MONOGRAFIA-AUTISMO

FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA MONOGRAFÍA “EL AUTISMO” Docente: Ramos Rodríguez,

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FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

MONOGRAFÍA

“EL AUTISMO”

Docente: Ramos Rodríguez, Johanna

Autor(a): Troncos Pizarro, Deisy

Curso: Psicopatología II

Moyobamba Perú 2016 AUTISMO

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PRESENTACIÓN El siguiente trabajo de análisis relacionado al Trastorno de Autismo en todo el mundo, ha sido formulado y/o elaborado con la finalidad de, orientar e ilustrar las causas, efectos y tratamiento de este mal.

Así mismo, dicho trabajo también tiene como finalidad informar, orientar y tomar consciencia de las consecuencias que puede ocasionar este trastorno que por lo general ataca a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones si éste no es tratado a tiempo.

Dicha información se ha obtenido o consultado por intermedio de la INTERNET, artículos, entrevistas, conferencias y libros.

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DEDICATORIA

Dedico está monografía a mi madre, quien a lo largo de mi vida han velado por mi bienestar y educación siendo mi apoyo en todo momento. A mi docente por todos lo conocimientos inculcados

en

su

estudiantes.

A

mis

compañeros por brindarme su amistad y ayudarme en todo momento.

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ÍNDICE PRESENTACIÓN ............................................................................................................ 2 DEDICATORIA ............................................................................................................... 3 REALIDAD PROBLEMÁTICA ...................................................................................... 6 OBJETIVOS ..................................................................................................................... 7 GENERAL: ................................................................................................................. 7 ESPECÍFICOS: .......................................................................................................... 7 1.

ANTECEDENTES DEL AUTISMO ....................................................................... 8 Eugen Bleuler .............................................................................................................. 8 Hans Asperger ............................................................................................................ 9

1.1

DEFINICIÓN ...................................................................................................... 11

1.1.1

Etimología ................................................................................................... 11

1.1.2

¿Qué es el Autismo? ................................................................................... 12

1.2

CARACTERÍSTICAS ................................................................................... 13

Comunicación: ...................................................................................................... 14 Destrezas sociales:................................................................................................. 14 Comportamiento: ................................................................................................. 15 1.3

CAUSAS ......................................................................................................... 16

1.4

EVOLUCIÓN DEL AUTISMO EN LAS DIFERENTES EDADES ........ 17

1.5

PSICOLOGÍA Y AUTISMO ........................................................................ 19

2.

¿CÓMO DETECTAR A UN NIÑO AUTISTA? ................................................... 21

2.1

LA FAMILIA DE UN NIÑO AUTISTA ............................................................ 21

2.2 ¿CÓMO AFRONTA LA FAMILIA EL DIANÓSTICO DE UN NIÑO CONTRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO?.................................. 22 2.2.1

Reacciones de los padres ante el autismo ............................................. 23

2.2.2

Diferencias entre los síndromes de Autismo y Asperger..................... 24

2.2.3

Estrategias educativas para niños con diferentes grados de autismo 25

3.

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO DEL AUTISMO EN NIÑOS ........... 25

3.1.1

Evaluación del desarrollo....................................................................... 25

3.1.2

Evaluación diagnóstica integral ............................................................ 26

3.2

TRATAMIENTO DEL AUTISMO EN LA INFANCIA ........................... 27

4. CONCLUSIÓN .................................................................................................. 28 5. BIBLIOGRAFIA ............................................................................................... 29

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INTRODUCCIÓN El término "Autismo" - que proviene del griego y significa "sí mismo" - fue tomado por Kanner del término planteado por Bleuler originalmente, siendo este último en 1911 quien lo utiliza para referirse a los pacientes con esquizofrenia que tendían a retirarse del mundo social para sumergirse en sí mismos a las fantasías de sus pensamientos. Kanner toma el término para referirse a la incapacidad para establecer relaciones sociales, diferenciándose del concepto de Bleuler porque consideraba que las personas con autismo tenían una deficiente imaginación. He aquí las confusiones que ha desencadenado el término hasta nuestros días, cuando se le denomina a dicho trastorno como esquizofrenia infantil o psicosis infantil como similar al Autismo, confundiéndose no solo su tratamiento sino también las causas, existiendo durante mucho tiempo la creencia de que el Autismo infantil era producto de un desarrollo deficiente o desorganizado de las madres con respecto a la formación de vínculo y apego en las primeras etapas de la infancia temprana, respaldada por la visión psicodinámica.

A partir de lo anterior, hoy en día se sabe que dicha propuesta no es influyente en el desarrollo del autismo y que este ocurre en cualquier familia, de cualquier cultura, nivel socioeconómico y etnia, más allá de los patrones de apego y formación vincular. Cada vez es más fuerte la etiología neurobiológica, y existe conciencia de que la intervención temprana es fundamental pues potencia al máximo las capacidades de desarrollo personal y social del niño y la oportuna guía y orientación a sus familiares y educadores. Sin embargo, tanto el autismo como los demás trastornos generalizados del desarrollo, el diagnóstico e intervención temprana son sumamente difícil.

El objetivo principal de este trabajo es dar a conocer a través de diversas fuentes bibliográficas sobre cómo es la vida de los niños autistas y su desenvolvimiento en el entorno. En este sentido, el trabajo se enfoca en describir cómo se da el desarrollo del autismo y como afecta al niño en el contexto social en las diferentes etapas de su vida. Que se ha estructurado en tres capítulos, en las cuales el I capitulo comprende el marco teórico, los antecedentes el cual detalla el concepto, características causas y el punto de vista psicológico del autismo, así mismo en el II capitulo comprende el los estilos de vida del niño autista, desenvolviendo en el contexto social y diagnóstico y tratamiento; para finalizar el capítulo III está consta de las conclusiones y referencias bibliográficas.

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REALIDAD PROBLEMÁTICA Cada vez que mencionamos que un niño nace con algún tipo de trastorno, inmediatamente se cruza por nuestra mente el “Síndrome De Down” debido a que este es el más conocido en nuestra sociedad y a incidencia con que se presentan. Muchas veces ignoramos que existen otros tipos de trastornos y que por no ser muy conocidos los pasamos por alto. Este es el caso del autismo.

El autismo es un trastorno infantil que tiene más incidencia en los niños que en las niñas, si hablamos de un porcentaje, se ha calculado que afecta en un 80% a los varones. Sus causas se desconocen pero se han expuesto algunas teorías que podrían explicar esta enfermedad. Hasta el día de hoy no existe una cura. Este síndrome afecta la capacidad de desarrollo, la comunicación, integración y sensación que hacen del autismo una discapacidad de por vida. Es tratado mediantes programas educacionales que varían de acuerdo a la severidad del mismo y de acuerdo al individuo incluso algunos estudios sugieren que las relaciones que el niño autista posee con su entorno y ambiente social se debe a la falta de afectividad en su infancia, incluso a la educación sostenida por padres distantes, fríos y demasiado intelectuales.

