Mis Maestros

Autor: Angel Martin Velayos, Imperator de la Orden Rosacruz (Palmas de Gran Canaria)Descripción completa

Views 249 Downloads 93 File size 3MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

ANGEL MARTIN VELAYOS

Angel Martin Velayos nacid cn 1951 \ desdc su juventud su vidu ha sido una continua busqueda de la Luz Interior que. segun su convic­ tion profunda, una vez hallada debe ser compartida. Su deseo de mayor conocimiento le llevd a unirse. y a colaborar. desde muv joven. con diversat Ordenes y Sociedades Esol fue clegido para formar parte del Consejo Soberano de la misma como Gran Maestro Soberano. responsabilidad en la que fue reelegidoen el Conclave Magistral que se celebrd en Valencia en 1992. Debido a la extension mundial que ha adquirido la Orden Rosacru/. en el Conclave de Las Palmas de Gran Canaria, celebrado en el ano 1994 se decidid que asumiese la alia rcsponsahilidad traditional de Impcrator de la Orden.

Mis Maestros

Angel M artin Velayos

MIS MAESTROS EDICIONES ROSACRUCES ® (ServieiodeEdieidndcTcxtos dela OR DEN KOSACRUZJ MIS MAESTROS Autor; Angel Martin Vclayos ©Angel Martin Vclayos

© Pant Kktos lasediciones en league espufiola: ORDEN ROSACRUZ. Direccion Postal; Aparlado dc Corrtos, 1215 35080 Las Palmas dc (1 .C. espasia

Cubicrta: Jan Semrncl. Coricccidn: Gloria Salazar Donate. Imprcsidn: COpAS-Pol, ind, Prado dc RcgordorU) Cl. JuJln de la Ciervn. 58 Mdstoies-MADRID

Depdsito Legal: M. 14.937-1996 I.S.B.N.: 84-921131-1-1 Printed raid Made in Spain

*

ED IC IO N ES RO SA CRU CES

®

A todos las que buscan en las profundidades misteriosas del Ser, pues alii encontrarAn al Maestro. A. M. V.

PROLOGO "Buscad un piloto que os cneamine hacia las puertas del ConocirnietUo, donde refulge la destuinbradora Luz, limpia de linieblas, donde nadie se embriaga. donde todos son sobrios y vttelven sns miradas hacia el QUE quieke see contemplado, el Imuorro, el I nf.faule. invisible para las ojos de la came,--visible para la inteligehcia y el corazdn" HEKMES T kjmegisto

Todos hemos necesitado de la gui'ade nuestros may ores para encontrar el sendero que nos hace adullos y, en diversas etapas de nuestraexislencia, hemosjgrecido gracias a la instruccl6n que hemos recibido de nuestros Maestros, comprendiendg comotalesalodoslosque noshan trasmiiidoalgunconocimicnto o han ayudado a la formacion de nueslra personal idad y caracter desde nueslra mas tiema infanda. Pero algunos hemos sentido que la vida era algo mas que la manifestation material, y que el Conocimiento sobrepasa con mucho a la instruccion que se nos dispensa en las escuelas y universidades, de tal manera que, habiendo despertado a otra realidad, nos percatamos que la preparation para la vida es algo mucho mas amplio que la educacidn acadSmica, como la vida misma es mucho mas que los procesos biologicos, mentales, y psicologicos habituales. 9

Llega un momento en nuestro paso por la vida en que noshacemosmuchaspreguntas sobre nuestra existencia ysu proposito y, como fruto natural cle csos interrogantes, surge cn nosotros la conviccidn de que hay "algo md.v"que, como el mas valioso de los tesoros, esta oculto, aunque intuinios que puede ser enconlrado y dist'rutado. Para aquellos que han emprendido, como una necesidad vital e imperiosa, la busqueda de la Luz Mayor del Conocimiento, que hace librcs a los hombres y mujeres de buena voluntad, se hace evidente que se necesita la gufa de un Instructor competcnie para que, lo mismo que fuimos guiados cn nuestra ninez por nuestros padres en el hogar y los macstros en la escuela, tengamos la dicha de una lormacidn espiritua) lo mas segura y verdadera posible. Los que hemos tenido la fortuna de lener un bucn Instructor cn nuestro proceso de busqueda y aprendizajc de los mislerios que transcienden lo material y nos eslabonan a lo eterno, sabemos de la imponancia que tiene recibir una ensenanza correcta en lo espiritual que evile el extravjo, fruto, en algunos casos, de nuestras limilaciones y defecios, pero, tambien cn muchas ocasiones, resultado de una ense% nanza incorrecta transmitida por quienes, sin alcanzar el tftulo de "pequenos a lu m n o s ", se titulan a si mismos "grande.s m aestros".

Dice el adagio oculiista: "Cuando e l alum na e std p r e * p a ra d o , e l M a estro aparece". Pero cabe preguntarse: iQ u e

que, posiblemente, en su alucinacidn personal, se haya enganado a sf mismo. Podemos comprenderque unade las mayores dificultade s con las que tropiezu cl S incero Buscador es la de abandonar sus muletas mentales, en las que por su humanadebilidad busca iipoyo, y una de esas muletas mentales puede ser la esperanza de encontrar, algtin dfa, a una persona que, sirvidndole de ''maestro" le libere de sus propias responsabilidades; pero todo buen Instructor en el sendero del Conocimiento Oculto, hace hincapid, unayotravez,paraqueeIalumnolomeconciencia de que el verdadero Maestro se encuentra en cada uno de nosotros, y que el Maestro es la chispa divina que moraen nuestra interior de tal manera que, algrin dfa, plenamente responsable ante si mismo, el Alunino que haya encontrado al Maestro pueda enfrentarse con corazdn valeroso a la Verdad, reconociendo, asf, la grandeza de la que es parte. Este libro, cuya lectura es un placer desde sus primeras paginas, estd escrito por un Iniciado, un Instructor, que nos ayudaen la busquedadel verdadero Maestro,a q u e lq u e n o h a ce a lu m n os , .vino M a estro s’, y pocas veces, en toda la literatura ocultista, se han revelado de una manera tan seneilla y correcta verdades tan profundas que constituyen, sin ningiin genero de duda, una joya en su genero. Disfruten y aprendan, y tengan presente que la dniea dificultad para hallar al Maestro es percaiarse que estd tan cerca de nosotros, en nuestro interior.

M aestro es e l qu e a p a rece ?.

Si alguicn nos dice que lo que aparece es un personaje material que nos servird como Maestro, en el elevado sentido de la funcion magistral, estard tratando de enganarnos por10

S ak A naki.

