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Facultad de Filosofía y Humanidades Departamento de Historia

Mientras otros juegan Infancia, Juventud, Dictadura y Política Social

Tesis para optar al grado de Magíster en Historia y Políticas Sociales Por Astrid Miranda Filgueira

Profesor Guía Marcos Fernández Labbé.

Santiago, Chile, Julio 2016

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Dedicado a todos los niños, niñas y adolescentes a quienes la vida, por diversas circunstancias se le ha puesto cuesta arriba desde muy temprano.

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Agradecimientos

A Marcos Fernández, por su disposición a leer, corregir y realizar valiosos comentarios para esta investigación viera la luz. A Carolina Villanueva por su desinteresada ayuda y apoyo.

Y a Andrés, por creer en mi.

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Índice Introducción………………………………………………………………...7 Resumen…………………………………………………………………….9 Capítulo I: El Problema de Investigación…………………………...11 1.1. Breve panorama sobre las Políticas de Infancia en la actualidad. ............................. 11 1.2. La situación actual del Trabajo Infanto-Juvenil en Chile. ............................................. 13 1.3. Marco Teórico ........................................................................................................................... 19 1.3.1. El concepto de Infancia, minoridad y Trabajo Infantil........................................... 19 1.3.2. La infancia como tema de interés de los estudios sociales. ................................ 25 1.3.3. Del disciplinamiento a la protección de la infancia. ............................................... 30 1.3.4. Infancia, Trabajo y Dictadura ....................................................................................... 33 1.4 Marco Metodológico. .............................................................................................................. 38 1.4.1 Objetivos. ............................................................................................................................ 38 1.4.2. Hipótesis: ........................................................................................................................... 38 1.4.4. Descripción y Tratamiento de las fuentes. ............................................................... 39

Capítulo II: Infancia, trabajo y Protección en Chile……………….42 2.1. El trabajo infantil en Chile hasta 1950............................................................................... 42 2.1.1 El trabajo infantil en el Chile tradicional. (Siglos XVIII y XIX) ................................ 42 2.1.2. El trabajo Infantil entre 1850 y 1950 ........................................................................... 46 2.2. Infancia y trabajo entre 1950 y 1973 ................................................................................... 56 2.2.1. Menores de edad como fuerza de trabajo ................................................................. 62

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Capítulo III: Dictadura e Infancia……………………………………...69 3.1. Políticas Sociales con foco en la infancia durante la Dictadura Militar .................... 70 3.1.1 ¿Qué son las Políticas Sociales? ................................................................................ 70 3.2. Caracterización de las Políticas Sociales en Dictadura ............................................ 72 3.3. Las Modernizaciones .............................................................................................................. 76 3.4. Políticas Sociales hacia la infancia en Dictadura .......................................................... 78 3.4.2. Plan Nacional de Menores 1978-1982 ........................................................................ 87 3.4.3 El Servicio Nacional de Menores (SENAME) .............................................................. 91 3.5. La vulnerabilidad de la familia popular .............................................................................. 95

Capítulo IV: Mientras otros juegan. El Trabajo infantil y juvenil en Dictadura……………………………………………………………116 4.1. La Legislación en torno al Trabajo de Menores ................................................................ 105 4.1.1. La Legislación del Estado del Bienestar ...................................................................... 105 4.2 El desempeño de niños, adolescentes y jóvenes en el mercado laboral ................ 110 4.2.3. Trabajo no Convencional y Riesgo infanto-juvenil ................................................... 124 4.3. El Gobierno frente al trabajo infantil y juvenil ........................................................... 129 4.3.1. El acercamiento del gobierno hacia el tema .......................................................... 129 4.3.2. La Capacitación Laboral............................................................................................... 134 4.3.3. La capacitación y el trabajo como rehabilitador social ..................................... 142 4.3.4. Trabajo de menores y deserción escolar. ............................................................... 151

Conclusiones…………………………………………………………….155 Corolario………………………………………………………………….160 Fuentes……………………………………………………………………170

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Introducción El 26 de Enero de 1990 nuestro país suscribió el Convenio sobre los Derechos del Niño1. A partir de un diagnóstico llevado a cabo en diversos ámbitos se determina elaborar una Política Nacional de Infancia, entre cuyos ejes podemos reconocer la erradicación del Trabajo Infantil2. Sin embargo, sabemos que las políticas públicas surgen al alero del reconocimiento de que ciertos fenómenos son problemáticas sociales y cuyos orígenes se pueden remontar a décadas antes. Es en esta lógica que la siguiente investigación intenta bosquejar el fenómeno del trabajo infantil y juvenil durante el periodo comprendido entre 1974-1984. Por medio de la revisión de diversas fuentes se trata de dar cuenta de las características que éste adquirió y las acciones tomadas por el gobierno de la época en relación al mismo. La razón por la cual elegimos este marco temporal responde a que en 1974 se pone en marcha el Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF, el cual puede considerarse un hito en materia de política social hacia la infancia. Si bien, podríamos haber concluido en 1980, cuando finaliza este Programa, nos interesó ampliar un par de años más nuestra investigación, considerando por ejemplo que en 1982 nuestro país vivió una de las crisis económicas más complejas de su historia, cuyos visos de recuperación comenzaron a vislumbrarse a partir de 1984. Cabe señalar

que cuando nos referimos a Trabajo Infantil y Juvenil estamos

considerando a todas aquellas personas cuyo rango etario fluctuaba entre los 5 y los 18 años de edad. Por otro lado, pese a que hoy en día existen cuestionamientos frente a la utilización del concepto de “menores de edad” para referirse a niños, niñas y adolescentes, esta investigación hará uso de éste porque era el equivalente de la época a nuestra actual concepción de infancia. 1

Esta fue adoptada por las Naciones Unidas el 20 de Noviembre de 1989. En 1996, se constituye el Comité Nacional para la erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Menor Trabajador. Hoy en día se denomina Comité Nacional Asesor para la prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil. 2

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El nombre de esta investigación surge a partir de la lectura

de un artículo

publicado por la Revista HOY en 1983, el cual presenta las experiencias de muchos niños que a temprana edad dejaban la escuela o bien eran capaces de compatibilizar ambos mundos. Esto motivó la curiosidad por indagar más y conocer qué era lo que hacía o decía el Régimen Dictatorial de Augusto Pinochet sobre el tema. Debemos señalar que esta tarea no fue fácil, principalmente porque las fuentes oficiales y que sirven para analizar o evaluar un programa o política pública nos fueron muy esquivas. Por esta razón, estudios realizados

durante el periodo por diversos

organismos no gubernamentales y centros de estudios fueron fundamentales para sacar adelante esta investigación.

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Resumen Si bien el denominado “Trabajo Infantil” es un fenómeno de larga data, abiertamente aceptado durante mucho tiempo, es en el siglo XX cuando comienza a ser cuestionado, tanto por organizaciones obreras como por otros actores sociales, tales como educadores y médicos. De a poco se va instalando la idea de que el “niño” debe permanecer en otro espacio, que no es necesariamente la fábrica o la mina. Con la instalación del Estado de Compromiso o de Bienestar se vuelve más natural la idea de que este óptimo espacio es la escuela, transmisora de valores, conocimientos y aptitudes necesarios para el desarrollo de la Nación3. Por lo tanto, progresivamente se observa una disminución de los menores de edad en labores manufactureras o mineras. Por lo menos esta es la tendencia en la década de los cincuenta. No obstante, se observará en esta investigación que en la década anterior a nuestro periodo de estudio el trabajo infantil o trabajo de menores –como se le denominaba en la época- se manifiesta dentro de lo que se conoce como mercado informal de trabajo. Limpiabotas, canillitas, entre otros, pululaban por las calles de Santiago en los sesentas. Con el quiebre del sistema democrático en 1973 y la instauración del modelo neoliberal, las políticas sociales adquieren un nuevo cariz, siendo focalizadas a los grupos más vulnerables de la población y delegando en los privados muchas responsabilidades asumidas por el Estado anteriormente. En materia de infancia, las políticas de corte asistencialista se enfocan

a disminuir la desnutrición infantil –política establecida en

gobiernos anteriores, pero cuya diferencia radicó principalmente en los grupos etarios que cubrió-. Por otro lado, la dictadura puso especial énfasis en la promoción de la educación básica, y en materia judicial, se llevó a cabo una transformación al sistema de atención de

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En este sentido, la legislación laboral entre 1924 y 1931 juega un rol importante en la disminución del trabajo de menores, ya que regula jornada laboral, edades, tipos de trabajo en otros asuntos. Véase el trabajo de Moisés Poblete y Oscar Álvarez. Legislación Social Obrera Chilena (Recopilación de leyes y disposiciones vigentes sobre el trabajo y la Previsión Social). Imprenta Esmeralda, Santiago de Chile, 1924 en http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-9056.html y Código del Trabajo, Decreto con Fuerza de Ley N°178, publicado en el diario oficial el 28 de mayo de 1931, en http://www.memoriachilena.cl/602/w3article-9062.html

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la “minoridad irregular”, creándose en 1979 el Servicio Nacional de Menores (SENAME). Los anteriores cursos de acción fueron llevados a cabo luego de la implementación del Programa Integral de Desarrollo de Menores CONICYT-UNICEF, por medio del cual se realizaron diversos estudios sectoriales en materia de infancia y juventud. En este sentido, las actividades económicas ejercidas por niños y jóvenes son valoradas y apreciadas de diversas maneras por el régimen militar. Por otro lado, algunos sectores de la oposición y la Iglesia resaltaban que la presencia de trabajo infantil correspondía a un efecto de la pauperización del sistema de vida familiar, resultado de las políticas económicas y sociales impulsadas durante la dictadura militar. Por medio de investigación que está organizada en cuatro capítulos, se intenta formar una imagen sobre las las acciones estatales entre 1974-1984 hacia la infancia, enfocándonos principalmente en el fenómeno del trabajo infantil y juvenil. El primer capítulo abarca la problemática a investigar haciendo referencia a la situación actual del fenómeno del Trabajo Infantil, presentando el marco teórico, planteando, además, los objetivos e hipótesis y marco metodológico. El segundo capítulo presenta una síntesis de la situación laboral de los menores a través de la historia nacional. El tercer capítulo describe las políticas sociales en el contexto dictatorial con foco en la infancia y las condiciones de vida de los sectores populares. Finalmente en el cuarto capítulo se describe la situación laboral de niños y jóvenes y las acciones ejecutadas por el Estado u organismos vinculados al Régimen en torno al tema.

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Capítulo I: El Problema de Investigación. 1.1. Breve panorama sobre las Políticas de Infancia en la actualidad.

De acuerdo a datos de CASEN 2013, un 22% de los menores en nuestro país vive en situación de pobreza. De este grupo, un 7,5% lo hace en condiciones de extrema pobreza. “La pobreza tiene rostro de niñez, pero estamos trabajando en políticas sociales profundas que trascienden a estos cuatro años”, señaló la entonces ministra de la cartera de Desarrollo Social, María Fernanda Villegas4. Según datos de este ministerio, la situación de pobreza ha disminuido entre los niños, niñas y jóvenes en los últimos años, lo cual también es proporcional al descenso de la población infantil en nuestro país, alcanzando en 2013 una cifra de 4.414.927 personas, correspondientes al 25,6% de la población total. Si bien este descenso de la pobreza fue una buena noticia, este mismo organismo gubernamental sostiene que la desigualdad es el gran obstáculo a superar para mejorar las condiciones de vida de niños, niñas y adolescentes. La pobreza multidimensional alcanza al 23,4% de los menores de 18 años, siendo el grupo entre 0 y 3 años, quienes más la padecen, alcanzando una tasa de un 26,7% en comparación al grupo que se ubica entre los 14 a 17 años (22,3%). Por otro lado, es la población menor a 18 años la que se concentra en los quintiles de más bajos ingresos, siendo los niños y jóvenes que habitan sectores rurales y pertenecientes a pueblos indígenas los más afectados5. La desigualdad en nuestro país genera situaciones de riesgo entre la juventud. Drogadicción, alcoholismo, abuso sexual, ruptura con la familia, etc., todo esto acentuado por la constante inseguridad propia de nuestro sistema socio-económico que relega al ámbito privado, dependiente del ingreso de cada persona, la salud, la previsión y la educación. Entre 1994 y 2005, un 36% de los detenidos fueron niños y jóvenes cuyas 4

Ministerio de Desarrollo Social. En http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/noticias/2015/04/19/ministra-villegas-y-casen-2013-infancia%E2%80%9Cla-pobreza-tiene-rostro-de-ninez,-pero-estamos-trabajando-en-politicas-sociales-profundasque-transcienden-a-estos-cuatro-anos%E2%80%9D 5 Ver Encuesta CASEN 2013. Niños, Niñas y Adolescentes. Sìntesis de resultados en http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/documentos/Casen2013_ninos_adolecentes.pdf

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edades fluctuaban entre 10 y 18 años. El delito más frecuente fue el hurto6. La relación delincuencia-juventud se instala cada día con mayor fuerza en el inconsciente de la población. Lo señalado anteriormente nos da a entender que como sociedad aún tenemos una deuda pendiente con nuestros niños y jóvenes. No obstante, es un hecho que en nuestro país, a partir de la ratificación del Convenio de los Derechos del Niño en 1990, cuyos principios fundamentales son la no discriminación, el interés superior del niño, su supervivencia, desarrollo y promoción, ha intentado cumplir con este mandato, desarrollando una serie de políticas y programas que apuntan a mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes. Los esfuerzos se han enfocado, entre otros, en la disminución del Trabajo Infantil y en la promoción de la educación preescolar. En este sentido, la Política Nacional a favor de la Infancia y la Adolescencia para los años 2001 al 2010 buscó cambiar la noción asistencialista del Estado en materia de tratamiento de problemáticas hacia los menores de 18 años, por un foco centrado en Derechos, donde niños, niñas y adolescentes pasarían de ser “objetos” de políticas a “sujetos” de políticas. Uno de los objetivos era el trabajo multisectorial de los distintos organismos del Estado, comprendiendo que la Infancia debía ser tratada de manera integral, intentando corregir los errores del pasado, donde cada ministerio, subsecretaría u otras dependencias realizaba su labor de manera parcelada, sin lograr vincularse, perdiendo de esta forma tiempo y recursos valiosos. La Política Nacional a favor de la Infancia y la Adolescencia se podría considerar como la primera acción coordinada de parte del Estado para colocar en agenda las múltiples dimensiones que conlleva la preocupación por los menores de 18 años en nuestro país, traspasando la lógica meramente judicial, educacional o de salubridad que fue el énfasis propuesto por los gobiernos anteriores a la promulgación de este documento. Entre los logros alcanzados es posible visualizar el aumento de la cobertura de Educación Parvularia en un 11%; la implementación de programas de prevención de drogas en un 90% de los centros educativos que recibían aportes del Estado, y la protección de niños y adolescentes en

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Patrick Donova; Ximena Onate; Gonzalo Bravo y M. Teresa Rivera. Niñez y Juventud en Situación de Riesgo: La Gestión Social del Riesgo. Una revisión bibliográfica. Última década. [online]. 2008, vol.16, n.28 [citado 2015-08-29], pp. 51-78 . Disponible en . ISSN 0718-2236. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22362008000100004.

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situación de vulnerabilidad por medio de las Oficinas de Protección de Derechos y el Programa Chile Solidario. Además, derivó de esta política la creación de un Consejo Nacional de la Primera Infancia, que logró generar conciencia en el ámbito público sobre la importancia de esta etapa de desarrollo de los niños, como por ejemplo con el Programa Chile Crece Contigo. En Enero de 2015 vio la luz la evaluación de esta Política7, donde se identificaron algunos problemas en su implementación; por ejemplo,

no considera una nueva ley o

marco regulatorio que apoye específicamente la implementación de la Política8, pese que en sus metas se menciona una ley de protección integral para la infancia. Además, tampoco se menciona específicamente cómo se financiaría la política. Sin embargo, pese a las deficiencias que se pueden identificar en su ejecución, no se pueden desconocer los avances alcanzados en relación a la Infancia, como por ejemplo, la sensibilización y la concientización de la opinión pública de que los niños y niñas son sujetos de derechos. No obstante, el que nuestros niños, niñas y jóvenes se desarrollen de forma adecuada, evitando situaciones de riesgo, implica que sus familias cuenten a su vez con trabajos dignos, acceso a la salud, a la vivienda, etc. Por lo tanto, si se analiza desde esta perspectiva, es posible señalar que desde la década de los noventa en adelante, pese a los programas y políticas implementadas por los gobiernos de turno, la protección a la Infancia sigue siendo una materia pendiente o deficitaria.

1.2. La situación actual del Trabajo Infanto-Juvenil en Chile. El 12 de Junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y tal como señaló en una radio capitalina9 el sacerdote Andrés Moro, Vicario Pastoral Social de Caritas, “este día pasa sin pena ni gloria, quizás, porque tenemos la idea de que en Chile este fenómeno no existe”. Aunque muchos puedan pensar que esta problemática está superada, según los datos presentados en la Estrategia Nacional para la Erradicación del

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CONSEJO NACIONAL DE LA INFANCIA. (2015). Estudio “Evaluación de la Política Nacional y Plan de Acción integrado a favor de la infancia y la adolescencia, 2001-2010” realizado por Centro de Estudios de la Primera Infancia -CEPI. Santiago, Chile. 8 Ibid, pág. 12. 9 Esta entrevista fue publicada en la página de la Congregación del Buen Pastor. Ver: http://www.buenpastor.cl/justiciaypaz/index.php/categorias/justicia/613-trabajo-infantil-en-chile-hoy

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Trabajo Infantil y la Protección al Adolescente Trabajador (2015-2025)10, un 6,6%, correspondiente a 220.000 niños y niñas, desempeña algún tipo de trabajo. Esta cantidad de niños que actualmente se encuentran realizando alguna ocupación no es tan abultada como en otros países de la región. En proporción a la población total, nos encontramos a la vanguardia en la erradicación del Trabajo Infantil, junto con Uruguay y Argentina, como se puede apreciar en el siguiente cuadro: Cuadro N°1: Cantidad de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) que se encuentran en situación de Trabajo Infantil en País

América del Sur. Población Total11

NNA en situación de Trabajo Infantil 400.000

Argentina

42.192.494

Bolivia

10.290.003

850.000

Brasil

199.321.413

7.000.000

Chile

17.948.000

220.000

Colombia

45.239.079

1.091.000

Ecuador

15.223.680

Paraguay Perú Uruguay Venezuela

6.541.591 29.549.517 3.316.328 28.047.938

360.000 416.425 1.659.000 50.000 259.000

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la UNICEF, 2013.

No obstante, el Trabajo Infantil en Chile posee ciertas características que son importante conocer. Por ejemplo, la mayoría de los Niños y Niñas que desarrollan una actividad laboral lo hacen en el sector comercio (mayor y menor), alcanzando un 45,2% del total; otro 21,6% se desempeña conjuntamente en las áreas de agricultura, caza, silvicultura y pesca. En cuanto a la distribución por sexos, las niñas tienen mayor presencia en las actividades relacionadas al comercio, mientras que

los

niños

se

desempeñan más en las áreas de agricultura y construcción. El 20% de los niños y niñas de entre 15 y 17 años que desarrollan alguna labor económica le dedica en promedio 20 horas semanales a trabajar. El grupo etario 10

Crecer Felices. Estrategia Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador 2015-2025, OIT-Ministerio de Desarrollo Social. Santiago, 2015. 11 Población estimada 2012-2013. En HFA-PEDIA, de la Internacional Strategy for Disaster Reduction: http://www.eird.org/wikiesp/index.php/Am%C3%A9rica_del_Sur

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comprendido entre los 9 y los 14 años trabaja más de 15 horas semanales, lo que interfiere con sus estudios y recreación. Según datos de EANNA 201212, un 46% de los niños, niñas y adolescentes (desde ahora NNA) ocupados en nuestro país vive en hogares correspondientes al primer quintil de ingreso autónomo per cápita; de ellos, el 36, 6% vive en situación de pobreza. En cuanto a la relación trabajo/educación, la Estrategia Nacional de Erradicación de Trabajo Infantil y Protección al adolescente establece un vínculo entre las labores desarrolladas por los niños y su bajo rendimiento escolar. También identifica una reducción en la asistencia a clases, en comparación a quienes no trabajan13. Además, en el rango comprendido entre 15 y 17 años la inasistencia alcanza un 18%. De los datos señalados anteriormente, quizás lo más preocupante son aquellos niños que realizan labores consideradas “peligrosas”, lo cual corresponde al “trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, seguridad o la moralidad de los NNA. Se incluyen acá trabajos peligrosos por cargas pesadas, herramientas, lugar de trabajo u oficio peligrosos y horario prolongado o nocturno”14. Para sorpresa de muchos, de los 220.000 niños que actualmente ejercen trabajo infantil, 125.000 operan bajo la modalidad anteriormente señalada15, lo que quiere decir que pese a los avances, convenios y reformas a nivel educativo, muchos NNA ponen en riesgo su integridad o bien viven experiencias que no tienen que ver mayormente con lo que se considera que normal para el desarrollo de esa etapa de la vida denominada infancia. Sin duda, el aporte de la EANNA - instrumento que desde el año 2004 intenta sacar una fotografía de la dimensión laboral de los menores de edad en nuestro país- ha

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Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes, EANNA 2013. Ministerio de Desarrollo Social y Ministerio del Trabajo. http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/eanna/presentacion_EANNA_28junio_final .pdf 13 Esta reducción es de nueve puntos, es decir, de un 98% (promedio de niños que no trabajan) se baja a un 89% en aquellos que si realizan algún tipo de actividad. Esto aumenta en los contextos rurales a 11 puntos. Ver en Crecer Felices. Estrategia Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador 2015-2025, OIT-Ministerio de Desarrollo Social. Santiago, 2015. Pp. 25. 14 Ibid, pág. 6. 15 Por horario prolongado, se considera más de 21 horas a la semana. Por otro lado, 94 mil niños, se encuentran realizando labores por debajo de la edad mínima, correspondiente al rango de 5 a 14 años.

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sido tremendamente valiosa para elaborar los diagnósticos en pos del diseño de políticas públicas para disminuir este fenómeno. Sin embargo,

no debemos cerrarnos a la

posibilidad de que estas cifras pueden ser incluso mayores, tomando en cuenta que muchos NNA y sus padres no reconocen que realizan una actividad económica que es considerada “trabajo”. En general, se aprecia una tendencia a la disminución del trabajo infantil en nuestro país y una preocupación por parte de los gobiernos a seguir diversas indicaciones de organismos internacionales para que esto se cumpla. Así, en 1996, se suscribe un Memorandum de Entendimiento y se formalizó la creación del Comité Nacional Asesor para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Menor Trabajador, cuya secretaría ejecutiva recayó lógicamente en el Ministerio del Trabajo y Previsión Social 16. En 1999 se ratificó el Convenio 138 sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo, y en el año 2000 se ratificó el Convenio 182 sobre las peores formas de Trabajo Infantil. En el año 2001 se presentó el Plan Nacional de Acción para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil, que buscó la erradicación de todas las actividades consideradas de alto riesgo por los efectos negativos que estas tienen en la interrupción de la escolaridad, los daños a la salud y los efectos nocivos para el normal desarrollo infanto-juvenil17. Entre las acciones ejecutadas haremos mención a un proyecto financiado por IPEC18 contra el Trabajo Infantil, en el cual se trabajó en conjunto con el Colegio de Profesores, para que los docentes se unieran a la “batalla contra el Trabajo infantil”. Con este fin, se elaboró un Mapa regional, donde se identificaron los sectores económicos donde había más presencia de niños y adolescentes. Posteriormente, en el año 2004 se implementó la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) de la cual ya hemos hecho referencia.

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Este Comité fue creado mediante Decreto 131 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Entre los organismos que integran este Comité podemos mencionar al Ministerio de Educación, FOSIS, JUNAEB, Ministerio de Justicia, PDI, Carabineros de Chile, SENAME, un representante de la OIT, otro de la UNICEF entre otros. Ver: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=20330 17 Plan Subregional para la erradicación del Trabajo Infantil en los Países del Mercosur y Chile. OIT-IPEC Sudamérica, 2001, pág. 10. 18 IPEC corresponde al Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, dependiente de la OIT y que inicia sus labores en Chile y otros países de América Latina en el año 1996. Ver: http://www.ilo.org/americas/programas-y-proyectos/WCMS_178570/lang--es/index.htm

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Por otro lado, no debemos olvidar las acciones ejecutadas por Organizaciones No Gubernamentales, como OPCIÓN, que publicó en el año 2005 un estudio muy completo sobre la realidad del trabajo infantil en Latinoamérica y la realidad nacional19. Sin embargo, pese a lo anteriormente señalado, creemos

que no se puede ser

condescendiente con el fenómeno del Trabajo Infantil en nuestro país, principalmente por la irregularidad de sus condiciones. Basta comparar datos del año 200420 en la cual 107.000 NNA ejecutaban trabajos peligrosos o inaceptables, con la cifra de la última EANNA que señala que son alrededor de 125.000, lo cual es un dato no menor al momento de cuestionarnos nuestro modelo de desarrollo. Uno de los argumentos que se pueden dar al momento de presentar estas cifras puede tener relación con el aumento vegetativo de la población; no obstante, en el año 2003 el porcentaje total de población infantil y adolescente que trabajaba bordeaba el 5,4%21, mientras que en el año 2012 el porcentaje alcanzó el 6,6%. Sin ser alarmista, esto demuestra que en realidad durante 12 años el fenómeno se ha mantenido, y si bien ha aumentado levemente, es posible que un contexto de inestabilidad económica pueda haber un salto cuantitativo importante. Por otro lado, no debemos dejar de pensar las condiciones en las cuales se desarrolla el trabajo de NNA, generalmente en un contexto de mercado informal, y con bajos niveles o incluso ningún tipo de protección o seguridad. Organismos como la OIT sostienen que es imperioso que se establezcan políticas que mejoren las condiciones laborales de los adultos, para erradicar definitivamente el Trabajo Infantil, como así también fiscalizar que los niños de entre 5 y 15 años tengan estrictamente prohibido desempeñar ninguna actividad que pueda ser tipificada como “trabajo”, esto para evitar principalmente que los niños y adolescentes abandonen la escuela. Sin embargo, existen muchos adolescentes que complementan ambas actividades a la vez, amparados también en una legislación que señala que “de encontrarse actualmente cursando la E. Básica o Media, las labores no deberán dificultar su asistencia regular a clases y su participación en programas educativos o de 19

ONG Opción. Investigación sobre el Paradigma Triangular. El Caso de Chile. Julio 2005. OIT: Proyecto IPEC; Gobierno de Chile: Ministerio del Trabajo, Instituto Nacional de Estadística, INE y Servicio Nacional de Menores, SENAME. 2004, en ONG Opción. Investigación sobre el Paradigma Triangular. El Caso de Chile. Julio 2005, p. 18. 21 Trabajo Infantil y Adolescente en Cifras. Síntesis de la Primera Encuesta Nacional y Registro de sus Peores Formas. Santiago, OIT-INE2004. P. 14. 20

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formación”22, y además, “la jornada de trabajo de los menores no podrá extenderse por más de treinta horas semanales durante el período escolar y en ningún caso podrán trabajar más de ocho horas diarias ”23.

Por otro lado, la OIT reconoce que el fenómeno

del trabajo infantil se produce mayoritariamente por las condiciones socio-económicas del país, que en los últimos 40 años ha aumentado las brechas entre los que tienen más y los que tienen menos. El trabajo infantil es un tema complejo, debido a que por una parte es percibido como una vergüenza por parte de los Estados (especialmente occidentales) porque atenta contra el ideal “proteccionista” que estos deben tener con los integrantes más vulnerables del tejido social de la nación, como lo son los menores de 18 años. Por otro lado, varios estudios demuestran, que aunque la pobreza y la precariedad laboral y material de sus familias son el principal motivo del porqué los niños y adolescentes se integran al mercado laboral, esto a su vez se transforma en un arma de doble filo, ya que varios abandonan las escuelas o bien presentan bajas tasas de asistencia, cerrando con ello las oportunidades de alcanzar mejores competencias y habilidades que en el largo plazo les permitan acceder a trabajos de calidad y mejor remunerados, por lo cual el círculo de la precariedad se sigue reproduciendo. Sin embargo,

en la medida que se

indaga en la “identidad del Niño, Niña y Adolescente trabajador” se va descubriendo autorreconocimiento y valoración. Esto se aprecia por ejemplo, en un estudio realizado durante el año 2009 por el Observatorio Laboral donde se analizan las representaciones sociales de niños y niñas frente al trabajo infantil24. En la mayoría de los casos, quienes se desempeñan en alguna labor que genere ingresos económicos se reconocen como más responsables, más esforzados, menos proclives a caer en la delincuencia, más despiertos y elocuentes, en contraposición con aquellos que no trabajan, a los que consideran flojos, desmotivados y que no valoran lo que la vida les otorga; por esta misma razón, los consideran proclives a caer en la delincuencia y la drogadicción.

Estos

mismos “imaginarios” persisten también en el inconsciente colectivo de los adultos, lo que produce que se manifieste un discurso ambivalente al respecto.

22

Dirección del Trabajo. Trabajo de Menores de Edad en http://www.dt.gob.cl/1601/w3-article-95599.html Ibid. 24 Observatorio Laboral. Trabajo Infantil. Una perspectiva cultural del fenómeno. Ministerio del Trabajo. Enero 2010. 23

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El Trabajo Infanto-Juvenil se manifiesta como un fenómeno subterráneo y difícil de seguir, porque quienes lo ejercen se encuentran en un proceso de constante cambio, en una etapa transitoria y en general no actúan como agentes de presión para la elaboración de políticas públicas25.

Como se puede apreciar, los gobiernos durante los últimos

veinticinco años han relevado esta problemática y han elaborado estudios y cursos de acción cuyo objetivo para el año 202526 es su total erradicación.

1.3. Marco Teórico 1.3.1. El concepto de Infancia, minoridad y Trabajo Infantil

El concepto de Infancia debe comprenderse como una representación social que nos permite entender la realidad. Hoy en día existe un consenso sobre lo que debe entenderse como niñez o infancia, situándose en una etapa de la vida del ser humano que transcurre entre el nacimiento hasta que cumple la mayoría de edad, lo que puede variar dependiendo del país. Sin embargo, debe considerarse que esta construcción social varía,

dependiendo de cada momento histórico y cultura en la cual se esté

inmerso. Muchos historiadores, entre ellos, Ariés, coinciden en que la idea o concepto de infancia surgió con la modernidad27. Esta concepción supuso que el niño era un ser que

25

Se pueden apreciar excepciones como el caso boliviano, donde a raíz de la presión ejercida por los propios niños y jóvenes trabajadores en pos de regular su condición se aprueba finalmente el 17 de julio de 2014 la norma que permite que el trabajo infantil desde los diez años, otorgándoles la libertad para elegir donde desempeñarse. Ver más antecedentes en: http://www.nuevatribuna.es/articulo/america-latina/boliviaaprueba-norma-permite-trabajo-infantil/20140721164502105334.html 26 Este objetivo se manifiesta en el documento Crecer Felices. Estrategia Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador 2015-2025, OIT-Ministerio de Desarrollo Social. Santiago, 2015. P. 25. 27 Según este autor, a partir del siglo XVII, se instala la noción de que los niños deben estar distanciados del mundo adulto y prepararse para cuando llegue ese momento. En ese sentido, la escuela cobra gran relevancia: “La familia y la escuela retiraron al niño de la sociedad de los adultos. La escuela encerró a una infancia antaño libre en un régimen disciplinario cada vez más estricto(…) . La familia moderna no sólo sacó de la vida común a los niños, sinoigualmente suprimió gran parte de la dedicación y de las preocupaciones de los adultos (…) Dicha familia corresponde a una necesidad de intimidad y también de identidad, pues los miembros de la familia se reúnen por sus sentimientos, sus costumbres y el tipo de vida, y se oponen a las promiscuidades impuestas por la antigua sociabilidad.” Ver, Phillipe Aries, El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen, en Revista El Observador N° 8, SENAME, Septiembre de 2011. En http://www.sename.cl/wsename/otros/obs8/OBS_8__82-110.pdf

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necesitaba recibir la influencia externa para formarse, pero que además, debía ser receptor de protección. La concepción pedagógica activa y moderna de la infancia la define como una etapa de evolución de la especie, como semilla de esperanza de una nación moderna, y como objeto de estudio e intervención de los saberes modernos que se ocupan los niños.28

Para UNICEF, la infancia es la época en la que los niños y niñas tienen que estar en la escuela y en los lugares de recreo, en la que deben crecer fuertes y seguros de sí mismos y recibir el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad amplia de adultos29. Esta definición hace alusión a la calidad de vida de los niños, sin quedar sujeta al aspecto etario que separa el nacimiento de la adultez. Mariano Naradowsky30 sostiene que el concepto moderno de infancia está pasando por una crisis, debido a que la sociedad de consumo y el acceso de los medios de comunicación sitúan a los niños a la par de los adultos. Pero por otro lado, existe una infancia marginal, en la cual la necesidad los obliga a ser generadores de ingresos, lo que los posiciona a un lugar equivalente al de los adultos. Además, esta construcción social varía de acuerdo de la perspectiva disciplinar desde la cual se analice. Por ejemplo, para muchos de nosotros infancia y niñez son sinónimos, pero para la psicología son palabras que hacen alusión a dos etapas de desarrollo diferentes; por una parte la infancia es aquella fase que comprende entre el nacimiento y los seis años, para más tarde pasar a la niñez, que es entre los seis y doce años, cada una con características físicas y conductuales muy diferentes entre sí y que son sucedidas por la adolescencia (desde los doce hasta los 18).31 Otros autores, como James, señalan que la infancia debe ser pensada como una institución social e histórica, configurada en base a la sedimentación de significados y procesos materiales como las relaciones de poder, corporalidad, temporalidad, 28

María Victoria Alzate. Concepciones e Imágenes sobre la Infancia. Revista Ciencias Humanas, N° 28, en http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev28/alzate.htm 29 UNICEF. Estado Mundial de la Infancia 2005. Definición de Infancia en http://www.unicef.org/spanish/sowc05/childhooddefined.html 30 Mariano Naradowsky. Infancia y Poder. La conformación de la Pedagogía Moderna. Aique Editores, Buenos Aires, 1994. Pp. 23-53. 31 Véase Diane Papalia, Sally Wendkos, Ruth Duskin. Psicología del Desarrollo. De la Infancia a la Adolescencia. Editorial Mc Graw Hill, México, 2009.

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espacialidad, etc., en torno a los niños32. Desde esta perspectiva, es posible comprender que la Infancia tiene dos variables, una pública, de la cual se construyen discursos políticos, con presencia en los medios de comunicación, la publicidad, etc. y otra privada, relegada al espacio familiar donde se construyen las identidades infantiles. Jorge Rojas señala que es muy difícil ponerse de acuerdo en torno a los límites “naturales” identificación

que conlleva la noción de infancia, y que lo que ha primado en esta frente a la infancia y la niñez más bien es un “deber ser”, que no

necesariamente considera las particularidades culturales de cada sociedad lo cual instaura lugares adecuados para niños, como la escuela y actividades no apropiadas, como el trabajo infantil33. Para Jorge Ochoa34, la niñez es un concepto cultural y dinámico. Como tal, en el caso de Occidente, la niñez se ha entendido como el periodo de escolarización de una persona. Si bien en esta visión podemos reconocer un patrón, el autor no señala claramente cómo llegó a esta hipótesis. No obstante, concordamos con la visión de Rojas, quien señala que para el caso de los estudios relacionados con el trabajo infantil, la noción de infancia y de niñez sólo queda estipulada en base a límites de edad, lo que acota su análisis. En síntesis, el concepto de infancia es una noción que se encuentra en continuo cambio y acomodación, debido a que se debe a una representación colectiva, que va variando de acuerdo a un sinnúmero de factores, como los pedagógicos, psicológicos, médicos, antropológicos y jurídicos, como así también a intereses sociopolíticos. Otro concepto que a veces es utilizado como sinónimo de infancia es el de “Menores de Edad”. Este es más bien un término jurídico que apela al grado de responsabilidad que le compete a un ser humano en la vida social, que en el caso de los niños sería un menor, por no ser un “adulto completo”. Existen muchos detractores de este concepto, ya que sostienen que se denigra a los niños, niñas y adolescentes por no considerarlos sujetos plenos de derecho. Bajo esta lógica de “minoría de edad” se 32

James, A. Constructing childhood. Theory, police and social practice. London citado en : Vergara, A., Peña, M., Chávez, P. & Vergara, E. (2015). Los niños como sujetos sociales: El aporte de los Nuevos Estudios Sociales de la infancia y el Análisis Crítico del Discurso. Psicoperspectivas, 14(1), 55-65. Recuperado desde http://www.psicoperspectivas.cl 33 Jorge Rojas Flores. El trabajo infantil. Algunas ideas para el debate. En Trabajo Infantil, Freno al Desarrollo. Panorama General y Políticas para su Erradicación. UNICEF, 2000, pág. 62. 34 Veáse el trabajo de Jorge Ochoa. La infancia como construcción cultural. Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación, CIDE, Santiago, Noviembre de 1983.

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consideran diferentes criterios para que los NNA, puedan ejercer alguna acción social – como el trabajo- o bien puedan ser responsabilizados y posteriormente juzgados en el caso de cometer un delito35. Estas lógicas también varían de acuerdo a la legislación de cada país. Cabe señalar que desde fines del siglo XIX y principios del XX se puede observar en nuestro país, y

en otras regiones de Latinoamérica y el mundo, la

emergencia de “leyes para menores”. Esta concepción de “menor” ciertamente hace alusión al control que debe ejercerse desde el exterior, desde el mundo adulto, frente a un grupo de niños y jóvenes que tienen una existencia “irregular”, fuera del ámbito de la escuela y de la familia nuclear. Con motivo de esta investigación haremos referencia a esta concepto, considerando “menores de edad” a todas aquellas personas entre 0 a 18 años. En relación al concepto Trabajo Infantil corresponde señalar que éste también responde a una representación social, que ha ido variando en su valoración

por

transformaciones socio-culturales que principalmente se han ido desarrollando a lo largo del siglo XX. A su vez, no existe un consenso frente a este concepto y tal vez, por lo mismo, los mecanismos para a su erradicación o tolerancia varían dependiendo del país, como así también del objetivo de las organizaciones tanto nacionales como internacionales que asumen una preocupación por la infancia. Respecto al Trabajo Infantil, existen diferentes enfoques, los cuales hacen que varíe en cierta forma su definición y/o apreciación de las actividades que enmarcan este fenómeno, como así también en lo que se refiere a las edades topes, de lo que se considera “infantil”. Por ejemplo, ACHNU36 señala que es toda actividad realizada de manera regular por niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años en relación de dependencia o en forma independiente, destinada a la producción y/o comercialización de bienes, así como

35

Véase el trabajo de Daniel Castillejos Cifuentes. Análisis constitucional sobre el término menor y los niños, niñas y adolescentes. Instituto de investigaciones Jurídicas UNAM, N°5, 2011. Descargado de http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3011/10.pdf 36 ACHNU corresponde a la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas. Este organismo fue fundado en 1991 y su fin es “promover los instrumentos y resoluciones de Naciones Unidas en el ámbito de niñez y juventud”. Ver en http://www.achnu.cl/la-institucion/

22

la prestación de servicios; por lo cual percibe ingresos monetarios y/o materiales37. Si bien, la ACHNU no considera la explotación y la comercialización sexual dentro de esta descripción, el Ministerio del Trabajo si lo incluye, de acuerdo a las recomendaciones de la OIT. Otra definición es la que se presenta en la EANNA 2012. Según este instrumento, el Trabajo Infantil se refiere a la participación de NNA en formas de trabajo prohibidas y, a nivel más general, en tipos de trabajo que es preciso eliminar por ser social y moralmente indeseables, a partir de las orientaciones de la legislación nacional, del Convenio sobre la edad mínima (núm. 138) y del Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil (núm. 182)38. Walter Alarcón sostiene que dicho concepto hace alusión a la participación económica de personas que aún no cumplen los 18 años, cuyas actividades laborales se ejercen en contextos de explotación económica y que además, pueden ser peligrosas, obstaculizar su educación, su desarrollo físico, mental, espiritual o social.39 Para UNICEF el Trabajo Infantil es cualquier ocupación que supere una cantidad mínima de horas, dependiendo de la edad del niño o niña y de la naturaleza del trabajo40. En este sentido, esta organización ha realizado la siguiente clasificación al respecto: 

Entre 5 y 11 años: al menos una hora semanal de trabajo remunerado o 28 horas semanales de trabajo doméstico.



Entre 12 y 14 años: al menos 14 horas semanales de trabajo remunerado o 28 horas semanales de trabajo doméstico.



Entre 15 y 17 años: al menos 43 horas de trabajo remunerado o de trabajo doméstico semanal.

37

Citado en María Angel Bastidas. Significados que otorgan niños y niñas trabajadores al trabajo infantil. Tesis para optar al grado de Magister en Psicología, mención Psicología comunitaria. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile, Santiago, 2012. P.17. 38 EANNA (Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes) 2013, p.5 http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/documentos/presentacion_EANNA_28junio_final.pdf 39 Walter Alarcón. El Trabajo Infanto-Juvenil en América Latina y el Caribe, en Trabajo Infantil, Op. cit, p. 18. 40 Veáse esta definición en http://www.unicef.org/spanish/protection/index_childlabour.html

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UNICEF sostiene que la inversión de tiempo en el trabajo es perjudicial para los niños y adolescentes y por lo tanto es necesario erradicarlo.41 Entre las tipologías de trabajo infantil podemos reconocer:  Trabajo Inaceptable: Es inaceptable cualquier trabajo realizado por un menor de 15 años, con excepción del trabajo liviano y de pocas horas que puedan realizar, de manera protegida, los niños entre 12 y 14 años. Entre 15 y 17 años, se consideran inaceptables los trabajos que tienen lugar en la calle, de noche, que se extiendan por más de media jornada a la semana, que impidan la asistencia a la escuela o en jornadas que superan el máximo legal.42  Quehaceres propios del hogar: Se trata de actividades no económicas, de naturaleza doméstica, llevadas a cabo dentro del propio hogar por niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años, por más de media jornada a la semana (21 horas y más).43  Peores Formas de Trabajo Infantil: Se califica de esta manera a las actividades de los menores de 18 años, víctimas de explotación por adultos, o en actividades económicas que ocasionan daño a su desarrollo físico, psicológico y moral. Ello incluye la explotación sexual comercial; actividades ilícitas y asociación a la esclavitud, trabajos peligrosos por naturaleza y trabajos peligrosos por sus condiciones.44 Desde sus causas, el trabajo infantil es visto hoy como una de las estrategias de supervivencia de aquellas familias marginadas de los beneficios sociales o de la posibilidad de empleo. La búsqueda de ingresos de estos menores tiene lugar en la calle, en el sector agrícola, en el comercio y en el sector de servicios, lo que se mantiene hasta la actualidad.45 Sin duda, el trabajo infantil responde a una situación económico-social compleja de parte de las familias de estos niños, ya que no siempre se reduce a la posibilidad de generar más ingresos para el núcleo familiar, sino que a veces responde a la necesidad de sobrevivencia frente al maltrato, la drogadicción, el alcoholismo o el abandono de los padres. 41

Véase http://www.unicef.org/spanish/protection/index_childlabour.html INE. Trabajo infantil y Adolescente. Resumen Ejecutivo. P. 20 43 Ibid. p. 21. 44 Ibid. p. 22 45 Ibid p. 6. 42

24

Desde la perspectiva histórica, cabe señalar que la valoración del Trabajo Infantil en nuestro país ha variado durante el siglo XX desde la aceptación hacia una lógica erradicadora, a tono con las disposiciones a nivel internacional. 1.3.2. La infancia como tema de interés de los estudios sociales.