La aceptación de un niño autista para la sociedad y sobre todo para los padres es difícil. El temor a las burlas, críticas y la vergüenza que poseen lleva a los familiares a evitar todo contacto del autista con el mundo exterior. Lamentablemente aún existe país latinoamericanos que no tiene políticas de salud tanto mental como física para esta clase de pacientes y lo único que hacen es excluirlos del contexto haciendo que su condicione de alud se agrave debido a que estos niños necesitan mucha estimulación para poder insertarlos al mundo y que puedan llevar una vida más cómoda. Ya sea por cultura o costumbre, la sociedad tiende a etiquetar a una persona con autismo, pasando muchas veces por encima de su dignidad, olvidando que es un individuo con necesidades, deseos, sentimientos y frustraciones, con una identidad propia y con los derechos que todo ser humano debe tener.

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OBJETIVOS GENERAL: Dar a conocer a través de diversas fuentes bibliográficas que es el autismo y cuáles son las estrategias educativas que se debe de trabajar con estos niños

ESPECÍFICOS: -

Identificar los problemas de conducta que tiene un niño autista.

-

Mencionar el desarrollo evolutivo del autismo.

-

Identificar cómo repercute en su desarrollo tanto cognitivo, social y de comunicación.

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MARCO TEÓRICO CAPITULO I 1. ANTECEDENTES DEL AUTISMO Eugen Bleuler (1857-1939): El padre de la psiquiatría infantil, Leo Kanner (1894-1981) también se pudiera considerar como el padre del autismo. Después de su emigración de Austria a los Estado Unidos en el 1924, Kanner fundó la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Johns Hopkins. En el año 1938, Kanner comenzó el estudio de un grupo de niños que habían sido diagnosticados con esquizofrenia infantil y/o problemas emocionales. Cinco años más tarde, Kanner público su artículo seminal sobre trastornos autistas del contacto afectivo en el que describió una serie de 11 niños (8 niños y 3 niñas, todos menores de 11 años de edad) que sufrían de un síndrome que parecía afligir selectivamente a hijos de padres altamente inteligentes. Kanner describió a los niños como más felices cuando se quedaban solos, viviendo aislados como en una concha, manteniendo el deseo ansioso y obsesivo por la monotonía, y con un lenguaje plagado por rituales verbales y ecolalia. Muchos de los niños descritos por Kanner habían sido diagnosticados como ‘débiles mentalmente’, pero Kanner resalto en los mismos la falta del deterioro cognitivo. Por el contrario, Kanner observo un excelente uso del vocabulario, una memoria extraordinaria para acontecimientos del pasado, y una memoria precisa para secuencias complejas. Kanner llegó a la conclusión de que los niños estaban sufriendo de lo que calificó como ‘autismo infantil temprano’, y que si bien su comportamiento era análogo a lo encontrado en la esquizofrenia, estas enfermedades tenían una sintomatología intrínsecamente diferentes. Al mismo tiempo que Kanner reportaba sus observaciones, Hans Asperger (1906-1980), un pediatra vienés, observó un patrón similar de comportamiento en cuatro niños referidos al Hospital Universitario de Niños de Viena. En 1944 Asperger publicó su habilitación, o tesis doctoral, intitulada: “Psicopatía Autista en la Infancia”. En la misma el identificó deficiencias de comportamiento y habilidades que mantenían una semejanza marcada a las características que Kanner había descrito anteriormente. A pesar de que él describió la susodicha psicopatía autista tan sólo un año después que el artículo de Kanner fuera publicado, la contribución de Asperger se mantuvo grandemente desconocida fuera de la literatura alemana hasta que la misma fue traducida al Inglés en el 1981. Una vez traducida, se hizo claro que los historiales clínicos de Asperger repetían los hallazgos reportados por Kanner. En su tesis, Asperger describió a sus pacientes como aislados, manteniendo intereses particulares, padeciendo de graves dificultades

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en la integración social, torpeza motora, pobreza emocional, movimientos estereotipados, mirada extraña, escasez de la expresión facial, y utilizando un lenguaje rebuscado e idiosincrásico. Pero como era de esperar, nadie conocía el cuadro clínico tan a fondo como Kanner. Nadie podía precisar y comprender con mayor precisión cuales debían ser los límites entre el autismo y otros trastornos. Puesto que el conocimiento del autismo estaba emergiendo, era capital no confundirlo con otros problemas, de otro modo resultaría muy adulterada la investigación y el progreso en el conocimiento de la naturaleza del autismo. Con esta finalidad, Kanner propuso como criterios que definían el autismo precoz los siguientes síntomas cardinales: aislamiento profundo para el contacto con las personas, un deseo obsesivo de preservar la identidad, una relación intensa con los objetos, conservación de una fisonomía inteligente y pensativa y una alteración en la comunicación verbal manifestada por un mutismo o por un tipo de lenguaje desprovisto de intención comunicativa. De todos estos aspectos, en 1951 Kanner destacaba como característica nuclear: la obsesión por mantener la identidad, expresada por el deseo de vivir en un mundo estático, donde no son aceptados los cambios.

Hans Asperger (1906-1980), Tanto Kanner como Asperger son considerados pioneros de la investigación del autismo, ya que fueron los primeros en definir la enfermedad como una entidad clínica distinta y reconocible en el campo de la psiquiatría infantil. Sin duda, es interesante que dos médicos austríacos en diferentes continentes, de forma independiente y al mismo tiempo, descubrieran la misma enfermedad y le hayan dado la misma etiqueta descriptiva. En efecto, ambos autores describen a sus pacientes con síntomas similares: el aislamiento social con problemas frecuentes de conducta agresiva y destructiva, torpes en la marcha, déficits del lenguaje (ej., la reversión de los pronombres), y la tendencia a inventar palabras. Kanner y Asperger señalaron que aspectos no verbales de la comunicación también estaban afectados, incluyendo el contacto visual, la falta de gestos expresivos y la entonación vocal durante el habla. Además, cada uno de ellos reconocido varias otras características como la deficiencia del juego imaginativo, los patrones repetitivos de actividades, movimientos corporales estereotipados, la fijación en ciertos objetos, respuestas extrañas a estímulos sensoriales, hipersensibilidad al ruido, y habilidades especiales principalmente en cuanto a la memorización. Ambos autores señalan que estos comportamientos autistas eran mucho más comunes en niños que en niñas. Mientras que las observaciones relacionadas a patrones de conducta eran muy parecidas, sus interpretaciones sobre las causas subyacentes eran marcadamente diferentes. Kanner estaba preocupado con los atributos que él pensaba eran compartidos por los padres de niños autistas, a saber, una falta de genuina calidez maternal que condujo a la concepción de ‘madres nevera’, teoría que predominó sobre la etiología del autismo en la década de 1950. Asperger, sin embargo, consideraba el autismo como

