Milagro en Los Andes

Romina Nava Jiménez Comunicación 7º Semestre Universidad Anáhuac Xalapa MILAGRO EN LOS ANDES En 1972 un vuelo provenien

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Romina Nava Jiménez Comunicación 7º Semestre Universidad Anáhuac Xalapa

MILAGRO EN LOS ANDES En 1972 un vuelo proveniente de Uruguay con destino a Santiago de Chile, sufrió un triste y recordado accidente al impactarse en la Cordillera de los Andes. Este libro, escrito por uno de sus sobrevivientes Nando Parrado, nos relata los detalles de la historia, pero además, nos muestra una historia de sobrevivencia, de héroes espontáneos y de vivencias que cambian la vida. El avión Fairchild trasportaba a un equipo de rugby que participaría en un partido en Santiago de Chile. En el avión no sólo se encontraban los jugadores del equipo sino amigos y familiares que los acompañarían en dicho viaje. Para desgracia del Fairchild las condiciones climáticas y fallas en la navegación, provocaron que este se trozara muriendo prácticamente de manera instantánea de varios pasajeros durante el desprendimiento de la cola del avión y dejando muy mal heridos a otros tantos que lograron mantenerse en el fuselaje. De los sobrevivientes del impacto no todos lograron sobrevivir a los primeros días en la montaña, pues además de las graves heridas que tenían, también se debían enfrentar a las inclemencias del tiempo con temperaturas muy por debajo de los 0 ºC, y esto sólo por mencionar uno de los problemas con los que tuvieron que lidiar. Rápidamente surgió el liderazgo y la organización para cuidar a los más malheridos, “administrar” el poco alimento que tenían y procurar conservar el calor para no morir congelados. De una u otra manera, a pesar de la tragedia, no todas las esperanzas estaban perdidas pues creían que pronto los encontraría, serían atendidos y regresarían a sus casas. Desgraciadamente los días pasaban y el rescate no llegaba. El alimento empezó a escasear y por lo tanto los sobrevivientes empezaron a debilitarse y

muchos que habían logrado sobrevivir fueron falleciendo con el paso de los días. Para poder seguir adelante, algunos sobrevivientes empezaron a hacer uso de sus habilidades, inventando (con lo que tenían a la mano) hamacas para los enfermos, instrumentos para derretir el hielo y poder tener agua, cobijas improvisadas, raquetas para caminar en la nieve y anteojos para que no quedar ciegos por el reflejo de la luz en la nieve. Mientras esto sucedía en la montaña, se iniciaron búsquedas de rescate, desgraciadamente se desconocía la ubicación exacta del accidente y además el paso por la montaña o el descenso para buscar resultaba un trabajo muy peligroso. Después de una semana la búsqueda ceso, noticia que los sobrevivientes pudieron escuchar por una radio que rescataron del avión. Los ánimos caían, la gente se debilitaba y no parecía haber solución que les brindara esperanzas de vida. Finalmente decidieron designar a un grupo para que realizará expediciones buscando la manera de pasar las montañas, llegar a Chile y conseguir ayuda para rescatar a aquellos que se quedaran en el fuselaje. La primera excursión no resultó como lo esperaban ya que ninguno de ellos contaban con la fuerza ni preparación y además tampoco tenían los instrumentos necesarios para sobrevivir a las inclemencias del tiempo. En total realizaron 6 excursiones, siendo la ultima, liderada por Parrado, la que logró que los sobrevivientes fueran encontrados. Además de la fuerte experiencia que ya era el accidente, el frío intenso, las heridas y el pesar de la muerte de amigos y familiares, los sobrevivientes de los Andes sufrieron otras pruebas aún más difíciles. Después de varios días de la caída un alud cayó sobre el fuselaje mientras los chicos dormían. Algunos de ellos lograron reaccionar y empezaron a desenterrar a los demás, desgraciadamente varios murieron enterrados. Otra de las pruebas que tuvieron que superar y por lo cual también el accidente causó gran controversia, fue la falta de alimento y la manera en que los sobrevivientes tuvieron que resolverlo. Ya de por sí la situación los tenía en pésimas condiciones y débiles, el frío los mantenía entumidos y la esperanzaba decaía día con día. Pero no

conforme con todo esto, el poco alimento que había se terminó, y ellos sabían que si no comían morirían sin alguna duda. Algunos de ellos comenzaron a darse cuenta que sí tenían alimento alrededor, y este era la carne de los muertos que se conservaba en “buenas condiciones” por el congelamiento. Tomar la decisión fue difícil pues el hacerlo iba en contra de sus principios y creencias, pero también sabían que peor sería dejarse morir aún cuando había una solución al problema. Gracias a esto fue que también lograron resistir. Después de casi dos meses de estar en la montaña, tres de los sobreviviente: Parrado, Canessa y Vizintín salieron a buscar ayuda por el lado occidental de la cordillera. El ascenso fue muy difícil pues se encontraban débiles y con frío, así que en los primero días Vizintín tuvo que regresar por heridas que sufrió en el camino. Diez días después de su salida del fuselaje y después de superar pruebas físicas y emocionales, lograron llegar a un río en donde encontraron ganado y, por lo tanto, gente que los ayudó y que llamó a las autoridades para poder realizar el rescate. Leer a detalle todas las experiencias vividas por los pasajeros del Fairchild resulta de gran impacto, no solo por la tragedia en sí, sino por las agallas y ganas de vivir que tuvieron que demostrar los protagonistas para no morir en el intento, dejando una lección de fortaleza, liderazgo y valor de la vida misma.