Varios investigadores sostienen que el interés por estudiar el ámbito de la infancia, o bien considerar a los niños como sujetos con una historicidad propia, es algo reciente y que se ha ido desarrollando con un dinamismo relativo en Latinoamérica y específicamente en nuestro país. Según Antonio Zoila, los estudios en torno a la vida privada han permitido a los historiadores considerar temas que antes no se hubiera tomando en cuenta, investigaciones que permitieron que las mujeres y los niños fueran posibles sujetos de estudios históricos46. No obstante, es en la psicología, la antropología y la sociología donde más avances se han visto al respecto. Ciertamente en los últimos años se ha valorado el estudio de la infancia; esto debido a que se han desarrollado dos visiones frente al tema. En primer lugar,

las

transformaciones sociales, económicas y demográficas que se dieron a partir de la Revolución Industrial, que trajeron consigo el posicionamiento de nuevas clases sociales, un nuevo rol de la escuela, de los patrones de consumo, etc. En segundo lugar, a las consecuencias sociales que el desarrollo del capitalismo ejerció sobre los niños trabajadores, lo que ocasionó su explotación, pero también la reflexión de muchos adultos frente a esa condición. ¿Pero cuáles han sido algunas investigaciones que han considerado la infancia? María Victoria Alzate47, realizó un estudio que dio como resultado una clasificación de los enfoques de las investigaciones sobre la infancia, de acuerdo a la perspectiva metodológica. Esta sería la siguiente: a) Reconfiguración del concepto de infancia a partir de múltiples enfoques como: historia de la vida privada, historia de las mentalidades, historia socio-cultural, etc.

46

Santiago Zoila. Los niños en la historia. Los enfoques historiográficos de la infancia. Revista Takwá, N°1112, UAM, 2007, p. 31. 47 María Victoria Alzate. Concepciones e imágenes de infancia y el descubrimiento de la infancia: historia de un sentimiento en Ciencias Humanas, Colombia, N° 30, 2001, en www.utp.edu.co/chumanas.

25

b) Reconfiguración del concepto de infancia a partir de una perspectiva pedagógicaeducativa. De esta visión se extraen tres tendencias: La primera es denominada Revolución sentimental; la segunda que se vincula a los sistemas nacionales de educación y la tercera tiene relación con el desarrollo de las ciencias pedagógicas y psicológicas, que se utiliza para demostrar los progresos o decadencia de las conductas de los niños. Sin embargo,

en las últimas décadas los estudios sobre infancia en ciencias

sociales, se han visto muy influenciados por las nociones de subalternidad. Desde esta perspectiva, los niños, niñas y adolescentes que transitan en esta construcción social denominada infancia, son considerados agentes, constructores de realidad, reconociendo a su vez, las diferencias determinadas por clase social, género, etnia, etc. . El trabajo interdisciplinar de las ciencias sociales, ha sido clave para lograr desarrollar nuevas categorías de análisis de este concepto que siempre se encontrará en constante cambio. Por otro lado, no se puede olvidar el hecho, de que si bien, un ser humano, se considera parte de la etapa considerada “infancia” entre los 0 a los 18 años, esta lógica sufre variaciones, como por ejemplo en la responsabilidad penal o ingreso al mundo del trabajo. Autoras como Berry Mayall48 , sostienen que los niños se encuentran en una posición subordinada de los adultos, ya que aún no son totalmente autónomos y no han finalizado de definir sus patrones morales (propios del mundo adulto) sin embargo, son intérpretes de la vida social y esto los vuelve sujetos con una legitimidad especial. Iskra Pávez49 nos entrega una síntesis sobre lo que ha sido el tratamiento de la infancia y la niñez desde la perspectiva sociológica, abordando el enfoque de los clásicos como Durkheim, quien sostuvo que los niños eran receptáculos de las enseñanzas sociales de los adultos, asociándolos a un estado salvaje que era necesario disciplinar. La autora de este ensayo, critica la visión reduccionista de esta forma de ver la infancia, como así también la de aquellos que la vincularon necesariamente a una etapa biológica como, por ejemplo, Piaget o como una etapa preparatoria de la adultez, en el caso de 48

Véase en Berry Mayall. Towards a sociology for childhood.Maidenhead: Open University Press, 2002. Se hace referencia a esta idea de la autora en el trabajo de Vergara, A., Peña, M., Chávez, P. & Vergara, E. (2015). Los niños como sujetos sociales: El aporte de los Nuevos Estudios Sociales de la infancia y el Análisis Crítico del Discurso. Psicoperspectivas, 14(1), 55-65. Recuperado desde http://www.psicoperspectivas.cl doi:10.5027/PSICOPERSPECTIVAS-VOL14-ISSUE1-FULLTEXT-544 49 Iskra Pávez Soto. Sociología de la Infancia. Las niñas y los niños como sujetos sociales. Revista de Sociología Nº 27, 2012. En http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/sociologia/articulos/27/2704-Pavez.pdf

26

Talcott Parsons. Pávez, valora los aportes de la sociología contemporánea, identificando nuevas corrientes o enfoques para abordar la infancia, donde la reconocen como un hecho “inminentemente social”50. En esta línea, importantes son los trabajos de Berger y Luckmann, quienes al proponer que la infancia es una construcción social, le otorgan un estatus más activo a quienes transitan por esta etapa. Sin embargo,

socialización

primaria (hogar) y secundaria (instituciones como la escuela, la iglesia, etc.) los amolda, les impone normas y reglas válidas para interactuar y lograr un lugar en la sociedad. Por otro lado, el enfoque estructural51 “parte de la premisa de que la infancia como categoría existe permanentemente en la sociedad, aunque sus miembros se renueven constantemente –tal como ocurre con la juventud–. Por lo tanto, desde esta perspectiva las condiciones de la vida infantil se analizan considerando el nicho social que ocupa la niñez de ahora y la que vendrá, como un espacio en la estructura de la sociedad que está destinado a que lo habiten las personas cuando son niñas y niños”52. Es decir, la infancia tiene un lugar propio e independiente en la sociedad, no obstante, su carácter dependiente contribuye a ocultarlos

de los relatos históricos, siendo a su vez,

considerados una minoría clásica, derivando a su marginalización y paternalización. Finalmente Pávez nos presenta el enfoque relacional de la sociología de la infancia, cuyas mayores exponentes son Berry Mayall, a quien hicimos referencia anteriormente y Leena Alanen. Su mirada apunta a reconocer a la infancia como una “generación con un estatus y poder determinado”53, valora el conocimiento infantil que surge a partir de las experiencias, sosteniendo a su vez, que los niños son “actores y agentes” pero que es necesario indagar sobre las relaciones que establecen los niños con los adultos, considerando que existe una situación de desequilibrio de poder. Nuevamente desde la perspectiva de la historiografía, cabe mencionar el trabajo de Phillipe Aries, quien se detiene en el estudio de la infancia, a partir de los cambios que se introducen en esta condición al interior de las familias a lo largo de la historia54.

50

Iska Pávez, Sociología de la Infancia, Op. Cit. Pp. 90. De acuerdo a Iska Pávez, este enfoque corresponde a lo propuesto por autores como Jens Qvortrup quien lideró la investigación sobre “La infancia como fenómeno social” en el Centro Europeo de Viena. 52 Ibid., p.92. 53 Ibid., p.97. 54 Phillipe Aries. La Infancia. 1979, en Revista de Educación N° 281, 1986. Descargada de https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=507_19 51

27

En el contexto latinoamericano podemos señalar el trabajo de Eduardo Ciafardo, denominado “Los niños en la ciudad de Buenos Aires 1890-1910”55. En nuestro país, valiosa es la contribución realizada por Jorge Rojas Flores, con su libro “Los niños cristaleros 1880-1950”, quien a partir de un tema muy acotado, nos presenta una fotografía del trabajo infantil bastante elocuente y sin rayar en lo melodramático es capaz de presentarnos a niños con capacidad de decisión y de acción, los cuales, incluso son capaces de acercarse a plantear sus problemas a las autoridades de la época, en su calidad de trabajadores. El valor de este texto radica principalmente en que los niños dejan de ser un elemento más del escenario sombrío en un contexto de cuestión social, pasando a ser protagonistas y muchas veces agentes de su propio devenir. Además, en esta misma línea Jorge Rojas, también indagó por el mundo de los niños suplementeros56 y las transformaciones que este trabajo fue teniendo a medida que avanzaba el siglo XX. Por otro lado, el incansable trabajo de este mismo autor, Historia de la Infancia en Chile Republicano (1810-2010), indaga en varias aristas de la vida cotidiana de los niños, pero al mismo tiempo, en las políticas sociales que influyeron en sus vidas57. El plan general de esta obra contempló, desde su concepción, seguir la pista de varios ámbitos en forma simultánea: la vida privada (formas de crianza, relaciones padres-hijos, estructura familiar), la escolarización, el aparato institucional-legal, las políticas públicas (en educación, salud, justicia, recreación), ciertos hitos históricos significativos, diversas formas de socialización en que han participado los niños (trabajo, juego, ocio), las representaciones sociales de la infancia (su presencia en la literatura, la pintura, la escultura, la fotografía) y el surgimiento de circuitos comerciales volcados hacia ellos. Se buscó, en la medida de lo posible, considerar un enfoque amplio en términos geográficos, étnicos y de género. En cuanto a la edad, se utilizó como límite el período más acotado de la infancia, desde la lactancia hasta los 12 ó 13 años, concluyendo con el inicio de la maduración sexual. No obstante esto, en varios aspectos fue necesario hacer uso de la información para el período posterior, sobre todo cuando la legislación comenzó a ampliar sus políticas hacia el segmento “adolescente” (término que comienza a divulgarse en pleno siglo XX), generalmente bajo la denominación genérica de “menores de edad..58

55

Eduardo Ciafardo, clasifica a los niños en relación a su origen social; niños pobres, de sectores medios y de la elite preocupándose de cómo vivían, según como menciona Santiago Antonio Zoila, en Los niños en la Historia, los enfoques historiográficos de la Infancia en http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/takwa/Takwa1112/zoila_santiago.pdf p. 35. 56 Jorge Rojas Flores, Los Suplementeros: Los niños y la venta de diarios. Chile, 1880-1953. Ariadna Editores, 2006. 57 Jorge Rojas Flores, Historia de la Infancia en Chile Republicano 1810-2010. JUNJI. Santiago, 2010. 58 Ibid., p. 16.

28

Existen trabajos que si bien el centro de las investigaciones no son los niños, ni la infancia propiamentente tal si nos entregan información relevante para comprender como se ha ido gestando la vida de éstos desde la perspectiva de las políticas públicas en salud, educación, etc. En esta línea, podemos reconocer el trabajo de María Loreto Egaña59, María Soledad Zárate60, Igor Goicovic61, entre otros. Una historiadora que intentó colocar la infancia vinculada a la política social en el centro de su relato es María Angélica Illanes en su libro “Ausente Señorita” al entender la escuela pública como un lugar que acogía y normalizaba a los pobres. Además, fue capaz de indagar en otros espacios de la infancia, más allá de la escuela, lo que enriquece el relato y entrega una visión más completa, de los distintos periodos que analiza.62 He aquí uno de los retratos escénicos de la historia que narraremos. Su protagonista el niño proletario chileno, creativo, sobreviviviente de las miserias determinaciones de las estructuras, sabedor de mil oficios, conocedor de mundos ajenos, crónico desertor de escuela, incisivo cateador de la mentalidad de los caballeros y de las debilidades caritativo-culturales de la sociedad ilustrada.63

También deseamos hacer mención al trabajo realizado por Gabriel Salazar, con su ensayo, “Ser niño huacho en la historia de Chile”64. Por medio de este análisis histórico,

logró visualizar

la experiencia del

niño marginal con sus códigos y

59

Entre las investigaciones publicadas por esta autora podemos mencionar: La Educación Primaria en Chile 1860-1930. Editorial LOM-PIIE, Santiago, 2003.; La educación primaria popular en el siglo XIX en Chile, Centro de Estudios Barros Arana, DIBAM, Santiago, 2000. 60 Los trabajos de María Soledad Zárate en el campo de la maternidad, la medicina y las políticas sociales se vinculan estrechamente con lo que podemos llamar “primera infancia”. Por ejemplo, su artículo Parto, crianza y pobreza en Chile, en Historia de la Vida Privada en Chile, desde 1925 a nuestros días. Editorial Taurus, 2010. 61 Igor Goicovic, ha llevado a cabo una serie de trabajos, donde releva la infancia como base del estudio histórico. Véase De la dura infancia, de la ardiente vida, de la esperanza. Un testimonio popular para la reconstrucción de nuestra historia reciente. En http://www.cidpa.cl/wp-content/uploads/2013/05/6.3Donoso.pdf. Del mismo autor, véase Estructura familiar y trabajo infantil en el siglo XIX, Mincha, 1854. En http://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/historiasocial/article/view/306 62

María Angélica Illanes, Ausente Señorita. El niño chileno, la escuela para pobres y el auxilio 1890-1990. JUNAEB, 1991. 63 Ibid., p. 13. 64 Gabriel Salazar. Ser Niño Huacho en la Historia de Chile (siglo XIX). Editorial LOM, 2007.

29

motivaciones durante fines del siglo XIX y principios del XX, como se aprecia en el siguiente relato: Fue lo que aprendimos a hacer, desde el principio. En torno a los pilones, donde lavaban las mujeres. En la "caja del río", en guerra de piedras contra los chimberos. En las chacras, contra las tapias de los vecinos. En las playas, mariscando, saqueando navíos naufragados. Agarrando carbón a lo largo del ferrocarril. En el puente de palos, en los muladares, en las recovas, frente a las chinganas. Yendo, viniendo, como nube de moscas, o de avispas. Así fuimos construyendo un afiebrado mundo propio -que para los adultos era sólo un zumbido de zánganos marginales-, el cual, creánlo o no, fue ofreciéndonos sucedáneos para todo. "Compañeros" en vez de hermanos. "Socios" en vez de padres. Geografía para caminar en vez de estratos sociales que escalar. Riquezas lejanas y fabulosas que desenterrar, a cambio de salarios miserables que "ganar". Excedentes ajenos de los cuales apropiarse, en sustitución de lo propio que nunca nos dieron. Y por sobre todo, en vez de amor, camaradería. Esa camaradería que, para nosotros, los "huachos", es un principio básico de vida, especialmente la camaradería masculina.65

1.3.3. Del disciplinamiento a la protección de la infancia. En nuestro país, subsiste en el discurso de las autoridades y la sociedad en general

que la infancia –considerada como una etapa de preparación hacia el mundo

adulto- debe ser protegida, logrando de esta manera, establecer el equilibrio emocional, psicológico, económico y social que permita que estos niños en el futuro sean “buenos ciudadanos” que aporten a la nación desde diferentes dimensiones de la vida social. No siempre ha primado una lógica proteccionista66 hacia la infancia. Desde fines del siglo XIX y principios del XX, la relación de las autoridades y del Estado hacia los niños era de control y normalización, principalmente hacia aquellos que pertenecían a los estratos más pobres de la sociedad y que debían buscar distintas estrategias de sobrevivencia, como la mendicidad y cuyo escenario principal fue la calle. Esta situación 65

Ibid, p. 46. El Paradigma Proteccionista se consolida a partir de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, aprobada el 20 de agosto de 1989 y ratificada por nuestro país en 1990. En este sentido, se reconoce a los menores como sujetos plenos de derechos. Sus principios fundamentales son: la no discriminación, el interés superior de la infancia, derecho a la vida, supervivencia y desarrollo y el respeto a la opinión de niños y niñas. Los países que han ratificado este Convenio, por ende, deben establecer medidas de protección y asistencia que promuevan el sano desarrollo de los niños. Ver: http://unicef.cl/web/convencion-sobre-los-derechos-del-nino/ 66

30

fue interpretada como germen de la delincuencia en aquella época. Por lo tanto, para las clases más acomodadas, era necesario extirpar este fenómeno, ya que empañaba la imagen de modernidad que se deseaba alcanzar y proyectar. Para esto la beneficencia y posteriormente la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (LIPO) de 1920, buscaron controlar a la gran masa de niños que deambulaba por las calles67. La misma elite, consideraba que el trabajo remunerado de los niños en el área industrial también tenía un fin pedagógico y civilizador, ya que los incorporaba a la “modernidad”, aprendiendo con ello el valor del trabajo, cumplimiento de horarios, hábitos, entre otros, alejándose de esta manera de la inmoralidad de sus hogares. Esta mirada, hizo vista gorda de la explotación a la cual eran sometidos miles de niñas y niños en las fábricas. Para Jorge Rojas esta lógica correspondía a una clara expresión de las pautas de subordinación basadas en la edad.68 Illanes, a su vez, sostiene que a medida que pasan los años y el Estado asume un rol más protagónico, este lugar de “moralización” y de “control”, pasa a ser la Escuela Pública.69 Esta idea de normalización y control sobre los niños y en especial los que trabajan, transita lentamente hacia una noción proteccionista, que logra su madurez en nuestro país en la década de los noventa. A nuestro juicio, es el resultado de un proceso mucho más largo, que tiene sus orígenes en el modelo de desarrollo ISI, y que tal y como señalaba Illanes transforma a la escuela como el lugar por antonomasia donde deben estar los niños, donde se imponen pautas de comportamiento y un modelo de lo que debe ser la infancia. Todo esto, fue apoyado por estudios realizados por psicólogos, psiquiatras, antropólogos, juristas, entre otros, que le van asignado un nuevo rol social a los niños70.

A esto, deben sumarse las iniciativas a nivel internacional, como la

Declaración de Ginebra de 1924, que hace referencia a la necesidad de protección de los

67

Gabriel Salazar, fue uno de los primeros investigadores que se preocupó de describir la vida de los niños de los sectores populares, centrándose en el periodo que señalamos. En Ser Niño Huacho en la Historia de Chile (siglo XIX). Editorial LOM, 2007. 68 Ver, Jorge Rojas Flores. Los niños cristaleros. Trabajo Infantil de la Industria (1850-1950), Centro de Investigaciones Barros Arana, 1996, pp. 40-50. 69 Ver, María Angélica Illanes. Ausente Señorita…Op. cit., pp. 107-118. 70 En este sentido, queremos destacar la labor realizada por Samuel Gajardo, Primer Juez de Menores de Chile, quien fue clave en el involucramiento del Estado en materias relacionadas con infancia. Participó en la elaboración de la Ley 4.447 sobre Protección de Menores. Véase: http://defensoresydefensoras.indh.cl/defensores-as-en-la-historia/personas-privadas-de-libertad/samuelgajardo/

31

niños y la promulgación de la Declaración de Derechos del Niño promulgada en 1959.71 Por ende, este proceso no sólo se limita a la existencia de la escuela pública, existen otros elementos que iremos desarrollando a medida que avance con esta investigación. No obstante, debemos señalar que a mediados del siglo XX, pese a que habían bajado considerablemente las tasas de trabajo industrial de los niños, aún existían lugares donde realizaban estas actividades, como por ejemplo Cristalerías Chile y que aún era muy frecuente el trabajo informal infantil72. Esta “progresividad” a la cual, hemos hecho alusión, no podría comprenderse sin antes revisar lo realizado en torno a la legislación, la cual, ha sido considerada por autores como Gerry Rodgers73,como la base de los esfuerzos de muchos países por regular el trabajo infantil y con ello proteger a la infancia. De esta manera, observamos que entre 1919 y 1921, se ratifican siete convenios con la OIT, referidos al trabajo infantil y que hacían alusión, a la edad mínima de ingreso al empleo industrial, marítimo, agrícola, horarios nocturnos, además, de fijar como condición exámenes médicos que servían para decidir si el niño estaba apto para emplearse o no. Por otro lado, en 1928, se establece la Ley de Menores N° 4.44774 y que en 1967 se reformula, dando origen a la Ley 16.618, que buscaba normalizar la infancia en situación irregular, principalmente a los niños que trabajaban en la calle. Bajo esta legislación el Estado debía intervenir mediante variadas medidas de control75. En 1969, se establece la Ley 17.105 o Ley de Alcoholes, que restringía el trabajo de los niños en lugares donde expendían bebidas alcohólicas76. Sin duda, esta noción de “protección a la infancia”, se ha instaurado con mayor fuerza a partir de la década de los noventa, bajo el alero de la ratificación de Compromisos Internacionales, como el de 1989. Este

Pacto Internacional establece

Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que expresamente instituye la protección de

71

“ Esta Declaración fue aprobada por todos los miembros de la ONU. En este documento se establecen diez principios o Derechos ejes de la relación entre los menores y los Estados. Al respecto señala: “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”. Ver http://www.humanium.org/es/declaracion-1959/ 72 Rojas, Los niños cristaleros…Op. Cit.,pp. 125-126. 73 Véase en Gerry Rodgers. Funciones económicas de los niños. Problemas para su análisis. En Trabajo Infantil, pobreza y subdesarrollo, OIT, 1983, pp., 3-5 74 Ley de Menores N° 4447, Véase en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=24742 75 Folleto sobre texto definitivo de la Ley 16.618, que crea CONAME, publicado en el Diario Oficial el 8 de marzo de 1967. Impresiones SOPECH, 1967. 76 Publicada en Diario Oficial el 24 de Diciembre de 1928.

32

los niños, niñas y adolescentes contra la explotación económica y social. Además, en 1990, se afirma la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas, que reconoce el derecho de niños y niñas a estar protegidos contra cualquier forma de explotación económica y contra el desempeño de cualquier forma de trabajo que pueda ser peligroso para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social (Art. 32, N°1) . A partir de este momento, los niños son sujetos plenos de derecho, sin desconocer su status de persona humana. Por lo tanto, el concepto de niño y niña se ajusta a todo ser humano menor de 18 años77. 1.3.4. Infancia, Trabajo y Dictadura

En general, encontrar investigaciones históricas de la segunda mitad del siglo XX donde el objeto de estudio sea la Infancia es bastante difícil. Sin duda el traumático periodo comprendido entre 1973-1989 ha generado que las investigaciones apunten hacia otros ámbitos que

son muy valiosos, sin embargo, han quedado relegados quienes

fueron niños y adolescentes en esa etapa . Sus acciones, formas de ver la realidad, su relación con la escuela, la familia, etc. son recursos necesarios de relevar a la superficie nuevamente. Estos niños y jóvenes fueron testigos, actores insertos en el

contexto

dictatorial de la época. Sin duda, es un trabajo arduo, porque su voz y testimonios no quedan generalmente registrados. Por otro lado, estudiar la infancia conlleva muchas veces adentrarse al ámbito de lo privado, por la estrecha relación que existe con el concepto de familia. También es necesario recordar que no existe “una infancia”, sino varias infancias, mediadas por los contextos socioculturales y económicos de su época, como profundizaremos más adelante. En este sentido, valiosa es la investigación de Martina Venegas, titulada “Las pequeñas víctimas de Pinochet” quien se interna en uno de los temas más escabrosos del Régimen Militar, es decir, abusos, torturas y muertes de niños y adolescentes entre 1973199078.

77

Infancia y Derechos del Niño en http://www.onu.cl/onu/infancia-y-derechos-del-nino/ Martina Venegas Grifferos. Las pequeñas víctimas de Pinochet. Política, Prisión y violencia a los niños en Dictadura (1973-1990). Tesis de pregrado para optar al grado de Licenciada en Historia. Facultad de Filosofía y Humanidades. Departamento de Ciencias Históricas. Universidad de Chile. 78

33

Otro esfuerzo por rescatar la memoria de quienes fueron niños y adolescentes durante esta época corresponde al Proyecto “Infancia en Dictadura”, liderado por Patricia Castillo que tiene por objetivo relevar las experiencias de quienes fueron niños, niñas y adolescentes durante la Dictadura Militar por medio de la recopilación de objetos. Ya existe un primer avance de este proyecto. Sobre el objetivo de éste, la autora señala lo siguiente: En esta publicación se analiza la dimensión del testigo, pues la dimensión de víctima ha sido explorada intensamente por los organismos de Derechos Humanos, estableciéndose con ello un número determinado de niñas y niños víctimas “directas” o “indirectas”. En esta exploración, la mirada transgeneracional de lo traumático permite identificar en las generaciones diversos traumas, responsabilidades sociales y políticas.79

En la búsqueda de investigaciones que nos den indicios o nos sirvan como modelos, para nuestra investigación, emergió el trabajo de

Cristina Amich 80 , quien

analizó el trabajo infantil en la dictadura franquista, históricamente. Esta investigación, se limita solamente a realizar una descripción y enumeraciones de las leyes y decretos referidas a trabajo infantil emanadas durante la dictadura, y a través de los documentos judiciales correspondientes a detención de menores, llegando

a concluir que si bien

existió una legislación que poco a poco asumía un enfoque proteccionista, en el largo plazo, no fue tan efectiva.

Para la autora,

lo que realmente produce una baja

considerable en el trabajo infantil es el desarrollo económico, que a su vez, hace que los niveles de escolaridad se acerquen al 100%. Si bien esta investigación, no caracteriza el tipo de trabajo infantil ni lo describe, es interesante en cuanto señala que investigar sobre este tema es complejo debido a los cambios que se han producido en la noción de infancia, la multicausalidad del trabajo infantil y la relación con el género. A este análisis, se puede complementar el de Alain Morice81, quien plantea el componente cultural. Sostiene que la idea de “trabajo infantil”, está mediada en gran manera por el grupo

79

Patricia Castillo, Infancia en Dictadura. Niñas y Niños como testigos: sus producciones como testimonio. Programa Protagonismo Infantil. Facultad de Psicología, UDP. Santiago, 2015. P. 18. 80 Cristina Amich. El Trabajo de los Menores de Edad en la Dictadura Franquista. Revista Historia Contemporánea N°36. 2008. Descargado de http://www.ehu.eus/ojs/index.php/HC/article/view/3056 81 Alain Morice. Explotación de los niños en el “sector no estructurado”: propuestas de investigación. En Trabajo Infantil, Pobreza y Subdesarrollo…Op. cit., p.85.

34

humano, ya que ciertas labores ejecutadas por niños están vinculadas intímamente con los aprendizajes que validan al individuo al interior de su comunidad. Debemos señalar que al llevar a cabo esta investigación no fue fácil encontrar fuentes ni investigaciones recientes. En este sentido, fueron investigaciones sobre las condiciones socio-económicas

de gran ayuda, las

realizadas por centros de

estudios de oposición y algunos organismos internacionales, durante la Dictadura Militar. Por esta razón, para incorporar categorías de análisis en las investigaciones referidas a las políticas trabajo infantil y juvenil durante la segunda mitad del siglo XX fue necesario adentrarse en investigaciones que han estudiado el fenómeno pero cuyo límite es la década del cincuenta. En este sentido, autores como Clarisa Hardy, sostienen que a partir de la década de los cincuenta, el trabajo infantil, comenzó a retroceder en nuestro país, debido a las transformaciones que viven la economía y la aplicación de una legislación laboral más rigurosa82. Jorge Rojas83, es más específico al señalar que debido a la instauración del modelo ISI, entre las décadas del 20 y del 60, surgió una industria que poseía más avances tecnológicos, pero al mismo tiempo otorgaba mayor estabilidad a los trabajadores debido a la existencia de un sindicalismo institucionalizado. Frente a este escenario, los niños poco a poco abandonaron el trabajo industrial, salvo en casos muy específicos - como las cristalerías-sin embargo, esto no quiere decir que el trabajo infantil se erradicó en nuestro país, tan sólo que esta fuerza laboral se trasladó a otras actividades consideradas más inestables y marginales, como oficios ambulantes, servicios personales y actividades agrícolas. Por otro lado, se volvió común la presencia de niñas que ejercían como empleadas domésticas conteniendo de esta manera,

parte de la

población que migraba del campo a la ciudad. Además, Rojas agrega otro componente que no es señalado por Hardy, y que contribuyó a una baja en la participación laboral infantil: la acción del Estado, por medio de auxilio estatal hacia los niños pobres, transformándose “la escuela, en el gran comedor de Chile”; idea que también sostiene María Angélica Illanes. Tampoco, hay que olvidar, el aumento de la cobertura escolar; como así también aquellas acciones del Estado que promovían un mejoramiento en las condiciones laborales de un grupo nada despreciable de trabajadores. Frente a este panorama, la mano de obra infantil, ya no encajaba como parte de esta economía 82

Clarisa Hardy, Contexto y Factores Facilitadores del Trabajo Infantil en Chile. En Trabajo Infantil, Freno al Desarrollo., Op. cit, p. 79. 83 Jorge Rojas. El trabajo infantil. Algunas ideas para el debate. En Trabajo Infantil, Freno al Desarrollo. Op. cit., p. 78.

35

“moderna”. No obstante, señala Rojas, no se tiene plena claridad frente a lo que sucedía con el trabajo infantil entre las décadas del 30 y del 70, pero claramente los niños, buscaron satisfacer sus necesidades en las oportunidades laborales que les otorgaba la calle. Si bien no existe un trabajo sobre el fenómeno del trabajo infantil durante la Dictadura Militar, historiadores e investigadores nacionales han dado algunas luces de la situación del trabajo infantil, a nivel marginal. El argumento principal es que éste se consolida como consecuencia del modelo económico asumido por el régimen. Según María Angélica Illanes, el número de niños que buscan distintas formas de ayudar con el sustento a sus familias aumenta considerablemente en este periodo. Señala, que los recintos- escuelas quedaron abandonados cuando los niños y jóvenes se apropiaron de las calles para la exposición de la grave necesidad: la venta de dulces, las disputas por los acarreos de bolsas de feria, se lo cuido caballero, el auto…medio día. Se reunían al atardecer en la población a grito y fuego de barricadas y cacerolas84. Además, recalca que en tiempos de crisis se produjo una alta deserción escolar, que intentó ser paralizada mediante la acción de la JUNAEB. Esta autora, señala además, basándose en datos del PREALC85 , que en 1985, se estimaba que habían 710 mil personas que trabajaban en el área informal en Chile. Nuestro país, aparecía como uno de los países latinoamericanos con más alta proporción de empleo informal. A este dato, Illanes agrega, mediante la revisión de documentos del Juzgado de Menores que esta institución, en 1982 había procesado a 688 por comercio ilegal reiterado, lo cual era sólo una muestra de la gran cantidad de niños que se desempeñaban en esta área. Sin embargo, no queda muy claro si efectivamente el trabajo infantil en el mercado informal era mayor que en décadas pasadas o si bien esto respondía a una percepción motivada por una mayor empatía hacia la situación desmejorada de los niños. Clarisa Hardy, sostiene que debido al modelo económico asimilado, durante los setenta y ochenta el trabajo infantil es una de las tantas estrategias de sobrevivencia familiar, poniendo énfasis en la calidad de unidad productiva que tiene la familia. Jorge Rojas, si bien comparte parte de este análisis, sostiene que además, hay que considerar

84 85

María Angélica Illanes. Ausente señorita…Op. cit. p . 316. PREALC, corresponde a la sigla del Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe.

36

el elemento cíclico, derivado de las fases de expansión y crisis del modelo86. La crisis de los 80, por ejemplo, hizo proliferar el subempleo haciendo notorio el trabajo infantil. Este autor distingue dos modalidades: la tradicional, en las calles, bajo la forma de comercio ambulante y labores marginales de servicio; y la moderna, en las casas, integrada a las diversas estrategias de producción doméstica, orientada al autoconsumo o a un limitado mercado local (amasanderías)87 Dos investigaciones de la época que estamos investigando, describen parte de la realidad de los niños que trabajaban durante la década de los setenta y los ochenta. Ana María Silva, por encargo de la OIT, en 1978 a partir de cifras, entrevistas y revisión de Memorias Anuales del Ministerio del Trabajo sostiene que el fenómeno tiene una importante presencia en el mundo urbano y que va en aumento. Años más tarde, en 1983 aparece la publicación Trabajo Infantil, Pobreza y Subdesarrollo-también de la OIT-, donde se consigna que nuestro país aparece como ejemplo de nación en el cual el Trabajo Asalariado ejercido por niños es una situación frecuente, y que se presta para el abuso y la explotación, considerando, por ejemplo, el sistema de contratos de aprendizaje –que había sido instaurado en el Plan Laboral de 1978-. Por otro lado, elocuente, es la relación que se hace entre los niños que realizan actividades informales y la delincuencia. Rogers, al respecto manifiesta: En Santiago de Chile los niños ocupados en actividades marginales están a menudo en contacto con grupo de delincuentes o con sistemas más organizados de robo e intimidación. Las pruebas suelen ser escasas y por lo general tienen carácter cualitativo pero el fenómeno probablemente está muy difundido en las grandes ciudades.88

Finalmente cabe consignar, que si bien las investigaciones sobre las presencia de niños, niñas y adolescentes en actividades económicas no son abundantes, si se pueden considerar las mencionadas como una buena base para ahondar en la problemática a investigar.

86

Jorge Rojas Flores. El trabajo infantil... Op. Cit., p. 79. Ibid., p.79. 88 Gerry Rodgers. Funciones económicas de los niños. Problemas para su análisis. En Trabajo Infantil…Op. cit. pp. 3-5. 87

37

1.4 Marco Metodológico. 1.4.1 Objetivos.

Objetivo General: 

Identificar y analizar las acciones del Estado hacia la infancia y la juventud, centrándose en el fenómeno del trabajo infanto-juvenil entre 1974-1984.

Objetivos Específicos: 

Reconocer las modalidades de trabajo ejecutadas por NNA.



Identificar los cursos de acción llevados a cabo por el gobierno de la época en relación a la infancia y específicamente al trabajo infanto-juvenil.

1.4.2. Hipótesis:

La siguiente investigación busca comprobar los siguientes planteamientos:

-

En el periodo en cuestión 1974-1984 el trabajo infanto-juvenil tuvo un alza considerable como resultado de la precarización de la vida familiar a raíz del impacto de las modernizaciones llevadas a cabo por el gobierno de la época y por las crisis económicas de 1976 y 1982.

-

El gobierno de la época mantuvo una relación paradojal frente al tema del trabajo infantil y juvenil. En ocasiones lo reprobó, en otras lo castigó e inclusive en ocasiones le otorgaba atributos positivos.

-

Si bien, el fenómeno del trabajo infanto-juvenil no fue materia de una política social específica por parte del gobierno de la época, éste si se vinculaba de alguna manera a distintas acciones del Estado en materia de infancia y juventud, como cambios en el marco regulatorio, énfasis puesto en la educación básica, la creación de una nueva institucionalidad hacia los menores, etc.

38

1.4.4. Descripción y Tratamiento de las fuentes.

Para llevar a cabo esta investigación se han utilizado las siguientes fuentes: a. Fuentes Oficiales. Para poder reconocer las impresiones o cursos de acción de parte del gobierno frente a nuestro tema, es que se revisaron las siguientes fuentes oficiales entre los años 1974 y 1984. 

Mensajes Presidenciales (1973-1984) Debido a la extensión de éstos, es que nos hemos remitido a enfocarnos en las

siguientes secciones: Introducciones o preámbulos y lo señalado en la revisión de las carteras de Justicia, porque sabemos que existe una vinculación por el tratamiento de minoridad irregular, Ministerio del Interior por la acción realizada por carabineros e investigaciones en relación a infancia y que nos otorga antecedentes sobre el comportamiento tanto de las instituciones como de los niños. Además, se hizo revisión a las áreas ministeriales de Educación y Trabajo. 

Actas Presidenciales entre (1974-1984)

Estos documentos presentan la dificultad de no poseer índice ni resumen sobre los temas que se tratan, pero el objetivo de revisarlos, tiene que ver con el fin de identificar los cursos de acción hacia la infancia. 

Programa Integral de Desarrollo de Menores CONICYT-UNICEF (1974-1982)

Este Programa nace como resultado de la inquietud de Augusto Pinochet, como jefe de la Junta, por regularizar la situación de los menores de edad, quien según su visión, vivía en una situación de mucho riesgo, como resultado del mal manejo de los gobiernos anteriores. Si bien, existe un documento base, que explica con mayor profundidad lo que se intenta lograr, este programa se desarrolló en base a los

39

diagnósticos de los diversos ministerios que tenían alguna relación con los menores de edad y cada uno de ellos, fue revisado con la finalidad de llevar a cabo esta investigación. 

Plan Nacional de Menores. (1978-1982)

Este Plan, se estableció a partir del diagnóstico llevado mediante el Programa Integral de Desarrollo de Menores en el área de Justicia, con lo cual se crea, entre otras cosas SENAME, reemplazando a CONAME (Consejo Nacional de Menores). b. Prensa Fueron revisadas diversas publicaciones de la época. Principalmente la Revista Solidaridad (1975-1986) que es la que más hace referencia a la infancia. Otras publicaciones revisadas, fueron la Revista Cauce, Revista Hoy, con una clara postura contra el oficialismo. En cuanto a publicaciones con tendencia oficialista, fueron revisadas las Revistas de CORDAM (Corporación de Ayuda al Menor), La Revista Amiga (de la Secretaría Nacional de la Mujer). Además, se revisó la Revista del Servicio Nacional de Capacitación (SENCE) entre 1978-1981. c. Publicaciones y Estudios. En esta línea fueron revisados algunos informes de SENAME que daban cuenta sobre la situación de la minoridad irregular, de los avances y retrocesos en la materia. Se revisaron estudios relativos al fenómeno del Trabajo infantil, uno publicado en 1978 por encargo de la OIT y otro realizado en 1984. Además, fueron revisados estudios encargados por UNICEF, como por ejemplo, Entre el Hogar y la Calle, que si bien fue publicado en 1988, los datos recogidos pertenecen a 1986. Otras publicaciones que estudiaron aspectos relacionados a la infancia fueron: El Niño Abandonado en Chile, investigación llevada a cabo por la sección chilena de 40

Defensa de los Niños Internacional (DNI) publicada en 1986, pero que arroja datos del recopilados en el periodo que abarca nuestra investigación. También se revisaron estudios realizados por la ONG COLMENA, sobre prostitución infantil y cesantía juvenil y una serie de publicaciones de centros de estudios como CIEPLAN, PIEE, CEPI, CIDE, entre otros. Cabe agregar que también fueron revisados los marcos jurídicos sobre infancia y trabajo extraídos de la página del Congreso Nacional (http://www.bcn.cl)

41

Capítulo II: Infancia, trabajo y Protección en Chile La historia no es un secretillo de adultos , sino una realidad movediza y envolvente que baña a los adultos lo mismo que los niños ; aunque tal vez, de distinta manera89.

2.1. El trabajo infantil en Chile hasta 1950 ¿Cuáles han sido las trayectorias del Trabajo Infantil en nuestro país? En este sentido, hay que reconocer que no existen muchas investigaciones que se refieran a la infancia y menos sobre el trabajo realizado por menores puntualmente. Se aprecian las investigaciones de Jorge Rojas, María Angélica Illanes e Igor Goicovic que apuntan en esa línea, además, de los antecedentes que nos pueden otorgar investigaciones que abordan otras temáticas pero que tangencialmente nos pueden dar luces sobre las experiencias de niños y niñas en la historia de Chile. Para una mejor comprensión sobre el problema de investigación es que repasaremos brevemente algunas características del trabajo infantil entre los siglos XVIII y XIX hasta 1950. 2.1.1 El trabajo infantil en el Chile tradicional. (Siglos XVIII y XIX)

Se le denomina Chile tradicional al periodo de nuestra historia que comprende desde la Conquista hasta mediados del siglo XIX. En este periodo la labor que podían realizar los menores estaba íntimamente ligada a las estrategias de supervivencia laboral. Debemos mencionar por una parte que la población era eminentemente rural. En el siglo XVIII, se podían considerar “ciudades reales”a Santiago y Concepción90. Los menores de 15 años, representaban cerca del 40% total de la población. En cambio,

los

mayores

de

cincuenta

alcanzaban

al

5,3%91.

Se

concentraban

mayoritariamente en las ciudades y centros mineros que en las zonas rurales. En relación a la familia del Chile tradicional:

89

Gabriel Salazar. Ser niño…Op. cit. p. 129. En 1778, Santiago tenía 18.000 habitantes y Concepción cerca de 6.000. Ver en René Salinas. Población, Habitación e intimidad en el Chile tradicional. En Historia de la Vida Privada en Chile. Editorial Taurus 2005. Pp. 11-49. 91 Ibid, p. 12. 90

42

La familia nuclear pequeña fue predominante, tanto en los sectores populares como en los elitarios, aunque los porcentajes exactos sean difíciles de precisar (…) Así pues al menos dos de cada tres familias son “nucleares”, aun cuando muchas de ellas incluyan “agregados”, hijos de una relación extraconyugal y algún huérfano o niño excluido de su familia de origen.92

El grueso de la población nacional habitaba los sectores rurales. En este sentido, era necesario el trabajo de todos los miembros de la unidad familiar. Las labores realizadas estaban altamente determinadas por los roles de género establecidos en la época. Una investigación realizada a través de los datos del censo de 1854 en la localidad de Mincha93 señala por ejemplo, que las mujeres se desempeñaban como costureras, tejedoras e hilanderas. En cambio los hombres, eran labradores, gañanes, arrieros o pastores o bien ejecutaban labores en el ámbito de la minería. La lógica patriarcal de articulación social reforzaba la función laboral entremuros de los hombres y acentuaba la funcionalización de la mujer en aquellas tareas relacionas con la administración de la casa94

Un análisis realizado a la composición familiar, demuestra entre otras cosas, que niños de muy corta edad realizaban diversas labores claves para la subsistencia familiar. Por ejemplo, esto se manifiesta en la familia del matrimonio conformado por

Sirilo

Bugueño y Josefa Godoy, donde todos sus hijos trabajaban. María del Carmen, una adolescente de 16 años se identificaba como tejedora, Gregorio de 14 años, realizaba labores de agricultor, Margarita de 12 años se reconocía como hilandera, Ángel de 8 años era pastor y la pequeña María de 6 también trabajaba como hilandera. Siguiendo la misma investigación, ésta plantea que un tercio de la fuerza de trabajo de la localidad de Mincha en 1854 correspondía a niños entre 6 y 17 años. Esto puede ser un referente frente a lo que ocurría en diversos lugares de país para la época. Es decir, la fuerza de trabajo infantil era clave para el desenvolvimiento de una

92

Ibid, p. 13. Igor Goicovic. Estructura familiar y trabajo infantil en el siglo XIX. Mincha 1854. Archivo Chile. CEME. Descargado de: http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/goicoi/goico0016.pdf 94 Ibid, p. 4. 93

43

sociedad predominantemente agrícola.95 El siguiente cuadro, ilustra de mejor manera el porcentaje de participación infantil en actividades productivas en la localidad de Mincha. Cuadro 2. Población infantil según oficio. Datos de la Parroquia de Mincha 1854 Oficio

Total de Trabajadores

Niños Trabajadores

Porcentaje

Labrador

222

54

24,3

Costurera

829

235

28,3

Comerciante

10

2

20,0

Cocinera

32

6

18,8

Pastor

40

34

85,5

Jornalero

144

46

31,9

Artesano

13

0

0

Arriero

50

7

14,0

Minero

73

11

15,1

Lavandera

42

14

33,3

Leñador

22

9

40,9

Otros

28

4

14,3

Totales

1.505.

422

28,0

Fuente: Igor Goicovic. Estructura familiar y trabajo infantil en el siglo XIX. Mincha 1854.

Asistir a una escuela para aprender a leer y escribir, era en la mayoría de los casos un asunto imposible para estos niños, ya que como se ha señalado anteriormente, la importancia que tenían para la subsistencia del grupo familiar no les permitía llevar a cabo esta actividad. Tampoco fue una preocupación de sus padres. Por ejemplo, del total de niños entrevistados en la localidad de Mincha, el 98,7% señaló que no sabía leer y escribir.

