libro -ya lo he dicho- me propongo escribirlo en una forma que este fuera de lo común, es decir, pretendo sintetizar en esta obra, todo cuanto se haya dicho hasta hoy con referencia al hombre bajo el prisma social psicológico, filosófico, etc. El Mago (me refiero al mago blanco teurgo), es sencillamente un investigador que procura demostrar que la Magia es una ciencia natural, y que si las fuerzas de que trata esta ciencia no son conocidas por el común de la humanidad, no por eso dejan de existir y de ser fuerzas de la Naturaleza. El prueba además, experimentalmente, que nada escapa ni escapar puede a la acción de las Leyes Naturales, ya sea en el campo de la materia o en el campo de las fuerzas desconocidas. La magia combate las supersticiones en general y de manera absoluta, pues uno de sus principios fundamentales es que lo sobrenatural no existe. Conviene no confundir la Magia superior, la Magia teúrgica, la Magia Blanca que, -tal como lo afirma el -gran F. Ch. Barley- requiere el auxilio de la inteligencia y el conocimiento de las fuerzas invisibles, con la magia inferior, la magia torpe, la magia de las supersticiones, la magia negra, la magia de las hechicerías.

36 Desde la época de los hombres de ciencia como Eliphas Levi (Abad Alfonso Luis Constant, uno de los mayores ocultistas -1810 a 1875); el marqués de Saint Ivés; Stanilas de Guaita; Papus (DR. Gerardo Encausse); Fabre d´olivet, Barley, Max Huller, Baradue, Coronel Rochas, Paracelso, Berthelot, Cagliostro y otros, los cuales se dedicaron a la restauración de los estudios mágicos, se confunde la Magia con la prestidigitación de los charlatanes, con las alucinaciones de los enfermos (que algunos llaman "obsesiones") y con los crímenes de ciertos delincuentes excepcionales. Según afirma Maury, la Magia fue la madre y el origen de todas nuestras ciencias. Ella es, la "vera-ciencia". Es un lamentable error creer que la Magia tenga parentesco con la doctrina teológica de Dios, del demonio, de los ángeles y arcángeles. El poder mágico está confiado solamente por los Poderes Ocultos e Invisibles al hombre de moral absoluta y natural, y que solo se sirve de él desinteresadamente en beneficio de la humanidad y de todos los seres. En el mundo profano se reconoce todo Hermano iluminado de la Rosa Cruz, por el secreto poder que Ella le concede. Eliphas Levi dice: "Para adquirir el poder mágico o psíquico, son necesarias dos cosas: desembarazar la voluntad de todo servilismo, y ejercerla con dominio. La definición de la Magia, es la aplicación de la voluntad humana dinamizada, en la evolución rápida de las fuerzas vivientes de la Naturaleza. "La voluntad soberana está representada en nuestros símbolos por la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente, y por el ángel radiante que reprime y subyuga al dragón bajo el pié de la lanza.

37 "La Magia descansa sobre el principio, experimentalmente demostrado por ella, de que existen en la Naturaleza fuerzas ocultas que se denominan fluidos. "Estos fluidos son de tres especies: 1.) Magnéticos; 2.) Astrales; 3.) Esenciales. "El fluido magnético comprende la luz, el calor, la electricidad, el magnetismo, los rayos X, y otros. Los fluidos astrales son aquellos a los cuales deben ser atribuidos en general los hechos del psiquismo, esto es: las manifestaciones misteriosas e hiperfísicas del enfermo". Baradue, refiriéndose a la fuerza vital, se expresa de la siguiente manera: "Fuera de las substancias químicas, sólidas, líquidas o gaseosas; fuera de los modos conocidos de la energía que penetra en los cuerpos y elabora su armazón material, el hombre es compenetrado por una fuerza de vida, superior a las fuerzas conocidas, superior por su actividad y su inteligencia; ella está en armonioso intercambio con nuestra propia fuerza vital que conserva e interviene en la constitución de nuestro cuerpo vital fluidico, alma humana, el espíritus vide de Paracelso. "Por su íntimo contacto con el espíritu y la materia, por las predominancias psíquicas o físicas que de ahí resultan, ella forma el temperamento vital, o personalidad de cada uno. En el conjunto de las fuerzas que nos rodean, existen unas que son absolutamente inferiores, brutales, definidas en el estado libre; otras ávidas de adaptación; otras más o menos adaptadas, esto es, poseedoras de más o menos inteligencia superior, que forman entes realmente aparte. "Los fluidos esenciales son de naturaleza aún más elevada, y sólo la Magia oso ocuparse de ellas; cooperan en la dirección general del mundo. "Las Ciencias Ocultas demuestran que el hombre es un

38 ente inteligente y corporal, hecho a la imagen de Dios y del mundo; uno en esencia, triple en substancia, Inmortal y mortal; hay en él un alma espiritual, un cuerpo material y un mediador plástico. El hombre, es pues, "triuno". Por su espíritu vive en el plano divino y está en comunión con el Alma del Universo, de lo cual tiene consciencia en ciertos estados -(prez, éxtasis, etc.). Por su cuerpo astral, vive en el plano intermedio; tiene consciencia de él por ciertos fenómenos (videncia, presentimientos, sueños, etc.). En fin, por su cuerpo físico, vive en el plano material. "Cuando se disgregan, todo vuelve a su plano natural: el cuerpo físico, a la materia; el cuerpo astral, al plano astral, llevando consigo el espíritu que debe volver, más tarde o más temprano, al plano divino. "La Magia es también considerada como la ciencia del Verbo, Este, a pesar de ser casi desconocido, es una fuerza misteriosa de gran alcance, especialmente para los terapeutas". Baradue, observando y verificando su poder mágico, dice: "El Verbo llega hasta modificar la vitalidad visceral y psíquica del paciente que, alternativamente, se torna enfermo o sano". Felizmente, existen en todas partes del universo hombres de coraje, grandes inteligencias liberadas de todos los prejuicios absurdos, que se han dedicado a estas ciencias trascendentales, afrontando altivamente todas las prevenciones de la ciencia oficial, críticas, ridiculizaciones, y en fin, todas las furias provenientes de la ignorancia, del fanatismo y de las supersticiones humanas, Gracias a estos grandes espíritus evolucionados, es que el Ocultismo va, con pasos seguros, entrando en el círculo de la ciencia oficial, y viene siendo estudiado por los sabios actuales, quienes se consagran con sincero interés al examen de sus fuerzas desconocidas.

39 Entre estos sabios no podemos dejar de citar a Mesmer, Lancelin, Lavoisier, Reinchebach, Wllliam Crookes , Bernhain, Charcot, Puisegur, Blavatsky, Coronel Olcot, Charles Richet, Camilo Flanmarion, Hippolyte Rivall, Allan Kardec, César Lembroso, Wronsky, Ochorowichz, H. Durville, Lavater, Oliver Lodge, profesor W, Barret ó astrónomo Chalis o naturalista Russ Wallece, Fichte Hellenbach, Zoelner, Perty, Esland, Aksakoff, Savage Bernheim, Durad de Gross, Sinnet, Rudolf Steiner, Mizaud, Leonardo Vair, Bonjour, Zbideu, Ch. Laht Bonaid, Dr. Grasset, Dr. Dubois de Berna, Berthelot, P. Parias, Lapponi, Maspero, F, Myers, Schopenhauer, Mainduc, Deleuze, Gauthier, Dusart, Dr. Liebeulty Dupotet, Dr. Deslon, Henry Khunrath, Martínez Pasoualis, Cagliostro, Maury, Jules Lermina, Van Helmont, etc. Es a muchos de estos grandes espíritus que se debe el renacimiento de las ciencias antiguas y trascendentes como la Astrología, La Alquimia, la Metapsíquica, los cuales comenzaron principalmente a dedicarse a los estudios positivos v profundos de la magia verdadera. La ciencia oficial, como así mismo la medicina oficial, nada de nuevo han hecho hasta nuestros días. Eso de arrobarse el derecho de considerar que las ciencias modernas son creaciones recientes, no pasa de ser una pretensión infundada que puede ser ventajosamente combatida. Todas las ciencias modernas no son más que una pequeña resurrección de las antiguas ciencias trascendentales, Esto lo han afirmado ya los célebres hombres da ciencia Lancelin, Dutens, Fabre d'olivet, Saint Yves Alvendré y otros. Pitagoras, Aristarco, Seleuco y los egipcios faraónicos, conocían ya el movimiento de la tierra alrededor del sol. Demócrito conocía la Vía Láctea, del mismo nodo que Aristóteles y Plotino veían en las estrellas centros de sistemas

40 planetarios. Y Plutarco, Plinio y Macrobio, se ocuparon de 2a ley del cuadrado de las distancias. El telescopio y el microscopio eran conocidos por Aristóteles y Arquímedes, respectivamente, demostrando los profundos conocimientos de óptica en los espejos ustorios. De la misma manera, sabemos que Antemio de Troteo ya empleaba la fuerza motriz del vapor en la importante construcción de Santa Sofía. En las tintas de los fenicios, en las telas y en las momias egipcias, se encuentra la química altamente empleada. Los chinos conocían ya, desde remotas épocas, la brújula, la pólvora y la imprenta. Los sabios de la antigüedad, que eran verdaderos magos, no solamente conocían la electricidad, sino que conocían también los medios de dominarla y dirigirla, me dios estos que no conocemos en nuestros días. Del mismo modo, Numa Pompilio conocía el arte de dominar y dirigir el rayo, arte cuya aplicación, hecha equivocadamente por Tulio Hostilio, le hizo caer fulminado. La ingeniería a su vez, nada nos trae de nuevo, y de la misma manera todas las ciencias que se pretenden modernas. Todas las obras en que se encuentran consubstanciados los principios de estas ciencias, así como sus laboratorios, fueron destruidos por las persecuciones del fanatismo de Diocleciano y más tarde por Teodosio que dispuso la destrucción de todo lo que restaba del Egipto esotérico. Los laboratorios del templo de Serapis, la Escuela y la Biblioteca de Alejandría, todo desapareció bajo el fanatismo de Teodosio. Pero como nada perece en la Naturaleza (según la luminosa frase de Lavoisier) todo lo que vivió continúa viviendo siempre bajo nuevas formas de acuerdo con la ley de reencarnación, y por el mismo hecho, con la del progreso espiritual, todas esas cosas habrían de resurgir en el seno del

41 universo bajo nuevos aspectos, que la ciencia oficial vanidosamente presenta como nuevas ciencias aparecidas en el mundo, cuando en realidad, todo no pasa de ser sino el reencendimiento de una luz inmortal que en todos los tiempos iluminó a las generaciones y que, transitoriamente, fuera apagada por el fanatismo religioso. Aparece, de vez en cuando, el descubrimiento de un nuevo invento científico", produciendo asombro y dando qué decir al mundo, que por lo general, queda embelesado ante la indescriptible sorpresa de un descubrimiento trascendente, descubridores extraordinarios se tornan divinizados por la super-excitada admiración de los pueblos cuando, en realidad, nada se ha descubierto, sino que ha reaparecido lo que ya existía. Ya lo dijo el legendario sabio Salomón: "Nihil novum sub solé". Esos inventores o descubridores no son sino instrumentos intermediarios de las fuerzas ocultas de la n aturaleza, que se aprovechan del hombre para hacer sus manifestaciones en las múltiples modalidades del progreso. Así tenemos la electricidad, desdoblada en una gran navegación aérea, los rayos de la muerte, la radiotelefonía, el telégrafo inalámbrico y, finalmente, todo cuanto nos ha sido proporcionado por las ciencias. Así mismo las ciencias trascendentes como el magnetismo, la magia superior, el hermetismo, etc. De acuerdo con lo que prescribe la filosofía yoga y las ciencias esotéricas, las naciones cesan de existir como naciones; pero las almas de los individuos que las componen continúan viviendo y hacen sentir su influencia en las nuevas generaciones, nuevas escenas y nuevas circunstancias de vida. Los antiguos egipcios, los persas, los medas, los caldeos, los romanos, los griegos, han desaparecido; pero sus almas, reencarnadas, están hoy entre nosotros. Es debido a su inspiración que las Ciencias Ocultas empiezan a ser restauradas; profusamente despertadas en el

42 mundo occidental en nuestros tiempos. No debo dejar de citar la profunda explicación que sobre el tema formula la excelsa teósofa Mme. Blavatsky en su luminosa, Obra la Doctrina Secreta: "Los caminos del Karma no serían inescrutables si los hombres trabajasen en unión y armonía en vez da desunión y lucha. "Porque es inmensa nuestra ignorancia de estos caminos, a que una parte de la humanidad ha dado en llamar "Los caninos de la providencia", obscuros e inextricables, el paso que Otros ven en ellos la acción de un ciego fatalismo, y otros un simple Acaso, sin dioses ni demonios que lo dirijan. Nuestra ignorancia ciertamente desaparecería si lo atribuyésemos todo a su verdadera causa. Con un recto saber, o por lo menos, con una consciente convicción de que nuestros prójimos no querrán hacernos más mal del que nosotros queremos hacerle, dos tercios del mal desaparecerían del mundo. Si nadie quisiese hacer mal a su hermano, el Karma (o Némesis) no tendría fuerzas contra él, ni armas para castigarlo por medio de ellas…. Diariamente, con nuestras propias manos, estamos llenando de numerosas vueltas el sendero de nuestras vidas, é imaginamos que estamos recorriendo el recto camino de la respetabilidad y el deber; luego, nos quejamos que aquellos senderos son intrincados y obscuros. Admirados, nos detenemos ante el misterio de nuestras propias acciones, ante los enigmas de la vida que no queremos resolver, y después acusamos a la gran Esfinge que nos devora, Realmente, no hay accidente en nuestras vidas, ni día malo, ni infelicidad que no pueda relacionarse con nuestras mismas acciones, en esta o en pasadas encarnaciones.

43 El conocimiento de la Ley del Karma da la convicción que, "si la virtud en la miseria y el vicio en el triunfo hacen a la humanidad atea", es solamente porque esa humanidad nunca abrió sus ojos a la gran verdad de que el hombre mismo es su propio salvador y destructor; que no necesita atribuir al cielo, a dioses, al hado o a la providencia, la causa de la aparente injusticia que reina en el seno de la humanidad. Antes, deberla recordarse aquella sabia máxima griega que dice que no debemos acusar a aquello que es "justo‖. Esto, aunque misterioso, nos conduce sin errar por los caminos ocultos, ―del crimen al castigo", y las grandes naciones europeas vagan ahora por esos caminos. Los Arios de Occidente tienen en todas sus naciones y tribus -al igual que sus hermanos de Oriente de la quinta raza-, su edad de oro y su edad de fierro; su periodo de relativa responsabilidad, o edad de la pureza, -Satya-; al paso que algunas de ellas están ahora en su edad de fierro, la Kali Yuga , un período negro saturado de horrores. Este estado no acabará sino cuando comencemos a obrar desde el interior, de dentro hacia afuera, y no por impulsos recibidos del exterior. Recién entonces habrá una verdadera unión y armonía, una hermandad de hecho, altruismo real, y no solamente de nombre. La Yoga es una ciencia; esta palabra significa "unión", no sólo en el sentido de doctrina filosófica, sino también de práctica y de saber teórico. Sin realización práctica, carece de valor.

44 REENCARNACIÓN La reencarnación o metempsicosis, es una ley universal en toda la Naturaleza. El espíritu del hombre desencarnado vuelve después de un tiempo a ocupar un nuevo cuerpo, formando así una nueva persona. La humanidad ha sido sugestionada con la idea de la muerte. "La muerte es un fantasma de la ignorancia; ella no existe. Todo vive, puesto que todo se mueve y cambia incesantemente de forma". Para aquellos que niegan la Ley de Reencarnación, basta citar el último artículo del símbolo de los cristianos, que por si coló es una completa profesión de fe "Creo en la vida eterna". En el Evangelio mismo San Juan capítulo VIIX, versículo 57 y 58, se nos habla de la reencarnación; "Dijéronle los judíos: "-No tienes aún cincuenta -años» y ya has visto a Abraham? "Díjoles Jesús: "En verdad os digo que antes de que Abraham fuese hecho, yo soy". Lo que prueba evidentemente, que Jesús ya había estado en el mundo bajo otra encarnación. La vejez es el comienzo de la regeneración; el misterio que se llama "muerte", es figurado entre los antiguos por aquella fuente de Juventud, en donde, al sumergirse el decrépito, quedaba convertido en niño. De acuerdo con la alta filosofía yoga, desde las más elevadas formas de vida hacia abajo, en los reinos animal, vegetal y mineral, vernos la Vida omnipresente. La muerte es una ilusión. Detrás de todas las formas visibles de la vida material, hay aún principios de vida manifestada que se esfuerzan en presentarse y manifestarse. Y, oculto en todo, está el espíritu de la Vida, deseando, luchando, sintiendo, obrando.

45 En la montaña y en el océano, en la flor y en el árbol; en el ocaso y en la aurora; en los soles y en las estrellas, todo es Vida, manifestaciones de la Vida Una. Todo está vivo, dotado de fuerza, de poder y de acción. En todo late la vitalidad. Todo procede de la Vida Una, y todo lo que deriva de la Vida Una, está vivo. No hay substancia muerta en el universo. No puede haberla, porque la Vida no puede morir. Todo vive. La vida está en todo. No solamente las más altas enseñanzas ocultistas nos demuestran que todo vive; también la ciencia moderna nos prueba que la vida es omnipresente, que la vida está en aquello que otrora se consideraba como materia muerta. La ciencia ve ahora que hasta el átomo, y lo que está más allá del átomo, está dotado de vida, de energía y de acción. Las formas de los seres y de las cosas pueden modificarse; sin embargo, la Vida permanece eterna e infinita. No puede morir, porque es la vida. En la Kábalah, en el Talmud Antiguo, en los Vedas, etc., encontramos las enseñanzas de los antiguos Iniciados, de que "el universo es vida, que en todo hay vida; que nada en la Naturaleza está muerto; que la muerte significa simplemente un cambio de forma en el material de los cuerpos". Ellos enseñaban que la vida, en varios grados de manifestación y expresión, está presente en todo; en cada objeto; en la más recia forma mineral y en los átomos que componen esa forma. Esta teoría ha empezado a ser aceptada y absorbida rápidamente por la ciencia oficial cuyas investigaciones y descubrimientos verificados periódicamente, vienen a robustecer la afirmación de las sabias enseñanzas" arriba expresadas. El célebre sabio Burbank, conviene con el mismo pensamiento cuando dice:

46 "Todas mis investigaciones me obligan a abandonar la idea de un universo material muerto, producido por varias fuerzas, y me convencieron de que el universo todo es absolutamente fuerza, vida, alma, pensamiento o cualquiera que sea el nombre con que quiere llamársele, cada átomo, cada molécula, cada planta, animal o planeta, es solo un conjunto de fuerzas organizadas y unidas, sostenidas en su lugar por otras fuerzas mayores que se mantienen latentes durante un cierto tiempo, pero que están dotadas de un poder inconcebible. Toda la vida de nuestro planeta está, por así decirlo, precisamente en la orla exterior de este infinito océano de fuerza. El universo no es medio-muerto, y sí todo-vivo. Por tanto, las palabras "creación de vida" o " nacimiento de vida" pronunciadas por los hombres de ciencia, son un absurdo, porque solo existe transformación de una forma de vida en otras formas; de la forma inferior, a la forma superior. El grano de trigo, que muchos consideran un cuerpo muerto, está vivo y se transforma en diversas formas de vida. Sembrado, se descompone para transformarse en una bella y productiva planta viva; cuando es triturado en los cilindros del molino y convertido en harina y después cocido en hornos, se transforma en millares de vidas, vitalizando. ASÍ también, las demás materias llamadas inorgánicas cuyas señales de vida son la reacción y demostración o estímulo exterior, se truecan en nuevas formas vivas. Cosa análoga ocurre con los átomos del cuerpo humano de cuya habitación el alma emigra. El cuerpo continúa viviendo después de la desencarnación o la llamada ―muerte‖, con la única diferencia que la actividad de las partes, en vez de estar ocupada en construcción, está en disolución, la cual, debido a la descomposición, se resuelve en elementos químicos, empezando así de nuevo la cadena. Estos o sea la presencia de la Vida en todo, y en el todo o

47 mundo inorgánico, los observamos (esto es, quien no quiera ser ciego) en los múltiples ejemplos de la Madre Naturaleza. La verdad es como el sol; ciego quien no la quiere ver. Si no existiesen las vidas sucesivas, no habría progreso alguno. El botánico Buttler, hablando de la evolución progresiva, dice entre otras cosas: "Todo el mundo natural, y su gobierno, es un plano un sistema; no un sistema fijo, sino progresivo; un plan en el cual ocurre el ensayo de diversos medios, antes que los fines propuestos puedan ser alcanzados. El cambio de las estaciones, el cultivo de los frutos de la tierra, el desarrollo de la flor, es prueba de ello. Y lo mismo ocurre con la vida humana. Así, los vegetales y los animales, a pesar de nacer formados, crecen gradualmente hasta llegar a la madurez. Y así, las conciencias que animan los cuerpos, son naturalmente conducidas hacia el carácter que les es propio, por la adquisición gradual de conocimientos y de experiencias, por una larga continuidad de acciones. "Nuestra existencia no es solamente sucesiva, como debe ser necesariamente; sino también un estado de nuestro ente designado por la Divinidad para servir de preparación a otro estado y la transición a aquel que le sucede. Así, la adolescencia sucede a la infancia la juventud a la adolescencia; la edad madura a la juventud. Los hombres en su impaciencia quieren precipitarlo todo. Pero el Autor de la Naturaleza no parece sino obrar de acuerdo con una larga deliberación, y llega a sus fines por progresos sucesivos y lentamente realizados. Dios procede de la misma manera en el curso de su providencia natural y en la manifestación religiosa, haciendo suceder una cosa a otra, luego otra a ésta, y continuando siempre por una serle progresiva de medios que se extienden allende y aquende nuestra limitada visión.

48 Caso interesante. Todo lo que mis profesores me enseñaban, yo lo conocía ya y hallaba imperfecto, replicando sus teorías. Todas las obras sobre ciencias antiguas, trascendentales, herméticas, esotéricas, psicológicas y religiosas que encuentro, después de hojearlas y estudiarlas, creo que no me son desconocidas. Paréceme que ya había leído y estudiado esos asuntos en otras ocasiones; acaso en vidas precedentes y en diversas partes. Nada de nuevo encuentro; ningún asunto científico, filosófico, religioso, psicológico, hermético, esotérico y ocultista; nada. Esto me lleva a pensar, y estoy casi seguro de ello, que algunas de mis encarnaciones anteriores se han sucedido en diversas partes de África y de Oriente, Es verdad que conozco a fondo, en su original, la Kábalah, el Talmud, el Sepher Yetzirah, el Zohar, etc.; que mi modo de vivir, así como el de otros, es una de las fuentes principales de toda la humana sabiduría. La célebre teósofa Mme. Besant, en su magistral obra "La Sabiduría Antigua", hablando de la reencarnación dice entre otras cosas: "La reencarnación del alma humana no constituye por lo tanto un principio nuevo introducido en el sistema universal de evolución. Es apenas la adaptación del principio general, las condiciones nuevas, resultantes de la individualización de la vida en continua evolución" M. Lafcedis Hearn3, tratando de la influencia ejercida por la idea de la preexistencia sobre el pensamiento científico de Occidente, destaca claramente este punto: 3

Lafcadis Hearn dejo escapar errores de expresión en una parte de su exposición acerca de esta doctrina, bajo el punto de vista budista. En un artículo muy interesante, consagrado a esta cuestión, el empleo que hace del término "ego" podrá conducir a error, sino tuviésemos tan presente la distinción del "ego" real y el ilusorio. Véase "Hints and Echos of Japanese ínter Life" páginas 237-39.

49 "La aceptación de la doctrina de la evolución hizo desaparecer muchas opiniones admitidas hasta entonces. De todas partes surgieron nuevas ideas para ocupar el sitio de los dogmas usados y venos ahora el espectáculo de un movimiento intelectual general, admirablemente paralelo en dirección a la filosofía oriental. La rapidez sin precedentes y la diversidad del progreso científico durante los últimos cincuenta años, no podían dejar de producir, fuera del mismo dominio científico, una fermentación intelectual, igualmente sin precedentes. "Que los organismos más elevados y complejos evolucionaron de los más elementales y más simples; que un substrato único de la vida psíquica provee la substancia de todo el mundo vivo; que ninguna línea de demarcación puede establecerse entre el animal y el vegetal; que entre la vida y la no-vida hay tan solo una diferencia de grado y no una diferencia específica; que la materia, finalmente, no es menos incompatible que el pensamiento, siendo ambos manifestaciones de una realidad única desconocida. Todas estas nociones se volvieron lugares comunes de la nueva filosofía." Una vez admitida por la misma teología la evolución física, no podría ser por largo tiempo retardada, porque la barrera levantada por el dogma de otrora estaba desde entonces iluminada. Y hoy, para quien estudia la psicología científica, la idea de la preexistencia paso, del dominio de la teoría, al de los hechos, mostrando que la explicación budista del misterio universal es tan plausible como cualquiera otra. Dice el profesor Huxley: "Solo un espíritu superficial rechazaría esta teoría por absurda. Como la doctrina de la misma evolución, la de la transmigración, tiene raíces en el mundo de la realidad, y ella tiene el derecho de reclamar para sí, el apoyo que el gran argumento de la analogía es

50 susceptible de proveer". (Evolutión and Ethies"- Ed. 1,894, página 61.) Ya en los tiempos antiguos fue enseñada la pluralidad de las existencias por Platón, Plotino, Porfirio y otros grandes Hierofantes; y en los tiempos modernos, tenemos grandes sabios que por el experimentalismo lo demuestran, están entre ellos: Charles Bonnet, Henry Martín, Wiliam Crookes, Gabriel Deleuze y Flanmarion. SI no existe -como algunos pretenden no admitir- , la ley universal de la reencarnación o de las vidas sucesivas, como se explica el caso de los niños prodigio que demuestran aptitudes, facultades tan superiores y ultra normales en tal arte o en tal ciencia; tan superiores a hombres muy instruidos, que nos dejan asombrados? Más tarde aparecen como grandes genios en los diversos ramos de las artes y las ciencias. Citaremos algunos de ellos: Miguel Ángel, Salvator Rosa, Sebastián Bach, Pico della Mirándola, Baratier que muere a los 19 años de edad dejando un acervo de obras que anuncia conocimientos enciclopédicos. El Doctor Young, que según Información de Mme. Besant, a la edad de dos años leía con admirable facilidad y a los tres y medio se había leído dos veces la biblia de principio a fin; a los siete años, comenzó a estudiar aritmética, y algunos años más tarde aprendió con extraordinario éxito el latín, el griego, el hebreo, las matemáticas, el francés, el italiano, el oficio de tornero, la construcción de telescopios, especializándose sobre todo en la literatura oriental. A los catorce artos fue puesto a estudiar bajo la dirección de un preceptor y en compañía de un niño un año y medio menor que él; pero, como el preceptor contratado no se presentara, fue Young quien instruyó al otro. William Rowan Hamilton, empezó aprendiendo el hebreo cuando apenas contaba tres años de edad; a los siete, demostró un conocimiento más profundo de la lengua que el de muchos

51 viejos profesores. A la edad de trece años, conocía idiomas clásicos y las lenguas europeas modernas, el persa, el árabe, el sánscrito, el Indostán y hasta el malayo. A los catorce, escribió una carta de bienvenida al embajador de Persia instándole a que fuera a visitar Dublín, y éste declaró que nunca había imaginado encontrar en el Reino Unido un hombre capaz de trazar un documento semejante en lengua persa. Pascal, muy niño aún, reconstruyó, él solo, una gran parte de la Geometría. Mozart, contando solamente cuatro años de edad, era un prodigio en la composición y ejecución musical. Beethoven, en una visita que hiciera al padre del autor de la estupenda Misa de Réquiem, oyéndole ejecutar sus propias composiciones, tuvo explosiones de admiración. La ciencia, las religiones, las filosofías materialistas, no pueden facilitarnos explicaciones reales acerca de estos hechos. De consiguiente, nadie puede ya negar la Ley de la reencarnación, pues contra los hechos no hay argumentos. Hoy día no se ignora que la Tierra es apenas un asteroide pequeño entre los grandes mundos planetarios del universo. Los espíritus desencarnados y evolucionados vagan de un planeta a otro, desencarnándose muchas voces en un planeta para encarnarse en otro. Para mejor efecto, basta citar la frase de Jesús: "Hay muchas moradas en la casa de mi Padre". A medida que los grandes "sabios" de la medicina oficial proclaman a la rosa de los vientos sus progresos y nuevas conquistas en las ciencias médicas, no es de admirar que la humanidad vaya a pasos gigantescos adquiriendo nuevas y complicadas enfermedades y epidemias que la medicina, sin ninguna vacilación, considera incurables. En tanto, se ha comprobado en no pocos casos según las mismas estadísticas médicas, que los errores de recetario

52 medico han producido más mortandad que las mismas epidemias, como aconteció en 1.918 con ocasión de la "gripe" Injustificablemente llamada "española". En mi excursión por diversas partes del país, en propaganda de mi sistema de curar, he tenido oportunidad de verificar que la frase popular "No todo lo que brilla es oro‖, es rigurosamente exacta. En cada localidad, encontré tanta gente enferma que, rara vez, por mucho que buscara, encontré una persona sana. En los lugares pequeños me respondían que la superabundancia de enfermedades se debía a la ausencia de médicos y de farmacias. En las poblaciones mayores, como es natural, se debía al exceso de farmacias y de médicos. Eso lo traduzco yo de la siguiente manera: En los lugares pequeños, tal estado se debe a la falta de instrucción y de higiene para una perfecta orientación en cuanto a la manera de vivir. En los lugares grandes, a la falta de instrucción en el mismo sentido, y a la abundancia de lugares hacia donde los hombres pueden ser arrastrados por sus sentidos a una vida antinatural y criminal (aunque con el sello de la "civilización") cuyos preceptores son proscriptos por la alta sociedad. Los ágapes, los picnic, los cafés, los bares, los cabarets, los clubs y otros "establecimientos" congéneres, constituyen centros viciosos hacia los cuales la juventud converge y a donde va a corromper sus posibilidades de vivir en el goce de una felicidad perfecta. El baile, con su rotulo de "arte coreográfico-, podía ser considerado como tal en la Edad Media y en la antigüedad. Tanto es así que, aún hoy, cuando se nos aparece una Pawlova y otros artistas reproduciendo aunque imperfectamente aquellas danzas antiguas de los templos y palacios egipcios e hindúes, saben captarse la verdadera consagración de parte de los admiradores del arte. Pero este moderno "arte coreográfico", con el cual se ejecutan "maxixes", "fox trots',

53 "charleston", es un arte condenable, y no es otra cosa que una imitación inconsciente de las danzas ejecutadas por los negros de África, los Pieles Rojas y los indios de las selvas. Así como las mujeres procuran amoldar su cuerpo al corsé y los pies al zapato moderno de tacón alto, sufriendo por ello las peores consecuencias, así la humanidad entera, llena de vanidades y arrastrada por la tiranía de los sentidos y por las orgías de la carne, pretende invertir las leyes de la Naturaleza y amoldarlas a sus egotistas deseos y antinatural manera de vivir, dimanando de allí las funestas repercusiones que hoy día atormentan a la humanidad. Como arriba hemos dicho, no todo lo que brilla es oro. La humanidad, efectivamente, es por instinto vanidosa, tanto, que los hombres por medio de sonrisas y de otras falsas apariencias; y las mujeres por medio de afeites, polvos, coloretes y perfumes, procuran encubrir sus padecimientos morales o físicos, aparentando una salud que están muy lejos de disfrutar. Esto es lo que he podido constatar en todas las localidades por donde pase, pues buscado y solicitado para atender enfermos, encontré a menudo personas de la mejor clase social, dispuestas y acicaladas ya para asistir a un baile o a un banquete. De todas tuve la confesión de sufrimientos intolerables, y de haber sido tratadas desde hacía tiempo por médicos, muchos de ellos de renombre, sin obtener ningún resultado a no ser el de haber gastado mucho dinero y paciencia, y sin el menor provecho para su restablecimiento o mejoría. La misma prensa y la clase médica, en las localidades en donde con mi presencia surgieron tantos enfermos e inválidos que casi abarcaban la población toda, no vacilaban en emplear la frase: "la ciudad es un vasto hospital". A esto añado yo que, el mundo entero, es un vasto hospital, porque aún nadie vive

54 sano porque nadie obra en armonía con las leyes de la Naturaleza. Todos viven, no guiados por las leyes Naturales, y sí arrastrados por los preconceptos sociales. A mi manera de ver , en lugar de preparar tantos médicos para "curar" enfermedades por el sistema de la medicina oficial -que evidentemente no cura nada y que, por el contrario, con su sistema de recetas y más recetas no hacen sino complicar las enfermedades, pues si consiguen aplacar un dolor, despiertan en otro lugar del organismo, otra enfermedad que surge con más vigor-, deberían preparar una clase de médicos, maestros y curas que, en lugares apropiados, en las escuelas y en los templos, por medio de la palabra objetiva y la demostración práctica, enseñaran a la humanidad el verdadero modo de atender la vida, de acuerdo con las leyes naturales. Porque, más vale prevenir que tener que remediar, como ya fundamentalmente dijera un sabio inglés. De esta manera, se prepararía una humanidad perfecta, sin enfermedades morales ni materiales, buenos jefes de familia, buenos hijos, buenos ciudadanos y buenos patriotas. Se evitarían, así mismo, las muertes entre hermanos; en fin, se evitarían todas las calamidades que son las consecuencias de éste, nuestro actual modo artificial de vivir, Las leyes prohíben, persiguen y punen la venta de estupefacientes por considerarlos tóxicos para el organismo, Sin embargo, no condenan por el contrario permiten y protegen con otras leyes la fabricación y tráfico de otros productos como el alcohol, las drogas llamadas "fortificantes" y las bebidas "estimulantes" que, en la mayoría de los casos, pueden considerarse tan tóxicos como aquellos, y, acaso, más que aquellos. Porque ellos perjudican, aniquilan y matan tan solamente a las personas que hacen uso de ellos; mientras que éstos, no solo perjudican a quienes los consumen, sino que también degeneran a las colectividades y a las sociedades.

55 Frecuentemente, conversando con industriales y traficantes (es de rigor este vocablo y no el de comerciantes) de bebidas alcohólicas y de otros tósigos de caracteres venenosos -personas éstas que aparentemente parecen serias, de porte austero, religiosas, a quienes siempre se les ve en las iglesias y que no dejan de confesarse una vez al mes, y hasta con blasones otorgados -por el Vaticano", les interrogo ¿por qué no emplean su actividad en otros menesteres más dignos y más humanitarios? Me responden arrogantemente, que ellos son comerciantes y no moralistas.

56 III COMO REJUVENECER Quiero esforzarme en ofrecer una exposicl6n práctica de las diversas formas de cura psíquica: pranica, mental, magnética (directa y a distancia), radio pranica, sugestiva, etc. No haré sino la necesaria teoría. Daré sin embargo, una explicación concisa de las teorías fundamentales, para que sirvan de guía a aquellos que se interesan en la materia. Antes que nada, quiero recomendarles que procedan como yo he procedido. Al entrar en el templo del saber y de la luz, hube de guiarme por el sabio consejo griego, grabado en el frontispicio del templo de Delfos: "Conócete a ti mismo". Estudié los métodos de todas las obras que tratan de las diversas formas de la psicoterapia, tanto orientales como occidentales. Profundicé todas ellas, analizando, experimentando y practicando, y cuando me consideré conocedor de todas ellas, escogí la que más me agradaba, guiándome por la práctica, y por la intuición, de acuerdo con las circunstancias del momento. Fue así como llegué a formar un sistema propio. Me convencí pues, de que no era necesario apegarme a una formula o método de una escuela determinada. Nunca dejé de procurar ser yo mismo. Toda la cura psíquica resulta de una explicación de las leyes naturales; la fuerza empicada, también es una ley natural, como la electricidad. Sabido es, que hay muchas fuerzas y formas sutiles de energía en la naturaleza, que son aprovechables en beneficio

57 de la humanidad. Toda energía y fuerza es manifestación del prana (así denominado por los hindúes el principio de la energía vital) y detrás de éste, está la mente que emergió del principio mental del universo. La práctica me enseñó -y esto, pienso yo, ninguno lo ignora- que nadie puede desafiar o violar impunemente las leyes de la Madre Naturaleza. Las experiencias me convencieron que la cura psíquica es el mejor y el más elevado sistema terapéutico conocido. La cura psíquica no producirá, ni podrá producir, un restablecimiento permanente de la salud, mientras el enfermo no trate de mudar sus hábitos irracionales y antinaturales, y de volver a vivir de acuerdo con las leyes naturales. En este libro, no tengo la intención de detenerme sobre las enfermedades. De ellas me ocuparé someramente, cuando me fuere posible. Mi propósito es ser explícito acerca de la llave de la vida perfecta, larga y feliz, y sobre el elíxir de la moral y los principales medios para lograrla. Este será el motivo de que encuentren tan pocas referencias en lo que atañe a los síntomas. Estos, no son más que las manifestaciones varias de una causa única que los motivan. Y, seguro estoy, que todas las enfermedades tienen un solo origen. Y esta, es la función imperfecta de las células del organismo. Estoy seguro, en fin, que toda y cualquier enfermedad no es más que una enfermedad de les células. Por lo demás, alguien dijo que la mayoría de nuestras dolencias físicas son originadas por nuestras enfermedades morales, conforme el dogma mágico único y universal, en razón de la ley de las analogías. Una gran pasión, por la cual el hombre se deja arrastrar,

58 es una enfermedad irremediable que él se prepara a sí mismo. Debemos amparar, con toda la fuerza posible, a la cariñosa Madre Naturaleza. Sus leyes son de conservación y recuperación de la salud, cuyas condiciones normales serán mantenidas por ella si no son contrariadas. Es en verdad lamentable que la civilización moderna aleje a la humanidad de su verdadero lugar natural; lugar lleno de vida, de paz y de felicidad real. Esforcémonos en llevar una vida lo más natural posible, y seremos recompensados con grandes beneficios. El pueblo paga caro las ventajas de la civilización. Le entrega, su energía y recibe en cambio, enfermedades y un infierno de tormentos. Debo advertir, como ya lo hicieron otros, que el terapeuta (que es más que un médico por su misión altamente divina y sagrada, que no es tan solo el remendar cuerpos), tiene el deber de instruir y educar al pueblo en la perfecta comprensión del ideal de la vida recta y del pensamiento recto. Mi misión fraternal no consiste en efectuar curas y aliviar sufrimientos, sino -y es lo principal- , en enseñar a los hombres a curarse por sí mismos por medio de reacción sobre sí, dominando sus pensamientos, sensaciones, voliciones mórbidas, substituyéndolos por otros pensamientos, otras sensaciones, otras voliciones sanas. El interés principal es afirmar el dominio del ser psíquico en su dirección y preservación del ser físico. De esta suerte, además de neutralizar los padecimientos y evitar los males en general, se prolonga la vida y se asegura la paz y felicidad reales; y, consecuentemente, se forma un paraíso no solamente para la vida terrena y presente, sino también para la vida de más allá del sepulcro.

