Memorias de Una Infamia

Becerra Chávez Luis Enrique Emiliano Fecha de entrega: 13/Julio/2015 Grupo E Numero de lista: 1 Control de lectura: “Me

Views 132 Downloads 23 File size 88KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Becerra Chávez Luis Enrique Emiliano Fecha de entrega: 13/Julio/2015 Grupo E Numero de lista: 1

Control de lectura: “Memorias de una infamia” – Lydia Cacho – Penguin Random House Grupo Editorial, Segunda edición (México Junio de 2014) Resumen Memorias de una infamia es un libro escrito por la periodista y activista Lydia Cacho en el que narra los sucesos posteriores a la publicación de su libro anterior Los demonios del Edén, en el cual investigaba una amplia red internacional de pederastas, dedicados al turismo sexual, trata de menores, prostitución y pornografía infantil, con sede en Cancún, ciudad en la cual muchos empresarios nacionales y extranjeros se dedicaban también al lavado de dinero. En los Demonios del Edén se publica una serie de nombres de personalidades importantes del mundo corporativo, entre ellos Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, empresarios de origen libanés, orientados a la rama textil y hotelera, cuyas actividades de pederastia se dieron a conocer. Lydia Cacho, cuenta en Memorias de una infamia, la manera en la que comenzó a dirigir centros especializados de atención a víctimas de la violencia doméstica y asociaciones civiles, conociendo y atendiendo por otro lado a niñas y niños víctimas de abuso sexual por parte de Jean Succar Kuri. A esto, se suma la orden de aprehensión girada contra ella por parte de Kamel Nacif, por los cargos de “calumnia y difamación”, y la ejecución por parte de policías judiciales del estado de Puebla, por órdenes del entonces gobernador Mario Marín, resultando en una detención ilegal con violación a los derechos humanos de la periodista y un largo proceso penal que termino abarcando fama internacional por parte de asociaciones civiles de derechos humanos y la opinión pública.

Argumento principal del autor. Lydia Cacho relata en el libro los antecedentes que desembocaron en su detención arbitraria por parte de judiciales poblanos en la ciudad de Cancún, las distintas ocasiones en las que recibió amenazas de muerte tanto directas como telefónicas a raíz del escándalo causado por Los Demonios del Edén. Cuenta la forma en la que dichos policías la arrestaron con lujo de violencia sin que sus escoltas de la SIEDO-AFI pudieran evitarlo, bajo amenaza de “fuegos artificiales”, su posterior transporte en el cual se le privo de los medicamentos que le eran necesarios (estaba recuperándose de una bronquitis infecciosa); aunado a su vez de la marcada tortura psicológica y maltrato físico/sexual que dichos agentes perpetraron durante el viaje (de Cancún a Puebla), en un tiempo de 23 horas. La autora da a conocer su realidad personal y colectiva en dicho tiempo y además en los momentos posteriores a la detención, su estancia en el reclusorio, la conspiración que hubo para dañarla dentro del mismo y desprestigiarla mediáticamente en el mundo exterior por medio de las declaraciones de sus victimarios, tachándola de exagerada, loca, vieja oportunista, etc. También cuenta el proceso legal de un sinfín de demandas, tanto de parte de los pederastas como de parte suya, siendo una batalla de desgaste emocional y económico terminando con un fallo a su favor en 2007, pero, por culpa de la corrupción quedando impunes estos crímenes. Por ultimo pero no menos importante, la autora narra las diferentes consecuencias que dicho proceso dejó, a modo de secuelas y a causa del estrés, la tensión, el miedo y el desgaste físico excesivo, dejarían problemas renales, hepáticos y cancerosos en la periodista, quien hoy en día se dedica dirigir el Centro Integral de Atención a la Mujer en Cancún y es parte de la UNIFEM (ONU).