Algo similar ocurría en el departamento de Calbuco, donde los niños se

dedicaban la mitad del año al corte de leña. Un visitador de escuela de esta provincia manifestaba:

95

Igor Goicovic, consigna que los niños trabajadores correspondían a un 24,3% del total de labradores de la localidad de Mincha y un 31,9% de los jornaleros.

44

(…) Desde fines de la primavera abandonan sus hogares para trasladarse a la Cordillera, llevando consigo a sus hijos por pequeños que sean, con el objeto de utilizar sus cortas fuerzas en el carguío de tablas o auxiliar a la madre en las faenas domésticas. Estos trabajos duran hasta la entrada del invierno, época de siembras i como antes para las maderas se sirven ahora de sus hijos para las labores del campo no enviándolos a la escuela hasta que el rigor de la estación les obliga a suspender todo trabajo (…)96

Otra forma de trabajo infantil muy extendida en el Chile tradicional guarda relación con la incorporación a la servidumbre en casas de familias más acomodadas. Este servicio doméstico podía darse por dos vías; uno por la condición de esclavo y otro como sirviente libre. Muchos niños indígenas eran raptados en la Araucanía para luego ser vendidos para labores domésticas. En otros casos, la pobreza de la familia era tal, que incitaba a los padres o madre a dar o regalar a sus hijos a familias pudientes, para que se integraran al servicio doméstico o a labores agrícolas y/o artesanales vivienda y alimentación.

a cambio de

97

Al igual que en Europa, los menores podían ingresar en calidad de aprendices a los gremios de artesanos y aunque no existían las mismas regulaciones y normativas que en el viejo continente, la relación maestro-aprendiz era muy similar. El maestro tenía por obligación enseñar el oficio, pero además, formarlo en doctrina cristiana, enseñarle a leer y escribir, proporcionarle ropa, alimentos y techo al menor. Un niño podía ingresar a ser aprendiz por dos vías; como voluntario o por disposición del juez. En este caso, estaban obligados a ser aprendices todos los niños huérfanos, vagos o abandonados y el maestro podía extender el tiempo de contrato –que duraba entre cuatro a ocho años- sin derechos a sueldo, como una manera de devolver los gastos en los cuales incurrió el maestro para su manutención.98 En síntesis, durante el periodo conocido como Chile Tradicional, el trabajo de los niños era parte de la vida cotidiana. Los niños que desarrollaban algún tipo de actividad económica pertenecían a los sectores populares de la población, siendo muy difícil que pudiesen asistir a las escuelas y por ende aprender a leer y escribir. Pese a que muchos 96

Domingo del Solar. “Memoria que el visitador de Escuelas de la provincia de Llanquihue pasa al Inspector General de Instrucción Primaria”, 22 de marzo de 1873, publicado en Monitor de Escuelas Primarias. Santiago, t.X, N° 17, enero 1864, pp.298-299, citado en Jorge Rojas Flores, Historia de la infancia en Chile Republicano 1810-2010, JUNJI, Santiago, 2010, pp. 77. 97 Nara Milanich. “Los hijos de la Providencia: el abandono como circulación en el Chile decimonónico”, en Revista de Historia Social de las Mentalidades, Santiago, N°5, 2001. 98 Jorge Rojas, Historia de la infancia…,Op. Cit., p. 76.

45

niños ejecutaban labores desde muy corta edad, ésta era clave para la subsistencia de la unidad familiar. En general, los niños estaban sujetos a la autoridad paterna, quien determina las labores que éstos debían realizar. El trabajo de las niñas estaba más acotado al ámbito doméstico (salvo las lavanderas y vendedoras de las ciudades). Como se puede apreciar, los roles de género estaban muy marcados. Otro nicho laboral de los niños era servir a una familia acomodada, donde llegaban desde muy pequeños y donde se quedaban, en general,

para toda la vida. En el caso de los niños huérfanos o

abandonados, es posible pensar que el trabajo tenía un fin moralizador. 2.1.2. El trabajo Infantil entre 1850 y 1950

En este apartado, enunciaremos las principales características del trabajo infantil en el medio urbano entre 1850 y 1950. Durante la segunda mitad del siglo XX y los albores del siglo XX se pueden apreciar una serie de transformaciones a nivel productivo que incorpora nuevas lógicas sobre la concepción de “trabajo” profundamente vinculadas con el Liberalismo. Posteriormente en las discusiones en torno a la Cuestión Social y los efectos de ésta, se aprecia un reconocimiento de la situación de vulnerabilidad de los niños y las mujeres, estableciéndose una mirada (en ciertos sectores) más inclinada hacia la protección de estos sujetos sociales, desarrollándose progresivamente, en el Estado y en la sociedad la noción de que el lugar de los niños era el hogar y la escuela. 2.1.2.1. Tipos de trabajos ejecutados por niños, niñas y adolescentes.

En las primeras décadas del siglo XIX es posible apreciar el establecimiento de industrias textiles que utilizaban la fuerza de los niños para la producción. Hasta fines del siglo XIX, el trabajo ejecutado por niños no era motivo de cuestionamiento alguno. Quienes realizaban alguna actividad económica, eran los menores de edad

de los

sectores más menesterosos de la sociedad. Por ende, se entendía como una situación natural dentro de su condición de pobre. En lugar de ser un problema, el trabajo infantil era apreciado, ya que evitaba la vagancia y la mendicidad, adquiriendo, por ende, un matiz moralizador y normalizador.99

99

Véase el trabajo de Jorge Rojas Flores. Los niños cristaleros…Op. Cit., pp. 53-81.

46

De esta forma muchos niños se unen al proceso industrializador llevado a cabo por privados durante el siglo XIX. Jorge Rojas

de acuerdo a la observación realizada a

estadísticas de comienzos de siglo, indica que la condición de obrero en el caso de los niños estaba reconocida entre los ocho y los dieciocho años y que su participación variaba dependiendo del tipo de industria y de los años. Así, se pueden mencionar labores ejecutadas por menores de edad en refinerías de azúcar, fábricas de cerveza, fábricas de fideos, chocolates, galletas. En general, la industria alimenticia utilizaba una alta proporción de niños. Dentro de los grandes establecimientos de la industria alimenticia se encontraba a, fines del siglo pasado, la Fábrica Nacional de Galletas de Ewing Hnos., que ocupaba ciento treinta trabajadores: de ellos el 38,5% eran niños y el 23,1% mujeres. Este caso no parece haber sido excepcional, ya que en las doce fábricas registradas en 1913, donde trabajaban 475 obreros, el 22,9% eran niños 100

También la proporción de niños era alta en las actividades vinculadas a la agricultura, como la industria conservera, fabricación de cambuchos para botellas vineras, entre otras labores.

La industria gráfica, también incorporó a menores de edad. En 1919, en la imprenta Universo, la más importante del país, trabajaban cincuenta niños, lo que correspondía a un 17% de los trabajadores. En 1912, el porcentaje de participación de niños en la industria gráfica bordeaba el 16,3%, correspondiente a seiscientos niños.

Además,

es posible identificar

la participación de niños en la industria

metalúrgica, fábricas de ladrillos, fósforos, jabones, velas. Como señalamos anteriormente la presencia de niños en las industrias es variable y hacia 1920 es posible apreciar un declive del trabajo de niños al interior de las fábricas. Sin embargo, las fábricas de vidrio continuaron manteniendo niños en sus fuerzas productivas hasta la década del cincuenta, como lo demuestra la investigación de Rojas.

100

Ibid., p. 25.

47

Las condiciones laborales al interior de las fábricas no eran las más adecuadas. Extenuantes jornadas, precarias medidas de seguridad, falta de higiene, ventilación, eran padecidas por los niños y los adultos mientras ejecutaban sus labores. Por ejemplo, un informe de la A.N.G.D.T101 de 1921, señalaba sobre las fábricas de vidrio: En el trabajo que se efectúa en los talleres donde se desarrolla mucho calor, deberían usar anteojos, y en las carias pistones que pudieran ser de uso personal y desinfectarse con frecuencia. También es de absoluta necesidad emplear aspiradores para ciertas máquinas, como asimismo caretas protectoras [...I. Mientras tanto, ya que no hay caretas, los obreros suelen usar paños mojados que los proteje de estos nocivos el elementos102

Los salarios percibidos por los niños eran notoriamente inferiores que el recibido por los adultos. Esto se explica porque las escalas de pagos en las industrias estaban determinadas por la calificación para realizar la tarea, las condiciones económicas de la industria, la cantidad de trabajadores y por supuesto el sexo y la edad. Al respecto, Peter de Shazo sostiene: Generalmente las mujeres y los niños trabajaban en industrias que necesitaban de una gran cantidad de trabajadores no calificados y pos esto enfrentaban una competencia generalizada por los trabajos. En consecuencia sus salarios fluctuaban en promedio entre un cuarto y la mitad de lo que se le pagaba a los hombres103

Esto generaba en algunos casos un sentimiento de frustración por parte de algunos obreros, ya que sentían que se provocaba una competencia “desleal”. Para graficar los señalado en cuanto a sueldo, presentamos el siguiente cuadro:

101

La sigla A.N.G.D.T., corresponde al Archivo Nacional Fondo Dirección General del Trabajo, consultado y citado por Jorge Rojas Flores en Los niños cristaleros, trabajo infantil en la industria 1850-1950. Centro de Investigaciones Barros Arana. DIBAM, 1996. 102 A.N.D.G.T.,Vol. 68, Comunicaciones Enviadas, N° 695, lnforme de Eduardo Schmidt Q.; en Jorge Rojas Flores. Los niños cristaleros..Op. cit., p. 35. 103 Peter DeShazo. Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile.1902-1927. Centro de Investigaciones Barros Arana. DIBAM. 2007, p. 65.

48

Cuadro 3: Salarios en la industria manufacturera pagados a los hombres, mujeres y niños en el Santiago Urbano y en Chile, 1905-1926. (Salarios diarios en promedio, pesos de la época) Año

Hombres

Mujeres

Niños

1905

3,17

1,50

0,78

1910

4,72

2,38

-

1921

8,26

4,47

3,01

10,80

4,95

2,88,

Santiago

Chile 1926

Fuentes: Calculado por la SOFOFA, Boletín, septiembre 1906, pp. 562-566. ODT, Boletín, N° 1, 1911, pp. 90-99; N° 18, 1922, pp. 175-199 y N° 24, 1926, p. 141. En Peter De SHazo, Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile.1902-1927. Centro de Investigaciones Barros Arana. DIBAM. 2007, p. 65.

Cabe señalar que

niños y niñas no sólo se desempeñaban en la industria.

También el mundo de la

minería fue un ámbito donde la mano de obra infantil fue

utilizada. Por medio del enganche muchas familias de la zona central migraron hacia los centros salitreros con la esperanza de una mejor calidad de vida. No obstante, las precarias condiciones a las que fue sometida la familia obrera, generaron que los niños fuesen integrados a las labores mineras, llevados por sus propios padres para contribuir a la economía familiar, pese a los riesgos que significaban las labores del mundo minero del carbón y del salitre. Durante este último tiempo han ocurrido algunas desgracias a niños que trabajan en ciertas faenas salitreras; como ser de “herramienteros”, desatadores, etc. Los que han muerto o han quedado inutilizados para el trabajo. Por lo general los niños son de corta edad- de 10 a 15 añosquienes aparte de perder lastimosamente su tiempo, que debieran emplear siquiera en aprender a leer y escribir, destruyen su organización física con trabajos superiores a sus fuerzas. Como son hijos de padres pobres, necesariamente tienen que trabajar para ayudar a sus familias(…)104

104

El Nacional cartas de la Pampa, viernes 27, febrero 1903, en Sergio González Miranda. 2002. “Hombre y Mujeres de la Pampa: Tarapacá en el ciclo de expansión del salitre”. Santiago, Chile: LOM. Pág. 221, citado en Nicole Valenzuela. Los niños obreros. La industria infantil durante el ciclo salitrero 1900-1925. Tesis para optar al grado de Licenciada en Historia con Mención en Estudios Culturales. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Santiago, 2013. Pp. 34.

49

Diversas labores eran realizadas por los niños en los enclaves mineros. Ser “lonchero” o niño de los mandados era uno de ellos, quienes tenían por misión llevar alimento a los mineros. Otra labor era la de “herramentero”, que consistía en recoger las herramientas de los barreteros o perforistas para luego llevárselas a los herreros para que las pudiesen reparar. Otro de los trabajos más arduos llevados a cabo por menores correspondía al “triturador de caliche” o “matasapo”. Como eran los encargados de cargar el caliche, debían triturarlo antes para poder trasladarlo.105 Al igual que en la ciudad, la labor realizada por los niños eran remunerada muy por debajo que los adultos. Otras estrategias de sobrevivencia fue el trabajo ejecutado por los niños y niñas en las calles de la ciudad. Lo que se denomina “mercado informal”. Niños lustrabotas, comerciantes ambulantes y suplementeros106 colmaban la paciencia de las autoridades, por considerarlo actividades que estaban fuera del control del mundo adulto. El trabajo de la calle, no permitía regular las conductas de los menores en pos del desarrollo de una “clase asalariada y disciplinada”, como si se lograba al interior de las fábricas, talleres o negocios comerciales. Se vinculaba la actividad callejera con la vagancia y diversas formas de ilegalidad. Si bien, con el pasar de los años, el trabajo de los niños comenzó a ser visualizado como un problema, esto no ocurrió en el caso de las labores que tenían una fuerte raigambre en la sociedad tradicional, como las relacionadas a actividades agrícolas, artesanales o servicio doméstico. La preocupación por el trabajo infantil en estos ámbitos recién vino a reflejarse bastante entrado el siglo XX.

105

Otras denominaciones para distintas labores ejecutadas por niños en las minas era la de “Caberos”, quienes unían lo carros a las locomotoras; los “Cuarteadores o Chaveteros” que se encargaban de cargar el mineral en carretas guiadas por mulas y el “latero”, que debía extraer el mineral por medio de una lata de parafina. Todas estas actividades requerían de gran esfuerzo físico por parte de los menores. Véase Nicole Valenzuela. Los niños obreros. La industria infantil durante el ciclo salitrero 1900-1925. Tesis para optar al grado de Licenciada en Historia con Mención en Estudios Culturales. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Santiago, 2013. Pp. 23-44. 106 Según la investigación realizada por Jorge Rojas, los suplementeros no recibieron el mismo trato que otros niños que ejecutaban trabajos en actividades productivas “informales” debido a que eran necesarios para la promoción de la potente la industria editorial. En el caso de los lustrabotas, en 1913 se les exigió saber leer y escribir o ir a la escuela. Véase Jorge Rojas. Los Suplementeros. Los niños y la venta de diarios. Chile 1880-1953. Ariadna Ediciones. Santiago 2006.

50

2.1.2.2. La Evolución del Marco Regulatorio del Trabajo Infantil.

Como señalásemos en el acápite anterior, el trabajo infantil no fue reconocido como un problema durante las primeras décadas del capitalismo industrial en nuestro país. Muy por el contrario, se apreciaban las ventajas de éste por su rol disciplinador de las clases populares. Hemos visto, que el trabajo de los niños fue condenado cuando está fuera del control de las autoridades o los dueños de las industrias, es decir, cuando estas labores se llevan a cabo en las calles. En este sentido, trabajo fabril evitaba la “degeneración” del pueblo. Sin embargo, se produce en la elite un cambio en la percepción sobre éste en los inicios del siglo XX, haciéndose más notorio a partir de 1920. En este tránsito no existió un consenso sobre el tema, siendo variadas las posturas. Algunos no cuestionaban el trabajo en sí mismo, sino las condiciones en las cuales trabajaban los niños; otros estaban a favor, haciendo caso omiso a las situaciones de riesgo que éste podía acarrear, creyendo que se les hacía un favor al incorporarlos al sistema productivo sacándolos de la miseria. Otros más reformistas, abogaban por la abolición del trabajo de “impúberes”. 107 Distintas iniciativas parlamentarias intentaron regular el trabajo de menores, sin llegar a concretarse mayormente. En 1921, Arturo Alessandri presentó un Proyecto de Código del Trabajo, en el cual se estableció claramente un mínimo de edad para la contratación. Éste era a los catorce años, con autorización de los padres hasta los dieciocho, prohibiendo el trabajo de menores de catorce en faenas mineras, industriales, de construcción, astilleros y de transportes.108 También debe considerarse que el tránsito de principios de siglo y hasta la década del veinte estuvo permeado por el interés de escolarizar a la población. Como plantea Jorge Rojas:

107

Esto fue planteado en 1906, durante la Convención del Partido Radical. Véase en Jorge Rojas Flores. Los niños cristaleros...Op. cit., p. 59. 108 ibid., p. 62.

51

Desde el momento en que fue identificada con la escuela, la infancia se institucionalizó y su quehacer cotidiano quedó, segregado. Los límites de edad que pasaron a comprender la niñez quedaron legitimados por la escuela. Incluso, aquellos muchachos que no estaban incorporados a la vida escolar -como una alta proporción de niñas, los muchachos más pobres y los que vivían en las zonas rurales- quedaron sometidos al estereotipo social del niño estudiante. La percepción social dominante empezó a identificar a la escuela como el lugar propio para los niños: la calle y la fábrica no lo eran.109

Como podemos apreciar el establecimiento de un marco jurídico sobre el trabajo infantil responde a un proceso que se permea por las transformaciones económicosociales, las percepciones –de la elite y de los movimientos obreros- pero principalmente a un cambio cultural propiciado por el interés en la escolarización que crea y da forma a un nuevo imaginario social, la de la infancia que debe ser protegida. Jorge Rojas identifica seis etapas en las cuales se construye el marco regulatorio sobre el trabajo infantil y que se presentan a continuación:

Etapas del Marco Normativo en Relación al Trabajo Infantil 1850-1950

Fuente: Elaboración propia basado en el trabajo de Jorge Rojas en Los niños cristaleros”, trabajo infantil en la industria 1850-1950. Centro de Investigaciones Barros Arana. DIBAM, 1996.

109

Ibid., p., 63.

52

En las primeras dos etapas, el centro es la idea de orden y moralidad. En la primera lo que se busca es contener el contingente de niños vagos y mendigos, pero también regular la prostitución (los burdeles no podían contratar menores de 18 años) y otras actividades como el manejo de carruajes y la elaboración de pan.110 La segunda etapa, está marcada por la Ley de la Infancia Desvalida de 1912, la cual castigaba a los adultos que utilizaran a niños menores de 8 años en actividades callejeras. Llama la atención el corto tramo de edad que abarca. En 1913, una Ordenanza de la Municipalidad de Santiago, le exige a los niños lustrabotas la utilización de una gorra con una placa numerada que los identificara. En el caso de los vendedores éstos debían llevar un delantal blanco. El objetivo era sin duda disminuir el afeamiento de la ciudad con la proliferación de los vendedores ambulantes, pero no se aprecia un juicio negativo hacia la labor llevada a cabo por menores.111 En la tercera etapa ya se aprecia un reconocimiento del riesgo al cual son sometidos los menores al interior de ciertas faenas. En los nuevos reglamentos se observa la determinación de límites de edad y de jornada, lo cual ya vislumbra una lógica basada en el reconocimiento de la vulnerabilidad de los menores por las condiciones físicas y psicológicas propias de un niño. Por ejemplo, en las Maestranzas del Ejército, se prohíbe que menores de dieciséis trabajen al cuidado de motores y calderas. Esta normativa se extiende a ferrocarriles en 1917, agregando a los menores de 16 la prohibición del trabajo nocturno, una jornada diaria con un límite de ocho horas, no trabajar en días festivos y no utilizar máquinas consideradas peligrosas. No obstante estas normas no se extendieron a otros rubros, lo cual demuestra su carácter limitado y focalizado112. La cuarta etapa está íntimamente ligada a la promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (LIPO) de 1920. Cabe señalar que en este texto, no se aprecia tampoco un juicio de valor sobre el trabajo infantil, al contrario, intenta que se logre

110

En 1899 se prohíbe el manejo de vehículo (carruajes, carretas, etc.) a menores de 18 años. En 1907 se les prohíbe a los menores trabajar en la elaboración de pan. Ver Rojas, Los niños cristaleros…p. 75. 111 Jorge Rojas, Los niños cristaleros…p. 76. 112 Ibid., p. 77.

53

compatibilizar trabajo con asistencia a la escuela. Entre sus principales disposiciones podemos mencionar113: 

La educación era obligatoria en sus cuatro primeros años.



Los mayores de trece que no hayan completado los cuatro años de estudios elementales debían concurrir a la escuela hasta los quince. En caso que trabajase este plazo se extiendía hasta cumplido los dieciséis años.



No podían trabajar en fábricas ni talleres los menores de 16 años que no hubiesen completado sus cuatro años de estudio.



Se obligaba a los dueños de minas, fábricas, etc. proporcionar una escuela si tenían más de veinte niños en edad escolar. También esta normativa se extendió a los dueños de fundo. En 1929, se realizaron modificaciones a esta ley. Aumentó de cuatro a seis años

de obligatoriedad escolar en las ciudades y se mantuvo a cuatro en el campo. La escuela, lentamente se transforma en el espacio que cobija a los sectores populares114. La quinta etapa, está marcada por la Ley 4.053 en 1924, que intenta hacerse cargo de establecer un marco regulatorio adecuado respondiendo a las recomendaciones de la OIT y a otros organismos sobre las relaciones laborales en Chile. En este sentido, se presentó una normativa que reguló el trabajo de los menores de edad y cuyos principales ejes fueron: 

Sólo los mayores de 18 años podían prestar libremente sus servicios.



Los menores de 18 debían contar con autorización de sus padres o quien estuviese a cargo.



Los menores de 18 años, no podían ejecutar labores en horario nocturno.



Los menores de 14 años de edad, podían trabajar un máximo de ocho horas. (En ciertas excepciones).

113

Ley de Educación Primaria Obligatoria N°3654 del 26 de Agosto de 1920. Imprenta Lagunas y Co. Santiago, 1921. 114 DFL 5291, del 22 de noviembre de 1929. Descargado de la Biblioteca del Congreso Nacional en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=19446

54

Además, se les otorgó la facilidad a los menores de asistir dos horas a la escuela en el caso que no hayan completado los años de obligatoriedad115. En 1931, realizan una serie de reformas a la legislación de 1924. Por ejemplo en el caso de los mayores de 12 años, estos podían trabajar siempre y cuando hubiesen cumplido con su “obligación escolar” y cuando no se tratara de una fábrica u otro establecimiento industrial. Además, se les otorgaba la opción a los menores de 18 que no habían terminado su educación elemental, disponer de dos horas (sin sueldo) para poder asistir a un establecimiento educacional. Sin embargo, limitó la participación en sindicatos de los menores de edad, estableciendo los 18 años como edad de ingreso.116 Esta normativa poseía validez para el trabajo industrial y minero. No reguló las actividades informales. Posiblemente esta ley contribuyó a la disminución de la presencia de menores en los sectores productivos formales. La última etapa de mediados de la década del treinta y principios de los cuarenta viene acompañada de la discusión en torno a los sueldos mínimos y de cómo la remuneración de un jefe de familia afecta ostensiblemente la calidad de vida de los miembros de la familia (bajo una noción de familia tradicional). Al respecto, si bien el Código de 1931 no señaló claramente lo que se entendería por “sueldo vital”, surgen diversas iniciativas para mejorar la condición salarial del trabajador, como por ejemplo, el pago de asignaciones familiares. Jorge Rojas sostiene al respecto: En la práctica no es el sistema de asignación familiar lo que permitió que un segmento de trabajadores lograra sostener con una sola remuneración a toda la familia, sino los beneficios y subsidios sociales –directos e indirectos- que el Estado entregaba117.

Necesariamente las asignaciones familiares no tuvieron un impacto muy significativo al interior de la economía familiar, si estuvo presente

una lógica que

buscaba consolidar la idea de familia tradicional, donde a partir del trabajo del jefe de familia, los demás miembros –considerados más débiles- como hijos y esposas eran protegidos. No obstante, si bien, esto es un elemento más que aporta a que la

115

Nicole Valenzuela, Los niños obreros. La industria infantil…Op. Cit., pp. 69-72. Véase en Código del Trabajo, 1931. En http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0023207.pdf 117 Jorge Rojas Flores. Los niños cristaleros…Op. Cit., p.83. 116

55

disminución de la presencia de niños en el mundo laboral fabril o minero, también se puede reconocer, el establecimiento de un sueldo mínimo a los obreros industriales, del comercio y servicios del Estado, ya que, a su vez, estableció una brecha salarial bastante importante entre los menores y los mayores de edad, como así también, la adquisición de derechos como la sindicalización. Por

tanto, esta situación volvió menos atractiva y

compleja la situación en materia laboral para niños y jóvenes. A partir de lo señalado anteriormente, nos preguntamos cuál fue el factor más determinante en relación a la disminución de la presencia de niños y jóvenes en el sector económico formal que en la década del cincuenta se va consolidando. ¿Fue realmente la legislación? ¿Fue la formación de un nuevo imaginario frente a lo que debe ser la infancia? ¿Fue la expansión y promoción de la escolaridad? Reconocemos que nos cuesta señalar con certeza cuál fue el factor más determinante, considerando, por ejemplo, que en el campo o en el servicio doméstico, el trabajo infantil seguía siendo aceptado y considerado necesario, por lo que nos atreveríamos a sostener que existía hasta la década del cincuenta una posición paradojal frente al tema. Efectivamente se establecieron mayores barreras de entrada para niños y jóvenes al mercado de trabajo, no obstante, en un país, donde la pobreza nos mantenía con altas tasas de analfabetismo y desnutrición, los niños de los sectores populares continuaron trabajando, pero en un contexto donde la regulación del Estado y la escuela no podía llegar como lo fue la calle.

2.2. Infancia y trabajo entre 1950 y 1973 El desarrollo económico nacional, basado en el modelo ISI, presentaba serias fracturas durante la década del cincuenta, lo que generaba a juicio de Jorge Ahumada, la inflación desenfrenada y sistemática, la falta de oportunidades para la gente que por razones familiares no nació con ellas, la diferencia entre ricos y pobres y tantas otras aflicciones (…) Existe pues, una conciencia nacional de que el país está en crisis y hay manifestaciones evidentes de ansiedad por encontrar soluciones.118 ¿A qué se debía esta crisis? El diagnóstico que realizaba el autor es que su origen radicaba en la falta de armonía de las distintas instituciones, actividades y valores nacionales119. Para Ahumada

118 119

Ahumada, Jorge. “En vez de la miseria”. Editorial del Pacífico, Santiago, 1958, p. 15. Ibid., p. 17.

56

la crisis es integral y estaba relacionada con la educación, la migración, la falta de dinamismo económico, entre otros aspectos. En relación a la Infancia, cabe señalar que el 20 de Noviembre de 1959, fue promulgada la Declaración Universal de Derechos del Niño, la cual proclamó que ésta fue realizada a fin de que éste(el niño) pueda tener una infancia feliz y gozar en su propio bien y en bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en ella se enuncia, e insta a los padres,

a los hombres

particulares, autoridades locales

y mujeres individualmente y a las organizaciones y gobiernos nacionales a que reconozcan esos

derechos120. Como se puede apreciar este documento sitúa al niño en un lugar de mayor relevancia social y como sujeto de derechos, distinto del adulto.

De acuerdo a los

principios señalados en la Declaración el lugar del niño es su hogar, con una familia que lo acoja, lo contenga y le entregue la seguridad afectiva y económico-social necesaria para que se desarrollase de manera integral. A su vez, el Estado también responsable de esta tarea,

debía proporcionar las escuelas, los servicios de salud y los lugares de

recreación necesarios para la felicidad del menor, como se señala en el siguiente extracto: El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos en la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho121.

Si bien la ONU encomendaba a los países a promocionar los diez principios fundamentales de la Declaración, esto no conllevó una obligación como fue posteriormente en 1989 con la firma del Convenio. Sin embargo, estamos en presencia de una nueva lógica que maduró durante la década del cincuenta hacia la figura del “niño” reforzada por los nuevos estudios llevados a cabos en el campo de la psicología, la educación, etc., acompañado a su vez, por un modelo económico social que al otorgarle mayor seguridad social a los padres promovía la idea de que la “infancia” debía ser una etapa en la cual el ser humano debía ser protegido, escuchado, educado, etc.

120

Declaración de los Derechos del Niño en: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/4/pr/pr20.pdf, 1959, p. 142. 121Ibid, p. 143.

57

En nuestro país tratar de dar cumplimiento a los principios de la Declaración de los Derechos del Niño significó un gran desafío. Si bien, los sucesivos gobiernos Radicales y el de Carlos Ibáñez del Campo, realizaron esfuerzos por aumentar la cobertura escolar y la entrega de alimentos a los niños de los sectores más desfavorecidos, no era menos cierto que la pobreza en la década del cincuenta y principio de los sesenta seguía adquiriendo rostro de niño, debido a los múltiples ciclos inflacionarios y al propio modelo económico-social que no lograba alcanzar a las familias que no estaban afiliadas a sindicatos ni organizaciones gremiales. La historiadora María Angélica Illanes, describe muy bien la situación vivida por miles de niños durante esta época. Seguía escurriendo la miseria de la escoria infantil acumulada en las calles. Los hogares proletarios se desintegraban y neurotizaban; la familia proletaria ambulaba por la selva de la autosubsistencia: las niñas adolescentes comerciaban el cuerpo y los niños pequeños las calugas y los diarios (…) La depresión obrera se ahogaba en la taberna; las madres se desahogaban con los hijos. El pueblo estaba desesperado 122.

En esas circunstancias, muchos niños vagaban y mendigaban por las calles de Santiago en búsqueda de su sustento. No era de extrañar que existiesen bandas de niños entre 9 y 7 años que cometieran delitos y niñas que se prostituyeran. A su corta edad, vivían como adultos. Se presumía que en 1953, los “niños delincuentes” alcanzaban los 500.000123.

Según datos de un periódico en 1955 el 10% de casos de delincuencia

revisados por los jueces tenía que ver con jóvenes.124 Común fueron en esta época las redadas a niños vagos y niñas prostitutas. Sin embargo, el sistema de casas asistenciales donde debían llegar estos niños tras ser “apresados” no daba abasto, por lo cual, recuperaban su libertad en poco tiempo. Una libertad, que los enviaba nuevamente a la calle.125 Como se puede observar, la vagancia poseía variadas dimensiones, podía derivar en robos, pandillaje, prostitución. Algunos menores realizaban diversas labores en el mercado informal como acarreo de cajones de frutas, ventas de dulces, etc.126

122

María Angélica Illanes. “Ausente Señorita…Op. Cit., p. 201. Ibid., p. 202. 124 Las Noticias de Última Hora, Santiago, agosto 9 de 1956. 125 Sobre la situación de los niños de la calle véase la novela el Río de Alfredo Gómez Morel. 126 María A. Illanes, Ausente Señorita…Op. Cit. p. 202. 123

58

Frente a este desalentador panorama, médicos, abogados, visitadores sociales y educadores, entregaban su opinión sobre qué hacer. Algunos apuntaban que la solución era dar escuelas a estos niños mediante un plan estatal coordinado, viendo en la escuela un lugar de “control y normalización”. Para otros, como Armando Bravo, era necesario entender las causas que por ejemplo, llevaban a muchos niños y jóvenes ingresar al mercado laboral a tan temprana edad: (…) Es importante considerar el porqué del trabajo juvenil. Es preciso tomar en cuenta, que cuando un niño quiere ingresar a un empleo, es porque tal es la única manera de dar satisfacción a determinadas necesidades elementales. Para que el trabajo juvenil sea totalmente abolido en la legislación y en la práctica, deberá hacerse primero innecesario, haciendo desaparecer todos los factores que lo justifican y que lo exigen. Estos factores son por lo general de índole económica 127.

Por otro lado, sostuvo que era fundamental mejorar las condiciones socioeconómicas de las familias, para así poder educar bien a niños que posteriormente se transformarían en obreros capacitados siendo un aporte real al desarrollo del país. En este sentido, el autor se considera a favor de elevar la edad de ingreso al trabajo y de prolongar la obligatoriedad escolar. Como se puede apreciar, la escuela bajo la lógica de este autor, está más vinculada al desarrollo social que a una lógica meramente punitiva. Durante la década del cincuenta, se observan una serie de problemáticas relativas a la infancia en nuestro país y al mismo tiempo se pueden apreciar algunos intentos por atacarlas, como el Foro Vagancia de Menores y Prostitución llevado a cabo en 1953, en el Palacio de la Moneda, por iniciativa de la Primera Dama, Graciela Letelier. También es posible apreciar el intento que hace el Estado por incorporar a más niños a las escuelas, mediante la ayuda consistente en desayunos, almuerzos y otros beneficios que otorgaría la Junta Nacional de Auxilio Escolar (JUNAE), creada por medio del DFL Nº 191. Los recursos aumentaron de $17.147.600 en 1954 a $88.882.534 en 1955.

Para 1957,

JUNAE, había atendido a 2.051.876 niños.128También es posible observar un aumento lento, pero sostenido de la educación básica fiscal, entre 1950 y 1960, que bordeaba el 127

Armando Violante Bravo Moreno. “La situación de los niños y jóvenes trabajadores ante las conferencias internacionales del trabajo y la legislación chilena”. Memoria para optar al grade de Licenciado en Cs. Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile, Santiago, 1955, p. 67. 128 Memoria Junta Nacional de Auxilio Escolar 1958, Santiago de Chile, 1959.En María Angélica Illanes. “Ausente Señorita. El niño chileno, la escuela para pobres y el auxilio.” Ediciones JUNAEB, Santiago de Chile, Diciembre 1991. Pág. 202.

59

3,7% anual129. Además, instituciones como Carabineros, crean desde 1959 los Clubes de Menores, para acoger a los niños que se encontraban en situación de vagancia. En relación al trabajo infantil, durante esta década cabe señalar que el trabajo en fábricas iba en franco retroceso –pese a que aún se podía apreciar algún tipo de participación en la industria del vidrio- debido entre otras cosas, a la expansión de la escolaridad y a la legislación en torno al “trabajo de menores” existente desde 1924, que reguló límites de edad, condiciones de trabajo. Por otro lado,

determinó la no

participación en sindicatos. No obstante, fueron aflorando nuevas estrategias en las cuales los niños y niñas ganaban el sustento, como por ejemplo el trabajo doméstico o en la actividad artesanal. Como se señaló anteriormente, otras labores se inscribieron en el mercado informal, sin que existiese una “denuncia” o una sensibilización real frente a este tema, ya que, como hemos podido apreciar, los niños eran una gran amenaza para el orden público, porque vagaban y no porque trabajaran, pese a que ambas situaciones podían estar intrínsecamente vinculadas. Desde fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el trabajo adquiría una connotación moral. Durante los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende, “los niños” adquirieron una notoriedad especial debido a que varias de sus políticas estuvieron centradas en ellos. Jorge Rojas señala, en relación al discurso político del periodo:

Las esperanzas de un mundo más justo e igualitario se fraguaron de manera entusiasta en torno a su figura, como símbolo del cambio que se anunciaba. Pero también se canalizó la sensación de temor a través de la imagen del niño, invocando un supuesto peligro que se cernía sobre ellos130

Esto cobra sentido, si recordamos que durante las campañas presidenciales de 1964 y 1970, los niños no quedaron ajenos al ambiente polarizado, propio de Guerra Fría. La candidatura de Eduardo Frei Montalva en 1964131 presentó a los niños como

129

Rojas Flores, Jorge. Historia de la Infancia en Chile Republicano 1810-2010. Editorial Ocho Libros, Segunda Edición, Santiago, 2010. Pág. 534. 130 Jorge Rojas. Historia de la Infancia en Chile Republicano, pág. 483-485. 131 Sobre las distintas estrategias utilizadas contra la candidatura de Salvador Allende en 1964, corresponde el trabajo de Manuel Casals. Chile en la encrucijada. Anticomunismo y Propaganda en la “Campaña de Terror” de las elecciones presidenciales de 1964. Descargado en:

60

seres vulnerables, posibles víctimas del marxismo, doctrina que eliminaría la candidez propia de la infancia. De contrapeso, la imagen icónica del niño del “Venceremos” de la campaña presidencial de Salvador Allende

de 1970, nos presenta una imagen

protagónica y llena de esperanza. Durante este periodo de la historia nacional, las políticas sociales hacia la infancia, se enfocaron principalmente en el ámbito de la educación132 y la salud, cuyo fin fue disminuir las altas tasas de enfermedades gastrointentales y las tristes estadísticas de desnutrición. Para alcanzar mejorar los estándares de escolaridad y capacitación de la población, fue necesario, por ende, aumentar la cobertura, pero además, establecer algunos mecanismos que atrajesen a los niños y niñas a las escuelas, principalmente a los de más escasos recursos, como fue por ejemplo la ayuda en útiles escolares y por supuesto, la alimentación, que quedó en manos de la JUNAEB133.

De acuerdo a los

datos presentados por CELADE en un estudio, el 75,4% de los hombres jóvenes entre 15 y 19 años, tenía sólo 3 años de estudios aprobados.134 Considerando los avances que se presentan en materia de infancia y juventud, tales como aumento de la cobertura escolar y sistema sanitario y en general mejoramiento https://www.academia.edu/7909024/_Chile_en_la_encrucijada_._Anticomunismo_y_propaganda_en_la_ca mpa%C3%B1a_del_terror_de_las_elecciones_presidenciales_de_1964 132

Por ejemplo, el objetivo de la Reforma Educacional del Gobierno de Eduardo Frei Montalva fue aumentar la cobertura y la matrícula en educación básica. Para esto se capacitaron profesores, se construyeron nuevos centros educativos y se transformó la estructura escolar terminado con la primaria y la secundaria, dando origen al actual sistema de Educación Básica y Media. Con esto se pretendió que los niños estuviesen un mayor tiempo en la escuela. El gobierno de Salvador Allende tuvo como objetivo lograr un 95% de cobertura escolar. Otro proyecto en la línea de la Educaciòn fue la ENU, que no logró concretarse debido a la oposición tanto de la iglesia como de otros sectores por encontrarla extremadamente ideologizada. Sobre la Reforma Educativa del gobierno de Eduardo Frei Montalva, ver el trabajo de Oscar Morales Mejías. La Reforma Educacional de 1965, “Estudios de sus fundamentos desde la Política Educacional”. Universidad de Talca. Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional. 2000. Sobre Las Reformas Educativas del Periodo 1960-1973, ver el trabajo de Iván Nuñez, Reformas Educacionales e identidad de los docentes. 1960-1973. PIIE Estudios. Serie histórica nº 3, Santiago, Enero de 1990. 133 La historiadora María Angélica Illanes, sostiene que sin la inyección de recursos que el Estado otorga a la JUNAEB que proporcionó ayuda alimentaria y de otro tipo a miles de estudiantes, el aumento de la cobertura escolar en los gobiernos de Frei y Allende no hubiese sido tan exitoso. Véase Ausente Señorita…Op. Cit., pp. 260-288. 134 CELADE. América Latina: Análisis preliminar de la vinculación entre variables económicas y aspectos de la población 1950-1960. La fuerza de trabajo en relación con el nivel de instrucción en áreas urbanas de seis países alrededor de 1960. Nº 128, Santiago de Chile, septiembre de 1971.

61

de las condiciones de vida de las familias de ingresos más bajos es que se vuelve necesario indagar en las características del trabajo infantil y juvenil durante este periodo, para saber si los elementos anteriormente mencionados se relacionaron efectivamente con este ámbito.

2.2.1. Menores de edad como fuerza de trabajo

Pese a que hemos indicado que la legislación señaló que la edad mínima para trabajar es de 14 años; en general, se reconocía

como parte de la Población

Económicamente Activa a los menores de 12 años. En 1968, CELADE realizó un estudio sobre los aspectos demográficos de la mano de obra, que nos entrega ciertos indicios sobre la real participación de menores de edad en la fuerza de trabajo. ¿Pero qué se entendía por fuerza de trabajo en esta época? Consiste en aquellas personas que voluntariamente ofrecen sus servicios en alquiler en el Mercado del Trabajo (en cambio del cual recibe sueldo o salario) y quienes participan (o intentan participar) en la producción del producto nacional 135

Se consideraba

a los niños de 12 años como Población Económicamente

Activa136 (desde ahora PEA), porque se enmarcan dentro de los criterios utilizados en los Censos de 1952 y 1960. ¿Cuáles eran estos criterios? 

Trabaja con remuneración, dinero o especie.



Familiar que ayuda, sin recibir remuneración a un miembro de la familia en su negocio o actividad económica.



Cesante en la fecha del Censo, pero que ha ejercido anteriormente cualquier actividad remunerada.



Dueña de casa u otros miembros de la familia cuya actividad principal es el cuidado del hogar, pero además, se ayudan económicamente, mediante la ejecución de trabajos secundarios.

135

Gutiérrez, Héctor. “Aspectos Demográficos de la mano de obra”. Serie C, Nº 111. CELADE. Santiago, Noviembre de 1968, p. 6 136 Según la ONU, PEA, comprende a todas las personas que contribuyen a la oferta de trabajo para la producción de bienes y servicios de índole económica, incluyendo no sólo a las personas empleadas en el momento que se realiza las encuesta, sino también a las que buscan empleo. Ver en: Gutiérrez, Héctor. “Aspectos Demográficos…Op. Cit., p. 6.

62



Estudiante que realiza un trabajo secundario.

Para que un menor de edad de doce años o más, fuese considerado dentro de la PEA, debía ejercer su labor a lo menos tres horas diarias o bien durante dos días de ocho horas. ¿Cuál es la tasa de actividad de hombres y mujeres menores de edad entre 1952 y 1960? Cuadro 4:

Tasa de Actividades por edades en la población masculina 1952-1960 Años

10 a 14 años

15 a 19 años

1952

9,0%

72,2%

1960

7,0%

61,7%

Fuente: Aspectos Demográficos de la mano de obra”. Serie C, Nº 111. CELADE. Santiago, Noviembre de 1968.

Se puede apreciar que en ambos grupos de edad, en el lapso de ocho años, hubo una disminución de la participación laboral. Esto al parecer tendría relación con el aumento de las tasas de escolaridad como se presenta en el siguiente cuadro: Cuadro 5:

Tasa de escolaridad por edades en la población masculina 1952-1960 Años

10 a 14 años

15 a 19 años

1952

75,6%

24,7%

1960

84,1%

34,2%

Fuente: Aspectos Demográficos de la mano de obra”. Serie C, Nº 111. CELADE. Santiago, Noviembre de 1968.

Si bien, los datos que se presentan incluyen a jóvenes de 19

años (ya

considerados mayores de edad en el ámbito laboral), estos de todas maneras nos sirven para tener una cierta noción sobre lo que ocurría en materia del trabajo de menores. Sin embargo, el estudio realizado por la CELADE, no incluye a los menores que realizan labores en el ámbito de la informalidad, lo cual posiblemente aumentaría las cifras.

63

En el caso de las mujeres, es significativo señalar que su participación el mercado laboral es menor que los hombres. Sin embargo, en cuanto a la escolaridad si bien, tampoco superan a los varones, poco a poco se acercan a ellos. Cuadro 6:

Tasa de actividad por edades en la población femenina 1952-1960 Años

10 a 14 años

15 a 19 años

1952

3,6%

30,0%

1960

2,3%

23,0%

Fuente: Aspectos Demográficos de la mano de obra”. Serie C, Nº 111. CELADE. Santiago, Noviembre de 1968.

Cuadro 7:

Tasa de Escolaridad por edades en la población femenina 1952-1960 Años

10 a 14 años

15 a 19 años

1952

72,5%

23,0%

1960

80,5%

30,6%

Fuente: Aspectos Demográficos de la mano de obra”. Serie C, Nº 111. CELADE. Santiago, Noviembre de 1968.