59 "Cada esfuerzo realizado en pro de nuestro perfeccionamiento, contribuye a la evolución de toda la familia humana". "Quien pretende regenerar a otros, debe brindar las pruebas de su propia regeneración mediante el ejemplo de una vida concorde con las ideas que predica". Es justamente esto lo que yo hice; y quiero narrar en este capítulo cómo, mediante la propia experiencia, me he curado de graves enfermedades en las cuales la medicina oficial agotó sus recursos sin resultado; como adquirí salud y vida perfecta, armónica y feliz, y como adquirí las fuerzas psíquicas. Antes de entrar en el terreno de los hechos, observé en seguida de ahondarme en los sistemas occidentales de cura psíquica, la vida natural más perfecta, y hallé el sistema hindú (el Yoga, uno de los mejores) y lo -practiqué tanto en mí mismo como en los demás, con admirables resultados. Cuando en viaje de estudios etnográficos a través de los desiertos y selvas de Matto Grosso, entre las tribus de indios Pareéis, Bororós y Coreados (de esto hace ya algún tiempo) la situación y las circunstancias me obligaron a abandonar por completo la hospitalaria vivienda de la divina Madre Natura, tuve más tarde que cargar con la cruz de las funestas consecuencias que me sobrevinieron como castigo por las violaciones contra su santa ley natural. Es verdad que desde hacía mucho tiempo, desde mi infancia, por los constantes desvelos e inconscientes cariños de mi amantísima genitora que deseaba criar un hijo robusto y gordo, por influencia de los hábitos que ella a su vez adquiriera de sus antepasados, iba yo poco a poco distanciándome del seno de la Madre Natura. Mi querida genitora (empleo el término "genitora‖, porque nuestra verdadera madres es la Madre Divina, la Naturaleza) quería, con todos sus cuidados y consagraciones

60 anti-naturales, criar un niño regordete y ver un muchacho fuerte, sano, un Hércules si fuera posible. Cuando yo, guiado por los instintos naturales no desviados aun de su recto camino, quería llevar una vida libre y suelta andando descalzo, al amor del aire, de la luz, comiendo frutas y más frutas, bebiendo tan solamente agua; cuando yo, naturalmente, tendía a vivir así, mi genitora se apresuraba a regañarme y a desviarme de esos hábitos racionales y saludables. Y sus frases de represión se multiplicaban todos los momentos: me exigía que me retrayese del sol porque podía atrapar una insolación; no me permitía comer muchas frutas, ni beber mucha agua, diciéndome que ese sistema de alimentación producía desarreglos de los órganos internos, y además no contenía el alimento suficiente para el organismo. Y, en substitución de esos deliciosos manjares naturales, me brindaba ella las golosinas más variadas; los platos más apetitosos y condimentados, como siendo ellos los donadores del vigor y de la fuerza. Esto sobre todo: me hacía Ingerir un poco de buen vino o cerveza u otra bebida fermentada, desviándome así poco a poco de la vida natural. Habiendo caído enfermo con fiebre, desarreglo intestinal y dolor de cabeza, comenzaron Inmediatamente las indagaciones acerca de la causa de mi malestar. Mi solicito padre formulaba una serle de interrogaciones: -¿Qué fue lo que comió? ¿No habrá comido alguna fruta que le hiciera mal? Vemos así, que habla en mi hogar como en la pluralidad de ellos, una profunda ignorancia en relación al valor de los alimentos naturales prodigados por la Naturaleza. Las indagaciones proseguían. Mi querida genitora interrogaba a la criada: ¿Qué fue lo que el niño comió fuera de horas? ¿Le diste

61 alguna fruta? -No señora. Sólo le di los alimentos de costumbre. No habla fruta alguna. Mi padre interfería entonces: -¿Qué será lo que le ha hecho daño? ¿Acaso ha atrapado demasiado sol, o alguna corriente de aire? -No -respondía la criada- el niño estuvo todo el día dentro de la casa, y las ventanas estaban cerradas: De esta manera, se sucedían las suposiciones más ab surdas sobre el origen de mi enfermedad, todas ellas contrarias a la vida natural, obedeciendo a la tradición errónea de nuestros antepasados. -A fin de evitar complicaciones -agregaba mi padre-, conviene llamar un médico. Este vino, y tras ligero examen declaró: -Esto no tiene importancia. Con un ligero laxante se repondrá inmediatamente. El laxante es el más común de los errores que diariamente se observa en el tratamiento de una enfermedad. Mientras tanto, yo lo ingerí. A poco, empecé a sentir cólicos en los intestinos. Mi madre, afligida, preguntaba al médico: -¿Qué es esto, doctor? -Es el efecto natural del remedio, señora. Es un buen síntoma. Voy a recetar también al niño unos ―cachets‖ y un jarabe, para que se le suministre cada dos horas. Esto será bastante. Mi sentido natural, en aquellos momentos, secreteábame que todo aquello sólo podría hacerme mal. Eran las células vivas de mi organismo; eran las obreras maravillosamente constituidas, que trabajaban segura pero silenciosamente; eran estas obreras que comenzaban a revelarse y a protestar contra al mal trato que se les infligía. Querían obligarlas a asimilar substancias irracionales e inasimilables y, peor que eso aún,

62 querían forzarlas a ingerir drogas venenosas, verdaderos peligros para el organismo humano. En las horas de comida, mis padres, más "instruidos‖ y más "civilizados" que yo, me enseñaban la manera de comer; y añadían: -Come esta costillita de cerdo. Bebe un poco de vino. Esto da salud, da fuerza. Come muchacho; come bien si quieres ser fuerte. Y así, paso a paso, me distanciaba cada vez más de los prodigios de la excelsa Madre Naturaleza hasta que, por las circunstancias, me vi obligado a alejarme de ella por completo. Juzgo conveniente intercalar aquí un breve resumen de acuerdo con la ciencia Yoga, sobre las células de nuestro cuerpo y sobre la vida de las mismas. Sabido es que el cuerpo físico está constituido por células, cada una de ellas conteniendo una "vida" en miniatura que rige su acción. Estas "vidas" son fragmentos de la mente, de la inteligencia, de un cierto grado de crecimiento que da capacidad a las células para la ejecución concreta de su obra. Estos fragmentos de inteligencia quedan subordinados a la dirección de la mente central del hombre, obedeciendo con facilidad a las órdenes de mando, consciente o inconscientemente. Esas células -inteligencias- tienden a la perfecta adaptación de su obra particular. La acción seleccionadora de las células, extrayendo de la sangre la nutrición deseada y rehusando lo que no es preciso, es un ejemplo de inteligencia. El medio por el cual se efectúa la digestión y asimilación, prueba la inteligencia de las células, ya sea separada o colectivamente. Las células del cuerpo tienen tres principios: primero, materia, que extraen de los alimentos; segundo, prana o fuerza

63 vital: lo que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos; tercero, inteligencia o mentalidad, que se obtiene de la mente universal. La vida celular del cuerpo puede compararse a una gran fábrica constituida sobre un plan cooperativo, en donde cada célula realiza su trabajo propio para el bien común; cada una trabaja para todos, y todos trabajan para el bien colectivo. Las células permiten al cuerpo continuar su obra de constante renovación. Millones de ésos pequeños obreros se transforman y operan en una posición fija, en todas las partes de nuestro cuerpo; renovando o destruyendo tejidos, substituyéndolos por material nuevo, y eliminando del sistema las partículas de materias gastadas y perjudiciales. Todo ello por obra de la célula. La célula mental se obtiene del mundo universal -el gran depósito de la "mentalidad"- y es conservada en contacto y dirigida por la mente de los centros celulares, los cuales a su vez, están dirigidos por centros más elevados, hasta alcanzar la mente instintiva central. Siendo esa la más importante, es de la que nos vamos a ocupar con el mayor interés. No sólo tiene la mente central un cierto número de planos de manifestación, sino que hasta cada órgano posee algo que podría llamarse una "mente orgánica", constituida por un "grupo mental" de un número de células, de las cuales cada una, a su vez, tiene su mente celular propia. No creemos necesario ahondar en este asunto, y lo mencionamos apenas para que el lector comprenda que esas células son "entes vivos" dotados de acción mental. Es un hecho importante, que el terapeuta psíquico no debe ignorar, porque todo el principio de la cura psíquica depende del hecho que los órganos, por intermedio de sus mentes, están bajo el dominio de la dirección mental. El organismo mental entero de las células es una cosa admirable y asombrosa. Controlar, esto es: vigilar, dirigir y

64 dominar estas comunidades de células, es uno de los deberes de la mente instintiva; y ella acostumbra a desempeñarlo correctamente, mientras no se produce la colisión con el intelecto. El intelecto tiende a mudar el orden establecido del cuerpo, e introduce extraños hábitos, desmoralizando así a las comunidades celulares, en donde provoca desórdenes. A veces surge algo semejante a las huelgas. Son algo así como una mina en donde sus trabajadores, fatigados por el exceso de la faena que se les impone, no pueden soportar más y se ven obligados al paro general. Así acontece en el seno de estas comunidades celulares, y ellas se insurreccionan cuando deben trabajar más del tiempo habitual, por inútiles motivos. Algunas veces, perece que uno de los grupos menores (y hasta algunos de los mayores) se declara en huelga, rebelándose contra la imposición de un trabajo impropio y no acostumbrado; un trabajo fuera de hora y cosas semejantes, tales como la falta de nutrición apropiada. Estas pequeñas células proceden justamente como harían los hombres en las mismas circunstancias. Es a veces sorprendente esto para el observador e investigador. Esas huelgas parecen continuar y aumentar, si el fin anhelado no se resuelve satisfactoriamente; y así mismo, después de resuelto, parece que las células vuelven a su tarea de un modo descontento, y en vez de hacerlo de la mejor manera que saben, hacen tan poco como les es posible y solamente cuándo sienten placer en hacerlo. Una restauración de las condiciones normales, resultante de la nutrición aumentada, la atención debida, etc., producirá gradualmente un regreso a las condiciones normales; pero el asunto puede ser activado dándose a los grupos celulares órdenes directas de la voluntad. Es en verdad admirable como el orden y la disciplina pueden ser restablecidos rápidamente de este modo.

65 La ciencia nos ha demostrado positivamente, que toda enfermedad es enfermedad de las células, y de todo eso se deduce que, una vez que podamos dominar y sanar la perturbación celular, dominaremos y curaremos el sistema todo. •••••••••••••• Reanudemos el hilo conductor y volvamos al relato. Fue por el alejamiento de nuestra cariñosa Madre Naturaleza que mi salud empezó a recibir rudos ataques de enfermedades, quedando mi organismo tan resentido, que era fácilmente accesible a cualquier dolencia. Lo que más perjudicaba y complicaba mi estado de salud, era la gran cantidad de medicinas. Primeramente comencé a sentir una dispepsia rebelde. Tomé purgantes de cuando en cuando; ingerí sellos de magnesia y otras drogas para el auxilio de mis digestiones. Todo fue inútil; sufrí estreñimientos y cólicos intestinales. Estos males generaron otros de mayor o menor gravedad. A tal punto llegué, que más de una vez mi estado llegó a ser considerado delicado y peligroso. Luego comencé a sufrir horriblemente de ácido úrico, sobreviniendo luego un artritismo articular, reumatismo, cuyos dolores me atormentaron indeciblemente, día y noche; y como complemento, fui presa de un fuerte ataque de una enfermedad a los ojos que, a más de horribles dolores, no me permitía ver Los oculistas dijeron que era conjuntivitis; otros, considerados como más sabios, afirmaban que se trataba de ―eritos" (proveniente de sífilis) en estado bastante adelantado. Estos últimos, después de un largo tratamiento con diversas medicinas y otras aplicaciones, declararon que era indispensable una operación. Continué consultando médicos y más médicos. Las recetas menudeaban. Todos los días eran diferentes, cada una más cara, sin contar las consultas que también eran pagadas a buen precio. Ingerí purgantes compuestos de calomel,

66 salicilatos y otros; tomé ioduros en jarabes y en otras formas. Y después, para atenuar los efectos de aquellas terribles drogas -dolores de cabeza y otros dolores-, tuve que tomar aspirina, cafeína y fenacelina, cuyos efectos no son menos temibles que los de aquellos, pues atacan el organismo en otras partes, produciendo sudores, debilitamientos, etc. Después, por consejo de los médicos, soporté inyecciones de mercurio, cuyo efecto era peor aún que el de todos les anteriores. A la primera inyección que tomé, experimenté un gran sacudimiento; mi cuerpo todo temblaba. El médico decía que eso no era nada; que pasaría enseguida. Desgraciadamente no pasó. Mi cuerpo estaba transformado en un gran depósito de drogas. Mi estado se complicaba cada vez más; iba de mal en peor; intercalado de sufrimientos atroces; sin ninguna esperanza por lo menos de mejorar. Seguramente las obreras-células que trabajaban en las fábricas de mi "organismo, desde que empecé a sobrecargarlas con trabajos excesivos (el de los alimentos, antinaturales y otros sistemas de vida incorrectos, consecuencia de los tales alimentos ingeridos) e insoportables, comenzaron a protestar por medio de dolencias, queriendo así expulsar las substancias enemigas, provenientes de aquellos alimentos. Después, cuando empecé a ingerir drogas, protestaron enérgicamente, porque estos productos venenosos les eran completamente insoportables. Por fin, corno por ignorancia continué con los medicamentos, se sublevaron, declarándose en huelga. No querían trabajar más. Y, de esta suerte, yo estaba condenado a sufrir el terrible infierno generado por mí mismo y aumentado considerablemente por la obesa matrona de la medicina oficial, porque yo, cada vez más, estaba sugestionado y dominado por ella. Y así el tiempo iba pasando, y yo padeciendo cada vez más. ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna!

67 Un bello día de octubre, encontrándome solo en mi cuarto, en medio de atroces dolores, aparecióseme una alta y majestuosa figura humana, vestida de blanco, con un turbante en la cabeza, y una bella barba blanca que le cala sobre el pecho. Me estremecí y quise gritar. Pero, me serené enseguida. La inesperada visita, con una mirada serena y dulce, me hizo un gesto con la mano derecha para tranquilizarme. Me sentí invadido de una absoluta confianza, simpatía, fe, alegría y otras emociones agradables. La aparición, con un timbre de voz sonora, sugestionadora, hablo. -Vuelve a lo que eres. Vuelve al seno bienhechor y bendito de la Divina Madre Naturaleza, Ella es tu verdadera amiga. Sé su amigo. Ella te perdonará el haberla abandonado y despreciado sus leyes. Ella te curará de todos los males que te afligen. Abandona esa droga de base venenosa. Cambia tu sistema de vida por otro más racional, más natural, más humana, más espiritual...... Luego añadió: -Estás incumbido de una misión humanitaria y sagrada; cuando llegue el momento de cumplirlo, te avisaré. Soy tu protector y tu guía. No oí más, porque sus últimas palabras se perdieron con la súbita desaparición del extraño visitante. Quedé como aturdido. Adormecí luego profundamente, en un sueño tranquilo y reparador que duró diez y ocho horas. Cuando desperté me sentí completamente transformado, repleto de confianza, do fe y esperanza..... Resolví regresar al hogar de la bella Naturaleza, y reconciliarme con ella, abrazarla y no abandonarla nunca más. Así lo hice inmediatamente. Destruí los remedios; no permití que realizasen la operación en mis ojos como estaba convenido. Me despedí de la medicina oficial, y alentado de

68 una gran fuerza de voluntad que sentí despertarse en mí, abandoné el viejo hábito de la vida irracional y me entregué a la vida natural, humana, superior; sin carnes, cuyos efectos no se hicieron esperar y excedieron a toda expectativa. Al cabo de dos meses, estaba completamente curado y rejuvenecido. Para ello influyó, ciertamente, la imaginación, instrumento de un valor y de una fuerza incalculable. La imaginación es creadora no solamente en nosotros, sino también fuera de nosotros, por nuestras proyecciones fluídicas. Una de las cosas principales para el progreso psíquico intelectual, es saber educar el pensamiento, para lo cual es imprescindible escoger pensamientos perfectos concentrando la mentalidad en un solo pensamiento por vez. Ya el gran Prentice Mulford dijo: "Los pensamientos son causas". "Pensar es una acción divina", dice Aristóteles. "Pensar es crear condiciones atractivas de pensamientos idénticos", afirma la psicología racional. Lo que se hace necesario es saber pensar, dominar el pensamiento, amoldarlo a la voluntad, sometiendo todos los elementos somáticos del organismo, al dominio superior del Yo pensante y agente. "La concentración pues, acompañada al conocimiento de la ley, es condición de tal modo imperiosa para la volición de la voluntad. "La voluntad humana realizada por la acción, es semejante a la bala del cañón que no retrocede ante el obstáculo. Ella lo daña o se incrusta en él, y allí se pierde cuando es lanzada con violencia. Pero si se camina con paciencia y perseverancia, entonces es como la ola que siempre vuelve, hasta que acaba por gastar el fierro". Los milagros y los prodigios son productos de la voluntad. Las inyecciones de fluidos vitales que como recompensa recibí de la Divina Madre Naturaleza, fueron tan prodigiosas, que en poco tiempo me sentí completamente

69 rejuvenecido, tanto que en mis recientes viajes , encontrándome con amigos con los cuales hacía cerca de quince años no me encontraba, no me reconocieron, pues afirmaban que parecía más joven que en aquella época. Estas inyecciones son superiores a las de Voronof porque aquellas son naturales y divinas, y éstas, en cambio, son artificiales y animales. Más adelante he de detenerme a considerar el sistema hindú yoga a cuya práctica debo los beneficios que vengo disfrutando y que me permiten no sufrir la menor incomodidad. Mi regreso a la vida natural y perfecta, ha despertado en mí, el Yo psíquico superior, dominando al Yo psíquico inferior, sede de las pasiones, sensaciones y emociones. He pasado a experimentar una vida calmada, satisfecha, feliz, sin padecer rencor ni odio hacia nadie, ni hacia mis más recalcitrantes enemigos. Es tos para mí no existen; son apenas hijos de los elementos adversos de la Naturaleza, o del psíquico inferior. Empecé a sentir amor a la humanidad, y a todos los seres. En mi hogar, ninguno de los míos, inclusive mis solícitos hijitos, nunca ofenden al más insignificante insecto. Luego pasé a experimentar en mi organismo energías físicas y psíquicas tan fuertes, que me sentí con bastante poder para suprimir los sufrimientos de mis semejantes que padecen como padecí yo; lo que en efecto, practiqué y continuaré practicando de acuerdo con la misión que me fuera encomendada por Ocultos Poderes. En efecto: el poder de la voluntad, auxiliado por la imaginación, ha concurrido frecuentemente para el resultado prodigioso que obtuve con mi actual modo de vivir. Ninguno de los psicólogos modernos sería capaz de hacer una descripción tan perfecta del poder de la imaginación, como la que hace Paracelso en su inmortal obra "De virtude imaginativa":

70 El hombre visible tiene su laboratorio (cuerpo físico) y allí trabaja el hombre invisible. El sol tiene sus rayos, los cuales no es posible reunir con las manos y no obstante, son bastante fuertes, si son reunidos por medio de una lente, para incendiar un edificio. La imaginación en el hombre es como un sol: obra dentro de su mundo donde quiera que brille. El hombre es lo que piensa. Si piensa en fuego, está ardiendo; si piensa en guerra, está guerreando. Por el poder del pensamiento, la imaginación se convierta en un sol". Y en su monumental obra. Oculta Philosophia, refiriéndose también a la imaginación, dice: "Muchos ignoran lo que puede la imaginación y como puede ella conducir a honores y a riquezas. Podrían objetarme que algunos llegaron a las riquezas gracias al acaso y a su industria; que muchos no pudieron ser heridos ni vencidos gracias a las virtudes de las hierbas, de las raíces o de las piedras, y que hay muchos medios para defendernos de nuestros enemigos. Responderé que la imaginación gobierna todas las cosas, la fe exalta todo, y sin ella todo es ineficaz." Sabido es que la ciencia externa y superficial, ignorando en absoluto las leyes fundamentales de la Naturaleza, toma equivalentemente las causas por efectos y a éstos por aquellas. Producto de la manifestación del principio del Bien, el hombre, sólo puede encontrar la felicidad en el bien, pues la condición que todo ser necesita para ser feliz, es la de vivir en el elemento a que pertenezca su naturaleza. El hombre, procediendo de la Luz, no será feliz mientras en su naturaleza halla un rayo de tiniebla. Nadie nació para el mal; todos nacieron para el bien, siendo el mal, sencillamente, un accidente en el inmenso camino hacia el bien. No cabe duda de que el hombre, no sentirá paz mientras exista en su interior la menor mancha de mal. Su alma es una especie de campo en donde se esparció una porción variada de semillas que podrán fecundar plantas buenas o plantas nocivas,

71 creciendo al calor de la voluntad. Así, la voluntad, si es buena, dará plantas bellas; pero si es mala, las plantas serán dañinas. Vése de ahí que el principal objeto de la existencia del hombre en la tierra, es exactamente la purificación de la voluntad y el cultivo de la misma hasta su conversión en una fuerza espiritual intensa, enérgica. Pouvouville, analizando el poder de la voluntad dice: "La fuerza de la voluntad, tal como la experimentamos sobre la tierra, es un resto ínfimo de la soberanía del hombre edénico realizada en el submúltiplo humano por el consciente y por los dos inconscientes". "La facultad plástica es la matriz psíquica del cuerpo astral: el cuerpo astral difiere del cuerpo glorioso y es tejido conforme la voluntad colectiva de la especie y según la voluntad particular del individuo." Guaita enumera los efectos de la voluntad sobre la materia desde los estados de los habitantes del astral inferior hasta el árbol de los diez mil caracteres, entrevisto por el misionero Huc, en los pantanos de Kembura. Tales son las maravillas de la voluntad, de la fe y del deseo. La voluntad es la palanca indirecta de la magia. Guaita elucida una de las más curiosas alegorías de Saint Martín el ministerio de Atalante. "Es de la voluntad; de su educación, de su aplicación, que proceden los fenómenos recientemente estudiados bajo los nombres de sugestión, fascinación, telepatía (telepsiquia) y telegrafía psíquica". "La expresión tangible de la voluntad reside en las señales de apoyo, que son dinamizaciones sintéticas; en el verbo escrito, en los "pautados", amuletos y talismanes. Es de la voluntad que depende la mayor parte de los fenómenos secundarios, objetivaciones, eterizaciones, rapports, levitaciones.

72 "El verbo voluntario virtualiza su afecto, material o psíquico, cuando es proferido según los ritos; por eso los rituales son tan precisos, tan complicados, que la pronunciación se vuelve mágica y eficiente; tales son los anatemas y lo maléfico por excelencia, el "envouteroent". Siendo la acción el único medio para purificar la voluntad, para conseguirla, todas nuestras acciones tienen que ser buenas, hasta que esa conducta se torne un simple hábito, no teniéndose el menor deseo de producir el mal. Frecuentemente, se ha dicho que la tendencia del hombre hacia el mal es más fuerte que hacia el bien. Tal juicio, indudablemente, tiene visos de verdad, toda vez que en el estado presente de su evolución, sus actividades e inclinaciones animales son fortísimas. No tiene la consciencia de sí mismo, pues sus elementos espirituales no se desarrollaron convenientemente. Sin embargo, cuando sus tendencias animales son superiores a sus propias fuerzas espirituales, hay una luz más poderosa, eterna y divina, que inconscientemente lo atrae, aunque él le resista, hacia el centro del amor. Verdad es, que a pesar de ser el hombre hasta cierto punto víctima indefensa de poderes invisibles, es también un agente libre, desde que haga perfecto uso de su razón. Por tanto, el hombre sólo puede ser libre si obedece la ley. No se puede admitir más de una razón Suprema, o una Sabiduría Suprema, que es justamente lo que llamamos Dios, el Pastor cultivante de todas las fuerzas universales; el centro único del cual todas las cosas, atributos, facultades, funciones y principios proceden, y al cual se elevarán finalmente. Sólo estando en contacto armónico con la Ley Universal, puede esperar el hombre la efectivación de su objetivo. La teoría de la super-ciencia de los más aptos como la afirmación categórica de que el fuerte triunfará sobre el débil, son probadas en el mundo espiritual como en el de la mecánica, es

73 inútil que una gota de agua se oponga a la marcha de la corriente. Sirva eso de ejemplo para el hombre que pretende contrariar al universo. No es posible, seriamente, obedecer una ley cuando esa ley no se conoce; pero para tener la certeza de que ella es pura o adulterada, preciso es estudiar la naturaleza espiritual en sus aspectos externos o internos. Apenas puede ser conocido por el hombre lo que existe dentro de sí mismo, frente a la existencia exterior él experimenta simplemente la sensación. Siendo el hombre el microcosmos de la Naturaleza, en él está contenido, en germen, o en estado más o menos desarrollado, todo lo que es común a la Naturaleza. Reside en él, Dios, Cristo y Espíritu Santo. Contiene el cielo, el infierno y el purgatorio. Porque en él, la imagen de Dios, es la causa de todas las cosas existentes. Los hombres serían, en verdad, más inteligentes y más espirituales, si no fuese por la grosería y densidad de las partículas materiales que componen su cuerpo, impidiendo la libre acción del elemento espiritual. Viendo los seres que transitan por las calles llenos de carnes, llenos de infectos animales, llenos de intemperancias y sensualismos, puede formularse una pregunta interior: si están o no adaptados para las manifestaciones divinas. Realmente, se puede estudiar el aspecto exterior de la constitución humana valiéndose de métodos externos; pero, el conocimiento de su organismo invisible sólo podrá obtenerse por la introspección y por el estudio íntimo de sí mismo.

74 IV COMO ADQUIRIR EL PODER PSÍQUICO MAGNÉTICO Y EL IMPERIO SOBRE LOS ELEMENTOS DE LA NATURALEZA Quien no aprenda a dominarse no podrá adquirir poderes ocultos, ni progresar tampoco en la vida real. De la misma manera, nadie podrá disfrutar de una completa salud, sino aprende a contener sus emociones, toda vez que de la calma y la moderación, depende sobre todo, el goce permanente de la salud. Nada más necesario por lo tanto que enseñar al cuerpo a obedecer. Desde que se ponga en práctica ciertos procedimientos, como por ejemplo; pensar con madurez antes de hablar; verificar previamente si los sentimientos que se han de expresar están de acuerdo con la razón y no obrar antes de tener la convicción de que sus actos están conformes con la razón; se verán los sorprendentes resultados que podrán obtenerse en relación con las propias emociones. Para auxiliar y poner en ejecución estas reglas, conozco por experiencia propia algunos medios prácticos. Se sabe que las emociones son dominadas o alejadas de nosotros, por los simples esclarecimientos. Así los hábitos, desde que sean advertidos, son más fácilmente destruibles. Otro poderoso auxiliar para la adquisición, es por ejemplo la sugestión. La humanidad recibe muchas sugestiones del yo inferior, determinando la mayor parte de sus sugestiones que fueron aceptadas por el Yo superior. Aclaremos; un hombre al abrir la ventana recibe una fuerte corriente de aire; inmediatamente el yo inferior se sugestiona de que va a sufrir un serio resfrío, lo cual es aceptado por el yo superior, naciendo de allí la idea de que en efecto se encuentra

75 constipado. Da el hombre a su mente inferior de esta manera, la necesaria fuerza para que ella se materialice. Al contrario, el hombre que como yo puede Dominar las emociones y destruir sus hábitos, aprovecha esa fuerza para rechazar las sugestiones del yo inferior, amortiguando los sentidos, deseos y apetitos. Al hablar con él, el hombre debe tener la severidad y la energía con que se debe hablar a un inferior o a un niño. Así también, para abandonar los hábitos nocivos a la salud, tales como beber, fumar, jugar, etc., no se necesita otra cosa sino decir al Yo superior que no hay necesidad de sustentar semejantes vicios. Debiendo estar el Yo superior del hombre separado del yo inferior, éste último queda identificado como cuerpo, pero debiendo absoluta obediencia al primero, que está considerado divino. Por lo común y el hombre está orientado y dominado por el organismo psíquico, permaneciendo la razón y la voluntad completamente obscurecidas por el poder de los instintos y de las emociones. Además, para que pueda existir progreso real y verdadero, bajo la condición sine qua non del progreso, se hace necesario que la razón predomine sobre los demás elementos de la organización humana. Hallándose en su desenvolvimiento natural y normal, la razón es la única conciencia perfecta y completa. Para el hombre; para su conciencia, (esto es, para su razón pervertida y adulterada) es de gran utilidad liberarse del medio; distraer el raciocinio de los obstáculos físicos y psíquicos que le perturban. Está demostrado que el mejor procedimiento para este fin, es el de la auto-educación psíquica, que podrá equilibrar en absoluto la organización humana en todos los elementos que la componen. Este proceso, por lo demás, debe ser a un mismo tiempo físico, mental y moral, para que pueda influir sobre las tres partes más importantes del ente. El ejercicio físico, que debe ser el primero, coloca al cuerpo en condiciones favorables para el desarrollo de las

76 fuerzas psíquicas. El desarrollo moral, que es el segundo, tratándose de la educación, es el del sentimiento, teniendo gran influencia en la misma vida. El ejercicio mental es el último y al mismo tiempo el más importante, puesto que procura dominar el pensamiento; el pensamiento todo lo domina, y dirige por completo el organismo humano. Es necesaria una vida racional rigurosa, para conseguir el éxito completo de esta autosugestión; esto es, el predominio y el imperio de sí mismo. Dejando de lado los comentarios sobre la educación de los tres elementos que constituyen verdaderamente nuestro Yo, paso a explicar, aun cuando ligeramente, el proceso que hube de emplear para conseguir la autosugestión. ••••••••••• Acción física Por la mañana, al levantarme, desembarazóme por completo de mis ropas; enseguida, con las ventanas del cuarto completamente abiertas, empiezo a practicar los siguientes movimientos. Movimiento de los miembros superiores. 1.- Levantar los brazos perpendicularmente, haciendo una aspiración profunda. 2.- Bajar los brazos lentamente, expeliendo el aire de los pulmones. 3.- Extender los brazos horizontalmente, inhalan do aire. 4.- Bajar lentamente los brazos hasta llegar a los muslos, expeliendo, al mismo tiempo, el aire de los pulmones. Movimiento de los miembros inferiores

77 1.- Practicar diversas flexiones de los muslos sobre las piernas. 2.- Levantar horizontalmente las piernas. Movimiento del tronco 1.- Extender el tronco, aspirando profundamente el aire. 2.- Encogerlo lentamente, exhalando el aire de los pulmones. Esta serie de movimientos debe ser hecha durante cinco minutos, todos los días, por la mañana y por la noche. De esta manera el organismo expele los detritos orgánicos y todo cuanto le es perjudicial, renovándose poco a poco. Acción psíquica ―La acción psíquica consiste, principalmente, en el dominio de las emociones". "La emoción es el fruto de una inclinación, de un hábito y de una idea". Relajamiento muscular Me he habituado a practicarlo todos los días, a fin de poder hacerlo en todo tiempo y lugar. Sentábame en una silla o sofá? aflojaba los brazos, las piernas y todo el cuerpo. Concentrábame durante quince minutos, fija la idea en el deseo de quedar con el cuerpo flojo. Cuando tenía que dominar una emoción en la calle, en lugar donde no pudiese estar sentado, el relajamiento lo practicaba incompletamente, circunscribiéndolo a los músculos de las piernas y del vientre. Armonización de los movimientos respiratorios

78 Primer tiempo. -Aspirar lentamente el aire hasta llenar el abdomen y los pulmones; Segundo tiempo. -Expeler el aire con lentitud, hasta vaciar completamente los pulmones y el abdomen. El primero y segundo tiempo deben armonizarse de modo que tengan Igual tiempo de duración. Practicar este ejercicio de veinte a treinta veces. No debe pararse entre uno y otro tiempo. Por medio de este ejercicio he conseguido aumentar considerablemente la capacidad respiratoria de los pulmones, obteniendo, por consiguiente una admirable reacción contra las emociones. Educación del pensamiento Entre todos los factores de la auto-educación psíquica, el dominio del pensamiento es incuestionablemente el más importante. Después de preparar el organismo por medio de los ejercicios físicos y del dominio de las emociones, quede habilitado para emprender la reforma de mis condiciones mentales con mayor éxito y más rápidos resultados. Para ello fue necesario incrustar en el mecanismo cerebral, hábitos derivados de un ideal superior, expeliendo de él todo cuanto proviene de las ideas falsa. Reconozco que este es el verdadero fin de la actividad mental. Para que nuestras creaciones mentales, destinadas a obrar sobre nuestro físico, sean perfectas, es necesario que procuremos formar una perfecta imagen de ellas, reconcentrando el pensamiento en su realización, pues debemos tener en cuenta que el pensamiento es una forma creadora emanada de nuestro cerebro.

79 Existen dos únicos ejercicios mentales indispensables para la completa regeneración y auto-educación psíquica, que son: la concentración y la meditación. Me ejercite constantemente en ambas. La concentración se hace reuniendo todas las ideas y pensamientos en un solo asunto. Es fijar el pensamiento en un solo punto, desviándose por completo de cualquier otro pensamiento diferente. La meditación y la reflexión sobre un punto escogido, para penetrar en todos sus secretos. Sin haber previamente obtenido una buena concentración mental, no es posible alcanzar la meditación, que es la más elevada facultad mental que poseemos en el plano físico. Obedecí, pues, a la norma de habituar el pensamiento a permanecer siempre concentrado en lo que estaba haciendo, consiguiendo obtener por este medio la educación mental necesaria a mi completo desarrollo. Para el mejor efecto de mi decisión de reintegrarme a la vida natural y perfecta, empecé a hacer ejercicios de autosugestión, para el desarrollo del poder de mi voluntad. Recogíme en un lugar solitario, en donde podía gozar de tranquilidad sin ser molestado; evité todo cuanto podía desviar la atención, prohibiendo a mis pensamientos acudir a mi cerebro, dejándolo completamente pasivo. Formulé esta idea simple, clara y precisa, que fácilmente grabé en el cerebro impresionándole profundamente en mi imaginación: mi voluntad es enérgica y realizadora. Esta fórmula la repetí mentalmente con consciencia, y penetrando en su sentido cada vez que quería emprender cualquier acto. Siempre he dicho: Tengo voluntad firme; sé dominar mi yo superior y soy dueño absoluto de mi interior. Hago, no lo que puedo y sí lo que quiero.

80 "Mi voluntad debe ser perseverante; debe marchar con pasos seguros en el camino de la realización previamente examinada". "Mi voluntad enérgica nunca será subyugada por otra". "Cualquier determinación de mi voluntad será inconteniblemente obedecida por la acción de mis órganos". Mientras practiqué esos ejercicios, procuré evitar la interrupción de mi pensamiento con cualquier otro asunto o distracción. Siempre me preocuparon los tres esenciales y absolutamente indispensables elementos recomendados para estos ejercicios por el doctor Geraud Bonnet: "la voluntad de triunfar, la confianza en el éxito, y la reconcentración del pensamiento sobre la idea que constituye la autosugestión". Y para desarrollar la acción de mi voluntad, empecé a practicar un acto determinado, todos los días, a la misma hora. Ese acto lo practiqué con resolución y firmeza, no dejándome dominar por ningún obstáculo o dificultad, siempre con imperio sobre mí mismo. Y así, habiendo construido un sólido cimiento para mi nueva vivienda, entré a ocuparla, y en ella estoy viviendo actualmente. "El hombre puede realizar lo que cree, en la medida de lo que sabe y en razón de lo que ignora, y hace todo lo que quiere en la medida de lo que cree y en razón de lo que sabe" Después de haber conseguido el desarrollo de mi voluntad y experimentado la fuerza de su acción, comencé a practicar los actos de mi actual vida, cuyos beneficios son tan grandes, tan maravillosos, tan mágicos, que en señal de gratitud a la Divina Madre Naturaleza, paso, en beneficio de la humanidad sufridora, a relatar el sistema que empleé, para alcanzar tan extraordinarios resultados. A más de la perfecta salud que disfruto; a más de rejuvenecer, como en efecto he rejuvenecido

81 espiritual y físicamente, treinta años, sintiéndome siempre joven y progresando en el camino de la suprema profesión (invia virtuti nulla est via) fui agraciado no tan solo con el poder psíquico, sino también, principalmente, con el dominio sobre los elementos de la Naturaleza. VENTAJAS DEL AMOR RECIPROCO Como ya se ha dicho, una de las cosas que inmediatamente hice desaparecer de mi íntimo, fue los sentimientos de odio y de malquerencia, por la percepción perfecta que tuve de la necesidad de amor de todo ser viviente. El precepto de Jesús, que recomienda el amor, inclusive hacia los enemigos, tiene una doble razón de ser: religioso y psíquico. El hombre no puede exteriorizar odios sin a-traer sobre sí mismo el mismo odio y activar las vibraciones rencorosas de aquellos que se hallan dominados por este sentimiento inferior. Compenetrado de este invulnerable principio de caridad y de benevolencia, procuré, antes de todo, ejercitarme en la práctica del amor y del perdón, barriendo por lo tanto todo sentimiento de odiosidad. Pienso que en ello encontré uno de los mejores elementos que me auxiliaron en el desarrollo de mis facultades psíquicas. Indudablemente, la sabiduría conserva y prolonga la vida. El Divino Maestro dijo: "Mi cuerpo es un alimento y mi sangre una bebida. Comed de mi cuerpo y bebed de mi sangre, y tendréis la vida". Y, como el vulgo murmuraba, añadió: "La carne es nada aquí; las palabras que os digo son espíritu y vida‖. Quería, pues, decir: saciaos en mi espíritu y vivid de mi vida. Y cuando iba a morir, dejó un recuerdo de su vida en el

82 signo del pan; y de su espíritu en el signo del vino, e instituyó así la comunión de la fe, de la esperanza y da la caridad. Es en el mismo sentido que los Maestros Hermetistas dijeron: "Haced potable el oro, y tendréis la medicina universal‖; esto es, apropiad la verdad a vuestros hábitos; que ella se torne la fuente en que os saciéis todos los días, y tendréis en vosotros mismos la inmortalidad de los sabios. La templanza, la tranquilidad del alma, la sencillez del carácter, la calma y la razón de la voluntad, no sólo hacen feliz al hombre sino también sano y fuerte. Es tornándose razonable y bueno, que el hombre se hace inmortal. Somos los autores de nuestros destinos, y Dios no nos salva sin nuestro concurso. "La muerte no existe para el sabio, la muerte es un fantasma hecho horrible por la ignorancia y la cobardía del vulgo". El vizconde de Figaniére, en su célebre obra "Sub-mundo, Mundo, Supramundo", hablando sobre la evolución humana y el poder metapsíquico de los mahatmas -asunto sobre el cual ya se han ocupado diversos Yogas y también Mine. Blavatsky y Sinnet-, dice entre otras cosas: "Prolongaron la propia existencia física). Es que los químicos no podrían preparar nunca la receta que les diera un mahatma". "Aquí la tienen: el elíxir de la vida; asunto de tantos y tan meticulosos estudios por parte de alquimistas de mediaciencia; y todo en vano; nada más fue y nada más es, que un símbolo expresando los frutos de la sapiencia. El vil metal de los alquimistas, simbolizaba la energía animal en el hombre; el oro la sapiencia; el elixir de la vida, la inmortalidad. Quien alcanzare la mayor de las victorias, triunfar sobre sí mismo, habrá absorbido el elixir de la vida, en la seguridad de que, sofocado el egotismo cual una serpiente; hecha la carne esclava de la voluntad y gobernada por el principio súpereminente que casi nadie conoce, podrá mantener así la energía vital durante un tiempo relativamente inmenso.

83 Filosóficamente hablando, la constitución de la carne se altera un tanto en virtud de cierta traslación de la potencia vital en beneficio del sthula zarira, que de latente se vuelve activo. De ahí viene el que se diga que los efectos del elíxir son reducir las propiedades del cuerpo (físico), hecho que se realiza literal mente, mientras aumenta la persistencia vital; pero no indefinidamente, porque la conservación del organismo que se reduce tiene límite que ningún poder es capaz de ultrapasar. De estas posibilidades, no acostumbran los adeptos de buen grado aprovecharse, y solamente lo hacen cuando obedecen a incentivos de orden elevado. Los hubo, sin embargo, de vida multi-secular. ¿Qué tiene eso de increíble? Sin hablar de los conocidos microbios, se conoció no hace mucho tiempo el caso de un anciano que falleció teniendo 250 años de edad, en una de las provincias del Brasil. Resalta también el caso del viejo Pero Carvalho, que decía; "Nieta, tráeme aquí a tu nieta que es viuda". (Crónica de D* Juan III Vol. 3, -pág. 196). Francisco de Andrada, afirma que existía entonces en Diu, en la India, un hombre con 335 años de edad; -los dientes se le habían salido cinco veces; el cabello de blanco, tornábasele negro; tenía un hijo de 90 años y otro de 12, etc.; y aún, aceptando tal información, este anciano no era, ni podía ser un Adepto. "Cuando los hombres aprendieren a vivir, nunca más morirán. Se transformarían, como la crisálida en una bella mariposa". Metchnikoff dice que el hombre puede alcanzar los 120 años de edad; y yo agrego que, en el camino de la vida racional y perfecta, alcanzará, por lo menos 150 primaveras y sin contrariedades, disgustos, enfermedades, padecimientos morales y materiales, tranquilos, en paz y feliz.

