LO QUE CUENTA LA ESCENA DEL CRIMEN

LO QUE CUENTA LA ESCENA DEL CRIMEN Muertes violentas, acoso y violencia psicológica Laura Quiñones Urquiza Diseño de

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LO QUE CUENTA LA ESCENA DEL CRIMEN Muertes violentas, acoso y violencia psicológica Laura Quiñones Urquiza

Diseño de portada e interior: Donagh I Matulich Lo que cuenta la escena del crimen Laura Quiñones Urquiza 1.ª edición: julio, 2016 © 2016 by Laura Quiñones Urquiza © Ediciones B Argentina S.A., 2016 para el sello Javier Vergara Editor Av. Paseo Colón 221, piso 6 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina www.edicionesb.com.ar ISBN DIGITAL: 978-987-627-661-0

Maquetación ebook: Caurina.com Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

A las víctimas y a los familiares que esperan justicia, a los investigadores y a mis lectores.

Contenido Portadilla Créditos Dedicatoria Agradecimientos Prólogo Presentación ÁNGEL DE LA GUARDIA Edson Isidoro Gimarães SOLO TRATO DE PURIFICAR LA TIERRA Pedro Pablo Nakada Ludeña LA CASA DE ESPEJOS ROTOS Locura de a dos LUJURIA HOMICIDA Homicidio en masa LA MAFIA DE LAS GABARDINAS NEGRAS Eric Harris y Dylan Klebold LA MESA DEL BARÓN ASKENAZI Andrew Cunnann 2083 CABALLEROS TEMPLARIOS Anders Breivik EL CLUB DE LOS DISPAROS Adam Lanza DESENCANTO EN LAS REDES Gigoló Sudamericano MOBBING Conformismo y Cosificación

Agradecimientos A Moisés Ponce Malaver, a los periodistas Jesús Ríos de Long Island al día, María Helena Ripetta, Gabriel “El Gaucho” Hernández, Mercé Molist Ferrer, Diego Lewenbuch. A Mariana Merini, Adriana Mendoza, Carlos Damín, Luis Alberto Olavarría, Camila Cerezo Pawlak, Thomas Neer (FBI Ret.), Fernando Tomeo, Ignacio Azumendi, Bernardo Beccar Varela, Silvana Giachero, Ignacio Gath, al Com. Eduardo Moreno, Jorge Folino, Yessica Cabral, Claudia Miranda y a la Asociación Argentina de Psiquiatras.

PRÓLOGO Por Joe Navarro 1 Imagine que usted de repente desaparece. Un día está allí, al día siguiente se ha ido. Sus amigos, familiares, seres queridos, todos entran en estado de pánico. Confusos, tratan de averiguar dónde se encuentra. ¿Está vivo? Esa es la esperanza. ¿Lo han herido? Ese es el miedo. ¿Volverán a verlo? “Sí”, se dicen uno al otro. Pero, ¿cómo y en qué condiciones? Cada año en todo el mundo la gente simplemente desaparece: la delincuencia callejera, la trata de personas, la extorsión criminal, los celos, el robo, los secuestros con pedido de rescate, todo esto contribuye a la plaga de esa falta de humanidad de algunos seres humanos. Pero también hay quienes desaparecen en manos de un asesino en serie: un psicópata. Aquí es donde los perfiladores criminales entramos en el juego. Queremos determinar quién lo hizo, por qué y cómo. No hay nada más aterrador para una familia que volver a encontrarse con su hijo, esposa, marido o hermano cuando falta o ha sido hallado muerto. En primer lugar, vienen a la mente las preguntas sobre qué pasó, cuándo, dónde, cómo. Entonces la realidad los enfrenta con la incógnita: ¿quién hizo esto? ¿Quién fue capaz de hacerlo? ¿Por qué pasó? ¿En qué momento mi madre, hermano, hijo pasó de ser una persona de bajo riesgo a una víctima en riesgo? Eso también debe ser respondido por el perfilador criminal. ¿Por qué? Debido a que el investigador de la policía, los detectives y el fiscal simplemente quieren poner a la persona responsable tras las rejas, para la ley realmente no importa el por qué, ni siquiera la personalidad del autor, la ley busca castigar, no entender. Es el perfilador criminal el que busca comprender lo que sucedió, cómo sucedió. Cómo es que la víctima fue la presa de un depredador, cómo se podría evitar en el futuro, y qué tipo de personalidad peligrosa lo hizo. Los medios de comunicación nos han dado la creencia de que casi todo el mundo es capaz de cometer crímenes atroces. Nada más lejos de la verdad. Los perfiladores criminales siempre han sabido que solo hay unas pocas clases de personalidad que causan el mayor daño y el sufrimiento en este mundo. ¿En qué

se diferencian?, ¿qué es lo que tienen en común?, ¿cómo los depredadores ven al mundo? Y finalmente: ¿cuáles son los rasgos comunes de aquellas personas a quienes deciden convertirlas en sus víctimas? Tengo un gran interés en este campo. En 1975, mientras que era un oficial de policía del estado de Utah, en Estados Unidos, una mujer joven llamada Sue Curtis, de 15 años, fue secuestrada a menos de 500 pies de donde yo estaba manejando mi auto en una noche fatídica. Ella sería torturada y asesinada por un hombre de aspecto agradable para la mayoría de los que lo conocían, que en ese momento conducía un Volkswagen modelo escarabajo. No había nada alarmante en él, excepto por una cosa: era un psicópata, un depredador social. Una mujer joven solo estaba segura si él no estaba cerca. No importaba donde vivía o cuál era el trabajo que tenía, si este hombre, llamado Ted Bundy, estaba alrededor suyo, no estaba segura. Eso es lo que nos enseñaron los perfiles criminales. Nuestra seguridad no depende de nosotros, sino de la identificación de aquellas personas con rasgos peligrosos. Me convertí en criminólogo y serví en el Programa de Análisis de Conducta del FBI. Y durante treinta años me he lamentado de no haber tenido la sagacidad que allí adquirí para impedir el secuestro y asesinato de Sue Curtis. Si hubiese sabido lo que sé ahora como perfilador, si solo hubiese sabido lo que Laura Quiñones Urquiza sabe, tal vez la joven hoy estaría viva. Conozco a Laura Quiñones Urquiza desde hace casi una década. He disfrutado colaborando con ella porque al igual que yo, tiene dos objetivos: salvar vidas y educar al público. Es por eso que he escrito once libros y es por eso que ella se ha embarcado en este para compartir con usted lo que sabe sobre perfiles criminales. ¿Por qué? Debido a que no importa que un perfilador criminal sepa esta información, en realidad, solo importa que el público en general conozca estos datos. Puedo decirlo con la autoridad que adquirí como agente especial del FBI y como perfilador criminal. Como ven, es la gente en general la que realmente nos puede dar seguridad, no la policía. Es la opinión pública la que cuenta con millones de ojos; las cientos de miles de cámaras de sus smartphones repartidos por toda una ciudad que pueden observar el mundo de una manera en que ningún agente de la ley podría hacer. Pero la persona promedio, ¿realmente sabe qué buscar? Cuántas veces hemos visto a alguien ser arrestado por un crimen terrible y cuando le preguntan a los vecinos por él, todos dicen lo mismo: “Era un buen hombre, no se metía en problemas”. Dicen esto debido a que no saben qué buscar.

A través de muchas historias valiosas y verdaderas del crimen, Laura Quiñones Urquiza nos instruye sobre cómo operan estos criminales viciosos, para que usted y sus seres queridos puedan saber qué buscar y, de este modo, cómo protegerse. Mirando de cerca las vidas de estos individuos, entendemos más que de ninguna otra forma cómo ellos -que causan tanto daño- ven el mundo, cómo es que han ido depredando y cómo es que los investigadores van buscando pequeñas pistas para identificar quiénes son y de qué modo cometieron sus crímenes. Este libro hace un llamamiento a las personas interesadas en la psicología de las conductas desviadas, la criminología, la sociología y la ciencia forense. Con un estilo tan atractivo como el de cualquier drama policial de televisión, pero mucho más autorizado, Laura Quiñones Urquiza nos introduce en el proceso de pensamiento de los implicados en la medicina forense, porque estos temas son a los que ha dedicado su vida. Este es el libro que desearía haber tenido hace cuarenta años, cuando comencé en las fuerzas de la ley. Dicen que la suerte favorece a la mente preparada. Pues bien, este libro recorre un largo camino para preparar la mente de los lectores. Después de tantos casos, después de tantas tragedias, después de ver tanto sufrimiento durante cuatro décadas, al final, hay una lección importante que haya aprendido. Es que nosotros, usted y yo, somos de hecho responsables de nuestra propia seguridad. Cuanto más aprendamos y sepamos acerca de cómo operan los criminales, más seguros estaremos nosotros y nuestras familias. Si usted no lee este libro, lo hace bajo su propio riesgo. Pero si usted se preocupa por los demás, compartirá estas páginas con ellos. Es el perfilador criminal quien nos permite aprender, sin embargo, una lección más de la preciosa vida de la víctima, y aquí Laura Quiñones Urquiza establece y señala qué información es la más valiosa. Hay enseñanzas aquí para todos nosotros, no importa qué tanto crea usted que sabe sobre el ámbito penal. La vida es un viaje de experiencias y de aprendizaje. Gracias a Dios, Laura ha dado un paso gigante al mirar a estas personalidades peligrosas y sus crímenes, de los que también podemos aprender. Si usted se preocupa por sí mismo, si se preocupa por los demás, si tiene curiosidad en la medicina forense o en los perfiles criminales, podrá disfrutar de esta aventura, un verdadero tesoro para la mente que solo ella puede presentar. Esta es una valiosa contribución al estudio del arte y la ciencia de la medicina forense y del comportamiento criminal.

1. Agente especial del FBI (Ret.). Fundador de JP Forensic. Miembro del Programa de Análisis de Conducta del FBI y autor de once libros, entre los que se incluye Personalidades Peligrosas (Rodale).

PRESENTACIÓN Paul Leland Kirk, un químico y científico forense especialista en microscopía, dijo: “Cualquier rastro que haya dejado el criminal, aunque sea inconscientemente, servirá como testigo silencioso que actuará en su contra”. De esto trata este libro, de rastros que pueden ser investigados, algunos casi imperceptibles, como las huellas que deja tras su paso la violencia psicológica, tan grave como invisible y sutil. Este tipo de maltrato con el tiempo podría llegar a provocar un homicidio psicológico por goteo, sin dar tiempo a que nadie pueda reaccionar. Esto significa que a la persona hostigada se la va aniquilando psicológicamente, tanto que hasta puede llegar a suicidarse, morir de paro cardiorespiratorio o, en el mejor de los casos, padecer de daños psíquicos graves y quedar de por vida inhabilitada para trabajar. Es por este motivo que la importancia de su detección es vital, y no debe ser desestimada por ninguna empresa, institución, cuerpo de investigación, ni ley. Pero estas páginas incluyen también a quienes eligieron formar parte de la historia del crimen por dejar rastros más fuertes, de pisadas nítidas, muchísimo más rastreables. Es el caso por ejemplo de duplas criminales cuya dinámica permitirá comprender la mezcla mortífera que surge a partir de dos personalidades patológicas que se complementan como el cóncavo con el convexo. Personalidades que muy posiblemente por separado no hubiesen llegado a protagonizar las escenas siniestras de las que sin embargo juntas fueron creadoras. El lector podrá entender esta dinámica en el capítulo que refiere al suceso mundialmente conocido como “La masacre de Columbine” y a otro, muy oscuro, que elegí llamar Locura de a dos, en referencia al trastorno psicótico compartido en el que una creencia paranoica o delirante es transmitida o contagiada de un individuo a otro. Hay también rastros posibles de reconocer incluso antes de que el homicidio o el plan macabro del que se trate se esté llevando a cabo. Me refiero a las claras intenciones que el propio asesino deja en el espacio infinito y globalizado que brinda Internet. Hoy, en plena era de explosión informática y auge de las redes sociales, existe una línea muy delgada entre la libertad de expresión y la de agresión. Muy diferente habría sido la historia si hubieran existido pautas de prevención, detección y alarma frente a la precipitación de conductas anunciadas

(y anticipadas de forma descarnada y explícita) a través de este medio. Varios son los capítulos de este libro que relatan minuciosamente asesinatos cuyas intenciones habían sido dejadas en Internet. Me refiero por ejemplo al suceso conocido como la Masacre de Connecticut, cuyo ejecutor tenía 20 años, padecía de Síndrome de Asperger, era adicto a los videojuegos violentos y había tenido una vida invadida por sucesos estresantes; o a la ya citada masacre de Columbine, que fue anticipada literalmente por sus ejecutores, quienes usaron este medio casi como un escenario del que disfrutaban exponiéndose. Al igual que los atentados cometidos por Breivik, que días antes había distribuido un pdf. donde de manera minuciosa y detallada justificaba la violencia, la muertes y la barbarie que iba a cometer al día siguiente, y no solo eso, además, estimulaba a sus lectores a seguirlo dando hasta “recetas” e instrucciones para fabricar armas de destrucción masiva. En todos estos casos, la burocracia del sistema judicial, la falta de medidas preventivas y de legislación para este tipo de conductas que anticipan crímenes y actitudes violentas por Internet contribuyeron indirectamente a que esto se llevara a cabo, porque dieron tiempo a sus ejecutores de planificar las matanzas, quizás también en parte porque subestimaron sus intenciones y su verdadera capacidad para ponerlas en práctica. Pero estas páginas no piensan dejar fuera de ningún modo el análisis de los dueños de esos rastros, los ejecutores de esas escenas criminales. Asesinos en masa, en serie e itinerantes es el modo en que se elige clasificar a quienes cometen estos crímenes de un modo en particular, siguiendo ciertas pautas, adscribiendo a determinadas características. Un asesino itinerante, o spree en inglés, es alguien que comete tres o más homicidios en diferentes lugares. En general no hay entre cada asesinato un período de enfriamiento emocional, que, de existir, es muy corto: entre cada ataque pueden mediar horas o algunos días. Y esto es así básicamente porque aquí el homicida descarga su violencia como si se tratara de un relámpago. Este es el caso de Andrew Cunanan, quien se hiciera conocido por el asesinato de Gianni Versace. Los homicidios también pueden ocurrir en un solo día, como veremos en los capítulos que refieren a Anders Breivik y Adam Lanza. Se trata de una clasificación intermedia entre el asesinato en serie y el homicidio único. Un asesino en serie es quien mata por una necesidad psicológica a más de dos personas en distintos escenarios, en un lapso de tiempo más separado, lapso al que llamamos “período de enfriamiento emocional”, su motivación es la satisfacción emocional que encuentra en esos actos, que lo diferencia de aquel que mata por dinero o por alcanzar un lugar de poder dentro de una organización

criminal. Por supuesto que en uno de sus ataques podría convertirse en asesino spree si lo considerara necesario, por ejemplo eliminando testigos, y luego continuar con la serialidad. En este caso el testigo muere porque podría identificarlo y obstaculizar su impunidad. Esta serialidad no implica que se mantenga el uso de un mismo tipo de arma, sino que el modus operandi es algo dinámico, va mejorando con la práctica y el ensayo-error, como nos mostrarán los autores de la masacre de Columbine a través de su meticulosa preparación. También se darán a conocer aquí casos de asesinos en serie que hábilmente simularon enfermedad mental o compasión y cuyo poder de manipulación dejó consecuencias nefastas para las familias de sus víctimas y la confianza en el sistema de salud. Como ocurrió con el conocido “enfermero de la muerte”. Por último, no quise dejar fuera de mi análisis otro tipo de delitos, que no tienen que ver con armas ni con asesinatos. Me refiero a aquellos que se realizan sin aparente contacto delictivo entre las personas, son conductas que mayormente atentan contra el patrimonio y el orden socioeconómico, se conocen bajo el nombre de “delitos de cuello blanco”, así se clasifican entre otros el lavado de dinero, el fraude, la estafa. Veremos a Edwin H. Sutherland, el sociólogo e investigador más influyente del siglo XX, pero solo como marco para el análisis de un caso de seducción, fraude económico y emocional a gran escala contra mujeres y hombres. Aquí Internet, a través de la ingeniería social, es utilizada, una vez más, como una herramienta para dañar. Existe un abismo entre la magia de la ficción buscada en tantas series sobre crímenes que circulan por TV y la realidad con la que nos topamos los investigadores cuando trabajamos en equipo para controlar una escena, preservarla, registrarla, reconstruir la secuencia de un crimen violento y finalmente interpretarla de modo objetivo. Una escena llena de rastros, aquellos que delatan la presencia de alguien, que a determinada hora, en determinado lugar, de una forma en particular y con un motivo, suyo, arrogante, patológico, decide poner punto final en la vida de una, varias, cientos de personas más. Probablemente, a partir de ahora tampoco usted deje piedra sin mover para comprender qué, dónde, cómo, quién, cuándo y, sobre todo, por qué. Para preservar la identidad de las personas involucradas, se han cambiado aquí todos los nombres y algunas circunstancias.

Ángel de la guardia Asesino en serie brasileño sospechado de 153 homicidios en hospitales y clínicas de Río de Janeiro. Confesó haber apagado respiradores artificiales de cuatro pacientes y aplicado a otro una inyección letal en la Unidad de Cuidados Críticos en el Hospital Municipal Salgado Filho.

Edson Izidoro Guimarães “El enfermero de la muerte” “Un paciente en coma sufriendo, ¿está?, y facilitándole tristeza a su familia que estaba allí, agonizando con él, porque era un paciente que estaba sufriendo mucho. Entonces, sucedió eso.” Edson Izidoro Guimarães Aquella mañana del viernes 5 de febrero de 1999 el tiempo parecía haberse congelado para María de Fátima Dos Santos, un ama de casa que acababa de perder a su hijo de 13 años esa madrugada en la Sala de Pacientes Traumáticos del Hospital Municipal Salgado Filho, en Méier. Francisco de Assis había sido atropellado el jueves en la puerta de su casa del barrio carioca Oswaldo Cruz. Ella no dejaba de llorar, Edson Guimarães, el enfermero que le comunicó el deceso, la abrazó fuerte y le dijo: “Quédese tranquila, mamá, esto es la vida, es esto mismo. Allá arriba está mejor que yo y que usted”. Pero los nervios arrasaban a María, así que decidió darle un calmante, que le aplicó con una inyección. Luego, con la historia clínica de Francisco en sus manos, la acompañó por los pasillos del hospital. Mientras la sostenía del brazo para que no se desmoronara en el camino, le sugirió que sería mejor para ella enterrar a su hijo lo más pronto posible. Finalmente, entraron a una pequeña sala donde los esperaba un agente de la empresa funeraria Interlagos que la invitó a sentarse y le ofreció un café. Frente al enfermero, le dijo que el entierro de su hijo costaría R$2.500 y que podía pagarlo con cheques a cancelar en fecha posterior a su emisión. Desconsolada y entre sollozos, María respondió que no tenía ese dinero, y allí el enfermero le pidió y le insistió al agente que tuviese piedad por esta madre que acababa de perder a su hijo y que le rebajara el precio. * * *

En abril de 1999, Sebastiana Barbosa llevó a su marido al Hospital Albert Schweitzer con un cuadro de convulsiones, desde allí fue en seguida derivado al Salgado Filho, donde fue medicado. Una vez controladas las crisis convulsivas, lo conectaron a un respirador artificial. Esto tranquilizó a Sebastiana, quien decidió volver a su casa. Al día siguiente, cuando regresó temprano al lugar, le informaron que su marido había fallecido, el acta de defunción decía que había muerto por una insuficiencia respiratoria. * * * Desde el 11 de abril, la costurera Evania Lúcia Coelho iba diariamente al hospital para cuidar a su madre María Célia, de 52 años, que permanecía internada con fuertes dolores de cabeza en la Unidad de Pacientes Traumáticos. Un día, al llegar, el enfermero, el mismo Guimarães que había asistido a María de Fátima Dos Santos, le dijo hoscamente que solo podía permanecer allí cinco minutos. En otra oportunidad, su madre sintió frío y le pidió una sábana extra a Guimarães, quien le señaló un cajón y le dijo que si la quería, se parara y la agarrara ella misma. El día 23, cuando llegó al hospital, el enfermero le comunicó que su madre había fallecido, trató de consolarla y le dijo que en todo caso, para acelerar la entrega del cuerpo y darle la sepultura, podían hablar con el agente de la empresa Interlagos. Ella estaba tan devastada que quien ofreció encargarse de los trámites fue su marido, que pagó R$400 por el funeral más otros R$150 que no iban a figurar en la factura porque estaban destinados a acelerar la entrega del cuerpo. * * * Un día, una mujer del servicio de limpieza le dijo al jefe de guardia que acababa de ver a Guimarães aplicarle una inyección a un paciente que poco tiempo después murió. Guimarães era un enfermero temido por sus compañeros por su modo agresivo de tratarlos, modo que en ocasiones se extendía a los familiares de los pacientes internados. Por ejemplo, Edna da Costa, una jubilada que frecuentaba el hospital porque

estaba allí su marido internado, contó que en una oportunidad, cuando iba a darle el almuerzo a su esposo, le preguntó a Guimarães cómo había estado sintiéndose. El enfermero le alzó la voz de un modo agresivo y le dijo que fuera a averiguar con los médicos porque él tenía muchas cosas que hacer. Su marido, de nombre Antenor, falleció el 13 de enero de 1995 a los 71 años luego de once días de internación. También Edna do Nascimento, otra jubilada, refirió lo mal que se había sentido cuando el 24 de junio de 1994, Guimarães la acompañó a la morgue del hospital a retirar el cuerpo de su marido y le presentó el cadáver con la boca y los ojos abiertos, ignorando de este modo (y con muy mal gusto) lo que indica el protocolo para estas situaciones: los cuerpos deben ser entregados con los ojos y la boca cerrada para evitar la fuerte impresión que dejan en quien debe ser testigo de este momento. Luego de la denuncia de la empleada de limpieza y de una junta médica, se concluye que algo extraño estaba ocurriendo. En efecto, desde el 10 de enero al 4 de mayo en la Unidad de Pacientes Traumáticos, a cargo de los cuidados a pacientes en condiciones críticas, se habían incrementado las muertes justamente en los días de guardia del auxiliar de enfermería Edson Izidoro Guimarães, que trabajaba para la Secretaría Municipal de Salud desde noviembre de 1989 y que en enero había comenzado a auxiliar en esa unidad. Tres de los pacientes que estaban a su cuidado habían muerto por insuficiencia respiratoria, cuando en realidad permanecían conectados a un respirador artificial que los mantenía vivos, junto con el de la presunta inyección de la que había sido testigo la empleada. La noche del jueves 6, el secretario municipal de Salud Ronaldo Gazolla compartió sus sospechas con la policía llevándoles estadísticas que demostraban que durante las guardias de Guimarães la cantidad de muertes era superior a la de otros turnos. Las cifras de la Secretaría Municipal de Salud informaban que desde enero hasta el 4 de mayo de ese año, se habían registrado 225 muertes en la Unidad de Pacientes Traumáticos del Hospital Salgado Filho. De la investigación se desprendió que durante el mes de enero fallecieron 32 pacientes, de los cuales 18 estaban a cargo de Guimarães. En abril, de las 62 muertes registradas, 34 habían sido también durante sus horarios de guardia. Los primeros días de mayo no se registraron muertes en el lugar mientras Guimarães estuvo ausente por vacaciones, desde su regreso, el 4 de mayo, fallecieron cinco pacientes durante las horas que él estaba de guardia. Finalmente, fue sorprendido in fraganti la mañana del viernes 7 de mayo de 1999, cuando los investigadores

decidieron infiltrar a policías camuflados como si fueran pacientes el día que estaba de guardia. Guimarães confesó cinco asesinatos, relató que a cuatro personas les desconectó los respiradores artificiales para luego, una vez fallecidas, volver a enchufarlas y llamar a los médicos. Otro de los métodos que utilizó en dos pacientes fue inyectar en sus venas 10 ml de cloruro de potasio. A uno de ellos le aplicó una elevadísima cantidad y provocó el efecto contrario, porque el paciente tenía un gran déficit de esa sustancia en su organismo. Refiriéndose a este caso dijo: “Me sentí feliz de la vida, al fin de cuentas, conseguí salvarle la vida a una persona, soy muy religioso y sé que hice lo que hice para salvar personas”. A los investigadores de la delegación de homicidios y a los abogados les comunicó: “Voy a hablar sin esconder mi cara porque estoy tranquilo… Lo hice con cinco pacientes porque ellos estaban en coma, sufriendo mucho, lo hice también para terminar con la agonía de sus familias”. Entonces concedió una breve entrevista pública en el auditorio de la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro a donde acudieron los medios de prensa que televisaron esos minutos vistos en todo Brasil. Un periodista le preguntó por qué había terminado con la vida de cinco personas, él, enfrentándose a las cámaras y micrófonos, mostrándose aplomado y seguro de sí mismo, contestó: “Un paciente en coma sufriendo, ¿está?, y facilitándole tristeza a su familia que estaba allí, agonizando con él, porque era un paciente que estaba sufriendo mucho. Entonces, sucedió eso”. Su abogado, Eduardo Petti, lo observaba con la mirada entristecida y no emitía palabra, algo poco frecuente para su personalidad locuaz. Luego pidió a la Justicia una pericia psiquiátrica y psicológica porque pensó que su cliente no estaba en su sano juicio, lo conocía desde hacía más de veinte años como un hombre solícito y atento, lejos del monstruo que estaban pintando y que se dibujaba ahora por sí mismo al adjudicarse los asesinatos. Algunos amigos contaron que Gimarães solía ayudarlos cuando se enfermaban, y vecinos del barrio lo describieron como una persona tranquila, servicial y alegre. Un año antes de su detención, el hijo de uno de sus amigos fue atropellado y hospitalizado durante veinte días, él se turnaba con la familia para cuidarlo, a pesar de estar de vacaciones.

Análisis La eutanasia en Argentina es un acto antijurídico, sin embargo, ha sido

discutido, aprobado y aceptado en otros países en los cuales matar por causas humanitarias no se considera motivo suficiente para catalogar a alguien de asesino en serie. Dentro de este marco, el considerar correcto o incorrecto al acto de matar por piedad se transforma en un criterio relativo, variable de acuerdo a cuestiones socioculturales dentro de algunas de las cuales el fin podría justificar los medios. Guimarães contó que actuó solo, que escogía a los pacientes según su estado de salud y que si notaba que no contaban con más posibilidades de supervivencia, él “les abreviaba el sufrimiento”. Nunca consultó a los familiares sobre las eutanasias y declaró: “Hice todo de acuerdo a mi voluntad, no me arrepiento, pretendía mantener el secreto, pero me descubrieron”. Pero, ¿qué ocurre cuando un sujeto que decide terminar con la vida de alguien por fines eutanásicos, luego por costumbre ya no discrimina entre matar por piedad y matar por placer y comienza pronto a desdibujarse el límite entre uno y otro acto? ¿Y cuando ya no desea parar? Puede que lo satisfaga emocionalmente el sentirse poderoso, así como un Dios que decide cuándo termina la vida de otra persona. De esta actitud se desprenden y al mismo tiempo se resignifican la insensibilidad, frialdad, egoísmo y omnipotencia plasmadas en cada uno de estos actos, así como la ira con la que se desatan —y que en general transfieren a sus pacientes— sumado a la sensación que les da el miedo a ser atrapados, que en el caso particular de Gimarães se mezcla con el lucro. Según el término acuñado por el criminólogo Robert Ressler, es posible aplicar la denominación de “asesino en serie” a aquellos para quienes estos hechos pasan a ser psicológicamente necesarios y se repiten con más de dos personas en lapsos de tiempo separados. Muchas veces este tipo de homicidios quedan en la nada por la falta de pruebas, porque los compañeros de los homicidas no pueden dar crédito de que sus colegas sean capaces de semejante conducta, o porque las instituciones son reticentes a entregar documentación para no ser expuestas a litigios que dañen públicamente su reputación. Un caso similar es el del doctor Michael Swango, un hombre divorciado y sin hijos que en julio del año 2000 se declarara culpable de envenenar a cuatro pacientes de sus colegas en hospitales de Nueva York y Ohio, Illinois, y es sospechoso de haber cometido más homicidios mientras prestaba sus servicios en hospitales de África. Solo asesinando pacientes que no eran suyos podía eludir responsabilidades, no ser culpado por esas muertes y así no ser descubierto.

Thomas Neer, perfilador en Jefe y agente especial del FBI que trabajó en esa investigación, piensa que tan aberrante como sus asesinatos fue que aun a pesar de las contundentes y legítimas sospechas, haya continuado siendo contratado como médico en diversos establecimientos, donde pudo envenenar a más pacientes. La falta de pruebas se debió en parte a que cuando la policía decidía investigar ya no quedaban rastros de las sustancias que había utilizado en sus cuerpos, además de la negativa de las familias de las víctimas a practicar autopsias. Para que la muerte sea más emocionante, mataba a los pacientes cuando alguien del personal hospitalario se encontraba cerca y y de este modo pudiera ser testigo potencial, pero nunca pudo ser capturado en el acto. Cuando Swango ingresó a la Universidad de medicina del Sur de Ohio en 1979, incluso careciendo de tiempo material por la rigurosidad de esa casa de estudios respecto a las materias para cursar, la carga horaria exhaustiva y tan poco talento para la medicina (tan solo como ejemplo, una vez en lugar de diseccionar un órgano, lo mutiló frente a todos) llamó la atención que trabajara medio tiempo en una sala de emergencias como técnico médico, prestándose a viajar largas distancias para poder cumplir y no faltar. En una oportunidad, mientras él estaba de guardia fallecieron misteriosamente varios pacientes, esto le valió el apodo de “00-Swango! licencia para matar”. De estudiante lo atraparon falsificando archivos, pero un abogado audaz hizo que negociase y que ni siquiera fuera expulsado de la escuela de medicina. En 1984, ya convertido en neurocirujano, fue finalmente atrapado al intentar envenenar a compañeros de trabajo con pequeñas dosis de veneno para hormigas. Esta compulsión homicida y su fascinación por el nazismo nunca habían cesado. Swango disfrutaba cuando comunicaba la noticia de la muerte de un paciente a sus seres queridos, incluso atesoraba álbumes hechos de recortes de diarios donde se relataban tragedias de accidentes automovilísticos, de avión, etc. Sentía especial atracción por situaciones donde la muerte fuera protagonista. Los siguientes son factores que colaboraron para que tanto Swango como Guimarães no fueran descubiertos: • El peso de sus palabras como custodios de la salud. • La confianza que inspiraron y mantuvieron camuflados en sus uniformes. • El alto grado de vulnerabilidad de sus víctimas. • El control total de la escena antes y durante el crimen. • Su habitual regreso al lugar de los hechos sin necesidad de tener que planear un escape.

• Conocimientos técnicos. • Cercanía y manipulación aprobada de elementos o sustancias que convirtieron en armas. • La impunidad que derivó en serialidad. Los asesinos de hospital o “ángeles de la muerte” se diferencian de cualquier otra tipología debido a la legitimidad y seguridad que a nivel social se desprende de la figura del médico, e incluso del enfermero. Esta legitimidad hace que fácilmente, sin esfuerzo alguno, los familiares de los enfermos depositen en ellos la más absoluta confianza, ya que los ven como aquellas personas (las únicas) capaces de curar y salvar la vida de sus seres queridos. Socialmente, sus opiniones profesionales, sus relatos de los hechos, tienen una importancia superior a la hora de comunicar un fallecimiento. Al igual que Swango, Guimarães disfrutaba comunicar a las personas la muerte de un ser querido, esto contribuía a esa tremenda sensación de placer y poder. Además, su preparación y práctica en medicina y farmacología les da el conocimiento necesario sobre sustancias tóxicas, dónde y cómo aplicarlas para evitar su detección, y a la vez estar al tanto de la variedad de mecanismos de muerte y del manejo de los tiempos, les da la posibilidad de simular homicidios haciéndolos pasar por muertes naturales con total prolijidad, racionalidad y organización, premeditando o no los ataques. El cloruro de potasio es un producto que administrado en dosis correctas sirve para hidratar a los enfermos sin causar daño, pero al ser inyectado directamente en las venas y en grandes cantidades tiene un efecto letal, así, este enfermero brasileño admitió que no siempre desenchufaba los respiradores, a veces simplemente les sacaba las máscaras de oxígeno para que murieran más rápidamente, más que nada por una cuestión de practicidad. Por otra parte, los ángeles de la muerte pueden volver a la escena del crimen sin ser vistos como sospechosos porque ese es su lugar de trabajo, de modo que lo anormal sería no verlos allí, pueden modificar el lugar, limpiar para borrar rastros e incluso revivir los hechos cuando quieran. Son los amos y señores, y esto es lo que los hace tan interesantes como sujetos de estudio. De algún modo, esta tipología de asesinos está un paso adelante en las investigaciones con relación a otros homicidas. Las víctimas de Guimarães solían tener un mismo perfil. Se trataba de personas de origen humilde que ingresaban a su unidad en estado grave por haber sufrido accidentes de tránsito y no podían defenderse, ni siquiera forcejear

con él o pedir ayuda aun estando rodeados de gente. Los parientes de Francisca Teresa Coutinho Oliveira, al ver al enfermero en televisión recordaron que fue él quien la había atendido. El accidente de auto que había protagonizado le había causado heridas, pero ninguna de muerte. Fue de ese modo y por la confesión de Guimarães que se enteraron de la verdadera razón de su deceso. La expresión de María de Fátima, la madre de Francisco Assis, quedó paralizada al ver la cara del enfermero en la televisión. Recordó cada detalle: “Ese monstruo que me consoló, esa misma noche mató a mi hijo”. Ella y la costurera que perdió a su madre eran apenas dos de las decenas de familiares de pacientes muertos en circunstancias sospechosas en el Salgado Filho entre el 10 de enero y el 4 de mayo. Todos lo observaron tranquilo y distante al referirse a las muertes de sus hijos, hermanos, padres o amigos, diciéndole al mundo a través de las cámaras de TV que entonces “ocurrió ESO”. Varias personas que lo identificaron como el que atendió a sus seres queridos o les comunicó sus muertes se congregaron a primera hora del 9 de mayo en la puerta del hospital de la zona norte de Río de Janeiro para exigir explicaciones. La policía trabajaba con la hipótesis de 153 muertes dudosas de criminalidad. Una enfermera que pidió conservar el anonimato contó que todos en el hospital sabían que Guimarães tenía una especie de “acuerdo” con empresas funerarias porque él no lo ocultaba. Este acuerdo tenía que ver con recomendar esas empresas a los familiares de recién fallecidos, pero jamás ninguno de sus compañeros había sospechado, aunque no era bien visto por su fama de violento, que mataba pacientes. Esto explicó por qué tenía en su poder tarjetas de las funerarias Laços Eternos, Salomão Lisboa, Interlagos, João Veludo y de Novo Rio. De la empresa Frei Rogerio se le encontró un papel con nombres y teléfonos de contacto detallados. Guimarães declaró que Novo Rio y Frei Rogerio eran dos empresas que le compraban información privilegiada de los pacientes para así adelantársele a la competencia con el fin de conseguir más cadáveres. Así se encontró un nexo de causalidad no solo entre las muertes y él, sino del incremento de un bienestar económico que le permitió adquirir por ejemplo un aire acondicionado para cada ambiente del departamento de la manzana 5 del Condominio Sol y Mar, en Jacarepaguá, zona oeste de la ciudad de Río de Janeiro en donde vivía desde hacía más de diez años y donde lo conocían como un hombre intratable, de temperamento explosivo y a quien últimamente se lo

veía “con la cara envejecida”. La madrugada del 8 de mayo, los vecinos vieron a la familia de Edson abandonando el edificio y llevando algunas bolsas. Uno de los vigilantes de esa manzana contó que en aquella casa las peleas eran comunes, pero que peor habían sido cuando su suegra aún estaba viva porque a ella la golpeaba y hasta los vecinos habían llamado a la policía en una ocasión. Además del enfermero, su esposa Gloria y su hijo de 10 años, vivían con él en el departamento 701 de tres habitaciones, su hijastra, el esposo y su bebé de 1 año. La violencia hacia un ser vulnerable, en este caso su anciana suegra, era algo que no se preocupaba por ocultar, ni dentro ni fuera de su casa, Un tiempo antes de descubrirse los hechos, una de sus vecinas (y madre del niño de 7 años que jugaba con su hijo) comenzó a esquivarlo y a no detenerse a hablar con él cuando lo cruzaba, alegó que había estado piropeándola demasiado y diciéndole al saludarla: “Buenos días, princesa”, “buenos días, linda”, como si quisiera cortejarla. Esta posición de abuso de poder, en ocasiones seguida de maltrato, se repetía en el hospital con sus compañeros y con sus víctimas. De este modo vemos que, al menos en los últimos tiempos, la motivación de Guimarães en nada tenía que ver con la conmiseración hacia sus pacientes o con el intento de aliviarles el dolor a esos parientes que sufrían, como quiso hacer creer apenas fue capturado. Él recibía entre R$800 y R$1.000 por cada “servicio”, que consistía en informar a los agentes funerarios que solían rondar la guardia del hospital cuando ocurría una muerte para que los familiares contrataran los servicios que él sugería con facilidades y descuentos. Así, se movía como un hombre de negocios en un mercado rentable para ambas partes. Existía una especie de esquema en el cual se categorizaba a las personas que llegaban en estado grave o víctimas de accidentes de tránsito que iban directamente a la unidad de pacientes traumáticos. Por avisar las muertes comunes le pagaban entre R$80 a R$100, esas eran las tarifas que, según él, manejaban las empresas funerarias Novo Rio, Novo Mundo y Frei Rogério, dos de las sospechadas que asistieron a una reunión convocada por el sindicado de funerarias para manifestarse en contra de esta mafia y negando los hechos. A pesar de haber confesado “cinco o seis” homicidios, la policía sospechó que el número podría ascender a 131 personas, convirtiéndose así en el mayor asesino en serie de Brasil. A partir del martes 17 de mayo de 1999, se realizó una profunda investigación en toda la red de hospitales de Río de Janeiro con el fin de llegar a la verdad. Además de las muertes, se sospechaba de probables

fraudes contra las compañías aseguradoras a través de certificados de defunción adulterados y de tráfico de órganos, porque había denuncias de familiares a los que les habían sido entregados los cuerpos de sus parientes con lesiones y cortes extraños que nada tenían que ver con los motivos de internación. Se investigaron las muertes previas en hospitales públicos y privados durante las guardias de Guimarães. Guimarães se había recibido de auxiliar de enfermería en una escuela técnica en 1978, mientras trabajaba como vigilante de seguridad en la TV educativa, y en 1981 había trabajado como auxiliar de enfermería en clínicas privadas como El Samaritano, Pro-Cardíaco, Renault Lambert, Río Mar y Cardio Barra. En 1989, ingresó al Hospital Municipal Souza Aguiar para luego en 1992 ser transferido al Hospital Salgado Filho. En aquel entonces no era necesario contar con la complicidad de los directores de los hospitales para que este tipo de mafia sobreviviera y se proliferara, solo se necesitaba de mandos menores y enfermeros inescrupulosos en los hospitales, donde había agentes funerarios que hasta hacían rotación de turnos para vender servicios fúnebres gracias a informantes como Guimarães. Este engranaje hizo sospechar de un mercado ilegal rentable a la directora de Control Municipal de Cementerios y Servicios Funerarios, Gioconda Antonelli, porque hasta existían los servicios fúnebres para personas indigentes o de muy bajos recursos económicos, cuyos costos eran absorbidos por el Instituto Nacional de Bienestar Social. Se descubrió que muchas funerarias cobraron del INSS funerales que nunca llevaron a cabo y que en el año 2009, de 53.861 personas que murieron, 20.000 fueron enterradas en cementerios de Río de Janeiro. De esas, 4.689 personas, o sea casi el 9%, era indigente. Manoel de Souza, uno de los dueños de la funeraria Novo Rio, negó cualquier vínculo con el enfermero alegando que en quince años solo habían enterrado a diez fallecidos del hospital Salgado Filho. Los investigadores no descartaron una vinculación entre las funerarias y las empresas de seguros, porque según Guimarães las comisiones por informar sobre los fallecidos a causa de accidentes de tránsito eran las más altas, ya que los parientes tenían derecho a recibir un monto adicional de la suma asegurada. El enfermero contó que casi nadie sabía que tenía ese beneficio de muerte por accidente en el que la suma a cobrar ascendía hasta casi R$5.000 y que en ocasiones las personas firmaban un poder pensando que se trataba de un documento en el que daban su consentimiento para llevar a cabo el funeral y no

de uno por medio del cual le estaban dejando a la funeraria el plus del monto asegurado. Por ese manejo él ganaba R$ 1.000, así las muertes naturales valían menos que las producidas por accidentes de tránsito en las que estaban involucrados los seguros de vida. Quizás a la madre del chico de 13 años le inyectó un tranquilizante para poder doblegar su voluntad y que así firmara lo que fuera, pero la dosis no fue suficiente. Edson Guimarães fue detenido el 7 de mayo de 1999. El jueves posterior a la detención, el alcalde Luiz Paulo Conde decidió actuar y firmar un decreto que prohibía la presencia de empleados de empresas fúnebres en hospitales y clínicas para evitar “buitres de hospital”. El decreto fue firmado con diez años de retraso, debía haber entrado en rigor en 1989, cuando el número de las funerarias de la ciudad saltó de 13 a 71, dejando evidencia de una feroz disputa que incluye el pago de comisiones o propinas. Este decreto había sido suspendido en 1979, período en el que se volvieron a otorgar permisos para inaugurar nuevas empresas a través de la alcaldía. En febrero de 2000, Gimarães fue condenado a 76 años de prisión por la muerte de cuatro pacientes. A pesar de haber admitido asesinar a cinco personas, durante el juicio dio marcha atrás diciendo que había hecho su confesión bajo la presión de los investigadores. En el segundo juicio, en septiembre de 2001, el Tercer Tribunal de Juri lo condenó a 31 años y 8 meses de reclusión con un régimen cerrado y sin derecho a solicitar algún tipo de libertad. Técnicamente se pudo comprobar que María Aparecida Pereira y Francisca Teresa Coutinho de Oliveira habían sido asesinadas por él el 4 de mayo, día en que completó su última guardia. Así como también las muertes de Márcia Garnier Pereira, la de Matías Gomes —por inyección letal de cloruro de potasio— y la de Jorge Barbosa en abril de 1999. El lunes 10 de mayo ingresó en la cárcel de Polinter, ubicada en el centro de Río de Janeiro, donde compartía una celda con veinte personas. Al delegado penitenciario Claudio Nascimento le llamó la atención su calma, daba la impresión de no haber tomado conciencia de la gravedad de los delitos por los que había sido encerrado allí. Es común que los presos se depriman al segundo o tercer día de estar, pero esto tampoco le ocurrió, estaba tranquilo, a pesar de que hablaba muy poco. Uno de los reclusos le prestó pantalones cortos y una camiseta con la inscripción “Praia do Forte” porque aún usaba el uniforme de enfermero con el que lo arrestaron. No se trató en este caso de un gesto de

generosidad, dadas las condiciones de hacinamiento, existen estrictas normas de higiene que imponen los mismos internos y en las que prima el aseo personal para hacer más soportable la convivencia. Actualmente, se encuentra recluido en una celda de seguridad. Estas son reservadas para delincuentes sexuales y reclusos que no pueden estar en celdas comunes por su seguridad, ante posibles agresiones. Guimarães es considerado un preso de buen comportamiento, por lo que disfruta de ciertos privilegios. Es calificado como “preso de faena” , es decir aquel que presta servicios o ayuda en la cárcel porque es requerido cuando un interno se siente mal, y brinda los primeros auxilios no solo a pedido de los policías, sino de los mismos detenidos. De este modo, pudo pasar de convivir en una celda con 31 presos a una con 7, equipada con televisor, estufa, heladera y colchones, privilegio que obtienen los presos juzgados y de buen comportamiento que no están vinculados a bandas delictivas dentro de la cárcel.

