Lotman-Semiosfera

Yuri Lotman Semiósfera, cultura, texto y límite. La semiósfera, o biosfera semiótica, es el mundo de los signos en el qu

Views 171 Downloads 2 File size 162KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Citation preview

Yuri Lotman Semiósfera, cultura, texto y límite. La semiósfera, o biosfera semiótica, es el mundo de los signos en el que todos los humanos viven e interactúan. Los signos son representaciones que conforman un espacio delimitado con respecto del espacio que lo rodea, que sería el espacio extra semiótico. Estos ámbitos se encuentran divididos por una frontera de puntos que pertenecen a ambos espacios, la cual actúa como filtro y como traductor. Esta traducción se articula dando sentido a la realidad extra semiótica, es decir, otorgando sentido dentro de alguno de los sistemas semióticos. Según Yuri Lotman, la semiósfera funciona como un espacio de contención ante la violencia del mundo, el cual es formado por códigos. En este sentido, la semiósfera es el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia misma de la semiótica. El concepto general de la semiósfera remite a la idea de que el espacio de la semiosis no es homogéneo, ya que existen esferas únicas de sentido, así como “semiósferas particulares”, que serían los espacios individuales o pertenecientes a distintos grupos sociales e históricos. Dada la heterogeneidad de la semiósfera, como un conjunto de distintas manifestaciones semiósicas, el mecanismo de traducción adquiere una relevancia especial, ya que toda relación comunicativa es una relación de traducción. Aunque los diversos sistemas semióticos no aparecen definidos de forma inequívoca en el planteamiento de Lotman, el concepto de cultura, ligado indisolublemente al de semiosis, actúa como un estructurador.

1

Para Yuri Lotman, los puntos de la frontera de la semiósfera pueden ser equiparados a los receptores sensoriales que traducen los irritantes externos al lenguaje de nuestro sistema nervioso, o a los bloques de traducción que adaptan a una determinada esfera semiótica del mundo exterior a ella. Esta idea se centra en 2 puntos: la idea de que hay un mundo que se habita y la noción de que los mecanismos de traducción y filtro integran lo extra-semiótico en lo semiótico, lo cual deriva en una concepción del intercambio comunicativo como un proceso de recodificación.

ACERCA DE LA SEMIOSFERA. LOTMAN JURI M. 1. SOBRE LA TEMÁTICA DEL TEXTO

El autor plantea una visión heurística de los espacios en que se da la semiosis, privilegia en el texto al dónde y el para qué de los análisis significacionales ubicándose sobre la base del cómo. El cómo, precisamente es el tema que se privilegia a lo largo del texto pues la semiósfera es la propuesta que presenta y al tratarse esta de un espacio de traducción, de un diálogo intercultural, abre la posibilidad de una construcción colectiva de significados, equilibrante y validadora, a un nuevo y más amplio concepto de significaciones. Cuando el autor se refiere a los orígenes de la semiótica lo hace estableciendo las semejanzas entre las teorías más representativas de la semiótica (Norteamérica) y/o la semiología (Europa), aun así no da gran importancia ni a las diferencias ni a las semejanzas sino a los espacios planteados por ambas teorías para llevar a cabo el proceso de análisis de la significación. 2

