Nelson Rodrigues - La Fallecida

1 LA FALLECIDA de Nelson Rodrigues Texto espectacular. Traducción y adaptación Claudia Echenique S. 2 La Fallecida

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1

LA FALLECIDA de Nelson Rodrigues

Texto espectacular. Traducción y adaptación Claudia Echenique S.

2

La Fallecida de Nelson Rodrigues Tragedia Carioca en Tres actos. 1954 Traducción y adaptación: Claudia Echenique

Personajes: Madame Crisálida, Adivina Zulmira Tuninho Funcionario 1 Funcionario 2 Timbira Oromar Hombre de la calle Zeca Fabiano Dr. Borborema Enfermera Predicador Fieles Teofilistas Doña Ceci Madre Glorinha Vecinas Max El pianista.

3

PRIMER ACTO

(Prologo: Escena de futbol y samba, cruza Glorinha al escucharse Garota de Ipanema, los hombres la piropean, siguen jugando a la pelota, se toman una foto, entra “Tus olhos teus” y en camara lenta los hombres forman un bar, en el que beben, rien, brindan y duermen. Se proyecta al fondo el gol de Pele el año 58 en el mundial. Fabiano relata la jugada mientras los amigos vitorean. Luego caen dormidos. Zeca limpia el piso silbando “Tristeza nao tem fin”.) ESCENA 1: Madam esta en casa bebiendo cerveza con su hijo. Al escuchar la puerta ella ahuyenta al joven que sale llevandose los envases. Madam:

¿Quién es?

Zulmira:

Eu quería falar com madame, Crisálida.

Madam:

¿Consulta?

Zulmira:

Si.

Madam:

¿De parte de quién?

Zulmira:

De una amiga Cecí. Estuvo aquí el otro día.

Madam:

Soy yo. Puede entrar.

Zulmira:

Permiso.

Madame:

Hay que tener un ojo. La policía anda brava, el otro día me llevaron en cana, no se lo doy a nadie.

Zulmira

Nossa. No me diga..

Madam:

Dios es grande, eso sí. Siéntese.

Zulmira:

Gracias.

Madam:

No se fije en el desorden.

Zulmira:

¡Nada!

Madam:

(Barajando cartas.) Quien tiene hijos sabe como es la cosa.

4 Zulmira:

Claro.

Madam:

Y los míos son cosa seria. (Se escucha ruido de radio trasmitiendo juego de futbol. ella se levanta va hacia el fondo, grita hacia dentro.) ¡Está bueno baja esa radio (Baraja nuevamente. Prende una vela.) Estamos.

Zulmira:

Madame, eu estou con una aflição tremenda.

Madam:

Silencio. (Se concentra). Veo en su vida una mujer.

Zulmira:

¿Mujer?

Madam:

Rubia. (Zulmira queda atónita, se para, se sienta).

Zulmira:

Meu Deus do ceu!

Madam:

Cuidado con la mujer rubia.

Zulmira:

¿Qué máis?

Madame:

Cincuenta cruzeiros. (Zulmira se los pasa, ella la empuja con dirección a la puerta). Pasará.

Zulmira:

(Desaparece la cartomante, y Zulmira vuelve a quedar en la lluvia con su paraguas abierto. Vuelve a llamar a la puerta). ¡Madame! (No hay respuesta). Madame! soy la idiota más grande de todos los tiempos. Olvide preguntar quinientas cosas. Si mi marido va a encontrar trabajo, si tengo algo en el pulmón (golpea el suelo con el pie, como una niña enojada). Pucha, que burra.

ESCENA 2 Los amigos reunidos en el bar. Conversaciones cruzadas. Oromar:

¿Vas al partido el domingo?

Zeca:

Nada, Carlayle nunca fue un jugador de fútbol.

Fabiano:

¿Quién? ¡Carlayle!

Oromar:

Para que sepas, Fluminense nunca le ha ganado a nadie …eso ni se discute.

Zeca:

Jugador profesional que pierde penal… ¡yo lo multo!!!

Tuninho:

¡Soy de Vasco y les doy dos goles de ventaja!

5 Oromar:

¡Eres un bruto!

Fabiano:

¡Entiendo mucho más de fútbol que tú!

Tuninho:

¿Cuánto apostamos?

Zeca:

¡Payasos!

Oromar:

¿Y Ademir, juega?

Fabiano:

¡Ganaron ratoneando!

Tuninho:

No se no me interesa. Apuestas o no?

Oromar:

¿Cuánto?

Zeca:

San Cristóbal ¿dónde estás?

Tuninho:

Cien mil…

Fabiano:

Pura boca…

Oromar:

Dos goles de ventaja…. ¡Trato hecho! (Se dan la mano y cierran la apuesta).

Zeca:

Todos son patas de palo.

Tuninho:

Casado.

Oromar:

Casadísimo.

Zeca:

¡Yo soy el testigo!!!

Tuninho:

Te voy a decir una cosa, estoy desempleado y otras cuestiones, pero estoy tan seguro que va a ser una pateadura de esas, que si tuviera plata, lo que haría sería… ¿quieres saber lo que haría el domingo, quieres saber?

Oromar:

¡No me interesa!

Tuninho:

Espera, escucha esta: entro en el Maracaná… ¡yo entro! Óyeme bien esta, pónele por lo bajo 100 mil

Oromar:

Ciento cincuenta mil.

Zeca:

¡Menos, menos!

Fabiano:

¡Más, más!

Tuninho:

Que sean ciento cincuenta mil o doscientos mil, ¡qué importa! Porque lo que es yo, si tuviera plata, plata

6 mía, aquí en el bolsillo, yo solito apostaba contra 200 mil personas que gana el Vasco. Habrá que refregar la plata así,… en la cara de esas 200 mil personas: Voy a forjar mi independencia! (Los amigos acompañan con el himno de Vasco y le tiran papel picado imitando a la challa del estadio. Todos quedan quietos. A Tunhino le suenan las tripas.) Los tres:

(al mismo tiempo) ¿Qué fue eso?

Tunhino:

Esa empanada que me comí, parece que me cayó mal. ¡Ayy… me voy corriendo para mi casa!

(Oromar toma un periódico y los tres hablan al mismo tiempo). Los tres:

¡Oye, llévate el diario!

ESCENA 3 Patio interior. Puerta del Baño. Tuninho:

¿Está ocupado?

Zulmira:

(Tuninho, camina de un lado a otro.) Ta sim, eu.

Tuninho:

Espero. (Gesto de desapruebo ) ¿Va demorar?

Zulmira:

¡No muito!

Tuninho

(Se seca el sudor de la frente). Ya pues, rapido.

Zulmira:

Qué apuro. (Sale Zulmira .) ¡Ya, ya!

(Entra Tuninho.) Zulmira:

(A si misma) No consigo recordar a ninguna rubia…

ESCENA 4 Funeraria (Luz sobre la agencia funeraria, entra musica de los funcionarios y ellos ritmicamente realizan sus labores de oficina. Suena el telefono. Acciones repetidas.)

7 Funcionario1:

¡Aló!, casa funeraria San Gabriel.

Timbira:

Si es para mí, estoy.

Funcionario:

Equivocado.

Timbira:

Las mujeres no quieren nada conmigo.

Funcionario 2: ¿Fuiste donde el embajador? Timbira:

Fui.

Funcionario 1: ¿Y qué tal? Timbira:

¡Qué tal? Nada, no quiso saber nada conmigo.

Funcionario:

¿Había alguien antes que tú?

Timbira:

No, nadie, fui el primero, la mujer se había muerto recién. El embajador estaba en la sala, fumando. (intervención musical atmosferíca) Entonces hice mis cálculos. Este tipo tiene plata, esta forrado, va a querer un entierro de lujo para su mujer…

Funcionario:

Te apuesto que la embarraste.

Timbira:

Espera, escucha el resto, tú crees que fui a hablar con otro familiar. No señor, me fui a hablar con el propio viudo. Pero cuando le hablé de un ataúd bonito, de 1 palo… el viejo casi me come vivo. Para abreviar la historia, encargó uno de ochocientos cruzeiros y ya… un cajón de mierda.

Funcionario:

¿Nada más?

Timbira:

Fracasé miserablemente…

Funcionario:

(Suena el teléfono.) Aló. Casa Funeraria San Gabriel.

Timbira:

Yo estoy… yo estoy.

Funcionario:

¿Cuál Anacleto? ¿El corredor de apuestas? …¿No duró? ¿Ahora? Bueno, aguanta que te mando a Timbira... ya bueno, que se quede descansando. (Cuelga). Ponte la chaqueta… Ahora.

Timbira:

¿Qué pasó?

Funcionario:

Nos salvamos.

Timbira:

Desembucha…

8 Funcionario:

El asunto es el siguiente, ¿conoces a Anacleto?

Timbira:

¿El corredor de apuestas?

Funcionario:

El corredor. Si. Tiene una hija única de dieciséis años, su joyita. Bueno la niña a la salida del colegio, atravesó la calle y la atropellaron… quedó atrapada entre un tranvía y un ómnibus… un verdadero sándwich…

Timbira:

¿Murió?

Funcionario:

¿Si murió? Está hecha puré… ¿Sabes lo que es puré? Papilla. Flan.

