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Tema 3. Los instrumentos de viento: organología, morfología, características acústicas, principios físicos de la producc

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Tema 3. Los instrumentos de viento: organología, morfología, características acústicas, principios físicos de la producción del sonido. Principales dificultades técnicas. Resolución de los problemas de equilibrio derivados de las diferencias acústicas con el piano.

Índice: Tema 2: Los instrumentos de viento 2.1. Organología……………………………………………………………………………………………………………….1 2.1.a. Clasificación…………………………………………………………………………………………………………...1 2.1.b. Historia…………………………………………………………………………………………………………………..2 2.1.c. Aspectos técnicos de la producción del sonido……………………………………………………….4 2.2. Morfología………………………………………………………………………………………………………………..4 2.2.a. Partes…………………………………………………………………………………………………………………....4 2.2.b. Tipos………………………………………………………………………………………………………………………5 2.3. Características acústicas……………………………………………………………………………………………6 2.3.a. Sonoridad de cada uno de los instrumentos…………………………………………………………..9 2.4. Principios físicos de la producción del sonido……………………………………………………………10 2.5. Principales dificultades técnicas………………………………………………………………………………..12 2.6. Resolución de los problemas de equilibrio de las diferencias acústicas con el piano…13 Bibliografía………………………………………………………………………………………………………………………14

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Los instrumentos de viento

En la orquesta de formación clásica, hay dos tipos de instrumentos de viento que la integran: el grupo de los instrumentos de metal y el de las maderas. Los instrumentos de viento metal son: la trompeta, la trompa, el trombón de varas y la tuba; los instrumentos de viento madera son: la flauta travesera, el oboe, el clarinete, el fagot y el saxofón. A continuación, se explicarán los puntos solicitados en el tema.

2.1. Organología La organología trata diferentes aspectos de los instrumentos: la clasificación, su historia y los aspectos técnicos de la producción del sonido.

2.1.a. Clasificación Los instrumentos de viento son de suma importancia dentro de la música. En estos los sonidos se obtienen por la vibración del aire; se fundamentan en el empleo de los sonidos armónicos que producen al forzar la intensidad en la emisión del aire en el tubo de resonancia. Puede establecerse una clasificación por el modo de soplar: I. Por cómo se soplan se dividen en tres grupos • De boca: en los que se obtiene la vibración al cortarse el aire al borde de una pequeña embocadura (flauta travesera, flautín). • De caña: en los que el sonido se obtiene mediante la vibración de una lengüeta sencilla (clarinete, saxofón) o doble (corno inglés, fagot, contrafagot, oboe) que fracciona la columna de aire. • De embocadura: en los que la columna de aire del sonido se obtiene por la vibración de los labios de los ejecutantes que los aplican a modo de caña artificial contra la boquilla del instrumento: están los que tienen varas como el trombón y los que tienen pistones como el bombardino, la trompa, la trompeta y la tuba. II. Por la materia empleada en su construcción se dividen en dos grupos: • De madera: corresponden los de caña y también se incluyen las flautas (por su bagaje histórico) y los saxofones. Estos últimos por su similitud con el clarinete, tanto en su embocadura de lengüeta simple como en su forma, muy semejante a la del clarinete bajo. • De metal: pertenecen todos los de embocadura.

2.1.b. Historia

Las maderas Los instrumentos de la familia de las maderas tienen su origen en la flauta, conocida hace unos 25.ooo años a.C. Esta era hecha de hueso, a modo de silbato. Ya en Mesopotamia y Egipto, desde donde se expandió hacia el este, se encontraron flautas de madera; allí se conocían los dos principales tipos de flauta, la recta o de pico y la transversal o travesera. Ambos modelos solían contar con tres orificios de digitación. El principio emisor de la flauta inspiró a otros instrumentos, también ilustres miembros de las maderas el paso de una columna de aire por el cuerpo instrumental y su choque en un bisel o en una embocadura circular u oblonga. Los instrumentos basados en dicho principio físico son los clarinetes y los oboes, cuyos nombres, si bien corresponden a instrumentos específicos de la cultura occidental, se toman como apelativos genéricos para designar bien los ejemplares de tubo cilíndrico y lengüeta simple (clarinetes) bien los de tubo cónico y lengüeta doble (oboes).

