Masoneria

UNIVERSTITAT JAUME I CASTELLÒ REPÚBLICA I MAÇONERIA Projecte del titulat universitari senior: Estudiant: Mª Rosa Ribé

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UNIVERSTITAT JAUME I

CASTELLÒ

REPÚBLICA I MAÇONERIA

Projecte del titulat universitari senior: Estudiant: Mª Rosa Ribés Pastor Tutora: Imma Badenes-Gasset Ramos Maig 2005

1

2

En les persones grans, descansa un tresor, que la joventut necessita per madurar la vida. La edad no ens limita, ens llibera.

3

Dedicat a mon pare, a Bernhard.

4

Gràcies a la professora Inma Badenes-Gasset per guiar-me, a [email protected] per recolzar-me a Rosa Iborra per ajudar-me, a Pedro Benito per tecnificar-me, a la UJI per acollir-me, a la UM per instruir-me .

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INDICE

Introducción.

1

Capitulo 1.- Orígenes míticos de la masonería.

3

1.1.

Egipto.

4

1.2.

Grecia.

1.3.

Roma. Mitraísmo.

8

1.4.

Cristianismo.

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Capitulo 2.- Nacimiento y esplendor de las cofradías masónicas en la Edad Media.

11

2.1. Ordenes monásticas y su influencia en la masonería. 12 2.2. Declive de la antigua masonería.

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2.3. Nacimiento de la Francmasonería moderna.

17

2.4. Nacimiento de la Francmasonería española.

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2.5. Masonería y republicanismo en la historia de España. 20

Capitulo 3.- Masonería y republicanismo en la historia de Castellón.

24

3.1. Economía y sociedad en el Castellón de finales del

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siglo XIX. 3.2. Gestación de grupos políticos en el Castellón del siglo XIX.

27

3.3. Doctrina social del partido republicano de Castellón. 29 3.4 Republicanismo y masones. 3.5 Políticos republicanos masones de Castellón.

6

31 35

Conclusión

37

Bibliografía

38

Apéndice documental.

40

Nº 1.- Código moral.

41

Nº 2.- Símbolos masónicos.

42

Nº 3.- Fraseología masónica.

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Nº 4.- Masones ilustres.

46

Nº 5.- Recortes de prensa local 1889 – 1890.

49

7

8

Introducción Este trabajo sobre la repercusión que tuvo la masonería entre los políticos de Castellón durante una determinada época, no tiene ninguna intención de crear polémica, sencillamente trata de analizar la aventura espiritual en la que se embarcaron algunos prohombres de la sociedad castellonense durante la segunda República, divergiendo claramente de la corriente católica arraigada en aquella comunidad castellonense . ¿Qué les ofrecía la masonería que no encontraran en el catolicismo imperante? ¿Es tal vez la masonería una religión? ¿Eran estos hombres católicos

y

masones a la vez? Dado que su opción política fue el republicanismo y masonería a la vez, ¿Estaba la masonería enfrentada con la monarquía? ¿Qué situación socio-económica existía en Castellón antes y durante la II República para que estos personajes se decantaran abiertamente por la República y masonería a l mismo tiempo? Quizá

para responder a estos interrogantes sería necesario hacer un

somero estudio sobre los orígenes de la masonería de la que verdaderamente se ha hablado

poco abiertamente y mucho sin

conocimiento de causa. Al comienzo de mis indagaciones advertí claramente que la masonería no se puede considerar como un bloque inamovible. La masonería ante todo es una corriente iniciática, que tiene una idea de la humanidad y del lugar que ocupa el individuo en una comunidad que desea ser fraterna. En todas las épocas, la propia masonería se ha autodesignado como “una Sociedad iniciática”. Esto nos lleva naturalmente a precisar la expresión “iniciática” y por ende “iniciación” . Entre los antiguos constructores, ser “iniciado”, significaba entrar en una Orden que se consagraba al estudio de los misterios de la vida y proponía al hombre 9

medios de evolución espiritual. Si consideramos las estructuras sociales de las antiguas civilizaciones, veremos que las asociaciones iniciáticas de albañiles y arquitectos formaban el núcleo del reino. La iniciación era de por sí un verdadero oficio y permitía al iniciado integrarse en el cuerpo social. Hablar de la masonería del siglo XX sin abordar aunque sea de una forma rápida la iniciación egipcia, el pitagorismo y las sectas gnósticas nos ofrecería una visión sesgada de la misma de sus orígenes y sus ritos pues aunque como institución quizá sólo consideremos la que nació en 1717 dónde se aunaban eclesiásticos, católicos, protestantes, políticos de derechas e izquierdas, marxistas y burgueses, lo cierto es que esta corriente se remonta en sus orígenes, según algunos autores, a

épocas muy

remotas. Todo esto lleva consigo una dificultad añadida a la hora de analizar sus orígenes, ya que parte de estas enseñanzas se han trasmitido de forma oral; no obstante, intentaré ceñirme lo más estrictamente posible a mis fuentes de información escrita.

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CAPITULO 1 Orígenes míticos de la masonería

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1. Egipto El arte faraónico, basado en el anonimato, es la traducción de ideas simbólicas y no es ciertamente un este ticismo gratuito. Según Daumas “es fruto de una aplicación interior, de una conciencia profesional que ha permitido al individuo superarse y alcanzar el reflejo de la belleza y la perfección absolutas. Este estado de ánimo sólo puede alcanzarse por la virtud de la iniciación”. ¿Qué prestigio tenían los constructores iniciados en la civilización egipcia? Podemos decir con toda tranquilidad que era inmenso. Los grandes hombres de la cultura egipcia eran los reyes y los maestros, los cuales no se diferenciaban entre ellos,

toda vez que cada rey era antes que nada un

maestro de obras que construía el templo. Keops, Tumosis III y Ramses II además de otros, fueron prodigiosos constructores cuya fama superó las fronteras de Egipto; ahora bien los artesanos manuales se diferenciaban claramente, no se confundían los peones de los dibujantes, los geómetras o los arquitectos, todos creaban sus obras para gloria del principio divino y su representante en la tierra, el faraón. Dios es el Arquitecto soberano : a la gloria del Gran Arquitecto del Universo, es la expresión masónica. El nacimiento, en las sociedades egipcias tradicionales, nunca fue un criterio de admisión; varios faraones y maestros de obras eran de extracción humilde, no obstante, no se toleraba ninguna imperfección técnica. En la cofradía de Deir-el-Medineh sus miembros iban vestidos con un delantal ritual que permitía identificar a los iniciados y a los profanos; tenían reglas, pagaban una cotización en especias una vez al mes que iba a un fondo común y seguir

enunciando similitudes entre la masonería y las

antiguas sociedades iniciáticas egipcias que nos llevarían tal vez a la conclusión de que verdaderamente su origen era el mismo; no obstante, y a través de las muchas y diferentes lecturas que para realizar este trabajo he debido hacer, me inclino a pensar que es la propia masonería la que ha incorporado a sus rituales los diferentes ritos de las culturas antiguas. Así vemos que también las piedras tenían un valor excepcional en la cultura egipcia y se convertían al mismo tiempo en ejemplos simbólicos: el ladrillo 12

axial del recinto de Amon en el templo de Karnak llevaba la inscripción “regir”, simbología que encontraremos en la masonería donde la piedra es el fundamento de toda su filosofía; tampoco deberíamos olvidar que el hombre “es un templo” también para la religión cristiana , que nos habla continuamente de “la piedra angular”. Los orígenes míticos de la masonería no se deben desdeñar puesto que sitúan el nacimiento

de la Orden en la más alta antigüedad y es

verdaderamente una enseñanza simbólica y no una rigurosa construcción histórica. Ignaz von Born, consejero del rey austríaco Jose II fue Venerable de una Logia. Con ayuda de una documentación rudimentaria publicó un importante artículo sobre los orígenes míticos de la masonería; su tesis entusiasmó a Mozart que escribió la partitura de “La flauta Mágica”, que no es más que el relato de una iniciación masónica que se desarrollaba en el antiguo Egipto. Pero esta tesis que ha estado siempre presente, debería naturalmente fundamentarse con algunas pruebas que nunca fueron presentadas. No obstante, hoy sería posible retomar esta teoría y completarla gracias a los progresos de la egiptología. Dios, dicen los antiguos textos masónicos, fue el primer masón puesto que creó la luz. No olvidemos que los rituales comparaban la Logia con el Universo y que los iniciados trabajaban bajo la bóveda cósmica y en presencia del Sol y la Luna. Según se puede leer en estos textos, quienes crearon o propagaron una enseñanza iniciática en la antigüedad sólo podían ser masones; Solón el legislador, Moisés el profeta, Tales el matemático, Pitágoras el geómetra , Zorastro el mago. Estos sabios tenían todos algo en común: el conocimiento de la Geometría, arte supremo que nos enseña a medir y a construir. Por la voz de la geometría el Gran Arquitecto se expresa y revela sus secretos.