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un trastorno heredado de la personalidad, subrayando por lo tanto una base genética para la condición. Las comparaciones de lo que luego se conoció como el autismo infantil temprano de Kanner y el síndrome de Asperger produjeron diferencias significativas entre las dos condiciones. El autismo, según Kanner, era evidente en niños desde los seis meses de edad, mientras que Asperger sostenía que su síndrome era rara vez diagnosticado antes del tercer año de vida. Más recientemente el consenso medico sostiene que las deficiencias en la comunicación no verbal y la interacción social son distintivas para ambas condiciones, y que la adquisición de competencias lingüísticas definen diferencias significativas entre las mismas. El autismo de Kanner fue asociado con la aparición retrasada del habla o mutismo selectivo, mientras que los niños que padecían del síndrome de Asperger podían aprender un uso adecuado de la gramática y el vocabulario, aunque el contenido era a menudo pobre e inapropiado en el contexto social. Según Asperger sus pacientes frecuentemente aprendían a hablar antes que caminar, y el caminar se producía más tarde de lo normal. En contraste, las observaciones de Kanner indicaban que el caminar se desarrollaba con normalidad o incluso antes que el promedio, mientras que el habla se desarrollaba más tarde o nunca. Estas características distintivas entre el autismo infantil de Kanner y el síndrome de Asperger llevaron a diferentes investigadores a preguntarse si las dos condiciones eran más que las variedades de la misma anormalidad subyacente (patología) o si en realidad eran dos entidades separadas. Seis décadas después de la publicación de los artículos de Kanner y Asperger, hallazgos tanto clínicos como de investigación sugieren una falta de distinción entre las condiciones descritas por los mismos. Aunque algunos autores están de acuerdo en que las dos condiciones pudieran ser diferentes, ciertamente son más parecidas que diferentes. Diferencias clínicas entre las condiciones al presente son interpretadas como variaciones en la severidad en los patrones de comportamiento, donde los individuos con síndrome de Asperger muestran un número menor de signos y parecen ser más levemente afectados que aquellos con el autismo de Kanner. Aunque el autismo de Kanner y el síndrome de Asperger tienen un perfil algo distinto en el desarrollo cognitivo, lenguaje, y funciones motoras, se postula que son variantes del ‘espectro autista’. Presta apoyo a este argumento el hecho que un individuo que ha sido diagnosticado como autista a temprana edad pude ser diagnosticado con el síndrome de Asperger en la adolescencia o adultez.

En la actualidad, el autismo se define como un trastorno generalizado del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida. El mismo es calificado por una tríada de alteraciones en las interacciones sociales recíprocas, el desarrollo de la comunicación, y patrones restringidos, estereotipados y repetitivos de intereses y comportamientos. Para tener en cuenta las variaciones de las deficiencias y las habilidades que están presentes en los individuos afectados,

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el autismo se considera como un trastorno dentro de un espectro compuesto por: autismo, el síndrome de Asperger, y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. El autismo o ‘autismo clásico’, se define esencialmente por los mismos signos y síntomas señalados por Kanner. Alteraciones cualitativas en la interacción social a menudo se manifiestan como deterioro marcado en la mirada o en gestos comunicativos, expresiones faciales inadecuadas o limitadas, incapacidad para desarrollar relaciones con sus pares, una disminución marcada en la tendencia a compartir intereses con otros de manera espontánea, y la falta de reciprocidad social o emocional. Deficiencias de comunicación a menudo incluyen un retraso o falta de lenguaje hablado, el deterioro en la capacidad de iniciar o mantener una conversación, y el uso estereotipado o repetitivo del lenguaje o lenguaje idiosincrásico. Las manifestaciones de los patrones restrictivos y repetitivos de intereses o conductas con frecuencia incluyen una preocupación absorbente por un tema de interés que es anormal en intensidad, una adhesión inflexible a rutinas o rituales, manierismos motores estereotipados y repetitivos (por ejemplo, sacudir o girar las manos o aun el cuerpo entero) y una preocupación con las partes de objetos. Para que una persona sea diagnosticada con el trastorno autista, un total de seis de las características antes mencionados deben estar presentes, al menos dos en la categoría de interacción social, y uno por cada categoría de comunicación y comportamientos repetitivos o intereses restringidos.

1.1 DEFINICIÓN 1.1.1 Etimología El autismo (del griego auto- αὐτός 'que actúa sobre sí mismo o por sí mismo' e -ismos 'proceso patológico) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por alteración de la interacción social, de la comunicación (tanto verbal como no verbal) y el comportamiento restringido y repetitivo. Los padres generalmente notan signos en los dos primeros años de vida de su hijo. Estos generalmente se desarrollan gradualmente, pero algunos niños con autismo alcanzan sus hitos del desarrollo a un ritmo normal y luego sufren autismo regresivo El autismo es altamente heredable, pero la causa incluye tanto factores ambientales como susceptibilidad

genética. En

casos

raros,

el

autismo

está

fuertemente

asociado

con teratología (agentes que causan defectos de nacimiento).Las controversias rodean a las otras causas ambientales propuestas; por ejemplo, las hipótesis de vacuna son biológicamente implausibles y han sido refutadas por estudios científicos. Los criterios de diagnóstico requieren que los síntomas se hagan evidentes en la primera infancia, típicamente antes de los tres años. El

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autismo afecta el procesamiento de información en el cerebro alterando cómo las células nerviosas y sus sinapsis se conectan y organizan; cómo ocurre esto, no está bien esclarecido. Es uno de los tres trastornos del espectro autista (TEA); los otros dos son el síndrome de Asperger, que carece de retrasos en el desarrollo cognitivo y del lenguaje, y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NE), que se diagnostica cuando no se cumplen la totalidad de los criterios para el autismo o el síndrome de Asperger.

1.1.2

¿Qué es el Autismo?

El Autismo infantil es un Trastorno de la intercomunicación y de la interrelación que se crea en los treinta primeros meses de la vida y que da lugar a un deterioro del desarrollo emocional y cognitivo. Las características esenciales del trastorno autista son la presencia de un desarrollo marcadamente anormal o marcadamente deficiente de la interacción y comunicación sociales, con falta de respuestas a las personas y un repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Los niños autistas Presentan una forma especial de conducta con las cosas y las personas. Viven en su propio mundo lleno de sensaciones que ellos mismos se auto-estimulan, provocándolas con sus movimientos estereotipados buscando encontrarlas en los objetos o en el contacto con las personas. De tal manera que la reproducción permanente o casi permanente de sus autosensaciones o lo que se denomina autosensorialidad les produce una falsa seguridad. El niño autista tiene una apariencia de autosuficiencia. Las relaciones con las personas son muy particulares; no les dirige ninguna mirada de interés; pasa por su lado sin establecer comunicación alguna y cuando lo establece es fragmentaria y sensorial, sin reconocimiento del otro como persona. Las personas les interesan de igual modo que le puede interesar los objetos, es decir, para encontrar en ellos unas sensaciones que le evaden en un mundo sin dolor, sin conciencia de sí mismos ni del mundo que los rodea. El anclaje en sus propias sensaciones no les permite establecer unas relaciones emocionales interpersonales adecuadas, lo cual los impide desarrollar normalmente la etapa sensoriomotor y las sucesivas etapas que les permitirían acceder a la representación mental del objeto ausente y por lo tanto a la simbolización.