Alrededor del 2600 a.C. en Egipto existió un aerófono de lengüeta simple, antecesor del llamado zummarah, considerado un primitivo clarinete, cuyo desarrollo genealógico conduciría al clarinete creado por el alemán Johann Christoph Denner (1655-1707) hacia 1703.

En cuanto al oboe, un legatario del aulós griego y de las posteriores chirimías medievales y renacentistas, no adoptó una forma similar a la actual hasta 1650, año en que apareció en Francia un tipo de oboe de sección cónica, ligero acampanamiento y lengüeta doble, cuya invención se atribuye al compositor y constructor Jean Hotteterre (c. 1605-entre 1690 y 1692). El oboe, que causó entusiasmo en la corte de Luis XIV, se propagó rápidamente a Europa y generó modelos afines que respondían a las distintas extensiones, por lo común más graves que la propia del modelo normal, como son el oboe de amor, el oboe de caza, el corno inglés y, sobre todo, el fagot, considerado como un bajo del oboe. El saxofón, gracias a su tipo específico de embocadura análoga a la del clarinete, se clasifica entre los especímenes de madera. Adolphe Sax inventó la familia del saxofón; está formada por 7 saxofones, es importante destacar que cada uno de ellos se complementan; es decir: mientras uno es ligero, otro es sombrío; mientras uno es caprichoso, el otro es profundo, etc. Los instrumentos son sopranino, soprano, alto, tenor, barítono, bajo y contrabajo cubren una extensión igual a la de la orquesta.

Los metales Su origen se encuentra en los antiguos cuernos de animales que se utilizaban para la emisión de señales. La mayoría de las civilizaciones del pasado recurrieron a este elemento para tal cometido, aunque en ocasiones se le daba un uso litúrgico. El empleo del cuerno fue muy superior en los países nórdicos europeos, pues en ellos se perfeccionó y se fabricó de metal, como acaece con el luur escandinavo, una trompa de gran tamaño inspirada en el colmillo de un mamut. En la Edad del Bronce (1800-1000 a.C.) ya muchos pueblos fundían el metal para perfeccionar grandes trompas, casi siempre destinadas a fines bélicos, aunque se mantenía su primigenia función de elemento de señales. Herencia de estas antiguas trompas son los aerófonos de metal surgidos en la Edad Media, con pabellón y tubo recto ligeramente cónico, como es el caso de las trompetas y sacabuches (estos últimos antecesores del trombón). Esta familia de instrumentos adquirió notable importancia gracias al perfeccionamiento de la trompa en el siglo XVII, añadido al nacimiento de la trompa de caza, consistente en un aerófono de metal con un tubo progresivamente ensanchado, con la boquilla estrecha, cónica, ancho pabellón y cuerpo arrollado sobre sí mismo. Hacia 1815 aparecieron los primeros ensayos de trompas cromáticas de pistones, debido al alemán Stoelzel y al belga Sax, padre.

La trompeta es tan antigua que ya jugaba un papel importante en la Edad Media, sobre todo en la música militar. Está emparentada con la tuba de la antigüedad, conocida también con los nombres de “clarín”, “corno” y “buccina”. Desde 1770 se hicieron innovaciones para completar la escala cromática de la trompeta. En 1813 Blühmel inventó y construyó la primera trompeta de pistones.

Antecesor del trombón actual es un instrumento tallado en una losa sepulcral romana del año 1400 llamado buccina, una trompeta baja con varas. J. S. Bach empleaba en sus obras las trombas de tinarsi, que se corresponden al trombón agudo, que prevalece hasta nuestros días. Es posible que el trombón actual haya sido inventado por Hans Neuschell, de Nüremberg (1553) que dotó al instrumento de importantes perfeccionamientos, mantenidos hasta el presente.