84 Sapientíssima viunt omnia, quoe pro república fiunt. Es precisamente lo que voy a hacer: indicar el camino a seguir hacia la perfección y felicidad de todos. Antes de empezar mi nuevo régimen de vida, el régimen de la ley natural, desembaracé y libré mi organismo de las substancias mórbidas del régimen irracional; no con purgantes como muchos imaginarían y harían, sino aplicando un sistema de acuerdo con la ley natural, a ejemplo de ciertas aves de pico largo que tuve ocasión de observar en las márgenes de los ríos en mis excursiones a través de Matto Grosso. Los jefes y sacerdotes de las tribus de la India, habían ya hecho idénticas observaciones en las aves de la familia de los ibis que habitan aquellos países orientales. Esos pájaros, al regresar de sus largos viajes al interior, se encuentran a veces en condiciones lastimosas; gravemente enfermos ciertamente, a consecuencias de haber comido alguna cosa indigesta y no encontrar dónde beber agua. Llegan a la margen de un rio cualquiera, muchas veces tan débiles y en un estado de postración tan completo, que se sienten imposibilitados para volar. Llenan de agua su largo pico introduciéndolo luego en el recto, e inyectando el agua en los intestinos. Al cabo de algunos momentos, comienzan a experimentar alivio. Esta operación la repiten varias veces, hasta que sienten completamente vacíos sus intestinos, descansando después algunos minutos y acabando por recobrar su vitalidad. Ya Plinio se ocupó de éste hábito de las aves, y los primeros imitadores fueron los antiguos doctores del Egipto. Muchas personas, notando este hecho y sus admirables efectos, hicieron y hacen experiencias en enfermos, con excelentes resultados, substituyendo y suprimiendo así con grandes beneficios los purgantes venenosos y perniciosos. Fue así como empecé la tarea, que muchos llaman baño interno o lavado del colon. Medio litro de agua bien caliente,

85 es decir, a un grado de temperatura que soportaba la mano, puesto en un irrigador apropiado suspendido en la pared, me sirvió para el primer lavado. Yo mantenía el agua en el colon durante algunos minutos dejándola salir en seguida. Para este ejercicio escogí siempre las noches. Al día siguiente, aumenté a un litro la dosis de agua caliente, usándola de la misma manera. Descansé una noche, y a la siguiente, hice la tercera aplicación con un litro y medio. Dejé pasar dos noches, y en la tercera practiqué la cuarta curación con dos litros de agua a la cual incorporé una cucharada de vaselina para favorecer el ablandamiento de la materia y lubricar las paredes del colon. La experiencia me enseñó a retener gradualmente aquella cantidad de agua en el colon; siendo las cantidades mayores, excelentes para expulsar la vieja materia. Las menores sirven para arrastrar los fragmentos desprendidos y desalojar la masa endurecida. Para facilitar la tarea, apliqué un masaje, de derecha a izquierda en el abdomen, antes y después de cada lavaje. De este modo, al cabo de pocos días, me sentí completamente liberado de las materias que me estaban envenenando el sistema, cuyo efecto, para el comienzo de mi restablecimiento, fue maravilloso. No soy un apologista de los lavajes; y si hubiese llevado una vida natural, seguramente no hubiese necesitado emplear semejante proceso, sin embargo, lo recomiendo a aquellos que quisieren remover de si, y verse libre de acumulaciones pasadas, provenientes de la vida irracional y antinatural. Mi organismo quedó en condiciones de comenzar mi actual método de vida. A partir de entonces, empecé a beber un vaso de agua caliente todas las mañanas en ayunas, y uno de agua fría a la noche antes de acostarme; siendo mis comidas compuestas exclusivamente de toda clase de frutas, verduras, cereales, tubérculos, lacticinios, y huevos muy raras veces. He procurado siempre huir del azúcar, evitando en lo posible la

86 sal, así como también evito siempre las comidas cocidas, para alimentarme tan solo de frutas y de verduras crudas. Uso solamente el pan integral, sin levadura, hecho de trigo completo; y a falta de éste, el de centeno. Expulsé todo el sistema de carne, vinagre, pimienta, mostaza y demás excitantes. Abolí por completo el tabaco, el alcohol y el café. Eliminé también, la pastelería y las masas calientes. Como bebida uso únicamente la fabricada, destilada y filtrada por nuestra excelsa Madre Natura: el agua; té de hojas de naranjo, de aguacate, o mate. Todo lo que excluí de mis alimentos, fue porque lo considero según la práctica, nocivo para la salud. La mayoría de las personas, o casi todas, consideran el té, negro o verde; el café; la sal y el azúcar, como productos alimenticios; mientras tanto, probado está por sabios médicos, entre ellos el doctor Cartón, que además de no ser alimenticios, son altamente perjudiciales. Siempre he sido sobrio en mis comidas, sirviéndome de lo necesario; al contrario del pésimo hábito del común de las gentes, que come tres veces más de lo que debieran comer. De ahí las enfermedades y los sufrimientos. Así como la planta para crecer y desarrollarse, necesita ser regada, también nosotros, para ayudar a la debida estimulación y circulación de la sangre; a la eliminación de los productos gastados del organismo; y a la asimilación normal de los alimentos, necesitamos de una cantidad suficiente de agua. Esta cantidad, que es de dos litros, es la que yo absorbo en cantidades pequeñas durante el día. Está demostrado que nuestro cuerpo se compone de un 80% de agua, dependiendo ampliamente de ello el trabajo del sistema. Quien no bebe agua en cantidad suficiente, por lo general tiene deficiencia en la provisión de la sangre; los riñones y el hígado, no funcionan con regularidad, visto que sienten dificultades en la expulsión de la urea, etc. El cuerpo humano,

87 para poder realizar la digestión de los alimentos que diariamente recibe, necesita de bilis, saliva, jugos gástricos, jugo pancreático, y en fin, de todos los otros valiosos jugos del sistema que sólo pueden adquirirse por intermedio del agua. Los grandes autores opinan que se debe ingerir diariamente, de dos a tres litros de agua, como cantidad normal necesaria para reponer el gasto de los hombres y mujeres normales. Las personas que en general, beben apenas medio litro de agua o menos aún por día, generalmente viven incómodas por toda clase de enfermedades corporales tales como constipaciones, nerviosidades y en fin, toda clase de males cuyo origen es única y exclusivamente motivado por la escases de la necesaria irrigación del organismo, por lo cual resulta el cuerpo lleno de toda clase de substancias venenosas que la Naturaleza no consigue eliminar o expulsar a través de la piel y los riñones. Es sobradamente conocido, y hoy día forma parte de la terapéutica, el efecto del agua en los casos de fiebre. La actividad del corazón con el uso científico del agua fría, queda reducida considerablemente, al paso que aumenta con el empleo de agua caliente. Las secreciones de los riñones se aumentan con el agua, que también auxilia al órgano a expeler, librándolo de la materia descompuesta que encuentra en su camino, obrando además, de esta manera, sobre los demás órganos de expulsión. Recordad que todo aquel que no se separa de la Madre Naturaleza, goza de los beneficios de los métodos formulados por las leyes universales que conservan las obras maravillosas del Kosmos, tanto orgánicas como inorgánicas. La Naturaleza es la Madre Universal -la Medicina Universal-, el Alma Universal. En todos los actos, todo lo que hago, desde la cosa más importante hasta la más diminuta, concentro mi pensamiento

88 firme en el objetivo; así como también durante mis comidas y bebidas concentro mi pensamiento cargado de Prana4. El pensamiento, que representa un papel importantísimo en nuestras creaciones mentales, es el que da forma a la imagen que deseamos crear, y colige en torno de ella la forma precisa para su formación. En todos los países y en todas las épocas, los iniciados en las ciencias ocultas transmitieron a sus discípulos, discretamente, que en el aire, en el agua, en el alimento, en la luz del sol, en fin, en todas partes, se encuentra una substancia o principio del cual deriva toda actividad, energía, poder y vitalidad, y a la cual los iniciados hindús dieron la denominación de prana. En primer lugar, procuré pensar y conversar sobre cosas agradables y alegres, para evitar la menor contrariedad durante la absorción de cualquier alimento, pues, de esa manera, las comidas, por más insignificantes que sean, se tornan ricas en prana y mucho más asimilables, nutritivas y digestivas. Es perjudicial y hasta peligroso, en las horas de las comidas, mantener pensamientos y charlas tristes y desagradables; discusiones que generen discordias y disgustos, formando de este modo malos fluidos que, además de excluir el prana, transforma en veneno los alimentos que son absorbidos. Es un hábito no menos pernicioso el de comer apresuradamente y no masticar bien los alimentos. Nunca, en mis comidas, me descuido de masticar lentamente cada bocado de alimento mientras siento placer en ello, experimentando de esta suerte cierta sensación mientras permanece algún alimento en la boca, pues el proceso involuntario, natural, concurre a la disolución gradual del alimento, produciendo su deglución.

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Prana, palabra sánscrita que significa: fuerza vital del universo infinito; energía absoluta, inagotable, y savia oculta de la Naturaleza.

89 De esta manera, además de experimentar aquella satisfacción, quedo convencido de que estoy preparando el alimento en forma apropiada para el proceso digestivo del estómago, proveyendo así óptimo elemento imprescindible a la sólida constitución del cuerpo físico. Con este método de comer alcancé una cantidad superior de nutrición de mis alimentos que cualquier otra persona de hábitos diferentes, puesto que cada onza de alimento tiene la obligación de proveer la mayor cantidad posible de nutrición. Ocurre precisamente lo contrario con las personas que tragan los alimentos apenas masticados, y de consiguiente mal ensalivados, los cuales, de tal forma, son desperdiciados, tornando a salir del sistema en forma de masa podrida o fermentada Adoptando el sistema que uso, nada es descuidado por el sistema, a no ser el verdadero desperdicio. El alimento provee las partículas de nutrición, absorbiendo de sus átomos la mayor suma de alimento-prana. Empleo también el mismo sistema de masticación en los alimentos líquidos como la leche, el té, el -agua, etc. Dirán algunos que estos líquidos no necesitan del proceso de trituración empleado en los alimentos sólidos. Están en un gran error, porque está comprobado ya experimentalmente, que el líquido tomado rápidamente no provee la mitad de la nutrición o alimento-prana que la misma cantidad de líquido ingerido moderadamente, es decir, después de permanecer en la boca el tiempo necesario hasta que se disipe por el movimiento constante de la lengua. HIGIENE Como higiene, uso los baños comunes por la mañana, muy temprano, tomando una vez por semana un baño caliente o de vapor durante cinco minutos. En seguida, tomo la ducha de agua fría por un minuto.

90 BAÑOS DE SOL También hago frecuentemente uso del baño de sol, que es uno de los mayores vigorizadores del organismo humano. Es sabido que los baños solares están formados por el conjunto de tres agentes; luz, calor y aire. Todos los seres vivientes se nutren y sostienen mediante la luz y el aire pues estos dos agentes forman una combinación que hace despertar a la vida el germen adormecido. Pues la luz y el sol son muy necesarios a toda naturaleza. El cuerpo desnudo, bajo la acción del sol, recibe de éste una especie de fiebre curativa, lo que se verifica por la reacción de la sangre y de la orina. Por medio del baño de sol, la alcalescencia5 de la sangre aumenta, y la producción de los ácidos disminuye. Sabemos que un grado elevado de alcalescencia de la sangre es una oportunidad química para la célula humana. Ella se mantiene por el calor elevado que recibe habilitando la célula con mayor energía vital para su trabajo. Para vencer cualquier enfermedad, es muy necesario poseer una gran alcalescencia en la sangre. Los microbios, en general, emplean preferentemente su acción en las personas cuyos humores se encuentran aproximados al grado de acidificación. El mejor procedimiento para evitar este peligro de infección, es un baño de sol. Los rayos solares tienen también la misión de inmunizar toda la naturaleza. También favorece mucho la absorción y la expulsión por el cuerpo de las materias. Además de eso, aumenta el consumo de oxígeno y el desprendimiento de ácido carbónico, lo que

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Alcalinidad. (Nota del digitalizador).

91 queda probado por el gran aumento que obtiene de todas las materias que entran en la combustión. Por el calor, quedan disueltas las materias abandonadas en el cuerpo y, por lo tanto, favorecida su excreción por la piel, riñones e intestinos. Esto puede observarse en el ácido úrico, que es nuestra principal materia mórbida. En veinticuatro horas, la cantidad de ácido úrico contenida en la orina, generalmente es de 0.70 gr, al paso que, después de un baño de sol, ella puede elevarse a un gramo. Por la acción absorbente y aliviadora del calor, quedan consumidos los líquidos, y amortiguados los dolores. La acción absorbente puede verificarse en los casos de reciente derrame de sangre, a consecuencia de heridas, inflamaciones y tumores. Por medio de la respiración, la piel mantiene mucho los pulmones, pues ella, estando desnuda, absorbe la centésima parte de oxígeno, o sea cerca de 500 gramos por día. Este hecho es muy advertido en los casos de las enfermedades del pecho. El doctor Ziegeiroth, en su importante tratado "El baño de aire y de sol", dice: "Conozco muchas personas enfermas del pecho que, con baños de aire convenientemente tomados, fueron curadas por completo, y que después de una grave enfermedad se tomaron sanas y robustas". Según lo observa el profesor H. Durville, el espectro solar presenta cuatro colores magnéticamente positivos, dos negativos y uno mixto, En el orden de su energía, los colores positivos son: índigo, azul, violeta y rojo; los negativos son: amarillo y anaranjado. Por lo tanto, tres colores positivos se encuentran sobre el verde que es mixto, y uno, el rojo, debajo de los colores negativos.

92 El profesor Durville, en las experiencias que practicara con los colores del espectro solar, obtuvo resultados iguales al magnetismo humano, con el imán, la electricidad, etc. La base de la cromoterapia, que ha sido empleada con grandes resultados por médicos eminentes, es la física magnética de la luz. El vapor de los baños de sol queda aumentado con el empleo del magnetismo humano, visto que el hombre, para tornarse magnético, necesita adquirir un exceso de vitalidad y calor, que puede ser proveído por el sol. Para poder efectuar la irradiación del cuerpo humano, es necesario tener mucha energía vital y mental que, por lo demás, son las bases de le radiopsiquia humana. Existen varios fenómenos solares, que son ignorados aún por la ciencia moderna. Mientras tanto, está probado que la luz, la vida, el calor y el magnetismo, tienen estrechas relaciones con el sol. Según la Kábalah, la fuente espiritual central de todas las cosas, es el Sol. Él es el Divino Ego del Gran Hombre, y es justamente por eso, que indica las potencialidades del poder creador. El color anaranjado, producido por el sol, posee en sí una gran vitalidad y magnetismo; y quien posee un aura de este color, puede fácilmente comunicar a otros sus grandes fuerzas vitales y magnéticas, y de esta manera curarlos. La energía del sol terrestre se comunica a todas las cosas; así también el hombre de tipo solar, por la transmisión de su fuerza magnética, puede curar todos los males. Empecé metódicamente a tomar baños de sol, durante cinco minutos de frente, e igual tiempo de espaldas. Siempre preferí practicar este ejercicio al aire libre a por ser más provechoso, y cuando las circunstancias no me lo permitan lo tomo en el cuarto, proceso éste que hago luego de haber abierto las ventanas.

93 Me acuesto sobre una alfombra extendida en un sitio donde pueda ser alcanzado por el sol, y allí empleo el mismo procedimiento del baño de aire libre. De tal manera estoy habituado a este baño, que suelo prolongar lo durante diez, treinta, sesenta o más minutos. Practico siempre este ejercicio antes de las nueve de la mañana, porque después de esa hora los baños en vez de ser benéficos, perjudican la salud. El baño de sol, produce sudores abundantes que no enjugo. Por mucho que sea el calor, no hay peligro de insolación. Después de las comidas, el baño de sol es maravilloso por ser un poderoso estimulante de la digestión y de la nutrición. Cuando me expongo al sol, cambio de posición cada diez minutos más o menos, pues de esta manera me resguardo del peligro de inflamar la piel. Después de cada baño de sol, muy caliente, me someto a una aplicación hidroterápica: baño de lluvia, ducha, o a falta de ésta, un baño frió. En seguida, practico ejercicios a fin de calentar nuevamente el cuerpo. En otra parte de este libro hablaré acerca del poder mental para atraer al organismo una gran cantidad adicional de prana, de aire, de alimento, de agua, etc., pues cierto es que, mediante el prana o fuerza vital de los rayos del sol, podemos aumentar beneficios, por la actitud mental apropiada. Por eso me he habituado a que los rayos solares brillen sobre mí, formándome entonces la imagen mental sugerida por la palabra, y repito el siguiente Mantram u otro Semejante: -Me estoy bañando en la hermosa luz del sol de la Naturaleza; estoy extrayendo de ella vida, salud, fuerza y vitalidad. Ella está haciéndome fuerte y me llena de energía. Siento el influjo del prana, de la cabeza a los pies, robusteciendo mi cuerpo entero. Amo la luz del sol y obtengo todos sus beneficios: nunca traté de alejarme de la Faz del sol. Siempre permití su entrada

94 en mi casa. Soy contrario al uso de cortinas y "stores" que conservan sombríos los mejores aposentos. Abro las ventanas de mi residencia por la mañana y dejo que los rayos solares bañen los aposentos. De esta manera, la casa se puebla de una atmosfera de salud, de fuerza y de vitalidad, que substituye a la primitiva atmósfera de enfermedad, debilidad y ausencia de vida. Acostumbro además a caminar mucho con la cabeza descubierta, huyendo de las sombras; procurando siempre el sol, la luz, porque la marcha, sin cansancio, es uno de los mejores ejercicios. Para cuarto de dormir, escogí uno bien ventilado, espacioso, alegre, con mucha luz, en al cual penetra el sol naciente. Infaliblemente, salvo fuerza mayor, a las ocho de la noche me recojo. DOS horas antes de recogerme, ordeno que todos los pensamientos se retiren, quedando mi mente completamente deshabitada, no permitiendo que la ocupe cualquier otro pensamiento. De esta suerte tengo siempre sueños tranquilos y reparadores. Matemáticamente despierto a las cuatro de la mañana. Duermo con la cabeza hacia el Norte y los pies hacia el sur. Siempre tuve cuidado con el uso de la energía genésica, siendo continente, sin evitar con todo la unión periódica, pues soy casado. Mantengo constantemente, un equilibrio sabio y estoico. Además de gimnasia sueca, y algunas veces también dinamarquesa y otras japonesas, uso los ejercicios de respiración del sistema oriental. Estos ejercicios de respiración como es mi costumbre en todos los actos, son acompañados de concentraciones mentales, mirando al vacío, para así absorber y asimilar el prana con mayor beneficio.

95 La concentración absoluta es de un valor inapreciable, y cuanto mayor poder de concentración haya en la mente, tanto mayor serán los beneficios. Dice el ocultista Atkinson: ―Todo hombre que desarrolle su facultad de concentración, tiene que triunfar." En efecto, la concentración es un poder extraordinario; ella es capaz de conducimos a adquirir dominio sobre los elementos de la Naturaleza. Los sabios psicólogos la consideran de mucha importancia para el desarrollo de la atención, porque produce bellas ideas y buena percepción. Toda idea, bien concentrada y conscientemente aplicada, opera prodigios y da a la mentalidad humana un gran desenvolvimiento. Para los buenos resultados que procuré alcanzar, tuve que adueñarme de mi mente y dominarla en absoluto. Para llegar al grado de concentración necesario al dominio de todos los elementos, he tenido que habituarme a pensar focalizando la mente en un solo punto, no permitiéndole divagar. Para llegar a este resultado, tropecé al principio con algunas dificultades que la perseverancia fácilmente venció; y como ejercicio práctico, escogí un punto cualquiera, porque no hay reglas sacramentales que puedan ser dogmáticamente establecidas. Aprender a pensar en una sola cosa, todas las veces que fuera necesario, es todo. Para llegar a este resultado, no hay caminos exclusivos, porque cualquier estudiante puede ad libitium, realizar sus ejercicios prácticos. TATTVAS Para el buen éxito de los diferentes métodos de ejercicios de respiración que practico procuré beber, en la inagotable

96 fuente del endoterismo, el precioso licor del conocimiento de los Tattvas, porque aquel que conoce los Tattvas, conoce todo. El ocultista, para ser perfecto, no puede prescindir del precioso conocimiento de los Tattvas, es decir: las fuerzas sutiles de la Naturaleza; electricidad, magnetismo, aura, fluido astral, éter, en una palabra: fluidos. Todo vibra y obra por los Tattvas, y a la influencia de éstos se debe la existencia de vida, y solamente por medio de los Tattvas puede el hombre -y al decir hombre digo generación-, ascender a la perfección suprema. EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN Sabido es, que de la educación perfecta de la respiración depende la robustez del hombre y la previsión contra los males. Es verdad que la vida del hombre no depende tan sólo de la respiración; pero, en gran parte, de la manera perfecta de respirar. Una forma correcta, aplicada al poder de respirar aumenta nuestra permanencia sobre la tierra, proveyendo al hombre una vitalidad perfecta; ocurriendo lo contrario con la respiración imperfecta, que además de disminuir nuestros días, reducen nuestro vigor colocándonos en situación favorable para ser perseguidos por los males. El hombre en su forma natural, nunca necesitó que le enseñaran a respirar, y de la misma manera que los niños y los animales inferiores, respiraba naturalmente de acuerdo con los designios de la Naturaleza. Aquello sufrió también la acción modificadora de la civilización. Adquirió hábitos perjudiciales en el andar, en el pararse y en el sentarse, que lo excluyen del primitivo derecho de una respiración natural y correcta.

97 Es muy reducido el número de personas civilizadas que respiran correctamente. Quienes lo hacen de manera incorrecta -como generalmente se observa-, quedan con el pecho contraído, con los hombros caídos y por lo tanto, transformados en verdaderas presas para las enfermedades de los órganos respiratorios y también para el terrible monstruo de la consunción, el flagelo blanco. Eminentes autoridades notaron que una generación de respiradores correctos regeneraría la raza, y que la enfermedad sería tan rara, que al manifestarse, la considerarían como un objeto de curiosidad. RESPIRACIÓN COMPLETA Comencé a practicar los ejercicios de respiración completa, que contiene todo cuanto hay de benéfico en todos los sistemas de ejercicios de espiración. Ellos activan todo el sistema respiratorio; todas las partes de los pulmones, todas las células de aire y todos los músculos respiratorios. Esta manera de respirar es obedecida por los órganos respiratorios, y de su empleo resulta la adquisición de una gran cantidad de beneficios sin la menor pérdida de energía. La capacidad del tórax llega a su límite normal y el organismo funciona naturalmente. Doy a continuación, una perfecta y clara idea de los ejercicios que hice, y que hago, para conseguir y conservar la respiración completa: 1.- A las cuatro de la mañana me despierto; salgo al corredor extremo de mi casa, y allí, al aire libre, constantemente sentado, permanezco con el tronco en posición vertical, respirando por la nariz. 2.- Retengo la respiración por espacio de diez segundos, contados mentalmente.

98 3.- Hago exhalación muy despacio, manteniendo el pecho firme, contrayendo el abdomen y elevándolo lentamente, a medida que el aire se retira de los pulmones. Cuando el aire ha sido completamente exhalado, aflojo el pecho y el abdomen. Mediante una pequeña práctica, he conseguido fácilmente ejecutar casi automáticamente este ejercicio. Debo hacer notar, que por este sistema de respiración entran en actividad, así como las partes de los pulmones, las más lejanas células de aire. La cavidad del pecho se expande en toda dirección. RESPIRACIÓN PURIFICADORA Adopto un sistema de respiración comúnmente empleado por los yogas, para ventilar, airear y limpiar los pulmones. Este sistema de "respiración purificadera" que, -como ya lo dije, ventila y limpia los pulmones, estimula las células, tonifica los órganos respiratorios y contribuye a la conservación de la salud perfecta, refrescando además, todo el organismo, me ha dado excelentes resultados, por ser de un valor incalculable para -la rehabilitación de los órganos respiratorios fatigados. 1.- inhalo una respiración completa 2.- retengo el aire durante un segundo 3.- Pongo los labios en disposición de silbar (sin hinchar los carrillos) y exhalo con fuerza, conservando un poco de aire a través de la abertura formada por aquellos. Retengo durante algunos momentos el aire en depósito que, en seguida, voy desprendiendo en pequeñas porciones, hasta su completa exhalación. RESPIRACIÓN VITALIZADORA DE LOS NERVIOS

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He practicado también, y practico aún, este ejercicio preferido por los hindúes que lo consideran como uno de los más fuertes estimulantes y vigorizantes de los nervios. Con él he conseguido obtener energía y vitalidad, así como también tonificar los nervios, desarrollando sus fuerzas. Su fin consiste en desempeñar una acción estimuladora sobre Importantes centros nerviosos que a su vez, transmiten y dan fuerza a todo el sistema nervioso, y consignan una mayor cantidad de flujo nervioso a todo el cuerpo humano. 1.- permanezco de pies con todo el cuerpo erguido. 2.- inhalo una 'respiración completa que retengo. 3.- Extiendo los brazos hacia adelante, un tanto flojos, empleando apenas la fuerza necesaria para mantenerlos en tal posición. 4.- Contraigo las manos lentamente hacia los hombros, contrayendo también gradualmente los músculos y comunicándoles fuerza, de manera que cuando las manos llegan a los hombros, se encuentran tan reciamente cerradas como si estuviesen a punto de producir un movimiento de trepidación. 5.- conservo los músculos rígidos; vuelvo las manos lentamente a la posición primitiva, y manteniendo el estado de tensión, se atraen rápidamente. Repito los movimientos varias veces. 6.- exhalo lentamente por la boca. 7.- practico la respiración purificadora. EXPANSIÓN DEL PECHO El pecho, en virtud de la posición inclinada del trabajo, está sujeto a deprimirse; y fue para evitar esta consecuencia, que me dediqué al ejercicio de la expansión del pecho, que es

100 esencial y excelente para la rehabilitación de las condiciones naturales. 1.- permanezco de pies con el cuerpo elevado. 2.- inhalo una respiración completa. 3.- retengo el aire. 4.- Extiendo los brazos hacia adelante, con las manos cerradas y a nivel de los hombros. 5.- llevo las manos cerradas, lentamente, hacia afuera hasta formar una línea recta con los hombros. 6.- luego, vuelvo a la 4.- posición, y de ésta a la 5.-, repitiendo el movimiento varias veces. 7.- exhalo lentamente por la boca abierta. 8.- practico la respiración purificadera. Hago este ejercicio metódicamente, evitando cualquier exageración. EJERCICIOS DE INYECCIONES PRANICAS Los cuerpos humanos están sujetos a las leyes rítmicas, como el planeta en revolución alrededor del sol. La mayor parte de la ciencia esotérica de respirar tiene por base este conocimiento del principio de la Naturaleza. Fue utilizando con inteligencia al ritmo del cuerpo, que conseguí absorber una gran cantidad de prana, que me habilitó para hacer lo que deseaba. Así preparado, no tropiezo con ningún obstáculo para dar incremento a la circulación en cualquier parte del cuerpo; una orden de la voluntad, o una corriente mayor de fuerza nerviosa, basta para estimular y fortificar cualquier parte u órgano. Por la respiración rítmica me pongo en unísono, y de este modo me habilito para absorber una enorme cantidad de prana que queda a disposición de mi voluntad. La respiración rítmica aumentó en un ciento por ciento, o más aun, la eficiencia de mi respiración mental, magnética, etc.

101 Ella fue para mí, una verdadera fuente de conocimientos de la idea mental del ritmo. Los orientales comparan su tiempo rítmico a una unidad equivalente al latido de su corazón. El latido del corazón es diferente en cada persona; sin embargo, la unidad del latido de cada una, es la que se presta de modelo rítmico, adaptado a la propia persona en su respiración rítmica. Empecé a observar la pulsación normal del corazón, aplicando el dedo en el pulso y contando mentalmente: 1,2,3,4,5,6; 1,2,3,4,5,6, etc., hasta que conseguí hacer que el ritmo quedara bien fijo en la mente. En poco tiempo había fijado el ritmo de tal manera que lo reproducía con facilidad. Al principio, practicaba la inhalación en seis unidades del pulso; con el transcurso del tiempo, sin embargo, conseguí elevar considerablemente esta cifra. Según la regla de los orientales para la respiración rítmica, por la cual me guio, las unidades de inhalación y exhalación deben ser iguales, al paso que entre la respiración y la retención, se debe usar la mitad del número empleado en la inhalación y exhalación. También practiqué los siguientes ejercicios de respiración rítmica, que reputo muy provechosos, visto que sirven de base a otros innumerables ejercicios: 1.- Me siento con el busto elevado, en una posición cómoda y las manos descansando sobre las rodillas. 2.- Inhalo con lentitud una respiración completa, contando tres unidades del pulso. 3.- Exhalo lentamente por la nariz, contando seis unidades del pulso. 4.- Cuento tres pulsaciones entre respiración y respiración. 5.- Repito un número de veces, evitando la fatiga en el comienzo.

102 6.- antes de dar por terminado el ejercicio, practico la respiración purificadera, que descansa y limpia los pulmones. PRODUCCIÓN DE PRANA Me acuesto extendido en el suelo o sobre la cama, sin la menor tensión muscular; descanso ligeramente las manos sobre el plexo solar (boca del estómago, donde las costillas comienzan a separarse) respirando rítmica mente. Luego que el ritmo queda perfectamente establecido, ordeno mentalmente: Quiero que cada inhalación introduzca una cantidad mayor de prana (energía vital en el depósito universal) que será recibida por el sistema nervioso y almacenada en el plexo solar. En cada inhalación, ordeno que el prana o energía vital se distribuya por todo el cuerpo; a cada órgano y parte; en cada músculo, célula y átomo; en los nervios, arterias y venas; de la cabeza a los pies, vigorizando, fortaleciendo y estimulando cada nervio; sobrecargando cada centro nervioso y enviando energía, fuerza y vigor a todo el sistema. Mientras ejerzo la voluntad, procuro idealizar la figura mental de la corriente precipitada de prana internándose en los pulmones. Inmediatamente, a continuación, tomada por el plexo solar para ser enviada por la expiración a todas las partes del organismo, desde la punta de los dedos de las manos hasta los dedos de los pies. Siempre consideré innecesario forzar la voluntad. La simple orden de lo que deseaba producir y la imagen forjada de ello, es todo cuanto se necesita. La orden tranquila y la imagen del hecho, es mejor que el deseo violento, con el cual sólo se disipan las fuerzas inútilmente. El ejercicio a que acabo de referirme, es de gran utilidad; gracias a su empleo, he conseguido restaurar y vigorizar considerablemente mi sistema nervioso, produciendo tranquila y agradable sensación en todo

103 el cuerpo. Él tiene, así mismo, la especialidad de restaurar la energía en las personas fatigadas. PARA ESTIMULAR EL CEREBRO Deseoso de estimular el cerebro a fin de producir buenos pensamientos y raciocinios; aclarar las ideas y tonificar el sistema nervioso; y aún para despejar y refrescar las ideas después de prolongados trabajos intelectuales, practico los siguientes ejercicios: Me siento en una posición elevada, manteniendo la columna vertebral recta, con la vista bien al frente y las manos apoyadas en la parte superior de las piernas. Respiro rítmicamente; pero en vez de hacerlo por ambas fosas nasales como en los ejercicios ordinarios, lo realizo oprimiendo con el dedo pulgar el conducto izquierdo de la nariz e inhalo por el conducto derecho. Retiro el pulgar, a fin de cerrar el conducto derecho con un dedo y exhalo por la fosa nasal izquierda. Después, sin cambiar los dedos, inhalo por el conducto izquierdo, y cambiando los dedos, exhalo por el derecho. En seguida inhalo por el derecho y exhalo por el izquierdo, y así sucesivamente, alternando las fosas nasales que acabo de mencionar, cerrando el conducto, sin usar ya el pulgar o el índice. Esta es una de las fórmulas más antiguas de respiración yoga que considero importantísima y digna de ser adquirida por los magníficos efectos que he obtenido de su empleo. EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN PSÍQUICA Por último, después respiración rítmica y en mentales, me he dedicado respiración psíquica, cuyos

de considerarme práctico en la la formación de las imágenes a los importantes ejercicios de la principios generales se basan en el

104 antiguo proverbio hindú; El Bendito el yoga que puede respirar a través de sus huesos. Con la aplicación de este ejercicio conseguí llenar de prana todo mi sistema, y al salir de él tuve la satisfacción de constatar que cada hueso, músculo, nervio, célula, tejido, órgano y partes, se hallaban armonizados por el prana y el ritmo de la respiración. El purifica el sistema de una manera completa y general. Después de haberlo practicado metódicamente sentí en mí mismo una verdadera transformación .Tuve la impresión de que me hablan obsequiado un cuerpo joven, recientemente creado, desde la cabeza a los pies. Dejo de lado los comentarios para dar una demostración del modo según el cual practico el ejercicio en cuestión: 1-. Me acuesto en una posición perfectamente cómoda y sin tensión muscular. 2.- Respiro rítmicamente hasta que el ritmo se haya restablecido perfectamente. 3.- Entonces inhalo y exhalo, la imagen mental de que la respiración es absorbida a través de los huesos de mis piernas y expelida a través de los mismos; luego a través de los huesos de los brazos; después a través de la superficie del cráneo; enseguida a través del estómago; después a través de los órganos de la reproducción; después como si estuviera viajando, hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la columna vertebral; y finalmente, como si la respiración se inhalase y exhalase a través de cada poro de la piel, llenando todo el cuerpo de prana y de vida. 4.- En seguida respiro rítmicamente; envío la corriente de prana a los siete centros vitales, por turno, de la siguiente manera, usando la imagen como en los ejercicios anteriores : a) en la frente; b) en la parte posterior de la cabeza; c) a la base del cerebro; d) al plexo solar; e) a la región sacra (parte

105 inferior de la espina dorsal); f) a la región del ombligo; g) a la región de los órganos de la reproducción. Termino haciendo circular una corriente de prana aquí, allí, y allá, de la cabeza a los pies, varias veces. 5.- concluyo con la respiración purificadera. PRANAYAMA Dedicóme también, de cuando en cuando, al ejercicio del pranayama (suspensión de los movimientos respiratorios), uno de los ejercicios de respiración preferidos por los yogas. 1.) Puruka, que consiste en llenar de aire el cuerpo por medio de la respiración, lo más fuerte posible. 2.) Tumbkaka, que consiste en respirar la mayor porción de aire y retener la respiración lo más que se pueda. 3.) Retchaka, que es expeler lentamente el aire, sacándolo de los pulmones. El pranayama fortalece al hombre y restablece -sus dhatus del cuerpo, esto es: la sangre, la grasa, la simiente (principio seminal ens seminis, o esperma masculino). Kumbkaka multiplica la actividad de la vida. Retchaka, regula el alma, mata el deseo de todos los vicios y da poder de imperio sobre sí mismo. Durante este ejercicio me siento en padmasana (padmasana significa posición de loto) que consiste en sentarse sobre el suelo con la pierna izquierda doblada debajo del cuerpo, y la derecha estirada. Con el rostro vuelto hacia el norte y las manos descansando sobre las piernas. En fin, con la mirada entre ambas cejas, permaneciendo con los ojos cerrados a la luz, porque es con la vista interna que se proyecta la mirada. Practico este ejercicio del modo siguiente: Me siento con el dorso derecho y las piernas cruzadas de manera que un pié descanse sobre el talón del otro, con la

106 planta vuelta hacia arriba, del modo como se cruzan los brazos. Al principio, esta posición no me agrado, pero con el hábito tórneseme hasta un excelente y saludable ejercicio. En seguida aspiro el aire por la fosa nasal derecha, y vacío los pulmones por la fosa nasal izquierda. En kumbhaka, retengo el aliento y permanezco quieto, de manera que mi interior no sufra agitación. Todos los días concentraba mi pensamiento en el fuerte deseo de ser curado de mis terribles males. Y para el mejor efecto de la concentración, fijaba mi mirada en un objeto situado en un círculo negro que practiqué en la pared. Representaba fielmente una especie de auto-sugestión, que es el vehículo de la auto-sugestión, o de la dinamogenia psíquica. Así, con el espíritu completamente aislado de todas las cosas, de todas las sensaciones, en una calma absoluta, sin tensión, sin esfuerzo, sin cansancio, formé, crié y vivifiqué una idea fija: destruir, eliminar el mal expulsándolo para siempre de mi cuerpo. Imagíneme lo que soy, después lo que debo ser, esforzándome, en efecto, para serlo. De este modo, esbocé en mi espíritu un hombre perfecto, moral y físicamente, lo que me sirvió para un buen modelo. En mi imaginación, que como la de todos, tiene la facultad de construir o destruir, me presenté libre de todo el mal que me afligía y de las impurezas morales y materiales; completamente satisfecho, contento y feliz. Me imaginé joven; repleto de salud; con una fisonomía de expresión alegre y risueña. Víme en la imaginación caminando por una vasta e infinita carretera, marginada con bellas y perfumadas flores, camino de la perfección, en donde se desarrolla el germen de divinidad que en todos nosotros existe, y que conduce al Nirvana, en cuya luz imaginé bañarme. Y para lograr los resultados de mi deseo ardiente, como en efecto lo logré, desplegué la perseverancia; una perseverancia

107 intensa, porque ella como todos saben, es una poderosa palanca del buen éxito en el fin que se anhela. Conseguí adueñarme de los elementos adversos y destruir sus maléficos efectos. Antes de dos meses, me sentí radicalmente curado con los ejercicios de respiración; solidifiqué mi existencia con elementos llenos de vida enérgica y vigorosa tranquilidad, calma, satisfacción, paz, alegría y siempre excelente disposición; en una palabra, encontré el elíxir de la larga, perfecta y feliz vida. Además de eso, construí un sólido edificio para el desenvolvimiento de mis fuerzas latentes. Durante mis recogimientos de concentraciones y meditaciones que practico todas las mañanas, entre otras preces mentales, pronuncio con una fe fervorosa los sagrados Mantram6 AUM ó SHADDAI, que kabalísticamente se compone también de tres letras solamente. De este modo hago la más sublime invocación a Dios, a la creación, a los tesoros maravillosos de la Naturaleza, y la inmortalidad de la obra Divina. El trigrama AUM, está considerado por los yogas como muy sagrado; lo supremo de los hierogramas y el más sublime de todos los Mantram. El sagrado nombre de Shaddai puede ser considerado del mismo modo que AUM. Las letras que componen AUM, simbolizan el alma y la materia. Igualmente, para tener buen éxito en todas mis empresas, formo en torno mío una cadena mágica, que siempre me protegió y me protege valiosamente. De acuerdo con el consejo de un hierofante, efectúo alrededor mío un campo de atracción fluídica, bastante poderoso en el mundo visible y en el invisible, empezando por el último.

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Mantram, en sánscrito, significa: encantamiento mágico.

108 Construido este campo de atracción en los tres planos — material, astral, espiritual—, forma él la cadena mágica contra la cual se chocan y se quiebran todos los esfuerzos de los elementos adversos, maléficos y perniciosos. La prez que hago, tiene como fin principal, mantener siempre la misma tensión de la cadena mágica, o mejor, re-imantar constantemente el centro de acción. Empiezo por el mundo invisible, escogiendo para ello entre los Maestros desencarnados un guía, que me sea predilecto por su sabiduría y perfección. Este guía dinamizado por mi deseo y admiración, constituye el fundamento de mi cadena mágica.

109 LA MISIÓN MÍA -EL MEJOR SISTEMA DE CURAREn una hermosa aurora del mes de octubre de 1924 hallándome recogido en concentración en mi cadena mágica en ejercicio de meditación, precisamente cuando enunciaba mentalmente los Mantram sagrados AUM y SHADDAI, fui despertado de súbito de mi yo superior por la inesperada y sorprendente visita trascendental, la misma que, hace justamente un año se me apareciera en aquel bello día de octubre. Era mi Guía y Protector. Recordé inmediatamente la promesa que me hiciera entonces, de comunicarme cuando llegase el momento de comenzar a dar cumplimiento a la misión humanitaria y sagrada de la que él mismo he hablara. Y hablo: "Maximus, el momento ha llegado, prepárate y sigue inmediatamente rumbo al sur, para que cumplas la misión humanitaria y sagrada de que estás incumbido. Vé, hermano mío. No vaciles ni pierdas un solo instante. No te inquieten tus asuntos, ni tu mujer, ni tus pequeños hijos. Nosotros velaremos por tu hogar. No retrocedas ante ningún obstáculo o dificultad por grande que sea, que por ventura hallares en el camino de la sagrada misión de que estás incumbido por los Poderes Ocultos. Ten confianza y fe, y sé dueño de ti mismo. Nunca te turbes; sé siempre calmo ante las mayores tempestades en el horizonte de tu misión, estaré siempre a tu lado, hermano mío, guiándote en el buen éxito de tu misión. Vé, no demores ni vaciles; siempre hacia adelante!" Quise preguntar hacia donde debía seguir, o cual el rumbo que debía tomar; pero mi intención fue vana: mi Protector y Guía había desaparecido de pronto. En la preocupación de aquel enigma indescifrable hundíme en una profunda meditación, Caí en un sueño espiritual que duró cuatro horas, durante este sueño, claramente

110 se extendió delante de mi vista el trayecto que debía recorrer, era por agua. Las pequeñas nanos acariciadoras de mi hijito Waldemar, me arrancaron de aquel sueño espiritual, meditativo. -Papá: ¿te vas entonces? inquirió. -¿Por qué me lo preguntas, hijito? -Porque tú lo dijiste.... -¿Cuándo? -¡Hace un momento, cuando dormías.... hablaste mucho1 Dijiste, cuando un hombre viejo, alto y blanco salió de aquí, que ibas a embarcar para Bahía. -¿Y dónde está ese hombre? -No sé. Me acarició la cabeza, y se fue. El enigma estaba descifrado. Resolví embarcarme en el primer vapor que saliese para Bahía, comuniqué esta decisión a mi mujer. Grande fue mi estupor cuando ella, un tanto agitada, pálida, turbada, me respondió que "ya lo sabía". -¿Cómo y por quién? -Cuando estabas recogido en tu cuarto -me respondió mi compañera- un señor ya de edad, alto, vestido de blanco, se me apareció y me dijo que ibas a viajar hacia Bahía y después hacia otras partes, para cumplir una gran misión de que estabas incumbido por poderes invisibles. Me aconsejó que no me afligiera y que no entorpeciera tu partida; que no me preocupase y que nosotros estaríamos bien atendidos. Y sin decir nada más, desapareció. El primer vapor que encontré era el "Flandria". A falta de comodidades, acepté pasaje en clase "intermediaria". A bordo del vapor, observé a un infeliz que gemía. Indagué a los otros porqué aquel hombre gemía de esa manera. Un pariente suyo me respondió que había ido a Europa para curarse de un reumatismo articular; pero que a pesar de haber gastado tanto dinero no consiguió nada, sino que, por el

111 contrario, regresaba peor, con mayores sufrimientos y sin poder casi andar. -¿Dónde reside él? -inquirí. - En Buenos Aires -respondieron. Me acerqué al enfermo, preguntándole si quería curarse. No sé por qué hice esta pregunta. Paréceme que hasta fue un aviso. El paciente me miro con desconfianza, preguntándome: -¿Es usted médico? - No: -le respondí- pero se curar. Tampoco sé porque le respondí de esa manera. En todo caso habría que atribuirla a un aviso telepsíquico. El hombre, al fin, aceptó mi intervención. Lentamente, en medio de horribles dolores, arrastróse hasta el ángulo de un saloncito. Empecé primero a sintonizarme con el paciente; inmediata-mente procedí a practicarle imposiciones en las partes afectadas, y a continuación una serie de insuflaciones. Los dolores iban desapareciendo gradualmente. Acto seguido, continué con los pases. Al cabo de unos veinte minutos de ejecución magnética, irradiando sobre el enfermo una gran cantidad de prana, el hombre, que se llamaba P.Z., de 41 años de edad, estaba curado. -¡Cómo! indagó el pobre hombre, atónito. - Por la irradiación pranica, por el magnetismo. Salló corriendo y saltando, como un chicuelo. Y para certificarse y mostrar a otros la realidad de su cura, comenzó a golpear reciamente con los pies la cubierta del vapor. No atinaba a hacer nada en medio de su alegría. Saltaba, bailaba, hacía gimnasia. Transcurridas un par de horas, vino a disculparse, pues a causa de su inmensa alegría, olvidóse de pagarme. -¿Cuánto le debo por tan grande servicio?

