Los Tigres Asiaticos

LOS TIGRES ASIATICOS. Entre 1960 y 1990 estos países han resaltado por mantener altas tasas de crecimiento e industriali

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LOS TIGRES ASIATICOS. Entre 1960 y 1990 estos países han resaltado por mantener altas tasas de crecimiento e industrialización, además de convertirse en importantes receptores de inversión extranjera. Ubicándose todos en el sudeste asiático, donde importantes empresas multinacionales tienen su sede (tomando como ejemplo a Seúl donde se encuentran Samsung, LG Group, Hyundai y Kia Motors), los cuatro tigres comparten una gama de características con otras economías asiáticas, tales como China y Japón. Entre 1945 y 1990, en el contexto de la Guerra Fría, se los comenzó a ver como potencias. Los principales países que se han desarrollado tan vertiginosamente fueron Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea, demostraron un crecimiento en calidad, cantidad y bajo precio en sus productos alcanzando mercados internacionales. A mediados de 1950 apuntaron a los avances tecnológicos y a políticas sustitutivas de importación, orientándose luego a las exportaciones. Estos países han cambiado paradigmas mundiales. Parte del éxito de estos países ,se ha basado en: 1ºLa abundancia de mano de obra. 2ºLos bajos salarios (Con largas jornadas de trabajo). 3ºLa carencia de derechos laborales. 4ºLa creación de las zonas francas portuarias, donde las empresas están exentas de impuestos, de aranceles aduaneros y se les ofrece una legislación especial en materia laboral (como, por ejemplo, limitación de derechos sindicales), además de mejoras de infraestuctura a cargo del Estado ("La organización del espacio mundial" C. Barros, 1999). Estos factores han contribuido a la deslocalización de muchas empresas e industrias, concentradas en países desarrollados, que no necesitaban mano de obra cualificada, por lo que han trasladado sus sedes a estos lugares.

En poco tiempo, los países del sudeste asiático pasaron a ser países de escaso crecimiento como contrapartida de bajos salarios de los trabajadores, lo cual resultó atractivo para empresas extranjeras que se instalaron en la región . La inversión favoreció el resurgimiento de la economía, pero siempre y cuando éstas tendieran a los intereses nacionales, a la competitividad y a las expectativas del empresariado local. Este avance tuvo efectos en cada uno de los países, como es el caso de Hong Kong, (antigua colonia británica, ahora perteneciente a China) las inversiones extranjeras dentro del proceso de modernización tuvieron un marcado control por parte del Estado. En Taiwán, las industrias mecánicas y petroquímicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas públicas, controlando que las importaciones no sean mayores que las exportaciones. En Corea existe un fuerte proteccionismo al sector industrial respecto de la competencia extranjera e incluso al ingreso de capitales. En cambio, en Singapur, las multinacionales ocupan un lugar fundamental que no se da en el resto de la región. Debido a la limitación de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la exportación de productos primarios, constituyendo la industria el sector clave a estimular tanto en las importaciones como en las exportaciones. Se ha sostenido que estos países constituyen un modelo de desarrollo exitoso para los países pobres, pero este idea es criticada por quienes sostienen que el crecimiento de los Cuatro Tigres se debió a la estrategia de contención adoptada por EE.UU. en la Guerra Fría. Según esta hipótesis los EE.UU. habrían permitido y estimulado el desarrollo de los Cuatro Tigres con fuerte inversión monetaria, como un medio propagandístico para mostrar el éxito del capitalismo en contraste con otros países de la región dominados por el comunismo, en tanto que a otros países del tercer mundo donde esa estrategia no era necesaria EE.UU. les impidió alcanzar ese nivel de desarrollo. Después de un largo proceso, comienzan a desarrollarse otros países del sudeste asiático, los llamados "Tigres Menores" o "Pequeños Dragones", quienes comenzaron tardíamente

su

camino

a

la

industrialización

rescatando

a

las

economías

industrializadas como modelo. Ellos son Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas. Forman parte, entre otros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN)