Perfil de la Víctima(s) Lydia Cacho Ribeiro La victima principal del libro es Lydia Cacho Ribeiro, una mujer de 42 años (en el momento de su detención), de profesión periodista y activista por los derechos de la mujer, soltera pero con pareja sentimental, de condición socioeconómica media, de ascendencia portuguesa-mexicana, en recuperación post hospitalaria por una bronquitis infecciosa. Lydia Cacho entra en la tipología victimal de Neuman, en el apartado de Victimas colectivas (por su adhesión al periodismo) por parte de la comunidad social, el sistema gubernamental y penal/judicial. Menores abusados por la red de pederastas. Las víctimas de la red de pederastas son individuos de ambos sexos, con una edad comprendida entre los 5 y los 13 años de edad, con poca atención por parte de sus padres y frecuentemente con problemas económicos. Su clasificación dentro de la tipología victimal de Neuman se encuentra en su sección de victimas individuales, en el apartado de inocentes o sin actitud victimal. Periodistas asesinados/desaparecidos/amenazados Las víctimas son personas de ambos sexos, mayores de edad, que ejercen el periodismo en sus respectivas zonas. Por lo general los periodistas victimizados son más frecuentes entre las clases medias y que no pertenecen a grandes cadenas televisivas ni periodísticas, o no tienen cargos demasiado importantes. Estos, al igual que Lydia Cacho, pertenecen al apartado de Victimas colectivas por parte de la comunidad social, el crimen organizado, el sistema gubernamental y penal/judicial.

Tipos de victimización. Lydia Cacho La autora presenta una serie de victimizaciones de tipo primario y posteriormente de tipo secundario, de las cuales hablare más adelante. Tipo Primario: Las múltiples amenazas a su vida constituyen la primer agresión de tipo primario hacia Lydia, pues es violencia psicoemocional con el motivo de mantenerla en un estado de tensión y miedo constante, a su vez intentando su desistimiento en cuanto a sus investigaciones y el caso legal contra sus agresores principales. El secuestro por parte de la policía judicial es otra victimización de tipo primario en la que ella interactúa con sus agresores, habiendo una relación de dominio sobre ella, varios intentos de negociación parcialmente infructíferos, así como tortura psicológica (amenazas de muerte, degradación moral/verbal), física (privación de medicamentos, negarle ir al baño por periodos prolongados) y sexual (vejaciones con un arma de fuego y toqueteos forzados). Tipo Secundario: Este tipo de victimización lo sufre Lydia en el resto del libro, pues tan pronto como terminó su detención y arribó a Puebla, se vio envuelta en maltratos por parte de la autoridad judicial, presiones por parte de funcionarios de Derechos Humanos y un sinfín de peritajes, pues en el viejo sistema penal se creía que las víctimas estaban mintiendo automáticamente y había que comprobar lo contrario. Además cabe decir que esta victimización engloba también a su familia y amigos, que con absolutamente todo el proceso se enfrentaron tanto a la tensión emocional como a amenazas por parte de Nacif.

Menores abusados por la red de pederastas. Tipo Primario: Por su parte las niñas y niños víctimas de los pederastas sufrieron amenazas e intentos de amedrentación por parte de Kuri, Nacif y sus abogados que intentaron comprar sus testimonios para desacreditar a Cacho, especialmente “Emma” quien fue la primera en retractarse y terminó por defender a su agresor. Debido a su vulnerabilidad por minoría de edad, muchas víctimas terminaron siendo compradas, sus familias amenazadas y muchas otras, por su parte, siguieron en la refriega contra dichos pederastas y contra un sistema que no les escuchaba ni ayudaba. Conclusiones Personales Concluyo con la lectura del libro enfatizando la urgencia en acabar con la corrupción que está infiltrada en todos los niveles de gobierno, pues es esta la que permite a los pederastas y al resto de los criminales seguir cometiendo abusos contra la sociedad, que es la primer afectada por la problemática actual, la victimización que se ejerce a la persona promedio, obligándola a vivir en un estado de paranoia y alerta generalizada y constante, temiendo por el bien y la seguridad propia y de su familia. Cabe también mencionar que esta corrupción la alimentamos nosotros mismos al tomar parte de acciones que pueden parecer sin importancia, pero que facilitan en sobremanera la ejecución de peores hecho como los comentados en el libro. Los menores de edad son la pieza fundamental de nuestras sociedades, pues de su formación depende el buen funcionamiento de las siguientes generaciones, tanto los gobernantes, los ciudadanos de a pie y los funcionarios públicos del futuro serán resultado de la educación que se les dé cuando pequeños. Por eso mismo, la sociedad tiene un compromiso enorme con ellos, de protegerlos de todos los males que la sociedad corrompida de hoy tiene para ofrecerles, pues el abusado de hoy, puede convertirse en el abusador de mañana.