Capi'tulo I

MIS MAESTROS En todas las Tradiciones autenticas de tipo esolirico y espiritual, y mucho mas aun en los tiempos actuates tan hamhrientosdeespirituaiidad, continuamentesehacemencidn alos Maestros. Naturalmenle que esos Maestros no son los indivtduos que se autodenominan como tales, nt los gurus que en forma de personajes, mas o menos curiosos, deambulan por el mundo tratando de hacer discipulos que acepten sus ensenanzas, en muchos casos peregrinas, y no siempre exentos de la busqueda del lucro, del reconocimiento y culto a su personalidad, o incluso de cosas menos confesables. Si alguna vez, tratando de separar el grano de la paja, en estadelicadacuestionque tanimportanteesenlatransmision de la Luz Mayor del Conocimiento, hubiesemos de definir a los verdaderos Maestros, y no a los falsos personajes que se presentan como tales, seria bueno tomar como vara de medir, como se reconoce en la Tradicion Esoterica, en la cual la Orden Rosacruz ocupa un lugar muy destacado, el hecho que los verdaderos Maestros no tralan de hacer discipulos sino Maes­ tros. En este caso concreto, los Rosacruces, a lo largo de sus ensenanzas, no reconocen otro Maestro que al Maestro interior. 13

a la divinidad que todo ser hum ano lie va en su interior y que, de muchas maneras, traia de manifestarse a trav& dc los seres humanos. Aceptando esta prcmisa fundamental en todas las Escuelas de los M isterios.yen todas lasO rdcnes Iniciaticas autenticas, no obstante, y con el mas elevado concepto de In stru c to rs, a lo largo de la historia ha habido, y hay todavia, algunos seres exccpcionales que han alcanzado ese grado de perfection que les perm ite exprcsar ai M aestro Inteiior en toda su pureza. Esos seres excepcionalcs, que proceden siem pre con una absoluta impersonalidad y humildad, mueslran un exquisito respcto por la Iibertad de las personas a las que les ha correspondido instruir, por lo q u c no tratan de tmponer sus ensenanzas, ni aun siquicra, a aqutilos a quienes, por cualquier circunstancia, deban transmitirles un conocim iento particular. Los M aestros, dando este calificativo a esos seres de grandiosa sabiduna, pueden transm itir su cn seiianzade multi­ ples maneras, bien pcrsonalmente, o por m edio de la inspiration espiritual en los momentos en que el cstudiantc se encuentraen meditacirin, en reflexion, o cn entonam iento espiritual. Pero siem pre, y esto lo aplican com o norm a fundamental, el Maestro “aparece” solam ente cuando el discfpulo esta preparado. Su transmision de conocim iento magistral, si le reconocemos tal condition, nunca se hace de rnancra casual, ni com o resultado de un acto caprichoso; estos seres solam ente se manifiesian cuando es verdaderamente necesario y cuando su leccidn debe scr aprovechada por el alum no para un fln elevado. Los M aestros nunca perdcran su tiempo, ni su esfuerzo, tratando de m anifestarse a nadie que no esl£ preparado, aningun curioso.

ni a ningun fantasioso que pudiese ulilizar cl contacto con el Maestro como una forma de engrandecimiento personal, o como una manera de especular y fantasear, pues lo contrario supondria que tal condition magistral y de sabiduna seria inexislente. Los Maestros pueden mspiramos, pero nunca utilizan su conocimiento para resolvemos los probiemas que nosotros mismos, por nuestro esfuerzo e inteligencia, debemos resolver. Pensar que los Maestros son como una espccie dc intercesores que estdn dispuestos a oir nuestras supiicas, en la mayor parte de los casos egotstas, y que nos h atin milagros personates para resolver nuestras necesidades. es tanto como demostrar nuestra ignorancia sobre la alta mision que les corrcsponde. asi como un insullo imeverente a estos Seres de Luz. Comprendidos estos aspectos tan fundam entals en la tradi­ tion esotdrica, y en la transmisiOn dc la sabiduna perenne, afrontaremos este tema que les prcsento como un testimonio de agradecimiento a quienes, en su infinita sabiduna y bondad, velan por el despertar espiritual del gtitcro humano. Muchas personas, tanto en convcrsaciones privadas, como en actividades publicas, que sabiendo la gran tesponsabilidad que me ha correspondido desempefiar en el seno de una institucion esoterica tan presligiosa. tal cual es la Olden Rosacruz, me han preguntado curies son mis Maestros. Fatil es comprender que, ademas de la instniccion que haya podido recibir en el seno de algunas Ordenes Iniciaticas, de las cuaies he sido, o soy, miembro y de las instrucciones que pueda sacarde lasenseflanzas, librosy antiguos cscritos que seconservan en la Sede Soberana de la Orden Rosacruz, he debido recibir. o reciboen la actualidad, algun tipo de instruction adicional que no se refiere solamente al piano material, sino a otros pianos mas

14

15

elevados, y quc estan relacionados con la misidn que, deniro de una institucion lan prcstigiosa, me ha tocado desempeiiar, y a la que estoy consagrado. Debo decides, con la debida modestia y humildad, que como Imperator de la Orden Rosacruz he recibido, y recibo, cierta gula espiritual que, como lodos comprendenin, no es exclusivamenle para mi ya quc debo compartirla, de una u otra manera, con los miembros aceptados de la Orden Rosacruz. Ademas, esa guta espiritual, esos contactos con los Maestros, pueden alcanzarla todos los esiudiantes sinceros de esoterismo que, tras un pen'odo de preparation, y que hayan manifestado su disposicion de servicio, esten preparados para recibida. Esta gui'a la he recibido de varias maneras; en algunas ocasiones cstas ensehanzas las recibf en meditacion profunda; en otras, por medio de una experiencia psiquica o espiritual; en otras por medio de contactos pcrsonales, verdaderamente insolitos, en algunadelasciudades,olugaies,alosquehubedeviajaren misidn descrvicioalaRosaCruz;enotrasconocasi6ndcm ivisitaalugares ilenos de tradicion, que se cncuentran cn varios paiscs e, incluso, cn lamismaciudaddondevivohabitualmentcydonde.porcircunstanctas inuy precisas, se cncuentra situada la Sede Soberana de la Orden Rosacruz. Los tiempos son propicios para que se hagan ciedas rcvelacionessobre algunas de las cosasque he aprendidoen los contactos con mis Maestros. Eneslaobrarelatare,ycompartire, algunodelos temas import antes que, rcfiriendose a la adecuadacomprension de las Leyes Ocultas y a algunos aspectos de la mision del hombrc sobre la tierra, me han sido transmitidos. Si bien es cieito que el mundo occidental goza en estos momentos de unas cotas de libertad, y de deseos de conocimienlo