Cabe mencionar también que el autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo. Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos

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o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.

Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como vacunas e intoxicación de metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen mismo del síndrome. El autismo es un síndrome, no es una enfermedad y por lo tanto no existe cura. Se puede mejorar su calidad de vida y enseñarle nuevas habilidades con la intención de hacerlo más independiente, pero como en el Síndrome de Down y otros trastornos del desarrollo, el individuo que lo tenga será autista toda su vida. En ocasiones, estos niños, además de ser autistas, tienen algún otro trastorno del desarrollo (retraso mental, motriz, Síndrome de Down, etc.) o bien, pueden ser lo que se conoce como el autista clásico o puro. Existe otro síndrome llamado Asperger, la diferencia principal entre autismo y este síndrome es el nivel de inteligencia, así como su comunicación.

1.2 CARACTERÍSTICAS

Las características asociadas al autismo se dividen en tres categorías: Posibles “signos de alarma” 

No reaccione cuando la llaman por su nombre, hacia los 12 meses de edad



No señale objetos para mostrar su interés (señalar un avión que está volando), hacia los 14 meses



No juegue con situaciones imaginarias (por ejemplo, dar de “comer” a la muñeca), hacia los 18 meses



Evite el contacto visual y prefiera estar sola



Tenga dificultad para comprender los sentimientos de otras personas o para expresar sus propios sentimientos



Tenga retrasos en el desarrollo del habla y el lenguaje



Repita palabras o frases una y otra vez (ecolalia)



Conteste cosas que no tienen que ver con las preguntas



Le irriten los cambios mínimos



Tenga intereses obsesivos



Aletee con las manos, meza su cuerpo o gire en círculos

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Reaccione de manera extraña a la forma en que las cosas huelen, saben, se ven, se sienten o suenan.

Comunicación: (biológico) las habilidades de comunicación de las personas con síndrome autista son unas de las de mayores dificultades. El lenguaje expresivo y receptivo son de gran importancia, pero en una persona autista esto parece no serlo ya que ellos no se comunican con los otros, están como sumergidos en su propio mundo, tienen una incapacidad para establecer una comunicación, sus respuestas están afectadas por sus sentidos. Más del 50% no tiene lenguaje verbal. Sin embargo todas las personas con TEA son distintas en su capacidad para comunicarse. Algunas pueden hablar bien. Otras hablan muy poco o no pueden hablar nada. Cerca del 40% de los niños con autismo no hablan nada. Entre el 25 y el 30% de los niños con autismo dicen algunas palabras hacia los 12 y 18 meses de edad y luego las pierden. Otros solo hablarán hasta que tengan más edad. Por ejemplo: 

Presenta retrasos en el desarrollo del habla y el lenguaje



Repite palabras o frases una y otra vez (ecolalia)



Invierte los pronombres (p. ej., dice “tú” en lugar de “yo”)



Contesta cosas que no tienen que ver con las preguntas



No señala ni reacciona cuando se le señala algo



No usa ningún gesto o utiliza muy pocos (p. ej., no dice adiós con la mano)



Habla en un tono monótono, como robot, o como cantando



No juega con su imaginación (p. ej., no juega a que “alimenta” a su muñeca o a que "vuela" su avión).



No entiende los chistes, el sarcasmo o las bromas que le hacen

Destrezas sociales: esta categoría es la más dificultosa porque no se relacionan con los demás, no se dan cuenta de las diferentes situaciones sociales ni de los sentimientos de los otros, prefieren estar solos. Se relacionan mejor con los objetos que con las personas. El síntoma más típico del autismo es la falta de reciprocidad en la relación social. Las claves de la empatía están ausentes o son rudimentarias. El autista observa el mundo físico, a veces con una profundidad e intensidad no habitual. La realidad audible y visible es el mundo que él entiende y que quizás le resulta coherente. Esta realidad puede ser para el autista placentera o ingrata, pero no puede compartir las sensaciones que experimenta con sus semejantes. Por ello, en ocasiones resultan crípticos su alegría o su enfado. El juego interactivo, es suplantado por una actividad dirigida por su peculiar percepción del entorno. El autista suele prescindir del movimiento anticipatorio de brazos que suelen hacer los niños cuando detectan que los van a tomar en brazos. En ocasiones evitan las caricias y el contacto corporal; aunque a veces, por el contrario, lo buscan y desean

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ardientemente, como si esta fuera su forma de comunicación con las personas que siente como seres extraños. No es raro que las personas sean contempladas como objetos, y como tales tratadas. El autista utiliza el adulto como un medio mecánico que le satisfaga sus deseos. La disociación del mundo social que experimenta el autista, es frecuentemente referida por padres y educadores con frases como: "vive en su mundo". En el colegio, e incluso antes, en el jardín maternal, el autista se evade de la interacción social que establecen los niños entre sí. Su conducta es "distinta". No comparte los intereses de la mayoría, sus acciones no parecen tener objetivo, o este es constantemente cambiante Por ejemplo: 

No reacciona cuando lo llaman por su nombre, hacia los 12 meses de edad



Evita el contacto visual



Prefiere jugar solo



No tiene los mismos intereses que los demás



Solo interactúa para lograr una meta que desea



Es inexpresivo o tiene expresiones faciales inapropiadas



No entiende los límites en el espacio personal



Evita o rechaza el contacto físico



No se le puede confortar si está angustiado



Tiene dificultad para comprender los sentimientos de otras personas o para hablar de sus propios sentimientos

Comportamiento: (psicológico) Sus conductas son involuntarias, experimentan dificultades sensoriales por una inadecuada respuesta a los estímulos externos. Tiene algunas conductas extrañas como: no temer a los peligros, no suelen tener miedo a nada, no expresan sus emociones, no tienen imaginación, tienen movimientos repetitivos (aplaudir, mecerse, aletear las manos, etc.) , tienen la mirada perdida, evitan el contacto con la vista, gritan sin causa, no tienen principio de realidad. No tienen formado su estructura psíquica. No es raro que el autista no muestre interés en aprender. El aprende de acuerdo con sus percepciones y sus intereses, pero le es difícil compartir nuestro modelo pedagógico, basado en la introyección de unas motivaciones e intereses en adquirir habilidades cognitivas y conocimientos. La capacidad intelectual del autista puede ser buena, incluso alta, pero su direccionalidad y utilización no necesariamente sigue el curso que se impone en el entorno escolar. Una característica muy común es la ignorancia del peligro. El niño normal aprende que se puede hacer daño porque se lo enseñan sus padres; le explican lo que no debe hacer, para evitar lesionarse. Pero el autista, puede ser que no adquiera más que una noción muy simple del sentido de protección. Por ejemplo: 