La tuba que integra actualmente la orquesta empezó a utilizarse hacia 1829; inventado en Alemania con el nombre de tenorhorn o tenorbasshorn, pronto fue uno más de los instrumentos de origen militar que acabó por incluirse a la orquesta romántica, sobre todo a partir de los atrevimientos tímbricos d Beethoven y Berlioz, seguido por R. Strauss.

2.1.c. Aspectos técnicos de la producción del sonido Los instrumentos de viento madera y viento metal se tocan cogiendo el instrumento con la parte de la mano entre el pulgar y el dedo índice. Hay de dos maneras de sostenerlo: los pequeños sólo con las manos y los que grandes que se apoyan en el suelo o en las piernas. Con las manos: flauta travesera, flautín, clarinete, saxofón alto y soprano, trompeta, trompa y trombón. Apoyado en el suelo: clarinete bajo, fagot, contrafagot, (tuba y bombardino apoyados entre las piernas), saxofón bajo y saxofón contrabajo. Cada instrumento de la familia de los vientos de madera y metal presenta unas características idiomáticas propias derivadas de sus condiciones de emisión sonora. Estos instrumentos requieren la utilización de los dedos de ambas manos para dar las notas en las llaves y su afinación se produce combinación y conjunción de la técnica de la respiración, la embocadura: la colocación y/o presión de los labios, incluso de la garganta y la entonación interna. En el caso del trombón de vara, la afinación es labial y con los cambios de longitud del tubo al mover la vara longitudinalmente con una mano. La técnica de la respiración es fundamental en los instrumentos de viento: el control de la fuerza y la cantidad del soplo del instrumentista es lo que produce el sonido para obtener la intensidad, el fraseo y la articulación. Las maneras de tocar pizzicato, armónicos, vibrato, glissando se realizan desde la boca (con los labios o la lengua) y/o garganta. La lengua (en las maderas) y los labios (en los metales) juegan un papel muy importante tanto en la emisión de los sonidos como en su detención. Se requiere agilidad, sincronización, flexibilidad, etc… La sordina es un material externo que se les puede agregar a los instrumentos de metal para variar su timbre.

Técnicas de embocadura Maderas: FLAUTA TRAVESERA: los labios deben formar un óvalo sobre la embocadura del instrumento. Para controlar la afinación del instrumento el instrumentista debe modificar la forma de su boca. La dirección del ángulo por donde se dirige el aire a la flauta no se debe modificar, de esto depende el buen sonido. Para cambiar la intensidad del sonido se debe manejar la cantidad de aire que se envía al instrumento.

CLARINETE: la técnica de la emisión consiste en la presión y posición de los labios y cómo se colocan en la embocadura; la afinación depende de la mayor o menor presión del labio y cómo se pone la cavidad bucal (abierta o cerrada). SAXOFÓN: la presión que se ejerce sobre la caña debe ser constante y permitir que esta vibre con naturalidad; la afinación se solventa con la colocación de la garganta y la entonación interna. En estos instrumentos si se modifica la presión sobre la caña cambia el timbre. OBOE: embocadura relajada forrando los labios de forma paralela, el soplo tiene que ser constante, delgado, pero con velocidad para que la caña pueda vibrar. La afinación también se corrige modificando la velocidad del aire con la garganta. La dificultad reside en el control de la cantidad de aire enviado al instrumento porque éste debe ser fino y regular. FAGOT: la embocadura de los labios es un poco más abierta que la del oboe, también es más cómoda porque no debe ser un soplo tan delgado. La densidad de la caña y su material inciden directamente en la producción del sonido y su afinación. La caña es el alma del sonido del propio instrumento: esta confiere las propiedades tímbricas, las posibilidades dinámicas, de articulación y de flexibilidad en el sonido. La caña es una materia viva, en constante movimiento, cuyas características cambian con insignificantes variaciones de temperatura y humedad. La flauta y el saxofón tienen el sistema de digitación de llaves similar, pero en el clarinete y el oboe este es más complejo.

