Milciades Peña de Mitre a Roca Consolidacion de La Oligarquia Anglocriolla

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MILCIADES

PENA

FICHA TEGNICA Este trabajo, preparado y escrito por Milciad'es Pena durante los anos 1955 a 1957, forma paxte de un estudio de- mayo! envergadura sabre_ la formaCi6n y per-spectivas de las dases sociales en la historia argentina. A los efectos editoriales, la obIa co'mpleta 11a sido dividida en tomos menores que pueden ser leidos como unidades independientes. Para el lector intere-sado cabe aclarar que bajo d t{tclo La Era de Mitre

DE MITRE A ROCA Consolidaci6n de la Oligarquia Anglo-Criolla

Ceditado en agosto de 1968) se encueutra el relata' del perlodo 1852-72. Prb.imamente saldran acros tomos que abarcan los periodos restantes de la form:ad6n de 10. Argentina actual, induyendo dos capitulos ya publicados flor la revista FichC'-s de Investfgac:i6n Econ6tnica y Social: La Revolucion del 90 (NQ 6 - junio 1965) y La Coloniwcion de AlYtericu CNQ 10 - julio

1966). Debido al prematuro fallecimiento del autor en diciembre de 1965, los rextos origin ales fueron re\risados y corregidos por Luis Franco en el aspecto meramente externo, respetanclo en absoluto -claro esta- las ideas y expresiones del autor. Los subcitulos han sido agregados expresam:ente para esta eruci6n. Las referencias bibliogra£ica~ fueron revisadas, cambiandose en algunos casos por citas de ediciones mas actuales de la rnisma obra.

ediciones fichas Buenos Aires

DE MITRE A ROCA Consolidaci6n de la o ligarquia Anglo-Criolla

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queda hecho el deposito que maIca la ley 11.723

LA ARGENTINA EN LA EPOCA DEL IMPERIALISMO '

Copyright por ediciones fichas PEDRO SIRERA

Corrientes 155-1

Tenninada la guena del Paraguay la naelOll argentina qued6 definitivamente pacificada en los termi~os deseados por 1a 'oligar-qula portefia. Todavla habrlan de producirse levantamientos· contra su hegemonia, el mas importantc encabezado pOl' eI coronel L6pcz Jar· dan cuanda sublev6 la-provincia de Entre Rios contra el gobierno de Sarmiento despues de mandaI asesinar a Urquiza. Pew eran estertores finales de una causa moribunda, agota~a frente a1 creciente podedo de 1a oligarqufa bonaerense. Se a.firrna entonces el proceso de' estructuraci6n capitalista del pals, que va cobrando la fisonomia que COn variaciones apreciables -pero--no de fondo- conserva hasta hoy: gran productoI de alimentos y materias primas para el mercado mundial, gran importador de productos industriales, gran deudor ante los centros financieros del mundo, escasa y deficientemente il1dustrializado. Pero esta estructuracion y evoluci6n del pals se inicia mas 0 menDs coincidentcmente con moclificaciones fW1damentales en' los grandes centros capitalistas del mundo, y prosigue en el marco de la's TIuevas-· condiciones originadas por aquellas modificaciones. En las cuatro "'!timas decadas del siglo XIX las grandes naciones capitalistas evolucionan hacia el imperialismo, y esto n:odifica no s610 Impreso en Argentina

Printed in Argentina

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funcionamiento -del sistema capitalista en las precedentes de,cadas del siglo XIX. La etapa librecambista del capitalismo significaba funda~entalmente la ausen-cia de esas gigantescas concentraciones c1e ca~ pital altamente centralizado en pocas manos J tan tipicas de nuestro sig10 y el predominio de la burguesia industrial entre todos los restan1 tes gropes de 1a dase capitalista (comerciantes, banqueros} Por atra paTte, 1a ta~a de ganancia dentro de los grandes paIses industriales era 10 bastante e1evada para atraer practicamente todo el capital disponi~ ble, de modo que .su exportncion no era' muy'importante en cantidad, exeepto en el breve periodo de la deeadi de 1820 en que los banqueros ingleses se dier-on a invertir en los paises latinoamericanos -aventura que pronto abandonarol1. De modo que e1 mercac10 mundial cobijaba un gran desp1azamiento de mercancia's, con reducidos movimientos de capital entre los distintos paises. Cuando el capital se desplazaba era en su mayor parte nevada pDr_ el propietario, que emi~ graba de "su pais, ~as colonias, 0 las zonas co1onizables, despertaban el iuteres de las grandes potencias industriales -ante toclo y por sabre todo de Ing1aterra- 'en cuanto mercados comerciales, no como merc3dos de inversion para sus capitales. Y, en concordancia -con esto, 13 interven~ ci6n politico militar en los paises atra'sados tenia un caracter esporadico, no sistematico, C/111-Clteu,1") muy, distinto del que adquiririu decadas