EL MILAGRO DE ASIA ORIENTAL. Asia Oriental tiene el récord de crecimiento económico, alto y sostenido, en las últimas décadas. Esto se debió al desarrollo industrial de ocho países: Japón; los cuatro dragones o tigres: Hong Kong, Singapur, Taiwán y República de Corea, denominados así por su rápido desarrollo económico, y tres países de reciente industrialización: Malasia, Tailandia e Indonesia. Basaron su desarrollo industrial en las inversiones de capital extranjero y en una sobreexplotación de la mano de obra barata, abundante y poco organizada en sindicatos. Estos países tienen en común su reducida superficie por lo que no poseen abundantes recursos

naturales

para

utilizarlos

como

materias

primas

y

no

cuentan

con

combustibles, por lo que son importadores de petróleo. Los factores positivos para su desarrollo fueron su localización geográfica (por el fácil acceso a las vías marítimas para la exportación de sus productos) y la relativa cercanía entre ellos que favoreció las corrientes de capital. Por ejemplo, los fabricantes japoneses trasladaron sus fábricas a los países del sur para beneficiarse con los salarios más bajos. Es importante destacar no sólo la rapidez del crecimiento económico, sino la mejora en el bienestar humano debido a una mayor equidad en el reparto de las ganancias. El aumento del ingreso per cápita poco común, se vio reflejado en la disminución de la pobreza. Por ejemplo: Tailandia, en la década de 1960 tenía un 59% de su población por debajo del umbral de pobreza y en la década de 1980 este índice había disminuido al 26%. Otro ejemplo de ello es Indonesia, en la década de 1970 tenía el 58% de su población debajo del umbral de pobreza y diez años más tarde este índice había descendido al 17%. Además, mejoraron otros indicadores sociales como el porcentaje de analfabetismo. ¿Cuáles fueron los motores de este crecimiento? Estos países basaron su cambio en el modelo económico del crecimiento liderado por las exportaciones, empleado primero por Japón y luego por el resto de ellos. Para lograrlo, los gobiernos dirigieron sus políticas hacia:



la estabilidad económica, muy importante para la inversión privada. Atrajo la llegada de capitales extranjeros;



la protección en los mercados internos a las empresas que competían con sus exportaciones en los mercados internacionales. El objetivo era que primero se afianzaran en el mercado interno para luego competir mejor en el internacional;



el otorgamiento de créditos orientados específicamente a los tipos de industrias que se necesitaban para el desarrollo del país. Por ejemplo, en ciertas épocas en Japón y Corea a la industria automotriz, de fabricación naval y de productos químicos;



la fijación de metas de exportación para empresas e industrias específicas;



la creación de organismos de comercialización de ¡as exportaciones;



el aumento de la capacidad de la fuerza laboral. Para ello establecieron mejoras en los niveles educativos mediante la universalidad de la educación primaria y un amplio acceso a la educación secundaria. Con respecto a la educación universitaria, se priorizó la científica y tecnológica. Algunos países trajeron profesores del exterior o becaron a sus alumnos para que se perfeccionaran en el extranjero;



la apertura a ideas y tecnologías provenientes del exterior;



los subsidios a las industrias en decadencia;



las inversiones públicas en investigaciones aplicadas a la actividad industrial y a la exportación;



el amplio intercambio de información entre los sectores público y privado.

La presencia del Estado fue muy importante en este proceso, sobre todo para dirigir la economía en la transición a la globalización; para el aumento de las exportaciones y la orientación estratégica para la inserción en la economía mundial. Japón fue el primero que comenzó este crecimiento económico, después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial. Transformó su industria liviana con gran utilización de mano de obra, en una industria pesada de gran complejidad con alta inversión de capital. Se convirtió en una de las primeras potencias económicas del mundo mediante la importante participación en el mercado mundial, compitiendo con las firmas europeas y estadounidenses. Entre sus principales rubros industriales se encuentran