Metales. TROMPETA: los músculos de los labios, su posición y la presión que ejercen sobre la boquilla, a la vez que su resistencia y flexibilidad, constituyen la parte técnica más difícil para el instrumentista. También en estos instrumentos la afinación se solventa con la colocación de la garganta y la entonación interna. TROMPA - TROMBÓN La embocadura es el establecimiento de los labios y de los músculos faciales en una posición en la cual se hace posible que vibren a diferentes velocidades e intensidades cuando el aire pasa por ellos. Este chorro de aire que pasa a través de los labios es el motivo de que se produzca el sonido. La vibración (y por ello el sonido) es creada por el aire cuando pasa entre los labios en tensión. Según sea la fuerza del aire produciremos los sonidos de los diferentes registros. Para conseguir los diferentes registros de notas debemos tener en cuenta varios

factores, estos son los siguientes: 1. La tensión de los labios y el grosor de los labios: cuanto más agudas sean las notas que vayamos a interpretar, la tensión de los labios será mayor, al igual que la presión del aire. Los labios, al tensionarse, se comprimen y su grosor disminuye. Tenemos que pensar que los labios, al igual que otras partes de la cara, son músculos.En cuanto a la interpretación de las notas con un registro más grave, la tensión y el grosor de los labios es totalmente contraria a la de la situación anterior. 2. El tamaño de la apertura de los labios: en cuanto a la apertura de los labios, depende de igual manera de la tesitura de las notas a interpretar. Tenemos que pensar que cuanto más pequeña sea esa apertura, el sonido vibrará más deprisa y con ello se podrán interpretar las notas más agudas del registro de la trompa y al contrario pasaría con las notas más graves. 3. La presión de la boquilla: debemos ser conscientes que, para una buena interpretación, tenemos que controlar muchísimo la presión de la boquilla, pues esto nos ayudará a encontrar el sonido más adecuado con el instrumento. Si la presión de la boquilla es muy fuerte, el sonido es muy oscuro y el instrumentista notará una situación de cansancio más rápida. Al mismo tiempo debemos ser conscientes que la poca presión que tenemos que hacer (porque siempre se hace algo de presión), debe de estar perfectamente repartida entre los dos labios. 4. La situación o colocación de la boquilla: la posición o colocación de la boquilla es parte fundamental para la consecución de un sonido idóneo. El sentido común nos dirá que hay que colocar la boquilla en el centro de los labios, pero esto también depende de cada instrumentista, ya que en algunos casos pueden aparecer aspectos que nos hagan desviar o corregir un poco la colocación, tales como grosor o malformaciones en los labios y en los dientes. Lo que si es importante tener en cuenta es la proporción entre los dos labios, para que la presión esté repartida. Por todo esto, posiblemente no habrá dos instrumentistas que tengan la misma posición y proporción. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es la humedad de los labios. Hay instrumentistas que dicen que no debe de tenerse en cuenta esto, pero personalmente, creo que la embocadura funciona mejor con los labios húmedos. Esto nos permitirá hacer ajustes de la embocadura según pasemos por los diferentes registros. Al igual que ayudan a que los labios no estén pegados a la boquilla y los músculos hagan sus funciones de contraer y relajar la apertura de los labios con mayor facilidad. Por último, no hay que olvidar que para que podamos tener una embocadura correcta que nos permita la interpretación de una manera plena, debemos buscar la boquilla correcta, pues como sabemos hay muchos tipos y modelos de boquillas y no todas se adaptan a cada instrumentista.

2.2. Morfología En la orquesta clásica, los instrumentos de viento madera son flauta travesera, flautín, oboe, clarinete, clarinete bajo, saxofón, corno inglés, fagot y contrafagot. Estos se diferencian por la forma, el tamaño, el registro y su sonoridad; anteriormente enunciados en orden del más agudo y pequeño al más grande y grave. En la orquesta clásica, los instrumentos de viento metal son la trompeta, la trompa, el trombón y la tuba. Estos se diferencian por la forma, el tamaño, el registro y la sonoridad; anteriormente enunciados en orden del más agudo y pequeño al más grande y grave.