espiritual y oculto, tambi6n lo cs que por efecto de esta "populari­ zation”del esoterismo y de lasciencias ocultas, se han propalado todo tipo de opinioncs y teorfas, algunas de ellas coirectas, pero muchas otras llenas de fantasias y de peligros de exiravto para los buscadores sinceros que han em prendido el cam ino del reencuentro consigo mismo y con las facultades divinas que todos atesoram os en nuestro interior. Por esta razon, y no por otra, es por lo que m e decido a iransm iti r en esta obra aque Ilo que debc ser conocido por lodos y no s61o por un pcqueno grupo de Iniciados. Esto que transm ito no es mio; no m e pertenece ni siquiera intelectualm ente, ya que me fue transm itido por “quienes podtan hacerto” y, por lo lanio, debo entregarlo para todos aquellos que quieran aprovecharlo. N aturalm ente que no puedo transm ilir todo lo que m e ha sido confiado, tanto por lo mucho que en m l se ha depositado, como porque el silencio que se impone en quienes seguim os la Ley O culta nos hacc ser muy cuidadosos en revelar aquellos aspectos quc no pueden ser lotalmente com prendidos por el vulgo y que, solam ente, deben ser transmitidos a aquellos que esten recibiendo instruccion en el seno de alguna Orden Tradicional, entre las cuales la Orden Rosacruz ju eg a un papel muy destacado en cl desarrollo de la conciencia de la Humanidad. Antes de com enzar la tarea que me he im puesto, al plantearme la acogi da que tendria esta obra en laq u etrato d c mis contactos con mis Maestros, me he preguntado: Todos tienen ojos, pero, £sabr&n ver? Tienen oldos, pero, ^escucharan?. N ada import a; mi mision es lade iransm itiry.en honor alcom prom iso libremente adquirido con mi conciencia, eso es lo que hago, Dejo a los denies su decision de aceptar o no, de acuerdo con el

16

17

uso de su propia libcrtad, aquello que aquf les enCrcgo, pcro mi conocim ienlo de la fuerza que posee la verdad me hace ser optim ista en cuanto a la repercusidn positiva que tendran estos escritos cn el pensam ientoy, (a) vez, en las vidas, dequienes los lean. AI plantearm e la forma en que debfa presentar esta obra, hube de decidir si debfa hacerse en form a de un estudio sobrc cicrtas cues (i ones concem ientes al esoterism o, o co m o un rclato simple y claro de las circunstancias que, en mi particular aventura espiritual, he tenido el inm enso privilegio de vivir y que han incluido, a veces, encuentros verdaderam ente ins61 itos, lantoporcl lugurdondc sc han producido, por sus circunstancias. y por la intensidad de la ensefianza recibida. Tras pensarlo detenidam ente he dccidido poner estos relatos en manos de mis lectores tal y com o se produjeron; son una realidad y, aunque puedan pareccr sorprendentes las circunstancias en las que acontecierun, lo cierto es que, y eso lo saben todos los esotcristas, todo sucedio ch«/«/ o se daban las

condiciones externas y espirituales requeridas para que el conocimienlo que se me transmitia fu ese eficazy beneficioso, no solo para im sino, tambien, para todos aquellos con los que babrta de compartirlo. C om prendo que las circunstancias tan excepcionales en las que se produjeron los contactos, en los que mis Maestros me inspiraron y me dteron instruction, puedan dejar pcrplejo a alguno de mis lectores. Si es asf, no se fijen en el ropaje externo que rcvisten estos relatos; quedense, tan solo, con lo esencial del mensaje. iQue la Paz Profunda more en sus corazones!

18

Capftulo II PREGUNTAS Y RESPUESTAS Siem pre que visito algun lugar fuera de mi residencia habitual, me gusla dedicar algunos m omenlos a pasear en solitario, bien sea para conocer la ciudad donde m e encuentro o para ir a los lugares que, aun siendo para m i conocidos, me atracn de una m ancra especial. Esta costum bre de pasear solo m e sirve para encontrarme conm igo m ism o y apreciar, sin ninguna clase de condicionam ienlos exteriores, aquello con lo que m e encuentro en mi deam bular solitario. Asf mismo, solo, sin tener que escuchar otros im pulsosqueaqueliosque sutgende mi interior, o sin tener que atender a la conversation, siem pre grata, o indicaciones de mis acom panantes, puedo captar m ejor las vibraciones e impulsos suliles que emanan del espfritu popular. Los muchos amigos que tengo en todas partes saben, y lo aprecio enorm em ente, que, cuando visito su ciudad, al menos una mahana o una tarde, y a veccs un dia com pleto, siento la necesidad de la soledad externa para dedicarm e a la com pam a con mi Ser Interior y a la comunion espiritual con la vibration particular del lugar donde me halle; eso me ha perm itido encontrarm e con situationcs excepcionales, conocer la sabidu-

19

rfa que por doquier se encuentra, sentir la alegria o el dolor de las gentes, y hacer que mi alma se convierta en una con el enlomo. Siento especial predilection por las zonas m£s antiguas de los lugares que visito, que no tienen por que ser necesariamente las mfis viejas, y ello no es porque sientaafloranza por el pasado, todo lo contrario, yaque suelo proyectar mi meme al futuro y a lo que Oste sera por medio de los esfuerzos de aquOUos que aspiramos a una condition mas ideal, sino porque no es casual, y esto lo sabemos bien los Rosacruces, que se haya elegido esa zona para la fundacion de cualquier asentamiento humano. Cuando un grupo de personas establecen su moradaen un lugar, lo que luego se converted en un pueblo, en una villa, o en una ciudad, ademas deque en esesitioseencucntrenlascondiciones necesarias para la supervivencia tales como agua, refugio, etc,, aquellos que establecen la fundacion sienten, consciente o inconscientemente, las vibraciones que les son mds favorables y que, posteriormente, marcaran mucho la idiosincrasiay forma dc ser del pueblo que lo habite. Armonizdndomecon las vibraciones que le corresponden a una ciudad, ese lugar se convierte en mi lugar y las gentes que lo habitan se convierten en mi gente. Barcelona siempre ha gozado de mi predilection; su espiritu serio y emprendedor no siempre es bien comprendido por los extrafios lo que ha ocasionado un cierto espiritu de aislamiento del caracter Catalan, pero cuando me encuentro entre cllos mi alma tambien se hace catalana y vibra con las aspiraciones legftimas de ese pueblo. Mo puedo ir a Barcelona sin cumplir con dos ritos que para mi son obligados; beber agua en lafuente de Canaletas loque,segun dicclaleyenda, hard que

quien beba de sus aguas volverd en otra ocasion a Barcelona; y visitar el oasis de paz en plena ciudad, que es la plaza de San Felipe Neri. Es un encuentro excepcional de sabiduna en ese lugar el que voy a comparer ahora con mis lectores, exponiendo aquello que les es util y guardando loque, por tradition. corresponde al secreto que la Alta Initiation impone a aquOllos que seguimos la via del conocimiento intemo y que tenemos una responsabilidad en el seno de unaescuelatan prestigiosacomo es laOrden Rosacruz. Para facilitar la visualization de aquOllos que siguen este capi'tulo voy a situarmc, por un momenlo, en el instante, en el lugar, y en las drcunstancias, en las que el mensaje magistral llegO a mi. La plaza de San Felipe Neri, situada en el corazon del barrio gOlico de Barcelona, es pequena y, por su disposition, ya que solo hay dos pequenos callejones pealonales por los que se tiene acceso a ella, es un refugio de paz en el centro de una ciudad activa y cosmopolita. Dentro no se percibe ninguin ruido que denote que se encuentra enclavada en una gran ciudad; es como un rincon de la edad media que pervive en nuestros tiempos y es muy facil, para el visitante, situarse en otro tiempo y en otra condition. En el centro se encuentra una fuente hecha de granito, y de planta octogonal y, en la plaza, no se oye otra cosa que el agua cantarina que cae al pequefto estanque de la fuente, Es muy raro que haya nadie en ella, sOlo algun turista ocasional y, a veces, algun vecino, generalmente de ciertaedad, pasa por ella silencioso, lo que reluerza, atin mas si cabe, esa sensatiOn de sosiego que sienie quien, por unos momentos, y alejado del trdfago de la urbe, se enlrega a sus propios pensamientos.