Timbira:

¿Cuándo?

Funcionario:

Ahora, bestia, en este preciso momento… todavía no sabe.

Timbira:

Ya… entendí todo…

Funcionario:

Anacleto

Bueno, es es… Partiste. Me haces un favor, de madre a hijo: anda, y no me falles que el corredor es generoso.

Timbira:

No te preocupes.

Funcionario:

Aquí está la dirección. ¿Sabes cómo dar el golpe? : Tomas a Anacleto de un brazo y le dices: Don Anacleto su hija merece un ataúd de 20 mil cruzeiros. Te apuesto que compra… ¡tómate un taxi!

Timbira:

OK. Eu vou enbora!

Funcionario 2: ¡Buen tipo Timbira! Funcionario:

¡Donde no lleva ventaja es con las mujeres!(Entra cortina musical de los funcionarios suena el telefono.)

Funcionario1: Pois nao. Casa Funeraria San Gabriel. Oscuro ESCENA 5 (Luz sobre el dormitorio de Zulmira y Tuninho. Secuencia fisica de acciones cotidianas con musica de samba.) Tuninho:

¿Me puedes sacar un punto negro de la espalda?

Zulmira:

Date vuelta. ¿Sabes dónde estuve hoy?

Tuninho:

Ay... ¿dónde?

9 Zulmira:

En la adivina. Esa que Ceci me recomendo.

Tuninho:

Eres porfiada… te dije que no fueras...

Zulmira:

Bueno, fui y no me arrepiento... me abrió los ojos ahora veo clarito.

Tuninho:

Te engañó...

Zulmira:

No, no creo... ¿quieres saber lo que me dijo… a quemarropa ? …Que tuviera cuidado, mucho cuidado con una mujer rubia. ¿Qué tal?

Tuninho:

Y entonces...

Zulmira:

Achas pouco?

Tuninho:

Só isso?

Zulmira:

Ah Tuninho, voce e du contra, hein! Deus me livre!

Tuninho:

Que delicada.

Zulmira:

Sou sim! Y de ahí?

Tuninho:

Entonces, sales de la casa con un aguacero, y te largas a los barrios del otro lado de la ciudad, atrás de una cretina.

Zulmira:

Pero criatura... ¡pon atención! ¡Escucha!

Tuninho:

¡Ah!

Zulmira:

¿Quién será esa rubia, por la Virgen Santa?

Tuninho:

Al menos ¿le preguntaste a la imbécil de esa adivina si iba a mejorar mi situación?

Zulmira:

Ah...

Tuninho:

¿No preguntaste?

Zulmira:

Se me olvidó.

Tuninho:

¡Sabía!

Zulmira:

Ando con la memoria mala.

Tuninho:

Mulher isso mismo... inventas todo el asunto de la adivina para preguntar de tu asma y de mi trabajo... y cuando llegas allá no das la menor bola... ¡muy bonito!

10 Zulmira:

¡Perdón meu anjo! (Él se acuesta y ella se peina.)

Tuninho:

Uaa (gran bostezo.)

Zulmira:

Dame tu opinión, una corazonada, ¿quién será esa mujer rubia?

Tuninho:

¡Qué sé yo!

Zulmira:

Piensa en alguien.

Tuninho:

¿Rubia?

Zulmira:

¿Quién podrá ser?

Tuninho:

¡Tu prima!

Zulmira:

¿Cuál de ellas?

Tuninho:

Zulmira, ¿cuál es tu prima que vive en esta calle, aquí al lado, cuál?

Zulmira:

¡Glorinha!

Tuninho:

Costó… ¿ah?

Zulmira:

Es Oxigenada, pero se ve rubia. ¡Claro es Glorinha!

Tuninho:

Batata.

Zulmira:

Sólo puede ser ella... estoy segura.

Tuninho:

Apaga la luz y durmamos.

Zulmira:

Una mujer y más encima mi pariente... lejana pero pariente... Nunca le hice nada… siempre la traté bien… con guante blanco. Y de repente ya no me saluda. ¿Por qué? Incluso hoy pasé por ahí... estaba en la ventana limándose las uñas. Respingó la nariz, la muy zorra. ¡Cínica!

Tuninho:

Ya, durmamos.

Zulmira:

Que increíble. Esa adivina... ahora entiendo todo. Los dolores de espalda... hoy estuve todo el día con la nariz tapada.

Tuninho:

Gripe.

Zulmira:

Como que gripe, ¡Macumba!

Tuninho:

Sosiégate.

misma

11 Zulmira:

¡Si, señor! Alguna macumba que esa me hizo. ¡Te apuesto!

Tuninho:

Pero si esa mujer es Protestante.

Zulmira:

¿Protestante dices? ¡Lo dudo! Teatro. ¡Impostora! Te voy a decir una cosa, esa mujer tiene pacto con el diablo. (Tuninho duerme) ¿Tú crees que ella es tan seria como dice ser? Por supuesto que no… es una cínica y ella dice que la mujer que besa de boca abierta es una sin vergüenza…, aunque sea el marido... puede ser… que la parta un rayo, porque ella es una sin vergüenza. ¿Y tú? ¿Qué tienes que decir al respecto? Deja de ser un imbécil y di algo. Por eso no va a la playa… y no se pone traje de baño, por qué Dios mío, qué cosa horrorosa ...mira a todo el mundo por sobre el hombro. Tú que eres hombre, …los hombres son unos lesos, pueden encontrar bien esas imbecilidades, claro, pero yo… ¡Tuninho!, ¡Tuninho, despierta!

Tuninho:

¿Qué?

Zulmira:

Por esta luz que me alumbra… esa perra me está cavando la sepultura.

Tuninho:

¡Shhhh! Tá fazendo muito carnaval. (Silencio y se escuchan los pulmones.)

Zulmira:

Escucha... escucha el ruido en mis pulmones...

ESCENA 6 (Entran cuatro personas y cantan el Himno Teofilista. Tuninho sale llevando las almohadas). Voces: Predicador:

Sálvanos, sálvanos pecadoras, sálvanos con tu fe, etc. Algunos escépticos dicen que el hombre habría venido del mono. Pero la palabra de dios nos dice que en el principio, una vez que dios creo los cielos y la tierra. Creo la vegetación, los animales, tanto en la vida terrestre como en el mar. Y una vez que creo todas las cosas el señor, tomo polvo de esta tierra, y

12 del polvo de esta tierra formó un hombre. Y cuando terminó esta tarea, Adán estaba en el suelo, pero estaba como muerto cuando dios lo creo, no tenía vida. Pero dice la palabra que cuando dios terminó a Adán, sopló aliento de vida sobre sus narices y Adán fue un ser viviente. Adán abrió sus ojos, y Adán vio la creación, la vegetación, los animales. Y vio que los animales, aleluya, estaban en pareja, de par en par. De par en par hizo el señor, aleluya a los animales. Alabado sea Dios. Los pajaritos de par en par para que se pudieran multiplicar. Aleluya! El conejito con la conejita para que se pudieran multiplicar. Bendito sea Dios. El mono con la monita también estaban en pareja.Todos los animales tenían pareja, el gato con la gatita. Todos estaban aparejados. ¡Pero Adán estaba sólo! Adán no tenía pareja ¡Bendito sea Dios! Pero Dios en su misericordia, vio que adán estaba solo. Y dijo dios en su corazón, -¡no es bueno que el hombre esté solo! Y dice la palabra de dios, que hizo caer en un sueño profundo a Adán y viene el señor, y le saca una costilla. Y de esa costilla Dios saca a Eva, su pareja. Porque Dios es todo poderoso. Dios de misericordia. Dios puede salvarte, hermano. Dios puede darte vida eterna. Dios puede salvarte y curarte hermano. Puede curar tu dolor. Puede curarte del cáncer, de la tuberculosis. Te puede dar vida eterna. Dios hermano, es un dios todo poderoso, es un ser de vida. ¡Alabado sea el señor!

ESCENA 7 Tuninho:

¿Vamos a la playa?

Zulmira:

No.

Tuninho:

Vamos, ahora que estoy cesante aprovechar todo el día en la playa.

Zulmira:

Dios me libre.

Tuninho:

¿Por qué?

Zulmira: Tuninho:

¿Sabes donde estuve hoy? No.

podríamos

13 Zulmira:

En la Iglesia Teofilista.

Tuninho:

¿Qué delirio es ese?

Zulmira:

Me convertí, Tuninho y me voy a bautizar de nuevo.

Tuninho:

¿Qué te vas a qué? El domingo pasado fuiste a misa, ¿y ya se te dio vuelta la chaqueta?

Zulmira:

(poseída por la nueva fe) Una vez hace mucho tiempo vi un entierro Teofilista, a la hora de cerrar el cajón, cantaron himnos que jamás olvidaré.

Tuninho:

(Explota) Mira que…

Zulmira:

¿Qué? Habla...

Tuninho:

Yo no tengo nada que ver con eso… tú eres mayor… estás vacunada, puedes tener la religión que quieras y punto. Pero vamos a la playa ahora, que tiene que ver peras con manzanas.

Zulmira:

¿Tú me encuentras con cara de ir a la playa? ¿Ahora que me convertí?