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2. Grecia En Eleusis, ciudad situada a pocos kilómetros de Atenas, se celebraron los más grandes misterios de la civilización helénica, allí se iniciaron sus pensadores, sus sabios y sus escritores. Los ritos de Eleusis eran independientes de los demás ritos griegos. Píndaro, Platón y hasta Sócrates conocieron estas sociedades secretas. En sus escritos Christian Jacq confirma la voluntariedad de este secretismo, a pesar de lo cual nos han llegado algunas informaciones fragmentarias sobre los ritos que mantenían y que nos dan fe de las semejanzas entre algunas actuaciones de los primitivos masones

e incluso de de los

modernos. Los neófitos se reunían en un lugar cerrado y eran interrogados por un cierto número de miembros de la cofradía eleúsica. En la masonería contemporánea, tras tres “investigaciones” el candidato se presenta en su futura Logia para ser interrogado sobre sus opiniones e intenciones. ¿Qué se exigía al candidato? Primero una conducta moral irreprochable; luego un juramento por el que se comprometía a no revelar nada de lo que se le enseñaba. Finalmente se le pedía que abandonase su fortuna y sus bienes simbolizado esto por el “despojamiento de los metales”, separándose al neófito de todo objeto metálico que poseyera. Estos metales al parecer eran una referencia a los bienes materiales, eran luego devueltos al nuevo iniciado tras haber conocido éste las primeras letras de la sabiduría ya que estaba en condiciones de hacer buen uso de ellos. Los iniciados de Eleusis eran purificados por los cuatro elementos fuego, aire, agua y tierra. Debían pasar la noche en una tienda para meditar y prepararse a la iniciación; esta tienda se convierte dentro de la masonería en el “Gabinete de reflexión” para el postulante. La purificación por el aire se efectuaba a través de la música pues según ellos “los sonidos liberan el alma”. Los masones durante “el viaje del alma” intentan hacer el máximo ruido golpeando con el pie el suelo o estrechando espadas. Es la iniciación del grado de Aprendiz. La prueba del agua parece haber sido muy sencilla: se vertía un poco en la cabeza del neófito para lavarlo de sus imperfecciones y nacer como hombre nuevo. Como puede verse la materialidad de las formas no ha variado 14

mucho en el devenir de los siglos recordándonos en cierta manera, no tan sólo el ritual masónico sino incluso el cristiano, manteniéndose idéntico espíritu.Para los adeptos de Eleusis, quienes accedían a la verdadera iniciación vivían en compañía de los dioses. Al contrario, los profanos seguían viviendo en la incoherencia; no obstante ningún eleúsico debía mostrar nunca

desdén ante aquellos que podría considerar ignorantes;

convencidos de que la administración de la ciudad debía corresponder al hombre iniciado, estimaban que los iniciados debían ser útiles a la sociedad. Personajes como Filipo, Cicerón o Augusto pusieron a veces las enseñanzas eleúsicas recibidas, en práctica. Algunos detalles más precisos nos permiten descubrir allí en Eleusis uno de los orígenes del grado de Maestro Masón el más importante de todos, pues el iniciado eleúsico cuando llegaba a lo alto de la jerarquía recibía una corona que simbolizaba su función al igual que el Maestro de obras recibe un sombrero, símbolo de su jerarquía. La evocación mitológica de la masonería se apoya verdaderamente en hechos indiscutibles. Los masones tuvieron siempre un “catecismo” que además de su función de identificación contenía lo esencial de los misterios masónicos bajo la apariencia de fórmulas herméticas. En la mayor parte de los edificios medievales, por ejemplo, se puede advertir la influencia de la geometría y de la ciencia de los números creada por Pitágoras. Un detalle nos puede convencer de la influencia del pitagorismo en la masonería. En el grado de Compañero, se ve la letra G en el centro de una estrella llameante. Podría ser una alusión a la palabra God = Dios o tal vez a la voz “Geometría” no obstante algunos piensan que uno de los verdaderos orígenes podría ser la gamma griega que tenía la forma de Y, que para los pitagóricos representaba las dos vías, la del profano y la del iniciado. Para identificarse los pitagóricos se daban un apretón de manos a la manera egipcia aunque se desconozca la modalidad exacta, los masones han conservado este símbolo; había otro método de identificación, era una especie de catecismo que alternaba preguntas y respuestas. El acto fundamental de los pitagóricos ere el banquete, asistían como máximo diez comensales. Esto evoca claramente la presencia de diez oficiales de la masonería que presiden los destinos de la Logia. Tras la comida los pitagóricos se entregaban al trabajo y a la lectura, el más anciano 15

elegía un texto ritual leído por el más joven y propuesto a la meditación de los hermanos. En los “Banquetes de la Orden” de la francmasonería se procede del mismo modo. Los pitagóricos acogían entre ellos a constructores. La celebre Basílica de la Porta Maggiore en Roma junto a la Via Prenestrina es un claro ejemplo de su trabajo. Es un templo-caverna, análogo al “gabinete de reflexión” de la masonería. En el caso de los pitagóricos el fin era claro: no utilizar la luz exterior que es sólo un falso fulgor, sino la claridad procedente del interior de las cosas, del centro de la tierra; a pesar de su situación, en efecto, la Basílica de Porta Maggiore no estaba sumida en la oscuridad; aberturas dispuestas estratégicamente

dispensaban

a

los

adeptos

una

luz

filtrada

que

identificaban con la gracia divina.

3. Roma. Mitraísmo La antigua civilización romana no brillaba precisamente por sus cualidades espirituales y religiosas. Roma estaba preocupada, sobre todo, por su expansión material y económica. El gran movimiento iniciático que empapó la civilización romana era indiscutiblemente el mitraismo. Mitra era en realidad un dios iraní. Esta secta llegó a tener un inmenso éxito en la Roma de los siglos II y III de nuestra era. Trajano tenía un “mithraeum” en su villa del Aventino y las mas altas autoridades civiles protegieron esta cofradía. Juliano el Apóstata, ferozmente anticristiano concederá sus favores al culto de Mitra; no obstante Ambrosio, arzobispo de Milán, en el año 377 instigó al prefecto Graco para destruir todos los mihtraeum que hubieran en Roma. Por lo que conocemos los templos de Mitra eren pequeños, no obstante, estaban destinados a las multitudes. La bóveda equivalía al firmamento estrellado y debía presentarse como una gruta relativamente oscura. La disposición de los templos masónicos actuales es prácticamente igual a la de los templos de Mitra.

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El dios llevaba un gorro frigio, como el Maestro masón lleva el sombrero de los Maestros de obra que en la Edad Media se simbolizaba en ocasiones por el gorro mitraico; también la mitra papal nos lo recuerda. El “gabinete de reflexión” de la masonería donde el neófito espera su iniciación, es el “vestíbulo y sala de espera” para el postulante mitraico. Así mismo encontramos similitudes en la importancia que unos y otros dan al número siete, y a las largas preiniciaciones o adoctrinamientos que debían pasar los adeptos de ambas corrientes. Sobre la ceremonia de iniciación sabemos poco pero su interés para la masonería es tal, que son retomadas por ésta; la “tendida” en el suelo del postulante, las pruebas de la tierra, el agua y el fuego que ya han sido remarcadas en el capítulo anterior. El mitraísmo fue indiscutiblemente una de las más ricas asociaciones iniciáticas de la antigüedad, tanto por su fraternidad como por su organización simbólica. Sus adeptos protegieron la artesanía y la agricultura, varios arquitectos fueron iniciados y contribuyeron a propagar sus ideas en las primeras corporaciones de contructores. El mitraísmo legó a la posteridad un marco ritual muy coherente; mientras el paganismo político se derrumbaba

el

germen

iniciático

del

mundo

antiguo,

encontraba

naturalmente refugio en los colegios de artesanos.

4. Cristianismo Este rápido examen de las antiguas iniciaciones, habrá mostrado, por lo menos esa ha sido mi intención, que sus ideales, sus símbolos y sus ritos, fueron preservados, en parte por la masonería. Tras haber evocado las sociedades secretas de Egipto y de Grecia llegamos ahora a una época decisiva en la historia de Occidente. Con el nacimiento de Cristo, cierta idea del mundo se disuelve y aparece otra. La iglesia católica se opone, progresivamente, a todas las religiones antiguas y con la ayuda del poder político esta intención prevalecerá. En un principio el cristianismo no quería convertirse en una religión de masas sino, más bien, engendrar una élite espiritual. Hipólito de Roma da consejos en este sentido. “Que se examine su estado de vida; que se haga 17

una investigación sobre oficios y profesiones de aquellos a los que se lleva la instrucción “; por lo tanto no se hace cristiano quien quiere. La preparación para el bautismo es claramente una iniciación. En el banquete ritual se encuentra para el cristiano una clara expresión del amor fraterno, también la masonería conserva en ellos su dimensión iniciática. La expresión “Hijos de la Luz”, aparece en los textos masones y cristianos. Esta profunda ascendencia bíblica se ve confirmada también por cierto número de textos cristianos que insisten en el valor simbólico y espiritual de la piedra. “Sois las piedras del templo del Padre”, dijo Isaac de Antioquia. También en los textos de San Agustín podemos muy bien ver la relación que existe entre el gran Arquitecto y los iniciados en el cristianismo. Este lenguaje sigue empleándose en las Logias masónicas contemporáneas; se dice que el Aprendiz masón es una piedra en bruto que debe tallarse a sí mismo,

para

convertirse

en

piedra

cúbica.

Poco

a

poco

iremos

adentrándonos en ese largo periodo donde la imagen histórica de las cofradías de constructores en general y de la masonería en particular iran perfilándose.