2.2.a. Partes Estos instrumentos se componen del tubo y el elemento excitador (el bisel, la embocadura o la lengüeta). El cuerpo sonoro es la columna gaseosa (no el tubo que la contiene). A rasgos generales, en las maderas, el tubo se compone de: boquilla, cuerpo superior, cuerpo inferior, llaves y campana. Otras partes particulares son: en el oboe: cabeza, junturas, anillos o discos; en la flauta travesera están la cabeza, zapatillas, barril, corona, bisel, costillas, espátulas y muelles; en el clarinete: tudel, abrazadera, barrilete; en el fagot: tudel, tudelera, anillo de la campana. En general, el tubo de los metales se compone de: boquilla, pabellón, llaves, campana y tudel. Otras partes particulares son: en el trombón de varas: bomba de afinación, cilindro transpositor, distintas partes de la vara y llave de desagüe; en la trompeta: tubo de plomo y diapositiva de afinación principal, los pistones, el gancho para los dedos, válvula de evacuación; y en la trompa: tubos largos enrollados, válvulas, mecanismos de los cilindros.

El material de los instrumentos de madera: Las flautas están hechas de diversos materiales como plata, platino y oro; los fagotes suelen estar fabricados de madera de arce o de palosanto y una parte de metal; los oboes poseen madera de boj, palosanto o ébano. Los clarinetes están hechos de madera de granadilla, cocobolo y palo rosa; también hay de plástico y de metal. Los saxofones son de metal.

Embocaduras: En la flauta travesera los labios necesitan formar una abertura en forma de óvalo y colocarlos sobre el bisel en una dirección determinada sin modificar la posición de la flauta. La flauta posee la parte superior que se denomina cabeza y ésta es la que se ajusta para afinarla (posición más cerrada o más abierta).

Si el sistema excitador es una lengüeta, esto es, una pequeña lámina de metal o madera, es esta lengüeta la que produce el sonido directamente, vibrando cuando es atravesada por una corriente de aire. Las lengüetas batientes vibran golpeando contra otras superficies. Existen dos tipos: a) Lengüetas simples: una sola lengüeta golpea contra la superficie: clarinete, saxofón. b) Lengüetas dobles: dos lengüetas se golpean una contra otra: oboe, fagot. Para poder sonar los instrumentos de boquilla es preciso excitar el aire del tubo, originando sucesiones rápidas de condensaciones y dilataciones intermitentes de la columna sonora interna del tubo. La embocadura de los instrumentos de metal es una boquilla metálica que en la trompeta y trombón llega a ser hasta casquete hemisférico, contra el que se aprietan los labios produciendo una alta compresión del aire. Por esto, un simple soplo o corriente de aire no produce sonido. •

Lengüetas dobles membranáceas: formadas por los labios del músico en instrumentos de boquilla como las trompas, trompetas, trombones, tubas…

2.2.b. Tipos En la orquesta sinfónica, hay instrumentos que aparecen en distintos tamaños y afinaciones. Muchos de ellos han tenido aún más variedad de tipos, pero han caído en desuso. A continuación, mencionaré los más usuales: En la familia de las maderas están la flauta travesera y el flautín o piccolo; en el caso de los clarinetes, se mencionan: en si bemol, en la y en do; en la familia de los saxofones se usan el de fa y el de do; están el oboe y el corno inglés; por último, el fagot y el contrafagot. En la familia de los metales encontramos: la trompeta en si bemol, en do, la corneta, el fliscorno y la trompeta piccolo, y la trompeta clarín; trompa simple en fa, en si b, de doble bocina, de triple bocina, natural, entre otras; trombón tenor estándar en si b, trombón bajo y trombón alto; bombardino en do, en si b y tuba vertical, la tuba de marcha y el sousafón.