las industrias automotriz, de microelectrónica, de comunicaciones, biotecnológica y de robots. Con respecto al resto de los países (los dragones o tigres), numerosas empresas multinacionales, especialmente de Japón y Estados Unidos han instalado plantas en ellos para el armado de aparatos electrónicos. Por lo que los derivados de estas industrias ocupan los primeros lugares en sus exportaciones. Estos países siguieron el modelo de desarrollo japonés. En la actualidad enfrentan abultadas deudas externas a la banca internacional contraídas para sustentar su proceso industrializador. Estos créditos fueron tomados alrededor del año 1990 cuando las tasas de interés eran bajas, pero en la actualidad, al haberse elevado, les es difícil cumplir los compromisos adquiridos. Japón también enfrenta dificultades financieras, entre otros motivos por la enorme cantidad de créditos incobrables que tiene. En este mundo globalizado los problemas de estos países de Asia Oriental expone a los mercados mundiales a un grado de incertidumbre que también es tenido en cuenta a la hora de analizar las inversiones. Algunos economistas afirman que es esencial que Japón depure su sistema financiero y vuelva a prestar dinero al Sudeste Asiático, porque todos estos años fueron los préstamos y la liquidez de Japón, los que alimentaron el crecimiento de estos países. Evolución del Ingreso per capita en los Países de Asia Oriental (en U$s) País

1960

1970

1980

1990

1999

Japón

2.532

9.718

14.210

20.754

24.898

Hong Kong

3.262

6.256

11.878

19.794

22.090

Singapur

2.920

5.875

11.814

18.437

20.767

1.040

1.934

3.806

8.264

15.712

Tailandia

1.200

2.045

3.015

5.422

6.132

Malasia

2.832

4.004

5.064

6.903

8.209

Indonesia

1.045

1.160

1.919

2.953

2.857

Rep. Corea

de

1997:Crisis en el sudeste asiático Entre octubre y noviembre, una abrupta caída de la bolsa en Hong Kong se extendió por otros mercados: Londres, Wall Street, Brasil y la Argentina. En la Bolsa de Buenos Aires, el valor de las acciones cayó un 20 por ciento.

Pero la crisis había comenzado en julio cuando el gobierno de Tailandia dispuso una devaluación de un 18 por ciento. También, hubo devaluaciones importantes en Filipinas, Singapur y Malasia. La abrupta caída de estas monedas ocurría en países que se habían convertido en modelo de desarrollo para muchos economistas. La mayoría de estos países tenía grandes déficit en sus balanzas de pagos y sus exportaciones caían debido a la revalorización de sus monedas y la caída de la demanda mundial. La crisis del sudeste asiático repercutió en el resto del mundo porque se esperaba una caída de las utilidades de empresas estadounidenses y europeas que recibirán menos dividendos de sus filiales en Asia. También, se esperaban menos exportaciones porque los productos asiáticos serían más competitivos. Los efectos en la Argentina se debieron a que resultaba más difícil y caro el financiamiento de la deuda pública estimada en 20.000 millones. Además, porque existen mayores dificultades para exportar porque en varios países, y sobre todo en Brasil, se compran menos productos argentinos. ENVIO DE UNA AMPLIACION DEL TEMA: Desde los 60, Corea del Sur, Taiwán, Singapur, y Hong Kong lograron un crecimiento económico tan rápido que se ganaron el sobrenombre de «tigres». Algunos de los «tigres» están entre las únicas antiguas colonias europeas que se han aproximado en ingresos a las naciones industrializadas consolidadas. La creación de bancos estatales, la concesión de créditos subvencionados a la industria e incentivos con el fin de atraer la inversión extranjera, lograron el despegue de países abocados a la exportación. En ellos, la conjunción de tecnología y una mano de obra muy barata permitió producir artículos a precios reducidos. La dependencia de estas economías de las exportaciones las subordina a las de los mercados a los que exportan. La crisis financiera asiática de 1997 se produjo porque los inversores extranjeros retiraron sus fondos de Tailandia, y se agudizó cuando los inversores se dejaron llevar por el pánico, pensando que si la economía de un país se desplomaba podría afectar a otros, y se apresuraron a abandonar la mayoría de los activos asiáticos. En unos meses, la crisis se extendió por toda la región. Algunos años más tarde los mercados se recuperaron y se desvaneció el temor a una larga recesión.