20

21

Me cncuentro seniado en el pretil de la fuenle, escuchando las golas de agua quc caen siguiendo un rilmo calm ante que apacigua el espiritu, y sintiendo que mi alma com ulga con la vibracldn silenciosay poderosade laciudad, del pais, y de todo el Uni verso. Totalmente sum eigido en mis pensam ientos, quc me conducen a planteannc tnuchos interrogantes, siento la presenciadel M aestro cerca de mi. A ll!estd; lleg6 sin anunciar su venida. en el silencio y en la paz, y, conmigo, se une en una com union espiritual de gran alcance que s6lo puede ser com prendida por quien, lejos de los estfmulos extem os, sabc reconocer la di vinidad que mora en el interior de todos los seres humanos. jQue lejos estan de la realidad quienes piensan que los M aestros son seres que tienen que tener una forma y un porte definido! jque lejos estan de la verdad quienes piensan que los Maestros deber scr personas mayores, de aspecto venerable, con barbas. cabellos blancos y hablares grandilocuentes!. Si pudicsen ver al M aestro ante el cual me encuentro no podrian distinguirle de otro hom bre cualquierade los muchos quc pasan ante nosotros a toda bora. Es com o los dem as, nada hay en el que ledistingade los otros mortales; solo si serev ela tal cual es, y eso solo lo hace ante quienes pueden reconocerle y apreciarle en su verdadent dim ension, podnam os decir que nos encontram os ante la presencia de Un M aestro. Es curioso constatar que en algunas ocasiones, cuando estaba al com ienzo de mis estudios esotericos, en mis elucubraciones personales, he pensado que si me encontrase ante un M aestro le preguntaria tal o cual cosa, pero cuando he tenido el privilegio de encontrarm e ante uno de estos Seres de Luz, no he sentido la necesidad de preguntar nada; es como si su sola

presencia, com o si su aura protcctora, apaciguasen el intelecto del discipulo y lodas las preguntasestuviesen yacontestadas no im ponando otra cosa que el entonam iento dc nuestro Ser con el Suyo. Las palabras pronunciadas por el M aestro en tales ocasioncs son s6lo la expresion material d el estado intem o que se produce cuando existe dicho contacto. - Es cierlo -dice el M aestro que se encuentra a mi (ado, com o si hubiese seguido el hilo de mis pensamientos- las palabras son solo el vehiculo de com unicacion del que nos servim os para expresam os y com unicam os con los demas. aunque la verdad es quc aquello que decim os, y lo que se nos contesta, o lo que tlega hasta nosotros, ya se encuentra en nuestro interior y alii podem os reconocerlo en el silencio. - M aestro -musito micutras inclino ligeramente la cabeza dejando que el agnidecim iento y el am or inunden mi corazon. ;Qu£ privilegio, quc honor, cuanta dicha se apodera de ml elevando mi estado de ser, haciendome consciente de m l rnismo y de to que estoy viviendo en este momento!. - Esa es -conti nua el M aestro, quien adivina mi reflexion y senlim ientos- la nnalidad de nuestra vida en la tierra: tom ar consciencia plena dc nosotros y de las circunstancias que nos acom pahan y dejar que el Ser se exprese plenam enie a trav ls nuestro de tal form a que nosotros y el Ser seamos una m ism a cosa en todo m omento; si esto se consigue, al menos por unos instantes, habrem os alcanzado un destello de Ilum inacion, y si ese estado de consciencia de la realidad se mantiene permanentem entc, se habra conseguido la meta de los afancs de todo buscador: la Iluminacion interna que, con su fulgor divino, disipa nuestras dudas c interrogantes como lo hace la luz con las linieblas e x ter iores.

22

23

Despues de unos monientos de silencio reverente, me airevo a preguntar: - Maestro, si bien esciertoqueel a tan de nuestra busqueda cs la del reencucntro y expresion plena de nueslro Ser Interior iCom o se produce el procesode loma de consciencia total para alcanzarla lluminacion? - El Ser es la lotalidad; la expresion plena del Ser es la m anifestation del Todo a (raves nueslro, pero hasta que no hemos alcanzado el estado de plenilud en la manifestacion del Ser, solam ente podemos expresar ciertos grados o parcelas del mismo. A esos grados de manifestacion del Ser se les puedc denom inar los Estado del Ser, que son diferentes en cada persona com o diferente es cada uno de nosotros, Todo ser humano, hasta cl momento de su llum inacion, se expresa o m anifiesta a traves de su estado particular del Ser, lo cual con Ileva la vivencia de las expcricncias necesarias, y las preguntas precisas.que Ic son necesarias en su nivel personal de evolution. Para dcfinirlo mejor, podrianios decir que las preguntas vitales que 1c surgen a cada i ndividuo son el resultado del estado particular del ser con el que vibre en un m om ento determinado. Cuando la pregunta se ha formulado en nuestro interior, consciente o inconscientemente, con ella se encuentra la respuesta que puede venir a nosotros com o una com prension interna dc aqucllo que nos hemos planteado y que, frecuentemen te, es conceptuada o expresada y recon ocida en algo extemo. Tengamos en cuentaque vivimos y nos movemos segtin la ley dc las equivalcncias, lo que hace que pasemos por situaciones, o veamos cosas, u oigamos algo, que esta relaeionado con nuestro proceso intemo, con nuestro estado particular del Ser,

por lo que reconocerem os en nuestro exterior aqucllo que ya se encuentra en nuestro interior. Uno de los lemas que se plantean los estudiantes de esoterism o es que si no ex isle riesgo que algun profano pueda acceder, bien sea por indisc recidn, o por casual idad, a I conocimiento de las ieyes mas sagradas del universo; la respueslaes que nadie puede ver, ni nadic puede com prender, aquello para lo que no csta prep a rad o, por su estado de ser, porque no encontrarla resonancia en su interior; por ello sed ice, tam bien, que los secretos se guardan por si mismos. - Si eso es asf -pregunto- ^Cual es cntonces la funcion de los M aestros? Entonces el M aestro se expresa contundentem ente: - Los Maestros son el vehfculo por el cual se form ula la respuesta a la pregunta que los discfpulos ya han encontrado en su interior. Sus ensefianzas son el espejo donde los discipulos ven reflejado aquello que ya se encuentra en ellos. Si has com prendido bien lo que te he dicho, podras com prender que lodos nosotros podem os encontrar un M aestro en cada recododel cam inoporquecualquierrespuestaencontrada extem am ente, com o resultado de nuestro m ovim iento vital en una direccion determ inada, debido a nuestro estado particu­ lar de ser, vibrara especialm ente en nosotros haci£ndonos reconocer lo que ya estaba en nuestro interior. Ante cstas palabras de profunda sabiduria esoterica, me encuentro cn una meditacion, a la cual, sin percalarme conscientemente de ello, he sido conducido por el M aestro, y com prendo que todos nosotros soinos seres privilegiados porque podemos encontrar que cada persona, cada circunstancia vivida. cada situation, puede ser un M aestro para nosotros, asf com o noso-