el capitalismo .intem_o de esos paises sino toda li estructura de 1a econolTIia mundial, que por otra parte recien entonces se convierte en propiamente tal. Poco 0 nada de 10 que oeurre en la Argentina a partir de la presidencia de Mitre puede comprenderse si se pierde de , vista esta reestructuraci~n de 1a economia internacional ·:-Y Sil po- . litica. Y esto es valido no s6lo para 1a Argentina sino para paises como el Testa de Arne'rica Latina, Rusia, China -en general todos aquellos que en las euatro ultimas deeadas del siglo XIX pe,m'!"e· dan como nadones atrasadas. Por ello, si se quiere comprender 1a historia argentina a partir de la presidenciade Mitre, es preciso sal tar al estudio de la eeonomia mundial, cuya aed6n se ejercera intensisimamente sobr~ la. historia argentina. Por otra parte, para apreciar la: acclon del imperia~ lismo en 1a historia argentina debemos estudiarla en su evoluci6n general, prescindiendo de la exposici6n cronol6gica, Es decir, que para apreciaI por ejemplo cual h3 sido la fund6n y las consecuen,cias del capital ing1Cs colocado en los fcrrocarriles argentinDs , es preciso estudiarla en conjunto, dejando para mas adelante 1a detallada exposici6n crono16gica -de sus eta'pas. Y otro tanto oeurre can las relaciones entre las c1ases dominant-es argentinas y el imperialismo. Es decir, que para poder entender el proceso que fue gestand{) la Argentina que hoy tenemos ante nosotros, es indispensable analizar primero la obm terrninada, eomprender las leyes generales del proceso, y hlego recien entIar en su analisis parcial siguiendo sus etapas cronol6gieas, Por eso en este capitulo enfocaremos sinteticamente 31gun as tendeneias generales que actuan en ella y sobre ella, originadas en la estructura de clases del pais y en los centros de la economia mundia!. ', En las qecadas en que I\,1itre_Sarmiento-AveHaneda-Roca gober~ naban en 1a Aroentina los co10sos de 'la economia mundial o ' abandonaban cada vez mas 1a libre competenda que habita caractcrizado el

despues. Todo esto se reflejaba en la politica exterior V en la condllcta del capital invertido en el extranjero par las grandes potencia's. Era esta 1a epoca en que la burguesla inglesa se preguntaba u par que no dejar a las calonias que prosigan por su propia cuenta Sli propio desa'ITalIo econ6mico" (Knowles 11~cJ1,I-stria1.1 320) y The Thnes decbraba que 1a completa independencia de las colonias constitula ({un aCOl1tecimiento inevitable" (febrero 11, 1850, veT Kno\vles 321). La inversion de capital en el, extranjero nO era considerada beneficio para 111glaterra (Jenks, 116) y la diplomada britanica no la respaldaba. En J

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la decada de los veinte'J euan-do los prestamistas de las naciones lati-

en relad6n a los paises en que se invertia. (Kirland, 387). Tantas

noamericanas pidieron que estas fueran obligadas a reconocer sus deudas €xternas como predo de su reconocimiento como naciones inde-

veces estaf6 la burguesia yanqui a sus acreedores extranjeros que IIpara un norteamericano era sumamente comprometedor hallarse en Lon-

pendientes, Canning se neg6 (idem, 117) y e1 mismo aclaro ,que ((en ningun -caso 13 deuda que un gobierno extranjero pueda con traer can un ciudadano britanieD sera considerada como p·roblema entre ese gobie'no y el gobienlO britanieo" (idem, 118) 371). Palmerston, aunque Ton menos rigor, continuo esta politiea de Carining, limitindose a prometer a' los tenedores de emprestitos extranjeros que se los respaldarfa Heon gestiones amistosas" (idem, 119), En esencia la poHtica britmica en estas decadas librecambistas del siglo XIX tendia a promover e1 comercio ingIes en todo el mundo Cpor eso se rompi6 a canonazos el aislamiento de Chinal) pew no la inversion de capital, 10 eua1 concordaba perfectamel1te con el pre~ dominio de la burguesla industrial y su apendice la burguesia Comer, cia], interesadas en exportar mercanciis) 110 capitales. Como escribia Marx en 1861: IILos uniC9s ingleses que en Inglaterra desean una interveneion en [v:1exico son los tenedores de bonos mexieanos J los que, naturalmente, nunea han presumido de ejercer ningun£ influen-

cia sabre la opini6n nacional" (Mexico en la obra de Marx, 40). Por atra parte, la mayor parte de las inversiones inglesas en el eXh'an}ero consistian en emprestitos. En Estados Unidos el capital ingIes tarnbien financi6 ferrocaniles, perc rara vez tuvo en sus manos la -gesti6n de los mismos. Generalmente los promotores nortcamericanos conscrvaban 1a direccion de las empresas y la intervenci6n in-