Fuentes Holstege, Christopher P; Neer, Thomas; Saathoff, Gregory B; Furbee, Brent. Criminal Poisoning: Clinical and Forensic Perspectives. Hardcover, 2011. Douglas, John; Burgess, Ann W.; Ressler, Robert K. Crime Classification Manual II: A Standard System for Investigating and Classifying Violent Crimes. Wiley, 1995. http://extra.globo.com/noticias/rio/municipio-do-rio-tera-que-indenizar-viuvade-vitima-do-anjo-da-morte-do-salgado-filho-320658.html http://g1.globo.com/rio-de-janeiro/noticia/2014/12/rj-tem-pelo-menos-outrosseis-casos-de-assassinos-em-serie-relembre.html http://www.anovademocracia.com.br/no-13/1019-cadeia-para-o-anjo-liberdadepara-os-santos

SOLO TRATO DE PURIFICAR LA TIERRA Asesino en serie peruano que confesó haber matado a 25 personas con arma de fuego. El 14 de julio de 2010 fue condenado a 35 años de cárcel y reparación civil, pero el 13 de enero de 2011 fue declarado inimputable. Actualmente, cumple una medida de seguridad en el pabellón psiquiátrico del penal de Lurigancho.

PEDRO PABLO NAKADA LUDEÑA “El apóstol de la muerte” “Ella no ha hecho nada malo… no debió estar allí, la muerte de la niña me afectó muchísimo. Por esa tragedia murieron diez personas más, ella nunca debió morir, ella valía mucho más.” Pedro Nakada El primero de enero de 2005 a las 18 h, el cadáver de Carlos Edilberto Merino Aguilar, alias “El Chato”, de 26 años, es encontrado en la playa Chorrito de Chancay con un disparo en la zona torácico-abdominal, Pedro Nakada confesó haberlo hecho porque creyó que Merino iba a asaltarlo. Dieciséis meses después, un 31 de mayo a las 2 h, la policía de la ciudad de Huaral encuentra el cuerpo de Teresa Cotrina Abad, de 50 años, en las inmediaciones de la calle prolongación Morales Bermúdez, en el Asentamiento Humano Tierra Prometida de Huaral. Nakada caminaba por un pasaje, ella mientras fumaba le dijo: “No pases por aquí que vas a pagar peaje”, él siguió caminando, se dio vuelta y le disparó. Tenía alojada una bala en la cabeza sin orificio de salida, se justificó diciendo que lo hizo porque la mujer vendía drogas. El 20 de julio de 2006, Walter Sandoval Osorio, un delincuente de 44 años, ingresa fallecido a las 19:40 al servicio de emergencias del Hospital Regional de Huaral. Estaba parado en el frente de su casa y recibió un disparo en la cabeza. El cadáver de Gerardo Leonardo Cruz Libia, de 30 años, es encontrado con un disparo en la cabeza, boca arriba y sumergido en un pozo de agua por la policía de Huaral a las 8:30 del 8 de agosto de 2006 en las inmediaciones del canal de irrigación Primer Orden Donoso, ex hacienda Jesús del Valle, a 300 m de la carretera de Huaral. El arma utilizada era marca Astra, calibre 9mm. Nakada quiso deshacerse de Cruz porque este lo chantajeaba con delatarlo por robo y homicidio si no continuaban robando autos juntos, como aquel 18 de enero de 2004.

El cuerpo de Carlos Walter Tarazona Toledo, de 21 años, es hallado el 18 de agosto de 2006 a las 10 h por personal de la comisaría de Huaral, estaba boca abajo tendido en una acequia seca en las inmediaciones de la Lotizadora San Carlos, Los Naturales de Huaral, cerca del estadio Copa Chola. Un disparo certero en su cabeza localizó allí la bala calibre 9 mm de una pistola marca Taurus. Nakada lo había visto fumando droga. Pedro Nakada iba en su bicicleta a matar “fumones”2 a la zona de Santa Rosa, en eso se le rompe una llanta. En medio de la oscuridad, escucha que otra persona se acerca, también en bicicleta, divisa una silueta y dispara dos veces. Cuando llega hasta el cuerpo, se da cuenta de que era una niña y siente remordimiento, pero igual le roba la bicicleta. Su sexta víctima tenía 15 años y se llamaba María Verónica Tolentino Pajuelo. El personal policial de la DEINCRI de la ciudad de Huacho encontró su cadáver el 19 de agosto de 2006 a las 20 h en las inmediaciones de la carretera de ingreso al Centro Poblado Fundo Lucio en el distrito de Sayán. Tenía una herida perforante en la cabeza por un proyectil alojado de 9 mm de un arma semiautomática de marca Taurus corta. Además del casquillo del cartucho percutado del disparo, cerca del cadáver fue encontrado un silenciador de fabricación casera. Nakada se sintió muy mal luego de este hecho, esta muerte fue desencadenante de todas las que le siguieron. A partir de allí, decidió que tenía que matar más seguido. El 22 de noviembre de 2006 por la tarde, en las inmediaciones de la zona Pampa de la Huaca, un asentamiento humano de Pampa Libre, se encontraron los cadáveres de Luis Enrique Moran Cervantes, de 32 años, Pedro Omar Carrera, de 24 años y Enoch Eliseo Félix Zorrilla, de 22. El primero era un taxista que estaba trasladando a las otras dos víctimas en su vehículo, de patente SGP-674, por la zona de Quepepampa en Chancay. Nakada se sube al auto y percibe que uno de ellos le hace una sonrisa extraña. Los ve sospechosos y piensa que se trataba de “los que se dedican al asalto en taxi”. Contó que “buscaba gente así” porque había muchos asaltos con esa modalidad, además de violaciones. “No lo pensé dos veces”, declarará luego al referirse al hecho de haber matado a cada uno de ellos con un disparo en la cabeza. Luego, tiene la idea de vender este auto por partes y se lo entrega a un amigo, cuyo nombre nunca recuerda, a cambio le da algo de dinero por el importe de tres cajas de balas. El techo, el capot y el parabrisas fueron hallados el 28 de diciembre en una vivienda del Pasaje Medina sin número, de la lotizadora San Carlos en Los Naturales de Huaral.

Nakada les propone a los hermanos Román Joel y José Luis Ciriaco Durand que lo acompañaran a retirar un auto viejo para reparar en su taller, ellos acceden a ir en el mototaxi de José Luis, que trabajaba para la empresa Sergesa. Transitaban lentamente por una chacra de Huando cuando se cruzaron al vecino de Nakada, el vigilante Hugo Vílchez Palomino, que iba en su bicicleta. Nakada sabía de antemano que aproximadamente a las 17 h él hacia ese trayecto al regresar desde su trabajo en el fundo Santa Patricia hacia su domicilio. Entonces recordó aquella vez en que llegó a su casa y lo vio hablando con su mujer como si estuviera cortejándola. Se puso celoso, aquel día pensó: “tengo que matarlo”, le gritó a José Luis “espérate” para que detuviera la moto y le disparó en la cabeza a Vílchez. Joel no entendía nada porque hasta ese momento no se había dado cuenta de que llevaba un arma. Nakada le dijo: “Baja, baja”. José Luis se asustó y se fue en su moto porque no quería participar de este hecho. Vílchez yacía tirado encima de su bicicleta en plena carretera. Nakada corrió su cadáver hacia un costado cercano a una acequia, buscó las cosas que tenía en su mochila y le entregó el celular y el discman de la víctima a Joel, pero se quedó con la pistola Baikal serie BET-9536 del vigilante. Luego le dijo: “Sígueme” y se metieron por una chacra. Joel, temeroso, lo siguió, tenía dos pistolas y esto lo hacía sentirse amenazado. Nakada escondió una de ellas cerca de una playa para poder utilizarla. Su octava víctima fue hallada por la policía de Huaral en las inmediaciones de Camino Viejo a La Esperanza Alta, sección Andomás de Huando, el 18 de noviembre a las 18:20. El cosmetólogo Widmar Jesús Muñoz Villanueva, de 42 años, tenía un salón de belleza de nombre Gisella en la calle Las Ánimas 352 de Huaral. Nakada lo eligió porque según él, la gente decía que era un “maricón que se prostituía y tenía SIDA”. Esperó afuera del local a que se fuera una clienta y entró. Dijo que Muñoz le había propuesto tener sexo a cambio de dinero, entonces le pagó y cuando el cosmetólogo le pidió que entraran en una pequeña habitación, le disparó en la nuca. Luego de matarlo fue a la caja para recuperar su dinero pero vio que había más, así que robó los 1,500 soles peruanos de la recaudación. El cuerpo fue hallado en el negocio el 19 de noviembre de 2006 a las 18 h junto a casquillos y proyectiles calibre 9 mm corto, además de segmentos de material sintético que formaban parte de un silenciador artesanal. El 10 de diciembre a las 21:30, Joel Ciriaco Durand estaba junto a su hermano Percy, quien limpiaba su mototaxi cerca a la plaza de Huaral, cuando se

encuentran con Nakada, que pasaba en su bicicleta. Él se les acerca y le dice a Joel que necesita que su hermano Percy le haga de taxi por unas horas y que le diga que no tome ningún viaje mientras iba a guardar su bicicleta porque volvía en un rato. En realidad su plan era llevar con engaños a algún mototaxista a las inmediaciones del Centro Poblado Sacachispa, en Huando. Joel le tenía temor, pero aun así le comentó del trabajo a su hermano. Luego de un buen rato, Nakada aparece bañado y con ropa limpia, los hermanos Ciriaco se impactaron porque siempre estaba sucio debido a su trabajo de mecánico. Se sube al mototaxi, se sienta en los asientos de atrás del conductor y le pide a Joel que se siente junto a él. En voz baja le pregunta si había hablado con alguien sobre el robo anterior. Él le responde que no, entonces le pregunta qué le había parecido y le aclara que espera que no le haya contado a nadie lo de aquella vez. En un momento pasan por un lugar muy oscuro y le comenta que allí iban las parejas a mimarse. Luego de pasear unos minutos en la moto, los invita a tomar caldo de gallina a un restaurante. Allí les cuenta que necesita ir a ver una moto porque tiene un pedido y les pregunta si ellos quieren ganar dinero, a lo que responden que sí. Entonces van con la moto hacia un paradero de mototaxis, donde él por un rato observa las motos que están estacionadas. Siguen rondando y Nakada se baja en una esquina, luego de unos minutos regresa y les dice que se va a llevar una moto que está estacionada más adelante, pero de pronto aparece el dueño subiendo a un pasajero y se va. Después decide llevarlos por un sitio oscuro de Los Naturales, de allí al centro y luego a otro paradero de motos donde les pide que lo esperen. Ellos mientras tanto van a dar una vuelta. Nakada les había dicho que iba a contratar a un mototaxi y que Percy lo siguiera en el suyo. Eso es lo que hacen, pero lo pierden de vista, luego vuelven a verlo haciéndoles una seña de “ven para acá”. Joel se baja de la moto y le dice a su hermano: “Acá me quedo”, Percy se va del lugar porque no quiere participar. Nakada le dice a Joel que se suba a la moto mientras le apunta al chofer con el arma, él se sube pero al principio no puede prenderla porque no funciona bien el arranque. Luego maneja hacia un puente para dar la vuelta y al volver al lugar, cuando regresa, Nakada está parado esperándolo, pero solo. No vio cuándo le disparó al chofer. En la moto robada van hacia Circunvalación Norte, un lugar oscuro y desolado en Pampa de Los Naturales. Nakada no le dio a Joel dinero por su colaboración porque dijo que no había podido vender la moto y por lo tanto no le habían pagado. El cadáver del mototaxista Nell Cajaleón Pajuelo y

parte del tapizado quemado de su motocarro fueron hallados en las cercanías, casi a 200 m del lugar donde se halló el cuerpo de Hugo Vílchez. Nazario Julián Tamaríz Pérez y Didier Jesús Zapata Dulanto eran dos maestros que el 17 de diciembre a las 18 h caminaban por las inmediaciones del canal de regadío, ubicado en la urbanización Aparicio de Andrés de los Reyes en Huaral. Nakada los sigue y escucha cuando “comienzan a hablar como hablan los maricones”, entonces le disparó a cada uno en la cabeza. Al día siguiente a la 1 de la madrugada encontraron sus cuerpos junto a tres casquillos de bala, sin sus zapatillas ni su dinero, 100 soles. Dijo que los mató con el arma que tenía el día de su captura, pero al cotejarla con estos casquillos, solo uno dio resultado positivo. Los otros dos serían compatibles con los casquillos encontrados junto a dos de sus próximas víctimas. Agustín Andrés Maguiña Oropeza y Luis Melgarejo Sáenz de 46 y 54 años, respectivamente, fueron asesinados la Nochebuena del 2006 a las 20 h. Eran indigentes que solían emborracharse en el descampado Lotizadora San Carlos en los Naturales, cerca al estadio Copa Chola. A Nakada le gustaba frecuentar ese lugar porque era oscuro. Esa noche escucha voces conversando y no sabe de dónde vienen. Comienza a buscar y los encuentra sentados en el colchón de esponja donde dormían a la intemperie, se les acerca y los mata con un disparo en la cabeza: ambos habían estado cerca del lugar donde mató a Nell Cajaleón Pajuelo, esto lo hizo pensar que quizás habrían presenciado ese asesinato. Nicolás Tolentino Purizaca Gamboa, de 35 años, falleció por pérdida de masa encefálica el 27 de diciembre a las 19:30 mientras era trasladado por la policía al Hospital Cayetano Heredia. Era fumador de drogas y tenía prontuario policial por robo. Nakada le disparó cuando caminaba por la Lotizadora San Carlos porque tres años atrás le había robado dinero y algunas pertenencias. En la escena del crimen, fue encontrado un casquillo compatible con los hallados junto a los restos de los maestros asesinados el 17 de diciembre, a su vez, testigos dijeron que cerca del lugar donde murieron los indigentes, habían visto a dos personas quemando restos de tapizado. Esos restos de tela fueron reconocidos por el cuñado de Nell Cajaleón como los de su mototaxi. Los investigadores vieron que a cincuenta metros había una pequeña tumba, la de Hugo Vílchez, construida en el lugar donde se halló su cadáver. Averiguaron cómo había muerto y se dieron cuenta de que todas las víctimas coincidían con el mismo modus operandi: un disparo certero en la cabeza. Así es como se van vinculando todas las muertes, cuyos motivos en un principio parecían estar emparentados al robo.

El 19 de diciembre, día de su captura, Nakada estaba en las inmediaciones de La Huaquilla con Cristian Ponciano, a quien le alquilaba un espacio para trabajar en el taller de mecánica donde también vivía. Entre sus pertenencias se encontró la tarjeta de un señor de apellido Caballero Milla, que aparentemente vendía armas de fuego. También se hallaron chapas patentes de mototaxis y de distintos autos, que los clientes dejaban allí mientras los vehículos eran reparados, documentos personales y drogas. Nakada se dio a la fuga, pero luego de una gran persecución, fue encontrado cerca de un parque escondido en una zanja y con un arma a un metro suyo. Nakada se negó a firmar el Acta de Registro Personal, Incautación y Comiso aduciendo: “Necesito tener mayor conocimiento de esto y no voy a firmar”. Desde un primer momento, admitió ser el autor de todas las muertes y asumió las pruebas y evidencias que lo inculpaban, y que dejó desde un primer momento, en cada escena del crimen.

Análisis Pedro Pablo Mesías Ludeña nació el 28 de julio de 1973 en El Agustino, Lima, Perú. A fines de 2003, cambió su apellido paterno por “Nakada”, haciéndose adoptar por un ciudadano japonés al que le pagó 800 nuevos soles. Tenía pensado adquirir la visa para irse a vivir a Japón. Para esto los ciudadanos peruanos tienen que demostrar ser descendientes de japoneses. Cometió aproximadamente 23 asesinatos en la ciudad de Huaral durante el año 2006. Conocía a la mayoría de sus víctimas, todas ellas eran jóvenes o adultos, entre los que había supuestos delincuentes, mujeres que ejercían la prostitución y homosexuales. Todos murieron por disparos en la cabeza, algunas pocas veces recurrió a cómplices, junto a los que asaltaba taxistas, los asesinaba y desmantelaba sus autos para vender por partes. El día de su captura tenía el cabello largo y ensortijado, su dentadura se encontraba en buen estado y aseada, tenía barba y bigote crecidos de pocos días. Estaba vestido con un sweater de algodón deportivo gris con cierre delantero, una remera de manga larga amarilla y puños verdes que en el centro de su pecho decía: FURY en letras negras y en inglés, término que en castellano significa “furia”. Si bien a simple vista su aspecto era sucio, durante el análisis médico legal, horas después de su captura, sus dientes y pies limpios, ropa interior impecable y uñas prolijamente cortadas, evidenciaron que se ocupaba de su higiene personal, delatando a la vez una importante incoherencia entre su

aspecto externo e interno. Siguió las órdenes de desnudarse para el examen médico legal, pero en un momento sintió vergüenza y se paró detrás de una silla para ocultarse. Un psicótico, en cambio, no obedece órdenes porque está alejado de la realidad y no se escuda detrás de una silla para que no se le vean los genitales: una persona en estado de alienación no siente vergüenza de su desnudez. En su declaración, constantemente remarca que se arrepiente de matar a la niña Verónica Tolentino, demostrando de esta forma que es perfectamente capaz de distinguir entre el bien y el mal. Entre el elástico de su pantalón deportivo gris de algodón y su short verde, atrás de su cintura, llevaba escondida una mini consola de juegos electrónicos marca Brick Game de color celeste con botones amarillos. Los músculos de sus piernas estaban tonificados y sus zapatillas de lona y medias de algodón blancas, en buen estado. Se mostró sumamente exaltado, hablaba con un tono de voz alto y estaba agresivo, pero por momentos reprimía esa hostilidad, evidenciando con estas oscilaciones de humor su labilidad emocional. Contó que provenía de una familia integrada pero violenta, que sus padres “vivían como perros y gatos”, y que desde que tenía uso de razón su padre le pegaba a su madre porque era celoso y él, al ser pequeño, no podía hacer nada. Entonces se escapaba a los cerros y al cementerio, a veces hasta por dos semanas dormía en la calle. Sentía miedo de quedarse dormido en su casa, les temía a todos los miembros de su familia. Recordó que cuando tenía 5 años sus hermanas le pintaban la boca y lo vestían de mujer para burlarse de él, refirió que la suya era una familia unida pero que nunca lo apoyó. No vivió con sus hermanos porque sus padres los dieron a sus tías y él se quedó en la casa. Sabe que su hermana Ana Cecilia sufría de depresión y se suicidó el 21 de febrero de 1997 tomando veneno y cortándose las venas, que su media hermana por el lado materno, Lidia Esperanza, era tratada en el hospital Hermilio Valdizán por un cuadro de psicosis esquizofrénica y que su hermano Claudio Gerardo era adicto a las drogas. Asegura desconocer si en ese momento estaban recibiendo atención psiquiátrica porque no le interesa saber de su familia ni quiere verla. Cuando tenía entre 7 y 8 años, murió su perrita y su familia lo acusó de haberla matado, le dijeron: “Tú la mataste, tú la mataste”, él decía que no, pero no le creían. Refirió: “Como me dijeron eso, entonces yo comencé a matar

animales, mi mayor defecto es ser colérico, la cólera me hacía matar”. De chico mataba animales para sentirse bien, de adolescente cuando trabajó en algunas chacras de Mala en la provincia de Cañete, mataba perros y aves de corral, luego se untaba el cuerpo con esa sangre, lo que expresa una hematofilia, que consiste en sentir placer sexual al ver, sentir, oler o tocar sangre. Estudió hasta tercer grado de primaria, no se sentía aceptado por los compañeros, según él porque “ellos lo molestaban”, tampoco tenía amigos. Contó que a los 8 años su hermano lo obligaba a practicarle sexo oral, luego, lo obligaron a tener relaciones sexuales con su hermana. El incesto fue algo que él repitió con sus hermanas menores. No quiso hablar de su adolescencia y juventud pero dijo que jamás había estado bajo tratamiento psiquiátrico. No recordaba haber hecho el servicio militar, pero sí admitió que tenía esposa e hijos y que no podía sentarse a la mesa con ellos porque les tiraba la sopa caliente en la cara y luego se iba de la casa. Esta firme negación a hablar de algo que podría provocarle angustia refleja su capacidad de anticipación y autoconocimiento, capacidad que se reafirma cuando en el juicio oral, al referirse a la violencia doméstica que ejerció, dice que “cada persona tiene un lado bueno y un lado malo”. Respecto a su vida sexual, contó que practicó la zoofilia, es decir el sexo con animales. De su primera relación con Dominga, de 28 años, tiene tres hijos de 14, 10 y 8 años. Se separaron porque, según él alegó, ella era muy celosa, al respecto, contó: “Quemaba mi ropa, estuvimos cinco años, ya no la aguantaba, yo le pegaba”. Con su otra mujer, María, de 27 años, tiene dos hijos de 3 y 2 años, refirió que “ella era floja (vaga), no quería hacer las cosas, a veces les pegaba, después de las muertes que hacía…”. Trabajaba como mecánico de autos de forma esporádica en Huaral, en el taller de un amigo. Su relato fue comprensible pero su asociación de ideas era regular. No presentaba alteraciones perceptivas, como alucinaciones, es decir, percepción a través de los sentidos de objetos reales pero que no están presentes. Demostró tener un estado emocional cambiante, irritable y colérico por momentos. Respecto a su valoración en lo social, mostró un bajo umbral de tolerancia. Dijo que fue echado del ejército porque quería ser el mejor de todos, el número uno, todo lo que hacía tenía que salir bien, pero un día lo echaron y le dijeron que “no era apto para la sociedad” porque cuando estaba haciendo prácticas de tiro, no recuerda si mató o no a alguien. Es allí donde aprendió a usar armas. Existe en él una tendencia a encerrarse en sí mismo y aislarse del resto, lo que

da lugar a la aparición de sentimientos negativos, incubadores de ideas obsesivas hacia personas que considera peligrosas o amenazantes para la sociedad, incluso para sí mismo, como el vecino que pensó que cortejaba a su esposa. Contó que una voz le indicaba cuándo debía “salir a matar gente mala”, también le decía que era “enviado por Dios para limpiar Huaral” o para “matarse”, que mataba de noche, que no sabe “por qué le sacaron sus muertos”, haciendo alusión a la cantidad de víctimas contadas por él (que eran más que las conocidas por la policía). “Me gustaba la noche, por los gritos de las personas, los gritos que me pedían auxilio y yo tenía que salvarlas”. ¿Por qué a él le pedían ayuda?, le preguntó su abogado durante una audiencia, y contestó: “Yo puedo... la policía es cobarde, agarran violadores, rateros y los sueltan, yo soy el mejor”. Pero, ¿por qué él y no otra persona si los otros son más que él? Frente al tribunal, contestó: “Está equivocado doctor… sí puedo acabar con todos… para mí no hay nada imposible”. A veces escuchaba voces que le decían que tenía que acabar con la gente mala, esa voz era del creador, de Dios, pero en el momento del juicio dijo no saber más de ella porque “ya no la escuchaba”. Sin embargo, durante el primer examen médico legal, el prestigioso perito psiquiatra del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público, doctor Moisés Ponce Malaver, le preguntó si la voz que escucha y que le ordena matar era de hombre o de mujer y él no supo precisar. Los delirios son alteraciones del juicio y se caracterizan porque tienen su base en alucinaciones. Las voces que un paciente esquizofrénico escucha forman un sistema de creencias rígido, constante en el tiempo y que lo gobierna psíquicamente, por eso cuando se le pregunta a un paciente si esa voz es de hombre o mujer, existe de parte suya certeza y convicción sensorial, aunque nadie más la oiga. En este caso, al no poder precisar el género de esta voz, Pedro Nakada parece carecer de la certeza y el autoconvencimiento propios de un esquizofrénico. Para diagnosticar con precisión una esquizofrenia paranoide, se requiere examinar cada una de las partes que componen la mente humana, la conciencia, la atención, la percepción, el pensamiento, la inteligencia, la memoria, el afecto, la voluntad y el instinto. La intensa convicción subjetiva del delirante frente a sus ideas —patológicas y relativamente constantes— de ser perseguido, controlado, dominado, influenciado, víctima de complot o perjuicio, e incluso las certezas celotípicas, es el origen y peligro de una pobre o ausente resonancia afectiva, de la ausencia de remordimiento o la falta de empatía por los demás. “Dios me ha elegido para limpiar la ciudad”, “Estoy haciendo un bien a mi

país y al mundo”, por momentos, Nakada pareciera saber cómo simular los síntomas visibles y típicos de la esquizofrenia, como por ejemplo escuchar voces que vienen de afuera. No hay que olvidar que estos síntomas no le son ajenos porque su media hermana, Lidia Esperanza, los padece. Impresiona que haya matado a Hugo Vílchez no por un delirio celotípico o místico como podría haber parecido en un principio, sino simplemente porque tenía ganas de robarle la pistola con la que trabajaba de vigilante para poder él seguir matando, pero pareciera necesitar una buena excusa ante los otros. Para el doctor Ponce Malaver, el diagnóstico de Nakada es afín a un trastorno disocial de la personalidad que se diferencia de la psicopatía porque no hay en este caso una predisposición genética: el sujeto no nació así y luego el medio ambiente completó el proceso, sino que el trastorno se ha ido moldeando, formando en ese ambiente. Así, algunos aspectos de este trastorno coinciden con la psicopatía, como el ir por la vida en beneficio propio y en contra de la sociedad. De las 13 muertes que se le comprobaron dijo: “Sí, los maté, son más personas, los han sacado… Era una lista larga y los han sacado”, dejando claro su ansia de reconocimiento por este logro personal en contra de la sociedad, aunque asegure haberlo hecho para “purificar la tierra”. En una audiencia contó que en ocasiones se automedicaba tomando cuatro pastillas para dormir, y seguía sin recordar la fecha de su captura, como si padeciese una especie de amnesia selectiva. “Matar para mí es como una emoción, y prácticamente acordarme de esa otra persona, que también tenía que morirse… me hace sentir bien”. Los muertos lo hacen sentir bien, así como los animales que había matado en su infancia. Esta sensación de omnipotencia y capacidad de manipulación parecieran revelarse cuando declara públicamente, frente a los periodistas y estando esposado: “Mis hermanos me hacían sexo oral, abusaron sexualmente de mí cuando era niño”. Aunque sea cierto, puede reconocer qué actos son perversos, y da la respuesta socialmente esperada, es decir, lo que a nivel social explica el origen de su conducta criminal. Esto demuestra que claramente puede discernir entre el bien y el mal. Pareciera saber lo que la sociedad quiere escuchar y, ya que está, se instala en el lugar de víctima equiparándose a las suyas y culpando a otros, por ejemplo su familia, por sus asesinatos. Siguiendo el razonamiento que puede desprenderse de sus palabras, estos crímenes no serían más que la repetición de un patrón de violencia familiar. Salvo con la menor de 15 años, a la que mató para robarle la bicicleta, no

considera víctimas a las otras personas porque hacían cosas malas, los mató porque eran asaltantes, violadores, fumones, alcohólicos y rateros3. Dijo: “Yo mataba por una razón, al matar al ladrón, ese ladrón ya no va a robar nunca más… el ladrón roba para los vicios”. Recordemos que dijo haber divisado una silueta en la oscuridad y disparar, no le constaba si era un fumón, una prostituta o un ladrón para purificar, esta vez era consciente que fue para robar una bicicleta. Contó que su misión era “matarlos por lo que eran, lo peor que puede producir este mundo… son seres humanos que no sirven para nada”, no mataba por dinero, tenía trabajo y no era eso lo que necesitaba. Entonces, ¿por qué vendía las autopartes? Simplemente él se niega a hacerse cargo de los robos, cuando en realidad el robo era otro de los delitos que cometía. Nakada cuenta que no siempre se quedaba con trofeos de sus víctimas. Joel declaró haberlo conocido un día feriado, cuando con su camioneta chocó el auto de un hombre que le exigió una reparación inmediata, ese día el único taller mecánico abierto era el de Nakada. El padre de los hermanos Ciriaco trabajaba en el rubro, tenía un negocio de vidrios polarizados llamado “Los siete hermanos Ciriaco”, es así cómo entablan una relación de conocidos. Sabía que sus hermanos trabajaban como mototaxistas y los utilizó hasta que pasaron a ser una molestia para él, por eso pensaba que “también tenían que morir” porque según él, “lo tenían cansado, iban todo el tiempo al taller donde trabajaba a molestarlo con propuestas de trabajo porque sabían que tenía tres armas escondidas… te miraban algo y ya sabían”. Le decían: “Vamos acá, vamos a hacer este trabajo”, piensa que su captura les salvó la vida a los Ciriaco, “si no, ya estarían muertos”. Wilfredo Antunez Acuña era un cliente suyo al que le vendió el taxi que robó luego de matar al dueño y a sus ocupantes. Solía arreglar el auto de Antúnez, a él lo consideraba un amigo, pero estaba ofendido porque jamás lo había invitado a pasar a su casa cuando iba a visitarlo. Nakada por su tendencia a encerrarse en sí mismo se deja llevar por el odio y el rencor retroactivos, es así como justifica haberse vengado de Nicolás Tolentino Purizaca asesinándolo. La rapidez y la ausencia de derramamiento de sangre en cada uno de sus ataques indica un alto nivel de precisión para disparar, para ello se requiere de práctica y concentración, es decir atención. Su frialdad no le dio lugar al nerviosismo, el temblor o la dubitación, esta predilección se contrapone con la sangre que derramaba y la hematofilia que practicaba en su adolescencia cuando mataba animales en las Chacras de Mala. Los de Nakada no eran homicidios sexuales, ya no confrontaba cuerpo a

cuerpo con sus víctimas para matarlas, ya no le satisfacía la sangre como hacía con los perros y aves de corral, sino que con cada nueva muerte reafirmaba su poder a través de la sorpresa, el autocontrol y la prolijidad de un arma de fuego. La construcción de silenciadores artesanales para no hacer ruido y así no ser descubierto y el hecho de intercambiar las pistolas, son dos hechos que hablan por sí solos de una preparación metódica que tenía que ver con su estilo de vida y habilidad como mecánico. Nakada sabía que si dejaba huellas difícilmente fuera capturado porque no tenía antecedentes penales y sus huellas no estaban registradas en la Escuela Militar, ya que había sido desafectado a los dos meses de ingresar como voluntario. Además, cambiar de armas servía para confundir a los investigadores y desvincular a un homicidio de otro, esta precaución por su complejidad no podría ser meditada por alguien que padeciera alienación mental. El análisis del desplazamiento geográfico de cualquier agresor en serie es vital para la investigación criminal. La confección del perfil geográfico criminal incluye aspectos no solo prácticos de los ataques, también expresa factores emocionales y psicológicos, se evalúa qué es lo que hace, cómo lo hace y dónde ha sido más efectivo. Para el perfilador criminal, también es sumamente importante lo que pudo y prefirió no hacer.

El análisis integral de las locaciones donde Pedro Nakada descargaba su violencia (son 13 los ataques comprobados) indica que esta geografía en un principio no estaría conectada con otros asesinatos en serie. Ocurrieron en zonas rígidas, conectadas entre sí por su cercanía: Huacho, Huaral y Chancay, el desplazamiento entre ellas no era mayor a una hora en auto. El acceso a esas zonas no era difícil por su proximidad a carreteras, playas, canales de irrigación, descampados o caminos, siendo en su mayoría lugares oscuros y poco transitados.