El despegue económico de Corea del Sur comenzó con la industria ligera y siguió con la fabricación de autos y artículos electrónicos en los años 70. La crisis financiera llevó a la bancarrota a la mayor fábrica de autos surcoreana, KIA Motors. Sin embargo, las ayudas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y las reforinas en los mercados lograron restablecer la estabilidad. En 2007, Corea del Sur ascendió al noveno puesto de las economías mundiales, aunque existen interrogantes sobre sus perspectivas a largo plazo. Los expertos creen que son necesarias algunas reformas para asegurar el crecimiento constante. En los años 50, Taiwán era una economía mayoritariamente agrícola. Desde 1962, las reformas económicas impulsaron el desarrollo industrial y atrajeron la inversión. Taiwán recibió el apoyo de EE. UU., que quería reforzar al régimen local contra la amenaza de China continental, que considera a la isla como parte de su territorio. Al principio, en Taiwán, la mayor parte de la producción era textil, pero a partir de los 80 se orientó a los productos de alta tecnología. Hoy Taiwán domina la producción mundial de computadoras. Tras independizarse del Reino Unido en 1965, el gobierno de Singapur adoptó una política orientada a las exportaciones con el fin de fomentar la inversión extranjera. El resultado fue un crecimiento del 8% anual entre 1960 y 1997. Mano de obra calificada y una eficiente infraestructura lograron atraer la inversión de más de 7.000 empresas, que representan dos tercios de la producción de manufacturas. Las áreas de producción incluyen la electrónica y la farmacéutica. Hong Kong, colonia británica desde 1842 hasta 1997, vivió en los 50 un proceso de industrialización que lo hizo líder tanto en el mercado de equipos electrónicos como en el de juguetes. A partir de 2005, la creciente confianza de la bolsa de Hong Kong ha consolidado su estatus como centro financiero del Sudeste Asiático. A finales del s. xx, los tigres se acercaban a la categoría de países plenamente desarrollados. Las inversiones en educación crearon mano de obra calificada que requiere mayores salarios y mejores condiciones laborales. Los inversores comienzan a buscar otros países asiáticos como Tailandia, Malasia e Indonesia, para obtener beneficios constantes. Durante los años 90, estos países desarrollaron economías muy dependientes de las exportaciones y con sólidas inversiones extranjeras.

Tailandia e Indonesia resultaron muy afectadas por la crisis financiera de 1997. Desde entonces los gobiernos de ambos países aplicaron medidas económicas de «doble vía» que priorizan el desarrollo interior y, al mismo tiempo, la producción orientada a la exportación. Los nuevos tigres económicos registran un rápido crecimiento. Malasia, en especial, parece emular a los tigres originales gracias a la mejora de la educación y al hecho de centrarse en la alta tecnología. El sobrenombre de «tigre» se aplica a otros países con economías en rápido crecimiento. Preocupa su impacto en los trabajadores. MANO DE OBRA BARATA: Los tigres asiáticos han sido acusados en varias ocasiones de orientar su economía ai beneficio de los inversores, manteniendo bajos salarios. Un informe realizado por el Banco Mundial apuntó que son «menos sensibles que otros gobiernos con economías en desarrollo» a fijar un salario mínimo. EL TIGRE CELTA: El éxito económico de Irlanda entre 1990 y 2002 transformó a una de las naciones más pobres de Europa. El país se benefició de los fondos de la Unión Europea y adoptó políticas que incluían beneficios fiscales a las empresas, moderación del gasto público e inversiones en educación.