18

CAPITULO 2 Nacimiento y esplendor de las cofradías masónicas en la Edad Media

19

1. Ordenes monásticas y su influencia en la masonería Las comunidades monacales estaban constituidas por hombres ávidos de Dios, entre los que se encontraban algunos albañiles y carpinteros; primero construían el propio monasterio, en el interior de los cuales se les reservaban aposentos. Fueron las instituciones monásticas las que permitieron a los constructores sobrevivir y más tarde desarrollarse. Sin los monjes, los francmasones de la Edad Media probablemente no habrían existido o por lo menos no habrían gozado de tanta proyección. Y es en este punto donde considero apropiado incluir la opinión del historiador José A. Ferrer Benimeli en cuyos escritos me he apoyado para conseguir hacer este trabajo lo más veraz y objetivo posible. Según Benimeli ninguna de las teorías descritas tienen validez, más bien entran dentro del terreno de lo denominado esotérico, y la masonería debe considerarse algo más real. En su obra “La Masonería española en el Siglo XVIII” y apoyándose en escritos del canónigo Grandidier, uno de los mejores historiadores sobre la catedral de Estrasburgo, da un resumen de los picapedreros de la Edad Media: “Enfrente de la catedral y del palacio episcopal, existe un edificio contiguo a la capilla de Santa Catalina. Este edificio es el Maurer-Hof, el taller de lo masones (albañiles) y picapedreros de la catedral. Su origen data de una antigua confraternidad de masones libres de Alemania……..” “……..esta

confraternidad,

compuesta

de

Maestros,

Compañeros

y

Aprendices poseía una jurisdicción particular…….”. ……..Su principal trabajo consistía en el diseño de edificios y en la talla de las piedras, lo que consideraban como un arte superior al de otros masones. La escuadra, el nivel y el compás se convirtieron en los atributos y símbolos característicos. Resueltos a formar un cuerpo independiente de la masa de obreros, imaginaron entre ellos palabras de contraseña y toques para distinguirse…….. Los Aprendices, los Compañeros y los Maestros eran recibidos con ceremonias particulares y secretas. El Aprendiz elevado al grado de Compañero prestaba juramento de no divulgar jamás de palabra o por escrito las palabras secretas del saludo (art.55)…….. 20

Después de muchas más consideraciones de este tipo que el canónigo Grandidier resume en sus escritos realizados con los documentos que él mismo había consultado en los archivos de los picapedreros de Estrasburgo, añade: “¿No reconocéis en estos rasgos de los masones venerables, de los masones perfectos, iniciados en los misterios de los nombres sagrados, a los francmasones modernos?........” y siguiendo los escritos de Benimeli concluyo apoyándome en los datos aportados por dos escritores que el mismo Benimeli cita, A.Fallou y J.Wincer que consiguieron probar que los canteros constituía n hermandades en las que se enseñaba y practicaba una doctrina secreta de sus respectivos artes y oficios. Ambos autores dejaron fuera de duda que los actuales masones no habían inventado la liturgia y sus símbolos, ni los habían tomado de otras sociedades secretas, sino que éstos les fueron transmitidos por sucesión directa de los organismos obreros mencionados. En el siglo VI se produce la gran epopeya del monje Benito. En 529 funda el gran Monasterio de Monte Casino cuyo vigor espiritual influirá en toda Europa. Curiosamente ese oppidum había sido antes uno de los lugares de culto de Mitra; la tradición iniciática de Occidente va afirmando una coherencia inalterable. En este monasterio nace verdaderamente el personaje del abad, ese Maestro que se ocupa de cada Hermano y le proporciona alimentos espirituales y materiales. Es el primer “Maestro de obras”, pues considera la herramienta como una fuerza sagrada y convierte el trabajo e n alegría. A finales del siglo VI, favorable a las cofradías, los monjes se convierten en copistas y reproducen los grandes textos de la cultura antigua que tan abundantemente utilizarán después los albañiles de las catedrales de la Edad Media. En el siglo VII, los albañiles edificaron la catedral de Canterbury y muchas otras obras maestras. Hacia principios del siglo VIII, según dice una leyenda bastante extendida, la masonería nace en Alemania; allí se habrían aceptado a “especulativos”, o sea iniciados que no trabajaban con sus manos, sino que aportaban materiales puramente intelectuales a la obra colectiva.

21

En Francia, Irlanda, Italia, Alemania, poco a poco una masonería organizada apunta como fuerza emergente; por todas partes las agrupaciones de constructores se hacen más coherentes. Durante este siglo se habla de un “Maestro de obras” que se encarga de iniciar a los artesanos franceses en la albañilería o “masonería”. Los artesanos se van agrupando poco a poco en las ciudades. En la Francia del siglo IX se produce la expansión de las abadías benedictinas cuyos monjes protegen a los artesanos sin restricción alguna. En sus bibliotecas reúnen una gran cantidad de textos antiguos que se refieren a la arquitectura, astrología y medicina y las más diversas ciencias. Los maestros de obras, educados en este clima, son cada vez más instruidos y abren su espíritu en contacto con los monjes que dirigen su vida espiritual. En el siglo X se funda Cluny; cuando las obras de la abadía comienzan, sus constructores se referirán a las enseñanzas pitagóricas que conocen perfectamente y construirán los edificios con medidas simbólicas. Durante este siglo en Inglaterra, reinando Atheltan, su hijo Eduino se hace Geómetra y Maestro de Obras, tras haber superado todas las etapas de iniciación masónica; elegido Gran Maestro, funda en York la primera Gran Logia en 925 ó 926 durante una

Asamblea plenaria - actualmente la

masonería contemporánea convoca una reunión semejante regularmente -, los símbolos que eligió eran tres: una escuadra de oro, un compás de plata y una llana de plata; estos símbolos se utilizan aún en la masonería actual aunque no se respeten los materiales prescritos. ¿Realidad o ficción? No se tienen pruebas concretas sobre esta historia, tal vez los nombres sean ilusorios, pero una cosa es cierta: en el siglo X los masones se dieron un alma y algunas leyes, pusieron fin a la dispersión y a la diseminación de sus fuerzas, crearon una Cofradía que sería la guardiana de sus ritos y de la rectitud de la Orden. Las Cofradías de artesanos durante la Edad Media no eran sindicatos; sólo agrupaban artesanos muy cualificados que habían dado pruebas de sus virtudes espirituales, morales y técnicas; ellos buscaban la obra maestra. Durante los siglos XII y XIII la Masonería europea goza de un considerable prestigio. Los constructores son la punta de lanza de la civilización.

22

En 1275 se inicia el Gran Congreso Masónico de Estrasburgo, allí se decide construir una de las catedrales más hermosas de la Edad Media; la ciudad es entonces el centro principal de la francmasonería, entre las esculturas de esta catedral se puede descubrir una muy densa enseñanza masónica. Los constructores reciben protección oficial y Benedicto XII en 1334 les concede franquicias por los que son liberados de numerosas obligaciones materiales. Las abadías cistercienses albergaban a veces talleres secretos donde los canteros aprendían sus oficios. La Iglesia era el único poder capaz de asegurar la financiación de las obras, sin el dinero eclesiástico pocas catedrales habrían visto la luz, esta financiación la podemos ver avalada en el blasón de los carpinteros a donde se ve a Jesús llevando el compás. A pesar de algunas criticas referentes al carácter secreto de las asociaciones masónicas, la Iglesia se veía obligada a glorificar a los masones que levantaban sus templos; el arte en la Edad Media es, gracias a los masones, internacional. Las Logias se levantan a menudo a lo largo de las numerosas catedrales, allí se enseñan los secretos de la Geometría pitagórica, allí los maestros instalados forman a los jóvenes arquitectos que les van a suceder. “Masón” es un término corriente que no sorprende hoy a nadie, significa “albañil”. ”Francmasón” es una expresión más curiosa que tal vez sea mejor explicar. El masón es el escultor de la piedra “franca”, es decir, la piedra que puede tallarse y esculpirse; otros piensan que el “franc” alude a las franquicias locales y municipales de las que gozaban los albañiles aceptando que el “albañil franco” ó “francmasón” es sobretodo el hombre libre de espíritu que se libera de la materia por su arte. El albañil masón de la Edad Media tiene como oficio principal la construcción de un Templo -Universo, la obra gigantesca dónde se pueden encontrar todos los materiales para esta construcción, física y espiritual. ”Todos los ritos de la Masonería, según escribe Jules Romaíns , giran en torno a la idea de la construcción. Si habéis entendido esto, lo habéis entendido todo”.

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2. Declive de la antigua masonería El siglo XIV , que ve el nacimiento de la burguesía reconocida como valor social, inicia una gran crisis religiosa. ¿Cómo encontrar una nueva moral en un mundo donde el dinero y la ambición comienzan a ocupar un lugar? Esta vez la amenaza es seria; la sociedad medieval se descompone progresivamente y la Iglesia no tiene ya confianza, al parecer, en las cofradías que habían ataviado tan magníficamente sus catedrales, abadías y monasterios. Los maestros de este siglo empiezan a tener conciencia de la inestabilidad de esta época y estimaron que “revelando” algunas leyes propias de su organización podían atenuar la “peligrosidad” del secreto. Cada vez más aislada, después del Concilio de Avignon, la masonería se rebaja al rango de corporación y predica la disciplina de sus adeptos que no tiene n la menor intención de dedicarse a la política. Definen nuevamente sus bases y concretan varios puntos de la regla de vida de los iniciados. Enrique VIII intenta quebrar la Orden y prohíbe el uso de los signos de reconocimiento. Por aquel ento nces y durante el siglo XVI la masonería introduce un cambio al aceptar en sus Logias a no profesionales. Este cambio nunca se sabrá si fue beneficioso o perjudicial. Durante este siglo termina la Edad Media y la masonería acoge en sus Logias a burgueses, gentilhombres, sacerdotes… El medio social que componía la masonería queda trastocado y los auténticos masones la abandonan. El comercio se levanta contra la masonería, pero cosa curiosa, es entonces cuando los masones levantan en Francia la mayoría de los más hermosos castillos del Loira. Durante este siglo se funda la Orden de los Jesuitas por Ignacio de Loyola. Los masones no sospechan todavía la importancia que va a tener en su propia historia este hecho y los conflictos que surgirán posteriormente entre las dos órdenes. En España y siendo rey Carlos III, el conde de Aranda, masón según algunos historiadores, consigue expulsar en 1759 a la Compañía de Jesús 24

como también lo hicieran en Francia y Portugal, aduciendo motivos políticos y no religiosos. Los motines de Esquilache pudieran estar dentro de estos pretendidos motivos políticos aunque debieron ser problemas políticos y religiosos de más calado. El catolicismo, poderoso aún, empieza a perder terreno en Europa, especialmente en Inglaterra. A partir del siglo XVII se puede afirmar que la antigua masonería es claramente minoritaria con respecto a los intelectuales que proporcionan ahora los mayores contingentes de masones; la antigua cofradía se convierte en una

“sociedad de pensamiento”. Con toda naturalidad las

Logias Masónicas comienzan a interesarse por todas las doctrinas nuevas que atraviesan todo el siglo XVII. El último Gran Maestro de ésta antigua Masonería, Christopher Wren, debe abandonar su puesto e 1702. El gran cisma que impera separa a los “artesanos-operativos” de los “pensadores-especulativos” y abre un profundo foso entre hermanos. A partir de aquí, la masonería que conserva sus símbolos y rituales ancestrales, cambia de naturaleza.