Tuninho:

¿Me vas a contrariar en todo lo que diga ahora? ... ¡Ponte el traje de baño y vamos!

Zulmira:

No tengo traje de baño.

Tuninho:

¿Y el tuyo?

Zulmira:

Lo tiré a la basura.

Tuninho:

¡Mentira!

Zulmira:

Te lo juro.

Tuninho:

Que bixo te picou?

Zulmira:

No se. Cambié. ¡Soy otra!

Tuninho:

¡Esta sí que es buena!

Zulmira:

(incisiva) ¡No apruebo la playa, no apruebo el traje de baño! La mujer en traje de baño está desnuda. ¿Comprendes? Desnuda en medio de los hombres, en medio de la calle.

14 ESCENA 8 (Estan los amigos en el Bar, entra Tuninho.) Tuninho:

Queridos amigos yo les pregunto si estaré equivocado.

Zeca:

Bueno, está claro..

Fabiano:

No se si estamos…

Tuninho:

¿Estaré en lo correcto?

Zeca:

El caso es serio.

Oromar:

¡En fin!

Tuninho:

¿Saben cuál es la última maña de mi mujer? Es la siguiente… yo la quería besar en la boca y me pone la cara…

Zeca:

¡Virgen María…!

Tuninho:

Al fin y al cabo soy su marido…y si yo por casualidad insisto… ¿saben lo que hace mi mujer…? cierra la

Oromar:

Curioso… raro…

Tuninho:

¿Pero, cómo? Le pregunté a mi mujer, ¿tú tienes asco de tu marido? Zulmira sin rodeos, va derecho al grano y me dice Tuninho, si me das un beso en la boca vomito. Vomito Tuninho.

Zeca:

Hay que ver.

Oromar:

Caso psicoanalítico.

Zeca:

¿Qué?

Fabiano:

Psicoanalítico.

Oromar:

Freud era un ladrón.

Zeca:

¿Quién?

Fabiano

Un degenerado.

Zeca;

Quien?

Max:

Freude cara, Sigmunde Freud.

Tuninho:

Ah Sigmunde Freude.

15

ESCENA 9 (Se ve en el fondo a Carmen Miranda cantando “O que que a Bahiana Tem”. Todos corean a la Madre que acompaña la cancion. Madre y Zulmira cocinan.) Suegra:

Pero mijita no pode ser… Los marido tienen derechos… No se le puede negar el amor al marido… Usted se casó porque quiso.

Zulmira :

(Se desespera en la silla) Beso en la boca ¡¡no!! ¡Todo menos eso! Yo admito todo en el amor, pero esa cuestión de mezclar las salivas, no lo voy a hacer. Nunca. (baja la cabeza) Ninguna mujer debería pertenecer a un hombre.

Suegra:

¿Ni al marido?

Zulmira:

¡Ni al marido!

Suegra:

Menina, ni tanto, ni tan poco.

Zulmira:

Si te preguntan si siempre fui Teofilista, di que sí mama, di que sí….

ESCENA 10 ( Entra Tuninho ). Tuninho:

Ya lo vi.

Zulmira:

Viste que…

Tuninho:

Lo vi todo. Ya sé… sé quién te puso esas ideas en la cabeza.

Zulmira:

Quién.

Tuninho:

(le pone el dedo en el pecho) Glorinha.

Zulmira:

¡Tú estás loco!

Tuninho:

Claro como el agua… en esta misma calle. La única que piensa así, por aquí, es Glorinha, nadie más.

16 Zulmira:

¡Tiene gracia!

Tuninho:

La estas imitando, confiesa… ¿Sí o no?

Zulmira:

Y si así fuera, si quisiera imitar a Glorinha.

Tuninho:

¡Batata!

Zulmira:

Todo el mundo dice que es la mujer más respetada de Río de Janeiro. Todo el mundo dice… ¿E se eu quisesse ser cem por cento como Glorinha? Porque ella no me gusta, pero que se le haga justicia: esa ve hasta por debajo del agua…

Tuninho:

Una latera.

Zulmira:

Tú hablas así ahora, porque no te acuerdas cuando me dijiste… “esta fulana es seria, muy seria y es…” (Tuninho amoroso toma a Zulmira…) así fue.

Tuninho:

Bueno, basta, no me interesa.

Zulmira:

Suéltame.

Tuninho:

Dame un piquito...

Zulmira:

Quieto.

Tuninho:

¿No me vas a dar...?

Zulmira:

Dejé de ser mujer.

Tuninho:

Viste, es por eso que tantos maridos van a la calle a buscar lo que se les niega en su casa.

Zulmira:

(Atónita) ¿A la calle Tuninho?

Tuninho:

¡Evidente!

Zulmira:

En la calle. (Inspirada) Yo te niego el amor. No tienes amor en tu casa… ¿Y si yo misma te mandase a buscar el amor que te falta con otra mujer?

Tuninho:

No juegues con fuego.

Zulmira:

¿Y sabes con quién? ¡Con Glorinha! Si. Eso es. Si yo te mandara y te dijera… dale duro… hazlo con ella… si yo te mandara…

Tuninho:

Lo dudo.

17 Zulmira:

Ojo... que ella no es fría… no seas tonto… soy mujer y conozco a otras mujeres… yo fui uña y carne con Gloritnha… te lo puedo garantizar. Ela não tem nada de fría. Incluso muy por el contrario… te acuerdas cuando éramos novios? Ella te miraba mucho en esa época… aflição Estoy casi segura, y te apuesto que si lo haces bien ella caería… Aunque sea una vez… una única vez. Basta. ¡Cómo me gustaría ver a esa mujer en el piso… en el barro!

Tuninho:

¿Quieres decir que tú, mi esposa, me está empujando para que yo vaya donde otra mujer?

Zulmira:

¿Yo?

Tuninho:

Claro.

Zulmira:

¡No, no! No puedo darle mi marido a otra mujer. Además me voy a bautizar de nuevo… Me convertí. Dios me castigaría. (Cae de rodillas, brazos en alto) Tengo que perdonar… la religión me manda perdonar. ¡Oh Dios mío!

Tuninho:

Para que sepas, si yo... ¡toma nota!... si yo por si acaso me la llegara a topar… no sé, pero todo es posible, la culpable serías tú…, ¡tú!

Zulmira:

Perdonar, siempre perdonar. Día y noche. Morir perdonando.

ESCENA 11 (Luz en la Funeraria. Entra Timbira alterado). 1° Funcionario: ¿Qué pasó? Timbira:

¡En el blanco!

2° Funcionario: ¿Dijo que sí? Timbira:

Nací para este negocio... estoy convencido… Cuando me propongo un negocio… todos quieren bailar en la fiesta.

18 1° Funcionario: Pero, cuenta, cuenta, ¿le gustó la idea de algo en grande? Timbira:

Deja que te cuente… calma. Agarré un taxi… me fui volando para la oficina de Anacleto. Acababa de recibir la noticia y estaba haciendo un escándalo tremendo. Hija única… ya saben cómo es… Ya ni siquiera lloraba, mugía… mugía en serio… con un sonido grave… así... lleno de sentimiento como cuando se cae un edificio.

2° Funcionario: ¿Y tú? Timbira:

Me hice cargo de la situación… Para empezar a conversar, mandé a buscar agua mineral helada, a pesar de que el hombre estaba agripado. Di órdenes, pinté el mono… Y él ahí, con ese llanto grueso. En la primera oportunidad que tuve, entré con mi juego. Cuando le dije que para su hija podía conseguir un ataúd así y asá, con manillas de bronce, forro de raso, en fin, todo el mundo quedó con la boca abierta.

1° Funcionario: ¿Dijiste el precio? Timbira:

Lo dije, pero la embarré.

2° Funcionario: ¿Por qué? Cuenta… Timbira:

Pedí 20 mil cruzeiros y aceptó inmediatamente. Si hubiese pedido treinta… los pagaba igual. Apuesto. ¡Descubrí que el corredor es un tipo fantástico!

2° Funcionario: ¿Va a tener cortinas? Timbira:

Cortinas para cinco puertas, crucifijo de cristal... de todo... 35 mil cruzeiros... Y a la salida Anacleto que ahora es mi compadre… me metió esto en el bolsillo. Mira… (Muestra un carnet.)

1° Funcionario: ¡Caramba! Timbira:

ESCENA 12

¡El resultado de Brasil y el juego de apuestas…! ¡Te juro que si yo fuera el presidente de la república… ponía a Don Anacleto como Ministro de Hacienda!

19 (Luz en casa de Zulmira… ella cantando himnos Teofilistas. Tuninho riendo a carcajadas).

Entra

Tuninho:

¡Ven a escuchar el mejor cuento del siglo!

Zulmira:

Que pasó.

Tuninho:

¡Adivina, adivina!

Zulmira:

¡Habla niño, por Dios!

Tuninho:

Te cuento ¿por qué la tal Glorinha es la más pudorosa de todo Rio de Janeiro? Y ¿por qué anda con blusa todo el tiempo, y por qué no va nunca a la playa? Y ¿por qué no hace el amor? Te cuento.

Zulmira:

Habla…

Tuninho:

Porque tuvo cáncer y le tuvieron que extirpar un seno.

