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LO QUE DEBE SABERSE DE LAS APERTURAS TRATADO DE LAS APERTURAS Y SUS CONCEPTOS FUNDAMENTALES. LA CADENA DE PEONES Y LA LUCHA POR EL CENTRO POR

P. A. ROMANOWSKY

• 4a. EDICION

• EDITORIAL GRABO Alberti 913 Buenos Aires ARGENTINA 1956 1

DERECHOS RESERVADOS Hecho el depósito que marca la Ley 11. 723. ES PROPIEDAD Copyright by EDITORIAL GRABO

Impreso y editado en ARGENTINA 2

PREFACIO nen análisis de grandes maestros del arte ajedrecista, en el estudio minucioso de ilimitadas posibilidades iniciales. Nuestro libro viene a ser propiamente dicho tan sólo una tentativa de indicar aquellas cimas, siguiendo las cuales el joven ajedrecista que comienza a clasificarse pueda, sin profundizar en las complicaciones de las variantes de apertura, apoyarse en una base firme, aún en la etapa inicial de la partida. Nos parece que nuestras reflexiones sobre la lucha central, sobre peones centrales, cooperan a la finalidad indicada. Solo de paso incluiremos en el plan de nuestra relación, una serie de celadas de apertura. Quizá nuestra modesta

¿Variantes, novedades, revelaciones? Si el lector piensa hallarlas en estas páginas, seguramente quedaría decepcionado. Es necesario reconocer que en nuestra labor hay pocas variantes y menos aún novedades (si es que las hay en general). Pero ¿puede ser que contenga revelaciones? Preferimos dejar librado al criterio del mismo lector, eximiéndonos por nuestra parte a responsabilizarnos de algunos postulados nuestros, que nada revelan, y sólo resucitan principios básicos indiscutibles de la apertura ajedrecística. En lo que atañe a las variantes, los que ansían estudiarlas, harán a bien de recurrir a las numerosas monografías especiales que contie3

labor resultará también un apoyo en el sentido de una asimilación más consciente y una penetración más aguda

este respecto, lográramos aliviar el trabajo de nuestro lector en la enseñanza de las aperturas, nosotros le en los análisis de apertura, sugerimos algunas ideas difícilmente sometibles al nuestras acerca del concepestudio a causa de su inevi- to de apertura. table mecanicidad. En atenP. A. Romanowsky. ción a que por lo menos a

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INTRODUCCION Con mucha frecuencia, los ajedrecistas principiantes ─y algunas veces aún los más probados─, experimentan en su lucha con adversarios expertos cierto pánico prematuro, por así decirlo, «de índole inicial». «No conocemos a teoría» ─dicen ellos─, sobre entendiéndose con ello precisamente la teoría de las aperturas. Algunos hasta intentan buscar la salvación en pasarse sin la teoría, tratando de hallar desde las primeras jugadas alguna continuación para dejar al contrincante confundido ─aunque absurda según su propio punto de vista─ considerando que por lo menos no está prevista «por la teoría». Tales ajedrecistas (y entre ellos, como manifestamos

arriba, se encuentran desgraciadamente a veces aún entre los que escalaron los grados más elevados en la clasificación oficial), se representan al arte ajedrecístico como un dominio en el cual hay que «saber» simplemente mucho, es decir «aprender», y que precisamente con este saber se determina la escala clasificatoria de los ajedrecistas en razón de su fuerza. «Yo no sé teoría y por esto juego mal», suelen decir ellos de sí mismos. Empero, en realidad en el arte del ajedrez es necesario no tanto «saber», cuanto «entender». Tomemos por ejemplo al ajedrecista principiante, poseedor de una memoria prodigiosa y que gracias a ello, recuerda con facilidad las innu5

merables variantes y análisis de las cuales está llena la teoría de apertura. Es posible que en casos aislados, tal saber le ayudará a obtener algunas fáciles victorias sobre contrincantes menos expertos en celadas de aperturas; pero en la gran mayoría de los casos, tan pronto como él se encuentra con rivales más fuertes, lo espera inevitablemente la derrota. Contra «el sabedor» de tal especie, alguna vez es probable que pueda resultar conveniente «la táctica de los absurdos» en la apertura. Es inexacto, humillantemente erróneo, reducir el papel del artista-pensador del ajedrez hasta el grado de portador de semejantes conocimientos mecánicos. Hay, sin embargo, otro punto de vista, mejor dicho «más calificado», punto de vista, que reduce el campo de «comprensión» ajedrecística principalmente al medio juego (estado central de la partida), en segundo lugar ─hacia el final (último estado) y completamente (o casi completamente) excluyente a la apertura. Tal concepto

del estado inicial de la partida de ajedrez, tampoco es exacto. Es incierto, porque se basa sobre la falsa premisa del agotamiento de todas las posibilidades de aperturas por el análisis contemporáneo. En la borrascosa época analítica por la cual atravesamos, es interesante oponer a ese concepto, la opinión de un perito como Nimzowitsch, que «aquello que conocemos sobre la apertura, viene a ser, sólo una ínfima isleta en el todavía inaprendido océano de posibilidades iniciales». Aunque admitiésemos alguna exageración contenida en las palabras de Nimzowitsch, con todo, sin embargo, apoyándose en el proceso histórico del desarrollo del análisis ajedrecístico inicial, se puede aseverar indudablemente, que pasarán no pocos decenios, y puede que siglos, antes que nos acerquemos aproximadamente a la completa realización posicional, caracterizable por la disposición inicial de las piezas de ajedrez. Pero aún estas perspectivas poco halagüeñas, digámoslo para el verdadero 6

artista-analista, son factibles para nosotros tan sólo en aquel caso, cuando nuestro análisis representará consigo, no un intento mecánico de ensayar por turno todas las posibles jugadas iniciales durante todo el período movilizatorio de la lucha ajedrecística, sino el plan para cuyo fundamento servirá la teoría de la posición ajedrecística tomada en su totalidad. En el presente existen ya no pocos trabajos valiosos, consagrados a tales investigaciones, y más todavía hay monografías sobre los distintos problemas parciales en este tópico. El problema de esta obra no es la síntesis de tales análisis iniciales y variantes, sino una general ilustración de la situación inicial, y las series más valiosas e importantes

del punto de vista teórico y posicional en general. Claro está que aquí entrarán la mayoría de aquellas posiciones iniciales y variantes, que son especialmente características para la práctica contemporánea de aperturas. Quisiéramos creer que «el espanto inicial» de alguno de nuestros lectores se disipará, después que vean, que lo que cada una debe conocer de la apertura, ya no es tanto, como se imaginan muchos, y que al igual que otros estados de la lucha ajedrecística la apertura exige no sólo conocimientos, sino en un grado más elevado aún, la comprensión de las exigencias ideales, la mayoría de las cuales no se engendran solo con una configuración inicial.

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¿Qué es la apertura? ¿En qué consiste su idea fundamental? Iniciar la apertura, significa actuar. Actuar en la partida ajedrecística es presentar sobre la escena del tablero de ajedrez a piezas y peones. Así es la definición externa de la apertura de ajedrez. El contenido de la apertura se define en esencia (es decir en relación ideal), con la tendencia hacia el cumplimiento de los siguientes objetivos: 1o. adecuada disposición de peones desde el punto de vista de abrir líneas y otras posibilidades para la acción de las fuerzas figurales; 2o. adecuado desarrollo de las piezas, es decir, llevar éstas de su situación inicial a nuevas posiciones, cuya ocupación podría pro-

porcionarles una cooperante y armónica acción ulterior. De la feliz ejecución de estos dos objetivos y cuál de ambos bandos pudo resolver los problemas iniciales con más arte y criterio, depende la obtención de las primeras prerrogativas en el principal estado de la lucha en ajedrez: su estado central o medio juego. Si ambos contrarios solucionaron sus problemas respectivos satisfactoriamente, la lucha general comienza bajo el signo =, el éxito de las blancas se indica con el signo +, el de las negras con ─ . Puesto que el derecho de la primera jugada (la mano) corresponde a las blancas, ─en algunos casos, especialmente cuando con di8

cha jugada resulta el movimiento de un peón central (PD o PR), a dos pasos, las posibilidades de respuesta por parte de las negras quedan limitadas, por ejemplo, a l. P4D o l. P4R las negras no pueden contestar 1 . . . P4R o 1 . . . P4AR, respectivamente, por la pérdida inmediata de un peón. Tal limitación, por ínfima que fuese, no se extiende sólo a la primera jugada blanca. Esa circunstancia interprétase por muchos como ventaja cierta, el jugar con blancas. Sin embargo, el análisis inicial de las aperturas demostró al parecer, que a respuestas justa por parte de las negras, es imposible aprovechar del derecho de salida de modo que surja alguna ventaja real; algunos hasta prefieren jugar con las negras, encontrando cierta satisfacción en la visible inutilidad del esfuerzo blanco para lograr algún resultado ostentible en base a la prerrogativa ilusoria; el derecho de hacer la primera jugada. Volviendo a la definición del contenido ideal de apertura, podemos decir ahora,

que la apertura representa consigo el período preparatorio (movilizatorio) consistente en maniobras de piezas y peones, teniendo la finalidad· de crear el ambiente ventajoso para la lucha general (el estado central). Para descifrar en qué consiste el sentido cabal de esas maniobras, nosotros debemos sin duda invocar las exigencias básicas que presenta el estado central en La posición de peones y figuras. Establezcamos tres situaciones inmutables, sobre las cuales se apoya la teoría del estado medio: 1o. los ataques (dicho de otro modo, las operaciones activas) en los flancos son posibles únicamente en aquel caso, cuando el centro se halla cerrado, es decir, cuando ambos contrincantes poseen en el centro una disposición estable de peones; 2o. la invasión, igual como la conquista del centro, es decir, el grupo de las casillas: 4D, 4R, 5D, 5R, viene a ser una patente ventaja alcanzada para el bando, que logró resolver estos proble9

mas;

bras con el fin de fijar el contacto en la actuación de todas las fuerzas. Resumiendo lo dicho, podemos caracterizar ahora el estado inicial de la partida ajedrecística ─o la apertura, como se la suele denominar─, de la manera siguiente: LA APERTURA REPRESENTA LA MOVILIZACIÓN DE LAS FUERZAS FIGURALES CON LA DIRECTRIZ DE SU ACCIÓN ARMÓNICA HACIA EL CENTRO. Reduciendo la idea básica de la apertura en una fórmula más breve y concisa, la definimos como la lucha por el centro. Del éxito de esta lucha, depende habitualmente el equilibrio de ambos contendores en el momento de la transición del combate al estado medio.

3o. las piezas deben actuar armónicamente. Ya de las primeras dos tesis no es difícil deducir aquella idea fundamental, con la cual debe estar impregnada la apertura. La síntesis de esa idea se define con la tendencia por ambas partes a ocupar en el centro posiciones más ventajosas. Prácticamente, esta tendencia se determina apoderándose de de las casillas centrales con la acción de las figuras y los peones. Un considerable número de golpes de peones en la apertura se dirige siempre sobre el centro. Simultáneamente a este trabajo principal sucede la movilización de figuras mayores (torre y dama) por medio del enroque y por otras manio-

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Ataques y Defensas en el Ruy López 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A: 3. A5C. a) Variante del cambio: 4. AxC. b) Contraataque Marshall: 8..., P4D. c) Variante Alápin: 5: D2R. d) Defensa Steinitz: 3..., P3D. e) Variante de Riga: 6..., PxP. Un gran número de aperturas recibió su nombre en relación histórica. Dejando para los historiadores la tarea de investigar sus fuentes, que han servido como base para la denominación de tal o cual apertura, pasaremos a examinar el mismo proceso de la lucha inicial. La jugada 1. P4R considerábase por mucho tiempo, que llevaba a una lucha aguda, y en su tiempo le otorgaban la preeminencia ante todas las demás jugadas. Sin embargo, en la actualidad, su apreciación ha disminuido notablemente, puesto que la técnica contemporánea despejó para las negras muchos

caminos, conducentes no tanto a la complicación cuanto a la simplificación de la lucha central luego de una serie de cambios. Precisamente con la jugada blanca l. P4R, las negras obtienen la posibilidad de seguir desde ya por caminos que conducen no sólo al equilibrio, sino que disponen en su repertorio de respuestas de carácter contraatacante. Clasificando las respuestas negras a la jugada l. P4R, podemos dividir las en tres grupos básicos: 1) tendencia al equilibrio: 1 ... , P4R; 2) contraataque: l..., P4AD o 1..., C3AR, y 3) preparación del contragolpe central: 1..., P3AD o l..., P3R, para seguir con P4D. En tal orden iremos viendo los procesos surgidos de la lucha inicial por el centro en relación a las jugadas indicadas. Orientándonos en la práctica contemporá11

nea, concentraremos nuestra atención tan sólo sobre las continuaciones más en boga, pasando por alto (o sólo mencionando ligeramente) aquellas que ya experimentaron históricamente fracasos. Así pues, pasando al grupo I de las contestaciones (la lucha de las negras por la igualdad), nos detendremos ante todo en examinar a la más popular apertura en las salidas de ese grupo, llamada Ruy López o «apertura española». Para esta apertura son características las jugadas: 1.P4R,P4R; 2.CR3A, CD3A; 3. A5C. El fin de la última jugada es de carácter doble: o debilitar la resistencia de las negras en el centro cambiando su caballo por el propio alfil (AxC), o trasladar ese alfil a través de 4T a 3C (o 2A), para que, estando invulnerable por las piezas negras, pudiese desplegar asimismo una seria presión sobre las casillas centrales, en el primer caso ─sobre 4R; en el segundo─ sobre 5D. Las negras juegan aquí lo más usual:

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3..., P3TD. La partida YATES-BOGOLJUBOV, jugado en el torneo internacional de Nueva York (1924), siguió así: 4. A4T. Las blancas no consiguen nada, con 4. AxC, PDxA (diag. 2); 5. CxP, D5D; y las negras recuperan al peón con buena posición También conservan las negras su centro después de: 4. AxC; PDxA; 5. P3D. A3D (o . . . P3AR); o 4. AxC. PDxA; 5. P4D, PxP; 6. DxP, DxD; 7. CxD, A2D. Por cierto, en esta última variante las blancas tienen la posibilidad de intentar aprovechar su peón excedente del flanco rey, mientras que a las negras les es más difícil hacer valer su preponderancia en el flanco de la dama, en razón de sus peones doblados sobre la columna AD. Empero, una cómoda movilización resultante para las negras en esta variante, con armónica tendencia de ellas al centro compensa enteramente la 12

indicada desventaja en su posición. En la partida BOGOLJUBOW - KOSTICH (Goteborg, 1920) sucedió: 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3 . A5C , P3TD; 4. AxC,

el centro una sólida posición, obtuvieron por fin la victoria. No logró nada en la apertura, ni el conocedor de esa variante, Lasker (con blancas) en su encuentro con Capablanca en San Petersburgo (1914). En esta partida acaeció: l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. AxC, PDxA; 5. P4D, PxP; 6.DxP,DxD; 7.CxD,A3D;8. C3A, C2R; 9. 0-0, 00; 10. P4A, T1R; 11. C3C, P3A;12. P5A, P3CD;13. A4A. En esta situación las negras jugaron 13 ... , A2C, que si aún no está mal, es mucho más débil que la continuación siguiente, indicada por Capablanca: 13 ... , AxA; 14. TxA, P4A; 15. T1D, A2C; 16. T2A, (no da nada 16. T7D, TD1A y luego ... , C3A), 16 ... , TD1A! y a las blancas les es difícil prevenir el itinerario del caballo negro: C(2R), 3A, 4R o 5D, después de lo cual las negras ocuparían una situación dominante en el centro. En general, en esta variante,que lleva el nombre «de cambio», a las negras les conviene jugar para complicaciones, es decir, rehuyendo los cambios, que les brinda posibilidades, como sucedió en los dos ejemplos citados, ─eso es─ una seria presión en el centro. Volvamos a la partida Yates - Bogoljubov. 4 ... , C3A; 5- 0-0, A2R;

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PDxA; 5. C3A, P3AR; 6. P4D, PxP;7.DxP,DxD;8.CxD,A3D; 9. A3R, C2R; 10. C3C, P3CD; 11. 0-00, P4AD; 12. C2D, A3R; 13. P4A, 00-0; 14. C3A, C3A; 15. P3TR, T2D; 16. P4CR. Las blancas, como se observa en la posición, se mantenían con una táctica rectilínea, marchando con su más fuerte infantería sobre el flanco rey. Las negras en contrapeso concentraron la presión de sus piezas sobre el centro. Con la siguiente jugada demostraron la seriedad de dicha presión: 16 ... , C5D! y las blancas no pueden tomar en 4D, por la pérdida de su peón 4AR. Las negras habiendo ocupado en 13

que sobre el punto 3AD, y por lo mismo defienden el punto ... , 4R. Sin embargo, retirándose el alfil blanco a 3C, ocupa un puesto muy excelente, desplegando una presión sobre la diagonal que atraviesa el centro. Por medio de 6 ... , P3D (en vez de la jugada del texto) las negras podrían defender satisfactoriamente el centro, dejando al alfil blanco en 4T, donde su fuerza queda un tanto ineficaz. En este caso las blancas deberían, o proceder: 7. AxC, PxA; 8. P4D, C2D; y las negras están seguras en el centro; o recurrir a una preparación lejana del ataque por medio de: 7. P3A, A2D; 8. P4D, 0-0; 9. CD2D (defendiendo una vez más el punto 4R, pero sin amenazar 10. AxC, AxA; 11. PxP, PxP; 12. CxP, en vista de 12 ... , AxP con total liquidación de peones en el centro y equilibrio conquistado). Alekhine jugó aquí 9 ... , A1R, para construir definitivamente en el centro una fortaleza inaccesible después de C2D y P3AR. Para las blancas es mejor quizá jugar 10. P5D, cerrando de este modo el centro y transportando el combate a los flancos, después de lo cual, las negras una vez alcanzado el equilibrio de su centro, pueden considerar resuelto con éxito su problema de apertura. Bogoljubov, no obstante, prefirió 6 ... , P4CD. Siguió: 7. A3C, P3D.

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Con la jugada 5 ... , CxP sobre la cual se tratará más adelante, las negras se comprometen con una serie de obligaciones, cuya realización exige gran precisión, pero a juego completamente correcto, esta jugada no trae malas consecuencias. La jugada del texto 5 ... , A2R, es más tranquila, ya que prepara ahora el importante movimiento en la apertura: ─el enroque─, y al mismo tiempo, suficiente para la demostración ideal de la jugada 1 .... , P4R (¡equilibrio!) (véase diagrama 3). 6. T1R. Defendiendo ya el PR, las blancas amenazan ahora 7. AxC con la continuación 8. CxP. Por eso, sería erróneo por parte de las negras el enroque inmediato. Previamente ellas deben consolidar su punto central 4R. 6 .. . , P4CD. Con esta jugada, las negras rechazan el alfil blanco del ata14

Las negras pueden también enrocar en seguida para intentar, después de la jugada natural blanca 8. P3A, iniciar el asalto central con 8 ... P4D, como ocurrió una vez en la partida Capablanca - Marshall (Manchetten, 1918). Idealmente considerado la jugada 8 ... , P4D presenta la debilidad de que las negras están constreñidas después de esa jugada a lanzarse en un ataque sobre el flanco (a fin de compensar en alguna manera el sacrificio del peón), dejando enteramente descubierto y desamparado al centro. La partida mencionada siguió: 7 ... , 0-0; 8. P3A, P4D!? (diagrama 4); 9. PxP,

la inseguridad de su posición central a empezar con vehemencia un ataque sobre el rey blanco, sobre cuya base cifran su única esperanza y posibilidad; el traslado del caballo a 5CR). 11 ... , C3A; 12. TlR, A3D; 13. P3TR, C5C; 14. D3A, D5T; 15. P4D. Ahora el centro está en manos de las blanca, y las negras para salvar de alguna manera su partida emprenden nuevas aventuras. 15 ... , CxP; 16. T2R. (Las blancas no caen en la trampa: 16. DxC, A7Tj y luego 17. A6C, pero no enseguida 16 ... , A6C por 17. DxP!) 16 ... , AD5C. (Las blancas habrían dominado fácilmente a su adversario también después de 16 ... , CxP; 17. PxC, AxP; 18. T4R), 17. PxA, A7Tj; 18. R1A, A6C; 19, TxC, D8Tj; 20. R2R, AxT. (Después de 20 ... , DxA, las blancas también logran la victoria, median te varias continuaciones, por ejemplo: 21. DxA, DxPCj; 22. R3D, DxTj; 23. R2A, P4TD; 24. T1A, P5T; 25. A5D, con la amenazas 26. AxT y 26. C2D). 21. A2D, A5T; 22. D3T, TD1Rj; 23. R3D, D8ARj; 24. R2A, A7A; 25. D3A y las blancas ganaron rápidamente. Así, pues, las blancas no tienen que temer a la jugada azarosa 8 ... , P4D, pero si no desean estar obligadas a la defensiva tan prematuramente, ellas tienen toda la posibilidad de prevenir el asalto de los peones negros, jugando 8. P4TD! (en vez de 8.

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CxP; 10. CxP, CxC; 11. TxC, (el centro está abierto, y las blancas amenazan con su siguiente jugada 12. P4D consolidar la propia presión central definitivamente. Las blancas tienen además un peón más. Estas circunstancias inducen a las negras, a pesar de 15

P3A), como sucedió en la partida Romanovsky - Torre (Moscú 1925). El último respondió: 8 ... , P5C; y después de 9. P4D las blancas obligaron a las negras a 9 ... , P3D; (sería erróneo jugar en seguida 8. P4D en vez de 8. P4TD por 8 ... , PxP; 9. CxP, CxC; 10. DxC, P4A; y las negras ganan una pieza). Solamente así pueden las blancas tratar de continuar la lucha por el centro, puesto que después de 8. C3A, por ejemplo, las negras con 8 ... , C5D, se posesionan del importante punto 5D y están absolutamente firmes en el centro. 8. P3A, 0-0. La situación presenta consigo una de las posiciones iniciales clásicas contemporáneas en la partida española. En vez de su 8a. jugada (0-0), las negras también pueden jugar 8 ... , C4TD; 9. A2A, P4AD; luego 10 ... , D2A y 11 ... , C3A, después de lo cual su posición central está completamente asegurada, y su plan venidero debe consistir en la preparación de su jugada de iniciativa P4D. Este movimiento lo pueden efectuar ellas bastante pronto, si las blancas se limitaran con P3D, reafirmando su solidez central. En caso de P4D del blanco, las negras jugarán A5CR, después del cambio de peones en 5D, apoderándose de ese punto. En la partida siguió:

9. P4D, A5C!; 10. A3R; Después de 10. P5D las negras jugando 10. . . , C4TD y luego ... , P3A ejercerán una presión en el flanco dama, conservando firme el centro. 10. PxP!; 11. PxP, C4TD; 12. A2A, C5A; 13. A1A, P4D! (diag. 5).

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Con su última jugada, las negras libran su centro de la presión de los peones blancos y consiguen gracias a ello, resultados totalmente satisfactorios en su lucha por el centro. Sus fuerzas están óptimamente movilizadas. Es fácil ver que la lucha por los puntos 5R y 4D, resultó benéfica principalmente para las negras, porque consiguieron con la jugada 9 ... A5CR neutralizar la presión del caballo blanco sobre esos puntos. Por esto, se considera más lógico para las blancas hacer en seguida la jugada preparatoria 9. P3TR, en vez de la 9a. P4D, sin embargo, después de aquélla, las negras logran construir a 16

tiempo la configuración central de los peones; elaborada por Tschigorin, que asegura su estabilidad por medio de 9. . . C4TD; 10. A2A, P4A; 11. P4D, D2A; etc., obteniendo el equilibrio, sin mayores cuidados, en su lucha por el centro. *** Pasemos a examinar algunas otras tentativas blancas en la partida española con el propósito de lograr mejores resultados en la lucha central. TARRASCH - JANOVSKY (San Petersburgo, 1914). 1. P4R, P4R: 2. CR3A, C3AD; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A; 5. C3A: Esta jugada tendría la prerrogativa sobre el enroque, sólo en aquel caso, cuando las blancas tuviesen motivos de temer la respuesta negra: 5 ... , CxP. 5 ... , A2R; Esto considérase la mejor respuesta. A 5 ... , A5C, las blancas pueden jugar con éxito 6. C5D, y a 5 ... , A4A; 6. CxP, CxC; 7. P4D, A3D; 8. 0-0, 0-0; 9. P4A, con una dominante presión central. 6. 0-0. Las blancas no pueden ganar un peón mediante 6. AxC, ... , PDxA; 7. CxP, en vista de 7 ... , CxP; 8. CxC, D5D, recuperando la pieza y las negras quedan superiores en el centro. 6 . .. , P4CD; 7. A3C, P3D:

Las negras amenazan ahora con C4TD cambiar el alfil blanco, y jugando luego ... , P4AD resolver satisfactoriamente su problema de apertura. Las blancas no pueden jugar en este momento 8. P4D?, por ... CxPD; 9. CxC, PxC; 10. DxP, P4A; seguido de P5A ganando una pieza. La siguiente movida blanca, aunque de apariencia lateral, en realidad viene a ser la única posibilidad de mantener la presión en el centro, puesto que impide a las negras realizar la citada amenaza. 8. P4TD, P5C; 9. C5D, A5C; Esta maniobra del AD, que ya conocemos, es enteramente suficiente para el equilibrio. Es posible: 9 ... , CxP; 10. P4D, A2C (o algo más tranquilo: 10 ... , 0-0; 11. CxA, CxC; 12 . TlR, A2C; 13. PxP, PxP; etc.); 11. T1R, C3A; 12. CxA, DxC; 13. P5T, 0-0; 14. P5D, C1C; 15. A5C, con chances mutuas muy efectivas, y aunque las blancas tienen por el momento un peón menos, en el centro y especialmente en el flanco rey, ellas ocupan una situación amenazadora. Además el PCD negro está débil. 10. CxCj, PxC (diagrama 6);

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El centro de las negras ya está tan consistente que ellas pueden emprender un ataque lateral, sin preocuparse del enroque. A 11. A5D, ahora ya podrá seguir 11 ... , C5D!; 12. AxT, DxA; 13 P3A. (Las negras amenazan 13 ... , D1A, para seguir con AxC y D6T). 13 ... , CxC; 14. PxC, A6T y las negras recuperaran la calidad con mejor posición. En su partida con Capablanca (San Petersburgo, 1914), Tarrasch jugó 10. P3A, en vez de l0. CxC, a lo que siguió 10 ... , TD1C, y las negras consiguieron la iniciativa. Por lo que se ve 5. 0-0. *** ALEKHINE - LEVÉNFISH (San Petersburgo, 1914). 1.P4R,P4R; 2.CR3A,CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A; 5. D2R (diagrama 7).