Coloca juguetes u otros objetos en línea

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Juega con sus juguetes de la misma manera todo el tiempo



Le interesan las partes de los objetos (p. ej., las ruedas)



Es muy organizado



Se irrita con cambios mínimos



Tiene intereses obsesivos



Tiene que seguir ciertas rutinas



Aletea con las manos, mece su cuerpo o gira en círculos. 1.3 CAUSAS

Se considera que el autismo no tiene una sola causa. Los investigadores creen que algunos genes, así como factores ambientales tales como virus o factores químicos, contribuyen al desorden. Los estudios de gemelos idénticos han encontrado que si uno de los gemelos es autista, la probabilidad de que el otro también lo sea es de un 60% a 96% (por lo general los resultados están más hacia el rango del 90% y más). La probabilidad en el caso de mellizos o hermanos que no son gemelos es de un 5% a 10%. Se postula que factores ambientales podrían explicar por qué no se ha encontrado un resultado de 100% en los estudios de gemelos idénticos.

Otras posibles explicaciones son errores en los estudios, tales como un diagnóstico equivocado o diferencias en el desarrollo de ambos gemelos al momento que se efectuó el estudio. En definitiva, está claro que el autismo es sumamente genético y se obtiene, por lo general, en parte del padre y en parte de la madre. Sin embargo, no se ha demostrado que estas diferencias genéticas, aunque resultan en un comportamiento considerado anormal, sean de origen patológico. Los estudios de personas con autismo han encontrado diferencias en algunas regiones del cerebro, incluyendo el cerebelo, la amígdala, el hipocampo, el septo y los cuerpos mamiliares. Las neuronas en estas regiones parecen ser más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas, las cuales pueden interferir con las señales nerviosas. También se ha encontrado que el cerebro de un autista es más grande y pesado que el cerebro típico. Estas diferencias sugieren que el autismo resulta de un desarrollo atípico del cerebro durante el desarrollo fetal. Otros estudios sugieren que las personas autistas tienen anormalidades en la serotonina y otras moléculas mensajeras en el cerebro. A pesar de que estos hallazgos son intrigantes, éstos son preliminares y requieren más estudios. La creencia inicial de que los hábitos de los padres eran los responsables del autismo ha sido desacreditada y no existe evidencia que compruebe tal hipótesis.

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En una minoría de los casos, desórdenes tales como el síndrome del X frágil, esclerosis tuberosa, fenilcetonuria no tratada y rubeola congénita causan comportamiento autista, y podrían diagnosticarse erróneamente como "autismo". Otros desórdenes, incluyendo el síndrome de Tourette, impedimentos en el aprendizaje y el trastorno de déficit de atención, a menudo ocurren con el autismo pero no lo causan.

Debido a razones aún desconocidas, alrededor del 20% al 30% de las personas con autismo también desarrollan epilepsia cuando llegan a la etapa adulta. Personas con esquizofrenia pueden mostrar comportamiento similar al autismo, sus síntomas usualmente no aparecen hasta tarde en la adolescencia o temprano en la etapa adulta. La mayoría de las personas con esquizofrenia también tienen alucinaciones y delusiones, las cuales no se encuentran en el autismo.

1.4 EVOLUCIÓN DEL AUTISMO EN LAS DIFERENTES EDADES

El Síndrome autista se manifiesta entre el primer y tercer año de vida. Al surgir la sintomatología ocurre una detención del desarrollo, una regresión, ya que pierden las habilidades adquiridas, se puede confundir con otros trastornos o discapacidades (retraso mental, hipoacusia, epilepsia, Síndrome de Down, trastorno de Asperger, trastorno de Rett). Desde el punto de vista psicológico se dice que son "border", es decir, fronterizos. Las características evolutivas del síndrome autista son:

Primer año: (lactante) 

Bebé menos alerta a su entorno.



No se interesa por su entorno.



Permanece en la cuna por horas sin requerir atención.



No responde al abrazo de la madre.



Son difíciles de acomodar en los brazos.



La sonrisa social (cuatro meses) no aparece.



Puede parecer contento, pero su sonrisa no es social.



Rara vez ve el rostro materno.



No diferencia a los familiares.



Está desinteresado por las personas en general.



Los juegos le resultan indiferentes.



Lloran largo rato sin causa alguna.

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Segundo y tercer año: (avanzan las conductas anormales) 

Falta de respuesta emocional hacia los padres.



Falta de lenguaje (ausencia de comunicación verbal).



No hay contacto visual.



Producen movimientos repetitivos (mecerse, golpearse la cabeza, aletear las manos).



Tienen carencia de dolor.



Se asustan de los ruidos.



Llanto desconsolado sin causa aparente.



No usan juguetes.



No usan carritos, los voltean y hacen girar las ruedas.



Tienen un retraso en la adquisición del cuidado personal.



No controlan esfínteres.

Niñez: (continúan los mismo trastornos de conducta que en los primeros años pero se acentúan más, se hacen cada vez más evidentes, se diferencian de los niños de su misma edad). 

No se visten solos.



No se relacionan con los niños.



Prefieren jugar solos.



No presentan experiencias ni vivencias propias.



El lenguaje es defectuoso.



Presentan ataques violentos, agresivos y sin provocación alguna.

Adolescencia – adultez: En esta etapa los trastornos son similares a los individuos retardados mentales, ya que el funcionamiento del autismo adolescente o adulto dependerá de factores como: 

Lenguaje: factores determinantes para manifestar sus necesidades.



Hábitos de autoayuda: pretende llevar una vida independiente, debe saberse capaz de autoayudar en normas de higiene personal, alimentación, vestimenta. Puede abastecerse solo si es educado desde pequeño, lleva mucho tiempo en entrenarse y resulta una tarea muy difícil.

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1.5 PSICOLOGÍA Y AUTISMO

Desde el punto de vista psicológico, las personas autistas son vistas como personas que "no nacieron", su aparato psíquico no está formado porque hubo etapas evolutivas psíquicas que no se cumplieron. El vínculo madre e hijo no fue bueno, motivo por el que el espejismo de Lacan y la angustia del octavo mes no fue producida, el yo no pudo formarse. Estas personas no tienen principio de realidad. Este trastorno puede ser tratado con terapia para que los síntomas no se agraven y ayudar al sujeto "a nacer", a formar lentamente su estructura cognitiva. Este trastorno es tratable pero no curable. Siguiendo esta lógica, la terapia del autismo tiene como meta volver consiente, activo y real aquel "sentido de ser" que el autista percibe en sí mismo, si bien en forma no muy clara, deformada e indescifrable.