Lecciones del milagro asiático, a 15 años de la crisis Por Omer Freixa 05-10-12 00:00 En 1997, las economías del sudeste asiático sufrieron el peor golpe de su historia. Cómo le ganaron a la crisis y lograron convertirse en jugadores centrales para el nuevo orden global. Lecciones para el presente, claves y desafíos. Un análisis en perspectiva de los especialistas consultados por WE. En apenas 0,24 segundos, el principal motor de búsqueda en Internet arroja 405 mil resultados para la combinación "tigres asiáticos". No es extraño, si se tiene en cuenta que, en el último año, el sudeste asiático creció a un ritmo mucho mayor que el nivel global. Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán suman un PBI de u$s 3.135,80 millones, 84,6 millones de habitantes y concentran una fuerza laboral de 43,2 millones de

trabajadores. Tienen en común mucho más que su proximidad geográfica: protagonizaron un golpe que afectó sus economías en 1997 y detuvo su impresionante crecimiento, el "milagro del Asia Oriental", puesto que desde fines de la Segunda Guerra Mundial habían crecido más rápido que los mercados emergentes de América latina. ¿Cómo lograron los tigres asiáticos vencer a la crisis que amenazó con tumbarlos y convertirse en jugadores centrales del nuevo orden global? Radiografía de una crisis Junto a otras economías de la región, las de los denominados "dragones" habían sido las de mayor crecimiento en los 30 años previos a 1997. Sin ir más lejos, incrementaron su PBN per cápita entre 1985-95 a una tasa anual media igual o superior al 4%. Según datos del Banco Mundial (BM), entre 1990 y 1997, mientras el PBI de la región (excluyendo Japón) creció un 9,9%, el de América latina sólo había aumentado 3,3%. En menos de cuatro décadas, pasaron de ser economías agrícolas con fuertes tasas de desempleo a potentes países industrializados. La semilla del crack se sembró el 2 de julio de 1997, cuando Tailandia devaluó su moneda en un 18% tras fuertes ataques especulativos, producto de una sobreextensión del crédito que derivó en una burbuja del precio de activos inmobiliarios. De allí, el efecto reactivo al resto de la región no se hizo esperar. "La crisis tuvo la originalidad histórica de comenzar en un país en vías de desarrollo y propagarse hacia las economías más grandes de la región, al revés de lo que explica la literatura económica", sostiene Gustavo Girado, director del Centro de Estudios Asia & Argentina. Visto en perspectiva, el modelo del sudeste asiático era recomendable para el logro de un crecimiento sostenido y cualquier percance se veía improbable. "La crisis fue una sorpresa, tanto por su intensidad como por su extensión regional", agrega Alejandro Jacobo, docente de Ciencias Económicas en UCA. "Se produjo un efecto cascada en la mayoría del resto de los países del sudeste asiático", sentencia Carlos Spadone, presidente de la Cámara Argentina Chino de Comercio. Inmediatamente, devaluaron Malasia, Corea del Norte e Indonesia. La crisis se propagó a Corea del Sur y a Hong Kong, donde sus Bolsas colapsaron. A diferencia, Taiwán y Singapur fueron relativamente menos afectados, si bien la crisis la sintieron todos. "Vista en perspectiva, la crisis asiática es uno de los antecedentes de la rusa de 1998", advierte Santiago Massia, economista senior de Ecolatina.

Una manifestación general fue la súbita caída de los precios de los inmuebles que desinfló la "burbuja inmobiliaria". El auge exagerado del crédito permitido por un grado creciente de liberalización sin demasiado control de varias de las economías regionales generó una burbuja de activos tanto en la bolsa de valores como en el sector inmobiliario, y un proceso de inversión excesiva que creó una exuberancia de capacidades y rentabilidades decrecientes. El ingreso de capitales privados a Tailandia, Malasia, Corea del Sur y Filipinas fue de u$s 97.000 millones en 1996. "La crisis luego hizo colapsar esa cifra a menos de u$s 12.000 millones en 1997", resume Héctor Rubini, profesor de economía en UADE. Asimismo, ingresó una elevada cuota de capital extranjero que desembocó en una apreciación real de las monedas asiáticas. Esto provocó un menor crecimiento de sus exportaciones, con el concomitante aumento del déficit en cuenta corriente, es decir, deuda externa a corto plazo. "Liberalizar los flujos de capital con un tipo de cambio fijo se hizo insostenible", reflexiona Mariano Turzi, coordinador del Programa Asia-Pacífico de UTDT. La devaluación era inminente. "En sus vísperas, muchos de los inversores inmobiliarios estaban en quiebra y la mayoría de las torres de oficinas construidas desde 1995 iban a llenar rápidamente las cuentas de oficina pública encargadas de la restructuración financiera", observa Jacobo. Los gobiernos reaccionaron subiendo la tasa de interés para frenar la huída de capitales. "Pero cuando ya nada podían hacer, pues la fuga de capitales era una circunstancia ineludible, tuvieron que dejar fluctuar sus monedas, las que se depreciaron mucho frente al dólar", complementa. ¿Cómo se defendieron o intentaron salir de esta crisis los tigres asiáticos y demás países de la región? La solución no fue rápida. "Para todos significó una pérdida de confianza de los mercados internacionales y una revelación de la vulnerabilidad de los modelos orientados a la exportación. Los gobiernos decidieron acumular reservas", afirma Turzi. Todas las economías emergentes disminuyeron su tasa de crecimiento, se vieron perjudicadas por una salida de capitales, volviéndose más vulnerables al financiamiento de los déficits y millones cayeron debajo de la línea de pobreza. La crisis asiática obligó a disminuir la dependencia de fondos externos, por lo que se introdujeron programas de ajustes, aunque no en todos los casos. "Algunas economías salieron de la crisis siguiendo políticas del FMI con altísimo costo político y económico, y otras, como Malasia, lo hicieron desplegando fuertes políticas proteccionistas", rememora Girado.