Esta jugada viene a ser el tercer método blanco en su tentativa de conservar la estabilidad de 4R, empeñándose en conquistar la clave posicional negra, esto es: el punto 4R de las mismas. 5 ... , A2R: Un extraordinario sacrificio de dama ocurrió en la partida de Lévenfisch - Flamberg (Vilna, 1912). Las negras jugaron aquí 5 ... , P4CD; 6. A3C, A4A; 7. P4TD, TDlC. (No está bien 7. . . , P5C; 8. AxPj, RxA; 9. D4Aj); 8. PxP, PxP; 9. C3A, 0-0!; 10. P3D. (El desplazamiento del caballo por medio de 10. CxPC, habría permitido a las negras apoderarse del centro después de 10 ... , P4D!); 10 ..., P3D; 11. A5C, AD5C. (Esta jugada lleva a la pérdida, a causa de la combinación que se encuentra a disposición de las blancas. Jugando las negras simplemente 11. .. , A3R lograrían el equilibrio); 12. C5D, C5D. (En esta po18

sición sería erróneo para las blancas 13. AxC por la desagradable respuesta 13 ... , TIT!); 13. C(3A)xC!! (En este sacrificio consiste la refutación a la 11a. jugada negra); 13 ... , AxD; 14. AxC, T1T; o 14 ... , PxA; 15. C6AD, T1T; 16. TD1A y las negras perdiendo su dama, quedan al final de cuentas, con una pieza menos), 15. RxA, DlC; (Si 15 ... , PxA; 16. C6A!) 16. C6A, D2C; 17. A5C, y gracias a la situación activa de las figuras menores, y por otra parte a la difícil situación de la dama negra, las blancas consiguieron el triunfo después de una ardua tarea. 6. P3A, P4CD; 7. A3C, 0-0; Alekhine prefiere aquí 7 ... , P3D. En la partida Schuting - Perlis (Viena, 1908), ocurrió: 8. P3TR, 0-0; 9. 0-0, A3R; 10. AxA, PxA; 11. P4D, D1R; con juego satisfactorio para las ne gras. 8. P4TD. Aquí era mejor, según Alekhine 8. P4D, P3D; 9. P5D, C4TD; 10. A2A, pero también en este caso, la posición negra está bien resguardada. 8 . .. , P4D; 9. PTxP (diagrama 8);

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Las negras jugaron para complicar 9 ... , PxPR y luego de 10. C5C ese aquellas sucumbieron finalmente. En el libro «Mis mejores partidas», Alekhine opina que después de 9. . ., AD5C; 10. P3D, PTxP; las negras obtienen por lo menos la igualdad. Respecto a la jugada 5. D2R es necesario observar en general, que debilita el ataque de P4D, mientras que el avance del PD, precisamente, significa para las blancas las máximas chances en su lucha por el centro. De esta suerte, hemos de reconocer y recomendar la jugada 3 ... , P3TD! , que con ella las negras pueden conseguir el equilibrio central. Y no obstante, no pocos ajedrecistas prefieren en vez de esa jugada la respuesta 3 ... , P3D (defensa Steinitz) o 3 ... , C3A (recomendada principalmente por Lasker). Estos dos sistemas defensivos se reunen porque ambas jugadas 3 ... , P3D, y 3 ... , C3AR entran por 19

una u otra transposición en cada uno de esos sistemas. Como se verá más adelante, el problema de ambos sistemas consiste en la creación de una base figural en 4R y contra-ataque sobre PR. La diferencia fundamental de estos sistemas con la defensa 3 ... , P3TD está en que las blancas pueden en aquéllos obligar a las negras a cambiar su PR, por el PD blanco, y en consecuencia los puntos 4D y 4AR blancos quedan libres de la presión negra, y las blancas obtienen la facultad de obrar en el centro. Esta desventaja en la posición negra se compensa, sin embargo, hasta cierto punto, con la opuesta presión suya sobre la columna rey. Veamos la partida siguiente: TARRASCH-MARCO. Defensa Steinitz (Dresden, 1892). 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P3D; 4. P4D!, A2D! (diagr. 9);

Esto se considera la mejor contestación. Marshall trató de ensayar aquí la aventura: 4 ... , A5C; 5. P5D, P3TD; 6. A4T, P4CD; 7. PxC, PxA; 8. P4A, y las blancas ganan el P. de 5TD negro, además de no haber ningún contraataque compensador para las negras por la pérdida del peón. Con la jugada del texto, las negras paran en forma curiosa el golpe blanco sobre 4R (de las negras) con el contraataque sobre 5R. Si por ejemplo las blancas juegan 5. AxC, entonces 5 ... , AxA; 6. PxP, AxP con la liquidación central sin resultado para ninguno de ambos bandos. En adelante las blancas tratan de rehuir tales simplificaciones y defienden con solidez su PR para forzar a las negras a hacer tarde o temprano PRxPD. 5. C3A, Esta jugada renueva la amenaza de ganar el PR negro después de 6. AxC. El cierre central por medio de 5. P5D habría únicamente facilitado la defensa de las negras, puesto que para las blancas no se ven ningunas posibilidades de ataque por el flanco. Al contrario, las negras, terminado su desarrollo a tiempo, pueden preparar más pronto que las blancas acciones minadoras por medio de P3AD o P4AR. 5 .. . , C3A!; La jugada que enlaza el sistema de Steinitz con el método de

9 20

Lasker. Las negras atacan el punto 4R adversario y si ahora 6. AxC, AxA; ellas forman un contraataque doble sobre el punto 4R de las blancas defendido una sola vez. Esto les asegura a las negras una calma provisoria en 4R. Steinitz jugaba a veces con su CR a 2R, en ver de hacerlo a 3AR, pero ello retarda el desarrollo de las piezas negras y debilita su juego en el centro, y por eso resulta ser una maniobra menos justificada que la del texto. 6. 0-0, A2R: 7. TlR, Después de esta jugada que defiende por segunda vez al PR, las negras ya deben jugar 7 ... , PRxPD. Marco no lo consideró así, y perdió rápidamente. Siguió: 7 . .. , 0-0?: 8. AxC, AxA: 9. PxP, PxP: 10. DxD, TDxD: 11. CxP, AxP; Ahora es evidente el cálculo de las negras. Ellas creyeron que la defensa del PR con la torre, es aparente, ya que ella no puede abandonar la primera fila por el mate en T8D. Es natural que las negras no deban jugar 11 ... , CxP, por 12. CxA. Pero tomar el peón con el alfil, está basado igualmente sobre cálculos equivocados. 12. CxA, CxC: 13. C3D!, En dicha jugada, que cierra la columna D para las negras está la clave de la posición. Las blancas amenazan ahora captu-

rar tranquilamente al caballo que tampoco puede moverse por lo indefenso que está su alfil en 2R. A fin de salvar la pieza las negras jugaron: 13 ... , P4AR; 14. P3AR, A4Aj; 15. CxA!, CxC: 16. A5C. Es con esta jugada que las blancas, mediante la amenaza de 17. A7R, ganan calidad. Si 16 ... , T4D, lo mismo sucede 17. A7R, TlR (o T2A); 18. P4AD, etc. La jugada 7 de las negras ( . .. , 0-0?) fue «error de apertura». No salvaba a las negras tampoco 10 ... , TRxD, por ejemplo: 11. CxP, AxP; 12. CxA, CxC; 13. C3D, P4AR; 14. P3AR, A4Aj; 15. R1A!, y las blancas ganan por lo menos calidad, pues para salvar la pieza las negras sólo pueden hacerlo con TxC. De modo que 7 ... , 0-0? lleva a las negras, en el mejor de los casos, a la pérdida del PR. Lasker (con negras) en su partida contra Bernstein (Moscú, 1913, jugó correctamente: 7 . .. , PxP; 8. CxP, 0-0; 9. AxC. Además de este cambio, también las blancas pueden jugar aquí: C(3A)2R; A1A; o CxC. Todas estas jugadas tienden a la misma finalidad: evitar el doble cambio después de CxC del negro con la consecuente AxA, después de lo cual las negras fácilmente consiguen la igualdad; por ejemplo: 9. P3TR, CxC; 10. DxC, AxA; 11. CxA, C2D; etc.; trasla21

dando al alfil negro a la diagonal 1TR, 8TD (con miras al punto 3AR), fortificando así, definitivamente, el importante punto de 4R. La jugada de esta partida (9. AxC) que se encuentra más a menudo que otras, en la práctica de torneos, se explica al parecer en que resulta ser la más activa. La retirada del AR a 1A o del CD de 3A a 2R de sus posiciones avanzadas es ya un déficit en la presión, lo que permite a las negras ganar tiempo para diversas y cómodas transposiciones. En cuanto a 9. CxC, PxC; 10. A3D, también las negras tienen posibilidades de buenas maniobras después de 10 ... , C5CR (ten dientes a 4R) y si 11. P4AR, entonces 11 ... , P4D; con vigoroso contrajuego basado en la amenaza de A4ADj. 9 . .. , PxA; 10. A5C, Aquí las blancas no deben jugar 10. P3CD a causa de 10 ... , P4D con la fuerte amenaza 11 ... , A5CD. 10 . .. , P3TR; 11. A4T, C2T; 12. AxA, DxA; 13. D3D, TRlR. En esta situación las negras no deben tener mayores preocupaciones. Alguna debilidad de sus peones en el flanco dama se compensa suficientemente con la estable posición central, la presión sobre las columnas abiertas CD y R, desarrollo completo de sus fuerzas, incluyendo el cómodo traspaso del C de 2T a 1A, y más tarde a 3R o 3CR. Las blan-

cas pueden, sin embargo, desarrollar, una actividad algo más pronunciada si en base a su plan ellas preparan el avance del PAR. En este caso éstas no tienen necesidad de desplazar su torre de 1A. La casilla 1R la dejan para la otra torre. Por este plan se desenvolvió la lucha en la siguiente partida: ALEKHINE-BERNSTEIN, (San Petersburgo, 1914). 1.P4R, P4R; 2.CR3A, CD3A; 3. A5C, C3A; 4. 0-0, P3D: 5. P4D, A2D; 6. C3A, A2R; Otra vez está la unificación de los sistemas Steinitz y Lasker. De la jugada 4 ... , CxP hablaremos más adelante. 7. AxC, No 7. T1R por los motivos ya indicados. No es conveniente 7. D3D por 7 ... , CxPD, con los deseados cambios para las negras. 7 . .. , AxA: 8. D3D, Defendiendo en este momento el punto 4R por segunda vez, las blancas amenazan 9. PxP. 8 . .. , PxP; Esta jugada tiene la apariencia de ser obligada, y las blancas deben conformarse con semejante condescendencia por parte del contrincante. Las negras pudieron haber jugado aquí 8 ... , C2D!, y si 9. P5D entonces 9 ... , C4A y luego 10... , A2D con sólida posición. Las blancas pueden ciertamente contestando 9. 22

D2R (a 8 ... , C2D) forzar 9 ... , PxP, pero mientras las negras hicieron una jugada enteramente consecuente, las blancas encuéntranse con su propia dama que vino de 1D a 2R en dos jugadas, lo que resulta ventajoso para las negras. 9. CxP, 0-0; 10. A5C, C2D; 11. AxA, DxA; 12. TD1R, TRlR; 13. P4A. Las negras no pueden ganar el peón por medio de 13 ... , C4A, puesto que las blancas responden con 14, D4A y es imposible 14 ... , CxP a causa de 15. CxA, ni tampoco 14 ... , AxP a causa de 15. P4CD (a 15 ... , C2D, sigue invariablemente 16. C5A! ganando); además las blancas disponen de la simple defensa 14. CxA. Las blancas están algo más agresivas que en la variante anterior (Bernstein-Lasker), pero la clave por la posesión del punto 4R negro, bloqueado por éste, está suficientemente asegurada. Cierto interés ofrece la tentativa de Nimzowitsch de cambiar en 6AD prematuramente. NIMZOVITSCH-CAPABLANCA (San Petersburgo, 1914). l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. C3A, C3A; 4. A5C, P3D: (Ver más adelante los casos de 4 ... , C5D, 4 ... , A5C o 4 ... , A4A que forman posiciones conocidas por «Apertura de los 4 caballos»). 5. P4D, A2D; 6. AxC.

Cambiándose ya, y con ello aguzando la lucha central aún antes de enrocar. 6... , AxA: 7. D3D, Era de considerar aquí 7. D2R forzando también 7 . . ., PxP. 7 . .. , PxP: Ahora esto es más fuerte que 7 ... , C2D a lo que podría seguir 8. A3R, PxP; 9. AxP y el desarrollo del AR negro queda dificultado. 8. CxP, P3CR?; Las negras tenían que haberse conformado con la rutina y jugar 8. . ., A2R para apresurarse con el enroque. La prematura tentativa blanca 9. C5A, 0-0, nada bueno puede traer. Ahora las blancas ganan un peón. 9. CxA, PxC; l0. D6T, D2D; Absolutamente malo sería: 10 ... , P4A; 11. D6Aj, C2D; 12. A5C, P3A?; 13. AxP! , etc. 11. D7C, T1A; 12, DxPT, A2C; 13. 0-0, 0-0 (diagr. 10).

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Las blancas terminaron la 23

apertura con ventaja material. Las negras tienen alguna compensación, aunque insuficiente, por el peón perdido en su centro fuerte, por la importante base de 4R (negro), adonde irá a ubicarse más tarde su caballo. Lo curioso es que Nimzowitsch perdió al fin la partida. Pasando a la valorización general de la defensa negra, construida por las jugadas . . ., P3D y ... , CR3A (tomadas en conjunto), es menester reconocer que ella da a las negras una situación central segura, pero contiene en sí menos contra chances, que 3 ... , P3TD; exige mucha precisión y sus posibilidades están más limitadas. Las tentativas para el comienzo de una agresividad inmediata por parte de las negras en la partida española, se basan sobre la eliminación del P4R blanco. Prácticamente ello se traduce con la maniobra CR3AxP o a través de la jugada ... , P4AR. La última continuación (P4AR) compromete tan significativamente la posición del rey negro y dificulta el enroque durante la lucha central rápidamente desarrollada, que idealmente puede ser considerada totalmente inadecuada. Los análisis de apertura en el presente han desechado esta fatigosa variante. Veamos, por ejemplo, la variante siguiente:

l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P4A?; 4. C3A. (La respuesta natural y mejor. Mientras las negras descubren su rey, las blancas movilizan todas sus fuerzas en el centro, es decir, en el lugar donde se desenvuelve el combate). 4 ..., PxP. (No es sólido el gambito: 4 ... , C3A; 5. PxP!, P5R; 6. C4TR, defendiendo el P5AR). 5. CDxPR, P4D. Si ahora las blancas estarían forzadas a retroceder con el C de 4R, las negras tendrán derecho a enorgullecerse del resultado obtenido. Pero en realidad la vacilante situación negra permite a las blancas desarrollar un ataque inmediato, a saber: 6. CxP!, PxC; 7. CxC, D4C!; 8. D2R, C3A.. (Después de 8... , DxP habría sido fatal pura las negras 9. D5Tj); 9. P4AR, DxPA; 10. P4D (o 10. C5Rj) y la posición negra se vuelve crítica. Mayores ventajas ofrece el salto del caballo negro a 5R (CxP) luego de: l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A;5. 0-0, CxP. La eliminación ya en la 5a. jugada, del peón blanco, que en muchos casos viene a constituir el apoyo de toda la construcción central, parece engañosa. Por supuesto que no deberían las negras ni pensar en esta maniobra, especialmente por una circunstancia, que juega un papel importante en el estado inicial. Esta consiste en que por la jugada 5 ..., CxP las negras se 24

atrasan en su desarrollo, pues el centro desamparado se expone a un ataque inmediato, por parte de las blancas y ello obliga a las negras a ciertas maniobras forzadas con miras defensivas, durante largo tiempo, y en relación a esto, las negras se retardan con el enroque y también quedan forzadas a liquidar su puesto avanzado del PR. Además ellas sufren de cierta inestabilidad en el centro. Las blancas, sin embargo, antes de alcanzar cierta libertad de acción, deben evitar varios escollos. De tal suerte, esta variante lleva sin duda un elemento de mutua finura en el combate, característica, para el inestable estado central. La continuación correcta para las blancas, es aquí 6. P4D porque a 6. T1R, las negras retrocediendo con 6 ... , C4A, asaltan el alfil blanco y obligan éstas a ulteriores cambios, lo que permite a las negras conseguir fácilmente un juego satisfactorio; por ejemplo: 6. TlR, C4A; 7. AxC, PDxA; 8. CxP, A2R; 9. P4D, C3R. Muy peligrosa resulta aquí la celada: 6. T1R, C4A; 7. C3A, CxA?l; 8. CxP!, A2R; 9. C5D, y las negras con posición peor deben devolver la pieza. Sin duda que con 9 ... , 0-0 las blancas jugando 10. CxC, PDxC; 11. CxAj; R1T; 12. D5T, consiguen evidente ventaja. Pero aún después de la mejor respuesta 9 ... R1A!; 10. CxC, PDxC: 11. CxA, A3R; 12.

P3CD, DxC; 13. PxC, no obstante los alfiles de distinto color, la defensa para las negras resulta muy difícil por las dificultades del desarrollo de su TR, y la insegura posición del rey negro con entera movilización de todas las piezas blancas. A 7. C3A las negras han de jugar simplemente; 7 ... , A2R asegurándose el enroque con fuerte posición. Volviendo a la jugada 6. P4D, veremos la partida siguiente MAROCZY - BERGER (Viena, 1908). l. P4R, P4R; CR3A, CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A; 5. 0-0, CxP; 6. P4D, PxP; Con la última jugada de las negras la lucha entra en la denominada «variante de Riga» (diagrama 11).

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7. T1R, P4D; 8. CxP, A3D; En esta jugada está toda la explicación sobre la variante. Las negras tratan de organizar un contraataque sobre el blanco rey, 25

en el cual las blancas tienen sus puntos débiles en 2AR y 2TR, y debilitar de algún modo la presión de las fuerzas blancas sobre el centro. 9. CxC, AxPj.; 10. R1A, Esta peligrosa declinación, deja en manos negras un ataque muy promisor. Si las blancas no quieren acep-tar las tablas por medio de 10. RxA, D5Tj; 11. R1C, DxPj; 12. R1T, etc., entonces ellas deben jugar 10. R1T, en cuyo caso a las negras les debe convenir continuar 10 ... , D5T y para impedir la devastación inmediata, las blancas están forzadas a emprender una operación de cambio general. 11. TxCj, PxT; 12. D8Dj, DxD; 13. CxDj, RxC; 14. RxA con la cual se nos presenta la siguiente curiosa posición: las negras tienen Torre y 2 Peones por Caballo y Alfil (diagrama 12).

vez Capablanca le ganó a Eduardo Lasker. En cambio Riga (negras) ha obtenido un notorio triunfo contra Berlín. Esta posición merecería quizá más atención, si toda la variante de Riga no se considerara dudosa por la jugada de Bérger 8. AD5C (en vez de 8. (CxP) y si 8 ... , P3A entonces 9. CxP con ventaja real. 8 ... , A2R; 9. AxA, DxA; l0. CxP, unido a la clavada del caballo negro en 5R, tampoco brinda perspectivas a las negras. Queda 8 ... , D3D, después de lo cual, las blancas logran por fin conquistar una posición central dominante mediante un enérgico ataque sobre el punto 4R. Las blancas comienzan el ataque precisamente por medio de 9. P4AD, A3R; 10. PxP, AxP; 11. CxP ( y la situación negra a pesar del peón de más se vuelve difícil (diagrama 13).

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13

Pero el juego figural de las blancas se desarrolla con facilidad y es rico en chances. Una

La partida Maroczy-Bérger prosiguió así: 10 . .. , D5T; 11. A3R, 0-0; 12. 26

C4D, A5C; 13. C(4D)3A, D4T; 14. C3A, TD1D. y el ataque de las negras se hizo pronto irrechazable. En relación a la jugada de Bérger citada (8. AD5C) la variante de Riga ha perdido su popularidad y a 6. P4D las negras tuvieron que volver hacia la jugada 6 ... , P4CD; 7. A3C. Ahora todo el motivo defensivo en el centro de las negras resulta ser el punto central 5R reconquistado, y por eso la lucha central se concentra principalmente en ello: 7 ... , P4D; 8. PxP, A3R. Esta posición debe ser caracterizada como clásica para la variante 5 ... , CxP. De la siguiente manera prosiguió la 4a. partida del match Alekhine - Teichman: 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A; 5. 0-0, CxP; 6. P4D!, P4CD; 7. A3C, P4D; 8.PxP, A3R; 9.P3A, A2R; La jugada 9 ... , AR4A que será examinada más tarde, conduce aquí a una lucha muy aguda. 10. A3R, La idea blanca, como ya ha sido señalado anteriormente, es la voladura del puesto avanzado en 5R de las negras. Desde este punto de vista, cualquier jugada blanca no tendiente (indirectamente) a esa finalidad altera en cierto grado la idea de la variante. La jugada del texto resulta una tentativa de cortarle previamente al CR la retirada a 4A. Sin

embargo las negras consiguen compensarse con otras ventajas, como se verá en adelante. Por lo común se prefiere aquí un ataque inmediato sobre el punto 5R (negro) mediante 10. CD2D, C4A; 11. A2A, A5C; 12. P3TR, A4T; 13. T1R, con el traspaso del Caballo a través de 1A a 3CR. EUWE en su primer partida o del 2 . match con BOGOLJUBOV, jugó por las negras después de 10. CD2D, 0-0, que es enteramente plausible, ya que el cambio en 5R y 3R de las negras es ventajoso para éstas en gracia al dominio conseguido por ella,s sobre las líneas abiertas de dama y alfil rey, y la debilidad del PR blanco. Bogoljubov contestó 11. A2A, P4A; 12. C3C, D2D; 13. C(3A)4D, CxC; 14. CxC, P4A; 15. C2R, y aunque las negras han consolidado el punto 4D y el flanco dama debió procurar el triunfo para las blancas. Es oportuno señalar aquí que el combate sobre el centro abierto o semi-abierto en la partida española, (como sucede en la defensa 3 ... , P3TD en su subvariante 4 ... , o 5 ... , CxP) se define en ventaja blanca, pues éstas tienen siempre una chance adicional por la debilidad originada de la disposición de los peones negros en el flanco dama. Es muy posible que precisamente por eso, dicha defensa se encuentra más raramente en la seria prácti27

ca de torneos. Pero por cuanto la lucha lleva un carácter abierto y agudo en esta variante, les es preciso a las blancas seguir con suma atención a todas las posibilidades tácticas que se crean a menudo para el rival, hasta de una manera puramente casual. Como ejemplo de semejante posibilidad táctica viene a ser la variante de Riga, examinada por nosotros. Tal ataque repentino y casual representa consigo la denominada variante de «Breslau», que se obtiene en aquel caso cuando las blancas juegan 10. T1R, jugada menos natural y en parte hasta contradictoria porque esa jugada no amenaza nada al Caballo negro situado en 5R, en vez de 10. CD2D; y luego de 10 ... , 0-0; 11. C4D, basándose en que las negras no pueden tomar el P5R blanco, por 12. P3A. Vemos que las negras pueden no obstante eso jugar con éxito 11 ... , CxPR; 12. P3A ... , A3D!; 13. PxC, AD5C; D2D, D5T con fuerte ataque a cambio de la pieza sacrificada. En la partida WOLF - TARRASCH (Karlsbad, 1923), las blancas jugaron 15. P3TR a lo que siguió: 15 ... , P4AD; 16. PxA, PxC; 17. D2AR, DxP; 18. A1D, D3C; 19. DxP, A2A; 20. A3R, PxP, y las negras, teniendo magnífico ataque ante la situación no desarrollada de las piezas blancas y la posición descubierta del rey blanco, lograron la victoria. Las

blancas disponen de chances para salvarse tan sólo poco después de 16. D2AR (diagrama 14), aunque en este caso las negras conservan también una buena iniciativa. La partida AlekineTeichman prosiguió de tal modo: 10 ..., 0-0; 11. CD2D, A(3R)5C;

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A 11 ... , C4A como ocurrió en la partida P. ROMANOVSKY - TALVIK (Petrogrado, 1916), las blancas continúan el ataque así: 12. A(C)2A, A(3R)5C; 13. D1C, P3C; 14. P3TR, A3R; 15. DlR!, T1R; 16. C4D, CxPR; 17. P4CD, C2C; 18. P4AR, C5A; 19. CxC, PCxC; 20. P5A, A2D; 21. PxP, PTxP; 22. AxP, PxA; 23. D3C, R2C. Las blancas jugaron aquí 24. C6A!, AxC; 25. A4Dj, R3T; 26. T7A y las negras tuvieron que deponer muy pronto las armas. Una rápida catástrofe sobrevino a consecuencia de la total ocupación blanca de las principales casillas centrales negras a lo cual han seguido todos estos golpes decisivos. 28

12. CxC. Las blancas pueden conseguir aquí la mejor partida por medio del inmediato descargo de la tensión central, recomendado por Van Gelder, como efectivamente jugó Alekhine. 12 .... , PxC; 13. D5D, DxD; 14. AxD, PxC; 15. AxC, PxP; 16. RxP, TD1D; 17. P4TD!. Las blancas, habiendo conquistado el centro, acometen ahora el débil flanco dama del contrincante. En general se debe reconocer, que el sostenimiento del punto 4R por las negras se logra con grandes dificultades, y además su centro y el flanco de la dama no presentan vestigios de posición estable. Con la idea 5 ... , CxP se obtiene una lucha táctica aguda, y esta jugada puede justificarse sólo en el caso que por parte de las blancas haya un juego desprovisto de ideas o que fuese equivocado. Pero, para agotar los ricos recursos tácticos relacionados con ella /5 ... , CxP/, examinaremos aún las principales variantes que surgen después de la jugada 9... , AR4A. En este caso a las blancas les es necesario tomar las medidas inmediatas para la voladura del puesto avanzado del Caballo negro en 5R. Por ello, la jugada más enérgica e ideal ha de reconocerse aquí 10. CD2D. A veces aquí se juega también 10. D3D, pero idealmente esto resulta ya un co-

nocido descuido hacia el puesto avanzado de las negras, lejos de ser inofensivo. De la siguiente manera prosiguió la partida: IZBINSKY - VAJIREV (S. Petersburgo, 1909). l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, P3TD; 4. A4T, C3A; 5. 0-0, CxP; 6. P4D, P4CD; 7. A3C, P4D; 8. PDxPR, A3R; 9. P3A, AR4A: 10. CD2D, 0-0; Mucho más débil habría sido para las negras la entrega del centro sin lucha, jugando en vez de 0-0: 10 ... , CxC; 11. DxC!, 0-0; 12. A2A, TlR, (La mejor, según la opinión del Dr. TARRASCH, y cuya continuación encierra en sí la finalidad de librar el punto lAR negro para colocar el AR, con funciones defensivas, aparte del contraataque que se prepara en el centro en base de esta jugada), 13. D4A, y las blancas tienen fuerte ataque sobre el flanco rey debilitado, en relación a la amenaza de 14. C5C. Por ejemplo a 13 ... , P3C, sigue lo mismo 14. C5C, A1AR; 15. D3C, A2C; 16. P4AR, P4A; 17. D3T, P3T; 18. CxA, TxC; 19. P4CR, etc. 11. A2A, P4A; 12. C3C, Después de esta jugada, con la cual las blancas demuestran su renuncia para luchar por el punto 4R, las negras pueden sentirse completamente tranquilas y tienen chances de obtener con el tiempo la iniciativa sobre el flanco del rey. Las blancas de29

excursión con su rey hacia el flanco de dama. Muy pronto lleva a la pérdida la tentativa de defender al rey dentro de los límites de su propio flanco; 19. A3R?, D7Tj; 20. R1A, A6T!; 21. D2R, D8Tj; 22. AlC, AxPj; 23. DxA, TxPj y las negras ganan. En consecuencia Iszbinsky rehusó la oferta de sacrificio. 17 . .. , D5T; 18. D2D, C4A; 19. AxC, TxA (diagr. l6).

bían haber jugado 12. PxP (al paso), CxP y recién después, insistir con los caballos en el ataque estratégico sobre el punto 4D, luego de la liberación del punto 4R blanco de la presión negra y reservarse (las blancas) para sí la importante diagonal blanca lCD7TR: 13. C3C, A3D; 14. C(3C)4D, CxC; 15. CxC, A2D (problemático es 15 ... , AxPj; 16. RxA, C5Cj; 17. R3C!); 16. C5A y el débil punto 4D de las negras y su flanco dama deja a las blancas otra vez buenas chances para la prosecución de la lucha. 12 ... , A3C; 13. C(3C)4D, CxC; 14. CxC, AxC; 15. PxA, P5A (diagr. 15);

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Mediante el avance del PCR negro, éstas lograron crear un ataque y ganar la partida. No hemos visto todavía muchas variantes correspondientes a la partida española, pero lo que hemos analizado ya es enteramente suficiente y satisfactorio para la solución de nuestro problema: descubrir la esencia práctica de la lucha por el centro. Por esto pasamos al capítulo siguiente: a la identificación y la exposición de los resultados logrados con nuestras investigaciones.