Para Lotman la semiosis existe gracias a las cualidades que el espacio (la semiósfera) contiene para permitirle llevarse a cabo, pero establece también que ella misma existe gracias al proceso comunicativo que tiene como razón de ser el objeto de significación y, mucho más, la forma en que este elemento se toma desde lo más básico y todo lo demás se analiza comparándolo con el mismo (carácter de átomo). El diálogo cultural, que él llama conversación cultural bilingüe y ubica dentro del concepto de mecanismo de frontera define la intención de Lotman de interpretar los signos desde lo material, es decir, desde su función social, desde las distintas visiones culturales. 2. SOBRE LA ORGANIZACIÓN DEL TEXTO Lotman en su texto hace un recorrido por los orígenes del término “semiótica” (Charles Sanders Pierce) y la “semiología” Ferdinand de Saussure, para luego introducirnos a través del análisis de ambas en su propuesta de “semiósfera” sin olvidarse a su paso de la noosfera (Vernadski) y de la biosfera comprendidas estas tres últimas como espacios que, desde sus diferentes efectos sobre el objeto analizado permiten la interacción, el análisis y la significación independientemente de la forma en que sea comprendida la teoría semiótica por quien analiza. De alguna forma, y, teniendo en cuenta la diferencias y las similitudes (que en algunos casos se encuentran plasmadas entre líneas) el autor busca una especie de punto de equilibrio que él mismo denomina “enfoque análogo” , a este punto medio (si quisiera tomarse de este modo) lo llama semiósfera y lo explica no como una forma de análisis de significación (semiosis) sino como un espacio propicio para el mismo que existe gracias a los actos sígnicos particulares los cuales , a su

3

vez, sólo pueden darse en medio de este espacio semiótico (la semiósfera). A lo largo del escrito se logra entender la propuesta de “semiósfera” y apropiarse de la ubicación que este autor quiere darle dentro de las diversas teorías acerca de los medios en que la semiosis es posible. Es claro el afán por clarificar el carácter delimitado que tiene la semiósfera y lo hace planteando como una de las principales características de ella al diálogotraducción que él denomina “mecanismo de frontera” y que otorga valor a la semiósfera por hacer posible la construcción cultural de procesos de significación en su interior. 3. SOBRE EL PROCESO DE LECTURA La contextualización de los signos es una idea consensualizadora dentro de los procesos de significación, o mejor, dentro de los resultados de los procesos de significación. No tenerlos en cuenta va en detrimento de las construcciones y apropiaciones colectivas de conocimiento y de la trasmisión del mismo puesto que sólo al saber de dónde proviene y descubrir cómo encaja en el contexto en el que quiera re-ubicarse logra validarse en los nuevos espacios. Es enriquecedor pensar en el concepto de semiosfera, crear espacios de conocimiento no quedarse solamente en los productores de conocimiento y los buscadores del mismo sino encontrar espacios de encuentro, donde se dialogue, se traduzca, se comprenda, se apropie y luego se trasmitan los conocimientos en un intercambio cultural. Esto lo hace Lotman planteando lo semiosfera. Es muy placentero poder pensar siempre en el para qué de los conocimientos que se generan o que se transmiten, los diálogos interculturales permiten que en cada nuevo espacio al que el conocimiento llegue, este pueda tener una funcionalidad 4

pensada por quien se apropió del conocimiento teniendo en cuenta la forma en que este fue concebido en su entorno original, así no se pierde la complejidad del conocimiento, sino que se garantiza una comprensión que no corre el riesgo de caer en la simplicidad. La semiosfera, en consecuencia, es un “espacio semiótico fuera del cual es imposible la idea misma de la semiosis”, y por lo tanto el sentido mismo. Las lecturas críticas de la teoría semiótica de Peirce suelen insistir en este punto y lo llevan al extremo: fuera de la semiosis no puede haber pensamiento; todo es de un cierto orden anterior incognoscible por definición, la negrura, el caos, la muerte, el no ser, o como quiera llamárselo, lo cual es indiferente en el punto en que se trata no de un “existente” sólo concebible como conjetura, hipótesis o necesidad lógica. Cultura, texto, límite. La definición, determinación y clasificación de los textos sigue camino similar al que antes se indicó para la cultura y aquí se retoma. Dentro de las tesis se señala precisamente: En las investigaciones de naturaleza semiótico-tipológica el concepto de cultura se percibe como fundamental. Al hacerlo deberíamos distinguir entre el concepto de cultura desde su propio punto de vista y desde el punto de vista del meta sistema científico que lo describe. Según la primera posición, la cultura tendrá la apariencia de una cierta esfera delimitada que está opuesta al fenómeno de la historia, experiencia o actividad humana que se encuentra fuera de ella. De modo que el concepto de cultura está inseparablemente relacionado con su oposición a la „no-cultura‟. El principio según el que se hace esto (la antítesis de la religión verdadera y la profanidad, de la 5