3. Nacimiento de la Francmasonería moderna La palabra “francmasón” ó “freestone -mason”, es decir “albañil-libre” que trabaja la piedra de adorno , según Ferrer Benimeli, se constata en Inglaterra por primera vez en un Acta del Parlamento correspondiente al año 25 del reinado de Eduardo III. Estos grupos de hombres que eran técnicos constructores itinerantes, algunas veces extranjeros, no querían depender en modo alguno de las corporaciones locales, dependiendo solamente del poder papal; se colocaban así bajo la protección de la Iglesia, por encima de los poderes temporales; las fronteras para ellos no existían y las podían franquear libremente, tanto en tiempo de paz como en plena guerra. El paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales (masonería operativa) a la masonería moderna (masonería especulativa) se puede seguir de forma fehaciente leyendo los documentos que se encuentran en la Gran Logia de Edimburgo, donde están completos los 25

archivos desde 1599. Allí podemos ver como poco a poco aparecen durante el siglo XVII al lado de los verdaderos operarios que trabajan la piedra, otros personajes que ejercían una profesión diferente. Con el tiempo los especulativos se impusieron a los operativos, de ahí que aquella organización profesional de los constructores de Catedrales derivara hacia esta otra masonería ya no tan operativa; el mismo hecho de la falta de trabajo, debido a la escasez de catedrales nuevas que se dejaron de construir en este tiempo, provocó este cambio, que tomó cuerpo a partir de 1717 y en especial con las Constituciones de Anderson en 1723. A partir de este período la masonería se transformó en una institución cuya característica era la consecución de una finalidad ética, susceptible de propagarse por todos los pueblos civilizados. Así y de forma simbólica no será ya la catedral a construir un templo del trabajo, símbolo de piedra, sino que será la Catedral del Universo la que se levantará en honor y gloria del Gran Arquitecto Universal, es decir, la misma Humanidad. La piedra bruta, como símbolo representará al hombre, quien habrá de irse puliendo en contacto con sus semejantes. Los útiles del picapedrero recibirán un sentido simbólico: la escuadra, para regular las acciones; el compás para mantenerse en los límites con todos los hombres, en especial con los hermanos masones; el delantal, símbolo del trabajo, que con su blancura indica el candor de las costumbres y la igualdad; los guantes blancos recuerdan al francmasón que no debe jamás mancharse las manos con la i niquidad, la Biblia como reguladora de la fe. Estos francmasones buscaron en la Logia el lugar de encuentro del hombre de “cierta cultura”, con inquietudes intelectuales interesados por el humanismo y la fraternidad. El espíritu que les aunaba era el de la tolerancia. En su Constitución el articulo fundamental dice “Todo masón, está obligado, en virtud de su título a obedecer la ley moral……..no será jamás un estúpido ateo…….. ……..En el presente nos parece a propósito no obligar más que a aquella religión en la que todos los hombres estén de acuerdo, dejando a cada uno 26

su opinión particular…….. consistente en ser hombres buenos y verdaderos, hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la denominación o las creencias con que puedan ser distinguidos.…….” Así concebida, la masonería, desde sus orígenes, quiso ser una reunión por encima de las divisiones políticas y religiosas del momento de hombres que creían en Dios, respetaban la moral natural y querían conocerse y trabajar juntos, a pesar de la diversidad de sus opiniones religiosas y de su aplicación a confesiones o partidos más o menos opuestos . Además de la solidaridad y tolerancia, en la masonería existe también una tercera y muy importante característica, la de la igualdad. “Los miembros de esta sociedad son todos hermanos que no se distinguen, ni por la dignidad, ni por la fortuna que poseen, ni por la lengua que hablan, ni por el hábito que llevan, ni por las opciones que tienen. La igualdad es su primera Ley…..…( Secretos de los Liberi-Muratori, revelado al público 1.786) “Tienen el deber de amarse, de socorrerse recíprocamente conducirse con probidad y honestidad con los otros hombres y ser buenos y fieles ciudadanos”.

4. Nacimiento de la Francmasonería española El fundador de la primera Logia española (la Matritense) fue el inglés duque de Wharton, quien la erigió bajo su responsabilidad y fue registrada más tarde por la Gran Logia de Inglaterra el 17 de Abril de 1728. El siglo XVIII fue para la masonería en general un siglo de zozobra. Fueron pocos los gobiernos o estados que no se ocuparan de los francmasones y prohibieran sus reuniones. La condena de la masonería por parte de Clemente XII en la Constitución “In eminenti” del 28 de Abril de 1738 tuvo su repercusión en España, si bien no de una forma inmediata. Restaurada la Inquisición y siendo este asunto de jurisdicción del Santo Oficio, el Inquisidor Mayor de España D. Andrés de Orbe y Larreategui, después de recibir un despacho del cardenal Secretario de Estado en términos como: “Su Santidad me ha ordenado enviarle, como lo hago, el adjunto ejemplar ( la Bula )……..y procure que tal Asamblea (la 27

masonería )……..la cual en varias partes ha dado tan mal olor de sí, sea abolida y expulsada donde se encuentre ya introducida y no se permita que se extienda donde todavía no ha penetrado..……”, procede a ordenar la persecución y castigo de los seguidores de la Orden. En Octubre de 1738 el Inquisidor General de España dio la providencia para que se publicase la Bula In eminenti contra las Juntas o Coventículos llamados “Liberi Muratori” o Francamasón condenando a sus miembros a la excomunión ipso facto. No obstante los autores de la Constitución Apostólica de Clemente XII no sabían a ciencia cierta la naturaleza y el fin de la Sociedad anatematizada, o dicho en otras palabras, se había excomulgado algo que se desconocía, no se sabía que era ni lo que pretendía. A partir del anuncio comenzaron a publicarse escritos antimasónicos y se obligó a todos aquellos que desearan ejercer un empleo público -fueran militares ó civiles- a realizar bajo juramento, una declaración de no haber pertenecido a Logia ninguna o Asociación secreta. Esta situación de ilegalidad y persecución que duraría durante el reinado de Fernando VII, salvo el breve periodo del trienio liberal, (1820 - 1823), hace que resulte bastante difícil reconstruir la historia de la masonería de la época. Tras la Revolución de Septiembre de 1868 y la consiguiente transformación social, los francmasones españoles cesan de ser perseguidos y su doctrina resurge. Habría que esperar a la revolución de Septiembre, para que, con los nuevos vientos de libertad, la masonería pudiera desarrollarse libremente en España.

5. Masonería y republicanismo en la historia de España La vinculación entre Masonería y Republicanismo constituye en la Historia de España un fenómeno cuyos orígenes se remontan cuando menos a los años del Sexenio Democrático. Se inauguró entonces una etapa donde convergieron y pugnaron por imponerse diversos proyectos y programas

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políticos de alternativas difundiéndose un ambiente propicio para el debate de las ideas y la discusión pública. Fue en estos años de agitados vaivenes, de alternativas y cambios en la trayectoria y rumbo político del país, cuando realmente la masonería española comenzó a crecer pues la ausencia de trabas legales para la creación de todo tipo de asociaciones ofreció ocasiones propicias para el desarrollo las Logias y de las Obediencias Masónicas. Este proceso de crecimiento de la Institución se prolongó hasta finales del siglo XIX y tras la interrupción motivada por lo que ha dado en denominarse la crisis masónica finisecular en torno al 98, aún conoció una nueva fase de desarrollo a partir de 1917, prolongándose hasta el estallido de la guerra civil en 1936. Durante todo este periodo de aproximadamente setenta años (1868/1936), los cientos de Logias masónicas fundadas entre esas fechas, al igual que otras entidades o asociaciones de tipo cultural, mutualista, recreativo o cooperativo, fueron erigiéndose en uno de los principales ámbitos o espacios de sociabilidad “republicana” o, si se prefiere, de sociabilidad “jacobina”, lugares de refugio o de encuentro al que acudieron un número considerable de personas de ideales “avanzados” que, desencantados por el asfixiante caciquismo, por la manipulación sistemática del voto, por el control que la iglesia ejercía sobre las conciencias y por la corrupción y fraude que imperaba en muchos ámbitos de la vida pública, pretendieron difundir sus ideas en pro de la secularización, el librepensamiento, la necesidad de la formación de una verdadera ciudadanía responsable, etc., no tan sólo a través de los cauces normalizados e instituidos -es decir, a través de los partidos y en especial los republicanos- sino también a través de otros canales uno de los cuales fue la masonería. Es en ese sentido en el que creo que habría que contemplar y estudiar las Logias como un espacio privilegiado de lo que quizás, de manera muy genérica, podríamos denominar valores, cultura y sociabilidad republicana . En opinión de muchos autores este proceso condujo, sobre todo a partir de la implantación en 1923 de la primera dictadura española del siglo XX, a un proceso de politización de la masonería española, de unos masones procedentes ideológicamente de partidos y organizaciones diferentes pero 29

que iban a coincidir durante los años

veinte en una idea elemental: la

necesidad de hacer todo lo posible para acabar con la Monarquía, una institución que -desde su punto de vista- no sólo habría entronizado en España desde