glesa se limitaba a percibir el interes del capital prestado. En mas de una oeasion los promotor~s norteamericanos defraudaban y estafa-ban a los accionistas ingleses) cuyo control sobI'e las empresas era bastante remoto. El Erie Railway fue uno de los casas IDaS notables de defraudaci6n en perjuicio de los inversores ingleses, y que esto pudiera ocurrir demuestra hasta que punta' era debil el capital ingles

dres en el invierno de 1842-43" (Jenks, 104). Todavia en 1928, en plena prosperidad norteamericana, ocho estados de 1a Uni6n debfan a los .acreedores extranjeros emprestitos contraldos en el siglo XIX

par valor de 328 millones de d6lares" (Williams, VI, !OS), Es decir, que Estados Unidos pudo contar can el capital extranjero para 1a aceleraci6n de su desarrollo econ6mico, especialmente en aquella-s rama's de la econonll2:, que, como los ferrocarriles, requerian grandes masas de capital, pero en condiciones distintas a aquellas can que America La'tina consigui6 mas tarde esa (layudaJI • Las inversiones extranjeras realizadas en Estados Unidos se caracterizaron par dejar 1a prolllocion,

el control y la direcci6n de las empresas en manos de la burguesla yanqui. 0, en OtIO caso, .consistian en el traslado flsico del capital junto can el propietario, que emigraba y a- la tercera generaci6n se convertla en burgues norteamericano. No existia nada comparable al desplazamiento aetual de los monopolios hada America Latina, donde

realizan inversiones cuyo control conservan. Hacia fines del siglo XIX las inversiones extranjeras en Estados Unidos -como en todo e1 mundo- presentaban las caracteristicas. propias del imperialismo, conservando para si la propiedad, la gesti6n y el control de las inversioncs. Pero ya entonces la burguesia yanqui era 10 suficientcmente fuerte

para desplazar al capital extranjero alli dande se 10 propusiese, y desde 1914 todas Ia's inversiones extranjeras lucrativas fueron adqui-

ridas par el capital yanqui. Tal era la independenci. qu, un pais deudor de I. epaca lihecambista tenia frente a sus acreedores que el capitalismo yanqui se dio el lujo de ser el deudor mas moroSQ y el defraudador mas grande de las inversiones extranjeras, como que todavia adeuda varios emprestitos contratados .hace mas de un siglo.

La posibilidad que tuvo 1a burguesia yanqui de violar sistematica-

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Mildades Peila

mente sus compromisDs con €I capital extra~jer-o, y contar sin embargo con nuevas y crecientes- inversiones extranJeras, con~asta ~on ~l bl~ imperialismo cierra en toIno a los paises atrasados que e -elu queo g , II b1' . " en efsiglo actual a fines del XIX no cumplen su~ a 'gaclOnes can el capital financiero intemacionaI. E1 cantraste ~f~rencla .netam~nt~ dos fases de la evoluci6n del capitalism,,< A Amenca Latma Ie .oco desarrollarse en la ultima y menos favorable y, dicho sea de paso, . nunca como aqul qued6 demostrado que ]a his:oria no es ~n sln:-P1e y tranquilq_ proceso evolutivo en que los que 'vlene~ ~espl1es replten con algunos afios de atraso eI camino de los que Vl~lerOn antes: ~a< Argentina y algunos de los otros paises mas adelantados de Amenca

-Latina -del resto no hay ni que hablar-

lDIClan Sil mOdeI110

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sarrollo capitalista apenas cincuenta a'i105 mas tarde que Estados .U~I­ dos. Pem en esos dncuenta afios las rnayores virtu des del capltahsrna se han agotado y su- madurad6n irnperiaHsta, ernpez~~~ a ~;mer en juego todas sus lacras} cerrando e1 camino hacla 1a Clvl1!zaClon a la mayor parte de Ii humanidad< . Advirtienda que es preciso no ohidar (/1a significaci6n condidonal y relativa de todas las definiciones en general, ~as c~aJes no pueden abarcar nunea en todos sus aspectos las relaclOnes del fenomeno en su desa'rrollo completolJ, Lenin resumi6 en cuatro puntos las caracterfsticas esenciales del imperialismo: (/1) la concentracien de la producci6n y del capital llega hasta un grado tan_ clevado de desarrollo que ba creado e1 monopolio, el cual deser:'pena un~apel de. . en -1a vida econ6mica ,< 2) la fusi6n delII capItal ClSIVO . ' , bancano . JI can d 1eI industrial y la' creadon, sabre la base de este c~pltal fl~anCler~, e a oHgarqula financiera; 3) 1a exportacion de capltal, a, dlfere~cla de la exportacion de mercandas, adquiere una importanCla partIcular; :-) la cll1mina-cion del reparto territorial del mundo entre Jas potenqas ca' italistas mas importantes. El imperialismo es el capitalisrno en la de desan-alla en la eual ha tornado cuerpo la dominacion de los