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16. P3A, C6C!; 17. T1R; En esta posición es extremadamente peligroso para las blancas aceptar el sacrificio negro. Después de 17. PxC, PxP; 18. T1R, D5T las blancas han de perder los peones de CR, y AR, y además comenzar una desagradable 30

La lucha de los peones en el centro bios de las principales fuerzas actuantes, cuyo resultado a veces se resuelve bastante rápidamente en un empate. Habiendo descripto esquemáticamente las estructuras de la disposición de peones en el centro, que hemos encontrado, y completándolas con nuestros análisis que haremos en adelante, podremos hacer algunas importantes deducciones prácticas, que abarcan los problemas de la lucha central. Para la amplitud de cuadro, insertaremos en nuestros esquemas la disposición de los peones de los flancos, además de los centrales. Nuestra atención empero, debe dirigirse principalmente a los peones centrales pues en los laterales debemos fijarnos en tanto ellos puedan desarrollar alguna actividad con relación al centro, es decir, las casillas 4R, 4D, 5R y 5D. Examinemos la siguiente estructura de peones

a) Partida italiana; b) Gambito Evans; c) Apertura de los 3 y de los 2 caballos; d) Apertura de los 4 caballos; e) Partida escocesa; f) Partida Ponziani; g) Defensa Philidor; h) Partida rusa; i) Partida vienesa; j) Apertura central; k) Gambito del norte; 1) Gambito del rey aceptado o rehusado. De la breve ojeada que dimos en el capítulo precedente, se nos presenta claro que la función de los peones en su lucha por el centro, tiene un significado primordial, casi exclusivo, pues por la situación de los peones en el centro se acondiciona la posibilidad de la transposición de la lucha a los flancos. El cambio de peones en el centro trae con mucha frecuencia una serie de cam31

(diagrama 17):

ble, obligar directamente a las blancas mismas a cambiar en 4R (PDxPR). 2o. Conseguir de parte de las blancas, el avance P5D. En concordancia con cada una de esas finalidades, surgen ante nosotros dos nuevas situaciones de peones (diagramas 18 y 19).

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Las negras deben considerarse completamente satisfechas, en este caso, cuando lograsen evitar verse obligados a efectuar el cambio PRxPD, o sea dicho de otro modo, si las negras pueden defender su punto 4R tantas veces como fu ese necesario ellas pueden estar tranquilas por su situación en el centro. Así pues, con tal estructura la clave posicional, resulta ser el PR negro (punto de 4R). Después que dicho Peón esté suficientemente defendido y la iniciativa blanca referente a la presión ejercida se agotara, las negras pueden idear algunas contra acciones que deban traducirse en amenazas sobre los puntos 4R y 4D blancos. En esas circunstancias las negras han de perseguir dos objetivos, con la solución de cada uno de los cuales, ellas deben quedar absolutamente satisfechas. 1o. Provocar y si fuese posi-

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En el caso primero, habiendo igualdad en el centro, las negras hasta obtienen alguna prerrogativa gracias a la debilidad en el campo blanco del punto 3D de éstas. Pero la columna de dama abierta (sobre la cual actuarán las piezas mayores de ambos bandos), puede servir cual excelente timón para cambios que fácilmente resolverán el combate en tablas.

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De diferente modo se presenta el problema en el caso segundo. Aquí se ha cerrado el centro y la lucha se desenvolverá en los flancos. Las negras deben preparar la voladura por medio de P4AR. Para las blancas son posibles dos planes: uno P4AD, 5A con la apertura de la columna AD ... , el otro en base a P4AR, pero en este último caso deben antes pesar con sumo cuidado, si la apertura de la columna del rey (después de ... , PRxPA) no resultara en ventaja negra, y si éstas no pudiesen aprovechar la casilla 4R, que quedó libre después de dicho camino, para sus piezas especialmente los caballos. En la variante de cambio de la partida española, nos encontramos con una situación central sumamente instructiva (diagrama 20).

Al parecer las blancas lograron el deseado cambio de..., PRxPD; más aún: ellas desplazaron otro Peón central adversario en el flanco de la dama por el medio del cambio en 3AD negro. De esa manera, el único Peón blanco en el centro (4R) debería, en apariencia, prestarse para conseguirles una visible ventaja central. Pero en rigor, en el esquema precitado, las blancas tendrían efectivamente una indiscutible prerrogativa, si el asunto llegase a ventilarse en el final. En lo que se refiere a la, apertura o al medio juego, antes todavía de calcular lo ventajoso para las blancas de semejante posición central establecida con seguridad, ha de aclararse qué función podrán desempeñar las piezas negras sobre el punto 4R vacante. Si a la presión sobre la columna rey en general, y a la presión sobre el PR en particular, las blancas no pueden oponer una 33

contra-presión análoga, y si en gracia a ello, el PR no tienen ninguna chance de avanzar, las negras podrán ganar en espacio, fijando una pieza menor en 4R, con su influencia extensiva hacia el campo de las blancas. No puede reconocerse el punto 4D como base análoga para las blancas, porque las negras con el movimiento P4AD, expulsarían sin duda la acomodada pieza blanca. Por otra parte, la maniobra análoga por porte de las blancas (P4AR), no tiene la misma fuerza, dedo que después de esto, el P4R, quedaría rezagado y débil, y ha de servir para un excelente objetivo de ataque por parte de las negras. En base a estas consideraciones podernos llegar a la deducción de que la fuerza de un Peón aislado en el centro sobre una vertical semi-abierta, libre de algún Peón rival, depende sobre lodo de su movilidad individual. El esquema del diagrama 20 se caracteriza aún por el hecho de que el Peón doblado en la columna AD, a causa de la amenaza P4AD; no permite a las blancas gran libertad para las maniobras de las piezas en el centro, lo que sucede habitualmente a raíz del cambio ... , PRxPD. Por esta razón, la estructura de peones en el centro para las negras en la defensa Steinitz (diagrama 21) es menos ventajo-

sa que en la variante del cambio.

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La disposición de peones en el centro, en la defensa Steinitz, viene a resultar entre las más ventajosas para las blancas, y tan sólo el firme bloqueo del punto 4R de las negras puede salvar a éstas de la peligrosa voladura de la falange de peones blancos PR y PAR. Volviendo al esquema del diagrama 17 supondremos (a priori) que las negras jugaron equivocadamente PRxPD; entonces después de PAxPD (diagrama 22)

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las blancas logran una disposición que representará consigo un fuerte centro de peones sumamente peligroso, si las blancas pueden aún reforzarlo con el movimiento P4AR. Obstaculizar el avance del centro de peones en semejantes casos resulta extremadamente difícil. Habitualmente las negras tratan de minar su fuerza mediante el contraataque ... , P4AD, como ya sucedió en una de las variantes examinadas antes en la partida española. Eliminando al P4D blanco, se equilibran las chances. Por otra parte, después de P5D como respuesta a ... , P4AD, el centro de las blancas se debilita, puesto que la jugada básica P5R resulta difícil de realizar a causa de la privación del sostén a este avance por parte del P4D que al instante de moverse, deja de apoyar al PR. Al trasladar el PAR blanco (que está en 2A) a 2AD (diagrama 23),

vemos que el centro blanco es notablemente más débil que en el esquema anterior del diagrama 22 (compárense los dos diagramas, 22 y 23). Ciertamente en este último diagrama, no es ya peligroso el ataque negro con P4AD, pero en cambio la movida P5R, sin el sostén del PAR blanco es difícilmente realizable y hasta el mismo P4R resulta muy débil, estando rezagado y expuesto al ataque por las fuerzas enemigas sobre la columna del rey semiabierta. En síntesis, al negro le resulta a veces hasta ventajoso provocar P5R por medio de ... , P4D, y en seguida el contraataque con ... , P3AR, liquidando el puesto avanzado en 5R blanco, para quedarse el amo exclusivo en el mismo punto 5R. Tal especie de centros, no seguros del todo, obtiénense en el gambito del rey aceptado, en algunas variantes de la partida vienesa (en el gam35

bito Steinitz, y a veces también en el gambito del rey rehusado. Las blancas buscan en el ataque sobre la columna AR abierta, compensaciones por debilitar su centro que tiene chances de éxito únicamente en aquellos casos cuando el ataque previamente pasó a través de un período preparatorio bien fundamentado. En consecuencia, a P4AR, conjuntamente a los variados ramales de apertura, hay que considerarlo siempre con un criterio altamente crítico. Volviendo nuevamente al diagrama 17, desde el punto de vista del ataque sobre el punto 5R de las blancas mediante P4AR, debemos remarcar que antes de resolverse a efectuar esta jugada, hay que pesar con sumo cuidado las chances reales sobre la columna AR, teniendo en cuenta, que: la clave de la posición central ─punto 4R─ siempre se debilita después de la jugada P4AR. Examinemos aún los tres diagramas siguientes: 24, 25 y 26.

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En la primera de estas posiciones, cada uno de los contrincantes posee un peón en el centro dispuesto sobre la 5a. horizontal blanca (variante: 5..., CxPR de la partida española). Las otras dos posiciones se diferencian de la primera principalmente por estar ambos peones rivales del centro en la 4a. horizontal blanca (un paso retrasado, vista la situación del lado blanco y un paso avanzado, vista la situación por parte de las negras). Surge la cuestión: ¿cuál disposición de peones es ventajosa para cada bando? (compárese el diagrama 24 con el diagrama 25 y el diagrama 24 con el 26, respectivamente!).

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ello, aún hasta después de P4AR, el punto 5R blanco no representará, sin embargo, una fuerza inexpugnable, y las negras siempre amenazaran con su liquidación por el contraataque conocido de ... , P3AR. Si las blancas pudiesen hacer pasar a su PAD de 3A a 4D (por ejemplo, mediante un cambio en 4D), entonces su peón de 5R podrá sentirse mas que seguro en su avanzada posición. Una deducción definitiva en favor de una u otra parte, la podremos hacer cuando estemos en condiciones de aclarar si las negras pueden consolidar con firmeza su punto de 5R. Si la presión de las piezas blancas resultase bastante potente como para no dejar a las negras probabilidades de conquistar ese punto, las negras deberán reconocer la preferente posición blanca gracias al importante punto 4D blanco para las piezas de éste. Las negras pueden en verdad emplazar ... , P4AD, y con esta jugada crear una amenaza provisoria hacia aquel punto (4D blanco), pero entonces el P4D negro se debilita demasiado, y por ende toda la influencia negra en el centro se va debilitando. En el diagrama 25, que se obtiene en la llamada defensa Bird en la partida española (─1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A5C, C5D?; 4. CxC, PxC), las blancas logran un sólido centro basado

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Para las blancas viene a resultar más ventajosa la disposición del P5R. (Obsérvese con atención el diagrama 24): por su presión sobre los importantes puntos en el campo contrario, 3D y 3AR de las negras. Mas, el mismo PR blanco precisa ayuda, y este socorro exigirá tarde o temprano, la jugada P4AR; pero después de esta última jugada, se debilita considerablemente el importante punto 4R blanco, que además se halla atacado desde ya por e PD negro. Además de 37

en su falange de peones de R y AR, por el inevitable avance P4AR blanco, y la liquidación del puesto avanzado de las negras en 5D (P5D), después de la jugada blanca P3AD, quedando éstas poseedoras de todas las chances para la obtención de las ventajas decisivas. Como buena ilustración de lo dicho, ha de servir la partida CAPABLANCA - BLACKBURNE (San Petersburgo, 1914). l. P4R, P4R: 2. C3AR, C3AD; 3. A5C, C5D?; 4. CxC, PxC; 5. 0-0, P3CR: 6. P3D, A2C; 7. C2D, C2R; 8. P4AR!, P3AD; 9. A4A, P4D; 10. A3C, 0-0; 11. C3A, P4AD; 12. P5R, P4CD; Las negras debían resolverse en seguida a jugar P3AR, puesto que, aunque ello debilitaba la situación del rey negro, por lo menos minaba la posición central blanca. Después de la jugada del texto, las blancas consiguen la mejor disposición de peones en el centro, y su partida llega a ganarse por sí sola. 13. P3A!, P5A; 14. A2A, PDxPA; 15. PCxPA, D4T; 16. A2C, A5C; Aunque muy desagradable, las negras debieron, no obstante, cambiar en 6D, resignándose a quedar con el peón de 4D aislado, y a permitir la formación de una base blanca en 4D. ¡Tan peligroso resulta ser la formación del triángulo de peones blancos! 17. P4D,

Las blancas pueden ahora crear sin esfuerzo la amenaza de avanzar el PAR, para evitar lo cual las negras están constreñidas a desordenar totalmente la situación de su enroque. El ataque frontal sobre el rey, da como resultado la solución de la cuestión. Siguió: 17 .. . , D3C; 18. T1C, P3TD; 19. P3TR, A4A; 20. P4C, AxA; 21. DxA, P4A; 22. R2T, C3A; 23. TlC, C1D; 24. PxP, TxP; 25. C4T, T4T; 26. CxP, PxC; 27. TxP, D1C; 28. TxA, RxT; 29. T1CRj, R1A; 30. D6C, TxPj; 31. RxT, se rindió. Pasando al diagrama 26, debemos ante todo fijar la atención al aislamiento del peón negro en 5R. Por otra parte ese peón está pasado, y de esta manera su fuerza o debilidad dependen de lo que pueda ser defendido por las negras del ataque blanco. En el estado inicial, tal peón constituye por lo común una debilidad, de modo que los puntos: 4R y 5R y en parte 4D del negro, son también débiles. Por el contrario, las blancas están más firmes que las negras en todas las otras casillas, exceptuando la debilidad en 4R blanco, porque todos los otros cuadros pueden ser susceptibles de ser atacados por peones blancos. Por esta razón, la disposición de peones representada sobre el esquema del diagrama 26, es más bien ventajosa para las blancas. 38

En ventaja blanca resulta ser también la posición que se forma en el centro en la denominada variante «brasileña» (dicho de otro modo: variante Río de Janeiro) de la partida española, que se obtiene por las jugadas: l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. A5C, C3A; El sistema de Lasker, quien en su libro «El sentido común en ajedrez» señala la jugada 3. . ., C3AR, como uno de los medios más promisores de la defensa, en la partida española. 4. 0-0, CxP; 5. P4D, A2R; 6. D2R, C3D; 7. AxC, PCxA; 8. PxP, C2C; El PR blanco ejerce una seria presión sobre la posición negra ( véase la disposición de peones del diagrama 27),

PAR con el que intentarán eliminar al PR blanco, después de lo cual el centro se aclararía para las maniobras de las piezas negras. Pero gracias a que en la variante brasileña, las blancas desarrollan rápida y fácilmente sus fuerzas, ellas logran evitar a tiempo la concentración en el centro de la armada del rival, y luego del cambio del peón en 5R, las blancas consiguen la conocida ventaja central antes citada. La partida del match TARRASCH - LASKER (1908), se desarrolló en forma interesante. Después de las 8 jugadas anteriores, se continuó la partida: 9. C3A, 0-0; 10. TlR, C4A; 11. C4D, C3R; 12. A3R, CxC; 13. AxC, P4AD; 14. A3R, P4D; 15. PxP a. p., AxP; Las negras forzaron el cambio del peón de 5R (blanco), pero al precio de haber debilitado toda su posición de peones en el flanco de dama. Además la lucha en el centro se desarrolla en adelante incesantemente, no en beneficio de las negras, sino en su perjuicio, donde se concentran las excelentes fuerzas blancas. 16. C4R, A2C; En ventaja blanca resulta el combate después de 16 ... , AxPj; 17. RlT, y las negras están imposibilitadas de jugar 17..., D5T, en vista de 18. A5C atacando la dama. 17. CxA, PxC; 18. P4AD, D3A; 19.

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y a su sombra las blancas ejecutan cómodas maniobras de sus piezas menores sobre las casillas 4R y 4D, especialmente con los caballos. El problema negro consiste en el movimiento del PD o 39

TD1D, TR1R; 20. D4C, A3A; 21. T2R. Tal cual escribe Lasker, esta jugada le puso ante un problema, cuya solución le llevó una hora entera, a lo cual contestó jugando: 2l ... , T5R; 22. D3C, D3R; 23. P3TR, TlD; 24. T(2R)2D, T4R; 25. A6T!, D3C; 26. A4A, T3R; 27. AxP, D4T; 28. D4C, DxD; 29. PxD, T5R; 30. AxP, TxT; 31. TxT, P4TR; 32. T6D, Lasker se rindió. En otras variantes de la partida española, después de 3 ..., CxPR, las blancas logran también apoderarse del centro, y concentrando alrededor de él abundantes energías consiguen por lo regular una significativa ventaja. Antes de pasar al examen de las variantes efectivas correspondientes a las aperturas cuyo estudio haremos en el capítulo siguiente, diremos algunas palabras acerca del grupo de aperturas donde las negras responden a 1. P4R, con l ... , P4R, exactamente como en la española. Después de las aclaraciones y explicaciones dadas en el presente capítulo acerca de la función de los peones en el centro, esperamos que las deducciones independientes, sobre las ventajas y desventajas en la observación de estos principios en las aperturas, serán sin duda hechas por el lector sin particulares dificultades.

Por esta razón consideramos innecesario analizar detalladamente todas estas aperturas, limitándonos tan sólo a formular nuestro concepto general con respecto a cada una de ellas. a) Partida italiana 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A: 3. ... A4A, A4A. Las negras pueden retener fácilmente el punto 4R, y en consecuencia, no tienen nada que temer. b) Gambito Evans l. P4R, P4R: 2. CR3A, CD3A; 3. A4A, A4A; 4. P4CD. Las negras pueden luchar con éxito en el centro, tanto aceptando como asimismo rehusando el gambito (4 ... , A3C), a causa de la debilidad del punto 4R del blanco. Es suficientemente buena la defensa de Lasker por ejemplo, ─4 .... , AxPC; 5. P3A, A4T; 6. 0-0, P3D; 7. P4D, A3C!, etc. c) Apertura de los 3 y 2 caballos l. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A; 3. C3A, A5C; o 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, C3A; 4. P4D, PxP!, con el contraataque sobre el punto 4R blanco. Se obtiene fuerte lucha en el centro con óptimas chances para las negras. d) Apertura de los 4 caballos 1. P4R, P4R; 2. CR3A; CD3A; 3. C3A, C3A. Es difícil hablar de alguna prerrogativa blanca en el centro. Las 40

negras pueden defender, si quieren, su punto 4R con suma facilidad; y no sólo defender el punto, sino también obtener un contrajuego excelente, ideado por RUBINSTEIN luego de 4. A5C, C5D (para igualar es suficiente también 4 ... , A5C); 5. CxP, D2R. e) Partida escocesa l. P4R, P4R: 2. CR3A, CD3A: 3. P4D, PxP. Aunque las negras deban aceptar inmediatamente el cambio (PRxPD ), la prematura definición del centro les permite crear un contraataque sobre el punto 4R blanco mediante 5 ... , C3AR (después de 4. CxP, CxC; 5. DxC) con la consecuente ... , P4D en la primera oportunidad, que equilibra su situación en el centro y más adelante, durante el combate, les crea suficientes contrachances. f) Partida Ponziani (antigua Inglesa) 1. P4R, P4R; 2. CR3A, CD3A: 3 P3A, C3A! Las negras pueden jugar también 3 ... , P4D. En ambos casos su juego es rico con contrachances, en relación con el ataque sobre el punto 4R. g) Defensa Philidor. l. P4R, P4R: 2. CR3A, P3D. Aquí a 3. P4D las negras han de jugar 3 ... , CR3A!, después de lo cual, si las blancas toman en 5R, las negras contestan con la toma en 4R (blanco). Pero si las blan-

cas jugasen 4. C3A, las negras responden 4 ... , CD2D y logran defender a su peón de 4R. Durante un tiempo larguísimo las negras están obligadas a permanecer a la defensiva, cuya labor puede, sin embargo, ser realizada con cierto éxito. h) Partida rusa 1. P4R, P4R; 2.CR3A, CR3A. Las blancas no pueden lograr ninguna ventaja en el centro. A 3. CxP las negras deben responder 3 ... , P3D!; 4. C3AR, CxP, después de lo cual éstas consiguen fácilmente el equilibrio, y a veces obtienen hasta bastante buen contrajuego. i) Partida vienesa l. P4R, P4R; 2. CD3A, CR3A; 3. P4AR o 3. A4A. En el primer caso las negras deben seguir con 3 ... , P4D, en el segundo caso ─3 ... , C3A o 3 ... , A4A, o 3 ... , A5C o 3 ... , CxPR. Las negras en todos los casos, obtienen pleno derecho de luchar por el centro. j) APERTURA CENTRAL l. P4R, P4R; 2. P4D, PxP!! En esta apertura las negras tienen todas las chances de obtener ventaja en el centro, no obstante el cambio en 5D (negro), que en este caso es necesario aprobar, ya que después de 3. DxP, CD3A; 4. D3R, C3A; las negras logran cierta preponderancia en el desarrollo. Además, la posición de la dama blanca delante de sus pro41

pias fuerzas parece ser de las menos promisorias. k) Gambito del norte 1. P4R, P4R; 2. P4D, PxP! !; 3. P3AD. Las negras pueden aceptar tranquilamente el gambito mediante 3 ... , PxPA, empero, ellas obtienen un ataque magnífico en el centro después de 3 ... , P4D. l) Gambito del Rey 1. P4R, P4R; 2. P4AR. Rehusando el gambito por medio de 2 ... , A4A, las negras obtienen por lo menos partida igual. Sin embargo, aún la aceptación del gambito 2 ... , PxP crea a las blancas no pocas dificultades en atención a la posición comprometida de su rey, no muy clara ante varios ataques. Tanto con 3. A4A (gambito del alfil rey), como con 3. CR3A (gambito del caballo rey), las negras obtienen un contrajuego muy rico en el centro, y asimismo sobre el flanco del Rey. Las variedades particulares del gambito aceptado, como por ejemplo: gambito MUZIO, gambito KIESERITZKY y otros, dan a las blancas prácticamente algunas chances, pudiendo las negras, sin embargo, eludir complicaciones que caracterizan a los denominados gambitos mediante un juego sencillo. Como lógica refutación al gambito de rey está también el contragambito Falkbeer (l. P4R, P4R; 2. P4AR, P4D!) en el cual las negras logran pron-

tamente la iniciativa. Los siguientes esquemas de peones se refieren, propiamente dicho, a temas posteriores, pero por cuanto la función de esas estructuras de peones y su significado casi no difieren en la raíz, básicamente de las que hemos visto anteriormente, consideramos, que es muy oportuno examinarlos ya aquí, ahora inmediatamente, tanto más, que su previo conocimiento facilitará al lector la asimilación de los análisis de apertura que surjan a continuación. He ahí por ejemplo, tres estructuras de peones, procedentes de la partida siciliana (diagramas 28, 29 y 30). Con respecto a ellos cabe decir, que pueden ser aplicables plenamente nuestras deducciones, anteriormente citadas. La excepción habrá que hacerla quizá para el esquema de la estructura representada en el diagrama 29.

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En el diagrama 28 tenemos un peón blanco en el centro, que a las negras les resulta difícil eliminar. Gracias a ello, las blancas retienen en sus manos el control sobre el punto 5D blanco. Y a será satisfactorio, cuando ellas lograsen reforzar dicho control con la jugada P4AD, pero habitualmente esto queda obstaculizado por la presencia del mismo caballo en 3AD. Con el apoyo del PAR, las blancas tratan de avanzar el PR. Las chances negras se concentran alrededor de la columna AD abierta, y su correspondiente «gravitación» sobre el flanco de dama de las blancas en conjunción a la acción lateral del AR negro al ubicarse en 2CR.

tral se paga indirectamente por su propia debilidad. Situaciones análogas con peones aislados ocurren en algunas variantes de la apertura de los peones de dama.

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En el diagrama 30, está representada una disposición de peones, a la cual se llega en la variante de la partida siciliana tan sólo en aquel caso, cuando las blancas renuncian a la jugada P4D, que abriría para las negras la columna AD. En este caso ante las negras se abren dos caminos: uno de ellos consiste en el avance ... , P3R, y ... , P4D, después de lo cual ellas consiguen por parte de las blancas la respuesta P4D, en cuyo caso la posición estructural de peones corresponderá al esquema presentado en el diagrama 29. El otro camino de as negras, es cuando el PD se ha jugado a 3D, lo que conduce a la posición estructural del diagrama 30. Esta estructura, parece ser

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En el diagrama 29 las negras lograron conservar un peón en el centro, consistiendo en esto la razón de semejante variante de apertura para las negras. No obstante, que el peón de 4D se halla aislado, su gravitación cen43

más favorable para las blancas a causa de que su peón 4R ocasiona una gran influencia en el centro, mayor que el peón lateral de AD. Generalmente hablando, la perspectiva del ataque de peones en el centro mediante P3AD, P4D y P4AR da a las blancas interesantes chances. La presión y gravitación central de las piezas sobre el punto 4D (blanco) y los ataques de peones sobre el flanco de dama crean, sin embargo, para las negras también en este caso un contrajuego perfectamente regular. He ahí por qué en cotejos serios encontramos más a menudo partidas que empiezan con l. P4D, l. P4AD o l. CR3A. Pero antes de pasar a estas aperturas, nos corresponde todavía examinar algunas tentativas negras de lograr, en respuesta a 1. P4R, algo más que un simple restablecimiento del equilibrio central, mediante diversas maniobras laterales en vez de la sencilla jugada 1 ... , P4R. Las siguientes estructuras (diagramas 31 a 52), tomadas de entre distintas aperturas, las presentamos sin comentarios, puesto que es fácil aplicar las consideraciones análogas ya desarrolladas con respecto a las situaciones vistas anteriormente. Además, las deducciones referentes a ellas, serán dadas observando algunas variantes en los capítu-

los que siguen.

