Maquiavelo - Discursos Sobre La Primera Decada de Tito Livio

Sección: Clásícos Nicolás Maquiavelo: Discursos sobre la primera década de Tito Livio Introducción y notas de Ana Mar

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Sección: Clásícos

Nicolás Maquiavelo: Discursos sobre la primera década de Tito Livio

Introducción y notas de

Ana Martínez Arancón

El Libro de Bolsillo Alianza Editorial

Madrid

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Introducción

©íc" ~el•. la craEdu!~ció_n, fa introducción y las notas: Arui Martfnc;: Arnncón "'-' /\ 111nza ·e 11or1n[, S. A , Madrid 1987 Calle Milán, JB, 28043 Madrid· teléf 200 00 4.5 ISDN: 84-206-0291-4 ' Dcpó~ho legal: M. 37.575-1987 Pupe! fabricado por Snl:tcc, S. A

Compuesto en Fcm:indci Ciudad, S. L Ipn~prcsdo .cn Lay!!l Los Llnnos, nave 6. Humanes (Madrid) rtnic m 5pam

I.. Pocos días antes de morir, Maquiavelo tuvo un sueño, que comentó con sus amigos. En él, se tropezaba con una turba descompuesta de harapientos mendigos, y cuando preguntó quiénes eran, una voz le respondió que eran los bienaventurados del paraíso, porque estaba escrito que los pobres heredarían el reino de los cielos. Siguió andando y se encontró con un grupo de caballeros afables, corteses y bien vestidos, que discutían animadamente de cuestiones políticas. Entre ellos, pudo reconocer a algunos célebres sabios de la antigüedad, como Platón y Tácito. Entonces, la voz misteriosa le comunicó que aquellos eran los condenados en el infierno, pues está-escrito que la sabiduría del mundo es enemiga de Dios. Al despertar y contar el sueño a sus íntimos, Maquiavelo confesó que prefería estar con los segundos_ Esta anécdota no sólo revela el delicioso sentido del humor de Maquiavelo, del que hada gala hasta dormido, como vemos, y nos remite a la leyenda del «auctor darnnatus», del polític~-Anticristo tan vituperado en los tratados contrarreformistas, sino que, de algún modo, es un 7

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Niccolo Mnchiuvelli a Znnobí Buondehnonti y Cosiino RucdlaL Salud

22 Bibliogr:1ffo Doni, U.. Niccolo 1Ha 1 · ,.,¡¡- ¡ ¡ !v[il:ín, 1979. · · · e .>rat.1; t. ª t:iiomeuofogía del potc·re. EsPüSITO,

les, 1980

R 1 a ¡ t ·, · · , 1 ' . io I rea ' .a

· s!orw:

Macbiavdli e Vico. Nápo·

GARIN E L'•¡•¡•··ir"s· . ¡· Bari, 1952. 1 •' . ' ' ' ' ' ~ llllo rta Jano Girnr::R1 F 1lfrc''1l1t• •lt· · ¡ G · · ¡·tm.· Polilics tJrd IJ' I . .. ' ' • ,, ,, I Mu wccran 111 st.'\teenth a11tw'Y Florence. Princeton 1973 ' is ory ... HELLEr 1\ PI l . ' . ' M t, 'Jombn• del Rlwacimiento Bnrcclona 1980 l ANSFIEl..D, H. C., Maquiavelo 1' lo . . . I ' . !!1od,•m11 México, 1983 . s prwc1p10s 'e 1(1 po11tica

Es;t~;~o~~:~~~~' I~I97 ~:ontribución

Bar~~~~' ~BONiccolb Afochiavelii. SKINNER,

VILLARI,

al estudio de Afoquiave!o en

5torfo del suo Pt'11sif:ro politico

Q., .Maquiavelo, Alianza, Mndrid, 1984 p' Maquiavelo, su vida y su tiempo Barcelona, 1973.

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Os mando un presente que, si bien no se corresponde con las obligaciones que tengo con vosotros; es, sin duda, lo mejor que puede enviaros NiccolO MachiavellL Porque en él he manifestado todo cuanto sé y cuanto me han enseñado una larga práctica y la continua lección de las cosas del mundo. Y no pudiendo, ni vosotros ni nadie, esperar más de mí, tampoco os podéis quejar si no os doy más. Fácilmente os podréis compadecer de la pobreza de mi ingenio al ver qué pobres son mis relatos, y de las falacias de mi juicio cuando, en muchos luga1·es, me en~ gañe en mis razonamientos, Siendo así, no sé quién de nosotros debe estar menos agradecido: si yo a vosotros, que me habéis obligado a escribir lo que por mí mismo no hubiera escrito, o vosotros a mí, que, escribiéndolo, no os he complacido" Tomad, pues, esta obra como se toman siempre los dones de los amigos, donde se considera siempre más la intención del que manda una cosa que la calidad de la cosa mandada . Y creed que en este asunto sólo tengo un consuelo: pensar que, por mucho que me haya engañado en diversos lugares, el único acierto ha sido 2.3