ilustración y la ignorancia, de la pertenencia a cierto grupo étnico o no-pertenencia, etc.) pertenece al tipo de la cultura dada. Sin embargo, la misma oposición de la inclusión en una esfera cerrada y la exclusión de ella constituye un rasgo significante de nuestra interpretación del concepto de cultura desde el punto de vista „interior‟. Aquí ocurre la absolutización característica de la oposición: parece que la cultura no necesita su contra-agente „exterior‟ y puede ser comprendida inmanentemente. Lotman define a la cultura como todo el conjunto de información no genética, como la memoria de la humanidad o de colectivos sociales más restringidos. Plantea que la cultura es un texto definiéndolo como cualquier comunicación que se haya dado en un determinado sistema sígnico, es decir como una información codificada en cierto modo. Pero advierte que su organización es compleja y se descompone en jerarquía de textos. Ferdinand de Saussure llamó la atención en su Curso de lingüística general acerca de una cuestión de la cual la semiótica contemporánea no ha dejado de sacar conclusiones y consecuencias. De acuerdo con el lingüista ginebrino todo el misterio de la significación se nutre en última instancia en un juego más o menos complejo de identidades y diferencias. La cultura en general o, mejor, cada cultura nacional y epocal supone para Lotman un espacio semiótico integrado, que a su vez se articula en ese todo de tiempo y espacio abstractos que es la semiosfera. El límite, precisamente, es un concepto y una metáfora a la vez. ¿Qué ocurre en un límite? Pues que dos “cosas” diferentes a la vez se tocan (se juntan) y se separan, y ese movimiento doble es el que posibilita el reconocimiento de lo uno, la individualidad, y la certidumbre de que tal individualidad es en el fondo 6

simplemente la oposición al otro, carece de otra sustancia que no sea esa diferencia. El descubrimiento de la importancia de la noción de límite puede buscarse en los trabajos que Lotman le dedicó a los fenómenos artísticos. Ocurre que, a diferencia del lenguaje cotidiano, cuyas unidades se nos brindan más o menos directamente así como las normas de su encadenamiento sintáctico, no ocurre lo mismo con la lengua artística. Siguiendo la huella trazada por el formalismo ruso, Lotman observa que los textos artísticas son ambiguos, oscuros (Lotman a la manera de Yuri Tinianov habla de una “densidad del sentido”) y por lo tanto incluso se dificulta percibirlos en su unidad, es decir a través de una definición única. La vida de la cultura como sistema determina que la información que ha sido acumulada permita reconocer los textos culturales y producirlos. Texto remite aquí a producto del acto de la comunicación, que como tal ha debido materializarse en algún tipo particular de sistema de signos o en varios de ellos a la vez. En el sentido amplio que desde hace décadas ya la semiología y el análisis del discurso han incorporado texto es tanto una película como un poema, un afiche publicitario como la novela Rayuela, el álbum blanco de los Beatles y el volante que se reparte a la entrada a la universidad o la disposición de los cuerpos de los trabajadores de una empresa metalmecánica de Rosario que se disponen sobre la ruta para impedir el paso y así protestar públicamente contra los despidos que se han producido en su fábrica. Queda claro, entonces, que esa codificación en un cierto sistema de signos en algunos casos pueden ser bien clara, inmediata y fácilmente detectable y analizable, como cuando el investigador estudia cierta “porción” lingüística o la primera 7