Tras el incendio, cenizas quedan Con la crisis asiática surgió un nuevo apremio en los intentos de reformar y fortalecer el sistema financiero internacional. "Asia entendió la lección: la globalización de los capitales aumenta oportunidades, pero también incrementa la exposición al riesgo y la volatilidad", señala el coordinador en UTDT. Las lecciones indican que las crisis son una concomitancia, casi inevitable, de la operación de los mercados financieros y que su prevención nunca será perfecta. "La resolución implicó una nueva agenda doméstica, reacomodamientos geopolíticos severos y el ascenso de China como aspiradora regional con fuerte ascendiente sobre sus vecinos, ya que no devaluó como los demás", resume Girado. ¿Qué lecciones depara 1997 para el presente? Las crisis son recurrentes e inevitables. ¿Elementos en común con la gran recesión de 2008-2009? Las causas. Para Turzi, hay que buscarlas en un origen común: excesivo endeudamiento, irresponsabilidad crediticia y altos déficit fiscales y de cuenta corriente. Otro punto en común: el endeudamiento, si bien los países sudasiáticos lo contrajeron en moneda extranjera y actualmente Europa y los EE.UU en las suyas. Rubini destaca que, en ambas crisis, existió un rápido crecimiento de los préstamos hipotecarios en los cinco años previos a los estallidos. Una diferencia clave es que la crisis de hace 15 años se dio en la "periferia" del sistema financiero global -y la actual se da en su centro-, además de que se circunscribió a esos países, con cierto impacto en las naciones proveedoras y una transitoria suba de riesgo país que incrementó el costo de endeudamiento para algunos emergentes. Además, existen diferencias en el saldo de las cuentas fiscales: en 1996 Malasia, Indonesia, Tailandia y Corea del Sur mostraban resultados superavitarios, mientras que en 2008 todos los PIIGS exhibían déficits fiscales entre 2,5% del PBI (Italia) y casi 10% del PBI (Grecia). "Hoy China es la gran superpotencia de Asia y todos los países asiáticos, en mayor o menor medida, están atados a ella como clientes o proveedores", agrega Spadone. Hace 15 años, el coloso asiático allanó la vía para llegar a la posición destacada que goza hoy y por la cual no se resiente tanto como Europa y los EE.UU. de la crisis subprime. Esta última, iniciada en 2008, es hasta ahora la más devastadora y de mayor alcance desde la Gran Depresión de los '30: sólo entre mediados de septiembre de ese año y marzo de 2009, destruyó riqueza financiera por u$s 34 billones. "Es un monto superior al PBI conjunto de EE.UU., Japón y la UE de 2008", concluye Rubini.

http://www.cronista.com/we/Lecciones-del-milagro-asiatico-a-15-aos-de-la-crisis-20121005-0007.html