Para 1970, la tasa de actividad masculina para el grupo comprendido entre 15 y 19 años, había disminuido a un 42,3% y en el caso de las mujeres se sigue la misma tendencia con un 16,4%. Un estudio realizado por Clarita Müller en 1973, afirmaba que “tanto entre los hombres como las mujeres menores de 15 años va bajando la tasa de personas incorporadas al mercado del trabajo”137 Según datos de ODEPLAN para el periodo comprendido entre 1970 y 1971 el consumo de las familias aumentó cerca de un 13%, habiendo sido mayor para las familias de bajos ingresos. Esto si se suma a una mayor cobertura escolar, mayor acceso a la educación media y superior explica que en el periodo comprendido entre 1952 y 1973, la

137

Clarita Muller P. “Las contradicciones que vive la familia chilena en el capitalismo dependiente”. Lateinamerika Institut der Freien Universitat Berlin (LAI), Santiago, 1973.

64

participación laboral de menores haya disminuido, para llegar aproximadamente a un 10% en 1970. La tendencia que se puede observar en el periodo comprendido entre 1960 y 1973, es una disminución del número de menores que integran la fuerza de trabajo. Según datos entregados por el Censo de 1970, este llegó a un 10%, equivalente a 282.440 personas. El siguiente cuadro sobre la tasa de participación masculina reafirma lo que estamos señalando: Cuadro 8: Gran Santiago. Tasa de participación de hombres de 14 a 19 años por estratos de ingresos. Años

Estrato Bajo

Estrato Medio-bajo

Medio Alto

Alto

1959-61

42,4

39,1

38,4

20,9

1962-64

42,3

44,3

35,4

20,1

1965-67

38,2

41,3

40,5

20,6

1968-70

38,1

32,1

36,1

18,1

1970-73

24,2

27,2

20,7

9,1

1974-76

32,5

28,7

26,9

19,3

1977-78

21,6

26,9

22,3

13,3

Fuente: Universidad de Chile: Encuesta de Ocupación y de desocupación. Datos citados por: Javier Martinez; Juventud y Exclusión social. El caso chileno. CEPAL, Santiago 1985. P. 30, citado en Corvalán, Educación Técnica y movilidad social de los jóvenes urbano-populares. CIDE, Agosto 1986., p. 41.

Ni el gobierno de Frei Montalva ni el de Salvador Allende, impulsaron una Política Integral hacia la Infancia. Lo que si existió fue una sensibilización frente a diversas problemáticas que aquejaban a los niños y que reflejaban la marginalidad y la exclusión a la cual estaban expuestos debido a los problemas de índole estructural que aquejaban a sus familias. Por esta razón, educación, salud y alimentación fueron los ejes articuladores de los esfuerzos del Estado. Durante el Gobierno de Salvador Allende, se presta especial énfasis en la situación de la infancia, intentado otorgar ciertas facilidades a la desmedrada situación de muchos niños y adolescentes como en cosas tan cotidianas como el pasaje

65

gratuito de locomoción colectiva.138.

En el gobierno de Frei Montalva, se renovó el

compromiso frente a la protección de los menores de edad, con la aprobación de la Ley 16.618, que daba forma a una nueva institucionalidad, CONAME139, la cual buscó coordinar los esfuerzos de diversos organismos, con el fin de auxiliar a un importante número de niños y adolescentes que se encontraban al margen de la sociedad por su condición socio-económica, psicológica, neurológica o física. En este sentido, CONAME, se comprometía a entregar ayuda a aquellas familias más deprivadas para que los niños se desarrollaran de manera óptima. Ana Luisa Prieto, relatora del Primer Congreso del Menor en Situación Irregular señala: Es responsabilidad de toda la comunidad que las posibilidades de un niño en el maravilloso camino que ha de recorrer hasta llegar a ser un hombre, no se limiten porque cuando tuvo hambre o frío no había pan ni techo; porque cuando traspasó alegre y soñador el umbral de la escuela tuvo que abandonarla para incorporarse a la fábrica; porque cuando tenía derecho a una infancia inocente vivió en promiscuidad (…) Nuestros niños no nacen mendigos, vagabundos, prostitutas, somos nosotros con nuestra acción lenta y poco prospectiva, siempre buscando la solución al problema ya producido los que hacemos que nuestros niños se conviertan en mendigos, vagabundos, prostitutas para después tener que dedicar todos nuestros mejores y más honestos esfuerzos para liberarlos de esa situación.140

Indagando en diversos documentos de la época, también fue posible constatar que no existió un enfoque erradicador del Trabajo Infantil, por lo tanto, tampoco existen acciones estatales directas para afrontarlo, pero se aprecia una cierta incomodidad frente a la existencia de muchos niños que vagaban por las calles vendiendo dulces o agujas o bien que eran explotados por sus empleadores. En algunos casos, la denuncia tomaba ribetes más ligados a la idea de orden social, pero mayormente se aprecia una lógica que le otorga cierto grado de “inmoralidad a la situación” y que no culpa ni a los niños ni a sus 138

“Subete Cabrito”, fue un programa del Gobierno de la Unidad Popular que entregó locomoción gratuita a los escolares. Ver en Niños de Chile. Serie Nosotros los Chilenos. Editorial Quimantú. P. 65. 139 Ley aprobada en 1967. El Consejo Nacional de Menores, según la diputada Wilma Saavedra en la Sesión 54º Extraordinaria, del Miércoles 2 de Febrero de 1966 debía: “planificar, supervigilar, coordinar y estimular el funcionamiento y la organización de las entidades o servicios públicos o privados que prestan asistencia y protección a los menores en situación irregular”. Cabe señalar que CONAME estaba conformado por el Ministro de Justicia, quien lo presidía, además de los Ministros de Salud, de Educación y de Interior. El Vicepresidente debía ser alguien experto en materia de infancia, siendo nombrado por el Presidente de la República. Además, el Consejo podía contratar a psicólogos, asistentes sociales, médicos. Además, se crea la Policía Menores, dependiente de la Dirección General de Carabineros, como así también los Clubes de Menores, para mantener a los niños alejados de la vagancia y la mendicidad. 140 Primer Congreso Nacional del Menor en Situación Irregular, Santiago, Julio de 1968, p. 90.

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familias, sino a un sistema que no es lo suficientemente justo. Esta idea, por ejemplo, es posible apreciarla en el texto “Niños de Chile” que señala: A pesar de las leyes y los reglamentos, en este mismo año, 1972, innumerables niños de trece y catorce años, trabajan como mensajeros y aseadores de pequeñas oficinas y negocios, con jornadas de hasta doce horas, reciben ínfimos salarios y no se les da tiempo para ir a la escuela. “En 1970 y 1971, todavía hay niños de corta edad que trabajan en las faenas del salitre, chancando caliche y limpiando bateas”, informa Remigio Albornoz, dirigente de la Federación Minera141

Por ende, en la medida que mejorasen las condiciones socio-económicas de la familia, que la cobertura de educación y alimentación de los menores aumentase, como resultado la presencia de niños realizando una serie de labores remuneradas disminuiría. Al parecer, esto si estaba ocurriendo a finales del gobierno de Salvador Allende. Jorge Rojas, a partir del análisis de los datos estadísticos de los Censos de 1960 y de 1970, concluye que la participación laboral de menores pasó de un 17% en 1960 a un 8,7% en 1970.142 Situación que coincide con los análisis realizados por SENDE o por Clarita Muller que presentamos en este capítulo. Sin embargo, no debemos olvidar que al igual que ahora, muchos menores que realizaban tareas domésticas no se declaraban como trabajadores y por supuesto, en el medio rural las cifras podían ser más abultadas. Creemos que algunos menores que realizaban trabajos callejeros eran catalogados como vagos o mendigos, y que pasaron a engrosas las listas de la denominada “minoridad irregularidad”, quedando de esta manera a disposición de la Policía de Menores, quienes en su “mosca azul”, llevaban a aquellos niños que encontraban en las calles y que se reconocían como necesitados de protección143.La década de los sesenta y especialmente los gobiernos de Frei Montalva y Salvador Allende en su afán de transformar la estructura social, altamente desigual, que existía en nuestro país, permitió que una gran cantidad de niños y jóvenes mejorara sus condiciones de vida. En este sentido, si bien el trabajo de menores era una realidad y se manifestaba en el mercado informal, las investigaciones presentadas nos hacen pensar que se estaba provocando una disminución progresiva. Por otro lado apreciamos una preocupación

141

Niños de Chile. Serie Nosotros los Chilenos. Editorial Quimantú, Santiago, 1971 pág.54. Jorge Rojas. Historia de la Infancia... 495. 143 La “Mosca Azul”, era el nombre que le otorgaban los niños de la calle a la camioneta de la Policía de Menores. Ver Niños de Chile…Op. Cit. 79-80. 142

67

hacia la infancia y la juventud más deprivada y marginada con la creación de una nueva institucional proteccional CONAME. Con esto no queremos decir que la situación de los menores de edad en esta época rayaba en la perfección, solamente que estaba mejorando y que nunca se podrá evaluar concretamente los avances debido al interrumpimiento del sistema democrático.

68

Capítulo III: Dictadura e Infancia La vida de un niño es como un trozo de papel sobre el cual todo el que pasa deja una señal”. (Proverbio chino) “Somos un pueblo generoso por excelencia. Un pueblo donde todos nos sentimos hermanos pese a las diferencias que existen entre norte a sur del país. Y como tal es nuestra responsabilidad participar en la formación de quienes en un futuro serán padres de otros niños chilenos” Alicia Godoy de Mendoza, 1983.

El Régimen Dictatorial de Augusto Pinochet, mostraba, a lo menos en lo discursivo, una gran sensibilidad hacia problemáticas que aquejaban a la infancia. Un artículo, titulado “Nuestros Niños no tienen miedo” manifestaba con orgullo el escenario en el cual se desarrollaban los niños y niñas en Chile. Y las estadísticas reflejan ese triunfo sobre la muerte, del amor sobre la tristeza, que las preocupaciones sobre el desamparo; bajas tasas de mortalidad infantil, enfermedades totalemente erradicadas, analfabetismo casi inexistente, atención sanitaria materno infantil casi en el ciento por ciento y el reconocimiento de organismos internacionales en cuanto al avance en Chile en la atención de menores indican que podemos estar orgullosos de nuestra realidad. Hay problemas, como en países muchos más avanzados que Chile. Pero entre los 40 mil niños que morirán hoy en el mundo, habrientos y sin atención médica, no habrá ningún niño nuestro.144

Presentar las políticas, programas y/o acciones del Estado más emblemáticas en materia de infancia entre 1974 y 1984 es el objetivo de este capítulo, para así lograr alcanzar una noción en torno a su real impacto en los niños, niñas y adolescentes provenientes de los sectores más carenciados de la población.

144

Revista CORDAM N°7, Abril 1983., p. 57.

69

3.1. Políticas Sociales con foco en la infancia durante la Dictadura Militar 3.1.1 ¿Qué son las Políticas Sociales?

Durante el siglo XX, el Estado y las relaciones que ha mantenido con la sociedad civil han sido claves en la configuración de nuestra historia nacional. Las acciones asumidas por el primero en los ámbitos económicos, culturales, sociales e incluso a nivel diplomático, han configurado, a nuestro juicio, parte de nuestra identidad colectiva. El tránsito de las Políticas Públicas y Sociales no ha sido fácil, ni ha mantenido una sola línea. En menos de un siglo, las transformaciones han sido drásticas y profundas, con aciertos y desaciertos, las cuales han impactado en la vida de nuestros abuelos, padres y las de nosotros mismos. Es preciso señalar que la Política Pública corresponde a la acción o a la no acción gubernamental, generada en respuesta a un determinado asunto o problema público en torno a la que además del gobierno intentan influir

participan muchos más actores que influyen o

sobre las decisiones gubernamentales, lo que configura un proceso

político o de disputa del poder no exento de tensiones y conflictos, especialmente en relación a los valores o paradigmas

que cada una de las opciones

implica145.

Generalmente se vinculan o incluso se homologan este concepto y el de Política Social. No obstante, la Política Social, podría considerarse como un ámbito más específico de la Política Pública. El objetivo de la Política Social puede ser asociado en primer término como el otorgamiento de bienestar en la población, disminuyendo los desequilibrios económico-sociales, generados por los modelos de desarrollo estatal. Pero, ¿a qué llamamos Política Social? La Política Social es definida como una forma de intervención a nivel macro y que parte del estado en función de lograr algún tipo de justicia dentro de la sociedad concordante al modelo de desarrollo definido por el mismo Estado.146

145

Tito Flores Cáceres. Análisis y diseño de alternativas de políticas públicas con enfoque en derechos, en Políticas Públicas. Exigibilidad y Realización de Derechos. Editorial LOM, 2013. P. 45. 146 Mónica Vargas y Edmundo Cabrera. Políticas Sociales y Trabajo Social. Un análisis histórico. Desafíos, dilemas y propuestas en: http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p14.5.htm

70

Las Políticas Sociales surgen en el mundo industrializado con el fin de mantener el orden y el equilibrio social. En nuestro país, entre fines del siglo XIX y principios del XX, se puede observar en la elite dirigente una preocupación hacia la pobreza y sus consecuencias. La conjunción de beneficencia y la promulgación de las primeras leyes sociales147 fueron las acciones realizadas de manera mancomunada por parte de particulares, la Iglesia y el Estado Liberal148. Sin embargo, autores como Juan Pablo Arellano, consideran que desde 1920 en adelante, se puede apreciar una sistematicidad en el diseño y puesta en marcha de políticas sociales149. Oscar Dávila150 considerando los mecanismos utilizados para ponerlas en práctica, sintetiza la evolución de las Políticas Públicas en Chile en tres momentos,  El primero denominado políticas sociales en expansión (1920-1973).  El segundo de focalización de las políticas sociales (1973-1989).  El tercero de políticas sociales selectivas (1990-a la fecha).

Arellano identifica dos tipos de políticas sociales: Un grupo son aquellas que están vinculadas a la normativa laboral y que regula condiciones de trabajo, remuneraciones y relaciones entre patrones y trabajadores y una segunda cuyo enfoque es la satisfacción de los derechos de segunda generación, tales como salud, educación, previsión y vivienda151. Correspondiente al segundo grupo es que podemos identificar las políticas enfocadas hacia la infancia. En este aspecto, cabe sostener que éstas han estado mediadas por la percepción socio-jurídica de la infancia y del rol, lugar, y valor que los 147

La Primera Ley Social fue promulgada en 1906 y corresponde a la Ley de Habitaciones Obreras. En 1907, hace su aparición la ley de descanso dominical y en 1912 la ley de protección a la infancia desvalida. Sin embargo, el impacto en la población más pobre tuvo alcances limitados. 148 Juan Carlos Yáñez, señala que no se pueden obviar los avances llevados a cabo por el Estado antes de 1920 en materia de discusión parlamentaria y posterior legislación social y critica lo que considera una visión “reductora y tardía del surgimiento y desarrollo de la política social en Chile. Ver La Intervención Social en Chile 1907-1932. RIL Editores, 2008. Pp. 20-21. 149 José Pablo Arellano. Políticas Sociales y Desarrollo Chile 1924-1984. CIEPLAN, 1985. En: http://www.cieplan.org/biblioteca/detalle.tpl?id=41 150 Oscar Dávila. Políticas Sociales, pobreza y el rol del Estado: o el síndrome del padre ausente. En: http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.2.htm 151 José Pablo Arellano. Políticas Sociales y Desarrollo Chile 1924-1984. CIEPLAN, 1985. P. 9.

71

niños tienen en una sociedad y cultura determinada152. En este sentido, las políticas que se llevaron a cabo durante gran parte del siglo XX –hasta la Convención sobre los Derechos del Niño153- se vinculaban directamente con el impacto que tendría en la familia, no directamente en el menor, estableciendo una serie de programas vinculados con las madres, por ejemplo, como los de alimentación. En cuanto al marco jurídico-legal estos apuntaron a la protección de “los menores en situación de irregularidad”, creando para ello, instituciones y una orgánica que fue evolucionando hasta llegar al actual SENAME.

3.2. Caracterización de las Políticas Sociales en Dictadura Tras el Golpe de Estado de 1973, los chilenos comenzaron a evidenciar una serie de transformaciones de índole política, económica, cultural y social la cual ha sido documentada por varios historiadores, sociólogos y economistas154. La “revolución”

verdadera

155

, no se logró durante los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y de Salvador

Allende, sino posteriormente, cuando un grupo de miembros de las fuerzas armadas en alianza con diversos sectores de la sociedad civil rompen abruptamente con la tradición institucional de Chile y establecen el ambiente propicio para eliminar todos aquellos elementos que de acuerdo a su visión, habían llevado a nuestro país hacia una gran catástrofe. Esta idea se presenta de manera explícita en diversos comunicados, cadenas nacionales y mensajes presidenciales.

152

Hugo Madariaga D. Modelos de Desarrollo Social y Políticas para la Infancia. En Infancia y Políticas Sociales. Análisis de los Modelos de Desarrollo Social y de las Políticas de Protección de los Derechos del Niño. Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento De Sociología-UNICEF, 2002. P. 12 153

Desde que Chile firmó la Convención los niños son reconocidos como sujetos plenos de derechos, por ende, sus ideas, sueños y problemáticas deben ser escuchadas antes de diseñar cualquier tipo de programa. 154 Un trabajo que sintetiza las transformaciones llevadas a cabo por el Régimen y su impacto en la sociedad es “Una Nación de Enemigos. Chile bajo Pinochet, de Arturo Valenzuela y Pamela Constable, el cual, ha sido revisado con el fin de esta investigación. 155 Entre los trabajos que validan la tesis del cariz “revolucionario” de la Dictadura liderada por Augusto Pinochet, podemos reconocer el trabajo de Verónica Valdivia, Rolando Álvarez y Julio Pinto. Su revolución contra nuestra revolución: izquierdas y derechas e el Chile de Pinochet (1973-1981). Editorial LOM, Santiago, 2006. Además, Peter Winn, se refiere a la “revolución” de Pinochet, en La Revolución Chilena. Editorial LOM, 2013, pp. 131-135.

72

Al asumir el Gobierno Militar nos encontramos con un país anormal, se habían trastocado los valores mismos de la Patria. Por ello planteamos a la Nación la necesidad de forjar para los chilenos una nueva institucionalidad, que normalizara la Nación, recuperando las más puras virtudes de nuestra nacionalidad, ajena a los vicios que corrompieron nuestras instituciones cívicas y capaz de asegurarnos una vida digna y una convivencia armónica156

En este contexto, compatriotas de diversas edades, sectores sociales y creencias se transformaron en víctimas de un Estado controlado por aquellos que consideraron que la brutalidad y el ensañamiento justificaban el fin último; un proyecto de un Chile, más moderno, más eficiente y menos político. Conceptos como Orden, Patria, Nación, Familia, Politiquería, Modernización, Individualismo,

Éxito –por nombrar sólo algunos- se

instalaron en el inconsciente colectivo de la población, en la medida en que reformas de índole económicas, políticas y sociales eran realizadas y los medios de comunicación fueron en gran medida controlados por el gobierno. En 1976, tras tres años de esfuerzos para controlar la inflación157 el Régimen implementa el “Tratamiento de Shock” recomendado por Milton Friedman y los economistas chilenos provenientes de la Escuela de Chicago158. Había que estimular el crecimiento “a cualquier costo”159 ¿Cuáles fueron los efectos? Disminución del gasto fiscal y de la inversión pública, cayendo a un 13,9% entre 1974 y1979.160 Otros efectos del “shock” fueron; la caída del PIB en un 13%, el desplome de la actividad industrial en un 28%, un aumento del desempleo en un 16,8% y la pérdida de poder adquisitivo de un 40% en comparación a 1970.161

156

Mensaje Presidencial, 11 de Septiembre de 1982. En 1976, las tasas de inflación fueron superiores al 300%. Ver Ricardo Ffrench-Davis. Chile entre el Neoliberalismo y el crecimiento con equidad. J.C. Saez, Editores. P. 41. 158 Nos referimos a Pablo Barahona que ejerció como Ministro de Economía, Sergio de Castro quien fue Ministro de Hacienda, Jorge Cauas, quien también ejerció como Ministro de Hacienda entre 1974 y 1976. 159 Palabras de Cauas en un programa de televisión en 1975 cuando anunció el Plan de emergencia para detener el avance de la inflación. En Pamela Constable, Arturo Valenzuela. Una Nación de enemigos. Chile bajo Pinochet. Ediciones Universidad Diego Portales, 2013, p. 182. 160 Ibid., p. 182. 161 Ibid., p. 182 157

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En su fijación por rehacer la historia, los Chicago Boys no reconocieron tales contribuciones históricas; en cambio sostuvieron que las políticas estatales habían producido poco más que un crecimiento anquilosado, fuertes déficits y un sector privado que era ineficiente y que estaba estrangulado por la inflación y demasiado diversificado como para obtener ventajas de la especialización o de las economías de escala ”.162

La cirugía al modelo económico, implicaba a su vez, una transformación del modelo de desarrollo de Estado. De esta manera, durante la Dictadura Militar, el Estado abandonó su antiguo rol benefactor, pasando a ser un Estado Subsidiario, es decir, sólo tenía que complementar lo que no lograba cubrir el sector privado. A su vez, se esperaba que la situación de los sectores más pobres mejorara por medio del crecimiento económico y no de la redistribución del ingreso163. Además, el mercado ingresa a diversas áreas que antes eran proporcionadas por el Estado, como educación, salud, vivienda, previsión. Así las personas pasaron de ser “usuarios” a “clientes”. Al respecto Hugo Madariaga señala: Como clientes, los consumidores tienen derechos que surgen de un contrato mercantil y que se ejercen sobre un bien o producto como un equivalente del precio que se paga. Con la privatización de los servicios, los derechos (públicos) que el usuario tenía sobre éstos se diluyen. 164

El Estado cumplió el rol de mediador y regulador de las relaciones entre los privados y la sociedad. ¿Y qué sucedió con las políticas sociales? Como señalábamos la injerencia del Estado en materia social quedó totalmente disminuida, por ende, cada individuo se volvió responsable de satisfacer sus necesidades sociales. En este aspecto los padres eran los únicos responsables de proveer a sus hijos de lo necesario para su formación y desarrollo. Las políticas centradas en la infancia son comprendidas desde la lógica de la inversión social y el asistencialismo. Para el gobierno, la Política Social debía dirigir sus esfuerzos a la erradicación de la extrema pobreza, por medio de “una selección” que favoreciese a grupos sociales más desfavorecidos. Por lo tanto, el Estado debía asistir a los hogares que no fuesen capaces de satisfacer sus necesidades más básicas, a partir

162

Ibid., p. 183. José Pablo Arellano, Políticas Sociales y Desarrollo...Op. cit., p. 47. 164 Hugo Madariaga D. , Modelos de Desarrollo Social y Políticas para la Infancia...Op. cit., p. 45 163

74

de criterios de necesidad.165 Estamos en presencia de la idea de focalización del gasto social. De acuerdo a Raczynski, el grupo prioritario fueron los niños pequeños de las familias más pobres.166 Para lograr que la política social fuese eficiente en cuanto a implementación y uso de recursos trascendente fue el trabajo realizado por ODEPLAN167. Este organismo fue el encargado de confeccionar el Mapa de la Extrema Pobreza168 cuyo fin era identificar y diagnosticar los sectores que presentaban mayores carencias. A su vez, se diseñó la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN). Esta encuesta midió el ingreso familiar per cápita de los hogares comparándolo con el costo de una canasta básica de alimentos por persona (líneas de pobreza) y también en términos de insatisfacción de necesidades básicas (vivienda, infraestructura sanitaria y equipamiento del hogar y educación)169. Para seleccionar a los beneficiados de los programas sociales, se diseñó la ficha CAS, un cuestionario que indagaba en la infraestructura de la vivienda, composición familiar, ocupación del jefe de familia, nivel educacional y por supuesto, ingreso. Señalábamos anteriormente que la reducción del aparato estatal, además, de transformar la modalidad de concebir las políticas sociales, también provocó una serie de cambios en áreas estratégicas para la población y que habían tratado de ser cubiertas por el Estado durante gran parte del siglo XX. Señalaremos de forma muy sintética en qué consistieron cada una de ellas.

165

Pilar Vergara. “Políticas hacia la extrema pobreza en Chile 1973-1988”. FLACSO, 1990. P. 21 Dagmar Raczynski. Focalización de Programas Sociales: Lecciones de la Experiencia Chilena. CIEPLAN. Descargado de: http://cieplan.cl/media/publicaciones/archivos/15/Capitulo_10.pdf 166

167

ODEPLAN fue creado durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva en 1967. Su fin era asesorar al presidente en materias de planificación ecónomico y sociales. Durante la Dictadura, estuvo dirigida por Roberto Kelly, quien nombró a Miguel Kast como subdirector entre 1973 y 1978, siendo su labor el diseño de políticas públicas que contribuyeran a dar una imagen más social al Régimen. Sobre este tema véase los trabajos de Miguel Gárate Chateau. La revolución capitalista de Chile. Ediciones Universidad Alberto Hurtado. 2012, pp.218-220 y de Carlos Huneeus. Tecnócratas y políticos en un Régimen Autoritario. Revista de Ciencia Política de la PUC, Vol. XIX, 1998 pp. 144-158, en http://www7.uc.cl/icp/revista/pdf/rev192/ar5.pdf 168

Según datos del Mapa de la Extrema Pobreza (1975), sólo en Santiago 182.493 niños entre los 6 y los 16 años eran pobres. De ellos un 53,1% asistía a clases y un 45,7% no. En Illanes, Ausente Señorita…, Op. Cit. 293. 169 169 Dagmar Raczynski. Focalización de Programas Sociales…Op.cit., p. 231. En : http://cieplan.cl/media/publicaciones/archivos/15/Capitulo_10.pdf

75

3.3. Las Modernizaciones Entre 1978 y 1979 se da impulso a las denominadas “Modernizaciones Sociales”, que corresponden a las mayores reformas en política social. Esto consistió principalmente en la privatización de los servicios básicos en el ámbito de la salud, la vivienda y la previsión social.

En el ámbito de la salud, se termina con el Servicio Nacional de Salud (SNS) y se pone en funcionamiento el Servicio Nacional de Servicios de Salud. “El antiguo régimen de financiamiento fue sustituido por un sistema de bonos, basados en la facturación de las atenciones prestadas (FAP)”170. Se establece un sistema diferenciado de salud, donde los consultorios y las postas comenzaron a ser administradas por los municipios. Los usarios de estos recintos y hospitales públicos fueron las personas de menos recursos, que cotizaban en FONASA (Fondo Nacional de Salud), cuyo aporte además, sostenía a los indigentes. Por otro lado,

se impulsó el sistema privado de salud, por medio de la

creación de las ISAPRES (Instituciones de Salud Previsional), cuyos cotizantes recibían mejores prestaciones. Este sistema se consolida en 1986, cuando se establece la Ley de Salud, que consistió en la entrega del servicio sanitario proporcional a la capacidad de pago del prestador.171

En cuanto al área de educación, se terminó con la libertad de expresión y el pluralismo ideológico172. Además se reformaron los planes de estudios, como por ejemplo en la asignatura de historia y geografía, otorgándole mayor énfasis al estudio de la geografía física, a las gestas militares, a los grandes personajes y a las efemérides173. Así

170

Op. Cit., p. 44. Véase Gárate, Op. Cit. pp. 270-274. Pilar Vergara, La política social y los programas de extrema pobreza del gobierno militar chileno. 1990, pp. 31- 33. En Papers, Revista Electrónica de Sociología, http://papers.uab.cat/article/view/v35-vergara/pdf-es. 172 Iván Núñez. Las transformaciones de la Educación bajo el Régimen Militar. Programa Iterdisciplinario de Investigaciones en Educación. PIIE. Vol. 1., 1984, p. 50. 173 Entre las acciones realizadas por el Régimen en materia de educación, también podemos mencionar; el fin del Consejo Nacional de Educación, las facilidades para la apertura instituciones educativas de carácter privado y una reducción considerable del gasto social en este ámbito. Entre, éste descendió de un 4,9% a un 2,5% del PIB. Véase, Jorge Inzunza, La construcción del derecho a la educación y la institucionalidad educativa en Chile. Programa EPE, FACSO, Universidad de Chile, 2009, p. 83. 171

76

el proyecto de sociedad obediente y disciplinada cobraba forma174.Sin embargo, la trasformación de mayor impacto fue el proceso de “municipalización”. Progresivamente las escuelas fiscales, pasaron a la administración de los municipios, en un intento de parte del gobierno de descentralizar, desburocratizar y lograr mayor eficiencia en la utilización de los recursos.175 El nuevo sistema funcionó por medio de la entrega de subvención a las escuelas municipales y particulares, estableciéndose un sistema de voucher por alumno que efectivamente asiste a clases, a diferencia del modelo anterior que entregaba subvenciones por alumnos matriculados. La educación básica fue la más beneficiada con la limitada entrega de recursos, lo cual es coherente con las preocupaciones

del

gobierno.

El gasto en educación ha sido fuertemente reorientado hacia la enseñanza básica. Esto ha mejorado en forma significativa el impacto redistributivo de dicho gasto. En efecto, la mayor parte de los niños que abandonan el sistema son aquellos padres cuentan con menos recursos. Por esta razón, mientras más se orienta el gasto hacia los niveles básicos, tanto más la población de bajos ingresos está siendo directamente beneficiada .176

En el ámbito del Trabajo se promulga en 1979 el Plan Laboral, que debilitó la posición de los sindicatos, desarticulando su campo de acción. Si bien, reestablece la negociación colectiva, en ésta no debía intervenir el gobierno ni como árbitro ni como mediador. Tampoco podían participar las federaciones y confederaciones. Se pueden formar más de un sindicato por empresa, atomizando el poder de negociación de los trabajadores. También se realizan otros ajustes a la legislación que van en directa relación al trabajo de menores de edad, pero que serán revisadas en el capítulo siguiente.177

En un área tan compleja como la vivienda, el Estado delega su rol de constructor de viviendas sociales al sector privado. Los órganos públicos deben atender las necesidades de aquellos hogares que no cuenta con los recursos necesarios para adquirir 174

María Angélica Illanes, Ausente Señorita…, Op. Cit., p.306. Iván Nuñez, Las transformaciones…, Op. Cit., p. 52. 176 Mensaje Presidencial, 11 de Septiembre de 1979 al 11 de Septiembre de 1980, p. 5. 177 Véase, Gárate, La revolución capitalista…Op. Cit., pp. 263-265. Viviana Bravo Vargas. Neoliberalismo, protesta popular y transición en Chile, 1973-1990. UNAM, México, 2012 en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422012000100005 175

77

una solución habitacional mínima. Se implementa el sistema de subsidios, dirigidos a los sectores más pobres, para que puedan comprar una vivienda. Esta política va acompañada a su vez de un Plan de Erradicación que despojó a muchos pobladores de su entorno y parte de su vida para enviarlos a sectores donde carecían de servicios e infraestructura básica, alejándolos además, de sus lugares de trabajos y de su comunidad.178 La última “gran reforma revolucionaria” fue la que se realizó al sistema previsional. Sustituyó el antiguo sistema de reparto tripartito, por otro de capitalización individual, administrados por empresas privadas. Así nacieron las hasta hoy conocidas y cuestionadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).179 Al respecto Gárate señala: La fortaleza del nuevo sistema radicaba en la competencia de mercado entre las distintas AFP para hacer rendir de mejor forma los fondos creados a partir de las cotizaciones obligatorias de los trabajadores (…) En definitiva, los creadores del sistema apostaron por crear una identificación de los asalariados con respecto al modelo de libre mercado a partir de la gestión de los fondos de pensiones.180

3.4. Políticas Sociales hacia la infancia en Dictadura

La política social durante la Dictadura se concentró en los hogares más pobres. Para el Régimen los niños menores de seis años eran el grupo objetivo por excelencia. Además de la lógica de la inversión en capital humano, nos atrevemos a decir, que la política social también tuvo como objetivo establecer vínculos más estrechos con los sectores más desfavorecidos, al mostrar así una cara más amable del gobierno. Debemos considerar que esta asistencia fue distribuida a través de los municipios, quienes a partir

178

Véase, Paula Barrientos Dinamarca. Políticas públicas y vivienda social en Chile. Desafíos de la Política habitacional urbana , orientada en torno a la vivienda. Tesis para optar al título de Administradora Pública y Licenciada en Gobierno y Gestión Pública. Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 2015.pp. 24-37. 179 Véase Gárate, La Revolución capitalista…, Op. Cit., pp. 266-270., Véase Vergara, Políticas hacia la extrema pobreza…, Op. Cit., p. 48. 180 Ibid., p.269.

78

de los ochenta se transformaron o quisieron transformarse en un puente entre el gobierno y la sociedad civil.181 En gran medida, las políticas sociales que beneficiaron a los menores en Dictadura, tuvieron como objetivo paliar las carencias de sus entornos familiares. Entre los más representativos podemos mencionar: a. El PNAC (Programa Nacional de Alimentación Complementaria): Corresponde a un Programa de larga data (1954) consistente en la distribución gratuita de alimentos como leche y mezclas proteicas. El objetivo fue “proteger a la mujer gestante, promover el crecimiento normal de la población preescolar y prevenir la desnutrición infantil”182. Este beneficio era distribuido por el Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS). Se financiaba con recursos del Ministerio de Salud.

Hasta 1974 eran beneficiarios los

menores 14 años. Posteriormente, el Programa sólo cubrió a los niños hasta seis años, embarazadas y nodrizas. Un estudio realizado por CIEPLAN de 1984183, señalaba que este Programa en conjunto con otras iniciativas como lo realizado por CONIN184 (Centros cerrados de Recuperación nutricional), que desde 1977, asistió a niños menores de 2 años que se encontraban en situación de desnutrición grave y el Programa de Control del niño con déficit Nutricional (Programa OFASA) que entregaba alimentos adicionales y educación nutricional a las familias lograron amortizar los efectos de la precaria situación vivida por muchas familias entre 1974 y 1982, como así también se continuaron disminuyendo las tasas de mortalidad infantil por desnutrición. b. Programas de Atención Preescolar: Otro foco importante en materia social es la preocupación demostrada hacia la educación inicial. En este ámbito se pueden reconocer tres programas para niños y niñas de seis años, de los sectores de extrema pobreza: El

181

Verónica Valdivia, Rolando Àlvarez y Karen Donoso. La Alcalización de la Política. Los municipios en la dictadura pinochetista. Editorial LOM, 2012. 182 Pilar Vergara. Políticas hacia la extrema pobreza...Op. cit., p. 95. 183 Alejandro Foxley, Dagmar Raczynski. “Grupos vulnerables en situaciones recesivas: El caso de los niños y jóvenes en Chile”. Colección CIEPLAN, Junio 1984, p. 123. 184 CONIN corresponde a la Corporación para la Nutrición Infantil. Esta institución fue creada en 1974 por el doctor Fernando Monckeberg, quien había sido muy crítico de la política nutricional del gobierno de la Unidad Popular. Véase Jorge Rojas, Historia de la Infancia…, Op. Cit., pp.685-686.

79

primero era de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI); el otro dependía directamente del MINEDUC y consistía en Educación Pre básica gratuita y el Programa de Centros Abiertos, llevado a cabo por el Fundación Nacional de Ayuda a la Comunidad (FUNDACO). La diferencia radicaba en que los Abiertos y los de la JUNJI entregaban alimentación y prestaciones de salud a los niños que más lo requerían, en cambio el programa del MINEDUC se enfocaba a la dimensión instructiva de los niños. Todos eran gratuitos. Pero en el caso de los Jardines JUNJI y Abiertos se debía acreditar una situación socioeconómica desmejorada185.

Si bien, aumentó considerablemente la cobertura de este tipo de educación, la falta de recursos fue un problema persistente. Por otra parte, la inasistencia y la deserción fueron fenómenos recurrentes. Entre las causas se reconocían las complicaciones de algunas madres que trabajaban para poder llevar a sus pequeños al jardín; el contagio de enfermedades como las broncopulmonares, las diarreas, la sarna y la pediculosis. También se presentaban condicionantes de tipo cultural como la resistencia de algunos jefes de familia a reconocer su incapacidad de alimentar adecuadamente a sus hijos debido a una larga cesantía. Finalmente, las erradicaciones contribuyeron a generar una sobredemanda en zonas que no estaban preparadas para recibir a nuevos niños o simplemente éstos no podían acceder a la educación preescolar por no existir centros en sus nuevos hogares.186 c. SUF (Subsidio Único Familiar): Hizo su aparición en 1981. En un principio se entregaba este beneficio a los padres que no tenían previsión y cuyos hijos fuesen menores de seis años. Posteriormente se hizo extensivo a las embarazadas y a los menores de 15 años. Para poder acceder a este beneficio era necesario participar de programas de atención materno-infantil del Ministerio de Salud y estar calificando entre los niveles 1,2 o 3 en la Ficha CAS.187

185

Vergara, Políticas hacia la extrema…,Op. Cit., pp. 125-150. Ibid., pp. 125-150. 187 La Ficha CAS, tiene su origen en el año 1979, cuando se crearon los Comité de Asistencia Social (CAS). Su función era la ejecución de los programas sociales del Estado en cada municipio. Los CAS señalaron la necesidad de tener un instrumento uniforme y que permitiera otorgar la asistencia de manera efectiva a los más pobres. El instrumento creado clasificaba a las familias en cinco niveles de pobreza. Véase Vergara..Las políticas...,Op. cit., p. 54. 186

80

Cuadro 8: Programa

SUF: Subsidios pagados, monto unitario mensual y costo anual del 1981-1988

AÑO

SUBSIDIOS

MONTO

UNITARIO

PAGADOS

MENSUAL ($1985)

(MENSUAL)

COSTO

ANUAL

(MILLONES DE PESOS DE 1985)

1981

-

818

50

1982

268.478

802

2.401

1983

623.755

646

4.582

1984

790.323

634

6.595

1985

1.040.900

600

8.139

1986

1.055.383

502

6.400

1987

1.024.624

419

s/i

1988

859.951

419

s/i

Fuente: Servicio de Seguro Social y Superintendencia de Seguridad Social, Seguridad Social. En Pilar Vergara. Políticas hacia la extrema pobreza en Chile. 1973-1988.FLACSO. pp. 70.

Se puede apreciar, que pese a que aumentó la cobertura del subsidio, este monto disminuyó en la medida que avanzan los años. Esto si bien, fue considerado como un paliativo para la alicaída economía familiar no debió haber impactado de modo determinante en ésta, sobre todo si se considera el aumento del costo de la vida durante este periodo, principalmente tras las crisis de 1982. Cuadro 9:

Alzas del año entre Diciembre de 1983 y Octubre de 1984, en pesos.

PRODUCTO

DICIEMBRE

1983

OCTUBRE 1984 ($)

VARIACIÓN %

($) Pan corriente

50,4

65,8

30,6%

Kilo de tallarines

58,8

74,8

27,2%

Kilo de pollo

137,6

191,4

45,4%

Kilo de lomo

355,4

550,5

54,9%

Litro de leche

34,6

41,2

19,1%

Kilo de mantequilla

359,7

503,5

40,0%

Kilo de azúcar

46,4

58,0

25,0%

Kilo de té

262,9

438,9

66,9%

63,7

81,1

27,3%

Kilo de harina

Fuente: Revista Hoy, Semana del 12 al 18 de Noviembre de 1984. p. 23. Los datos presentados son los oficiales del INE.

81

Podemos observar un incremento en el precio de los alimentos considerados básicos en una canasta familiar de la época, con variaciones muy dispares por las diferencias que se presentan entre un año y otro. Las carnes, por ejemplo, terminaron siendo un anhelo para muchas familias de los sectores populares, debido a su alto encarecimiento.

De acuerdo a los datos recogidos y a diversos estudios, la política social dirigida a menores de edad se focalizó en los menores de seis años. Esto porque en un contexto de extrema pobreza son los afectados más rápidos de identificar. En cuanto a los niños entre 6 y 14 años, no hubo un programa específico. El gobierno canalizó sus esfuerzos en la promoción y aumento de la cobertura de educación básica.

3.4.1 El Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF

Señalábamos anteriormente que las políticas sociales hacia la infancia implementadas en Dictadura, buscaban asistir más bien a la familia que a los niños propiamente. Sin embargo, es un hecho poco conocido, que la Junta Militar y principalmente Augusto Pinochet desearon generar una Política hacia la Infancia, que abarcara los distintos ámbitos donde se desenvolvían los menores de edad. Debemos remontarnos a 1974, cuando por medio del Decreto Supremo Nº 1103 del Ministerio del Interior, se creó el Consejo de Ministros para el Desarrollo Social188. En una primera etapa, este Consejo estuvo integrado por todos los ministros cuyas carteras mantuviesen alguna relación con el desarrollo social. Fue presidido por el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. Las labores que debía cumplir este organismo fueron: aprobación de presupuestos anuales de las carteras vinculadas al quehacer y/o desarrollo social; coordinación de proyectos en pos del desarrollo social y la evaluación de las acciones llevadas a cabo por el Estado en materia social.189 Augusto Pinochet, mandató al Consejo de Ministros dar prioridad a los menores de edad por ser el sector más desfavorecido de la población y a la vez el más estratégico. 188

Iván Lavados. Evolución de las Políticas Sociales en Chile. 1960-1980. Estudios ILPES-UNICEF sobre Políticas Sociales. Santiago, 1983. p. 67. 189 Ibid., p. 67.

82

De esta manera, el Consejo de Ministros solicita a la Comisión Nacional Científica y Tecnológica (CONICYT)190 que levante un diagnóstico de la situación de la infancia o “minoridad” (como se refieren en los documentos). Esta tarea sería realizada en conjunto con UNICEF. De esta forma se dio inicio a un Programa de seis años cuyo fin fue dinamizar y orientar la acción de organismos públicos y privados hacia la definición de medidas concretas de protección y desarrollo de la infancia y la juventud chilenas que serían implementadas con recursos nacionales e internacionales de diversas fuentes, tanto bilaterales como multilaterales, siendo UNICEF una de estas últimas. Este programa fue puesto en marcha el 6 de junio de 1974191 El interés por lleva a cabo un estudio acabado sobre la realidad de la infancia en nuestro país, guarda relación con el hecho de que un alto porcentaje de la población en la década de los setentas era menor de 20 años (49,9%)192. Se consideraba que la inversión en esta manera tanto del Estado como del sector privado no había sido suficiente. Además, se creía que los problemas que afectaban a los menores guardaban estrecha relación con la descoordinación entre las distintas entidades que se vinculaban a los niños.

El programa se propuso una serie de objetivos parciales, progresivamente complementados y dimensionados en el tiempo, dirigidos a desencadenar una dinámica permanente, integral y sistemática de protección y desarrollo de los niños, adolescentes y jóvenes de Chile, estrechamente ligado al proceso de desarrollo general del país.193

Este programa recibió apoyo internacional de organizaciones como OIT, UNESCO, FAO, entre otros194. Además, para su desarrollo se establecieron tres etapas:

190

Los coordinadores de las investigaciones fueron Sergio Parr, Oriana Zanzi, Antonio Cruz, Martín Correa, Gonzalo Vega. El Presidente de CONICYT del periodo que hacemos referencia era el General de División (R) Manuel Pinochet y el Director Ejecutivo, Francisco Rudloff. Ver Recursos Externos para el Desarrollo Integral del Menor. Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF, 1975. 191 Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF, 1ero de Julio de 1975. Pp.6 - 7. 192 Ibid., p. 2. 193 Ministerio de Justicia. Plan Nacional de Menores 1978-1982. Santiago, Marzo 1978. 194 El Programa, también recibió apoyo de: la División de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNSDD), Oficina Sanitaria Panamericana, Fondo de las Naciones Unidas para Actividades de la Población (UNFPA).