Luego del primer homicidio, pasaron 16 meses de período de enfriamiento emocional, esto es, el lapso en que se suspende la actividad ofensiva. Sin

embargo, esto no implica que haya renunciado definitivamente a su compulsión homicida, por el contrario, no solo no se detuvo, sino que reinauguró la temporada de asesinatos cobrándose la vida de 16 personas en un solo año, lo que habla de su voracidad. Existen varias razones por las que algunos asesinos en serie suspenden momentáneamente sus ataques, el enamoramiento es una de ellas. En estos casos, la satisfacción sexual que obtiene con cada acto homicida sería desplazada hacia otro modo u objeto de obtención de placer. Otras causas pueden ser el temor a ser descubierto (por ser consciente de algún error cometido en la última actividad), saturación, una mudanza y por ende un cambio de territorio, perfeccionamiento de modus operandi y nuevas estrategias o métodos delictivos, el planeamiento de un nuevo crimen o delito, encarcelamiento, enfermedad o muerte. Algunos meses del año, como agosto, noviembre y diciembre, al igual que ciertos días de la semana (los sábados específicamente) marcan una abismal diferencia con el resto en relación con su actividad delictiva. No pasaban de una las víctimas asesinadas los días martes, jueves o viernes. En cambio, en dos sábados mató a dos personas. En tres miércoles mató a cinco personas, incluyendo el 22 de noviembre, cuando asesinó a tres simultáneamente. Cinco domingos pareció tener la confianza y el ánimo suficiente como para matar a siete personas. El 17 y el 24 de diciembre asesinó a dos personas cada día. Luego de la muerte de la menor Verónica Tolentino, Pajuelo, confesó haberse sentido acongojado por tratarse de una niña inocente y no de un ser impuro, pero se justificó diciendo que había divisado una silueta que “casualmente” manejaba una bicicleta que podría sustituir a la que a él se le había roto. Este hecho, calificado por él mismo como error, no sirvió para modificar su conducta y continuar una vida normal, después de todo nadie lo había descubierto aún, al contrario, descansó tres meses y volvió a su actividad el 22 de noviembre, en 35 días mató once personas. En el mes de agosto, el desequilibrio que estaba comenzado a desbordarlo lo llevó a detenerse luego de la muerte de la niña, sin embargo, le bastó un breve período de enfriamiento para retornar con mayor omnipotencia y astucia, demostrada en la técnica de intercalar tres armas en cada ataque para confundir a los investigadores. Nakada era conocido como “el mecánico” trabajador, casado y con hijos, pocos sabían de su vida delictiva. Desconocían que robaba autos para venderlos por partes o la violencia doméstica que ejercía con las familias que había formado. Los lugares que elegía eran conocidos por él. Salía a cazar con su

bicicleta o con la moto de los hermanos Ciriaco, sabía las vías de escape porque vivía en Huaral, cerca de Chancay, Huando y Huacho. Estas eran sus zonas de confort, el hecho de ser huaralino le permitía moverse cómodamente en el lugar y sentir de este modo que tenía un control más fino sobre lo que allí pasaba. Por eso omitió zonas alejadas, o a Lima, la capital, porque ya estaba mimetizado con su zona de anclaje, donde podía pasar desapercibido. En las playas se sentía refugiado, al igual que en los cerros, donde contó que iba a llorar solo cuando su padre lo golpeaba o sus hermanos abusaban de él. Aunque hubiese podido trasladarse, recorrer y estudiar otros cotos de caza, por cuestiones de tiempo, de ánimo y por su propia capacidad intelectual no quiso adaptarse a lo nuevo. La comodidad y el conocimiento cabal de las vías de acceso y escape reducían el riesgo de ser atrapado en cada incidente. Nakada se manejó de acuerdo a la rigidez del principio de territorialidad geográfico criminal, se movió dentro de una zona de la que no pudo o no quiso alejarse, un lugar de anclaje y caza habitual, confirmando de este modo la hipótesis de que mientras más cercano es un hecho a una zona de comodidad, por ejemplo trabajo o lugar de residencia, mayor es el grado de violencia y efectividad, debido a la autoconfianza que esta cercanía genera. A medida que se desplaza, y se va distanciando de esta zona de confort, se registra un decaimiento cronológico entre los ataques. Kim Rossmo lo llama “el principio de decaimiento con la distancia”. Evidentemente lo que detuvo a Nakada unos meses no fue un genuino remordimiento, sino el hecho de haberse trasladado a la provincia de Huaura para matar “fumones”, es allí donde asesina a Verónica Tolentino, en el distrito de Sayán. El 22 de noviembre, en Chancay, se probó a sí mismo que podía matar tres personas en un mismo evento, y con la ambición característica de los asesinos en serie y la impunidad con que se manejó, redujo los lapsos entre los ataques e incrementó las víctimas matando a partir de entonces dos o más personas por vez. El día que vende la Station Wagon blanca comienza un vicio, al igual que los drogadictos o ladrones que tanto despreciaba y con los que, a pesar de robar él, no se identificaba. A esos tres muertos del taxi les da el valor de tres cajas de balas, en esto es coherente, no es el lucro lo que lo motiva, porque en definitiva mata para poder seguir matando, para sentirse bien. Durante el juicio recordó en detalle la mayoría de los ataques y dijo: “Están en mi lista de muertos”, les disparaba en la cabeza para que no sufrieran y estén en paz con Dios, ellos no merecían vivir porque eran “gente mala”. El 14 de julio de 2010, Nakada fue declarado culpable con una pena privativa de la

libertad efectiva de 35 años, más la suma de diez mil nuevos soles sin costas para reparación civil a cada uno de los agraviados, por los jueces superiores Raúl Reyes Alvarado, Caballero García y Rivero. Cuando ingresó a la cárcel de Carquín, dijo que no quería salir del penal porque allí lo trataban bien. Durante el juicio oral mantuvo un tono monocorde, dócil y calmado. Aseguró no saber en qué lugar estaba, tampoco poder recordar algunos eventos y, otros, como su niñez o familia, no querer recordarlos. Durante una de las audiencias dijo que no sabía si estaba en un colegio, una cárcel o una sala de audiencias y que “con tantas preguntas me hicieron sentir otra persona”, agregando que “es una sensación que parece como si estuviera metido en una cajita tan pequeña, pero no quiero salir de allí y tengo miedo que se reviente la caja”, no quería irse de donde estaba porque lo trataban bien. Comentó que a su lado tenía a “un monstruo, uno que dice que es hombre, que mató a una niña de tres años, la violó y la mató, yo duermo solo pero él duerme al costado, ¿te imaginas tener al costado a la persona que más odias?”, y no piensa avisar cuándo o si va o no a matarlo “tendrían que meterlo conmigo para ver qué es lo que pasa”. Su abogado le preguntó si en el lugar donde estaba alojado iba a seguir cumpliendo con su misión porque allí donde él estaba había gente mala, él contestó que estaba “en una cajita que todavía no se rompe”. Dijo que no estaba enfermo, ni se sentía mal, que solo tomaba pastillas para dormir por el ruido, las groserías y tonterías que se hablaban. Además, que dentro del penal trabajaba “en arte” pintando paredes. Con el tiempo, su conducta comenzó a llamar la atención: hablaba solo, no dormía e intentó ahorcar a su compañero de celda con un cable de electricidad. La ansiedad hacía que se cortara los brazos para sentir alivio emocional. No se le permitía entrar a otros pabellones de los edificios porque había matado al perro de uno de estos edificios: “quería matar en ese momento… porque ya no podía hacer nada, no podía matar más gente”. Luego de hacerlo intentó suicidarse cortándose los brazos y las manos, al igual que su hermana. Su abogado solicitó una apelación por considerarlo inimputable al no haber ocultado su esquizofrenia al personal penitenciario. Argumentó que necesitaba tratamiento especializado y que, de no ser así, cuando saliera volvería a matar. El 13 de enero de 2011, tras la apelación, fue declarado inimputable. Actualmente cumple una medida de seguridad de 35 años en el pabellón psiquiátrico del penal de Lurigancho.

El 16 de septiembre de 2015, el hermano menor de Pedro Nakada, Vayron Jonathan, que vivía en Japón y le enviaba dinero para ayudarlo, fue detenido en la ciudad de Kumagaya, prefectura de Saitama, sospechado de asesinar a seis personas, entre ellas dos niñas de 7 y 10 años y una anciana de 84. Gritando desde la ventana de la casa de una de sus últimas víctimas, al igual que sus hermanos Ana Cecilia y Pedro se cortó los brazos, pero frente a los vecinos, la policía y las cámaras de televisión, luego saltó al vacío.

Fuentes Poder Judicial del Perú Perfil geográfico, Kim Rossmo. CRC Press LLC, 2000. http://peru21.pe/mundo/japon-peruano-fue-detenido-sospechoso-asesinar-seispersonas-2227683 http://www.asesinos-en-serie.com/pedro-nakada-el-apostol-de-la-muerte/ 2. Fumadores de droga. 3. Ladrones.

La casa de los espejos rotos Dos hermanas cometen un parricidio en un ritual de purificación al que su padre se entrega como cordero pascual. Un caso de folie-à-deux o “locura de a dos”, en el que ambas son contagiadas y arrastradas por un delirio demonológico y místico.

LOCURA DE A DOS Crux sancta sit mihi lux, non draco sit mihi dux, Vade retro satanás, numquam suade mihi vana, Sunt mala quae libas, ipse, venena bibas. Marcos (8,33) La Santa Cruz sea mi luz, no sea el dragón mi señor. ¡Apártate, Satanás! Nunca me atraigas con engaños, maldad es tu carnada, bebe tu propio veneno. La noche anterior se oían rezos y cánticos desde la casa donde vivía Raimundo junto a sus dos hijas, Dalmacia y Azucena, ambas estudiantes universitarias. Ese lunes la policía es alertada por los vecinos. Luego de escuchar gritos, llegan al lugar y ven a través de un vidrio que en el comedor de la cocina estaba parado un hombre junto a dos chicas, los tres estaban desnudos. En ese momento el hombre se arrodilla entregándose como víctima, las dos mujeres lo acuchillan de una manera especial: no hunden el cuchillo en su carne, sino que usan el filo del mismo sobre su piel sucesivas y numerosas veces (se calculan unas ciento cincuenta), causándole así un ‘fileteo’ del cuerpo que es mortal por el sangrado copioso que producen esas heridas cortantes. ¿Qué ocurría? Las hijas se hallaban con la certeza delirante de que el padre guardaba el demonio dentro y que su piel era en realidad “igual a la de un muñeco” que ellas tenían que “descascarar”. Además lo muerden dejándole marcas en sacabocado en el cuerpo. Luego ambas chicas pelean, una ataca a la otra y se dejan mutuas lesiones cortantes. Después de repetidos intentos — porque puertas y ventanas estaban trabadas— la policía ingresa en la casa, en la puerta los espera una de ellas, que los amenaza con un cuchillo expresándose como si fuera un hombre y diciéndoles: “Soy el Purificador”. Varios de quienes

participaron en el operativo tenían vasta experiencia en tales episodios, sin embargo, narraron que al entrar el panorama había sido terrible, siniestro, y que incluso algunos de ellos habían sentido un intenso pavor.

El rito Luego de contenerlas —y de que mataran a su padre, quien se entregó como “cordero pascual’— observan un lago de sangre en el piso y manchas de sangre en las paredes y el techo. Un cuchillo de unos doce centímetros marca Tramontina está tirado cerca del cadáver del señor de unos 60 años. En la hornalla de la cocina hay una olla tapada con comida. En un cuaderno apoyado sobre la mesa del comedor se veían varios apuntes sobre los Ascetas, personas cuya doctrina filosófica o religiosa las lleva a buscar la purificación espiritual negando los placeres materiales y practicando la abstinencia. Predominan en los escritos datos sobre San Benito de Nursia, un santo reconocido por alejar el mal contra él mismo y sus discípulos por medio de la fe de sus seguidores y hacer milagrosos exorcismos, y otros inventados por enseñanzas exóticas, como la de San Hesperidión. Además, había varias fotocopias sobre temática esotérica y magia negra de divulgación, una de ellas era de la clase dos del primer nivel de un curso de operadores alquímicos que se refería a la dinámica de la estructura vibracional. También había vasos con hierbas, muñecas negras y velas, que tendrían relación con este tipo de práctica.

El padre Raimundo yace desnudo acostado boca arriba, su mano izquierda pétrea está aferrada a un palo de las escaleras que conducen al primer piso de la vivienda, probablemente se deba al intento de ponerse de pie. Todo su cuerpo está cubierto de sangre, su pecho tiene múltiples heridas cortantes de arriba hacia abajo; en su abdomen, inscripto con cuchillo, un gran círculo con heridas superficiales que aparentan formar un pentagrama esotérico. A su rostro, completamente mutilado por el mismo tipo de arma, lo cubren heridas que asemejan la forma de una cruz cristiana. La mejilla izquierda le ha sido desgarrada a mordiscos. Le falta un trozo de cuero cabelludo y su oreja derecha ha sido seccionada y dejada a un costado del cuerpo. No hay mutilación genital pero en la ingle se observa una lesión cortante poco profunda y las piernas presentan una mínima cantidad de heridas, además de manchas de sangre de chorreadura compatibles con la posición de bipedestación que dijeron ver los policías, es decir, que estaba

de pie cuando recibió las puñaladas. A pesar de tener heridas defensivas en sus brazos, lo que lo lleva a la muerte es un corte profundo en la carótida.

Las hijas Luego de la muerte de su madre, Azucena, la menor de las hijas, buscó consuelo en el sendero espiritual, y parecía haberlo encontrado en las enseñanzas de una escuela de esoterismo especializada en temas de magia y satanismo. Ambas, ella y su hermana, tomaban clases los viernes por la noche para aprender a encontrarse con su “ángel de la guarda” en búsqueda de protección. Un día Azucena comunica a su familia que el diablo había entrado al cuerpo de su padre y tenía que sacárselo. Él se presta pasivamente para este “ritual de purificación”. Ella padece esquizofrenia, un tipo de psicosis, es decir de alteración grosera de la personalidad con escisión del Yo, ambivalencia afectiva y disociación asociativa del pensamiento. La esquizofrenia en su variedad paranoide se caracteriza por la presencia de un ‘delirio de influencia’. Quien lo padece siente que alguien o algo lo domina, —puede ser un radar, una máquina, un satélite, o el propio demonio—, las alucinaciones auditivas son el modo en que se manifiestan. Una idea delirante es una idea errónea, instalada mórbidamente, que tiene una fuerte carga emotiva y ‘que mueve a la acción’. Varias ideas delirantes forman una historia, una trama cuyo enlace puede estar bien sistematizado, o sea ser creíble, y otras veces no. Son apoyadas por mecanismos intuitivos, ilusorios, sugestivos o alucinatorios. En este caso eran inverosímiles, causadas por alucinaciones (visuales y auditivas), ilusiones e intuiciones; especialmente por las primeras. El delirio de tipo místico no deja de ser convincente, por el contrario, se trata de una certeza cuya característica básica es la frescura sensorial de las alucinaciones auditivas, visuales y de tipos diversos, que pueden ser descriptas perfecta y detalladamente por el paciente cuando se le pregunta por ellas, además de la sensación de éxtasis espiritual y arrobamiento o enajenación que siempre las acompaña. Es por esto que estas alucinaciones percibidas por los sentidos tienen una intensa convicción subjetiva, son irreductibles e incomprobables, aun ante la contundencia de una realidad que las contradice, como asegurar que ladra un perro en un cuarto que nosotros vemos absolutamente vacío. En el caso de Azucena, lo significativo de este rol de purificadora es por un lado la misión trascendental encomendada y con la que Dios la ha privilegiado enviándole

“mensajes”, se trata de las alucinaciones mencionadas, en este caso auditivas. Y por el otro el éxtasis, una sensación altamente placentera que invade al sujeto que protagoniza estos sucesos. Ambos desencadenan en un delirio demonológico y místico, que se impone mediante esta orden mesiánica de “salvar”. La joven no duda ni teme sacar al diablo del cuerpo de su padre, al que cree un muñeco, cubriéndole de filetes el cuerpo y desangrándolo porque esa realidad interpretativa patológica y paralela es la que la gobierna. Cualquier mirada objetiva que se acerque a lo real cree fehacientemente que ella está asesinando a su propio padre. La carga afectiva que sustenta semejante descubrimiento encuentra su vía regia en los apuntes, interpretados por ella como un mandato a seguir para cumplir con su objetivo de salvación. Ella interpreta estos apuntes literalmente, como verdaderos mandatos, su patología excluye la capacidad de interpretarlos de manera metafórica. En la percepción intervienen tres procesos psicológicos: la sensación propiamente dicha, la evocación de los recuerdos y la asociación de ideas. La alucinación es una alteración de la percepción, consiste en un constructo, una captación sin estímulo real ni presente que aparece en el área sensorial alterando la visión, la audición, etc.; su producto, el delirio, es un error de juicio de realidad basado en un pensamiento que no es objetivo, razonable, estable, fundamentado, ni cumple con las leyes lógicas de la asociación de ideas. Las voces se llenan de sentido con absoluta certeza: “Dios me habla”, “Es el diablo el que habla porque está adentro tuyo”. Para protegerse y salvar su deseo de descargar el impulso violento, Azucena comunica proyectivamente su locura al padre y a la hermana, acusándolo a él de poseído y sugestionándolos. Entonces es el diablo el responsable del mal familiar y no la paranoia mística que sufre. Así, acusa para defenderse desde el lugar de la protectora que debe atacar ese cuerpo porque es ese el único modo de restaurar la paz, ellos con su acatamiento alimentan su megalomanía, que se desprende de una sensación de grandeza y de la omnipotencia de sus ideas. ¿Pero qué ocurrió con Dalmacia?, ¿y con Raimundo? La mayoría de las lesiones que tenía el padre eran vitales. Él accedió a desnudarse para ser “escrito” en el cuerpo con cuchillos e incluso comenzar a ser cortado y mutilado mientras estaba vivo, quizás su terror por sugestión, la idea de tener el diablo adentro, fue más fuerte que el dolor físico. Dalmacia, la hermana mayor, padecía un trastorno esquizofreniforme. Se trata de una alteración que se caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones, discurso y comportamiento desorganizado, pero cuya producción sintomática puede durar de uno a seis

meses. Lo que ocurrió esa madrugada de ninguna manera fue producto de un impulso, sino que se venía gestando desde hacía tiempo y corresponde a un fenómeno que forma parte de la historia de la criminología y la psiquiatría: una folie-à-deux o “locura de a dos”. Se trata de un trastorno psicótico compartido en el cual un delirio es transferido de una personalidad esquizofrénica hacia otra proclive a este tipo de alienación compartida. Por definición, la sugestión hace posible la credibilidad y aceptación de una idea erróneamente concebida. Tal mecanismo genera una realidad interna muy especial, en cuyo ámbito solo existe incertidumbre y miedo. Por la sugestión algo puede ser o no verdad; y si resulta ser verdad, la misma quizás pueda ser vital o letal para el sujeto, según como se la imagine. En suma, la sugestión se mueve en el límite entre la vida y la muerte, de ahí su tremendo poder y su arrolladora potencia. El mecanismo de la sugestión reina en una realidad paralela demonológica y delirante según la cual hay que combatir al enemigo. En este mundo de certezas no hay lugar para las metáforas, todo se “lee” como literal. La fantasía, la desesperación y el miedo de que el diablo siga comandando el cuerpo del padre se impone y entonces urge hacer algo para combatirlo. La personalidad activa que induce y dirige es considerada por la otra como portadora de un ‘don’ especial por el que va a lograr esta tarea encomendada, que ha sido entrenada a través de los conocimientos de cursos de esoterismo. Así, una alimenta a la otra su delirio místico y purificador igualándose de este modo en el uso del don citado y ambas tienen acceso ‘a la divinidad’. Lo curioso es que cuando ambas personalidades que se complementan en este ida y vuelta son separadas, al poco tiempo, no sin terapia y sin tener que atravesar picos de euforia y depresión inevitables, el delirio va desapareciendo, se disuelve hasta que vuelven a encontrarse con la coherencia, la lógica, la organización del pensamiento y la lucidez. Queda solo a la luz la patología de ambos integrantes, sin interferencia alguna.

La casa La vivienda de las víctimas muestra su estilo de vida. En este caso, las fotos familiares recuerdan tiempos mejores, pero el desorden atípico y la suciedad reflejan ese remolino de locura compartida. Subiendo las escaleras se llega a un pequeño pasillo donde están las habitaciones y un baño imposible de transitar

porque el suelo está cubierto de trozos de espejos rotos con la parte refleja hacia abajo. Quizás esto se deba a que los espejos son considerados canales de apertura hacia otras dimensiones y porque según las creencias religiosas ni el diablo ni los muertos pueden irradiarse en ellos. Predomina el desorden sin sentido alguno. Una de las habitaciones tiene un catre sin colchón y sobre una mesa rebalsan amontonadas bolsas de tienda vacías. La cama de otro de los cuartos está totalmente cubierta por una montaña de ropa y objetos sin espacio para sentarse, además no se puede ingresar allí por la cantidad de bolsas, ropa y basura acumulada en el suelo. Hacía días que los tres venían durmiendo juntos en una habitación. El baño con el espejo roto, el lavabo, bidet e inodoros están impecables, pero alrededor de ellos hay restos de vómitos y materia fecal, también en la bañera hay heces de días. El no uso de los sanitarios nos habla de una verdadera alienación. Aunque en otros hechos criminales o de robo se ha observado materia fecal dejada por ejemplo en sillones o camas, esto se relaciona con un sentimiento de rebeldía o desprecio hacia los dueños o inmuebles atacados, pero en este caso en particular los dueños de casa conviven voluntariamente durante días con esa suciedad. Ninguno hace nada para cambiar, por eso la casa no tenía relación alguna con la razón o la salud psicológica. Los dibujos que resultan indescifrables en el cuerpo del padre dan cuenta de que no se trata de un auténtico crimen ritual, sino de la descarga motriz propia del desequilibrio mental que las comandó a las hermanas en ese momento. La vivienda era fiel reflejo de la patología familiar, de la locura y la desmesura compartida. De la búsqueda desesperada por “alejar al demonio” de ese lugar.

Fuentes Motivos del crimen paranoico: El crimen de las hermanas Papin. Jacques Lacan, Revista Minotaure, núm. 3, diciembre de 1933. Cuadernos de Medicina Forense Argentina. Revista del cuerpo médico forense de la CSJN. Año 1.

LUJURIA HOMICIDA Un hombre entra a una vivienda y asesina a cuatro mujeres con un palo de amasar, un destornillador, golpes de puño y cuchillos, que usa para deslizar sobre ellas y penetrarlas en un intento de incrementar su satisfacción sexual. Antes de huir, hace posar sus cuerpos.

HOMICIDIO EN MASA Aquí la idea es cortar ese cuerpo para que no se vea como el de una persona, y destruirlo, así no existe más. James Lawson La mañana de un domingo, la ciudad se vio conmocionada por el asesinato de cuatro mujeres dentro de su casa durante la madrugada. Aquel día, tomando datos fehacientes de fuentes periodísticas, confeccioné una aproximación al perfil criminal del autor, desconocido aún. Reproduzco algunas conclusiones principales del análisis que elaboré el día después de que se produjera el hecho: • Se trataba de un asesino en masa atraído por el escenario y lo que las víctimas simbolizan en él. • Cada uno de los pasos por los ambientes de la casa que dio en camino hacia su objetivo fue preciso y efectivo. • No actuó de modo improvisado, sino que su accionar fue analizado previamente. • Cómodo escenario, banquete de sangre por la cantidad de líquido hemático que bañó cada uno de los ambientes de esa casa. • Sadismo e ira desplazada evidenciada en la forma en que mató a sus víctimas. • Orden de prioridades: se fue deshaciendo de ellas según la importancia que cada una tenía para él. • Factor sorpresa: se trataba de alguien que las conocía, por eso la entrada no había sido forzada, nunca imaginaron que su agresor iría allí a matarlas. • Había ingerido algún desinhibidor que le permitió actuar con total brutalidad. • Sentía que no tenía nada que perder. • Se trató de un solo hombre. Las manchas de sangre que se llevó de sus víctimas podrían indicar que vivía solo. • Probable contextura robusta, es decir, superioridad física: solo así pudo haber tenido la confianza, precisión y contundencia suficiente como para afrontar la resistencia de tres mujeres adultas y una niña.

Luego de unos meses, el asesino fue detenido. Su descripción fue consistente con el perfil criminal que diseñé y fue ampliado antes de su captura. Se trataba de un hombre que trabajaba haciendo arreglos caseros y en el techo de la casa de las víctimas, no solo las conocía, sino que sabía perfectamente cómo desplazarse en la vivienda. Los peritos estimaron que los ataques habían durado siete minutos en total. Sin embargo, las lesiones defensivas que cubrían brazos y manos de las víctimas indican que estas lucharon y se resistieron, con lo cual el ataque podría haber durado más tiempo. Efectivamente, parecía no tener nada que perder porque padecía una enfermedad terminal e infecciosa que quedó reflejada en las muestras de su ADN. Su buen estado físico y su conciencia alterada fueron definitorios al momento de enfrentar a las cuatro mujeres. Una vez capturado, confesó haber aspirado cocaína en grandes cantidades, lo que le daba solidez a la hipótesis según la cual el ataque lo había ejecutado él solo. El único ADN en muestras de sangre y saliva pertenece a quien hoy está purgando una pena por este asesinato en masa.

Estados alterados Entre el estado de reposo y la vigilia hay distintos estados de conciencia, y sobre cada uno de estos estados pueden darse diversos tipos de alteraciones, tanto cuantitativas como de captación del mundo. El coma se caracteriza por ser el más bajo nivel de conciencia, en este estado el organismo solo responde a un mínimo de respuestas automáticas y funciones vegetativas. Los diferentes grados comatosos traducen en general un sufrimiento encefálico. Le sigue el estado confusional, caracterizado por un profundo oscurecimiento de la conciencia y desorientación del tiempo y del espacio. La persona que lo padece desconoce día y mes en el que vive, dónde se encuentra, cómo se llama y frente a quiénes se encuentra. La lentitud en la percepción del mundo circundante a su vez puede provocar la aparición de fenómenos alucinatorios y como consecuencia trastornos sensoriales y en la función del juicio. Este estado puede tener un origen infeccioso o tóxico, o bien haber sido causado por un shock o un traumatismo accidental. Un escalón por encima de esta alteración está el embotamiento, que implica una disminución de la intensidad emocional respecto a lo que se considera normal y un debilitamiento de la actividad motora. Estos son estados intermedios entre el coma y el crepuscular, caracterizado por el estrechamiento del campo de la conciencia. Se presenta especialmente en las neurosis histéricas y en la

epilepsia motora. Bajo este estado un sujeto puede llegar a emprender un viaje, actuar violentamente o de manera extraña sin recordar nada cuando esto pase, o bien hacerlo de forma borrosa o desfragmentada. Luego, acercándose a la vigilia, están el estado onírico y el oniroide, algo más acentuado que el anterior y donde hay aparición de visiones o escenas animadas y fantaseadas. Se pueden dar en casos de graves neurosis histéricas (con visiones incluidas) en las intoxicaciones medicamentosas, en la epilepsia psicomotora y por el uso de psicodislépticos. En el Delirium Tremens, que aparece en casos de alcoholismo grave por abstinencia, existe una producción onírica caracterizada por alucinaciones visuales de carácter mayormente terrorífico frente a las cuales la persona siente angustia y perplejidad. Otro tipo de alteración es la letargia, un estado de somnolencia prolongada causado por ejemplo por enfermedades orgánicas donde el sujeto tiene sueño patológico, es el conocido letargo que puede presentarse ante una deshidratación infantil, por ejemplo. La vigilia, el estado opuesto al coma, es un estado consciente que se caracteriza por un alto nivel de actividad, en especial con relación al intercambio de información entre el sujeto (quien conserva inalteradas sus funciones psíquicas, la conciencia de realidad y el juicio crítico) y su medio ambiente. Cuando este estado de conciencia se encuentra alterado sin razón alguna, es decir sin que haya un factor externo que lo haya generado, aparece la hiperlucidez, también conocida como hipervigilancia, que se caracteriza por una vigilancia extrema que no siempre es patológica. Esta exaltación podría tener como causa la ingesta de sustancias energizantes, alcohol, anfetaminas o cocaína. Su manifestación principal es la aceleración del proceso de pensamientos, que surgen y se suceden en forma anormalmente rápida. En algunos casos esto lleva a que se experimente una sucesión vertiginosa de ideas, que se precipitan una tras otras sin demasiada conexión entre sí. Es patológico cuando esta aceleración llega a momentos extremos, como la excitación psicomotriz o la fuga de ideas en la manía, un tipo de psicosis. También se observa la aparición de hipermnesia, caracterizada por una exaltación incontrolable de la memoria que no tiene que ver con un aumento de la capacidad mnemónica, sino con una aceleración en el proceso de evocación de los recuerdos y está directamente relacionada con la aceleración en el proceso de pensamiento, conocida médicamente como “taquipsíquia”. En la hipermnesia, los recuerdos son muy intensos, puede presentarse este trastorno en paranoias

interpretadoras, manías y melancolías basadas en alguna vivencia del pasado que resulta insignificante pero que en quien las padece se vuelven patológicas. El grado más alto de vigilia es patológico y se llama “hiperfrenia”, una alteración que se caracteriza por una hipervigilancia extrema que lleva a una desintegración de la conciencia y a una excitación psicomotriz. La diferencia con la vigilancia paranoide es que en esta última ambos tipos de atención, tanto la voluntaria como la involuntaria, se concentran en un solo foco. La ingesta de cocaína potencia algunas funciones psíquicas. Muchas veces desintegra la conciencia a la vez que aumenta el rendimiento físico de un modo que difícilmente pueda lograrse en estado de lucidez. Este estimulante activa la tiroides, actúa sobre el sistema cardiovascular, aumenta la temperatura corporal y estimula el sistema nervioso central por su acción dopaminérgica. Su efecto varía según la dosis, la vía de administración, el ambiente y las expectativas de quien las consume. En dosis bajas genera insomnio, pérdida del apetito, aumento del rendimiento físico e intelectual, hiperactividad motora, verbal e ideatoria, a la vez que disminuye la sensación de fatiga. En cambio en los no adictos produce cansancio, disforia y un deseo de tomar cocaína que puede durar horas y que podría ir generando de a poco dependencia. Las altas dosis en personas con predisposición a la adicción de sustancias pueden provocar alteraciones de la capacidad crítica y discriminativa, ilusiones o alucinaciones auditivas, táctiles y visuales, estereotipias, bruxismo y convulsiones.

Modificado de Gold y Jacobs, 2005.

Sangre en la escena del crimen: manchas, huellas y otros rastros Las manchas de sangre cubrían el piso, las paredes, los muebles, las armas homicidas y, por el “principio de intercambio”, la vestimenta del agresor. La cantidad de sangre presente en cada uno de los ambientes, inhabitual en casos de homicidios con arma blanca, define a este crimen, excesivamente sanguinario, en el cual el cuchillo parece haber sido la extensión de las manos asesinas. Manos que parecieron haber querido desintegrar a cuchilladas el cuerpo de cada una de las víctimas. Luis Alberto Olavarría, licenciado en criminalística, define a este campo como: “Una disciplina de carácter científico técnico que tiene por objeto estudiar principalmente el cómo, cuándo, dónde y quién del presunto hecho delictivo a través de los vestigios materiales y/o digitales hallados, con la finalidad de no solo descubrir el hecho, identificar a la víctima, al o los autores, sino también de explicarlo”.

La hematología forense, la dactiloscopia y la balística son áreas de las que esta disciplina se vale, como herramientas que le permiten profundizar y de este modo acercarse a la resolución de un caso. La hematología reconstructiva analiza los patrones de manchas sangre y brinda información muy preciada a la hora de esclarecer una investigación. Es multidisciplinar porque apela a diversas ciencias, como la matemática, la física, la química y por supuesto la biología. Es esta diversidad la que le permite revelar cuestiones muy útiles a la hora de resolver un caso, como las proyecciones de las manchas de sangre y el órgano del cual las mismas podrían provenir —dependiendo de la profundidad de las lesiones—. En casos de degüello, una herida de un lado del cuello sangra distinto que del otro. La sangre puede salir en forma de spray o de goteo abundante. La diversidad en el tipo de manchas de este estilo depende también de la posición en que se encontraba la víctima: sentada, arrodillada o parada, en cuyo caso las chorreaduras proyectadas en las superficies y goteos darán indicios de importancia vital para el criminalista. Aquí la sangre es un testigo mudo que arrojará luz respecto a la dinámica del ataque. Estas proyecciones pueden incluso alcanzar alturas que llegan al techo de una habitación. Pero otro factor a tener en cuenta son las superficies a las que la sangre se adhiere: una mancha de este líquido, cualquiera sea su cantidad y velocidad, depende mucho del área sobre la que impacta, como por ejemplo cerámica, alfombra, azulejo, tela, lana, fibra, poliéster, algodón, papel bold, papel higiénico, metal, etc. No todas reciben la adherencia de la sangre del mismo modo ni la contienen igual. Las manchas se diferencian o se destacan de la superficie que las contienen por su color, olor, aspecto y forma. Las de goteo hemático pueden ser estáticas, son descendentes y van desde la lesión hacia el suelo. Su forma y tamaño pueden indicar desde qué altura caen y si ese goteo es de una persona que caminaba o no, en cambio las dinámicas o de dispersión poseen una velocidad, dirección y forma particular como si fuesen rociadas con un spray. Cada una de ellas y sus mediciones es plausible de análisis para ayudarnos a conocer las características del ataque, el tipo de arma, la secuencia de los eventos, la posición de las personas que participaron en el hecho, los puntos de convergencia o destino y el origen, los posibles intentos de defensa de las víctimas (si es que se observan en sus cuerpos heridas defensivas), si el cadáver fue desplazado (se evidencia porque existirían en la escena del crimen las denominadas “manchas de arrastre”), las heridas a la víctima y el intercambio con la sangre del victimario, la duración del ataque y hasta si fueron hechas estando o no la persona aún con

vida. Todas las manchas de sangre deben ser analizadas tomando en cuenta la posibilidad de superposición de ADN, es decir la posibilidad de que, debido al intercambio de sangre, el ADN del asesino también impregne en este ataque a las víctimas o al lugar donde las ataca. Las huellas son las improntas que fueron dejadas por las víctimas y el victimario como consecuencia del apoyo de partes de sus cuerpos o de cosas sobre otras superficies que fueron aptas para recibirlas y dejar su impresión. En este crimen en particular, dos cuchillos (en los que se encontraron huellas dactilares del asesino), un pedazo de vidrio, un destornillador y un palo de amasar con cabello y manchas de sangre fueron las armas en las que se mezclaron, de manera tan involuntaria como irreversible, las huellas del homicida con las de sus víctimas. Bajo el concepto de rastros se incluyen todas las señales impresas o los vestigios dejados como consecuencia del contacto entre dos personas, entre una persona y una cosa o entre dos cosas. Son todos los elementos dejados en forma consciente o involuntaria por los actores de un hecho. Un ejemplo del rastro que se deja como consecuencia del contacto entre dos personas es el ADN del agresor debajo de las uñas de la víctima, si es que esta intentó defenderse del ataque con rasguños y captó así parte de la epidermis o la sangre del agresor.

Las marcas en las víctimas Cristina, una mujer de aproximadamente 60 años, fue la primera en morir. Le había abierto la puerta de la casa al asesino, hecho pasar a la cocina y convidado un cigarrillo y una taza de café. Así lo dice la saliva dejada en una taza y en la colilla de un cigarrillo, donde se encontró el perfil genético de un hombre, se trataba de un portador de HIV. De los rastros que se hallaron en sus uñas pudo recuperarse un perfil de ADN donde se mezcla el suyo con el de este hombre, a partir del análisis de cromosomas se comprobó que dicho ADN coincidía con todos los marcadores del culpable. El mismo intercambio de ADN se detecta en el cuchillo que dejó clavado en su cuello, del lado derecho. Había sido atacada en el rostro con golpes de puño, precisamente en el labio inferior. Su cráneo tenía un golpe provocado con un palo de amasar que luego de los ataques fue colocado por el asesino sobre una mesa. Su cabeza presentaba un cefalohematoma izquierdo con hemorragia frontoparietal, lo que le provocó la pérdida de conciencia y el desmayo. También se observaron golpes en la parte temporo-occipital derecha y una fractura en la base del cráneo media, lado

derecho temporo- occipital, presumiblemente debido a la caída. Con un cuchillo de filo dentado y de uso cotidiano, le hizo tres heridas cortantes profundas en el lado izquierdo del cuello y dos punzocortantes del lado derecho que lograron seccionarle la cara anterior de la tráquea. La parte izquierda de su tórax tenía tres heridas punzocortantes de adelante hacia atrás y de izquierda a derecha (ligeramente hacia abajo). Con un destornillador, un nuevo elemento de oportunidad encontrado en el lugar y que pertenecía a las víctimas, le hizo una herida punzante en la región antero-lateral derecha, en la línea axilar anterior. Sabía en qué lugar de la casa estaba guardado, había estado allí antes haciendo arreglos caseros para ellas. No es lo esperable que alguien que entra por primera vez a una casa sepa en qué lugar específico se guardan este tipo de herramientas, salvo que las lleve consigo. En la cara posterior de su brazo derecho, una herida punzocortante que la atravesaba hasta la cara anterior, donde se sumaban además cuatro heridas de arma blanca. Su mano derecha tenía una herida cortante desde la palma que amputó parcialmente la base de su dedo índice y que conservó los restos de ADN del asesino: otro elemento que llevó a los investigadores hacia él. La mujer yacía tirada en la cocina con ese pequeño cuchillo clavado en su cuello por la brutalidad con que fue utilizado provocó esas múltiples heridas en su cuerpo. La segunda en ser atacada pero la tercera en morir fue Marcia, hija de Cristina, tenía 30 años. De sus uñas pudo recuperarse un perfil en el que se mezclaba su ADN con otro del mismo hombre. Esta mezcla a su vez fue hallada en diversos objetos y lugares de la casa. En el palo de amasar y en el mango del gran cuchillo que quedó en la cocina se detectó un perfil de mezcla complejo que contenía mayormente contribución del ADN de Marcia y del mismo sujeto. En una toalla de color claro manchada con sangre, en la grifería y el cajón bajo mesada de la cocina, en el baño, en un guante naranja que quedó tirado en el comedor, en el intercomunicador y en las teclas de luz de casi toda la vivienda se extrajo el perfil genético masculino completo del mismo y único hombre que recorrió y las atacó en todos y cada uno de los ambientes de la casa. Mientras se duchaba en un pequeño baño, Marcia fue atacada con golpes de puño, un palo de amasar y un cuchillo, con tanta saña que llegó a romperse parte del bidet que estaba a pocos centímetros de la ducha. De allí salió sangrando y, aún consciente, vio que el agresor iba por su hija. Es ahí cuando él, que la había dado por muerta, vuelve a buscarla y termina matándola a cuchilladas en el living, pero antes la arrastra de los pelos por el comedor hasta la puerta de la cocina, esto explica los restos de cabellos encontrados en el pasillo que une esos

ambientes. Marcia recibió un golpe de puño que le hizo perder el diente incisivo superior izquierdo. Su cara tenía dos heridas punzocortantes o corte muy profundo en el pómulo y en el submaxilar derecho (de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás) y una herida cortante o punzocortante en el hueso externo del pómulo. Su cráneo tenía nueve heridas contusas causadas por un golpe que llegó a exponer la calota. Es debido a ese golpe que cae al suelo. Su cuello tenía una herida punzocortante en el costado derecho, una lesión cortante superficial de derecha a izquierda y una lesión de degüello en la cara anterolateral derecha, que estaba separada por un puente cutáneo en forma de “V” en su carótida derecha. Además había cinco heridas punzocortantes en la región cervical posterior: dos derechas que estaban orientadas hacia abajo del lado izquierdo, una en la zona lateral izquierda y dos en la zona media. Su tórax tenía una lesión punzocortante a la altura de la cintura escapular izquierda que llegó a fracturarle la costilla e ingresó a la cavidad torácica perforándole el lóbulo superior del pulmón. En la zona vertebral había dos heridas en las séptima y octava vértebra. En la zona posterolateral izquierda había una lesión en ángulo agudo hacia abajo y a la izquierda. Su abdomen también presentaba una herida punzocortante en la zona superior central o epigástrica. Sus brazos estaban cubiertos de contusiones y heridas superpuestas que mostraban la ferocidad del ataque y los esfuerzos que había hecho por defenderse. Su brazo y hombro derecho tenían dos heridas punzocortantes en la cara anterior, dos heridas cortantes superficiales en el hombro en la cara anterior y anteroexterna en forma de “U”, además de una contusión. En la cara posterior del hombro había una herida cortante, una herida de defensa en el borde cubital del antebrazo inferior, una herida cortante o punzocortante en su mano derecha y dos heridas cortantes en la palma de la mano izquierda, producto del intento de defensa. Sus piernas tenían heridas cortantes, es decir cortes superficiales, con una coleta de salida hacia afuera y atrás en la cara externa del muslo derecho. Aparentemente, habían sido hechas cuando ya no estaba con vida. La hija de Marcia, Luisa, tenía 10 años. Los hematomas de su rostro (en ambos labios y en la mucosa yugal) habían sido causados por fuertísimos golpes de puño. Su cráneo tenía una herida contusa en el cuero cabelludo parietomedial e izquierdo que fue hecha con un objeto contundente mientras estaba viva,

porque se observaba sangrado interno o infiltración hemática y formación de edema cerebral. Tenía cuatro heridas punzocortantes en regiones anterolateral y posterolateral izquierdas del tórax con lesiones pulmonares y cardíacas. Siete heridas de defensa punzocortantes cubrían su pequeño brazo izquierdo. Presentaba cuatro heridas punzo, cortantes en el hombro derecho en las líneas axilares y en el séptimo espacio intercostal que le habían causado una lesión pulmonar y vascular de arriba hacia abajo. Su antebrazo derecho tenía siete heridas punzocortantes, cuatro heridas cortantes lineales en cara anterior, una herida cortante en mano derecha y una herida defensiva punzocortante en el dorso de la mano. Fabiana era una amiga de Marcia que había decidido ir a visitarla aquella noche, cuando sorprendió al agresor, que le abrió la puerta y la hizo entrar a la vivienda atacándola mientras estaban frente a frente, pero esta vez con ira. Como consecuencia de los golpes que recibe (uno en el pómulo y otro en los labios), cae abruptamente, y es esta caída la que le causa un hematoma en la nuca y la deja inconsciente. Este es un método al que suelen recurrir los homicidas, conocido también como “anestesia previa de Brouardelle”, su fin es atontar o desmayar a la víctima para dejarla a su merced. Este ataque tuvo dos agentes lesionantes: los puños del asesino y un cuchillo. Su rostro tenía una herida contusa de golpe en el dorso de la nariz hacia abajo y a la izquierda y de la narina derecha. Tenía otro golpe en la mitad izquierda de la cara, que le causó una importante hinchazón en ambos parpados, su nariz tenía una fractura del lado izquierdo. En su cuello se observaron tres cortes: uno profundo en la cara anterolateral izquierda y dos en la parte inferior del mentón izquierdo. En la parte anterolateral izquierda del cuello tenía además una herida cortante, debajo, una herida punzocortante en la cara lateral que le seccionó la carótida derecha. En un ventilador de la vivienda se observaron manchas de sangre que corresponden al patrón hemático denominado técnicamente como cast off4, y que por aproximación serían de la víctima. Su tórax tenía cuatro heridas punzocortantes en la parte anterior, eran tan profundas que iban desde el esternón medio derecho hasta el músculo pectoral izquierdo y perforaban la parrilla costal y ambos pulmones. Fabiana en sus intentos por defenderse, obtiene también el ADN del agresor al rasguñarlo y lo porta debajo de sus uñas hasta que lo hallan los investigadores.