2.3. Características acústicas Los instrumentos de viento madera y viento metal poseen capacidades melódicas. A rasgos generales, el sonido puede ser modificado luego de producido en reguladores de intensidad crescendo y decrescendo, y dinámicas desde el suave al fuertísimo y poseen

variedades tímbricas: posibilidad de realizar vibrato (de labio, de garganta o de diafragma), armónicos, cuartos de tono, multifónicos, glissandos, frullato (de lengua o garganta). Algunos instrumentos de metal poseen la sordina (trompeta, trombón, trompa) o cambios de registro (trompa) etc. La articulación: se produce con la lengua. Para conseguir distintas articulaciones la lengua se coloca sobre el paladar o sobre la punta y se pronuncian sílabas diferentes para conseguir determinadas articulaciones. produce diversidad de duración y articulación (muy breve, no ligado, ligado). La respiración necesaria para soplar el aire es diafragmática y tienen influencia los músculos abdominales para controlar la duración y cantidad del aire que se emite. La afinación: se modifica con la emisión (cantidad) del aire y la posición de los labios, a la vez que el control de la presión de cómo se dirige ese aire. En los instrumentos de madera factores como la temperatura ambiental, la presión atmosférica, la embocadura (el tipo de caña o lengüeta), influyen en la afinación. El trombón es un instrumento de afinación libre.

2.3.a. Sonoridad de cada uno de los instrumentos I. Maderas La flauta travesera comprende los sonidos centrales y agudos (desde el si2 hasta el do6) y permite los pasajes ágiles y brillantes por su sonoridad y mecanismo. El clarinete es el único instrumento de viento moderno que obtiene sus notas agudas mediante los armónicos impares de sus fundamentales y los bajos en sib y la a la octava grave de los sopranos, su extensión ordinaria es mi4 a do8, aproximadamente y también es utilizado en pasajes de virtuosismo por sus características mecánicas, aunque su sonoridad es muy dulce en las líneas melódicas. El oboe ofrece una gama de sonidos muy equilibrada en sus casi tres octavas de extensión, aunque el registro alto puede resultar estridente; su timbre es de gran colorido, un deje melancólico, ingenuo y tierno y se suele emplear para escenas pastoriles, resaltar aspectos patéticos de la aventura amorosa o incluso para evocar la música oriental. El saxofón destaca por su dulce y acariciante belleza de sonido, parecido a la voz humana; también se le confieren pasajes de rapidez técnica gracias a su mecanismo moderno que lo hace accesible en este aspecto. El fagot puede dar tres registros diferentes: el agudo, cuyo timbre es penetrante, el medio que es brillante y el grave que es pastoso. Este instrumento se presta a hacer legatos, staccatos y trinos, en cambio no es posible realizar con él ni arpegios rápidos ni pianisimos;

posee una extensión desde el sib hasta el mi4; por su sonoridad se le aplican pasajes expresivos y el típico efecto de caricatura. II. Metales La trompeta tiene un timbre agudo, brillante y solemne; se le confieren pasajes de agilidad y melódicos. El trombón tiene una extensión de mi2 a re6 en la escala cromática. Se emplea casi únicamente en sib, pero modificando la presión de los labios y el soplo produce los armónicos 2,3,4,5,6,7 y 8. La trompa tiene una sonoridad a la vez potente y poética, de hermosa plenitud y carácter nostálgico. El contraste entre sonidos abiertos y tapados de la campana desaparece en las trompas de pistones, sin embargo, puede producir sonidos que continúan siendo llamados tapados; los sonidos llamados metálicos se producen al obturar la columna de aire, introduciendo la mano en el pabellón. Estos instrumentos se tocan también con sordina para disminuir su potencia y cambiar su sonoridad que se vuelve quebrada, acerada y sorda. La tuba produce sonidos de potencia y aspereza extremadamente grave, suelen dar profundidad de carácter y tenebrosidad; son instrumentos carentes de agilidad, pero de gran expresividad.

2.4. Principios físicos de la producción del sonido Los tubos sonoros: son aquellos que contienen una columna gaseosa capaz de producir sonido al ser convenientemente excitada. Estos tubos, de diferentes sustancias, limitan la columna de aire producida por el soplo del ejecutante generalmente son de madera o metal, de forma prismática o cónica, abiertos o cerrados. Las vibraciones de los tubos son también isócronas, y en lugar de ser transversales, como las de las cuerdas, son longitudinales y están formadas por sucesivas dilataciones y condensaciones del aire. los puntos de mayor dilatación, se denominan vientres y los puntos de movimiento nulo, nodos. Por tanto, en un tubo abierto: se producen dos vientres en los extremos del tubo y en un tubo cerrado: se produce un nodo en el extremo cerrado y un vientre en el extremo abierto. Los tubos abiertos a veces pueden comportarse como cerrados (caso del clarinete), donde se forma un vientre en el extremo abierto y un nodo en el cerrado. Esto influye en la producción de armónicos que serán siempre de orden impar, lo cual produce timbres más oscuros. Y, por último, es importante recalcar que, dependiendo de la presión introducida en el tubo, podremos obtener un sonido u otro. Entonces, a menos presión, menos nudos y vientres, y