hacía más de medio siglo un sistema corrupto y

despreciable, sino que había condenado a los españoles al atraso, la barbarie, la incultura y el oscurantismo en todos los órdenes de la vida ciudadana, entregándolo a la tutela omnipresente de los frailes y los curas, a un poder clerical, sostén ideológico de los poderosos y que los masones identificarían sin más con el “jesuitísmo”, su bestia negra particular, al igual que la masonería acabaría convirtiéndose en el enemigo público número uno de la España católica, tradicional y ultra conservadora. Con todo ello además lo que resucitó fue un viejo debate, siempre presente en la historia de la masonería española. Esto es ¿dónde situar el límite entre el compromiso y la militancia política? O lo que venía a ser lo mismo: ¿dónde terminaba la defensa de los ideales democráticos y progresistas, la defensa de un orden basado en los principios de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD, y dónde comenzaban las actividades políticas y partidistas? ¿Era posible en realidad establecer una clara y diáfana línea divisoria….? En 1931 la Masonería española recibió la llegada de ese supuesto nuevo orden con una declaración que dejaba pocos resquicios para la duda: “la República es nuestro patrimonio”. A partir de Abril de 1931 y hasta Julio de 1936 cientos de masones pasaron a desempeñar importantes cargos públicos. Muchos llegaron a ser ministros, diputados, alcaldes o concejales, pero no por el hecho de que la masonería los hubiera colocado ahí (como aseguró y posiblemente llegó a creer la derecha de la época), sino por su militancia y su protagonismo de muchos años al frente de sus respectivos partidos y organizaciones. No obstante, en aquella coyuntura, muchos miembros de la Orden del “Gran Arquitecto del Universo” pensaron que ya había pasado el tiempo de filosofar, de debatir en sus Logias sobre lo divino y lo humano, y que había llegado la hora de intentar hacer cosas, de introducir reformas desde unas instancias de poder nacional o local al que habían sido aupados por la fuerza de los votos de sus conciudadanos. Y fue aquí donde entraron en colisión las ideas y los posicionamientos de unos individuos que, a título 30

personal, eran masones, pero que pertenecían a partidos u organizaciones con proyectos diferentes y en algunos aspectos, radicalmente antitéticos. Todo ello, como veremos daría lugar a una crisis en el seno de la misma institución que contrasta vivamente con esa imagen de la Segunda República como la etapa de máximo esplendor de la masonería en la Historia de España. Llegado este punto , mi trabajo debe tomar otro rumbo; si todo lo expuesto hasta el momento, después de haber leído de forma exhaustiva a muchos especialistas en la materia que me han hecho entender algunos aspectos para mí absolutamente nuevos sobre esta organización, y porqué no decirlo, hasta percibir un cierto “síndrome de Estocolmo” por la citada organización, debo abordar a partir de ahora y de forma directa el verdadero motivo que me ha llevado a realizar este trabajo, que no es otro que analizar las razones que indujeron a algunos personajes del mundo político de Castellón durante la II República a abrazar decididamente los postulados de esta Orden y a la vez los del republicanismo, para lo cual debo abordar y ahí se va a dirigir la última parte de este trabajo, el momento económico-político-social-religioso que estaba atravesando Castellón y su provincia para que estos hombres cultos, liberales y progresistas encontraran en la masonería quizá lo que el catolicismo de la época no les ofrecía.

31

CAPITULO 3 Masonería y Republicanismo en la Historia de Castellón

32

1. Sociedad y economía en el Castellón de finales del siglo XIX La política, en las instituciones locales y en la calle, era en la última década del siglo XIX castellonense todo menos tranquila y suscitaba un interés masivo. Los protagonistas del enfrentamiento eran también los actores principales que habían de marcar el primer tercio de siglo. Al radicalismo liberal, representado por el republicanismo se oponía ya una movilización derechista de contenido confesional y de signo católico. En ningún período de su historia –exceptuando la etapa de crecimiento económico

más

cercana

a

nosotros–

experimentó

Castellón

transformaciones de tal envergadura. Pasó de villa a ciudad duplicando su población. Adquirió también la condición de capital de provincia. Desbordó el perímetro de las últimas murallas. Vio llegar el ferrocarril y nacer la primera carretera hacia el Grau, donde comenzó a construirse el puerto . La capitalidad provincial había proporcionado también muchos beneficios. Castellón cambió su fisonomía con nuevas calles, plazas, edificios, jardines, y monumentos

y experimentó al mismo tiempo

notable crecimiento

económico; pero estos progresos, estas trasformaciones radicales surgen en un marco de conflictos, de enfrentamientos y en ocasiones de violencia. En el ámbito económico se había ampliado la capacidad del mercado local y éste había intensificado su papel central en toda la comarca dentro de los ámbitos mercantil, artesanal y administrativo. La sociedad urbana castellonense estaba en franca transformación; con todo el Castellón de los años 189…. no era sino un gran pueblo de 25.000 habitantes en fase de crecimiento poblacional interrumpido sólo por mortalidades extraordinarias como la epidemia del cólera de 1885. Republicanos y católicos encarnaban en el Castellón de hacía más de cien años las alternativas potencialmente democráticas. Los castellonenses de la época seguían pensando que su ciudad era relativamente atrasada. Esta sensación se debía seguramente, al carácter agrario que seguía teniendo la estructura socio- profesional de la ciudad. 33

Casi la mitad de sus habitantes dependía del sector primario. Una cuarta parte de la población activa estaba formada por jornaleros del campo, aunque gran número de los ocupados en los trabajos del campo, aparecían censados bajo el epígrafe de labrador (propietario o arrendatario). Los terratenientes rentistas constituían el grueso de los grupos acomodados. El sector terciario era muy reducido; en realidad

gran parte del sector

servicios estaba compuesto por aquellas personas, generalmente mujeres, que atendía las labores domésticas en las casas de los grupos sociales de nivel medio-alto. Había ya algunas fábricas de tejidos y azulejos pero el grueso de las actividades de transformación tenía lugar aún en pequeños talleres artesanales, que por término medio no empleaban a más de dos o tres asalariados.

Los

diversos

oficios

artesanos

(producción

textil,

construcción, sectores de piel, alimentación y madera) agrupaban al 15% de la población activa. El resto se dedicaba a las distintas ocupaciones relacionadas con la elaboración del cáñamo. Repasando detenidamente la estructura socio-profesional no debemos de olvidar y remarcar de forma explícita el trabajo infantil y femenino. La

precariedad

económica

existente

entre

los

grupos

populares

castellonenses nos hace ver que las condiciones de escolarización no eran precisamente las mejores. Sólo uno de cada cinco habitantes de la ciudad sabía leer y escribir a finales del siglo XIX por lo que Castellón figuraba en los primeros lugares, entre las capitales de provincia españolas, ante el problema del analfabetismo, que se agravaba mucho más entre la población femenina. Esta falta de instrucción derivaba de la desigualdad social: mientras tres de cada cuatro personas de los grupos acomodados sabían leer y escribir, sólo uno de cada diez asalariados y uno de cada veinte jornaleros del campo, sabían leer. La expansión urbana había hecho crecer los arrabales en los extremos del casco urbano. El derribo de la última muralla, a partir de los años ochenta, hizo que creciera la ciudad hacia el oeste. La mitad norte del casco urbano era predominantemente agraria, con un porcentaje bajo de artesanos y comerciantes que sí abundaban en el resto sur de la ciudad.

34

La vida urbana quedaba marcada por el contraste entre villa, lugar de residencia de propietarios, comerciantes y funcionarios y rabales donde vivían jornaleros, labradores y artesanos. A su vez los dos rabales eran dos mundos totalmente contrapuestos. El de la Trinidad era jornalero, menestral y republicano y el de San Félix era labrador y católico. El analfabetismo era mucho más grave en los arrabales que en el centro histórico y más elevado aún en la mitad norte del casco urbano.

2. Gestación de grupos políticos en el Castellón del siglo XIX Políticamente las diferencias eran también lógicas: en el barrio de San Félix residían los labradores con medianas propiedad próximos al catolicismo político, por el contrario, el voto de oposición, o sea republicano, era abrumador en los arrabales de población jornalera y artesana. En los barrios céntricos, o sea en la villa, las candidaturas del liberalismo no republicano, solían triunfar. Desde los años centrales del siglo XIX, la mayoría de prohombres liberales de la ciudad, que habían monopolizado el poder municipal, abandonaron el espacio político del progresismo para sumarse a la Unión Liberal de O’donell. Desde entonces la estructura del poder provincial apenas varió y éste nuevo núcleo dirigente recibió la despectiva denominación de Cossi, barreño en el que se efectuaba la colada de la ropa sucia de la política provincial. Estos, los cossieros, practicaron una política basada en el reparto de favores e influencias oficiales, a través, sobre todo del manejo de la Administración y de los mecanismos clientelares de control social y político. Victorino Fabra Gil, dirigió este grupo desde 1868 con el apoyo de las principales familias de la capital, estrechamente unidas por lazos familiares y de intereses políticos y económicos. Cossieros fueron entre otros: Vicente Ruiz Vila, Carlos Ferrer, Domingo Herreros, José Tárrega. No obstante y aún usando los resortes caciquiles habituales, el ascenso del republicanismo era imparable. No fueron capaces de frenar la maquinaria 35