El análisis, la auténtica lujuria homicida El término lust murder, o “lujuria homicida”, fue acuñado en 1980 por Douglas y Hazelwood para definir a quien mutila incluso hasta después de la muerte en la búsqueda de satisfacerse con el exceso de sangre. Asesinos de este tipo suelen enfocarse en la zona de los pechos, en el recto, el abdomen o los genitales para expresar enojo y frustración, independientemente de que la víctima sea hombre o mujer. El crimen por lo general es cometido por un heterosexual y la víctima y el victimario suelen ser de la misma raza. Lujurias homicidas por excelencia fueron las cometidas por el homicida que se hizo popularmente conocido por su apodo, Jack el Destripador. No era un sujeto sádico que buscaba prolongar el sufrimiento de las víctimas y escuchar sus gritos, la motivación iba mucho más allá: buscaba una muerte rápida para luego jugar sin interrupciones con esos cadáveres, como si fuese una verdadera carnicería. En la lujuria homicida el regocijo es sobre un cuerpo que se erotiza a través de su destrucción, sin importar muchas veces si está vivo o muerto. Para el criminal, la víctima no cumple el rol de sujeto, y por este motivo le resulta indiferente si siente dolor físico o miedo, aquí prima (y anula el resto) el placer por la sangre y básicamente la destrucción de ese cuerpo, antes, durante o después de la muerte.

El sentido de los cortes Un homicidio puede cometerse de múltiples formas. Cada una de ellas habla de las diferencias entre quienes los ejecutan, sus preferencias de a quién, dónde y cuándo atacar, además del porqué, o, mejor dicho, del para qué. La ira extrema que lidera a ciertas conductas violentas es aparentemente una cuestión que tiene que ver con la víctima. Por ejemplo, dispararle a una persona o envenenarla lentamente no implica que el asesino tenga que confrontarse cuerpo a cuerpo con su víctima, en cambio, en aquellos crímenes donde lidera la violencia extrema, como el del caso que estamos analizando, pareciera que el agresor tiene la necesidad de enfrentarla de este modo. Tener la capacidad y estar entrenado para reconocer y diferenciar las diversas manifestaciones conductuales en escenas criminales violentas de complejidad, especialmente aquellas que comprenden asesinatos seriales, en masa y sexuales, es muy valioso al momento de proveer información clave para dilucidar este tipo de homicidios. Entre otras cuestiones, se debe contar con la habilidad de

comprender el significado de la presencia o ausencia de ciertos comportamientos que se relacionan entre sí. Cuando se analiza el comportamiento que se manifiesta en la escena de un crimen violento, es importante evitar sobre enfocarse en un único aspecto y solo darle importancia a ello, porque es la totalidad de las circunstancias y la singularidad de su variable lo más importante, además de cómo y por qué ocurrieron. Tanto testigos como victimología, es decir el perfil de la víctima y el porqué la elije el agresor, toman un papel esencial en la investigación criminal. En escenas que son producto de este tipo de homicidios, no es muy común observar víctimas que han tenido heridas cortantes y punzocortantes significativas. Cuando se observa una escena donde las víctimas presentan un excesivo número de este tipo de lesiones, casi siempre, se la clasifica como “matar por demás”5, y no como demostración de un tipo de parafilia conocido como “piquerismo”. Literalmente, existen cientos de parafilias, algunas más conocidas y comunes que otras, tal es el caso del voyeurismo, el exhibicionismo, la zoofilia y la pederastía. Las conductas sexuales desviadas existen en un continuo de variedades y severidad, algunas pueden ser clasificadas como “criminales”, mientras que otras representan formas incómodas de comportamiento. El piquerismo es una parafilia que junto con otras, como la flagelación, la antropofagia y el necrosadismo, suele ser asociada al homicidio por placer (Arrigo & Pourcell, 2006). El término piquerismo proviene del vocablo francés piquer, que significa “punzar”, “pinchar”, “penetrar” con un instrumento dotado de fuerza viva, e implica un tipo de alteración sexual relacionada con la búsqueda de placer penetrando un cuerpo con objetos cortantes o punzantes, como por ejemplo alfileres. El mecanismo lesivo de este tipo de parafilia es el deslizamiento, la penetración con un filo y/o una punta aguzada idónea. Su efecto es la punción, separación o distensión en la geografía corporal, exceptuamos aquí a las lesiones defensivas o aquellas infligidas para controlar a la víctima y cometer el delito, consistentes con el modus operandi. El piquerismo está reconocido como una de las parafilias menos prevalentes, sus características esenciales son la recurrencia de fantasías sexuales que incrementan la excitación sexual y están relacionadas con punzar o cortar al partenaire, además puede presentarse con la necesidad de llevarlo a cabo con objetos inhumanos e incluir el sufrimiento o la humillación de uno mismo o del acompañante, o de niños o personas que no han dado su consentimiento para

ello. Se clasifica bajo este nombre, además, cuando ocurre (se repite) por un período superior a los seis meses (DSM IV, 2000). Generalmente refiere a la penetración de carne humana, aunque a veces también es practicado con animales. Esta parafilia representa una de las variantes del sadomasoquismo, con frecuencia la zona objeto son los genitales, glúteos, senos o zona torácica superior, e inclusive el rostro, que también es considerado un órgano sexual. Si es practicada con consentimiento de ambas partes y sin generar daños clínicos relevantes, es considerada un aderezo más dentro del acto sexual con tintes sadomasoquistas. El tipo de arma utilizada habla del estilo de vida del victimario, de sus conocimientos previos, de sus elecciones personales, de cómo el cuerpo es tratado incluso después de que ha finalizado su período agónico y sigue siendo apuñalado para satisfacer las necesidades agresivo-sexuales del autor. En esa circunstancia, no solo el cuerpo de la víctima, sino también su condición de ser humano a veces cumplen el rol de objeto. En casos de muerte violenta causada por este mecanismo agresivo, pareciera producirse una confusión en el agresor respecto a la relación entre las personas y el cuerpo que las sostiene. Es decir, no relaciona a esa persona con ese cuerpo, que lastima pensando que se trata de alguien más al que por algún motivo aborrece y quiere atacar. En otros casos el atacante pareciera querer rotular a la víctima mutilándole el rostro con heridas punzantes o cortantes en formas de signos o letras. Es de vital importancia para el perfilador criminal la reconstrucción cronológica y temporal de las lesiones, cuyo ámbito es investigación de la medicina legal. El piquerismo en casos de serialidad podría reflejar la forma en que el victimario ve su propio cuerpo, cómo ha construido su propia imagen e historia personal y cuál es su modo de satisfacer su auténtica sexualidad, quizás, de manera inconsciente, con fantasías sustitutivas de penetración. Los ataques motivados por ira difieren de aquellos cuyas motivaciones son sexuales, los primeros suelen poseer localización específica, a veces agrupada, la fuerza, profundidad y rapidez con que han sido hechos saltan a la vista, algunas de las heridas son previas a la muerte, y, a pesar de no serlo otras, siempre abundan la cantidad de lesiones, aun variando la intensidad con que fueron hechas. Es como si en ese caso realmente se buscara matar por demás. Los casos en los que la ira predomina se caracterizan por el poco interés del agresor en perpetrar el goce sádico, es decir, no es su objetivo extender la vida de la víctima sosteniendo su dolor y gozando de este modo viendo cómo sufre.

Diagnósticos… No deberían ser confundidos con piquerismo los casos de homicidio ocurridos durante crisis epilépticas psicomotoras o equivalentes con actos automáticos en cortocircuito por desconexión neuronal. Si bien las heridas que el atacante inflige a la víctima se asemejan en cuanto a su multiplicidad, agrupación y contundencia, difieren de aquellas llevadas a cabo por ira o piquerismo en la medida en que el grado de conciencia del agresor es menor. Durante el ataque, se encuentra en un estado alejado de la vigilia, hasta crepuscular, de modo que sus funciones psíquicas, como la voluntad, el pensamiento, la atención, la afectividad y el lenguaje, entre otras, se alejan —tanto cualitativa como cuantitativamente— de la realidad. Por esta razón es que se los puede declarar inimputables. Las injurias tendrían una connotación funcional, a modo de descarga motriz, con movimientos a veces estereotipados y repetitivos hasta el final de la crisis, cuando el sujeto retorna al juicio crítico y al contacto con la realidad, que hasta ese momento estaban suspendidos. El rango de actividades piqueristas puede variar desde punzar a propósito una sola vez con un instrumento afilado, hasta infligir puñaladas múltiples y cortes de gravedad en una zona erótica, por ejemplo pechos, pezones y zona genital, o realizar cortes elaborados, como apuñalamiento, mordeduras y mutilación en la víctima (Myers, 2002). En algunos homicidios, esta actividad se observa en heridas pre y post mortem. Las conductas de piquerismo no solo se observan en actos donde interactúan víctima y victimario, sino también en quienes se autoinfligen para obtener alivio tensional. Este tipo de actitudes también se observan en casos de psicosis, como por ejemplo las bipolares en alguna de sus fases. De igual modo, las heridas causadas son múltiples, localizadas y agrupadas en zonas a las cuales el sujeto tiene acceso. Las personas que cursan con Síndrome de Münchausen presentan estos signos, además de otros síntomas, pero no siempre son sinónimo de intenciones suicidas, sino un modo patológico de captar atención que no es arbitrario y que, casi siempre, bordea la muerte. Acuchillar, punzar, múltiple y sistemáticamente a otro, ya sea por piquerismo o ira, estaría asociado al intento de quien lo lleva a cabo de despersonalizar, quitar identidad a la víctima modificando su cuerpo, y en casos especiales también su rostro. Es decir, el agresor no quiere dejar rastro alguno de la personalidad de quien ataca, parecería querer transformarla mutilando un órgano sexual análogo, como si ese cuerpo fuera profano y debiera ser desintegrado,

como los crímenes de Jack el Destripador. En casos de ira por venganza, es probable que el agresor sienta un particular enojo hacia lo que la víctima representa en su mente y no acepte la distancia que existe entre ese cuerpo que verdaderamente destroza y el prototipo que se aloja en su fantasía violenta, al cual asocia. Esto es aún más notorio en la serialidad. En casos de homicidios seriales por piquerismo es posible que el homicida experimente una pobre construcción de su “sí mismo” y de su esquema corporal y su objetivo sea la despersonalización de su propio cuerpo pero de manera especular, tratando al cuerpo de la víctima de un modo parecido a cómo se siente en realidad y castigándolo proyectivamente de diversas formas, como lo hacen quienes con cirugías plásticas excesivas deforman su cuerpo original para alejarlo de su particularidad, haciéndolo más aceptable y acorde a su “sí mismo” o a cómo desean que se vea en realidad. Otra forma de piquerismo se observa en aquellas injurias repetitivas sobre un cadáver que han tenido un orden secuencial y donde el propósito de estas lesiones cortantes, punzantes, se refleja como puramente sexual, no sádico: el interés en que la muerte sea rápida demuestra que no le fue necesario al agresor observar a su víctima experimentar el dolor y escuchar sus gritos o súplicas, la definición dada por Robert Ressler para este tipo de expresiones es “necrofilia regresiva”. El exceso de simbología, donde se coloca un sujeto en lugar de otro por asociación, se manifiesta en este modo de matar o torturar, que satisface una necesidad psicológica haciendo de este asunto algo aparentemente personal, aun con un desconocido. En algunos homicidios o lesiones rituales con corte religioso, el cuerpo lleva escritos símbolos esotéricos con un orden secuencial que conserva cierta lógica. Tanto piercing como otros tipos de cortes son practicados por diversas culturas a lo largo del globo. Las razones para dicha actividad varían ampliamente e incluyen su adhesión a diversos antecedentes históricos, rituales religiosos, ritos de pasajes hacia la sexualidad adulta e identificación de género, entre otras razones. Los piercing y cortes sobre el cuerpo humano en algunos ritos religiosos, especialmente aquellos que representan cierto marco de identidad universal, ocupan un área gris donde la motivación sexual sádica está enmascarada como legítimamente religiosa. El hacerse piercing en el cuerpo y autoinfligirse cortes no está asociado a conductas criminales. Hay por supuesto quienes lo hacen de forma intencional y

compulsiva, lo cual está relacionado a cuestiones culturales, psicológicas o emocionales. Algunas de estas personas pueden estar clasificadas como piqueristas. El cuerpo con piercing y cortes expresaría a veces, no solo alienación en ciertas personas o grupos, sino su afiliación a estos. En efecto, muchas de estas manifestaciones son hechas principalmente porque son consideradas como parte de la moda o bien porque resaltan la asociación de quien se las hace a una membresía o a determinada contracultura o subcultura. Dicha asociación crea un sentido de pertenencia o comunidad entre los individuos, otros, lo hacen para causar un efecto escandaloso (Strong 1998). En el análisis del comportamiento del agresor en relación a la víctima de homicidio donde este ha infligido heridas cortantes o incisas sobre ella, es importante diferenciar el piquerismo de otras explicaciones, esto suele ser de gran ayuda al momento de analizar la dinámica de un crimen para distinguir lo que es exclusivo a un mismo agresor, del mismo modo que ayuda a orientar la investigación y comprender la naturaleza de los cortes o puñaladas observadas.

Escenas del crimen Cuando se analizan escenas de homicidio en las cuales el agresor ha apuñalado y/o cortado a la víctima es importante diferenciar las lesiones. Los investigadores pueden tomar en cuenta los siguientes aspectos relativos a la dinámica de las heridas (Safarik & Jarvis, 2005): • Cantidad de lesiones • ¿Cuántas pueden ser clasificadas como defensivas o de naturaleza superficial? • El dictamen de autopsia del médico forense, ¿puede indicar si las lesiones fueron pre o post mortem? • ¿Cuántas de ellas fueron mortales? • ¿En qué zona corporal fueron efectuadas? • Las lesiones, ¿fueron infligidas en zonas sexuales tales como los pechos, pezones o genitales? • Profundidad de las lesiones. Confiarse estrictamente en la multiplicidad de las lesiones sin considerar lo antes mencionado, además del perfil de la víctima y otras huellas psicológicas del agresor dejadas en el lugar del hecho, puede resultar equívoco. A Fabiana y a Cristina el asesino las dejó así como cayeron para ir tras Marcia. Para matar a la primera usó diversos objetos. A Marcia en principio la

cree muerta, pero luego la descubre moribunda y vuelve hacia el baño para matarla, la desplaza y deja manchas de arrastre en el piso. Pero su objetivo real con Luisa era sexual, es a ella a quien da vuelta, acomoda boca abajo y le abre las piernas, en una franca posición sexual frente a la cual no puede actuar quizás por cansancio o porque es interrumpido cuando suena el timbre y entra en escena Fabiana, que esa noche había ido a buscar a su amiga para salir a bailar. Es en ese momento que las cosas se complican para él, con ella la motivación al matarla es distinta. El tiempo transcurrido en el lugar, los vecinos que podrían ser testigos, las explicaciones y el desgaste psíquico lo enredan. El baño en el que se estaba duchando Marcia estaba próximo a la habitación donde se encontraba la niña, quien probablemente haya primero escuchado los gritos de su abuela en la cocina y luego los de su madre en el baño, gritos que además pudo percibir desde la ventana del dormitorio. Entonces intenta llamar por teléfono a una tía y a la línea de emergencias policiales, pero sus nervios la hacen discar los números de manera errónea. La planificación, la fuerza y la potencia que el asesino utiliza en el ataque a las víctimas duplican las posibilidades que tendría alguien que no se encontrara en el estado alterado de conciencia que él sí estaba atravesando y que no se relaciona con algún tipo de alienación mental, más bien como mencionamos al comienzo de este capítulo, en este caso en particular, estaría asociado a la hipervigilancia. El hecho fue un auténtico banquete de sangre, posible en parte por los deshinibidores que tomó entrar en acción y que le dieron el vigor necesario para entrar en acción. Pero continúa siendo llamativa la atención y el desborde de lesiones en el pequeño cuerpo de la niña, y sobre todo el tiempo extra que se tomó en acomodarla y escenificarla para sí mismo. La destreza que demostró tener en el uso y manejo de las armas blancas obedece para mí a que en ese momento estaba completamente habituado a usarlas, eran una extensión de sí mismo, un sustituto a la hora de penetrar a las mujeres. La elección de las armas que hace el asesino al atacar a sus víctimas, en este caso un cuchillo, un destornillador y un palo de amasar, no son una mera casualidad, es decir: no las escoge simplemente porque están a mano en la vivienda y son entonces una oportunidad, esta elección habla de sus preferencias, su personalidad, del objetivo que persigue con esa masacre fantaseado previamente. Las elige sabiendo lo que puede hacer con ellas, son la causalidad misma en la dinámica de este crimen violento.

La captura

A casi un mes después del hecho, una mujer que se encontraba en un kiosco junto a su familia escucha cerca de la caja de pago que un hombre le dice a otro: “Che, que hijo de puta, que cagada te mandaste, ¿por qué la nena de 10 años?”, a lo que el otro responde: “Esa era la consigna”, dejando claro de este modo que se había tratado de una víctima especial para él. La mujer, que conocía por los medios de prensa el apellido de la niña atacada, busca la guía telefónica y comienza a llamar por teléfono a todos los números que coinciden con el apellido paterno de la menor. Finalmente consigue hablar con el padre y le cuenta lo que escuchó. Se acerca a la fiscalía y detalla cómo era el rostro de la persona, su precisión incluye la descripción de cicatrices en la cara compatibles con rasguños y los nudillos de las manos lesionados con cortes y moretones. Cuenta que en un momento el hombre de las cicatrices se levanta la remera y le muestra a la persona con la que estaba en el kiosco su abdomen con más lesiones compatibles con rasguños. El padre de la niña y ex esposo de Marcia reconoce en el identikit al hombre que se encargaba de hacer arreglos en la casa, quien es detenido por la policía y llevado a juicio con una sentencia a cadena perpetua. Cuando fue capturado, el asesino tenía heridas cortantes poco profundas de vieja data. Un año después de estar recluido en el penal intentó suicidarse cortándose los brazos. Él aún sigue con vida.

Fuentes Hazelwood, Roy; Michaud, Stephen G. Sexual violence homicide and the criminal mind, Dark Dreams, 2001. Serebrisky, Débora. Trastornos por sustancias: cocaína. Editorial SCIENS, Buenos Aires, 2014. Motivos del crimen paranoico: El crimen de las hermanas Papin. Jacques Lacan, Revista Minotaure, núm. 3, diciembre de 1933. Piquerismo, identificando e interpretando la conducta parafílica en la escena del crimen violento. Safarik & Quiñones Urquiza, Revista Criminogénesis, edición núm. 8, México, noviembre de 2011. Fisher, Héctor. Conceptos fundamentales de Psicopatología. Centro Editor Argentino, 1996. Medicolegal investigation of death, reference book. Wayne State School of Medicine. The Deadborn Inn, 2015. Fuente Judicial

4. En inglés, proyectadas o expulsadas. 5. “Matar por demás” es un término que ha sido utilizado en demasía en varias investigaciones, con la finalidad de describir las injurias excesivas. El uso de este término es delicado ya que no ha sido definido ampliamente y no cuenta con una estandarización. En la Unidad de análisis del comportamiento y como fue descrito por Robert Ressler (Douglass, Burguess, Burguess y Ressler, 2006) es utilizado para describir las heridas causadas hasta por demás, es decir aquellas que ya no son necesarias para causar la muerte. Desafortunadamente, “matar por demás”, no posee una definición que amplíe la cantidad mínima, nivel o severidad de las injurias, o si estas fueron infligidas pre o post mortem, además de si es conveniente incluir las injurias clasificadas como defensivas o de naturaleza superficial (Safarik & Jarvis, 2005).

LA MAFIA DE LAS GABARDINAS NEGRAS La mañana del 20 de abril de 1999, dos estudiantes ingresaron a su escuela secundaria armados con rifles y 24 bombas. Mataron a un maestro y a doce compañeros. Hirieron a 24 personas en la cafetería y la biblioteca. Luego se suicidaron.

ERIC HARRYS - Dylan Klebold La Masacre de Columbine La única razón por la que estás vivo, es porque alguien decidió dejarte vivir. REB Aunque era la 1 de la madrugada, el barrio estaba ruidoso y con actividad, mientras, el hombre vestido de negro caminaba por las calles desiertas. La luna estaba casi a la vista, escondida detrás de un escudo de nubes que le daban “un toque” a la atmósfera. Lo que más hacía reconocer a ese hombre, era el sonido de sus pasos. Además de las conversaciones y el bullicio del barrio, ningún sonido provenía de él, excepto la oscuridad. Sus pasos monótonos se mezclaban con el sonido de la cadena de su cinturón que formaba una especie de melodía al chocar con sus dos armas enfundadas que estaban a la vista y ese gran cuchillo de caza. Como si estuviera listo para ser usado. El sombrero de ala ancha le proyectaba una sombra de tono negro a su rostro, ya de por sí poco iluminado, usaba guantes negros con especie de púas de metal en cada nudillo. Una gabardina negra cubría la mayoría de su cuerpo, pequeñas líneas de clavos de metal de media pulgada se alineaban en la parte superior de sus hombros, brazos y espalda. Sus botas que no parecían haber sido muy usadas lucían recién lustradas y cargaba una bolsa de lona negra en su mano derecha, aparentemente, había estacionado su auto cerca y parecía estar listo para una pequeña guerra con aquel que se le apareciera en su camino. Yo nunca había visto a nadie con este halo de Mad-Max en el barrio, especialmente desde que los “cerditos” fueron convocados a esta zona por una serie de crímenes que habían ocurrido últimamente. No obstante, en medio de la vida nocturna en el centro de una ciudad tamaño promedio, este hombre caminó, alimentado por algún propósito indecible. La navidad lo tildaría de demoníaco. Las armas que colgaba en su cinturón y en su vientre, parecían ser armas

automáticas de mano y que estaban recubiertas por filas de adornos y municiones. Fumaba un cigarro fino y un “Dovesque” dulce parecía emanar de su aura, se paró cerca mío, a poca distancia y su rostro completo estaba bajo la sombra dando la impresión de dureza, sin embargo, a pesar de haber sido incapaz de ver sus expresiones, pude percibir su ira cortando el aire como una navaja de afeitar. Parecía saber dónde estaba caminando y se dio cuenta de mi presencia, pero no le prestó atención, mientras, seguía caminando hacia “El Abrevadero”, un bar popular. Se detuvo a unos 30 pies de distancia de la puerta y esperó. “¿A quién?” me preguntaba, observé cómo veía salir a la gente, tenía que saber sus hábitos, es así, cómo entró en menos de un minuto luego de dejar de caminar. Había un grupo de jóvenes universitarios de la preparatoria, aproximadamente nueve, el hombre se paró cerca de ellos, un par estaba casi borracho, el resto sobrio, todos se detuvieron y lo miraron. Las luces iluminaban la barra y su rostro, es gracias a ellas que pude tener una visión más clara de su mirada que invadía de parálisis y miedo. Los universitarios sabían quién era y por qué estaba ahí, uno tomó la palabra y dijo: —¿Qué estás haciendo hombre?... ¿Por qué estás aquí?... El hombre de negro no dijo nada, pero incluso a cierta distancia, pude sentir cómo iba aumentando su ira. —Todavía quieres una pelea ¿eh?…. No quise decir con armas, quise decir una pelea a trompadas... vamos a dejar las armas afuera ¡Maldito coño!. Le dijo el más grande de los estudiantes con la voz temblorosa que con estas palabras intentó hacer gala de valentía. A los otros del grupo se los escuchaba murmurar en el recinto y entonces, otro dijo: —Lindo saco de gabardina amigo, está muy bien ahí... amigo estuvimos caminando por ahí el otro día, relájate hombre... yo no hice nada, ¡Todo fue cosa de ellos!! Vamos hombre, no nos irás a disparar, estamos en pleno lugar público... Sin embargo, el comentario que más recuerdo fue el que hizo el más chico del grupo, obviamente un torpe, hambriento de un pinchazo de poder como todo pedante: —Vamos ¡adelante hombre! ¡Dispárame! ¡Quiero que me dispares!! Jejeje ¡no lo querrás! Dios maldito coño. Se oyó débil al principio, pero iba aumentando en intensidad y petulancia a medida que se podía escuchar la carcajada del hombre que con esa risa, hubiese

hecho temblar a Satanás en el infierno. Durante casi medio minuto esa risa parecía traer unido lo más enérgico y lo concebible. Llena de aire, ahora atravesaba toda la ciudad y el mundo entero. El movimiento en la ciudad se detuvo y toda la atención se dirigía ahora a este hombre, uno de los universitarios comenzó a moverse sigilosamente. Antes de que pudiese ver una reacción, el hombre había dejado caer su bolso de lona y sacó una de las pistolas con la mano izquierda e hizo tres disparos. Tres disparos que llegaron a la cabeza del estudiante más grande. El resplandor de los faroles generó un reflejo visible de las manchas de sangre mientras volaban fuera, lejos del cráneo; las salpicaduras de sangre llovieron sobre los amigos que quedaron demasiado paralizados como para reaccionar. Los próximos cuatro universitarios no fueron ejecutados de modo sistemático, pero sí con la furia controlada de un soldado que tiene un cañón en sus manos, el hombre descargó una de sus pistolas en los cuerpos de estos cuatro inocentes. Sus cuerpos iban cayendo instantáneamente sin vida, con una notable rapidez, los disparos del arma de fuego se hacían sentir tan fuerte como se escuchaban. Sacó su otra pistola y sin parpadear, sin moverla de los muertos ni sacar la mirada de las cuatro víctimas, apuntó hacia un lado y les disparó cerca de ocho veces más. Esas balas los acribillaron después de muertos. Me quise hacer el policía encubierto con arma colgada, pero luego vació el cargador en los otros dos universitarios, entonces, en lugar de recargarlas y terminar la tarea, las dejó y sacó su cuchillo. La hoja lucía enorme, inclusive su mango. Ahí me di cuenta que el más chico del grupo era uno de los dos que seguía con vida y se había orinado en los pantalones y estaba hiperventilando de miedo. El otro intentó arremeter contra el hombre con la esperanza de salvar su vida con sus habilidades futbolísticas al patearlo. El hombre lo esquivó y le hizo dos cortes. Vi un pequeño goteo de sangre que emanaba de su interior como una cascada y salpicaba el suelo, su cabeza estaba muy malherida, la iluminación de la barra mostraba cómo la sangre goteaba de su rostro y formaba una sombra. El último, el más chico, trató de correr y el hombre volvió a cargar su arma rápidamente y le disparó atravesándole una pierna, cayendo en ese instante y gritando de dolor. El hombre sacó del bolso de lona lo que parecía ser una especie de aparato electrónico, lo vi teclear y pulsar un botón. Se escuchó una corta pero potente explosión que adiviné, ocurrió a unas 6 millas de distancia.

Luego otra se oyó cerca. Después de recordar varias veces aquella noche, finalmente comprendí que se trató de un señuelo para distraer a la policía. El último universitario intentó escabullirse arrastrándose mientras el hombre caminaba detrás mío. Recuerdo el ruido de ese impacto también, el hombre disparó hacia abajo con su mano izquierda justo en la cabeza del estudiante. El trozo de metal hizo su trabajo, vi cómo con su mano logró enterrársela casi 2 pulgadas en el cráneo, el hombre sacó su brazo y se quedó inmóvil, por casi un minuto. La ciudad estaba completamente paralizada, salvo por el débil gemir de las sirenas policiales, el hombre agarró su bolso, sus municiones y comenzó a caminar de regreso por donde vino. Yo seguía ahí todavía y cuando se cruzó por mi camino nuevamente, se detuvo y me miró de una forma que jamás olvidaré. Si se pudiese captar la emoción de un Dios se vería como la de este hombre. No sólo la vi en su rostro, también sentí cómo emanaban de él el poder, la satisfacción, la conclusión y la piedad. El hombre me sonrió y en ese instante, sin ningún esfuerzo de mi parte, comprendí sus acciones. Dylan Klebold Composición de literatura escolar El 30 de enero de 1998, Dylan Klebold (VoDKa) y Eric Harris (REB) fueron arrestados luego de irrumpir en un vehículo en el condado de Jefferson. En abril, fueron pasados al programa de reeducación y rehabilitación criminológica juvenil de la fiscalía del condado de Jefferson. Cuando lo finalizaron exitosamente, los cargos les fueron retirados y el 9 de febrero de 1999 se les dio de baja del programa. A modo de terapia criminológica, a Harris le fue encomendado escribirle una carta al dueño del vehículo: Estimado Sr. Ricky Becker Hola, mi nombre es Eric Harris, un lunes a la noche a fines de enero mi amigo y yo irrumpimos en su furgoneta y robamos algunos objetos mientras estaba estacionada en Deer Creek Canyon Road y Wadsworth. Le escribo esta carta en parte porque me lo ordena mi oficial de Desvío6, pero más que nada porque realmente siento que debo disculparme y darle una explicación. Creo que usted debe haber sentido mucho enojo y desilusión cuando se dio cuenta de lo que hicimos. Enojo porque alguien

que usted no conoce estuvo en su auto y hurgó sus objetos personales. Desilusión porque pensó que su auto estaba a salvo en el estacionamiento donde lo dejó y no fue así. Si hubiese sido mi auto en el que habrían irrumpido, me hubiese dado mucha bronca, frustración y sensación de invasión. Me habría sentido incómodo volviendo a manejarlo sabiendo que alguien estuvo allí sin mi autorización. Realmente lo siento. La razón por la que elegí hacer semejante estupidez es porque no pienso. No me di cuenta de las consecuencias de ese delito y dejé aflorar mi lado estúpido. Quizás pensé que no me iban a atrapar o iba a salirme con la mía, pero me di cuenta poco tiempo después de lo que había hecho y lo absolutamente estúpido que fui. En casa mis padres y todos los que me conocen estaban estupefactos con que haya hecho algo así. Mis padres casi perdieron toda su confianza en mí y me castigaron por dos meses. Además, he perdido algunos de los privilegios y libertades con las que contaba antes de que esto pase. Ahora estoy dentro del programa de reeducación y rehabilitación para conductas desviadas que durará un año. He servido 45 horas de trabajo comunitario para completarlo y tomado varios cursos y clases durante este proceso. Una vez más quisiera decir que realmente siento lo que le hice y por cualquier inconveniente que le haya causado a usted, a su familia y a su empresa. Respetuosamente, Eric Harris. La escuela le solicitó redactar un ensayo sobre el incidente: Los eventos diarios pueden cambiar una vida de un modo significativo y uno puede no ser consciente de ello. Todo lo que hacemos, decimos y vemos, y todo lo que los otros hacen siempre nos afectará, no importa lo que pensemos. Por consiguiente, es duro decir cuál de los eventos de mi vida ha sido el más serio, el cambio más dramático. Creo que fue el que me pasó el último viernes de enero de 1998 por la noche, ese es uno de los eventos más importantes que ha cambiado mi vida. Mi amigo Dylan y yo estábamos manejando por ahí en la noche como a las 21 hs sin nada que hacer. Decidimos ir a un estacionamiento de tierra en Deer Creek Canyon Road sólo como un modo de pasar el rato. Estábamos planeando ir al cine y luego ir a mi casa a pasar la noche allí, como otra noche de fin de

semana. Cuando llegamos, había dos autos, una gran furgoneta blanca y una camioneta roja estacionados. Éramos los únicos allí así que caminamos y rompimos algunas botellas que encontramos por ahí, prendimos fuegos artificiales y nos pusimos a conversar. Luego comenzamos a pensar cómo meternos en la furgoneta, no había nadie alrededor así que teníamos limpio el panorama sin nadie mirando o merodeándonos, y la furgoneta estaba llena de equipos electrónicos. Pensamos que no había manera que nos agarren porque todo se veía muy fácil, entonces agarramos una piedra grande y rompimos la ventana, Dylan comenzó a revolver las cosas que había adentro mientras fui a mi auto a mirar si venían autos. Después de casi 10 minutos dije “es suficiente, vámonos” entonces nos fuimos del lugar y nos quedamos en un sitio abierto en las montañas, estábamos seguros de haber salido airosos, entonces nos pusimos a revisar lo que habíamos robado, salí de mi auto y cuando estoy poniendo algunas cosas sobre el capot, apareció el comisario del Condado Jefferson del lado contrario de mi auto iluminándome directo a los ojos con su linterna. Ahí me di cuenta que fui un maldito estúpido, él estuvo mirándonos casi cinco minutos, aparentemente nos estuvo observando desde lejos, estacionó su auto en la ruta y caminó hacia nosotros sin que nos diéramos cuenta. Le contamos todo y nos arrestó. Estuvimos la noche entera esperando a los policías para que terminen de revisar mi auto, esperando en la comisaría, llenando formularios y declarando ante la policía, explicándoles a mis padres lo que habíamos hecho y por qué, y luego yendo al Golden a ser fichados. Luego de esta experiencia única en una verdadera comisaría, me la pasé pensando en lo que había hecho y claramente me surgió arrepentimiento. Estuve casi cuatro horas allí, de las cuales, solo aproximadamente 15 minutos hice algo, como dar cada uno de mis dedos de todas las formas posibles para que me tomen las huellas dactilares y me saquen fotos. Realmente fue como si me tiraran un vaso de agua, el resto del tiempo estuve esperando. Su equipo eligió el momento y me metieron en un lugar parecido a una prisión para que aguarde. Mientras esperaba me puse a llorar, me sentí lastimado y como en el infierno. Volvimos a casa como a las 4.30 de la mañana, mis padres me perdieron confianza y están totalmente decepcionados de mí. Finalmente en abril fue nuestra audiencia y nos sentenciaron a un año de Programa de Rehabilitación, es decir la pena más baja por haber admitido todos los cargos. Entonces, las

consecuencias de esa noche fueron: un año de este proceso más 350 dólares de multas, un total de cuatro días completos de clases para el manejo de la ira y de sensibilización respecto a conducir en estado de ebriedad, 45 horas de trabajo comunitario, dos meses de castigo, 120 dólares de multa para recuperar mi auto incautado y estoy viendo a un psicólogo que me está ayudado a manejar mis problemas de ira. Me alegro que ninguno de nosotros consuma drogas o alcohol, porque sino las consecuencias hubiesen sido siderales a nuestra conducta ya tan fuera de órbita. Mis padres perdieron todo el respeto y la confianza en mí y aún lentamente, la estoy recuperando. Esta experiencia me demostró que no importa el delito que hayas cometido, vas a ser atrapado, debes, absolutamente debes pensar bien las cosas antes de llevarlas a cabo porque solo que puedas hacer esas cosas, no quiere decir que debieras hacerlas. Al día de hoy, todavía no tengo bien claro por qué nos metimos en ese auto, pero desde que lo hicimos, nos hemos visto envueltos en algo que obligatoriamente para mí, es ser literalmente, como un ángel hasta marzo de 1999, así que tengo esperanzas de poder mantenerme al margen de problemas como ese y quisiera terminar mi último año en el colegio. Personalmente, pienso que esa noche entera en la comisaría fue suficiente castigo, por el lado bueno, he tenido muchas nuevas experiencias que estoy seguro me ayudarán en la vida como resultado de cumplir esta pena. Analizando en perspectiva, apuesto que después de todo, fue valioso. Como parte del programa de manejo de la ira, incluido en el proceso de rehabilitación criminológica, se le requirió que escribiera sobre aquello que debía hacer para controlarla: La clase de manejo de la ira que tomé me fue útil de muchas maneras. Sentí que los instructores estaban calificados para dar las clases y que la cantidad de los alumnos no era muy grande. Aprendí varias cosas acerca de cómo las drogas y el alcohol contribuyen a la violencia, y la forma de evitar el uso de drogas y alcohol. Sentí cómo la clase se centró más en las personas que habían cometido delitos violentos y las personas que usan drogas y alcohol, en lugar de ser más amplio. Sin embargo, aprendí lo que es la ira, cómo reconocerla, y cómo tratar con ella. La violencia es cara, al igual que la ira. Cometer delitos violentos trae consigo gastos, facturas, y un castigo que cala en lo profundo de la persona, y ni qué decir de la confusión emocional que provoca. Aprendí las cuatro etapas de la ira; la