plana de un diario donde destaca una foto inmensa acompañada por un gran titular, o mucho más difusa e hipotética como cuando lo analizable son los gestos, los cuerpos y cierta disposición de los objetos. De cualquier modo, cuando unos renglones más arriba se brindó el ejemplo de una protesta obrera se lo hizo con toda la intención de que se percibiera que la historia ya se encargado de que cualquier argentino note en ese fenómeno social una determinada dimensión retóricosimbólica. ¿Qué camino seguir para la determinación de qué es un texto, cómo se lo debe definir, cómo trabajar sobre y con él, de qué manera clasificarlo en su diversidad y transformación…? Lotman contesta en un artículo que se llama “La semiótica de la cultura y el concepto de texto” (publicado en Escritos. Revista del Centro de Estudios del Lenguaje, 9, México, Puebla, 1993, páginas 15-20, traducción del ruso de Desiderio Navarro): En La semiosfera. Semiótica de la cultura y del texto (tomo I, selección, traducción y prólogo por Desiderio Navarro, Madrid, Cátedra, 1996) Lotman escribió: “el límite es un mecanismo bilingüístico que traduce las comunicaciones que proceden del exterior al lenguaje interior de la semiosfera y viceversa”. Así la noción de límite es esencial para distinguir entre texto y no texto, y Lotman intenta demostrarlo en sus estudios sobre la literatura y el arte. Muestra como los comienzos y los finales, el sistema del titulado y las “frases de apertura” y cierre de los objetos literarios buscan formas fuertes de codificación para que así sea posible su reconocimiento y se los establezca como objetos concluidos, cerrados, en tanto principio y fin. Los diferentes textos contarán en cada caso con formas de delimitación particulares, pero en el fondo similares en su disposición y funcionamiento a éstas que se destacan para las obras literarias. 8

Una vez establecidas las fronteras, el análisis del texto literario que se propone como modelo posible para los textos en general no difiere en mayor medida de aquel que acercaron como propuesta los estructuralistas franceses. Es decir, su descomposición en una serie de niveles todo ellos a la vez parcialmente abiertos y cerrados (nivel fonológico, sintáctico, etc.). “Cerrados” en tanto conservan una cierta autonomía y “abiertos” dado que su naturaleza misma es la de englobar niveles menores e integrarse a niveles mayores-. Aunque la noción de límite opera en realidad no en la consideración de este tipo de textos en su nivel más “bajo”, es decir de estructura primaria que sólo remite a un cierto ordenamiento de señales, sino en la integración de su estructura secundaria o compleja, que es precisamente aquella que determina finalmente que el texto en cuestión se reavive con cada nueva lectura y parezca de hecho inagotable en su capacidad semántica. La noción de texto, cabe agregar, muestra hasta qué punto la semiótica de la cultura de Lotman se aleja de las posiciones de la autonomía propias de los formalistas rusos para acercarse más bien a las consideraciones, polémicas de los anteriores, elaborada por el Círculo de Bajtín. Jorge Lozano escribió al respecto: (…) la propuesta de Lotman que altera toda una tradición inmanentista en el modo en que la semiótica ora heredera del estructuralismo ora del método formal o formalismo, encaraba su objeto de análisis, esto es el texto o dispositivo pensante, como lo llama Lotman. El texto se veía como una entidad separada, aislada, estable y autónoma. Tras los trabajos de Lotman el texto se ve como un espacio semiótico en el interior del cual los lenguajes interactúan, se interfieren y se auto organizan jerárquicamente. Puesto que la dimensión del signo no es pertinente -como enseñó Hjelmslev-, la cultura en su totalidad puede ser considerada como un texto pero, como 9

advierte Lotman, es un texto complejamente organizado que se descompone en una jerarquía de «textos en los textos» y que forman complejas tramas de textos. Así, puesto que la propia palabra «texto» encierra en su etimología el significado de trama, se le devuelve al concepto «texto» su significado inicial. Al hablar del «texto dentro del texto» se quiere subrayar el papel de los límites del texto, ya sea de los externos que lo separan del no texto, ya sea de los internos que dividen sectores de diferente codificación.

10