La experiencia psicoterapéutica conduce a un "despertar". Este proceso se manifiesta de modo diverso en cada autista y esta "grandeza "es percibida en forma empática por el niño que inconscientemente busca la propia individualidad, la propia libertad e independencia. Esta fuerza interna que puja desestabiliza las líneas del desarrollo y el resultado es el cuadro autista, por otro lado la intervención psicoterapéutica es capaz de reestablecer el equilibrio y de activar el proceso de crecimiento psico-mental. El autismo, por sus características psicopatológicas forma parte de la categoría de las "alteraciones específicas del desarrollo psicomental".

El autismo, desde un punto de vista psicoanalítico, se delinea por fuera de las tres estructuras fundamentales (neurosis, psicosis, perversión) y justamente por esto resulta muy dificultoso hacer un "diagnóstico", no solo desde la perspectiva objetivamente clínica, sino que también para lo que denominamos "alteración del desarrollo". Esto engloba tanto el nivel orgánico como el intrapsíquico. Esta modalidad sintomática deviene clara y puede ser vista con una minuciosa mirada fenomenológica.

El autista no logra manejar el dilema presencia-ausencia así que la modalidad cerca-lejos, acercamiento-alejamiento, esconderse-aparecer lo encuentran desarmado e incapaz de estructurarse en un lógica adaptativa-contenedora. La pérdida lo encuentra incapaz de contener la angustia emergente y en consecuencia reclama la presencia concreta de la ayuda del otro. Por eso, los autistas deforman el modo perceptivo hipervalorizando lo visible que hipertrófico, esteriliza los demás canales informativos. Sin embargo, en su autismo (aislamiento) son sujetos excesivamente presentes y atentos a la presencia del Otro, del cual defenderse, teniéndolo lejos.

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Esto se evidencia claramente en los autistas graves que, a pesar de su propia lejanía, participan empáticamente y en un modo totalmente subjetivo, por lo que podemos deducir: -

La incapacidad de soportar que el Otro se ausente (se asemejan a las crisis de celosía producto del no cuidado del educador), por lo que podemos decir que el Otro funciona como ?ordenador" de las percepciones y de lo vivido. Un esquema "especular" se establece entre Sí mismo y el Otro (demostrada también por el cambio del pronombre yo por tu) que toma forma solamente partiendo desde el punto de vista del Otro.

Estas modalidades de funcionamiento explican también cómo el autista utiliza un pensamiento concreto y, si queremos, un pensamiento afectivo, siendo capaz de simbolizar y de crear un pensamiento autónomo. Estos niños pueden "tocar" todos sus juguetes, sin poder jugar con ninguno y es porque la actividad lúdica se transforma siempre en una "dramatización" (siempre lanzan los objetos o bien los rompen mientras tratan de mantener las distancias). Así también se puede entender por qué la alteración autista es intrapsíquica ("conflicto-incluido, así lo define Winnicott) y adquiera siempre un aspecto enigmático en el sentido que es entendible, pero difícil de enfrentar. -

Otro aspecto a evidenciar en los mecanismos psico-mentales del autista es que los pensamientos son muy endebles, pero están sostenidos con adecuada atención, se forman y se deshilachan con mucha facilidad movilizados por los estímulos perceptivos, no siendo "formateados" y/o sostenidos por adecuadas valencias afectivas. Las estereotipias y los comportamientos obsesivos pueden ser leídos como una necesidad de estructurar algo que sea estable, que no desaparezca, que no se disuelva.

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CAPÍTULO II 2. ¿CÓMO DETECTAR A UN NIÑO AUTISTA?

El autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo. Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil. Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como vacunas e intoxicación de metales.A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen mismo del síndrome. El autismo es un síndrome, no es una enfermedad y por lo tanto no existe cura (según este autor). Se puede mejorar su calidad de vida y enseñarle nuevas habilidades con la intención de hacerlo más independiente, pero como en el Síndrome de Down y otros trastornos del desarrollo, el individuo que lo tenga será autista toda su vida. En ocasiones, estos niños, además de ser autistas, tienen algún otro trastorno del desarrollo (retraso mental, motriz, Síndrome de Down, etc.) o bien, pueden ser lo que se conoce como el autista clásico o puro. Existe otro síndrome llamado Asperger, la diferencia principal entre autismo y este síndrome es el nivel de inteligencia, así como su comunicación.

2.1 LA FAMILIA DE UN NIÑO AUTISTA El autismo es un enigma inquietante que afecta tanto al niño como a toda la familia. El cuidado que requiere un niño autista es muy exigente para la familia del niño(a). Los padres están expuestos a múltiples desafíos, que tienen un impacto fuerte en la familia a nivel emocional, económico y cultural. El apoyo profesional puede ayudar a lidiar con un niño con autismo. Los expertos pueden ayudar a los padres a manejar las conductas. El cuidado de un niño con autismo puede ser exhaustivo y frustrante. Desgraciadamente, no todas las familias tienen acceso a estos servicios profesionales, ya sea por falta de conocimiento o de recursos económicos.

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2.2 ¿CÓMO AFRONTA LA FAMILIA EL DIANÓSTICO DE UN NIÑO CONTRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO? Los padres durante el embarazo y en el nacimiento de un bebe se van creando un mundo de expectativas. En ningún caso comprender que el hijo esperado tiene algún tipo de discapacidad o trastorno es una situación sencilla. Los padres van a experimentar una gran cantidad de emociones y sentimientos en los que van a requerir comprensión y acompañamiento por parte de especialistas. “Nosotros destacamos que un especialista nos dijo la verdad. Al principio todo eran dudas, incertidumbres, ignorancia, etc. Oíamos palabras que no conocíamos y no entendíamos. Nadie nos daba respuestas. Nadie nos explicaba lo que le pasaba a nuestra hija. La única respuesta que recibíamos a nuestras innumerables preguntas era: no sabemos. Posteriormente nos dijeron que pretendían no hacernos sufrir. Se equivocaron. Fue peor, conocer la verdad es terrible, es muy duro, pero es imprescindible para afrontarlo y seguir adelante”, nos comenta una madre de una niña de 4 años con autismo en la guía editada por la Universidad de Salamanca “Un niño con autismo en la familia. Guía básica para familias que han recibido un diagnóstico de autismo de su hija o hijo”. Desde que los padres comienzan a apreciar los primeros rasgos que manifiestan el TEA en su hijo, hasta que reciben un diagnóstico concreto van a pasar por distintas fases de duelo, para poder aceptar dicha situación. Estas fases no son lineales, ni estáticas, van a depender de la situación de cada familia, y van a volver a aparecer en las distintas etapas de la vida. Choque: Cuando los padres empiezan a percibir los primeros rasgos del espectro autista en su hijo y reciben el diagnóstico pueden sentirse paralizados y bloqueados. También puede llevarles a cuestionar el diagnóstico y buscar otras opiniones que les digan algo diferente.