24

25

tros podem os ser un M aestro para Ios d em ls y, desde Io m£s profundo de mi corazdn, doy gracias a Dios porque me permite com prender que todo ser es mi M aestro si sd aprovechar las ensenanzas que me brinda. Al salir de mi introspeccidn y de mi ensim ism am iento me percato de que el M aestro ya no esta en la plaza; que ha desaparecido en silencio cum pliendocon la norm a de la impersonalidad, esencial en todo verdadero Iniciado, pero si bten es cierto que su personalidad mundana ya no esta allf, su m ensaje perm anecera siem pre en mi mente y corazdn.

Capftulo III

LA MADRE TIERRA Supongo que muchos de mis lectores, SftKffcl retato de las circunstancias que han acompanado a m is aventuras espirituales, se preguntaran, lo mismo que me han preguntado algunas personas en conversaciones particulares. si los pcrsonajes que aparecen en ellas son reales. L a con testae idn ya esta dada en el prim er capftulo de estos relatos. no obstante, les contesto ahora lo m ism o que he dicho a otros personal mente: - j Para mf son tan reales com o cuando te veo a ti! El encuentro de sabiduria que les voy a relatar en esta ocasidn tuvo lugar en un Banco, en el cual me encontraba para llevar a cabo una gestion relacionada con las finanzas de la Orden Rosacruz. M ientras esperaba ser recibido por el funcionario con el quedebfa solucionar los asuntosque alii me habian conducido, comencd a pensar en lo poco que me gustan estos lugares. Todas las personas que me conocen y que han tenido la oportunidad de tratarm e un poco saben que siento un gran disgusto cuando tengoque tratar asuntos econom icos. de hecho, es tanta la aversion y el despego que siento p or los mismos que es muy frecuente que no lleve en los bolsillos nada de dinero.

26

27

Esta facela de mi personalidad, bien conocida por los que eslan asociados conmigo, hace que, de vez en cuando, reciba amo­ roso reprimendas por parle de mi esposa quien me recuerda constantemente que dcbo llevar algo de dinero por si surgiese algdn gasto imprevisto. Cuando tengo que haccr alguna gestion, adquirir alguna maquina o medio necesario para la Orden Rosacruz, o cuando debo establecer algun contrato que sea necesario para el buen funciomimienio de la misina, analizo concienzudamente las venlajas que esa Iransaccion, o adquisicion de material, pudiera reportar a la Orden Rosacruz, Iras lo cual tomo la decisi6n que competa a mis rcsponsabitidades, pcro en lo conccmicnte al uspecto financiero siempre dejo que las negociaciones finales las llcve a cabo la Gran Secretaria del Consejo Soberano para que, con su gran capacidadde negoeiacibn, oblenga las mejores ventajas econbmicas para la Orden. No obstante, y debido a la posicibn que ocupo en el seno de nuestra institucion, es frecuenteque se requierami firma para dar forma legal a los documentos, o a los contralos de caracter economico, a los que hubiera lugar para el buen funcionamiento de nuestra Orden Venerable. Esta es la razon por la que me encontrabaen el Banco cuando aeonlecieron los hechosque voy a reIalar. Mienlras me encontraba ensimismado en mis pensamientos sobre estas cuesliones, send que tocaban mi brazo suavemente. Al volver mi cabeza cncontrb ante mf al Maestro, y a su sonrisa cautivadora que denota un pro! undo amor a la vida y un goce infinito de la misma. El Maestro al que me estoy refiriendo, y con el que he mantenido contactos desde hace mucho liempo, casi desde el principio de mi busqueda del conocimiento inte­

rior, siempre me ha instruido sobre las cosas materiales, su utilidad, y su necesidad, a pesarde ser un Ser excepcional cuya espiritualidad alcanza unos niveles dittcilmenle comprensibles para las mentes profanas que ignoran su verdadera personal idad. Conozco su nombre, como el de otros Maestros, pero para guardar la impersonalidad que se impone enlre quienes seguimos el senderooculto, y porque sc que no le gusta recibir ningun lipo de reconocimiento, o de culto especial, Ic llamare, para quienes quieran noniinarlo, el Maestro de la Tierra. Me toma del brazo y, en silencio, pero siempre con su peculiar sonrisa, me conduce a un rincon del patio de operaciones del Banco donde nos sen tamos en unos sill ones puestos a disposicibn de los ciienles. - No le preocupes -me dice al notar mi turbacion por ese encuentro en un lugar, segun mi comprension, tan pocopropicio para las conversaciones de naluraleza esoterica- nadie nos oira; y si alguien reparase en nosotros pen saria que es tamos hablando de negocios. Lo dicho por el Maestro me tranquiliza, aunque enseguida caigo en la cuenta que nada puede ser dejado al azar por alguien como el, por lo que, como tales, mis aprensiones son ridfculas. Presiento que en esta ocasion la conversaci on seni breve, pero muy condensada, y que tratara de temas niuy importantes para mi funcibn como instructor de una de las esc ue Ias de sabidurfa mas importantes y prestigiosas, por lo que compartire con vosotros aquello que me es permitido y lo que, en estos momentos de vaestra evolucibn personal, os ser£ util. - Debes tener bien presente -comienza el Maestro- que en el conjunto de toda la Creacion todo ocupa su lugar y todo tiene su razon de ser; absolulamente nada es superfluo ni desdenable

28

29

y cada cosa sirve por completo a los prop6sitos del Bien M ayor decrelado por la mente del Creador. Procura no caer nunca en el error de considerar la materia com o enem iga del espiritu porque, lejos de ser contrarios, se com plem entan admirablemente y cada uno de ellos tiene su propia funcion en el desarrollo de la vida, y en el despertar de la consciencia a la realidad absoluta. Recuerda siempre que si vivimos en la tierra es por una razdn muy concreta y no debemos huir de sus realidades, sino asum irlas y manifestarlas lal com o son. Es cieito q u e es un error muy frecuente, por aquellos que dicen buscar a Dios y anhelar la vida espiritual, el tratar de escapar de las realidades materia­ l s , despreciando lo terreno, y sum iendose en la soledad; pero lo cierto es q ue esa aclitud es solo cobard la ante los retos de la vida y escapism o de las propias responsabilidades. Pero, de la misma m anera que hay quien huye hacia el espejism o de un espiritualism o irracional, tambi£n hay quien huye hacia un material ismo exacerbado porque no conoce y se engana en la ilusidn de su am bition tenenal. Todo obedece a una doble polaridad que debe complemenlarse con arm onia y los esoteristas, y en particular las Ordenes esotericas, com o la Orden Rosacruz, ademds de ensenar a sus miembros a buscar dicha arm onia deberan desem penar un papel muy im poitante en la transform ation de la m entalidad de la gente, para que, en estos momentos tan delicados para el equilibrio de nueslro planeta, sepamos c6m o construir un mundo m ejor para todos. O bserva la creacidn, lee el Liber Mundi, y recuerda lo que ya sabes por tu preparation y estudios secret os: La materia y el espiritu, simbolizados por la Tierra y el Sol, son la doble polaridad de una misma efectividad, lo m ism o que Dios