por tanto, se obtendrá un sonido más grave; a mayor presión, se forman más nodos y vientres, y por tanto, el sonido que se obtendrá será más agudo.

Leyes de los tubos sonoros.

La altura de los diferentes sonidos se obtiene por acortamiento o prolongación de los tubos sonoros; de ahí que unos tubos sean más largos que otros: el sonido dado por un tubo es tanto más grave cuanto más grande es el tubo. Pero es importante mencionar que las leyes físicas que rigen este fenómeno no fueron descubiertas hasta finales del s. XVIII por Daniel Bernouilli, que estableció una serie de ecuaciones que permiten obtener las frecuencias características de los tubos. Las leyes que rigen la vibración de los tubos son las siguientes: 1º) Un tubo cuya longitud es la mitad o el doble que la del otro, producirá su octava aguda o grave respetivamente. 2º) A igualdad de longitud de tubo, el abierto produce una frecuencia de sonido doble que el cerrado. 3º) Los tubos abiertos emiten la serie completa de armónicos correspondientes a su longitud, mientras que los cerrados como el clarinete, emiten solo los armónicos de orden impar. Los tubos sonoros se clasifican de varias maneras: 1) Según el número de aberturas: cerrados que poseen una sola abertura y tubos abiertos que poseen dos o más aberturas. 2) Según su forma: considerando la forma interior del tubo sonoro que puede no coincidir con la forma exterior, hay tres tipos básicos: cónicos, cilíndricos y prismáticos (órgano) 3) Según el modo de excitación de la columna aérea que contienen los tubos sonoros. Se clasifican en: tubos de embocadura, de lengüeta y de boquilla: además este último grupo se puede clasificar como instrumentos de lengüeta labial o membranácea. Por último, hay que tener en cuenta que las variaciones de temperatura también influyen sobre la frecuencia de los sonidos que emite un tubo sonoro: si aumenta la temperatura, aumenta la velocidad del sonido y, por tanto, la frecuencia de los sonidos que este emite.

2.5. Principales dificultades técnicas

Las habilidades que tienen que desarrollar los instrumentistas de viento consisten fundamentalmente en manejar el instrumento en sus dos partes diferenciadas pero unidas y sincronizadas entre sí: el control digital de las llaves, el manejo de los labios y/o posición de la boca (los movimientos de la lengua) y la técnica de la respiración. La destreza de estas combinaciones junto con la diversidad de parámetros como la velocidad, presión, resistencia, etc. suponen dificultades comunes a estos instrumentos.

Las complicaciones generales que tienen que enfrentar los ejecutantes de viento son: -Posición del cuerpo: cómodo, adecuado y relajado, siempre aplicada según el instrumento. -Técnica de la respiración: control de la denominada respiración abdomino-diafragmática. Esto es: inspirar por la boca, llenar la parte baja de los pulmones, mientras que los músculos intercostales y abdominales con su correspondiente manejo de contracción, tensión y distensión son los encargados de enviar el aire a expulsarlo de nuevo por la boca. -Técnica de mecanismo: conocimiento de la digitación, posición-agilidad de articulación de dedos, combinación de posiciones de las llaves (pistones o la vara). Esta técnica va unida a la sincronización de la respiración y los movimientos de la lengua. - Técnica de la embocadura: selección adecuada de boquilla y caña; La caña: el control de la vibración de la caña es la dificultad primera de los instrumentistas de viento madera. En general, los sonidos brillantes son producidos por una mayor tensión y una apertura más rápida del ciclo y los sonidos más suaves por una acción más lenta de abrir y cerrar; esta acción es la que diferencia la sonoridad de uno y otro ejecutante. La lengüeta doble membranácea:la boquilla de los instrumentos de metal; el instrumentista debe dominar la resistencia y flexibilidad de los labios. -Técnica de la lengua: control de la sincronización aire-lengua, la columna de aire, la abertura bucal. -Técnica de la entonación o emisión: afinación gutural y pronunciación de sílabas al soplar.