Tristeza: Las ilusiones y sueños que los padres tienen para su hijo, puede producir una profunda tristeza ante el diagnóstico del espectro autista. Debemos asegurarnos de que esta tristeza no se convierte en depresión ya que les puede impedir seguir adelante. Los sentimientos de tristeza les ayudarán a aceptar la situación de su hijo y a fortalecerse para seguir adelante.

Rabia: Los sentimientos de rabia también forman parte natural del proceso. Puede manifestarse como irritabilidad hacia otros, reaccionando excesivamente, gritando.

La rabia es natural. Expresar la rabia ayudará a que los padres estén más relajados, y que sean comprendidos por las personas que les rodean, estos sentimiento se irán modulando progresivamente.

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Negación: La negación servirá para afrontar la realidad, ya que forma parte del proceso. Pero es necesario que los padres se den cuenta que tiene estos sentimientos de negación para que comiencen a ofrecer a su hijo el tratamientos y los apoyos necesarios. Ya que en esta etapa van a negarse a recibir información y ayuda de profesionales.

Soledad: Son frecuentes por parte de los padres los sentimientos de aislamiento y soledad. Estos sentimientos pueden producirse porque los padres pueden pensar que la familia y los amigos no va a entender la situación de su hijo y no los van a apoyar, porque creen que siempre deben estar con el niño y no pueden disponer de tiempo para estar con otras personas, etc.

Aceptación: Tras pasar por la mayoría de estas fases los padres suelen aceptar la situación. Esto les va a permitir comenzar a incidir positivamente en el desarrollo del niño, a buscar información, distintos apoyos, ayuda de profesionales, etc. Por lo general, el foco de intervención de los trastornos generalizados del desarrollo ha estado situado en el ámbito escolar; sin embargo, tal y como hemos visto en apartado anteriores, la familia es uno de los grandes focos o ámbitos susceptibles de intervención, sin el cual, el desarrollo completo del niño es prácticamente imposible. No debemos olvidar que el ámbito familia, al igual que cualquier otro ámbito educativo debe partir de las premisas de que existen ciertas necesidades educativas especiales sobre las que trabajar, pero siempre han de ser consideradas como variables a lo largo de todo el ciclo vital del niño. Será necesario por tanto una respuesta ajustada a las necesidades concretas del niño, a través de diferentes técnicas o estrategias de intervención

2.2.1

Reacciones de los padres ante el autismo

El autismo afecta a toda la familia. Cuando los padres tratan de describir su vida con un hijo con autismo, usan diferentes términos como: doloroso, molesto, difícil, normal, complicado, hace madurar, desilusionante y traumático son algunos de los más habituales. Lo cierto es que cada familia y dentro de ésta, cada miembro de la familia, se ve afectado por el miembro autista de una manera diferente. El impacto que produce el autismo, además de variar en las familias, y en los individuos que las forman, cambia según la etapa en que se encuentre cada uno. El efecto del autismo es similar al que produce cualquier otra incapacidad permanente en un miembro de la familia, por lo que existen aspectos que son comunes a otras discapacidades. Ciertamente, tener un hijo autista puede ser una de las experiencias más devastadoras para los padres en particular, pero también para los otros hijos. Somete a la familia a graves tensiones y muchos de los que han logrado sobreponerse, forman hoy día parte de grupos de apoyo donde

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comparten sus experiencias para ayudar a otros a enfrentar la mayor fuente de preocupación, que es el miedo a lo desconocido. Con frecuencia, los padres se sienten mal por la diversidad, la intensidad y la contradicción de los sentimientos que tienen respecto al hijo autista y a la situación en la que viven. Con una ayuda eficaz, se pueden canalizar estos sentimientos para asumirlos. Periodos críticos de transición familiar Cada familia hace frente a este reto con su propio estilo. Sin embargo, hay elementos comunes que vale la pena destacar, y que normalmente se presentan en las diferentes etapas. Estos son los cuatro períodos críticos de transición por los que pasan todas las familias: -

Al recibir el diagnóstico

-

Durante los primero años escolares

-

En la adolescencia

-

En la juventud y adultez

2.2.2

Diferencias entre los síndromes de Autismo y Asperger

 En el autismo las alteraciones del desarrollo son muy evidentes desde los primeros tres años de vida. Sin embargo, en muchos casos el Síndrome de Asperger se diagnostica cuando el niño tiene una edad más avanzada, alrededor de los siete años, o incluso en la adolescencia.  Otra diferencia sustancial se refiere al desarrollo cognitivo. Mientras que en muchos casos el autismo se acompaña de cierto grado de deterioro intelectual, los niños con Síndrome de Asperger no muestran evidencia de retraso cognitivo e incluso pueden obtener muy buenos resultados en las pruebas de inteligencia.  Los niños con autismo muestran un evidente retraso en el lenguaje y tienen un vocabulario muy pobre (alrededor del 25% de los niños diagnosticados con autismo son no verbales), los pequeños con Síndrome de Asperger adquieren un vocabulario adecuado para su edad e incluso pueden llegar a ser considerados muy “cultos”.  En el plano motor también existen diferencias. Los niños con autismo suelen presentar movimientos estereotipados, como el aleteo de las manos o el balanceo, pero estos movimientos son inusuales en los pequeños con Síndrome de Asperger. Aun así, estos suelen tener problemas de coordinación y pueden caminar de forma extraña o realizar movimientos torpes.  Finalmente, otra de las grandes diferencias entre ambos trastornos se aprecia en el área de los intereses. Tanto en el autismo como en el Síndrome de Asperger se aprecia un área

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de interés muy limitada y obsesiva. Sin embargo, los niños con Síndrome de Asperger muestran intereses de “alto nivel” que les pueden llevar a sobresalir en determinados campos de las ciencias, como pueden ser las Matemáticas o la Física. 2.2.3

Estrategias educativas para niños con diferentes grados de autismo

 Potenciar al máximo la autonomía e independencia personal de los chicos y chicas.  Desarrollar el autocontrol de la propia conducta y su adecuación al entorno.  Mejorar las habilidades sociales de los alumnos, fomentando su capacidad de desenvolvimiento en el entorno y de comprensión y seguimiento de las normas, claves y convencionalismos sociales y emocionales.  Desarrollar estrategias de comunicación funcional, espontánea y generalizada.  Fomentar la intención comunicativa y la reciprocidad en la comunicación.  Desarrollar procesos cognitivas básicos como el pensamiento abstracto, la atención y la memoria.

CAPITULO III 3.