y La G ran M adre C osm ica son la doble polaridad de una misma realidad. La Tierra surgid del Sol, de la misma m anera que la Gran Madre C osm ica fue em anada de la consciencia de D ios. Somos hijos de la Tierra y del Sol: de esla tom am os los elem entos que necesita nuestro cuerpo, y de aquel nos nutrim os con su energia vivificante, la fuerza vital. Todo, en su propia m anifestation, es un reflejo, en su propio nivel, de lo que acontece en los pianos superiores e inferiores; de tal forma que, com o ya sabes, el m undo material es, en esencia, tan di vino com o el espiritual y su propdsito es tan bueno, si se sabe vivir adecuadam ente, com o el espiritual. D ebemos vivir plenamente, siendoconscientes de nuestras dos polaridades: la material y la espiritual, y siendo agradecidos por la infinita Sabiduria C osm ica que asi lo decreto. jHe ahi el secreto! Vivir en arm onia dando a cada pola­ ridad lo que le corresponde y sabiendo que recibim os aquel lo que damos, tanto en el piano material com o en el espiritual. Dale a la m ateria lo que ella te d a a ti. Se efectivo y material, porque eres de la materia; pero nunca olvides la Ley Cosm ica; nunca olvides que tambien eres espiritual. De acuerdo con la Ley de las correspondencias, la Tierra nos da aquello que le damos, pero las mentes egoistas, que no saben com prender que en la Naturaleza todo es cooperative, tratan de sacar de la Tierra sin darle a 6sta nada a cambio; se explota al planeta, com o quien explota al hombre y, en ultima instancia e so e s lo que sucede, porque destruyendo la arm onia planetaria sedestruye al hombre. La contam ination de las aguas por el descuido egoista de industrias que, supuestamente, nos suministraran confort; la desaparicidn de bosques y selvas que

30

31

son el pulmdn denuestro planela: los culti vos indiscriminados, y sin ningun estudio verdaderamente serio, empleando productosqufmicos pemiciosos queaumentan la productividad, pero que eliminan la calidad; la sobreexplolacidn de vetas de mineral, verdaderos canales deenergfadel cuerpo de latierra; laaeurnulacioniiretlexiva de desechos que, bien tiistribuidos no consrituirian agotamiento de las fuerzas denuestro planeta. Es como siestuvi6semos provocando una enfermedad en un cuerpo que, en principio, es vital y le estuviesemos inoculando un cancer de dift'cil curacion. [Que diferente seria todo si en vez de ser enemigos de la Tierra, a la que creemos que debemos conquistar, fuesemos sus aliados y sus amantes!. ;Cu6n diferente seria todo si comprendi6.semos que la Tierra agradecida nos regalarfa con lo mejor que tiene si la tratdsemos con el amor con que ella, que es nuestra madre terrenal, nos trata!. Se ban confundido los conceptos; el materialistaextremado, ha cafdo en el error, pero en senlido contrario, en el que caen los espiritualistas fanalicos. El materialista aedrrimo piensa que debc vivir bien, aunque para ello deba destruir la Naturaleza, sin darse cuenta que nose trata de vivir bien sinode vi viren armonfa, porque quien vive armoniosamente vive bien. Les guste o no, se debertS restituir a la Tierra aquello que se le ha esquilmado para que nuestro planeta siga siendo habitable. La civilizacion actual debera volver a la armonfa con la Tierra o, en plazo relalivamente breve debera enfrentarse al reto final, al gran reto, en el que laNaturaleza siempre saldra victoriosa, Poreso, entre otras cosas, es tan importante la mision de formation de las conciencias que tiene la Orden Rosacruz, y aquellas otras Escuelas Tradicionalesque deben ayudara laele vacion de Jaconsciencia de la humanidad.

“El Gran Jefe en Washington manda decir que clesea comprar nuestras tterras. El Gran Jefe tambien nos envia palahras de am istady buena volantad. Apreciamos esa gentileza porque sabemos que poca falta le bate, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerarsu oferta, pues sabemos que, de no

32

33

;Manten la armonfaen li mismo, en ambas polaridades, la material y la espiritual, y ayuda a la armonfa por medio del trabajo eficaz de difusion de la Luz que tu Augusta Institution representa!. El Maestro se pone en pie y yo, silenciosamente, le imito; coloca su mano derecha sobre mi hombro izquierdo, y su mirada, llenadepazy alegrfade vivir, seclavaen mis ojos para transmitirme un mundo; ;que digo un mundo, todo un universo! tras lo cual, se marcha y yo permanezco en pie siguiendole con la mirada hasta que desaparece de mi vista. He terminado las gestiones que debfa realizar y por el camino, de regreso a mi despacho, me paro repentinamente ante un kiosco de periodicos y revistas, miro las publicaciones que allf se muestran, y compro una revista cuya portada me ha llamado la atencion. Al abrirla me encuentro con un artfculo sobre el equilibrio planetario ,Que casual idad! dirfa cualquier profano, pero como los que segui mos el sendero oculto sabemos que no existe la casualidad sino que sabemos que lo que existe es la causalidad, sonrio mientras pienso: jMaestro!. En esa revista se encuentra una carta, una bella carta, que el jefe indio Seattle dirigio a Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos, en el ano 1.855, en la que responde a la oferta de compra de tierra a la tribu Suwamish, y que reproduzco para Uds. como un anadido a la lectiOn magistral.

hacerlo, el hombre bianco p o d ra venir con sus arm as d efu eg o y tom arse nuestras tierras. E l Gran Jefe en Washington podra co n jia re n lo que d ice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros herm anos hlancos podrdn confiar en la vuelta de fas estaciones. M is p a ia b ra s son inm utables com o las estrellas. I Com o p o d e is com prar o vender el cielo, el co lo r de la tierra? Esta idea nos parece extraha. N o som os duehos de la frescu ra del aire ni del cenielteo del agua i Como podrxais com prarlo a nosotros? Lo decidirem os oporum am ente. H abeis de sa b er que cada partlcula de esta tierra e s sagrada p a ra mi pueblo. Sahem os que el hombre bianco no com prende nuestra m anera de ser. Le da lo mis mo un p ed a zo de tierra que el otro porque el es un extraho que llega en la noche a sa ca rd e la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino sit enemigo. Cttando la ha conquistado la aban don ay sigue su camino. D eja detrds de el la sepuhura de sus p a d res sin que le importe. D espoja de la tierra a sus hijos sin que le im porte. O lvida la sepultura d e su p a d re y Ins derechos d e sus hijos. Trata a su m ad re, la tierra , y a su hermano, el cielo, com o sifu esen cosas que se pueden comprar, saquear, y vender, com o si fuesen corderos y cuentas de vldrio. Su insaciabte a p ed to devora la tierra y d ejard d etrd s d e si solo un desierto. N o hay ningun lugartranquilo en las ciududes d e l hombre bianco, ningun lu gar donde pu eda escucharse el desplegarse d e la s hojas en p rim avera o el rozar d e la s a la s de un insecto. P en t quizd sea a sf porque so y un salvaje y no pu edo com prende r las cosas. El ru id o d e la ciu d a d p a rece in su ltarlosofdos. i Yqud close d e vida es cuando el hombre no es capaz d e escuchar el solilario grito d e la garza, o la discusidn nocturna d e las ranas