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De esta manera nuestra deducción definitiva con respecto a la jugada 1. P4R no resulta consoladora. Después de 1..., P4R, las negras consiguen sin gran esfuerzo perfecta igualad en EL CENTRO, y en consecuencia ellas están preparadas para la lucha del estado más responsable, directamente sobreviniente al estado inicial de la apertura o sea, preparadas para el medio juego del ajedrez.

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Ataques y Defensas del centro en respuestas asimétricas a l. P4R l. Defensa CARO - KAN: l. P4R. P3AD. 2. Partida SICILIANA: l. P4R. P4AD. a) Tratamiento cerrado: sin P4D blanco. b) Sub-variante draconiona. c) Variante el clásica de Scheveningen. 3. Partida FRANCESA: l. P4R. P3R. a) Ataque Chatard. b) Controtaque MacCutcheon. c) Jugada de Maroczy. 4. Defensa ALEKHINE: l. P4R, CR3A. (Véase el capítulo IX). 5. Defensa NIMZOVISTCH: 1. P4R, CD3A. 6. Partida ESCANDINAVA: l. P4R, P4D.

1) Defensa CARO - KANN, 1. P4R, P3AD. Luego de 2. P4D, P4D, aunque las negras no logran una estabilidad posicional de peones en el centro. ya que después de 3. CD3A, ellas deben consolarse con 3 ... , PxP; 4. CxP, pueden, no obstante, desarrollar la gravitación de sus piezas menores sobre el centro, lo que les da la posibilidad de luchar con éxito contra las tentativas blancas de conquistar y poseer el centro. ¿Por qué razón, sin embargo, las negras no contestan 3 ... , P3R a 3. CD3A. Principalmente porque una de las ideas fundamentales de esta apertura viene a ser el desarrollo del AD negro en la dirección 1AD, 6TR, que será imposible después de la jugada 3 ... , P3R, cerrándose la importante 49

diagonal para el AD. Después de 4. CxP, los negras disponen de tres respuestas, que no alteran el plan indicado: son 4 ... , A4A, 4 ... , C3A y 4 ... , CD2D. Después de 4 ... , A4A; 5. C3C, A3C; 6. C3A, C2D; las negras juegan más adelante ... , P3R, ... , CR3A, ... , A3D, y ... , D2A con la tendencia hacia el enroque en el lado de dama, y preparando en seguida un ataque sobre el P4D por medio del avance del peón de Rey o AD. En todo caso, después del traslado del propio alfil negro sobre la diagonal 2TR, 8CD, las negras pueden sentirse seguras. También a l. P4R, P3AD; 2. P4D, P4D; 3. CD3A, PxP; 4. CxP, CR3A; 5. CxC, PCxC; 6. A3D, las negras pueden jugar 6 ... , A4A, para poder responder a 7. AxA con 7 ... , D4Tj y 8 ... , DxAR. Las tentativas blancas de obstaculizar un tiempo el indicado desarrollo del AD de las negras se concentraban alrededor del sistema: 1. P4R, P3AD; 2. P4D, P4D; 3. PxP¡?, PxP; 4. A3D. Sin embargo, es fácil observar, que las negras logran el completo equilibrio de peones en el centro, y además, como agregado, la importante iniciativa que se desencadena sobre la columna AD. Pero lo más interesante de todo, es que las negras pueden llegar a desarrollar su AD sobre el flanco rey, continuando con 4 ... , CR3A

con la amenaza 5 ... , A5C; si ahora 5. P3TR, entonces 5 ... , C3A; 6. C3AR, P3CR; seguido de ... , A2C, 0-0 y A4A, sin temer el cambio en 4AR, pues en este caso, abierta la línea CD, las negras pueden hasta intentar a su vez atacar. Ningunas dificultades para las negras crea l. P4R, P3AD; 2. P4D, P4D; 3. P5R, A4A; 4. A3D, AxA; 5. DxA, P3R; y si 6. P3AD, sigue 6 ... , D3C; 7. C3A, D3T! con la consiguiente voladura por medio del movimiento P4AD. Así pues, resumiendo la idea esencial de la jugada 1 ... , P3AD, la sintetizamos como sigue: 1o. es el traslado del AD hacia el flanco Rey, pero que no se debe siquiera evitar su cambio con el AR blanco. 2o. son las maniobras directas e indirectas, en procura del cambio o la anulación de la fijeza posicional blanca central, de su PD. Habitualmente, la lucha por el puesto avanzado de las blancas dura una considerable parte de la apertura, y al rnenos hasta el principio del medio juego. Les es muy fácil a las negras llevar la defensa en caso de equilibrio de peones en el centro, es decir después de 3. P5R, o 3. PRxPD. *** 2) PARTIDA SICILIANA 1. P4R, P4AD. 50

Esta apertura es una de las más populares, que se encuentra en la práctica de torneos con singular frecuencia. La idea básica negra consiste en lograr la apertura de la columna AD, para organizar sobre esta vertical la presión sobre el flanco dama de las blancas. Para impedir este plan las blancas pueden únicamente renunciar a jugar P4D, es decir, evitar su cambio con el PAD de las negras. En este caso, las blancas han de limitarse sólo con P3D, después de lo cual las negras quedan dueñas del importante punto central, la casilla 4D, con cuyo apoyo ellas pueden desarrollar acciones exitosas sobre el flanco de dama; esto en primer término. En segundo término, no obstante, que la posición de peones en el centro durante algún tiempo será mejor para las blancas (por encontrarse su peón en 4R), las negras realizarán la amenaza del movimiento P4D, que hace tambalear el puesto avanzado en 4R. Es muy frecuente que las negras logren el avance ... , P4D todavía inicial, después de lo cual, la habitual presión de peones en el centro, se hace pareja. Veamos como ejemplo, la partida Tchigórin-Pópel, jugada en el torneo internacional en Monte Carlo, año 1902. Como veremos enseguida. Tchigórin recurrió al tratamiento cerrado de 1as aperturas.

l. P4R, P4AD; 2. CD3A, CD3A; 3. P3CR, P3CR; 4.A2C, A2C; Las negras conquistaron sólidamente su punto 5D basando sobre ello todas sus chances en lo futuro. 5. CR2R, P3D; 6. P3D; CR3A; 7. C4A, P3R; 8. 0-0, P3TD; 9. A3R, 0-0; 10. P3TR. Situación típica para 1a variante cerrada de la partida siciliana, en la cual las negras, no obstante haber un peón blanco en 4R, están cómodas. En seguida deben jugar T1CD, y de inmediato comenzar con la jugada P4CD un ataque enérgico sobre el flanco de dama blanco. Todas las tentativas blancas en el centro se neutralizan con el control de las negras sobre el punto 5D. Es interesante el hecho de que Pópel eligió un plan un tanto diferente, prefiriendo preparar la lucha en el centro; esta tentativa al final tuvo éxito. 10 . .. , A2D; 11. D2D, RlT; 12. C(4A)2R, ClCR; 13. P4A, C5D; Las negras exponen enérgicamente sus posibilidades en el centro. 14. TD1C, A3A; 15. P4CD, D2D; 16. A2A. TD1A; Las blancas con su infructífera tentativa en la jugada 15 de hacer tambalear la configuración negra en el punto 5D, sólo cooperaron a la realización por parte de las negras de una de las ideas de la apertura ─la presión 51

sobre la columna AD. 17. CxC, PxC; 18. C2R, P4R; Después de esto, la disposición de los peones negros en el centro, no sólo se equilibra, sino se hace evidentemente mejor en gracia a la cadena negra 3D, 4R, 5D, 19. TR1A, P4A!; 20. P3A, PAxPR; 21. PDxPR. Aún después de 21. PAxPD, las negras jugando 21 ... , P(5)RxP(6)D lograrían ventaja. 21 ... , C3A; 22. PAxPD, CxP; 23. D3R. PRxPA; 24. PxP; T(1AD) a 1R. Ahora el centro blanco está resquebrajado y desorganizado y las negras consiguieron fácilmente la victoria después de 25. T2C, P4CR!; 26, T(2C) a 2A, D4A, etc. En general, el tratamiento cerrado de la partida siciliana no crea rnayores dificultades para las negras, y si las blancas realmente quisieran lograr la iniciativa, deben pues reconciliarse con la apertura de la columna AD, y atreverse ya en la etapa inicial a la iugado P4D. Por la presión que después de esta jugada se obtiene por parte de las negras sobre la columna AD, las blancas han de buscar compensaciones en el centro y en el flanco del rey. El combate se vislumbra con mucha agudeza y grandes complicaciones; prácticamente el panorama de este caso se desarrolla como

sigue: l. P4R, P4AD; 2. CR3A, CD3A; 3. P4D; PxP; Conformándose con la apertura de la línea AD, las blancas obtuvieron en cambio la libertad de maniobrar en el centro. 4. CxP, C3A!; Una de las ideas negras consiste: en no permitir a las blancas la jugada P4AD, después de la cual éstas logran una potente presión sobre el importante punto 5D blanco, y además, unido a la consecuente P3CD, haría inofensiva la presión negra sobre la columna AD. Si por ejemplo, las negras jugasen en vez de 4 ... , C3A!, 4 ... , P3D, las blancas habrían podido realizar ya 5. P4AD. Ahora tenemos bajo amenaza al peón blanco de 4R. 5. CD3A. . Aunque esto bloquea al PAD blanco, con todo ello es lo mejor. Si por ejemplo 5. P3AR, sigue 6 ... , P4D con excelente juego para las negras. 5 .. . , P3D; La tentativa negra de preparar inmediatamente ... , P4D, mediante 5 ... , P3R resulta al fin y al cabo en ventaja blanca; por ejemplo: 5 ... , P3R; 6. C(4D)5C, A5C; 7. P3TD, AxCj; 8. CxA, P4D; 9. PxP, PxP; 10. A3D, 0-0; 11. 0-0, y no obstante que las negras consiguieron conservar en el centro a su peón las blancas ocupan una posición excelente por la pose52

sión del punto 4D en conexión a la amenaza: A5CR. Además de todo esto, la apertura de la columna de Rey neutraliza en grado considerable, la acción de las negras sobre la columna AD. En los tiempos actuales esta variante no se adopta en partidas serias (torneos, matches, etc.). 6. A2R, P3R; La denominada variante de Scheveningen, basada en la acumulación de las fuerzas en el centro para preparar la voladura ... , P4D. Los peones 3R y 3D de las negras, cumplen la función de «alambre de púas», atajando la penetración blanca sobre la 4a. horizontal negra. En la época actual, ese sistema defensivo de la partida siciliana viene a ser el más popular. En los tiempos pretéritos preferían «la variante draconiana», cuya idea era el desarrollo lateral del AR negro por 2CR, para sostener la presión sobre el flanco dama de las blancas. En esta variante se juega aquí en vez de 6 ... , P3R; 6 ... , P3CR; 7. A3R, A2C; 8. P3TR, 0-0; 9. 0-0, A2D; 10. D2D, T1A. Las amenazas centrales por parte de las blancas, que se forman después de TD1D y P4AR ofrecen a éstas buenas chances para el ataque. En lo que respecta al contra-juego negro sobre el flanco dama, ello no siempre trae frutos ostensibles.

7. 0-0, A2R: 8. R1T, Así jugó primeramente Maroczy en su partida contra Euwe en el torneo internacional de Scheveningen, año 1923. Exactamente como en la «variante draconiana», las blancas preparan P4AR, apoderándose de las casillas centrales 5R y 5D blancas, en la esfera de la influencia de peones. La continuación de la partida MAROCZY - EUWE fue: 8 . .. , 0-0; 9. P4A, D2A; l0. C3C, P3TD; 11. P4TD, Las blancas obstaculizan el avance P4CD-5C que contiene en sí la amenaza al apoyo del peón de 4R blanco. 11 ... , P3CD; 12. A3A, A2C; 13. A3R, C5CD; 14. D2D. Las negras jugaron en este momento 14 ... , P4D, a lo que siguió: 15. P5R, C5R; 16. AxC, PxA; 17. D2A y mediante el ulterior traslado de la dama a 3CR, a las blancas les resultó posible emplazar un ataque peligroso. Débese reconocer, que el mejor sistema de ataque en la variante de Scheveningen viene a ser el transporte de la dama hacia el flanco rey D1D, 1R, 3CR, o bien, como en la partida Maroczy - Euwe: D1D, 2D, 2AR, 3CR. Las tentativas de crear la presión central, si las blancas se limitasen sólo a ello; resultan insuficientes para contrarrestar la iniciativa de las negras sobre la columna AD, y en general a la 53

acción negra sobre el flanco de dama. Aquí precisamente se evidencia el poder de la capacidad defensiva de los peones negros 3R y 3D. Para lustración de la función del «alambre de púas» puede servir la partida siguiente:

flanco de dama las negras siempre conservarán cierta prerrogativa, en razón de la columna AD. Por consiguiente es erróneo por parte de las blancas aceptar la lucha precisamente en aquella región, donde ellas están peor. 10 . .. , D2A; 11. C3C, P4CD; 12. P3A, T1D; 13. D1R, No es difícil observar que el frente de peones negros en el centro es tan sólido, que a las blancas no les queda allí nada que hacer. 13 . .. , C4R; 14. D2A, T1C; 15. A3D, C5A; 16. A1A, A2C; 17. D3C, T(1C)1A; 18. T(1A)1R, C2D; 19. P4A, A3AR; Amenazando ahora 20. . ., CxPC, las negras demuestran la superioridad posicional obtenida. La razón de ello es la enome pérdida de tiempo por parte del blanco, lo cual fue aprovechado por las negras, del mejor modo. En efecto, la dama blanca se ubicó en 3CR (viniendo de su casilla de origen: lD) en 4 jugadas, cuando fácilmente pudo haberlo realizado en dos tiempos únicamente. El PAR avanzó en 2 jugadas, en vez de una, hasta 4AR. El alfil blanco desde 1AR, se viene a 3D en dos jugadas, cuando era también suficiente una sola. Y por fin (como broche final), el paseo del otro alfil que va de 1AD a 3R y viceversa, tampoco puede llamarse trabajo útil. Así pues en la variante de Scheveningen las

JANOVSKY - Emanuel LASKER. New York, año 1924. 1 P4R, P4AD; 2. CR3A, CD3A; 3. P4D, PxP: 4. CxP, C3A; 5. CD3A, P3D; 6. A2R, P3R; 7 0-0, A2R; Hasta ahora como en la partida anterior de Maroczy - Euwe. Esta situación ha de considerarse como clásica para la variante de Scheveningen. 8. A3R. Maroczy jugó aquí 8. RlT; unido a P4AR, esto parece ser perfectamente razonable, ya que saca al propio rey de la desagradable diagonal lCR, 7TD, fácilmente accesible para la acción diagonal de las piezas negras. 8 . .. , 0-0; 9. D2D, P3TD; 10. TD1D, Alekhine considera a esta jugada natural, la fuente de ulteriores inconvenientes para las blancas y recomienda jugar en vez de la del texto, l0. P3AR. Es probable que l0. P3AR sea mejor que la jugada de la partida, pero el error básico de las blancas originase no en tal o cual jugada tomada aisladamente, sino en la falsedad de todo su plan. En el 54

blancas deben tratar de gastar lo menos tiempo posible para la obtención del contra-juego en el franco del rey. Maniobrar sin finalidades reales en el centro o la aceptación del combate en el flanco dama en condiciones peores, ¡¡resulta desde el punto de vista ideal accionar de manera irregular!! En general, resumiendo nuestras deducciones sobre la partida siciliana, es preciso señalar, que ella obliga a las blancas en todo caso a acciones agresivas. Cualquier retraso o indolencia en el juego blanco se castiga prontamente con la fácil contrainiciativa desarrollable por las negras en el flanco de la dama.

P5R, concentrando la propia atención sobre otras particularidades posicionales. De ninguna manera es tentador para las blancas la variante «del cambio»: l. P4R, P3R; 2. P4D, P4D; 3. PxP, PxP; después de lo cual tenemos en el centro un equilibrio estable de peones, y la única columna abierta la del rey, como resultado de las tentativas mutuas de luchar para poseerla, viene a ser el timón de muchísimos e infructuosos cambios. No pocas partidas, jugadas en esta variante, después de una lucha corta y sin contenido, terminaron en tablas. Puede ser que para los ajedrecistas que por su estilo son de iniciativa y complejos, la partida francesa no goce (para ellos) de la popularidad, como por ejemplo, de la siciliana. Al contrario, jugando para empatar, las blancas pueden fácilmente lograr su objetivo en la partida francesa, eligiendo la variante del cambio. Complicada y rica en contenido es la partida francesa, en las otras subvariantes: 3. CD3A y 3. P5R. En el primer caso el problema blanco consiste en la posesión del punto 4R con la realización de la preponderancia de peones en el centro; por ejemplo, después de 3 ... , PxP; 4. CxP. Propiamente dicho, a las negras les conviene rehuir este cambio. Los modernistas, en particular Nimzo-

*** 3) PARTIDA FRANCESA. l. P4R, P3R. Aunque la partida francesa no contiene para las negras contrarrecursos tan ricos como la siciliana, en cambio por eso su posición de peones resultante en el centro es mucho más sólida para las negras, y de hecho éstas consiguen equilibrio ya después de las dos primeras jugadas: 1. P4R, P3R; 2. P4D, P4D. Ya en la 3a. jugada a las blancas se les presenta el problema: comenzar la lucha con 3. CD3A por el punto 4R propio, o liquidar dicha lucha por el mismo punto, avanzando a 55

vitsch tratan de volverle a ella derecho de ciudadanía, apoyándose sobre la comprensión contemporánea de la lucha por (y en) el centro, a cuya cuestión dedicaremos un lugar especial en el capítulo IX de este libro, y en consecuencia nos permitiremos aquí no entretenernos ni interrumpir ahora la atención del lector sobre ello. Por parte del negro, como normal y mejor respuesta a 3. CD3A, se consideraba durante largo tiempo 3 ... , CR3A, porque mediante esto las negras refuerzan la contrapresión sobre el punto 5R (negro) y sostienen el equilibrio de peones en el centro. No obstante, hacia la misma finalidad, y con mayores posibilidades de iniciativa, conduce 3 ... , A5C que viene a ser considerada hoy como la mejor continuación para las negras, paralizando al caballo de 3AD, recomendada por Maroczy y definitivamente consolidada en la teoría ajedrecística por aquel conquistador incansable de nuevos espacios de apertura ─Nimzovitsch─, pone a las blancas de inmediato frente a la alternativa arriba indicada: o cambiarse en 5D(PxP) o moverse hacia adelante (P5R). La tentativa de defender al punto 4R mediante 4. A3D hace demasiado débil al punto 4D y luego de 4 ... , P4AD! las negras destruyen fácilmente al centro, lo-

grando excelente juego abierto en gracia a su magnífico desarrollo. Como desventajas de la jugada 3 ... , CR3A en comparación a 3 ... , A5C ha de considerarse también la posibilidad de la «política ligada» de las blancas. Efectivamente después de 3 ... , CR3A; 4. A5CR, A2R; 5. P5R, C(3A)2D; (más fuerte que 5 ... , C5R; 6. AxA, DxA; 7. CxC, PxC; 8. D2R y la posición negra es ya difícil), sigue: 6. P4TR. El denominado «Ataque de Chatard», introducido en la práctica por Alekhine en Manheim (año 1914), donde el campeón mundial derrotó brillantemente mediante dicha variante al maestro suizo Fahn. En la partida nombrada sucedió: (diagrama 53).

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6 ... , AxA; 7. PxA, DxP; 8. CR3T, D2R; 9. C4A, C1A; 10. D4C, P4AR; 11. PxP, PxP; 12·. 0-0-0, 56

P3A; 13. T1R, R1D; 14. T6T, P4R; 15. D4T, CD2D; 16. A3D, P5R; 17. D3C, D2A; 18. AxP, PDxA; 19. CxP, TRlC; 20. D3TD!, D2C; 21. C6D, C3CD; 22. C8R, D2AR. Aquí las blancas anunciaron mate en tres jugadas (23. D6Dj, D2D; 24. DxP, D2R; 25. DxD++). Si a 6. P4TR las negros rehusasen aceptar el sacrificio del peón y responden 6 .... 0-0 o 6 ... , P3TR, entonces, las blancas, jugando en caso primero 7. D4C o en el segundo 7. AxA con la consecuente 8. D4C, algo llegan a obtener. En realidad, la jugada 6 .... P3TR (o hacer P3TR más adelante) es inútil para las negras y hasta algo debilitante para su posición de enroque corto pues no es comparable con la jugada agresiva blanca 6. P4TR que introduce en el ataque a la torre de éstas (TR-3T-6T). En el dominio negro hay aún otra jugada activa: 6 ... , P3AR como jugó Maroczy contra Yates en New York en el año 1924. Las blancas continuaron: 7. PxP, CxP; 8. A3D, P4A; 9. PDxP, CD3A. Las negras obtuvieron, pues, la mejor colocación en virtud de su centro movible de peones. A la 7a. jugada las blancas debieron jugar; 7. A3D, PxA; 8. D5Tj, R1A; 9. T3T. con muy fuerte ataque. Es indudable que de esta manera la tem-

pestuosa idea de Chatard es extremadamente vivificante. Si los blancas no se animan a forzar el curso de los acontecimiento, entonces ellos deben buscar caminos para consolidar la clase de la propia posición, o sea, el punto 4R negro. Lo mejor de todo, se realiza esta idea con el siguiente sistema de desarrollo: 5. P5R, C(3A)2D; 6. AxA DxA; 7. D2D, 0-0; 8. P4A, P4AD; 9. C3A, CD3A; 10. P3CR. Si las negras jugasen ahora 10 ... , P3A (o P4A), entonces las blancas cambiando en 3AR negro, tomando al paso, o sino cambiando en 5AD blanco obtendrán la oportunidad de atacar el punto débil 3R de las negras, con la ayuda y el sostén del propio alfil (A3TR). Las negras consiguen fácilmente el equilibrio, después de la jugada de Alapín 7. C5CD (en vez de 7. D2D), jugando en su respuesta 7 ... , C3C! En este caso, el caballo dama de las blancas está en 5CD, inoportunamente, y ya después de ... , P3TD seguido de ... , P4AD, las negras comienzan a desmoronar la solidez de los peones centrales blancos. Es imposible reconocer como completamente satisfactorio el contra-ataque de MacCutcheon: l. P4R, P3R; 2. P4D, P4D; 3. CD3A, CR3A: 4. A5CR, AR5C; 57

Muy agresiva e interesante para las blancas es esta continuación, elegida por Bogoljubov en su partida con RETI en el torneo de Nueva York (año 1924): 5. CR2R, Es posible que desde el punto de vista de combatir por el punto 4R blanco, ello viene a ser la jugada ideal. Las blancas amenazan simplemente P3TD. En la partida siguió: 5 ... , PxP; 6. P3TD, A2R; 7. AxC. y luego 8. CxPR logrando ya la mencionada ventaja en el centro. Las blancas obtienen buenas chances también con la continuación antigua: 5. P5R!, P3TR; 6. PxC, PxA; 7. PxP, T1C; 8. P4TR, PxP; 9. D8T, D3A; 10. C3A. y las blancas comienzan sus operaciones en el centro y en el flanco del rey, con amplio margen. Mucho más débil para las blancas es: 5. PxP, DxP!; 6. AxC, PxA, y no obstante que el flanco rey negro está algo comprometido y los blancas consiguieron el dominio de peones en el centro (peón 4D). Las negras disponen de bastantes buenos contrarrecursos: dos buenos alfiles con óptimas chance para desarrollar su actividad, la columna de CR abierta y finalmente las perspectivas de ataque sobre el punto 5D negro de ambas partes mediante el avance de los peones de rey o AD.

En consecuencia, hay que hacer una cuidadosa deducción, de la que 3 ... , C3AR puede considerarse aproximadamente como defensa ideal, pero con la condición clásica de seguir, luego de 4. A5CR con 4 ... , A2R, después de lo cual, las blancas, sin embargo, se sentirían más libres en sus acciones. Puede ser que precisamente por esto la defensa antes mencionada, recomendada por Maroczy, 3. . ., A5CD en vez de 3 ... , C3AR, cada vez se encuentra más a menudo en la seria práctica de torneos. Examinemos lo siguiente partida: MARSHALL - NIMZOVITSCH Nueva York, año 1927. l. P4R, P3R: 2. P4D. P4D: 3. CD3A, A5C: 4. PxP. Con esta continuación, después de la cual las negras consiguen un macizo equilibrio de peones en el centro, el combate toma el cariz de la variante del cambio, de la que hemos hablado, caracterizado por la presión y contra-presión sobre la columna del rey que acaba de abrirse. Sin ninguna duda, las dificultades de apertura en este caso son insignificantes para las negras. Es sabido que Capablanca perdió su primera partida del match que sostuvo con Alekhine, eligiendo para las blancas precisamente esta variante. 58

Mucho más complejo resulta la continuación 4. P5R, difícilmente sometible a un análisis agotador, impidiendo el normal desarrollo del caballo negro a 3AR y abandonando la tensión de la estructura de peones en el centro; esta jugada tiene, empero, sus desventajas, en la posibilidad para las negras de una labor encubierta preparatoria de la voladura con ... , P4AD. En relación con esto, las negras consiguen oportunamente abrir a tiempo la importante columna AD, debilitar por medio del cambio en 4D, el puesto avanzado de peones en 5R blanco y reforzando a continuación la presión sobre 3AD blanco desarrollar una contrainiciativa sobre el flanco de dama. Es sumamente instructiva la partida que se realizó entre Emanuel LASKER (con las blancas) y MAROCZY, jugada en base a esta variante, en el torneo internacional de New York, año 1924. En esta partido sucedió: 1. P4R, P3R: 2. P4D, P4D; 3. CD3A, A5C; 4. P5R, P4AD; (El combate entra de inmediato en una faz bastante aguda): 5. P3TD, PxP!; 6. PxA, PxC; 7. PxP. D2A!; Ahora las blancas han de entregar un peón. La tentativa de aprovechar el desarrollo algo mejor y con ello compensar la preponderancia material no da mu-

cho a las blancas, puesto que la situación central de las negras es magnífica, y hay un gran número de debilidades entre las blancas; peón 5R, puntos 4AD, 3AD, peón 4CD que no permite a las blancas desenvolver la iniciativa sobre el flanco del rey sin obstáculos, lo que en verdad viene a constituir su plan principal. 8. C3A, C2R; 9. A3D, C3C; 10. 0-0, C2D; 11. T1R, DxPA; 12. A2D, D2A; 13. D2R, 0-0; 14. D3R, C3C; (diagrama 54).