83



1974-1975: Etapa de diagnóstico multisectorial.



1975-1976: Profundización de investigaciones relativas a las problemáticas detectadas.



1977-1980: Etapa donde se implementaría la Política Nacional de Infancia y Juventud.

 Uno de los diagnósticos realizados, señalaba que las acciones estatales en torno a la infancia se habían destacado por ser dispersas y descoordinadas. Sobre las razones de esta situación, se indica: La explicación de esta situación se encuentra en una de las características mismas del sistema de planificación que ha existido en el país. Si bien diferentes gobiernos han elaborado planes y programas globales y sectoriales, en campos económicos y sociales estos planes nunca han considerado al menor como una variable válida de planificación.195

El documento agrega que esta dispersión de acciones se había provocado por la inexistencia de un plan integral, lo que había llevado a su vez la pérdida de recursos valiosos, además, de no llegar al grupo de niños que más lo necesita. Como se puede apreciar, ya se está hablando desde la lógica de la política focalizada. La situación de la infancia se ve agravada por estas y otras características referentes al uso de recursos y por la actual realidad del país que por razones internas y del comercio internacional (importación de alimentos, alzas en el precio del petróleo, baja del precio del cobre) han obligado a reducir drásticamente el gasto y la inversión en el sector público afectando a todas las actividades sociales y económicas.196

Una política nacional de infancia, permitiría poder destinar los recursos a los “menores prioritarios”, coordinando acciones, además de estimular al sector privado para trabajar en conjunto con el Estado como ente colaborador. Los objetivos de este programa fueron: 

Evaluación del Conjunto de la situación de la Infancia y la juventud en Chile.



Establecimiento de un consenso sobre los objetivos generales y sobre una política nacional a favor de la infancia y la juventud.

195

Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF, 1ero de Julio de 1975. P. 3. Ibid., p. 4.

196

84



Generación de un polo de coordinación del desarrollo de los sectores y políticas que tengan relación con la infancia y la juventud.



Mejoramiento, ampliación y coordinación de los servicios en los principales sectores.



Coordinación de los programas que en beneficio de la infancia y la juventud tengan en el país organismos internacionales y las agencias de colaboración multilateral.



Movilización de los diferentes sectores a favor de la infancia.



Formular una política a favor de la infancia y la juventud197. El Programa no se limitó a investigar la situación de los niños en situación irregular

y los diagnósticos elaborados fueron en áreas como Educación, Trabajo, Justicia, Salud, Movilización Social, Deporte y Recreación, Medios de comunicación social.198 El levantamiento de información

intersectorial arrojó los siguientes datos en

materia de infancia:

En el sector educación, se señaló que el 50% de los niños que ingresaban a educación básica desertaban.

El Ministerio de Salud, por su parte informó que en 1970 entre el 15,4% y el 20,6% de los niños que asistieron a los consultorios presentaban algún nivel de desnutrición, lo cual al retardar su desarrollo físico y psicológico iba en desmedro del rendimiento escolar. También sostenía que aún eran altas las tasas de mortalidad infantil.

El Ministerio de Justicia informaba que existían 600.000 niños en situación irregular. Es decir, “cuyos ambientes de socialización presentan alteraciones en las condiciones económico-sociales, culturales, psíquicas y físicas”.199 Además, sostenía que en sus distintos servicios Policía de Menores y Departamento de Menores en servicio de prisiones, atendían diariamente a 28.794 niños y jóvenes. La falta de recursos,

197

Ibid., p. 5 Ibid., p. 15. 199 Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF. Santiago, Julio de 1975. 198

85

coordinación y poca capacidad de gestión de CONAME fueron claves para que una de las recomendaciones fuera la creación del Estatuto del Menor que derivó en el Plan Nacional de Menores que dio origen a una nueva institucionalidad en relación a la infancia200.

La segunda parte del Programa, que consistió en realizar estudios más profundos en aquellas áreas que se encontraban más débiles para el diseño de programas focalizados. Fueron 19 los estudios que buscaron cubrir una serie de temas tales como; educación especial, salud mental, aspectos nutricionales, deportes y recreación, orientación familiar, entre otros. Los estudios, formulación de proyectos y otros, estuvieron a cargo de CONICYT que funcionaba como Secretaría de Coordinación y otras entidades tales como la Universidad Católica, Universidad de Chile, INACAP, el Instituto Laboral y el SNS.

En cuanto a la dimensión laboral de los menores el Programa junto con INACAP realizó un catastro de las instituciones que otorgaban capacitación. Además, se investigó sobre la situación laboral de los niños en el ámbito rural y la pequeña empresa. En el próximo capítulo ahondaremos en este tema.

La Universidad Católica quedó encargada de realizar un estudio en torno a la situación de irregularidad de los menores y de la rehabilitación de aquellos que habían estado involucrados en causas penales, alcoholismo o drogadicción. A su vez, la Universidad de Chile, desarrollo una investigación en torno a la situación jurídica de los menores.

Cabe detenerse en intentar comprender la lógica que existe detrás de este ambicioso proyecto, como fue el Programa de Desarrollo Integral de Menores, la imagen que se tiene sobre los niños y jóvenes. Al respecto, el Documento elaborado por Antonio Cruz Pacheco, nos entrega luces al respecto.

200

Como parte de este Plan Nacional de Menores y en el contexto del Año Internacional del Niño, se reemplaza a CONAME y la Fundación Niño Chileno, por una nueva institución denominada Servicio Nacional de Menores, mediante el Decreto Ley 2.465, del 10 de Enero de 1979.

86

Los recursos humanos dependen en gran medida del tratamiento que le demos a la infancia. Con relación al ser humano, si se nos permite la expresión, constituyen la materia prima y el producto final, dependiendo este último del modo como haya sido tratado. La iniciativa y el dinamismo (…) dependen en gran medida de la educación y la formación que se le haya dado a los niños y jóvenes, pues los niños y jóvenes de hoy son los organizadores del mañana (…) Los niños de hoy, no sólo son los productores del mañana, sino también los directores de empresa, los consumidores e incluso, los planificadores del futuro. En consecuencia, no es sólo la educación y la enseñanza profesional lo que hay que dinamizar en función de los empleos (…) sino que también es necesario fundar sobre el potencial que representan esos niños las eventuales inversiones dentro del Plan a largo plazo. 201.

Los niños son vistos como un engranaje fundamental en el desarrollo de la nación. Para ser justos, no muy distinto de la visión que se tenía en la década de los cuarenta cuando apreciamos un fuerte énfasis en la educación de éstos. No obstante, a nuestros ojos, lo que cambia es que además, se ve en ellos la cualidad de consumidores de un país que se abre nuevamente al mundo en búsqueda de nuevas inversiones. Concretamente es a partir de este Programa que finaliza en 1980, que se establecen una serie de acciones por parte del gobierno, como continuar con el PNAC o aumentar la cobertura en educación básica e incluso el adoctrinamiento que instituciones como la Secretaría Nacional de la Juventud y la Secretaría Nacional de la Mujer estableció en escuelas y diferentes instancias. Sin embargo, además, esto derivó en la creación de una nueva institucionalidad de protección a la infancia, que se llevó a cabo, a través del Plan Nacional de Menores, el cual revisaremos a continuación. 3.4.2. Plan Nacional de Menores 1978-1982 El 31 de Marzo de 1978 se dictó el Decreto N° 405, correspondiente al Plan Nacional de Menores, que fue preparado por el Ministerio de Justicia y el Comité Asesor de la Junta de Gobierno. Este nace a partir del diagnóstico realizado por el Programa de Desarrollo Integral de Menores en el ámbito de la Justicia y la Minoridad Irregular.

201

Antonio Cruz Pacheco. La infancia y la Juventud en la Planificación del Desarrollo Nacional. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF, Pp.14-15.

87

El documento denominado Objetivo Nacional del Gobierno de Chile ha considerado especialmente al sector más desprotegido de la infancia y la juventud, estableciéndose que debe propenderse a perfeccionar la legislación y el tratamiento de los menores en situación irregular y adoptar una efectiva política de prevención de este problema que proporcione una protección integral a los menores202

En este Plan se reconocían diversos factores que provocaran que un niño, niña o adolescente se encontrara tipificado como menor irregular. Estos eran:  Factores Orgánicos: En este grupo se reconocía a los niños que presentaban problemáticas cognitivas, o también discapacidades de tipo auditivo, visual, etc.  Factores sociogénicos: En este grupo se clasificaban los hijos de familias de escasos recursos, abandonados, huérfanos, hijos de reos, prostitutas o enfermos crónicos. También aquellos niños que estaban expuestos a la corrupción o explotación mediante la realización de trabajos prematuros. Finalmente se agregaban los repitentes, no matriculados, etc.  Factores bio-psicológicos: En esta clasificación se pueden reconocer dos subgrupos: a. Menores que presentaban alteraciones en su comportamiento como: ausentismo escolar, vagancia, mendicidad, ingestión ocasional de estupefacientes, precocidad sexual, desajuste social y abandono del hogar. b. Menores que presentaban conductas antisociales, tales como: homosexualismo, violación, prostitución, zoofilia, exhibiciones, homicidios, intentos suicidas, ladrones, etc.

Las acciones hacia la irregularidad social tendrían un énfasis en lo preventivo, lo proteccional y lo asistencial. En el ámbito de lo preventivo, se confiaba en el trabajo realizado por los CAD203, los centros abiertos y los Clubes de Menores, dependientes de carabineros. En el ámbito de lo proteccional los niños eran derivados a la Casa de Menores, para identificar su nivel de irregularidad y de ahí determinar su futuro.

202

Ministerio de Justicia. Plan Nacional de Menores 1978-1982. Santiago, Marzo 1978, p. 3. La sigla CAD, corresponde a Centros de Atención Diurna. Estos centros estuvieron a cargo de la Secretaría Nacional de la Mujer. 203

88

En el campo de la prevención se busca desarrollar acciones encaminadas a evitar que se produzca el riesgo de la irregularidad en los menores. Esto en principio importará una tarea que abarcará a todos los menores de 21 años existentes en el país; esto es, aproximadamente 5.500.000 menores representativos del 50% de la población del país, de acuerdo con las proyecciones que arrojan los censos poblacionales.204

Llama la atención que de acuerdo a la clasificación realizada casi todos los niños se encontrarían en una situación de irregularidad, considerando el impacto que tuvo en la familia popular y de clase media, las transformaciones en el ámbito económico y social implementadas por el Régimen. La precarización de la economía familiar y el debilitamiento de los vínculos comunitarios generaron a la postre más vulnerabilidad y situaciones de riesgo en los menores de edad. Por otra parte, no debemos olvidar que la lógica de las autoridades y miembros del gobierno

apuntaba a responsabilizar

primeramente a la familia como garante de la situación de los menores, sin considerar los diversos factores que influyen al momento de que un niño se encuentre en una situación de desmedro físico, psicológico y social. Sin embargo, hubo un reconocimiento acerca de esto en la siguiente cita:

Asimismo en la solución de este problema, parece indudable que es necesario considerar aspectos nacionales tales como vivienda, salud, educación, desarrollo y conformación de los grupos familiares etc. Materias que requieren un estudio conjunto y coordinado que conduzca a la aplicación de sistemas científico-técnicos convenientes para atacar los problemas que presenta la atención de los menores en situación irregular dado que dichos aspectos configuran factores predisponentes a determinantes de las situaciones de irregularidad.205

El Plan de Nacional Menores, fue difundido para crear una actitud favorable y conductas consecuentes en la opinión pública en general y en la comunidad e instituciones participantes206. Esto se llevó a cabo por medio de información y medios de comunicación escrita y televisión, folletos informativos y reuniones hacia las autoridades locales. Este Plan, a su vez, estuvo conformado por una serie programas que buscaban hacer más eficiente la nueva institucionalidad. Pasamos a destacar los siguientes:

204

Ministerio de Justicia. Plan Nacional…Op. cit.,p. 23. Ibid. , p. 22. 206 Ibid., p. 56. 205

89



Programa de Creación y equipamiento de los nuevos centros de asistencia y protección de menores.



Programa de prestaciones de servicios a centros de asistencia y protección a menores en situación irregular.



Programa de Perfeccionamiento y capacitación para personal de las instituciones de asistencia y protección a menores en situación irregular.



Programas de Desarrollo de Centros de Atención Diurna.



Programa Nacional de Adopción de Menores.



Programa de Colocación Familiar.



Programa de Ayuda y educación intrafamiliar.

Entre las acciones de estos programas, podemos señalar la ayuda de índole económica que se les entregaba a algunas familias. Con el fin de que los niños no quedasen solos, cuando los padres trabajasen se crean más Centros de Atención de Diurna207. Además, para evitar la vagancia de los niños, se continúa con Clubes de Menores, que los habían de dos tipos: los poblacionales, donde se entregaba alimento y se ejecutaban algunas actividades para los niños y los laborales, donde desarrollaban actividades remuneradas.208

El Plan Nacional de Menores, se transformó en un hito del Régimen, digno de transmitir durante el Año Internacional del Niño, que se celebró en 1979. Con el desarrollo de este Plan el gobierno se legitimaba ante un organismo internacional como UNICEF, quien había sugerido a los gobiernos en 1976 llevar a cabo instancias que colaboraran a promover el bienestar de los niños y la generación de conciencia de que las políticas hacia la infancia iban en directo beneficio al desarrollo del país209. Sobre este tema, una publicación oficial del Gobierno señala:

207

Los CAD debían entregar alimentación, apoyo escolar y atención a la familia. Atendían a los menores que presentasen: Cesantía del jefe de familia; ausencia de la madre o el padre durante el día, hijos de madres solteras; niños que viviesen con personas incapacitadas físicamente y los menores de siete años que no fueran matriculados en algún centro educacional. Ver en Osvaldo Torres. El Niño abandonado en Chile. La Herencia del Régimen Militar. Defensa de los Niños Internacional, Santiago, 1986. Pp. 46-47. 208 Ministerio de Justicia. Plan Nacional…Op.. cit. pp. 13-14-15. 209 Entre las actividades desarrolladas en el Año Internacional del Niño, se pueden mencionar concursos de pintura, de fotografía y literarios. Como reacción organismos de DD.HH. aprovecharon de denunciar la situación de vulnerabilidad que padecían muchos niños a raíz del exilio o la persecución política, creando el

90

El gobierno actual, demuestra no sólo en palabras, sino también en los hechos (…) su profunda preocupación por la niñez y la juventud chilenas (…) Basta consignar que atentos al llamado de UNICEF para la celebración del Año Internacional del Niño, el Ejecutivo designó –como ya hemos dicho- una Comisión Nacional, a la que se le dio tanta importancia que su presidencia fue confiada nada menos que a la Primera Dama de la Nación.210

Este Plan Nacional de Menores 1978-1982, buscó establecer los lineamientos de la nueva institucionalidad proteccional y asistencial de menores, a través de un enfoque más eficiente y de mayor coordinación, ya que se consideraba que la institucionalidad creada en

1967 (CONAME) adolecía de las virtudes anteriormente señaladas. Al

respecto, pasaremos a exponer los principales aspectos en torno a la creación de esta institución.

3.4.3 El Servicio Nacional de Menores (SENAME)

El Servicio Nacional de Menores, se crea por medio del Decreto Ley 2.465. Al respecto, señala Augusto Pinochet: La nueva entidad, sucesora del Consejo Nacional de Menores, tendrá facultades operativas que le permitirán administrar directamente Casas de Menores (establecimientos de observación, tránsito y diagnóstico) y Centros de Rehabilitación para menores con problemas conductuales o en conflicto con la justicia. Podrá también administrar en forma compartida con otras instituciones colaboradoras públicas o privadas..211

En una primera etapa, SENAME tuvo a su cargo centros de atención de menores, además, entregaba orientaciones a las instituciones privadas. No muy distinto, a nuestro parecer de lo que hacía CONAME. Según su Reglamento SENAME prestaría asistencia y protección a: 

Aquellos que no tengan persona natural alguna a quien exigir la obligación de tuición.

Comité No Gubernamental Pro Año Internacional del Niño. Ver, Jorge Rojas. Historia de la Infancia…,Op. cit. pp. 695-705. 210 Revista CORDAM, N° 6, 1978. pp. 24-25. 211 Mensaje Presidencial, 11 de Septiembre de 1979,

91



Aquellos que hayan sido abandonados por sus padres.



Aquellos cuyos tutores no puedan atenderlos212. Por otro lado, son considerados, como “menores irregulares”, todos los casos mencionados en el Plan Nacional de Menores.

Sin embargo, en 1980, por medio del Decreto con Fuerza de Ley 1385, se establece un sistema de subvenciones, basándose en la atención “niño-día”. La participación de los privados fue extremadamente relevante213. En la estructura de atención de SENAME podemos identificar nuevamente el retroceso del Estado en materia social, buscando la eficiencia de los recursos económicos y administrativos214. Para un mejor funcionamiento, SENAME formuló un Programa de Capacitación, para los funcionarios de instituciones colaboradoras como de sus establecimientos dependientes. Los objetivos del programa se apuntaron a: 

Capacitar al personal directivo, profesional y técnico asistencial en principios y técnicas que estimularan el desarrollo integral infanto-juvenil.



Propender a la unificación de criterios de procedimientos en la atención y tratamientos otorgados a menores.



Propender cambios en la actitud en el personal para un adecuado ejercicio del rol asistencial.



Posibilitar la racionalización y optimización en la utilización de los recursos humanos y materiales.



Complementar aspectos deficitarios en la formación de personal calificado.215 En 1980, SENAME percibió aportes importantes a través de dos vías. Uno de ellos

fue el Presupuesto fiscal que correspondió a un 2,7% y cuyos recursos fueron utilizados en creación y ampliación de hogares a partir de las necesidades regionales. El otro 212

Miguel Cillero… Op. Cit. p., 114. Ibid., p. 115. 214 Los hogares que recibieron subvención del Estado fueron: Fundación Jaraquemada; Fundación Mi casa, Fundación Niño y Patria, Corporación de Ayuda al menor, Corporación de Desarrollo Social de Pudahuel y Congregación del Buen Pastor. Ver en Osvaldo Torres. El Niño abandonado en Chile. La Herencia del Régimen Militar…Op. Cit., 30-31. 215 Informe de evaluación del Plan Nacional de Menores 1978-1982. SENAME, 1982. p. 12. 213

92

correspondió al Fondo Social, otorgado por el Consejo Social de Ministros, quien ese año otorgó un monto de $422.746.009, que se destinaron a216: 

Mejoramiento de la situación a instituciones que atendían menores en situación irregular.



Reparación de Hogares dependientes del SENAME, que se encontraban en proceso de traspaso al sector privado.



Reparaciones de Hogares SENAME y que no se encontraban en proceso de traspaso. (Estos correspondían al 0,3% del total de hogares).217 De acuerdo a la información presentada por un informe oficial, tanto los centros de

protección, de prevención y de Rehabilitación Observación y Diagnóstico218 presentaron un aumento considerable en el periodo 1979-1982.

En éste último caso, la razón

esgrimida a nivel oficial fue que la administración de estos centros pasaron a privados.219 Jorge Rojas, sostiene que la implementación del nuevo sistema fue agresiva, traspasándose aquellos establecimientos de la Fundación Niño Chileno y Gendarmería. Hubo centros atendidos por la Secretaría Nacional de la Mujer y el Ministerio de Educación. El traspaso de los hogares que aún estaban en manos del Estado se llevó a cabo entre 1980-1981. Si bien, al comienzo, SENAME contó con importantes aportes, la crisis económica de 1982 generó una disminución de los recursos. No se sumaron nuevas instituciones colaboradoras, porque no era atractivo. Esto a su vez, provocó el colapso del sistema220. Esta situación se ve agudizada por el entorno político-social en que se desarrolla: ausencia de democracia, cierta dosis de violencia política y escasa conciencia y vigencia de los derechos humanos, especialmente de los niños. Finalmente, toda esta situación se agravó con la llamada crisis del endeudamiento que se enfrentó en esta área, con la disminución de los aportes del Estado a las políticas en favor de la infancia.221.

216

Ibid., p. 25. Ibid., pp. 25-26. 218 Los centros de Rehabilitación, Observación y Diagnóstico o COD son los lugares donde se acogen a adolescentes mayores de 14 años y menores de 18, de ambos sexos, que hubiesen cometido delitos o crímenes, quedando privados de su libertad. 219 Ibid., p. 31. 220 Jorge Rojas, Historia de la Infancia…,Op. Cit. p.709. 221 Cillero. Op. Cit. p. 116. 217

93

Un dato interesante y que grafica la vulnerabilidad de los menores cuyas edades fluctuaban entre 6 y 17 es que correspondían a casi el 90% de menores atendidos en el sistema de protección simple de SENAME.222 Pero, ¿qué pensaban, los niños y jóvenes que asistían o vivían en centros dependientes de SENAME? De acuerdo a un estudio realizado en 1985, por Jorge Álvarez se puede apreciar la percepción que tenían ellos. Quejas de malos tratos, falta de recursos, violaciones, al parecer eran situaciones sistemáticas. Allá el frío es terrible (…) en invierno nos pasaban dos frazadas para cada uno (…) Además la ropa era re mala, los cabros andaban todos rotos, todos cochinos… y los útiles de aseo…pa´pedir shampoo había que arrodillarse poco menos… Allá problemas sexuales hay muchos, porque hay cabros que se aprovechan de los más chicos, los pescan con cigarros, porque ahí el vicio del cigarro es fuerte… (Francisco)223

Es posible señalar que SENAME comenzó con el ímpetu propio de la idea de modernización y eficiencia del Régimen Militar. Sin embargo, a los pocos años presentó falencias, agotamiento y descoordinación debido a la disminución de recursos que fue desproporcional al aumento de menores edad en situación de extrema vulnerabilidad, necesitados de protección y rehabilitación.224 La evaluación al interior del propio sistema no fue muy alentadora. Fugas masivas de los centros y un aumento sostenido de los jóvenes en las cárceles entre 1985-1988, alcanzando un 20,2%225La cobertura pasó de 32 mil menores en 1979 a 48 mil en 1989,226 lo cual otorga indicios sobre

el agotamiento del organismo a pocos años de su

implementación y el aumento de problemáticas a nivel infanto-juvenil durante la década de los ochenta.

222

Mireya Leiva. Estudio del Sistema de Protección Simple. Sub departamento de Estudios y normas. SENAME. Diciembre de 1985. P. 13. Conviene explicar que el Sistema de Protección Simple acogía a los niños que carecían de tuición o bien sus tutores eran capaces de protegerlos. 223 Jorge Álvarez. Percepción que tienen los jóvenes en situación irregular de la atención que brindan los centros asistenciales. Estudio de casos. SENAME, Santiago, 1985. pp. 5 y 7. 224

En relación al aumento de la menores ingresados en Gendarmería, véase el trabajo de Foxley y

Raczinsky. Grupos vulnerables en situaciones recesivas. CIEPLAN, 1984, p. 128. 225 226

Evaluación del Programa de Atención a Menores en Situación Irregular 1980-1990. SENAME, p. 28. Jorge Roja, Historia de la Infancia…, Op. Cit. p. 709.

94

Sin embargo, consideramos que el Programa de Desarrollo Integral de Menores fue una buena estrategia para tomar una fotografía certera de la situación de extrema pobreza y vulnerabilidad que vivieron muchos niños en nuestro país durante la época. Creemos que el gran problema fue el enfoque con el que se llevaron los cursos de acción del Estado hacia la infancia.En primer lugar,

la idea de subsidariedad y de extrema

focalización, dejó a la población comprendida entre los 6 y 17 años en una situación desprotegida, porque políticas como el PNAC, sólo cubrieron a las madres y a los niños menores de 6 años; porque el foco en educación estuvo puesto en la educación básica, dejando fuera de la educación secundaria y superior a un alto contingente de jóvenes, lo que constituyó un retroceso de lo que se venía gestando en los gobiernos de Frei y Salvador Allende. Por otro lado, medidas como una asignación de subsidio a aquellos hogares más pobres, no solucionaba el problema de fondo, la pobreza ahondada por la cesantía de los jefes de familia. En resumen, el Régimen Dictatorial criticó que otros gobiernos no fuesen capaces de realizar una Política coordinada e integrada hacia la infancia, sin embargo, sus propias acciones tuvieron un alcance limitado.

3.5. La vulnerabilidad de la familia popular Es un hecho que tras el establecimiento de la Dictadura Militar, el gasto fiscal se redujo considerablemente y las modernizaciones impactaron fuertemente a los sectores populares. A esto, debemos sumarle el shock de 1976 y la gran crisis de 1982, que incrementó la cesantía en un 30%227. Entre 1970 y 1980 el número de familias en situación de pobreza aumentó de un 28% a un 44%.228 Al respecto, una publicación de 1978 señala: En los últimos meses se ha hecho notorio un indiscriminado aumento de quiebras y despidos en los diversos sectores del quehacer nacional (…) Ya en el año 1975 una carta dirigida al Ministro de Economía los trabajadores señalaban: Preocupa y alarma a los trabajadores que los efectos de las crisis sólo se sientan y los sufran las familias de menos ingresos, creándose una situación social de gravísimas consecuencias para la estabilidad familiar ya que se observa un aumento de los índices de desnutrición, la mortalidad infantil, el alcoholismo y la prostitución 229 227

Sofía Correa, Alfredo Jocelyn-Holt , Claudio Rolle, Consuelo Figueroa y Manuel Vicuña. Historia del Siglo XX chileno. Editorial Sudamericana, 2001. P. 292. 228 Ibid., p. 294. 229 Revista Solidaridad, Primera Quincena de Febrero de 1978, pág. 10.

95

Mientras esto ocurría el gobierno festejaba los logros de su política económica. Efectivamente se redujo la inflación. Las tasas de crecimiento del PIB se mantuvieron al alza230. Además se triplicaron las exportaciones y llegaron capitales extranjeros. Chile se modernizó en sus pautas de consumo con la llegada de productos importados y muchas personas lograron adquirir bienes como televisores, equipos de música, etc. El milagro chileno cobraba forma para algunos. Sin embargo, voces disidentes se manifestaban: Yo creo que difícilmente en Chile ha habido, anteriormente una distancia tan gran grande entre lo que se dice a nivel oficial respecto de la situación y la realidad económica misma (…) En Chile se puede establecer que los sueldos y salarios el año 79 están por debajo en alrededor de un 20% al que tenían en el año 70. Los sueldos y pensiones medias habrían caído en aproximadamente un 25% reales entre 1970 y 1978 (…) se puede afirmar que en siete años de aplicación de esta política económica, las grandes mayorías, la gente común han visto su situación fuertemente deteriorada.231

Pero un fuerte remezón haría despertar a las autoridades, a los especuladores y a la población en general. En 1982, el milagro se transformó en colapso, llegando a ser la segunda gran crisis económica del siglo XX. La industria y la construcción presentaron tasas de crecimiento negativo de -21,1% y de -23,4%. El PGB cayó en un 12,8%.232 Pese a que el gobierno presentaba cifras de desempleo menor, por excluir a las personas que realizaban labores en los Programas PEM y POJH233, la cesantía real alcanzó en 1983 al 30% de la fuerza de trabajo. La inflación llegó a 20% durante dos años consecutivos. El gasto fiscal se contrajo aún más.

La explicación de este macabro escenario respondió a diversas variables. Por un lado, las

internas como falta de control del mercado financiero, liberalización de las

cuentas de capitales, errores al no medir la velocidad con la cual se realizaron las 230

Luego del desplome del PIB en un 13,3% en 1975, este comienza a dar señales de recuperación de un 3,2% en 1976, de un 8,3% en 1977, de un 7,8% en 1978, de un 7,1 en 1979 y 7,7% en 1980. Ver en Historia del Siglo XX Chileno, Op. cit.,p. 293. 231 Solidaridad, Primera Quincena de Agosto de 1980, págs. 32-33. 232 Patricio Meller, Op. Cit. p. 216. 233 Los trabajadores de estos programas recibían en promedio al mes entre US$25 a US$45 (entre $40.000 a $73.000 de la actualidad) lo que no alcanzaba para satisfacer las necesidades de una familia. Ver, Constable, Valenzuela, Una Nación de enemigos…Op. cit. p. 227.

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reformas de liberalización que respondían a un excesivo dogmatismo de las autoridades. En cuanto a las externas, la disminución234 de crédito por parte de entidades financieras extranjeras y el aumento de la tasa de interés internacional profundizaron más la crisis. Sin embargo, para el gobierno era difícil reconocer su responsabilidad:

Variables económicas externas que escapan a nuestro control, limitaron gravemente en este último año nuestro desarrollo económico, generando una serie de dificultades que han afectado seriamente los esfuerzos y esperanzas de muchos. (…) A consecuencia de esta crisis mundial, el país durante los últimos meses, ha enfrentado una difícil situación económica. Aunque la inflación en este periodo ha sido una de las más bajas de nuestra historia, se ha producido una caída apreciable en la actividad económica, provocando un considerable aumento del desempleo235

Efectivamente, como hemos podido apreciar las tasas de desempleo se elevaron y con ello, el hambre, la desesperanza, la incertidumbre, la crisis familiar. Según los datos entregados por organizaciones de base de la Iglesia Católica, en la población Lo Hermida, el desempleo alcanzaba un 60%. En las parroquias de Pudahuel, el sondeo bordeaba el 28%. Para poder subsistir, las familias acudían a diversas estrategias.

Comen porotos, tallarines y de vez en cuando logran hacer un puchero. En el sector René Schneider de la población Lo Hermida, el Comité de Cesantes reparte diariamente 340 raciones de almuerzo y once. Rosa Contreras, una pobladora, se lleva siete pociones: para ella y sus seis hijos. No tiene trabajo.236

Muchas familias sentían vergüenza por tener que acudir a las ollas comunes. Otros simplemente eran presa del medio, producto de la violencia política a la que eran sometidos sistemáticamente:

234

Al respecto ver los trabajos de Ricardo Ffrench-Davis, Entre el Neoliberalismo y el Crecimiento con equidad, tres décadas de política económica en Chile. Editorial Dolmen, 1999.; Reformas, crecimiento y políticas sociales en Chile desde 1973 (en co autoría con Bárbara Stallings). 235 Mensaje Presidencial, 11 de Septiembre de 1982. 236 Revista Hoy, 10 al 17 de Agosto de 1982, p. 24.

97

Con sinceridad, la pobladora, Mireya Droguett cuenta que la Olla Común, suena mal, se puede confundir con factores políticos. Y la gente lo que quiere es trabajo. 237

En paralelo revista Amiga, de la Secretaría Nacional de la Mujer, en un lenguaje muy ameno, entregaba recetas a las dueñas de casa para hacer “rendir más el puchero”238. Por otro lado, el gobierno se inseguriza frente a su “exitosa política monetaria”, dólar libre, devaluación. Los Chicago boys son cuestionados pero no derrotados.

Unos están cesantes, otros no saben qué hacer como hacer frente a las deudas contraídas en el breve lapso triunfalista. Y los demás se contagian del ánimo depresivo, comprando estrictamente lo necesario y transformando en dólares lo que le sobra. Las últimas cifras muestran que la producción industrial cayó en un 20,6% y las ventas en un 17,6% en junio respecto al mismo mes del año pasado 239

Hemos señalado previamente, que desde los primeros años de la instalación del Régimen Militar, los sectores populares debieron resistir además de la represión, las consecuencias de la política económica y la reducción de los programas sociales del Estado. En este contexto, organizaciones de derechos humanos, se esforzaron por tratar de aliviar las dificultades económicas padecidas por las familias. Por ejemplo, COPACHI240, prontamente logró identificar que no sólo existían víctimas de la represión política en las poblaciones, sino que también existían otros daños “indirectos” y que afectaban a niños, jóvenes, mujeres y ancianos. De esta manera se crearon comedores infantiles, bolsas de cesantes y programas de salud. Posteriormente la labor de COPACHI se volvió más institucional una vez que se crea el Departamento de Zonas de la Vicaría de la Solidaridad.

237

Ibid., p. 24. Columna de Hermógenes Pérez de Arce, que señala que para hacer cundir más el presupuesto es necesario reemplazar ciertos productos por otros, como por ejemplo, la carne por huevos. Ver Revista Amiga, Noviembre de 1976, p. 30. 239 Patricia Verdugo, Revista Hoy, 10 al 17 de Agosto de 1982. Pág. 7. 240 COPACHI corresponde a la sigla del Comité de Cooperación para la Paz, formado el 4 de octubre de 1973 hasta 1975. Estaba conformado por el CMI (Consejo Mundial de Iglesias), de origen protestante y la Iglesia Católica chilena, presidida por el cardenal Silva Henriquez. Su objetivo era la defensa de los DD.HH. Véase Manuel Bastías, Sociedad Civil en Dictadura. Relaciones transnacionales, organizaciones y socialización política en Chile. Ediciones UAH, Septiembre 2013, pp. 46-74. 238

98

Al inicio, otras organizaciones de Iglesias como Caritas, La ACE (Ayuda Cristiana Evangélica)

y la Diaconía aportaron mucho en el establecimiento de los comedores

infantiles, donde los niños debían comer con “conchitas” por no existir suficientes tenedores y cucharas. La ayuda se concentró en los inicios en satisfacer las necesidades de alimentos de los niños, debido su fragilidad y a las secuelas que podía dejar la desnutrición en su desarrollo físico y psicológico. Además, la ayuda internacional restringía su apoyo a este tipo de iniciativas.

La labor de COPACHI, posteriormente la Vicaría de la Solidaridad y otras iniciativas, sin duda, sirvieron para contrarrestar la atomización social que había provocado el régimen dictatorial. En este sentido, papel rol jugado por las mujeres fue de gran relevancia, ya que los hombres, iban en busca de nuevas fuentes laborales o bien quedaban inmóviles frente a la vergüenza de estar cesante y perder su rol de “jefe de familia”. Fueron las mujeres quienes organizaban ollas comunes y se preocupaban de los comedores infantiles. Ellas implementaron

un sistema en las poblaciones como el

“comprando juntos”241, durante los momentos más álgidos de las crisis. Esto a su vez, provocó que las instituciones de ayuda, pusieran mayor énfasis en la acción de la mujer y se promovieran espacios donde ellas pudiesen compartir sus problemas, angustias y esperanzas.

Otras iniciativas fueron las colonias de verano implementadas por la Vicaría de la Solidaridad, que entre tanta precariedad funcionaron como una buena instancia para distraerse de los males cotidianos. En la Revista Solidaridad se manifestaba que el ocio y la entretención eran derechos de los niños. Estos veraneos se financiaban por medio de rifas, ventas de objetos varios, bailes, etc. Así, durante tres meses cincuenta y cinco campamentos visitaban las playas de la zona central. El ochenta por ciento de esos veraneantes eran niños.

241

Comprando Juntos fue una iniciativa basada en el cooperativismo, en la cual varias familias se reunían para hacer compras al mayor y así poder ahorrar.

99

Los pequeños, entre siete y doce años, trabajan en grupos, a cargo de monitores o tíos que han surgido de las agrupaciones juveniles de las parroquias. Durante todo el año, los monitores han estado trabajando con los niños de los comedores, fundamentalmente en recreación. 242

Una joven pobladora de diecisiete años y coordinadora de los monitores de una parroquia señaló:

A través de esta experiencia nos hemos dado cuenta que el poblador se encierra en sí mismo y vive marcado por un fuerte individualismo. De esta forma tiene cada vez menos posibilidades de conocer la realidad.243

Una forma de paliar las consecuencias de la crisis por parte de los sectores populares fue por medio de actividades inmersas dentro de lo se denomina “economía subterránea”. Un estudio realizado por PET244 en 1985, sostiene que la implementación del modelo neoliberal llevó a muchos chilenos a establecer actividades propias de la subsistencia.

No estamos hablando ya de la liberación del tiempo de trabajo y de mejores alternativas de vida como consecuencia de la revolución microelectrónica y de la automatización, sino que del básico desempleo, producto de recesiones recurrentes, caídas de la demanda y del consumo, falta de inversiones, regresión e, incluso, reducción del potencial productivo del país.245

Según las autoras, la economía de subsistencia estaría conformada por las siguientes categorías: 

Trabajo Informal: El que engloba la labor realizada en pequeñas empresas familiares o privadas, trabajos por cuenta propia y “diversas formas de cesantía disfrazada que se observan en condiciones de desempleo alto246”.



Organizaciones Económicas Populares.

242

Revista Solidaridad, Segunda Quincena de Enero de 1980. p. 12 Ibid., p. 12 244 Mariana Schkolnik y Berta Telteimboin. Pobreza y desempleo en poblaciones. La otra cara del modelo neoliberal. Colección Temas Sociales, PET, 1988. 245 Ibid.,p. 28. 246 Ibid., pp. 28-29. 243

100



Organizaciones vecinales, para el consumo y el ahorro.



Producción de bienes domésticos y servicios domésticos y no típicamente domésticos en el hogar.



Donaciones, préstamos, trueques.



Conductas desviadas, como hurtos, robos, asaltos. Las autoras señalan que el trabajo informal247, podría adscribirse a una estrategia

de sobrevivencia, entendiéndose como las prácticas cuyo fin es mejorar o superar las condiciones de precariedad que vive un sector. Por ende, cuando se dificulta el ingreso a un empleo remunerado, dentro del mercado formal.

Los lazos con el mercado del trabajo formal son extremadamente frágiles; más bien una gran masa de trabajadores ha sido expulsada de allí, y hay pocas probabilidades de reincorporarse. Por otra parte, el mercado de bienes y servicios se ha tornado inaccesible para las familias de cesantes, pues no existe un subsidio de cesantía que realmente asegure la subsistencia familiar. Finalmente, tampoco el acceso a los servicios públicos o la satisfacción de algunas necesidades, consideradas tradicionalmente como básicas (salud, alimentación, educación, vivienda), están asegurado ya por el Estado chileno, aún para las familias de cesantes248

La carencia o baja de los ingresos en el grupo familiar la arrastra a desarrollar una serie de actividades que rompen con sus pautas tradicionales. Se buscan “pololos”, se llevan trabajos al hogar, como costura, lavado de ropa, etc.; se reciben allegados para compartir gastos. A su vez, aumenta el trabajo de índole doméstico, como el armado de huertos, la fabricación de pan, la mantención de gallinas, etc. También se recurren a fórmulas de sobrevivencia para poder ahorrar, como “colgarse de la luz” o cocinar a leña. Finalmente es común que en estos contextos, hagan su ingreso al mercado del trabajo otros miembros de la familia que tradicionalmente no lo hacían, como las mujeres y por supuesto, los niños y adolescentes. 247

Entre las labores del Trabajo Informal se pueden reconocer: como cambiadores de lámpara, arregladores de techos, recolectores de basura. También se clasifican otros trabajadores con mayor calificación como electricistas, gásfiters, etc. 248 Schkolnik, Mariana. Telteimboin, Berta. Pobreza y desempleo en poblaciones…Op. cit., p. 32.

101

Frente a un escenario familiar inestable y precario, no era extraño suponer que las conductas “antisociales” de niños y jóvenes también se incrementarían. Un estudio publicado en 1984249 señala que de acuerdo a datos de Gendarmería, entre 1978 y 1980, un 58% de los menores que ingresaron a los Centros de Observación, lo hizo por robos a la propiedad; otro 33% por delitos contra el orden familiar250 , un 9% por delitos contra personas, como lesiones u homicidios. Esto a su vez, estaba ligado a la presencia de alcoholismo, drogadicción, vagancia, abandono del hogar y mendicidad. Según el estudio, los menores que ingresaban a estos Centros, provenían de hogares muy pobres, donde el jefe de familia se encontraba cesante y la mayoría de las madres realizaba alguna actividad fuera del Hogar. Cuadro 11:

Chile: Menores Aprehendidos (número)

Año

Menores de 20

Menores de 15

15-19 años

1974

111.364

11.050

100.314

1975

140.431

19.795

120.686

1976

-

-

-

1977

167.733

23.192

144.541

1978

153.105

25.471

127.634

1979

144.379

23.828

120.551

1980

132.460

18.432

114.028

Fuente: INE, Anuario de Justicia y Policía, de cada año. En Foxley y Raczinsky. Grupos vulnerables en situaciones recesivas. CIEPLAN, 1984. P. 128.

Si bien, entre 1974 y 1980, la cantidad de aprehendidos varió. Es cierto que desde 1974 en adelante, la cantidad de menores sufre un alza considerable. ¿Habrá influido también la creación de SENAME, que en sus inicios contó con mayor presupuesto y más centros que su antecesora CONAME, como lo proponen los autores de este estudio? A nuestro juicio, si bien puede incidir, las cifras anteriores a 1979, nos dan a entender que este fenómeno guarda relación con los cambios estructurales, sus efectos y una política mayormente represiva del régimen.

249

Alejandro Foxley y Dagmar Raczinsky. Grupos Vulnerables en situaciones recesivas. Estudios CIEPLAN, 1984, Pp. 127-128. 250 Corresponde a violencia, abuso y drogas.

102

En este capítulo hemos intentado presentar las acciones realizadas por el Régimen Dictatorial hacia la infancia entre 1974-1984. De esta manera, hemos podido conocer los principales diagnósticos en materia de infancia del Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF. Este fue fundamental para la implementación de políticas focalizadas a ciertos grupos de la población como lactantes y niños menores de cinco años y el foco hacia la educación básica. Además, este Programa fue la base para la formulación del Plan Nacional de Menores cuyo fin fue la reformulación del sistema proteccional de infancia, creando de esta manera en 1979, SENAME. Sin embargo, cabe destacar pese a que los diagnósticos apuntaban a un involucramiento del Estado, las acciones tomadas fueron por otro camino, fiel a la lógica de subsidariedad del momento. Esto sumado a los complejos escenarios económicos de los años 1976 y 1982 provocaron que muchas familias quedaran sumidas en la extrema pobreza, siendo afectados fuertemente los niños y jóvenes.

103

Capítulo IV. Mientras otros juegan. El trabajo Infantil y Juvenil en Dictadura

En el capítulo anterior, revisamos las principales acciones llevadas a cabo por el gobierno y que guardaban relación con la infancia, durante el periodo que transcurre nuestra investigación. También a modo de contexto presentamos a modo muy general la situación vivida por muchas familias de los sectores más pobres de Santiago.

Así

pudimos apreciar que el Régimen demostraba a nivel oficial su interés y preocupación hacia la infancia y la juventud. La aspiración de acuerdo a lo señalado en el Programa de Desarrollo Integral de Menores era crear una política hacia la infancia y la juventud donde existiera una real coordinación de todos los ministerios y organismos estatales, donde además, se lograra proteger y desarrollar a todos las personas menores de 18 años. Sin embargo, en la práctica surgieron muchas tensiones y paradojas, porque los cambios introducidos al modelo económico, las modernizaciones y la focalización de la política pública llevaron a que un amplio sector de la población infantil y juvenil del rango que comprendió los 5 a los 17 años quedaran en una situación de vulnerabilidad junto a sus familias. En este contexto es que nos interesa indagar en el fenómeno del trabajo infantil y juvenil durante este periodo de la Dictadura. Antes de profundizar con las características de las labores ejecutadas por niños

y jóvenes, además de

conocer si existieron

programa o políticas dirigidas hacia este ámbito, considerando el diagnóstico realizado por el Programa de Desarrollo Integral de Menores es que presentaremos de forma muy acotada los principales aspectos de la legislación laboral de menores en el periodo que abarca esta investigación.