Zulmira:

¿Tiene un solo pecho? ¡Júralo!

Tuninho:

Me lo contó el propio médico…, ahora… ¡me lo acaba de contar! La enfermedad misteriosa era cáncer.

Zulmira:

(Tocándose los senos con ambas manos) No puedo creerlo… yo... eso era… no me saludaba, se daba vueltas cuando me veía. Respingaba la nariz ante mi… que nunca le hice nada… ¡Castigo, castigo de Dios!

Tuninho:

Una sola teta….

Fin del Primer Acto.

20 SEGUNDO ACTO El segundo acto comienza con Zulmira en la funeraria. Tose continuamente. De vez en cuando saca un pañuelito. Presentes están los dos funcionarios. Zulmira:

Buenas tardes.

1° Funcionario: Boa tarde. Zulmira:

Quería hablar con el señor Timbira.

1° Funcionario: Como no. Zulmira :

Muchas gracias.

1° Funcionario: (al segundo hablando bajo) Rápido, anda a llamar a Timbira. ¡Qué calor! Zulmira:

Bárbaro.

2° Funcionario: ¿Te esta buscando una mujer? Timbira:

¿Gostosa?

2° Funcionario: Salva. Timbira:

Vamos.

1° Funcionario: Por aquí viene un temporal. Timbira:

Ojalá.

1° Funcionario: Yo prefiero el invierno. Timbira:

¿Quiere hablar conmigo?

Zulmira:

El señor ¿es el señor Timbira?

Timbira:

Justamente.

Zulmira:

Yo soy la persona que lo llamó por teléfono.

Timbira:

¿Esta mañana?

Zulmira:

Eso.

Timbira:

Pero, pase, siéntese.

Zulmira:

Con su permiso.

Timbira:

A sus órdenes.

21 Zulmira:

El caso es el siguiente…

Timbira:

Pois nao…

Zulmira:

Vengo visitando varias empresas funerarias, por lo que sé, aquí los precios son más caros.

Timbira:

(saltando de la silla) Perdón.

Zulmira:

Pero lo prefiero así.

Timbira:

¿Cómo?

(Los dos funcionarios observan ansiosos.) Zulmira:

Porque la familia de mi amiga que está muy enferma no quiere fijarse en el precio, quiere el mejor entierro que se pueda obtener. El mejor entierro posible. Nada más.

Timbira:

¿Se puede saber el nombre? El nombre de su amiga.

Zulmira:

Ahora no.

Timbira:

Como prefiera.

Zulmira:

Ud. se va a enterar en su momento.

Timbira:

¿Ella está muy mal?

Zulmira:

Desahuciada.

Timbira:

Joven o vieja.

Zulmira:

Joven.

Timbira:

¿Soltera?

Zulmira:

¿Eso importa?

Timbira:

Más o menos.

Zulmira:

¿Por qué?

Timbira:

Es difícil de explicar. Porque una virgen por el hecho de ser virgen es más interesante, en comparación, por ejemplo, con una madre de familia con ocho hijos. ¡Qué sé yo!

Zulmira:

Mi amiga es casada.

22 Timbira:

De cualquier forma eso no importa, no se preocupe. Capaz que se mejore.

Zulmira:

¿Ud. sabe cuál ha sido el entierro más bonito de Brasil?

Timbira:

Depende.

Zulmira:

¿Cómo?

Timbira:

De hombre fue el del Barãon do Rio Branco. mulher, lejos el de Nancy.

Zulmira:

¿Qué Nancy?

Timbira:

Nancy la hija del corredor de apuestas, Anacleto.

Zulmira:

Si, lo leí en el diario.

Timbira:

Bueno un feretro de lujo, fabulosísimo, forrado en razo Blanco y manillas de bronce.

Zulmira:

Sr. Timbira, ese es el ataúd que quiero para mi amiga, uno igual a ese. Exacto.

Timbira:

Le voy a mostrar. (Se aproxima). Aquí, por ejemplo, el ataúd. Madera de lujo. Trabajada.

Zulmira:

Igual al de Nancy.

Timbira:

La misma cosa.

Zulmira:

Que bueno.

Timbira:

Veinticinco mil cruzeiros.

Zulmira:

Barato.

1° Funcionario: Más. Timbira:

¿Cómo?

1° Funcionario: Aumentó ahora, cuesta 30 mil cruzeiros. Timbira:

Treinta mil cruzeiros.

Zulmira:

Pero con las manillas de bronze.

Timbira:

Claro.

Zulmira:

Qué bueno.

Y de

23 Timbira:

Carroza de lujo. Carro con neumáticos de banda blanca. Faroles embutidos y penacho. Último precio, 35 mil cruzeiros.

Zulmira:

Barato.

2° Funcionario: Si, lo es. Timbira:

Eso.

1° Funcionario: Incluye velones también. Timbira:

La instalación corre por cuenta de la casa. 1.500 cruzeiros. Altar y crucifijo, 1.500 cruzeiros más. Más otros gastos de impuestos. Esto y lo otro en total unos 38 mil cruzeiros por todo.

1° Funcionario: O cuarenta. 2° Funcionario: Cuarenta y dos. Timbira:

¿Lo encuentra caro?

Zulmira:

(Feliz) No, no es eso... providencias señor.

Timbira:

¿Y si la joven no muere?

Zulmira:

Muere. Si. Está muy mal. En las últimas.

Timbira:

¿Quiere un consejo?

Zulmira:

Como no.

Timbira:

La cosa está en esperar. Tengo experiencia y ya ví mucho enfermo con la vela en la mano resucitar. Quien trabaja en este ramo, señora mía, cree piamente en los milagros, se ve todo tipo de cosas. Veamos cómo se da la cosa, ocurre un milagro y su amiga se salva. Hay que ver cuando el chancho esté listo.

Zulmira:

Entonces yo le aviso.

Timbira:

Estupendo.

Zulmira:

¿Me quiere dar el papelito caballero? Gracias, disculpe.

Timbira:

Yo también salgo.

Puede ir tomando todas las

24 Zulmira:

(Para los otros) Buenas tardes. (Estalla una copucha enorme entre los dos funcionarios.)

1° Funcionario: ¡Ustedes sólo tienen a Ademir! 2° Funcionario: Los vamos a hacer puré. 1° Funcionario: El domingo pase lo que pase, voy al partido. ¡Hasta que me parta un rayo que yo voy al partido! 2° Funcionario: Vamos a ver, ¡en la cancha se ven los gallos!

ESCENA 14 PARADERO

(Camino al paradero de Omnibus.) Timbira:

¿Omnibus o Liebre?

Zulmira:

Liebre. (Coqueteando.)

Timbira:

¿Es casada?

Zulmira:

Soy. Sim.

Timbira:

¿Y el anillo? ¿Dónde está?

Zulmira:

No uso.

Timbira:

Sabe que no parece.

Zulmira:

Casadísima. Aquí es.

Timbira:

¿Cuál es su liebre?

Zulmira:

Aldea Campista.

Timbira:

¿La puedo tratar de tú?

Zulmira:

Claro.

Timbira:

¿Tú me llamas entonces?

Zulmira:

Tal vez.

Timbira:

¿Cuándo?

Zulmira:

No día de São Nunca. Ahí está mi bus… ¡hasta luego! ¡Adiós!

25 Timbira:

Una mujer guapa. Un bombón, casada y todo, y me dio una bola tremenda. Yo tengo la siguiente teoría… mujer es mujer y punto.

(Timbira se acerca al público, con las manos en los bolsillos) ESCENA 15 (Entra Zulmira y la madre, cada una con una silla, se sientan una delante de la otra.) Zulmira:

Que pena mamá.

Madre:

¿Por qué menina?

Zulmira:

Antiguamente los entierros eran más bonitos.

Madre:

A mesma coisa.

Zulmira:

A senhora é do contra, né? (Va a la boca del escenario) Antiguamente se usaban caballos en los entierros, con penachos en la cabeza. Ahora no se usan los caballos con penacho. ¿Era bonito no?

Madre:

No le encuentro el asunto al cuento de los caballos. ¿Cuál es la gracia?

Zulmira:

¡Pero cómo!

Madre:

(Poniéndose las manos en la cabeza) Ah si tu hubieras visto lo que hicieron los caballos cuando falleció tu abuelo.

Zulmira:

Cuéntame, cuéntame.

Madre:

Tú eras así… chiquitita… en esa época mi familia tenía buena situación. Cuando la carroza partió, la entrada a la casa quedó convertida en una cochinada. Así no se puede… Nunca vi caballos tan grandes y bonitos en mi vida, pero ensuciaron todo. Asqueroso…

(Entra Tuninho furioso). Tuninho:

Hoy vas al médico sí o sí.

Zulmira:

¿Yo?

26 Tuninho:

Sim senhora!

Zulmira:

(Tiene un verdadero ataque) Ir al médico con este traje horrible, es el único que tengo y está zurcido.

Madre:

Tonterías.

Tuninho:

Esta criatura no duerme, ni me deja dormir. Pasa la noche entera de pie desvelada, tosiendo.

Zulmira:

Además el médico de la farmacia esta gagá.

ESCENA 16 La escena se transforma en la consulta médica. Dr. Borborema: Diga treinta y tres. Zulmira:

Treinta y tres.