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monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportaci6n d~ capital, ha empeiado el reparto del mundo entre los tru.sts intcrnacionales y ha terminado el reparto del mismo entre los paises capitalistas mas importantes)) (Im-perial'ismo,

139). Los criticos de la teoria leninista gustan sefialar la existencia antes de las ultimas decadas del siglo XIX, peri ado indicado por Lenin como punto de partida del imperialismo) de l1umerosos feno .. menos que Son propios de la etapa imperia~ista: monopolios, exportaci6n de capital, politica colonial. Olvidan que 10 que en la tcoria leninista caracteriza la etapa irnperialista del capitalisrno no es Ii exis~ tencia aislada de tr'usts,. 0 de colonias, '0 la exportaci6n del capital. La: relaci6n funcional entre. estos fen6menos} es decirI. una vinculacion tal que la existencia de cada Lmo de ellos resulta inseparable de los restantes] y va~la con la variaci6n de cualquiera de -los otros, su entrelazamiento y su dominio sabre todas las restantes manifestaciones de la economia capitalista, eso es 10 que caracteriza a1 impelialismo. Y esa vinculacion funcional entre monopolio, capital fin3ncicl'O, exporta'cion de capital y reparto del ml.L.'1do s610 aparece precisamente en e1 pedodo indicado por Lenin. Y precisqrnente porque .~n etapas anteriores del desan-ollo capitalista faltaba esa relacion funcional- entre monopoIi01 capitnl financiero, politica colonial y exportaci6n de . capital -y no podia menos que faItar, dado el desarrollo rdativamente limitado de la producci6n capitalista y sus leyes de concentraci6n y centralizaci6n_ el contenido de fen6menos exteriormente similares alas propios de la etapa imperialista era distinto. InglatelTa tuvo una politica' colonial mucho antes de que el capitalismo ingIes se trans. formara en imp,rialismo< Pero la similitud se limita· a la forma y alli termina. ((La politica colonial y el impel'ialismo existfan ya antes del capitqlismo en su fase actual y aun antes del imperialismo. Roma~ basad-a en la esclavitud, lleve a cabo una poJitica colonial y realize

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cl imperialismo. Perc los I! (idem, 65). El ultimo estertor del mitrismo, en cierto sentido el ultimo acto del gobicrno de l\lIitrc, fue la insurrecci6n militar del ano 74 contra el gobierno de Sarmiento. Insurreccion financiada "por Ia Ultimas libras esterlill

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a 1a uni6n aduanera can Paraguay. (Para: que complicarse en una poHtica que traerfa roces can los principales c1ientes y allados y ningun beneficio direeto inmediato para la oligarquia portena?

La Presidencia Sarmiento, liusione} sin Base La subolioanjuill nutnsta trato de perpetuarse en el poder con b • uno de los Elizalde, pero demasiado convincentes eran las reSlstencias que levantaba el mitrismo en todo el pais, e incluso dentro de la . staban va hartos de aventuras . oligarquia portena) cuyos estanCleros e · J 'I



epicas que les traian mayores impuestos de exportaClOl1 y creCIentes mdoncs indios sabre sus estancias. La sucesi6n de 1a dinastia mitrista se fue a pique, y en Sll lugar triunf6 un candidato imprevisto ~ sin partido. Desde la organizaci6n constitucional Sannicnto es el prImer tipo de un genero de gobierno que hasta nuestrOS dias habria de producirse muchas veces a 10 largo de la historia'· argentina, y qu~ a falta de un Hombre mas apropia~o podriamos denorninar bonapartista. Can 10 eual quercmos signifiear un gobicrno que, desarrollando en terminos generales la politica de Ia clase dominante, haee de arbitro y se mantiene en equilibrio entre distintos sectoTes de la ~isma ~ entre las distintas clases dominantes incluyendo, en un paIS semlcolonial como la Argentina) al capital financiero internaciol1a1. Sarmiento careda de partido propio, es dedr, podia situarse por encima de todos los partidos. Era relativamcnte independiente frente a1 federalismo provinciano y, en menor medida, frente a1 mitrismo ultraporteno, es decir, podia dentro de ciertos limites sntisfaccr simultaneamente a la oligarquia portena y a las oligarquias provincianas) y a ]05 estancieros, tanto como a la burguesla comerciaL Par eso la de

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Sarmiento fue una candidatura verdaderamente nacional en el sentido muy restringido de que era respaldada par casi todos los sectores de las clases dominantes y no 5610 por la oligarquia portefia. En enero de 1856 Sarmiento escribla des de Buenos Aires a un amigo: I 51 eso)::ndo estas severas lecciones tmicsemos la cobarma de entrede la del p"erto v/:Iart"a la e.\.l?lotaclOn particular obras del genera '--' ,qu,- se cone,r man en otras tantas ciudadelas del monopoFo de las I d ' d l' 1 ~ eua es no po r'amos ,esa ajar a ~os e~Io, tadoresJ que podnan llegar a tener por aliados : I'os mlsmos pode - res pu'bl leos, COmo en Inglaterra". (Arengas~ 429, 460-62), p