104

4.1. La Legislación en torno al Trabajo de Menores

Como hemos podido observar en los capítulos anteriores, la legislación que regula el trabajo infantil ha ido variando a lo largo del siglo XX. En el periodo que abarca esta investigación también se llevaron a cabo ciertas modificaciones. Para poder apreciarlas de mejor manera, es que presentaremos brevemente que sucedìa en material legal antes de 1978. 4.1.1. La Legislación del Estado del Bienestar

El

Código del Trabajo del año 1931 en su Artículo 46 establecía 18 años, como

la edad de mayoría laboral. Sin embargo, admitía la posibilidad de trabajar de los mayores de 14 y menores de 18 años, siempre y cuando contasen con autorización “expresa de padre y madre y en su defecto del abuelo paterno o materno, y a falta de ellos, de las instituciones que hayan tomado a su cargo al menor”251. Los menores no podían: 

Desempeñarse en labores pesadas y en general en faenas que requieran fuerzas excesivas y en oros trabajos calificados de peligrosos e insalubres.252



No podían trabajar más de ocho horas diarias.



No podían desarrollar trabajo nocturno en establecimientos industriales que se efectuasen entre las 20 y las 7 horas con excepción de que únicamente trabajasen miembros de la misma familia.

El Artículo 47, señala que los menores de 14 y mayores de 12 años, “podrán trabajar siempre que hubieren cumplido la obligación escolar; pero no podrán hacerlo en los establecimientos industriales ni aun en calidad de aprendices, salvo aquellos en que se empleen únicamente miembros de una misma familia bajo la autoridad de uno 251

de

Código del Trabajo, 1931, en http://www.bcn.cl/leychile/Navegar?idNorma=4941 Se consideraba dentro del ámbito de lo peligroso:” manipulación o elaboración de materiales inflamables, limpieza de motores, trabajos subterráneos, derripiadura de los caliches de las salitreras, etc. 252

105

ellos”.253

Además, se solicita a los patrones o jefes de establecimiento industrial llevar

un registro de todos los menores de 16 años que realizan labores. Esta legislación estuvo inspirada en las recomendaciones de la OIT. Como bien, se puede apreciar, fue de corte intervencionista y proteccional. Se basa en criterios relacionados al desarrollo fisiológico de los menores de edad, a su seguridad personal, su salud, a la moralidad y al enriquecimiento cultural. Por ejemplo, en relación al ámbito de la moralidad, el Artículo 48, señalaba que: “Queda prohibido a los menores de dieciocho años y a las mujeres, todo trabajo nocturno en establecimientos industriales, que se ejecute entre las veinte y las siete horas, con excepción de aquellos en que únicamente trabajen miembros de una misma familia, bajo la autoridad de uno de ellos”.254 Se prohíbió el trabajo nocturno, porque los niños estaban más cerca de situaciones de riesgo. Esta legislación se vinculó con la regulación del trabajo en el ámbito industrial y buscó promover que los adultos entiendiesen que el lugar de los niños era la escuela, desincentivando así la contratación de éstos. Sin embargo, pese a los esfuerzos, la precariedad de algunas familias llevó a muchos niños a buscar diversas alternativas para ganar el sustento. Hacer eso requería encontrar nichos laborales donde existiesen menos barreras legales de entrada. Por esta razón, es que el mercado informal de trabajo se vuelve una alternativa viable para muchos.

4.1.2. Las modificaciones al Código en el Modelo Neoliberal

El Decreto Ley 2.200255 modificó la antigua legislación de 1931 en materia de trabajo menores.

En realidad no fueron cambios muy profundos, pero si traía algunas

novedades. Por ejemplo, se establecieron dos nuevas categorías para el ingreso legal al mercado del trabajo.

253

Código del Trabajo, 1931, en http://www.bcn.cl/leychile/Navegar?idNorma=4941 Ibid. 255 Publicada en el Diario Oficial el 15 de junio de 1978. 254

106



Menores de 18 y mayores de 15 años.



Menores de 15 y mayores de 14 años.

En ambas situaciones se podían celebrar contratos con los menores, siempre y cuando hubiesen contado

con la autorización de su padre, madre, abuelo paterno,

materno o institución que lo tuviese a cargo. En el caso de no existir ninguno de las personas mencionadas anteriormente podía

otorgar la autorización el Inspector del

Trabajo.

En el caso de los menores de 15 años y mayores de 14 podían ser contratados siempre y cuando hubiesen terminado su educación básica. Además, sólo podían realizar labores consideradas ligeras y que no perjudicasen su salud.

Aún estaba prohibido el trabajo de menores de 21 años en cabarets y otros establecimientos que presentasen espectáculos. Sin embargo, se permite siempre y cuando tenga autorización expresa de su representante legal y del juez de menores. Esta modificación permitía sólo la actuación como actividad remunerada ejercida por el menor, sin límite de edad.

En su Artículo N° 27 del DL 2.200, también se permitió la celebración de contratos de menores de 15 años con “personas o entidades dedicadas al teatro, cine, radio televisión, circo u otras actividades similares”.256 Para llevarse a cabo, sólo se necesitó la autorización de su representante legal o del juez de menores.

4.1.3. El Decreto 2200 y el Contrato de Aprendizaje

En 1974, una investigación sostenida en el marco del Programa de Desarrollo Integral de Menores señalaba que la figura del Contrato de Aprendizaje no se ajustaba al modelo latinoamericano porque este tenía su origen en el modelo corporativista europeo basado en tradiciones medievales y festejaba que la legislación chilena no tuviese esa figura. 256

Decreto Ley 2200, del 1ero de mayo de 1978. Art. 27. Descargado de https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=6850

107

Felizmente, la legislación chilena no ha conocido el Contrato de Aprendizaje, el cual a no dudarlo se habría prestado para todo tipo de abusos, distorsiones, e infracciones a la legalidad so pretexto de la enseñanza que se daba a cambio. Instituirlo aquí sería trasplantar una institución que agoniza en un medio en donde siglos atrás tuvo gran vitalidad257

Al contrario de lo recomendado y deseado por el autor de estas palabras, el Decreto 2200 creó la figura del Contrato de Aprendizaje. Este consistía en una convención que podía celebrarse entre un empleador que se obliga a impartir conocimientos y capacitación a un aprendiz. Este a su vez, tiene la obligación a trabajar mediante una remuneración pactada.258Correspondía a SENCE, realizar controles y supervisiones a los contratos y las condiciones en las cuales se desarrollaba el trabajo del aprendiz. También, esta entidad debía realizar análisis sobre

las áreas donde se

requiriese mayor capacitación dependiendo de las exigencias del mercado laboral. Una vez identificadas estás áreas eran presentadas al Ministerio del Trabajo y Previsión Social.259

La justificación para implementar este sistema fue la baja capacitación laboral de la población de 12 a 19 años, lo que significaba para ellos el desempeñar labores poco productivas y de baja remuneración. Esto había vuelto a los jóvenes “las grandes víctimas del insuficiente desarrollo económico y social" 260

Los antecedentes de este tipo de contrato, los encontramos en 1967, cuando se realizó una experiencia piloto, que estuvo a cargo de diversos organismos como Ministerio de Educación, Ministerio del Trabajo, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad Técnica del Estado, Universidad de Chile, SOFOFA, AIMET, UNESCO, OIT y 257

Patricio Novoa. “El Menor ante el sistema laboral y previsional chileno”. Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF. Ministerio del Trabajo y de Previsión Social. Octubre, 1974. p. 28. 258 Decreto Ley 2200, del 1ero de mayo de 1978. Art. 150. Descargado de https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=6850 259 Decreto Ley 2200, del 1ero de mayo de 1978. Arts. 155 y 158. Descargado de https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=6850 260

Nancy Seiffert, Francisco Worlitzky . “Aprendizaje de Menores. Capacitación Ocupacional para la Juventud”. Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF. Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, Agosto de 1976, p. 9

108

el Servicio de Cooperación Técnica. El trabajo de análisis de la experiencia fue delegada a INACAP como “Secretaría Ejecutiva del Plan Nacional”. De esta forma asumió la organización y control de las actividades operativas. Así el 13 de Noviembre de 1967, INACAP otorgó bajo el Decreto Supremo N° 9163 y el Decreto Supremo 3704 de 21 de Octubre de 1970, la Certificación de Aptitud Profesional a los egresados del Sistema Nacional de Aprendizaje.

Para poder acceder a un Contrato de Aprendizaje se debía ser mayor de 14 años y menor de 21, tener cursada la educación básica y carecer de empleo o de ocupación útil. Sin embargo, existían algunas excepciones, como por ejemplo, se podía autorizar un contrato de aprendizaje, pese a que el menor no hubiese finalizado su educación básica cuando quiera desempeñarse en sector agrícola, pesca, etc.

La remuneración del aprendiz no podía ser menor del 60% del ingreso mínimo mensual. En relación al ámbito previsional y de seguridad social, las horas que el menor permaneciese en la empresa debían estimarse como efectivamente trabajadas y su empleador debía realizar las cotizaciones por el monto de la remuneración asignada. Un menor podía estar bajo contrato de aprendizaje tres años, y su remuneración debía ir reajustándose de acuerdo a su avance en su capacitación. Además, las empresas sólo podían contratar a un 5% de aprendices.

Se levantaron muchas voces en contra del Contrato de Aprendizaje. Se manfestaba que era tremendamente discriminatorio para los menores, debido a que en poco tiempo aprendían a realizar labores que ayudaban a la productividad de la empresa, pero recibían remuneraciones muy inferiores al resto de los trabajadores. Además, se les marginaba de la negociación colectiva. Por otro lado, significó que muchos trabajadores adultos fueran desplazados de su labor, por el menor costo que significaba tener a un aprendiz.

Se ha comprobado que no existe relación entre la anulación del salario mínimo para los menores y el fomento del empleo, ya que los empresarios no le establecen contrato entran como aprendices y en general tienen un empleo temporal261 261

Osvaldo Torres. El niño abandonado en Chile…Op. cit., p. 84.

109

El argumento de que la precariedad laboral juvenil respondía en gran manera de la falta de capacitación generó en la formulación del Contrato de Aprendizaje que se transformó en una iniciativa concreta de integración al mundo del trabajo para los jóvenes. Su fortaleza sería el vínculo directo con el mundo productivo y la estabilidad proporcionada por un tiempo de dos años para el trabajador-aprendiz, donde también ganaba el empleador, al poder contar con mano de obra que en poco tiempo estaba capacitada para la labor. Ciertamente en cuanto a ingresos no resultaba motivante para el aprendiz, ya que ni siquiera alcanzaba el ingreso mínimo.

Por otro lado, las transformaciones a la legislación en torno a la contratación de menores se sustentan a su vez en lo que venía indicando la OIT, institución que en 1973 había presentando el Convenio 138, el cual guardaba relación con la edad mínima de ingreso al mercado laboral. Si bien nuestro país, no ratificó este convenio en Dictadura, el aumento de la edad mínima puede interpretarse como un intento del gobierno de la época por mostrarse a la vanguardia en materia normativa de un tema sensible como el trabajo infantil.

4.2 El desempeño de niños, adolescentes y jóvenes en el mercado laboral 4.2.1. “Trabajar en lo que sea” Claudio era vendedor ambulante. Posiblemente de caramelos. Al descender de la micro fue atropellado por un automóvil. Claudio estaba trabajando, mientras otros niños de su edad posiblemente tomaban su vaso de leche mirando algún episodio de dibujos animados o bien hacían su tarea. Claudio, un niño, sufrió un accidente laboral.262 Lo vivido por él, no era una situación nueva en la historia de Chile. Los niños han ejecutado labores económicas desde tiempos inmemoriales. Entonces, ¿por qué detenerse a estudiar este fenómeno durante parte de la Dictadura Militar? La respuesta se encuentra en la necesidad de indagar como vivían los niños y jóvenes durante esta época y como se concebía el fenómeno del trabajo infanto-juvenil tras la implementación de un modelo de Estado Neoliberal. 262

Revista Hoy. Mientras otros juegan. 28 de Septiembre al 4 de Octubre de 1983.

110

Volvamos a Claudio. Él era uno de los tantos niños que realizaban algún tipo de actividad remunerada entre 1976 y 1986. De acuerdo al Censo de 1970, eran 26.342 los menores de edad que realizaban algún trabajo, lo cual guardaba relación con una mayor expansión de la educación pública, la mejora en las condiciones socio-económicas de los sectores populares, una legislación que ponía límites a la contratación en fábricas y un discurso internacional que promovía el desarrollo de los niños fuera del ámbito laboral. Lo anterior no quiere decir que se haya erradicado el trabajo infantil. Tal como se señaló en el capítulo número dos, los niños más pobres se dedicaron a labores en el mercado informal. Pero la tendencia apuntaba a la disminución progresiva. Por ejemplo, un estudio señaló que la oferta de trabajo entre los jóvenes de 15 a 19 años, había disminuido a nivel nacional, pasando de 42,2% en 1960 a 30,7% en 1970.263

¿Y qué sucede entre 1974 y 1984? ¿Acaso no se había desarrollado un Programa de Desarrollo Integral de Menores que debió haber analizado la situación de los menores que trabajaban? ¿De acuerdo al Plan Nacional de Menores 1978-1982, aquellos niños que realizaban trabajos prematuros e inseguros eran considerados irregulares? ¿Qué hacía el gobierno en relación a este tema, lo identificaba como una problemática? ¿Qué sucedía con aquellos jóvenes que de acuerdo a la legislación ya se encontraban habilitados para ingresar al mercado de trabajo? Son algunas preguntas que cabe realizarse. Según datos presentados por una investigación publicada en 1984264, la edad promedio de ingreso a la fuerza de trabajo por parte de menores de edad era de 14, 7 años en el caso de los hombes y de 16,6 años en el caso de las mujeres. Este ingreso más tardío por parte de las mujeres se debió a que determinadas por roles de género, muchas niñas realizaban labores al interior de sus hogares o bien desempeñaban labores de empleadas domésticas que no quedaban registradas. En general el trabajo en niños y adolescentes se concentró prinicipalmente en el ámbito del comercio ambulante, como así también de ayudantes y aprendices. 263

Javier Martinez. Valenzuela, Eduardo Valenzuela. Juventud chilena y exclusión social. Revista CEPAL N°29, Santiago de Chile, 1986. 264 Eduardo Valenzuela, La rebelión de los jóvenes, Ediciones SUR, 1984, p. 42

111

Cuadro 12:

Edad de ingreso a la fuerza de trabajo

Antes de 15

15-19 años

20-24 años

Edad Promedio

Hombres

43,4

52,7

3,8

14,7

Mujeres

19,7

67,2

13,2

16,6

Fuente: Valenzuela, La rebelión de los jóvenes, Ediciones SUR, 1984, p. 42.

Como se aprecia, si bien el ingreso a la fuerza de trabajo se concentró en el tramo etario comprendido entre los 15 y los 19 años, no deja de ser llamativo que el grupo menor a 15 años, en el caso de los varones concentre un nada despreciable 43,4%, lo cual nos entrega algunos indicios sobre la necesidad de algunos niños de sectores empobrecidos a buscar mecanismos para obtener recursos. En una entrevista realizada a Miguel Kast, Ministro del Trabajo y Previsión Social en 1982, se apreciaba patente la idea de que Chile se encontraba en una situación mucho más sólida para afrontar la crisis que en 1975265. Sostenía que nuestro país tenía más recursos, más reservas y mayor credibilidad ante la comunidad financiera internacional y que integrábamos el selecto grupo de los países más solventes del planeta. Al respecto señalaba:

Tenemos más experiencia y más flexibilidad. En 1975 exportábamos a muy pocos países, pero ahora estamos exportando a más de cien266

La fe en el mercado y en la diversificación de las exportaciones, se contradecía con el verdadero panorama, que tal como hemos visto se tornó bastante crítico para una gran mayoría de chilenos. Sin embargo, también hemos revisado que para los sectores más pobres, las modernizaciones y las transformaciones de las políticas económicas poco y nada los favorecieron. El “chorreo” no los alcanzaba, pese a lo señalado por

265

Revista Amiga, Mayo de 1982, pp. 4- 5. Ibid., Pp. 4-5.

266

112

economistas como Rolf Luders, quienes sostenían que como los modelos de mercado generaban más bienes, la distribución de éstos tendía a mejorar también.267

Juan Arcos, integrante del equipo nacional del Movimiento Apostólico de Adolescentes y Niños, en 1979, se refería a la crítica situación vivida por muchas familias a causa de la cesantía. En la desesperación las familias vendían sus enseres. Los gritos, las discusiones por temas relacionados al dinero, se volvían más frecuentes. En ese contexto, ¿qué ocurría con esos niños?

Esos niños trabajan, algunos además de estudiar- desde muy temprana edad- en ferias, micros, etc. Y muchos ya han dejado de ir al colegio. A causa de la cesantía son miles los niños que asisten a los comedores infantiles, que no deberían existir, porque todos los niños tienen derecho a comer con sus familias (…) La situación se agrava cuando los niños caen en la delincuencia juvenil. Al no tener comida salen a pedir y si tienen hambre roban268

Juan Arcos, agrega que el fenómeno de la prostitución infanto-juvenil también se estaba volviendo común en las poblaciones. Muchos niños (particularmente niñas), en su afán de alimentar a sus hermanos decidían vender su cuerpo. Las estrategias de subsistencia de los menores de edad muchas veces, traspasaban el límite de lo delictivo o lo legal.

Otros, como Enrique Lafourcade, manifiestan su desconformidad hacia el sistema y en particular hacia la forma en la cual se lleva a cabo la Teletón. Sostiene que pese al boom económico, se ha formado “una verdadera fábrica de niños impedidos”269 con la presencia de menores de edad llevando a cabo diversas labores de subsistencia: “los que están en las esquinas atajando a los automovilistas, ofreciendo sus caramelos, sus cigarrillos norteamericanos, ofreciendo juguetes…Esos son los verdaderos niños inválidos de Chile!270

267

Revista Solidaridad. Primera Quincena de Septiembre de 1980, Pp.32-33 Revista Solidaridad, Primera Quincena de Agosto de 1979, p. 15. 269 Enrique Lafourcade en Revista Qué pasa, del 29 de noviembre al 5 de diciembre de 1979. Santiago, N°450, pp. 36-37. 270 Ibid. 268

113

El trabajo infantil o de menores, no es un tema que haya aparecido constantemente en la prensa de la época, pero si estuvo presente en el cotidiano. Se tenía la noción que existía y generaba incomodidad en muchos sectores sociales. Sin embargo, no existen cifras ni estudios concretos al respecto, hasta que en

1978, la OIT

encarga realizar una investigación sobre el trabajo de menores. Esta tarea recayó en la socióloga María de La Luz Silva271. Es el primer trabajo que realiza una organización internacional en el contexto dictatorial. Además, su valor radica en que es capaz de investigar la situación laboral de los menores entre 12 a 14 años, entregando una serie de datos relevantes.

Habría sido deseable que las profundas transformaciones económicas, sociales y culturales que han tenido lugar en América Latina y en particular Chile, durante las últimas décadas, hubieran tenido por consecuencia la abolición del trabajo infantil. Sin embargo, esto no ha sucedido, pues aún se encuentran menores dedicados a realizar actividades económicas para aportar al ingreso familiar. Tal situación determina que niños y jóvenes asuman tempranamente un rol propio y característico del mundo de los adultos para el cual, necesariamente no se encuentran ni sicológica ni profesionalmente capacitados.272

Como bien se aprecia, estamos en presencia de una visión erradicadora del trabajo infantil que considera que los niños, por su nivel de desarrollo y por encontrarse en constante cambio, necesita adquirir una serie de destrezas y experiencias que se sitúan fuera del ámbito de la realización de actividades con un fin económico.

La investigación incorpora una distinción entre Trabajo Convencional (que es el reconocido y aceptado como tal por la comunidad) y Trabajo No Convencional (actividad cuyo único fin es adquirir dinero y que puede ser realizado periódica o sistemáticamente). En esta categoría se puede ubicar la mendicidad, la prostitución, la venta de drogas, etc. El trabajo no convencional puede ser considerado delito, pero es llevado a cabo con fines económicos. Sin embargo, el estudio se basa en el análisis de once casos donde no se presenta ningún niño que se encuentre realizando un Trabajo No Convencional.

271

Silva, María de la Luz. Antecedentes sobre el Trabajo de los Menores en Chile. Documento de Trabajo PREALC/163, Noviembre de 1978. OIT. 272 Ibid., p. 1.

114

El estudio señalaba que la tasa de inasistencia escolar en 1975 es similar a la tasa de retiro, alcanzando un 6%. Indicaba además, que para ese año 128.600 niños estaban en condiciones de incorporarse en diversas actividades laborales. La cifra correspondía al 9,8% de la población correspondiente al tramo de 10 y 14 años. Este grupo a su vez, integraba el 4,0% de la PEA.

Según el estudio, los trabajadores por cuenta propia realizaban actividades tales como: cuidado de automóviles, vendedores de caramelos, acarreo de bolsas, aseos de jardines y recolección de basuras. El cuidado de autos, era una actividad que habitualmente realizaban ancianos, pero debido al contexto económico, habían ingresado menores de sesenta y niños desde los diez y doce años; por lo tanto, las “cuadras buenas” eran compartidas por más personas.

Los niños entrevistados compartían la cuadra con otros menores y/o jóvenes mayores que ellos; la necesidad de contar con la capacidad física de compartir de defender su espacios, los obliga a trabajar en grupos ya que por la vía de la fuerza pueden ser desplazados por otros interesados en controlar los espacios de estacionamiento..273

En el caso de los niños que vendían caramelos u otros objetos, también deben encontrar sus espacios en el mercado. En general se podían ubicar en una esquina, se subían a las micros o caminar por ciertas calles con cierta regularidad. Sin embargo, debían cuidarse de la acción de carabineros, porque estaba prohibido hacerlo. El promedio de ganancia de estos niños bordeaba los 200 pesos semanales.

Otra labor desempeñada por niños era la de acarreadores de bolsas. Si contaban con más recursos podían disponer de un cajón con ruedas donde podían ir ingresando las compras de la persona que “contrataba sus servicios” para la ocasión. Pero muchos lo hacían solo con sus manos.

En las ferias libres también es preciso obtener un espacio propio, esto es, ser aceptado por los otros menores que hacen lo mismo como uno más de ellos, esto es, con derecho a disputarse a los clientes. Para traspasar las barreras que presenta este mercado es preciso que todos los niños estén

273

María de la Luz Silva. Antecedentes sobre el Trabajo de los Menores en Chile…Op. cit., p. 17.

115

ocupados y existan clientes demandando este servicio. Pero no es suficiente; es necesario además, ser llevado por otras persona que tenga su propio espacio en la feria y le abra la primera puerta.274

Esto demuestra que por muy informal que pareciera ser la labor, como todo en la vida social, esto estaba cargado de un fuerte simbolismo y ritos que eran necesario cumplir para poder ser “aceptado”.

También era común en esa época que niños realizaran el aseo de las casas, como virutillar, limpiar vidrios, encerar, o barrer los jardines, durante una jornada continuada, de seis a ocho horas diarias. Era considerado un trabajo “pesado”, por lo cual, lo realizaban mayormente varones.

Quizás una de las actividades más tristes y denigrantes desempeñadas por niños era la recolección de objetos en basurales. Durante casi todo el día los niños recolectaban tarros, géneros, metal, vidrios e incluso alimentos, los cuales ingerían. Los objetos eran puestos a la venta por los niños a un hombre que se instalaba en el basural, quien a su vez los revendía. Por este “trabajo” los niños percibían 30 pesos y excepcionalmente podía llegar a 100275.

En otro grupo se encontraban los obreros. Sus labores variaban. Algunos trabajaban durante todo el día en una industria o comercio; otros en cambio vendían diarios o verduras durante media jornada. Uno de los menores trabajaba en una fábrica de cartones. Fue “invitado” por uno de los obreros que le pagaba directamente al niño para que lo ayudara en sus tareas. Pese a que el dueño sabía de la situación no lo prohibía, pese a incurrir en una ilegalidad.

Los menores encubren dicha situación para evitar ser despedidos. Saben que la situación es anómala, pero a ellos les conviene puesto que le permite obtener un ingreso estable, sin que les preocupe mucho que no les pague los salarios estipulados por la ley para los trabajadores normales.276

274

María de la Luz Silva. Antecedentes sobre el Trabajo de los Menores en Chile…Op. cit., p. 18. Ibid. 276 Ibid., p. 19. 275

116

En algunas ocasiones algunos niños eran “subcontratados” por los dueños de kiosko para repartir periódicos a domicilio y además los vendiese en la calle. En general, varios niños, ejecutan labores para el dueño del kiosko. En promedio trabajaban de tres a cuatro horas diarias percibiendo 15 pesos diarios, ya que le pagaban 1 peso de comisión por periódico. Otro grupo de niños se clasificaba en las labores “familiares no remuneradas”. Por ejemplo, un niño le ayudaba a su padre en su trabajo de jardinero a cambio de unas monedas, cuando no iba al colegio. En otro caso, una niña le ayudaba a su madre en trabajos de costura que realizan ambas en su hogar.

Según la investigación las jornadas de trabajo de estos niños eran variables. Algunos señalaban trabajar entre 13 y 20 horas diarias, otros entre ocho y cuatro horas diarias. En general se podría decir que realizaban labores estables, sin intermitencia. Los problemas que se observan guardan relación con la integridad física de los niños. La gran mayoría realizaba labores que implicaban algún tipo de riesgo, ya sea, porque se encontraban en la calle y debían subir a la locomoción colectiva en movimiento, o bien debían cumplir largas y extenuantes jornadas laborales o bien podían ser presas de enfermedades gastrointestinales (debido a su trabajo en el basura y al consumo de alimentos descompuestos). Otro aspecto relevante es que los niños que trabajaban desde muy temprana edad en la calle, eran más proclives a vivir situaciones de riesgo, como consumo de alcohol o drogas o bien aprehender otras formas más rápidas y a la vez peligrosas de ganar dinero, como el robo.

En cuanto a la dimensión emocional la investigación sostiene que los problemas que estos niños podían tener guardaban relación con el cuestionamiento frente a no poder vivir una vida “como todos los niños”, con mayor espacio para la recreación y más tiempo para llevar a cabo sus actividades escolares. Sin embargo, tampoco podemos perder de vista, que muchos niños que realizaban alguna actividad remunerada también podían sentirse orgullosos, al ser más autónomos que los demás.

117

¿Hacia dónde iban sus ingresos? La mayoría entregaba la mayor parte de ingresos a su madre, para que los destinara al hogar. Algunos se reservaban el 15% o 50% para sus gastos personales. Llama la atención que algunos niños guardaban dinero para poder ver televisión en alguna fuente de soda donde cobraban un peso.

Algunos de los niños que participaron de esta investigación pertenecían a familias monoparentales. Otros, pese a que vivían con ambos padres, el “jefe de familia” se encontraba cesante, viviendo de trabajos esporádicos o trabajando en el PEM. Según la autora, en general los padres no cuestionan y aprobaban que sus hijos trabajasen y aportaran a la economía familiar. En relación a la situación escolar, Silva señalaba que la mayoría de los entrevistados había

desertado de la escuela y sólo tres habían sido

capaces de compatibiliza ambas actividades. El estudio también hizo referencia al el retraso escolar que presentaban algunos niños, lo cual también podía ser considerado un factor que incidía al momento de la deserción, aunque la autora no lo afirma.

Un caso que ejemplifica lo señalado, es el de Miguel Mora de 14 años y que trabajaba como “canillita”277. Complementaba su trabajo con sus estudios de octavo básico en una escuela de Independencia. Vendiendo La Tercera y La Última ganaba tres pesos cincuenta por diario. “No sé porque me va bien. No me lo puedo explicar eso”.

Cuando el periodista le pregunta qué hace con la plata, él responde:

“Pa la casa claro. Uno tiene que trabajar para ayudar a los más chicos. Pa eso trabajo yo”

Sin embargo, si no hubiese trabajado… “Entonces ayudaría harto en la casa, haría las compras, to’o eso. Además, estudiaría más para ser guen mecánico”.278

277 278

“Canillita”, corresponde al término utilizado para designar a los niños que vendían diarios “a concesión”. Revista Solidaridad, Segunda Quincena de Enero de 1978, pág. 18

118

En 1984, dos investigadoras de CIDE realizaron un estudio

para analizar y

describir el trabajo de alumnos en las escuelas. Reconocían que estaban impactadas por la “proliferación de niños desempeñando distintos tipos de actividades en las calles para obtener algún ingreso”279.

La investigación se basó en la aplicación de cuestionarios y entrevistas a 304 alumnos de 7mo básico en diez escuelas de Quinta Normal. El primer descubrimiento fue que un 36,4% de los niños realizaba algún trabajo remunerado. Pese a que esta investigación se llevó a cabo ocho años después de la realizada por María de la Luz Silva, algunas observaciones no cambiaban mayormente. Por ejemplo, los niños seguían realizando labores de ventas callejeras, servicio doméstico, mandados, encargos, fletes en ferias libres. Se sumaba la recolección de diarios, que se vendían por kilos y las botellas por unidad. Otros trabajaban en los talleres artesanales de las familias. En este estudio, se demuestra que varios niños realizaron diferentes labores de manera simultánea, por ejemplo, fletes y limpieza de casas.

Un aspecto original de la investigación guarda relación con la percepción que los profesores tenían sobre sus alumnos trabajadores. Las opiniones eran divergentes, la mayoría lo relacionaba a la deserción y a la falta de prolijidad en las labores escolares por falta de tiempo. Primero que nada, el niño al trabajar le está destinando tiempo libre, de su recreación al trabajo; no corresponde a su edad…Se transforma en una etapa de responsabilidad y trabajo” (hombre 39 años) 280 Como niños, en primer lugar, no deberían trabajar del todo porque no están maduros todavía como para trabajar, son niños; incluso para estudiar a veces son como niños (mujer 44 años)281

Sin embargo, otros lo relacionaban con actitudes positivas como la responsabilidad y la madurez.

279

Leonor Cariola, Marianela Cerri. Trabajo Infantil: ¿Mito o realidad? CIDE, Mayo de 1986, pág. 4 Ibid, p. 95. 281 Ibid. p. 95. 280

119

El alumno trabajador es más bien serio; cuando hay que ponerse serio y hacer las cosas, él se preocupa, se prepara, trae sus útiles” (mujer 52 años)282 Son un poco más maduros, no son tan infantiles como algunos, tan egoístas, como que son más conscientes de todo283

¿Cómo percibían los niños el trabajo? Según el estudio, los niños no aceptaban fácilmente su rol de trabajador. Esto porque primero se reconocían como niños y no como trabajadores y segundo porque consideraban que sus labores eran

diferentes a las “formales”. Sin embargo al referirse a sus

actividades económicas le asignan connotaciones propias de un trabajo. La diferencia es que sienten que su trabajo tiene un estatus menor que uno formal.

Nuevamente se aprecia una actitud positiva frente al trabajo desarrollado por los hijos por parte de los padres. Por ejemplo, una niña, comerciante ambulante señalaba:

Mi papá piensa que a lo mejor voy a ser una buena negociante, mi mamá dice que está bueno, pero con tal que no baje el rendimiento, lo único que me piden que no baje el rendimiento284

Una madre consideraba el trabajo de sus hijos como una retribución a su abnegada labor: …a la niña le gusta, además, le sirve para que ella se vista” “bonito porque no es una obligación” “Así pueden ayudarme por todo lo que yo me he sacrificado”285

Finalmente, esta investigación sostiene que no se puede afirmar que existiese una relación directa entre la deserción y el trabajo infantil. Según los casos estudiados, la asistencia a clases de los niños que realizaban algún tipo de actividad era semejante al resto. Esto se puede explicar porque antes, el sistema educativo era de medias jornadas,

282

Ibid., p. 96. Ibid., p. 97. 284 Ibid., p. 132. 285 Ibid., p. 122. 283

120

lo que permitía a muchos niños y jóvenes compatibilizar estudio-trabajo; principalmente cuando se realizaban labores de tipo informal.

La creciente pérdida de importancia relativa del mercado formal agudizada durante el periodo de crisis, conjuntamente con el incremento del mercado informal han creado un espacio para el trabajo infantil. Simultáneamente las escuelas, como medio para ampliar su cobertura, han debido parcelar sus jornadas lo cual deja más tiempo libre a los niños. Las familias de sectores populares, por su parte, han desarrollado sus propias estrategias de sobrevivencia, entre las que se cuenta el trabajo de mujeres, niños y jóvenes286

Si bien, muchos niños y jóvenes eran capaces de compatibilizar trabajos y estudios, otros abandonaban la escuela, incluso antes de finalizar la educación básica, pese a que el foco del gobierno estaba en lograr que terminaran con este ciclo para poder poseer las competencias básicas para el ámbito del trabajo. Un ejemplo de esta situación lo presenta la Revista Solidaridad, cuando entrevista a una banda de músicos que tocaba en el Paseo Ahumada y cuyas edades fluctuaban entre los 11 y los 16 años, denominados los Ritmo Cinco287.

Víctor de 16, toca la corneta. Estudió hasta séptimo básico y una semana de octavo. “yo no quise más la escuela” (…) Juan Patricio Alvarado que interpreta el huiro: “yo llegué hasta cuarto, pero el otro año mi abuelita dice que me va a o poner otra vez en la escuela- y tú quieres volver (pregunta la periodista) – de repente me dan ganas de volver, de repente no, porque quiero trabajar para vestirme.”288

Se puede apreciar que durante

nuestro periodo de investigación, los niños y

adolescentes que buscaban ganar un sustento, ejecutaban diversas labores y que la calle era el lugar que acogía a muchos de ellos. De acuerdo a datos entregados por la UNESCO, realizado en los sectores marginales de Santiago, indicó que un 42,9% de los escolares que desertaban lo hacían por motivos económicos; un 22,7% lo hacía por

286

Ibid. P. 166. Revista Solidaridad. Segunda quincena de junio de 1981. P. 18. 288 Ibid., pp. 18-19. La madre de cuatro niños de Ritmo Cinco señaló a Solidaridad “Ahora último es común los niñitos que cantan en las calles y salen a vender por su pobreza. Es ya parte de nosotros. Fíjese usted hay tanto niño que anda cantando (…) porque digo yo, en todos los hogares hay necesidad”. 287

121

enfermedad; por aprendizaje un 13,6%, por falta de interés un 10% y por motivos familiares un 4,5%.289 4.2.2. La Desocupación Juvenil

Investigadores como Javier Martinez señalaban en 1985 que la situación laboral de los jóvenes entre 15 y 24 respondía a un proceso de exclusión violento290 y cuyo origen radicaba principalmente en la reducción de la industria manufacturas291 producto de las políticas de liberalización de mercados292. Por ende, la reducción del empleo obrero fue dejando una gran cantidad de jóvenes sin nichos para integrarse al mercado laboral, pese a haber alcanzado un nivel de escolaridad mayor que los adultos. ¿Pero hubo un traspaso de mano de obra juvenil hacia otro sector productivo? Investigaciones señalan que los jóvenes aumentaron su presencia en el comercio, servicios personales y trabajos domésticos.293

Si bien la expansión del nivel medio del sistema educativo ha servido en el pasado para que más de un tercio de los egresados alcancen ocupaciones altas en cuanto a su nivel de calificación e ingresos, en la actualidad menos de un sexto de los egresados alcanzan dichas ocupaciones. Quienes llegan a ocupar ocupaciones relativamente privilegiadas problablemente lo logran no sólo por su nivel educacional sino también debido a la posición social de sus familias.294

Cabe señalar que la población juvenil, comprendida entre los 15 y los 24 años, presentó un notorio aumento entre la década de los sesentas y los ochenta. Si bien, el rango comprendido entre los 15 y los 19 presentaron una menor presencia en el mercado 289

En Revista Solidaridad. Primera Quincena de Septiembre de 1981. P. 14. El artículo titulado ¿Más o menos educación?, también plantea la matrícula en educación media, por ejemplo, había aumentado en el periodo entre 1970 y 1981, pero a un paso muy lento, si se comparaban las cifras correspondientes a 1970, donde se habían matriculado 308.100 estudiantes, en 1973 había aumentado a 445.300 estudiantes y en 1980 a 558.100 matriculados. 290 Martinez sostiene que la exclusión corresponde a la situación en la cual una persona con un nivel educativo que en otro tiempo histórico le hubiese permitido acceder a un buen empleo no lo consigue. Véase Javier Martinez. Juventud y Exclusión Social. El caso chileno. Documento CEPAL, 1985. P. 34 291 Los sectores más afectados fueron alimentos, vestuario, textiles, bebidas, industria de madera, productos químicos, caucho, etc. Véase Martinez, op. Cit. P. 38. 292 Ibid. P. 35. 293 Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-laboral de la juventud chilena: Diagnósticos y Perspectivas, CIDE, 1985, p. 147. 294 Oscar Corvalán. Educación Técnica y movilidad social de los jóvenes urbanos populares. CIDE, 1986, p. 24

122

laboral debido a la retención en el sistema escolar, los cambios implementados en el sistema económico y la estructura productiva no fueron capaces de incorporar a un importante contingente de jóvenes que necesitaba trabajar295. A continuación se presenta un gráfico donde se observa la evolución de la tasa de desocupación de jóvenes entre 15 y 19 años.

Tasa de desocupación juvenil (15 a 19 años) entre 1970-1982 50 45 40

35 30 25 20 15 10 5 0

41,22

43,77

31,53

35,1

28,73

28,49

26,45

23,44

1978

1979

1980

1981

16,79

1970

1975

1976

1977

1982

Fuente: Elaboración propia en torno a los datos de la Encuesta de Ocupación y Desocupación, Departamento de Economía, Universidad de Chile, citado en Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-laboral de la juventud chilena: Diagnósticos y Perspectivas, CIDE, 1985. P. 58.

Como se aprecia en el gráfico, entre 1976 y 1977 en un momento de fuerte contracción económica, se produce una alta tasa de desocupación juvenil, situación que va en descenso entre 1978 y 1981, para nuevamente aumentar considerablemente en 1982. El desempleo afectó severamente a los jóvenes del estrato socioeconómico más bajo. En 1978, el grupo entre 15 y 19 alcanzó un 54,7%. 296 Las limitaciones para encontrar un trabajo estable, seguro, con buenas condiciones llevaron a que muchos adolescentes y jóvenes de los sectores más pobres buscasen distintos mecanismos de sobrevivencia.297Otros en cambio, en la frustración fueron matando las horas en las esquinas y consumiendo alguna sustancia que los

295

Corvalán, Santibañez, Situación Socio-laboral de la juventud… Op. cit., p. 145. Ibid., p. 149. 297 Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-laboral de los jóvenes…Op. cit., p. 47. 296

123

ayudara a olvidar la amarga situación por la que estaban pasando.298 En este sentido, llamativa es la postura de algunas autoridades de gobierno frente a fenómenos como la drogadicción y el alcoholismo de parte de los jóvenes de escasos recursos. Por ejemplo, en la entrevista realizada a Jaime Belmar, quien fue Director de Salud de la Secretarìa Nacional de la Juventud, se aprecia que la explicación de las causas de estos flagelos que azotaban a los jóvenes apuntaban a el exceso de televisión, la incomunicación familiar y el mal uso del tiempo libre.299 Por ninguna parte se aprecia un cuestionamiento de otros aspectos como las

paupérrimas condiciones socio-económicas de muchos

niños, adolescentes y jóvenes. 4.2.3. Trabajo no Convencional y Riesgo infanto-juvenil El desmedro de la situación socio-económica de las familias de sectores populares y de ingresos medios bajos, trajo consigo una serie de problemáticas. La precariedad en muchos casos, recordaba la vida de las familias más pobres de inicios de siglo XX. Por ejemplo, una investigación de 100 familias arrojó que ninguna de ellas contaba con una cama individual, porque era compartida entre dos o tres en promedio. Cada pieza era habitada por 4,3 personas en un 61%300. Considerando el tamaño de las viviendas el hacinamiento y falta de privacidad no permitían satisfacer las necesidades de privacidad. Ya no era el conventillo, era la “vivienda social” de alguna erradicación en una comuna alejada del centro de Santiago. En 1978, el 58% de las familias no consumía las calorías requeridas. 301Encuestas realizadas por la Vicaría de la Solidaridad demostraban que en algunas poblaciones del Gran Santiago, la cesantía afectaba al 60% de los jefes de hogar. Lo cual, traía aparejado además de la pérdida de ingresos, la desestabilización familiar. Por su parte, el gobierno sostenía que desde que ellos habían asumido la pobreza había disminuido, pasando de un 21% en 1970 a un 14,2% en 1982. 298

Diversos

En relación a este tema véase los trabajos de Eduardo Valenzuela, La Rebelión de los jóvenes, Op. cit.,p. 97-100; . Javier Martinez. Juventud y Exclusión Social. El caso chileno. Documento CEPAL, 1985. 299 Revista CORDAM, s/n, 1984, pp. 57-58. En cambio, autores como Valenzuela sostienen que la drogadicción y el alcoholismo responden a un fenómeno de retraimiento anómico, provocado en gran parte por la exclusión laboral, educativa, etc. Véase Valenzuela, La Rebelión de los Jóvenes,Op.cit., p. 97-100. 300 La familia pobre urbana estaba conformada en promedio por 6 a 9 personas, siendo el promedio nacional 4,5. Véase Javier Martinez. Juventud y Exclusión Social…Op. cit., p.72. 301 Revista Solidaridad. Primera Quincena de Junio de 1981, p. 16.

124

organismos no ligados a la acción gubernamental contrarrestaban estas cifras argumentando que lo que influía en la disminución de la pobreza era la forma de medirla, dando mayor relevancia a la posesión de artefactos, electrodomésticos, red de agua y alcantarillado y no a necesidades de alimentación y trabajo. Así un estudio de la Universidad Católica indicaba que el 46% de las familias vivían en condiciones de pobreza para 1985.

Todos estos elementos llevaron a una gran cantidad de niños y jóvenes, menores de 18 años, a vivir en una situación de riesgo social constante.302 Por riesgo social de menores se entiende:

Todas aquellas situaciones de la familia que indican proximidad o posibilidades de los menores bajo su cuidado de verse afectados por algún de tipo de irregularidad social. Irregularidad traducida en términos de crisis estructural y funcional de la familia, afectando la conducta del menor y/o problemas de conducta de éste.303

Según un estudio publicado en 1986, uno de cada cinco jóvenes optó por ingresar a la fuerza de trabajo en el tramo comprendido entre 14 y 19 años. Según datos de UNICEF la PEA entre 10 y 14 años era de 24.006 niños para el sector formal y 350.402 para el tramo entre 15 y 19 años. Los menores entre 14 y 19 años era un tercio del cual percibía el resto de la población.304

En la búsqueda de la satisfacción de necesidades familiares y propias, muchos niños, niñas y jóvenes traspasaron la línea de lo legal o lo aceptado socialmente. Lo que hoy en día sería considerado como “Las peores formas de trabajo infantil”, Silva lo denominó Trabajo No Convencional305.

302

En los sectores populares entre un 44% y un 55% de la población era menor a 16 años. Osvaldo Torres. El niño abandonado…,Op. cit. p 81. 304 Ibid., p. 83. 305 Silva, Op. cit., p. 2. 303

125

Ya son motivo de profunda preocupación los menores que vagan sin rumbo en pleno invierno y a las horas más insólitas por el centro de la ciudad o las niñitas que inducidas por individuos de moralidad dudosa, comienzan el ejercicio de la carrera que solamente les puede traer contratiempos para el resto de su vida306

La prostitución infanto-juvenil de niñas entre 7 y 15 años, se volvió recurrente en las calles de Santiago, Valparaíso y Concepción. Estas niñas ejercían su labor en paraderos de taxibuses, edificios en construcción a cargo de una “señora” o bajo la mirada de explotadores profesionales. Muchas de estas niñas vivían en el seno de familias desestructuradas, donde se transformaron en las sostenedoras del hogar.