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO DEL AUTISMO EN NIÑOS

El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA) puede ser difíciles de hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para hacer un diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño. A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable.1 Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes. Este retraso significa que es posible que hay niños con TEA podrían no obtener la ayuda que necesitan. El diagnóstico de un TEA consta de dos pasos: 

Evaluación del desarrollo



Evaluación diagnóstica integral 3.1.1

Evaluación del desarrollo

La evaluación del desarrollo es una prueba corta que indica si los niños están aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o si es posible que tengan retrasos. Durante la evaluación

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del desarrollo, es posible que el médico les haga algunas preguntas a los padres o que hable y juegue con el niño durante el examen a fin de observar cómo aprende, habla, se comporta y se mueve. Un retraso en cualquiera de estas áreas puede ser señal de que hay un problema. Se les debe hacer evaluaciones para detectar retrasos del desarrollo y discapacidades a los niños en las visitas de rutina al médico a las siguientes edades: 

9 meses



18 meses



24 o 30 meses



Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de tener problemas del desarrollo por haber nacido prematuro, tener bajo peso al nacer o por otros motivos.

Además debe evaluarse a todos los niños específicamente para detectar TEA durante las visitas de rutina a las siguientes edades: 

18 meses



24 meses



Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de tener un TEA (p. ej., si tiene una hermana, hermano u otro familiar con un TEA) o si presenta comportamientos que, a veces, se relacionan con este tipo de trastorno.

Es importante que los médicos evalúen a todos los niños para detectar los retrasos en el desarrollo pero, en especial, que controlen a los que tengan un riesgo más alto de problemas del desarrollo debido a que nacieron prematuramente, tuvieron bajo peso al nacer o tienen un hermano o hermana con un TEA. Si el médico de su hijo no lo controla regularmente con este tipo de pruebas de evaluación del desarrollo, pídale que lo haga.Si el médico observa cualquier signo de problema, se necesita hacer una evaluación diagnóstica integral. 3.1.2

Evaluación diagnóstica integral

El segundo paso del diagnóstico es una evaluación integral. Esta revisión minuciosa puede incluir observar el comportamiento y desarrollo del niño, y entrevistar a los padres. Es posible que también incluya una evaluación de la audición y la vista, pruebas genéticas, neurológicas y otras pruebas médicas.

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En algunos casos, el médico de atención primaria podría decidir remitir al niño y su familia a un especialista para que le haga más evaluaciones y determinar el diagnóstico. Los especialistas que pueden hacer este tipo de evaluación incluyen los siguientes: 

Pediatras del desarrollo (médicos que tienen una capacitación especial en el desarrollo de los niños y en los niños con necesidades especiales)



Neurólogos pediatras (médicos que tratan el cerebro, la columna vertebral y los nervios)



Sicólogos o siquiatras para niños (médicos que saben sobre la mente humana)

3.2

TRATAMIENTO DEL AUTISMO EN LA INFANCIA

Una intervención a tiempo, apropiada e intensiva, mejorará el pronóstico de los menores con autismo. Actualmente, existen diferentes programas educativos y de comportamiento para tratar al niño autista, que incluyen actividades constructivas y ayudas visuales que resultan útiles. 

Terapia conductual: consiste en el entrenamiento de comportamientos empleando la psicología conductista; se estimulan las actuaciones deseables, y se limitan los indeseables. Tanto los padres como los educadores deben ser adiestrados previamente para poder realizar esta terapia con los niños.



Programa de educación especial: orientado a favorecer el desarrollo del lenguaje comunicativo y la interacción con otras personas. Las escuelas a las que acuda el menor deben tener material adecuado y personal cualificado para ayudar al niño a desarrollar el lenguaje y facilitar su integración social.



Farmacoterapia: en los casos en que el niño no responda a otro tipo de tratamiento, el médico le puede prescribir algún fármaco.



Terapia ocupacional: La terapia ocupacional enseña destrezas que ayudan a la persona a vivir de la manera más independiente posible. Estas destrezas pueden incluir vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas.



Terapia de integración sensorial: La terapia de integración sensorial ayuda a la persona a lidiar con la información sensorial, como lo que ve, escucha y huele. La terapia de integración sensorial puede ayudar al niño al que le molestan ciertos sonidos o que no quiere que lo toquen.



Terapia del habla: La terapia del habla ayuda a mejorar las destrezas de comunicación de una persona. Algunas personas pueden aprender destrezas de comunicación verbal. Para otras, el uso de gestos o paneles con imágenes es más realista.

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4. CONCLUSIÓN -

El autismo no es una enfermedad en el sentido convencional ya que se trata de un severo trastorno que afecta la comunicación, los intereses sociales, el juego simbólico y la conducta, aunque las actuales técnicas conductuales de tratamiento y educación posibilitan que la persona que padece ese síndrome pueda desarrollar una vida prácticamente normal.

-

Con un tratamiento adecuado desde edad temprana es posible lograr que un niño autista pueda, aún con sus diferencias, integrarse a la sociedad, es decir, que no desarrolle conductas agresivas ni auto-lesivas, tenga una comunicación afectiva y aun verbal con quienes lo rodean hasta, incluso, estudiar e insertarse en el mercado laboral.

-

Recientes investigaciones en los Estados Unidos y en Europa permiten calcular que entre tres y seis de cada mil recién nacidos pueden ser autistas y que los varones tienen cuatro veces más probabilidades que las mujeres de padecer ese síndrome.

-

Su etiología sigue sin ser conocida, aunque ya van apareciendo ciertas explicaciones que permiten hipotetizar de una forma más fiable aquellas causas que están a la base del trastorno. Dejando de esta forma, aquella casuística psicoanalítica donde el rechazo emocional por parte de los padres constituía la causa central de la patología del niño. Los avances en este sentido, junto con la experiencia de los profesionales en relación al diagnóstico y tratamiento de estos individuos están haciendo que el conjunto de profesionales se replanteen la funcionalidad de una división categorial de los trastornos que se incluyen dentro de la sub-categoría del espectro autista.

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5. BIBLIOGRAFIA 1. Fejerman; Natalio y otros: "Autismo infantil y otros trastornos del desarrollo". Buenos Aires. Ed. Paidos. 1994. 2. Henri, Ey: "Tratado de Psiquiatría". Barcelona. Ed. Toray Masson. 1969. 3. López, J.J. y Aliño, Ibor: DSM-IV Brevario "Criterio diagnóstico". España. Ed. Masson 1994 4. Lord C, Risi S, DiLavore PS, Shulman C, Thurm A, Pickles A. Autism from 2 to 9 years of age. Arch Gen Psychiatry. 2006 Jun;63(6):694-701. 5. Oscio, R. Y Sanchez, J.: "Manual de Psicología" Buenos Aires. Tyche Ediciones. 2000. 6. Pistarini, Elba: "Curso Básico de Psicología". Buenos Aires. Ed. Estrada. 1989 7. Shaw, Charles: "Psiquiatría infantil". México. Ed. Interamericana. 1969 8. Tustin, Francés: "Autismo y psicosis infantiles". Buenos Aires. Ed. Paidos. 1981. 9. Vidal, G., Alarcón, R y otros: "Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatria". Buenos Aires. Ed. Médica Panamericana. 1995.

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