partidista relativamente moderna que pusieron en marcha los republicanos. Su forma de hacer política, reducida a un pequeño círculo de notables, no tenía cabida ante el reto de la política moderna ejercida por los republicanos, basada en la movilización electoral masiva, en una palabra, en la democracia. El republicanismo castellonense apareció en la década de 1860 como un movimiento de artesanos, comerciantes y labradores modestos que acabaron contando con el apoyo de determinados grupos de los sectores acomodados en la petición de un régimen basado en el sufragio universal masculino. Francisco Gonzalez Chermá fue su primer alcalde. Sin embargo, su acceso al poder municipal provocó una acelerada descomposición del movimiento, que se volvió a recuperar a partir de 1890 en la política municipal, desde la recuperación del sufragio universal. El republicanismo se convirtió en la expresión política mayoritaria entre los sectores populares castellonenses. Los republicanos se preocupaban por sus condiciones de vida y de trabajo, se oponían al injusto sistema tributario existente y coincidían con los trabajadores en la misma tradición ideológica del radicalismo democrático; pero el republicanismo no era sólo un movimiento de jornaleros y artesanos. Poco a poco los republicanos captaron la confianza de algunos sectores más dinámicos de la burguesía local. Lo consiguieron, instrumentando las clases dominantes deseosas de crecimiento económico. Buena parte de estos sectores acomodados terminaron aceptando la gestión política local del republicanismo en todos sus aspectos. Lo que interesa resaltar durante la última década del siglo XIX castellonense son lo continuos enfrentamientos existentes entre los radical-liberales (representados por el republicanismo al que se adherirían más tarde los diferentes obrerismos) y la movilización derechista existente, de contenido fundamentalmente confesional, de signo católico. Desde finales de este siglo y hasta la guerra civil posterior en 1936 la política castellonense iba a pivotar sobre estas dos tradiciones claramente enfrentadas. Estos enfrentamientos se podían seguir en las diferentes publicaciones que de uno u otro signo aparecían periódicamente en Castellón, así leemos en “La Razón” la línea de pensamiento masón y en “La Verdad” su 36

“contrincante” la línea de pensamiento católico; al mismo tiempo son de observar los verdaderos descalificativos con que se obsequiaban unos y otros. En el Anexo de este trabajo presento un e jemplo de cada publicación. Y siguiendo con la actitud que mantuvo el catolicismo político-social durante todo el siglo XIX que fue una actitud teórica y práctica de condena global respecto del liberalismo y subordinación al conservadurismo general. León XIII acababa de publicar la encíclica Rerum Novarum dando un gran impulso y orientando al mismo tiempo el movimiento católico-social al que se adhirió la sociedad conservadora castellonense guiada y alentada por los progresos evidentes de las asociaciones agrarias, dirigidas por el Padre Vicent, figura emblemática en la creación del cooperativismo, siguiendo el espíritu de la doctrina social de la Iglesia y que trataba de evitar en lo posible la entrada de los asalariados en estas sociedades, creadas en España tras la celebración del primer Congreso Internacional; no obstante el espíritu de confesionalidad que regía en estas organizaciones de tipo social, excluía a un sector que estando también necesitado, quedaba al margen de todas las evidentes ventajas, contraviniendo clarísimamente el principio cristiano de la caridad universal. Realmente el catolicismo político tuvo solo como principal objetivo frenar el republicanismo.

3.

Doctrina

social

del

partido

republicano

de

Castellón El partido republicano de Castellón PR-CS, al que pertenecían la mayoría de hombres masones, asumió desde su fundación el reformismo social que ignoraba al mismo tiempo otra forma de propiedad -la privada- reivindicando igualmente la función social de la misma y ejerciendo claramente oposición política ante la Monarquía. En este sentido, quizá sea conveniente repasar las bases de la Federación Provincial Republicana de Castellón de 17 de Mayo de 1908 y que el excelente jurista D. Fernando Gasset resumió con estas palabras “Las vicisitudes por que ha pasado el partido republicano español no han tenido 37

eco en Castellón, porque aquí de hecho hemos estado todos unidos, en defensa de nuestras ideas progresistas, federales y unionistas…….. …….. La obra de los comités no ha podido ser más perfecta, si se tiene en cuenta que en las bases se hallan compendiados todas las aspiraciones sanas…..…” (el Clamor 28-3-1908), y estas son algunas de las bases de la Federación Provincial Republicana de Castellón: A) Libertades individuales y políticas, según se declararon en la Constitución de 1869 B) Sufragio Universal como base de la legitimidad de los poderes constituidos. C) Cámara legislativa única. D) Presidente de la República amovible, responsable y elegido por el pueblo. E) Poder Judicial independiente, ampliando la competencia del Jurado. Supresión de las jurisdicciones especiales. F) Autonomía Local en su doble aspecto de municipal y provincial o regional. G) Reducción del presupuesto del Culto y Clero hasta llegar a la separación de la Iglesia del Estado. Inmediata disolución y prohibición de las Ordenes monacales. H) Enseñanza no confesional. Instrucción primaria obligatoria y gratuita. I) Economía en los presupuestos, proporcionalidad en los tribunales e inmediata supresión de impuesto de consumos. J) Servicio militar e instrucción adecuada obligatorios para la guerra y voluntarios en tiempo de paz. K) Protección al trabajo. Auxilios a los ancianos e inválidos del mismo. Auxilios a los ancianos e inválidos del mismo. Arbitraje obligatorio en los conflictos entre el capital y el trabajo.

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4. Republicanismo y masones El anticlericalismo era una de las facetas más destacadas de este partido “primero anticlericales que republicanos” era su máxima, dando de esta forma razón a su condición de ilustrados. El término clericalismo fue acuñado por los liberales para evitar que en sus confrontaciones con la Iglesia Católica pudiera imputárseles móviles antirreligiosos ya que de esta manera no herían la sensibilidad religiosa de otros grupos.

Los republicanos de Castellón no se aventuraron por los

terrenos esenciales de la fe, exceptuando sus discrepancias con el derecho público de la Iglesia. La figura de Jesús estaba tratada siempre con respeto y aunque se realzaba el mensaje social del Evangelio, éste solo se contraponía como reproche a la falta de preocupación social de la propia Iglesia y desde esta perspectiva la posible interrelación entre algunos miembros dirigentes de este partido con la masonería quizá se pudiera encontrar dentro de la visión social de estas personas y su preocupación por ampliar el terreno de las libertades en todas las facetas de la vida castellonense sobre todo en temas tan importantes como la enseñanza que ellos pretendían libre universal y laica. La pregunta que naturalmente surge es: ¿actuaron los dirigentes del PR-CS más influidos por su partido que por su filiación a la orden? Según la profesora Mª Dolores Gómez Molleda en un valiosísimo estudio hecho sobre la masonería , cree que es muy difícil la contestación a este interrogante y si preguntamos

si

determinado en

ambas

instituciones

confluyeron

en

un

momento

sus posiciones anticlericales la respuesta siempre será

incierta. También Ferrer Benimeli, objetivo conocedor de la organización, dice que “es cierto que la masonería no es una religión, sin embargo exige de sus miembros la creencia en un ser superior y el respeto y cumplimiento de la ley moral que une a todos los hombres como hermanos. Tampoco es un partido; no obstante, la masonería tiene una ideología inspirada en la libertad y en los derechos del hombre. Tampoco es un sindicato a pesar de que el eje de la masonería es la fraternidad entre todos los hombres”. En su opinión resulta muy difícil saber si la masonería influye en el ambiente socio-político o más bien es el ambiente el que influye en la masonería. La masonería está 39

o debiera estar si nos atenemos a sus constituciones “por encima de las ideologías de partido.” En cualquier caso la politización de la Orden no ofrece dudas y poco a poco las Logias se convertirán progresivamente en refugio de dirigentes políticos ya que aunque la masonería es una institución de carácter universal, filantrópica y filosófica, sus postulados tienden a hacer reales y prácticos en la vida de los hombres, los principios de igualdad, libertad y fraternidad que constituyen su divisa, y releyendo los principios generales de la francmasonería vemos que proclaman la inviolabilidad del derecho humano en todas sus manifestaciones, y consiguientemente: -

El derecho a la vida y a la dignidad y seguridad de la vida.

-

El derecho a la libre emisión y difusión del pensamiento.

-

El derecho a la libre expresión de la conciencia y al libre ejercicio de los cultos.

-

La libertad de enseñanza.

-

El derecho a la instrucción primaria, gratuita y obligatoria.

-

La libertad del trabajo y, como consecuencia, la de profesiones.

-

La libertad de locomoción, de la elección de domicilio y la inviolabilidad del mismo.

-

La inviolabilidad de la correspondencia epistolar y telegráfica, y la de cualquier otra que en lo sucesivo se invente.

-

El derecho de propiedad sin vinculación ni amortización perpetuas.

-

El derecho de petición.

-

El ejercicio de acciones públicas por denuncia o querella.

-

La igualdad ante la ley.

-

El establecimiento del Jurado para toda clase de delitos.

-

La libertad de reunión, asociación y manifestación pacíficas.

-

La participación del pueblo en el gobierno por medio del sufragio universal.

-

La separación de la Iglesia y el Estado. 40

-

El matrimonio y registro civiles.

-

La secularización de los cementerios.

-

La secularización de la enseñanza y de la beneficencia.

-

La abolición de los títulos de nobleza.

-

La abolición de la pena de muerte y de todas las perpetuas.

-

El derecho de todas las entidades naturales a jurídicas, como Municipios y Regiones, a gobernarse por sí mismas en todo lo que atañe a su vida anterior, en virtud de las leyes que ellas mismas se den.

-

La unión fraternal, libre y espontánea de las Regiones en grupos nacionales; la de éstos en un gran grupo internacional; cada uno de los cuales cuida, respectivamente, de todo lo referente a la vida de la relación de sus componentes, en virtud de las facultades que éstos hayan, al efecto, delegado expresamente.