No sólo las niñas pertenecientes a los sectores más pobres de la población ejercían esta actividad. En 1984, el sacerdote Hernán Alessandri señaló que la prostitución infantil se extendía a las capas medias de la población, debido a la pauperización del ingreso familiar. Estas niñas se prostituían con el fin de alcanzar un ingreso que les permitiese costear ropa y permanecer en colegios privados307.

Al trabajar en la calle, muchas de estas niñas terminaban siendo presa de la explotación de los proxenetas, de la violencia, del alcoholismo y de la dependencia al neoprén. Sin embargo, otras no necesariamente trabajaban en la calle. Lo hacían en café topless y casas de masajes, negocios legales y establecidos que encubrían el comercio sexual.

La prostitución ha crecido dolorosamente entre las menores de las poblaciones aunque tampoco hay estadísticas oficiales al respecto. Muchas veces es solicitada y aceptada por los padres. Las muchachas se inician muchas veces en la misma población. Poco dinero, vestuario o alimento es el pago308

En 1986, nace COLMENA, un programa que tenía como objetivo enfrentar la problemática de la prostitución infanto-juvenil en las poblaciones. Esta iniciativa contaba con el apoyo de Hogar de Cristo y de UNICEF. El programa estaba enfocado en trabajar

306

Revista CORDAM, Nº2, 1978, pag. 8. Véase Torres, El niño abanonado…,Op. cit.,p. 89. 308 Revista Solidaridad. Primera Quincena de Agosto de 1979. Pág. 12. 307

126

en las poblaciones de Renca y Peñalolén. En ellos, se prestaba apoyo educativo y capacitación laboral a las niñas y adolescentes que ejercían el comercio sexual. También prestaba apoyo por medio de un Taller Infantil a los hijos de estas jóvenes que no asistían a jardines infantiles. Reinsertarlas en la sociedad era uno de los objetivos, pero también acompañarlas emocionalmente. Sobre el éxito o fracaso del programa no se encontraron datos. Sin embargo, la sola aparición de un programa como éste confirma que la prostitución infanto-juvenil era más común de lo que se quería aceptar.309

También era común que muchos niños y jóvenes que desempeñaban trabajos de carácter callejero terminaran viéndose involucrados en situaciones delictivas o bien, fuesen considerados por las autoridades como vagos y mendigos. Existieron casos, donde se mezclaban ambas esferas trabajo/mendicidad siendo detenidos por carabineros y enviados a la Casa de Menores y luego de la reforma realizada en 1979 a las Comisarías o Subcomiserías de Menores, para luego destinarlos a los Tribunales de Menores. ¿Por qué se detenía a estos niños? Se les detenía porque la “vagancia” era considerada una conducta antisocial, una infracción a la ley 11.625, que señala:

Quienes no teniendo hogar fijo o vivienda en el de otra persona por mera tolerancia o complacencia carezcan de los medios lícitos de subsistencia y quienes sin estar impedidos para el trabajo “no ejerzan habitualmente profesión y oficio”310

El Rafa era un niño que había vivido en distintos hogares y posteriormente con una señora que lo acogió en su casa. Pero ocurrió un robo y Rafael sintió que el peso de las sospechas recaía sobre él. Se fue y… sobrevive vendiendo candys en las micros Peñaflor, dormía en una camioneta abandonada que había en la Villa Portales311

La historia de Rafael, tuvo un final feliz, fue rescatado por una pastoral de la Vicaría y finalmente se transformó en monitor que para niños y jóvenes que estaban en la misma situación que él. Pero no todas las historias eran iguales.

309

Talleres de jóvenes pobladoras, ONG COMENA, 1986. Ley 11.625, en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=26729 311 Revista Solidaridad, Segunda quincena de Enero de 1980, p. 7 310

127

Cuando andamos volados, no sentimos ni hambre ni frío, explica con ingenua certeza un pequeño muchacho de 14 años. La droga usada, neoprén, un pegamento. De diversas maneras los muchachitos, hombres y mujeres reúnen dinero. Este será usado para comprar algo de alimentos (también llevamos comida para la casa) y lo necesario para un tarro de pegamento. Será aspirado con fuerza por nariz y boca, mientras el tarro circula de mano en mano entre los integrantes de pequeños hombresniños.312

Algunos de estos niños tenían familias y un hogar donde llegar diariamente, otros por diversos motivos abandonaban el hogar. El espectro de niños y jóvenes que llevaban a cabo actividades económicas en el mercado se destacaba por su heterogeneidad.

En 1978, cuando aún existía CONAME, se entregaban las siguientes cifras: 23.134 menores fueron detenidos por delitos comunes. De ellos 2.337 menores de siete años, fueron detenidos por carabineros por uso de drogas y daños a terceros313. Entre enero y junio de 1986 hubo 4.333 menores detenidas por “ofensas a la moral”. El mismo sistema que las arrastra al comercio sexual las castigaba por sus pecados314.

Muchos niños y organizaciones denunciaban el uso excesivo uso de la fuerza por parte de carabineros. Al hacer redadas en las poblaciones, no hacían distingo entre niños y mayores de edad, utilizando incluso descargas eléctricas. También la acción de investigaciones era puesta en tela de juicio por el grado de violencia utilizado hacia menores que eran detenidos por sospechas o delitos severos.315

Sin embargo, hay que mencionar las iniciativas de diversas organizaciones que desarrollaron programas que actuaban como alternativas a la institucionalización de menores en centros del SENAME o que simplemente se transformaron en un apoyo para las diversas problemáticas que aquejaban a la familia popular. En este sentido, se destaca la labor del Programa La Caleta, para niños y jóvenes drogadictos, la Fundación Missio cuyo objetivo fue la Capacitación Laboral a través de la implementación de talleres 312

Revista Solidaridad, Primera quincena de enero de 1978. p. 7 Revista Solidaridad, Segunda quincena de Enero de 1980, p. 8. 314 Torres, El niño abandonado…Op. cit., p. 90. 315 En relación al tema, véase Revista Solidaridad, segunda quincena de abril de 1980, pp. 18-19. Torres, El niño abandonado… Op. cit., p. 78. 313

128

productivos para jóvenes de 15 a 18 años, los Centros de Recreación Infantil, que acogieron niños de 6 y 14 años y formaba monitores salidos de la misma comunidad, Colmena de la cual ya hicimos mención.316

4.3. El Gobierno frente al trabajo infantil y juvenil 4.3.1. El acercamiento del gobierno hacia el tema

En 1974, en el marco del Programa de Desarrollo integral de Menores, se llevó a cabo una investigación que buscaba indagar en la situación laboral de niños y adolescentes, como marco de referencia, para un estudio más profundo, denominado “El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago”.317 Los fines de la investigación, en palabras de las investigadoras, son los siguientes: Profundizar más en la situación de los jóvenes incorporados al mercado laboral, investigando empíricamente los factores que inciden en dicha incorporación, así como las condiciones ocupacionales en las que se encuentran. Por una parte se ha puesto especial énfasis en detectar su grado de utilización como potencial humano tratando de conocer su real participación en el desarrollo económico.318

Para recabar información se eligió a jóvenes entre 15 y 18 años de tres poblaciones de la Comuna de La Granja.319 Se decidió trabajar en torno a este rango etario, porque según las autoras, en el estudio preliminar llevado a cabo en 1974, el rango comprendido entre 12 y 14 años de edad era muy poco significativo, alcanzando un

316

Véase Torres, El niño abandonado… Op. cit., 128-136. Margarita Giles, Marta Illanes. El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF., 1976. Cabe señalar que esta investigación era la que correspondía al Ministerio del Trabajo. 318 Ibid., p. 2. 319 Esta comuna ya había sido elegida por el Ministerio del Interior, para ejecutar los Planes de Desarrollo Social, debido a que concentraba altas tasas de marginalidad. Por ejemplo, el 70% de los hogares no contaba con alcantarillado. Las poblaciones elegidas fueron Pablo de Rocka, La Bandera y Nueva Paraguay. Véase Margarita Giles, Marta Illanes. El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF., 1976, p. 3 317

129

0,60%320. La hipótesis de las investigadoras es que esto se producía gracias a las limitaciones que pone la legislación laboral en torno a ese rango de edad. La comuna de Granja presentaba graves deficiencias en equipamiento, servicios e infraestructura. No contaba con áreas verdes, carabineros ni hospitales. La cobertura escolar se veía sobrepasada. Para ese entonces, existían 47 industrias de distintos rubros, sin embargo éstas eran pequeñas y no lograban a cubrir la demanda laboral de los adultos. Por esta razón proliferaron los talleres artesanales en las propias viviendas, donde trabajaban los miembros del grupo familiar, que por lo general eran numerosas (6 a 7 personas). Las ocupaciones que generalmente realizaban los trabajadores de La Granja eran; obreros (43,4%); trabajadores por cuenta propia (20,7%); empleados (18,7%) y servicio doméstico (6,4%). Sin embargo, un 15% de cesantía afectaba a las familias. Cabe señalar que un 51,4% de ellas vivía en pobreza extrema. Más de la mitad de los menores encuestados percibía un ingreso familiar menor al mínimo estipulado por la ley. De allí que sea comprensible que estos menores se vean obligados a incorporarse más tempranamente y en mayor número al mundo del trabajo, como una forma de incrementar un exiguo presupuesto familiar321

De acuerdo a la investigación, un 32,2% de los menores encuestados322 formaba parte de la fuerza de trabajo; es decir 3 de cada 10. Algunos datos aportados son los siguientes: Cuadro 13:

Tasa de participación de menores según edad. EDAD

TASA PARTICIPACIÓN

18 años

52,3%

17 años

42,3%

16 años

25,6%

15 años

14,6%

321

. Ibid., p. 33 El total de encuestados fue de 357.

322

130

DE

Fuente: Instituto Laboral y de Desarrollo Social. En base a datos Plan Piloto de la Granja. Ministerio del Interior, Santiago, 1975. Citado en Giles, Illanes. El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF, 1976, p. 36.

Cuadro 14:

Tasa de participación de menores según sexo.

SEXO

TASA DE PARTICIPACIÓN

Hombres

40,2%

Mujeres

22,7%

Fuente: Instituto Laboral y de Desarrollo Social. En base a datos Plan Piloto de la Granja. Ministerio del Interior, Santiago, 1975. Citado en Giles, Illanes. El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF, 1976, p. 37.

Como se aprecia, según estos datos la presencia de menores en la fuerza de trabajo disminuye en la medida que se acerca a la edad mínima, legal para ingresar al mercado laboral. Posiblemente esto se deba porque para poder desempeñar alguna labor con contrato era además, obligación haber terminado la educación básica. Sin embargo, un 15%, no es una cifra despreciable. También se puede observar que la presencia de varones en la fuerza laboral es mayor posiblemente, porque debido a su rol de género le es más fácil y menos cuestionable realizar labores consideradas “para hombres”. Además, era común que las mujeres se dedicasen a labores del hogar, que también tenían como objetivo la mantención económica, como por ejemplo, la elaboración de pan.

El estudio demostró la relación entre la tasa de participación de menores y la condición ocupacional del jefe de familia. Mientras existe desocupación mayor es la participación laboral de los menores.

Cuadro 15: Tasa de participación de menores según condición ocupacional del jefe de familia CONDICIÓN OCUPACIONAL JEFE DE

TASA DE PARTICIPACIÓN DE

FAMILIA

MENORES

Ocupados

29,4%

Desocupados

53,8%

Fuente: Instituto Laboral y de Desarrollo Social. En base a datos Plan Piloto de la Granja. Ministerio del Interior, Santiago, 1975. Citado en Giles, Illanes. El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF, 1976, p. 47.

131

En aquellos hogares cuyo ingreso familiar era menos del mínimo la participación de los menores alcanzaba un 45,6% y en aquellos hogares donde se percibía entre uno o más ingresos mínimos esta participación disminuía a un 18,9%. En relación a esto, las investigadoras señalaron:

Queda claro que una desmedrada situación económica es uno de los factores que estarían condicionando una compulsiva entrada del joven a la vida laboral” (…) “Podría decirse, que en última instancia es el nivel de ingreso la variable interviniente que estaría afectando la posibilidad de que el menor desempeñe exclusivamente el rol de estudiante 323

¿Cuántos menores lograban compatibilizar asistencia escolar y trabajo? Al parecer, no muchos. Según los datos provenientes del estudio, aquellos que logran complementar ambas labores alcanzan sólo un 5%, en cambio, un 66% de los menores que participaban en alguna actividad laboral no asistía al colegio324.

Se podían identificar cuatro grupos de menores trabajadores. Cada uno con sus propias características y problemáticas: a) Trabajadores Ocasionales: Correspondía al 31,6% de los menores ocupados. Eran los que desarrollaban su labor en las más precarias condiciones. Se podían identificar por ser los ayudantes de las ferias libres, vendedores de canela, vendedores de peinetas, agujas, etc. También porque eran vendedores de los mismos productos que fabricaban (remolinos, delantales, volantines).

b) Trabajadores con ingresos fluctuantes: Poseían trabajo de forma regular. Sin embargo, sus ingresos varían de acuerdo a la demanda que exista en el mercado de sus productos o servicios. Del total de menores ocupados un 11,8% trabaja en esa calidad, desempeñándose a su vez por cuenta propia (66,7%) o como empleado u obrero a trato (33,3%).

323

Marta Gili, Margarita Illanes. “El Empleo Juvenil en una comuna del Gran Santiago”. Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF. Santiago, Abril de 1976. P. 49. 324 Cabe aclarar, que en este estudio se entiende por trabajo, cualquier actividad remunerada sobre las diez horas semanales.

132

c) Trabajadores estables de sueldo fijo: Un 25% de los jóvenes se clasifica dentro de esta categoría. La totalidad se desempeñaba como obrero o dentro del servicio doméstico. En el caso de este último, llaman la atención dos situaciones. La primera, su extensa jornada de trabajo (51 horas) y dos, su exiguo sueldo menor al ingreso mínimo. d) Trabajadores familiares: Este grupo correspondía al 5,3% de los entrevistados.

e) Trabajadores del PEM: Se trabajaba 30 horas semanales y se recibía el sueldo mínimo. Correspondía a un 11,8% de los menores.

A su vez, se podían realizar dos nuevas caracterizaciones considerando la sistematicidad de la remuneración. 1) Menores trabajadores a sueldo fijo: La mayoría de ellos había aprobado más de cuatro años de estudios. Un 16,7% contaba con algún grado de enseñanza media o especializada. Se desempeñaban principalmente en la manufactura, empresas o fábricas. Sin embargo, el 42,1% no tenía previsión y el 73,7% recibía menos del ingreso mínimo. Se desempeñaban como aseadores, recaderos, ayudantes de chofer y repartidores.

2) Menores trabajadores de sueldo fluctuante: La gran mayoría no había alcanzado el 4to básico. Sólo el 3,0% de ellos cursó algún nivel de la enseñanza media. Más de un 50% se dedicaba al comercio ambulante o al de pequeña escala. El 39,4% trabajaba en jornada completa. La mayoría realizaba labores entre 10 y 21 horas semanales. No gozaban de ningún tipo de seguridad social.

El diagnóstico estaba claro. El ejemplo de la Granja sólo había que multiplicarlo por un par de comunas más. La precariedad y los bajos ingresos que percibían estos menores los llevaba a ubicarse en una situación de subempleo. Llama la atención que no necesariamente los adolescentes que tenían mayor escolaridad podían acceder a trabajos donde sus condiciones fuesen mejores. Si no tenían previsión era porque no tenían contrato y seguramente trabajaban a trato y sus empleadores consideraban que les hacían un favor. La escuela terminaba restando oportunidades para ganar el sustento,

133

pese a que en la época existía la conciencia sobre el valor de la educación. En palabras de las autoras:

La educación no juega como un valioso antecedente para una mejor ubicación en el empleo, sino como una alternativa al desempeño de un cargo o una ocupación. Por tanto, dado que estamos estudiando a jóvenes y niñas que por sus edades deberían estar cursando su ciclo estudiantil, aquellos que son trabajadores están indicando en su gran mayoría ser desertores del sistema educacional”325 “Casi las tres cuartas partes de los jóvenes desertores de la educación formal respondió categóricamente que se encontraba fuera de la escuela por la necesidad de trabajar.326

¿Qué les ofrecía el futuro a estos jóvenes de la Granja? Al no poseer estudios completos ni capacitación, la mayoría de los jóvenes podía esperar en su vida adulta continuar realizando trabajos de baja calificación, por ende, de bajos sueldos y así perpetuar el

círculo de la precariedad.

Un sentimiento de exclusión derivaba

en

resignación, resentimiento o desesperanza.

4.3.2. La Capacitación Laboral Estudios realizados en el marco del Programa de Desarrollo Integral de Menores, demuestran el valor que se otorga a la capacitación laboral en la vía de integrar al mercado laboral a los jóvenes. Así el estudio realizado en la Granja indicaba que las mujeres eran quienes más aprovechaban los programas de capacitación en áreas como la peluquería, corte y confección y secretariado (labores propias de su género, para la época), alcanzando un 64,3% del total de encuestadas. Sin embargo, no necesariamente se desarrollaban en estos ámbitos más tarde. En el caso de los varones, pese a la capacitación, tampoco lograban poner en práctica sus nuevos conocimientos, ya que no encontraban trabajo. Por ejemplo, quienes se habían capacitado en mecánica, terminaban cumpliendo labores de aseadores o vendiendo golosinas en las micros327.

325

Ibid., p. 97. Ibid., p. 100. 327 Ibid., pp. 44-45. 326

134

También, dentro del marco del Programa de Desarrollo Integral de Menores, se llevó adelante un estudio basado en la capacitación de los jóvenes. Sorprende que a diferencia de las investigadoras de la Granja, al momento de referirse a la situación laboral de los niños y jóvenes en Chile, acuden a datos del censo de 1970, que incorpora al rango comprendido entre los 12 y los 19 años y que sostiene que en Chile las tasas de participación laboral juvenil alcanza el 10,83%328. Coincidían en el diagnóstico de precariedad laboral y social de una gran cantidad de menores. En ese sentido, señalan que:

El Aprendizaje de Menores constituye una de las modalidades de capacitación ocupacional especialmente diseñada para menores y que en la actual etapa de nuestro desarrollo es una alternativa al sistema educacional tradicional. Como ingrediente novedoso en nuestro medio, incorpora a la economía en el desarrollo de los recursos humanos jóvenes.329

Los investigadores platean que la capacitación sólo sirve cuando existe empleo. Algo que se volvió difícil en el periodo que estamos estudiando. Agregan que además, debía realizarse en condiciones similares a las de la empresa o en la misma empresa. Entre las modalidades de capacitación se reconocen: 

Aprendizaje de Menores.



Formación Profesional.



Formación de Técnicos nivel medio.



Perfeccionamiento y complementación.



Protección Profesional en el empleo.



Reconversión.



Rehabilitación.

Señalamos en el capítulo anterior, que en 1976, se aprobó DL 2.200, que implementaba el Aprendizaje de Menores. Esta modalidad de capacitación, se volvió una alternativa importante para elevar el nivel del “recurso humano” nacional, necesario para 328

Nancy Seiffert y Francisco Worlitzky. Aprendizaje de menores. Capacitación Ocupacional de la Juventud. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF. 1976. P. 2. 329 Ibid., p. 2

135

enfrentar los desafíos que impuso el nuevo modelo económico.

Consistió en una

experiencia de aprendizaje mixto (empresa-taller/escuela)330.

Los aspectos socioeconómicos del Aprendizaje de Menores se centraban en generar las oportunidades laborales de los jóvenes de escasos recursos para que pudiesen integrarse a la máquina productiva y así poder satisfacer sus necesidades. El empleo es considerado en esta estrategia como medio y como fin. Da un rendimiento y proporciona un ingreso al que trabaja y le da conciencia de hallarse ocupado en algo que valga la pena. 331

Según el estudio, los aprendices que habían participado de un Plan Piloto, fueron encuestados por INACAP en 1974. Los resultados arrojaron: 

Satisfacción por parte de los egresados por la capacitación recibida.



El 72% estaba trabajando en la actividad que habían aprendido.



Un 70% continuaba trabajando en la empresa donde había recibido su capacitación. La idea de formación mixta del aprendiz queda en evidencia en el siguiente

programa: Esquema del Programa de Aprendizaje Año I

Año II

Año III

Fase de Formación de

Fase de Formación de

Fase de Formación de

Talleres.

Talleres.

Talleres.

Fase de Práctica

Fase de Práctica

Fase de Práctica

Industrial y enseñanza

Industrial y enseñanza

Industrial y enseñanza

teórica. (20% de la

teórica. (20% de la

teórica. (20% de la

jornada)

jornada)

jornada) Prueba de Aptitud

330 331

Ibid., p. 3. Ibid., p. 23.

136

Profesional Fuente: Nancy Seiffert y Francisco Worlitzky. Aprendizaje de menores. Capacitación Ocupacional de la Juventud. Programa de Desarrollo Integral de Menores. CONICYT-UNICEF. 1976. P.44.

La necesidad de volver productivos a jóvenes que en muchos casos ni siquiera alcanzaban a terminar sus estudios es el objetivo principal de esta modalidad de capacitación. Por otro lado, no debemos olvidar que el Plan Piloto no comienza en este gobierno, sino en el de Frei Montalva. Cabe señalar que las fracturas del sistema económico provocaron el cierre de muchas empresas y fábricas, lo que llevó a que jóvenes y adultos compitiesen por una vacante o bien siguieran engrosando las cifras de la cesantía, por lo que el impacto del contrato de aprendizaje no fue representativo. Un estudio realizado por Eduardo Valenzuela en tres comunas de estrato social bajo en 1983, reveló que sólo un 4,5% del total de jóvenes ocupados se encontraba bajo el regimen de aprendiz o ayudante.332 Lamentablemente en el curso de esta investigación, no nos

fue posible encontrar

información, por ejemplo de SENCE, donde se realice una evaluación del tipo de contrato y de su real efectividad. Sin embargo, cabe preguntarse ¿Existieron programas de capacitación y/o aprendizajes para el ámbito del trabajo focalizados a jóvenes? Nos atrevemos a decir que no existió ningún programa especial para capacitar ni incluir a jóvenes al mercado laboral por parte del Estado333. Sin embargo, se pueden identificar algunas iniciativas aisladas al respecto. 4.3.2.1. Acciones del Ministerio de Educación. El rol de la Educación Técnico Profesional

332

Sin embargo no explicita si esto corresponde al sistema de contrato de aprendizaje. Véase Eduardo Valenzuela. La Rebelión de los Jóvenes. Ediciones Sur., 1984. P. 51. 333 Por ejemplo, durante nuestro periodo de estudio se llevaron a cabo iniciativas focalizadas a jóvenes por parte de sus respectivos gobiernos en países como Costa Rica, cuyo programa se denominó “Capacitación de Grupos Marginales y creación de Talleres Públicos”, En Colombia, se desarrolló el Programas Móviles Urbanos del Servicio Nacional de Aprendizaje, en Brasil se llevó a cabo el Programa de Educación Comunitaria para el Trabajo y en Ecuador el Programa de Capacitación y Desarrollo Suburbano implementado por el Servicio Ecuatoriano de Capacitación. Véase el funcionamiento de estos programas en Oscar Corvalán y Alfonso Lizarzaburu. Los Programas de Capacitación del sector informal en América Latina. Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación. Informe de Investigación IIPE. UNESCO; 1985.

137

En Políticas Educacionales del Gobierno de Chile, en 1974, se fijó como meta para los menores entre 14 y 19 años: Hacer que la educación media técnico-profesional el principal medio para formar el personal técnico calificado de nivel medio que nuestro desarrollo requiere.334

Como se puede apreciar, el diagnóstico del gobierno dictatorial no era tan distinto al de sus antecesores, al considerar la importancia de la educación técnica para el acceso a de la población a mejores empleos y el desarrollo del país. No obstante, es posible apreciar que en el periodo que comprende esta investigación la matrícula en educación técnica comenzó a decaer. Cuadro 16:

Matrícula de la Educación Media, según modalidad 1960-1982 Cientifico-

Crecimiento

Técnico

Crecimiento

Humanista

Anual

Profesional

Anual

1960

83.300

10,4

20.800

9,2

1965

107.200

3,5

37.400

9,7

1970

202.506

13,2

99.700

16,1

1973

282.721

8,2

163.131

11,1

1980

371.626

3,8

170.013

-4,6

1982

418.649

6,5

147.090

-9,1

Año

Fuente: PIIE. Las transformaciones educacionales bajo el Régimen Militar. PIIE. Vol. 2. Santiago, Chile 1984, en Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-laboral de la juventud chilena. Diagnósticos y perspectivas. CIDE, Santiago, 1985, p. 81.

Entre las dificultades que enfrentaba la educación técnica, para transformarse en un verdadero vehículo de inserción laboral se idenficaban: La existencia en planes y programas de un divorcio entre ciencia y tecnología, entre ciencias y práctica, entre ciencias naturales y sociales, junto con una formación parcializada del proceso productivo. Esta situación genera más bien un estigma negativa hacia el trabajo manual que resulta

334

Ministerio de Educación. Políticas Educacionales del Gobierno de Chile, 1974. Pp. 26-29. En Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena. Diagnóstico y Perspectivas. CIDE, 1985.P 82.

138

ser lo contrario de lo que sostienen pretender los planes y programas de la ETP.335

A partir de 1980, las enseñanza técnico-profesional también sufrió el traspaso hacia corporaciones municipales y corporaciones privadas vinculadas al mundo de los empleadores, con el fin de poder integrar a los estudiantes más efectivamente al mercado laboral. Sin embargo, no se realizaron cambios en la estructura curricular por lo cual, se mantenía la dualidad entre educación para el trabajo y educación con continuidad en la educación superior.336 Un porcentaje menor a un 15% de los estudiantes de educación técnica lograban realizar sus prácticas profesionales, por ende titularse. Las explicaciones al respecto guardaban relación que al contrario de la educación media que finalizaba en cuarto medio, en la educación técnico-profesional en muchos carreras se debía cursar hasta quinto medio, lo cual provocaba que muchos jóvenes desertaran antes. 337 Otros problemas que se identificaron en esta sistema de educación, fueron la falta de orientación vocacional, falta de preparación de los docentes que impartían clases en esta modalidad y la aparición de especialidades que no contaban con equipamientos ni prácticas profesionales,338 como así también a la poca valoración social que se otorgaba a la educación técnica en contraposición a los estudios universitarios, a los cuales muy pocos tenían acceso.339 Cabe agregar que muchos jóvenes mayores de 15 años que habían desertado del sistema tradicional, se capacitaron en un oficio por medio de la educación de adultos. En 1982, 19.729 personas participaban en la educación de adultos de tipo vocacional. En 1984 habían 3.814 jóvenes que integraron programas de educación de índole laboral.340

335

Oscar Corvalán. Educación Técnica y movilidad social de los jóvenes urbano-populares.CIDE, Agosto 1986, P. 39 336 Ibid., p. 50. 337 Oscar Corvalán, Educación Técnica…Op. cit., p. 51. 338 Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena…Op. cit., p. 83. 339 Oscar Corvalán, Educación Técnica…Op. cit., p. 51. 340 Citado en Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena…Op. cit., p. 88.

139

4.3.2.1.1. La labor de SENCE341 En el periodo que abarca esta investigación, la labor de este organismo, además de supervisar lo referente a los contratos de aprendizaje, consistió en otorgar becas de capacitación. Estas becas eran distribuidas en gran parte por las municipalidades para beneficiarios que se encontrasen en situación de pobreza. Instituciones como DUOC342 e INACAP343 eran los principales organismos técnicos de ejecución.344 Sin embargo la cantidad de becas otorgadas era mínima en comparación con la demanda. Por ejemplo, en 1983, se otorgaron 7.706 becas en las que salieron favorecidos jóvenes frente a casi 100.000 jóvenes sin capacitación laboral que necesitan integrarse a la mercado del trabajo entre 1977 y 1982.345 Otras críticas que se realizaban al funcionamiento de SENCE, era que financiaba cursos de 200 horas, en las cuales no se lograba capacitar a una persona completamente en el aprendizaje de un oficio o competencias. Finalmente, un estudio346 señalaba que las becas no llegaban al grupo objetivo para el cual habían sido diseñadas. Los beneficiarios terminaban siendo personas con un mayor nivel educativo347 Como señalábamos anteriormente no nos fue posible identificar un programa específico de capacitación ni de incorporación a jóvenes entre 15 y 25 años gestionado

341

El Servicio Nacional de Capacitación y Empleo fue creado en 1976 por medio de la promulgación del Decreto Ley N° 1446. Su función ha sido desarrollar las competencias laborales de las personas por medio de la capacitación. 342 El Departamento Universitario Obrero y Campesino nace en 1968 al alero de un grupo de estudiantes de la Universidad Católica, quienes deseaban participar en la educación de los sectores más vulnerables. En Dictadura funcionó como OTEC y en 1981 se transforma en Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica. Véase más en http://www.duoc.cl/info/alumnos/2014-01/noticia-01.html 343 INACAP o el Instituto Nacional de Capacitación nace en 1966 por medio de la iniciativa de la CORFO. Su objetivo fue entregar educación técnica a los trabajadores. En 1976, se transforma en un Organismo Técnico de Capacitación (OTEC) y en 1981, dejó de percibir recursos gubernamentales. En este mismo año, además, pasa a ser CFT e Instituto Profesional. Véase Luis, Pisani, Luis Magallón, Jorge Castillo. El INACAP, su creación, desarrollo y el imperativo de su transformación. En http://www.primerapiedra.cl/documentos/EL%20INACAP.pdf?articulosPage=2 344

Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena…Op. cit., pp. 90-91 Estos jóvenes en su gran mayoría se encontraban con estudios inconclusos de básica y educación técnico profesional. Véase Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena…Op. cit., p.91. 346 Latorre, Análisis de un sistema de capacitación a trabajadores del sector informal. PIIE, 1981. Citado en Oscar Corvalán y Erika Santibañez, Situación Socio-Laboral de la Juventud Chilena. Diagnóstico y Perspectivas. CIDE, 1985. 347 Ibid., p. 97. 345

140

por algún organismo gubernamental. Las becas de SENCE no estaban destinadas a un etareo específico. En 1980, nace por iniciativa de CIDE348 con la cooperación de la institución alemana EZE (Central Evangélica para el desarrollo) el Programa de Capacitación para Jóvenes Marginados349. El programa estuvo dirigido a personas desocupadas, que buscaban trabajo por primera vez o trabajaban de forma independiente, pero especialmente a jóvenes de entre 15 a 25 años que: 

Estuviesen desocupados o subempleados.



Proviniesen de hogares de ingresos bajos.



Que habitaran en poblaciones periféricas marginales. Entre junio de 1980 y junio de 1983 se llevaron a cabo 64 talleres en 29 comunas,

cuya duración fueron tres meses y donde participaron 1.253 personas.350 Las capacitaciones se impartieron en las siguientes áreas: estructuras metálicas, corte y confección, electricidad e instalaciones, peluquería y belleza, albañilería, instalaciones sanitarias, soldadura al arco, mueblería, reparación de electrodomésticos, moda infantil y tejido artesanal.351 Sobre este programa Oscar Corvalán señala: El programa busca pues generar un cambio de percepción y de actitud entre los jóvenes que han "fracasado" en el sistema formal de educación y en su búsqueda de empleo en el sector. Por otra parte la discusión de temas de interés para los jóvenes se orienta a desarrollar su capacidad de análisis crítico mientras que el tratamiento de contenidos de la educación básica (Castellano y aritmética) permite remediar, complementar profundizar la educación general (o básica) de los jóvenes.352

De los jóvenes capacitados, el porcentaje de empleabilidad fue en 1981 de un 45,5%, en 1982 de un 22,79% y de un 14,76 en 1983. Se cree que esta caída respondió

348

Correponde al Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación. Oscar Corvalán y Alfonso Lizarzaburu. Los Programas de Capacitación del sector informal… p., 105. 350 Ibid., p. 106. 351 Ibid.,p. 107. 352 Ibid., p. 110. 349

141

al contexto deprimido de la economía en aquellos años.353 La misma evaluación del programa señalaba que uno de sus déficits fue la incorporación de los egresados en empleos regulares.354 Más allá de los resultados limitados del programa de capacitación implementado por CIDE entre 1980 y 1983, consideramos que fue un aporte valioso para el contexto de la época, en el sentido que intenta ser un espacio de educación popular con una finalidad práctica, sin dejar de lado su sentido crítico. Por otro lado, su implementación respondió a un diagnóstico inicial sobre la condición de los jóvenes de los sectores de escasos recursos que el gobierno de la época también manejaba con total claridad. En este sentido, llama la atención que no se haya realizado ningún programa o plan focalizado en materia laboral juvenil, más allá de la entrega de becas y del PEM que absorvío a parte de la masa cesante en general. Al mismo tiempo, la educación técnica tampoco funcionó como una plataforma de ingreso al mercado del trabajo. No existió una coordinación para abordar esta materia entre organismos como la Secretaría Nacional de la Juventud por ejemplo y el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, como tampoco por disminuir la presencia de menores de 15 años en situación de trabajo infantil en el mercado informal.

4.3.3. La capacitación y el trabajo como rehabilitador social

En materia laboral infantil y juvenil, a nuestro juicio existe una tensión, una paradoja de parte del gobierno. Por una parte, en su afán de proyectar una buena imagen hacia el exterior, acogió los lineamientos que se proponen a nivel internacional por organismos como OIT y UNICEF. En materia de trabajo infantil, según los documentos del Programa de Desarrollo Integral de Menores, podemos reconocer una lógica que apuntó a problematizar el trabajo de menores. Es así como en 1979 se elevó la edad de los menores para contraer contratos a 15 años.355 Sin embargo, permite el trabajo de menores de 14 años en fábrica y empresas por medio del “Contrato de Aprendizaje”.

353

Ibid.,p. 112. Ibid., p. 112. 355 Este aumento en la edad de ingreso de los menores al trabajo formal iba en consonancia con el Convenio 138 de la OIT de 1973. Pese a que Chile no lo ratificó hasta 1990, durante la Dictadura se acoge la recomendación. 354

142

Tampoco pone límites de edad al trabajo llevado a cabo por menores en el mundo publicitario o de la televisión.

Además, se aprecia que están en conocimiento de la presencia de un importante contingente de menores que ejecutaban labores en el denominado “mercado informal de trabajo”, pero tampoco se aprecian esfuerzos por eliminarlo. El foco estuvo centrado en terminar con la molesta “vagancia y mendicidad”356, que según hemos observado en muchas situaciones se relacionaba directamente con la realización de actividades económicas como la venta callejera, el cuidado de autos e incluso la recolección en basurales. A estos niños, se les reconoce como menores irregulares y por ende, eran sujetos de institucionalización. Por otro lado, para aquellos niños institucionalizados, el trabajo era considerado un buen camino para la “rehabilitación”. En algunos casos, el producto de este trabajo era vendido y solventaba en parte los gastos del centro.

357

Al

igual que a principios de siglo XX, el trabajo vuelve a tener un cariz moralizador.

Todos estos talleres están destinados a capacitar a los menores en alguna actividad u oficio que se convertirá en una efectiva herramienta de trabajo para hacer frente a la vida358

Es así como en 1979, SENCE financia 180 programas para capacitar, por medio de INACAP a jóvenes del SENAME. Los cursos tenían una duración de tres meses y se impartían en las siguientes áreas359: 

Gasfitería



Electricidad



Motores gasolina



Electricidad automóviles

356

Este objetivo siempre está muy presente en el discurso oficial, por ejemplo se aprecia en las entrevistas y reportajes de la Revista CORDAM, AMIGA y en algunos pasajes de los Mensajes Presidenciales realizados por Pinochet. 357 Esto se puede apreciar en Hogares como Niño y Patria, dependiente de Carabineros, donde además, se les capacitaba en Taller de Radio y Conservería. En algunos casos menores de hogares femeninos, aprendían labores relativas a su “género”, como corte y confección, peluquería, etc. Revista CORDAM, s/n, 1978.pp. 19-20-21. 358 Revista CORDAM, s/n pp. 20- 21, 1978. 359 Informe de Evaluación Plan Nacional, Op. Cit., p. 16.

143



Mueblería



Costura



Conservería de alimentos



Iniciación Agrícola



Huertos familiares



Control de plagas en hortalizas

En este mismo año, DUOC realizó 31 cursos a menores de 35 centros en las áreas

de

género,

pantalonería,

gasfitería

electricidad,

peluquería

y

economía

doméstica.360 La alianza con SENCE continuó durante los años posteriores, sin embargo, en 1981 SENAME solicitó 555 becas de capacitación, situación que no se concretó. Un informe señala que esto se debió a un cambio en la política de capacitación que buscaba asegurar la integración laboral, situación que los menores de SENAME no podían llevar a cabo.361

Entre 1984-1985, se desarrolló un Programa denominado Capacitación Laboral para Menores en situación Irregular, dependiente de SENAME en conjunto con la OIT y PNUD. Este programa se llevó a cabo en diferentes centros, tanto de prevención como de protección. Por ejemplo, participaron jóvenes del Centro de Detención de Gendarmería, aprendiendo a hacer muebles. Niños y Jóvenes de CAD (Centros de Atención Diurna), participaban de Talleres de Gasfitería, marroquinería. Las mujeres, pertenecientes a Hogares o Centros de Acogida para madres adolescentes participaban en capacitaciones de corte y confección.362 Si bien, SENAME, consideraba dentro de sus objetivos, propiciar la capacitación laboral de los menores, considerando que muchos de ellos sólo alcanzarían el octavo básico, la falta de recursos y de organización provocó que varios programas quedaran inconclusos. El testimonio de Pablo, quien asistió al CAD Laboral, Digna Rosa en 1982, es bastante elocuente:

Yo entré a dibujo técnico; estuve como catorce meses y no saqué el título, porque el profesor se retiró o lo despidieron, en realidad no sé qué pasó

360

Ibid, p. 16. Ibid., p. 18. 362 Jorge Álvarez. Percepción que tienen los jóvenes en situación irregular de la atención que brindan los centros asistenciales. Estudio de casos. SENAME, Santiago, 1985. 361

144

ahí. Eso fue una desilusión para todos los chiquillos que estábamos en el taller (…) En los talleres a veces habían herramientas, a veces no, algunos profesores hacían clases de vez en cuando…eso a los chiquillos los desmotivaba363

Cabe señalar que la apertura de CAD, respondió a un programa sistemático del gobierno, ya que con ellos, se suponía que solucionaría el mal de la vagancia y la mendicidad, al entregar a los niños y adolescentes un lugar donde pasar sus horas libres, recibiendo alimentación y realizando actividades distractoras, además, de capacitación laboral. Por ejemplo, en 1979, en la Comuna de la Granja se inauguró el CAD Lucía Hiriart de Pinochet364. Según datos entregados por Augusto Pinochet, existían 67 de estos centros a lo largo de todo Chile, atendiendo a 8.860 niños.365

Si bien, se comprende en cierta manera la idea de capacitar a los niños y adolescentes que se encontraban en hogares; llama la atención la naturalización sobre el trabajo infantil que se aprecia en una publicación de 1977, cuando se refieren a la función de los Clubes Laborales (iniciativas promovidas y dependientes de Carabineros de Chile).

Los Clubes Laborales son aquellos que agrupan a menores que desarrollan actividades remuneradas. Se les orienta y se les enseña a distribuir su dinero. Trabajan en ferias libres, mercados y otros lugares de comercio366

Otro ejemplo de la naturalización hacia el trabajo infantil, se manifiesta en la siguiente explicación sobre la función de un Club de Menores en Chillán:

Alimentar y proteger a los niños vagos de Chillàn que continuamente están implorando a la caridad pública o bien cooperando en cuidar autos y llevando paquetes.367

En este ejemplo, se aprecia que ni siquiera existe un reconocimiento de que labores como las descritas implique trabajo infantil. Para ellos la cooperación está

363

Ibid., p. 10. Revista Amiga, Julio 1979, p. 21. 365 Mensaje Presidencial, 11 de Septiembre de 1985. 366 Revista de Educación, Septiembre-Octubre de 1977. N° 63, p. 89. 367 Revista CORDAM,s/n, año 3, 1978, p. 52. 364

145

vinculada más bien a una situación que efectivamente le quitaba el sueño al Régimen, la vagancia infantil.

Esto nos lleva a pensar en dos conclusiones, la primera es que no todos los trabajos realizados por menores en el mercado informal eran cuestionados por la autoridad, surge la pregunta entonces ¿dónde estaba el límite?

Por otro lado, podemos apreciar que el trabajo desarrollado por menores de edad incluso era aceptado y reconocido como algo positivo, como por ejemplo, carabineros y parte de la opinión pública.

Visitamos la Vega Central y ahí nos encontramos con Marcos Espinoza, que tiene 12 años de edad. Con su carrito, va de un lado a otro ayudando a las dueñas de casa a cargar sus verduras. Sólo gana sus cortes el domingo, en la semana va a la escuela. P: Le pregunto: ¿Cuánto te haces en la semana? N: Depende, pue, a veces 20, otras 30 pesos. P:-Y ¿Qué haces con la plata? N: -Bueno, me como mi sanguche. El resto pa’ la casa, pa’ mi mamá. P: Adiós Marcos…suerte que te rinda la platita. N: -Hasta luego casera…pa otra vuelta me toma a mi,,,Nosotros somos seguros, porque estamos organizados…368

Como se puede reconocer la periodista no juzga ni se cuestiona que Marcos, un niño de 12 años, que toda la semana va a la escuela, trabaje y que tenga que contribuir a la economía familiar. Al parecer, si se era pobre, eso era parte de la normalidad.