construcción de la tensión, la escalada verbal, la física, y la oportunidad para cambiarla. Creo que la parte más valiosa de esta clase está en ponerse a pensar ideas que incluyan formas de controlarla y de liberar ese estrés de un modo no violento. Cosas como escribir, dar un paseo, hablar, levantar pesas, escuchar música diferente, y hacer ejercicio son todas buenas maneras de descargar la ira. También hablamos los aspectos positivos y negativos que resultan de la ira y la violencia. Otra cosa que se analizó fueron los “desencadenantes”. Los desencadenantes son definidos como advertencias o síntomas que uno experimenta cuando se enoja. Cosas como respirar rápido, tener una visión de túnel, tensión muscular y apretar los dientes. Siento que todas las sugerencias pueden ser de total ayuda, pero lo más importante para controlar la ira depende de la persona. Si la persona no quiere controlar su ira, entonces puede ser un problema. La persona debe querer controlar su ira y realmente querer no ser violento o irritable. Todo empieza en la mente de la persona. He aprendido que miles de sugerencias no tienen valor si aún crees en la violencia. Estoy contento de decir que con ayuda de esta clase, y la demás experiencia del tratamiento criminológico, quiero intentar controlar mi ira. Sin embargo, en su diario Harris expresa lo siguiente: ¿No se supone que Norteamérica es la tierra de la libertad? Entonces si soy libre, puedo privar a un puto estúpido idiota de mierda de sus cosas. Si las deja puestas en el asiento delantero de su puta furgoneta bien a la vista y en el medio de la puta nada en una noche de VierPutoNes. SELECCIÓN NATURAL. Este hijo de puta debe ser fusilado. El 8 de marzo de 1998, Randy Brown denunció un incidente sospechoso en el que Eric Harris amenazaba de muerte a su hijo Brooks. Las amenazas reportadas estaban en la página web de AOL de Harris, donde también se podía leer su descripción de cómo confeccionar una bomba artesanal con pedazos de tubos de cañería y hacerla detonar para utilizarla contra las personas. El señor Brown pidió que su denuncia figurara con identidad reservada porque temía por la integridad de su familia y la suya, pero particularmente por la de su hijo. El diario de Harris —al que se pudo acceder luego de su muerte— confirmaría las sospechas de Brown: Sería genial que Dios quitara todas las vacunas y los avisos de precaución

de todo en el mundo y dejara que la Selección Natural siga su curso. Todos los gordos desagradables retardados lisiados infradotados estúpidos cabezas de mierda que hay en el mundo debieran morir y oh estaría jodidamente bueno si algunos hombres buenos muriesen también. Quizás la raza humana podría realmente estar orgullosa de sí misma. Apuesto que la segunda guerra mundial fue la última vez que Estados Unidos estaba orgulloso de sí mismo. Golpeamos a más no poder hasta joder a los malditos cabeza de cierre y a los nazis. Volvimos, de haber sido bombardeados y perder grandes batallas a mandarle un hongo atómico a esa pequeña isla de mierda y recuperar ese maravilloso lugar llamado Deutschlad7. Digo maravilloso porque amo el idioma alemán y las cosas “BRUTE”8, Kein mitleid für die merheit9. Primero pon a cada uno frente a la fatalidad y ve quién puede superarla para pasar al siguiente nivel. Realmente, luego ponerlos en “Mundos MY”. Como Thrasher10, Whiskey, UAC Labs11 y Nivel. Amaría ver a todos esos cabeza de mierda morirse. Los amo! Algún día de abril yo y V vamos a vengarnos y patearle a la selección natural un par de muecas. Armados con lo siguiente; un bolso de campaña repleto de bombas de estruendo, municiones escondidas en latas de WD4012, bombas caseras rellenas de la mierda que tienen las ametralladoras, bombas incendiarias, bombas de gas cloro y bombas de humo. Armas de fuego que no estamos seguros cuáles todavía, espero que V tenga su # 3 con un montón de munición. Este es otro tema. Voy a joder un poco con algunos cartuchos de escopeta para agregar también a las bombas. Para mí no sé qué arma usar. Solo quiero un arma de fuego que pueda tener muchas balas y que no se me atasque. Así que necesitaré varias balas también. A esas las voy a tener atadas a mi pecho. Quizás también un chaleco antibalas. Nos vamos a vestir todos de negro. Sacos de gabardina negros, pantalones militares negros y vamos a mandar a estampar remeras que tengan las R y V13 grandes en la espalda y en el pecho NBK14 en letra chica. Tendremos cuchillos y navajas y armas de refuerzo en todos nuestros cuerpos, me haré un tatuaje en mi brazo derecho que diga REB. Antes de empezar nos pondremos pasamontañas. Antes pasaremos por la casa de Brooks Brown en la mañana antes de que comience la escuela y de que la gente se despierte. Nos meteremos y mataremos en silencio cada habitante y después matamos a Brooks Brown y luego dulcemente nos tomamos nuestro tiempo para orinarlos, escupirlos

y torturarlos como en el infierno. Una vez que hayamos terminado, vamos a programar las bombas para que incendien la casa y nos dé tiempo a sacar todo el armamento que encontremos, quien sabe, quizás tengamos suerte. Luego nos preparamos íntegramente y durante el almuerzo vamos y estacionamos en nuestros lugares. Con anteojos de sol puestos, vamos a cargar todo en nuestros bolsos de mierda terrorista y anarquista para ponerlo en nuestra mesa. Estaremos muy relajados y sigilosos al respecto. Será como un proyecto de ciencia/grupal/inglés o algo así. Después, nos vamos a sentar, pondremos alto algo de música, prenderemos un “cigarrillo electrónico” y estaremos listos para comenzar a lanzar nuestra primera tanda de balas. Luego, las encendemos y las tiramos lo más lejos posible, una vez que la primera tanda haya hecho su trabajo y el caos comience, V abrirá fuego y yo comenzaré a tirar más bombas de fuego entonces si podemos, subiremos e iremos a cada aula para poder escoger hijos de puta a nuestra voluntad. Si todavía podemos vamos a secuestrar algún coche que sea impresionante, y nos largamos del barrio a otro de nuestra elección y empezaremos a incendiar casas con cócteles molotov. Para ese momento toda la policía estará siguiéndonos y comenzaremos a matarlos también! usamos bombas, bombas incendiarias, y cualquier cosa jodida que pueda matar y causar el daño mayor que podamos. Si se da que quedamos atrapados y sin absolutamente ninguna salida, comeremos balas y con una tonelada de cloro o algún otro gas mortal para que cuando muramos, lo hagan también los que estén cerca nuestro. Si de antemano hubiésemos aprendido el arte de las bombas de tiempo, dejaremos cientos alrededor de casas, carreteras, puentes, edificios y estaciones de servicio. Cualquier cosa que pueda causar daño y caos. Si alguna vez has visto la primera parte de los tips de violencia de INVASIÓN USA sabrás a qué me estoy refiriendo. Será como en “Motín en Los Ángeles”, el atentado de Oklahoma, la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, el video juego Duke Nukem, todo mezclado. Tal vez empecemos una pequeña rebelión o revolución para joder las cosas lo más que podamos. Quiero dejar una huella duradera en el mundo. Y por Dios, maldita sea no culpen a nadie más aparte de mí y V por esto. No culpen a mi familia, no han tenido ni idea y no hay nada que hubiesen podido hacer, me criaron jodidamente bien, no culpen a las jugueterías o a cualquier otra tienda por vendernos municiones, material explosivo ni nada de eso porque no es su culpa, no

quiero las putas leyes para la compra Tubos de PVC de mierda. Aquí somos una especie de caso selectivo, así que no crean que esto volverá a suceder. No culpen a la escuela, no pongan a los policías de mierda por todo el lugar justo porque que salgamos a matar como relámpagos, no significa que los demás tengan ganas o apenas alguna vez haga que la gente traiga bombas o armas de fuego a la escuela de todos modos, el administrador sé que hace un buen trabajo, no sé quién quedará después que matemos, pero maldita sea no cambien la política escolar sólo por nosotros. Sería estúpido y si existe alguna manera en este jodido universo de poder volver como fantasmas o lo que mierda sea vamos a perseguir toda su vida a cualquier persona que le haya echado la culpa a alguien aparte de mí y V. Si por alguna extraña suerte nos vaya como la mierda a mí y a V y hayamos sobrevivido y escapado, nos vamos a ir a una isla en algún lugar o tal vez a méxico, nueva zelanda o algún sitio exótico donde los estadounidenses no puedan agarrarnos. Si no existiese tal lugar, entonces lo haremos secuestrando un avión infernal con un montón de bombas y lo estrellaremos en Nueva York con nosotros adentro iremos descargándolo a medida que descendamos, sólo para causar algo más de devastación. La escueta información que aportó el padre de Brooks fue examinada por los investigadores, no se podía acceder fácilmente a la página web y por ende no fue posible obtener datos sobre la bomba. De acuerdo al requerimiento de conservar el anonimato, ni Klebold ni Harris fueron contactados por la denuncia y aunque se inició una investigación, no se pudo conseguir información adicional sobre el contenido exacto de la página AOL de Harris. Dada la rutina y los tiempos habituales que requiere la recopilación de datos e información, el comisario del Condado, Ronald Beckham, no estuvo al tanto de la situación hasta después del 20 de abril. Ese día, la información pertinente del contenido de la página web de Harris le llegó al fiscal de distrito, quien luego de revisar el expediente aseguró que basándose solo en esos datos que le presentaron, tampoco hubiese sido posible pedir una orden de arresto o allanamiento que permitiera profundizar la investigación de la denuncia. El 12 de noviembre de 1998, Harris escribía en su diario: ¡ODIO! Estoy lleno de odio y me encanta. Odio a la gente, y ellos deberían jodidamente temerme si supiesen lo que es bueno para ellos. Sí me gusta y creo que quiero que lo sepan, sí soy racista y no me importa.

Negros e hispanos regresen por sí solos, y otra cosa, soy muy racista con la basura blanca. POS15: Me gustaría que Brooks Brown y otros tengan el odio que merecen, de lo contrario probablemente no los odiaría. Es una tragedia, que la naturaleza humana de las personas las lleve hacia su caída. La naturaleza humana de los pueblos hizo que sean asesinados. Ya sea por mí o por Vodka, ha sucedido antes y no sólo en tiroteos escolares como esos infradotados mariquitas en Minnesota [ilegible]. Poco tiempo después de que su padre hiciera la denuncia, Brooks retomó su amistad con Harris.

Eric David Harris Nació el 9 de abril de 1981 en Wichita, Kansas. Era hijo de Wayne, un militar de la fuerza aérea, y de Kathy Pool. Tenía un hermano —Kevin— tres años mayor. El trabajo de su padre hizo que durante su vida tuviesen que trasladarse a distintas ciudades. En 1983, se establecieron en la ciudad de Dayton, en Ohio. En Oscoda, Michigan, en 1989 y en Plattsburg, New York, en 1992. En julio de 1993, cuando su padre se retiró de las fuerzas, se mudaron a Littleton, estado de Colorado. Previamente, se habían conocido con Klebold en la escuela media Ken Caryl. Sus padres contaron que de chico jugaba al fútbol y al béisbol, y que en séptimo y octavo grado había surgido su interés por las computadoras. También le gustaba coleccionar tarjetas de béisbol, un pasatiempo común para los aficionados a los deportes y los juegos de videos. Eric parecía contento. Aunque era algo solitario, pudo establecer amistad cercana con algunos de sus compañeros de la escuela secundaria. Al ingresar en Columbine comenzó a colaborar en los laboratorios de informática y a participar en la producción de la filmación de videos y en la red de noticias escolares Rebel. Su apodo era REB, diminutivo de “rebelde”, y el mismo nombre de la mascota de la escuela. En la primavera de 1998, Harris comenzó un diario donde dejaba plasmado su gran odio a la humanidad y lo mucho que amaba ese enojo. Lo comenzó en el mes de abril, allí había escrito también sobre su convicción de que él y V, VoDKa, eran diferentes del resto por ser “autoconscientes”, esta forma de definirse los hacía sentir superiores, ellos tenían conciencia de sí mismos, de su condición. Escribió: “Moriré antes que traicionar mis propios pensamientos, pero antes de dejar este lugar que no vale nada, voy a matar a los que considero no

aptos”. Además, dejó claro que se vengaría de los que sentía que le habían hecho daño. En octubre de 1998, escribió que alguien tendría que preguntarse: “¿En qué está pensando?”. Él mismo respondió: “Quiero quemar el mundo, quiero matar a todos excepto cinco personas... si nos agarrasen en algún momento, empezamos a matar allí mismo... No me iré sin dar lucha”. Harris también se refería a sus elecciones y en especial a las que lo inducían a querer matar: “¡Es mi culpa! no de mis padres, hermanos, amigos ni de mis bandas favoritas o de los juegos de computadora, tampoco de los medios de comunicación, es mía”. En 1999, solo escribió una vez en su diario una evaluación propia sobre su preparación y la de Dylan Klebold, que incluía armas y bombas. Finalizó esa hoja con un: “Los odio gente por dejarme afuera de tantas cosas divertidas”. Un año antes de la matanza, había escrito en el anuario escolar de Klebold: “Dios no puedo esperar hasta que muera, ya estoy saboreando la sangre – NBK”. “Sabes qué odio?... ¡¡LA HUMANIDAD!!... matar todo… matar todo…”. Harris dibujó en su diario un hombre armado parado ante un mar de cadáveres. Tituló el dibujo con una frase contundente: “La única razón por la que aún estás vivo, es porque alguien decidió dejarte vivir”. En su anuario había escrito encima de las fotos de sus compañeros cosas como “no vale nada”, “muere” y “golpear”, a los que no le agradaban los tachaba con una X. Eran muy pocas las fotos sin marcas o comentarios. Un pedazo de papel sin fecha que fue recuperado tenía dibujado un diagrama de la cafetería de Columbine “The Commons” con dos X que señalaban las cercanías a las fuentes de agua. Al costado del diagrama, había un detalle de horarios en el que se especificaba el número aproximado de gente que había en la cafetería antes y durante la hora de almuerzo. Harris escribió su itinerario para el 20 de abril: Eric 05:00 levantarse 06:00 reunirme en KS

07:00 ir a casa de REB16 7:15 se va para llenar con propano, me voy para llenar con gas 08:30 Reunirse de vuelta en su casa 09:00 hacer el bolso para preparar el auto 9:30 practicar con el equipo Relajarse 10:30 preparar 4 cosas 11:00 ir a la escuela 11:10 tener listos los bolsos de lona 11:12 esperar cerca de los autos, prepararse 11:16 JAJAJA Respecto a su relación con las mujeres, el 13 de noviembre de 1998 escribió en su diario: Solo quiero estar rodeado de la carne de una mujer, alguien como [borrado] que simplemente quiera follar como el infierno, ella me hace babearme prácticamente, cuando usaba esos pantalones cortos para practicar... se me puso dura. No podía dejar de espiarla y otras como [borrado] [borrado] [borrado] que me hacían empapar en la clase de gimnasia, y a otras que sólo quiero dominar y devorarme a mí mismo en ellas. mmm Puedo saborear esa carne dulce ahora… el sudor salado, el animal en movimiento. Lieeebe Iccchhh.... fleisccchhhh ... A quién puedo engañar en mi habitación ¿primero? Yo puedo lamerle los pies a alguna, decirle lo que quiere oír, ser todo agradable y dulce, y luego “follarlas” como un animal, sentirlas desde adentro, como dijo Reznor. Oh… otra cosa más… ese video que vi de Nine Inch Nails, roto o cercanos o algo así, aquel en el que el hombre es secuestrado y torturado como en el infierno... el infierno real. Quiero hacer eso [?]. Quiero romper una garganta con mis dientes como si fuese una lata de pop. Quiero destripar a alguien con mi mano, rasgar una cabeza y sacarle el corazón y los pulmones desde el cuello, para apuñalar a alguien en el intestino, empujar hasta el corazón, y sacar la puta navaja fuera de su caja torácica! Quiero agarrar alguien que esté débil como del primer año y simplemente separarla como un maldito lobo. Mostrarle quién es Dios. Estrangularla, aplastar su cabeza, morder la sien de su cráneo, arrancarle la mandíbula. Sacarle las clavículas, romper sus brazos en dos y retorcerlos contra sí mismos, el hermoso sonidos de los huesos craqueando y rasgando la carne, ahh...

tanto que hacer y con tan pocas posibilidades”. En la página personal de Eric Harris, http://members.aol.com/rebdomine, aparecen escritos que no solo evidencian claramente una personalidad manipuladora y el fuerte resentimiento que él siente hacia la sociedad en general, sino que también dejan expuestas la ineptitud del sistema judicial y la credulidad del médico psiquiatra que lo trataba, quien habiendo tenido en cuenta todos estos datos hubiera podido seguramente ayudar a prevenir la masacre. Las siguientes son solo algunas partes extraídas de aquella página: Las sabias palabras de REB, si no te gusta, te mataré. LO QUE NO VEO, NO LO SÉ LO QUE NO SÉ NO QUIERO LO QUE NO QUIERO NO NECESITO LO QUE NO NECESITO NO SIENTO LO QUE NO SIENTO NO LO DIGO LO QUE NO DIGO NO LO HAGO LO QUE NO HAGO NO ME GUSTA LO QUE NO GUSTA LO DESESTIMO He venido a sacudir Tu mundo He venido a agitar Tu FE ANARQUISTA anatemÁTICO He venido a tomar mi lugar YO SOY TU INCONCIENCIA YO SOY EL EXCESO SIN RESTRICCIONES METAMÓRFO SIN DESCANSO Yo YO SOY TU APOCALIPSIS YO SOY TU CREENCIA EN BRUTO JUGGERNAUT MONOLÍTICO Yo Luego transcribe la letra de la canción Son of a gun, de la banda de rock industrial alemana KMFDM: OLA DE CHOQUE

ATAQUE MASIVO EXPLOSIÓN ATÓMICA HIJO DE UN ARMA QUE REGRESA CAOS-PÁNICO SIN RESISTENCIA DETONACIONES A DISTANCIA APOCALIPSIS AHORA PAREDES EN LLAMAS HUMO ONDULANTE AL QUE HAY QUE culpaR FORJADO CON ACERO VOLUNTAD DE HIERRO Mierda para los cerebros NACIDO PARA MATAR TODOS SON IGUALES NO DISCRIMINACIÓN HIJO DE UN ARMA UNA SIMPLE ECUACIÓN HIJO DE UN ARMA AMO DE LA FE NO SE INCLINA ANTE NINGÚN DIOS, REINO O ESTADO CUIDADO HIJO DE UN ARMA SUPERHÉROE NÚMERO 1 Si no te gusta, bueno... ya sabes qué hacer. Cualquier cosa que no me gusta --- APESTA Soy un extranjero. * * *

Wie gehts17. NOTICIAS REBEL: Yo, esta página tendrá algunos cambios de culo grande pronto. Iré añadiendo algunas nuevas páginas a la misma como “Nuevos nombres de grupo” y “Lista de los mejores Top 10”. Tendré algo de mierda fresca. Échenle un vistazo o los haré detonar. Porque tu mamá............ es tan gorda. La tarea apesta. El hijo de puta voló a BIG. Puzzle18 fue todo un éxito y voló hasta un jodido pequeño arroyo. El capirotazo fue bueno —palpitante desgarrador cerebral-acalambrante— locamente movedizo y genial! Sin embargo sus hermanos aún no encontraron un objetivo19. Atlanta, Pholus, Peltro y Puzzle completos. Para los de ustedes que no saben quiénes son, son, son las 4 primeras bombas caseras auténticas construidas desde cero por los rebeldes (REB y VoDKa). Atlanta y Pholus tienen cada una 1 1/4 “por 6” de tubería, Peltro es de 1 “por 6”, y Puzzle es 3/4 “por 5”. Cada una está llena de polvo que sacamos de fuentes, proyectiles de mortero y bolas de demolición. Cada uno tiene también un fusil con forma de mortero de 14. Ahora nuestro único problema es encontrar el lugar para la “zona de impacto.” Yo y VoDKa hicimos también 2 bombas de estruendo. Dios maldita sea estoy harto de la gente que dice “mecha” cuando hablamos de ¡fuegos artificiales! No disimules diciendo otra jodida ‘MECHA o habré ido a sacarte la cabeza y TEorinaré el cuello! ¡ES FUSIBLE! Agradecimientos especiales a mis amigos Excaluber, KiBBz , < Imagen> , VoDKa, Jester e Imagines por ayudar a que esta página suceda. * * * Wie gehts Pues todos los que están ahí solo pueden besarme el culo y morirse. De ahora en adelante, ya no me importa un carajo lo que casi cualquiera de ustedes hijos de puta tenga para decir, a menos que los respete lo cual es poco probable. Pero a aquellos de ustedes que me conozcan y sepan que los respeto, que la paz esté con ustedes y no se me vayan a cruzar en mi línea de fuego. para el resto de ustedes, a todos ustedes va a ser que mejor se escondan en sus jodidas casas porque pronto iré contra TODOS, y estaré armado hasta los putos dientes y voy a disparar a matar y mierda

que ¡MATARÉ TODO! No, no estoy loco, loco es sólo una palabra, para mí no tiene significado, cada uno es diferente. pero la mayoría de ustedes cabezas jodidas de esta sociedad, yendo a trabajar todos los días a sus jodidos trabajos y haciendo de su día a día una rutina de mierda, les digo váyanse a la mierda y mueran. Si tienen algún problema con mis pensamientos, vengan a decírmelo y los mataré, porque... dios maldita sea, LOS MUERTOS NO DISCUTEN! Dios MALDICIÓN ESTOY HARTO!! * * * Holaaaa a todos. Estas son las palabras de la sabiduría de REB. Esta página explica las diversas cosas en el mundo que me molestan hasta la mierda. Dios cómo amo la libertad de expresión. Tengan en cuenta que estos son la mayoría de mis puntos de vista y pueden o no reflejarse en alguien más. Juro demasiado en esta página, entonces lárgate si eres una marica que no puede manejar las malditas malas palabras. heeeheee . Y ahora para empezar: ¿SABEN LO QUE ODIO? --- Cuando estoy caminando en un centro comercial y hay va LENTA COMO LA MIERDA la persona que camina delante de mío! Diosmaldito estoy tratando de llegar a algún lado! Asi que muévete o piérdete PERRAS! ¿SABEN LO QUE ODIO? --- Cuando hay un grupo de pendejos parados en medio de un pasillo y están allí solo PARADOS hablando y bloqueando mi jodido camino!! Vete a la mierda del camino o llevaré una maldita escopeta recortada a tu casa y volaré tu cabeza de culo! ¿SABEN LO QUE ODIO? --- Cuando la gente no se fija por dónde jodidamente VA! Luego se paran y me dicen “¡Uy, lo siento.” o “¡fijate!” NNNYAAAA!! La próxima vez que pase voy a arrancar 2 de tus malditas costillas y meteré en tus malditos globos oculares!! ¿SABEN LO QUE AMO? --- Cuando un estúpido culo de niño sopla su maldita mano de encima porque se da cuenta que una mecha encendida significa que el petardo esta por explotar! ¡JAJAJA! ¡CABRÓN!

¿SABEN LO QUE ODIO? --- OOOOOOOOJAAAAAAAAAAAY. DIOS ODIO LOS JUICIOS SIN VALOR!! ¿Quién con la mente LIBREMENTE sana se preocuparía por eso??? no es distinto a cualquier juicio por asesinato! Díganle a esos putos periodistas que se consigan una vida! ¿Y qué coño ganamos con ver ese estúpido juicio de todos modos!? No es noticia! Es un juicio! no es noticia un juicio! Trialextra = noticia extra! ¡SABEN QUÉ MÁS ODIO! --- Jon Binay o como carajo se escriba su podrido nombre Ramsee20! No nos importa! putos buenos irresponsables!! ¿Qué carajo qué esperas si jodidamente expones a tu hija en todos esos concursos de belleza cuando tiene 4 años! PUUUUUUUUUTAA!!! Apuesto que su maldito padre lo hizo. Jodido pervertido. ¡SABEN LO QUE ODIO? --- ¡A LA GENTE ESTUPIDA! ¿Por qué tanta gente tiene que ser tan estúpida!? ¿SABEN LO QUE AMO? --- ¡Burlarme de los estúpidos que hacen estupideces! Como esa vez que estaba viendo a ese principiante tratando de entrar a una computadora que necesitaba una contraseña... tecleó la contraseña... y esperó. El retardado no apretó Enter ni nada. Se limitó a esperar. Entonces comenzó a maldecir al computador diciendo que estaba roto. Luego, el novato fue a buscar un profesor y el puto maestro no podía entender por qué no pasaba nada ¡¡JESÚS!! Personalmente creo que deben ser fusilados. ¿¡SABEN LO QUE AMO!? --- ¡¡¡¡¡la SELECCIÓN natural!!!!! Maldita sea es la mejor cosa que ocurrió en la Tierra. Deshacerse de todos los estúpidos y débiles organismos... ¡¡pero es todo natural! ¡SÍ! Me gustaría que el gobierno saque todas las etiquetas de advertencia. Así todos los imbéciles se lastiman severamente o MUEREN! Y boom, no habrían más imbéciles je. ¿SABEN LO QUE ODIO? --- Pendejos QUE SE COLAN EN LAS FILAS!!! ¿Por qué coño no pueden esperar como hace cualquier otro humano en la tierra. Si te cuelas, eres de los siguientes: presumido, centrado en ti mismo, egoísta, vago, impaciente, grosero, y... maldición podría seguir despotricando de todas las formas. En cada maldita fila que hago tengo que esperar una maldita hora cuando sólo éramos yo y 1 sola persona haciendo fila! Entonces el travesti deja a

todos sus llamados amigos ponerse detrás suyo! Si eso ocurre 1 vez más voy a tener que empezar a referirme al libro del cocina del anarquista Anarquistas Cookbook (sección de bombas). ¿SABEN LO QUE REALMENTE ODIO? --- ¡¡¡A LOS MENTIROSOS!!! OH DIIIIIIIIOS ODIO A LOS MENTIROSOS. Y vivir en este barrio de mierda donde hay miles de ellos!! ¿Por qué coño tienen que mentir tanto! Especialmente ¡en cosas estúpidas! Como “Sí, me acabo de comprar 5 cajas de M-80 en Oklahoma por casi 5 dólares. Y fue legal allí y todo. Claro mis padres compraron la mayor parte de mis armas, de vez en cuando uso mi bono de 4.000 dólares y compro una escopeta o 2. Y mi Hummer recién comprada se rompió cuando iba a 250 kilómetros por hora por la carretera. Estúpidos autos”. [?] Qué, ahora, ¿qué parte de esa mierda puede creer un ser humano normal? Y esa es sólo una persona!! Otro GRAN ejemplo es Brooks Brown (teléfono 303-972-0602). Ahora, según él, tiene un coeficiente intelectual de 215, 5 casas más (2 en Alaska y 3 en La Florida), un tiro de pelota que llega a 95 kilómetros por hora (sólo tiene 16 años), corre una milla en solo 5 minutos, tiene un tío que fue el ex jefe de todas las fuerzas armadas y tiene acceso al… Botón de Theee .... su otro tío es un multimillonario que vive en el centro de Detroit y sus vecinos son los de Chick, que cantaban “r.e.s.p.e.t.o.”, y el cantante de Aerosmith. Y ese mismo tío posee el 30% de las acciones de la empresa Tylenol. Y sus abuelos le dan... LE DAN... cerca de 1.000 dólares mensuales, y su otro abuelo puede explotar todas las casas en Estados Unidos porque todas las casas cuentan con C-4 en las bases. Una vez más, según Brook Brown, OK cuando la gente miente así, no impresiona, naaaadie le cree, suena simplemente vacío, estúpido, y es una pérdida de mi tiempo. ¿¡¡¡SABEN LO QUE ODIO!!!? --- Las películas clasificado R (restringidas) en EL CABLE! Mi PERRO puede hacer un mejor trabajo de edición que esos malditos imbéciles!! Por el bien de toda la televisión podrían por lo menos tratar de hacer que suene como las palabras reales de una persona! Si alguna vez han visto Aliens o Predator saben de qué estoy hablando. ¿¡¡¡ SABEN LO QUE ODIO!!!? --- las teclas de Windows!!!! ¿¡¡¡SABEN LO QUE AMO!!!? --- WAREZ21 !! ¿Por qué pagar cuando es gratis?

¡¡¡¡SABEN LO QUE ODIO!!!? --- Las personas que creen que pueden pronosticar el tiempo!! Entonces piensan que todo el mundo va a creer que ellos son geniales sólo porque dijeron que estábamos por tener una tormenta de nieve de 4 pies a partir de hoy! Como el otro día que ese atorrante que estuvo diciendo... “Si mañana nos va tener como, 2 pies de nieve en tan sólo unas horas, estuvieron diciendo que iba a a ser la nevada más grande en diez años. Sí y también habrán aproximadamente 60 grados fuera”. Y ese día tuvimos una pulgada de nieve y 28 grados fuera. Tuve ganas de conseguir un bate de béisbol, partírselo en la cabeza, y luego apuñalarlo con el extremo roto!!! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- ¡¡¡La música country!!! ¿¡¡SABEN LO QUE AMO!!? ---Los encendedores Zippo !! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- Las personas que dicen que la lucha libre es real! Ahora, estoy hablando de peleas como las de Hulk Hogan o UNDERTAKER. Si usted piensa que estas peleas no son fingidas y que estos tipos están REALMENTE perforando y rompiendo brazos, entonces por favor envíeme un correo electrónico. Me encantaría saber dónde vives, así que puedo bombardear tu puta casa y ROMPER TUS BRAZOS REALMENTE! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- ¡JÓVENES FUMADORES! piensan que son tan GENIALES con sus grandes cigarros y su actitud “taaan genial”. No puedo esperar hasta que tengan 25 y tengan que respirar a por sus putos cuellos y deban hablar a través de un aparato conectado a sus cuerdas vocales-X. ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- PAGAR POR EL SEGURO DE MI AUTO! ¿¡¡ SABEN LO QUE AMO !! ? --- ¡¡LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN!! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- La libertad de prensa. No me gusta esa parte de la Declaración de Derechos. ¿¡SABEN LO QUE ODIO !? --- ¡¡Las personas que están contra de la pena de muerte!! Pienso que los tribunales deberían freír a todos los convictos incluso ¡a los que hayan

cometido hurto! ¿¡¡SABEN LO QUE AMO !! ? --- ¡EL COLEGIO! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- ¡LA TAREA ESCOLAR! ¿Sabes lo que realmente odio !! ? --- ¡¡LAS PUBLICIDADES!! OH DIIIOOOSS ODIO las PUBLICIDADES!! Las únicas que PODRÍAN gustarme son los avances y algunos anuncios de autos. Pero Jesucristo, todas lociones, PERFUMES, maquillajes, JCPENNYS, Joslins, comida, café, u otro anuncios publicitarios! ¡Por favor! Destrúyanlos a todos! ¡Nunca graben otro más! Apestan! Sólo son divertidos la primera vez! ¡Piensa en otras cosas! ¡Apestan! ¡Son estúpidos! Nos hartamos de ellos muy rápido! ¡MUY! ¡MUY RAPIDO! ¿¡SABEN LO QUE ODIO !? --- La gente que no creen en la higiene personal. Por el amor de Dios, y por el bien de Dios, ¡ASÉATE! Gente de mierda con dos 2 pulgadas de uñas y una olla entera de suciedad abajo y pelo rasta que parece púbico o las camisas teñidas como el infierno. O la gente que simplemente apesta y no hace nada al respecto. Ahora, no me estoy burlando de la gente que no tiene cómo evitarlo, o conseguir como asearse o algo así, eso no es culpa de ellos, pero si eres un chico manejando una Ford Explorer y tienes los dientes amarillos, entonces eres simplemente inhumano. ¿¡SABEN LO QUE ODIO !? --- Las personas que usan la misma palabra una y otra vez! Al igual que, “en realidad”, o “no jodas”, o “puta”. Leer un maldito libro o dos, aumenta tu VO-CA-BU-LA-RIO jodido idiota. ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? --- Las personas que intentan impresionarme, TRATANDO de alardear con sus armas militares! Ahora, para algunos de ustedes esto puede parecer extraño, pero ha pasado. Así: “Amigo, salió este nuevo químico que puede destruir Denver usando solo una pulgada cúbica de él. El ejército lo mantiene bajo llave, porque si llega a tocar el agua, explota, y la fuerza crearía un nuevo planeta hombreeeee”. Sí, claro, mierda, como esto: “Amigo, la Fuerza Aérea seguido a Papá Noel desde hace 10 años, él es un hombre de verdad, todo es un disfraz”. o “La fuerza Aérea construyó un avión que supera la velocidad de la luz, es totalmente invisible”. Ahora

esto es sólo parte de la mierda que he escuchado y me da ASCO. Y ellos ni siquiera sabe lo que hacen los militares ni conocen a uno! ¿¡SABEN LO QUE ODIO!? ---¡Las personas que CREEN ser expertos en artes marciales! Todos ellos son engreídos y piensan que son grandes y malos, diciendo estupideces como...

Dylan Bennet Klebold Nació en Denver, Colorado, el 11 de septiembre de 1981. Era el segundo hijo de Thomas, quien se dedicó a la escultura antes de ingresar como geofísico en la Champlin Oil Co., y de Susan Yassenoff, un ama de casa hija de un magnate de la colectividad judía que conoció a su marido cuando ambos estudiaban en la escuela de Artes. Dylan tenía un hermano tres años mayor, Byron. De niño perteneció a los Boy Scout y fue pitcher en la liga de béisbol infantil, era muy amable y nada parecía indicar que portara una naturaleza violenta. Tenía una memoria prodigiosa, capaz de recordar sin esfuerzos las capitales de todos los países del mundo, y era un buen jugador de ajedrez. El primer y segundo año de primaria los cursó en la escuela Normandy de Littleton, luego pasó a Governor’s Ranch, donde formó parte del grupo CHIPS, un programa exclusivo para chicos superdotados y talentosos. Los padres de Klebold relataron a los investigadores que de algún modo él había estado contenido en ese colegio y que la transición a la escuela media Ken Caryl le había sido difícil porque era un chico muy tranquilo y tímido. A pesar de eso, creyeron que el paso de la escuela primaria a la media resultaba algo complicado para cualquier adolescente y por eso no repararon demasiado en el asunto. En la secundaria Columbine formó parte del equipo de producción de obras operando las luces y sonido, también se involucró en producciones de video y en la red de noticias Rebel de la escuela. Fue asistente informático ayudando al mantenimiento de las computadoras, fue así como él mismo aprendió a ensamblar su propio equipo. Sus padres subrayaron su extrema timidez y recalcaron que no tenía novia, aunque sí socializaba con varios grupos de amigos con los que compartía intereses, como por ejemplo los videojuegos o ir a jugar bolos a medianoche. Su fantasía era estar en las grandes ligas del fútbol americano. Tenía un apodo: VoDKa —porque le gustaba tomar esa bebida antes de comenzar a escribir— al que le incluyó mayúsculas en sus iniciales: D y K.

Entre sus amigos estaba Eric Harris, el resto del grupo se refirió a él como una persona generalmente tímida y tranquila que solía seguir lo que hiciera la mayoría. En algunos foros de Internet se muestra como un típico adolescente interesado en los videojuegos, las películas, las computadoras y en pasar el tiempo con otros adolescentes. Nada en su comportamiento dio pistas de lo que él y Harris planeaban. Su padre declaró ante los investigadores no recordar que el joven mostrara fascinación por las armas, y que aspiraba a convertirse en un reconocido científico de la informática y ser aceptado por la Universidad de Arizona. Es más, el 25 de marzo de 1999, la familia Klebold había viajado en auto hasta aquel estado para elegir el que sería el dormitorio de Dylan. Él tardó cuatro días en ir y volver con ellos y no les demostró en ningún momento que sus planes para el futuro se alejaran de ese plan. Luego de la tragedia en Columbine, los investigadores buscaron las causas que podrían haber llevado a Klebold a dispararles a sus compañeros y profesores y, aunque su entorno lo describiera como un chico agradable y normal, se encontraron algunas pistas. Había otro lado oscuro que daba atisbos de lo que pasaba por su cabeza en algunas notas escritas en su diario, en su agenda de 1997, en apuntes de su cuaderno de matemáticas y en el anuario escolar. Klebold y Harris habían hecho videos donde dejaron plasmadas sus ideas y planes. Klebold comenzó su diario un 31 de marzo. En una hoja escribió: “Un momento raro, una vida rara, una existencia rara”, se refería a sí mismo como no encajando, atravesando un estado depresivo y odiando mayormente su existencia y su vida, también allí habla de suicidio. En algunas fechas, su tono cambia y escribe sobre su “primer amor”, en apariencia no correspondido. A lo largo del diario, nombra a algunas chicas que ama pero cuenta que ni siquiera se atrevió a hablarles. A una le escribe cartas que aún guardaba con él. Nuevamente ese año escribe que se quiere morir y menciona haberle pedido a alguien que le comprara un arma para poder matarse. Ya en noviembre, hablaba de conseguir una y salir a matar. En su cuaderno de anotaciones escolares de 1997/1998, aparecen lo que podrían ser pensamientos, poemas al azar, uno de los escritos dice: “El hombre solitario golpea con furia absoluta”. En abril de 1998, al final del año escolar, Harris y Klebold reciben copias del anuario de Columbine, el año anterior a la matanza, Klebold hace cuatro comentarios en el anuario de Harris, uno de ellos refiere:

“Matar enemigos, hacer explotar cosas, ¡¡matar policías!! Mi ira para el incidente de enero será como la de los dioses, por no mencionar nuestra venganza con The Commons”. En el cuaderno de matemáticas de Klebold, junto a sus tareas, hay ocho páginas con escritos y dibujos que parecieran ser anteriores al 20 de abril. Una comienza así: “Como 26.5 horas desde ahora, el juicio comenzará. Difícil pero no imposible, necesario, quema los nervios y divertido. Qué diversión hay en la vida sin una pequeña muerte? Es interesante cuando estoy en mi forma humana (sic), sabiendo que me voy a morir, le da un toque de trivialidad a todo”. Había en general diversos dibujos y escritos en su cuaderno, el último es contundente: Dylan Salir a caminar, colocar las bombas a las 11:09 para las 11:17 Salir Manejar hasta Clemente Park. Prepararse Volver a las 11:15 Estacionar los autos, activar las bombas para las 11:18 Salir, ir a la colina, en la colina, esperar Cuando estalle la primera bomba: atacar ¡Divertirse!