112 -Nada. La medicina oculta, la medicina universal y divina, el amor al prójimo, la caridad, no se profanan con el vil dinero. Quiso convidarme a beber en compañía de otros viajeros. No acepté. -Nada, amigo; nada acepto. La caridad no se profana con recompensa material alguna ni con agradecimientos. El amor a los semejantes y la caridad están por encima de todo. "Ante la caridad -dice E. Levi- la fe se inclina y la ciencia, vencida, se postra,... Caridad: Palabra divina, única que hace comprender a Dios; que contiene una revelación entera. ¿Qué es Dios para nosotros sino el espíritu de la caridad?" El hombre, que se consideró radicalmente curado, después de escucharme con religioso silencio, comenzó a llorar. Atendiendo a mis exhortaciones, prometióme, bajo juramento, que abandonaría inmediatamente su sistema de vida irracional, volviendo a la vida natural. No pasó mucho tiempo, cuando recibí noticias suyas, comunicándome continuar sano y feliz, y haber cumplido su promesa. Creo oportuno hacer aquí una pequeña advertencia. Antes de la última aparición o visita de mi Guía y Protector, ya había yo realizado, en Macelo, curas en enfermos de parálisis, de reumatismo, do mudez, etc., que fueron considerados por la ciencia oficial como incurables. De estas curas que practiqué en junio de 1.924, se han ocupado algunos médicos y diarios locales que más adelante transcribiré. En Pernambuco también, realicé algunas en enfermos de reumatismo articular, de neuralgias rebeldes, etc. De estas curas, la prensa no ha podido comentar, pues hube de practicarlas bajo la mayor reserva, temiendo persecuciones

113 oficiales, tenido en cuenta que en aquel Estado brasileño resido con mi familia y poseo grandes cultivos de eucaliptus. Entre esas curas es interesante citar dos. Fui un día invitado por el doctor Walfredo Pessoa de Mello para hacer una visita a su "Uzina Allianza" en el mencionado Estado, pues deseaba el gran industrial hacer allí algunas plantaciones de eucaliptus, debiendo para ello requerirme en mi calidad de perito en tales asuntos, algunos consejos e informaciones al respecto. En efecto; un domingo del mes de marzo de 1924, tomé un tren a Estación Allianza, llegando a la "usina" al cabo de seis horas de viaje. Al día siguiente, muy de mañana, antes de regresar a Recife, convidóme el propietario de la usina a dar un paseo a pié. En el camino, nos encontramos a un hombre que aparentaba tener unos cincuenta años de edad. Traía la cabeza toda vendada. -Qué le pasa, amigo? -indagó el doctor Mello. -Sufro, desde hace mucho tiempo, un terrible dolor de cabeza que se extiende a toda la cara, y el médico dice que es neuralgia. Ya gasté una porción de dinero en remedios, y hasta hoy nada he conseguido. Ahora; hace unos tres días, me atacó más fuerte y no me larga patrón. Son dolores horribles que no puedo aguantar. Voy a comprar algún remedio… -¿Quiere que le cure enseguida amigo? -interrumpí al paciente, que tenía lágrimas en los ojos. -¿Que si quiero? . A unos veinte pasos había un cobertizo de paja de coquero. El enfermo nos siguió hasta allí. Le hice sentar sobre un tronco; le quité la venda y comencé a practicarle, con las dos manos, las insuflaciones. A la tercera insuflación, el paciente cesó de sufrir, el hombre, radiante, exclamó:

114 -¡Virgen Santísima, estoy curado! ¡Que Dios se lo pague señor! Pidióme después que fuese a ver a la esposa de uno de los empleados de la usina, llamado Ramiro López. En una casita pequeña, en un canto un tanto obscuro, encontré una mujer tendida sobre una cama, gimiendo penosamente. Junto a la cama, había una mesita atestada de frascos y cajas de remedios, muchos de ellos vacíos ya, y otros a medio consumir. —Cúreme señor! Se lo pido por el amor de Dios! Imploró la pobre sufridora- Ya no puedo soportar estos dolores! Estos remedios, estas inyecciones que hace tanto tiempo vengo tomando, no me dan el menor alivio siquiera. Al contrario; me siento cada vez peor. -Los dolores en las rodillas, que ya están hinchadas; en los pies, en los brazos, en la cintura, en la cabeza, son tan fuertes que no puedo ni moverme; ni siquiera soporto que alguien me toque. Hace muchas noches que no puedo dormir. No aguanto más. Por el amor de Dios, señor, cúreme y ordené que la trasladaran a la salita del frente. Su marido me respondió que era imposible; que los dolores eran tan violentos que no podía movérsele. Tratábase de un reumatismo articular agudo. Hube de proceder allí mismo. Primero, me sintonicé con la paciente. Procedí luego a hacerle, a distancia, imposiciones y después insuflaciones. Los dolores comenzaron a ceder. Continué con pases lentos, desde la cabeza hasta los pies. Los dolores continuaban retirándose. Media hora después, la enferma podía ya erguirse, y sentarse en el borde de la cama. Proseguí mi obra. Las rodillas empezaron a deshincharse. Los dolores se batieron en completa retirada. El doctor Mello me llamó para almorzar. En medio del almuerzo, vino a sorprendernos el marido de la enferma, llorando de alegría. Venía a agradecerme el "milagro", pues su

115 esposa "acababa de abandonar la cama, -sin el auxilio de nadie, de vestirse y de ir a la sala y luego al patio". -¡Un milagro, señor! ¡Dios se lo pague! Después de almorzar, regresé a Recife. Pasamos por la casita de la paciente para despedirnos de ella. Un grupo de personas se apiñaba allí admirándola como a una resucitada que, peinada, empolvada, risueña y alegre junto a su marido, estaba en la salita. Al verme corrió hacia mí para abrazarme, llorando de emoción. -¡Que Dios le pague este gran favor, este milagro que parece un sueño! ¡Usted me sacó de un infierno en el cual sufrí tanto tiempo! Subí al automóvil y partimos. Dos meses y medio después, recibí la siguiente carta: Nazaret, 22 de mayo de 1924 Ilustrísimo. Señor Doctor Neumayer: Cordiales saludos. Sin ninguna suya que tenga el placer de responder, quiero informarle que mi familia y yo continuamos con salud, desde su partida. Usted hizo que mi señora se pusiese buena del todo, y hasta el presente continúa con salud. Ahora bien. En Allianza vive un pobre hombre que desde hace un año sufre agudos dolores en una pierna. Sabiendo que usted hizo un gran milagro en la persona de mi mujer, me veo obligado por la pobre familia a pedirle que haga la caridad a este pobre hombre que se encuentra hasta con la pierna muerta. Confío en que usted me atenderá. Disponga de su servidor agradecidísimo. RAMIRO LÓPEZ. A pesar de la discreción que guardé y recomendé que guardasen acerca de las curaciones realizadas, las cartas de pedidos llovían diariamente en gran cantidad. Transcribo una a continuación;

116 Ilustrísimo Sr, Dr. Maximus Neumayer: Respetuosos saludos. Teniendo conocimiento de las curas maravillosas realizadas por usted, en personas dominadas por el alcoholismo, yo, lo mismo que otras personas interesadas, hemos averiguado insistentemente su dirección, que por suerte conseguimos. Tengo, ilustre señor, un sobrino, víctima desde hace algunos años del terrible y detestable vició de la embriaguez, que ha hecho pasar a toda la familia por grandes sinsabores; pues, cuando se emborracha, queda como loco; no escucha a nadie por más querida que le sea la persona que le habla. Si sale a la calle, quedamos todos sobresaltados y tristes, en la expectativa de una desgracia. Y así vive la familia desde hace algunos años intranquila, desasosegada. Se han procurado todos los medios para salvarlo; todo hasta hoy se ha hecho estérilmente. La persona de quien se trata es un joven de 22 a 23 años. Todos apelamos hoy a usted, en cuya ciencia confiamos para que haga la caridad de restituir rehabilitado a la sociedad un joven, y a la familia un hijo digno, transformando un hogar desolado en un hogar alegre y feliz como fuera antes. La felicidad de ese joven y de su familia depende hoy de usted, que acaso pueda ponderar su sufrimiento. Si necesita de informes y de cuanto fuese necesario, la dirección es: Escuela 15 de marzo-calle primero de marzo, número 62 – Maceió. Amigo y admirador, A. Marques Barbosa. P.S, Ud. Dará las indicaciones del caso para la aplicación del remedio que enviare, así como lo que hubiere que pagar.

117 A esta carta respondí el 7 de marzo de 1924, de la siguiente manera: Mi sistema de curar, que es psíquico, está exento de cualquier medicina, así como también de toda retribución o recompensa. Empezaré a tratar a su sobrino, a distancia, hoy mismo, de noche, y mentalmente. Empecé el tratamiento a las once de la noche. Cuando lo imaginé tranquilo, durmiendo, me recogí por completo en mi habitación, con una concentración de voluntad intensa. Pocos minutos después, estaba sintonizado con el paciente distante. Mi mente, por el poder de concentración de la voluntad, produjo fielmente, primero, una perfecta imagen actual del enfermo, imaginando los deplorables consecuencias del vicio en su cuerpo físico y psíquico, en la familia, en la sociedad. Después, convertido en un hombre perfecto, volviendo por el camino recto a su ascensión moral. Por último, le imaginé definitivamente curado, en el seno de su familia, en medio del contento de todos. De este modo, con un pensamiento bien educado, las formas-pensamientos dieron en pleno blanco, entrando en el mental del receptivo paciente. Según la carta que recibí pocos días después, este método de cura mental, o teleterápico, tuvo el mejor éxito. He aquí la carta: Macelo, 16 de marzo de 1924 Ilustrísimo Sr. Dr. Maximus Neumayer: Respetuosos saludos. Acaso haya recibido usted ya mi carta del 11 del corriente, en respuesta a la suya del 7 del mismo mes, en la cual le remitía los datos que me solicitó, relativos a mi sobrino Hernani, su paciente. El padre se muestra muy satisfecho, diciendo que el hijo no ha tomado bebida alguna.... Todos estamos muy contentos

118 con el tratamiento y con el estado lisonjero que, gracias a la ciencia de usted, se ha manifestado hasta hoy. Rogamos a Dios por la preciosa existencia de usted, tan provechosa como útil a la suavización de los dolores de los que sufren. Sin más, de usted amigo y admirador, A. Marques Barbosa. B. Poco tiempo después de haber realizado otras curas a través de la distancia, recibí diversas e insistentes invitaciones para visitar la capital del Estado de Alagoas. Accedí al fin, y hacia allá partí en junio de 1924, He hospedé en la casa de mis inolvidables amigos, el profesor A. Márquez Barbosa y su gentilísima esposa, de cuyo trato conservaré un inmarcesible recuerdo. El "Diario de Pernanbuco", de 21 y 27 de junio, insertó estos telegramas: "Macelo 21- Encuéntrase en esta capital el señor Maximus Neumayer, conocido ocultista, que viene a realizar aquí conferencias de propaganda". Así fue: ante numerosos públicos realicé, en Maceió, cuatro conferencias. "Macelo 27- El profesor Neumayer continúa realizando curas maravillosas, gratuitas, siendo enorme la afluencia de enfermos a su consultorio." Allá, no pude ocultarme como deseaba; los reporteros acabaron por descubrirme. He aquí un ejemplo: "EL PROFESOR NEUMAYER- A bordo del vapor "Itaquera" llego ayer a esta ciudad el notable hombre de ciencia Doctor Maximus Neumayer, que viene a realizar aquí diversas conferencias filosóficas. El ilustre viajero está hospedado en la residencia particular de nuestro amigo el profesor Agnello Barbosa." ("Gacete de Noticias" -Maceió 21 de junio de 1924).

119 "PROFESOR MAXIMUS NEUMAYER- Con el objeto de agradecer las referencias que con motivo de SU llegada a esta capital formulamos, nos visitó ayer, en compañía de nuestro talentoso amigo el doctor Virgilio Guedes, el distinguido hombre de ciencias, profesor Maximus Neumayer. "El conocido ocultista, desde antes de ayer hasta el momento presente, ha tenido ocasión de realizar diversas curas de enfermos que le solicitaron, quienes hubieron de retirarse de su presencia con el bálsamo salvador para los males que los atormentaban. "No se trata, por consiguiente, de un hombre vulgar, y sí de un notable hombre de ciencias, que ejerce poderes sobre sus semejantes." (Gaceta de Noticias, Maceio 22 de junio de 1924) "MEDICINA OCULTA -IMPORTANTE CURA- El Celebre -ocultista, Prof. Máximus Neumayer, realizará esta noche en "Perseveranca e Auxilio", una nueva conferencia. Concurrirá a ella, el doctor Januario de Carvalho, que enfermo desde hacía tres años de parálisis, acaba de ser curado por el profesor Neumayer. "Sabemos que el eminente conferencista explicará a la concurrencia la causa de esa cura que ha sido muy comentada. "Varias experiencias psíquicas y terapéuticas han sido realizadas por el Profesor Neumayer, obteniendo en ellas magníficos resultados. "La cura del Dr. Carvalho, por ejemplo, está en el número de estos magníficos resultados, pues es sabido que el enfermo, después de haber ido hasta Bahía para tratarse, y de haber gastado una considerable suma de dinero, regresó al fin, a curarse mediante el poder magnético del ilustre ocultista que ahora nos visita." (Domingo, 29 de junio de 1924) "OMNIPRESENCIA DIVINA"- "Bajo este sugestivo tema, realizará el día 2 de julio próximo, una nueva conferencia filosófica el ocultista Dr. Máximus Neumayer, quien actualmente se encuentra entre nosotros.

120 "El valor del doctor Neumayer, en la ciencia ocultista, está muy por encima de cuanto pensábamos, y esto pueden atestiguarlo todos aquellos que recibieron, durante estos días de su estadía en esta capital, el bálsamo tranquilizador para sus padecimientos y para sus dolores. "Hay en la ciudad una corriente adversa a lo que afirmamos; empero, sin la autoridad del ilustre huésped, podemos afirmar que sus gratuitos enemigos son incapaces de poner en práctica, dentro de cinco años, lo que el profesor Neumayer realizara en dos minutos. "Pero así es: el despecho es un mal incurable. Y como suele ocurrir, la cólera de cierta gente acaso responda al hecho de que el profesor Neumayer no cobra un solo real por sus trabajos, que sólo expresan el sentimiento de la filantropía. "Otra cualidad que hemos observado en el doctor Neumayer, es que cuando atiende un enfermo completamente pobre, se siente más confortado que cuando habla con una persona de nuestra mejor sociedad, si bien su amabilidad se extiende a todos sin excepción. (Domingo, 29 de junio de 1924) "CONFERENCIA OCULTISTA- Se realizará esta noche en el Teatro Deodoro, una nueva conferencia del ilustre ocultista Dr. Maximus Neumayer. "El tema de la mencionada conferencia es "El misterio de la omnipresencia divina" y es como una continuación de la que él mismo realizara en "Perseveranca e Auxilio". "El notable ocultista curó a cinco jóvenes que le buscaron, siendo todas esas curas un testimonio más del poder latente del profesor Neumayer" (Miércoles, 2 de julio de 1924). "CONFERENCIA FILOSÓFICA - Como estaba anunciada, el notable ocultista, Dr. Maximus Neumayer, realizó antes de ayer en el Teatro Teodoro, su cuarta conferencia filosófica sobre "El misterio de la omnipresencia divina", ante un auditorio que llenó totalmente la sala.

121 "La selecta y numerosa concurrencia, escuchó, con religioso silencio, la palabra autorizada del conferencista que, discurriendo con la mayor competencia, demostró poseer profundos conocimientos en filosofía y ciencias trascendentales y ocultas. El distinguido disertar te, profesor Maximus Neumayer, al terminar, fue calurosamente aplaudido y felicitado. (Viernes, 4 de julio de 1924). ………………………… Al contrario de los ataques de un periódico ultra montano de la localidad, fui muy bien acogido y tratado en la capital alagoana, tanto por las autoridades como hasta por loa médicos mejor caracterizados. En diferentes oportunidades, recibí la visita de ilustres esculapios, que me solicitaron les atendiera a algunos amigos y entre estos, al Director de Higiene y Salubridad Pública. Voy a terminar este asunto, porque el "Flandria" ha fondeado ya en el puerto de San Salvador Era la una de la madrugada del 18 de octubre. A las seis, tomé una habitación en el Grande Hotel. A las ocho -¡caso curioso! me anunciaban la visita da una comisión. A excepción de mi familia, no comuniqué a nadie mi embarque en el "Flandria". Eran miembros de la Sociedad Teosófica Estrella de Oriente y del Círculo Esotérico de la Comunión del Pensamiento. Venían a traerme sus saludos de bienvenida. Les pregunté cómo sabían de mi presencia allí. Me respondieron que, en la víspera, uno de ellos que pertenece a la Estrella de Oriente, fue avisado de mi llegada a bordo del "Flandria" por un señor -que aunque desconocido- era de apariencia respetable y digno de consideración, aconsejándole que fuese yo recibido por miembros de los centros espiritualistas y auxiliado por ellos en la misión de que estoy incumbido. Fueron a recibirme a bordo, en donde les comunicaron

122 que había ya desembarcado y que me habla dirigido a este hotel. A Las dos y media de la tarde, un amigo, el Miembro de la estrella de Oriente, vino a buscarme para dar un paseo por la ciudad. Nos dirigimos al "elevador Lacerda", para descender a la ciudad baja. La capital de Bahía se compone de la ciudad baja, donde están situados el puerto, los bancos y el comercio mayorista; y la ciudad alta, en donde están localizados los hoteles, las residencias particulares y el comercio minorista. En el ascensor encontramos a un joven de unos 23 años de edad, con la cara inflamada, roja, envuelta en algodones y un pañuelo; con lágrimas en los ojos, gimiendo de dolor. -¿De qué sufres? -le pregunté. -¿Por qué me pregunta, señor? -Porque quiero curarlo. -Hace cuatro días que sufro horriblemente de este dolor en los dientes, en la cara, y en la cabeza. No puedo comer ni dormir. Son dolores insoportables. He tomado remedios, pero sin ningún resultado hasta ahora. El lugar más apropiado que encontramos en el corredor del ascensor, era un pequeño negocio de flores y de frutas denominado "Casa Flora". Previamente autorizados por su propietario, pasamos al patio del negocio. Después de quitarle la venda, me sintonicé con él; le practiqué algunas imposiciones con ambas manos. En seguida saqué el pañuelo de mi bolsillo y lo apliqué doblado en cuatro, en el rostro y en la cabeza del paciente, haciendo insuflaciones calientes, pranicas; finalmente, magnéticas de gran corriente y pases transversales. La operación duró quince minutos. El joven estaba completamente libre de sus padecimientos; no sintió ya ningún dolor. La inflamación había desaparecido también. Estaba curado. Alegre y risueño, metió la mano en el bolsillo. -¿Cuánto le debo señor?

123 -Nada -le respondí- No me debe nada. El amor a los semejantes y la caridad no se venden. ¡Adiós, amigo! Cuando salimos, encontramos varias personas que comentaban la cura. Y con el índice señalando hacia mí, decía una de ellas: ¡Fue aquel que lo curó en un momento! Con la rapidez del relámpago, la noticia de mi presencia y de la cura realizada corrió por la ciudad. No pasó media hora y ya corrían en busca mía. Es verdad que mis curas en Macelo eran conocidas en Bahía, a través del noticiario de la prensa. Los pedidos comenzaron a llover en todas partes. A partir de ahí, ya no fui dueño de mi persona. Las visitas y los pedidos eran tan numerosos, que no dispuse de tiempo ya para el cuidado de mí mismo. A la una de la mañana, por mucho favor, podía retirarme a descansar. A las cuatro de la madrugada, los corredores del hotel ya estaban apiñados de visitas, y a los insistentes llamados a mi puerta, tenía que despertar. No me concedían tiempo para nada, ni para tomar un baño, ni para vestirme cómodamente, ni para tomar una ligera merienda. Muchas veces, hube de hacer mis comidas de frutas en el automóvil, mientras viajábamos de un lugar a otro a visitar los enfermos imposibilitados para moverse. Otras veces, porque no siempre podía de madrugada ir a tomar un baño, iban a esperarme en la puerta del bañero, para no perderme de vista y aprovechar la oportunidad de formularme sus pedidos. En fin; por mi popularidad, mi misión tornábase para mí un fardo pesadísimo, recargado con los formidables ataques que empezaban a llover sobre mi persona, procedentes de un diario clerical cuyo redactor principal era médico. A pesar de todo, no estaba dispuesto a desmayar ni a ceder una pulgada de terreno. Al contrario; con la cabeza alta y

124 el pié firme, me resolví a llevar adelante el cumplimiento de la misión de que fui incumbido. Cuan do más los elementos adversos pretendían agrandarse por medio de ataques y persecuciones, obstáculos y dificultades en el camino de mi Cruzada, con tanta mayor fuerza y vigor espiritual avanzaba. Nunca perdí la calma. Cuando mayores fueron las envestidas y persecuciones, tanto más sereno y tranquilo me conservaba. Esta actitud que tanto admiraba a mis amigos, desorientaba a mis adversarios. Jamás olvidé la recomendación de mi protector y Guía, así como también, nunca dejé de concordar con el precepto latino: "Tu ne cede malis, sed contra audentio ite." Ni en veinte gruesos volúmenes podría condensar el relato de mis curas y episodios ocurridos durante mi Cruzada, desde octubre de 1924 hasta hoy (marzo de 1927 ¡Mientras tanto, en bien de la verdad y de la humanidad, voy a narrar aquí algunas de las más importantes curas realizadas, magnética o pranicamente, mental, astral y espiritualmente; así como ya transcribí algunas de las numerosas cartas de agradecimiento que recibiera, y algunos comentarios de los periódicos de las localidades que crucé; porque para publicarlo todo, menester serían muchos gruesos volúmenes. Para mayor beneficio de mis queridos hermanos lectores, daré aquí sintéticamente algunas explicaciones sobre los diversos procesos de magnetología, de psicoterapia en general, que apliqué, de acuerdo con los métodos de diversos maestros en la materia, del Oriente y del Occidente, desde los más antiguos hasta los más modernos, prefiriendo siempre el sistema de los maestros orientales. Atendiendo a un primer pedido, llegamos a las tres y quince de la tarde, a la casa del doctor A.C. Este señor, que aparentaba unos cincuenta años de edad, se hallaba acostado en una red, presa de una fuerte congestión. Sufría desde hacía más de dos años de parálisis general que le dificultaba el uso

125 de la palabra, y de agudos dolores en todo el costado derecho y en el estómago. A pedido mío, el paciente fue colocado en una cama que estaba cerca de la red, siendo necesario dos personas y yo para transportarlo, porque él no podía moverse por sí mismo, gimiendo de dolor a la más leve presión de nuestras manos. Concéntreme en un estado, de acuerdo con las condiciones necesarias, para dar comienzo a la acción magnéticopranica. …………………….. Las condiciones necesarias para una buena emisión magnetico-pránica, son las siguientes: Un buen magnetizador pranico es aquel que sea poseedor de buena salud, de calma absoluta, de voluntad fuerte, de benevolencia ejemplar, de fe inquebrantable y de profundo saber. El naturalista Deleuze, que por sus sabios trabajos sobre magnetología es considerado como el Hipócrates de las ciencias magnéticas, dice: "El mejor magnetizador es aquel que posee un buen temperamento; un carácter al mismo tiempo firme y tranquilo; el germen de las pasiones vivas, sin ser subyugado por ellas; una voluntad fuerte sin emociones; activa dad; la paciencia reunida a la facultad de concentrar su atención y sus esfuerzos; y, que magnetizando, se ocupa únicamente de lo que hace". El régimen favorece considerablemente esta facultad radiante. Es siempre sobrio; se habitúa a restringir sus necesidades y a comer poco. Cuanto más se desarrollen las funciones digestivas y más trabajo se les dé, tanto mayor será la restricción de la potencia néurica condensante y radiante, estando ésta en proporción inversa a las funciones vegetativas. Así también, es preciso abandonar por completo el tabaco y el alcohol.

126 Si la calma es la cualidad cotidiana más útil a aquella persona que se quiere magnetizar, esta cualidad se torna enteramente indispensable en los casos en que la naturaleza, produciendo crisis, exige del operador toda la sangre fría de que sea susceptible, para auxiliar al enfermo y salir victorioso de esas situaciones difíciles. Según el célebre magnetizador Lafontaine, nuestra voluntad actúa más sobre nosotros mismos que fuera de nosotros; produce una actividad mayor en el cerebro y en todos los plexos, y de ahí resulta una emisión mayor y más intensa. Ante todo, le recomendé que cerrase los ojos y tuviese la confianza, la fe y la paciencia indispensables al buen éxito de mi acción, requisitos además necesarios a la recepción magnético-pránica. A fin de aprovechar bien los efectos saludables del magnetismo-pránico, es menester colocarse en condiciones de receptividad, mediante la simpatía, la confianza, y la paciencia. Es preciso que haya entre el paciente y el psico-terapeuta, sino un poco de esa simpatía, por lo menos ausencia completa de antipatía. Cualquier sentimiento de indisposición, de contrariedad o de repulsión, es absolutamente contrario al estado de receptividad magnética. Si no tiene fe en el magnetismo, por lo menos debe tenerla en el operador. En estas condiciones, las manos de los menos hábiles pueden producir prodigios. PACIENCIA Después de la confianza, la mejor garantía del buen éxito es la paciencia; y, desgraciadamente, la paciencia es la virtud que más frecuentemente falta a los enfermos.

127 No es posible admitir que una enfermedad inveterada desaparezca como por encanto. Es preciso dar al tratamiento el tiempo necesario. Las alternativas de duda y esperanza; esas impaciencias, esos temores, esa gran movilidad de sentimientos, tienen generalmente deplorables consecuencias; enervan al enfermo, desmoralizan al terapeuta: uno se coloca por su propia culpa en mal estado de receptividad; el otro ve, con gran pesar, substraerse su fuerza irradiante y el buen éxito de la operación se halla de este modo retardado o comprometido. No hay motivos para perder la esperanza cuando nada se siente en el comienzo, porque los efectos magnéticos se manifiestan a veces tardíamente, y la cura muchas veces sobreviene hasta sin ninguna señal precursora aparente. Si las perturbaciones se agravan y aparecen dolores, no hay razón para atemorizarse, pues todo tratamiento ofrece alternativas inesperadas y los padecimientos son, en la mayoría de las veces, prueba de una reacción saludable. Importa mucho abstenerse de todo cuanto pueda tender a destruir o aminorar la sensibilidad nerviosa, como los perfumes narcóticos y las bebidas espirituosas; bajo la influencia depresiva de los anestésicos y de los tósigos, la tensión vital acaba por alterarse de tal manera que se torne imposible al magnetismo despertar en el cuerpo una reacción cualquiera. Las personas que hacen o hicieron uso inmoderado de la morfina, de la antipirina, del éter, del opio, del coral, del cloroformo y del sulfonal, de las inyecciones de mercurio, etc.; o que fueron tratadas durante mucho tiempo con tósigos violentos, tales como la acetanilida, la estricnina, el salicilato de sodio y las variedades del bromuro y del ioduro, pierden toda la receptividad magnética y se tornan inmunes a la acción terapéutica del magnetismo.

128 La quinina en altas dosis, la atropina, el cólchico, el abuso del alcohol y del tabaco, tienen los mismos efectos sobre el organismo. Antes de empezar cualquier operación de cura, como buen mágico, hago siempre tres inspiraciones profundas, concentrando mi pensamiento en la acción que voy a dar comienzo. Inmediatamente me pongo en relación con el paciente durante cinco minutos para establecer entre nosotros un acuerdo de simpatía, especialmente para sintonizarnos, cuyo objeto es hacer generar la corriente de transmisión. Empleo diversos modos para ponerme en relación, según las circunstancias. Algunas veces, para el establecimiento de la corriente, recibo el contacto, tocando mis dedos pulgares con los del enfermo; otras veces, coloco mis manos sobre las espaldas; otras estoy al lado del paciente, colocando las manos a la izquierda, sobre los riñones, y a la derecha sobre el epigastrio (plexo solar, esto es, en la boca del estómago). En muchas ocasiones también, sentado al frente del enfermo, extiendo los brazos hacia adelante con las manos abiertas y las palmas hacia arriba, y hago que él coloque sus manos de lleno sobre las mías. PONERSE EN RELACIÓN Es necesario ponerse en relación antes de empezar a magnetizar, para establecer con la persona que se ha de tratar, una especie de acuerdo previo, simpático, teniendo por objeto establecer de un organismo a otro, la corriente de transmisión. Este preliminar no debe dispensarse. Aquel que magnetiza debe considerarse como una máquina psíquica -recomienda Du Potet- que produce en sí mismo el agente de los fenómenos. La voluntad debe ser activa; debe querer obrar sobre el magnetizado, induciendo en

129 él el principio que su organización encierra. Los brazos y las manos no deben considerarse sino como conductores de ese agente. Hacer sentar al paciente en un lugar donde quede cómodo. Colocarse frente a él, teniendo las rodillas y los pies opuestos, sin tocarlos, sentado un poco más alto en una silla leve, que pueda manejarse fácilmente. Extiéndanse los brazos y colóquense las manos en las del paciente como arriba hemos descrito, conservando esta posición durante cinco minutos. Si el enfermo estuviese acostado, aproxímese lo más que sea posible al bordo de la cama procediendo del mismo modo que si estuviese sentado, para ponerse en relación con el paciente. También puede imponerse de lleno una de las manos sobre la frente o el pecho del enfermo. Conservar esta posición durante algunos minutos. Después, por un movimiento muy lento, frente al epigastrio, y terminar la operación colocando la mano en dirección del epigastrio. Las radiaciones magnético-pránicas, impulsando el despertar de la naturaleza y la realización de sus funciones, incitan al enfermo a recuperar las fuerzas a medida que expulsa los principios mórbidos del mal, y es así que éste termina en el mismo día en que se completa el equilibrio integral. Con el mismo paciente, basta ponerse en relación en la primera sesión magnético-pránica. Para el mejor efecto de la actuación, es necesario aislarse lo más posible del ruido en una de las habitaciones de la casa, en donde no se tenga que temer ningún contratiempo en este sentido; alejar a los extraños y curiosos que, con sus conversaciones o su presencia, puedan acarrear perturbaciones o distracción; y colocarse, finalmente, en el más completo

130 aislamiento, calma y atención, condiciones principales de cualquier buen psico-terapeuta. Si el paciente fuera una mujer, es prudente y conveniente admitir en su presencia un testigo; pero uno solo, y siempre el mismo, si ello fuera posible. Es de desear que este testigo, sin ser precisamente un partidario entusiasta del método de cura, no sea tampoco escéptico de ello. Es por eso que la presencia de una persona ostensiblemente hostil o escéptica puede, sino perjudicar la acción, por lo menos atenuarla, actuando sobre las facultades irradiantes del operador y sobre les facultades receptivas del paciente. Enseguida continúo con las imposiciones sobre las partes más afectadas, acompañadas por una mirada fija, concentrada mentalmente en aquellas partes. IMPOSICIÓN PRANICA POR CONTACTO El operador, colocando las manos sobre los órganos afectados del enfermo, ejecuta imposición. Este es un proceso curativo enérgico, cuando es practicado por individuos que dispongan de bastante poder emisivo. En general, la imposición es calmante y sedativa, actuando sobre las corrientes nerviosas, y consecutivamente sobre la circulación de la sangre y de los humores. Ella distiende y relaja las fibras musculares; hace cesar las contracciones; disipa las obstrucciones, favorece las secreciones, las excreciones y los flujos periódicos. Las imposiciones son simples cuando son hechas con una sola mano; dobles, cuando son practicadas con ambas. En este último caso, se colocan las manos en puntos diametralmente opuestos. Tanto las imposiciones simples como las dobles, se practican asentando la palma de la mano sobre la región

131 afectada, quedando los dedos ligeramente separados, descansando sin esfuerzo ni contracción sobre las regiones vecinas. Se hace corrientemente por encima de las ropas; pero son más eficaces cuando son hechas sobre la piel. Para que las imposiciones sean verdaderamente curativas, es conveniente que el enfermo, durante todo el tratamiento, conserve los ojos cerrados y esté convencido de que el magnetizador ha de curarlo, Y el magnetizador, a su vez, debe concentrarse; mirar fijamente las partes en tratamiento, y no pensar en nada, sino en lo que está ejecutando; tener la voluntad firme de curar y estar convencido de que es capaz de curar. Pasemos ahora a describir algunos contactos dobles, que merecen atención especial. SOBRE LOS OJOS- Se colocan las palmas de las manos sobre los hombros y los dedos sobre las espaldas. SOBRE EL EPIGASTRIO.- Se tienen los pulgares en la cavidad del estómago tocándose por las uñas. Las palmas y los dedos, ligeramente separados, se asientan sin contracción sobre el esternón y las primeras costillas. Esta imposición actúa directamente sobro el plexo solar, centro nervioso de la vida orgánica. SOBRE EL VIENTRE.- Se colocan las palmas de las manos sobre el ombligo; los dedos sin contracción se asientan sobre el vientre. Esta imposición se ejecuta estando el paciente sentado frente al magnetizador. SOBRE LOS RÍÑONES.- Estando el enfermo sentado delante del terapeuta, este extiende los brazos y pasa las manos por detrás de la espalda, como si quisiera abrazarlo, y coloca ambas manos sobre los riñones, tocándose los dedos mayores de las mismas.

132 De la misma manera pueden efectuarse imposiciones sobre las rodillas, los codos, los pulsos, las piernas, y sobre la cabeza. Esta última se ejecuta, poniendo una de las manos sobre la frente y la otra sobre la nuca. O también, colocando ambas manos en las sienes del enfermo. En general, siempre que haya dolor en una región cualquiera, puede ejecutarse allí una imposición simple o doble. También puede variarse los contactos dobles, colocando una de las manos sobre uno de los centros nerviosos, cerebro o epigastrio y la otra sobre la parte enferma. Los contactos hechos de la cintura para arriba, actúan directamente sobre los centros nerviosos y deben ser poco prolongados, por tener una acción de concentración activa. Los ejecutados de la cintura para abajo, pueden prolongarse, porque su acción es calmante y dispersiva. CURA MAGNETICA-PRANICA Este sistema consiste en la emisión de prana o fuerza vital a las partes afectadas, con lo cual se estimulan las células y el tejido a la actividad normal, y cuyo resultado es que las materias gastadas son eliminadas del cuerpo y las condiciones normales restablecidas. El prana es de naturaleza mental, siendo la energía de la mente universal. Los yogas enseñan que el prana es un principio universal; un algo que compenetra todo el espacio, y junto con la mente y la materia, compone la triple manifestación de lo absoluto. Los principios más importantes de la cura magnéticopranica se basan en los hechos que el prana o fluido vital, puede ser transferido o transmitido de una a otra persona de diversas maneras. El método ordinario y más efectivo, consiste

133 en el empleo de insuflaciones de manos, con las cuales se hacen fricciones, imposiciones, y pases sobre la persona enferma, y al mismo tiempo se envía una corriente de prana a la parte afectada, estimulando así e instigando a la actividad a los grupos de células inertes o vigorosas. IMPOSICIÓN PRANICA A DISTANCIA Hay también imposición de manos a distancia (cinco a diez centímetros) y estas pueden ser palmares, cuando se presenta al enfermo la palma de la mano; digitales, cuando se presentan los dedos levemente separados; y rotatoria, cuando el movimiento rotatorio se efectúa sin previo contacto. Estas son de cuatro especies: imposición palmar, digital, rotatoria y perforante. Estas, generalmente, comienzan por un contacto en la región enferma y se continua a la distancia en la forma que paso a describir. IMPOSICIÓN PALMAR.- Se presenta la palma de la mano a una distancia de cinco a diez centímetros de la parte afectada, conservándola en esta posición de dos a cinco minutos. Efectúase generalmente, con una sola mano. Esta imposición está considerada como estimulante. IMPOSICIÓN DIGITAL.- Por la enérgica concentración que determina sobre la parte tratada, tiene una gran potencia activa, comunicativa y excitante. Cuando se quiere determinar una acción muy viva sobre un punto cualquiera del organismo, se dirige sobre este punto los cinco dedos reunidos, de manera que sus extremos casi se toquen y formen has, a una distancia de diez centímetros. En esta posición se fija la corriente por una inmovilidad absoluta del brazo. IMPOSICION ROTATORIA.- Cuando se quiere producir y una acción más enérgica, se emplea esta imposición, que se

134 practica teniendo el brazo y la mano en la posición de la imposición digital; pero describiendo con ella, lentamente, de izquierda a derecha* círculos delante de la región enferma. Estas dos últimas imposiciones producen calor; aumentan la circulación y las secreciones; disuelven los ingurgitamientos, inflamaciones y tumores. AFLORAMIENTOS Este sistema lo empleo a veces cuando termino la sesión. Afloramiento es el contacto superficial, muchas veces repetido, hecho sin presión y por sobre las ropas, sobre la parte enferma. Se practica de arriba para abajo, sirve para regularizar la acción magnética; despeja la cabeza; facilita la respiración y tiende a calentar las extremidades. Dice Deleuze: "Es por los extremos de los dedos, y principalmente por los pulgares," que la corriente escapa con mayor actividad." Acto continuo, aplico insuflaciones calientes sobre las mismas partes afectadas, comenzando los dolores a batirse en retirada. INSUFLACIONES PRANICAS Con grandes ventajas se aplica el tratamiento por insuflaciones, el cual es conocido desde los tiempos prehistóricos. Arnobio nos informa que los egipcios aplicaban este tratamiento con gran éxito. Markiin, en su "Tratatus Medico Psicus", narra el caso de una niña que, pareciendo estar muerta, recuperó la vida y la fuerza, debido al soplo de una mujer vieja. Borel, que vivió en el siglo XVII, cuenta de una secta de cierta parte de la India, que curaba enfermos por éste método; e inclusive existen hoy

135 en la India sacerdotes que soplando en los enfermos, parecen comunicarles nueva vida, vigorizándolos. El mismo Borel, narra un caso de un criado que por medio de una insuflación, restituyó la vida al cuerpo aparentemente muerto de su amo. Los animales magnéticos nos proporcionan numerosos ejemplos de resurrecciones de esta naturaleza. Yo obtuve muchas veces resultados mágicos; por ejemplo, el caso de la cura practicada en Itaparica que en capítulo aparte narraré. La insuflación es de aliento divino, que aún hoy puede restituir la salud a los enfermos. Llámanse insuflaciones a la proyección en la parte afectada, o sobre la cabeza del paciente, de una cierta cantidad de aire vitalizado por el terapeuta. Puede ser caliente o fría. La insuflación caliente es excitante o estimulante de los tejidos mórbidos o debilitados, y disuelve y dispersa la causa que los produce. Se aplica por eso, para combatir la atonía de las vísceras, las parálisis, los tumores, las obstrucciones los dolores, y los diversos ingurgitamientos. En caso de síncope o pérdida de los sentidos, aplicase proficuamente sobre el corazón. No debe sin embargo, aplicarse en el tórax de personas que se presuma que sufren lesiones profundas, o afecciones del corazón o de los pulmones. Se dobla en cuatro un pañuelo limpio, siendo preferible colocarlo sobre la parte enferma que se propone accionar. Se llenan entonces los pulmones con la mayor cantidad de aire que una franela blanca del tamaño del pañuelo pueda contener, manteniendo siempre fija la intención y firme la voluntad de curar. Se aplican los labios entreabiertos sobre el pañuelo, y se suelta la respiración, lentamente, poco a poco, haciéndola penetrar en la carne a través del pañuelo. Agotada la provisión de aire, se levanta la cabeza y aspirando el aire del ambiente, por la nariz, con la boca cerrada, se adquiere una nueva provisión de aire fresco y

136 aplicando nuevamente los labios sobre el pañuelo se efectúa otra insuflación. La expiración debe hacerse lentamente, pero con energía. Aplicadas cinco o seis insuflaciones sucesivas se puede descansar un poco, después de lo cual se puede aplicar una nueva dosis si fuera necesario. Cuando la insuflación desarrolla un calor suave en la parte insuflada, y cuando el calor se esparce gradualmente por las regiones vecinas, es un buen signo porque nos afirma que la circulación sanguínea se produce libre y normalmente. En caso contrario, debe repetirse las insuflaciones para despertar los músculos, desobstruyéndole de cualquier congestionamiento. Las insuflaciones calientes son extremadamente eficaces cuando son aplicadas sobre las articulaciones; sobre la columna vertebral; sobre los riñones, epigastrio, bazo e hígado; sobre la corona de la cabeza, sienes, ojos, oídos, y sobre el corazón. Es por eso que sus aplicaciones son aconsejables para combatir las jaquecas, los cólicos, males del estómago, síncopes, asfixia, ingurgitamientos y afecciones glandulares, sordera, enfermedades de los oídos, catalepsia, y letargia. La insuflación fría es calmante y refrigerante; aplicada sobre la frente y los ojos, despierta al paciente magnéticamente adormecido. Se practica la insuflación fría soplando con rapidez sobre la piel, pero a una distancia de 40 a 50 centímetros, tal como quien, de lejos, pretende apagar una vela. Se aplica también esta insuflación para combatir los dolores de cabeza, convulsiones, ataques nerviosos, y accesos febriles. En seguida continúo con pases longitudinales, dobles, magnético-pránicos, lentamente, terminando con pases transversales, o pases de dispersión.