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TIes afios mas tarde La Nadon de TvIitre escribia palabras que trayectoria de 1a llustrada eXposltora de 1a oHgarquia portefia y su socio britanico;

~esultan por 1~ menos sorprendentes conociend;- 1a

"~o h~ce muc.ho tiempo que un diario i~dicaba Ia convenienda de vender clroearnl del ?e~te,. puesto que 105 gobicrnos no deben ser empresarios. Poco ,antes se hab1a mdlcado, par el contrario 1a idea de I ' " d 1 f '1 ' , - a expropUlclOn e d~ er~ocarD es partlculares) prop6sito que, -conocido en InglaterraJ fue motivo gracldes alarmas) hasta el punto de que 1a campania del Ferrocarril S d ' . u parece (lue ha envind A:J. ' 0 Con este motlvo a su vlceprcsidente, sefior Drable. unque tantas veces se ha tratado esta cuesti,5n, creemos conveniente abundar el F

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en algunas ideas que 'estableciendo Ia conveniencia general de la pwpiedad Hscal de los ferwcarriles disipe sin embargo Ia alarma de las expropiaciones inconveni

~obre



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l~Tlp~no

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' t0 h ab'la lIn alar extremadamente portefiista' ded 1a olig3rP or oer 'dor)'roduta Ula bonaerense que Cpersom·flea d a pOI' T- eJc ~ ' ' ' , a en gran dfa \rte entre el partido mitrista, que desde dace anOs atras no po , P , f acer su h ambre de presupuesto v~ hablo fracasado en todns los sahs . , para saGar , I0---,/ 1 n 0 entendia conintentos revoludonanos . ,C las1""nuevas . d diciones y fue a 1a pequefia y sanwienta guerra ClVIl del,oO, CIC}Cn 0 ue 1a capitalizacion traeria' 13 perdida de la hegemoma bonaerense qsobIe e1 pllS. ' Te'ledor ((era un hombre poHtico .que guardaba en . . _ ~ T1880. ._ 1 mismo sentir local V 10calista de 1852" (JUlIO Costa, Roca / eJc e ' que en 1880 el .onemiao de 1852 ya d - 94) finoiendo no' d a veItu .. b .' 01, ' b , J 1· A R >'l esa espcClc de ha bia sido reducido a polvo y que u 10 ' o~o, - , archjduque austrbco, seg{m Ie pareci6 a Alberd1 en 18S0~. no era el Chaeho. EJ portefiismo de Tejedor en 1880 era ana:romeo ~s~ to a Io.S intereses de la oligarqu,ia portena en su conJun1.o y ~ pec '1 t' T b ta leer sus mall1capital extra'njero invertldo en a A ,rgen.ma? ,as,' f fiesta~ - ara advertir que el y su partido rnedlOmltIlsta estaban uera d e 1a Tca P lid a. d C.·Fuera de la realidad' Seria ingenuo creer d 1 que h' Te, . d· Cia. ionoraban del todo que estaban repitien 0 a lstona JC orlevantamlcnto y ,b _ d.e 1S'"2 del portenD )) perc repitiendolo teatralmente, b 1 t

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' apenas .como f a." rsa Ellos levantad an n i ,siquiera como come'd la) . e . . d·· del po Br extremismo portefiista como bandera para apo Clarse . . naUIOV1l1C13nO . 1 a la il1versa Roea Jevanta·ba e1 naCl'011aF con el go,·

({La Republica», «E1 Siglo», {(EI Comercio del Phta» «(Le COllrrier de 1a _Plata)}, ({Buenos Aires Herald», «The Standa;'d» y tenO»,

«La Patria degli Italiani);,ll CAstengo, 110). Y poco despues: IISea por habilidad 0 por suerte, la verdad os que hasta ahora no ha habido ningun porteno ,que disponga 0 pue,da disponer de tantos diarios como yo en un momento dado" (idem, 120). EI apoyo de los diarias de Ia colectividad inglesa -es deciI, de los comerciantes 1ngleses radicados en la Argentina'- 10 acompafi6 a Roea en toda sa vida politica.

En didembre de 1885 Sarmiento lanzaba un vioIento ataque contra The Standard] acusandolo de ser para Roca 10 que era el British Pachet para Rosas CEI Censor, diciembre 17, 1885). En 1886, cuando Roca fue ohjcto de un atentado) los comerciantes extranjeros se apresuraron a testimoniaTle colectivamente su apoyo, motivando el siguiente ir6n1co comentmie de Sarmiento que con e1 titulo de ({Mit~n comercial de pura indigrl8:ci6n!!, escr1b1a: "Tuvo lugar, como se esperaba, el mitin de indignaci6n para condenar el atentado de