5. Políticos republicanos masones de Castellón Parece lógico que hombres republicanos castellonense de la talla humana y política como

Francisco Gonzalez Cherma, D. Fernando Gasset, Emilio

Santacruz, Jose Forcada, Francisco Fletcher, Vicente Gea Mariño, Alvaro Pascual Leone entre otros de los mas cualificados dirigentes del PR-CS encontraran en la Masonería su lugar espiritual y en el Partido Republicano de Castellón su acomodo político. Los militantes del PR-CS identificados como masones parece ser que no eran muchos pero sí muy valiosos como personas y como políticos. La lista que sigue es una muestra absolutamente comprobada de militantes republicanos pertenecientes a la Orden. •

Francisco Gonzá lez Chermá, nacido el 26 de Septiembre de 1832. Hijo de un industrial zapatero, ingresó muy joven en el partido progresista de Castellón. Contrajo matrimonio con Maria Sales. Francisco Gonzalez Chermá “Chales” era también músico violinista y perteneció a la antigua Milicia Ciudadana con el grado de comandante 41

en el batallón “dels blanquets”. Escribió polémicos artículos en el periódico “La Democracia” de Madrid. Fue el primer alcalde popular de Castellón, director y fundador de varios periódicos “El Centinela”, “El Clamor de Castellón”, “El Centinela Federal” durante los años 1873 hasta 1896.Sus detractores lo consideraban un hombre sin instrucción y por lo tanto “despreciable” pero era innegable su atracción personal para contactar con los más humildes. Por supuesto que “Quico Chales” carecía de técnicas forenses y parlamentarias de las que hacían gala muchos de sus correligionarios; su arma más valiosa como político de masas era el entusiasmo, la vehemencia y su capacidad de comunicación con las gentes del pueblo. Francisco Gonzalez Chermá murió en su casita de campo del paseo de Morella el 24 de Julio de 1896. “Fue un hombre recto y bienintencionado que no convirtió la política en profesión lucrativa”. •

Don Fernando Gasset Lacasaña, nació en Castellón el 2 de Junio de 1861. Su infancia coincide con momentos políticamente difíciles de España. Estudió el bachiller en Castellón. Hizo la carrera de leyes en Valencia. En el año 1882, con 22 años se doctoró en esa Universidad en Derecho Administrativo, su tesís, publicada en 1883, versó sobre el “Concepto de Nación”, fue leída en la Universidad Central y tuvo como ponente a D. Gumersindo Azcárate. Hombre inteligente , como abogado llegó a alcanzar un merecido renombre dado el rigor con que ejercía sus trabajos jurídicos. Si Francisco Gonzalez Chermá fue corazón y vehemencia D.Fernando Gasset era el cerebro, la razón y la moderación. Fue alcalde de Castellón, diputado y presidente del tribunal de Garantías Constitucionales. Asumió el liderazgo del P R-CS después de la muerte de Fco. González Chermá. Su prestigio traspasó el ámbito local. Nombre simbólico “Velarde”. Miembro de la Logia “Esperanza 5ª”. Pasó al capítulo “Integridad”, el taller masónico que publicaba la revista masónica “La Razón” desde 1889 a 1891.



Mateo

Asensi

Jiménez.

Nombre

simbólico

“Mario”.

“Capitulo

Integridad”. 3er. y 2º teniente de alcalde. Abogado, hombre controvertido dentro del partido PR-CS,alguna vez adoptó una postura hostil ante Francisco Gonzalez, el fundador del partido en su 42

controversia con algunos militantes republicanos, más tarde también se enfrentó políticamente con D.Fernando Gasset. No obstante superadas en 1891 todas estas diferencias llegaría a formar parte de la candidatura del partido en las elecciones municipales hasta llegar a apoyar a este último como candidato al Congreso •

Manuel Bueso Segarra. Comerciante. Nombre simbólico “Prim”, concejal del Ayuntamiento de Castellón y diputado provincial. Según D. Vicente Sos Baynat decía que Manuel Bueso hablaba siempre en valenciano “a la pata la llana”. Falleció en el verano de 1917.



Joaquin Carpi Marmaneu. Nombre simbólico “Pinzón”. Comerciante. Logia “Tres Estrellas”.



José Cortés Pachés. Maestro de obras. Nombre simbólico “Rafael”. Logia “Perfecta Razón”. Concejal y 3er. Teniente de alcalde.



Matias Ferrer Porcar. Nombre simbólico “Gambetta”. Herrero. Hombre de confianza de Francisco González Chermá. Concejal en tres corporaciones y 2º teniente de Alcalde.



Enrique Dávalos Pascual. Nombre simbólico “Darwin”. Farmaceutico. Logia “Tres Estrellas”. Concejal.



Sebastián Esparducer Vilar. Nombre simbólico “Hermandad”. Logia “Integridad”, 4º teniente de alcalde.



José Forcada Peris. Impresor. Nombre simbólico “Gutemberg”. Director de “El Clamor” en algunas épocas. En su juventud militó en las agrupaciones obreras. Concejal y cuarto alcalde democrático. Falleció en enero de 1928.



Vicente Gea Mariño. Médico. Según contaba Don Jose Maria Guinot,era el médico más prestigiado en medicina general. Nombre simbólico “Haeckel”. En alguna ocasión mantuvo alguna divergencia con Don Fernando Gasset, por ser partidario junto con Mateo Asensi de la vía revolucionaria, no obstante apoyó la candidatura de este al Congreso. Hablaba siempre en valenciano y fue de los más fieles colaboradores que tuvo Don Fernando Gasset en todo momento.

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Francisco

Fletcher

Puerto.

Nombre

simbólico

“Anibal”.

Logia

“Integridad”. •

Carlos Llinás Breva. Nombre simbólico “Justiniano”. Logia “Verdad 182”. Abogado.



José Martinez Borrajón. Nombre simbólico “Floridablanca”. Logia “Perfecta Razón”. Periodista. Simultaneó la dirección de la revista masónica “La Razón” y “El Clamor”.



Ramón

Marzo

Saracíbar. Nombre

simbólico

“Voltaire”.

Logia

“Integridad”. Fue zapatero y concejal. •

Francisco Masip Pascual.Carpintero, 5º teniente de Alcalde.



Enrique Perales Vilar. Nombre simbólico “Daoiz”. Logia “Tres Estrellas”, posteriormente perteneció a “La Perfecta Razón” y “Castalia”, procurador de Tribunales.Redactor de la “Revista de Castellón y “El Clamor de la Democracia”.



José Sales Fabregat. Nombre simbólico “Orotava”. Platero ,4º teniente de Alcalde.



Vicente Sos Ferrando. Nombre simbólico “Platón”. Logia “Integridad”, empleado. Colaboró en la organización del Banco de Castellón



Alfonso Gil Maties. Abogado. Hijo político de Don Fernando Gasset. Colaboró eficazmente en campañas electorales del PR-CS durante la segunda Republica. Sufrió la persecución del frente popular en 1936 y fue incluso expulsado del Colegio de Abogados.

No se acaban naturalmente aquí los nombres de los militantes del PR-CS integrantes de la masonería. El hecho de que un buen número de los representantes políticos del momento fueran universitarios y con profesiones socialmente estimables nos indica el nivel cualitati vo de estos personajes

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CONCLUSION Llegado el momento de finalizar este trabajo y elaborar la conclusión no puedo dejar de considerar que quizá el estudio sobre la masonería pueda resultar por sus características siempre polémico pero no por eso deja de ser interesante. Tal vez lo expuesto anteriormente haya permitido acercarnos y, al mismo tiempo, nos haya hecho entender mejor los orígenes, la ideología y hasta las actuaciones. Las ceremonias complicadas, su gusto por lo simbólico y litúrgico, el culto al secreto (que procede de la necesidad de conservar cuidadosamente las formulas arquitectó nicas de la Edad Media) ejercen siempre un poderoso atractivo. Tras varios siglos, durante los cuales esta Orden provocó pasiones, parece haber llegado ahora a un periodo más sereno y, analizándola bajo todos sus aspectos, no dejamos de ver en ella una expresión del deseo inherente al hombre por alcanzar la espiritualidad. Actualmente se puede decir que estamos ante varias corrientes masónicas, aunque de hecho exista una Orden iniciática fundamental. Si en la antigua masonería se afirmaba un ideal de perfección basado en el simbolismo, en la actual esta visión también la encontramos aunque de modo algo más fragmentario; los símbolos y rituales iniciáticos han conservado una fuerza que en este mundo moderno cada vez se anhela más. Los posibles desgarrones históricos de la masonería moderna tienen en realidad hoy un puro interés anecdótico frente a la prodigiosa arquitectura real y simbólica de la antigua Orden de los Albañiles Libres que ha superado el paso del tiempo. Los antiguos constructores no erigían edificios para su placer, sino para celebrar la Obra que no está sometida ni al tiempo ni al espacio. Siempre que los ritos masónicos sean una de las vías hacia esa Obra oculta en el corazón del hombre, merece nuestro respeto y nuestra atención.

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APENDICE DOCUMENTAL

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Nº 1. CODIGO MORAL MASONICO Ama al Gran Arquitecto del Universo. Ama a tu prójimo. Haz bien y deja hablar a los hombres. Ama a los buenos y compadece a los débiles, huye de los malvados; más no odies a nadie. Habla respetuosamente a los grandes, profundamente a tus iguales, sinceramente a tus amigos y con ternura a los pobres. No adules jamás a tu hermano porque es una traición y si tu hermano te adula, desconfía, que no te corrompa. Escucha siempre a la voz de tu conciencia. Sé el Padre de los pobres: cada suspiro que tu dureza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza. Respeta al extranjero y al viajero porque su posición los hace sagrados para ti. Evita las disputas, prevé los insultos poniendo la razón de por medio. Respeta a las mujeres, jamás abuses de su debilidad y muere antes que deshonrarlas. Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias pero tiembla por el depósito que te confía porque en lo adelante, tú serás para ese niño la imagen de la divinidad. Haz que hasta lo diez años te tema, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete; hasta los diez años sé su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo. Enseña a tus hijos buenos principios antes que bella maneras, que te deban antes una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que sean mejor hombres honrados que hombres hábiles. Lee y aprovecha. Ve e imita. Reflexiona y trabaja , y que todo redunde en beneficio de tus hermanos para tu propia utilidad. Se siempre contento para todo, en todo y por todo. Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres, perdonándolas o condenándolas, Dios es el único que puede valorar sus obras.