137 PASES MAGNETICO-PRANICOS Se da el nombre de pases al movimiento de las manos del terapeuta a lo largo de la cabeza y cuerpo del magnetizado, a una distancia de diez centímetros de la piel o de las ropas. Se ejecutan por lo general con ambas manos; pero, si el magnetizador está fatigado, puede hacerlo con una sola, alternadamente. Son longitudinales los magnetizantes, y transversales los desmagnetizantes. Los primeros acumulan fluidos; los segundos los retiran. Cuando tienen por fin curar un dolor, o una enfermedad, se hacen sobre la región afectada, comenzando un poco más arriba de la parte enferma y terminando un poco más abajo de ella. Los pases longitudinales tienen efectos soporíferos, y se ejecutan siempre de arriba abajo; muy lentamente, lo más lento que fuera posible. Practicados en forma menos lenta, a una distancia de 30 centímetros, se tornan estimulantes y refrescantes. Ejecutados rápidamente a una distancia de 40 centímetros, se llaman pases de grandes corrientes. Son también estimulantes, y libran la cabeza y el pecho; calientan las extremidades; arrastran hacia abajo los humores y realizan la circulación. Si el paciente es muy sensitivo, y el magnetizador dispone de mucho fluido, puede el primero experimentar opresión o dificultad de respirar, lo que cesa cuando se ejecutan algunos pases de grandes corrientes, de la cabeza a los pies. Para su tratamiento se hace sentar al paciente en una silla o sillón bien recostado, con la mayor comodidad, y con el cuerpo flojo. El magnetizador se coloca frente a él, de pies o sentado (es indiferente) siendo la silla más alta para no dificultar sus

138 movimientos. Luego extiende los brazos sobre la cabeza del paciente sin emplear la menor fuerza muscular ni contraer ningún músculo, presentando al paciente las palmas de la mano con los dedos levemente encorvados y ligeramente separados unos de otros. Se dejan bajar las manos, muy lentamente, a lo largo del rostro y del cuerpo, hasta donde el pase debe terminar. Se cierran entonces las manos y se elevan de nuevo (pero cerradas) con el dorso de las manos vuelto hacia el paciente hasta un poco arriba de la cabeza. Llegadas allí se vuelven las manos y se abren de nuevo continuando así la sesión. Según Gauthier, un pase ejecutado lentamente, de la cabeza a los pies, lleva cerca de treinta segundos; se demora más, o menos, según nuestras propias sensaciones o las del paciente. PASES ROTATORIOS Cuando se desea disipar una ingurgitación cualquiera, se empieza por tomar un contacto sobre el punto afectado, y después de algunos segundos, se levanta ligeramente la mano, y con los dedos reunidos en punta, se describe con ellos sobre la ingurgitación una espiral, que se va ensanchando más y más. Esto es lo que se llama pase rotatorio. Téngase siempre el cuidado, en los pases curativos o en las imposiciones, de cerrar la mano al terminar cada una, sacudiendo enseguida enérgicamente los dedos hacia un lado. Se cierra nuevamente la mano y se la desvía distanciándola un poco del paciente. Con ella cerrada, con presteza, se vuelve hacia el sitio en que, Abriéndose, ha de comenzarse el nuevo pase o imposición. En general, cualquier obstrucción interna o externa, aun cuando sea de naturaleza quística, cede fácilmente a la acción

139 de los pases rotatorios, muchas veces repetidos. Estos pases favorecen la disgregación y el aplastamiento. Son, por lo general, precedidos de una imposición simple o doble. La imposición acumula los fluidos en la parte en que se realizan los pases, arrastrándolos y dividiéndolos. Dice el doctor Gahthier: "La mano del magnetizador derrama fluidos sobre el cuerpo, del mismo modo que una regadera distribuye agua sobre una huerta. "Esta imagen se aplica a los pases, y principalmente a los pases a distancia. "Los pases de grandes corrientes tienen una acción completamente opuesta a la de las imposiciones a distancia; cuanto éstas tienen de activas y excitantes por su efecto de concentración, lo tienen aquellas por su notable efecto dispersivo de calma y de frescura que prodigan al enfermo una indefinible sensación de bienestar. Los pases de grandes corrientes, ejecutados muy lentamente, a distancias que pueden variar de diez centímetros a un metro y algunas veces más, son extraordinarios para calmar la agitación, extinguir el fuego de la fiebre, y atraer un sueño reparador. El doctor Deleuze, recomienda: "Los pases de grandes corrientes, de la cabeza a los pies, son fatigosos y nunca pueden continuarse por mucho tiempo; en vez de conducir la acción de una extremidad a otra del cuerpo, de un solo chorro, se puede entonces hacer pases parando en las rodillas y después de un cierto número de ellos, hacer un número igual, de las rodillas a los pies. "Los pases rotatorios, se emplean preferentemente en los casos de ingurgitación, de obstrucción o limitación de las principales vísceras: estómago, hígado, bazo, y vientre".

140 Los pases rotatorios se ejecutan igualmente con la extremidad de los dedos, levantando levemente la palma de la mano, como se practicó con los longitudinales. Estos pases poseen una acción más excitante y activa que la de la rotación palmar. La experiencia ha demostrado que la acción magnética, es mucho más viva cuando se hace uso de la punta de los dedos, que cuando se emplea la mano entera colocada en pleno. Estos pases rotatorios se ejecutan, como los pases longitudinales, a distancias más o menos variables según el caso. Dice Gauthier: "Las irritaciones intestinales, en los cólicos, en las supresiones y demás afecciones del bajo vientre, se emplean los pases rotatorios sobre los intestinos, en derredor del ombligo, y se conduce después, por medio de pases longitudinales, a los miembros inferiores hasta los pies. "Es indispensable que durante la sesión, el enfermo conserve los ojos cerrados. "En el curso de la operación, debe existir un sentimiento reciproco de los más completos entre el operador y el paciente; de un lado, dedicación, voluntad firme y perseverante; del otro, paciencia y confianza absolutas. "El terapeuta sólo debe tener un objetivo; aliviar o curar. Debe considerar su misión como un verdadero sacerdocio que le crea nuevas obligaciones, sacrificándolo todo al deseo de practicar el bien; su única preocupación debe ser ayudar a la Naturaleza, sin contrariarla nunca. "Por su parte, el paciente debe realizar todos los esfuerzos para conservar y animar el ardor de aquel que se propone restituirle la salud. "No debe pues, demostrar prevención, desconfianza o impaciencia.

141 "El comienzo de un tratamiento es generalmente ingrato. Por el hecho de que el magnetismo pranico no produzca inmediatamente efectos aparentes y sensibles, no se debe, desde luego, deducir que él es impotente, puede citarse un gran número de casos de curas obtenidas sin que ningún efecto magnético se haya manifestado. "En las enfermedades agudas de marcha rápida, es raro que el magnetismo no actúe de manera que muestre todo el bien que de él es posible obtener. Sin embargo, en las enfermedades crónicas, de marcha lenta, los signos son menos rápidos, menos sensibles, y se necesita esperar veinte y hasta treinta días para obtener cualquier indicio. "Fuera del asentimiento moral recíproco que debe existir entre magnetizador y magnetizado, cualquier tratamiento exige, de una y otra parte, mucha regularidad, uniformidad, orden y, especialmente, exactitud" Según la gravedad del mal, o la naturaleza de la enfermedad, se debe decidir si las sesiones se deben realizar diariamente, o de dos en dos días. Si las sesiones ocurrieran todos los días, es necesario que haga de ambas partes una gran exactitud cotidiana, a fin de evitar lagunas en el tratamiento. Si fueren de dos en dos días, es necesario, tanto como sea posible, que haya periodicidad constante observada. La duración de las sesiones debe ser siempre la misma. Puede fijarse un término medio de veinte minutos. Veinte minutos bien empleados; bastan en la opinión de Deleuze, para ese fin. A veces, asimismo, se puede reducir este tiempo a diez minutos. ESTADO SONAMBULICO Nunca debe buscarse el estado sonambúlico.

142 Pero puede ocurrir que al tocar un enfermo, con la intención de aliviarlo y curarlo, advertaís que él, por su extrema sensibilidad, tenga una gran tendencia natural a sentir profundamente vuestra acción. Si veis que la respiración se acelera; que las manos se vuelven húmedas; los párpados titilan; los ojos se convulsionan levemente; el cuello se baja o dobla hacia atrás, podéis sin peligro favorecer este movimiento natural hacia el sueño magnético, cuya manifestación en tales circunstancias sólo puede ser favorable al tratamiento. Prolongareis entonces la acción sobre el cerebro, colocando el pulgar sobre la frente, entre ambos ojos, poniendo los dedos en punta, a la distancia, por delante de los párpados, o ejerciendo una ligera presión sobre el globo ocular. Luego colocareis ambas manos sobre las espaldas, conservándolas allí durante algunos minutos; bajadlas lentamente haciéndolas converger hacia el epigastrio; las colocareis de nuevo sobre las espaldas, con un nuevo tiempo de parada, bajándolas de nuevo lentamente a lo largo de los brazos hasta la extremidad de los dedos; asegurareis los pulgares de ambas manos haciendo en ellos una ligera presión durante un minuto o dos, y recomenzareis los pases precedentes, con toda lentitud, hasta que los ojos se cierran por completo y el sueño sea tranquilo y perfecto. La primera vez que se produzca este estado, evitareis fatigar al paciente con preguntas inoportunas; le dejareis algunos momentos en la calma de este reposo reparador, del cual le haréis salir por medio de los pases transversales, esto es: de presión y de soplo frió a distancia sobre la frente. El estado sonambúlico nunca debe servir para satisfacer una fútil curiosidad, y sólo debe realizarse en el interés del paciente.

143 Como los efectos, por los cuales el magnetismo prueba su acción, son extremadamente variados, se renuevan en cada sesión, o cambian con la marcha del tratamiento, el operador debe estar prevenido para modificar muchas veces el empleo de los procesos. Cuando se magnetiza de una manera general para curar una agitación o un dolor de algún órgano, concentrad toda vuestra atención sobre ese punto, por medio de las imposiciones, insuflaciones calientes y acciones excitantes a distancia (los dedos en punta), a fin de despertar todas las fuerzas del organismo y ponerlas en juego, como si se tocase el resorte que las gobierna. Mi acción duró treinta minutos. El enfermo experimentó una considerable mejoría, lo cual despertó una gran admiración y confianza en la familia. Antes de retirarme, preparé agua magnetizándola pranicamente, para que la bebiese el paciente. AGUA MAGNETIZADA El agua es, entre todos los cuerpos inertes, el que más fácilmente se magnetiza y también el que mejor comunica la energía de que es portador. El agua por sí misma, es como el aire, como la luz, como el calor: uno de los elementos primordiales de nuestra vida planetaria; magnetizándola, se aumenta considerablemente la energía de sus propiedades vitales. Desde el punto de vista curativo, el agua magnetizada representa un papel muy importante en la medicina magnética; es que produce efectos sorprendentes y útiles a la salud, pues yo siempre obtuve resultados maravillosos con su empleo en mis enfermos. Los orientales dan de beber al paciente una media copa de agua magnetizada, y con un paño embebido de la misma, humedecen las sienes del paciente para facilitarle así el sueño.

144 Recétola frecuentemente como bebida en las comidas o en los intervalos, así como también en baños locales o generales. Magnetizo el agua de la siguiente manera: 1.) PURIFICACIÓN.- El magnetizador coloca dentro del agua una brasa o fierro candente al rojo vivo, diciendo que la purifica para volverla apta para esta o aquella misión. 2.) El magnetizador fija la mirada en el centro del vaso; después de haber aspirado lentamente el aire, lo expira con intervalos iguales sobre el agua y, al mismo tiempo, impone las manos a unos diez centímetros encima del nivel del agua con el firme deseo de impregnarla de una corriente pranica continua de fluido magnético, emanada de los extremos de sus dedos. Para magnetizar una copa de agua, la tomo en la mano izquierda, y con la derecha practico durante tres minutos, imposiciones y pases descendentes en la superficie del líquido y alrededor de la copa. Para magnetizar el agua de una jarra, o la contenida en una botella, la coloco en la mano izquierda con la boca de la vasija puesta hacia arriba, y con la mano derecha ejecuto imposiciones y pases descendentes en la boca de la vasija y alrededor de la misma. Si el recipiente es grande, o pesado, siéndome imposible tenerlo en la mano, lo coloco sobre las rodillas haciendo la misma operación, esto es, las imposiciones y pases con ambas manos, empleando en este proceso ocho minutos. Para magnetizar el agua de un baño, sumerjo primeramente los dedos de la mano derecha en el agua durante cinco minutos; después, con las manos abiertas, hago pases sobre la superficie del agua, de un extremo a otro, durante diez minutos. Los efectos del agua magnetizada son diversos. En algunos casos son tónicos, cuando hubo exceso en las

145 funciones de eliminación. En otros es laxante, cuando las funciones de condensación fueron exageradas. El agua magnetizada posee la preciosa ventaja de substituir cualquier especie de purgante, y de obrar naturalmente en las constipaciones más rebeldes. Bebida de una manera regular, en ayunas y en las comidas durante muchas semanas seguidas, acaba casi siempre restableciendo el equilibrio de las funciones y triunfando sobre la inercia intestinal más reacia. El agua magnetizada es vigorizante. VIDRIO MAGNETIZADO Después del agua, el vidrio es el cuerpo que mejor se magnetiza y que mejor puede desempeñar el papel de intermediario entre el magnetizador y el enfermo. El vidrio parece poseer propiedades especiales de condensación, y de todos los cuerpos inertes, es el que actúa magnéticamente con mayor intensidad sobre el organismo. Cuando se quiere concentrar las corrientes y actuar con mayor intensidad sobre un órgano afectado, se magnetizan fanales, placones o bocales de vidrio, a fin de cubrir la parte enferma. En las enfermedades de los ojos, se magnetizan los cristales de los anteojos o lentes. Gran número de magnetizadores, entre los cuales se encuentran el señor de Puysegur, el doctor Royilier, Ausbin, y Gauthier, preconizan el empleo de medallones de vidrio que ellos han magnetizado y que hacen llevar colgados al cuellos a sus pacientes, por una cinta. La aplicación de estas placas de vidrio sobre el estómago y sobre el corazón era para ellos un gran auxilio para calmar los dolores, las palpitaciones, y destruir obstrucciones. Habían notado que el vidrio

146 magnetizado se prende a la piel, mientras que aquel que no lo está, deja de adherirse. ALIMENTOS Y METALES MAGNETIZADOS Cualquier objeto puede ser magnetizado y puede almacenar los efluvios magnéticos, y sirve de esta manera de intermediario para las magnetizaciones indirectas. Se emplean para ello, alimentos, métales, etc. Cuando en los enfermos se manifieste repugnancia hacia ciertos alimentos o bebidas que podrían serles útiles; o que el estómago no funcione en la debida forma, se magnetizan todos los alimentos a fin de facilitarles la ingestión y digestión. Pera intensificar y acelerar la cura del doctor A.C., el cual fue considerado incurable por la medicina moderna, continué mi tarea a las diez de la noche, mentalmente, a distancia, radiando o proyectando al enfermo el prana colorido por el pensamiento.

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VI EL MEJOR SISTEMA DE CURAR (CONTINUACIÓN) CURA MENTAL A DISTANCIA O RADIO-PRANICA El prana colorido por el pensamiento del emisor puede ser proyectado a personas ausentes que se encuentren con voluntad de recibirlo y de esta manera pueden obtenerse curas. El pensamiento del terapeuta emite su prana "coloreándolo", este prana recorre el espacio y alcanza el pensamiento psíquico del paciente, en quien penetra y se coloca. Las ondas pranicas son invisibles como las de Marconi; atraviesan los obstáculos que encuentran y buscan a las personas que están en condiciones de recibirles. Para tratar a personas a través de la distancia, se debe formar una imagen mental de la respectiva persona, hasta que se sienta estar en comunicación con ella. Este es un proceso psíquico que depende del poder de la imaginación del terapeuta. Se puede sentir que se está en comunicación con la referida persona, porque parece que la presentimos cerca de nosotros. Con un poco de ejercicio se adquiere esta facultad y a veces se advierte la proximidad del receptor a la primera experiencia. Cuando está establecida la comunicación, se dice mentalmente al paciente que está distante: "Os estoy enviando una provisión de fuerza vital que os dará vigor y os curará". Después, se forma la imagen del siguiente proceso: que el prana, en cada exhalación de la respiración rítmica, sale de la mente del operador y pasando en un instante por el espacio, alcanza al paciente y lo cura. No es preciso fijar horas ciertas para el tratamiento, pudiendo sin embargo fijarlas si se quisiera. La condición receptiva del paciente (puesto que él

148 espera y está listo a recibir la fuerza psíquica) lo pone en estado propicio para recibir las vibraciones, siempre naturalmente que ellas se le envíen. Si se determinase ciertas horas, el paciente deberá colocarse cómodamente, relajar los músculos y estar esperando en condición receptiva. El sabio Charcot curó a distancia a enfermos henicóreos, hemianestésicos, y hemipléjicos, cuyos males eran causados por lesiones cerebrales. ES un hecho que la proyección de los fluidos vitales es un fenómeno de exteriorización de las energías magnéticas, o como ya se llamó: exteriorización de la motricidad, y es este fenómeno extraordinario a que está subordinado el caso de todas las curas milagrosas. Claro está pues, que todo esfuerzo de voluntad exteriorizado en el sentido de producir una cura, se convertirá efectivamente en cura; de la misma manera que la idea de vigor y tranquilidad neutraliza la debilidad y la fatiga, y el insomnio es neutralizado por la sugestión del sueño. Feuchtersiebin, en su estudio sobre higiene del alma, escribe: "Diríase que, en ciertos casos, para ser curado basta querer serlo". Sin embargo, para que la voluntad se torne eficaz debe ser conjugada con impresiones psíquicas, al mismo tiempo que impulsada por ideas que cooperen con esas impresiones, en perfecta armonía con la ley del equilibrio fluídico. El principio en que se basa el tratamiento psico-terápico, está determinado en esta definición de G. Mann: "La voluntad es una determinación tomada por el conjunto de las facultades mentales del hombre, la cual está mantenida por la contemplación incesante del objeto en vista". Las experiencias de transmisión del pensamiento a distancia, demuestran la posibilidad de transmitir al enfermo la idea de salud, y los efluvios vitales.

149 El sabio Baradue, estudió con los medios experimentales modernos, la fuerza vital, y formuló una teoría al respecto, cuyo resumen es el siguiente: 1.) Verificó la existencia de una fuerza nueva que reside en nosotros, experimentando sobre todo su acción interior y fuera de nosotros. 2.) Hizo la interpretación de los movimientos atractivos o repulsivos de esta fuerza, observados fuera de nosotros, a distancia. Esta fuerza, no definida en su esencia, denominada dinamismo cósmico; éter; fuerza de vida universal, es diferente a los modos conocidos de la energía: calor, electricidad, etc. Ella depende del principio de vida que anima a todos los seres y presente tres caracteres: 1.) Tiene movimiento atómico libre y apreciable en sus fenómenos de atracción y repulsión. 2.) Es una materia primordial. 3.) Posee inteligencia en sus adaptaciones a los hombres que viven, por decirlo así, sumergidos en esta onda de la vida universal. Por sus movimientos inteligentes, producidos, ya sea de atracción o de repulsión, sobre el biómetro universal del doctor Baradue, podemos verificar la existencia de esta fuerza en el hombre; interpretarla y hasta medirla. Y bien; puesto que todos poseemos esta fuerza, por un acto da nuestra voluntad, podemos dirigirla sobre el enfermo y producir su cura. Sin embargo, cuanto mayor fuera el número de las personas que tuvieren el pensamiento concentrado para obtener la cura, o dicho mejor, que emitieren sus fluidos vitales sobre el paciente, tanto más repentina e inesperada será la cura.

150 Esto es lo que ocurre en los casos de curas milagrosas en las cuales, como muy bien lo explicó el sabio autor de las obras "La forcé curatrice a Lourdes et la psychologie du Miracle" y "Le me Humaine, ses Lumiérs et I'Iconographie de I´invisible fluidique", hay canalización de la voluntad colectiva sobre el enfermo. El mismo hombre de ciencia refiriéndose al tratamiento, dice: "Concluí, pues, por la experiencia, que había otras fuerzas además de la acción de los remedios, de la electricidad y de la voluntad humana, principalmente en el empleo de ciertas prácticas religiosas, cuya fuerza curativa obra sobre nuestra substancia vital perturbada y alterada. Afronté lo más posible el estudio de este fenómeno en los casos de obsesión de nuestras vibraciones fluídicas, las cuales exigen el empleo de todos estos medios progresivos y sucesivamente adoptados y reunidos. "Así, ciertas constituciones enfermizas, parecen substraerse a medios físicos los cuales tienen culpa muy real en las perturbaciones de la vitalidad, las modificaciones de la circulación y la inervación. "Para estas constituciones enfermizas, que colocaron a la medicina en error, parece que es necesario recurrir a otros medios hiperfisícos, y que la prez colectiva, intensa y ardiente de una peregrinación, sea la llave que abre estos dinamismos y nos pone en relación con las potencialidades siderales, cuyos efectos curativos no podemos negar. "Por consiguiente, la fuerza curativa es atraída por un esfuerzo de voluntad colectiva. Y sin embargo, para atraer esta fuerza, basta una sola voluntad individual bien dirigida, y conocemos y podemos citar innúmeras curas efectuadas por una sola persona, con el concurso de la voluntad del enfermo. Aun al respecto, leímos en una importante obra de la ilustre doctora Meyeray -publicado en la revista "Annes Das

151 Sciencias Psychicas" de 1.895- en la cual, para demostrar que la sugestión no es solamente un gran auxiliar en las enfermedades del sistema nervioso sino también un buen auxiliar terapéutico en las afecciones mórbidas, cita importantes hechos practicados por ella misma: "Hace algún tiempo fui llamada al castillo de B... La castellana enferma deseaba recibir algunos consejos míos. "Una afección ovario-uterina la mantenía lánguida, en una silla, desde hacía muchos meses, afección ésta caracterizada por síntomas que el primer examen ponía en claro: lesiones orgánicas en que el elemento nervioso parecía no tener ninguna participación secundaria y consecutiva. "Fui llamada para atender a la señora de B... y debo confesar, no sin confusión, que mis trabajos y mis esfuerzos fueron ineficaces. Tratamientos genera les, tratamientos locales y quirúrgicos, todos fallaban y torturaban a mi espíritu. "Una idea fija estaba en posesión del cerebro de la paciente, y ella se obstinaba en afirmar que solamente la Virgen Santa podría curarla, dejando en el fondo de la fuente todos sus males. "Y lo que es peor, ella se persuadía que si realizase el viaje al lugar de las curas maravillosas, su curación se verificaría de inmediato. "En una especie de consejo de familia reunido en torno de ella, resolvimos que la señora de B... fuese trasladada a Lourdes. Sin embargo, ¿lo permitirían sus fuerzas? "Sincopes repetidos impresionaban a la familia y cada cual, en su solicitud, tenía recelos acerca de un viaje largo y fatigoso. "Una idea presentóse a la ingeniosidad de mi espíritu: enviar a la enferma a Lourdes.... en la imaginación. "De cualquier manera, éste sería un viaje cómodo, y comuniqué a la familia, que, un tanto devota, quedó indecisa.

152 "El tiempo, sin embargo, se deslizaba rápidamente y la señora de B... declinaba visiblemente. Acabaron, no sin dificultades, por aceptar mi expediente. "El castillo de B... es soberbio; su parque diseñado con arte delicado, los bosques inmensos que le cercan, el lugar pintoresco por sí mismo, todo esto hace de asta residencia una maravilla. Y en la imaginación tiene bastante influencia estos lugares encantadores. "De acuerdo con mis indicaciones, construyeron artificialmente una gruta encima de un acuario que ya existía bajo un arco verdegueante; alas descubiertas conducían allí a una especie de meandro. "Con el auxilio de unas cincuenta jóvenes de la villa y sus alrededores, vestidas de Acuerdo con la ocasión, y cantando himnos piadosos, fue organizada una procesión hacia un altar de flores y follajes. "La ilusión de un lugar sagrado estaba preparado, cuando el 6 de abril hicimos la experiencia proyectada. "Por mi parte, comencé en relación a la enferma, el trabajo de la sugestión en el estado de vigilia. "No fue sin dificultades, y sin verdadero trabajo, que llegué a determinar el estado siguiente: "La enferma, bajo el imperio de mi mirada, oía a la manera de un susurro mi voz, que la repetía que estaba en Lourdes, y que la gracia divina iba a alcanzarla. Mecida por una verdadera salmodia en mi persuasión, ella se levantó bien erguida, y dirigiéndose hacia la piscina en la actitud de una alucinada, con la mirada fija en ella, sumergióse tres veces exclamando: "Gracias, mi Santa Madre ¡Vos me curasteis!". Y apenas tuvimos el tiempo de recibirla, sin sentido, en nuestros brazos. "Conducida a una silla, volvió en sí y declaróse en perfecta salud.

153 "Ella sentía circular en su ser enflaquecido un nuevo vigor; quería satisfacer un apetito que era devorador, y asistiendo a la merienda que cada cual supo tornar alegre, ella estuvo manifiestamente obsequiosa. "Cuando, al día siguiente volví a B.., desperté a la enferma que, aunque sin hipnosis, había pasado una vida especial durante casi veinticuatro horas: y alucinada aún, me contó que venía de Lourdes en donde la "Santa Virgen" la había curado. "Entregúeme de nuevo a un examen profundo de los órganos enfermos y pude verificar que todo había vuelto a su estado normal. La congestión, el neoplasma (lo que tal parecía), hasta las lesiones epiteliales aparentes habían desaparecido. "El resultado ultrapasaba mis expectativas". "Desde ese día, la señora de B.. se hallaba muy bien; sus fuerzas readquirían el desarrollo que de ellas se puede esperar a los 30 años; y la enferma se volvía, día a día, una mujer normal". El fenómeno de las curas llamadas milagrosas están por completo bajo el dominio de la misma ley que rige la exteriorización de los fluidos, fenómenos altamente estudiados e investigados por muchos consagrados maestros, entre los cuales, es de justicia hacer destacar al Coronel Alberto de Rochas, conviniendo hacer notar que su principio, esto es, el principio de cura, está fundamentado en la idea que una vez exteriorizada se convierte en realización. Es eso precisamente; una ley propicia en sus efectos a quien quiera que se dedique con amor, con fe, y con sincero deseo de llegar al resultado más completo. De ahí, la lógica concepción de que "la idea de la curación trae la curación efectiva"; y, fundamentados en este principio, podemos afirmar que la fuerza del pensamiento es la motriz invulnerable de la terapéutica mental, que obra además del

154 operador. Los mismos pacientes que la buscan y que entran con el coeficiente de su fe, inmediatamente prestan importante concurso en su propio tratamiento. Así, tenemos la voluntad, la fe, la prez, y otros elementos aun, que cooperan en la efectividad de la cura, sin olvidar con todo, que ella tiene su principio en la fuerza del pensamiento. Mientras tanto, habiendo absoluta necesidad de establecer la diferencia que hay entre las curas magnéticas, conviene considerar lo siguiente: Describe el doctor Levy que toda idea tiende a su realización efectiva; que las ideas de vigor y de sueño neutralizan la fatiga y el insomnio, y que los fenómenos dolorosos son calmados por una fuerte sugestión contraria al dolor. Es precisamente en este punto de vista que se basa el plan general de la sugestión, mientras que la terapéutica radiomagnética se basa en desviar la atención del enfermo de su sufrimiento, al tiempo que el operador focaliza su voluntad en la parte afectada del paciente exteriorizando los efluvios necesarios a su restablecimiento. En todo caso, la voluntad es la fuerza en acción y es preciso no olvidar que " la voluntad humana es una determinación tomada por el conjunto de las facultades mentales del hombre, la cual es mantenida por la contemplación incesante del objeto en vista". La teoría de la terapéutica radiomagnética está perfectamente confirmada por el doctor P.E. Levy: Podemos readquirir nuestra energía al contacto de otro" Una vez adquirida y almacenada en nosotros esta energía, nos será fácil canalizarla, dirigirla sobre este o aquel punto en sufrimiento, ya se trate de fenómenos morales: tristeza, ideas fijas; o de perturbaciones: dolores, nauseas, palpitaciones, angustias, etc.

155 La proyección de los fluidos vitales, es una exteriorización de las energías psíquicas, que ya fue llamada; exteriorización de la "austricidad". El coronel Alberto de Rochas, en sus obras L'exteriorization de la sensibilité y les Effluves Odignes, demuestra que la realidad de los efluvios ódicos, fluidos, o simplemente od, como lo llamó su eminente descubridor Reichenbach, para cuya percepción estableció las condiciones, está hoy, probado científicamente. Con respecto a la vida que agita el universo, dice el autor de Dogma y Ritual: "Existe un agente mixto, un agente natural y divino, corpóreo y espiritual, un mediador plástico universal, un receptáculo común de las vibraciones del movimiento y de las imágenes de la forma, un fluido y una fuerza a que, de alguna manera, podría llamarse, la imaginación de la Naturaleza. "Mediante esta fuerza, todos los aparatos nerviosos se comunican secretamente entre sí; de ella nace la simpatía y la antipatía; de ella proceden los sueños; por ella se producen fenómenos de doble visión y de visión sobrenatural." "Este agente universal de las obras de la Naturaleza, es el OD de los hebreos y de Reichembach; es la Luz Astral de los martinistas. "La existencia y el uso posible de esta fuerza, son el gran arcano de la magia práctica. "La Luz Astral imanta, calienta, ilumina, magnetiza, atrae, repele, vivifica, destruye, coagula, deshace y reúne, bajo el impulso de potentes voluntades". Y en otra parte, el mismo autor dice: "El mundo está imantado de la luz del sol, y estamos imantados de la Luz del mundo. "Lo que en el cuerpo del planeta se opera, en nosotros se repite.

156 "Tres mundos hay en nosotros; análogos; jerárquicos como en la Naturaleza entera. "El hombre es el microcosmos o pequeño mundo, y conforme el dogma de las analogías, todo lo que está en el mundo grande, se reproduce en el pequeño. Hay pues, en nosotros, tres centros de atracción y de proyección fluídica: el cerebro, el corazón o el epigastrio y el órgano genital. Cada uno de estos órganos es único y doble, esto es: se encuentra en ellos la idea del ternario. "Cada uno de estos órganos atrae de un lado y repele del otro. "Es por medio de estos aparatos que nos ponemos en comunicación con el fluido universal, transmitido en nosotros por el sistema nervioso. Son, también, estos tres centros la sede de la triple operación magnética". Sabido es que la ciencia, hasta un cierto punto, puso en duda la posibilidad de la proyección de los fluidos vitales a distancia, llegando hasta negar la existencia de ellos. Últimamente, sin embargo, ante las innúmeras pruebas irrebatibles, los sabios se han visto obligados a reconocer su existencia. Así llegó la ciencia, paso a paso, por medio del experimentalismo demostrativo, a reconocer que, en general, es decir en todos los cuerpos, existe un agente transmisible, aun cuando impalpable e invisible. El descubrimiento de la radiotelegrafía y radiotelefonía, hizo rayar la luz por medio de la cual se explica tal fenómeno. Desde el momento en que se reconoce que es el éter el conductor de las vibraciones en los aparatos antes mencionados, se debe admitir también, que se trata de uno de los siete estados del éter de que hablan las ciencias herméticas y al cual se da el nombre de "éter psíquico", y que sirve de vehículo conductor a través de la distancia; el prana o energía vital, fuerza del pensamiento, etc.

157 La pila humana para la transmisión radio-pranica es superior a la energía automática mineral usada en los aparatos aludidos, porque la pila cerebral del hombre posee la libertad de acción y la conciencia. Para comprobar mejor la existencia y polarización del prana o fluido vital, basta citar el descubrimiento de la iconografía o grafía de las imágenes, hecho por el célebre hombre de ciencia, doctor Baradue. El terapeuta, por una concentración intensa de su voluntad, puede radio-pranar, o proyectar, fluidos vitales en dirección al paciente, los cuales, impulsados por un deseo superior y enérgico, expulsan los fluidos mórbidos del enfermo. La medicina oficial no efectúa curas reales, porque se desinteresa de los estudios de los elementos superiores del hombre, siendo su única preocupación o conocimiento, el hombre material. De ahí su fracaso, que casi siempre se verifica en el desempeño de su misión profesional. Un célebre médico ocultista ha demostrado claramente la gran conveniencia de dedicarse al estudio de la anatomía del hombre oculto, pues el dominio del hombre invisible sobre el hombre visible, está profúndamela te comprobado. Felizmente, la ciencia oficial ha comenzado ya a compenetrarse de las grandes ventajas que sobrevendrían para la humanidad sufridora, si ella se dedicase con mayor interés a las investigaciones de los estudios más arriba mencionados. A pesar de su esfuerzo inicial, ella ha sido débil para alcanzar resultados satisfactorios, pues su dedicación al experimentalismo psicológico es, apenas, un exiguo principio de conocimientos del hombre psíquico, por las manifestaciones físicas. MEDICINA PSÍQUICA

158 Muchas enfermedades, o casi todas, son por lo general causadas por la desarmonía de las ideas en el hombre psíquico, al cual el terapeuta ocultista cura por la radio-prania, por la operación y transmisión de ideas vitalizadas, por su intensa concentración de pensamiento. Paracelso, en la definición que hace en su obra, "Liber Paramirum" sobre el principio espiritual en el hombre, dice entre otras cosas: "Hay dos seres en el hombre; uno es un ser material y otro un ser espiritual (cuerpo mental), impalpable, invisible, sujeto a sus propias enfermedades (discordancias). Uno pertenece al mundo material, el otro al mundo espiritual, teniendo cada uno de ellos sus propios estados de conciencia, de percepción y de memoria; sus propias asociaciones con seres de la misma especie. Sin embargo, los dos son uno durante esta vida, y el espíritu influye en el cuerpo; no el cuerpo en el espíritu. De consiguiente, si el espíritu está enfermo, es inútil medicar al cuerpo; pero si éste está enfermo puede ser curado medicando el espíritu". Los maniacos del suicido, los obsecados, los locos y otros enfermos por el estilo, son víctimas de padecimientos psíquicos o de la idea, cuyo origen es el de un peligroso desequilibrio mental. En muchos casos de excitación de los nervios, el hombre forma y crea en su ambiente astral, seres denominados "larvas", que se van alimentando en el cuerpo astral, o succionando la fuerza vital del paciente que originó su formación. Las personas que sufren de la manía de las persecuciones, crean larvas semejantes, las cuales se van apoderando del cuerpo astral de la víctima, dimanando de allí enfermedades mentales. Esta larva está clasificada por Papus como "parásito psíquico, que vive a costa de aquel que le dio origen",

159 En una de mis excursiones, encontré y curé muchos enfermos de esta naturaleza. Entre ellos, traté a personas que se dedicaban a prácticas mediumnímicas sin poseer conocimientos verdaderos y seguros de la mediumnidad independiente. Acerca de estas larvas, Ernest Bosc, dice: "Ella no es un microbio, y sí un germen, un principio de vida, que procura manifestarse, fijarse en un cuerpo vivo cualquiera. Es un instinto genital que erra al acaso en el aire; que vaga en el espacio y que corresponde al que los alquimistas llaman "azufre filosófico" ; es la chispa eléctrica obscura, aunque luminosa cuando se vuelve calor de combinación. "No conocemos bien aún, el papel considerable que la larva representa, en el encantamiento, en la locura y en todas las enfermedades en general, principalmente en las mentales. "Las larvas son fermentos que se desarrollan en la sangre, en el sistema nervioso cerebro espinal y en el esperma; sobre todo en éste, que la transforma verdaderamente en Seres. "Cuando un individuo está roído por el remordimiento, ¿qué es lo que lo roe? La larva, o larvas que fueron creadas por la sangre de la víctima que fue herida o asesinada. , "El homicida, el asesino, no encuentra ya más sosiego, sino después de haber confesado su crimen; de haber descargado su consciencia, declarándose culpable. Desde entonces, ya no es perseguido por el remordimiento y no crea ya larvas nuevas. Tal es la razón de la confesión espontánea de un gran número de delincuentes, que desde entonces, disfrutan de descanso porque no son más roídos por la larva que crearan por embrujamiento propio. El delincuente juega aquí con el principio vital, que no pocas veces arrastra al suicidio a los criminales. "Por tanto, las larvas son gérmenes de lo astral, que buscan la vida en el plano físico, y cuando la hallan, viven en

160 el animal y en el hombre como parásitos, Adquieren formas muy diversas y, a veces, sumamente repugnantes. Una vez incrustadas en un ente vivo, viven a expensas de éste. "La larva debe ser conocida por los hombre; no es un ente quimérico, no es un mito. La humanidad debe contar con ella. Los pueblos de la antigüedad la conocían muy bien; contaban con ella y de ella se desembarazaban recurriendo a todos los medios. "La Edad Media la conoció. He aquí lo que Paracelso dice acerca de ella; "Una persona que es sana y pura no podría ser poseída por Espíritus Elementarios, porque esta palabra (larva) solo puede obrar sobre los hombres que le dan un lugar en su mental". "Un espíritu sano es como una ciudadela, en la cual no se podría penetrar sin la expresa voluntad de su dueño. "Si se deja que estas larvas penetren, ellas excitan las pasiones humanas y dan origen a malos pensamientos que, incitando el cerebro, hacen cometer malas acciones; aguzan así los apetitos animales, y ahogan luego toda especie de moralidad. "La ciencia oficial desconoce por completo las enfermedades nerviosas, y no considerándolas como enfermedades, receta para estos casos bromuros, valerianatos doral, y otros intoxicantes peligrosos, sin resultado alguno; hasta que al fin, no sabiendo ya que suministrar, abandona al enfermo dejándolo a merced de su sufrimiento. En cambio, si conociera algo de psicología y empleara los procesos de cura psíquica, obtendrían fácilmente curar el desequilibrio". **************** Eran las cinco de la tarde, cuando regresamos al hotel» Allí, encontré esperándome a tres caballeros. Uno de ellos, el señor A.T., después de saludarme, me pidió que le acompañase para curar a un joven, considerado como uno de

161 los mejores "foot-bailer" y que hacía ya algún tiempo se encontraba paralítico. -Los médicos -informábame el señor A.T.- afirman que nunca más volverá a jugar, porque su mal no tiene cura, y si usted llegara a curarlo, nosotros le pagaremos cuanto usted nos dijera..... -No acepto -le interrumpí- recompensa de ninguna especie. Estoy dispuesto a seguir a ustedes para atender a ese joven, y estoy casi seguro (y esto fue como un aviso telepsíquico que recibí de los poderes ocultos) que mañana domingo podrá jugar! Aquellos caballeros me invitaron a subir al automóvil que los trajera, y que esperaba en la puerta del hotel. A las 6 de la tarde llegamos a la casita del enfermo. En un cuarto estrecho, echado sobre una cama de lona en que se dispuso al enfermo, comencé a tratar al paciente. Me preguntaron si iba a hipnotizarlo o adormecerlo. Respondí que era absolutamente contrario al hipnotismo, y que nunca lo empleo en mis curas; y solo curo a los enfermos en el estado de vigilia, esto es, despiertos. Después de sintonizarme con el paciente, empecé por las imposiciones pranicas, pases pranicos longitudinales lentos, seguidos de fricciones pranico magnéticas. En este caso, creí conveniente aplicar el método de cura mental directa, y también el de las fricciones que es un medio terapéutico poderoso. La sesión duró unos veinte minutos. El hombre estaba curado. Abandonó la cama y el cuarto, comenzando a practicar ejercicios de gimnasia sueca. -Estoy curado !Gracias a Dios! -exclamó el joven D.S.A. que así se llamaba, y que aparentaba unos veinticinco años de edad.