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bierno nacional) prestamista5, etcetera. ConcuIricl'On a1 1\1itin de Indignaci6n prommrido bajo tan acreditados nombres, todos 10s jeFes de las easas extranjeras introdw:::.toI8S) todos los estableclmtelltos b3ncarios , y el personal de los diarios ingleses) franceses) etc," eEl Censor, mayo 18 y 19, 1886). Uno de los aventureros de la pJuma qt1.e se han dado a rcivindiear a1 roquismo pretende que cl comerciD extranjero rcspaldaba a Tejedor contra Roca y cita 31 reslJecto la exclamaci6n que HOC8 pone en una carta cuanda se entera de que 10 visitara una mision de co·· merciantes deseosos de evitar la lucha armada can Tcjedcr: '\1110Ia son los comerciantes extranjeros los que van a arreglar cl pab" (Ramos) RevolucioH) 228), Tratase de una burda falsificaci6n de hechos perfectamente conocidos., EI comercio extranjero apoyaba preferentemente a Roe3) COmO puede verse reconienda los diarios de las colectividades -extranjeras (*). Una exeepci6n era la casa inglesa Hale) ligada a Tejedor por negociados y coimas muy particulaTes, Y 1a comisi6n de comerciantes extranjeros que procura Cl1contrar un arre~ gIo entre Roca y Tejedor queda encantada can Roca y furiosa contra Tejedor. ((Pereyra Ie habra contado to_dos los incidentes con los delegacies del comercio de Buenos Aires, que f.e ha'n ido, seg{ln dicen) encantados de mL Tristan Ac'hival me informa que Tejedor recibi6 torpemente a los que fueron a verla, a pufietazos sobre 1a mesa, empezando por tratarlos de impertinentes". Pa1abras textua1es de Roca (Astengo, 196, ver tambien en Galindez, 253). '" Bahe e1 primer mensaje pesidencial de Roc::! deda The StmuumI: "Estc menwje. presidcllcial r"ede set acert~dQ como el prologo de un Gobierno Nacional mas £lKrte, mas fil1ne y mas cO!npJcto que todo 10 conocido en estos paises. Par csa Seta Iciclo con muella sntisfstci6'l pOI q1rienc's en EtlWpa tienen bonos 0 mautienen reladones co:mer~ dales con el Plata" Coctubre 15; 1880),

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l'vlildades Pefia

Con :odo, el principal apoyo de Roea proveuia del Interior. Pero, (de que . elementos d"l lntcnOr. ' ,~ Af'InTIJf que R oca representaba a 'I . ' 'las provlllClas" co t 1 ] " , ~ _." / n ra a olgarqm3 terratemcnte y comercial portena (Tllstan, 14) es-tan tonto como falso, nO s610 porque Roea C011tab~ con eI apoyo. de un sector poderoslsimo de la oligarqufa terra~ lt tCDlente y comerc13.1 portena sino tarn bien pOl"que ((las provincias son entes abstractos que no apoyaban ni dejaban de apoyar a nadie puesto ' h ' Ja politlCa ' en el Interior eran las oligarqulas, , ~ue gillen aew pro~i1nClales) enticlades concretas y menDS idilicas que las fantasma-

g6ncas !lp:rovincias" 1" , no cran las montoncras del _ ~ . E-5 t a~- olgarqm3s Chacho 0 de FelIpe 1 ~. Va re-I'3, que se h ab'wn aesangrado contra la oligarqula porteiiJ. Eran las 'que habfan degoIlado a esas montoneras CO~ el a~lx!1io ~e l~s aImas portenas. Su antagonismo con 1a oligarqun por~en8 gl~aba en tomo al disfrute de los puestos publico$, rero nO entranab"u ill .pod'a - l1mguna ' . dlstmta .. 1 e-n t· ranar pol/ItlCa respecto a las grandes cuestlOnes del desarrollo nacional. Y ademas las olio-ar, •• J b q~IaS provll1cranas mas poderosas, situadas en las provincias industnales como T ucuman , . ,y' 1a zona d e C uyo, comenzaban ya a entrela~arse con la ohgarqma portena y el capital extranjero. ('Los distrIto, azucarero, del Norte de la Republica -informaba Avellaneda c.n ~ su I\iIens~j,e de 1880- proveen ya 31 consumo de 7 provincias , j ::;u produccIOn va a decuplicaIse de una cosecha paIa 1a otra') (Mab"aoana' - E rnesto Tornquist -agente notorio del ca~ 0 ' • .1' P,or esos anOs ~ltal fl~aI1ClerO europco en la Argentina- adquiere intereses en la mcl,ustna azucarera tucumana y Tornquist "es en primer luaar un amIgo de Roca" (Tornquist, 26). Tornquist tenia tal autoridad en el m~ndo final1ciero, que Payro pone en boca de un comcrciante la Frase 11e tornado todas las precauciones de acuerdo con 10 que opina d.on Ernesto'! ~Divertidas Ave-Ylturas) 268). Estos intereses provin~ Clanos -pero hgados a Ja Bolsa de Londres- estan detras de Roca. Posse Ie escnbe a Sarmiento en 1879 que todas las ~amilias promi,