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Nº 2. SIMBOLOS MASONICOS

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Nº 3. FRASEOLOGÍA MASÓNICA Atributo, el delantal, cordón y demás emblemas que cambian según el grado o la función ejercida en la logia o en la obediencia. Banquete blanco, banquete masónico al que son admitidos los profanos. Bóveda de acero, homenaje rendido en el templo masónico a un dignatario o a un visitante eminente por los hermanos alineados con las espadas en alto entrecruzadas. Cátedra del Rey Salomón, sede ocupada en la logia por el Venerable. Columnas, designa en primer lugar las dos columnas simbólicas J y B (Jakin y Boaz) situadas a la entrada de la logia, a imitación de las que Irma colocó ante el vestíbulo del templo de Jerusalén (Jakin a la derecha, y Boaz a la izquierda) según consta en la Biblia (1 Reyes 7, 21-22). También significa el lugar que ocupan lo masones en la logia, según que estén al lado de una u otra columna. Contraseña, modo de reconocimiento manual entre francmasones. Despertar, vuelta a la actividad masónica de unfrancmasón o de una logia en sueño. Despojar de los metales, rito practicado en todas las obediencias masónicas del mundo. Simboliza el estado de desnudez del candidato profano. En el primer grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, los metales simbolizan las pasiones del mundo profano, que no deben penetrar en la logia. En el 2º grado, el Rito Rectificado, los metales simbolizan los vicios. Finalmente en el lenguaje masónico, los metales han acabado por designar el dinero. Escuadra, la segunda de las tres grandes “Luces” que iluminan la logia. Simboliza la rigurosa equidad y constante conciliación entre las oposiciones necesarias que existen en la logia. Espada flamígera, espada entrega al Venerable de la logia el día de su instalación. La hoja es sinuosa y representa el fuego del cielo. En las manos del Venerable representa la potencia espiritual. G, para los masones es la letra sagrada inscrita en el centro de la escuadra. Para algunos masones es la primera letra de la palabra inglesa God (Dios); para otros proviene de la palabra geometría, siendo el símbolo del arte de la arquitectura. La gnosis, el genio y la gravitación suelen ser tambien interpretaciones de este símbolo. Gabinete de reflexión, gabinete en el que se encierra al profano, para meditar ante un cierto número de símbolos. Es allí donde debe también redactar su testamento filosófico. 52

Gran Arquitecto del Universo, símbolo de Dios para algunos masones; el principio para otros; para todos la Ley. Gran Maestre, suprema autoridad en una obediencia. Grabar, en lenguaje masónico significa escribir. Guantes blancos, símbolo de la pureza. En numerosas logias los hermanos deben llevarlos obligatoriamente en el templo. Hijos de la Luz, forma frecuente de designar a los masones. Hiram, de los tres personajes que con este nombre son evocados en la Biblia, el que los masones de todas las épocas y de todos los Ritos consideran como el Maestro de los maestros era un hombre de Tyro, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, que su rey había enviado a Salomón para la construcción del templo de Jerusalén. De este orfebre famoso, la leyenda simbólica de la masonería ha hecho un arquitecto. Esta leyenda inspira sobre todo una de las ceremonias rituales más hermosa de la masonería , a saber, el paso de un compañero a maestro. Verdadero psicodrama, esta ceremonia reconstruye el asesinato del maestro Hiram en el templo de Jerusalén por tres compañeros descontentos; la búsqueda de su cuerpo por los maestros desconsolados; el descubrimiento de la acacia plantada en el lugar en que había sido enterrado; y finalmente su resurrección en cada uno de los hermanos elevado a la dignidad de maestro: Parece ser que esta leyenda proviene de algún misterio representado en las ghildes de la Edad Media. Iniciación, ceremonia ritual por medio de la cual el profano es admitido en la masonería. Landmarks, un Landmark no es un símbolo, ni una alegoría, sino una regla. Se les define como reglas de conducta que han existido desde tiempo inmemorial – ya sea en forma de ley escrita o de tradición oral- y que son coesenciales con la sociedad masónica, de forma tal que, en la opinión de la mayoría, son inmutables, y todo masón está obligado a conservar intactas, en virtud de sus compromiso más solemnes e inviolables. Logia, lugar donde se reúnen los masones. A imitación de las logias operativas de los constructores de catedrales están orientadas como las mismas catedrales. La puerta se encuentra a occidente; el Venerable se sitúa en el oriente, y los compañeros en el sur, con los maestros. Una logia, presidida por un Venerable, debe contar al menos con siete maestros para ser regular. Se reúne siempre en un templo cubierto y cerrado. Mandil, delantal usado por los masones en la logia. Su decoración varía según el grado. Metales, signos exteriores de riqueza y las pasiones humanas. Obediencia, Federación de logias que aceptan una misma autoridad.

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Palabra de Semestre, especie de palabra de pase transmitida cada seis meses por la obediencia a todas sus logias. Pasar la paleta, expresión masónica que significa perdonar a un hermano la ofensa que le ha hecho. Plancha, significa el trabajo escrito, bien se trate de un discurso, de correspondencia, etc. Recibir la Luz, ser iniciado. Salario, grado detentado en la masonería. Serenísimo, título dado al Gran Maestre. Señal de reconocimiento, señal que permite a un masón hacerse reconocer como tal. Supremo consejo, potencia masónica que dispone de la jurisdicción sobre los talleres del 4º al 33º grado (por lo tanto no en las logias azules). Sinagoga de Satán, expresión frecuente utilizada por los adversarios católicos de la masonería, para designarla. Taller, nombre dado en masonería a todos los cuerpo iniciáticos, ya se trate de las logias que trabajan en los tres primeros grados, o de entidades por lor los grados superiores. Templo, para el masón, en primer lugar es el ideal a realizar: el templo de Salomón que jamás se acabará de construir. También es el local en el que se reúne la logia. Tenida, reunión de trabajo de una logia. Tenida blanca abierta, tenida masónica en la que son admitidos oyentes profanos.

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Nº 4. MASONES ILUSTRES MASONES ILUSTRES ESPAÑOLES Alvaro de Albornoz. Ministro de Obras Públicas de la II Republica. Aranda Mata, Antonio. Militar. Azaña Díaz, Manuel. 1880-1940. Presidente de la II Republica. Blas Infante, - 1936. Escritor. Blasco Ibáñez, Vicente. 1867-1928. Escritor. Bretón Fernández, Tomás. 1850-1923. Compositor. Arrieta y de Chapí. Compositor. Casares Quiroga, Santiago. 1884-1950. Político Gallego. Castelar y Ruoll, Emilio. 1832-1899. Político. Cierva y Codorniu, Juan de la. 1896 -1837. Político. Company Jover, Lluis.1880-1940. Político. De los Rios Orruti, Fernando. 1879-1949. Ministro de Justicia de la II Republica. Echegaray y Eizaguirre, José. 1833-1916. Escritor. Espronceda y Delgado, José. 1808-1892. Poeta romántico. Fernández de Moratín, Leandro. 1760-1820. Poeta y autor dramático. Franco Bahamonde, Ramón. 1896-1938. Político y militar. Gabriel y Galán, José Mª. 1870-1905. Poeta de la Generación del 98. Gómez de la Serna, Ramón.1888-1963. Escritor. Gris, Juan. 1887-1927. Pintor cubista. Jovellanos y Ramírez, Melchor Gaspar.1744-1811. Ministro de Justicia. Lerroux García, Alejandro. 1864-1949. Político. Presidente de gobierno de la II República. Macia y LLusà, Francesc. 1859-1933. Presidente de la Generalitat Catalana durante la II República. Machado Ruiz, Antonio. 1875-1939. Poeta. Martínez Barrio, Diego. 1883-1962. Ministro de de comunicaciones de la II República. Mesoneros Romanos, Ramón. 1803-1882. Escritor. Milán del Bosch, Francisco. 1770-1830. Militar. Morayta y Sagrario, Miguel. 1834-1917. Gran Maestro, Grado 33. 55

Ortega y Gasset, José. 1883-1955. Filósofo. Peral y Caballero, Isaac, 1851-1895. Inventor del submarino. Pi y Margall, Francesc. 1824-1901. Presidente de la I República Ramón y Cajal, Santiago. 1852-1934. Médico, investigador y Premio Nobel de Medicina. Ruiz Zorrilla, Manuel. 1833-1895. Jefe de gobierno con Amadeo I. Sagasta Práxedes, Mateo. 1825-1903. Ministro de Estado en la II República. Salmerón y Alfonso, Nicolás. Político y catedrático. Samaniego, Felix. 1743-1801. Escritor y fabulista. Sorolla Bastida, Joaquin. 1863-1923. Pintor MASONES ILUSTRES INTERNACIONALES Douglas Fairbanks Clark Gable Bob Hope Peter Sellers John Wayne Mario Moreno” Cantinflas” Edwin Aldrin John Glenn Neil Armstrog Alexander Fleming Nat King Cole Duke Ellington Franz Joseph Haydin Wolfgang Amadeus Mozart Rudyard Kipilng Umberto Eco Mark Twain Victor Hugo Julio Verne Oscar Wilde Leo Tolstoi Isaac Newton Douglas Macarthur 56

Henry Ford Benjamin Frankiln Thomas Edison Simón Bolívar Louis Armstrog Beethoven Berliotz Franz Listz Lord Bayron Wolfgang Goethe Schiller Voltaire Montesquieu J.Mitterrand Gerald Ford Harry S. Truman Felipe de Edimburgo Cecil.B. de Mille

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Nº 5. RECORTES DE PRENSA LOCAL 1889 – 1890

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