162 Al día siguiente domingo, el joven jugaba uno de los grandes partidos de "foot-ball", en Campo da Graca. CURA MENTAL DIRECTA La cura mental ejerciendo su acción sobre el centro de las mentes celulares, puede obtenerse directamente, o a través de la Mente Instructiva de la persona enferma. Tanto el método de cura psíquica, como el de cura mental a distancia, son operaciones mágicas de las más importantes y elevadas. No es mi intención detenerme en las apreciaciones sobre las teorías de las diferentes escuelas de cura mental, o sugestión mental, ni sobre lo que es la mente o sobre las teorías psicológicas. Lo cierto es que la cura mental es un hecho demostrado, habiendo alcanzado ya los mejores resultados no solamente en tratamientos directos, sino también en tratamientos a distancia. Siendo idénticos los métodos de la cura mental directa y los de la cura sugestiva, los apliqué siempre conjuntamente, dando a ese proceso la denominación de cura mental directo-sugestiva. Una sola diferencia existe entre el método de cura mental y el de la cura sugestiva: la primera depende de la telepsíquia o transmisión del pensamiento; en cambio la segunda depende, casi siempre, de las sugestiones verbales, etc. Aceptan hoy la telepsíquia (o llamada telepatía) los más eminentes hombres de ciencia. Edw. T. Bennett, que fue secretario de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, dice: "Parece ser irresistible la conclusión de que los cinco sentidos no agotan los medios por los cuales el conocimiento puede entrar en la mente". En otras palabras, el investigador parece ser impelido a la conclusión de que la transmisión del pensamiento o "telepatía", ha de incluirse ahora entre los hechos científicamente comprobados.

163 El profesor William Crookes el bien conocido hombre de ciencia inglés, dice: "Si aceptamos la teoría de que el cerebro está compuesto de elementos separados -células nerviosas- habremos de suponer que cada uno de estos componentes, como cualquier otro pedazo de materia, tienen sus movimientos de vibración, y serán, en condiciones convenientes, afectadas por la vibración del éter, como por ejemplo, las células nerviosas de la retina. "Si una neurona, situada no muy lejos, adquiere el mismo movimiento de vibración de otra, parece que no hay razón para que no se afecten materialmente, a través del éter". "Flammarion dice: "No es posible dudar de que nuestras fuerzas psíquicas crean un movimiento de éter que se transmite lejos , como todos los movimientos del éter, y se torna perceptible a cerebros que están en armonía con el nuestro, la transformación de una acción psíquica en un movimiento etéreo, y el reverso, es tal vez análogo al que ocurre con el teléfono, en donde la placa receptiva, que es idéntica a la placa colocada en la otra extremidad, reconstruye el movimiento sonoro transmitido, no por medio del sonido, sino, por la electricidad. Pero esto es apenas una comparación". Por intermedio de este factor telepsíquico es que se efectúan los tratamientos a distancia, y cuando la cura no es consecuencia directa de la sugestión mental. La base de la cura mental está en el simple hecho de que la mente central controla las funciones corporales, y de que ella ejerce su manifestación a través de los órganos, células y partes del cuerpo, las cuales responden a los estados mentales de la mente central, y están afectados por algo que afecta a ésta. PROCESO DE LA CURA MENTAL DIRECTA

164 En los tratamientos mentales, la mente del terapista debe conseguir una agilidad de modo que pueda seguir los deseos del paciente, esto es: ver mentalmente al enfermo sano, y teniendo las partes, los órganos, y las células en normal funcionamiento. El mayor o menor éxito en la cura mental, dependerá sobre todo de la capacidad que tenga el terapeuta de visualizar mentalmente las condiciones normales. En cuanto a la transmisión del pensamiento, ésta no requiere esfuerzo extremo de parte del terapeuta. La dificultad principal está, como acabo de demostrar, en la habilidad de construir la imagen mental, la cual, una vez formada, es fácil de transmitir, pensando sencillamente en ella como en algo que se está realizando. Para el mejor éxito de la cura positiva, es de gran ventaja imaginar que se ve como el pensamiento sale realmente del cerebro; cómo viaja en el espacio y es recibido por la mente del enfermo. Claro está que ello auxilia a la mente a mantener fija la imagen, hasta que ella se realice. Tratándose de un enfermo en su propia presencia, conviene recomendarle calma y tranquilidad, además de un silencio integral. No se comprende ahí que el paciente se adormezca o dormite, sino que calme su mente, abstrayendo sus pensamientos lo más posible de la vida exterior. Es importante además, que haya calma en el ambiente, requiriéndose el mayor sosiego, previniéndose contra cualquier ruido, y de que no haya alrededor colores brillantes que puedan distraer la atención del enfermo. En estas condiciones, éste debe conservarse quieto en un sosiego absoluto, pues el terapeuta sólo puede dar comienzo al tratamiento al sentir que su estado mental se encuentra en condiciones, esto es, que las vibraciones se elevaron al grado debido, lo cual ha de ser detectado por sus sentimientos. De la imagen mental del paciente sano, se crea un nuevo ideal mental de las condiciones convenientemente deseadas, que

165 debe ser transmitido a la mente del enfermo, con la reproducción de un verdadero retrato mental. Es preciso crear, principalmente, la imagen mental de las condiciones ideales que se desean tornar una realidad. CURA MENTAL SUGESTIVA La cura por medio de la sugestión tiene por base el efecto de la influencia mental sobre la mente instintiva. Prueba este tratamiento, que del mismo modo que la sugestión perniciosa recibida de uno mismo o de otra persona puede producir en el cuerpo estados anormales, igualmente las buenas sugestiones recibidas de uno mismo, o de otro, pueden restablecer las condiciones normales del organismo. Es suficientemente conocido entre los estudiosos, los efectos que la mente ejerce sobre el cuerpo. Mientras tanto, queremos citar algunas autoridades en la materia, a fin de que se torne más irrefutable. El profesor James, conocido como uno de los más descollantes psicólogos, dice: "Es un hecho demostrado que no hay especie de conciencia, ya sea sensación, sentimiento, o idea, que no pueda por si misma descargarse en un efecto motor. Este efecto motor no siempre se manifiesta en fuertes cambios del exterior, A veces, consiste en una alteración de las pulsaciones del corazón o de la respiración, o en una modificación de la distribución de la sangre, como sea ruborizarse o palidecer. En todos los casos, sin embargo, la conciencia trae consigo tales manifestaciones; y según la opinión que en los últimos tiempos fue aceptada en general por los psicólogos modernos, todo y cualquier proceso consciente ha de pasar a un movimiento invisible o latente". Olstou, dice:

166 "Cuando la ley general del cuerpo es alegría, esperanza, gozo, amor, el deseo de salud y felicidad da crecimiento a los tejidos y acción enérgica y normal a los órganos, y por lo tanto, una salud en general; por el contrario, el miedo, la melancolía, el odio, la tristeza, la pérdida de la confianza, y todos los otros estados mórbidos de la mente, producen laxitud de las funciones y la inacción de los órganos". El lector debe comprender y no olvidar la importancia de estos hechos. Flammarión dice: "Una idea, una impresión, una conmoción mental a pesar de ser ligeramente interna, puede producir en otra dirección efectos fisiológicos más o menos extensos, y capaces hasta de producir la muerte. No faltan ejemplos de personas que murieron repentinamente a consecuencia de alguna emoción. Desde hace mucho tiempo, se reconoce el poder que la imaginación puede ejercer sobre la vida". El sabio B.W. Richardson, arguye: "La diabetes, producida por un repentino choque mental, es un verdadero y genuino tipo de enfermedad física de origen mental". Numerosas autoridades médicas refieren que ciertos casos de cáncer y especialmente de cáncer uterino, o del pecho, tienen su origen en la ansiedad mental. Otros atribuyen la anemia a algún choque mental y al sufrimiento moral. Es de admirar que la cuestión de enfermedad física producida por influencias mentales, fuese hasta ahora estudiada tan insuficientemente. El profesor Elmer Gater, dice: "Mis experiencias demuestran que emociones irascibles, malévolas y deprimentes, originan en el sistema corporal composiciones nocivas de las cuales algunas son extremadamente venenosas; y que emociones agradables y fe-

167 lices originan composiciones químicas de valor nutritivo que estimulan las células para producir energías". El profesor Tuke cita numerosos casos de enfermedades producidas por el miedo, el susto, y la aflicción, de las cuales son: la locura, el idiotismo, la parálisis de varios músculos y órganos, transpiración profunda, colerina, ictericia, calvicie, canicie, calda de dientes, choques nerviosos acompañados de anemia fatal, enfermedades uterinas, enfermedades de la piel, erisipela, eczema, etc. El mismo sabio llama la atención sobre el efecto del miedo en la propagación de las enfermedades, principalmente las contagiosas. Así, un método que pueda disminuir o alejar el miedo tendrá seguramente un gran efecto en el tratamiento de las enfermedades. Y así es, en verdad. Los medios de cura psíquica, casi todos, crean nueva atmósfera mental y nuevas condiciones mentales en el enfermo. El miedo se convierte en confianza, valor, energía y esperanza, no tardando en aparecer los resultados. La terapéutica sugestiva tiene este axioma: "El pensamiento asume la forma de acción; tal como el hombre piensa en su corazón, así es él". Además de las ventajas que todo organismo recibe de una sugestión general, pueden adquirir nuevo vigor los órganos particulares, siendo llevados a funcionar perfectamente, con sugestiones bien dirigidas. Las sugestiones que la mente instintiva recibe, se transforman en acción. Por medio de la mente instintiva, las células del cuerpo responden a la sugestión pudiendo dar así, fuerza y estímulo a todo órgano, nervio, o célula. Tornándose en los últimos años muy común entre los médicos la terapéutica sugestiva, es evidente que en lo futuro ella deberá tener, en una u otra forma, la mayor aceptación en todas las capas sociales.

168 PROCESO DE LA CURA MENTAL SUGESTIVA La salud es tan contagiosa como la enfermedad, y, como el hombre piensa en su corazón, así es él". Bello axioma que tanto puede ser aplicado al pensamiento Bueno, como al pensamiento malo. Por eso es que constituye la base de la terapéutica sugestiva. La tarea de la terapéutica es la de restablecer los estados normales de la mente de los que se viciaron en pensar anormalmente sobre sus cuerpos, consiguiendo eso por medio de la influencia de la mente sobre las células y partes componentes del cuerpo, Bien poca o ninguna sugestión verbal se requiere para la cura mental, produciéndose la acción curativa, por medio de la transferencia del pensamiento, la telepsíquia. Se debe mientras tanto, hacer en la terapéutica sugestiva, el tratamiento por medio de sugestiones verbales, con palabras proferidas imperiosamente por el terapeuta. Naturalmente, en la cura por sugestión el pensamiento del terapeuta obra directamente sobre la mente del enfermo, tanto por medio de las líneas de la cura mental como por medio de las sugestiones verbales. Casos hay en que la sugestión verbal es imprescindible para conseguir la profunda impresión sobre la mente del paciente, pero acompañada siempre de la fuerza mental curativa. Las diferencias que se notan en el éxito de los sugestionadores, a pesar de seguir los mismos métodos y pronunciar las mismas palabras, constituyen magnífica prueba para confirmar lo que decimos. Para una más nítida comprensión, es conveniente advertir que la terapéutica sugestiva, o la cura por sugestión, nada tiene de común con la sugestión hipnótica, o con el hipnotismo, y tan así es, que además de no usarlo, condeno la

169 práctica del mismo, pues lo considero como un proceso demasiado violento e irracional, y, porque no decirlo, antinatural. Sobre todo, el buen éxito de la cura mental sugestiva depende de que el terapeuta desarrolle la voluntad y concentre su mente en su tarea. Otra causa indispensable es que el paciente permanezca en una posición lo más cómoda posible, teniendo a su lado al operador. Necesario es, en la sugestión verbal, repetir las palabras, tornando así las sugestiones más fuertes y eficaces. La repetición continua de las palabras básicas las graba en el cerebro del paciente, pudiendo trocarlas por sinónimos aunque parezcan monótonas. El ambiente en que se efectúa la sesión debe permanecer en penumbra, con las ventanas cerradas si fuese de día, o con las luces amortiguadas, si fuese de noche pues estas medidas tienen gran importancia psicológica, al tiempo que dejan al paciente más atento. Durante la práctica de las sugestiones, es de la mayor importancia pintar, por la fuerza del pensamiento en la mente del paciente, su imagen sana y restablecida. Ahí el pensamiento se transforma en acción, en la mente del paciente, que sigue rigurosamente la imagen, hasta que ésta se integre en el físico. Todo el éxito del tratamiento sugestivo se halla en el pensamiento que está detrás de las palabras; en la medida que el pensamiento sea recibido y absorbido por el paciente, está el grado del éxito del tratamiento, hallándose éste aun en relación con el grado de energía que el terapeuta pone en la imagen. Así, es natural que haya una constante transmisión mental o telepsíquica, transmisión de pensamiento; pero el efecto es medido por la fuerza de las palabras sugestivas del terapeuta, tornándose la combinación de ambos agentes, en único, poderosísimo.

170 El paciente tendrá siempre la mente concentrada en las condiciones deseadas, cuya realización se espera, debiendo por eso observar esta regla de la mayor importancia. Cuando se está sugestionando, nunca se debe hacer referencia a las condiciones enfermas, y sí siempre a las condiciones de salud a que se desea volver. Por eso es necesario distraer la mente del estado en que se encuentra el paciente, fijándola en el estado apetecido. Así, colocará en la mente de la persona un ideal que desarrollará inconscientemente, realizándolo en la vida real. Deben abandonarse las sugestiones negativas, o "negaciones", poniéndose en práctica apenas, las sugestiones positivas o afirmativas. Hay una gran importancia en las diferencias de expresiones sugestionadoras. Por ejemplo; no se dirá "Usted no está débil", sino al contrario: "Usted está fuerte", pues, repitiendo el nombre de la cosa que se quiere negar, se afirma realmente su existencia, dirigiendo a ella la mente del enfermo, lo que de ninguna manera conviene al tratamiento sugestivo. FRICCIONES PRANICAS Son ejecutadas directamente sobre la piel, en seco, con la palma de la mano, o con los dedos, en el sentido de las fibras musculares; nunca en sentido contrario. Se puede, sin embargo, hacerlas rotatorias, pero -sin irritar la piel. Una fricción, bajando del hombro a la extremidad de la mano, debe demorar quince segundos, por lo menos. Esta forma de cura constituye uno de los procesos de comunicar la fuerza vital o prana, siendo tal vez tan antigua como la humanidad, pues fue empleada en todos los tiempos y por todos los pueblos. Alpini relata en su libro "De Medicina Egyptiorum", que los sacerdotes egipcios practicaban ciertas

171 fricciones místicas y médicas para curar enfermedades crónicas. Los mismos egipcios, para combatir flujos disentéricos, ejecutaban suavemente fricciones rotatorias con la mano sobre la región del hipocondrio, introduciendo, después, un dedo en el ombligo haciéndolo girar dentro del mismo, este proceso, en todos los tiempos, era considerado como infalible contra las disenterías. Hipócrates, que afirma que "El alma ve bien, con los ojos cerrados, las afecciones que sufre el cuerpo" tenía en mucha consideración el método de las fricciones, y, seguramente, las aplicaba frecuentemente. El escribió las siguientes palabras: "Un médico debe conocer muchas cosas; no debe ignorar los beneficios que dimanan de la fricción". Este remedio es aplicable tanto en los dolores repentinos y agudos, como en los crónicos y en las diferentes especies de debilidad, siendo sus efectos restauradores de la salud y fortificantes. Con este proceso se consigue desembarazar las articulaciones inflexibles, restituyéndoles el movimiento; se tonifican y fortalecen los nervios débiles y flojos. Celsus, que vivió hace unos dos mil años, recomendaba este método de tratamiento. En sus libros consagra un extenso espacio a esta forma de tratamiento vital aduciendo pruebas de que era conocido y practicado hace mucho tiempo antes de su época. Alejandro de Tralles, un médico griego del siglo VI, fue un iniciado en el arte de las fricciones místicas, y las incorporó a su práctica. Aseguraba que estas fricciones auxiliaban al sistema nervioso, y facilitaban la transpiración. Decía, también, que tendían a calmar las convulsiones y que eran eficaces en un gran número de sufrimientos. Mucho escribió acerca de esta materia, y era de acuerdo con Hipócrates, que el conocimiento de estas "fricciones secretas", sólo deba comunicarse a " personas sagradas " y no tornarse propiedad de todos.

172 Luis XIII, rey de Francia, cuenta que un tal Degaust, oficial de la corte de Nimes, curó a mucha gente, friccionándole los músculos. Esculapio trataba las enfermedades soplando sobre las partes afectadas, y golpeando en ellas, levemente, con las manos. Los antiguos druidas (sacerdotes de los galos), practicaban, también, curas de esta manera, y su método constituía una parte de los ritos y Ceremonias religiosas. Las crónicas de la Edad Media, están llenas de semejantes narraciones de curas milagrosas, obtenidas por medio de la imposición de las manos. En aquellos tiempos las curas se efectuaban en los templos. Van Helmont parece haber conocido los principios de la cura pranica, porque escribe: "El magnetismo es activo por todas partes, y nada hay en él de nuevo, a no ser el nombre; es una paradoja tan solo para los que todo ridiculizan y atribuyen al poder de Satanás todo aquello que no son capaces de explicarse". En 1734, el padre Heñí, enseñaba la existencia de un "fluido universal", y lo aplicaba para curar enfermedades. Realizó muchas curas admirables, pero fue expulsado de la iglesia, acusado de poseer un poder diabólico y de practicar hechicería. Queriendo estimular las partes, comunicándoles fuerza vital por medio de fricciones pranicas, el terapeuta debe ser delicado en sus movimientos, no siendo para tal fin necesario mayor fuerza física, pues, el efecto sólo se obtiene por el paso de la vitalidad a las partes, y no por la manifestación considerada de sí misma. Ejecutándose el tratamiento con la palma de la mano y la parte inferior de los dedos, las extremidades de éstos, inclusive el pulgar, deben estar vueltas hacia atrás. Teniendo el operador la parte carnosa inferior del

173 pulgar, puede aplicarla siempre en este tratamiento, ejecutando los movimientos de arriba para abajo. ••••••••••••••• El lunes (20 de… a las ocho de la mañana) accediendo a una invitación, acudí a la redacción del "Diario de Noticias". La cantidad de pueblo que aguardaba mi llegada era tan grande, tanto afuera del edificio como dentro del mismo, que dificultaba la llegada hasta él. Mediante algún esfuerzo conseguí entrar y llegar a la sala de redacción, situada en el segundo piso. El director del popular diario bahiano, profesor Altamirando Requiao, de un carácter y de una inteligencia que raramente se encuentran, me recibió a la entrada, disculpándose de aquella asistencia; ignorando y extrañando cómo ella supiera tan rápidamente mi visita, porque su diario no había tenido tiempo de anunciarla, y él nada había comunicado al respecto. Añadió que este hecho le inducía a creer en un milagro. Pasamos a su despacho, con cierta dificultad, el cual también había sido invadido por un gran número de personas. "El primer enfermo que me presentaron para atender era el rev. A.D.R., sacerdote vicario de Riachao, que sufría de la vista. Tratélo por medio de las imposiciones y magnetización de los anteojos. Al día siguiente, recibí noticias de su sensible mejoría. El segundo, que pidió ser curado, era un paralítico, el Sr. J.A. Palma, de 65 años de edad. Hacía 43 que padecía de aquella parálisis debida a una congestión, y sólo podía moverse apoyado en muletas. Le hice sentar en una silla. Comencé la operación magnético-pranica, por medio de imposiciones y pases. Yo no pretendía curar al enfermo en una sola sesión; pero habiendo leído en los pensamientos de algunos de los presentes la

174 absoluta incredulidad, y en otros la duda sobre el éxito de mi acción, desarrollé todo mi poder de voluntad, mi fuerza psíquica, y con una intensa concentración mental, proseguí la tarea, con un fuerte deseo de curar al enfermo en esa misma sesión. Mi esfuerzo, que era mágico, fue coronado por el éxito. Al cabo de unos quince minutos, sentí el choque telepsíquico de que el hombre estaba curado. Terminé la operación con pases transversales. Ordené al señor Palma que se levantase y se retirase, pues estaba curado. El pidió sus muletas: -Yo no puedo levantarme y andar sin las muletasreclamó el paciente. Y, colocando mi mano sobre su cabeza, le ordené de nuevo: -Usted ya no precisa muletas; puede levantarse y retirarse, porque está curado. Al cabo de algunos instantes de vacilación, el enfermo se incorporó; pisó con recelo aún; pero luego des pues, bajo una salva de aplausos, el señor Palma bajo las escaleras sin auxilio de nadie, caminando por la calle como si nunca hubiese sufrido la menor incomodidad. El tercero, que traté rápidamente, se retiró también curado. Hemiplejía, era un joven de 21 años, llamado Renato Goncanvez Martins. ••••••••••••••• Al día siguiente, cuando llegué a la residencia del doctor J.A.C. para continuar su tratamiento en una tercera sesión, lo encontré bastante animado, sentado en un sillón de hamaca, en el primer piso; con él ya había practicado las dos primeras sesiones, en su dormitorio, en el primer piso. Indagando acerca de su estado, me dijeron que él, esa mañana, despertó, se levantó de la cama y con la ayuda de un

175 bastón, bajo solo. Después de la segunda sesión, la mejoría se acentuaba rápidamente. Al terminar la tercera sesión, el estado del enfermo era tan satisfactorio, que llorando de alegría y de emoción, se levantó de la silla y sin bastón, fue hacía la sala en donde, con la palabra ya sin embarazos, saludó a las numerosas visitas que fueron a felicitarle por su restablecimiento, que consideraban un "milagro". Este mismo día, amén de otras curas, curé a una niña completamente paralítica, hija del señor A.N.B., y que hacía un año fuera atacada repentinamente por una parálisis, esta niñita, después de haber recibido en el Hospital Santa Isabel, cerca de sesenta aplicaciones eléctricas sin resultado alguno, fue desahuciada por la ciencia oficial. Realicé también, una cura en una sola sesión, a distancia, a las tres de la madrugada, a la señorita Z.A. de 18 años de edad. Esta joven, que hacía ocho años venía sufriendo de una parálisis completa de la pierna izquierda, en la víspera, cuando salía yo de una casa donde fuera a visitar un enfermo, me pidió "por el amor de Nuestro Señor de Bomfin", que la curase. Pero, como ya era muy tarde, le prometí que la curaría a distancia, aquella misma noche, garantizándole que "quedaría completamente buena". Y así fue. En las curas a distancia, además de practicarlas mentalmente, o por la fuerza de mi pensamiento, emitiendo prana colorido, radiándolo o proyectándolo en dirección al paciente, realicé también las llamadas curas astrales, visitando los enfermos en cuerpo astral.

176 CURA ASTRAL A DISTANCIA Los ocultistas antiguos realizaban curas a distancia, astralmente, más el pueblo por ignorar lo que ocurría, no dejaba de considerarlos como semidioses o hechiceros. Lo astral es un intermediario entre el cuerpo y el espíritu, y la acción sobre él produce una grande reacción sobre los otros. Sobre todo, él es, el productor de la mayor parte de la fuerza nerviosa que el ente psíquico transmite al espíritu. Finalmente, el propio ente psíquico no es más que la parte superior del astral. Por esta razón los médicos hermetistas procuran obrar de preferencia sobre lo astral. Conocedores del hecho, los iniciados estaban acostumbrados al fenómeno; sin embargo, la masa ignorante del pueblo consideraba, como dije, semidioses o hechiceros a aquellos que obraban a distancia. Tales factores vivieron siempre llenos de un sabor de leyenda, hasta que el Dr. Gurney y los señores Miers y Pe..nora publicaron su obra "fantasmas Of living" (Fantasmas vivos) en la cual nos presentan un gran número de casos; cuidadosamente verificados y testimoniados. La operación se realiza con mucha simplicidad, bastando enviar al cuerpo astral a una distancia a la que el duplo etérico no pueda ir, para que se produzca automáticamente la separación. En cuanto el cuerpo astral se aparta, el duplo etérico se separa de él, entrando en el cuerpo físico de lo que constituye la vida material. Ninguna acción directa tiene la substancia astral sobre la materia, sólo pudiendo obrar sobre ésta por medio de la substancia del Duplo Etérico. Al contrario, el duplo etérico, más el material que el precede, no sólo tiene acción indirecta sobre la materia, haciendo menor los músculos del cuerpo,

177 sino que también obra directamente sobre ella cuando se halla exteriorizado y se condensa en el punto que debe obrar. De este modo, hallándose próximo del paciente el fantasma astral puede establecer un contacto eléctrico haciendo peso en una balanza, moviendo un mueble, tanteando un individuo, etc. No se conoce nada más seguramente atestiguado, ni más claramente probado que el fantasma visible y real del Padre Alfonso de Ligcvri junto al Papa agonizante, al mismo tiempo que el propio era visto en su casa, a una gran distancia de Roma, en una actitud de devoción y éxtasis. También no es menos probado el hecho del misionero Francisco Xavier, que apareciera al mismo tiempo, simultáneamente, en varios lugares. Dirán que son milagros; responderemos que los milagros cuando son reales, son simplemente fenómenos para la ciencia. Los casos de apariciones de personas que son queridas, y que suceden en al mismo momento en que éstas mueren, son fenómenos del mismo orden que se pueden atribuir a la misma causa. Hablamos del cuerpo sideral que es el intermediario entre el alma y el cuerpo material. Este cuerpo que da alejado muchas veces en cuanto el otro duerme y se transporta con el pensamiento en todo el espacio que la imantación universal obre delante de él. Obrando sobre las fuerzas del Duplo Eterice del paciente, el cuerpo astral exteriorizado obra aún sobre cualquier otra fuerza etérica exteriorizada que se encuentra en su ambiente, siendo por eso posible manifestar su acción a distancia. De este modo, puede el cuerpo astral obrar sobre lo astral del doliente, y, por medio de este, sobre el Duplo Eterico, que a su vez también obra sobre el cuerpo físico. Una de las experiencias más difíciles para empezar a iniciarse, además de ser peligrosa por los accidentes a que está

178 sujeta, es la salida en cuerpo astral: sin embargo, el peligro disminuye cuando la prueba es hecha a poca distancia. Sólo saldrá el cuerpo astral, cuando se haya desenvuelto la fuerza nerviosa, por medio de la concentración mental, además de que esto exige bastante descanso físico y castidad absoluta. Así, es preciso adormecerse con la idea fija en realizar la exteriorización, cerrar los ojos, haciendo viaje con el pensamiento imaginando que lo astral deja el cuerpo, camina, abre las puertas, siguiendo las rutas ideadas. Teniendo el operador las virtudes exigidas, los resultados de este proceso serán sorprendentes. Debe el operador autosugestionarse y educar su voluntad a obrar sobre el cuerpo astral para alcanzar su desdoblamiento personal, pues es preciso que la voluntad tenga un dominio absoluto, no solamente sobre el cuerpo físico, sino también sobre el cuerpo astral, para realizar la exteriorización. No basta, entre tanto, haber adquirido un dominio enérgico sobre el organismo: es preciso que éste se halle en perfecta condición de poder obedecer. Esto se conseguirá llevando el cuerpo físico a un estado fisiológico, en el cual sea fácil la exteriorización. Es el cuerpo astral la base del fantasma exteriorizado; conteniendo toda la sensibilidad del organismo y siendo compuesto esencialmente de fuerza nerviosa, cuanto más intensa fuera la fuerza nerviosa, tanto más fácil será exteriorizarlo. Compréndase así que el experimentador que prepara su desdoblamiento, debe al mismo tiempo dinamizar la voluntad, aumentando la fuerza nerviosa a cierta proporción. Se puede conseguir el aumento de fuerza nerviosa por una preparación especial, amén de un régimen de alimentación cuidadosamente apropiado. Cuando, además, la persona dispone naturalmente de mucha fibración nerviosa, es bastante fácil desenvolver la voluntad para producir la exteriorización.

179 Desde que el operador haya desenvuelto la voluntad al punto de que su organismo físico no sea más que un esclavo sumiso, y que su fuerza nerviosa alcance un desenvolvimiento capaz de obedecer la orden de la voluntad, él puede desdoblarse excelentemente. A la orden suya, intensamente pensada un poco antes de adormecer, el organismo se separa, quedando el cuerpo físico en el lugar donde fue puesto; el cuerpo astral con el Duplo Etérico y los elementos superiores del Ente, dejan el envoltorio carnal, volviendo entre tanto el duplo etérico a entrar en éste, pues sin él, el cuerpo físico no podrá vivir. En tanto, podrá ir el cuerpo astral al lugar donde haya sido enviado. No se piense, todavía que este resultado puede ser obtenido luego de los primeros ensayos; el mecanismo de la operación es mucho más complicado. Realizándose el desdoblamiento después de quedarse dormido, no es la voluntad que obra directamente sobre el cuerpo astral; es apenas la idea fija y presentada al cuerpo astral en el momento de la exteriorización. Preciso es, pues, crear la idea fija, enérgica y firme de exteriorizarse. A más de todo eso, el cuerpo astral se habitúa a cumplir las órdenes de la voluntad. Así son los cuerpos; van acostumbrándose progresivamente a salir por acción de la voluntad, pudiendo ser enviados cada vez más lejos. Como es bueno verificar si el desdoblamiento tiene efecto o no, el operador debe tener una persona receptiva en condiciones de ver el fantasma desdoblado. En el caso, sin embargo, de ser el operador habituado, la persona receptiva será el propio doliente en tratamiento. En el caso, entretanto, que el operador se hallare preparado y capaz de dirigirse a un lugar determinado con anterioridad, obrando a la distancia en el tratamiento de un enfermo, el proceso a seguir será:

180 Se duerme el operador cerca de 30 minutos antes de la hora en que habitualmente se adormece, teniendo prevenido al doliente acerca del momento escogido para el tratamiento y recomendándole que se conserve quieto en su lecho, con la luz apagada. Tanto de parte del doliente, como del operador, es necesaria esta precaución, pues la luz es disolvente de substancia fantasma, impidiendo su manifestación. En la hora convenida, debe dirigir firmemente su pensamiento al operador, pidiéndole que venga a curarle; a su vez, el operador, antes de llegar el sueño, debe de concentrar la idea de ir a ver el doliente, tratándolo y curándolo, además del pensamiento fijo del trayecto que deberá hacer, de su casa, a la del enfermo. Para ser un buen ocultista, se debe tener la conciencia de todas las acciones en lo astral, dependiendo esto del desenvolvimiento de la consciencia en general. Como es sabido, la exteriorización completa del cuerpo astral produce el fenómeno de "ubicuidad", haciéndose el operador visible en el lugar que se presenta. Al contrario, cuando no es completa la exteriorización, la presencia del operador es manifestada por un fenómeno telepsíquico. Mi caro lector notará que estoy aplicando diversos métodos de cura en mis tratamientos. Efectivamente, como ya dije en el comienzo, después de profundizarme en todos los sistemas orientales y occidentales de curas magnéticas y psíquicas, formé un sistema propiamente mío. Este sistema está justamente basado en la aplicación de partes de todos los métodos, como debe hacer todo concienzudo y buen psicoterapeuta, aplicándolo de acuerdo a las circunstancias, prefiriendo yo siempre el método oriental, basado en el tratamiento psíquico, pues obtuve siempre los mejores y más positivos resultados.

181 Y es sencillamente porque los poderes psíquicos -siempre que sean bien desenvueltos-, son superiores y más enérgicos que los poderes llamados magnéticos. Además, el poder psíquico es al mismo tiempo un poder magnético, pero, en un estado diferente, más distinto, más clásico. Igualmente, traté y curé radicalmente, en dos sesiones, por el proceso magnetico-pránico, esto es, con imposiciones y pases, auxiliado y reforzado por el método a distancia astral, a la señorita A.L. de 20 años de edad, cuñada del Sr. A.T. que estaba sufriendo de un cáncer en el seno izquierdo, siendo la opinión médica que era indispensable y urgente operarla, esto es, cortarle el seno para salvarla de una muerte cierta. La doliente no acepto la operación; no quería andar sin seno. La consulta médica se dio poco tiempo antes de mi llegada a Bahía. La señorita A.L. fue bien avisada por su endoconsciente, pues con mi tratamiento, sin operación mecánica y sin drogas, ella obtuvo un feliz resultado. Mis pacientes, a los cuales traté a distancia en el cuerpo astral, casi siempre me mandaban a avisar o venían personalmente a relatarme los pormenores y resultados de mi visita astral; la forma en que me veían entrar en su cuarto; como me aproximaba a sus lechos, las sensaciones que experimentaban , etc. etc. Muchos amigos, alegando que me iba a agotar, me censuraban por tratar muchos pacientes, además de los que aparecían durante el día. Ellos, pues, ignoraban mis medidas preventivas, pues yo, para recuperar diariamente las energías gastadas en tan ardua tarea, y para almacenar nuevas provisiones de energía vital, usaba y uso siempre, todas las madrugadas, aspirar y respirar rítmicamente durante 10 minutos, en la terraza o en la habitación, y estando de pies, con las manos cerradas.

182 Los pedidos para atender enfermos se aglomeraban cada vez más; desde el más pobre hasta el más rico, y hasta las más altas autoridades, magistrados y médicos. Entre estos últimos, algunos me pedían que los tratara a ellos mismos, o a algún miembro de su familia; otros, atender algunos de sus pacientes que ellos mismos se consideraban impotentes para curar. En bien de la verdad, de la colectividad, y con el interés de disipar las nubes de versiones y discusiones erróneas con respecto a mis curas maravillosas, pues unos afirmaban que eran milagrosas, y otros, los más intolerantes, las negaban o aseveraban que eran endemoniada y que "solo Cristo podría, operar milagros"-, realicé el mismo día martes una conferencia ante un enorme auditorio, aclarando los puntos filosóficos, científicos, teóricos y prácticos, de los diversos métodos de cura, demostrando que no hay, ni nunca hubo, milagros, pues todo efecto tiene su causa. El milagro nunca existió. Fue la Señora Ignorancia la que llamó "Milagro" a los efectos cuyas causas ella desconocía o no sabía explicar. La taumaturgia no es milagro alguno. El milagro no existe. El Hierofante Eliphas Levi, entre sus apreciaciones profundas, se expresa con respecto al milagro, de la siguiente manera: "Hemos definido los milagros como efectos naturales de causas excepcionales. "La acción inmediata de la voluntad humana sobre los cuerpos, o por lo menos, esa acción ejercida sin medio visible, constituye un milagro en el orden físico. "La influencia ejercida sobre las voluntades, o sobre las inteligencias, sea repentinamente, sea en un tiempo determinado, y capaz de cautivar los pensamientos, de cambiar las resoluciones mejor adoptadas, de paralizar las más

183 violentas pasiones, esa influencia , en fin, constituye un milagro en el orden moral. "El error común relativo a los milagros, es el de mirarlos como efectos sin causas, como contradicciones de la Naturaleza, como ficciones repentinas de la imaginación divina; y no piensa que un solo milagro de esta especie, rompería la armonía universal, y sumergirla al universo en el caos. "Hay milagros imposibles, aún para el mismo Dios, a saber: los milagros absurdos. Si Dios pudiera ser absurdo un solo instante, ni él ni el mundo existirían un instante después. Esperar del arbitrio divino un efecto del que se desconociera la causa, o cuya causa no existiera, es lo que se llama tentar a Dios; esto es sencillamente precipitarse en el vacío. "Lo absoluto en razón y en voluntad, es el mayor poder que sea dado alcanzar al hombre, y es por medio de ese poder como él realiza lo que la muchedumbre admira bajo el nombre de milagros. "La más perfecta pureza de intención es indispensable al taumaturgo, pues le hace falta una corriente favorable y una confianza ilimitada. "El hombre que ha llegado a no ambicionar nada, y a no temer nada, es el dueño de todo. Esto es lo que manifiesta esa hermosa alegoría del Evangelio, en, que se ve al hijo de Dios tres veces victorioso sobre: el espíritu impuro, ser servido en el desierto por los ángeles. "Nada sobre la tierra resiste a una voluntad razonable y libre: Cuando el sabio dice; yo quiero, todo se realiza a su voluntad, porque es la misma voluntad -de Dios. "Es la ciencia y la confianza del médico la que da virtud a las medicinas, y no existe otra medicina real y eficaz que la taumaturgia. "También la terapéutica oculta excluye toda especie de medicación vulgar. Emplea, especialmente, las palabras, las

184 insuflaciones, y comunica, por la voluntad, una virtud variada a las substancias más simples; el agua, el aceite, el vino, el alcanfor, la sal. El agua de los homeópatas es verdaderamente un agua magnetizada y encantada, que opera por la fe. Las substancias enérgicas que a ella se agrega en cantidades por decirlo así, infinitesimales, son la consagración y como los signos de la voluntad del médico. "Lo que se llama vulgarmente "charlatanismo", es un gran medio de éxitos reales en medicina, si ese charlatanismo es bastante hábil para inspirar una gran confianza y formar un círculo de fe. En medicina, especial mente, es la fe la que salva. "No hay casi ninguna villa que no tenga a alguno o alguna dedicada al ejercicio de la medicina oculta, y estos individuos alcanzan casi siempre, y en todas partes, éxitos incomparablemente mayores que los de los médicos aprobados por la Facultad. Los remedios que prescriben, son con frecuencia ridículos o extravagantes, y curan tanto mejor, cuanto mayor fe producen, tanto en los sujetos enfermos como en el operador. "Un amigo nuestro, antiguo comerciante, hombre de un carácter raro y de un sentimiento religioso, muy exaltado, después de haberse retirado del comercio, se dedicó a ejercer gratuitamente y por caridad cristiana, la medicina oculta en una provincia de Francia. No empleaba, por todo específico, más que el aceite, las insuflaciones y las plegarias. Se intentó un proceso contra él, por el ejercicio ilegal de la medicina, quedando probado por él, que en un espacio de cinco años se le atribuía diez mil curaciones, y que el número de creyentes aumentaba sin cesar, en proporciones capaces de alarmar seriamente a todos los médicos del país. "Nosotros hemos visto en Mas una pobre religiosa a quien se le consideraba loca, y que curaba a todos los enfermos de los campos vecinos, con un elixir y un emplasto de su

185 invención. El elixir era para el uso interno y el emplasto para uso externo, y de este modo nada escapaba a esta panacea universal. "El remedio era el mismo para todas las enfermedades, y hasta parecía que la excelente hermana no tenía necesidad de conocer los sufrimientos de sus pacientes. Los escuchaba, sin embargo, con la mayor atención, y no les confiaba su específico sino con conocimiento de causa. En esto estribaba el secreto mágico. La dirección de intención daba al remedio su virtud especial. Este remedio era insignificante por si mismo. El elixir era aguardiente aromatizado y mezclado con jugo de yerbas amargas; el emplasto estaba hecho con una mezcla análoga a la triaca por el color y el olor; era, quizá, recina de Borgoña mezclada con opio. "Nosotros hemos conocido, cerca de París, aun viejo jardinero taumaturgo que hacía también maravillosas curas, y que ponía en sus frascos el jugo de todas sus yerbas de la verbena de San Juan." Por lo que tengo expuesto, se puede comprender que el poder del médico está secretamente oculto en la consciencia de su voluntad, consistiendo todo su arte en incentivar vivamente la fe del doliente. "Si podéis creer -decía el Maestro- todo es posible para aquel que sabe creer". Una de las cosas esenciales para el éxito de la medicina, es la simpatía. Nada se conseguirá sin ella. Es necesario que el intercambio de sentimiento de armonía, o por lo menos la recíproca buena voluntad, exista entre médico y doliente. La causa principal de las curas entre los primeros cristianos era exactamente la fe ardiente y la dulce caridad, de manera que la simpatía, el afecto, la confianza recíproca, se volvían naturales y espontáneas. "Los milagros son -si quieren perdonarme esta expresiónlas extravagancias de la Naturaleza, producidas por la exaltación del hombre; dice un dentista:

186 Prodúcense siempre en virtud de las mismas Leyes. "Todo hombre de celebridad popular, puede hacer milagros, y a veces, los hace sin sentir. "En el tiempo de los Druidas, había, en las galias, mujeres taumaturgas y que llamaban Elphos y Fadas. "Para los Druidas, eran santas; para los modernos cristianos, hechiceras. José Bálsamo, que sus discípulos llamaban el alvino Cagliostro, fue condenado, en Roma, como hereje y hechicero, por haber hecho predicciones y milagros sin la autorización previa". Se sabe que los ejercicios mágicos son resultados de un poder natural, es verdad, superior a las fuerzas ordinarias de la Naturaleza. Dependen ellos fuertemente del estado y del régimen, que exigen de la voluntad humana una energía fuera de sus límites comunes. Así, se entiende que lo llamado sobrenatural, es puramente lo natural exaltado, llamado por la multitud, milagros, porque su efecto es inesperado e impresionante. Lo "sobrenatural" sólo puede ser contra la Naturaleza viva, lo que quiere decir propiamente, contra Dios. Por eso lo "sobrenatural " no puede existir. Todos saben que la naturaleza es la propia ley y el propio pensamiento de Dios. Lo "sobrenatural" sería, por lo tanto, una negación de la consciencia de Dios. Todas las curas pueden ser realizadas naturalmente por el hombre, porque Jesús anduvo en la tierra, curando, como hombre. Además de él, los Santos y los magnetizadores, curaban, como hombres. Podemos además, andar sobre las aguas, o elevarnos de la tierra, porque el mismo Jesús dijo: "Lo que yo hago lo podéis hacer vosotros, y aún más. Habiendo Jesús resucitado seres entre los muertos, nunca, sin embargo, evocó almas porque, en aquellos, curó la letargia que de ordinario precede a la muerte; en cambio, evocar esas almas, era dar un nuevo movimiento extraño a la vida, era ir en contra de la Naturaleza, era violentar la Ley de Dios.