34

a lred edor d e la laguna? Soy un hom bre d e p ie l roja y no lo com prendo. Los indios preferim os e l suave son ido d e l viento que acaricia la c a m d el lago y e l o fo r d el m ism o viento , pu rificado p o r la lluvia d e l m ediodta o p eifu m ado p a r la fra g a n cia de los pinos. C onsideram os vuestra pferta d e com prar nuestras tie­ rras. Si decidim os aceptarla, pon dre una condicion: que el hom bre bianco d eb erd tratar a lo s anim ates de estas tierras com o hermanos. Soy un salvaje y no com prendo otro m odo de conducta. H e visto m iles de bufulos pudriendase sobre las p m d e ra s . abandon ados alU p o r el hotnbre bianco que les d isp a ra d esd e un tren en marcha. Soy un sa lva je y no com pren­ d o com o e l humeante ca b a llo d e vapor puede ser m ds im p o rtante que e l bufalo que so lo m atam os p a ra p o d e r vivir iQ u e e s e l hom bre sin los anim ates? Si todos los anim ates hubiesen desaparecido, e l hom bre m orirta d e una gran so led a d de espirilu. Porque to d o lo que le s ocurre a lo s anim ates pron to habrd d e ocurrirle tam bien a l hombre. Todas las cosas estdn relacionadas entre s i E sto lo sabem os: la tierra no perten ece a l hombre, sino que el hombre perten ece a la tierra. El hom bre no ha tejido la red d e la vida: es solo una kehra de e l la. Todo lo que haga a la red se lo h ard a s i mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrird a lo s hijos d e la tierra. Todas las cosas estdn relacionadas com o la sangre que one a unafam ilia. Los hom bres hlancos tam bien pasardn, ta l vez antes que la sd em d s tribus. Si contam indts vuestra cama, m orireisalgutut noche sofocados p o r vuestm s propios desperdicios. P ero aun en vuestra horn fin a l os sen tireis ilum inados p o r la idea d e que D ios os trajo a estas tierras y os dio el dom inio sobre ellas y

35

sobre el homhre de piel roja con algun proposito especial. Tal destino es un misterio para nosotrvs porque no comprendemos lo que sera atando los bufalos haycm side exterminados. cuando los caballos salvajes hayan sido (tornados, cuando los reconditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista bacia las verdes colinas estecerrada por un enjambre de ulambres parlantes. iD onde estd el espeso bosque? Desaparecio. Asiterm ina la vida y comienia el sohrevi vi/:” jQue la Paz y la Armonfa moren en vuestras m entes y corazones!

36

Capltulo IV RENNES LE CHATEAU En ciertas ocasiones, m uy pocas, algunas personasque me conocen, bien sea por nuesira com un asociaci6n a la Orden Rosacruz, o porque nos unan lazos familiares. han sido testigos de alguno de los encuentros excepcionales de sabiduria que he tenido el pri vilegio de vi vir con aquellos que, a lo largo de estos relatos, he venido en llam ar mis M aestros. Este capftulo lo dedicare a la narracidn de uno de esos encuentros con un Adepto, del que fueron testigos mi esposa y unos am igos franceses que, ainabiemente, nos Servian de guias en una excursidn por tierras cargadas de historia y de tradicidn espirilual en el Sudeste de Francia. Para facilitar a nuestros lectores la visualizacidn de la experienciaespiritualque pude vivir, asicom o la transmisi6n de conocim iento tradicional que me fue dispensadoen ese encuentro excepcional, me situare, en mi relato, en tiem po presenle; de esta m anera, al revivirlo cn mi memoria, todos aquellos que siguen eslas narraciones podran vibrar conm igo y, de alguna m anera, participar en el influjo espirilual que se recibe cuando se estd en presencia de uno de los seres especiales que, com o en

37

el caso del relato, son los guardiancs de IaTradicion y a los que llamamos, en la term inologia particular dequicnes seguim os ta Ley Oculta, los Veladores Silenciosos. Se les denom ina Veladores porque, de una m anera que muy dificilm enle podria comprender el profano, ellos son los que guardan ciertas verdades tradicionales, ciertas circunstancias e, incluso>ciertos lugares que, por su condicion vibraloria, o su carga m agnetica de cnergia telurica, son especialm ente apropiados para la transmision, y rnejor com prension, de los conocim ientos e.sotericosyespirimales; y se les dice Silenciosos porque guardan silencio de su alto nivel espiritual, asi como de su mision, excepto para aquellos que, por alguna razon m uy importante, ban de com partir con ellos su conocim ienlo, o pueden reconocerles por su armon izacidn consciente con su Ser Profundo. Las ci rcuns tanci as que acompafiaron a este relato fueron frulo de un viaje tradicional en el que, con mi esposa, recorrfa varias ciudades francesas que estuvieron relacionadas, y aun lo estan en cierta forma, con la transmision sagrada del conociniiento inlerior. De alguna manera este viaje, ademds de la agradable ocasion para reencontrarm e con viejos amigos, muy queridos, era tambien un peregrinaje; el peregrinaje de dos personas que van en busca de la Luz M ayor que ya ha sido presentida, y muchas veces realizada, en nuestro interior.. La primera etapa de nuestro viaje era la ciudad de Toulousse, la ciudad rosa, a la que se llama as! por el color de los ladrillos que conforman las fachadas de sus casas, y por “algo mas", que pertenece al reino de la Tradition esoterica, y mas concretamente de la Rosa Cruz ya que, durante siglos, esta ciudad ha guardado y protegido la Luz Sagrada que em ana de la Orden Rosacruz.