Análisis Harris y Klebold tenían dos facetas opuestas, pero ensambladas una con la otra. Sus amigos y familiares los consideraban chicos normales, mientras otros los veían como parias escolares. Sin embargo, ellos dejaron evidencia de un lado oscuro y siniestro que podían compartir entre sí, mostrando de este modo una simbiosis que excluía al resto de una auténtica amistad, aunque varios los apreciaran. No encajar, no ser aceptados, son temas preocupantes y recurrentes para ambos. Esto se refleja en las continuas y obsesivas referencias a “la selección natural”, pero a su vez a lo que llaman “autoconciencia” —término que emerge como resultado de su clara falta de autoestima y que implica para ellos hacerse cargo de sus sentimientos, propósitos y acciones como propios, sin interferencias

de otras personas o medios—. Se trata de un claro mecanismo defensivo: en lugar de deprimirse por sentirse rechazados por el resto, se escudan en este concepto y lo asumen como una cualidad, un atributo que los hace diferentes y superiores. Incluso Klebold cuenta en uno de sus escritos que a veces está en su “forma humana” y que es clave en su relación con Harris el hecho de que él acepte y valide su lado no humano. Esta aceptación inquebrantable de lo espontáneo y lo visceral de ambos es lo que los complementa y atrae. Esta supuesta capacidad de tener “conciencia de sí mismos” es un recurso que justifica ante sus ojos de manera más aceptable el hecho de no encajar en otros grupos de chicos y sí en la relación simbiótica que habían formado. En la tapa de su calendario, Klebold escribió: “Realidad: la gente es tan inconsciente... bueno, la ignorancia es felicidad, supongo... que eso explicaría mi depresión”. Este pensamiento compartido los llevó a elaborar un plan contra las personas que consideraban ofensivas y, en el fondo, superiores a ellos: los compañeros deportistas, las chicas que los habían rechazado en la realidad o en su fantasía, los otros “parias” o cualquiera de quien no hayan sentido aceptación, incluso contra gente que no tenía idea de haberlos ofendido en algún momento. Pero esto no tenía importancia porque era solo otra excusa para matar, aunque automáticamente conectaran la falta de deseo de otro a su deseo de exterminarlo causando el mayor daño posible. La impresión de autoconciencia en ellos toma un sentido distinto, es un método para justificar la venganza que no planearon en cualquier lugar. The Commons era la cafetería de Columbine donde un tiempo antes los chicos del último año le habían hecho a Klebold, un año menor que ellos, una broma de mal gusto con tampones femeninos cubiertos de kétchup en su plato de comida. Él se sintió humillado socialmente y llegó a decirle a su madre que ese había sido el peor día de su vida. Se comentaba además que los dos jóvenes aún eran vírgenes (lo cual resignifcaría el episodio de los tampones de kétchup). En una de las anotaciones de su diario, ese año escribió: “Lo juro, como si fuese un paria, y todos conspirando contra mí…”. Es por ello que el motivo recurrente de “nuestra venganza en The Commons” era la clave, el escenario para aniquilar tomando revancha y eliminando así todas las risas de burla que aún resonaban en sus oídos. En el diario de Klebold hay indicios de sus planes desde principios de 1997, Harris los exteriorizó en abril de 1998, aparentemente ambos anuarios escolares contenían mensajes encriptados

con los que interactuaban sobre el tema. Acá se trataba de matar y morir, glorificando la violencia. Harris se jactaba de haber “engatuzado” con su carta de disculpas al hombre a quien le habían robado los objetos de su furgoneta y a su familia, esto, junto con aquel escrito donde se explaya acerca del manejo de la ira señalándolo como provechoso y el ensayo escolar en el que intenta reflejar su autoconciencia y la consecuencia de sus actos, no hicieron más que alimentar su ego: les había hecho creer a todos que era un joven más arrepentido que pudo capitalizar todo lo que le había dado el proceso de terapia criminológica. El inconformismo que señala en una carta en la que relata su estadía en la comisaría deja claro que para él todo aquello no significaba más que una pérdida de su valioso tiempo, más allá de la adrenalina que le genera el hecho de estar frente a la ley que se le impone y que debe acatar. Para ellos un saco de gabardina negro es el único símbolo de respeto, esto lo refiere Klebold con la historia del hombre que entra a un bar a vengarse de los universitarios. Así entran vestidos a la cafetería y a la librería haciendo honor a la cofradía que crearon: “La mafia de los sacos de gabardina”, esta vestimenta y lo que significa para ellos cobrará cada vez más peso, el resto de la indumentaria y las armas alimentarán su sensación de poder. Harris había trabajado un tiempo en un restaurante de comidas rápidas en un centro comercial y recibía atención psiquiátrica. En una de las consultas se quejó de sus sensaciones de depresión, ira y pensamientos suicidas. Se había postulado a la Escuela de Marina, pero la medicación que tomaba hizo que fuera descalificado. Al respecto, en diciembre de 1998 escribió que hubiese sido un gran marinero: “Eso me hubiese dado una buena razón para ser bueno”. Probablemente lo haya vivido como un gran fracaso, ya que su expectativa era la de ser respetado en las Fuerzas Armadas, al igual que su padre. El médico le prescribió Zoloft, un antidepresivo, pero después de un tiempo de tratamiento se quejó de sentirse inquieto y de tener dificultad para concentrarse, así que en abril, el mes de la masacre, le cambió la medicación por Luvox, un antidepresivo similar. El sábado 21 de noviembre de 1998, los dos amigos visitaron una exposición de venta de armas en Tanner. Un vendedor les dijo que necesitaban a alguien mayor de edad para poder adquirirlas, entonces pensaron en Robyn Anderson, que había cumplido los 18 años el 4 de noviembre de 1998. Robyn era muy amiga de Klebold y apenas conocía a Harris. La convencieron y fueron al día

siguiente. Recorrieron el lugar buscando vendedores que aceptaran la compra sin licencia. Aún en ese entonces estaban completando el programa de rehabilitación criminológica juvenil y simulando, según lo que redacta Harris en una carta, la verdadera conducta de un ángel. Por ese motivo deberían comprar armas solo a quien las vendiera de forma “privada” o tráfico de mercado negro, para eludir el papeleo burocrático y que de ese modo no saltaran sus antecedentes policiales. Harris se interesó en un arma que vendía un distribuidor autorizado, quien le aclaró que Robyn debería llenar una solicitud para poder llevarla, pero ella respondió que no se sentía cómoda dejando su nombre en algo sobre lo que no iba a tener control. Finalmente les compraron a tres vendedores “privados” tres armas y las pagaron en efectivo, sin recibo, preguntas, ni verificación de antecedentes, solo exhibiendo la licencia de conducir de Anderson con la que quedaba demostrada su mayoría de edad. Sin embargo, eran ellos quienes preguntaban y manipulaban las armas dentro del negocio, es decir, quedaba absolutamente en evidencia que quienes iban a hacer uso de estas eran los dos jóvenes y no la mujer. Fue de ese modo que Harris logró tener en su poder una escopeta de acción y un rifle carabina Hi-Point negro, Klebold se quedó con la escopeta de doble cañón porque ya tenía otra arma, ambos serrucharon parte de los cañones de las escopetas para poder ocultarlos mejor. A Klebold le vendieron las municiones sin exigirle previamente que mostrara su documento. Harris escribió en su diario: Bueno amigos, hoy ha sido un día muy importante en la historia de R. Hoy, junto a VoDKa y alguien más que no nombraré, fuimos al centro y compramos los siguiente: una escopeta 12ga de doble cañón, accionador para la escopeta 12ga, una Carabina de 9 mm, 250 municiones para 9 mm, proyectiles para 15 12ga, 40 cartuchos de escopeta, 2 cuchillos de doble hoja, y un total de 4-10 balas redondas para la carabina. Tenemos... ARMAS! que mierda las conseguimos pedazos de hijos de puta! ¡¡JA!! ¡JAJAJA! neener! [dibujo] Booga Booga. je. Ya está todo finalizado, culminado y como si fuera poco, sin punto de retorno, tengo mi carabina, escopeta, munición y un cuchillo todo en mi auto desde esta noche y queda ahí hasta mañana después de la escuela. Sabes, es una verdadera pena. Me divertí tanto en esa feria de armas, me hubiese gustado que papa estuviera para hacernos conectarnos con alguien importante. Habría sido estupendo. En fin. Me enfrenté y le dije a Bob (Robert Perry, un amigo con

el que estaba enemistado) lo decepcionado que estaba con él por la pelea. Sé que pensarás que era bueno para mí dejarlo correr y toda esa mierda… Voy a pensar sobre eso sin embargo, si tengo que hacer trampa y mentir a todo el mundo eso estará bien. Es con lo que me siento motivado, ESTO es mi meta, esto es lo que quise toda mi vida. El 17 de abril de 1999, Anderson fue al baile de graduación de Columbine con Klebold como su acompañante, había tenido que insistirle porque él se rehusaba a aparecer ese día. Ella no estaba al tanto de lo que pretendían hacer con las armas, las usaron teniendo en claro los problemas en los que se vería implicada luego, pero, por supuesto, esto no pareció importarles. Sus amenazas quedaron públicamente documentadas en la página web de Harris, en los anuarios escolares de ambos y en varias cintas de video grabadas con una cámara 8mm, donde iban relatando la evolución de sus planes, actividades y filosofía. En una cinta que grabaron antes del 1 de abril de 1999, se puede ver la habitación de Harris y a Klebold sentado en el piso, donde habían desplegado las armas y las bombas caseras. De ellas muestran tres, a las que llaman Charlie Batch, y cuentan que tiene dos pulgadas de diámetro por seis de altura, también van relatando las medidas del resto hasta las 24 bombas artesanales que se veían cubiertas de cinta adhesiva ancha color gris. Presentan a Arlene, una de las escopetas que tenía el caño acortado, 13 carrilleras llenas de balas, que Harris asegura haber comprado en Green Mountain Guns, dos cajas de balas 9mm y una “bandolera”, que —subraya—: “Estará llena de Napalm”. Harris filma a Klebold mostrando una bolsa de plástico negra llena con 29 objetos forrados en cinta adhesiva gris y cuenta que son bombas de estruendo que harán de granadas, luego le pasa la cámara a Klebold, quien filma a Harris sosteniendo las armas. Ahí mismo la cinta se detiene y recomienza con Harris vistiendo pantalones negros del ejército, tiene el torso desnudo y usa un arnés anticaídas cargando la carabina 9mm adjuntada a una honda que a su vez sostiene un arma asegurada y guardada en un bolsillo del pantalón. Klebold comenta mientras filma que pronto cumplirá los 18 y dice: “Mis padres se van a la mierda por Pascuas”. Luego comienza una parte en la que Klebold filma el dormitorio de los padres y la ventana del cuarto de Harris que da hacia el oeste y dice que es un bunker, “no lo puedes ver, es como un sepulcro aquí, con razón le decimos bunker”. Se los ve dentro de un auto un día de lluvia casi a la noche, parecieran haber

colocado la cámara sobre el tablero, la música está alta y no se les entiende muy bien lo que dicen, hablan de “la tripulación del Back Jack” y mencionan a sus compañeros Jason y Chris, Harris dice que son super geniales, pero también “lo siento chicos, tengo que hacer lo que debo hacer” y mencionan a otros: Angel, Phil y a Bob, de quien dicen “es de los mejores tipos que he conocido en mi vida, salvo que es un alcohólico” y que lo extrañarán. Harris dice: “Es una sensación extraña saber que te vas a morir en dos semanas y media” y se debate entre si hacerlo o no antes de la fiesta de graduación, también que pudo haber visitado a sus viejos amigos en Michigan, se queda callado y comienza a llorar, se seca las lágrimas del ojo izquierdo y apaga la cámara. Luego aparecen ambos en el dormitorio de Klebold. Él está vestido con un pantalón cargo negro y lleva una remera negra con la palabra IRA escrita en letras rojas. Se lo ve colocándose tirantes negros a los que les cuelga una bolsa con municiones y una bolsa de lienzo verde al costado de la pantorrilla derecha. Luego revuelve las cosas que hay en una valija rígida apoyada en el suelo, de donde saca un arma con el caño cortado y la guarda en el bolsillo del pantalón: esa será el arma 9mm que se encuentra sobre su hombro luego de suicidarse. Dice que Brandon Larson “estará en su cuchillo” y que irá con Robyn al baile de graduación porque sus padres ya lo han pagado, aunque él no tiene ganas de ir. Harris agrega que van a tener que usar tres bolsas y hacer un simulacro para practicar las próximas dos noches, que igualmente tienen lasers y más propano. Comienzan a reírse de lo ridícula que había sido la clase de literatura de la profesora Kelly en la que tuvieron que escribir un poema. Luego Klebold se viste y se pone un saco de gabardina negro largo. Dice: “Estoy gordo por acá… me veo gordo con todas estas cosas encima”. Trata de agarrar su arma y se le complica: “me voy a tener que sacar el saco”, comienza a quejarse porque no quiere estar sin el saco puesto porque le gusta. Miran a la ventana y dice que “la puta nieve es gay” y que para el martes o el domingo tiene esperanzas de que el clima mejore porque no necesita clima seco para sus incendios, luego se corta. Aparecen en el dormitorio de los padres de Harris, que le dice a Klebold: “Decilo ahora”, y comienza: “Hey mamá, me tengo que ir, es una hora y media antes del día de nuestro pequeño juicio. Solo quería disculparme con ustedes chicos por cualquier basura que esto pueda instigar más allá de todo, justo ahora estoy yéndome a un lugar mejor que este. No me gustaba mucho la vida y sé que

estaré feliz donde carajo me vaya. Así que me fui. Adiós”. Luego Klebold filma a Harris: “Sí… a todos los que amo, siento mucho realmente todo esto. Sé que mi mami y mi papi van a estar jodidamente impactados y no lo van a poder creer. Lo siento, ¿está bien? No puedo evitarlo”. Klebold le dice: “Hicimos lo que teníamos que hacer”. Harris contesta hablándole a sus amigos: “Morris, Nate, chicos, si ustedes sobreviven, quiero que se queden con lo que quieran de mi dormitorio y de mi cuarto de computación”. Klebold dice que también pueden quedarse con sus cosas. Harris continúa: “Lo siento Susan. Bajo diferentes circunstancias las cosas hubiesen sido muy distintas. Quiero que te quedes con mi CD de Fly”. Luego ambos dicen adiós. Ahora se los ve sentados a uno en un sofá y a otro en una silla recordando la vez que fueron a probar las armas a la montaña. Critican a uno de sus compañeros de clase, Dustin Harrison, diciendo que hablaba cosas sin importancia y que Nick se reía demasiado. Harris dice que les va a tirar en la cabeza a “dos de las putas cristianas que hay”. Agradecen a la feria de exposición de armas y a Robyn , a quien consideran genial. En otro pasaje de la cinta se ve que es de noche y se están riendo de lo fácil que les había resultado engañar a Mark John Doe y a Phil John Doe, aparentemente sus proveedores de armas cuyos apellidos desconocen y sustituyen por John Doe. Harris dice que no suele pasar tiempo con su familia y que por eso no existe “apego”, que lo que va a hacer no le va a costar: “Lo siento, tengo mucha rabia, es lo que ustedes me dieron”. Allí comienza a quejarse de que debido a las cinco mudanzas de su padre siempre fue el chico nuevo de la escuela, como ocupando el último lugar de la cadena alimenticia, y que por eso nunca pudo lograr que lo respetaran. Ambos beben de una botella de Black Daniel’s. Con la cámara enfocan el resto del cuarto de Harris y el par de guantes quirúrgicos que él robó de un consultorio médico y que usa para hacer bombas. Hacen un paneo con la cámara de todo lo que habían ido preparando, un encendedor solar, baterías, relojes y pedazos de cañería adentro de un cajón y de una lata repleta de balas, en especial de una: la primera bala que disparó, y Harris muestra su agenda de anotaciones. Luego, dos futuras bombas de tiempo, las armas escondidas en el ropero del que sacan una caja con un cuchillo que les costó 15 dólares y que tiene una esvástica tallada en la funda. Después presentan cada una de las bombas, municiones y carrilleras, de las que Harris dice:

“Encontrarán en mi cuerpo en abril”. En otra cinta están grabados simulacros y partes en las que dicen que “la religión es gay”, “para gente débil que no puede lidiar con su vida” y se jactan de haberle hecho creer a la gente lo que ellos querían y de lo evolucionados que se sentían, de cómo consideraban que estaban por encima del resto de los seres humanos. Decían que iban a triunfar porque estaban dispuestos a morir y enfatizaban que desde hacía ocho meses que planeaban la matanza en Columbine. Klebold y Harris miraban a la cámara hablando de la ira incubada durante los últimos años, ira que se cocinaba a fuego lento pero continuo, y de su deseo de destrucción: “Si pudiésemos, destruiríamos al mundo”. Harris aseveró: “No hay nada que nadie pueda hacer para prevenir esto. No hay nadie a quien culpar excepto a mí y a VoDKa… somos dos hombres en guerra contra el resto”. Premeditaron los hechos para el 19 de abril, hablaban siempre de “el lunes”, pero en otro pasaje de la filmación dicen: “Hoy es 11, faltan 8 días”, nunca contaron por qué eligieron ese día, que además coincidía con los aniversarios de la Masacre de WACO en Texas y de la bomba de Oklahoma, tampoco hicieron referencia a que un 20 de abril había nacido Adolfo Hitler. En el video, reconocen como posibilidad que algunos de sus amigos estuvieran el día del ataque en la cafetería o en la biblioteca y de manera insensible admiten que algunos de ellos “morirán casualmente y sus familias van a estar devastadas”, pero se justifican diciendo que “la guerra es la guerra”. Sin embargo, hay evidencia de que el día de la masacre se preocuparon por el bienestar de los que consideraban amigos. Uno de los casettes de marzo de 1999 dura casi dos horas y tiene tres cortes de filmación, otra de las cintas dura 22 minutos y fue filmada en dos etapas: el 11 y 12 de abril de 1999. La tercera cinta dura 40 minutos y hay ocho cortes, que van desde principios de abril hasta el día 20. La libertad de expresión que Harris tanto decía amar era lo que le permitía escribir en su página web de AOL: rebdomine. Allí había conseguido cierto prestigio público bajo el seudónimo de REB. En todos sus manifiestos se autodenomina como parte de la “Mafia de los Sacos de Gabardina” y de su lectura se desprende claramente —sin necesidad de leer entre líneas— su obsesión con la violencia, su impaciencia y su necesidad imperiosa, exagerada y patológica de sacar todo el odio que en él se tejía.

A Harris, su compañero Chad Laughling le había presentado una chica con la que se vio durante casi un año pero con la que nunca llegó a nada. Lo que brillaba en sus manuscritos o dibujos era el ataque eufórico hacia otros, incluso cuando relata cómo fantaseaba tener sexo con una mujer: violándola y mutilándola hasta matarla. En su agenda escolar del período 98-99, para el Día de la Madre, había una lista de cosas que comprar y “cosas por hacer” pero además una frase: “Buenos vientres han parido hijos malos”. Es a través del sadismo donde puede equilibrar el sentimiento de rechazo que lo invade. Se generó entre ellos un parasitismo, un tipo de simbiosis, una estrecha relación en la cual uno de los participantes (el llamado “parásito” o “huésped”) depende del otro (“hospedador” o “anfitrión”) y obtiene algún beneficio; aunque no siempre implique un daño para el anfitrión. Harris refiere a las bombas a las que designa con nombres de personas como “hijos de ambos”. Esta relación especial entre ellos se cimentaba con el rencor y la paranoia que se iba incrementando con el correr del tiempo, y se expandió, a partir de la humillación pública sufrida por Klebold en la cafetería The Commons, hacia toda la humanidad, a la que pretendían depredar. KILL MANKIND era una cita constante en sus escritos o dibujos, aunque minutos antes de la masacre Harris se topara con Brooks Brown y le dijera sin darle mayores explicaciones que se fuera “porque a él lo quería”, mostrando preocupación y, de algún modo, perdonándole la vida. Ese día, Robyn Anderson vio a Klebold estacionar su BMW negro y a Harris su Honda Prelude plateado y luego entrar a la escuela, pero no se acercó a saludarlos. Cuando escuchó los tiros, sospechó que se trataba de ellos. Luego de la masacre, se presentó espontáneamente a las autoridades para hablarles de su relación con ambos jóvenes y dio detalles que recordaba del día en que fueron a comprar las armas, aclarando que jamás le habían contado lo que realmente pretendían hacer con ellas. Su cooperación le valió que no se presentaran cargos en su contra.

Fuentes Columbine CD, Jefferson County, Colorado (2000) Columbine, Dave Cullen. New York Times (2009) http://extras.denverpost.com/news/shot0427a.htm http://www.westword.com/news/forgiving-my-columbine-high-school-frienddylan-klebold-5834485

columbine.wikia Wikipedia 6. Diversion en inglés: programa de reeducación y rehabilitación criminológica para jóvenes infractores. 7. En idioma alemán, Alemania. 8. En la serie de ciencia ficción Halo, raza militar extraterrestre con apariencia de gorila. 9. KMFDM, banda de rock alemana cuyas siglas significan Kein mitleid für die merheit, que se traduce como “Ninguna compasión para la mayoría”. 10. Revista de skate mensual fundada en 1981, publica artículos, entrevistas con patinadores profesionales y noticias de grupos musicales. 11. Juego de video. 12. Aerosol oleoso multiuso. 13. R de Rebel, apodo de Eric Harris, y V de VoDKa, apodo de Dylan Klebold. 14. Sigla de Natural Born Killers, en castellano: “Asesinos por naturaleza”, película del año 1994 dirigida por Oliver Stone. 15. Post Data. 16. REB, apodo de Eric Harris, quien se refería a sí mismo en tercera persona. 17. En el idioma alemán, “¿Cómo están?”. 18. Big y Puzzle es el nombre de las bombas diseñadas como ensayo para el día de la masacre. 19. Se refiere de este modo al resto de las bombas, que aún no sabe dónde hacer detonar. 20. JonBenét Ramsey, una niña de seis años reina de concursos de belleza, que fue encontrada asesinada en el sótano de su casa luego de la inspección ocular que hizo la policía cuando sus padres denunciaron su desaparición. 21. Dominios gratuitos de páginas web.

LA MESA DEL BARÓN ASKENAZI Asesino itinerante norteamericano de origen filipino. Políglota, se dedicaba a la prostitución homosexual. Entre sus cinco víctimas mortales se encuentra el diseñador Gianni Versace.

Andrew Phillip Cunanan (a) Andy De Silva, Drew Cunningham, Kurt Matthew De Mars, Barón Askenazi "El asesino de Gianni Versace" Deja de llorar en tu película y crea una nueva. Billy Wilder

23 de Diciembre de 1995 desde La Jolla, California David: Sabía en mi corazón que “algún día mis impresiones se volverían reales”, gracias por el paquete… no te puedo ver por mis Ray-Ban “aviadores”. El libro es hermoso y pienso olvidármelo en algún lugar para que se vea como evidencia de mi alta erudición y exaltado buen gusto. Pobres tontos si tan solo supieran, ¡ja! Realmente te agradezco. Pienso que quizás seas brillante. Estoy algo conmovido porque tus regalos fueron muy dulces y me hicieron sentir muy bien con el mundo. Estoy sin aliento esperando noticias de tu llegada, para cuando recibas esto, estaré instalado en mi hotel de Nueva York donde pasaré el año nuevo. No puedo esperar a verte aunque me tenga que conformar con las fotos viejas, ocre, perladas y misteriosas (no hablo del estilo de Philip Stark22), y recordarte en mi imaginación a través de ellas. Tuyo, Drew.

15 de enero de 1996, hoja con membrete del hotel Halekulani, Honolulu, Hawai Es hermoso aquí. El hotel es de los años 30, muy agradable, tiene 5 hectáreas con una vista a la playa espectacular, me gustaría mandarte un caracol para que escuches el mar pero no puedo porque no entraría en el sobre… ahora me estoy yendo a la playa. Si puedes, piensa en mí, tu devota esposa pigmea. Drew.

20 de enero de 1996, hoja con membrete del hotel Mauna Kea Beach, Isla Kamuela, Hawai Dave: ¡Esto es tan Brady Bunch en “los episodios Hawai”, hasta el hotel

parece un Mike Brady Original, nunca me llegué a poner los esquíes ni tampoco acá las batas (¡apesto!), pero llevé a los chicos a almorzar y todo perdonado23. El arte acá, a pesar de los edificios donde está, es dolorosamente bello. A la noche las luces brillantes se reflejan en el agua y ¡puedes ver manta rayas! Muy lánguido. Duermo 14 horas por día. Aquí me siento suspendido entre dos mundos, no es el paraíso pero tampoco las playas de Miami, es un buen equilibrio. Debe ser la influencia japonesa ¡tienen el mejor sushi! Tú mismo eliges de una pecera gigante lo que quieres, lo preparan y te lo traen en sushi. Ok, es mucho para el espíritu Aloha, hay mucha diversión y belleza pero me pregunto si los mauienses saben lo suertudos que son, me parece que no. Gran beso de victoria, Drew.

28 de enero de 1996, postal foto de una pieza de arte desde Aspen Dave: ¡Esta es la única postal en Aspen sin fotos de esquiadores! He decidido ser un esquiador vago y vivir la maravillosa vida de un monje budista, pero no antes de la cena. Hace frío y hay gente de todas partes, mi ropa de ski es tan linda que parezco una berenjena envuelta para navidad. Mi decisión ha sido alejarme de las pendientes. Hoy es la gran fiesta en el hotel Jerome “estoy tan encantado que usaré mi mejor vestido”. Confiado en el proceso, Drew. P.D. “Deja de llorar en tus películas y crea una nueva”, dijo Billy Wilder. Decidí que este es un buen consejo para vivir feliz. La vida es buena.

Sobre desde Aspen, el remitente dice: Andrew “estoy hablando y no puedo callarme” Cunanan …Anoche salí de fiesta a La Casa del Hongo Mágico construida por Daniel Yorick, leyenda local y propietario de esta discoteca hace 20 años. Tiene cava de vinos y saunas, además de camas de agua, hermoso diseño y trabajo en piedra del estilo los Picapiedra. Es tan remoto acá, el Audi se averió en un banco de nieve y se nos quedó. Sí, manejaba yo. Conocí a Patty Findlay de las galerías Findlay. ¡Plop!, sí, ese es el sonido de alguien desmayándose, ¡es lo más! Todos, incluyendo los arquitectos estaban viajando durante su proceso creativo. ¡Hay más contrabando que en una casa de crack de Detroit! Me compré una remera que dice “aleja tus manos del chocolate y nadie saldrá herido”, es tan yo. Es mi último día acá, así que comeré de modo decadente. Tuyo muy deliberadamente, Drew.

14 de febrero de 1996, sobre con membrete del hotel Essex House, Nueva York. Postal con imagen del Arco del Triunfo David: Dejar Nueva York siempre me hace sentir mal, Francia es gloriosa pero a veces algo prohibitiva. Veré este arco que está en la foto de la postal, muestra a los romanos conquistando a los galos, una imagen en alto relieve con un esclavo besando la bota de un soldado romano (no necesito aclarar que es mi favorita entre tanta ruina antigua) porque parece que dijera: ¡acá tienes tu PAX romana, nene! Te adoro, Drew.

14 de febrero de 1996, postal del Café de los Artistas desde Nueva York Hola justo almorcé acá y comenzaba a pensar que hablo mucho de mí. ¿Me escribirás?, haz tu trabajo y sé lo que puedas ser (ambas no van necesariamente de la mano). Ciao, Drew.

18 de febrero de 1996, sobre y hoja con membrete del hotel Griti Palace, Venecia Querido David: ¡Carnaval! Con la memoria borrosa, jamón crudo y melón de desayuno mientras veo el Gran Canal. Cada mañana me escabullo por laberintos de calles y puentes hasta un café florentino. A veces me mojo en el lago en una orilla, su corriente forma espuma que se ilumina por el sol. Intento conservar la paz con los italianos (¡que son lentos como una góndola!) ¡Soy tan “ese” turista! Bueno, el ruido del agua golpeando las piedras se oye en todas partes. Los jardines escondidos atrás de altos muros. Muchos secretos. Me gusta aunque el lugar este decaído. Cuando la luz va desapareciendo me fijo en las fachadas y comienzan a disolverse como lepra, tú sabes. Necesitan al padre Damian de Molokai24. Al final vino Woody Allen con su banda de Jazz: “Woody Days” los días de Woody, ¿qué se pensó? Aldo Rossi está aquí, debería reconstruir la casa de ópera La Fenicia, estoy partido en dos ante el inmenso esplendor de este lugar. No tengo máscara (pero la mía, la natural, es buena). Hay más perros que en Aspen y entran a los restaurantes, Princeton estaría muy contento porque la mayoría acá son Dálmatas. No te envié un regalo por San Valentín, aunque quisiera que fueras el mío. Estoy llevándome un logo de Florencia porque tiene la forma de un corazón. “Los hombres europeos son sexis, los hombres americanos, lindos”, dijo John Faber, el rey de los lápices, nunca me puse a pensarlo, pero es tal cual. Mañana es el baile: ¡dípiti, bópiti, bup! Ojalá fuese tan

fácil pero debo quedarme junto a mi pianista de 10 pulgadas. La semana que viene me voy a Florencia de incógnito. Per bello uomo delle mia mente25. Drew.

23 de febrero de 1996 hoja y sobre con membrete del Gran Hotel, Florencia Dave: ¡Peter Gabriel presentó The Rocked San Marco! Un éxito en Maschera, fue divertido, todos sabían que era americano, ¿seré tan obvio? Mirando la puesta de sol en el río Arno, en Venecia fui a una casa hermosa que por fuera es del siglo 18 hecha por Carlos Scarpa, pero por dentro tiene arte contemporáneo, muy hermoso espacio, ¡yum! Woody Allen no tocará hasta el 14 de Marzo así que me lo pierdo. A su película “Poderosa Afrodita” la llaman acá “La Dea dell’Amore”, la diosa del amor. ¡Eso no rima, hombre! No veo la hora de volver a los Estados Unidos, Florencia es fría, metálica y muy De Chirico26 en esta época del año. Llegué en tren esta tarde, como en el Harry’s bar de Venecia casi todos los días porque realmente es el único sitio bueno. La marea alta hizo que tengamos que caminar sobre tablones de madera porque las calles estaban inundadas, el hotel también así que por supuesto pedí que me hagan un descuento. Florencia es una de las Mecas Gay italianas así que saldré esta noche. El club local se llama el Crisco y no parece muy alentador (al menos para mí), ok, nadie usa una gorra de beisbol aquí, no hay rubios. Más tarde almuerzo con algunos amigos estudiantes en la Enoteca Pinchiorri así que podré hablar inglés y ser vulgar, ¡Sí! Los negocios acá no están tan buenos, no he comprado nada. Volveré a Nueva York antes que recibas esto. Te contaré todo sobre el carnaval cuando te llame. Chau por el momento, Drew.

1 de marzo de 1996, postal desde Nueva York Dave, así como en Parque Jurásico tienen también obras locas de arte hechas en Ámbar, crearon una de ámbar para el rey de Prusia que los nazis desmantelaron en 1942. Las paredes estaban cubiertas en mosaicos con 30.000 incrustaciones, recreando un bosque de 25 millones de años. Hace frío, pero fui a correr al parque de todos modos. Esta noche tengo que ver “La Sra. Klein” con Uta Hagen27. Te extraño, Drew.

2 de marzo de 1996, postal del Museo Metropolitano de Nueva York desde Nueva York Dave: Hoy vi el “Pergamon”, está bueno si tienes gigantismo. La parte de

Rockefeller se volvió a abrir y se ve todo el parque. Creo que me cambiaré de lugar por solo $77. “Por lo menos debes estar así de alto”… Al menos la vista desde allí ni se compara con el arte. Amé la armadura. ¡Me refiero a los guantes hombre! ¡La articulación de las articulaciones! ¡Buenísimo! La Señora Klein está bien. Con amor, Drew.

Postal del hotel Park Lane, Nueva York Aquí es donde vienes cuando estás mal, la vista es linda también viendo fuera del continente, hmm, te voy a extrañar, que tengas el mejor verano y quiero que sepas que “alguien muy lejos de aquí estará pensado en ti”, (Sabrina). Confía, Drew.

Postal de un cuadro de Rembrandt, desde Nueva York Dave: Hoy estuve en una muestra en el Museo Metropolitano que se llamaba “Rembrandt no es Rembrandt”, con muchísimas falsificaciones. El clima está increíble y estoy usando mis zapatos de cuero, ahora me estoy yendo a ver Mimi Snow en el otro Museo Metropolitano. Tuyo, Drew.

11 de marzo de 1996, hoja con membrete del hotel Ritz Carlton, Phoenix Dave: Phoenix tiene una ciudad grande… el terreno está compuesto de arcilla y césped… la composición depende del tipo de superficie que prefieras…. la gente en Rancho Canyon está a dieta con alimentos sintéticos restringidos, J.T. dice que los frutos y vegetales orgánicos hacen que el efecto de la cocaína sea más rápido en el organismo ¡la gente acá es tan natural! Tendrías que ver las cadenas de oro y la joyería en turquesa. La arquitectura es básicamente el producto de la herencia del sudoeste y las casas de ricos solo se distinguen de los edificios públicos por la cantidad de autos estacionados frente a ellas. ¡A veces hasta con 12 autos! Sant-Jean-Cap-Ferrat es my lindo, varias villas de casas blancas, bonitas playas, actores franceses, yates, fastuosas fiestas y gente que habla inglés. No puedo esperar a volver a ver a esta gente que pasa la mayor parte de su tiempo cenando, que es algo que hago bien. Francia es muy arquitectónica y tiene arte por todas partes, todos en la Riviera están ocupados, los directores están ocupados tratando de tener algo para dirigir, los productores para producir, los compradores quieren vendedores y los vendedores compradores, los mozos están muy ocupados tratando de no tomar tu orden. Me

di cuenta que el mejor modo de conocer gente es sentarte en un café y ordenar un trago por ejemplo Kahlua, un tiempo después el mozo te trae una cerveza que alguien te invita, la levantas y te fijas por todo el lugar quién tiene un trago de Kahlua levantado, entonces se da la situación para hacer un nuevo amigo o un “levante”. Fui al museo de Arte Contemporáneo, es muy bueno, más que el de San Francisco, conocí a dos chicos que trabajan con John Venturi (“¡Oh! Bob”), como sea, he trazado una nueva venganza, lamentablemente el reloj me agarró mirándolo y me tengo que ir. He decidido contradecir y agarrar una naranja y una bolsa de maníes del minibar, y en la fiebre del momento, decidí cenar afuera, supongo que es el tipo de chico que soy, caprichoso. No trabajes tanto, pero cerciórate de que John esté preparado. Tuyo. Drew.

10 de mayo de 1996, postal desde Phoenix, Arizona Chico nuevo: Esta es la zona de la piscina, maravillosa. Las colinas de los alrededores hoy se ven como siempre (debido a las reglas estrictas del edificio) el clima está BIEN. Drew.

10 de mayo de 1996, postal del hotel Arizona Biltmore Resort and Villas, Phoenix, Arizona Este es el lobby del hotel antes de su remodelación, se puede ver algo del restaurante con una ventana verde, la de la mejor habitación del hotel, el resto está. Drew.

10 de mayo de 1996, postal desde el hotel Baltimore en Arizona La foto no le hace justicia es HER-MO-SO, la alfombra también, amor o lo que seas, Drew.

19 de mayo de 1996, postal desde Phoenix, Arizona Heme aquí en la fiesta de James Sederash (¡Ojalá!) algunos de los nombres de las suites son: La Suite Taliesen, La Grossman, la Goldwater ¡muy Arizona! Mi cuarto tiene vista a algo parecido a la joroba de un camello y en mi ala hay un patio. Pura felicidad. ¿Alguna vez mencioné cómo amo Phoenix?

28 de mayo de 1996, sobre con membrete del Park Lane Hotel, Nueva York La mujer más divina que conocí en el avión resultó ser la madre de Julia

Roberts en la película “Alguien tiene que hablar de esto” en el papel de Gena Rowlands. ¡Eres grandioso! Te amo, Drew.

29 de mayo de 1996. Postal del Museo Metropolitano de Nueva York desde Nueva York ¡Me perdí el espectáculo chino! Quizás lo agarre en San Francisco. Fui a pasear al Central Park y vi un grupo típico de albañiles neoyorquinos almorzando en las escalinatas del Gracie Manor y ningún piropo. ¡Demonios! La próxima me levanto la falda. La ciudad está vacía luego del fin de semana de vacaciones y es grandioso (…). Te extraño, Drew.

Postal desde Tokio Estuve en Monte Carlo en una exposición de helicópteros, aunque esté muy ocupado, hago un lugar para la diversión. No puedo dejar de pensar en ti, si pudiese abrazarte y dormir junto a ti, sería un hombre nuevo… Finalmente tendré mi Mercedes SL 600, acá se pueden comprar un poco más baratos, pienso que me lo merezco aunque otros crean que no. Mañana iré a París con un compañero de trabajo: la ciudad más romántica del mundo con el tipo menos romántico del planeta. Te extraño y a tu risa. Te ama. Drew.

5 de junio de 1996, Cap-Ferrat, Francia Esta es la casa, si deseas escribir (y por favor hazlo) envíame un sobre sellado sin nombre de remitente (por lo menos no el tuyo), tampoco una dirección para responder a: ANDREW DE SILVA, Villa Orplid, Chemin du Phare 6, Pointe Malongue 06230, Saint-Jean-Cap-Ferrat. Francia. Siento mucho que tenga que ser secreto pero es muy importante, la situación en Marsella se volvió muy delicada (quizás no pueda volver a casa en julio) Todo mi amor, Drew.

6 de junio de 1996, postal desde Villefranche-Sur-Mer, Francia Fondation Maeght, es un museo hermoso al norte de Canes, salí a pasear en bicicleta y compré esta postal. Los franceses aman las motos Harley Davidson pero las manejan como enloquecidos... Tu amor, Drew.

8 de junio de 1996, postal del museo Ephrussi de Rotshchild, Saint-Jean-Cap Ferrari, Francia En la foto de atrás puedes ver el techo hecho con turquesas que parece sacado

de “Atrapa a un ladrón” de Alfred Hitchcok con Gary Grant en la escena donde están en el jardín y Grace Kelly dice que conoce a los dueños de la villa. ¿O era la Villa Leopolda? Estuve en Monte Carlo, me perdí, esta noche la opera de Niza estuvo buena. La comida muy de avanzada y buena, la compañía no tanto. Mañana al Rally y al concierto en Place Du Ville. Mi querido, Drew.