Así Marcos aparece como un prototipo, tomado al azar, de los resultados positivos de la labor social del Cuerpo de Carabineros, especialmente de su escalafón femenino369

Es más, Marcos es un ejemplo porque no derrocha su dinero y lo entrega en la casa. Por lo tanto, la labor de carabineros es exitosa porque crea “conciencia” en el niño. Sin embargo, en ciertas ocasiones 368 369

este reconocimiento al esfuerzo e iniciativa de

Revista de Educación, Septiembre-Octubre de 1977. N° 63, p. 90. Ibid., p. 90

146

menores se dejó de lado por parte de carabineros asumiendo una actitud represiva. Al respecto Osvaldo Torres plantea:

Es importante señalar que una importante cantidad de niños de la calle han denunciado que la policía, no necesariamente la de menores- los maltratasobretodo en las redadas contra los niños que trabajan en la calle.”370

En otras instancias, al interior del gobierno y sus organizaciones se aprecia la labor que pueden realizar los niños para aportar a la economía del hogar corresponde a un artículo de la Revista Amiga, medio de comunicación de la Secretaría Nacional de la Mujer. Señalaba que se había establecido un convenio entre CIDEME (Corporación Industrial y de Desarrollo Metropolitano) y la Secretaría con el propósito de “Ayudar al Supremo Gobierno en la erradicación de la extrema pobreza”371. El artículo señala que grupos de familias, incluyendo a los niños podían trabajar recolectando mora en Isla de Maipo, donde el producto se comercializaba en la casa de una Delegada de la Secretaría. “Por cada kilo recolectado se cancela de inmediato –un peso. Los niños llevan entre tres y cinco kilos diarios. Los grandes entre veinte y treinta”. 372

La delegada agregó: “Si bien este programa nos significa trabajar muchas horas al día (a veces, hasta las doce de la noche) estoy feliz de hacerlo, ya que es una manera de ayudar a poner el hombro”373

El artículo se centra en el sacrificio y abnegación de la delegada de la Secretaría. En ninguna parte aparece la voz de integrantes de las familias que trabajan recolectando mora y queda la duda por conocer qué pensaban ellos de su precaria condición. Además, no se hace ningún juicio de valor hacia el trabajo de los niños (tampoco hacia lo poco que le pagaban a la familia). Es más, es valorado porque representa la unidad familiar. Cabe señalar que CIDEME también desarrolló otra línea de trabajo donde utilizaban la mano de

370

Osvaldo Torres, El niño abandonado en Chile…Op. cit., p., 74. Revista Amiga, Marzo de 1976. Pág. 15. 372 Ibid. 373 Ibid. 371

147

obra de toda la familia. Esto fue recolección de botellas y papel de diario. En una publicación de la época se jactaban de producir en base a bajos costos, sin contar con alta tecnología, además, de poder entregarles a las familias otra vía para ganar su sustento374. Cuando se revisan publicaciones afines al régimen, nos podemos dar cuenta de que la idea “el trabajo dignifica al ser humano” se encuentra muy presente. Además, el rol que se le concede a la familia es esencial. Por lo cual, si el trabajo se realiza en familia o para la familia, deja de tener una connotación negativa. El trabajo es parte de la regeneración moral. Por lo tanto, el trabajo de los menores de edad en si no es un problema, siempre que se ajuste a “cierta norma”, como lo es rehabilitarse, cooperar con el ingreso familiar y seguir asistiendo a la escuela. En esta misma línea, podemos apreciar el análisis que se realiza de la proliferación de niños y adolescentes en situación de vagancia y mendicidad. El diagnóstico en 1981, era que los niños, después del colegio pasaban un gran número de horas ociosos, lo cual degeneraba en una serie de conductas antisociales. Por esta razón había que orientar el tiempo libre de los menores por medio de la educación extraescolar. La encargada del Departamento de Educación Extraescolar, cifró sus esperanzas en la acción conjunta con los municipios.375 Todo este proceso va a tener su mejor desarrollo en esta década, debido al traspaso de las escuelas a las municipalidades. Esto significa un real avance para la educación escolar: ello porque esta última necesita de la coordinación de todo lo que la comuna tiene, es decir, no sólo lugares físicos, sino también materiales y recursos humanos376

De acuerdo a Marta Stefanowsky, los municipios se verían beneficiados con estas acciones, ya que evitarían conductas antisociales de los menores. Nuevamente, no existe un análisis estructural de las causas de la violencia, vagabundaje y drogadicción de niños y adolescentes Por lo tanto, a nuestro juicio se responde con medidas paliativas a un problema de mayor complejidad. Esto responde a su vez, a la concepción que en la 374

Según el Artículo, CIDEME otorgó trabajo a ciento veinte mil familias. En Revista Amiga, Agosto de 19876, Pág. 17. 375 Revista Amiga, Noviembre-Diciembre de 1981. 376 Palabras de Marta Stefanowsky, Jefa del Departamento de Educación Extraescolar, en entrevista a Revista Amiga, Noviembre-Diciembre de 1981.

148

época se proyecta sobre la familia. Sólo cuando ésta no es capaz de cumplir con su rol, el Estado prestará ayuda. Atrás quedó la noción que el desarrollo humano y del país se lograría mejorando los estándares de vida. Por lo tanto, ser pobre reflejó en cierta manera, la ineficacia para aprovechar las bondades que entregaba el sistema. Por ejemplo, en cuanto al porqué de la existencia de la “minoridad irregular”, esta es la opinión de una autoridad de la época:

Generalmente, la familia se reduce al apareamiento de los padres para satisfacer sus necesidades sexuales. La llegada de los hijos constituye una carga molesta provocando, cuando estos alcanzan un número mayor de tres y suman un mayor número de problemas, el abandono del hogar por parte del conviviente que va a buscar otro conviviente 377

Como bien se puede apreciar, la opinión del Ministro de Educación no resiste un análisis relativo a causas estructurales. Más bien, el problema es cultural, es parte del “ethos” salvaje e inmoral de la familia pobre.

Se aprecian algunas similitudes con

opiniones realizadas por notables miembros de la elite durante principios del siglo XX.

Sin embargo, no estamos diciendo que la familia no sea importante para el Régimen de Pinochet. Al contrario, lo es y mucho. Por esta razón, es que el Programa Socioeconómico 1981-1989 se centró en la Población y la Familia, entregando diversos subsidios y ejecutando acciones que promoviesen el rol de la mujer desde el voluntariado y la protección de los niños y adolescentes.378 En esta materia, cabe señalar: Se deberán establecer y/o reformar las normas legales necesarias para lograr una efectiva defensa de todos aquellos menores expuestos a circunstancias de degradación infantil, tales como mendicidad, vagabundaje, trabajo infantil inapropiado, etc. estimulándose la labor de las instituciones organizadas que los protejan.379

377

Ministro de Educación, Contralmirante Luis Niemann, en Revista CORDAM, Nº 2, 1978. Revista Amiga, Junio-Julio 1982, p. 4 y 5. 379 Programa Socio-Económico 1981-1989. Población y Familia. En Revista Amiga, Junio-Julio, 1982. P.5. 378

149

Pero, pese a estas buenas “declaraciones de principios”, el sufrimiento padecido por niños y jóvenes continuaba. Al respecto, desde otra perspectiva el Párroco Juan Andrés Peretiatcowitz, señala: La gran mayoría de los jóvenes deja los estudios para trabajar y ayudar en su casa, pero no pueden hacerlo, porque no hay trabajo y se quedan cesantes380

Esta situación coincide con el hecho de que los jóvenes tenían mayor escolaridad y menos opciones laborales, como se presenta a continuación.

Cuadro 17:

Chile: Educación de los desocupados por estrato de edad. (Abril- Junio de

1981) Educación

15-19 años

20-24 años

25 y más años

Ninguna

1,4

0,9

5,9

1-6 años

22,8

13,9

48,1

7 – 12 años

74,8

79,8

36,9

13 años y más

1,0

5,4

9,1

total

100

100

100

Fuente: INE, Encuesta Nacional de Empleo. 1981. En Foxley y Raczinsky, Grupos Vulnerables en situaciones recesivas. Estudios CIEPLAN, 1984. pág. 137

La falta de trabajo para jefes de hogar y jóvenes, derivó en la proliferación de vendedores ambulantes, donde se mezclaban, antiguos obreros de fábricas, dueñas de casa y por supuesto, niños. Sin embargo, esta actividad se hacía difícil, tomando en cuenta las restricciones a las cuales estaban sometidos por parte de las autoridades. Considerados como elementos que afeaban las calles y que promovían la delincuencia, en muchas ocasiones eran apresados por carabineros, perdiendo sus ganancias y mercaderías. Su justificación: La falta de empleo. Sin embargo, el Alcalde de Santiago,

380

Revista Solidaridad. Enero de 1982. P. 9.

150

Carlos Bombal, sostenía que el comercio callejero respondía a otras causas y no a la cesantía.381 ¿Pero qué hacer cuando no hay trabajo? 4.3.4. Trabajo de menores y deserción escolar. Si bien, la cobertura escolar constituyó un logro para el gobierno de Pinochet, la deserción escolar se transformó en un gran problema, pese a que no se menciona en los mensajes presidenciales, ni en otras fuentes oficiales. Pese a que intentamos buscar cifras del Ministerio de Educación que nos ayudasen a confirmar esto, éstas fueron muy esquivas. Sin embargo, para sostener la premisa de que la deserción fue un problema, revisamos otras fuentes que nos entregan algunas luces de lo que estamos sosteniendo. Por ejemplo, se aprecia la preocupación sobre este fenómeno -aunque no se ahonda mucho en sus causas- por parte de Álvaro Arriagada, Director de Educación en 1981, quien señaló al respecto: Los principales factores de deserción son la ruralidad, la pobreza, las insuficiencias biológicas o psicológicas y también la existencia de las minorías raciales382

Cuándo se le pregunta por las soluciones para los sectores de extrema pobreza, Arriagada respondió: En primer término, se está propendiendo a mejorar los índices de nutrición, principalmente en la población preescolar. Luego, dentro del sistema educacional regular, se destaca la labor de la Junta Nacional de Auxilio, Escolar y Becas y la distribución gratuita de textos para todos los niños de 1° y 6° años de Enseñanza Básica.383

El foco por lo tanto, no estaba puesto, justamente en la población que suponemos era más propensa a dejar la escuela, entre los 12 años hacia arriba. Además, cuando se refiere a la pobreza no se aprecia un análisis honesto de la situación de vulnerabilidad y marginalidad vivida por muchas familias.

381

Revista Solidaridad. Segunda Quincena de Junio de 1982. P. 16. Revista Amiga, Mayo-Junio de 1981. P.7 383 Ibid. P. 7. 382

151

Una publicación del CPEIP, señaló que entre 1980 y 1983, se produjo una disminución en Educación Básica en la deserción escolar; pasando de un 6,9% a un 3,8%. A su vez, los autores indican que la disminución se pudo producir más bien por cambios en los criterios para determinar lo que realmente era deserción384. Un estudio realizado en 1979, arrojó que un 18% de los niños que vivían en una población era desertores del sistema escolar385. No fue posible encontrar series estadísticas que presentaran los niveles de deserción escolar en educación media. No obstante, el siguiente cuadro nos ayuda a comprender qué ocurría en la Educación Básica. Cuadro 18: 1980-1983.

Tasa de deserción escolar en la educación básica de la Regiòn Metropolitana 1ero

2do

3ero

4to

5to

6to

7mo

8vo

bàsico

bàsico

bàsico

bàsico

bàsico

bàsico

bàsico

bàsico

1980

9,87

6,66

6,10

5,40

6,07

5,50

6,54

5,23

6,55

1981

9,0

5,86

6,84

5,12

7,0

5,38

6,90

5,24

6,35

1982

7,88

4,49

4,16

4,73

4,36

4,25

4,92

4,43

4,88

1983

7,63

4,46

4,20

4,53

4,23

4,18

4,81

4,40

4,73

años

Total

Fuente: Àreas de Planficación de las Secretarías Regionales Ministeriales, en Fredy Soto, Rodrigo de las Heras, Susana Arancibia. La deserción escolar en las escuelas estatales (fiscales y municipales) de Educaciòn General Básica, en los años, 1980-1983. Centro de Perfeccionamiento Experimentación e Investigaciones Pedagògicas,CPEIP, Santiago, Noviembre de 1984 , p. 18.

Sin embargo, más allá de las cifras existe un elemento común que en todos los análisis: la pobreza como generadora de deserción. En este contexto y habiendo confirmado que los niños y adolescentes trabajadores pertenecían a los grupos más pobres de la población que sumado a las crisis económicas e inestabilidad de los hogares ¿habrán provocado un vínculo estrecho entre deserción y trabajo? Creemos que existe una relación, pero no es definitivo. Debemos considerar, por 384

Fredy Soto. Rodrigo de las Heras. Susana Arancibia. La Deserción Escolar en las escuelas estatales (fiscales y municipales) de Educación Básica en Chile de 1980-1983. CPEIP, 1984. P.14. 385 Foxley, Raczynski. Grupos Vulnerables…OP. cit., p. 129.

152

ejemplo, que se producía un aumento de la deserción escolar en quinto básico, sexto y séptimo básico, esto porque muchos padres aún consideraban que sus hijos se encontraban educados al saber leer, escribir y las cuatro operaciones básicas

386

,

además, ya se encontraban “aptos” para desempeñar alguna otra labor que no fuera la escuela ¿Y qué sucedía con los adolescentes que ingresaban a Educación Media? Si recordamos los niveles de matrícula de educación media en liceos fiscales y municipales alcanzaba un 22%. Uno de los argumentos esgrimidos era la disminución de las tasas de crecimiento poblacional, sin embargo, entre 1970 y 1982, la población entre 15 y 19 años alcanzó un 36% de crecimiento. Por lo tanto, adolescentes y jóvenes habían, pero que no estaban educándose o bien buscaban otras formas de hacerlo como educación nocturna para compatibilizar estudios y trabajo. La cobertura de educación media en la década de los ochenta avanzó, pero no al mismo ritmo que la educación básica. Así pasamos de un 65% en 1982 a un 75% en 1985387. Por otro lado, si recordamos las distintas investigaciones que se realizaron en torno al trabajo infantil, pese a que sus universos de estudios son acotados, en general se aprecian entornos de mucha pobreza, niveles de deserción altos y en varios casos mucha desesperanza para continuar estudios de nivel medio o superiores. Además, debemos insistir que el foco estaba puesto en la educación básica, incluso para aquellos niños y jóvenes que vivían en hogares de SENAME, siendo la capacitación laboral la herramienta más utilizada. Así, para evitar deserción de los alumnos de educación básica del sistema fiscal y municipal, se implementan diversas acciones, como el cambio en el reglamento de evaluación

y

promoción

automática,supervisión

de

escuelas,

capacitación

y

perfeccionamiento docente, programas de educación extraescolar, escuelas parar padres y una serie de programas asistenciales que consistía en programas de becas, entrega de útiles, vestuario escolar y calzado.388 Si bien se reconocen las necesidades económicas de muchos niños y sus familias, no se señala el trabajo infantil como una causa de la deserción. 386

Fredy Soto. Rodrigo de las Heras. Susana Arancibia. La Deserción Escolar en las escuelas estatales (fiscales y municipales) de Educación Básica en Chile de 1980-1983. CPEIP, 1984. P.12. 387 Datos obtenidos de MINEDUC, 2003. En Manuel Gárate Chateau. La Revolución Capitalista, Op. cit., p. 281. 388 Fredy Soto. Rodrigo de las Heras. Susana Arancibia. La Deserción Escolar en las escuelas estatales…Op. cit., pp. 25-30.

153

Posiblemente como señalaban Cerri y Cariola389, era posible para muchos niños y adolescentes complementar estudio y trabajo porque la escuela duraba media jornada; lo que a nuestro juicio, invisibilizaba aún más el fenómeno. Como el caso de Jorge Martinez: (…) Tiene once años, trabaja desde los ocho y actualmente es “estacionador de autos en el UNIMARC” “Mi papá está en el mínimo. Mi hermano y yo trabajamos para pagarnos la ropa. Yo voy a la escuela hasta las seis y de ahí me paso al trabajo hasta que cierran. Empecé por ayudarle a mi papá en la casa, pero como se quedó cesante…390

Un grupo de niños entre 10 y 11 años, llamados los Parinacota, tocan sus instrumentos, como bombo, flauta dulce, maracas y panderos, vestidos con sus uniformes escolares después de una jornada de clases. Esa imagen quizás representa a muchos niños y adolescentes que buscaron enfrentar el destino con una sonrisa, con alegría, con esperanza, con tristeza y violencia en algunos casos. Esos niños que hoy son adultos y debieron enfrentarse de manera temprana al mundo del trabajo, mientras otros juegan en un Chile controlado por el miedo y la represión.391

389

Cerri, Cariola. Trabajo Infantil…Op. cit., p. 157. Revista Hoy. Mientras otros juegan, 28 de septiembre al 4 de octubre de 1983. 391 Ibid. 390

154

Conclusiones Durante la década de los sesenta el ingreso de menores a la fuerza laboral se vio disminuido, entre otras cosas, por la promoción educacional, la cobertura en la asistencia alimentaria y el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. No obstante, el fenómeno del trabajo infantil en el mercado informal aún era común, existiendo voces que lo denunciaban relacionándolo con los efectos del modelo de desarrollo estatal en la vida de los sectores más deprivados. Por lo tanto, gran parte de la responsabilidad estaba puesta en el rol del Estado. La Dictadura de Pinochet consideró que la infancia y la juventud eran un ámbito estratégico para consolidar su “refundación nacional” demostrando, en lo discursivo una gran preocupación. En este sentido, la acción de las esposas de los miembros de la Junta, fue fundamental. Lucía Hiriart, quie dirigía CEMA-Chile realizaba una serie de obras de caridad hacia los niños más pobres, Alicia Godoy en CORDAM se preocupaba por los menores en situación irregular y Margarita Riofrio, esposa del Almirante Merino dirigía COANIL (Corporación de Ayuda al Niño Limitado).

El Régimen, además

implementó una serie de acciones que comienzan por realizar un diagnóstico general entre 1974 y 1980 sobre la situación de la infancia más pobre en nuestro país. A partir de los resultados arrojados es que se deciden una serie de cambios en las políticas de alimentación, educativas, laborales y de protección. Pese que su fin era establecer una Política Integral, que vinculara a todos los ministerios y que permitiese una utilización de recursos eficientes por parte del Estado ( o por lo menos en el discurso), terminaron 155

siendo descoordinadas y cubriendo a un pequeño sector de la población infantil con programas asistenciales más que con una mirada país a largo plazo. En este sentido, los más perjudicados fue el segmento etario comprendido entre los 6 y los 17 años, porque recibieron menos atención por parte del gobierno. En el periodo que abarca esta investigación, 1974-1984, el fenómeno del trabajo infantil sigue existiendo y manteniendo ciertos visos de continuidad en relación a la década anterior. El trabajo informal, por parte de los menores es una situación que permanece pero que adquiere nuevas modalidades y complejidades, propias de los cambios que sufre el país. Sin embargo, nos atrevemos a decir, que se comenzó a percibir de manera más profunda que en décadas pasadas, posiblemente porque el nivel de vulnerabilidad infantil se acrecentó en las familias populares como resultado de las transformaciones a el modelo y las crisis que sacudieron al país, existiendo sectores como la Iglesia y grupos de la oposición que fueron capaces de denunciar la precarización de la vida de los niños. En relación a nuestras hipótesis, sostenemos que la Dictadura de Pinochet en los periodos de crisis fue tolerante con la presencia de menores que ejecutaban diversas labores del mercado informal, tales como arregladores de autos, cargadores de feria e incluso recolectores de basura. En este sentido, también permitió que niños cooperaran con la economía familiar con labores propiciadas por ejemplo, por la Secretaría Nacional de la Mujer. Además, según el contexto, diversas labores realizadas por niños y adolescentes no se consideraban como trabajo infantil y adquirían la figura de ayudas o cooperaciones. Se aprecia, por ende, una actitud paradojal frente al tema, porque por una parte, acoge los lineamientos de UNICEF y de la OIT en relación a evitar el trabajo prematuro de menores, a partir de cambios en la legislación y de un discurso oficial que apuntaba a ello; no obstante, en la práctica era tolerante con éste. El momento en el que se apreciaba la acción del Estado en relación al trabajo de niños y adolescentes era cuando este se vinculaba a la vagancia y a la mendicidad, siendo reprimidos y llevados por carabineros a algún centro proteccional. Por otra parte, también es cierto que la tolerancia frente a lo que puede o no considerarse trabajo infantil responde también a un patrón cultural de la sociedad. Es así como en el periodo que se llevó a cabo este estudio, muchos padres tampoco problematizaban frente al tema, ya que también sentían que las actividades que 156

realizaban sus hijos respondía a la ayuda que podían entregar a su mantención o la del hogar, sobretodo en tiempos de crisis. También podemos señalar que si bien, no encontramos cifras oficiales concretas sobre la cantidad de menores que desarrollaban labores en el mercado laboral (desde los niños que realizaban actividades en el mercado informal y aquellos que desarrollaban labores mediante el contrato de aprendizaje), si podemos señalar que durante el periodo que abarca esta investigación la precarización de la vida familiar, provocó que muchos niños y adolescentes debieran buscar diversas maneras para aportar a la economía de sus hogares. Como señalamos anteriormente, pese a que al interior del gobierno se aprecian mayoritariamente silencios frente al tema, diversas publicaciones y artículos de prensa nos hacen creer que efectivamente hubo un aumento de la presencia de menores en el mercado de trabajo de tipo informal o subempleo. No obstante, al mismo tiempo se produce una tensión con aquellos cuyas edades bordeaban los 15 y 17 años, quienes al estar en condiciones de ser contratados en el mercado formal de trabajo no pudieron integrarse. Diversas investigaciones nos señalan que este grupo vio disminuidas las posibilidades incorporarse al mercado laboral formal, porque no existían las plazas suficientes debido al declive del sector productivo industrial (el cual décadas anteriores había absorbido a este sector de la PEA), además

por los efectos de las crisis

económicas. A las limitaciones antes señaladas, los jóvenes debían enfrentarse a la desconfianza de los empleadores por su inexperiencia y pocas destrezas en áreas productivas, pese a contar con más años de escolaridad. En el periodo que abarca esta investigación el contar con mayor escolaridad no significó que se abriesen más puertas en el ámbito del trabajo, entre otras cosas porque el sistema educativo en general era muy academicista y preparaba a los estudiantes para la educación superior ya fuese universitaria o de instituto, aspecto que complicaba aún más la situación de los jóvenes de los sectores de extrema pobreza. Si bien, la educación media científico-humanista no establecía vínculos con el mundo del trabajo, la educación técnico-profesional tampoco fue un vehículo efectivo para ello. La disminución considerable de la matrícula en este sistema así lo confirma. Concluimos que tampoco existió hacia trabajo de adolescentes y jóvenes un programa focalizado en ellos. Los desempleados y quienes buscaban trabajo por primera vez recurrían a las mismas instancias que los adultos. Revisando la Revista de SENCE 157

entre 1978 y 1981 pudimos constatar que en ningún momento existió, por ejemplo, un plan de entrega de becas de capacitación focalizado a los más jóvenes. La oferta de capacitación a jóvenes quedó relegada a las postulaciones a los cursos SENCE que otorgaban las Oficinas Municipales de Colocación, a los intereses de los empleadores en contratar los servicios de una OTEC y al sistema de educación superior que a partir de 1981 crea la figura de los IP y los CFT, cuyo acceso estuvo determinado por la capacidad de pago individual y donde los jóvenes en situación de pobreza no podían costear. Si bien, en este ámbito

se puede plantear la existencia del contrato de aprendizaje,

debemos pensar que

sus alcances fueron limitados. Por otro lado los ingresos que

percibía un aprendiz eran bastante exiguos. Este escenario otorgó pocas posibilidades de adquisición de nuevas competencias para los jóvenes, lo cual, unido al complejo momento económico contribuyó al engrosamiento de las cifras de cesantía en este sector de la población. Si bien no pudimos encontrar una gran cantidad de fuentes gubernamentales o pro-gobierno que nos ayudasen a comprender mejor la actitud del Estado frente al tema, si podemos hacernos una idea. Consideramos que el Estado mantuvo una actitud displicente hacia el segmento de la población conformado por niños y jóvenes entre 6 y 17 de los sectores más pobres. Al respecto, surge la duda ¿Esto se debió a un desconocimiento de la situación de precariedad en la que vivían? No obstante,

el

Programa de Desarrollo Integral de Menores CONICYT-UNICEF fue una herramienta que apuntaba justamente a informar a las autoridades sobre las condiciones de la niñez y la juventud de extrema pobreza. Por eso es que resulta paradójico que no se hayan diseñado programas de ninguna especie para niños y jóvenes sobre los seis años (más allá del fuerte énfasis puesto a la educación básica) y la creación de una nueva institucionalidad hacia los menores en situación irregular como SENAME. En este sentido, las políticas hacia la infancia desarrolladas en Dictadura tuvieron un énfasis asistencialista (como los subsidios a los padres, programas de alimentación, becas, etc.) y que si bien beneficiaron a algunas familias, su impacto fue reducido y limitado porque no pusieron foco en la prevención de situaciones de riesgo de los niños y jóvenes. La reducción del rol del Estado contribuyó a la precarización de la vida de las familias más modestas, generando situaciones de riesgo como vagancia, drogadicción, la prostitución, el trabajo a temprana edad. Estos problemas alcanzaron una mayor visibilidad debido a 158

su magnitud en el periodo que comprende esta investigación, pero también al interés de algunos centros de estudios y ONGs. Finalmente, consideramos que es fundamental reflexionar sobre la acción del Estado en materias vinculadas a la infancia, la adolescencia y la juventud, ya que en lo discursivo siempre se presentan buenas intenciones, pero en la práctica, la importancia que se otorga en la intervención de este sector tan importante de la población se diluye en torno a nuevas problemáticas que surgen en la agenda. Si bien en nuestro país el trabajo infantil ha disminuido debemos estar atentos frente las condiciones de trabajo de aquellos menores que ingresan y preguntarnos

a su vez, cuáles son las necesidades que

provocan que un adolescente de 15 años tenga que trabajar, compatibilizando esta actividad con sus estudios. Además, es de suma importancia que ellos sean educados y conozcan sus derechos como trabajadores, si es que como sociedad aceptamos que integren la fuerza laboral, para que no sean potenciales víctimas de abusos. En ese aspecto la acción mancomunada de la sociedad civil y el Estado es fundamental.

159

Corolario Políticas hacia el empleo juvenil en la actualidad

Desde la década de los noventa, Chile, al ratificar el Convenio de los Derechos del Niño, ha llevado a cabo una serie de diagnósticos, planes y programas que han apuntado a disminuir la presencia de trabajo infantil en nuestro país392. Estos esfuerzos han dado sus frutos. Nuestro país posee las tasas de participación laboral infantil más bajas de la Latinoamérica. Actualmente son 220.000 niños (6,6%) entre 0 o 18 años. Actualmente el enfoque que se utiliza en nuestro país para abordar esta temática, es que el trabajo infantil responde a multiples causas, aunque se reconoce que su mayor vínculo es la pobreza . Para ello, la OIT insiste en la necesidad que los países se establezcan “pisos de protección social” para las familias y así 392

evitar que los niños

En 1996 se constituye el Comité para la erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Menor Trabajador. Actualmente corresponde al Comité Nacional Asesor para la Prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil. El Comité publicó en el 2001 difunde el Plan de Prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil y Adolescente en Chile. El Ministerio del Trabajo y Previsión Social y la OIT, entre los años 2002 y 2004 realizan el Diagnóstico Nacional del Trabajo Infantil y Adolescente e Identificación de sus Peores Formas, con apoyo del Servicio Nacional de Menores (SENAME) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Véase Crecer Felices. Estrategia nacional para la erradicación del trabajo infantil y protección del adolescente trabajador (2015-2025). OIT-MINTRAB, p. 13.

160

realicen actividades para cubrir sus carencias y la de sus familias.393 Continuando con el compromiso adquirido en 1990, es que en el

el año 2015, se publicó la Estrategia

Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Adolescente trabajador 2015-2025. La finalidad de esta estrategia es: Como Ministerio del Trabajo y Previsión Social, buscamos construir una sociedad con igualdad de oportunidades, donde la trayectoria de los trabajadores hacia el trabajo decente esté asegurada. Erradicar el trabajo infantil constituye un componente principal de este compromiso, al asegurar el derecho de los niños al juego y a la educación. Niños que no trabajan y adolescentes que trabajan de manera protegida se transforman en trabajadores mejor calificados y más productivos en el mañana. Invertir hoy en erradicar el trabajo infantil implica cosechar en el futuro un mejor trabajo para los chilenos y chilenas.394

393 394

Crecer felices, Op. cit., p.24. Ibid., p. 43.

161

Atendiendo a la lógica que el Trabajo Infantil responde a una multiplicidad de factores, se determinaron los siguientes ejes directrices y sus correspondientes objetivos específicos para la implementación de medidas que se llevarán a cabo durante estos diez años. Éstos son los siguientes:

Fuente: Esquema de elaboración propia a partir de la información contenida en el Crecer Felices. Estrategia nacional para la erradicación del trabajo infantil y protección del adolescente trabajador (2015-2025). OIT-MINTRAB.

Entre las novedades de este documento podemos reconocer las estrategias que se establecerán en relación a las particularidades regionales como así también el hacer explícita la noción de la “protección al trabajador adolescente”,. Esta situación que si bien fue reconocida en documentos anteriores no se manifestaba de forma tan directa.395

395

Véase Plan de Pevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil y Adolescente, MINTRAB, 2001. Entre sus objetivos podemos mencionar “Asegurar la permanencia de los adolescentes en el sistema escolar otorgando la asistencia jurídica, económica y social necesaria a aquel sector que se encuentran fuera del sistema y a aquellos que estén trabajando, para su reincorporación al sistema educacional”. En este

162

Tanto la infancia como la adolescencia se entienden como un espacio formativo que debe ser protegido y destinado fundamentalmente a la educación y recreación. Esto significa que los adolescentes debiesen privilegiar ambas dimensiones por sobre la inclusión en el mundo del trabajo. No obstante, lo cierto es que muchos jóvenes por diversas razones (ayudar en el hogar, tener dinero para sus propios gastos, etc.) buscan trabajar o entran en contacto con el mundo del trabajo de manera anticipada en preparación a su futuro desempeño laboral. El trabajo adolescente debiese, por ello, comprenderse como una preparación para el futuro que represente una alternativa de aprendizaje protegido y la institucionalidad, por su parte, debiese asegurar que esta inserción se realice en condiciones que no vulneren sus condiciones físicas, psíquicas y morales. 396

No debemos olvidar que nuestra propia legislación permite el trabajo de adolescentes desde los 15 años

y es una realidad que muchos se integran al mercado

laboral en esta etapa de su vida. La edad promedio de inserción al mundo del trabajo es a los 16 años.397 Actualmente, 102 mil personas tienen entre 15 y 17 años. De ellos 63.000 trabajan en condiciones aceptables, pero otros 39.000 no, es decir realizan actividades en condiciones inaceptables.398 Según la OIT, son inaceptables, los trabajos que se realizan de noche, que tienen lugar en la calle, que impiden la asistencia a la escuela o superan la jornada establecida por ley. 399

En promedio los adolescentes que integran el mercado laboral trabajan 39,3 horas semanales. Esto sobrepasa con creces el máximo de horas estipulado por ley que es de 30 horas.400 En cuanto al sistema de trabajo, un 77% trabaja de forma dependiente, un 20,5% independiente y un 2,1% desempeña labores en ambos sistemas.401 En cuanto a su situación contractual, los sólo un 26% de los adolescentes que integran la fuerza laboral cuentan con un contrato.

documento se pone fuerte énfasis a la continuidad de estudios de los adolescentes y de que los empleadores cumplan las normativas legales en relación al trabajo de menores de edad. Pp. 34-35 396 Crecer felices, Op cit., p. 63. 397 Maya Zilveti. Cultura del Empleo Accesorio. Dimensiones socio-culturales implicadas en la no-inserción laboral juvenil. Tesis para obtener el grado de Magister en Antropologìa y Desarrollo. FACSO. Universidad de Chile, 2010, p. 33. 398 Crecer Protegido. Manual para la protección del adolescente trabajador. ACHS-OIT-IPEC. Oficina de actividades para los empleadores, 2010. P. 18. 399 Véase Encuesta Nacional de Actividades de Niños y Adolescentes, OIT-INE-MINTRAB, 2003. P.16. 400 Crecer protegido, Op. cit., p. 18. 401 Zilveti, Op. cit., p. 33.

163

Ante este escenario, se insta a a los empleadores a cumplir ciertas prácticas que protegan al adolescente trabajador, tales como: 

Conocer la ley 20.189 (de contratación de menores de edad)



Evaluar la realidad de la empresa, en cuanto a la cantidad y contexto de los menores de edad que ejercen en ella.



Promover la asistencia a la escuela.



Incentivar un contexto de desarrollo.



Acompañar, motivar al adolescente trabajador.



Otorgar apoyos especiales, como bonos, becas, etc.



Integración de la familia.



Proporcionar salud y seguridad.



Comprometerse éticamente con el adolescente trabajador.402

Sin embargo, pese a estas recomendaciones, la existencia de un marco legal que regula el trabajo adolescente, los datos anteriormente presentados nos indican el índice de vulnerabilidad a la cual están sometidos los jóvenes. Está comprobado, además, que las personas entre 15 y 19 años poseen empleos más precarios, además, de ser más propensos a la deserción escolar403. Esto a su vez contribuiría en la adultez a acceder a trabajos de menor calidad y remuneración.404 Sin embargo, Marinho sostiene que actualmente la educación formal no asegura empleo de calidad. Por ejemplo, la educación básica, sólo otorga un 4% de retorno, la media un 10% y la universitaria un 22% por cada año realizado.405 Creemos que esta situación se produce porque el sistema educativo no está vinculado al ámbito laboral.

402

Crecer Protegidos, Op. cit., p. 36-51. María Luisa Marinho. El eslabón perdido entre educación y empleo. Análisis sobre las percepcioens de los jóvenes urbanos de escasos recursos en Chile. CEPAL, División de Desarrollo Social. Octubre de 2007. En http://www.cepal.org/es/publicaciones/39287-eslabon-perdido-educacion-empleo-analisis-percepcionesjovenes-urbanos-escasos 403

404

Esta es la mirada que poseen organismos internacionales http://www.ilo.org/ipec/Action/Education/lang--es/index.htm 405

Marinho, Op. cit. p. 12.

164

como

la

OIT.Véase

Por otro lado, el desempleo juvenil ha sido uno de los graves problemas que ha debido afrontar América Latina406. En nuestro país, pese a que la PEA entre 15 y 24 años es menor que en la década de los noventa, también es un hecho que los que más participan pertenecen al primer quintil, es decir, los que integran los sectores más pobres de la población407. En relación al desempleo y las condiciones laborales de los jóvenes, ¿Cuáles han sido las políticas llevadas a cabo en los últimos años?

1. Politicas de inserción laboral para jóvenes.

Actualmente, nuestro país presenta las

tasas más altas de desocupación juvenil de los

países OCDE, alcanzando un 14,9%.408 La inserción laboral de jóvenes ha sido una preocupación de los gobiernos en Democracia, desarrollando iniciativas tanto en el ámbito legal como programáticas.

El mercado de trabajo para los jóvenes se ha destacado por ser inestable, presentando alta rotación, con bajas remuneraciones, porque entre otras cosas exige experiencia o capacitación laboral que los jóvenes no poseen, ya sea porque no han concluido sus estudios o como señalábamos anteriormente porque el sistema educactivo está disociado del mundo del trabajo409.

406

En América Latina 67 millones de jóvenes se encuentran desempleados; esto representa el 44% del total de desempleados del continente. Vèase. Inserción Laboral de los Jóvenes. Estrategias innovadoras para facilitar la transición escuela-trabajo. Estado del Arte sobre empleo juvenil en América Latina y Europa. OEI-Italia Lavoro. EUROSOCIAL. Programa para la cohesión social en Amèrica Latina, 2012. P. 5. En file:///C:/Users/Astrid/Downloads/EstadoArtEmpleJuvenil.pdf 407 La tasa de ocupación de los jóvenes entre 15 y 24 años en 2012, alcanzó un 31,1% , más bajo que en el 2011. Estas cifras fueron citadas del informe Coyuntura Laboral en América Latina, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un artículo publicado por el Diario La Tercera el 3 de julio de 2013. Véase http://www.latercera.com/noticia/negocios/2013/06/655-526397-9-chile-registra-la-tasa-de-ocupacionjuvenil-mas-baja-de-sudamerica.shtml 408

Chile tiene una de Las tasas de desempleo juvenil más altas de La OCDE. Diario La Nación, 31 de diciembre de 2015. En http://www.lanacion.cl/noticias/economia/laboral/chile-tiene-una-de-las-tasas-dedesempleo-juvenil-mas-altas-de-la-ocde/2015-12-29/165946.html 409 Véase Zilveti, Op. cit., p. 19.

165

Para abordar esta problemática, las iniciativas se han desarrollado mayormente por medio de SENCE410, Ministerio del Trabajo y Previsión Social y FOSIS411, apuntando principalmente a proveer empleo a los jóvenes de los sectores más deprivados. Al respecto, por ejemplo, se han aprobado leyes que han permitido

incentivar la

contratación de mano de obra juvenil, como por ejemplo, el contrato de jornada parcial.412

El Programa de Contratación de Aprendices, cuyos antecedentes se remiten a la Dictadura, ha mantenido continuidad en muchos aspectos. Su funcionamiento une la capacitación simultáneamente con una plataforma de oportunidad laboral para jóvenes. Actualmente este sistema entrega al empleador,

una bonificación mensual que

corresponde a un 50% de un ingreso mínimo por aprendiz.413 A este programa pueden postular los mayores de 15 años y menores de 25. En el caso de los menores de edad, estos deben acreditar que están cursando estudios en los niveles básico o medio. El contrato de aprendices no puede tener una duración mayor a dos años. Este sistema facilita el aprendizaje práctico de un oficio en una empresa, además de los conocimientos teóricos que están a cargo de un Organismo Técnico de Capacitación (OTEC). Los trabajadores que ejecuten labores en esta modalidad no pueden percibir una remuneración menor a un sueldo mínimo.414

Otra modalidad de incentivo a la contratación de jóvenes guarda relación con el Subsidio al Empleo Juvenil. Para poder acceder, el empleador debe contratar a personas mayores de 18 años y menores de 25 y que integren el 40% más pobre, según la Ficha de Protección Social. Además, deben percibir una renta bruta mensual menor a $360.000. El subsidio lo otorga SENCE y al empleador se le paga de manera mensual, a diferencia del trabajador que puede decidir si desea su pago mensual o anual (como los trabajadores independientes).415

410

Servicio Nacional de Capacitación y Empleo. Fondo de Solidaridad e Inversión Social. 412 Ley 19.759 de 2001. Véase https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=190282 413 Esta bonificación se entrega durante el primer año de contrato. Además, el empleador recibirá un totalde 10 UTM por aprendiz de una sola vez, para financiar los costos que requiera el aprendizaje. Véase http://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/contratacion-de-aprendices 414 Ley 19.759 de 2001. Véase https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=190282 415 Vèase SENCE, Subsidio al Empleo Joven en, http://www.subsidioempleojoven.cl/ 411

166

Otro incentivo es el Subsidio a la Cotización de Trabajadores Jóvenes. Este consiste en un 50% de la cotización previsional. El cálculo se establece en base al ingreso mínimo a la fecha416. Pueden postular a este beneficio los jóvenes cuyas edades fluctúen entre los 18 y los 35 años y que han registrado menos de 24 cotizaciones previsionales (continuas o discontinuas). Además, las cotizaciones deben estar declaradas o pagadas por su empleador.417Por ende, la persona que desea acceder a este subsidio debe postular en su AFP u oficinas del INP.

FOSIS, ha implementado el Programa Yo Trabajo Jóvenes. Esta iniciativa ofrece a jóvenes entre 18 a 24 años herramientas que son necesarias a la hora de buscar empleo, tales como elaboración de curriculum, preparación de entrevistas, formación para encontrar un empleo y financiamento para el Plan de Inserción Laboral. 418 Para postular a este programa la persona debe encontrarse dentro del 40% más vulnerable, trabajar en condiciones precarias o bien buscar trabajo por primera vez y residir en áreas donde el programa esté activo419.

Otra modalidad de iniciativas para promover el

empleo juvenil y la inclusión,

guarda relación con la denominadas Transferencias al Sector Público. SENCE establece convenios con organismos de la Administración del Estado para que capaciten a sus beneficiarios. En esta línea se benefician conscriptos que realizan el servicio militar, jóvenes pertenecientes a la Fundación Joven y Patria,

jóvenes que se encuentren

insertos en hogares de SENAME, además de personas que integran los susbsitemas de penitenciaría.420

Hemos mencionado los programas e iniciativas que directa o indirectaremente promueven el ingreso de los jóvenes al mercado laboral y que están vigentes en la 416

El tope son 1,5 sueldos mínimos (361.500). En Instituto de Previsión Social, Ministerio del Trabajo y Previsión Social, http://www.ips.gob.cl/noticias-12396/1391-que-es-el-subsidio-a-la-cotizacion-paratrabajadores-jovenes 417 Ibid. 418 El Plan de Inserción Laboral es el complemento al Programa Yo Trabajo, porque consiste en ayuda económica utilizable en vestuario, movilización, como así también orientación para postulación de procesos de empleo y acceso a salas cunas. Véase http://www.fosis.cl/index.php/ambito-trabajo/apoyo-a-tu-planlaboral 419 FOSIS, en http://www.fosis.cl/index.php/ambito-trabajo/yo-trabajo 420 Informe Trabajo Decente y juventud, OIT, 2007, p. 37 y http://chilebeneficios.cl/transferencias-sectorpublico-2.html.

167

actualidad. Aclaramos que estos están vinculados a insertar a los jóvenes en trabajo de tipo dependiente.421

Ante lo descrito surgen algunas reflexiones. La primera, es que no existe vinculación entre la edad permitida de ingreso al mercado laboral y los programas que se ejecutan para la inserción de los jóvenes. Esto se señala porque pese a que la edad promedio de ingreso al mundo del trabajo es de 16 años, la mayoría de los programas de capacitación y subsidios consideran a los jóvenes

mayores de 18 años (salvo el

Programa de Contratación de Aprendices). Por lo tanto, si uno de los problemas que aquejan a los adolescentes que se integran al mercado laboral es la informalidad, la falta de contratos debido que no gozan de experiencia ni están capacitados su situación su torna más vulnerable, ya que en muchos casos ni siquiera cuentan con seguridad social que los proteja. Consideramos que deberían revisarse estos indicadores, para realmente cumplir con objetivo de lograr en nuestro país un Trabajo Adolescente protegido, más cuando se realiza un reconocimiento tácito de este fenómeno y se entiende como una situación normal para el desarrollo adolescente.

En segundo lugar, vemos que existen programas como Yo Trabajo Jóvenes, cuyos objetivos dejan en evidencia la nula vinculación del sistema educativo y el mundo del trabajo. En este sentido,

en el sistema educativo secundario deberían

entregarse

herramientas básicas para enfrentarse al ámbito laboral una vez egresados o mientras finalizan su ciclo escolar. Al igual que en Dictadura, aún está disociado el mercado laboral del sistema educativo, por lo tanto, estamos en presencia de una problemática que se ha extendido largamente, pese a las reformas que se han realizado en Democracia.

Como podemos apreciar, actualmente no son muchos los programas e iniciativas gubernamentales que se centren en la incorporación de jóvenes al ámbito laboral, pese a que las últimas investigaciones señalan que la tendencia a la desocupación va en alza. En este sentido cabe preguntarse si esta desocupación responde a la falta de capacitación, a

421

Actualmente, existe el Programa de Fosis Yo Emprendo, que promueve la generación de iniciativas de desarrollo económico, transformándose en una fuente de ingresos. No es un programa focalizado hacia la juventud, pero pueden postular los mayores de 18 años. Véase http://www.fosis.cl/index.php/ambito-deemprendimiento/yo-emprendo-en-comunidad

168

que los programas y medidas no contemplan la multiplicidad de contextos de los jóvenes para así elaborar mecanismos más eficientes o si también responde a un cambio cultural en la cual los intereses de las nuevas generaciones se contraponen a la lógica tradicional de entender el trabajo.

Sin embargo, nos llama la atención, que pese a la inversión en programas de capacitación

e incentivos a los empleadores

para la contratación de jóvenes, la

desocupación juvenil sigue siendo un problema, cuya solución no se ve en el corto plazo y eso debería ser un llamado de atención para quienes participan en el diseño de políticas públicas. Si bien, en el actual gobierno existen programas y acciones muy acotadas frente al tema, durante estos 25 años se ha llevado a cabo una serie de iniciativas que al parecer han tenido un impacto limitado.422 Entonces surgen interrogantes como ¿Qué tipos de diagnósticos se están haciendo? ¿Se está considerando la multitud de contextos de este universo llamado jóvenes? ¿Cómo se vincula el sistema educativo en esto?¿Qué cambios ha enfrentado el mercado laboral en los últimos diez años? En síntesis, creemos que pese a la importancia que tiene este tema para el desarrollo del país, actualmente no se le está tomando el peso correspondiente, lo cual a largo plazo es nocivo considerando la frustración que produce no sentirse integrado a la fuerza productiva, ya que el trabajo además de una retribución económica también incorpora otros elementos como reconocimiento y el sentirse parte del engranaje social.

422

Véase el trabajo de Ricardo Villa. Políticas y Programas de Empleo Juvenil. Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina. PREJAL, OIT, 2006, en http://prejal.lim.ilo.org/prejal/docs/polprogfom.empjuvch.pdf

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