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Las negras empiezan a apoderarse de las bases activas sobre el flanco de dama, y las blancas deberán tomar pronto las medidas defensivas contra los cambios y simplificaciones amenazadores. Aunque Maroczy perdió esta partida al fin, ello ocurrió en gracia a que en el momento crítico él no halló la continuación más fuerte, la cual debió en realidad adjudicarle el triunfo. Es indudable que la corrección 59

de toda la variante con el sacrificio del peón blanco es dudosa en sumo grado. En general, después de 4. P5R, P4AD!, no es ya tan fácil (al parecer) encontrar un buen remedio para las blancas. Algún tiempo, Bogoljúbov consideró como tal a la jugada 5. A2D! Dicha jugada es, a no dudarlo, interesante desde el punto de vista de que insiste precisamente sobre la debilidad del punto 3D negro que contiene en sí el avance P4AD. Con el cambio de ambos alfiles que corren en casillas negras, y por la amenaza que se encubre en la jugada de Bogoljúbow, este punto constituye un excelente objetivo para el asalto de la caballería blanca; después de 4. P5R, P4AD; 5. A2D (en vez de 5. P3TD), PxP; 6. C5C, las negras están constreñidas a perder tiempo para retroceder con su alfil, o jugando 6 .... , AxAj, aceptar un considerable debilitamiento de los cuadros negros en el centro. En esta situación las negras deben, lógicamente, conservar su alfil rey retrocediendo a 4A, y si P4CD volverse a lAR, tratando en adelante ─por algunas dificultades en el desarrollo─ jugar a lo «desordenado», contando con la vulnerabilidad del flanco de dama blanco. La partida MARSHALL NIMZOWICH prosiguió de la manera siguiente:

4 ... , PxP; 5. C3A. Aquí es necesario observar que la base de la defensa negra de su flanco rey constituye la contraposición de su alfil dama al alfil rey blanco. Por consiguiente, si las blancas jugaran en seguida 5. A3D, las negras deberían pensar y considerar la preparación de la contra-maniobra ..., AD4A. Según parece, tal preparación viene a ser la jugada 5. ..., C2R, pero a esto las blancas responden 6. D3A y la posición se complica fuertemente. Por consiguiente, a 5. A3D las negras han de jugar CD3A, asaltando al peón de 4D, y recién después de 6. CR2R (o 6. CR3A), 6 ... , C2R. 5 ... , C2R; 6. A3D, CD3A; 7. P3TR, A3D (diagrama 55).

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Las negras decidieron enrocar del lado de dama, y por eso el cambio del alfil rey blanco pierde para ellas todo su interés. Si, en cambio, con la intención de enrocar del lado del rey, lo que 60

resultaría por cierto un plan más sólido para las negras, éstas debieron naturalmente jugar 7 ... , A4A. La lucha ulterior entre los contrincantes, enrocados en distintos flancos, se desarrolló bajo un aspecto de agudeza excepcional, con ataques recíprocos sobre las posiciones de sus enroques. El vencedor resultó ser al fin Nimzowich, quien logró arribar a un final con un peón de más. Nuestras deducciones respecto a la partida francesa puedan ser formuladas así: elevan a las máximas complicaciones recíprocas, con mutuos chances, las variantes que corresponden al avance P5R blanco. Un juego todavía más rico ofrece a las negras 3 ... , AR5C. El cambio en 5D (blanco) simplifica la tensión central para ventaja negra. En contestación a P5R, la base del contra-juego negro consiste en la oportuna movida ... , P4AD. Diremos algunas breves palabras sobre el sistema de Tchigórin en la partida francesa. Después de 1. P4R, P3R; Tchigórin propuso la jugada 2. D2R, la cual él adoptaba muy a menudo contra los adversarios más peligrosos y no sin éxito (como, por ejemplo, en su match con TARRASCH). La idea de esta jugada es impedir para las negras 2 . . . , P4D, a lo que ahora seguirá 3. PxP, DxP; 4. CD3A, y las blancas ganan tiempo para el desarrollo.

Más tarde, cuando las negras preparen ... , P4D (por ejemplo, mediante la previa del C2R), las blancas, por el contrario, deben abstenerse del cambio en 5D, para dificultar en todas las maneras el desarrollo del alfil dama negro. Sin embargo, las negras, mediante 2 ... , P4AD, seguido de ... , A2R y . . . P4D, consiguen una situación enteramente promisoria en el centro, y en consecuencia igualan fácilmente las chances. LASKER y COHN en sus respectivas partidas con Tchigórin en el torneo de Londres (año 1899), respondían a la jugada 2. D2R, con más sencillez aún: 2 ... , P4R, considerando que la incómoda y desagradable posición de la dama blanca compensa suficientemente a las negras por la pérdida de] tiempo. Empero, jugando ahora 3. P4AR, las blancas pueden lograr un juego sumamente interesante y muy vivaz. Por consiguiente, ha de reconocerse a las jugadas 2 ... , A2R, y 2 ... , P4AD como los métodos más racionales y lógicos en respuesta a la jugada de Tschigórin. 4) DEFENSA ALEKHINE l. P4R. CR3A. (En el capítulo IX se examinará esta apertura). ***

61

5) DEFENSA NIMZOWICH 1. P4R, CD3A. Esta defensa requiere un original significado teórico únicamente en aquel caso, cuando las blancas jugasen 2. P4D, forzando inmediatamente las respuestas negras 2 ... , P4D o 2 .. , P4R. De las dos contestaciones, es preferible para las negras 2 ... , P4D. En caso de 3. PxP, DxP, las blancas no pueden evitar el movimiento negro P4R, después de lo cual la prerrogativa de los peones blancos en el centro desaparece y las negras llegan a obtener fácilmente un desarrollo magnífico. De esta suerte a las blancas les queda solamente continuar con 3. P5R. Si ahora las negras jugaran 3 ... , P3R, entonces se obtendrá la partida francesa con el bloqueado peón AD negro, que hace imposible la importante maniobra ... , P4AD. Por eso, las negras deben, naturalmente, buscar otros caminos, uno de los cuales consiste en 3 ... , AD4A; otro 3 ... , P3AR, iniciando inmediatamente la lucha por el punto 5R unido al sostenimiento del caballo negro en 3AD. Es fácil, sin embargo, convencerse que esta agresividad no conduce a nada claro ni tangible; por ejemplo: 3 ... , P3AR; 4. CR3A, A5C; 5. A2R, P3R; 6. 0-0, AxC; 7. AxA, PxP; 8. PxP (diag. 56)

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y ahora a las negras les es peligroso tomar ese peón por 8 ... , CxP; 9. A5T, P3CR; 10. T1R, con presión muy desagradable, unido a la amenaza blanca P4AR. Se llega, pues, a la deducción de que complicar el juego en el centro sin asegurarse el enroque, por lo menos para las negras, es arriesgado. En consecuencia, nos parece más sólido 3 ... , AD4A. Sin embargo, precisamente en este caso la situación de los peones blancos es extraordinariamente segura y sólida. Especialmente es desagradable para las negras el puesto avanzado en 5R blanco, que molesta al desarrollo del CR negro, y, a causa de ello, a todo el flanco del rey. Realmente, aún después de ... , P3R les será difícil a las negras desarrollar su AR, puesto que en 2R el AR negro ocupará el único cuadro factible para el CR. En relación a todo lo ex62

puesto, nosotros creemos que la vitalidad de la defensa de Nimzowich no está todavía demostrada y que actualmente, en respuesta a 1. P4R, es mejor rehuir la difícil jugada de apertura 1 ... , CD3A.

mejanza del gambito del rey, cada vez más pasa a la categoría de aquellas aperturas, las cuales sólo tienen interés histórico. Efectivamente, después de la continuación ejemplar: l. P4R, P4D; 2. PxP, DxP; 3. CD3A, D4TD; 4. P4D, CR3A; 5. C3A, las blancas poseen excelente desarrollo y ventaja en el centro. A 5 ... , C3A (para neutralizar la gravitación de las blancas sobre 5R), éstas juegan 6. A2D y ya obligan a la dama negra a sufrir inquietudes.

*** 6) PARTIDA ESCANDINAVA l. P4R, P4D. Hay que considerar a esta defensa insatisfactoria, porque desde un principio las negras realizan, sin necesidad, una serie de infracciones a los principios básicos de apertura; así, por ejemplo, la prematura salida de la dama al teatro del combate con la ausencia de objetivos concretos; la concesión espontánea a las blancas de la preponderancia de peones en el centro, sin ninguna compensación para ello; la obligada marcha extraviada (desorientada) de la dama sobre el tablero, y a causa de esto la ganancia de tiempos para el desarrollo de las blancas, etcétera. La partida escandinava quedó completamente desusada en la práctica de torneo y, a se-

*** Terminado el presente capítulo con esta breve observación sobre la partida escandinava, dedicada a los principios, por así decirlo, «no-abiertos», hemos de comprobar que en respuesta a l. P4R, además de la equilibrante jugada 1 ... , P4R, las negras disponen de algunas espléndidas continuaciones, que no sólo conducen a iguales chances en el centro, sino también están llenas de interesantes ideas de contrainiciativa.

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Ataques y Defensas después de l. P4D, P4D a) Defensa ortodoxa: b) Contraataque ─Pillsbury─ (variante Cambridge Springs): e) Gambito de Dama aceptado: d) Contra-gambito Albin: e) Defensa Tarrasch: f) Ataque Schlechter-Rubinstein: g) Stonewall (muro de piedra): h) Stonewall (por parte de las negras): i) Variante de Merano: j) Defensa eslava:

presente. Si la partida española se reconoce como el ideal de los combates abiertos en el centro, y la siciliana el de las luchas semiabiertas, la apertura de los peones dama con todo derecho puede ser llamada por la forma especial de su esencia: agrupamiento de aperturas cerradas. Esta apertura ─y en primer término su variante ortodoxa, a la cual está dedicado en grado considerable el famoso y célebre match CAPABLANCA - ALEKHINE─ fue introducida en la práctica ya en el siglo pasado por el conocido estratega ZUKERTOR, enriquecida en su caudal de ideas por el brillante talento de PILLSBURY y científicamente fundamentada por TARRASCH, RUBINSTEIN, SCHLECHTER y otros Grandes Maestros del siglo contemporáneo, es extraordinaria y excepcionalmente rica en profundas concepciones y, por consiguiente, re-

*** Todos los métodos de ataque y defensa arriba enumerados ─por cuya variedad se halla lejos de agotarse la etapa excepcionalmente rica en posibilidades, que es la apertura l. P4D; P4D─ , pueden ser unificados bajo el nombre: apertura de los peones de dama. Al examen de los principios estratégicos de esta apertura dedicamos el capítulo 64

quiere un estudio de especial atención.

PILLSBURY» y «DEFENSA TARRASCH»); esta defensa lleva en su germen dos jugadas: 4 ... , A2R, y 4 ... , CD2D. Ambas jugadas entran en el sistema de la defensa ortodoxa, y en esencia no difieren por el orden en que se efectúan. Considerando desde el punto de vista táctico, es sin embargo preferida 4 ... , CD2D, primeramente porque esta jugada contiene en sí la trampa, si las blancas se encandilan con la ganancia del peón ─después de 5. PxP, PxP; 6. CxP, CxC!; 7. AxD, A5CDj y las negras ganan una pieza─; y, además, ella deja todavía a las negras con la posibilidad de pasar a los agresivos medios del juego. Recién después de la ubicación del alfil rey negro en la 4a. jugada (o algo más tarde) sobre 2R, la variante queda en posición típica para ser considerada «defensa ortodoxa». De la manera siguiente se desarrollaba en esta defensa la 4a. partida del match: ALEKHINE-CAPABLANCA. l. P4D, C3AR; 2. P4AD, P3R; 3. CD3A, P4D; Entrando, por transposición, en la apertura de los peones dama. 4. A5C, A2R: La variante ortodoxa. Si las negras hubiesen jugado 4 ..., CD2D en vez de la jugada del texto, ellas habrían dejado tras sí todavía la posibilidad de la movi-

A) DEFENSA ORTODOXA Así como en la partida española la lucha se desenvuelve en torno al punto 5R blanco, en la apertura de los peones dama, y particularmente en la variante ortodoxa, el centro de los esfuerzos iniciales de apertura consiste en el punto análogo 5D de las blancas. La permanencia de las negras sobre este cuadro, con un peón bien defendido, crea un estable equilibrio de peones en el centro, y es por eso que alivia considerablemente a las negras su defensa central, y, conjuntamente con ello, toda su situación. En la posición después de 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R: 3. CD, CR3A: 4. A5C, vemos que la amenaza blanca consiste en 5. AxC, a lo cual las negras deberían responder con PxA para evitar la pérdida de un peón central, creándose una débil cadena de peones, después de continuar las blancas con 6. PxP, PxP. La defensa de esta amenaza es posible mediante varias jugadas, algunas de las cuales pertenecen a la variante ortodoxa; el problema básico consiste en renunciar a toda contra-tentativa, destinando todas las fuerzas para la defensa del punto 4D negro; (véanse más adelante «CONTRA-ATAQUE 65

da del alfil a 5CD, con lo cual se caracterizan las diversas formas del contra-ataque en la apertura de dama. 5. P3R, 0-0; 6. CR3A. CD2D; La dificultad de esta defensa para las negras consiste principalmente en que su flanco dama se halla cerrado. ¿Cómo deben ellas desarrollar su AD, por ejemplo, especialmente después de la siguiente jugada blanca? 7. T1AD. Si ahora las negras juegan 7 ..., P3CD, entonces después de 8. PxP, PxP; 9. D4T, A2C; 10. A6TD, los cuadros blancos sobre el flanco dama, y conjuntamente con ello, todo este lado se debilita peligrosamente, relacionado con la importancia del punto 4D negro. Este ataque blanco, elaborado por el gran maestro checoslovaco Duras, alejó de la práctica al indicado sistema de desarrollo por parte negra. Dicho sistema contradice además, la idea básica de toda la defensa consiste en la consolidación del punto 4D negro. Es por eso mejor para las negras postergar provisoriamente la preocupación del desarrollo de su flanco dama, hacia el cual no se observan peligros, continuar la fortificación de su posición en el propio punto 4D. 7... , P3A; Todavía hay en el centro equilibrio de peones, pero el blanco está considerablemente

superior, porque su flanco rey es más fácilmente adaptable a la movilización, no así el flanco dama. Y, no obstante, las blancas no pueden extraer ninguna ventaja real de su posición. Resulta, en efecto, que el equilibrio de peones en el centro viene a ser en este caso factor de mayor peso que el desarrollo de las piezas. Esta circunstancia refirma con renovada fuerza la extraordinaria función del peón central bien defendido. 8. P3TD?, ¿Qué inútil jugada a primera vista? Sin embargo, las negras respondieron a ella no menos expectativamente: 8 ... , P3TD?; Pero en realidad las dos jugadas llegan a constituir los eslabones del plan constructor por una parte, y sutil táctica por la otra. En vez de la jugada de la partida 8. P3TD, lo más natural para las blancas parecería ser completar la movilización de sus fuerzas, desarrollando el flanco rey mediante 8. A3D seguido del enroque. Para descubrir la táctica blanca es necesario analizar algo más profundamente en las siguientes lejanas posibilidades que se presentan para las negras en dicha variante. Previamente a ellas, están los cambios centrales, con el consiguiente desarrollo del AD negro mediante ... , P4R, o sino ... , P3CD seguido de 66

... , A2C y P4AD. Este plan presume la realización de una maniobra de suma responsabilidad, consistente en el cambio ... , PxP. La responsabilidad de este cambio para las negras se deriva de la simple circunstancia de que ellas mismas retiran su peón del centro, casi renunciando a su triunfo principal en esta variante: ─el equilibrio de peones en el centro─. Por ello, el cambio ..., PxP puede ser justificado sólo con los evidentes y forzados acontecimientos futuros, cuyo desarrollo debe compensar suficientemente a las negras por su patente concesión del centro. Esa compensación consiste para las negras en el ataque sobre el punto 4D blanco, por medio de P4R, o ya P4AD, con el consiguiente desarrollo completo de todas sus fuerzas. Volviendo al cambio ... , PxP, es menester formularse la pregunta: ¿en qué momento es mejor para las negras emprender tal cambio? Naturalmente después de que el AR blanco salga a 3D, porque en ese caso el alfil arriba a 4AD en dos jugadas, mientras que cuando se halla todavía en 1A, después de ... PxP, con AxPA, llegaría a 4A en una sola jugada. Por esta razón ambos bandos luchan por este tiempo, tratando de hallar jugadas aunque sean de espera, pero que objetivamente no debiliten la posición. Las blancas tratan, por el momento, de no

hacer ahora la jugada A3D, para no perder un tiempo después de ... , PDxPA ─mientras que las negras por su lado eluden el cambio ... , PDxPA entretanto las blancas no juegan A3D. En la sexta partida del match (así como en algunas siguientes) Alekhine renunció a combatir por el tiempo y jugó simplemente: 8. A3D en vez de P3TD. Siguió: 8. A3D, PxP; 9. AxP, C4D!; 10. AxA, DxA; para complicar la lucha Alekhine trató de recurrir a las maniobras de su CD; 11. C4R, C(4D)3A! (diagrama 57);

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12. C3C, D5Cj; 13. D2D, DxDj; 14. RxD, y no 14. CxD a causa de 14 ... , P4R! En la situación presente, que ha ocurrido en varias partidas del match, las blancas no consiguieron mucho, no obstante la provisoria superioridad de peones en el centro. En la 16a. partida del match, Capablanca continúa: 14 ... , P3CD; 15. P4R, T1D; 16. P5R, ClR; 17. R3R, A2C; 67

18. TRlD, P4AD!; 19. P5D, y luego de seguir con una serie de cambios se llegó a una entera igualdad posicional. En la 20a. partida, Capablanca jugó en la posición referida 14 ... , T1D, y a la respuesta inexacta 15. A3D?, con P4R, restableció no sólo el equilibrio central de peones, sino que obtuvo también un peligroso ataque después de 16. PxP, C5C (diagrama 58), etcétera.

cionar afortunadamente los problemas del centro y del flanco de dama por medio de 11. .., C(4D) 3C; 12. A3C, P4R; si ahora 13. P5D (diagrama 59)

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entonces 13 ... , C(2D) a 4A, y las negras poseen en 4R un importante puesto avanzado, y obtienen la posibilidad de desarrollar su flanco de dama. Volvamos a la 4a. partida del match: 9. D2A, T1R; 10. A3D; Las blancas consienten en perder el tiempo. Las negras amenazaban, con la jugada . . . P4CD, liquidar oportunamente la tensión de peones en el centro, lo que las blancas no anhelan mucho que digamos. 10 ... , P3TR; l l. A4AR, PxP; 12. AxP. En esta situación las negras logran a tiempo preparar la jugada liberadora ... P4AD. 12 . .. , P4CD!; Habría sido erróneo 12 ... , C4D?; 13. AxC, PRxA; 14. CxP y

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Así, pues, aunque la maniobra de Alekhine 11. C4R contradice a ciertas concesiones centrales de peones, las negras, empero, logran por ello el cambio de las damas, la movilización de toda su armada y gracias a las contra-amenazas . . . P4AD o . . . P4R obtienen, como se ve, todas las chances de partida igual. Si las blancas prefirieran en vez de 11. C4R 11. 0-0 con la entera realización movilizadora, entonces las negras obtienen también la posibilidad de solu68

no se puede 14 ... , PxC a causa de la pérdida de la dama después de l5. A7A. 13. A2T, A2C; 14. 0-0, P4AD (diagrama 60).

BLANCA. En su tiempo, Rubinstein trataba de aplicar aquí el enroque largo, jugando 7. D2A. Sin embargo, la dama blanca no se encuentra sobre la columna AD a entera satisfacción, y tomando las medidas inmediatas para abrir dicha columna, las negras hacen muy pronto sentir a las blancas las inconveniencias de este método de juego. Después de 7 ... , P4AD el centro se abre y se aclara aún antes de que las blancas enrocasen. En caso de 8. 0-0-0 las negras consiguen ya buenas chances para el ataque luego de 8 ... , D4T. Así, pues, 7. TD1A siempre ha de preferirse a la jugada 7. D2A. A las negras, por otra parte, les es mejor contestar moderadamente 7 ... , P3AD, después de lo cual su posición es bastante consistente. No es tan sólida la tentativa negra 7 . . . . P3TD. ya que respondiendo a eso las blancas con 8. PxP (véase el diagrama 61)

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Ahora las negras siguen desarrolladas, y el punto blanco 4D sufre una presión desagradable. Alekhine hasta prefirió sencillamente liquidarlo, jugando 15. PxP, CxP. después de lo cual no hay ventaja (y tanto menos prerrogativas) para las blancas. En los citados casos, no obstante las grandes dificultades, las negras resolvieron su problema defensivo con éxito. Volvemos a la posición básica de la defensa ortodoxo, hacia la cual podemos atribuir la situación que se obtiene después de las jugadas: l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. CD3A, CR3A; 4. A5C, CD2D; 5. P3R, A2R; 6. C3A, 0-0. Ya hemos observado con suma atención a esta posición en la cuarta partida del match ALEKHINE - CAPA-

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y compárese con el diagrama 62) 8 ... , PxP; 9. A3D, P3AD; 10. C4TD, llegan a obtener larga y durable presión sobre el flanco dama negro, en casillas negras mediante el traslado del caballo de 3A - 4TD - 5AD. Esta variante recibió el nombre de CARLSBAD. Empero, aún ahora las negras están más o menos fortificadas, pues que al problema básico de la apertura ─alcanzar el equilibrio de los peones en el centro─: se ha resuelto por ellas también aquí. La deducción de nuestro análisis sobre la defensa ortodoxa es que las negras pueden estar tranquilas por el centro dentro de las líneas examinadas. Y si es ya así, entonces ella puede ser reconocida como una de las más seguras. Su desventaja consiste solamente en aquella circunstancia de que es sumamente difícil lograr, dentro de esas normas, alguna contrainiciativa por parte del negro. Tampoco es sólida por sus ideas la tentativa de la jugada 6 ... , C5R (en vez de 6 ... 0-0), la cual conduce a un perjuicio evidente en el centro. Así jugaron en sus respectivos matches MARSHALL contra LASKER y contra CAPABLANCA, con las siguientes continuaciones: 7. AxA, DxA; 8. CxC, PxC; 9. C2D, P4AR; 10. P4AR (diagr. 63)

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y 7. AxA, DxA; 8. PxP, CxC; 9. PxC, PxP; 10. D3C (diagr. 64)

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o ya bien 7. AxA, DxA; 8. A3D (diagr. 65)

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y las blancas logran en todo caso una presión central desagradable para las negras. Pero lo mejor para las blancas es seguramente: 7. AxA, DxA; 8. D2A (diagr. 66),

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atacando el punto 3AD (blanco) las negras tratan de apoderarse de la iniciativa, conquistando el dominio del importante cuadro 4R (blanco o sea 5R negro). Al parecer, las negras conservan la igualdad sin particular esfuerzo, y para las blancas lo mejor es conformarse tranquilamente con 7. AxC, CxA; 8. A3D, cuidando su punto 4R y obstaculizando el avance negro P4R, que liberaría el desarrollo del flanco dama negro. Menos consideraciones merece la muy usual jugada 7. C2D. Aunque con esta jugada las blancas dominan el punto 4R, desclavando a la vez a su propio caballo; ellas, sin embargo, debilitan al mismo tiempo su importante cuadro crítico 4R, que proporciona en seguida a las negras la posibilidad de comenzar una lucha valiosa para éstas, por el avance P4R extraordinariamente importante para las mismas. Bogoljú-

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forzado 8 ... , CxC; 9. DxC, y a las negras les es difícil desarrollar su flanco dama. B) CONTRA-ATAQUE DE PILLSBURY (Variante «Cambridge Springs») Esta variante, cuyo creador es Harry N. Pillsbury, es conocida bajo el nombre de «Variante CAMBRIDGE SPRINGS». 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. CD3A , CR3A; 4. A5C, CD2D; 5. P3R, P3A; 6. C3A, D4T (diagrama 67).

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bov recomienda para las negras el método siguiente, aplicable a este caso: 7. C2D, A5C; 8. D2A, 0-0; 9. A2R, P4R; 10. PxPR, C5R; 11. C(2DxC, PxC; 12. 0-0, AxC; 13. PxA, CxP; 14. DxP, P3A (diagrama 68).

«Cambridge Springs» se debe reconocer como uno de los buenos métodos de apertura, activo y vivaz, lejos de hallarse pasado a la historia, tal como sucedió con algunas otras aperturas, abatidas y destrozadas por la teoría ajedrecista actual, a través de las normas modernas en las aperturas. C) GAMBITO DE DAMA, ACEPTADO Aceptar el gambito de la dama l. P4D, P4D; 2. P4AD, PxP; significa ceder a las blancas el dominio de la posición en el centro, cooperando para colmo, las negras al desarrollo de su contrario. Las negras no pueden conservar el peón de ventaja que poseen en este instante; ejemplo: 3. P3R, P4CD?; 4. P4TD, P3A; 5. PxP, PxP; 6. D3A (diagrama 69),

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Las negras están óptimamente desarrolladas. Si ahora las blancas jugaran 15. A4A, entonces les espera una sorpresa desagradable (como sucedió en una partida de Bogoljúbov) con 15 ... , A4A! ganando la dama, pues a 16. DxA, seguirá claramente ... , C6Aj. En síntesis, hemos de comprobar que en esta variante de ataque (mejor dicho de contraataque) de Pillsbury, las negras consiguen el desarrollo de su flanco dama, como también la nivelación de su posición central. Les es más difícil a las negras superar ambos problemas en la continuación 7. AxC arriba indicada, pero sin duda el juego

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ganando una pieza. Sin embar72

go, las blancas pueden, sin apurarse, recuperar al peón, continuando con 3. C3AR, consolidándose aún más en el centro. En la partida CAPABLANCA - BOGOLJUVOV del torneo internacional (año 1925) de Moscú, acaeció: l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. CR3A, PxP; 4. P4R, P4AD; 5. AxP, PxP; 6. CxP (diagrama 70).