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nentes de Tucumm apoyan a Roca (a Posse, II, 477), Decir que estas oligarq ulas aspiraban a una polltica nacional -en el sentido del desarrollo nacional autonomo- es) por 10 men os) un exceso de optimismo. La unidad de la oligarqula portena y sus colegas del interior en terno a Roca tUVO su expresion poHtica en la fundacion del Partido Autonomista Nacional (PAN), organizaci6n piramida1 manejada desde la Casa Rosada por cl Presidente de la Republica a traves de los gobernadores provinciales, y en cuyo seno se realizaba un verdadero frente tinico de estanciews, comerciantes y capitalistas de todo e1 pals ansiosos par prosperar a la sombra de la paz y la administracion roquistas. En e1 seno del p./\.N qued6 perfectamente comprobado que entre el roquismo y Ia oligarquia ,portefia, habia una afinidad nativa

y -electiva. Precisamente par su vinculacion con la oligarqula portefia habia seetores de las oligarquias provincianas que no apoyaban a Roca, 10 eual demuestra nuevamente que 1a cuestion fundamental no era "Buenos Aires versus las provincias" sino el partido roquista versus el partido mitrista-tejedurista -ambos can apoyo en todo el palsen lucha a ll1uerte por el presupuesto. liEn vano se buscanan los electores par 1a geografia politica, pues el general Roca los tenia en Buenos Aires como en Corrientes y en La Rioja, y el doctor Tejedor los poseia, as~imismo, tanto en aquellas como en otras provincias, No era cuestion que los portenos estuviesen de un lado y los provincianOs de otIO" (Galindez, 217).

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Milciades Pe!in

En el Ejercito se Aprende a Ganar Elecciones y A jJoderarse de las Tierras Pt,blicas

Desde el comienzo hasta el £.in de Sil cancra politica, Boca tuvo ... un, puntal 'cn el Ejercito, Los pintorescos apoIogistas que le han ~ahdo ,a Roca en nuestros dias, pretenden que el ejercito roauista eIa de on crcn popula ,II • d 1 ,0 I , una espeCIC e encarnaci6n Call charreteras de 1a "'concienda naciona1" (Ramos Revol-uci6n 239 241) " f' » , } 0 51 se prelere, una montonera gaucha can escalaf6n. Esto es un disparate de bota y sable, porque el ejetcito del que surge Roca -nos referimos de=~e luego a 1a oficialidad, no 3 13 trapa, que es carne de pueblo c,ano n en todos los ejerci.tos del mundo- es ya un eje.rcito burocr: tlZado, can una estructura perfeetamente oligarquica "Est f 1'" " ~=~ ~e ~, e escnbIa a SarmIento su amigo mas intimo- en que 1a paciflcaclOn tIae entre sus trofeos la muerte del provincianismo' . "DUe h d 1 "I" " ' pew (''':1 ~ aremos e ml Itansmo -que vielle penetrando hasta en las el1tranas de, nuestro cuerpo? Si vieras las ambiciones y pretensiones que han s~rgldo en nuestIa epoca) te caeTias de eSDalda espantado del parvenu, De aqui han ido solicitudes para prom~ciones de ofI" " I " d ~ =~ y paIa que se en gradas efecth:os a tenien tes coroneles y 0 _ dantes d T" c man ,e D11 lela que nunca vieron ni los mostachos del enemigo y que. en esta epoca 110 han hecho sino morisquetas a 300 Ieguas teat~o, de 1a guerra, A este paso vamos a' suprimir la o-raduaci6n par serVlClO para empezar. 1a canera "'1 " b IDlltar por General 0 Brio-adier)! (de POsse II 408) E1" _ . " ,)' . proceso a"anZQ a partIr del o-obiernob de R gUlen d , b oca, " s,upo eonespon er con privilegios adecuados los servicios que e1 1eJcrclto t eli and a e1 orden y cenando beatificamen. Ie 'pres"aba l -, eus 0

del

te as OJos a todasIas tropelias del roquismo y mas tarde del juarismo.