Junio de 1996, postal del museo Ephrussi de Rotshchild, SaintJean-Cap Ferrari, Francia ¿Puedes ver el lazo en esta postal? bueno. Tuve mi primera lucha con un secador de pelo europeo (que parecía una aspiradora), me lanzó contra una pared con la fuerza de un huracán. Te amo, Drew.

13 de junio de 1996, sobre con partitura de la canción Bajo el puente de Aviñon, desde Aviñon, Francia ¿Entonces te querías comprar un puente? ¿Qué hay de nuevo? Espero que estés teniendo un grandioso verano y que el monstruo peludo ¡se convierta en un amante voraz del filete de carne! Pasado mañana es el regreso a la Costa Azul, mientras tanto será cantar, cantar, cantar. Con amor, Drew.

16 de junio de 1996, sobre y hoja con membrete del hotel Cloître Saint Louis en Aviñon, Francia Querido David: Este hotel es bello, solía ser un claustro jesuita y Jean-Michel Wilmotte lo remodeló, quedó tan chic que casi grito. Medieval, moderno y muy tranquilo. Los dormitorios tienen algo de diseño de Stark. Mañana me cambio al hotel D’Europe, está también lleno de engendros y vampiros, cést moi, ne pas? 28. Tienen un gran shopping. Subimos a un chico que hacía dedo, resultó ser gay y un encanto (¡qué sorpresa!), vivió en Nueva York y ahora es mozo así que vamos a ese restaurant esta noche. Un gran beso del Señor de los labios rosa pálido. Con amor, Drew.

17 de junio de 1996, hoja con membrete del hotel D’Europe en Aviñon, Francia Querido David: Bueno ok, entonces me cambié a un barrio totalmente neurótico y me siento en casa. ¡Ah! Buena comida, vistas románticas… ¿Quién podría no extrañar California?, mañana vuelvo a villa Orplid porque tengo

huéspedes que llegan el sábado. Sos el chico más lindo y adorable que he conocido. Mantente divertido y diviértete. Con amor, Drew.

19 de junio de 1996, postal con foto de Grace Kelly en Saint-JeanCap-Ferrat, Francia Aquí estoy con Cary… wow, San Francisco ojalá estuviese yendo para allá también. Estar en París, cuando le dije a Larry me dijo que “Dios inventó a los parisinos para prevenir a los extranjeros de comprender alguna vez algo sobre los franceses”. También que “la torre Eiffel debería sernos indiferente”. Washington D.C. suena bien, pero no sé si podré llegar a casa antes del 4 de julio. No te preocupes por mí porque estoy bien. Te amo. Drew.

Hoja y sobre con membrete del hotel Negresco, Niza, Francia Querido David: “Oh Dios Allison, nos alojamos en el Hotel de Estilos de Vida”. El viaje estuvo bueno, el clima parece una playa de Santa Mónica con gente patinando en Rollers, vóley y todo. Estoy en la Riviera… los franceses son muy “no me gustan los turistas”, no puedo creer que seas más lindo que estos franceses de pelo oscuro (probablemente te gustarían). Te extraño y a tus cosas más que nada en el mundo. “No debiste haberte enamorado”, bueno C’est l’amour. Confío en que te irá bien en el nuevo empleo, buena suerte amigo. Drew.

Postal desde Milano foto de Il Duomo ¡Cómo diablos estás! Le pregunté a José por ti y sólo me evade. Déjame una nota donde ya sabes. Extraño tu estúpida risa. Espero que estés bien. ¡José tiene mi teléfono! Ciao Sandro.

11 de Junio de 1996, hotel Nimes Central, Francia. Postal del Templo de Apolo en Roma Chico nuevo: ¡Es igual a la de tu libro del Palladio! El cubismo de Norman Fosters se complementa divinamente. La plaza alrededor ha sido sacada con sus hermosas luces. Fui a Arles hoy y quise imitar a Van Gogh cortando una oreja pero no la mía, sino la de Mike que hoy estuvo irritable, pero cuando paró de sangrar… mañana será Aviñon y luego, quizás Orange. Si tengo que volver a hablarle a los córcegos o norafricanos ¡no voy a parar de vomitar! A mis amigos franceses les he hablado de ti y me dicen que te inventé. ¿Seré yo? No, es que

eres demasiado bueno para mí. Te amo. Drew.

14 de Junio de 1996, postal desde Nimes, Francia ¡Hey! ¿Lo que tienes puesto es una corbata color plata? Me gusta Nimes tiene vida propia más allá del turismo, me recuerda a Santa Fe, artística, hippie, lo que sea. Voy a escribir más tarde. Ahora tengo que ir a comer. Parezco un abuelo en sus ropas de geriátrico, ¿hay algo de esperanza? Con amor, Drew.

14 de Junio de 1996, Postal desde Nimes, Francia David: Las salidas se llaman “vomitorios” porque no hay duda que escupían todo lo peor en la arena. El anfiteatro aún se usa para peleas de toros y se las toman en serio. Los niños nimeños sueñan con ser como el torero que sale en el video de la canción “Take a Bow” de Madonna, y España no tiene nada que hacer con esta gente. Quiero volver a la feria para ver una pelea de toros, la plaza tiene hermosos arcos. Con amor, Drew.

5 de julio de 1996. Postal desde Niza ¡Hola Guapo! Este es “el castillo de la colina” visto desde el viejo puerto de Niza. Mi hotel es en el nuevo puerto. Hoy subí hasta el barrio de la fortaleza y visité el cementerio, el museo naval. Niza fue invadida un billón de veces y los nimeños piensan que eso les da derecho a tener un gran funeral. Te ama, Drew “el chico basura europea”.

Los hechos El 29 de abril de 1997, la encargada del edificio en 280 Second Avenue de Maples, Minnesota, recibe el llamado de una mujer que dice ser la compañera de trabajo de David Madson. Estaba preocupada porque hacía dos días que su compañero no iba a trabajar ni atendía el teléfono. Le pide que por favor llamara a la suite 404 para averiguar si todo estaba bien. La encargada decide ir junto a un vecino que tiene las llaves, ingresan y encuentran sangre en el piso de la puerta principal y un cadáver envuelto en una alfombra persa con un reloj detenido a las 9.55 del día 27. Se trataba de Jeff Trail, un ex oficial naval de los Estados Unidos y vendedor de la compañía de gas Ferrel. Había sido asesinado con un martillo dos días antes. Durante el levantamiento de rastros de la escena del crimen, encuentran un bolso deportivo de nylon con el nombre de Andrew Cunanan. Adentro hay un

estuche de arma y una caja con 15 balas de 25 calibre 40 Golden Saber marca Remington/Peters. En ese momento, Monique Salvetti, la mejor amiga de Madson, llega al departamento preocupada porque le habían dicho que su amigo Dave no se había presentado a trabajar. Así cuenta que el viernes estuvo cenando en el restaurant Nye con él y Andrew Cunanan, un amigo que había venido a visitarlo de California. El sábado la habían llamado para invitarla a almorzar pero no había podido porque tenía un compromiso y el domingo temprano Madson le había contado que irían a almorzar al restaurant Monte Carlo y después a bailar a Gay 90’, y que Cunanan se iría a dormir a casa de un amigo cuyas iniciales eran J.T. El domingo cerca de las 10, un vecino escuchó ruidos raros que provenían de la suite 404, también a alguien de voz ronca gritando get the fuck out!29. Luego, un temblor en la pared que duró unos 45 segundos y de pronto un ruido seco. Se asomó al pasillo del edificio pero no vio a nadie, después sintió por largo rato el sonido de una canilla abierta. La memoria del identificador de llamados del departamento de Madson tenía registrada una comunicación recibida a las 11.05. Al llamar al número registrado los atendió Jon Hackett, quien aseguró ser la pareja de Jeff Trail y haber llamado a Madson desde la casa donde vivían para preguntar si sabía algo de él. Como nadie atendió, decidió efectuar una denuncia en el departamento de policía de Bloomington para reportar la desaparición de Jeff desde el sábado a la noche, cuando habían quedado en encontrarse en la calle para volver juntos a casa. El cadáver de David Madson fue encontrado por dos pescadores tirado en el pasto a la vera del lago East Rush en un condado rural fuera de Minneapolis, Minnesota, el 3 de mayo. Tenía dos disparos en la cabeza y uno en el pecho, del que le extrajeron una bala del arma Remington que pertenecía a Trail. Su fecha aproximada de muerte era del 2 de mayo, en el lugar había dos casquillos de bala, llaves con la alarma de un auto Chrysler y el control remoto de la puerta de un garaje, además de huellas de neumáticos, que delataban al conductor del auto haber manejado en círculos e ido marcha atrás. David Madson y Andrew Cunanan se habían conocido en casa de Karen Lapinsi y Evan Wallit, dos amigos que tenían en común en California. Cunanan llegó a enamorarse hasta comprarle un anillo de compromiso, que le entregó durante un viaje que los dos habían hecho a San Francisco, pero Madson rechazó su propuesta y él volvió solo a San Diego, la relación continuó y tuvieron otro viaje a solas, aunque ya nada sería lo mismo. Tiempo después, Madson decide terminar porque Cunanan le resulta muy evasivo con su vida privada y eso lo

hacía sospechar que estaba “en algo turbio”. El 4 de mayo, aparece el cuerpo del comerciante de bienes raíces Lee A. Miglin en el garaje de su casa de la calle Scott 25, en Chicago. Había sido degollado y presentaba multiplicidad de heridas punzocortantes. Era un hombre adinerado, tenía 72 años y estaba casado. Del garaje faltaba su sedan Lexus LS400 color perla negro jade, patente YKD399, que en su interior tenía un teléfono celular número (312) 802-0725 desde el cual entre el 28 de abril y el 4 de mayo se habían efectuado diversos llamados a Ontario (Canadá), uno de estos desde la vivienda. Durante el análisis perimetral de la escena criminal, se localizó en los alrededores un Jeep Cherokee con chapa patente de Minnesota. El 5 de mayo, el juez Arthur Boylan declara prófugo a Cunanan por no haberse presentado a una audiencia en el juicio por homicidio en segundo grado, del que había sido acusado por atribuírsele el asesinato de Jeff Trail (debido a la aparición de un bolso con su nombre en la escena del crimen), hallado muerto el 29 de abril en la casa de Madson. Dos días después, la Corte de Distrito del Condado de Chicago libera su orden de arresto, que fue replicada por el escuadrón de extradición de fugitivos del servicio de la Policia Metropolitana de Toronto en Canadá. El 9 de mayo encuentra a su cuarta víctima en Pennsville, New Jersey. Es William Reese, de 45 años, su cuerpo con un tiro en la nuca estaba en el sótano de la oficina del cementerio Finn’s Park, donde trabajaba como vigilante. Lo mató y luego huyó llevándose su Pick up Chevrolet roja modelo 95. Un testigo cuenta que vio llevársela a un hombre con barba candado y peluca negra hasta los hombros. Cerca, en Mott State Park, apareció el auto de Miglin, que había usado para ir hasta el cementerio. Tenía arrancado el equipo de teléfono celular y la antena de transmisión doblada, estaba correctamente estacionado y la patente había sido sustituida por una de Carolina del Sur, y denunciada como robada en el estacionamiento de un supermercado Wallmart. En el vehículo había objetos que no le pertenecían a su dueño: gran cantidad de periódicos en una bolsa de papel marrón, manojos de papeles de colores flúor, una bolsa de la tienda de ropa Banana Republic, los guantes de vestir que le había regalado Madson, cinco bolsas plásticas de consorcio, fósforos en papel, restos de colillas de cigarrillos mentolados Salem, fotocopia de un listado de propiedades de Minneapolis —zona donde la víctima no tenía contactos ni proyectos de trabajo— un cepillo de dientes, venda elástica blanca, un ejemplar del diario Centinela, una tijera con mango rojo y un atlas de Nueva York. El zapato de gamuza de la marca Salvatore Ferragamo, la billetera con fotos

familiares, los documentos personales y unas cintas de casete con temática de psicología motivacional sobre el “potencial creativo” eran de Miglin. La compañía de celulares Ameritech indicó que el equipo de Miglin se activó el 5 de mayo en el condado Union de Pennsylvania, luego en la ciudad de Philadelphia el 8 de mayo. El 9 de mayo, se concluye que el teléfono había sido activado en la zona sur de New Jersey cerca de unas torres de Penns Grove y en Carney’s Point. A través del agregado legal de la Embajada de los Estados Unidos en Canadá, se investigó si existía una conexión entre el número de receptor de los llamados en Canadá y Cunanan, ya que su último viaje a aquel país había sido en septiembre del 96. El 13 de mayo en Pasadena, California, un amigo de Cunanan lo ve en el programa de televisión Los más buscados y llama a la división de homicidios de Chicago para informar que lo había conocido bajo otro nombre.

Andrew Cunanan Andrew Philip Cunanan nació el 31 de agosto de 1969 en National City, en el condado de San Diego, California. Medía 1.78. Su cabello era castaño, tenía ojos rasgados color almendra y usaba anteojos por prescripción médica. Hablaba alemán, español, hebreo y francés fluido, además de Tagal, un dialecto filipino. Vivió en National City hasta junio de 1972, en agosto de ese mismo año su familia se mudó a Watercrest Drive, en Bonita, dentro del estado de California. Allí vivió los siguientes diez años, hasta que compraron una villa en Rancho Bernardo, una comunidad de la ciudad de San Diego. Sus abuelos habían fallecido cuando era chico. Desde siempre padeció migrañas, sin embargo esto no resultó impedimento para que de pequeño obtuviera el resultado más alto de los Estados Unidos en una prueba de inteligencia preescolar. De niño era algo solitario y mantenía el mínimo contacto con su familia, salvo con una de sus hermanas. Ávido lector, sus compañeros solían llamarlo nerd, a pesar de esto, nunca fue víctima constante de bullying, quizás porque su personalidad distante, bromista y divertida no lo permitía. Se graduó del colegio secundario Bishop Episcopal de La Jolla, en California, con calificaciones sobresalientes en arte e historia. Sus maestros y compañeros tenían de él el mejor concepto. El último año del secundario, llegó a ganar un premio en historia del arte cuando tomó por su cuenta un curso de humanidades en la Universidad de California. Por sus maestros fue descripto como uno de los alumnos más exquisitos que pasaron por las aulas de ese establecimiento.

Formó parte también del Club de Paz del consejo escolar y fue el editor del diario de literatura. Paralelamente colaboraba como voluntario del ala de pediatría del hospital local, todas estas recomendaciones le valieron un exitoso ingreso a la Universidad de California en San Diego, pero debió abandonarla por falta de dinero. De muy joven protagonizó una película pornográfica. No tenía antecedentes policiales. A los 19 años, Andrew viaja solo a Filipinas con expectativas de convertirse en misionero cristiano, sin embargo permanecería allí solo un mes y no tardaría en volverse agnóstico, decepcionado de la Iglesia Católica. Al volver, va a vivir con su madre y trabaja limpiando mesas en un bar. En 1991, se establece en San Francisco, donde vive dos años, y trabaja en el Banco de California. Allí solo recibe de su madre tarjetas para cumpleaños y fechas religiosas. Se ven si ella lo llama por alguna emergencia económica o para que la lleve en auto a algún lugar. Él la trataba de un modo “frío, impersonal y distante, sin demostrar emoción alguna”. En todo un año la ayudó en total con U$S300. En 1994, regresa a San Diego y trabaja en una sucursal de las farmacias Thrifty Junior, frente a su casa. De él decían que era un excelente empleado, aunque tenía ciertas dificultades para manejar la ira. En una ocasión, le pidieron una bolsa con productos que se habría llevado y se mostró agitado, tal es así que el compañero se quejó con el jefe porque lo veía extraño y abiertamente desequilibrado. Le gustaba aparentar ser parte importante de hechos o sucesos conocidos. Por ejemplo, solía contarle a la gente que el 18 de mayo de 1995 al ir a buscar “a su amigo” Lincoln Aston, un arquitecto homosexual de 61 años, lo había encontrado muerto a golpes por homofobia. En realidad, luego se supo (como más adelante veremos) que no había sido él quien lo encontró. A mediados de 1996, un familiar se entera por un amigo de la familia que se hacía llamar Andy De Silva, desconcertado por esto, intenta contactarse con él para preguntar por qué, pero su buzón de mensajes estaba deshabilitado. Mientras Cunanan está prófugo y es buscado por la policía, se presentan a declarar en calidad de testigos familiares, amigos, amantes y conocidos. El 12 de mayo de 1997, una hermana de Cunanan declara a los agentes del FBI que hacía casi dos años y medio que no sabía nada de él. La última vez lo había llamado a la casa de Rancho Bernardo y habían hablado mucho tiempo, él le preguntó cuándo iba a ir a California y ella respondió que no tenía dinero para viajar. Después, al preguntarle a qué se dedicaba allí, él le contó que trabajaba con un

amigo que era arquitecto. De un momento a otro, interrumpió la conversación diciéndole que tenía que irse porque iba a salir con amigos a cenar y que la llamaría más tarde. Nunca más habían vuelto a hablar, ella solía dejarle mensajes en su buzón de voz 619/685-3539 hasta que un día, al no conseguir dejar el recado, se comunicó con la empresa de telefonía y le informaron que hacía dos semanas y media que el número había sido desconectado del servicio. Solo le había conocido dos trabajos, uno como gerente de la farmacia Thrifty Junior, donde aparentemente era un empleado modelo que invitaba a sus compañeros a tomar el refrigerio a su casa, y un empleo temporal en un banco de San Francisco. Se había dado cuenta que era homosexual observando su estilo de vida. A los 17 años, tenía gestos y voz afeminada, socializaba con la comunidad gay de California y se hacía amigo de hombres gay muy adinerados. A veces lo oía cuando hablaban por teléfono, fue así como se enteró que tenía romances y que lo mantenían económicamente, vivía como un millonario, y solía llegar a la casa con regalos carísimos. En la misma declaración, relata que en 1993, a raíz de una discusión que habían tenido, la había golpeado tanto que terminó llevándola a un hospital de emergencia. Antes de ser atendida por los médicos, Andrew amenazó con matarla si contaba cuál había sido la causa de esos golpes. Los amigos de Cunanan contaron que cuando se trataba de su vida era un sibarita. Le gustaba la cocina cajún, comía frecuentemente comida asiática y tenía un gusto exquisito para los vinos. Solo comía en los restaurantes más caros, su apariencia era impecable y se vestía con la mejor ropa, la sola idea de travestirse lo disgustaba. Últimamente había hecho saber que había iniciado un tratamiento con descargas eléctricas para reducirse el vello corporal. En el año 1996, un infectólogo le entregó un resultado de HIV. El médico dijo que su reacción fue la normal, alterado, pateó una pared diciendo: “Voy a agarrar al que me ha hecho esto”, parecía un niño asustado. Otro familiar cercano de Cunanan declaró que no hablaba con él desde hacía nueve años, pero que lo había visto por última vez hacía seis, cuando fue a la farmacia donde él trabajaba, sin embargo, en esa ocasión solo hizo sus compras y se fue. Su relación no era muy cercana, él tenía aires de superioridad y además le había dicho que estaba muy ocupado con su vida como para cumplir funciones o asistir a reuniones de familia, a las que nunca se presentaba, aun cuando le pedían colaboración. Jamás había admitido ser gay ni le había conocido amigos, ni siquiera sabía que vivía en California. Cuando la televisión transmitió la foto de la víctima Lee Miglin —quien había aparecido muerto en el garaje de su casa

—, recordó que hacía cinco años había encontrado fotos donde se veía a Cunanan abrazado a hombres mayores que parecían estar borrachos y uno de ellos era Miglin. Ante los investigadores se presentó una mujer para la que Cunanan había trabajado como casero de su residencia de La Jolla. En un principio cuidaba a su perro y luego se había mudado con ella y su pareja a Berkeley. A comienzos de 1996, recibió un mensaje de voz en el que le contaba que se iba a vivir a México y le dejaba un número de teléfono para que pudiera localizarlo. Lo llamó y él le contó que no tenía fecha de regreso a los Estados Unidos y que igualmente quedaban en contacto, posteriormente ella le dejó varios mensajes pero nunca volvió a ser contactada. Seis meses después volvió a intentarlo pero su casilla había sido deshabilitada. Cuando vivían juntos, él viajaba con ellos a sitios que decía ya conocer, como Florencia, Roma, Filipinas, Nuevo México, Oregon y Washington. Pero sobretodo hacía muchos viajes por el estado de California. La mujer cuenta que tenía muchísimos gustos e intereses en común con Cunanan, iban a los mejores restaurantes de San Diego y hasta le habían inventado un alias: Andrew De Silva, porque ese era el apellido de una acaudalada familia conocida por él. Sin embargo, a la hora de hacer las reservas, para impresionar a los maîtres Andrew pedía que se hicieran a nombre del Barón Askenazi, siempre estaba disconforme con su vida y quería más glamur. Su profunda preocupación por el modo en que lo veían los demás, en lugar de disfrutar de la vida que llevaba, era una de sus características más distintivas. Ella sabía que tenía amigos en varias ciudades de la costa y que los visitaba asiduamente, también de la comunidad gay de San Francisco, a la que era muy cercano. Un día vio que tenía una cicatriz de apendicetomía que no se notaba a simple vista y recordó que siempre usaba anteojos. Este tipo de detalles, al igual que la mención de cualquier rasgo que se pueda considerar distintivo, como la presencia de tatuajes o lunares, suelen ser muy útiles para una investigación e identificación de cadáveres. En este caso en particular la descripción fue consistente con el cuerpo que se encontró después. También lo describe como una persona muy pendiente de las apariencias, extremadamente cuidadosa de su aspecto, siempre muy exigente y en busca de “lo mejor”. Usaba ropa cara y parecía haber crecido rodeado de mucho dinero. Los únicos empleos que le conoció fueron uno temporario en una agencia y otro como gerente en una farmacia. Nunca lo había visto drogándose o usando armas, era un hombre extremadamente inteligente y un ávido lector.

En Chicago, Illinois, los investigadores se contactan con un conocido de Cunanan, a quien se lo habían presentado en junio de 1988 por ser amigo de su novio. No le tenía celos, así que permitió que eventualmente se fuera a vivir con ellos subalquilándole un dormitorio en la vivienda. Cuando lo contactaron declaró que era el mejor amigo de su ex novio, que sabía que a principios de los 90 había trabajado seis meses en el Banco de California y que tenía un amigo muy cercano del colegio secundario que gastaba muchísimo dinero en él al que probablemente su madre conocería. Lo había visto por última vez en 1993. En una ocasión, alguien le contó que Cunanan tenía HIV, le costó creerlo porque él siempre se jactaba de amar el uso de preservativos. Al enterarse por los medios que se hacía llamar De Silva pensó en que probablemente se referiría a una de las cuatrocientas familias más ricas del mundo que vivía en Rancho Santa Fe. Cunanan contó que eran amigos de su familia; como filántropos, se dedicaban a hacer obras de caridad. Aunque le cuesta creerlo un asesino, reconoce que en ocasiones glamorizaba la violencia. En una oportunidad, viendo una película donde el villano era ajusticiado por su víctima, comentó: “Si alguien me hiciera eso, voy por cinco estados a matar al que se me cruce enfrente”, por supuesto en ese momento pensó que no lo decía en serio. Parecía una mariposa delicada que todo el tiempo fantaseaba ser rico, vivía un estilo de vida de millonarios y famosos, y hacía ostentación de esto, como si quisiera dejarlo bien claro. Durante la conversación, contó que en aquel entonces pensó que Cunanan volvería a vivir con ellos, había dejado olvidado en su casa un estuche con artículos de afeitar de los cuales pudieron aún extraerse sus huellas dactilares. No se explicaba por qué Cunanan viajaba tan asiduamente a Minnesota, Chicago o la Costa Este, y pensaba que probablemente en ese momento (estando prófugo) podría estar escondido en un exclusivo country club o un restaurant exótico y caro. Un testigo de identidad protegida y amigo de David Madson cuenta que este le dijo que cuando se conocieron, Cunanan se presentó como dueño de una empresa constructora asociada a la industria mexicana. Se enamoraron y comenzaron una relación. Dos o tres semanas después, Madson viajó a San Francisco a verse con él, pero el plan era establecerse juntos en Minneapolis. Luego Madson se lo presentó, lo recuerda como una persona astuta. Un hombre misterioso, un auténtico mentiroso patológico, le gustaba gastar mucho dinero y decía que era porque quería “liberar impuestos”, algo que carecía por completo de lógica. No se le conocía un trabajo fijo, a veces decía que se dedicaba al negocio de bienes raíces y que vivía del dinero familiar. Le gustaba mucho ir a

San Francisco y era extremadamente abierto con su homosexualidad. Pensaba que de estar escondido, quizás fuera en algún barrio gay de San Francisco, Nueva York o Los Ángeles, lugares que, además de ser sus favoritos, conocía muy bien. La última vez que lo vio manejaba un convertible rojo Ford Mustang, solía alquilar un Land Cruiser o Sea Bring, pero no recuerda en qué agencia lo hacía. En esa ocasión le contó que iba a ir a México a diseñar o construir un set de filmación donde se iba a filmar una secuela de la película Tiburón. Le gustaban los relojes de oro finos y las camperas de cuero carísimas, una de las últimas la había adquirido por U$S 2.000 en la tienda Neiman Marcus. El 14 de mayo de 1997, otro testigo refirió haber conocido a Cunanan hacía ocho o nueve años en la Universidad de Berkeley. Desde entonces, salían juntos a los bares de San Francisco. Hacía aproximadamente un año se habían emborrachado y él lo había llevado a la habitación donde solía hospedarse en San Francisco. Comenta que para entonces se rumoreaba que era portador de HIV y que se estaba vengando de las personas por haberlo infectado, pero sin embargo no puede asegurar que esos rumores hayan sido ciertos. Cuenta que siempre llevaba con él mucho dinero y que hablaba con desprecio de sus padres, sobre todo de su madre. También recuerda que le había dicho algo desagradable sobre ella y que en su momento no pudo entender el motivo, teniendo en cuenta que en ese entonces supuestamente, según lo que Andrew le había dicho en otra ocasión, hacía ya tres años que había muerto. De no ser esto cierto, quizás iría a la casa de ella, a quien seguramente culparía de todo lo que estaba sucediendo. Otro testigo relata que tenía un amigo cercano a quien se había encontrado hacía un mes y con el que Cunanan solía salir. Le había dicho que él se iba a hundir porque estaba inmerso en el alcohol, con una actitud demasiado frontal y agresiva. Que incluso cuando hablaba, sus gestos y su tono de voz traducían un estilo que tenía que ver con un “te lo digo en la cara y no me importa nada”. Se lo veía acaparador y áspero, como si estuviese quebrado. Tenía un corte de pelo extraño y no estaba bien vestido como siempre, se apoyaba en la pared con la mirada perdida en un punto fijo, no se involucraba en la charla, estaba ensimismado. Esta actitud tan fuera de él había comenzado dos meses atrás, no era el mismo hombre agradable al que siempre le había gustado estar en el centro de atención e involucrarse en las conversaciones, escuchando a los otros. Se lo veía más gordo y con cara rolliza, sin los sombreros o gorros que solía usar. Quiso averiguar qué le estaba pasando y Cunanan le contó que estaba en la disyuntiva

de si comprarse una propiedad en Pacific Heights, San Francisco, o no. Asegura que la personalidad arrogante de Cunanan hace poco probable que tome la decisión de entregarse a la policía y tampoco la de suicidarse, sí cree que podría esconderse en alguna fiesta exclusiva, a la que se ingeniaría para entrar con la ayuda de algún conocido aunque no estuviese en la lista de invitados. Al momento de la declaración piensa que es un psicópata increíblemente astuto, que no va a mostrar remordimiento por sus acciones y que era probable que viviera todo lo que estaba ocurriendo como una película surrealista de la que él sería el protagonista estrella. El 17 de mayo, otro testigo que conoce a Cunanan de San Diego, dice que ese mismo día en Long Beach se haría la marcha anual del orgullo gay y que posiblemente él se presentara allí e intentara asesinarlo (quizás había sido él quien creía haberle contagiado HIV). Eran amigos, se habían conocido en un bar y jamás habían tenido una relación amorosa. Por ese entonces, trabajaba medio tiempo como farmacéutico en una farmacia, le había dicho que provenía de una familia rica y que con ese dinero pagaba servicios sexuales y visitaba diariamente bares gay. Nunca lo había visto beber alcohol en exceso pero siempre sospechó que consumía cocaína, tenía amigos por todas partes, Vancouver y British Columbia en Canadá, San Francisco en California y Cabo San Lucas en México. En una oportunidad le había confesado que si llegara a infectarse con el virus de HIV se suicidaría. Lo había visto por última vez en abril de 1997, en un bar de San Diego, donde habían sido invitados a una fiesta. Luego le dejó un mensaje en su casilla telefónica pero él jamás le respondió. El testigo entregó una lista extensa de sus conocidos, entre los que estaban víctimas mortales de Cunanan. Actualmente desconocía su paradero. Otro amigo entregó a las autoridades para su análisis forense un bolso negro que Cunanan había dejado olvidado en su casa hacía dos años, cuando durmió allí para asistir al día siguiente al bautismo de su hijo. Era un bolso de baño que contenía un peine, un cepillo, una afeitadora, cuchillas de afeitar, colonia, crema para la piel y una factura que quedó en la repisa de la chimenea. Les dijo a los investigadores que solo había abierto el bolso para guardar esa factura y que no había tocado nada de lo que había en su interior. Un testigo refiere haberlo conocido en junio de 1988 en un departamento de la calle Green de San Francisco donde vivía con una amiga en común a la que Cunanan conocía desde el séptimo grado de la escuela primaria, incluso, fue el padrino de bodas de ella. La última vez que lo vio fue mientras auspiciaba un evento el 16 de abril de 1995. Sospecha que está implicado en los asesinatos

porque ese 8 de mayo recibió un llamado de esta amiga contándole que cuando se enteró que estaba siendo buscado llamó por teléfono a un familiar suyo que la atendió al segundo intento, pero que le dio la impresión de no estar en sus cabales. Esta amiga es la única que conoce bien a Cunanan y se resiste a creer lo que sucedió. El testigo describe a Cunanan como una compañía sumamente agradable, pero que solía codearse solo con personas de dinero a cambio de un estilo de vida de ricos. Le gustaba generar un halo de misterio, en los últimos tiempos parecía que se lo había tragado la tierra. Recurría a mentiras para aparentar un origen de alta alcurnia y le había contado que era bisexual. Era cuidadoso con sus relaciones, es decir que no contaba mucho de sus amoríos. Realmente no creía que se hubiera dedicado a la prostitución, pero sí que hubiese aceptado si le ofrecían dinero a cambio de sexo. Solo le había conocido un trabajo fijo como asistente de gerencia en Thrifty. Lo notaba muy perezoso para el trabajo y reacio para esforzarse en mejorar su desempeño, lo que resaltaba es que siempre tenía muchísimo dinero. También trabajó en la agencia de empleo temporario Kelly mientras vivió en San Francisco. Le conoció una novia estable mientras estudió en la Universidad de California en Berkeley. Asegura no imaginárselo haciendo demasiado esfuerzo por ir detrás de una persona para cobrarse una venganza pero cree que no tendría reparos en “devolverle la gentileza a alguien” por una cuestión de honor. Nunca vio a Cunanan usar un arma de fuego, aunque sí lo escuchó hablar como si supiera del tema. Recordó que en una ocasión mientras iban en un auto, a raíz de una conversación que había surgido, le dijo que si alguien lo contagiara de SIDA, iría por cinco estados a matar gente, pero pensó que se trataba de un chiste y que había sacado esta idea de alguna película. Reconoció que era muy bromista y que en las fiestas se hacía llamar el Barón Askenazi o Andrew De Silva. Una testigo que se presentó acompañada de un amigo contó a los investigadores que había conocido a Cunanan hacía unos años en la universidad, pero que había tenido que abandonar sus estudios por falta de dinero. Lo describe como una persona muy protectora que estaba llena de amigos ricos aunque muy pocos eran amigos de verdad. Sabía que era gay, pero en general era muy reservado en cuanto a su intimidad. Meticuloso con su imagen, usaba anteojos de la marca Giorgio Armani. Piensa que algo debió haberlo alterado realmente porque era un hombre de una gran fe y un católico practicante que solía ir a la iglesia. Por lo menos el tiempo que lo frecuentó, estaba alejado de las armas y las drogas. Lo consideraba una gran compañía y una persona

interesante. No cree que se haya dedicado a la prostitución. Una vez le contó que de niño lo habían quemado en un muslo y tenía cicatrices que no se veían a simple vista, ni siquiera cuando usaba pantalones cortos. También tenía una mancha de nacimiento en la parte superior de su pecho izquierdo. Sabía que había estado en Filipinas, que hablaba italiano y que había viajado a Sicilia a visitar parientes lejanos. A veces se hacía llamar Andrew De Silva porque con ese apellido siempre conseguía reserva y aprobación en todos los restaurantes. Era de carcajada fácil y escandalosa. Hacía dos años había trabajado en una farmacia Thrifty como gerente, no le conoció otro empleo más allá de ese. Vivió en 17071 Bernardo Center Drive departamento B en San Diego, California. Allí lo visitó durante dos años. También ella le escuchó decir que iría a matar por cinco estados si alguien le hiciese algo, pero decía que no se trataba más que de una broma para exteriorizar su frustración, que incluso ella decía también eso en chiste. Sabe que tiene dos hermanos con quienes no tenía contacto. Cuenta que lo vio por última vez a principios de 1996 pero que hablaron por teléfono hacía aproximadamente un año. Trató de localizarlo en noviembre de 1996, sin éxito porque su casilla de mensajes estaba deshabilitada. Hacía una semana había recibido un llamado de una familiar de Cunanan, parecía enojada, le decía que él estaba siendo buscado por el FBI, que los periodistas la habían llamado pero que ella no sabía nada desde hacía ya mucho tiempo. El hombre que acompaña a esta testigo cuenta que lo vio por última vez en las Pascuas de 1995 y nunca más supo de él. Un hombre que tuvo con Cunanan una relación amorosa durante un mes, pero que sin embargo seguía siendo su amigo se presenta a prestar declaración ante la División de Homicidios de San Diego. Cuenta de él que solía hablar de su asesor financiero y que siempre estaba lleno de dinero, incluso en salidas grupales de cinco o seis personas a restaurantes insistía en pagar en efectivo gastos que eran exorbitantes, incluidas las propinas. En marzo de 1997, le contó que viajaría a Wisconsin donde casualmente él también iba a ver amigos, cuando le preguntó el motivo de su viaje se mostró escurridizo, el testigo de todos modos le dio sus teléfonos y nombres de contacto allá por si quería unirse a ellos. La hermana de Cunanan entregó a la policía una pequeña agenda con nombres y teléfonos de amigos, familiares, contactos de trabajo y detalles de tarjetas de crédito junto a varias cintas de casete que resultaron pertenecerle a un testigo que, según relató luego, hacía años las había dado por perdidas y que probablemente Cunanan las había sacado de su auto alguna de las veces que lo tomó prestado. Pero no se imagina con qué motivo fueron sustraídas de su

vehículo. El 16 de mayo, un amigo de “Andrew De Silva” cae en la cuenta de que no era ese su verdadero nombre al ver su foto en las noticias dos días antes de ir a prestar declaración espontáneamente. Aun así no lo cree culpable de los asesinatos. Lo había conocido en febrero y en noviembre de 1996 se lo encontró de casualidad en la calle y lo invitó a una fiesta que daría en unas semanas. En aquel entonces para quedar en contacto, le anotó su teléfono en un comprobante de extracción de dinero de un cajero automático del Bank of America con el apellido “De Silva”. El recibo de fecha 31 de octubre de ese año curiosamente tenía los cinco primeros dígitos del número de cuenta tachados, había retirado U$S300 y quedaban en la cuenta U$S 19.194,41. Este recibo fue entregado a los detectives. Un testigo declara telefónicamente desde su domicilio haber conocido a Cunanan hacía tres años. Dice que era una persona muy apreciada, querida y conocida en la comunidad gay por filántropo. Siempre estaba en el centro de las actividades sociales dispuesto a ayudar, incluso era común escuchar: “Si alguien necesita algo, hay que pedirle ayuda a Cunanan”. Era gastador compulsivo con sus amigos, los invitaba a comer afuera y pagaba la cuenta como si el dinero creciera en los árboles. Lo ve como un hombre inteligente y muy culto en diversas áreas, es más, pensaba que tendría hecho un curso de maestría en Negocios de la Universidad de California. Jamás lo había visto enfurecido, levantándole la voz a alguien o algo parecido, pero sí supo que fue consumidor de cocaína y llegó a pensar en que había estado envuelto en el comercio ilegal de drogas farmacológicas y hasta que podría incluso ser el enlace de la mafia italiana en la zona de San Diego cuando en una oportunidad le oyó decir que tenía que guardar un cargamento, pero no de gran escala. Cuenta que una vez encontró una agenda de Cunanan en el cuarto en el que lo había hospedado cuando lo visitó en la que había una lista de números de serie de armas, teléfonos de venta de crack, cocaína y drogas farmacológicas. No le conocía un trabajo fijo, excepto uno en el que se había desempeñado como cajero durante un corto período. Aseguró saber que tenía una ex esposa adinerada con la que había tenido una niña que en aquel entonces contaría con unos tres o cuatro años. Nunca le dijo el nombre de la niña, pero sí que recibía de su ex mujer grandes sumas de dinero. Daba mínima información sobre sus padres, según él porque ellos no aceptaban que fuese homosexual y por eso no mantenía el contacto. Se extrañó al enterarse de que Cunanan se había fugado en un jeep porque él