Dr. Borborema: Ahora respire profundo. (Ella obedece) Zulmira:

¿Terminó?

Dr. Borborema: Terminé. (Zulmira se pone la blusa) Zulmira:

¿Y qué tal doctor?

Dr. Borborema: En el pulmón no encontré nada, no vi nada. (Espanto e indignación de Zulmira). Zulmira:

Pero cómo es posible, ando sintiendo al diablo... Hoy tengo un gusto pésimo en la boca. Sangre en la boca. (El Dr. Borborema se coloca anteojos).

Dr. Borborema: Tudo bem. Tudo bem! (Se pone a escribir una receta). Bueno, Ud. va a hacer lo siguiente: este remedio aquí, Ud. lo tomará con dos cucharadas de sopa, una en el almuerzo, y otra a la hora de comer. En la noche antes de acostarse haga gárgaras… y listo. ¿Comprendió? Zulmira: Dr. Borborema:

ESCENA 17

Comprendí. Y dígale a su marido que el domingo, cuando el Fluminense le gane al Vasco, no llore por que los hombres brasileros no lloran.

27

(Sale el médico se funden los dos espacios: consultorio y casa de Zulmira donde está presente toda la familia). Tuninho y Mamá. Zulmira:

(Histérica) ¡Bein feito, bein feito!

Tuninho:

¿Qué pasa?

Zulmira:

Soy una pobre diabla, mientras Glorinha va a un médico increíble que cobra 30 mil, y que hasta tiene piano en el consultorio, yo tengo que ir a pie, al Dr. Borborema. Un médico del año de la cocoa, totalmente gagá. Más encima, estuve en la sala esperando por lo menos, sin exagerar, unas 37 horas y con este calor…

Tuninho:

Sosiégate.

Madre:

¿Pero qué fue lo que le dijo?

Zulmira:

Fui la última en ser atendida. (Cambia de la ironía a la rabia). ¿Lo que me dijo? Estoy segura que la vieja bestia va a descubrir su manto y mostrarme la guadaña, y que la va a enterrar en mi pulmón. Él me hizo un examen ridículo, una vergüenza de examen. Y al final de todo… vean si se puede… me dice… (al centro del palco expectativa familiar) ¡Me dice que no tengo nada!

Todos en coro:

Bravo, estupendo. Tuninho! Adiós.

Tuninho:

Entonces, ¿cuál es el drama? Si no tienes nada, ¡perfecto! No hay ningún problema.

Todos:

(Salen)

¡Nos vemos después

Lógico, evidente.

(Ella enfrentando al marido). Zulmira: Tuninho:

¿Por qué no te metes en tu propia vida? ¿Por qué no dejas de molestarme...? ¡Parece que hasta se quisiera morir!

Zulmira:

(Desafiando a todos). ¿Quién sabe? Porque yo, si quisiese, podría morirme ahora ya, inmediatamente. ¡Podría perfectamente!

Tuninho:

Está bueno ya con la manía esa de la muerte.

28 Zulmira:

Yo puedo ¡pero Glorinha no! ¡Glorinha no puede morir nunca! Imagínense a Glorinha muriéndose. Solo eso… imagínensela… ¡Acaba de morir! Está en la cama muerta. Ahí, van a vestir a la difunta… Y también se despiden! Escuchen la melodía. Las personas que estuvieron en su cuarto, van a ver un solo seno. (Ríe) ¡Uno solo!!! ¡La solitaria!!! Pero a mi me pueden desvestir en este minuto.

Madre:

No hable así.

Zulmira:

¿Por qué no?

Madre:

Porque es feo.

Zulmira:

O senhora acha?

Madre:

Deus castiga…

(Se vacía el escenario y Quedan Zulmira y Tuninho. Sonido de radio. Con música carnavalesca). Zulmira:

¡Ella lo sabe!

Tuninho:

Saber qué.

Zulmira:

Que estoy mal, que me voy a morir.

Tuninho:

¡Córtala!

Zulmira:

A propósito, sube el volumen de la radio y pon la música más fuerte, pon los clásicos y la música del carnaval.

Tuninho:

¿A ti no te gusta la música do carnaval?

Zulmira:

Cuando me muera, Glorinha va a estar, en la ventana mirando todo desde su balcón, gozando con mi entierro. Ella sabe que estamos en las últimas y que mi entierro va a ser de quinta categoría. Quiero salir de aquí…, si Glorinha supiese. Si sólo supiese que yo estoy desde las sombras tomando mis providencias.

Tuninho:

Hasta tiene buena música el carnaval.

Zulmira:

El día que me muera, Glorinha va a quedar con la boca abierta… bestia, tengo un plan… un golpe maestro. (mira a su marido). Sólo depende de ti.

Tuninho:

¿De mi?

29 Zulmira:

¡De ti!

Tuninho:

¿Pero, cómo?

Zulmira:

Después te cuento. (Tuninho sale. Nueva música, entra una Doña Ceci. Muy afectada. Tuninho ya salió).

Ceci:

Vine a visitarla señora Zulmira.

Zulmira:

Ceci, pase por favor.

Ceci:

¿Cómo está señora?

Zulmira:

Mal.

Ceci:

¿Gripe?

Zulmira:

Pulmón.

Ceci:

¿Ha probado Ud. la homeopatía?

ESCENA 18 (Se funde la luz en la funeraria). 1° Funcionario: Sólo piensa en mujeres. Timbira:

Nada que ver hombre.

1° Funcionario: Sabes, yo no tendría la confianza para dejarte cuidando a ninguna difunta. (Suena el teléfono). 2° Funcionario: Aló, ¿quién? Está, sí, un momento. Si. (Luz se divide con Zulmira que está al otro extremo del escenario con un teléfono inalámbrico). Timbira:

Timbira.

Zulmira:

¿Cómo está?

Timbira:

¿Quién es?

Zulmira:

¿Ya no me conoce?

Timbira:

Zulmira.

Zulmira:

¡Por fin!

Timbira:

¿Cómo está ese cuerpecito?

30 Zulmira:

Medio adolorido. Una gripe tremenda.

Timbira:

¿Sabe que he pensado mucho en Ud.?

Zulmira:

Ya empieza de nuevo…

Timbira:

Es que hoy estoy imposible.

Zulmira:

Córtela con eso, escuche lo que le voy a decir. Está llegando la hora. ¿Me oyó?

Timbiria:

¿La hora de qué?

Zulmira:

¡Que cabeça da melão voce tem!

Timbira:

¿Por qué?

Zulmira:

Ya se olvidó de mi amiga.

Timbira:

¿Murió?

Zulmira:

Todavía no, pero está cada vez peor. El médico ya lo dijo, cuestión de uno o dos días más, a lo sumo. Ud. sabe cómo es esto.

Timbira:

Y si fuera pura idea del médico.

Zulmira:

Esta vez es batata. Esta vez, está casi. Es papaya. Asegúrese bien que las manillas sean de bronce.

Timbira:

¿Y nuestro encuentro?

Zulmira:

Ya no corre.

Timbira:

Amiga, ¿qué pasó?

Zulmira:

No puedo.

Timbira:

Entonces, ¿cuándo?

Zulmira:

¿Cuándo? (pausa patética) Primero deje que se muera mi amiga, entonces estaré libre. (Risa convulsiva). Seré tuya, de mi marido, de todo el mundo. ¡Au revoir!

Timbira:

Oiga Zulmira…, linda… (Ella le corta). Aló, aló. Cortó. ¡Esas mujeres me ponen maluco!

1° Funcionario: ¿Quién era? Timbira:

La tal Zulmira.

31 1° Funcionario: Abre los ojos. 2° Funcionario: ¿Pasa o no pasa? Timbira:

¡Qué sé yo, ya no entiendo nada!

1° Funcionario: Está de cajón que a esa mujer le gusta. Timbira:

(Acerca a los dos). Vengan para acá... quiero su opinión. Ustedes encuentran que todo ese tema del entierro de la amiga, del ataúd…, todo eso, ¿es mentira o es verdad?

1° Funcionario: Para ser honesto, yo encuentro que es verdad. Timbira:

Es lógico…

1° Funcionario: La gente se va preparando, para que el entierro no sea uno de cuatrocientos cruzeiros. Timbira:

Pero eso, no explica el por qué de todo esto.

1° Funcionario: Tu todavía no caes en cuenta de que todas las mujeres, sin excepción, están completamente locas.

ESCENA 19 Luz en la casa de Zulmira. Entra a la pieza Tuninho, furioso. Tira la chaqueta. Tuninho:

¡Qué tremendo!

Zulmira

(Que dormitaba, despierta). ¿Qué pasó?

Tuninho:

(Tira los zapatos.) ¡Imagína! ¡Tal vez Ademir no posso jogar!

Zulmira:

(Atónita) ¿Qué Ademir?

Tuninho:

¡Ahora vas a empezar tú! ¿Qué Ademir? Lo que faltaba. ¿Nunca oíste hablar de Ademir? ¡Parece que vives en la luna! (Tuninho furioso camina de un lado a otro, con un zapato en cada mano).

32 Zulmira:

¡Ah!.