Para mi, ademas, Toulousse tiene connotaciones sentimentales y espirituales muy importantes pues en ella he recibido m uchas bendiciones y, poreilo, es mucho lo que he de transmitir a los demas. M ientras nos encontram os en Toulousse, en el hogar de una 1'amilia a la que conocenios desde hace muchos anos, y que com parten con nosotros nuestras inquietudes espirituales, des­ pues de una cena muy agradable y anim ada, pues asisten a ella casi todos los micmbros de la familia, en la sobrem esa, mientras estabam os en una animada conversacidn, suena el telcfono; Joelle, nuestra anfitriona. descuelga el aparato y com ienza una alegre charlacon quien h a llam adoy que, "casualm ente”, es uno de nuestros am igos franceses a quien hace tiem po no vemos. Cuando Jean C., el am igo que ha llamado, se entera que mi esposa y yo nos encontram os alii, pide habiar conm igo y asi m e enlero que ahora vive en C arcassone, y que se ha vuelto un estudioso del tenia, m ejor dicho: del misterio, de Rennes le Chateau. Le com entoque he leido algunos libras sobreel asunto y que yo tambien me encuentro interesado en el m ismo, que aun no conozco ese pueblo, relati vamente cercano a donde mi amigo vive, y que cn este viaje no tenia previsto visitarlo, aunque me interesa mucho porque hay una Hamad a interior que me atrae h a d a ese lugar. Mi am igo me com enta que el jueves proximo esta libre y que. si alguien me Ileva a RSnnes le Chateau, el me lo mostrara y me servira de guia en la visita a los sitios que constituyen un misterio. Lo com ento con mis amigos que estan en la casa y Chantal, una hermana de Joelle, me dice que si deseam os ir no hay ningun problema, que ese jueves ella nos llevard en su automovil y que aprovechara para hacer una excursion con

38

39

nosotros; excursidn a la que inmediatainenie se apunta su hermana JoSlle. Se lo digo a mi amigo y quedamos para el jueves, a las cualro de la tarde, en Rennes le Chateau, alii podremos danios un abrazo y hablar de las muchas cosas que nos han acontecido en el tiempo que ha transcurrido desde la ultima vez que nos vimos. Despues dccolgareltelefono.y sinperderun instanle.nos poneinos, alegremente, a hacer planes para la excursion mfstica que ha surgido de manera tan imprevista y que, por ello, se presenta como una maravillosa ocasidn de gozar material y espiritualmente; primero, muy de mahana, iremos a Montsegur, despu&s a Rennes le Chateau, y luego aCalielnaudary, de donde regresaremos a Toulous.se ya al caer la noche. El jueves, dia Rosacruz por excelencia, nos hemos levantado lemprano y, a las ocho de la niahana comenzamos, alegre el eorazdn y con cl espiritu remozado, nuestra excursidn mistica. Hace un dfa esplendoroso, con una tem perature magm'ftca, lieno de luz, lo que da a la cam pina el color suave y relajado que posee el sudeste trances; cerca de una hora despues de nuestra salida Ilegamos a Foix, ciudad tan rica, lambien, en tradiciones espirituales, y aprovecham os unos momentos para pasear, visitar su castiilo, y tom ar un cafe dc mahana que nos tonificay alcgra, renovan do el buenhum orque nos acompaha. De allf, seguimos camino a Montsegur, a donde Ilegamos a media manana. Siempre me ha impresionado la subida al castiilo donde se escribtd, con letras de fuego y h e rd s mo, la dltima epopeya de los Ca taros; he ido varias veces a ese lugar impregnado con las altas vibraciones espirituales que aun per* duran y que son facilmente reconocibles porquienes desarrollan

40

un mini m ode sensibilidad espiritual,y siem pre que he ascendido la montaha, la prim era elapa me ha resullado muy penosa para, llegado cierto nivel, sentircom o si m e descargara de toda fatiga pudiendo ascender el ultim o tramo perfeclam ente descansado. iA qu£ se debe ese fenomeno tan particular que siento en la ascension al castiilo?. La memoria del pasado tiene la respucsta. En Montsegur, siempre que he ido, he tenido ciertas experiencias espirituales muy fuertes, no solam ente ahora. si no ya hace m ucho tiempo, y algunas de ellas es posible que, algun dia, puedacom partirlas conquienes, conmigo, siguenel sendero de la evolucion permanente. Puedo, no obstante, confiarles que el scrvicio a la humanidad es com o una cadena cuyos eslabones, hechos de amor, desinteres y entrega, nunca se sueltan y que todos aquellos que estamos com prom etidos en la transmisidn del conocim iento interior, estamos unidos por lazos que ni el tiempo ni el espacio pueden desiruir. Despues de esta visita a un lugar tan importante en la tradicion esoterica europea, seguimos nuestro camino, con una breve parada para reparar fuerzas con un alniuerzo sencillo y, continuando rut a, hacem os la ultima etapa de nuestra excursion que nos conduce a Rennes le Chateau. Al acercam os al crucc del n o Aude, a nuestra derecha. diviso el pequefio monticulo en el que esta enclavado Rennes le C hateau, la anligua ciudad de R hedae del reino de los M crovingios y, com o siem pre me ha pasado cuando he visitado por primera vez algun silio que tiene relacion con la tradicirin esoterica, siento una emocidn especial, que me alegre y me interioriza al mismo tiempo y que me pone en un estado de consciencia especial en el cual siento que lo externo no es otra cosaque una proyeccidn de m im ism o; es un estado de ser al que

41

m uchos Uamarian extrano. pen) al que estoy habituado desde que era un nino. Si hay algun sitio donde se respire el m isterio, ese es Rennes le Chateau. Aquf, hasta el aire liene un algo especial, diferente al am bienie que estam os acostum brados a sentir en nuestros lugarcs habituales dc residencia. R ennes le C hateau es el m isterio y puedo afirmar, sin ningun tem or a cquivocarm e. que hoy, m is que nunca. laT ieira, nuestro piancta, esid llena de misterios que aun quedan por descubrir aunque m uchos, en su ccguera, piensen que ya estd todo descubierto. Estacionam os nuestro vehiculo y, despues dc echar una rapida m irada por el entom o, no vemos a nuestro am igo JeanC ., a pesar de ser la hora en la que quedam os en nuestra con versacion telefonica, por lo que >despu^s de esperarle en el lugar convenido durante unos minutos, decidim os d a r un paseo hacia la iglesia del pueblo; cuando Uegamos, nos detenem os ante sus puertas un m om ento y observamos a los luristas, curiosos. e investigadores del misterio, que han venido, com o nosotros, a visitar este lugar cnigmatico. Un grupo dc visitantcs ticne una anim ada charla con una persona, una mujer, que les habla desenfadadam cnle, com o si estuviese brom eando con ellos. Es una persona de una simpatia arrolladora y, brevem ente, traduzco a mi esposa, riendome, alguna de las cosas que les dice al grupo de curiosos visitantes a los que trata com o si quisicse desem barazarse de ellos, com o si le esluviesen quitando tiempo. Nos desentendem os de la mujer y del grupo y, al mirar a la puerta dc la iglesia, veo grabada sobre la piedra una frase en latin, que serial an do, le traduzco a mi esposa: TERRIBILIS EST LOCUS ISTE, que signiftca: Este lugar es terrible.

42

En el momento en que pronuncio esas palabras, sorpresivamente, la m ujer que hablaba con el grupo de curiosos les deja con la palabra en la boca, se dlrige a nosotros y me dice: - Yo a Ud. lo conozco, s