D) CONTRA-GAMBITO ALBIN Este interesante contra-ataque, cuyo descubridor se considera al maestro vienés Albin, si hasta ahora no ha sido refutado con suficiente criterio convincente, por lo menos no goza de amplia confianza. La inmediata lucha de peones en el centro lleva a posiciones agudas y complejas. La idea de este contra-ataque consiste en el rápido desarrollo de todas las fuerzas negras y, por otra parte, resulta crear ciertos obstáculos para el desarrollo blanco. Después de l. P4D, P4D; 2. P4AD, P4R; 3. PDxPR, P5D, las blancas, como es fácil de observar, no pueden jugar: 4. P3R, por 4 ... , A5Cj; 5. A2D, PxP; 6. AxA, PxPj; 7. R2R, PxC=C +! y las negras ganan, porque a 8. TxC sigue 8 . . . A5C, ganando la dama blanca. Una tentativa inmediata, por parte de las blancas, de desembarazarse de la presión causada por el peón negro situado en 5D, resulta errónea, y a las blancas les es menester recurrir a algunos medios artificiales para esforzarse en cumplir totalmente su propio desarrollo. La práctica demostró que es mejor para las blancas desarrollar su AR a 2CR, donde podrá realizar su función sobre la diagonal 1TR8TD, que atraviesa el centro. Tomando en consideración que las

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Las blancas ya llegaron a ocupar una situación dominante en el centro. A 6 ... P4R seguirá sin duda 7. D5T. Ya después de tres jugadas más, Capablanca sacrificó una pieza y logró emplazar un ataque ganador. Está fuera de toda duda que la aceptación del gambito de dama en las primeras jugadas contraviene o infringe los principios básicos de la apertura, y seguramente por esto ha desaparecido por entero de la práctica de las serias contiendas.

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blancos tienen un peón de más, y que por ningún concepto concedieron el dominio del centro al rival, ha de reconocerse que la corrección del contraataque Albin debe ponerse en duda. Volvamos otra vez a la posición obtenida después de la 3a. jugada: 3. PDxPR, P5D. El peón blanco en 5R crea también dificultades para el desarrollo de las negras. Lo mejor para las blancas se considera aquí: 4. CR3A, CD3A; 5. CD2D, y las negras deben al parecer continuar con 5 .... , P3AR; 6. PxP, CxP; 7. P3TD (diagrama 71).

sacar de ello una suficiente compensación por el peón perdido». E) DEFENSA TARRASCH l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. CD3A, P4AD. Al igual que el gambito de dama aceptado, esta defensa debe ser reconocida en cierto grado como defectuosa si la examinamos desde el punto de vista del equilibrio de peones en el centro. En efecto, en vez de consolidar la clave posicional negra ─punto 4D─, la jugada 3 ... , P4AD debilita el punto citado, pues después de 4. PAxPD, PRxPD, precisará constantemente una cuidadosa defensa. Las blancas no deben jugar naturalmente para ganar inmediatamente al peón negro por medio de 5. PxP, P5D!, ya que con ello las blancas alejarían ellas mismas su peón del centro y habrían dado a las negras diversas posibilidades de contraataque; por ejemplo: 6. C4TD, P4CD! (Bogoljúbov). El remedio más efectivo, que refuta idealmente el contrajuego de Tarrasch, es el

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Después de esto para las negras no se ven continuaciones de ataque, mientras las blancas terminan con éxito su desarrollo mediante 8. P3CR y A2C. La valoración del contraataque Albin puede, sin duda, ser formulada así: «aunque las negras obtienen un retardo en el desarrollo blanco, no logran

F) ATAQUE SCHLECHTER - RUBINSTEIN l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. CD3A, P4AD; 4. PAxPD, PRxPD; 5. CR3A, CD3A; 6. P3CR!! En esta situación las blan74

cas juegan después de 6 ... C3A; 7. A2C (las jugadas 6 y 7 constituyen el ataque dicho). La única compensación por la debilidad del punto 5D para las negras puede resultar el rápido desarrollo de todas su fuerzas. Las ocupaciones centrales como 7..., PxP, 8. CxP, AR4A; 9. C3C (diagrama 72), 73

Ahora las blancas amenazan crear nuevas debilidades en el cuartel de las negras con el cambio en 6CD o 6AR, y también con la irrupción el caballo en 5AD. El peón central negro aislado y su movimiento siempre adelante, no contiene en sí reales perspectivas. Propiamente hablando el ataque Schlechter - Rubinstein viene a ser hasta cierto punto, una avanzada de aquella borrasca que llegó y penetró en la teoría de las aperturas bajo el nombre de hipermodernismo (ver capítulos finales).

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debilitarán todavía más la posición de las negras en el centro. Por esto, lo más ajustado para ellas es apurarse con el enroque: 7...., A2R; 8. 0-0, 0-0. Las blancas deben continuar tranquilamente la lucha por la futura debilitación del punto 5D: 9. A5Cj, A3R; 10. PxP, AxP; 11. TD1A, A3C; 12. C4TD (diagrama 73).

G) STONEWALL: MURO DE PIEDRA 1. P4D, P4D; 2. P3R, P3R; 3. P4AR. El único fundamento para tal construcción, lo constituye la aspiración a obstaculizar el desarrollo del AD negro, puesto que el movimiento ... ,P4R es ahora en 75

realidad difícilmente realizable. Sin embargo, la considerable debilitación del importante punto 4R central, y también la renuncia a la política agresiva con respecto al punto 4D de las negras, de ninguna manera pueden compensarse con la ejecución del problema secundario arriba indicado. Las negras consiguen fácilmente la igualdad, mediante varios caminos, incluso la contra construcción (las negras se construyen también, en oposición) del muro de piedra por medio de 3 ... , P4AR. Examinemos ahora la siguiente sucesión de jugadas: l. P4D, P4D; 2. P4AD. P3R; 3. CD3A, CR3A; 4. C3A. (Las blancas ocupan posiciones en el centro, no optando ahora por el ramal sumamente responsable AD5C), 4 ... , P3AD. Las blancas pueden naturalmente jugar aquí 5. AD5C, llegando hasta la defensa ortodoxa por transposición de jugadas o provocar al contrincante el contrajuego Píllsbury, empero en ambos casos y especialmente en el último, las negras como ya lo sabemos: pueden obtener suficiente iniciativa en el combate que se está desarrollando. Puesto que el contraataque Píllsbury se hace posible en gracia al transporte del AD al flanco rey, puede naturalmente surgir la idea por parte del blanco de abandonar el flanco rey para fun-

ciones defensivas, y continuar pacífica y modestamente el desarrollo de su flanco rey. 5. P3R. Ahora es inútil para las negras ocuparse en contraataque, en forma de ... , D4T o ... , AR5C, ya que el alfil blanco saldrá en el momento propicio a 2D, y rebatirá fácilmente todos los arranque y tentaciones negras sobre el punto 3AD blanco. Sin embargo, gracias a que, las blancas limitaron con la última jugada hecha la función de su AD, surgen para las negras nuevas posibilidades, una de las cuales constituye la tentativa de construir «su» muro de piedra, a saber: 5. C5R; 6. A3D, P4AR; 7. C5R, D5T; 8. 0-0, CD2D! Es sumamente importante obligar al blanco a hacer su siguiente jugada, ya que éste amenazaba AxC y luego P3AR con ataque peligroso sobre el centro 9. P4A. Se llegó a la posición en que ambos tienen «su» respectivo muro de piedra («doble» Stonewall, diagrama 74).

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En el centro se creó un equilibrio de peones súper estable, que simboliza la entera igualdad posicional. Sin embargo, si antes a 5 ... , C5R, los blancas cambian con 6. CxC, PDxC, para continuar 7. C2D, P4AR; 8. P4A, ellas estarán mejor que sus rivales, las negras, gracias a la posesión del importante punto central 5R; por esta razón, hacer el muro de piedras, por parte negra, puede ser justificado sólo en aquel caso, si las blancas renunciasen al cambio de caballos, que es natural y enteramente saludable para las mismas.

En esta jugada al parecer inofensiva hállase contenido mucho veneno, descubierto por RUBINSTEIN en el año 1924 en el torneo de Merano, por cuya razón la variante obtuvo este nombre. La mencionada partida BOGOLJUBOW - WILNER continuó 6. A3D, PxP; 7. AxP, este cambio con el consiguiente ataque enérgico de las negras sobre el flanco de la dama, se convierte prontamente en un estratégico desenvolvimiento de los sucesos en plena batalla tempestuosa. En esta metamorfosis consiste la quinta esencia de la «variante MERANO». 7 . .. , P4CD; 8. A3D, P3TD! (diagrama 76).

H) VARIANTE MERANO l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AR, C3AR; 4. C3A, P3A; 5. P3R. En la famosa y célebre partida BOGULJUBOW - WILNER del campeonato confederativo del año 1925, el Sr. Wílner jugó 5 . .. , CD2D (diagrama 75).

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La jugada más substancial y esencial de la variante completa, porque solo esa jugada crea una amenaza básica de todo el contrajuego de las negras ─el avance P4AD. No es evitable con 77

9. P4TD, P5C; 10. C4R, P4A. Si a la 8a. jugada las blancas hubieran retrocedido con el alfil a 3C, orientándose sobre la diagonal 2TD, 8CR, ellas habrían cedido al AD negro ─su rival─, la importante diagonal 6TD, lAR y en vez de 8 ... , P3TD, las negras contestarían entonces 8 ... , P5CD! y si las blancas juegan a esta 9. C2R sigue 9... , P4AD, y las negras están desarrolladas perfectamente, mientras que la cuestión de la movilización del flanco dama está ante las blancas con todas sus dificultades. Por este motivo, las blancas deben provocar inmediatamente el combate en el centro, aprovechando la circunstancia de que las negras se atrasaron con el enroque. Esta lucha puede ser provocada por las blancas solamente por medio de: 9. P4R, P4AD; 10. P5R, PxP (diagrama 77);

centro se desembaraza de peones, y se convierte en la plaza de la batalla general, aun antes de efectuarse los enroques. Para ventaja negra sería enseguida: 11. PxC, PxC. La continuación 11. C4R, C4D, recomendada por Freymann, contiene en sí el sacrificio del peón por la complicación posicional. BOGOLJUBOW opina, que las negras pueden defenderse aquí con éxito: 12. 0-0, A2R; 13. P4TD, P5C; 14. T1R, P3TR; etc. (diagrama 78).

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11. CDxPC. Dicha jugada fue ensayada por primera vez por BLUMENFELD. 11 . . . , CxP!, Contrajuego de SOZIN (excelente jugador de 1a. categoría, perteneciente a la juventud rusa), pleno de magníficas chances. Las negras conquistan desde ya la posición en el centro. 12. CxC, PxC (diagr. 79);

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El combate adquiere de pronto un aspecto violento. El 78

las damas. La agrupación de peones en el centro les promete en caso de complicaciones algunas contrachances. El veneno Meranense es en todos los casos más peligroso para las blancas, que el veneno CambridgeSprings, donde las negras se mantienen en 4D. Es una de las más populares defensas de la apertura de peón dama y pertenece a la táctica mixta de la defensa tenaz e inesperada contravariantes.

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13. 0-0?, Esto ya es malo. Las negras respondieron 13 ... , D4D, y teniendo un peón de más y situación dominante en el centro, vencieron al adversario, muy rápidamente. La lucha por el triunfo (desde el punto de vista blanco) puede continuarse únicamente por medio de: 13. AxPj, A2D; 14. CxA, D4Tj; 15. A2D, DxAR; 16. CxCj, PxC; 17. D2R (diagrama 80).

J) DEFENSA ESLAVA. (Llamada también «defensa checa o rusa») l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3A. Exactamente como en la jugada 2. . ., P3R, las negras consolidan por esta vez el punto crítico de 5D, con el PAD. Además ellas dejan para sí la posibilidad del desarrollo del AD hacia el flanco rey. Como fue anteriormente señalado, la dificultad del desarrollo del AD negro, procura a las negras mucha molestias. En fin, la jugada 2 ... , P3AD oculta y encubre el designio sutil de aceptar repentinamente el gambito blanco en 4AD, para que, mediante ... , P4CD defender en lo futuro su adquisición. Si las blancas juegan 3. P3R que viene a resultar una jugada extremadamente pasiva, las negras continuando aunque sea

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Las negras no deben naturalmente consentir en cambiar 79

con . . ., P3R y luego ... , P4AR, pueden conseguir «fundar» el muro de piedra, lo que les dará la posibilidad de defender con éxito su centro. Igualmente fuerte estarán las negras también después de 3 ... , CR3A con las consecuente: P3CR, A2C y 0-0. El peón negro en 2R se queda así en su lugar, y después de la debida preparación marchará oportunamente de un solo tiempo directamente a 4R. El desarrollo inmediato del alfil negro a 4AR, tentador al parecer, en realidad es prematuro, puesto que debilita el flanco dama de las negras. En la partida Alekhine - Capablanca (Nueva York, año 1924) ocurrió: l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3AD; 3. CD3A, CR3A; 5. P3R, AD4A; 5. PxP!, PxP; 6. D3C. No les queda nada a las negras; estas no tienen otro remedio que volver con su alfil al lugar primitivo, lo que fue hecho, obedientemente, con 6 ... , A1AD. Las negras debieron haber jugado 3 ... , P3R o CD2D, en vez de 4 ... , A4AR, para trasladar eventualmente la lucha futura por «rieles Meranenses». Las negras consiguen fácilmente la igualdad también de l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3A; 3. CD3A, CR3A; 4. C3A, PxP! Lo mejor es aquí 5. P4TD!, A4AR; 6. P3R, CD3T! El caballo tiende a

ocupar la debilitada casilla 5CD (negro). Esta jugada fue hecha primeramente por Lasker en su partida contra Verlínsky en Moscú el año 1925. Esta partida continuóse así: 7. ARxP, C5CD; 8. 0-0, P3R; 9. D2R, A2R; 10. C5R, 0-0; 11. P4R, A3C; En la situación presente la ventaja blanca parece ser indudable gracias a la preponderancia de peones en el centro. Pero la desgracia de las blancas consiste en que su centro de peones es inestable. El peón en 4D es positivamente débil, y el CD negro excelentemente ubicado en 5CD, dificulta las maniobras blancas en la espalda de su armada de peones. Las negras amenazan preparar la ya conocida invasión y voladura: el movimiento P4AD. Se siguió: 12. CxA, PTxC; 13. A3R, D4T; 14. TR1D, TDlD; 15. P3A, P4A; 16. P5D, PxP; 17. PxP, P3T (diagr. 81.)

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Ahora las blancas tienen un 80

peón aislado, débil en 5D, que aunque pasado, está casi bloqueado; mientras que en el centro, las negras están por lo menos no inferior que las blancas, en vista de la presión de su AD sobre el importante punto estratégico 5D negro. En el torneo de Kíssingen, año 1928, Capablanca, en su partida con Spielmann, jugó en vez de 5. P4TD, 5. P3R, P4CD; 6. P4TD, P5C; 7. C2T. (En respuesta a 7. C1CD, AD3T, recomendado por Alekhine para las negras; jugada muy fuerte, a la vez defensiva y de desarrollo). 7 ... , P3R; 8. AxP, A2R; 9. 0-0 0-0; 10. P3CD, P4AD (diagrama 82).

mente inadecuada, y para cuyo traslado al centro se necesitarán no pocos tiempos, que las negras aprovecharán para la movilización completa de todas sus fuerzas. 11. A2C, A2C; 12. C1A, C3A. Las negras están desarrolladas, y las blancas no hallan nada mejor que liquidar su peón central mediante 13. PxP a lo que seguirá 13 ... , C4TD (diagrama 83),

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con acción reforzada de ambos alfiles por parte de las negras. De este modo la defensa eslava viene a ser considerada como una de las mejores y de los más activos medios de contrajuego en la apertura de la peón dama, y puede ser que los más sobrios por parte de las blancas sea: 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P3AD; 3. PxP, PxP; 4. CD3A, CD3A; 5. C3A. Es claro y evidente, sin embargo, que en este caso el centro en equilibrio, y las blancas no pueden pretender ninguna ventaja.

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El punto 4D se ataca desde el flanco, como en algunas variantes de la defensa ortodoxa, y también en la variante Merano. Así a las negras les resulta cómodo, desarrollar su AD a 2C. Por otra parte el caballo blanco queda en 2TD, en situación suma81

Terminado nuestra breve reseña de este sistema defensivo de la peón dama, nosotros podemos hacer una deducción en relación a la jugada 1 ... , P4D, o sea la misma conclusión análoga a que llegamos cuando en respuesta a l. P4R, las negras hacen 1 ... , P4R. Con la simétrica 1 ... , P4D, pueden, sin duda, las negras mantener el equilibrio en el cen-

tro, defendiéndose de varias maneras. La contra-iniciativa en este caso se concentra para éstas cerca de la jugada muy modesta 2 ..., P3AD (Merano, Cambridge, Springs, defensa eslava. Pero antes de pasar a los contra-ataques de apertura de las negras en estilo «hipermoderno», veamos y examinemos brevemente, la denominada partida holandesa.

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APERTURA HOLANDESA a) Gambito Staunton. b) Variante normal. c) Nuevo sistema. A semejanza del contrajuego de la siciliana después de l. P4R, P4AD, el sistema defensivo holandés elígese con preferencia principalmente por su tendencia hacia los medios agresivos del combate. Las negras jugando la partida holandesa, esperan que a cada instante, lograrán abrir tarde o temprano la columna «AR», por medio del cambio del peón negro de 4A con el PR blanco, o sino hacer del propio PA el caudillo de la falange de peones asaltantes a la posición del enroque enemigo. Si las blancas se limitan con la maniobra defensiva P3R en respuesta a la estabilización del puesto avanzado de las negras en 4AR, entonces las negras obtienen chances de cierto peso, en razón de la influencia dominante sobre las casillas blancas centrales 5D y 4R, de las cuales la clave

particularmente importante viene a ser el punto 4R. Con toda su agresividad ideal la jugada 1 . . ., P4AR tiene, sin embargo, sus aspectos sombríos también. La jugada que consideramos a la luz meridiana de los hechos, no coopera de ningún modo a la movilización de las fuerzas y además casi en seguida descubre, en parte, al propio Rey. Precisamente sobre estas dos desventajas está construido el sumamente peligroso ataque para las negras, denominado: a) GAMBITO STAUNTON 1. P4D, P4AR; 2. P4R. El motivo de este inesperado sacrificio del peón blanco, consiste en la gran movilización de todas las piezas blancas, las cuales en lo futuro desarrollaran una labor excepcionalmente armónica en atacar la debilitada posición del rey negro. La partida 83

LASKER - PILLSBURY, desenvolvieron en su lucha del modo siguiente: l. P4D, P4AR; 2. P4R, PxP; 3. CD3A, CR3A; Es obvio, que está mal 3 ... , P4D; 4. D5Tj, seguido de 5. DxPD, recuperando el peón y quedándose con posición considerablemente mejor. 4. AD5C, P3A; Tampoco ahora sirve 4 ... , P4D por 5. AxC y luego de 6. D5Tj, el peón dama estaría nuevamente perdido. Con su última jugada las negras consienten en devolver su peón de más en cambio de lo cual, han de equilibrar la estructura de peones en el centro y desarrollar las fuerzas de su flanco dama. Ellas proyectan lograr todas estas ventajas mediante el contraataque sobre el flanco dama, ya debilitado por el retiro del AD blanco; ejemplo: si 5.AxC,PRxA; 6.CxP, D3C (he aquí la circunstancia de hallarse «ausente» o mejor; eliminado el AD blanco, por cuya razón, esa pieza no puede intervenir en la defensa del flanco nombrado), 7. T1C, P4D y las negras consiguieron todo a lo que aspiraban mientras que para las blancas, tenemos que todo su flanco rey está aún inmóvil. Pero la cuestión está precisamente en que las blancas no están dispuestas de ninguna manera a conceder toda su ventaja en el centro, sólo por un peón. En

vista de lo cual se siguió no con 5. AxC, sino con: 5. P3A!, PxP; Las negras prefieren conservar por lo menos el peón, por la situación perdida. Un mal menor es de todos modos el combate por el centro mediante 5 ... , P4D. En verdad las negras se atrasan con esto con su enroque y se exponen a un ataque peligroso. Sin embargo, defendiéndose en el centro ellas conservan algunas contrachances. Las blancas deben jugar muy preciso, para poder del mejor modo aprovechar sus propios recursos. 6. CxP, P3R; 7. A3D, A2R; 8. C5R, 0-0; 9. AxC, TxA; 10. D5T, P3C; La situación negra ya es crítica. El flanco dama negro está congelado, cuando ahora toda la armada blanca está movilizada por entero. Deben seguir (y siguen en realidad) acciones resueltas: 11. CxPC! La realización material de la ventaja de posición. Es evidente, que las blancas ahora deben ganar. Para evitar este ataque tempestuoso, las negras deben jugar 1 ... , P3R y recién después (si las blancas no desea entrar en la partida «francesa» por medio de 2. P4R, a lo cual las negras deben estar también preparadas, para variante), mover 2 ... , P4AR. Después de esto la defensa 84

holandesa pasa a su

4. A5CR, A2R; Como fue señalado más arriba es preferible: 4 ... , A5Cj. 5. CD3A, 0-0; 6. P3R, Habría sido prematuro AxC, con la continuación P4R, puesto que abrir el centro con el flanco rey, sin desarrollar, y anteriormente al enroque es demasiado riesgo. 6 .. . , P3CD; 7. A3D, A2C; 8. 0-0, DlR; Es preferible la situación blanca, ya que en el centro ellas poseen una clara superioridad de peones, y además el puesto avanzado en 4D se halla a la cabeza del grupo central de peones, magníficamente consolidado. Antes de liquidar la única chance negra ─su presión sobre el punto 4R (blanco)─ las blancas con una serie de maniobras en el flanco dama, logran debilitar totalmente la fuerza posicional negra. 9. D2R, C5R; Las negros no quieren permitir 10. P4R. 10. AxA; CxC; 11. PxC, DxA; 12. P4TD, AxC?; Este reconocimiento del dominio blanco en el centro es innecesario. Era menester originar alguna contra-tensión en el centro, que no desligase a las blancas de su atención; además en caso oportuno podría crear chances en el centro. Las negras debieron jugar inmediatamente 12 ... , P4AD!

b) VARIANTE NORMAL. l. P4D, P3R; 3. P4AD (o 2. CR3A), P4AR. En esta variante el eje del combate lo constituye el punto 4R blanco. Las blancas deben aspirar a la preparación del avance P4R, para de esta manera librar a este punto de la presión ejercida sobre él por parte del PAR, negro. La conquista del cuadro 4R por las blancas equivale a la refutación de la jugada 2 ... , P4AR, especialmente, en aquel caso cuando las negras desarrollaron su AD a 2C (P3CD, y luego A2C). La lucha por el punto 4R se desarrolló en la forma siguiente, en la partida: CAPABLANCA - TARTAKOWER (N. York, año 1924). l. P4D, P3R; 2. CR3A, P4AR; 3. P4AD, CR3A; Observamos inmediatamente que la función del AR negro en su lucha por el centro en la partida holandesa, como defensa es nula. Es enteramente lógico, en consecuencia, intentar su cambio, mejor que todo, por el CD blanco, quien al contrario desempeña una función bien importante en el ataque sobre el punto 4R. De esta manera en seguida o en lo futuro (y en caso de 2. P4AD, aún en la segunda jugada), es totalmente natural para las negras, el jaque con el alfil en 5CD. 85

y si 13 TR1C, sigue 13 ... , P3D; 14, P5T, CD2D, preparando P4R. Pero si a 12 ... , P4AD, las blancas juegan de golpe 13. P4R, entonces 13 ... , PxPD; 14. PAxPD, PxPR; 15 AxP, AxA; 16. DxA, C3A y la debilidad de los peones blancos deja a las negras lindas posibilidades de contrajuego. 13. DxA, C3A; 14. TR1C, TD1R; 15. D3T, T3A; 16. P4A, C4T; 17. D3A, P3D; 18. TRlR, D2D; 19. P4R!!, Por fin las blancas resuelven el problema de la apertura y se apoderan definitivamente del propio punto 4R, después de lo cual quedan amos del centro (diagrama 84).

bajo el punto de vista de la lucha por el punto 4R. Aun así, éstas tratan de impedir el jaque en 5CD, haciendo la jugada P4AD en lo posible recién después del enroque, y presionando sobre o a través del punto 4R, con el alfil por la diagonal 1TR, 8TD, desarrollándolo en 2CR. La desventaja de este desarrollo lo constituye alguna debilidad de la posición del enroque blanco a causa de la jugada P3CR. Además en 3D, el alfil blanco, desde el punto de vista de su posible participación en el ataque sobre el rey enemigo, está probablemente más activo que en 2CR. En la conocida partida BOGOLJUBOW - ALEKHINE (Hastings, 1922), las negras lograron rápidamente el equilibrio en el centro, y consiguieron gradualmente la iniciativa, después de las jugadas iniciales. l. P4D, P4AR; 2. P4AD, Ya que las blancas decidieron elegir el sistema del «fianchetto» del AR era, pues, mejor de golpe 2. P3CR o 2. C3AR no permitiendo el jaque ventajoso para las negras en 5CD. 2 . .. CR3A; 3. P3CR, P3R; 3. A2C, A5Cj!; 5. A2D, AxAj; 6. CxA, CD3A; 7. CR3A, 0-0; 8. 0-0, P3D; Ahora se evidencia que las blancas no pueden impedir el movimiento ... , P4R, después de lo cual las negras restablece el equilibrio y no tienen ningunas

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c) SISTEMA NUEVO l. P4D, P3R: 2. P4AD, (CR3A!), P4AR; 3. P3CR El nuevo método de juego de las blancas en la partida holandesa, se construye también 86

dificultades en el desarrollo. 9. D3C, R1T: 10. D3A, P4R; Habiéndose consolidado en el centro y creado en él ciertas amenazas, las negras pueden ahora comenzar ya el ataque sobre la posición del enroque blanco, mediante el traslado de la dama al flanco rey (D-1R-4TR). De esta manera las blancas pueden sacar poco provecho de la ventaja provisoria en el centro con P4AD todavía antes del enroque, si las negras logran jaquear en 5CD. Por eso, después de l. P4D, P3R; 2. CR3A!, P4AR; 3. P3CR!, la defensa negra no es tan sencilla, puesto que la colocación del alfil en 2CD, queda dificultada y además, ella no tiene ya aquella razón ni significado, como en caso del desarrollo del AR blanco a 3D. La única tentativa, que promete relativamente para las negras una situación sólida y segura es la construcción del «muro de piedra», mediante: 3 ... , P4D; 4. A2C, CR3A; 5. 0-0, A2R; 6. P4AD, P3AD; 7. C3A, 0-0. Por medio de una pequeña transposición de jugadas se llegó a la misma posición en la partida entre I. RABINOVICH (Blancas), BOTVINNIK del campeonato de U. R. S. S., año 1927. La dificultad del desarrollo del AD negro y la debilidad del punto 4R de las negras en el centro hace preferir la situación blanca. El equilibrio de

peones en el centro, sin embargo, obstaculiza enormemente el aprovechamiento de las indicadas ventajas, como, por ejemplo, en la variante ortodoxa de la apertura de los peones dama. En la partida nombrada, se continuó: 8. D2A, D1R; 9. A4A, D4T; 10. TD1D, CD2D; 11. P3C, C5R; 12. C5R. La situación negra es ahora embarazosa, porque no está en grado de impedir el desagradable ataque sobre el centro después de la ineludible jugada P3AR, a realizarse tarde o temprano. Al parecer la defensa holandesa da esperanzas a las negras en su defensa para conseguir la igualdad (y en algunos casos hasta obtener la iniciativa), solo en aquel caso, cuando logran el cambio precoz de su AR, si es posible por el AD blanco. Sin embargo, aún en el caso del cambio, las negras no consiguen rehuir posiblemente las dificultades en el nuevo sistema de juego por parte blanca. En la variante «normal», la prolongada ventaja de las blancas en el centro crea habitualmente en la lucha futura, un favorable ambiente posicional. Naturalmente que las blancas deben obstaculizar el avance del peón negro a 4R; es decir, el plan de la «contradefensa». La iniciativa se traduce en la lucha por el movimiento P4R o P5D, por parte del blanco .