Tuninho:

Se lesionó en el entrenamiento, que estupidez.

(Zulmira se dobla en la cama, tosiendo con todas sus fuerzas. Sobre la obsesión de lo futbolístico, Tuninho ni se preocupa de la tos de su mujer). Tuninho:

Si él no juega, no sé, no sé. ¡Va a ser una tragedia en 35 actos! Porque Ademir solo, vale medio equipo. ¡Lo vale! (La mujer continúa tosiendo). ¿Sabes quién le regaló el campeonato al Fulminense? ¡Ademir! ¡Decidió todos los partidos! Ahora juega para Vasco y se lesiona. (Suelta los zapatos con una enorme melancolía, Zulmira se dehace en el ataque de tos). A veces te tengo envidia, a ti no te interesa el fútbol, no sabes quién es Ademir, no se te llena la cabeza, no te llenas de rabia, no tienes preocupaciones. ¡Que Dios te bendiga!

Zulmira:

¡Ay mi Dios, mi Dios! (Tuninho se quedó dormido). Tuninho, Tuninho!!

Tuninho:

¿Qué? ¿Qué?

Zulmira:

Mira…

Tuninho:

¿Qué? ¿Qué es eso?

Zulmira:

Sangre.

Tuninho:

¿De dónde?

Zulmira:

¡Del pulmón!

Tuninho:

¡Recuéstate!

Zulmira:

¿No te dije que el Dr. Borborema, no entendía nada de nada?

Tuninho:

Voy a llamar a una ambulancia.

Zulmira:

No, no quiero, quédate ahí.

Tuninho:

¡Pero Zulmira!

Zulmira:

Me voy a morir. Sé que me voy a morir. Ya no soy de este mundo…

Tuninho:

(Toca madera.) Deus me libre.

33 Zulmira:

Me muero, sí. Pero antes quiero un último pedido. Un último pedido Tuninho. A una muerta no se le niega nada. (Llora con tristeza profunda).

Tuninho:

Mi corazón te escucha, te vamos a tratar, te vas a mejorar…

Zulmira:

¡Mentira! ¡Mírame! ¡Tócame, pon tu mano por aquí, toca mi pecho. Ahora responde… ¿sabes que voy a morir…? Por el amor de Dios, ¡di que voy a morir…! ¿Voy a morir?

Tuninho:

…Si.

Zulmira:

Gracias… Jura.

Tuninho:

Juro.

Zulmira.

¡Que Dios te bendiga!

Tuninho:

¿Cuál es tu pedido?

Zulmira:

En esta calle, cuando sepan que fallecí, van a pensar que mi entierro será una porquería Tuninho. Entonces esa perra del lado, ya sabes, Glorinha… Por eso quiero, y no pido nada aparte de esto, un entierro como el que nunca ha habido… un entierro Tuninho que deje a Glorinha con una cara de este tamaño. (Risa) Es una locura mía, lo confieso… pasa mi bolso blanco. Ahí hay una nota. Está todo contratado, 42 mil cruzeiros, cerca de la plaza, hay una funeraria. Casa San Gabriel. Acuérdate del nombre.

Tuninho:

Pero mi amor, yo se que te mereces eso y mucho más, no hay dudas, pero la cuestión es la siguiente, estoy desempleado, no tengo un peso. Todavía tenemos algo de la indemnización, unos doscientos cruzeiros a lo más. ¿De dónde voy a sacar tanto dinero…? Son 42 mil cruzeiros.

Zulmira:

Hay una persona que te dará ese dinero… más. Esta fácil.

Tuninho:

¿Quién?

Zulmira:

Te daré la dirección, todo. Pero, prométeme que no me fallarás. Y no me hagas preguntas.

Tuninho:

Habla.

Y ahora jura que atenderás mi pedido….

Incluso

34 Zulmira:

Esa persona se llama, Joao Guimaraes Pimentel.

(Tuninho se asombra…) Tuninho:

¿Joao Guimaraes Pimentel? Ese no es uno que salió en el Diario. Que apareció en una foto y lo acusaban de mafioso, de bandido. ¿Es ese?

Zulmira:

Sí.

Tuninho:

Continúa.

Zulmira:

Agarra de mi bolsa blanca otro papel con la dirección de su casa, su oficina y los teléfonos. Apenas me muera te tomas un taxi, a su casa, a su oficina, que se yo, y le dices lo siguiente: que fallecí, pero que antes de morir pedí que él me pagara un entierro de 45 mil cruzeiros. El te va a dar el dinero, no le digas que eres mi marido, dile que eres un primo.

(Tuninho se yergue atónito.) Tuninho:

Pero quién es ese hombre, que nunca vi en la vida. ¿Qué pito toca? ¿Por qué va a largar 40 palos… a cambio de qué?

Zulmira:

(Se sofoca.) Más sangre, no respondo, una muerta no tiene que responder, me prometiste que no me harías preguntas. Prometiste un entierro bonito, lindo con carroza y caballos con penacho de 42 mil cruzeiros, júralo otra vez. ¡Júralo!

Tuninho:

Juro.

(Zulmira toma la mano de su marido y la besa.) Zulmira:

Dios te bendiga. Estoy muerta y pueden venir a desvestirme. Vecinas desvistanme.

ESCENA 20 Cambia la escena al bar de los amigos. Oromar:

Zeca. Adivina quién acaba de fallecer.

Zeca:

¿Quién?

Oromar:

Ahora, recién.

Zeca:

¿Quién?

35 Oromar:

¡La mujer de Tuninho!

Zeca:

¿Murió? No te creo. ¿Zulmira?

Oromar:

No hace media hora.

Zeca:

¿De qué?

Oromar:

Enfermedad galopante.

Zeca:

Que cosa terrible.

Oromar:

Estoy con una pena terrible por Tuninho, la mujer se muere en la víspera de Vasco con Fluminense, el entierro es mañana, quiero decir que no podrá ir al partido. Eso es a lo que yo llamo el peso de la muerte. La mujer muere justo en la víspera del partido….

Fin del Segundo Acto.

36 TERCER ACTO (Zulmira acaba de morir y es hora de vestir el cuerpo. La madre llora. Hay vecinas en el cuarto). ESCENA 21 Madre:

¡Minha filha, minha menina!

Doña Ceci:

Doña.

Madre:

¡Oh, Dios mío! ¿Qué pasa?

Doña Ceci:

¿Dónde está la ropa?

Madre:

Que ropa.

Doña Ceci:

La de su hija. A roupa de sua filha.

Madre:

(Llorando). Está ahí.

Doña Ceci:

¿Dónde?

Madre:

En la cómoda.

Doña Ceci:

¿Aquí?

Madre:

Ahí. Si. ¿Me puede hacer un favor, Doña Ceci?

Doña Ceci:

Claro.

Madre:

Abra la primera gaveta.

Doña Ceci:

¿El del medio?

Madre:

¡El del medio, sí! Vea si hay un paquete con uma fita amarelha.

Doña Ceci:

Sí.

Madre:

Tómelo. Ese es. Mi hija era muy cuidadosa. Había comprado un conjunto completo. Combinación, calzones, todo. Tomó el paquete y lo metió en el segundo cajón, y más encima avisó. “Mamá cuando me muera no se olvide de mi combinación nueva”.

Doña Ceci:

El vestido, ¿es este mismo?

Madre:

Es el ceniza, ese, ceniciento. Los zapatos están en la caja.

37 Doña Ceci:

Muy bien, gracias. (Doña Ceci sale, la madre queda llorando y repentinamente en un clamor estalla.)

Madre:

¡Mi hija, van a vestir a mina filha!

(Regresa Doña Ceci agitada.) Doña Ceci:

Señora.

Madre:

¿Qué pasa?

Doña Ceci:

No se puede. Está lleno de mujeres allá dentro. No se puede ni respirar. Todos mirando, respirando encima, parece…

Madre.

¡Lo se!

Doña Ceci:

¿No encuentra Ud. que mejor sería sacar a todo el mundo para afuera? Me quedo yo y alguien más y listo.

Madre:

No saque a nadie para afuera. A nadie. Deje a todo el mundo. Mi hija quería que todas las mujeres del pasaje estuvieran en el cuarto cuando la vistieran.

Doña Ceci:

Pero mire, vea, si hasta hay niños mirando.

Madre:

Deje, deje, no mande a nadie para afuera.

Doña Ceci:

All right.

(Se realizan los ritos funerarios y la fallecida es vestida) ESCENA 22 Con musica de Chico Buarque, varios hombres caminan en diferentes direcciones, Tuninho es uno de ellos. Tuninho:

Señor.

Hombre de la calle:

¿Qué?

Tuninho:

Usted por casualidad Guimaraes Pimentel?

Hombre de La calle:

¿Guimaraes qué?

Tuninho:

Pimentel.

¿Conoce

a

Joao

38 Hombre de la calle:

¿El que tiene las flotas?

Tuninho:

¿Lo conoce?

Hombre de la calle:

Lo conozco. ¿Quién no conoce a Pimentel?

Tuninho:

¡Que tal!

Hombre de la calle:

¿Cómo?

Tuninho:

¿Tiene plata?

Hombre de la calle:

¡¿Pimentel?!

Tuninho:

¿Tiene?