Para el pianista, los dedos son los artesanos y la muñeca es la artista; para aquellos que tocan un instrumento de embocadura, la lengua y los dedos son los artesanos y los labios son los artistas.

2.6. Resolución de los problemas de equilibrio de las diferencias acústicas con el piano La fusión sonora del piano con los instrumentos de viento es bastante difícil porque ambos instrumentos poseen maneras diferentes de producir los sonidos. La principal preocupación del pianista debe ser la homogeneidad en el tipo de ataque y un equilibrio de intensidad que siempre guarde relación con el otro instrumento. Esta tarea debe realizarse durante toda la interpretación mediante una actitud receptiva absoluta tanto del oído como de los gestos y la vista. Mediante una escucha atenta se debe buscar el empaste sonoro, tímbrico y dinámico, que haga que un instrumento se mezcle con el otro. La principal diferencia que deben superar los instrumentos de vientos con el de los vientos es la emisión de un sonido ligado, con vibrato y prolongado. El pedal de resonancia del piano es una herramienta que debe usarse prácticamente en todo momento, cambiándolo convenientemente por supuesto para que no se mezclen armonías y líneas melódicas. Así mismo, el toque non legato y el staccato debe ser cuidados tanto en su emisión como en su duración para intentar emular este tipo de ataques con el instrumento de viento. Referido al volumen, el piano de cola pose una tapa en su caja armónica que puede colocarse abierta en dos posiciones (algunos tienen 3) o dejarse cerrada. El pianista ha de disponer esta tapa en función de la sonoridad del instrumentista y el instrumento con que se toque para que ambos suenen igualitariamente. El control de esto es mediante la audición y el diálogo con el otro instrumentista para que resulte cómodo a ambos. Uno de los factores determinantes es la sala donde se ensaya o interpreta un recital y la propia sonoridad del piano. Ambos instrumentistas deben amoldarse al conjunto y producirlo en función del dúo, el tipo de obra, el papel del instrumento con respecto al otro (a veces uno acompaña y el otro actúa de solista y otras es música de cámara en igualdad de roles). La característica de los instrumentos de viento de modificar el sonido luego de producido es una diferencia que el pianista ha de tener muy en cuenta a la hora de interpretar con ellos. Los reguladores de intensidad crescendo y diminuendo tan naturales en los vientos, deben ser tratados con cuidado en el piano: la pulsación de las teclas, el registro en el que se encuentra (los armónicos que intervienen), la escritura (polifónica, monódica o contrapuntística) y el uso del pedal. El pedal de resonancia en el piano es un elemento conciliador en la música a dúo: envuelve la sonoridad del conjunto y la armoniza. Un buen manejo del pedal derecho colabora a unificar las diferencias de ataque y fraseo del piano con los vientos. La sordina es un efecto común en estos instrumentos, pero en ellos la tímbrica produce muy diferentes cambios. En el piano la modificación es sutil porque el macillo golpea dos de las tres cuerdas y la cuerda que queda sin golpear vibra por simpatía provocando un sonido más suave y a la vez de un color más apagado. En cambio, en algunos vientos la sordina modifica sustancialmente el timbre del instrumento, por ello los compositores lo utilizan bastante poco y sólo en sitios muy concretos de cambios de sonoridad bien contrastantes.

Bibliografía Estética aplicada a la música. José Forns. Dr. Letamendi,1, Madrid, España. 1948 Fichero musical, DAIMON El mundo de la música. Grandes autores y grandes obras. Océano El piano. Jeremy Siepmann. Guías musicales Acento – EMI, 1996. Traducción de Jaime Suñén.