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ESTRATEGIA HIPERMODERNA l. Sistema indio: l. P4D, CR3A. a) Neo-India o defensa india del oeste. b) Variante Marienbad. c) Antigua India o defensa india del este: I: Subvariante de los 3 peones. II: Defensa Grünfeld. III: Ataque de los 4 peones. 2. Sistema RETI: 1. CR3A, P4D. a) Defensa de ambos flancos: b) Defensa New York: c) Contraataque Blumenfeld. En los primeros dos decenios del siglo contemporáneo, la teoría de las aperturas estaba bajo el signo del completo dominio y reinado de las aperturas de la peón dama y de la partida española. Esto se explicaba por el hecho que, como principio capital era sustentada la teoría de las maniobras y estructura de los peones centrales, que ya fue ex-

puesta en los primeros capítulos de esta obra, y se la consideraba sin exceptuar la lucha por el centro. Primeramente NIMZOWITSCH, y después algunos otros teóricos del arte ajedrecista, empezaron a pregonar en la teoría de las aperturas respecto a la lucha por el centro, un punto de vista más amplio, con el criterio de otorgar atención mayor a la presión de las piezas sobre el centro. Desarrollando sus ideas en esta dirección y extendiendo los propios análisis en el sentido de la profundización de la teoría de no sólo las 4 casillas del centro, sino del espacio total del tablero de ajedrez, o sea del AJEDREZ POSICIONAL, en general los innovadores transformaron gradualmente sus conceptos en una serie de principios y situaciones, las cuales en conjunto recibieron la denominación de la 88

«escuela supercontemporánea», «hipermodernismo», «ultramodernismo», «nuevas ideas», «neo-romántica», etc. (Uno de los autores que más han contribuido a la innovación en el ajedrez, es A. Nimzowitsch, cuyas obras «Mi Sistema» y «La Práctica de Mi Sistema», pueden considerarse lo rnós avanzado que se haya escrito sobre ajedrez hipermoderno. (Ambas obras se encuentran publicadas en castellano por la Editorial Grado). (Nota del editor). Con respecto a ello, la jugada 1. P4R, si no resultó objetable por crítica alguna, en todo caso cayó bajo su cañonazo cruel y atroz. ¿Para qué situar un peón sobre un cuadro indefenso (que en este momento no se halla defendido, pero tampoco atacado), exponiéndolo a la posibilidad de algún ataque, y además perdiendo un tiempo precioso, puesto que de la jugada de este peón la acción de las piezas con respecto al centro no se desenvuelve de ninguna manera? La jugada 1. P4D es, por el contrario, tolerable, de acuerdo al concepto de los modernistas, porque en 4D el peón está defendido. A los alfiles hay que desarrollarlos por los flancos; es decir, sobre las casillas 2CR, y 2CD de ambos bandos respectivos. Solamente desde esas casillas que cruzan al centro sobre las grandes diagonales, la acción de las

piezas (los alfiles, acaso la dama, no otras piezas) con su influencia sobre el centro será máxima. ¿Por qué limitar la función estacionaria del peón en la apertura con su provisoria situación sobre los cuadros centrales? ¿Por qué no extender la función de los peones hacia aquella actividad en que les es tan inherente, en sus variadas posiciones del juego medio? Expresándonos de otra manera, diremos, ¿por qué, antes de mover los peones centrales hacia el centro, no preparar en éste, un ambiente propicio en relación a la noción de las piezas en el cual las movidas de los peones resultasen, no sólo como maniobras de ocupación de deterninadas posiciones, sino también como golpes, demoledores de las fortificaciones del contrario en el centro? En fin, ¿acaso realmente es tan importante tener sobre alguno de los cuadros centrales un peón? Esto no es, naturalmente malo, pero únicamente es aceptable en aquel caso, cuando tal peón puede, quedar defendido firmemente y sin peligro, aunque en este último caso es hasta preferible, y quizás más importante, y más útil sostener, en vez del peón, una pieza en el centro, o bien hasta renunciar al peón central para extender la acción de una cierta pieza de lejana actividad en especia por una 89

diagonal (alfil o dama en una de las dos largas diagonales), pieza a la cual, como es bien sabido, con mucha frecuencia molestan más aún los peones propios que los peones del contrario. Todas estas cuestiones y sus derivaciones fueron muy agudizadas por los hipermodernistas en los últimos decenios, lo que, en síntesis, hizo crear toda una serie de métodos profundamente meditados del tratamiento de aperturas sobre bases de nuevas comprensiones del centro y función de los peones. La novísima estrategia, que con mucha frecuencia deja a los peones centrales durante largo tiempo en sus cuadros iniciales, crea estructuras posicionales muy complejas que se caracterizan generalmente con la retardada entrada de los peones en la faz central de la lucha (combate del medio juego). Al número de los más difundidos sistemas neo-modernos de apertura pertenece:

vencernos y corroborar la exactitud de esta afirmación. Y a la primera jugada negra testimonia el deseo escudriñador de investigar prácticamente aquellos problemas antes enumerados, los cuales el hipermodernismo propone al arte ajedrecista. Este sistema sirve como uno de los senderos, por el cual las negras al parecer buscan para sí contra-iniciativas, teniendo fe en la posibilidad de su rápida obtención. En efecto, ¿acaso con la jugada 1 ... , CR3A las negras no tratan de comenzar de inmediato la acción de las piezas en el centro, pasando por alto el equilibrio de peones, y encarando con sangre fría al temible y formidable puesto avanzado del rival en 4D, que se consolidará gradualmente hasta su conversión en una fortaleza inexpugnable? Después de 2. P4AD las negras perderán la posibilidad de la oposición de peones por medio de 2. . ., P4AD, por la simple respuesta PxP. Verdaderamente luego de 2 ... , P3R, éstas obtienen la posibilidad, ─independientemente de la contestación blanca─, de volver a la apertura de ]a peón dama (3. P5D, es evidentemente desventajoso para el blanco), lo que es bueno recordarlo. Esto significa que ya con su primera jugada las negras se toman, al parecer, no pocas responsabilidades y obligaciones.

l. SISTEMA INDIO: a) Neo-India del oeste Este sistema se caracteriza por la primera jugada que se efectúa con el CR negro, y se encuentra muy a menudo en la práctica contemporánea de los torneos, a pesar de la completa certeza, de que es más sólido 1 ... , P4D, como pudimos antes con90

En la mayoría de los casos, la jugada 1 ... , CR3A se elige, sin embargo, por los partidarios del sistema indio, quienes prosiguen hasta el fin este método en la lucha futura, que se desenvuelve, en consecuencia, por el centro. En la partida DUSCHOTIMIRSKY - ROMANOWSKY (Moscú, 1925) acaeció: 1. P4D, CR3A; 2. CR3A, P3R; 3. P3R, Indiscutiblemente más enérgico es aquí 3. P4AD, no cerrando a su propio alfil en 1AD. Igualmente bueno es 3. A5C. Después de la jugada del texto, las negras pudieron demostrar con la jugada 3 ... , P4D, más tarde o inmediatamente, la absoluta igualdad central. 3 . .. , P3CD; 4. A3D, Como en la partida holandesa, las blancas preparan la movida P4R. En concordancia al espíritu del sistema indio, las negras no obstaculizan ese movimiento, conformándose con orientar únicamente la influencia de las piezas hacia el centro. 4 . .. , A2C; 5. D2R, P4AD!; Una de las más importantes jugadas de voladura en la defensa india. Su idea viene a ser aprovechar la situación del PD blanco para la abertura de la columna AD y para que, en caso que las blancas (como sucedió en esta partida), quieran conservar en el centro el puesto avanza-

do de dos peones (ambos peones centrales), debilitarlo, aislándolo de la agrupación de peones del flanco dama, guiándose por el clasicismo ajedrecístico. 6. P3A, A2R; 7. 0-0, 0-0; 8. P4R, PxP; 9. CxP (diagr. 85);

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Pero era mejor, de todos modos jugar para conservar el centro de peones. Los puntos 5R y 5AD sirven ahora como bases espléndidas para operaciones de las piezas negras. 9 ... , P3D; 10. TlR, CD2D; 11. A2A, D2A; 12. A5C, C4A; 13. CD2D, P3TR; 14. A4TR, A3T; 15. D3A, C(4A)2D; 16. D3T, TRlR; 17. P4AR, ClA; Las blancas tienen todavía la ventaja de los peones en el centro. 18. TD1D. C4T; 19. P3CR (diagrama 86),

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algo descuidado del centro por parte del blanco: pues, no habiéndolo asegurado y hecho inatacable, las blancas comenzaron el juego por los flancos. El sistema de juego negro con el fianchetto del AD viene a ser conocido bajo el nombre de partida Neo-India o del Oeste, y el sistema del fianchetto del AR conócese bajo el nombre de India antigua o del Este. Naturalmente que en la Neo-India o del oeste, las blancas deben accionar enérgicamente en el centro, más aún que lo que pasó en el ejemplo examinado. Esta apertura se desenvolvió de la manera siguiente en la partida RUBINSTEIN - ALEKHINE del torneo de Semmering (año 1926): l. P4D, CR3A; 2. P4AD, P3R; Aquí se puede jugar también 2 ... , P3CD, pero con la condición de efectuar después de 3. C3AD, A2C; el avance P4D en una de las siguientes jugadas, y renunciar a la irrupción ideal del centro mediante la previa organización de la influencia de las piezas sobre el mismo centro. 3. C3AR, P3CD; 4. P3CR, En la partida Samisch Alekhine del torneo Pystián (1922), las blancas desarrollaron su alfil sobre 3D, después de lo cual las negras, habiendo conquistado el punto 4R blanco, les causaron a éstas no pocas difi-

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19... , C3A; 20. P4CR, C3C; 21. A3CR, P4R!; El primer peón central de las negras recién a la jugada 21!) irrumpe en el centro con la bayoneta calada. Dentro de tres jugadas le sigue el compañero: el peón dama. 22. P5A, ClA; 23. C(4D)3A, C(1A)2T; 24 A4TR, P4D (diagr. 87).

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Ahora obtienen las negras preponderancia en el centro, y la posición blanca queda rota. Este éxito negro se explica, por el trato 92

cultades. En esta partida, sucedió: 4. CD3A, A2C; 5. P3R, A5C; 6. D2A, C5R; 7. A3D, P4AR; 8. A2D, AxC; 9. AxA, 0-0; 10. 0-0-0. Las negras se atrincheraron con solidez, y su base de piezas equilibró la prerrogativa de los peones blancos en el centro. 4 . .. , A2C; 5. A2C, Este contra-juego blanco sobre la diagonal larga se considera el mejor contraveneno para el ataque de la Neo-India sobre el 5R negro, por parte de éste. 5 .. . , A5Cj: Precisamente este jaque «malo», trae como consecuencia para las negras buenos frutos. Su idea consiste en cambiar oportunamente al alfil, en caso de A2D o C3A, pero en caso de CD2D trabar el desarrollo del flanco dama de las blancas. En ambos casos, las negras logran tarde o temprano arraigarse con ventaja en 5R, o sino, conseguir cambios de peones en el centro, obteniendo también el cambio de alfiles, que ocupan las diagonales largas, después de lo cual, la posición del enroque de las blancas, se debilita considerablemente. 6. CD2D, 0-0; 7. P3TD, A 7. 0-0, como jugó BOGATIRCHUK por telégrafo en su partida contra ROMANOWSKY (año 1929), siguió: 7 ... , P4AD; 8. C3C, PxP; 9. C(3C)xP, P4D; 10. C5R, A3D; 11. C3D, C5R!, y las negras

amenazan desde este instante acapararse la iniciativa. 7 ... , A2R!; El alfil negro no ha perdido el tiempo en vano, llegando a 2R, de 1AR, en dos jugadas; no se trata sólo de que las blancas gastaron tiempo para efectuar 7. P3TD, cuya utilidad puede ser puesta en duda, sino también de otra circunstancia. Precisamente con el jaque en 5CD las negras lograron que el flanco de dama blanco necesite ahora medidas extraordinarias para su desarrollo, y además las negras pueden sentirse más libres en el centro a causa de la ausencia del caballo blanco en 3AD (especialmente en relación al punto 5D blanco). 8. 0-0, P4D; 9. P4CD. Algo más enérgico es aquí 9. C5R, puesto que a la jugada de la partida siguió 9 ... , P4AD! con fuerte choque en el centro, que se definió rápidamente en ventaja negra. Volviendo a la jugada 8a. de las negras /8 ... , P4D/, ha de señalarse su completa conformidad; pues no es el movimiento del PR, si no el golpe del PD el que está como base del contrajuego negro. Un plan inexacto habría sido 8 . . ., P3D? seguido de CD2D, y luego P4R; las blancas habrían cerrado el juego en el centro mediante P5D y hubieran obtenido una iniciativa magnífica en am93

bos flancos (P4CD y P4AR). Puesto que en el número de las ideas de la defensa Neo-India uno de los lugares preferentes lo ocupa la idea holandesa (la ocupación del punto 4R blanco), las negras deben pues obstaculizar el movimiento del peón blanco, colocado en 4R. Para esto es menester, cumplir minuciosamente el orden de las jugadas en todo el sistema. Si después de 1. P4D, CR3A; las blancas juegan 2. C3AR, las negras pueden contestar con toda tranquilidad 2 ... , P3CD. En caso de 2. P4AD, es más lógico para las negras 2 ... , P3R y si C3AD, entonces 3 ... , A5C; 4. D3C, P4AD, etc. Por cuanto la posición negra está rica en contrachances, lo muestra la partida I. RABINOVICH - ROMANOWSKY del torneo Moscovita (año 1925). De modo, pues, que nos convencemos de que el jaque en 5CD de las negras es enteramente razonable y lógico, exactamente como en la partida holandesa. Es considerablemente más difícil para las negras desarrollar el juego en torno al punto 4D, en aquel caso, cuando ellas limitan la acción de su alfil con la salida a 2R, por ejemplo: l. P4D CR3A; 2. P4AD, P3R; 3. CR3A, P3CD; 4. P3CR, A2C; 5. A2C, P4AD; 6. P5D!, Idea de Rubinstein, cuya esencia consiste en la organiza-

ción del asalto de peones en el centro. 6 . .. , PxP; Obligado, porque si no, las blancas jugarán CD3A y, en consecuencia, P4R. 7. C4TR. No es malo aquí también C5CR. Las negras pasan grandes dificultades, y la irrupción inevitable, tarde o temprano, de una pieza blanca sobre 5D, debe neutralizar completamente la acción del alfil negro en 2CR y mantendrán al centro bajo la amenaza de la invasión de la infantería blanca. Hasta que las negras no llegaron a la conclusión de la necesidad de la jugada A5CD, las blancas jugaban audazmente hacia la presión central por medio de P4AD en la segunda o tercera jugada. Pero después de que el jaque en 5CD ha conquistado el derecho a la ciudadanía, se tuvo que poner bajo duda la posible utilidad de la jugada P4AD antes del enroque. Así, pues, se desarrolló la idea de la Neo-India occidental. *** b) VARIANTE MARIENBAD: El incansable teórico de posiciones iniciales de apertura ideal, Akiba RUBINSTEIN, probó en Marienbad el sistema sin 94

P4AD. Sin embargo, esto desliga a las negras las manos en relación al punto 5D, y les da la posibilidad de sentirse en el centro no solamente tranquilas, sino hasta cierto punto con iniciativas. En la partida RUBINSTEIN - NIMZOVITSCH, del torneo de Marienbad (año 1925), ocurrió: 1. P4D, CR3A; 2. CR3A, P3CD: 3. P3CR. Así, pues, el movimiento habitual del peón AD blanco se posterga por tiempo indefinido. 3 .. . , A2C; 4. A2C, P4AD!!; En esta jugada está la esencia de la estrategia ¡neo-moderna! por parte negra. Sin hablar de la intención negra de romper inmediata y repentinamente el puesto avanzado de las blancas, que éstas mantienen en el centro; las negras ya amenazan lograr ciertas debilidades en la futura posición del rey blanco. Por ejemplo, si ahora 5. 0-0, sigue 5 ... , PxP; 6. CxP, AxA; 7. RxA, P3CR!, y las negras teniendo en perspectiva el asalto de peones al centro, con su reserva de peones en 2D y 2R en unión con la vertical AD abierta, pueden considerar su problema de apertura satisfactoriamente resuelto. Si las blancas juegan 5. P3R en vez de 5. 0-0, entonces las negras continuando 5 ... , P3CR y A2C, reforzarán gradualmente la presión en el centro. Recién a 5. P3AD!! las negras deben responder con prudencia 5

... , P3R! ya que a 5 ... , P3C hubiese sido desagradable la jugada blanca D3C con amenazas de PxP y C5R, pues esta última jugada habría constreñido a las negras la movida del PR, que habría hecho sensible la debilidad surgida en el punto 3AR. En todas esas variantes, las negras dominan sobre casillas blancas en el centro, lo que viene a ser en cierto modo no poco consuelo. Es muy posible que precisamente en razón de estas consideraciones, Rubinstein resolvió renunciar al peón central y jugó: 5. PxP! PxP: 6. P4AD, P3CR!; 7. P3CD, A2C: 8. A2C, 0-0: 9. 0-0, CD3A: 10. C3A, P4TD (diagrama 88).

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De ahí la posición típica para la apertura ultra-moderna!; los cuatro alfiles están en fianchetto; tres de los cuatro peones centrales en sus posiciones iniciales; los caballos antagonizan y se contienden armónicamente en el 95

centro. Las negras están situadas quizás algo mejor, gracias al hecho de que en el centro su masa de peones es más compacta. Es de esta manera que ese sistema de defensa, que ha recibido el nombre de Marienbad, muestra convincentemente que la renuncia blanca a jugar prontamente P4AD desliga a las negras las manos, y en vez de la defensa inmediata del centro, con las fuerzas contantes, ellas logran concentrar con armonía la acción de casi toda su armada en dirección al centro. La novísima estrategia de las aperturas hizo gestar también una nueva forma del tratamiento del centro. Antes se conocían sólo dos estados del centro: el centro sin peones (por su cambio), que significaba la simplificación posicional, y el centro ocupado por los peones, que se hallaba ligada a cierta tensión. El hipermodernismo expuso en la teoría de las aperturas (hasta del medio juego también) una tercera concepción: el centro libre de peones, pero que se encuentra bajo la amenaza del ataque de éstos. Ese estado del centro define su nueva estrategia de piezas. La plaza central ya no sirve como base de operaciones para éstas. Ella resulta constituir únicamente el objeto del ataque desde los flancos, en donde ambos bandos tratan de llevar este cañoneo

hasta el máximum, y recién después ya atreverse al asalto central mediante la infantería. c) INDIA ANTIGUA DEL ESTE Mucho muy raramente se encuentra en la práctica la defensa india del este (antigua o llamada oriental), basada sobre el fianchetto del AR negro. La idea de este fianchetto consiste en la presión negra sobre los cuadros negros centrales. Las desventajas de este sistema son: una cierta debilitación de la posición del enroque y la relativa limitación en la elección de planes futuros. Para las blancas existen por el momento dos formas de juego fundamentales: 1) ataque del centro con la masa de peones; 2) construcción en el centro del puesto avanzado con fuerte apoyo y sostén de los peones por parte de sus piezas. El plan de este segundo tipo se ilustra con la partida: SPIELMANN - BOGOLJUBOV, (Kissingen, año 1928). l. P4D, CR3A; 2. P4AD, P3CR; 3. P3CR. En respuesta a 3. CD3A Grünfeld recomienda 3 ... , P4D. Hasta la jugada CD3A, el movimiento 3 ... , P4D no contiene en sí la gravedad que señala Grünfeld. La esencia de la cuestión está en que después de 3. CD3A, P4D!; 4. PxP, CxP, las negras asaltan al caballo blanco de 96

3AD, y si las blancas no quieren perder un tiempo para su retiro, no tienen, en consecuencia, otra cosa que hacer, que jugar sobre la formación del centro de peones por medio de 5. P4R. Pero a esto sigue indudablemente 5 ... , CxC; 6. PCxC, A2C, y más tarde las negras logran efectuar la conocida voladura por medio de P4AD, después de lo cual la posición blanca en 4D y 3AD comienza a quedar suspendida. Este contrajuego obtuvo el nombre: «defensa Grünfeld». A las blancas, sin duda, no les conviene el cambio en 5D, a la 4a. jugada, pero para ellas es mejor jugar 4. CR3A, consolidando ulteriormente, mediante la jugada P3R, el punto 4D. 3 .. . , A2C; 4. A2C, 0-0; 5. CR3A, P3D; Mientras que en la defensa Neo-India el contra-juego negro en el centro ─con la orientación sobre los cuadros blancos─, está concentrado principalmente alrededor de la ofensiva avanzadora del PD, en la antigua India las negras tienden hacia la preparación del movimiento de los peones del Rey, o AD con la «intención» de atacar los cuadros negros. 6. 0-0, CD2D; 7. CD3A, P4R; Con toda seguridad las negras debieron probablemente preparar con T1R y C4TR un ataque más fundado en el centro.

8. PxP, Al parecer el incomprensible cambio, ya que las blancas se privan de un peón central, consintiendo la prerrogativa de peones de las negras en el centro. Empero, el flanco dama negro embotado y la brillante influencia de las piezas blancas sobre el centro en conexión al excelente desarrollo de las mismas las incita hacia la inmediata abertura de la columna de dama por la cual ellas logran irrumpir en el cuartel del contrincante, demostrando por lo mismo lo prematuro de la movida del PR negro. 8 ... , PxP; 9. P3TR, P3AD; 10. A3R, D2R; 11. D3C, P3TR; 12. TRlD, R2T; 13. P5AD! (diagrama 89).

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Con su última jugada las blancas fijan el «agujero» en 6D blanco, y el juego lateral de las negras ( ... , C4TR y ... , P4AR), naturalmente no puede compensar Ia presión de las piezas blancas 97

en el centro. Este ejemplo evidencia claramente, que la labor subterránea de las negras debe comenzar en aquel momento, cuando las piezas de su flanco dama pueden ser movilizadas sin particulares dificultades. Como ejemplo de la voladura contemporánea del centro por parte negra que sirva de modelo la partida siguiente: MARSHALL - RETI (Nueva York, 1924). 1. P4D, CR3A; 2. CR3A, P3CR; 3. P4AD, A2C; 4. C3A, 0-0; 5. P4R. He ahí con qué posición se caracteriza la sub-variante de los tres peones en la partida de la antigua india. Más adelante nos encontraremos aun con «la variante de los 4 peones». Los ataques de peones sobre el centro, que no encuentren de tiempo en tiempo resistencia por parte del adversario, tienden todavía desde el principio de la apertura a la finalidad de crear la amenaza de la voladura, invasión e irrupción. Compensaciones por esa amenaza (y a veces por la voladura ya ocurrida), ven los hipermodernistas en la pronta y precoz desnudez del rey rival, y también en la considerable debilitación de sus cuadros centrales. 5 . .. , P3D; 6. A3D, A5C; 7. P3TR, AxC; 8. DxA, C(D)2D; Con esta jugada las negras dominan la clave posicional, o sea el punto 5R blanco que luego

ocupan. 9. A3R, P4AD; 10. P5D, C4R; 11. D2R, CxA; 12. DxC, C2D; (diagr. 90).