Hombre de la calle:

¡Podrido de rico! ¡Millonario! ¿Sabe cuántas flotas tiene rodando día y noche? Adivine.

Tuninho:

No tengo idea.

Hombre de la calle:

¡Trecientas! Sin contar los colectivos y los otros vehículos. Lo único donde no lleva ventaja es la señora.

Tuninho:

¿Es casado?

Hombre de La calle:

Casadisimo. La mujer es una fiera. De esas que necesitan asegurar… ¡Pero Pimentel, ah Pimentel…!

Tuninho:

¿Buen tipo?

Hombre de la calle:

¡Un caballero! Aqui es en este palacete.

Tuninho:

¡Bonita la casa!

ESCENA 23 (Tuninho esta en La casa de Pimentel.)

Tuninho:

Vengo de parte de Zulmira. Soy su primo.

Pimentel:

¿Zulmira?

Tuninho:

¿Ud. señor conoce a Zulmira?

Pimentel:

¿Una morena?

39 Tuninho:

Eso. Morena, morena de ojos verdes.

Pimentel:

Siéntese.

Tuninho:

Gracias.

Pimentel:

(Medio nostálgico.) Me acuerdo, ahora me acuerdo. Zulmira…

Tuninho:

Si.

Pimentel:

Y ¿qué pasa con ella?

Tuninho:

(Lagrimea.) Murió.

Pimentel:

¿Cuándo?

Tuninho:

Hace cosa de media hora, cuarenta minutos.

Pimentel:

Pero no es posible, no puede ser…

Tuninho:

Murió.

Pimentel:

¿De qué?

Tuninho:

Pulmón.

Pimentel:

¡Qué cosa!

Tuninho:

Y yo estoy aquí porque, poco antes de morir, ella me llamó, me mandó a pedirle a Ud. que pague su entierro.

Pimentel:

¿Yo? ¿Pagar el entierro?, pero ¿y el marido?

Tuninho:

Está desempleado.

Pimentel:

Comprendo. ¿Usted es su primo?

Tuninho:

Primo.

Pimentel:

Y si esta aquí es porque, naturalmente… sabe… ¿Zulmira le contó?

Tuninho:

Claro, naturalmente.

Pimentel

¿No se incomoda que le hable de nuestro asunto?

Tuninho:

En absoluto. (Pimentel, pone whisky en la copa.) Y hasta me gustaría saber, por qué yo no desconfié nunca, ni yo ni nadie, solo vine a saber ahora. Francamente nunca me lo imaginé.

40 Pimentel:

Pero, por favor, no me mal interprete.

Tuninho:

Claro, si yo no juzgo, de ninguna manera. Pero, ¿cómo fue?

Pimentel:

(Bebe más.) Grande, pequeña... El cuerpo que me gusta, ni gorda ni flaca. A la medida. (Tuninho bebe, con ira contenida).

Tuninho:

¿Fue fácil o difícil? (Pimentel tiene una risa pesada).

Pimentel:

¿Si fue fácil o difícil? Basta con que le diga lo siguiente, dos puntos: fue la única mujer que conquisté de pecho, al frente. Entré de lleno.

Tuninho:

¿De lleno cómo?

Pimentel.

Si, porque generalmente antes de lo principal siempre hay una conversación, un enamoro, un romance. Y con Zulmira no hubo nada de eso, me acuerdo como si fuese hoy… derechito. Fue más o menos hace un año, ¿conoce esa heladería de los cines que queda en el Odeón?

Tuninho:

Si la conozco.

Pimentel:

Bueno fue en la heladería, adentro. Ubica donde uno empuja la puerta que dice Caballeros. Empujé la puerta que dice señoras. Abrí así de frente, y choqué con una señora que estaba lavándose las manos. Iba a volver atrás pero ah… no se qué paso conmigo. Me dio la locura, ya sabe, atraqué a la señora a lo bruto. No hubo nada, ni siquiera un buenos días, o un buenas noches. No hubo ni una sola palabra entre nosotros.

Tunhino:

(Sufriendo) ¿Y ella?

Pimentel.

¿Ella qué?

Tuninho:

¿Reaccionó, gritó?

Pimentel:

Nada, no dijo ni pio. Y si gritaba, el marido estaba ahí, cerca de cinco metros, en la mesa, tomando helado, muchacho… Era hora de almuerzo, había movimiento. Si entra alguien alguna mujer y se encuentra con el asunto. Se imagina. Tuvimos suerte, mucha suerte de que no apareciera nadie (hace algunos cálculos). Todo duró unos cinco minutos, lo genial es lo siguiente, en

41 esos cinco minutos, cuando salí, ella ni siquiera sabía mi nombre ni yo el de ella… ¿no es fantástico? (Tuninho ríe con sufrimiento.) Tuninho:

Y el marido tomando helado.

Pimentel:

Dos semanas después estoy en la oficina cuando… (Pimentel coloca el vaso en el piso y va al encuentro de Zulmira que acaba de entrar. Tuninho arrastra su silla y se pone a observar.)

Tuninho:

Pero finalmente, ¿a ella le gustaba o no le gustaba su marido?

Pimentel:

(Toma entre sus manos las manos de Zulmira.) Graciosos los ojos que la ven… ¿Cómo supo mi nombre?

Zulmira:

Leí su nombre en el diario.

Pimentel:

Y hasta me pusieron con fotografía. Déjalo aquí. ¡Primera Plana! Pero cuál es su nombre que aún no lo sé?

Zulmira:

Zulmira.

Pimentel:

Zulmira, espere voy a cerrar la puerta.

Zulmira :

¿Para qué?

Pimentel:

¿Para qué será, no?

Zulmira:

¡Quieto!

Pimentel:

¿Que está chupando Zulmira?

Zulmira:

Un caramelo.

Pimentel:

Eche fuera.

Zulmira:

¿Por qué?

Pimentel.

Porque te voy a besar para sentir tus sabores.

Zulmira:

No haga eso…, estoy casada.

Pimentel:

Pero lo más importante ya pasó entre nosotros. Pasó de todo.

Zulmira:

¡Ahhh!

42 Pimentel:

Ahora es tarde… pasó la vieja.

Zulmira:

Uno solo… (Poniendo boca de beso.)

(Escena del Beso Tuninho grita.) Tuninho:

¿Y el marido? ¿Qué decía ella del marido?

(Pimentel vuelve y Zulmira queda en espectro.) Pimentel:

Al día siguiente fuimos a mi departamento, ah fue una tarde fabulosa.

(Pimentel y Zulmira bailan un tango apasionado.) Pimentel:

¿Tu marido te hizo algo?

Zulmira:

Si.

Pimentel:

¿Alguna maldad?

Zulmira:

Peor que maldad y no se lo voy a perdonar nunca.

Pimentel:

Cuéntame.

Zulmira:

Todo comenzó en la primera noche… Él se levantó salió del cuarto para… ¿sabes para qué…?

Pimentel:

No.

Zulmira:

Para lavarse las manos.

Pimentel:

¿Y?

Zulmira:

Le doy asco… tiene asco de mí. Durante toda la luna de miel hizo lo mismo… entonces supe que más temprano que tarde tendría que engañarlo… no lo pude soportar más… ese hombre lavándose las manos. El me decía que yo era fría… Fría, pobrecito… Soy fría… dime.

Pimentel:

¡Ud. es increíble!

Zulmira:

Odio a mi marido.

Pimentel:

Habla mal de tu marido. Chinga tu marido

Zulmira:

¿Para qué?

Pimentel:

Dale, dale...

Zulmira:

Pero ¿para qué?

43 Pimentel:

É uma brincadeira gostosa! ¡Inténtalo! Así... mira... “¡Estoy engañando a mi marido!” ¡Anda, dilo fuerte! ¡Bien fuerte! ¡Dale!

Zulmira:

¡Estoy engañando a mi marido! ¡Estoy engañando a mi marido! ¡¡¡En-ga-ñan-do !!!

Pimentel:

¡Más! ¡Más! ¡Repite! (A Tuninho.) ¿Comprendiste?

Tuninho:

Odiaba a su marido.

Pimentel:

Todo el asunto iba estupendo, cuando de repente… entramos en terreno difícil. Siempre hay un espíritu malvado por ahí. Y justo… ¡Qué mala suerte! Que pesadez... Una tarde saliendo con Zulmira, del brazo, se porque esa tarde estúpidamente le di el brazo, fue una tontera, Zulmira incluso me lo advirtió…

Zulmira:

Cuidado con el brazo

Pimentel:

¡Y puf! dimos de cara con una conocida. (Entra Glorinha que pasa frente a ellos.)

Tuninho:

¿Quién?

Pimentel:

Una joven, prima de Zulmira.

Tuninho:

¿Glorinha?

Pimentel:

Parece que sí, sí, Glorinha. La tal Glorinha encaró a Zulmira, la miró de frente y no la saludó. ¿Sabe que Zulmira se quedo atónita?

Zulmira:

Tenemos que terminar.

Pimentel:

Terminar, ¿por qué? ¿Por causa de una engreída?

Zulmira:

¡Desde ese día, no habla más conmigo! ¡No me saluda! ¡Me ve y corre la cara!

Pimentel:

Y a ti, ¿te importa?