187 Queriendo clasificar los milagros, tenemos: el milagro divino, que es obediencia de la Naturaleza a la razón; y el milagro diabólico, que es la obediencia de la Naturaleza a la locura. De este modo, el milagro humano es el buen sentido, la consciencia de justicia, el sentido de la sabiduría, con que los hombres de buena voluntad estudian, trabajan, y esperan. Ya decía Paracelso, que era un iluminado: "Aquel que puede curar enfermedades, es médico Ni los emperadores, ni los papas, ni los colegios, ni las escuelas superiores, pueden crear médicos. Pueden conferir privilegios y hacer que un individuo que no es médico, aparezca como si lo fuese; pueden darle permiso para matar, pero no pueden darle el poder de curar; no pueden hacerlo médico verdadero, si no he sido ordenado por Dios. "El verdadero médico no se jacta de sus habilidades, ni exalta su medicina, ni procura monopolizar el derecho de explotar al doliente, pues sabe que la obra debe elogiar a su autor, y no el autor a su obra. Hay un conocimiento que se deriva del hombre, y otro que se deriva de Dios, por medio de la luz de la Naturaleza. "Aquel que no nació para ser médico, nunca tendrá buen éxito. "El médico debe ser leal y caritativo. "Aquel que se ama a sí mismo, o a su propio bolsillo, no hará ningún bien a los dolientes. La medicina es mucho más un arte que una ciencia. Conocer las experiencias emitidas por los otros, es útil para un médico; mas toda la ciencia de los libros no puede transformar en medico a un hombre, al menos que él lo sea por naturaleza. Solo Dios da la sabiduría médica". En respuesta a aquellos que procuran embarazar mi acción desinteresada en beneficio de la humanidad sufridora, colocando obstáculos en mi camino trazado y guiado por mis protectores invisibles, por donde vine y continuaré sembrando la buena semilla de temperanza, de moral, de fraternidad

188 universal, llamo en mi auxilio la defensa del abogado Charles Ledrú, pronunciada en el Tribunal de Paris y citada por Bué: "No son los magnetizadores los únicos, en este mundo, cuya doctrina es fuertemente combatida. En cuanto a los médicos, es muy sabido que ellos no siempre adoptan la misma opinión, ya que no os dicen sobre una molestia cualquiera, pero sí sobre el modo general de curar. "Tomemos únicamente algunas de las más famosas teorías médicas de este siglo. "El célebre escocés Broun explica la mayoría de las molestias por una eliminación de la fuerza vital; es el estado "asténico", para usar su lenguaje. Consecuentemente, los dolientes de esta escuela están colocados debajo del régimen de los estimulantes. Esta consoladora teoría fue derribada por un doctor no menos célebre, el italiano Rasori. Este sólo veía por todas partes, inflamaciones. ¡En vez de estimulantes, aplicaba contra-estimulantes! Es el padre intelectual de los señores Brousais y Bouilland. "¡La verdad es una sola! ¡Pues bien, henos, por tanto, en presencia de dos sistemas! "¡Uno trata la gastritis con agua de goma, y el otro con pimienta del reino y mostaza! "La cura, en la opinión de uno, es una alimentación excitante, substancial, un vino generoso. "¡Acautelaos de todo eso! -dice el otro- fuera de las sanguijuelas y de la dieta, no hay salvación! "Aun no es nada: "Llega Hahnemann, y la homeopatía, en vez de esa máxima, dice; -"Simila, Similibus, Curantur". "escuchadlos: "La alopatía, es la molestia y la muerte revestida con el manto de una ciencia mentirosa. ¡El sol de las inteligencias es Hannemann, y el tesoro de la salud se oculta en dosis infinitamente pequeñas! ¡No penséis que queden sin respuesta los alópatas!

189 "¿No que son los discípulos de Hahnemann? "¡Ignorante, charlatanes, profanadores de un culto, que son indignos de comprender! "y como esos señores tienen al menos la ventaja de la prioridad y de las posiciones hechas, se sirven para la nueva escuela, de los mismos procesos que siempre emplearan los que poseen contra aquellos que quieren poseer. Fue así que la Facultad de Montpeltier tachó de sus registros el nombre de un mancebo lleno de ciencia y de talento, dicen, y cuyo crimen consistía en el exagerado culto al nuevo dios. "He ahí, señores, lo que es la ciencia humana, la ciencia llamada positiva. Ahora, admitiendo el sistema del Señor Procurador, del rey de Bressuire, qué acontecerá en el mundo judicial? Aquí, un procurador alópata hará condenar a prisión a todos los homeópatas; éste, hará condenar a penitenciaría a los alópatas. Y así procederán los jueces de instancia y de apelación, la voz del ministerio público; unos sobre la bandera de Browin, otros sobre la de Brousais, y aun otros sobre la de Hahnemann. "Para llamar a la razón a los caballeros de esta nueva cruzada, será necesario crear en el tribunal de casación, una sección médica que establezca los buenos principios en relación a la enxaqueca y la verdadera jurisprudencia en materia de remedios. "La lógica requiere que así sea. Cuando esto suceda, llegará su turno a mi amigo Respail, con sus cigarros salutaris, y, como juez de todos los sistemas, les dirá con su voz conocida, estimada y respetada : "Desde hace dos mil años nos quejamos que el lenguaje de la medicina es una algarabía ininteligible para el doliente; que sus recursos son alternativamente preconizados y repudiados por los pontífices del tiempo, de modo que no existe un solo tratamiento, que después de haber tenido la mayor boga, no sea tarde o

190 temprano acusado de haber hecho sucumbir a todos los que se sometieron a su acción. Pero, como el médico es irresponsable, y tiene derecho a todas las osadías, del mismo modo que la legalidad de la fórmula pone a cubierto la imprudencia y la inoportunidad de la prescripción, no asiste a los sobrevivientes el derecho de vengar los muertos, sino con el arma del ridículo. "No se puede citar el médico señalado por el tribunal de Moliere, y allí muchas veces quien se ríe con más voluntad es el médico, que no deja de tener su razón. "El más ridículo en ese punto, no es él, sino los otros. "Porque, así decía La Bruyere, en cuanto los hombres pudieren morir y tuvieren amor a la vida, la medicina será ridiculizada, mas... será paga. "Ved señores, que podemos hacer, en nombre de la medicina y contra el magnetismo, recriminaciones elocuentes; mas no será difícil al magnetismo llevar la guerra al campo de sus enemigos; o antes, ved cuan ridículo se torna resolver por violencia, difamaciones, presiones y ultrajes, cualquier cuestión de ciencia. "Tal vez, quien sabe, no haya una sola, cuya perfecta solución sea posible a la franqueza de nuestra inteligencia; y, que de estas cosas, solo haya de verdad, el grito sublime del poeta preguntando a su genio dónde está la sabiduría! Delante, ahora, de tan lúcida y profunda defensa del jurisconsulto Ledrú, en la cual son evidentes sus dudas y su escepticismo respecto de la ciencia médica Oficial, tal vez se tornen menos intolerantes, o más indulgentes, los dentistas positivistas. También conviene traer aquí, lo que una vez dijo, en la propia Academia, el profesor Roger Cellard, que es, en verdad, un sabio libre de preconceptos: "Por qué razón no será cada cual libre de procurar la Verdad, y de entender la misma por los caminos más extraños?

191 "Vuestra ciencia oficial será tan positiva, tan invariablemente establecida, que se pueda afirmar que en algunos años ella se os figurará tan falsa, cual verdadera os parece hoy? Yo soy de los que piensan que la libertad ilimitada de las opiniones, una vez que se ataque a las opiniones y que se nos traduzca en actos nocivos o reprensivos, es siempre un beneficio mucho mayor que el mal que acarrea el abuso. "Por lo tanto, si una policía médica cualquiera pretendiese guerrear a la homeopatía, al magnetismo llamando las cosas por su debido nombre, mismo que fuese en busca de la piedra filosofal, yo sería el primero en tomar su defensa; protestaría alta y públicamente, contra cualquier tentativa de esta naturaleza." La opinión del señor Roger Collard, es hoy aceptada por muchos espíritus elevados. No hace mucho tiempo que, en un banquete de la Sociedad Francesa de Higiene, en el cual estuve presente, vi, al gran cirujano Peau; al célebre profesor Peter; al doctor Chevaudir, diputado por la Dreme y redactor de la nueva ley sobre la medicina; al doctor de Pietra Santa; al honrado secretario general de esta sociedad. Pronunciaron ellos discursos notables de un eclecticismo liberal en su fondo, un aplauso de todo el auditorio compuesto de la élite de la ciencia y del periodismo, todos, levantando sus copas para saludar a todas las libertades científicas. Recientemente, todos los magnetizadores de Francia estuvieron vejados con las consecuencias que les podían advenir del nuevo proyecto de la ley sobre el ejercicio de la medicina. Así, dirigieron una petición a la Cámara de Diputados. Entonces, el doctor Chevandier, inmediatamente los calmó con una carta clara y categórica, dirigida al Conde de Constantine, que fue presidente del Congreso Internacional del Magnetismo Curador de 1889.

192 La carta: SEÑOR PRESIDENTE. "La comisión encargada del estudio del proyecto de ley sobre el ejercicio de la medicina tuvo que examinar las numerosas peticiones juntas a la que fue hecha por el secretario del Congreso Internacional de Magnetismo curador, en 1889. "Fue reconocido por unanimidad de los miembros presentes, que la ley sobre el ejercicio de la medicina no comprendía a los masajistas ni a los magnetizadores, en cuanto tienda solamente a aplicar sus prácticas o sus procesos a los tratamientos de las molestias. "Que caerían sobre la acción de la ley en el día que, debajo de la apariencia de masajes, magnetismos, hipnotismos, ejerciesen medicina y prescribiesen medicamentos. "En estas condiciones, la comisión, acreditando haber respondido las peticiones que le llegaran a sus manos prescinde de escuchar a sus autores. "Lo que acabo de referir está consignado en mi relación. "Aceptad, Sr, Presidente, los protestos de la más elevada cordialidad. Firmado -Dr. Chevandier. ―Relator". De hecho sería lamentable, como dice un gran cientista, qua a pretexto de un punto de vista legalista muy discutible, fuese prohibido un sistema de cura, o por lo menos restringida su práctica, cuando una gran parte de la humanidad viene recibiendo de ello los mejores beneficios. Más que lamentable, sería absurdo. Lo justo, es que todos los hombres de buena voluntad propaguen y empleen tal sistema, en beneficio

193 general de la humanidad. Pueden gritar, trompetear, berrear que es charlatanismo, que eso no disminuirá el valor científico, ni el sentimiento humanitario, ni la verdad cristiana de la obra. Cada vez más, la ciencia está exigiendo libertad para proseguir. Libertad que constituye responsabilidad científica para cada uno. Claro es, por lo tanto, que la responsabilidad científica solo puede existir para el médico, cuando él no cuenta más con la protección del ministerio público, esto es, con la exclusividad para curar. Dice uno de los más distinguidos médicos de Paris en su libro "De L'Empirisme et du Progres Scientifique en Medicine", lo siguiente: "La responsabilidad sólo existirá para los dolientes y para aquellos que lo rodean, cuando fuesen instruidos; y sólo serán instruidos cuando fuesen los propios médicos, esto es, cuando las Facultades enseñasen la ciencia y no el empirismo. Hay mucha razón en este concepto. Realmente no sabemos en qué se fundamentan los reglamentos y las leyes el libre ejercicio de curas, que es más bien un don particular que un arte aprendido con esfuerzo, a más de ser una fuente permanente donde siempre se espera obtener el claro líquido de la salud, de la felicidad, y de la paz interior. Numerosas veces, desde que nos dedicamos a las curas psíquicas por el magnetismo, hemos sentido una dulce alegría restableciendo dolientes considerados, por otros, irremisiblemente perdidos, después de haber agotado todos los recursos de la medicina oficial. Qué suave satisfacción íntima experimentamos. Desearíamos citar todos los casos minuciosamente, pero nos es enteramente imposible, por varios motivos. Primero, que el tiempo no nos bastaría; segundo, que sería preciso muchos volúmenes para contenerlas. Sin embargo, trataré en el próximo volumen, algunos de los más importantes, juntando

194 documentos claros y positivos, que harán palidecer a quienes, inconscientemente, andan por ahí, perjudicando nuestra tarea y, al mismo tiempo, privando a la humanidad de los divinos y supremos beneficios. MAGNETISMO Bien pocos, o solamente los ignorantes, dan crédito a las vagas pretensiones de que el magnetismo y el hipnotismo son ciencias modernas descubiertas por Mesmer, J. Braid, cuando éstos apenas animaron el nervio de estas ciencias, amortiguado por las persecuciones fanáticas y absolutistas del clero. Ya Paracelso, mucho antes que Mesmer, tenía conocimiento sobre la medicina magnética, relacionándola con la astrología. Además, él conocía perfectamente los medios de ejercer la sugestión, y los de realizar la transmisión a distancia. Consideraba al Magnetismo la Vida Universal. Para él, el hombre tiene el privilegio de percibir y transmitir todo lo que hay en el universo. Débese a él la palabra "magnetismo", desde que notó que la fuerza emitida por el hombre, es idéntica la atracción que el imán (magneto) ejerce sobre el fierro. Fueron las teorías prácticas de Paracelso, el gran árbol a cuya sombra Mesmer se cobijó sobre sus 28 proporciones. Mesmer desconoció siempre los efectos morales é intelectuales del magnetismo. Sólo más tarde, el Marqués de Puysegur y el Conde Chastenet, ambos discípulos suyos, desenvolverían tales efectos, descubriendo, en 1783, los principales fenómenos de sonambulismo, el aislamiento del paciente, la transmisión de sensaciones y de pensamientos, las presentaciones y los presentimientos del sonámbulo, la lucidez y otras fases del sueño magnético. Fué justamente Puysegur, quien más acentuó los estudios magnéticos, creando un interés nuevo para la ciencia.

195 Yo creo que Puysegur era un espíritu evolucionado, adelantado. Fue, tal vez, en existencias anteriores, habitante de Egipto, ó de la India, viniendo a reencarnar en el occidente de Francia. Porque sólo en Egipto y en la India era la ciencia conocida, haciendo parte de la Magia, y siendo practicada por los sacerdotes, en los templos. En la Edad Media, también no era Paracelso el único conocedor del magnetismo. Otros médicos como Kircher, Maxwell, Clecenus, Van Helmont, Roberto Fludd, también lo conocían perfectamente. Entre tanto, sólo ocultamente lo practicaban, porque el clero y la medicina oficial mantenían el círculo de hierro y las persecuciones más terribles. Conviene aún recordar que los discípulos de Swerdenborg, hacían uso del magnetismo, siendo sin embargo, el magnetismo espiritualista. Data del segundo siglo de la era cristiana, y mucho antes de Paracelso, el libro "De acutis morbis", en el cual Aurelianus esclarecía lo que es el magnetismo, describiendo además sus tan benéficos efectos curativos. Mas, sobre todo en Egipto y en la India, era el magnetismo practicado hace mucho tiempo, con una perfección y un resultado extraordinario. Así, se ve que el magnetismo no es una novedad, sino una ciencia antigua, siendo practicada siempre con los mejores resultados. Corriendo la vista pacientemente por los jeroglíficos del Egipto, y por las lenguas misteriosas de la India, encontramos le evidencia denunciada de curas realizadas por los sacerdotes, tanto por medio del magnetismo, como de la sugestión verbal. Fue haciendo uso del magnetismo, con las insuflaciones, pases y masajes, que Elías resucitó al hijo de Sunnamita. Por ese medio además, Saúl consultó a la Pitonisa o sonámbula de

196 Ender, llevándolo a un profundo estado de sonambulismo para escrutarles las previsiones. Reanimador de la ciencia magnética y de su poder curativo, Mesmer, aún hoy, entretanto, es admirado, sobre todo porque obró audazmente en una época en que la ignorancia, el fanatismo, y el absolutismo, andaban parejos con las más torpes persecuciones. Dejó otros grandes seguidores de sus doctrinas, además de Puysegur y Chastenet, Narater y los Drs. Gilber, Durand de Gres, Fardy de Montrarel, Desdel y Durval d'Espremesnil, que hicieron renombre que vive aún en nuestros días. Felizmente hoy, ya hay en todos los grandes centros, sociedades e institutos de investigaciones psicológicas y de curas, a los cuales debe la humanidad inmensos beneficios. Las varias manifestaciones del movimiento universal, pueden ser científicamente apreciadas por los fenómenos eléctricos y magnéticos, pues los aparatos eléctricos revelan positivamente las relaciones favorables o contrarias de ciertas substancias. Basta ver, que la unión del cobre con el zinc, y la acción de todos los metales en la pila galvánica, son revelaciones constantes, permanentes y perpetuas. Hay una doble ley de atracción y de irradiación a que está sometido, tanto el cuerpo humano, como la propia Tierra. Además, el cuerpo humano, hallándose imantado con un magnetismo andrógino, rehace la inteligencia y la sensibilidad, que son las dos potencias del alma. Puede decirse con seguridad, que todo el arte del magnetizador esta integralmente en conocer y utilizar esta ley. Los efectos del magnetismo solo fueron, entretanto, reconocidos y aceptados como reales y positivos, en todo el mundo, después de las exposiciones hechas por los Drs. Dupeny, Grasset, Durand, y de la comisión de los sabios Lavoisier, Franklin, Bailez, de Jussien, y otros.

197 Queremos recordar una frase que, a propósito del magnetismo, profirió un gran médico profesor de la Sorbonne y miembro de la Academia Francesa: "El magnetismo es una de las fuerzas más admirables de la Naturaleza, capaz no solamente de curar, sino también de producir facultades nuevas; es el resumen quintaesencia de todas las potencias terapéuticas de la Naturaleza." No encuentro la razón porqué las Facultades de Medicina y los mismos médicos se desinteresan tan sistemáticamente de los estudios de la psicoterapia y del poder del magnetismo, de la sugestión mental y de la fuerza de la voluntad. Al contrario, si procurasen indagar, y estudiar sin "parti-pris" tales asuntos, ciertamente darían un gran paso en el arte de curar y, al mismo tiempo, para muchos, aliviarían a la humanidad de sus sufrimientos. Mas, porqué será esto? Sin duda, el arte de curar sin medicamentos perjudica fuertemente los intereses de la industria y del comercio de las drogas, llevando a la bancarrota y a la ruina a los farmaceutas. Mas no es todo. Es además una vanidad de hojear Libros, los cuales, casi todos quedan en lo mismo; más un título académico, para facilitar las posiciones victoriosas en la vida que constituye una vanidad para la mayoría. Así, ellos no pueden aceptar el arte del magnetizador, cuya sabiduría está en la misma naturaleza de cada ser. Porque el magnetismo no es la ciencia del palabrerío, y sí una ciencia de hechos auténticos y reales; una ciencia fácil y simple que dispensa todo el ridículo artificio que envuelve a la medicina oficial. No es tarde aún para acabar con esto. Pruébase que antes, Los médicos siempre desviaban sus habilidades para complicar las dolencias, y aumentar los sufrimientos y las torturas de la humanidad, y, finalmente, eliminar la vida. Esto está probado por la experiencia. Asi ellos persiguen a los magnetizadores, porque éstos, muy al contrario de aquellos, comprenden la verdad del arte de curar, sin artificios, sabiendo suprimir los

198 sufrimientos y las torturas, dando fuerza al organismo y prolongando la línea de la vida. Ciertamente, esta es la razón por la cual ellos no se dedican a los referidos estudios de importancia tan alta, y que al mismo tiempo, es el estudio de las Leyes de la Naturaleza. Bien profunda verdad es el aforismo de Hipócrates: "Natura Medicatrix quoe ducere opertet, que maxime Vergent es ducenda per loca convenientia". Efectivamente, la Naturaleza es la que cura necesitando apenas de alguien que la anime y la dirija hábilmente. A este respecto, tal vez sea conveniente traer aquí la palabra de un grande apóstol del mesmerismo. "Ser el ministro de la Naturaleza que es nuestra primera soberana; procurar conocer las leyes que rigen el organismo y emplear sus mejores esfuerzos para colocarlo lo más de prisa posible sobre el imperio de esa Ley; nunca substituir la acción práctica de la Naturaleza. Tal es el secreto de la verdadera ciencia médica, de la ciencia que cura; fuera de esto, sólo hay un imperio tacaño, ciego, y nefasto. "Ahora, a pesar de la afirmación muy explícita de Hypocrates, el padre de la medicina, que entretanto debería servir de punto de partida, para la patología, para la materia médica y terapéutica, en vez de estudiar las leyes dinámicas que rigen el organismo vivo, y de procurar las aplicaciones prácticas que pueden hacer de esas leyes, se entregan a las hipótesis más fantásticas y contradictorias, y así viene fluctuándose, hace veintitrés siglos, entre el prejuicio y el nihilismo. "Todos deploran ese estado de cosas; las propias notabilidades médicas, compenetradas de la insuficiencia de la ciencia, no dejan de asignarla las razones, mas ninguno osa romper francamente con los prejuicios rutinarios de la escuela: temen, asi nos parece, tocar con la mano el arca sacro-santa; y

199 entretanto, más de una mano autorizada, apunta desde mucho tiempo el camino a seguir. Dice el célebre profesor Troustesau en la introducción de su "Clínica Médica": "La primera cosa que el médico debe experimentar, es saber cuál es la afección natural de la molestia; pero la mayoría de los médicos, influidos por la educación teórica que recibieron, impacientes en exceso, quieren siempre adelantarse a la evolución de la Naturaleza, ganándole la delantera a los fenómenos naturales. "Es triste decirlo; por lo mismo que el médico no observa con el máximo cuidado los fenómenos naturales, no aprende a conocer en tiempo oportuno la marcha y la afección de la molestia, y se torna incapaz de conocer la acción de los medicamentos que receta, y todas las experiencias que de ahí en adelante realiza, carecen de base. Porque, la primera acción, la más importante, es saber de qué manera se ha comportado la molestia independientemente de la acción de los medicamentos. "Presumimos mucho de nosotros mismos, y desconfiamos demasiado de aquellos que metafóricamente llaman a la Naturaleza; no ignoramos totalmente que dado el empurrao (discúlpenme esta expresión trivial) las cosas recuperan su modalidad normal, y que nada debe ser más respetado por los médicos que lo del retorno a la actividad de las funciones naturales, que desde entonces, hará en beneficio de la humanidad, mucho más que todos los agentes de la materia médica" (Clínica Médica, Introducción). En la misma introducción, el sabio acrecienta: "Hace mucho tiempo que estoy inclinado a creer en la impotencia de la medicina para el tratamiento de la neumonía aguda. Hace tiempo que estoy tentado a dejar a la Naturaleza el cuidado de conducir a buen término esta molestia, contra la cual estamos todos dispuestos a obrar con mucho vigor; mas hasta hoy no he osado hacerlo. Los antimoniales, los

200 vomitivos, y los digitalis, son mis armas predilectas; faltaría a todos mis deberes si, convencido como estoy (tal vez sin razón), de la extrema utilidad de estos medios, los pusiera al margen para ver de qué modo la Naturaleza ultimaría la molestia" (Trousseau, pág. 22). Aún aquí, el célebre profesor se revela sin perífrasis: "El médico, por preconcepto, no juzga que debe abstenerse; y en lugar de estudiar la marcha natural de la molestia, instituye un tratamiento enérgico que necesariamente perturba la evolución normal de la molestia y, cuando tiene el mismo, un éxito relativamente favorable, ignora el éxito que habría tenido abandonando la molestia a sí misma. "Es aún mil veces peor cuando el tratamiento no da resultado, porque después de este revés, la perplejidad de los médicos aumenta con la ignorancia sobre el alcance de la acción medicamentosa. "En cualquier eventualidad, pues, queda el médico en lo vago, y no puede pronunciarse acerca de la oportunidad, ni sobre el valor real de los medios curativos que emplea." No hay uno solo, que siendo práctico, honesto y consciente, no sufra con esta cruel perplejidad. El honrado profesor Trousseau, confesando sus ansiedades, procura tirar las culpas para el propio doliente: "Es bien triste, más se cumple con decir bien alto, que los dolientes quieren ser engañados; si lo quieren! "Encaran con malos ojos a quienes curan sin medicamentos. Impacientes por restablecerse, quieren nuestra intervención a todo trance! Al médico corresponde resistir y engañar a esa legítima impaciencia, recetando medicamentos sin valor, que no agraven el estado patológico!" (Conferencia de la Asociación Politécnica, pág. 41). Tenemos aquí exactamente una confesión nítida y manifiesta del principio NATURA MEDICATRIZ, a que nos referimos más adelante.

201 Preciso es estudiar el carácter natural de las dolencias, procurando los medios más eficaces y seguros de producir la reacción vital. Von Helmont, quien fuera notable médico, expresaba: "La medicina no camina, mas gira en torno de su éxito. Realmente es así; la medicina oficial no da un paso para transportar su círculo primitivo, permaneciendo en el mismo lugar, sobre la misma duda, extraviada en el mismo escepticismo. Un distinguido médico alemán, que era al mismo tiempo un delicioso satírico, cierta vez tuvo esta frase tan aguda y expresiva: "Cuando quiero divertirme, voy a las farmacias a leer las prescripciones, lo que me alegra más que las comedias y los repertorios de anécdotas. Otro gran científico, H. Girard, expresase de esta manera: "La ciencia peca por deficiencia de nociones exactas sobre su objeto; por el uso de métodos defectuosos; por la mirada engañadora de la hipótesis que hace perder de vista las manifestaciones de la Naturaleza". Científicos notables como los Srs. Bonchut y Chaufard, están de acuerdo que los medicamentos resultan un mal extrordinario. Para ejemplo, citaremos los efectos tan desastrosos de la Antipirina y del Bromuro de potasio, medicamentos que muchos médicos aplican igualmente a todas las dolencias. Muy en moda está hoy, también, el Yodo, siendo aplicado interna y externamente, sobre todo en forma de ioderetos o de tinturas, produciendo frecuentemente náuseas, vómitos, temblores de los miembros, postración general, sudores fríos, además de otras complicaciones que los médicos después consideran incurables. Otro medicamento que está actualmente muy en boga, siendo aplicado con pésimos resultados para combatir la sífilis, es el mercurio, que antes era aplicado como

202 insecticida. No es, como se sabe, ninguno de los similares, sucediendo lo mismo con platina, chumbo, cobre, arsénico, estaño, antimonio, fierro, etc. También acontece con la quinina, que los esculapios consideran como el mejor remedio contra la fiebre, y que, entretanto, no cura, pues no es más que un paliativo, volviendo más tarde la fiebre con más vigor, siendo considerada en estado intermitente, cuando realmente no es más que un producto de la propia quinina. La tisis, la hidropesía, la sordera, la perturbación de las vías digestivas y de las ideas, son muchas veces producida por el consumo excesivo de quinina. Igualmente sucede con el opio, la morfina, la narcina, la cocaína, la narcotina, la papaverina y otros, que son tóxicos o anestésicos violentos, siendo unos más peligrosos que otros. No puedo dejar de demostrar también, los pésimos efectos de los anestésicos y antitérmicos, que los recetadores dicen que suprimen el dolor, lo que de hecho, no niego; mas, también producen después otras dolencias complicadísimas que los propios médicos consideran incurables. Entre estos anestésicos y antitérmicos, cito la antipirina, el cloroformo, el éter, el doral, el sulfenal, la cocaína, la morfina y sus semejantes, que son terribles enemigos del sistema nervioso, pues interrumpen las pulsaciones del corazón, producen náuseas y vértigos, y sudores profusos, dilatan los vasos cutáneos y cianosan la sangre, produciendo además otras perturbaciones en el organismo humano, de más o menos horribles efectos. Lo mismo se puede decir de los más recomendados tónicos "fortificantes", especialmente los que contienen fierro, lo que ya fue prejuzgado por el Dr. Gracomini, considerando que, en vez de fortificar el organismo lo debilita. No menos perniciosos que todas estas drogas, son los tales purgantes catárticos, laxativos, píldoras, jarabes, aguas, y

203 otros tantos más, que hoy día están tan de moda, y que no solamente son recetados por los médicos, sino también aplicado por los particulares. Peligrosísima es la aplicación de los purgativos en todas sus formas. Los médicos y quienes no conocen los efectos de tales purgantes, juzgan que un purgativo limpia los intestinos por medio de frecuentes evacuaciones, y que regula las funciones intestinales. Están en un grave error, puesto que el purgativo, en sí, no tiene el poder que se le atribuye de diluir por su acción mecánica, ni por su acción química, las materias fecales. Justamente lo que sucede es que los medicamentos purgativos, conteniendo en si elementos repugnantes, accionan terriblemente sobre el estómago y los intestinos. A propósito del desastroso efecto de los purgantes, citaremos aquí las palabras juiciosas y ponderadas del dentista anglosajón: "No hay costumbre tan perniciosa y contraria a la digestión gástrica como el uso de las drogas purgativas, y a pesar de ello, no hay nada más común. "Los purgantes irritan el estómago y los intestinos, y provocan una precipitación de materias, contraria al regular y buen funcionamiento de la Naturaleza. "La costumbre de los purgativos crea hábitos al organismo. Después de cierto tiempo, ya los intestinos, son rebeldes a funcionar regularmente y no ceden a no ser al recurso no natural de las píldoras, jarabes, y aguas compuestas, de efectos tan desastrosos. "Amén de eso, la acción purgativa tiende a obligar a la Naturaleza a secretar y excretar una excesiva cantidad de fluidos, a fin de liberarse de la droga. Esta dispersión fluídica agota al sistema, como evidentemente se puede probar por la flaqueza extrema que siente el paciente después de purgado.

204 Esta flaqueza, no proviene de la liberación de carga excrementicia, sino que es causada por la dispersión irreparable de los fluidos vitales del sistema. "Entre tanto, más adelante, en mis explicaciones sobre las curas, explicaré cómo sustituí estos medicamentos por mi sistema de curar sin medicamento alguno. "Si yo tuviera la certeza de que los ilustres esculapios se interesan en aminorar los sufrimientos de sus semejantes, y que no se disgustase conmigo, yo les aconsejaría, como ya hizo un sincero dentista, devolver la unidad de plano que caracteriza la sublime organización del Universo, Es preciso investigar la gran ley productora de todos los fenómenos naturales, y que regulan las funciones de la vida. "Es necesario que la ciencia, rompiendo las tradiciones y lo ponderable que la mantienen presa, reconozca al final la omnipotencia de las fuerzas y de lo imponderable". De este modo, es claro que la medicina no puede conseguir liberarse de su tan trabajoso artificialismo mientras no adopte una fisiología sintética, afirmada en una ley de física general, y poniéndose decididamente de lado de la terapéutica basada en el plano de un dinamismo vital. Citaré una frase de Mesmer sobre cura, admirable síntesis que podrá abrir nuevos horizontes a la humana dad: "Sólo hay una vida, una salud, una molestia, y un remedio". Las dolencias físicas se deben sobre todo a los excesos de alimentación, pues generalmente, el hombre, come tres veces más de lo que precisa comer. Come y bebe, no porque tenga hambre y sed, sino simplemente porque tiene apetito. Insistimos en afirmar que, en la mayoría de los casos, la medicina oficial es impotente, enteramente impotente, como se verifica en el cáncer, en la sífilis, etc. Varios médicos saben perfectamente, que aunque se ampute al miembro atacado por el cáncer, con toda precaución del caso, él continúa su desenvolvimiento en otros puntos del organismo.

205 Mas, infelizmente, ignora el motivo que impide el perfecto exterminio de la enfermedad, lo cual sucede igualmente con la sífilis. Sobre la duda de la medicina oficial, conviene anotar aquí la opinión del Dr. Franz Hartman: "La medicina popular se ocupa únicamente de los efectos externos y de las causas físicas; la ciencia oculta va más lejos y procura las causas fundamentales, los efectos finales, que son muchísimos más importantes que las manifestaciones que tienen lugar en la forma física. "Por ejemplo, un trato sexual ilícito, no causa de por sí enfermedades venéreas; sin embargo, como durante el acto, hasta cierto punto se realiza esa unión de las naturalezas internas, el hombre que cohabita con una mujer depravada toma alguna característica de ella, y se une hasta cierto grado a su futuro”. "Liga el destino de esa mujer al suyo. La base de la existencia de los seres humanos, es aquello que, por falta de expresión más adecuada, fue llamado Voluntad (Espíritu o Vida), y así como un cuerpo puede dar colorido a otro, o envenenarlo, de igual modo se efectúa una coloración y hasta un envenenamiento, por la mezcla de los espíritus durante el trato sexual, siendo esta "substancia espiritual", la esencia de cada ser humano". III HELIOTERAPÍA Y MAGNETOLOGIA PRANICO-TERAPEUTICA También hago uso de la helioterapia, con excelente resultado, en diversos casos de enfermedades. De acuerdo con las investigaciones científicas, los

206 cáusticos de los rayos solares son superiores a todos los otros. En casos de sífilis, tumores, úlceras, manchas en la piel, receto el baño de rayos solares, que o den directamente sobre la piel, una media hora diariamente, antes de las 10 de la mañana. En muchos casos de locura, dio muy buen resultado el empleo de los colores, en combinación con los rayos solares, o por medio de luces y adornos de la habitaron del paciente. Así, para curar las más violentas y furiosas manías, utilicé el azul, que es uno de los mejores remedios para ese caso, forrando totalmente de azul las paredes del cuarto del enfermo, y utilizando la luz nocturna también de este color. Para la locura melancólica, o hipocondriaca, apliqué el color rojo. Procuré siempre que los cuartos o salas de los enfermos fuesen dispuestos para el oriente, es decir, para el lado de la "salida del sol". Con este sistema los resultados son rápidos y positivos. También receté el agua con fluidos solares; esto es, el agua expuesta a los rayos del sol, en recipientes de diversos colores, durante dos horas antes del mediodía. El agua del recipiente rojo se destina para tonificar y estimular; el del recipiente azul, para calmar los nervios; el del recipiente color púrpura, para el hígado y la sangre; y el del recipiente amarillo, para combatir desórdenes intestinales. MAGNOSTOLOGIA PRANICO-TERAPEUITICA Magnetismo animal o personal, es el nombre con que científicamente se trata la influencia de una persona sobre otra, por la acción de la voluntad, y por el empleo de varios procesos naturales. Ya la experiencia demostró claramente que la causa productora de esa influencia, lejos de ser una

207 substancia visible y palpable, es un agente imponderable; una fuerza vital orgánica, recibiendo nombres diversos, entre los cuales preferimos el de magneto pranico. Es un fluido que existe en estado latente en todas las personas, y por eso mismo, todos lo pueden emitir, siendo una cuestión siempre el de saber cómo hacerlo. Exactamente eso es lo que estamos haciendo: enseñar el medio de emitir y transmitir tal fluido. Es sabido que la facultad magnético-pranica de los antiguos, era tomada como un privilegio exclusivo de poquísimas personas. Esa creencia, hoy totalmente desechada, resultaba de los procesos magnéticos, haciendo parte de las Ciencias ocultas y siendo secreto de pocos. En los días actuales está demostrado, de un modo positivo y claro, que el magnetismo pranico se puede aprender naturalmente como se aprende la física o la química; apenas es preciso voluntad, energía, y cultura, indispensables para hacerlo sin inconveniente. Es cierto que hay personas que poseen más abundante reserva de fluido magnético-pranico, disponiendo de un extraordinario poder emisivo; esos son justamente los mayores magnetizadores. Así fueron Lafontaine, el Marqués de Puysegur, Deleuze, Du Potet, el Abate Paria, y otros. Aparte de estos, existen los medianos menores magnetizadores, que no dejan de merecer algunas consideraciones. Nótese primeramente, que en cuanto a los efectos, éstos son idénticamente los mismos, cualquiera que sea la fuerza del magnetizador. Una vez que el magnetizador transmita a los órganos del paciente una cantidad mayor o menor de fluido magnético, determina en él una serie de fenómenos interesantísimos, a los cuales se les da el nombre de fenómenos magnéticos. Poseyendo propiedades esencialmente vitalizantes y curativas, el fluido magnético puede ser aplicado, con ventaja extraordinaria, en el tratamiento de gran

208 número de enfermedades. Lo más curioso y singular, es que el magnetismo pranico cura rápidamente aquellas enfermedades en las cuales la medicina se reconoce impotente. Bien sabemos que hay quien, juzgándose sabio, y sin darse el trabajo de estudiar los fenómenos magnéticos, tiene puesta en duda la influencia benéfica del fluido magnético, y asi mismo, la posibilidad de una transmisión nerviosa de persona a persona. Pero los hechos son hechos, y sólo pueden tener dudas y no ver, aquellos que intencionalmente cierran sus ojos a la luz. Como todas las ciencias físicas, el magnetismo se apoya en hechos y en experiencias concluyentes; intentar convencer a quien no desea ser convencido, es locura. Otros más prudentes, no se han sentido con fuerza para negar los fenómenos magnéticos, aceptándolos solamente con el nombre de hipnotismo. Aceptaríamos gustosamente la substitución de nombre, si una y otra cosa fuesen equivalentes; si el magnetismo y el hipnotismo no divergiesen entre sí. Confundir éstos como muchos pretenden, alegando que los efectos son los mismos, es supremo error que conviene corregir, pues, por el hecho de que los efectos sean análogos, no se puede llegar a la conclusión de que la causa productora sea la misma. Si así pensáramos, tendríamos que afirmar, absurdamente, que el fuego y el ácido sulfúrico son congéneres o son la misma cosa, porque tanto uno como otro, en contacto con la epidermis, se alteran o deforman en mayores o menores proporciones, conforme la cantidad. A pesar de haber analogía entre el magnetismo y el hipnotismo, aquél diverge de éste en el modo de practicarse y producir efectos en el estado psico-fisiológico del paciente; en la proporción de los fenómenos, y -en las consecuencias resultantes de los procesos emplea dos en uno y en otro.

209 El propio propagador del hipnotismo, James Braid, reconoció la gran diferencia entre éste y el magnetismo cuando declaro que, por todas sus experiencias, llegó a convencerse que el hipnotismo y el mesmerismo, esto es, el magnetismo, eran dos agentes bien distintos. El hipnotismo es suministrado a sus seguidores por maniobras todas artificiales, tendientes a producir el desequilibrio, parálisis, y así mismo, la destrucción de los centros nerviosos. Este desequilibrio es producido por muchos procesos y, finalmente, consiste principalmente en hacer fijar al paciente la vista por algún tiempo en un punto, de preferencia brillante, a cierta distancia, y en posición superior al nivel de sus ojos. De ahí se concluye, que el resultado será la consecuente extenuación del órgano visual, e inevitablemente la perturbación del cerebro produce en el paciente el sueño hipnótico y nervioso; es la puerta abierta para la letargía, la catalepsia y sonambulismo simples, rarísimas veces lúcidos. Hay fascinadores que hacen dormir al paciente por la simple fijación de la vista ; tenemos otros que, como el Abate Paria, haciendo sentar al paciente, le grita de repente al oído con voz fuerte : "¡Duerme!" Es verdad que la mirada y la voz son vehículos poderosos del fluido magnético; pero, tales procedimientos no deben ser adoptados, por cuanto, actuando sobre el cerebro, producirán el mismo desequilibrio ocasionado por el proceso de Braid. Comparemos, en tanto, estás maniobras con los procedimientos usuales del magnetismo, y veremos cómo, empleando los pases, los magnetizadores actúan sobre todo el cuerpo y concentran especialmente sus esfuerzos en el sistema nervioso ganglionar, procurando equilibrar la corriente nerviosa, en el instante de adquirir la expresión exacta de la función anatómica del ser; al paso que los hipnotizadores, destruyen por el cansancio el yo consciente, y

210 no se elevan éstos como aquéllos, a su más alto estado sintético. El magnetizador, con los pases e imposiciones practicadas, regulariza y gradúa el sueño del paciente, que atendiendo la inminencia, lo distingue del paciente hipnotizado. El paciente magnetizado, no estando aislado ni concentrado, siente, oye, obedece, a todos, pudiendo ser despertado por cualquier persona; el hipnotizado, hallándose entre la letargia y la catalepsia, tiene totalmente cerradas las vías que conducen al cerebro, de modo que se torna inapto para recibir sugestiones mentales, quedando sometido solamente a las órdenes del hipnotizador. En el hipnotismo no hay la relación que es propiamente exclusiva del proceso magnético, no pudiendo por esto el paciente ser regularizado y perfeccionado dentro de sus límites, como el paciente magnetizado y es por este mismo motivo que la mayor parte de los terapeutas de buen sentido condenan la práctica del hipnotismo. Por medio de las imposiciones y de los pases, acciona el magnetizador en el cerebro y el epigastrio del paciente, manteniendo el equilibrio de estos dos centros de la vida nerviosa, y aun por medio de pases longitudinales e imposiciones, carga al paciente de fluidos; por los transversales y por el soplo liberador del frió, y, finalmente, por los pases de grandes corrientes, se regulariza la distribución del fluido magnético. Este proceso magnético produce un bienestar admirable, sintiendo, al despertar, calma y satisfacción inefables, por más largo que sea el tiempo que estuviese adormecido. El proceso hipnótico, además de ser artificial y tiránico, fatiga e indispone el organismo, y le produce problemas y complicaciones nerviosas de toda especie.

