Los Griegos y Lo Irracional Dodds

I Los griegos y lo irracional .I E. R. Dodds Alianza Unive.rsi>, Univ. of California Publ'ications in Classical Phil

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I Los griegos y lo irracional

.I

E. R. Dodds

Alianza Unive.rsi>, Univ. of California Publ'ications in Classical Philology, IX.7 (1928).

Cf., p. ej., los pasajes citados por Levy-Bruhl, Primit i ves and the Super-

natural, 22 s.

Il. 4.31. Cf. P. Cauer, Kunst der Uebersetzung', 27.

"

Un ejemplo especialmente buenc, por ser especialmente trivial, de Ia significac!6n que se atribuye a lo inexplicado, es el hecho de que el estornudo -esa convulsion al parecer sin causa y sin sentido- se toma como un presagio par tantos pueblos, entre los cua!es se cuentan los griegos homericos (nd. 17.541) asi como los de Ia Epoca Clasica (Jen. Anab. 3.3.9) y los de ios t iempos romanos (Plut. gen Socr. 581 F). Cf. Halliday, Greek D ivination 174 ss., y Tyler, Primitive Culture, !.97 ss. Quiza puede verse algo semejante a Ia 111: en el estado llamado en ingles «fey>> o «fairy-struck>> (hechizado) que, se[!un Ia creencia celtica, se apodera de repente de las personas y «las impulsa a hacer algo muy diferente de sus costumbres anteriores" (Robert Kirk, The Secret Com-

a

monwealth ).

"

«Gotter und Psychologie bei Homen>, Arch. f . .Rel. 22.363 ss. Da un resumen de sus conc!usiones en su History of Greek .Religion, 122 ss. Como lo hace notar Snell (Die Entdeckung des Geistes, 45), el caracter «superfluo" de tantas intervenciones divinas es prueba de que el poeta no las invent6 para salir de una dificultad (ya que el curso de los acontecimientos habrla sido el mismo sin elias), sino que descansan sabre algun fundamento mas antiguo de creencia. Cauer pensaba (Grundfragen !.401) que Ia «naturalidad» de muchos milagros homericos era un refinamiento inconsciente que d ataba de una epoea en que los poetas estaban dejando de creer en los mi!agros. Pero el milagro innecesario es de he-

> de Ouranos respecto de Gaia mitologiza una imaginari:, > (\d) -r: 1,t7c; Elc; . 'ltetpaa1to•l' - Cf. Ia observact6n d_e Rodolfo Otto que •a ellos [los fieles de la Antigua Ley] Ia c61era dtvma no l_es parec1a aminoraci6n de santidad, sino expresi6n natural de l_a elemento esencial de ella>> (Lo santo, [tr. espanola Rev1sta de Occ1dente, Madrid, 1925, pag. 25, versiC:n de Fernando Vela]). Cree que esto es igualmente verdad en el -c ase de hombres como S6focles. Y m1sma csantidad» formidable puede verse en los dioses del arte arca1co Y del arte clasico primitive. Como dijo el Profesor C. M. en su discurso inaugural de Londres, 1949 «> (latin vates, irlandes, fili, islandes thuir). cEs evidente que en todas las lenguas antiguas de !a Europa del Norte, existe una intima conexi6n entre las ideas de poesia, elocuencia, informaci6n (sobre todo conocimiento del pasado) y profecfa» (H. M. y N. K. Chadwick, The Growth of Literature, 1.637). Hesiodo parece conservar un vestigio de esta unidad originaria cuando atribuye a las Musas (Teog. 38), y declara poseer el mismo (ibid. 32} el conocimiento de clas cosas presentes, futuras y pasadas>> que Romero atribuye a Calcas (Il . 1.70) ; !a f6rmula es, sin du da, como dicen los Chadwick (ibfd., 625), cuna descripci6n estatica de un vidente" . Hesfodo, Teon. 22 ss. Cf. cap. IV, p. 67, y el interesante trabajo de Latte antes mencionado (n. 116). cLas canciones me hicieron a mi, y no yo a ellas», decfa Goethe. cNo soy yo quien piensa>>, decfa Lamartine; cson mis ideas las que piensan por mi >>. «La mente en creaci6n», decfa Shelley, ces como un carb6n que se esta apagando, y que alguna influencia invisible, como un viento inconstante, despierta a un brillo trans itorio>>. Pfndaro, fr. 150 S. '(137 B}: p.aY"teuEo, Moraa, 7tpa