Zulmira:

¡Claro que me importa!

Pimentel:

¡Que tontería!

Zulmira:

¡Pero ella tiene razón! ¡No puedo tener un amante!

Pimentel:

Venga, acérquese.

44 Zulmira:

Suéltame.

Pimentel:

¡Dame un beso!

Zulmira:

¡Nunca más!

Pimentel:

Pero, ¿por qué?

Zulmira:

No saco nada con explicar, ya no me gustan tus besos, ya no me gusta nada. Ahora sí que soy fría, de verdad. Glorinha no me deja ser mujer. Es como si estuviese aquí detrás mío. Como si me acompañara a todos lados. Ella me impide amar… Tengo asco de los besos, de todo. (Se quiebra la voz en un sollozo.)

Tuninho:

¿Y ahí te dejó?

Pimentel:

Si. Nunca más apareció, nunca más me llamó. Nada. Desapareció, se esfumó… Ella no usaba perfume, tenía un olorcillo a sudor que me embriagaba…

Tuninho:

Muy bien, me tengo que ir…, estoy atrasadísimo. Tengo que preocuparme del obituario. Todavía no he tomado ninguna providencia del entierro.

Pimentel:

Vaya. Voy a buscar el dinero. (Toma su cartera.) Tengo ganas de una sola cosa, ¿Qué tal si la fuese a ver, a echarle una mirada? Me gustaría verla por última vez.

Tuninho:

No conviene.

Pimentel:

¿Por qué?

Tuninho:

Antes de morir ella me pidió que Ud. no fuera porque estaba muy delgada.

Pimentel:

Pobrecita. ¿Cuánto es…?

Tuninho:

Cuarenta y cinco mil cruzeiros.

Pimentel:

¿Oiga, Ud. está loco?

Tuninho:

Es el precio.

Pimentel:

Que burla es esta, cuarenta y cinco mil cruzeiros… ¿cómo?

Tuninho:

Lo que le estoy diciendo.

Pimentel:

Enterré a mi madre, que es “mi madre”, por 20 mil ¡Y fue un BIG Entierro!

45 Tuninho:

Cuarenta mil cruzeiros.

Pimentel:

Oiga, estoy dispuesto a darle una suma de mil quinientos… y chúpense los dedos…

Tuninho:

Ud, me va a dar los cuarenta y cinco mil cruzeiros. Eso es una cosa, la otra es que no soy el primo de Zulmira, soy su marido.

Pimentel:

¿Qué?

Tuninho:

Su marido. El propio, soy el que estaba en la heladería, mientras usted se equivocaba de puerta… ¡sólo que no como helados porque tengo sinusitis! ¡Dame los 40 mil!

Pimentel:

¿Y si no quiero?

Tuninho:

Soy valiente así que si no me los da, me voy derechito al Diario Radical, que te tiene en la mira y les cuento todo para que lo publiquen. Les va a encantar la historia.

Pimentel:

Te doy treinta.

Tuninho:

Cuarenta y cinco mil. Dámelos ahora.

Pimentel:

Muy bien. (Busca el dinero, que saca desde un cofre, como todo, imaginario.) Tome.

Tuninho:

Cinco, diez, quince, sabe se me ocurrió una idea, veinte… una idea genial.¿Qué tal si le hacemos una misa del séptimo día? Veinte y cinco, treinta… una misa para detener el tránsito. Con tres curas, música… 35, 40, una misa espectacular… 45 mil cruzeiros… el resto está bien… ¡Un golpe grande!

Pimentel:

¡Desaparezca de mi vista!

Tuninho:

Vuelvo el lunes por el resto, para la misa.

Pimentel:

¡Cornudo!

ESCENA 24 (Funeraria) 1° Funcionario: Ese es el cuento.

46 Timbira:

Pero, ¿qué les pasa?

2° Funcionario: En serio… Timbira:

Pero, ¿por qué?

1° Funcionario: Te lo voy a poner de la siguiente manera, cada 15 minutos te enamoras. Ahora, es el cuento con esa Zulmira… 15 minutos por reloj, no puede ser. Timbira:

Me gustó y punto.

1° Funcionario: ¡A ti te gustan todas! Timbira:

¡Pero a todas les gusta y quieren conversar!

2° Funcionario: ¡Claro que sí, señor! Timbira:

Es distinto, yo juego con todas, pero ésta, me gusta. Es diferente.

2° Funcionario: En mi opinión, una opinión sincera, esa mujer te está haciendo el tonto. De Bobo! Timbira:

¿Qué?

2° Funcionario: Una de dos, o está loca, que no creo, o es una estafadora. Timbira:

¿Puedo hablar?

1° Funcionario: Cabeza dura. Timbira:

Eu gosto dessa mulher y punto. Se acabó. No se, la encuentro muy atractiva, sus pechos me ponen loco, y no me está mintiendo. Ese asunto del entierro de 42 mil cruzeiros es papa. Te apuesto lo que quieras que en cualquier momento ella va a llegar y…

ESCENA 25 (Entra Tuninho y el 1° Funcionario interrumpe a Timbira.) Timbira: ¿Desea algo? Tuninho:

¿Podría darme una información?

Timbira:

Perfectamente.

Tuninho:

Quiero saber cuánto cuesta un cajón. El más barato.

47 Timbira:

(Girándose al 1° Funcionario.) Venga acá…

1° Funcionario: ¿Qué hay? Timbira:

Aquí el caballero quiere saber cuál es el precio del ataud más económico.

1° Funcionario: ¿Sólo el ataud? Tuninho:

Sólo el ataud.

1° Funcionario: Cuatrocientos cruzeiros. (El 1° Funcionario da el precio y al mismo tiempo abre los brazos y la boca en un bostezo enorme.) Tuninho:

¿Es el más barato de todos? ¿De todos?

1° Funcionario: ¿Y le parece caro? Tuninho:

Cuatrocientos cruzeiros. Ese mismo.

1° Funcionario: ¿Para dónde es? Tuninho:

Aldea Campista.

Timbira:

Se lo enviamos.

ESCENA 26 (Sale todo el mundo. La escena está vacía, se rompe lo fantasmagórico. Se ve a Glorinha oyendo radio. Entran a escena los amigos de Tuninho. Forman un grupo en un extremo de la escena. Juegan. Día.) Ceci:

¿Qué hora es?

Max:

Las diez.

Ceci:

¿Ya?

Zeca:

No, faltan cinco.

Ceci:

Esta en la hora de que el entierro salga. ¿Y Tuninho?

Zeca:

No se.

Ceci:

¿Dónde se metió esa bestia?

48 Zeca:

Que se yo. Salió de aquí anoche, fue a preocuparse por el entierro, el más fulero que haya visto en mi vida y más encima se vuelve loco…

Max:

¡Qué vergüenza!

Zeca:

Un entierro de perros.

Max:

Vamos a cargar la muerta.

ESCENA 27 (Salen los cuatro, escena vacía, una música breve. Luz sobre Timbira que está roncando. Entra el 1° Funcionario y despierta a Timbira. 1° Funcionario: ¡Timbira!, ¡Timbira! Timbira:

¿Qué, qué?

2° Funcionario: Donde estas?. Timbira:

Ya voy. Es tarde. Tengo la cabeza llena de cachaza de anoche.

1°Funcionario: Te tengo una noticia bomba, muchacho. Timbira:

Dale.

1° Funcionario: Vengo del velorio. Timbira:

¡Ah, del velorio!

1° Funcionario: Exactamente. Adivina sólo de quien era el velorio. Adivina ¿a quién ayudé a poner en el cajón de cuatrocientos cruzeiros? Timbira:

¿A quién?

1° Funcionario: A tu amiga… Timbira:

¿A cuál de todas?

1° Funcionario: Zulmira. Timbira:

¡No me jodas!

1° Funcionario: ¡Te doy mi palabra! ¡Por esta luz que nos alumbra! Timbira:

¡Carajo!

49 1° Funcionario: No te dije. Me fijé en la coincidencia de los nombres, ¡cuando llegué, era la misma! Timbira:

Me metiste un gol tremendo.

1° Funcionario: Bueno, muchacho, no pienses más en eso. ¡Está muerta y enterrada! Ya se está jugando el Preliminar. ¡Hay mucha gente yendo a esta hora al Maracaná! ESCENA 28-29 (Se ve entrar a una pequeña comitiva cargando un ataud y cantando Fita amarella paralelamente hay luz en el Maracaná. Tuninho esta junto a la barra de Vasco vitoreando. Todos cantan y gritan por Vasco. Escenas paralelas.)

Tuninho:

¡Doscientas mil! . Hoy tengo plata. No entienden nada de fútbol, soy de Vasco y les doy dos goles de ventaja… ¡Tengo plata! ¡Tengo plata! Apuesto contra 200 mil personas… doy dos, tres, cuatro goles de ventaja. (Insulta a la platea.) Cabezas de mierda. (Tira el dinero por los aires y tras gritar con todas sus fuerzas, cae derrotado y cubre su rostro con sus manos.) ¡¡ Vasco, Vasco!!

(Tuninho esta de rodillas, todos desaparecen y el queda llorando desesperado como si fuera el hombre mas solo del mundo.)

FIN

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