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Libro primero

.Maqubvclo

elegiros a vosotros, con preferencia n cualquier otro, para dedicaros estos Discursos míos: pues haci¿ndolo, por un lado me pmece que demuestro mi grn1:itud por roclos los beneficios que he recibido de vosotros, Y: por orro. pienso que me apano del uso común de los que escriben, los cuales suden dedicar sus obras a algún príncipe Yi llevados por la ambición y la nvaricia, alaban en él todas las virtudes, cuando deberínn vitupernrlo por sus folrns. Así que yo, parn no caer en este error, he escogido no a Ios que son príncipes, sino a los que por sus buenas cualidades merecerían serlo; no a los que podrían llenarme ele empleos, honores y riquezas, sino a los que, no pudiendo, quisiernn bucerlo. Porque los hombres si quieren juzgar correctamente, deben estimar a los que son liberales, y no u los que pueden serlo, e igualmente a los que saben, no a los que, sin saber, pueden gobernar un reino Además, los escdtmes alaban más u I. Iierón ele Sirncusa cuando era un particular, que a Perseo ele Macedonia cuando era rey, por·que a Hierón, pmn ser príncipe, no le faltaba más que el principado, mientras que el otro no tenía nada de rey, excepto eI reino 1 Goz,1d, pues, del bien o el mal qlle vosotros mismos habéis querido, y si queréis permanecer en ese error de que os agraden mis opiniones, proseguiré con el resto de fo historia, segt.'m os he prometido. VAlETE

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Proemio

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Aunque por In naturaleza envidiosa de los ho~nbr~s la rare'l de buscar nuevos métodos y recursos l'.aya st~o stem .. 're' tan peligrosa como buscar aguas y tierras ~gnotas, ~orque todos esdn trnís dispuestos a denostar q~11:: a loar Ías acciones ajenas, sin embargo, lleva:1o d~ es,e ceseo siempre ha existido en mí de obrar sm ~mgun temo~ e~ uellos asuntos que me parecen be~efic1osos para to l1~ n{e he decidido a entrar por un cammo ~ue, e}:º f~~a·1s sido aún recorrido por na~lie, me costara mu~t. ll~s dificultades pero también la recompensa e adque n Y ' ' b . l fin a que se en ereza ' ue consideren e111gnamente e q . b . y i la pobreza del inoenio, la escasa expet;·a ªlºf~s a:untos actu~les y l:S débiles noticias ele nencia .en h' 1 ue este intento mío sea defectuoso

:ue

a

I Mnquhwclo se refiere a Hicrón II (272-216 a. C), elevado al puesto de rirano por el ejército de Siracusn, y cuyas excelentes dotes y buen gobícrno merecieron !os elogios de Polibio, y n Perseo, último rey de Macedonia, vencido por los romanos en el 168 a. G y tratado con desdén por los historiadores, particularmente por

Plutarco

n;1s

:~cleªº1:i~~~1~1s;ilid~~~: ¡·aC menos que?a abierto eelnctaons1i'~~Jlill?:{~'I me3ores argum · J

, J que all1uien mas va toso, con . , ¡ no' 5 pueda ::::>llevar a buen término este bosque10 m10 que,

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.M:!quiavclo

me · . . propo . rc1ona u1nb~inzas ' t'll , aciirrearme miurrns. ' npoco debena

Discursos sobre la primera décad:1 de I'ito Uvio

gando la imitación no ya difícil, sino imposible, como si el cielo, el sol, los elementos, los hombres, bubienrn va-

riado sus movimientos, su orden y sus potencias desde los tiempos nntiguos. Queriendo, pues, alejar a los hom-- bres de este error, he juzgado necesario escribir sobre todos los libros de Tito Livio que se han podido sustraer h a la injuria del tiempo, para manifestar lo que me parece rar la casa y hace1~lo· cop!i~:c~~tfra tenerlo consigo, honnecesario, según mi conocimiento de las cosas antiguas aquel arte v cómo éstos I f os que se complacen en ~ · '' se es uerzan lueoo · y modernas, para la mejor inteligencia de ellos, de modo d l !:> ' con gran mdUSLrla, en representarlo e que quienes lean esas aclaraciones mías puedan más fácilorra parte que las V