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Las negras están bien desarrolladas y tienen buen juego en el centro sobre los cuadros negros. Un carácter más especial contiene en sí el «ataque de los cuatro peones», que ha sido aplicado y usado reiteradamente por Alekhine en Nueva York (1924). Veamos pues, una de esas partidas: ALEKHINE - Eduardo LASKER. l. P4D, CR3A; 2. P4AD, P3CR; 3. CD3A. Aclaremos, que «4 peones», con cuyo nombre llamamos esta variante, son los PEONES AD, D, R y AR. En gracia a ello ya que en el «cuarteto» de peones toma participación provisoria también el PAR, las blancas se abstienen (hasta la jugada P4AR), de la jugada CR3A. En vez de ello, ellas 98

hacen la jugada 3. CD3A, a lo que las negras pueden ya, si quieren rehuir la variante de los 4 peones mediante, 3 ... , P4D abocando el juego a la agresiva defensa Grünfeld. En consecuencia las blancas pueden lograr la subvariante de los 4 peones solamente en aquel caso en que las negras no desean elegir la defensa Grünfeld. 3 . .. , A2C; 4. P4R, P3D; 5. P4AR, 0-0; 6. CR3A (diagr. 91);

con el centro de las blancas que está descubierto; además, el enroque de éstas no se halla preparado y sus fuerzas aún no están desarrolladas. Precisamente en esta variante, cuando las blancas se lanzan audazmente al asalto sin el apoyo de las piezas y con el rey en descubierto, a las negras, en este caso, no les conviene perder tiempo. Marshall jugó aquí 6 .. , CD3A. Eduardo Lasker tampoco respondió lo suficientemente sólido: 6 . .. , P4R; 7. PAxPR, PDxPR; 8. P5D!. Ahora la partida blanca es mucho más preferible por la amenaza de la voladura mediante P5AD. No es bueno por el contrario 8. CxP, P4AD! y el centro blanco se desmorona, y mientras que para las negras crece su contraataque sobre el rey blanco, éste va quedando cada vez más en descubierto. Volviendo a la situación del diagrama 91, debemos aguzar nuestra atención sobre 6 ... , P4AD! en nuestras búsquedas de contra-juego inmediato, y si ahora 7. PxPA, sigue certeramente 7 ... , D4T; 8. PAxPD, CxPR; 9. PxP, T1R; y el ataque negro es poco probable que fuese rechazado. Si las blancas juegan 7. P5D en respuesta a 6 ... , P4AD!!, entonces, aprovechando la circunstancia de que el rey blanco se estancó en el centro, lo mejor de to-

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La opresión blanca con sus peones es aquí sumamente desagradable y Alekhine en sus partidas con YATES y MARSHALL, aprovechando la situación peculiar de la opresión, logró rápidamente posiciones ganadoras. Sin embargo, ambos adversarios de Alekhine manifestaron en sus defensas una cierta pasividad, no avalorando ni la potencia del ataque de peones blancos, como tampoco las propias posibilidades correlacionadas 99

do será ocuparse inmediatamente en la abertura de las columnas centrales: 7 ... , P3R; 8. A2R, PRxPD; 9. PRxPD, CD2D; luego T1R, y C1AR, A5CR sin temer rotura de peones por parte del blanco y orientándose tranquilamente sobre las casillas negras centrales. A no dudarlo, hasta el ataque de los «4» peones no es intimidante ni espantoso para las negras: todo lo contrario, él les crea hasta chances excelentes en el sentido de un contra-juego. Finalizado el examen del sistema Indio, nos limitaremos únicamente a una deducción cuidadosa: las blancas no pueden sacar nada de esta apertura por el camino del juego agresivo de los peones del centro. Estos se deben consolidar, ya que hicieron la primera jugada (l. P4D), sin forzar los acontecimientos ni el puesto avanzado de los peones; calculando debilitar a las negras con el tiempo en el medio juego, repeliendo el contraataque negro.

examen en párrafo aparte, ello se debe primeramente a la nomenclatura establecida en la teoría de las aperturas, después por respeto a la memoria del creador genial y propagandista de dicho sistema a quien pertenece la primogenitura en el asunto de la idea principal formulada en el sistema total del hipermodernismo. El sistema Reti, descansa en base al fianchetto doble, y por su estructura, recuerda fuertemente a la defensa negra en la variante de Marienbad de la defensa india. Es obvio que las blancas pueden considerar, su plan inicial de apertura cumplido en más de la mitad, si las negras renunciaran repentinamente a la lucha central y jugaran 2 ... , PxP. Las blancas pueden jugar asimismo 3. P3CR y 3. D4Tj, y, en consecuencia, 4. PxPA, o hasta 3. CD3T. Contra la última jugada trató SPIELMANN de crear un contrajuego festivo y divertido mediante: 3. CD3T, P4R!?; 4. CxPR, AxC; 5. D4Tj, P4CD; 6. DxA, A2C. Aquí, sin embargo, jugando por obediencia según la indicación del Dr. TARTAKOWER 7. P3R con la amenaza de romper la agrupación de peones de las negras con la jugada 8. P3CD, logran las blancas un juego ideal, y magnífico. Mucho peor es de golpe 7. P3CD, D3D; y está prohibido 8. A2C por 8 ... , P6AD! con

*** 2. SISTEMA RETI l. C3AR. P4D; 2. P4AD. a) Defensa de ambos flancos. En su esencia este sistema no se diferencia mayormente del sistema indio (este u oeste), y si nosotros hacemos resaltar su 100

la ganancia de una pieza blanca. No son fundados por parte del negro, cualquier contra-ataque de peones, en el centro, como en la partida india por parte blanca, así más o menos: l. CR3A, P4D; 2. P4AD, P5D. Avanzando más su peón, las negras expondrán, no sólo a los cuadros blancos en el centro, sino convierten en débil al mismo PD; un peón ─notémoslo bien─ no lateral, sino central, lo que es particularmente importante en este caso. Después de 2 ... , P5D: 3. P4CD. P4AD; 4. P3R las negras obtienen una situación claramente endeble, mientras que las agrupaciones de las piezas y peones blancos, sosteniéndose mutuamente con armonía, en cada paso, con cada jugada, refuerzan siempre más y mejor su influencia en el centro. Indudablemente que la idea defensiva más correcta contra el sistema Reti lo constituye la creación de un puesto avanzado en 4D, vigoroso y robusto, para que, oponiéndose a los designios centrales blancos, puedan comenzar la demostración en los flancos debilitados de las blancas por el avance de los peones CD y CR. Otro sistema se tiene con la preparación de la rotura del centro por los peones.

Este último sistema se denomina así por la simple razón de que su bautismo de batalla, lo recibió en Nueva York el año 1924, en la partida RETI - Emanuel LASKER, que se desarrolló como sigue: l. CR3A, P4D; 2. P4AD, P3AD; 3. P3CD. A4A; En esta salida del alfil que ya toma parte en el juego en su lucha por el centro, consiste hasta cierto grado el principal motivo de la defensa de Nueva York. Observemos, que, en vez de 3. P3CD las blancas podrían hacer 3. D2A, después de lo cual las negras habrían debido seguir con 3 ... , CR3A; 4. P3CD, P3R, etc. Así, pues, las blancas pueden evitar y rehuir a voluntad el contrajuego preconizado en New York. Todavía está en pie el problema, si es que hay algún sentido en colocar a la dama en 2AD, donde en sustancia su situación un tanto ambigua no puede suponerse ni buena ni satisfactoria. La partida RETI - LASKER, continuábase del modo siguiente: 4. P3CR, CR3A; 5. A2CR, CD2D; 6. A2C, P3R; 7. 0-0, A3D; 8. P3D, 0-0!; Sería prematuro para las negras la inmediata movida del PR, porque a 8 ... , P4R?; 9. P4R! y a las negras les está vedado el tomar el PR blanco porque después de 9 ... , PDxPR, sigue 10. PDxPR, CxP; 11. C4TR y aquéllas

b) DEFENSA NEW YORK

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pierden una pieza, y a la retirada del alfil proseguirá un ataque pujante al centro: 9 ... , A3R; 10. PRxPD, PxP; 11. P4D!, P5R; 12. C5CR, etc. 9. CD2D, P4R; 0. PAxPD, PxP; 11. T1A. Si con las blancas hubiese jugado un «clásico», éste, ante el centro amenazador de peones del adversario, no se habría contenido probablemente de buscar la posibilidad en lograr el equilibrio total por medio de: 11. P4R, PDxPR; 12. PxPR, AxP; 13. CxA, CxC; 14. CxP (diagrama 92)

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En vez de esta simplificación las blancas promueven un plan completo de refuerzo futuro para presionar más el centro, coordinándolo con la gravitación de las torres sobre la columna abierta AD. 11 . .. , D2R; 12. T2A, P4TD!; Una de las objeciones clásicas contra el fianchetto (en el caso presente ocurre en el flanco dama, en el flanco opuesto del rey, el modelo de acción correspondiente en el caso análogo se hubiera expresado con el movimiento del PTR). Sintiéndose por ahora seguras en el centro, las negras comienzan con esta jugada operaciones laterales del flanco. El objeto de la última consiste en la abertura de la columna TD mediante la subsiguiente ... , P5T y la debilitación del PCD blanco en 3C, después de ... , PTxPC. Dicha operación matan las blancas todavía en embrión con su próxima jugada, por cierto alto precio

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y del centro negro no quedó nada. La continuación posible de la variante arriba citada sería: 14 ... , AxC; 15. AxA, CxPA; 16. TxC, CxA; 17. AxP, etc. (diagrama 93).

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de una seria debilitación de los puntos 3CD y 4CD blancos. 13. P4TD, P3T; 14. DlT, Otro golpe más sobre los puntos 4D y 5R. 14 . . , , TR1R (diagr. 94),

En esta variante las negras no se preocupan del desarrollo de su AD. Su problema consiste en dar cuanto más pronto la fijeza máxima a su propio punto 4D para desligarse a sí mismas de su atención y maniobrar a través de las alas o flancos. 3. P3CR, CR3A; 4. P3C, A2R; 5. A2CD, 0-0; 6. A2CR, P4TD. El juego blanco en el centro es todavía un problema del futuro, mientras que las negras amenazan con el ya conocido avance sobre el flanco dama después de ... , P5TD. Medidas preventivas como P3TD o P4TD, habrían debilitado considerablemente la situación blanca sobre el flanco dama. Precisamente por esto, no les conviene a las blancas forzar el fianchetto de dama en el sistema de Reti, sin antes movilizar su flanco de rey. Ejemplo: l. CR3A, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. P3CR CR3A; 4. A2C!, A2R; 5. 0-0, 0-0; Aun ahora tampoco P3CD, sino lo osado 6. P4D, continuando la concentración de su presión sobre el punto 5R, con tenacidad sin dejar salir de su casilla, al AD negro. La actividad blanca en este caso se concentra en lo futuro sobre la preparación del asalto de peones en el centro mediante P4R.

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Las negras preparan una gran invasión en el centro: P4R, 5R, y luego 6R. La conocida lentitud del desarrollo de las fuerzas, característica de los principios del hipermodernismo, ha dado a las negras la posibilidad de concentrar un peligroso «puño» de peones en el centro. Es todavía más peligroso para las blancas, en el sistema RETI, el inmediato contra-ataque del PTD negro, el cual viene a ser posible por el centro negro que de tiempo en tiempo se forma muy estable. Ese contra - sistema, descubierto y elaborado por Bogoljubow, se verifica de la manera siguiente: l. CR3A, P4D; 2. P4AD, P3R;

c) CONTRAATAQUE BLUMENFELD. 103

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Este método de hacer inofensiva la presión negra en el centro, se considera el mejor. Todo lo contrario sería la aceptación del sacrificio: 5. PxPR, PAxP; 6. PxPC, P4D, que conduce a la ocupación del centro por las negras, quienes obtienen una masa de peones perfectamente movibles y bien apoyados. A 5. A5CR las negras han de cambiarse inmediatamente en el centro: 5 ... , PRxPD; 6. PAxPD, P3TR; 7. AxC, DxA; 8. D2A, P3D; 9. P4R, P3T; 10. A2R, etc. Las blancas tienen algunas que otras perspectivas en el centro, mientras que para las negras tenemos en el flanco dama su amenazante masa de peones, y dos alfiles que tienen buen porvenir. En el sistema Reti de «segunda mano» (es decir, jugado sólo por las negras), exactamente como en la defensa India antigua, las negras deben orientarse en el centro, principalmente sobre casillas negras.

El sistema de RETI es completamente adaptable para las negras en calidad de defensa y como medio de combate por el centro; por ejemplo: l. CR3A, CR3A; 2. P4D, P4AD. y si 3. P5D, entonces 3 ... , P3D con la consiguiente jugada del fianchetto en el lado del Rey, con cómoda presión sobre los cuadros centrales negros. Es aquí oportuno rememorar la brillante idea de Blumenfeld, quien encontró para las negras un contraataque muy interesante, y que hasta ahora no fue explorado en todas sus ramificaciones; he aquí el contraataque Blumenfeld: l. CR3A, CR3A; 2. P4D, P4AD; 3. P5D, P3R; 4. P4AD, P4CD!?; 5. AD5C (diagr. 95).

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Otros Sistemas de Aperturas 1. Defensa Alekhine: l. P4R, CR3A. 2. Apertura Inglesa: l. P4AD. 3. India por las blancas: l. CR3A, P4D; 2. P3CD, P4AD; 3. A2C, CD3A; 4. P3R. 4. Apertura Bird: 1. P4AR. 5. Gambito From: l. P4AR, P4R.

man un centro de peones a cuya cabeza se halla el PD que se consolida visiblemente con bastante firmeza. ¿Qué otras bondades, al parecer, hay que desear a las blancas en esta apertura. ¡Y, sin embargo, la defensa Alekhine resulta ser una de las tentativas más populares del hipermodernismo para demostrar la inconsistencia de la histórica jugada: l. P4R! En esencia el proyecto negro se reduce a lo siguiente: el avance de los peones blancos; 1) debilita su centro; 2) debilita a los mismos peones, 3) desnuda al propio rey. Estas tres circunstancias es lo que las negras consideran favorables para la obtención por ellas del contra-juego central. Veremos en qué se resumen prácticamente todos estos objetivos negros: l. P4R, CR3A; 2. P5R. Las continuaciones 2. CD3A o 2. P3D, tanto después de 2 ... , P4D como igualmente después de

l. DEFENSA ALEKHINE: 1. P4R, CR3A. En esta defensa las blancas obtienen la posibilidad de obligar al caballo negro a ambular por el tablero no sólo con evidente y clara inutilidad, sino que lo persiguen hasta que se coloca en 3CD, uno de los cuadros sobre los cuales los caballos no tienen habitualmente un porvenir muy claro. Además las blancas logran abrir a tiempo todos sus caminos pera el fácil desarrollo de todas sus fuerzas y finalmente ellas for105

2 ... , P4R conducen hacia el inmediata equilibrio en el centro. 2... , C4D; 3. P4AD, C3C; 4. P4D, P3D: 5. P4AR. Esta posición es hasta hoy objeto de numerosas discusiones, de lo que ha de inferirse, que todos sus inagotables recursos para ambos bandos, todas las finezas que son contenidas en ella, están lejos aún de considerarse desentrañadas. En el torneo internacional de la isla Moravia (1923), dicha situación interesó profundamente a dos vigorosos veteranos de la escuela clásica, LASKER versus TARRASCH, en cuyas partidas se continuó: 5 ... , PxP; 6. PAxPR, CD3A; Las blancas tienen sus peones centrales, con toda evidencia, sumamente débiles. Las negras se apoderan, con la potente presión de sus piezas, del centro, obligando a las blancas a preocuparse por su defensa. Es muy posible aquí el inmediato ataque de peones sobre el centro, que lleva a la lucha compleja, mutuamente aguda con 6 ... , P4AD; 7. P5D, P3R; 8. CD3A, PxP; 9. PxP, D5Tj; 10. P3CR, D5D; 11. AD4AR, P4CR. No consiguen las blancas, en este caso, conservar la agrupación de peones en el centro. La tentativa 11. C3AR, DxDj; 12. RxD, AD5C; 13. A2R, etc., tiene sus desventajas en el aislamiento de las torres y la abierta posición de su

Rey blanco. Además los peones blancos son como antes, algo débiles. Sin embargo, encontrándose ya avanzadas en la 5a. fila, ellos representan para las negras una amenaza combinativa, y éstas deben examinar constantemente las distintas posibilidades que tienen las blancas en relación a la movida P6R, o sino P6D. 7. A3R, AD4A; 8. CD3A. Aquí se juega más frecuentemente 8. A2R, con la posible continuación: 8 ... , P3R; 9. CD3A, D2D; 10. C3AR, 0-0-0; 11. 0-0; en esta posición, debe observarse atentamente lo circunstancia de que el AR negro se encuentra por el momento sin ningún movimiento. Este es el resultado lógico de la correcta conducción de la idea del contra-ataque central. Con gran frecuencia juegan aquí las negras 9 ... , A2R en vez de 9 ... , D2D. En realidad, no puede objetarse nada contra esa jugada, pero antes de efectuarla, las negras deben decidir firmemente en cuál de ambos lados ellas enrocarían. Si en su plan entra el enroque corto, entonces la jugada del AR suyo debe ser de preferencia a la otra jugada de Dama. Si al contrario, las negras idearon el enroque largo, la jugada A2R constituye una gran pérdida de tiempo (valioso en este caso). Imaginemos, que las negras jugasen en la posición presente 11 ... , A2R. Análisis numerosos 106

muestran que respondiendo las blancas 12. P5D!, éstas obtienen un ataque de mucha perspectivas. Mientras, tanto, en ve de inútil jugada 11... , A2R, las negras tienen la posibilidad de empezar el contraataque por medio de 11..., P3AR! y si 12. PRxP, PCxP; 13. P5D, TR1C (también se puede efectuar la tranquila13..., C4R) 14. PDxC?, D2CR!, con la obtención de ventaja material. Así, pues, ala 9a. jugada negra, éstas deben resolver desde ya, en cuál lado han de enrocar. Hacia posibilidades más agresivas, indudablemente, lleva el enroque largo. 8 . .. , P3R; 9. CR3A, AR5CD; A un juego muy interesante lleva: 9 ... , C5CD; 10. T1AD!, P4AD!; 11. P3TD, PAxPD; 12. CxP, C3AD; 13. CxC, DxDj, etc., con grandes debilidades en ambas posiciones, pero con mayores debilidades vulnerables para las blancas dentro de su eje de apertura: el peón central en 5R. 10. A3D?, A5CR!; Inesperadamente queda bajo la amenaza el PD blanco, en vista de lo cual las blancas han de perder un tiempo. 11. A2R, AxC; 12. PCxA, D5Tj; 13. A2AR, D4AR. Las negras están mejor a causa de la debilidad creciente del centro blanco. Para poder conservar su PD las blancas deben ya resolverse a sacrificios materiales. Ellas jugaron TlCR,

entregando al PTR. Investigando las causas por las cuales el ataque de los cuatro peones blancos crea a las negras un contra-juego en el centro, de chances ricas y reales, muchos analistas llegaron a la conclusión de que el mal mayor para las blancas es la marcha de su PAR. Por consiguiente, muchos ajedrecistas renunciaron finalmente a tal avance, y como contestación a la provocación negra P3D reconocieron como lo mejor, el cambio: PRxPD con la consecuente orientación sobre el propio puesto avanzado de 4D. En la partida LÉVENFISCH ROMANOWSKY, del torneo internacional de Moscú, 1925, se jugó: l. P4R, CR3A; 2. P5R, C4D; 3. P4D, P3D; 4. P4AD. Aunque al parecer más natural: 4. CR3A, crea también para las negras nuevas posibilidades movilizatorias, como se puede ver en el ejemplo siguiente sucedido en la partida ILJIN GENEWSKY RETI, del mismo torneo. Allá ocurrió en adelante: 4 ... , A5CR; 5. A2R, C3AD; 6. PRxPD? (era preciso antes 6. P4AD!), DxPD, y las negras lograron crear rápidamente un ataque devastador. 4 . .. , C3C; 5. PRxP, PRxP; En caso de 5 ... , PAxPD, las negras se retardan demasiado en el desarrollo de su flanco rey. 6. A3R, A2R; 7. A3D, 0-0; 8. CR2R, 107

T1R; 9. CD3A (diagr. 96).

l. P4R, CR3A; 2. P5R, C4D: 3. AR4A, P3R. Si 3. CD3A, sigue CxC; 4. PCxC, P4D!, como jugó CAPABLANCA con las negras frente a YATES, en Moscú, el año 1925. 2. APERTURA INGLESA: l. P4AD. Antes ya vimos una serie completa de métodos defensivos del centro muy satisfactorios para las negras. Naturalmente esto lleva a formularse la pregunta siguiente: ¿No pueden, acaso, las blancas lograr una evidente ventaja, si ellas con la salida, o sea un tiempo de más, tratasen de realizar aquellas ideas que son las mejores para las negras? Por ejemplo, si 1..., P4AD es enteramente bueno para las negras, ¿no será acaso 1. P4AD todavía más ventajoso para las blancas? En casos aislados debería indudablemente ser así. Por ejemplo, el sistema RETl por parte de las blancas, contiene en sí más agresividad, que su aprovechamiento únicamente en calidad de medida defensiva, es decir, para las negras. Exactamente lo mismo cabe decir, también, de la jugada l. P4AD, pero solamente en aquel caso, cuando las negras eligen el método del juego blanco «en partida siciliana», queremos decir, cuando juegan 1 ... , P4R. Pero la

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El puesto avanzado blanco en 4D está perfectamente defendido y todo el centro se halla bajo la influencia de sus piezas. En esta variante ellas conservan, al parecer, una ventaja prolongada en el centro; sin embargo, la ausencia de la amenaza de la voladura de peones, y el fuerte bloqueo por parte negra a la 5a. horizontal blanca, dan a las negras la posibilidad de defenderse con suma tenacidad. Lo mejor para éstas es, sin duda, la maniobra C2D, 3AR o 1AR y oportunamente, haciendo la preparación de P3D, organizar los diversos ataques de los caballos negros contra los alfiles enemigos. Las blancas disponen todavía de algunos otros caminos en las búsquedas de nuevos refuerzos para la defensa contra el grandioso asalto 1 ... , CR3A! A esos caminos pertenece, por ejemplo: 108

verdadera cuestión está en que las negras no están obligadas absolutamente a responder así: de modo que, mientras nosotros aprobamos 1 ... , P4AD, como remedio contra 1. P4R, de ninguna manera podemos avalar análogamente la jugada l. P4AD, porque habiendo sido hecha con anterioridad a la jugada 1 ... , P4R, no puede considerarse como partida siciliana con un tiempo de ventaja. A l. P4AD para las negras es mejor jugar 1 ... , C3AR, y las blancas entrarán prontamente en la senda del sistema indio o la apertura Reti, por ejemplo: l. P4AD, CR3A: 2. CD3A, P3CR: 3. P4R, P3D, etc. Con cada jugada, se hace más patente la defensa india antigua. A 2. CD3A se puede responder 2 ... , P4D, con buen desarrollo. Pero si las negras consienten «la siciliana de primera mano», contestando a l. P4AD, P4R, entonces, naturalmente, las blancas obtienen la posibilidad de aprovechar con ventaja aquel tiempo de más, del cual las negras carecen en la defensa siciliana.

tura Inglesa, lograrán las blancas, jugando el sistema indio, según la fórmula para las negras especialmente en el fianchetto de la Dama, es decir, la Neoindia del oeste. Ahora las negras no consiguen efectuar a tiempo la maniobra P4R ni aún en aquel caso, cuando las blancas no se apurasen a realizar P3R, mientras que en la defensa india para las negras, como ya hemos señalado, es muy importante observar rigurosamente un orden determinado de jugadas. Del modo siguiente se desarrolló la partida NIMZOVITCH SPIELMANN jugada en el torneomatch de Nueva York del año 1927. 4 . .. , CR3A; 5. A5CD, A2D; 6. 00, P3R; 7. P3D, A2R; 8. ARxCD, AxA: 9. C5R. Las blancas se apoderaron del importante punto estratégico, con un éxito superior al que logran (y además con poca frecuencia), en el caso similar, las negras. Se continuó con: 9 ... , TD1A: 10. C2D, 0-0 (diagr. 97);

3. INDIA POR LAS BLANCAS 1. CR3A, P4D; 2. P3CD, P4AD; 3. A2C C3AD; 4. P3R. Mucho más que en la aper109

AD negro hacia el flanco rey; ejemplo: l. CR3A, P4D; 2. P3CD, CR3A; 3. P3R, AD5C; 4. A2R, P3R, etc. Spielmann jugó 2 ... , P4AD, error relativo, después de lo cual la debilitación del flanco dama y el cierre de la diagonal 6TD, 1AR negra negra lo condenó a la pasividad. Mientras tanto, una de las ideas que merecen singular atención, lo viene a constituir, por ejemplo, la ubicación de las piezas negras: AR y Dama sobre la diagonal nombrada, con la consiguiente variante que ocurrió en la partida CHUK (Kiew, 1925): 1. CR3A, P4D; 2. P4AD, P3AD; 3. P3CD, A5C; 4. A2C, CD2D; 5. P3R, P3R; 6. A2R, CR3A; 7. 0-0, A3D; 8. P3TR, A4T; 9. P3D, 0-0; 10. CD3A, D2R; 11. P4R, A6TD. Las negras lograron el cambio de los alfiles, conservando el centro suficientemente defendido gracias al oportuno amparo del alfil preparado para pasar por 4T a 3CR, supieron crear en lo futuro, mediante la maniobra P4TD, una situación amenazante para las blancas en el flanco de dama.

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11. P4AR, C2D; 12. D4C, CxC; 13. AxC, A3AR; 14. T3A, AxA; 15. PxA, D2A; 16. D5T, P3TR; 17. TD1AR, P3CR; 18. DxPT, DxP; 19. T6A! (diagr. 98).

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Y las blancas, con la amenaza de T-1A-3A, 3T (acaso P4TR, seguido de P5T y PxP, es igualmente decisivo), están en situación claramente ganadora. El mejor método de defensa para las negras resulta quizá la construcción del triángulo de peones en el centro: 3AD, 4D, 3R, con la previa salida y desarrollo del

4. APERTURA BIRD: l. P4AR. En nuestra ojeada de las posibilidades iniciales de la apertura, no hemos mencionado aun el principio de la apertura Bird: 110

1. P4AR. ¡Pero si esto es la holandesa de primera mano! exclamará el lector. Absolutamente exacto: y si las negras contestan 1 ... , P4D, las blancas son capaces de lograr mucho más que las negras jugando la holandesa. Orientándose sobre el punto 5R, las blancas juegan 2. CR3A, seguido de P3CD, A2CD y probablemente lograr quizá casi el misrno efecto, que Nimzowitch en su partida, que vimos anteriormente, con su ilustre rival, Spielmann.

la partida holandesa las negras pueden aplicar como respuesta a l. P4AR el gambito From (1 ... , P4R) obteniendo ya después de 2. PxP, P3D el ataque en la tercera jugada, excelente desarrollo y un juego ciertamente fácil sin inquietudes particulares para las negras. Por esa razón, volviendo nuestros pasos sobre la apertura Bird en general, la jugada PAR, como primera movida blanca, raramente se encuentra en la práctica contemporánea de los torneos, y además, aun en esos casos raros, ella úsase más que por otro motivo como experimento psicológico.

5. Gambito FROM: l. P4AR, P4R! Sin embargo, a semejanza del notable gambito Staunton en

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CONCLUSIÓN Terminemos nuestras conversaciones con el lector, con lo mismo que hemos empezado. La teoría de las aperturas no es, bajo ningún concepto, la teoría de la estrategia ajedrecística entera: es únicamente parte de ella, pues, la salida contiene en sí la lucha de ideas, que representan la esencia de la CREACIÓN AJEDRECÍSTICA.

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INDICE PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 I. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 II. ¿Qué es la apertura? ¿En qué consiste su idea fundamental? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O III. Ataques y defensas en el Ruy López . . . . . . . . . . . 13 Variante del cambio. Contra-ataque Marshall. Variante Alapin. Defensa Steinitz. Variante de Riga. IV. La lucha de los peones en el Centro . . . . . . . . . . . . 36 Defensa Bird. Variante Río de Janeiro. Partida Italiana. Gambito Evans. Apertura de los 2 y 3 caballos. Apertura de los 4 caballos. Partida Escocesa. Apertura Ponziani. Defensa Philidor. Partida Rusa. Apertura Vienesa. Apertura Central. Gambito del Norte. Gambito del Rey. V. Ataque y defensa del centro en respuestas asimétricos a 1. P4R . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Apertura Caro-Kann. Defensa Siciliana. Defensa Francesa. 113

Defensa Nimzowitch del PR. Partida Escandinava. VI. Ataques y defensas después de l. P4D, P4D . . . . . 73 Defensa Ortodoxa. Variante Cambridge Srings. Gambito aceptado. Contra-gambito Albin. Defensa Tarrasch. Ataque Schlechter-Rubinstein. Stonewall. Variante de Merano. Defensa Eslava. VII. Apertura holandesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Gambito Staunton. Variante Normal. Nuevo sistema. VIII. Estrategia hipermodema ............... . 1 Sistema Indio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 1 a) Neo-India del Oeste. b) Variante Marienbad. c) India antigua o del Este. I. Subvariante de los 3 peones. II. Defensa Grünfeld. III. Ataque de los 4 peones. 2. Sistema Reti .................. ~ . . . . . . . . . . . . . 115 a) Defensa de ambos flancos. b) Defensa New York. c) Contra-ataque Brumenfeld. IX. Otros sistemas de aperturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 Defensa Alekhine. Apertura Inglesa. India por las blancas. Apertura Bird. Gambito From .

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