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RESUMEN Y COMENTARIO DE TEXTO La sociedad infantilizada RESUMEN Cuando se producen desgracias naturales, secuestros, accidentes, bancarrotas, estafas, etc., en la televisión, gente vociferante e indignada hace responsable, con razón o sin ella, a las autoridades, pide su dimisión y exige indemnizaciones. El Estado se ha convertido en un padre protector al que los ciudadanos despótica e incoherentemente reclaman la solución a sus problemas. Es preciso recuperar la responsabilidad personal y el sentido común. COMENTARIO CRÍTICO Comentario crítico sobre el contenido. Ideas que expresa el autor. -

la sociedad actual ha pervertido el significado real de estado y ciudadano: el Gobierno ha asumido obligaciones que no tiene y el ciudadano ha delegado toda responsabilidad en el estado. Esta actitud es incoherente para el escritor.

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El destierro en nuestra sociedad del sentimiento de culpa propicia que no asumamos nuestros errores y tendamos a culpar a los demás de ellos, sin hacer ningún tipo de autocrítica personal.

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El ciudadano además de derechos tiene obligaciones: asumir la responsabilidad de sus actos, aceptar las consecuencias derivadas de ellos.

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Es necesario que vuelva a imperar la coherencia, el sentido común, la autocrítica y la responsabilidad individual.

Tesis que defiende. El ciudadano ha de asumir su propia responsabilidad y aceptar las consecuencias de las adversidades y de sus actos. El estado no puede ni debe solucionar todos los problemas a los ciudadanos. Argumentos que utiliza. Argumentos basados en la experiencia cotidiana, compartida por los lectores que aún tienen en mente por haber tenido mucho eco mediático durante un tiempo: -

desgracias achacables a la acción de la propia naturaleza: nevadas, inundaciones, vendavales, pedriscos…, que no pueden controlar las autoridades aunque sí alertar a los ciudadanos para que tomen las medidas pertinentes. Desgracias que, en ocasiones, no previene el ciudadano al desoír los consejos de las autoridades (correr riesgos innecesarios) o no asumir sus obligaciones (disponer de las cadenas necesarias, contratar un seguro con adecuada cobertura, etc.)

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riesgos inherentes al desempeño de un trabajo o actividad (secuestros en alta mar, accidentes, pérdidas de vuelos o equipaje) o la propia

profesión: muerte en el desempeño de un trabajo de alto riesgo, en el cumplimiento de una misión. -

Contingencias causadas por la propia avaricia personal al ambicionar una rentabilidad fuera de lo común y, por tanto, de sospechosa legalidad.

El escritor no necesita concretar más sus argumentos; a la mente del lector, igual que a la suya, acuden las imágenes de nevadas que han paralizado la actividad en toda la península; pedriscos, inundaciones o riadas, cuyos efectos no solo son achacables a la naturaleza, sino al egoísmo humano que no ha previsto con antelación los riesgos de planificar o edificar mal; de las capturas por piratas de barcos que faenaban en aguas peligrosas; bajas causadas por el infortunio y el riesgo del ejército por su propia profesión (las muertes de militares en misiones de paz); estafas e inversiones de alto riesgo que han causado desastres financieros de gran escala (el caso de Bernard Madoff y el de las hipotecas subprime en EEUU, por ejemplo). Importancia y actualidad de las ideas. El texto tiene gran actualidad porque nos hemos acostumbrado a vivir en un “estado de bienestar” y henos ido delegando nuestra iniciativa y responsabilidad en el gobierno, pero en épocas de crisis como la actual, ni el gobierno puede proporcionarnos todo aquello que necesitamos ni los ciudadanos podemos mantener una actitud pasiva y esperar que los demás solucionen nuestros problemas: hemos de asumir la “libertad” que todos reclamamos y, con madurez, tomar iniciativas y buscar soluciones. Conclusión. La opinión del articulista es muy acertada y muestra su gran responsabilidad como intelectual, al intentar arrojar luz sobre los problemas actuales y aconsejar una línea de actuación, que, a buen seguro, ayudará a reflexionar al lector y le animará a asumir su propio destino con actitud madura. Opinión personal sobre el texto. Creemos que cumple la misión que se asigna a este tipo de textos periodísticos: la de analizar la actualidad, reflexionar sobre ella y enjuiciarla para crear un estado de opinión que influya en el lector. Pensamos que cualquier lector, sea de la ideología que sea, puede estar de acuerdo con lo que se expone en él. Comentario crítico sobre los aspectos formales. El texto es un artículo de opinión con el cual el autor tiene que captar la atención del lector para que lea el artículo completo y no sólo el titular y procurar que su contenido no le resulte complejo, para lo cual debe prestar especial atención a la claridad expositiva. El titular, una construcción nominal (la sociedad infantilizada) sirve de orientación porque sintetiza lo más significativo del texto. La organización en párrafos (cinco) –en cada uno de ellos se tiende a exponer una idea, relacionada con la anterior- de no demasiada extensión, la no complejidad sintáctica y la abundancia de signos de puntuación facilitan al lector la comprensión del contenido.

Pero, dado que el articulista es también novelista, su interés por la forma de lo que escribe es indudable. Para expresar que la actitud de los españoles es machaconamente siempre la misma, lo hace con: -

las formas verbales de presente de indicativo con valor habitual (nieva, llenan, responsabilizan, repite, pasa) potencian lo reiterativo de las actuaciones.

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La utilización de sinónimos (televisiones-pantallas; personas indignadasgente vociferante; autoridades-gobierno-alcalde-estado).

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La repetición de construcciones sintácticas: “tanto si eran evitables como si no”; tanto si se tomaron como si no todas las medidas de precaución”.

La reiteración del concepto de responsabilidad (responsabilizan, responsabilidad, responsables) aplicado a otros y no a uno mismo, a través del cual el autor critica esta actitud incoherente del español. En los tres primeros párrafos, los ciudadanos indignados y vociferantes se presentan como un sujeto agente que exige responsabilidades e indemnizaciones al estado, el cual asume una actitud de víctima al recibir las agresiones verbales. Pero el autor se muestra crítico con todos ellos. Para que el lector comprenda fácilmente la incoherencia de esta actitud, echa mano de una metáfora, sencilla, sacada del ámbito cotidiano y familiar, que clarifica la situación: el estado ha asumido un rol que no le corresponde, el de un padre protector, al tiempo que los ciudadanos asumen el de niños protegidos. Los resultados los vemos a nuestro alrededor: jóvenes malcriados y ciudadanos infantilizados compartimos los mismos defectos de ineptitud, despotismo e intransigencia. Para el autor sólo hay una solución: asumir nuestras responsabilidades. El nivel de uso d ela lengua es el estándar culto. El lector del periódico suele tener cierta instrucción: las alusiones a noticias concretas actuales que subyacen en el texto; términos como resarcir, suscribir, cobertura, accidentar, devenir, son más propios de los textos cultos escritos que de los orales. Sin embargo en el deseo de conectar con él propicia la inclusión de expresiones coloquiales del tipo “la responsabilidad será del estado, o sea, de los demás, por no haberles advertido, se supone”; “ellos nunca serán responsables de sus actos”.