De il1itre a Roca

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E1 ejerdto era n3cional, desde Iuego, en el sentido de que 10 integraban no s610 portenas sino elementos de toaas las r~giones del pafs; pero la politica que ese ejercito respaldaba era 1a del creciente enfeudamiento del pais al capital imperialista en beneficia de 1a oligar· quia bonaerense y sus satelites -menores en las provincias. -EI ,I'sentido 'nacional" de este ejercito se limitaba a obtener privileg~os en los cuatro costa'dos de 1a repltblica; no llegaba hasta el extrema de oponcTsc a 105 escandalosos ncgociados en beneficia" de la Bolsa de Lonares ni menos aun a la explotaci6n olig:hqllica del pais en dctrimento del 99 % de la poblaci6n. Jamas la I'conciencia nacional'! (Ramos, Revol-uci6n) 241) del ejercito argentino Ie 11eva a pensar que regaIar la tierra pllblica entre un pufiado de gran des oligarcas, can Roca' y su familia a 1a cabeza, impedia la cstructul'aci6n de una gr::mde y poderosa nad6n con los 100 millones de habitantes que sofiaba Sar~ mien to. Lo que Posse advertla en sus comienzos en la carta de 1876 se fue acentmmdo despues, Y nada mas revelador que las paginas es~ critas por Sarmiento -el creador de las Escuebs J\!Iilitar y Navaldurante su campana conh"a el binomio Roca-Ju{ll~ez Celman) en 188G, HNosotros los amcricanos del sur -escribia en El CensoT) febrero 10, 1886- hemos dcscubicIto un modo de dar empleo a los eje.rcitGs sin guerra, porgue no hay enemigos) y 'es gobernar can ejel'citos Cl'C,ln~ dolos sup-criores a l1uestl'OS medias y sin proporci6n con la poblaci6n. ,Cuantos ejercitos en pie de paz tenemos? Casi 11D se interesa el publico en estas bagatelas) y mientl'as tanto se ha visto el domingo que para "'cada votante verdadero, hab1a en" plaza dos solcbdos de linea para arnarrarlo, y que con votos falsos y todD habra en la ciudad capital mas soldados que ciudadanos activos". Y el 25 de febrero, C011 e1 titulo de uLa Escuela l\liJitar. Curso _de quinto anD. Arte de ganar elecciones por orden del Estado l'vlayor de Elecciones") agregaba: , HRaro destino de las instituciones humanas. Puede el lector irnagi-

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Mildades Pena

naIse las ilusiones que se haria el creadar de las escuelas militar y naval Cel propio Sarmiento). Llamada 1a Hepublica Argentina a seI por su co1ocacion geogrMica 1a segunda edici6n de los Estados Unidos) esperaba reducir el ejercito a las estrictas necesidades de Ja frontera. (No) tcniendo los conocimientos adquiridos aplicac.i6n dig118 en la guerra de indios de frontera, en que se lucen atIas cualidades, como las que 1a Trib-una f\racional atribuye a1 general Roca p~ra motivar sus pTcmios; «tener duras las nalgas paIa galopar», l'vlaldones y Daza han 5ic1o enviados a practicar el ane de ganar elecci.ones a toebs las mananas a Catamarca.. T enemos entendido que Daza y I\laldoncs escribidn un cursa de quinto arlO pam la escueb militar, sabre el aIte de ganar elecciones] teniendo, se entiende, el mandr supremo) recibicndo suddo del tesoro nacional y siendo el candidat no irreconcillable enemigo del Presidente". Y el 19 de abril, ante un articulo de un diaria roquista que preguntaba iI~Con qu~ dcrecho 'se haec figurar a1 ejercito argentino en 1a condicion de un-.'l fuerza pretoIiaIl3 que no tiene otra mision ni otro objeto que el de:' avasd· lIar las ligertudes publicas?", Sarmiento contesta: "No sabemos efectivamente con que derecho sc puede hater que el ejercito argentino no tenga otra mision ni otro objet.o. Pew e1 hecho es 1nnegable. El ejercito no ha sen'ida durante la administration de Roea sino para avasallar las libeItades publica!>. Desde el primer ana del gobierna del general Roca se hizo manifie:;to el prop6sito de formar un ejercito formidable, doblando su dective, prccio;amcnte cuando dcsapareda. par completo toda amenaza de conciliaci6n exterior) cuando bs frontcras no exigiun sino fuerzas muy limitadas; y cnanJo la paz inttma mlsma no paelh ser perturbada. EI ejercito argentino tiene uua misi6n que 18. de avasallar las libertades publicas; pew 5610 sirve hoy para asegUl"ar el gobierno de las famili:ts de los Roca y pasarla a la de JuArez. Ve y c~du18s hipotecarias. Con esos ISO 6 200 mil1onc5 de pesos c10minatfm ]a crisjs, porque psgaran sus deudas; perc en "i'ez de mejorar su Jtu~ci6n In babran emreorado, aumen~~mdo su det.1(la anual en 7 mil10nes de pest's, que' hnrll11 pasa! su deficit anual de 100 mil1ones! Pmece que la Reptlblica Argentina n; sinnera que se resba1.a .en Ja pendiente rapid£slm8 de Sl1 nina, y quiza de 1a pcrdida de sn independenda ... AS1; cad8 crisis, cs clominada aumentando las causas que la produjernn: el emprestito, 1a concesi6n de grandes negodos a c8pitales extnmjeros; h" hipoteca de tochs las tienilS pLlblicas y de las particulares; 13 vtnfa en Europa de las tif:'rras nacionales y el aumento de 10. penn1tll aumentar de tal maneta nuestra produccion que

ex~ranJeIO nos

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