211 Conviene esclarecer aun, que todo el buen resultado deseable, depende imprescindiblemente de la elección del paciente y, al mismo tiempo, de la manera de obrar y del temperamento del magnetizador. En tiempos muy remotos ya se aceptaba la existencia de las Ciencias Ocultas, y está hoy probado, por estudios y por innumerables experiencias, que del cuerpo humano se irradia una aureola o substancia etérea, levemente luminosa, visible principalmente para los individuos sensibles y sonámbulos lúcidos. Varias veces esa aureola ha sido foto grafiada, mereciendo estudio de eminentes sabios como los doctores Yedko y Baraduc. Tiene una luminosidad colorida, apareciendo azul por el lado derecho y anaranjado o rojo por el lado izquierdo, sobre todo siendo más vivo y brillante el color azulado en la mujer. Esa aureola, que es tal vez una de las modalidades del Éter, es conocida con varios nombres. Los alquimistas le daban el nombre de Azoth; los indos, de Aleaza; los ocultistas de Luz Astral; nosotros la denominamos con la expresión simple y popular de Vida Irradiante, toda vez que todo nos lleva a acreditar que ella es semejante al elemento creador de la vida individual. Es el "fluido" de Mesmer; el Od de Reichembach; el "peri espíritu" de los espiritistas; las "fuerzas psíquicas" de William Crookes; el "Cuerpo psíquico" del Dr. Dupong. Es conveniente explicar, que en una misma persona, la intensidad del colorido aumenta o disminuye según sea el estado de salud, y al mismo tiempo, las conmociones morales que experimenta. En mis pacientes estudios y experiencias, verifiqué satisfactoriamente que esa energía fluye con más fuerza, sobre todo por las puntas y extremidades, saliendo con más intensidad de la cabeza, de los ojos, y de las puntas de los dedos. Del mismo modo, pude notar que es más útil que la electricidad, siendo más poderosa que ella, pues es un agente excepcionalmente más sutil que lo físico, pues atraviesa todos

212 los cuerpos, no habiendo ninguno que lo consiga aislar; es más poderoso también, porque domina todas las fuerzas físicas del hombre, y subyuga todas las facultades mentales. Cuando el aura de una persona enérgica y equilibrada se pone en contacto con la de otra de carácter inferior o pasivo, la primera tiene una actuación real e imperiosa sobre la segunda, produciendo una serie de fenómenos que se llaman magnéticos. Siendo inteligentemente dirigido el fluido magnético, tiene el poder de curar casi todas, las enfermedades, pues ellas, sean cuales sean los síntomas, son siempre resultado de un desequilibrio de las funciones de los órganos, proveniente de la falta o perturbación del fluido vital. Consiguiendo el magnetizador inocular al enfermo cualquier cantidad de su fluido vital, tiene forzosamente que restablecer el equilibrio normal del individuo. La actuación del magnetismo como dominador constante sobre todo el organismo y sobre todas las facultades psíquicas, es un factor, y es solo por eso que él puede curar cualquier desarreglo mórbido. Ya decía el gran Charcot, que el magnetismo bien estudiado, sería la mayor alabanza del progreso médico. Y el Dr. Fernet, profesor de la policlínica en Francia, expresa también que, en el tratamiento de las neurosis, de la histeria, de las dolencias crónicas, del reumatismo, da la parálisis, y de todas las afecciones del sistema nervioso, la aplicación del magnetismo viene dando resultados muy superiores a los de cualquier otro medicamento. Basta, tal vez, la opinión de estos dos eminentes hombres de ciencia para saber que la aplicación del magnetismo en la cura de las dolencias, no es una ilusión, ni fantasía, ni charlatanismo, como quieren hacer creer, inútilmente, aquellos que nunca se tomaron el trabajo de estudiar o reflexionar seriamente sobre el asunto. En Europa, en América del Norte, y en América del Sur, el magnetismo va siendo hoy cada vez más aplicado, considerándose el agente

213 terapéutico más importante para la humanidad. Entre les más conceptuados médicos tanto del Viejo como del Nuevo Mundo, que aplican la terapéutica magnética, se pueden contar, los doctores Berillon, Azam, Dumontpallier, Brocca; Durand de Gros Danet, Encausse, Augusto Voisin, Milne, Bramwel, Albert. Mall, C. Weed, C. Simen, Herter y Droyton. Todos ellos consideran el magnetismo como el agente terapéutico más valioso de que hasta hoy se dispone, siendo siempre positivo el beneficio, sin riesgo de causar siempre que sea hecho con habilidad el menor perjuicio. Cuando se emplea como anestésico en las operaciones quirúrgicas, eS el más poderoso, el más satisfactorio, el único inofensivo. Se debe explicar su eficacia por la acción intensa de lo moral sobre lo físico del enfermo, y al mismo tiempo, por la acción irresistible del influjo magnético sobre las facultades mentales y morales del paciente. Se torna en verdad, tan maravilloso su poder en tales casos, que no solamente se domina por medio de la sugestión, el físico del enfermo, sino también todas sus facultades mentales. Como se puede comprender, es posible la cura no solamente de las dolencias que tienen su causa en el desequilibrio funcional de los órganos, sino también de todas aquellas que resultan de la imaginación del individuo. Así también, él se torna el agente más precioso y sobre todo poderoso, cuando se emplea juiciosamente en beneficio de la niñez, pues podemos por este medio ayudar a desenvolver su inteligencia, aumentar su memoria y hacer que logren la intuición de obediencia a los consejos maternos. Se puede de esta forma excluir de los corazones de los niños las tendencias viciosas o ingénitas o sugeridas por compañías ruines, y sobre todo, extirpar en ellos la rebeldía al estudio y al trabajo, así como también la tendencia al robo o al crimen, la estupidez del carácter, y la inclinación al juego o a la embriaguez. Todo esto nótese bien, se hará por medios suaves

214 y tiernos sin el empleo de violencias que pueden asustar a las criaturas. La vida no es más que el resultado del conflicto de dos fuerzas opuestas; fuerza centrífuga y fuerza centrípeta (dispersión y condensación, eliminación y reabsorción). Entre tanto, en qué se basa el equilibrio entre la eliminación y la reabsorción, esos dos órdenes de factores inversos tan indispensables en la expresión del fenómeno vital? Cuál es, en último análisis, el regulador de la vida? A esta altura interviene el tercer factor, completando la admirable triplicidad que constituye la unidad sintética del organismo humano; este tercer factor es el sistema nervioso. "En estas circunstancias, la más racional acción terapéutica, la única indicada fisiológicamente, sería evidentemente la que se dirigiese al sistema nervioso; porque, en el estado actual de nuestro conocimiento esta acción es imposible". Tal acción terapéutica que se cree irrealizable, nosotros la conocemos perfectamente, la tenemos en nuestras manos, a nuestra disposición, y nos servimos de ella cuantas veces quisiéramos. Estudiando perseverante y tenazmente su mecanismo, investigando su eficiencia, adquirimos su poder admirable. Hasta ahora, nunca se tuvo conocimiento, ni nunca se presintió su existencia; ese agente maravilloso, es tan viejo como el mundo. Es él una de esas extraordinarias fuerzas que están siempre a la disposición, tanto del más sabio, como del más ignorante; del más poderoso, como del más humilde. Este agente terapéutico universal, surge de la profundidad de lo infinito, o emerge de las propias fuentes de la vida, como el calor, la electricidad y la luz: es el magnetismo. FUNDAMENTOS

215 Mesmer, reanimador de la doctrina a la cual dio su nombre, aceptaba como principio una corriente universal que circula en un movimiento alternativo y eterno, teniendo la semejanza del flujo y reflujo del mar. Exactamente a este movimiento universal es al que él atribuye la formación de los cuerpos, así como también las influencias astrales y la influencia mutua que todos los cuerpos de la Naturaleza ejercen unos sobre otros. Es este su punto de partida: "Todo es simple, todo es uniforme, todo se mantiene: la Naturaleza produce los mayores efectos con la menor depresión posible, juntando unidad a la unidad; sólo hay una vida, una salud, una molestia, y por consiguiente, un remedio. "La fuerza néurica en su esencia y acción, presenta cierta analogía flagrante con el calor, la luz, la electricidad, y el magnetismo. Esta fuerza existe en el cuerpo del hombre, sólo en dos estados: 1.) en el estado estático; 2.) en el estado dinámico, comprendiendo una circulación interior a lo largo de las fibras nerviosas, y una irradiación o expansión interiormente. "Ella emana del cuerpo, especialmente por los ojos, por la extremidad de los dedos, y por la boca. Las propiedades intrínsecas de la fuerza néurica radiante, son propiedades de orden físico, análogas a las del calor, de la luz, y de la electricidad". Van Helmont, dice: "Las relaciones magnéticas que entre los cuerpos inorgánicos, minerales y vegetales, se ejercen de una manera uniforme, pero incompleta, son sensiblemente modificadas y perfeccionadas en el reino animal por el poder de evolución que es el apegamiento de los cuerpos organizados; la voluntad impera sobre los movimientos voluntarios.

216 "No hay quien desconozca las facultades magnéticas de ciertos animales como la cabra, el sapo, el ave de presa, el perro rastrero de caza, el gato, etc. "El hombre, por la superioridad de su poder de evolución, es más apto que el animal para regularizar, condensar, y proyectar sus radiaciones magnéticas". MAGNETOLOGIA Hay varios medios por los cuales puede ser adquirida y aumentada la fuerza magnética, siendo uno de los principales, el ejercicio de la respiración, o mejor, las respiraciones metódicas que tienen como resultado , mantener el funcionamiento natural o normal del corazón. Siendo el corazón el órgano regulador de la circulación sanguínea, si adquiere una reserva de vigor, aumentará la circulación y, por consiguiente, aumentará la producción de la fuerza nerviosa. Todos saben perfectamente que el magnetismo humano no es más que la propia fuerza nerviosa, siendo por esa razón que los procesos de respiración empleados, empleados con cuidado, pueden aumentar la energía magnética. El Dr. Geraud Bonne, dice: "Es necesario que el acceso de aire, trayendo el oxígeno indispensable, tenga lugar hasta en las últimas ramificaciones de los bronquios, y que el aire penetre hasta en los alveolos más apartados. "Este resultado será tanto más fácilmente alcanzarlo, cuanto la respiración, que constituye el primer tiempo de la respiración, fuera más amplia, más poderosa, más profunda; deberá tener una duración bastante larga, para que el aire aspirado tenga la posibilidad de penetrar en todas partes, y en cantidad suficiente. "Sea cual fuere su intensidad y su duración, las cavidades de los bronquios nunca se vacían completamente,

217 y retienen un residuo gaseoso absolutamente impropio para la transformación de la sangre venosa en sangre arterial. "Este residuo gaseoso será tanto menor cuanto más larga fuese la expiración; va a formar una mezcla con el aire atmosférico, introducido por la aspiración siguiente, y es esta mezcla la que se va a hallar en contacto con la sangre venosa para los cambios destinados a transformar esta sangre venosa en sangre arterial. "Es evidente que esta mezcla será tanto más activa, cuanto menor cantidad contuviese de gas nuevo, y en particular más oxígeno, lo que dependerá de la mayor cantidad de aire aspirado. "Ahora, el volumen que una aspiración ordinaria, natural y sin esfuerzos, introduce, es de medio litro de aire. Una aspiración profunda y prolongada, sustentada durante un cierto tiempo, favorece la purificación de la sangre, y contribuye a aumentar la vitalidad del organismo. "Será bueno también que el aire y la sangre venosa, puestos en contacto, tengan el tiempo necesario para operar sus cambios; por consiguiente, el movimiento de expiración deberá ser retardado el mayor tiempo posible. No se debe expirar el aire viciado sino cuando las necesidades de expulsión se tornen imperiosas y casi irresistibles. "Debiendo ser casi totalmente expelido este aire, es preciso que haya tiempo para que pueda salir, lo que exige que la expiración sea hecha completamente, hasta que haya abajamiento completo de los órganos pulmonares, y relajamiento total del tórax". Preciso es, ahora, saber cuáles son las ocasiones propicias para tales ejercicios; son aquellos recomendables antes del almuerzo o de la cena, cuando la digestión está terminada, teniéndose, tanto el estómago, como los intestinos, vacíos. Constituyen ellos simplemente, una adaptación de los ejercicios preliminares de la Yoga de los hindúes.

218 En la práctica persistente de los ejercicios respiratorios, combinados con los ejercicios del pensamiento, esto es, con la meditación, fue que los Yogas consiguieron desenvolver sus fuerzas magnéticas. También son excelentes abastecedores de fuerza magnética los rayos solares, pudiendo las personas que no se hallasen en condiciones de practicar la respiración profunda, obtener los mejores resultados con los baños de sol. No conviene olvidar que, en todos los tratamientos psíquicos o magnéticos, los resultados pueden ser los más satisfactorios, sin necesidad de adormecer al paciente. Entre tanto, el método del tratamiento por él magnetismo será siempre el mismo, ofreciendo el mismo, en casos especiales, pocas variaciones. Así terminé mi conferencia, procurando, con el esfuerzo de mis estudios, disipar lo más que rae fuera posible las nubes obscuras y erróneas que tienden a turbar el horizonte de la verdadera ciencia de la teosofía o de la ciencia divina. Como todavía tengo muchas cosas que relatar y como deseo reunir un gran número de casos prácticos, con explicaciones detalladas sobre mi manera de obrar, la segunda edición será publicada en breve; saldrá aumentada con nuevos capítulos, donde los interesados podrán encontrar más amplias luces sobre estos asuntos, que serán ilustrados con grabados adecuados. La exigüidad del tiempo me obligó a publicar esta edición así resumida. COMO A LA HIJA DE JAIRO Está de más decir que Itaparica es una pequeña población costanera del Estado de Bahía, constituida casi en su totalidad por viviendas viejas y pequeñas, destacándose entre ellas algunas de aspecto solemne, recordando aquellas casas

219 señoriales de las antiguas "fazendas", El pueblo es simple y rudo, como en general es el pueblo del interior brasileño. Pero, no está de más, lector, que os narremos cómo y porqué hemos ido a dar a aquella pequeña población de Itaparica. Una tarde como a eso de las tres, nos encontrábamos en la sede de la Unión Espirita Bahiana, cercado por una multitud considerable que, como siempre, acudía a mi encuentro, codeándose en la sala, en los corredores, en la vereda, y en la calle. Surgió de pronto, por entre la masa humana, abriéndose paso con el auxilio de la autoridad local, un hombre afligido, llevando en el rostro la impresión del cansancio, del dolor y de la desesperación atroz. Bañado en sudor, irrumpió en la sala en que nos encontrábamos, y después de indagar acerca de mi persona -porque no me conocía- se dirigió resueltamente hacia mí, presentándome una carta del señor José Petitinga, directorgerente de la Unión Industrial de Tejidos, y presidente de la Unión Espirita Bahiana. Era una recomendación en la cual me pedía que prestase especial atención a aquel infeliz, que mucho necesitaba de socorro. Aquel hombre era el señor Manuel crescendo dos Santos, Intendente del Municipio de Itaparica. Con lágrimas en los ojos, presa de la más grande aflicción, imploró me que fuese a salvar a su hija de las garras de la muerte, en que se debatía hacía largos días, en medio de una terrible agonía. Había sido desahuciada por los médicos que asistían a sus estertores y sus gemidos impotentes, delante del misterio, resignados a un caso sin solución. Y la joven, hundida al fin de todo, en un estado de catalepsia y de inanición, yacía como muerta, silenciosa, quieta, en su humilde lecho, desafiando el saber de los hombres. El precio de aquella vida era inestimable para aquel padre, que en sus años de vejez, cifraba sus esperanzas y su

220 consuelo, en la bienhechora compañía de su hija. Y más aún, para su amantísima madre, dispuesta a todos los sacrificios, hasta el de cambiar su vida por la de su hija. Porque debía vivir aun, pues era joven y porque le era cara, y porque la muerte para las madres no debía existir. Ante un pedido como aquel, insistente, apremiante, no podía en forma ninguna rehusarme. Habíamos determinado justamente descansar algunos días, debido a los trabajos incesantes que habíamos efectuado, día y noche, sin treguas, en favor de la multitud que no nos abandonaba un solo momento. En aquellas circunstancias sin embargo, ¡cosa extraordinaria! me sentí invadido súbitamente por una onda de nuevas energías, por redobladas fuerzas físicas y psíquicas, y en la que, como en un éxtasis, distinguí la sombra de mi Protector que me instaba a que fuese; que siguiese a aquel hombre que nos ofrecía la oportunidad de infligir una lección a los descreídos de aquellas fuerzas puras y naturales de que nos valemos continuamente en el desempeño de nuestro apostolado. En aquel estado distinguí claramente el gesto de mi Protector, señalándome el camino. -Emprende la obra y no desmayes, aunque las dificultades se agranden a tu lado. Te seguiré en tu camino y allá estaré junto a ti, amparándote en el momento oportuno, y haciendo que todo ocurra para bien tuyo y de los demás. No demores; sigue a ese hombre que te busca con tanta insistencia. Es una puerta más que abro delante de ti para que entres por ella y cumplas tu misión. Todo esto ocurrió en un momento de inspiración; en uno de esos instantes profundos de nuestra vida en que, sentimos la mano de nuestros Guías Invisibles descansar sobre nuestras cabezas.

221 No vacilé ya, y extendiendo la mano al hombre, le dije simplemente: -Vamos, buen hombre, Advertimos en su rostro como un relámpago de alegría. Tenía fe en nosotros; tenía la certidumbre de la eficacia de nuestra acción, y eso ya era mucho. Pretendió conseguir una embarcación especial que nos condujera, sin mayores demoras, al lugar en que vivía. Nos opusimos a ello, asegurándole que no era necesario tanto sacrificio. Seguiríamos por los caminos y por los medios comunes de transporte. Conviene tener presente que, hasta aquel momento, ignorábamos por completo el lugar de la residencia de aquel señor, hacia donde nos encaminábamos. Pero, ¿qué importaba eso? Cuando el deber nos llama; cuando el bien ajeno está en peligro, cuando principalmente recibimos una orden positiva y terminante de Aquel que guía nuestros pasos y nos señala el camino que hemos de seguir; cuando todas estas circunstancias nos enseñan lo que tenemos qué hacer, sólo nos resta obrar; obrar sin inquirir, sin indagar el lugar y el tiempo, que son cosas secundarias tratándose de intereses más elevados y más nobles? El vapor que hace la carrera de Bahía a Itaparica, acostumbraba a salir a las cuatro de la tarde. Tranquilamente partimos de casa en dirección al embarcadero. Íbamos meditando sobre todos aquellos acontecimientos, y nos sentíamos embargados de un bienestar y de una alegría interior que nos alentaba como nunca a seguir hacia una obra ardua y difícil, más difícil y más ardua, de lo que nos imaginábamos. Nos dispusimos interiormente para la ejecución de la empresa. Pasábamos revista de nuestras reservas de energías psíquicas; poníamos en orden nuestra voluntad, los fluidos pranicos; en fin, disponíamos todo, como hace un general antes de empren-

222 der una batalla, revisando sus tropas, animando a sus soldados, examinando las posiciones ocupadas, y trazando los planos. Caminábamos así, despreocupadamente, a través de las calles de Bahía, cuando al llegar a las proximidades al lugar del embarque, fuimos sorprendidos por un espectáculo extraño y misterioso. Una onda humana nos esperaba allí; una onda compacta, inmensa, en que se veían hombres, mujeres y niños, asaeteados por las enfermedades; a la espera del alivio, del consuelo, de la esperanza de cura, de la liberación de su cautiverio tremendo que les robaba la felicidad, la alegría, la dicha de vivir, arrojándolos al círculo dantesco A la tortura y de la agonía...... Nada más conmovedor que contemplar un cuadro como aquel que presenciábamos. Muchos querían embarcar a la fuerza, en la esperanza de ser atendidos durante el viaje. Fue necesario no poco esfuerzo y paciencia para contener aquella gente. Cómo sabrían aquellos pobres pacientes que Íbamos a embarcar en aquel vapor y a aquella hora? No habíamos dicho a nadie nada y sin embargo era en verdad asombroso lo que ocurría. Nunca pude explicarme este suceso, como asimismo muchos otros semejantes que se repitieron frecuentemente en el transcurso de mis viajes y excursiones. Embarcamos, al fin, y contábamos con descansar durante la travesía, que era de dos horas. Pensábamos que ese tiempo de reposo estaría muy bien empleado, pues la vibración marina y el silencio de las aguas plácidas nos retemperarían las fuerzas para los próximos acontecimientos. También aquí nuestros propósitos se malograron. Un gran número de personas lograron tomar pasaje, y embarcaron. Tuvimos pues, que atenderlos en su desesperado anhelo de alcanzar nuestro auxilio. Apenas el pequeño navío comenzó a surcar las aguas tranquilas del Atlántico, en una luminosa tarde y bajo un cielo

223 lleno de coloridos vivaces, el padre afligido, más repuesto ahora, invadido de nuevas esperanzas y reconocido por la manera como le atendiéramos abrió una caja, sacó de ella una paloma blanca, y asegurándole en el cuello un pedazo de papel plegado, la acaricio dulcemente un instante, y luego la soltó, dejándola hender el espacio entre la tierra y el mar. En el papel iban escritas estas palabras: "El hombre va". Era un aviso convenido de antemano con los de su casa, anunciando nuestra partida en busca de aquel hogar, en donde hacía tanto tiempo imperaba el dolor; y la muerte fatídicamente se cernía. La paloma subió indecisa, vacilante, volando más para mantenerse en el aire que para seguir un rumbo. Subió más aun, llegó a una buena altura, y entonces, resueltamente, empezó a volar en una dirección fija. Seguíamos con la vista aquella tierna avecita que pronto se convirtió en un punto negro, destacándose en el fondo azul oscuro del cielo. La ligereza y el garbo de su vuelo nos inundó de un sentimiento de nostalgia, y empezamos a pensar en los muchos obstáculos que impiden nuestra acción mientras estamos sujetos a nuestro cuerpo actual. Cuan preferible fuera si pudiésemos volar así, libremente, transportándonos vertiginosamente al lugar a donde nos dirigíamos en el desempeño de nuestra sagrada misión! Como ya hemos dicho, fuimos asediados en el vapor por muchos enfermos, siendo casi todos ellos, desahuciados por los médicos. Tuvimos que atenderlos y los resultados fueron, en verdad, sorprendentes, conforme los comentarlos hechos por la prensa pocos días después. Transcurrieron así las dos horas de viaje que median entre Bahía e Itaparica. El sol tangenciaba ya la línea del horizonte cuando llegamos al punto de destino. Para poder desembarcar, debíamos atravesar un viejo puente de madera casi en ruina. Nos parecía un milagro que

224 aquel viejo muelle pudiese sustentar, aquel día, tan voluminosa onda humana. La curiosidad de muchos, el deseo ardiente de un número no menor de pacientes que aspiraban a la curación o restauración de su salud, congregó una muchedumbre en el desembarque. Repetíase allí el mismo espectáculo de dos horas antes en el puerto de Bahía. Mucho esfuerzo nos costó parar aquella onda compacta, y durante el trayecto, a través de las calles que conducían a la casa de nuestro anfitrión, en las puertas y en las ventanas de las casas, aparecían enfermOS y pacientes de toda especie. Unos, arrastrándose, gimiendo y llorando; otros, apoyados en muletas toscas, fabricadas por ellos mismos, o conducidos en camillas y catres, en sillas y carritos. Todos postulando alivio, implorando un poco de fuerza vital regeneradora, transformadora, de la que tanto necesitaban para volver a levantar el organismo depauperado por la acción deletérea de fuerzas corrosivas y mortales. Así marchábamos, abriéndonos paso a duras penas por entre la multitud. Tuvimos oportunidad de constatar un caso interesantísimo de fe, en una pobre negra enferma, que se hallaba sentada en la calle. Tratábase de un caso que nos hiciera revivir un trozo del Evangelio. Aquella infeliz negra, confiaba de tal manera en su curación, que había dicho a las personas que le cercaban; Yo sé que basta que él ponga su mano sobre mi cabeza...... Yo me curaré inmediatamente, e iré a la iglesia para agradecer a Nuestra Señora de la Concepción. Y en efecto: al pasar junto a ella, coloqué impensadamente la mano sobre su cabeza, y el resultado de la transmisión de la energía vitalizadora fue inmediato. La mujer, radiante de alegría, se levantó como movida por un resorte, encaminándose hacia la iglesia, como lo prometiera. La frase del Divino Maestro: "Todo es posible al que cree", encierra una verdad eterna, de la que casi siempre nos

225 olvidamos, aún en los momentos de mayor congoja. La fe es el mayor de todos los agentes curativos. Ella constituye un fluido vitalizador admirable, que atrae a nuestro ser numerosas corrientes de fuerza pranica, haciéndolas penetrar en nuestro organismo, y auxiliándolo a corregir las funciones de los órganos alterados. La caridad y la fe, son fuerzas que nunca debemos despreciar, porque, fuera de toda duda, ellas producen muchas veces, mayores maravillas y prodigios que la ciencia. Proseguimos lentamente nuestro camino en dirección a la casa del señor Dos Santos, abriéndonos paso entre tantos infelices, y distribuyendo frases de consuelo a tantas almas deseosas de un poco de alegría. Y llegamos, al cabo de una hora de marcha, en un trayecto que generalmente se hace en diez minutos. La residencia del señor Dos Santos es un edificio de aspecto colonial, amplio y viejo, como la mayoría de las construcciones de la ciudad. Diríase que en otros tiempos, fuera una hospedería, dado el gran número de habitaciones que se disponían en dos pisos. No tan sólo la casa era antigua, sino también el mobiliario parco y sencillo. Los pocos ornamentos, las puertas y ventanas, todo allí nos recordaba el pasado, una vida holgada, abundante acaso, pero terriblemente atrasada y desprovista de comodidad. Uno de los compartimientos que más llamara nuestra atención, fue la sala-comedor, iluminada por tres amplias ventanas que, de madera, sólo tenían los postigos en el centro; la basta mesa, de rústica construcción, flanqueada por dos bancos de la misma extensión de la mesa; y en uno de los extremos, la única silla que había allí, y que, sin duda, pertenecía al jefe de la casa.

226 Este, según los ritos de la educación patriarcal, es tenido en tamaña consideración y respetado por todos mereciendo el acatamiento que a otros no puede otorgarse. Hay que tener presente que el pueblo bahiano, principalmente el del interior, es católico, fanático, y supersfeicioso. Por eso, aun cuando los sufrientes se aglomerasen numerosamente en las calles con la esperanza de recibir un alivio, en aquel lugar había una corriente adversa a nuestra misión, corriente esta despertada por la influencia de nuestros "amigos" del clero, y también, por los representantes de la ciencia oficial, que constantemente se han manifestado enemigos encarnizados de todos los procesos rigurosamente comprobados de que nos servimos en nuestra misión. Guiados por el padre de la enferma, entramos en un cuarto del piso tercero, en donde, sobre un lecho fabricado con tablas armadas sobre cajones de kerosene, se nos ofreció un cuadro que nos impresionó profundamente. Yacía en él un cuerpo de mujer, con una inmovilidad de cadáver, en posición decúbito dorsal, con la boca abierta y los ojos vítreos, tal como si el espíritu le hubiese abandonado desde horas antes. Cuatro mujeres le cercaban, sumergidas en una tristeza inmensa, y en quienes los ojos denunciaban un desvelo incesante y largo, junto a aquella que no obstante los esfuerzos de un padre dedicado, y de cuatro médicos que le asistían, parecía burlarse de todo y querer emigrar hacia las regiones del más allá, en busca de un reino más esplendoroso y de una atmósfera más pura. Además de aquellas cuatro mujeres que lloraban en silencio como si las fuerzas se les hubiesen agotado, se destacaba, junto al lecho de la enferma, la figura de una joven de distinguida apariencia y de elegante vestir. Era uno de los facultativos que le asistían, y que allí se encontraba, en su puesto, imposibilitada de hacer nada ante el estado de la enferma.

227 Inmediatamente que entré, en medio de un silencio absoluto y en la semioscuridad que envolvía el cuarto, la joven médica, dirigiéndose a mí en un tono seco y desdeñoso me interpeló: -Me han dicho que usted pretende curar a esta joven que, si aún no es cadáver, no está lejos de serlo. Es mucha pretensión la suya querer resucitar cadáveres! -Para el Divino Omnipotente, todo es posible señora respondí- Yo sé que esta joven tendrá vida aún y con ella, salud perfecta. La médica interrumpióme: -Hace diez días que está en este estado de insensibilidad, sin dar señales de vida, a pesar de los esfuerzos que hemos empleado en la aplicación de inyecciones a fricciones, baños fríos y calientes, y de todo lo que ha sido de rigor. El corazón y el pulso están parados. Se que usted posee gran poder magnético, fuerza de sugestión, y energías que transmite a quienes de ellas necesitan; pero, sería el caso de saber si los cadáveres son susceptibles de sugestión. En aquel momento, al recorrer con la vista el aposento, pude distinguir, netamente, hacia un extremo, el espíritu desencarnado ya de la joven, pero, felizmente, ligado todavía el cuerpo por el hilo magnético. Es un hecho bastante comprobado, la visibilidad de la parte imponderable de una persona, principalmente en ciertas ocasiones especiales. Es así como se ha podido obtener fotografías "a duplo" de un sujeto, en experiencias realizadas por famosos estudiantes de estos asuntos. Por otra parte, seguro estaba del auxilio de mi Protector y guía, en aquellas circunstancias, y, en presencia de aquel fenómeno, respondí a la joven que haríamos lo que tan imposible le parecía. De acuerdo con las enseñanzas de la magia superior (la vera-ciencia), me acerqué a la paciente, a fin de indagar de

228 nuestros invisibles protectores, la hora exacta en que debía empezar a proceder. Pedí entonces, que la enferma fuese trasladada al piso superior, con todos los enseres que componían su lecho y que tres amigas acompañasen el cuerpo a un cuarto aislado, y que la hora en que debíamos iniciar nuestro trabajo, fuera a media noche, en punto. Todo fue dispuesto conforme estas prescripciones y cuando el reloj comenzaba a dar las doce campanadas de la hora del silencio, entrábamos en el cuarto de la enferma. Recomendamos a las tres jóvenes que no se asustasen ante lo que vieran y oyeran, porque no había el menor peligro para ninguna de ellas. La habitación no tenía ningún otro mueble que la cama de la enferma. Una de las amigas tomó una vela y se colocó de pies, a la cabecera del lecho. Las otras dos, cada una con una vela, se colocaron a cada lado del cuerpo, que se mantenía inmóvil, rígido, cadavérico. Inicié entonces la parte central de mi trabajo. En el nombre de mis Protectores, y siguiendo los ritos de la magia superior, empezamos a invocar el espíritu de la paciente, que se encontraba cera del cuerpo, pidiéndole que volviese a éste, reanudando así el hilo de su vida. Notamos, sin embargo, que la atmósfera se hallaba saturada de elementarlos astrales, rebeldes y reacios, que procuraban, por todos los medios, dificultar nuestra acción. Se diseñaba allí, en aquel decisivo momento, la lucha multisecular y eterna de los principios opuestos; el Bien y el Mal. Osadamente los enfrentamos, exhortándolos a que nos dejasen, en nombre de Elohim, Shaddai y Aum. Trataban hasta de arrancarnos del círculo mágico en que nos hallábamos, y que nos protegía, con empujones recios y repetidos. Además de eso, con el vocerío tremendo que se oía en aquellos momentos, con el barullo infernal que aquellos entes,

229 hijos de las tinieblas, producían en la habitación, nos sentimos cansados y todo eso nos aconsejaba huir de aquel lugar y abandonar aquella empresa. Resistimos, sin embargo, redoblando nuestras fuerzas, y con el auxilio siempre préseme de nuestro Protector, continuamos a exhortar a los elementarlos que estorbaban nuestra acción. Y la lucha se trabó. Gritos macabros resonaban en el cuarto, y un viento frió e intenso soplaba con insistencia, en cierto momento, vibró un grito que dirigiéndose a nosotros, nos decía: -¿Qué buscas aquí, intruso? ¡Retírate! Una de las jóvenes, al oírlo, quiso huir despavoridamente; pero como la puerta estuviese cerrada, cayo presa de un ataque, permaneciendo sin sentido, extendida junto a la puerta. La otra, al ver que no podía huir por la puerta, pretendió escapar por la ventana, ansiosa de liberarse de aquella atmósfera tremenda, en donde se trababa un combate a muerte, entre dos fuerzas terriblemente poderosas. Conseguimos asirla y detenerla. La tercera, sin abandonar la vela, temblaba azogadamente; pero le ordenamos que no se moviera de su sitio, concretándose tan sólo a gemir: -¡Virgen Santísima del Perpetuo Socorro! Era desesperante la situación en que nos encontrábamos. Fue necesario emplear mucha energía psíquica; realizar un esfuerzo tremendo para no retroceder ante el combate. El espíritu se obstinaba en no obedecernos. Diríase que se sentía bien en la vida infinita, liberado de todas las amarras que lo sujetaban al campo limitado y estrecho de la vida terrena, y, por eso, no nos obedecía; nos resistía, mientras aquellos espíritus inferiores redoblaban su actividad en desprendernos de nuestro intento. A cada momento nuestra tarea se tornaba más peligrosa, particularmente después que las tres jóvenes se asustaran

230 tanto, quedando por ello, fuera del círculo de resistencia. Estábamos solos en la lucha; hacíamos esfuerzos desesperados, pero no desmayábamos. No podíamos, tampoco, desmayar, pues nos hablamos propuesto demostrar a tantos descreídos que las fuerzas psíquicas y espirituales del hombre, tienen un ascendente extraordinario sobre el cuerpo físico, y aun así mismo, sobre los espíritus atrasados que no supieron alcanzar un grado elevado de desarrollo. Finalmente, al cabo de un esfuerzo hercúleo, advertimos que el espíritu había resuelto volver a su envoltura por algún tiempo más. Transcurridos algunos instantes, el cuerpo de la joven empezó a dar las primeras señales de vida: una leve coloración en el rostro macerado; el corazón y el pulso se agitaban de nuevo, después de una prolongada paralización. Habíamos triunfado. Cesaron, de pronto, los rumores producidos por la multitud de espíritus que dificultaban nuestros pases. Una vez más, el concurso de nuestro Protector consagraba nuestros esfuerzos. Ante el rumor producido por aquellos espíritus y los gritos de las jóvenes que asistían a la enferma, muchas personas de la casa, alarmadas, habían acudido a la puerta, impacientes por saber lo que sucedía. Continuamos procediendo sobre el cuerpo de la joven, ejecutando diversos pases magnéticos para reanimarla y hacerla volver por completo a la vida. Cuando comenzó a moverse, y poco a poco a hablar, abrimos la puerta e introducimos a la habitación a las personas que ansiaban saber lo que habla ocurrido en aquella hora muerta de la noche. El padre, la madre, las amigas, y el médico, cercaron inmediatamente el lecho, sobre el cual reposara durante tantos días en un estado desesperante y mortal aquella joven infeliz, por poco arrebatada completamente del seno de los suyos.

231 Cuando pudo sentarse en la cama, fueron estas sus primeras palabras: -Ya estoy buena, papá. Vamos ahora a la Iglesia. Quiero darle las gracias a Nuestra Señora del Rosario. Hicimos traer un vaso de agua, y después de hacer que la paciente lo bebiera, cobro ésta inmediatamente ánimo, se levantó, y conversó con los pacientes. Todos estaban mudos de admiración y de estupor, sin atinar a comprender lo que ocurría, como resistiéndose a dar crédito a lo que veían. Se miraban entre sí, y nos miraban luego, como a seres de otro mundo. Les explicamos que todo cuanto habíamos hecho era debido al cultivo largo y persistente de las fuerzas psíquicas y espirituales que todos nosotros poseemos, en mayor o menor grado, siendo necesario, sin embargo, un trabajo metódico e inteligente para desarrollarla. La joven, mientras tanto, insistía en salir, en aquellos momentos (debía ser la una de la mañana) para ir a la iglesia. Nadie se opuso; y aun cuando los presentes estuviesen casi en paños menores pues se habían levantado apresuradamente al oír los rumores producidos en el cuarto de la enferma, se dirigieron a la iglesia. Era, en verdad, extraña y patética aquella procesión a semejante hora. Otros vecino, se unieron al grupo, y con antorchas encendidas para iluminar el camino, iban todos llenos de alegría y de entusiasmo, con las almas desbordantes de gozo, entonando cánticos de alabanza y de gratitud. A poco, una multitud seguía en dirección a la iglesia. Todos se maravillaban de lo que había acontecido. La mujer a quien Dios mirara, marchaba al frente, guiando a los demás. Al llegar, empero, frente a la iglesia se produjo una ligera escena que, por breves momentos, turbó aquel santo entusiasmo de todos.

232 El cura se oponía a abrir el templo a aquellas horas, principalmente porque bien sabía que el promotor de aquella cura milagrosa de la pobre joven, desahuciada por los médicos y asistida por los sacerdotes católicos, éramos nosotros. Ante aquella negativa, el pueblo se resolvió abrir la puerta de la iglesia, y olvidándose de aquel -incidente, todos penetraron al recinto solemne y allá, estuvieron en adoración, entonando cánticos durante algún tiempo. -¡Confieso no haber asistido jamás a un espectáculo como este, que tan honda impresión me causara! Encontrábase allí un pueblo simple, y aunque muy católico, pronto a rendirse ante la evidencia. A la salida del templo, no quisimos perder la oportunidad de dirigir algunas palabras a la multitud -que allí se encontraba. Todos nos oyeron con religiosa atención, y pudimos, en breves palabras, explicarles -los puntos principales de una fe universal y amplia, ¡ de todos los pueblos, de todos los idiomas, de todas las razas! Moisés y Cristo, Mahoma y Budha; Confucio y Lutero; todos se unen y se encuentran en un mundo superior y espiritual, en un solo si^ tema que es eterno e infinito. Así, completábamos nuestra misión en aquel lugar, a donde fuéramos en circunstancias tan interesantes 4 y en donde a tan duras pruebas pusieron nuestra resistencia y nuestro esfuerzo. Después regresamos a la casa del señor Manuel -Crescendo dos mantos, que no cabía en sí de contento. Nadie ya, pensó siquiera en dormir aquella noche. Fue una verdadera romería la casa de aquel señor, y muchas fueron las veces que tuve que repetir la explicación de aquel suceso. Cuando los primeros albores de la mañana empezaron a teñir el horizonte, la joven continuaba aun rodeada por un gran

233 número de personas, a quienes, llena de alegría, narraba los episodios de su larga enfermedad y de su milagroso restablecimiento. La "joven médica" que se hallaba a la cabecera de la enferma cuando llegamos, no atinaba a expresar su admiración y su sorpresa. Tuve la oportunidad de conversar con ella sobre asuntos de metapsíquica, así como también sobre los sistemas que empleamos con resultados semejantes a los que acababa de constatar. Era preciso que nos retirásemos de allí. Otras puertas se abrían ante nosotros para nuevas empresas, y, antes que nada, necesitábamos descansar porque, a-hora, empezábamos a sentir de nuevo los efectos de la fatiga acumulada. Así, pues, nos retiramos al siguiente día. Todavía, en el trayecto de la casa hasta el punto del embarque, tuvimos que atender a muchos enfermos que, como el día anterior, saltan a la calle en busca de una tregua a sus padecimientos. Una considerable multitud nos siguió hasta el vapor que debía reconducirnos a -Bahía. Después de despedirnos de todos, embarcamos, y recién entonces, pudimos reposar un poco durante las dos horas de navegación. Sentíamos, con todo, una íntima alegría por todo cuanto nos había acontecido, -pues continuábamos desempeñando nuestra misión, con -óptimos resultados, bajo la égida infalible de nuestro Guía y Protector. Ahí queda la narración pormenorizada de este acontecimiento que, por su importancia, es típico e ilustrativo. Muestra él, cuan ardua es a veces nuestra misión, y que sólo es posible vencer mediante muchos esfuerzos, echando mano de energías vítales acumuladas y propias para ejercer funciones restauradoras en un organismo depauperado y débil Creemos que no es preciso añadir ningún otro comentarlo, y con esta creencia, hacemos punto final.