no sabía usar autos con caja de cambios, tampoco creía posible que se hubiera ido de los Estados Unidos porque aunque era un viajero frecuente, tenía muchísimos amigos y seguramente ellos podrían ayudarlo si los convencía de su inocencia. Sabe que tiene amigos en Francia, Nueva York y San Francisco, que esas dos ciudades eran sus lugares preferidos y que la única persona con la que solía hacer esos viajes resultó ser una de sus víctimas. Una ex pareja de Cunanan contó que una de sus últimas conversaciones había sido dos semanas antes de que se fuese a San Diego y que le había dicho que pensaba viajar a Washington D.C. en un futuro cercano para verse con amigos. Un testigo de identidad reservada presta declaración y cuenta que Cunanan tenía amigos de Montreal, en Canadá, que solían visitar San Diego por ser una ciudad Gay Friendly, quizás en su fuga acudiría a ellos solicitando ayuda. Notó que en los últimos meses tomaba alcohol de un modo desenfrenado y fumaba marihuana pero no drogas pesadas. Lo describe como una persona extrovertida y propensa a la violencia. Cuenta además que lo había estado extorsionando (es probable que se tratara de un hombre casado, alguien que necesitaba ocultar su homosexualidad para no dañar su imagen). Otro testigo anónimo declara que el 12 de mayo de 1997 a las 11 hs había recibido un llamado de un número no identificado y que al responder oyó una voz que le decía: “¿Dónde estás?”, luego cortaron. Era la voz de Cunanan. Un ex compañero de la Universidad de California lo conoció primero bajo el apellido De Silva. Contó que era reticente a dar sus datos y que nunca había sido preciso con la dirección de su casa. Solo decía que vivía en la zona de Rancho Bernardo, que trabajaba en una farmacia y que su familia vivía en Rancho Santa Fe. Llegaron a ser amigos, salían al cine, a almorzar o a tomar tragos en algún bar. Hacía mucho que no lo veía pero en marzo le contó que había renunciado a su trabajo y terminado con su novio, que se había mudado a un departamento más pequeño (donde solo permaneció dos semanas), y que se iba de San Diego porque le parecía aburrida esa ciudad. Un tiempo después se juntaron a almorzar y él pudo notar que en realidad se quería ir porque no podía seguir aparentando el estilo de vida al que estaba acostumbrado, le contó avergonzado que iba a que vender su auto para poder conseguir dinero. Lo vio tan estresado que pensó que iba a tener un ataque de nervios. Sin embargo, luego de unas semanas volvieron a verse y le contó entusiasmado que se mudaría a un departamento de dos dormitorios en San Francisco, que quería que fuera a visitarlo y recibir amigos allí. Además iba a

comprarse un guardarropas completo y un reloj porque el suyo (muy costoso) lo había regalado. Él sabía que esto era cierto porque le habían comentado que estaba regalando sus cosas. También le contó que un amigo le había dado U$S15.000 junto a un auto Infinity. Un día decidió llamarlo y aceptar la invitación a visitarlo en su departamento pero Cunanan le dijo que no iba a estar porque debía ir a Minneapolis a ver a Jeff Trail y a su ex David Madson. Solía hablarle de Madson y sabía que luego de su relación habían quedado como amigos. Recibió mensajes de Cunanan el 29 y 30 de abril, y uno el 1 de mayo que solo decía: “Te llamo más tarde”. Pero eran mensajes escuetos, no se lo escuchaba como siempre. Otro testigo es citado por la policía y reconoce en las fotos sociales a Cunanan junto a algunas de las víctimas. Cuenta que le gustaba fumar cigarros cubanos y tomar tragos dulces. Dice que lo llamó y le dejó un mensaje de despedida, se siente afectado y decepcionado porque nunca acudió a él por ayuda. Un nuevo testigo asegura que él lo conoció como un Israelí apellidado De Silva que había venido a los Estados Unidos a vivir con sus tíos y que luego vivió en Rancho Santa Fe con sus padres, de los que hablaba muy poco. Le había contado que luego de vivir con ellos se había ido solo a San Francisco, donde se casó y tuvo una hija. En septiembre de 1996, se vio obligado a pedir un préstamo en un banco, había vendido su auto Infinity y disminuido sus gastos. Decía sentirse nadie sin dinero en el bolsillo y que ya no “sería más el centro de la fiesta”. Después supo que antes de abril de 1997 había estado casi cuatro meses viviendo en Francia. Le contó que estaba incursionando en el sadomasoquismo de un modo agresivo con el bondage (ataduras) junto a Lee Miglin, al que conoció en un bar gay donde había que acudir de estricto cuero, allí se ejercía la prostitución con esta práctica. Había comprado películas de la temática y era fan del actor porno Brian Kidd. Pudo identificar en fotos sociales varios de los nombres de algunos de los amigos de Cunanan. El 25 de junio de 1997, un hombre relata que se lo habían presentado cuando aún vivía en Rancho Bernardo y que trabajaba en una farmacia. Le contó que era ayudado económicamente por su familia, que no tenía auto (aunque a veces alquilaba alguno) y que el viejo Cadillac modelo 89 que en ese momento manejaba era prestado. Cuando estaba en San Diego por negocios iban a almorzar y en una de esas oportunidades le contó que hacía poco había terminado una relación y había tenido que volver a vivir con sus padres, con quienes no se sentía cómodo. El hombre que está declarando le regaló un auto

cero kilómetro para su cumpleaños y los primeros días de cada mes le daba un cheque por el mismo monto que estaría cobrando si tuviera un trabajo fijo. También le pagaba los gastos del auto porque necesitaba que Cunanan estuviera disponible para él, especialmente para viajar juntos a Nueva York, Hawai, Florencia en Italia y el sur de Francia. Estaban juntos porque no conocía a nadie en esos lugares salvo los que él le iba presentando cuando lo llevaba de viaje. Nunca le había dicho cuál de aquellos sitios le llamaban más la atención, aunque no sería raro que huyera a Nueva York o a la costa del sur de Miami porque parecía conocer muy bien esos lugares. Era un fumador social, como máximo fumaba dos cigarros al día pero de los cubanos caros. Le contó que años atrás había estado en un tratamiento de rehabilitación por drogas y alcohol y que por eso prefería no tomar. Inesperadamente, un día Cunanan le deja una nota donde le dice que termina la relación porque ambos eran distintos. Entonces él le libró un cheque con un monto similar al de un despido laboral y se lo dio cuando fue a buscar el resto de las pertenencias del departamento que compartían. Entre ellas libros cuyos títulos aún recuerda. Jamás intentó reconciliarse, se encontraban muy ocasionalmente para almorzar siempre con amigos, nunca a solas. Cuando se le preguntó acerca de una suma de dinero depositada en la cuenta de Cunanan en la época en que mantenían esa relación, aseguró no reconocer ni el monto ni el número de la cuenta depositante del comprobante de extracción de dinero aportado por el otro testigo. Dos días antes del fin de semana previo al primer asesinato, recibió un llamado de Cunanan desde Minnesotta, le dijo que sentía mucho que las cosas no hubiesen funcionado entre ellos y que se despedía porque se iba a San Francisco. Pensó que quizás lo había entristecido que él hubiera rechazado las últimas invitaciones que le había hecho para almorzar en San Diego durante el mes de abril. Solo pudo reconocer a una persona en una de las fotos sociales de Cunanan, le pareció raro ver en las imágenes que mostraban los medios a Cunanan usando una barba candado. El 18 de julio, un joven que ejerce la prostitución se contacta con la policía de Chicago, cuenta que en el pasado había tenido relaciones sexuales con Lee Miglin y Andrew Cunanan. Recibió a los detectives en su casa y les dijo que usaba el nombre rent boy, usual en la comunidad gay para identificar a quienes se dedican a este negocio, y que lo hacía para poder pagarse la universidad. En sus comienzos había puesto un anuncio por U$S13 en una revista semanal. Los avisos no solían ser explícitos sino más bien del tipo: “Soy Daniel, universitario,

nuevo en el barrio y dispuesto a conocer hombres por montones”, y luego el número del buzón de mensajes. Un otoño, un tal Todd le dejó un mensaje, más tarde combinaron para encontrarse en una esquina. Al llegar vio un lujoso Cadillac Oldsmobile de dos puertas estacionado. Adentro del vehículo había dos hombres, el que manejaba era el más joven, Cunanan. En ese momento, Cunanan se presentó como Todd y el que estaba sentado en el asiento del acompañante como Lee, era un hombre de dedos gordísimos, en uno de estos llevaba puesto un gran anillo de oro rojo con una piedra púrpura. Él se subió al asiento trasero y se dirigieron a un barrio aledaño, luego caminaron algunas cuadras hasta un edificio de unos doce pisos. Llegaron a un departamento que estaba en el primer piso y tenía una habitación. Le ofrecieron un cocktail y le pidieron que les hiciera sexo oral a ambos durante cincuenta minutos por U$S140. Cuando terminó, le dieron U$S15 extra para que pudiera volverse en taxi. Dos semanas después, Todd volvió a contactarlo pidiéndole que fuera directamente al edificio. Una vez en el hall, lo llamó desde su celular al departamento para que le abrieran la puerta. Tuvieron tres encuentros en total. En esta segunda oportunidad le pidieron lo mismo, pero además le ofrecieron vino blanco y hablaron más abiertamente. Él les contó que quería ir a una universidad en Europa, Lee le detalló varios sitios que conocía y en la charla surgió que estaba vinculado a la cadena de televisión Home Shopping Network. Hacía unos meses había encontrado a Todd en un bar tomando un trago pero no se saludaron. Recordó que él le había contado que también se dedicaba a la prostitución y que publicaba sus avisos en Advocate Classified, una revista gay de tiraje a nivel nacional. A Lee se lo encontró adentro de una tienda, estaba con una mujer que parecía ser su pareja y prefirió no acercarse pero en un momento hicieron contacto visual y Lee lo saludó asintiendo con la cabeza. La descripción que dio este testigo del departamento donde sucedieron esos encuentros coincidía con uno de los inmuebles que estaba siendo investigado. Un amigo de Cunanan refirió que un miércoles de no hace mucho tiempo había almorzado con él en un restaurant de San Diego. Ese día le contó que había tenido que vender su auto Infinity en U$S20.000 y que se iba a mudar a San Francisco porque allí tenía un departamento, amigos, familiares, una hija y una ex esposa. Le dijo también que podía ir a visitarlo cuando quisiera. Otro amigo “de la noche” de Cunanan se presenta y cuenta que siempre le había llamado la atención la atracción que tenía por los tragos de color marrón y que además tendía a evitar la cerveza. Solía llevar una gorra azul con letras blancas que formaban la palabra USA. Se definía a sí mismo como una “reina de

las marcas”. Una vez le contó que había conocido a Gianni Versace, pero él no le creyó porque estaba borracho. Se decía en el ambiente que se había quedado con U$S23.000 de un amigo, probablemente se trataba de su deuda con Jeff Trail. Un testigo con identidad reservada se presenta diciendo ser amigo de Cunanan, a quien había conocido en un bar gay que frecuentaba junto a otros amigos que tenían en común. Nunca tuvo relaciones sexuales con él, pero sí pudo identificar a la mayoría de las personas que aparecían junto a Cunanan en las fotos sociales. Habló de un hombre adinerado con quien Cunanan estaba interesado en salir, amigo de una de sus ex parejas. Aparte de dedicarse a la prostitución, testeaba autos deportivos, habitualmente manejaba un auto pequeño marca Honda CRX de color rojo con patente de California. Nunca lo había visto usar tarjetas de crédito pero sí llevar consigo grandes fajos de billetes. No solía perderse el Día del Orgullo Gay o la fiesta del Rodeo Gay en San Diego, el Baile del Muelle en la calle Broadway, el Día de la Decadencia en Nueva Orleans, que era el mismo fin de semana del Día del Trabajador. O sea que si estaba escondido en algún lugar, serían algunos de esos sitios los elegidos. Es más, apostaba a que había estado en la celebración gay que dos semanas atrás había tenido lugar en Florida y en Nueva York. Solía ser voluntario para distintas actividades referidas a la comunidad homosexual, le gustaba ir a charlar con amigos a las cafeterías cercanas a la playa o los malecones, tenía predilección por los perros grandes, especialmente Rottweiler y Doberman. Sexualmente era muy promiscuo. Para sus relaciones románticas prefería los hombres más bajos que él, rubios y de pelo corto. Por eso solía ir a la Universidad de San Diego, donde se hacía pasar por estudiante para conocer jóvenes. En lo laboral prefería hombres mayores de mucho dinero que le pudiesen pagar entre U$S150 y U$S500 según el servicio. Visitaba mucho la ciudad de Tijuana en México. Le contó que había estado casado y que no tenía relación con sus padres porque no aceptaban su homosexualidad, aunque vivía del dinero que heredó de ellos. En una oportunidad, le mostró una foto suya en una gran casa y le dijo que vivía allí, pero, como él sabía que se prostituía para sobrevivir, no le creyó. Estaba al tanto de que conocía muchas celebridades, pero jamás había nombrado a Gianni Versace. Dice que tiene una risa estrepitosa e incómoda, que siempre necesita ser el centro de atención y que jamás admitiría un error. No solía jugar al rol de líder sino más bien al de proveedor, tampoco era una persona violenta. Si llegaba a ser confrontado daba un paso atrás, bajaba el tono de voz y se iba. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos financiera, emocionalmente o como pudiese.

Era muy confiable. La última vez que lo vio estaba desaliñado en comparación con lo impecable que iba siempre vestido. Aunque aún usaba sus zapatos de marca Clark’s, llevaba un bolso deportivo, remera y jeans de Abercombie and Fitch, lo que le resultaba extraño porque amaba las marcas caras y compraba con efectivo en Nordstrom. Un testigo llamó a la producción de Los más buscados diciendo que a las 8 hs había visto a un hombre que coincidía con las fotos de Andrew Philip Cunanan caminando por Miami Beach. El 15 de julio a las 8:45, el diseñador de ropa Gianni Versace salió de su residencia en 1116 Ocean Drive de Miami Beach y caminó un par de cuadras hasta el News Café, donde compró algo para llevar a su casa. Cuando estaba abriendo las rejas recibió dos disparos en la cabeza desde atrás. Un hombre que presenció el hecho persiguió al asesino, quien corrió por la calle 12 norte para meterse por un callejón del lado oeste. Al darse vuelta y notar que lo estaban siguiendo, el asesino le apuntó con un arma, luego se escabulló y le perdió el rastro. Cerca de allí se halló ropa abandonada y en un garaje la pick up roja desaparecida de Reese con la chapa patente cambiada. El análisis Nº 70623023 del laboratorio criminalístico arrojó que los dos casquillos de bala y un proyectil eran compatibles con el arma calibre 40 utilizada en otros homicidios. Una clarividente llama al programa Los más buscados cuando aún estaba prófugo y su rostro aparecía en todos los medios de prensa, dice que ha visualizado a Cunanan con pelo corto, teñido de rubio y en calzoncillos largos escondido en un bote de color rojo cubierto por una malla de protección, al sur, cerca de la casa de Gianni Versace.

Análisis Si tuviéramos reunidos en un cuarto al desfile de testigos, amigos, ex amantes, conocidos, familiares e incluso víctimas de Cunanan y preguntáramos quiénes lo conocían, probablemente todos levantarían la mano. Algunos hablarían del Barón Askenazi, otros del heredero de una fortuna y gastador compulsivo, de un ex adicto rehabilitado, de un inmigrante israelí, de un testeador de autos deportivos, de un estudiante de la Universidad de California, de un hombre de negocios con una maestría y un asesor financiero, de un vendedor de bienes raíces, de un escenógrafo de la industria cinematográfica, de

un farmacéutico, de un ex actor porno, de un extorsionador, de un hombre divorciado y padre de una niña, de un taxi boy o de su enlace con la mafia italiana de drogas de San Diego. Todos absolutamente compartirían el mismo desconcierto. Un banco nos muestra que Andrew De Silva pidió un préstamo por bancarrota y que la Corte del Distrito había iniciado una investigación por fraude. Otro banco nos dice que Andrew Cunanan no pagaba hacía un mes con sus tarjetas de crédito Discovery y MBNA cenas en Khunpoe Restaurant, alojamiento en el hotel Mandarin, artículos de Librería Rizoli, alimentos en Verdulerías Ralph’s, además de otros gastos frecuentes en The Body Shop, una tienda de belleza. La empresa American Express documenta que con su tarjeta platino compró boletos de avión en abril de 1997 en Aerolíneas Northwest, la misma aerolínea en la que un tercero había comprado a nombre de Cunanan hacía un año atrás un boleto transferible pero no reembolsable a Francia que nunca fue utilizado. Del 26 al 31 de marzo de 1997, Cunanan se hospedó en el hotel Chateau Marmont de Hollywood en una habitación de U$S395 la noche y pagó un total de U$S2.724,72 con su tarjeta American Express. En ese período efectuó una gran cantidad de llamados a varios Estados, entre otros gastos exorbitantes realizados en restaurantes de lujo especializados en comida asiática: Taste of thai, chef’s wok, restaurante Hong Kong y Sanraku, Cusine Khun Phoa Thai, Sushi bar Kuzumi, Blockbuster, la bodega de vinos Wine Bank, por supuesto todos gastos en rojo que, sabía, no iba a pagar. Los bancos, las tarjetas y Cunanan o De Silva son la prueba fehaciente de que estamos ante un estafador yendo absolutamente a la deriva. Los testigos concuerdan en que era abiertamente homosexual, carismático, de risa estrepitosamente incómoda y que le gustaba ser el centro de la fiesta, generoso a la hora de invitar cenas y regalar, bastante preocupado por la imagen que reflejaba, y en que podría ser capaz de planear una venganza por una cuestión de honor. Los que sabían que ejercía la prostitución dijeron que prefería hombres rubios, de estilo militar y guapos para sus relaciones románticas, pero que para prostituirse elegía hombres de muchísimo dinero de entre 50 y 70 años, sin reparar en su aspecto físico. Lo cierto es que se trataba de un narcisista en la búsqueda constantemente de una aceptación del entorno que él no tenía de sí mismo, aceptación que encontró por ejemplo en la escuela o cuando fue voluntario en el ala de pediatría en su adolescencia. En el fondo, a Cunanan lo avergonzaba su aspecto, por eso quizás

las grandes sumas de dinero que gastaba en el intento de embellecer alguna parte de su cuerpo o en eliminar su vello corporal. Este desprecio por sí mismo lo proyectaba al afuera discriminando a otras personas con sus pensamientos xenófobos. Llegó a escribir que vomitaría si seguía hablando con los córsegos e inmigrantes del norte de África, porque decir “filipinos” (como lo era su padre) no quedaba bien. Fabricó una inadecuación familiar basada en la no aceptación de su homosexualidad para generar empatía con otros. Mantuvo sus raíces filipinas con la identidad asiática de su rigidez gastronómica. Su cociente intelectual de 160 puntos, el rango propio de un genio, le permitió sacar el mayor provecho económico a sus arraigadas habilidades sociales, que se perfeccionaron a partir del dominio de varios idiomas. Se adaptaba fácilmente a cada situación mimetizándose al entorno como mejor le convenía. De acuerdo a las circunstancias, armaba una farsa para sostener una máscara de opulencia que no era la suya, la natural, la vacía. La comunidad Gay, que lo veía como un auténtico emblema de generosidad y filantropía, le mostraba aceptación y respeto, y hasta funcionaba como sustituta de su propia familia, que realmente nunca lo había rechazado por su homosexualidad, sino que respetaba su elección al respecto. Se permitía ser violento con quienes más confianza tenía, había amenazado de muerte a una de sus hermanas, a quien golpea y lleva a la sala de emergencias de un hospital. Este suceso junto con la falta de ayuda económica a su madre y la extorsión a un ex amante fueron formas de violencia explícitas que luego escalará con Jeff Trail, David Madson y Lee Miglin. Aún le quedaban resabios de lo que no pudo vivir por falta de dinero, por eso iba a la universidad a mezclarse con los estudiantes, para sentir cómo hubiese sido estar allí, ser uno de ellos. Sin embargo, sus deseos no tenían que ver con una superación en un ámbito de tipo académico, que requería sin dudas esfuerzos intelectuales, sino más bien con “pertenecer” a la clase alta y, sobre todo, moverse en sus mismos círculos, frecuentar los mismos ambientes, vestirse con las mismas marcas. Desde ese lugar, la prostitución fue una puerta, una vía de acceso que le permitió viajar, tener autos y frecuentar hoteles de lujo sin demasiados esfuerzos. Probablemente, fue por tantear vías de escape que en abril de 1997 había estado en Las Vegas visitando la biblioteca nacional de la ciudad de Caliente con el nombre falso de Andy De Silva y buscando mapas e información sobre la historia de los ferrocarriles. Después de todo, había conseguido por U$S3.200 en el mercado negro pasaporte y licencia de conducir canadiense.

Sintió que David Madson era mucho para él porque encarnaba lo que nunca había podido lograr: una carrera universitaria dedicada al arte, reconocimiento laboral y autenticidad. Por eso se presenta ante él como el encargado de la creación escenográfica para películas, entre las que nombra Tiburón y Titanic, y asegura estar a cargo de la construcción de un gran tanque de agua. También le dice que vivió en California y que visita Londres con asiduidad, de este modo logra disfrazar el interés que los une. Siente hacia Dave un amor obsesivo, muy notorio en la enorme cantidad de correspondencia que le envía durante sus viajes y que David siempre conservó. El tema que predomina en aquellas cartas es su devoción por la estética, su deseo hacia él y las emociones que le producen cada uno de los lugares que visita, temas que no exteriorizaba en cambio con sus “compañeros de trabajo”. Las innecesarias esquelas con hojas y sobres con membrete de hoteles cinco estrellas probaban para él ante la mirada de Dave que era un hombre “exitoso”. Del mismo modo que sus comentarios sobre estética lo muestran como un hombre culto y “viajado”. Esta habilidad para mimetizarse con su entorno, para decir y hacer lo que al otro lo enamore, lo cautive, se relaciona quizás con sus ansias de ser aceptado, de caer bien, de ser aprobado. Hasta que en una postal le pide que le escriba sin dejar pruebas de que existe la relación amorosa entre ambos, tenía que ocultarla para poder continuar con ese estilo de vida glamoroso que le prodigaba el millonario que lo tenía como amante, debía conservar su trabajo. Pero paradójicamente, Madson ya se había convertido en su escape, en su cable a tierra, podía verse a través de él. Su obsesión lo llevaba a creer que merecía todo de él, llegando incluso a implicarlo en el homicidio de Jeff Trail y obligándolo a escapar juntos. Jeff Trail había decidido postularse a un empleo en la patrulla de Alto California Highway Patrol después de haber sido dado de baja de la marina. Se lo veía entusiasmado con el entrenamiento pero súbitamente renunció a la postulación. A partir de entonces, depresivo, viajó a Houston, Chicago, Minnesota y Austin buscando trabajo acompañado por Cunanan, que hacía poco había terminado su relación “laboral” con Norman Blachford, un conocido hombre de negocios millonario y mecenas de arte de la zona de La Jolla. Cunanan le debía dinero a Trail, quien finalmente se pelea con él por “sus mentiras y sus mierdas” y porque no quería involucrarse más, pensó que seguro volvería a su viejo trabajo como vendedor de cocaína, éxtasis y meta cristal. A Trail lo veían algo paranoico desde que le hurtaron su chequera y comentó que “lo querían matar, por eso tenía que irse” de la ciudad, una madrugada sacó todas

sus cosas del departamento donde vivía solo. El 27 de abril, vuelve a reunirse con Cunanan porque este le dice que va a devolverle su dinero, pero en el fondo le tiene miedo, así que va armado, y muere en lo que sería un crimen espontáneo con un arma de oportunidad, un martillo de carpintero como el que hay en las casas. Por su brutalidad y nivel de violencia, se asemeja al crimen homófobo del que dijo ser testigo al encontrar a “su amigo” Lincoln Aston. En realidad no fue él quien lo encontró, sino un hombre llamado Adam Grein. Una vez más, Cunanan se apropió de la realidad de otro para fabricar sus mentiras. En esa escena del crimen olvida, como siempre olvida, un bolso deportivo de nylon con su nombre en el que había un estuche de arma y una caja con 15 balas de las que se lleva 10 que eran las que iba a necesitar junto a la Golden Remington Peters calibre 40. Tres o cuatro días después, mata a David Madson, lo deja tirado en el pasto con dos disparos en la cabeza y uno en el pecho, del que extraen una de esas balas. El 4 de mayo de 1997, con el asesinato de Lee A. Miglin Cunanan nos dice que pudo matar a tres personas en menos de una semana, mostrándose de este modo como lo opuesto al hombre que se encontraba en la constante búsqueda espiritual y de creatividad que le supo hacer creer a Madson en las cartas que le había escrito desde Aspen en enero de 1996. La aceptación de la práctica sadomasoquista de la mano de Miglin había dejado fluir su inclinación a la agresión, que más tarde, el 4 de mayo de 1997, quedaría plasmada en su cuerpo. Lo había degollado, su pecho estaba mutilado a puñaladas y su cadáver había sido escenificado. Para su propia satisfacción, lo dejó posando en forma humillante y con las ataduras propias del bondage, que habían utilizado ambos en sus prácticas sadomasoquistas y que ahora Cunanan convertía en ataduras criminales. Su cabeza estaba dentro de una bolsa atada con cinta adhesiva. Su cuerpo estaba envuelto al igual que el de Trail con la alfombra persa, pero esta vez con plásticos y papel de regalo marrón, su color preferido a la hora de los tragos. La antena doblada y recolocada en el auto de Miglin tenía el propósito de mantener activa la señal para despistar a los investigadores. La conexión entre él y Cunanan es informada por un hombre que ejercía la prostitución y que finalmente es tomado como fuente por los investigadores. La desconfianza llevó a David Madson a intentar salvaguardarse dando por terminado el vínculo amoroso. Sin embargo siguieron manteniendo una relación de amistad. En una de las cartas que Cunanan le envía le da pistas de qué es a lo que realmente se dedica cuando le cuenta su técnica para “hacer amigos o

levantes” en un bar de Phoenix. Pero en ese entonces, Cunanan ya había cortado la relación con el amante millonario que mantenía su estatus de vida. Entonces se queda sin nada y se ve desequilibrado por un vacío económico y afectivo que hasta el momento había intentado desesperadamente tapar para no verse a sí mismo. Ahora no quería nada, regalaba ropa y joyas caras a cualquiera, menos a su familia, derrochaba dinero, adquiría con tarjetas de crédito lujos exorbitantes que no pensaba pagar. Todo en él era un exceso: comía desaforadamente, bebía, fumaba marihuana y descuidaba su aspecto. Más allá de los llamados telefónicos a sus amigos, estas actitudes de desprendimiento material también eran señales de despedida. A William Reese lo mata sin perder el tiempo, con un tiro en la nuca, y encierra su cadáver en la oficina del sótano del cementerio. Ya olvidada esa pasión que lo llevó a Manila a los 19 con la ilusión de ser un misionero católico, Cunanan dejó su biblia junto al cadáver, con un señalador en las lecturas del Deuteronomio, resaltado en pasajes que lo exculpan de todo: “Le harán a él lo mismo que él había proyectado hacer contra su hermano. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes”…. “Y cuando se enteren los otros, sentirán temor y no volverá a cometerse esta infamia entre ustedes”… “No tendrás compasión: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente”. “Voy a matar al que me hizo esto”, “si alguien me contagiara HIV, iría por cinco estados a matar al que se me cruce”… Fue en realidad Cunanan quien buscó a conocidos y se les cruzó para matarlos con la rapidez y contundencia de un relámpago. Saliendo de cacería por Minnesota, Chicago y New Jersey, hizo que de algún modo la frase que solía repetir se convirtiera en una profecía autocumplida, no sin antes demostrar astucia para despistar a los investigadores al colocar una patente de Carolina del Sur en el auto robado con el que mataría en Miami a Gianni Versace. Cuando llegó a Miami Beach vendió por U$S50 un objeto de oro de Miglin en una casa de empeños. Cuenta un testigo que en octubre de 1990 vio que en la fiesta de apertura de la opera de San Francisco Versace se le acercó a Cunanan y le dijo: “Hola ¿cómo estás? me acuerdo de ti en el Lago Como, ¿no?”. Él le respondió que sí y Versace siguió caminando por el recinto. Pero realmente nunca había asistido a las fiestas que el diseñador solía dar en su casa de Como luego de los desfiles en Milán y donde había artistas y modelos. Cunanan decía que era una persona encantadora, sencilla y amigable. Otro testigo los vio llegar

e irse juntos a una fiesta en New York. En 1992, Cunanan había sido seleccionado para protagonizar una campaña de su marca, pero finalmente no fue elegido, el trabajo lo obtuvo otro. Esto le generó odio y a partir de allí comenzó a decir que detestaba al diseñador Gianni Versace, que era el peor modisto del mundo y que había salido de la nada. Aseguraba odiarlo por “pretencioso, pomposo y ostentoso”. Una aerolínea chequeó la cuenta de viajero frecuente de Cunanan y pudo observar que durante el año 1996 se registraron varias entradas a la ciudad de Niza en Francia y también una de Gianni Versace durante la misma fecha. Antes de matar al diseñador, merodeó con el pelo teñido de rubio y tomó fotos de él, de la fachada y de los jardines de su residencia. Llegó a revelar dos rollos el 11 y 15 de julio. Según contó la empleada de la tienda, su actitud era impaciente. Exigía rapidez para obtener las fotos, estudiaba sus hábitos y movimientos. En el auto que dejó abandonado, había varios mapas de ciudades gay friendly, porque de salir airoso, donde fuese con su nueva apariencia buscaría aceptación. A las 15:30 del 23 de julio, Fernando Carreira, quien cuidaba los yates de lujo del muelle de Miami, observa uno con la entrada forzada, intenta entrar y escucha un disparo. Allí yace Cunanan, con una Taurus semiautomática en su mano derecha, tiene una cicatriz de sutura entre sus dedos pulgar e índice y sangra por un tiro en la cabeza. Está vestido con shorts Calvin Klein azules. Antes había comido maníes, se había afeitado y puesto perfume. Las cenizas fueron reclamadas por su padre, que vivía en Manila. Todo lo que ocurrió, allí fue un escándalo que ocupó la primera plana de los medios filipinos. Antes de ir rumbo a Miami, del 5 al 8 de julio se había refugiado en cines de Nueva York. Había visto varias veces la película Mentiroso, Mentiroso, de Jim Carrey. Por ese entonces ya estaba hundido en su propio mar de mentiras y frustraciones, que quiso finalizar adentro de un pequeño Titanic, luego de decidir que crear su propia película era un buen consejo para vivir feliz. La autopsia de Cunanan dictaminó que no era portador de HIV.

Fuentes Federal Bureau of Investigation http://www.neverforgetthem.info/CA_111.htm http://www.sandiegoreader.com/news/1997/may/29/friends-remember-cunananvictim/#

22. Diseñador industrial francés reconocido por la funcionalidad y originalidad de sus diseños vanguardistas. 23. Durante la investigación, a través de la declaración de los testigos, se supo que en realidad Cunanan estaba allí con un hombre que lo mantenía y los amigos de este, pero se lo ocultaba a David Madson, el hombre a quien dirige sus cartas. 24. Misionero católico belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, venerado por los habitantes de Hawái y por todos los cristianos por haber dedicado su vida al cuidado de los leprosos de Moloka’i, reino de Hawái. 25. En italiano, “Para el hombre bello que está en mi mente”. 26. Giorgio de Chirico, artista italiano que en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, fundó la escuela metafísica de movimiento artístico, profundamente influenciada por el surrealismo. 27. Uta Hagen fue una actriz de origen alemán naturalizada estadounidense que en 1995 protagonizó la obra teatral Mrs. Klein. 28. En francés, “Soy yo, ¿o no?”. 29. En inglés, “Vete a la mierda de acá”.

2083 CABALLEROS TEMPLARIOS Asesino itinerante noruego protecnológico, antimulticulturalista, antimarxista e islamofóbico. Puso una bomba que causó 8 muertes en el centro de Oslo, horas después, partió a la Isla de Utøya, donde acribilló a 69 personas.

Anders Behring Breivik “El lobo solitario de Oslo” “Un hombre con una creencia es igual a la fuerza de 100.000 que solo tienen intereses”. @andersBBreivik -17 de julio de 2011 El 22 de julio de 2011, a las 15:25:22, un coche bomba explota en el Regjeringskvartalet, el edificio del Ministerio del Gobierno de Noruega. La bomba provocó 209 heridos, 12 de ellos de gravedad, y 8 muertos. Contenía nicotina líquida, abono fertilizante y combustible. Estaba localizada en la parte posterior de una furgoneta estacionada frente a las oficinas del primer ministro Jens Stoltenberg. La nicotina había sido adquirida a través de Internet. Luego del atentado, Anders Breivik, disfrazado de policía, se dirige con una pistola Glock semiautomática, un rifle Ruger Mini-14 y una escopeta a la pequeña isla de Utøya, en Tyrifjorden, ciudad de Buskerud. Allí ingresa con una identificación falsa al campamento de verano que se estaba realizando para estudiantes del Partido Laborista noruego. Encuentra un grupo de jóvenes y les pide que se acerquen porque viene con la orden policial de informarles acerca del atentado terrorista ocurrido horas antes en el centro de Oslo. Espera a que los jóvenes se agrupen a su alrededor y abre fuego. Los gritos y el ruido de los múltiples disparos hacen que el resto de los asistentes comiencen a correr refugiándose y escondiéndose en zonas aledañas a la isla. Entonces, Breivik pasa casi una hora y media cazando jóvenes por cada rincón de Utøya. El resultado fue de 68 víctimas mortales y 110 heridos (55 de gravedad, más una persona que falleció dos días después en un hospital). Entre las víctimas mortales se encontraban un amigo íntimo del Primer Ministro y el hermanastro de la reina de Noruega, Mette-Marit. Breivik, quien por ese entonces tenía 32 años, fue arrestado y se adjudicó orgullosamente la autoría del atentado frente al Ministerio de Oslo. El 17 de julio había escrito en su cuenta de twitter @AndersBBreivik: “One person with a belief is equal to the force of 100.000 who have only interests”, una frase de John

Stuart Mill que traducida al castellano diría: “Una persona con una creencia es igual a la fuerza de cien mil que solo tienen intereses”. El 20 de julio subió a youtube un video de más de doce minutos titulado 2083 Caballeros Templarios. El video tenía un efecto audiovisual estremecedor, tan violento como lo serían sus ataques. Este contenido no pasó desapercibido para las autoridades y llevó a que lo incluyeran en la lista de personas a ser investigadas por el eervicio de inteligencia noruego. Horas antes de partir hacia Oslo, distribuyó en Internet un archivo en formato pdf. de 1.500 páginas titulado 2083 Una Declaración Europea de Independencia. Supuestamente lo redactó y finalizó en la ciudad de Londres en el año 2011 y bajo el seudónimo de “Andrew Berwick, el caballero comandante justiciero de los caballeros templarios de Europa y uno de varios dirigentes del Movimiento de Resistencia Patriótica Nacional y Paneuropeo, con la colaboración de hermanos y hermanas en Inglaterra, Francia, Alemania, Suecia, Austria, Italia, España, Finlandia, Bélgica, los Países Bajos, Dinamarca, los EE.UU., etc”. Aunque en realidad su escritura le había llevado más de nueve años. Allí se observan imágenes en forma de panfletos propagandísticos donde los ojos, más específicamente las miradas, juegan un papel preponderante. En ambos manifiestos dio indicios de la profunda reforma que según él tenía como misión: evangelizar a todos los blancos y europeos contra la influencia del multiculturalismo. Aquí principalmente traducía su islamofobia con mensajes radicales contra grupos (delictivos o no) que él consideraba de suma peligrosidad, demostrando su alto grado de paranoia al respecto. En esta especie de “declaración de principios” presenta, según él mismo expresa, una ideología, con prácticas, tácticas y organización de avanzada, que propone soluciones retóricas y estrategias para los movimientos políticos o gente con “mentalidad patriótica”. La dirige a “los moderados” o personas dedicadas a la cultura conservadora y nacionalista. Comienza atajándose del siguiente modo: “Los hombres que más admiran los europeos son desconcertantemente extravagantes, mentirosos y atrevidos, a los que detestan violentamente es a los que intentan decirles la verdad”. Luego agrega instrucciones precisas de cómo descargar, almacenar y diseminar el video de 2083 Caballeros Templarios y de Una Declaración Europea de Independencia, para lo cual sugiere convertir el documento que está en formato pdf. a sistema word. Además, da opciones de programas alternativos

para poder traducirlo de un modo gratuito y estimula el uso de sitios informáticos como Thepiratebay.org, Torrentreactor.net, Torrentz.com, Btscene.com, Extratorrent.com y Btmon.com. Asegura que más de siete mil patriotas se han unido a su grupo de la red social Facebook y espera que si los lectores están preocupados al igual que él por el futuro de Europa Oriental, encuentren el contenido de esas 1500 páginas interesante y altamente relevante, ya que ha pasado casi nueve años investigando y compilando información para el proyecto. Confiesa haber invertido €300.000 en esa obra, a la que se dedicó por completo y por la que, para sobrevivir, se gastó los €130.000 euros que había ahorrado durante los cinco años que trabajó en relación de dependencia. Agrega, según sus cálculos, que el libro es una inversión estimada en €187.500 más por lucro cesante debido a esos tres años de exclusiva investigación, recopilación y escritura. Como las necesidades de la mayoría superan a las de unos pocos, no le importa sacrificar, según estima, €317.000, porque “el marketing y la distribución de la verdad no deben ser subestimados, por eso, el contenido será de todos y su distribución libre en cualquiera de sus formas”. A cambio, “humildemente” desea que LA MISIÓN sea divulgada, para que el mensaje, aunque contundente, funcione y logre formar una sólida resistencia europea: “porque de fallar en esto, Europa Occidental caerá con su libertad y la de nuestros hijos. Todos caeremos con ella”. Está convencido de que su obra contiene las herramientas necesarias para garantizar la victoria final frente a la “guerra cultural” que se está llevando a cabo en Europa Oriental, por lo tanto solicita la colaboración desinteresada de otros patriotas europeos para su traducción al alemán, francés y español. Considera “fundamental y vital” que todos estén al tanto, porque, augura, de no revelarse la verdad, el sistema se estrellará en un lapso de dos a siete años. La única retribución que pretende es llegar a todos como un compañero patriota, este es “su regalo” y contribución con Europa. Sin embargo, se contradice a sí mismo cuando cuenta que sus co-autores han querido mantenerse en el anonimato por razones de seguridad, ya que el texto es netamente autorreferencial. Con relación al multiculturalismo y el islamismo, asegura que más del 90% de la Unión Europea, los parlamentarios noruegos y más del 95% de los periodistas son partidarios de la diversificación cultural, y por ende de la colonización europea por parte del Islam, aunque no tengan permiso de los europeos para instaurar esa doctrina. Le lleva cien páginas de su documento demostrar la supuesta irracionalidad de este pensamiento. Para desarrollar la

obra, Breivik utilizó como bibliografía tres libros prohibidos por el gobierno de su país. Los capítulos principales son: 1. El aumento del marxismo y multiculturalismo en Europa Oriental. 2. Por qué comenzó la colonización del Islam y la islamización de Europa Oriental. 3. El estado actual de los movimientos de resistencia de Europa Occidental (movimientos antimarxista y anti -Jihaidista). 4. Soluciones para Europa Occidental y cómo nosotros, la resistencia, tenemos que avanzar en las próximas décadas. 5. Cubriendo todos los temas de gran relevancia, incluso las soluciones y estrategias para todos los ocho frentes políticos distintos. En esta larga extensión, refiere al marxismo, el multiculturalismo, la islamización de Europa Oriental, la colonización del Islam y el estado actual de los movimientos de resistencia de Europa Occidental. A la vez que propone supuestas “soluciones” para frenar estos avances en las próximas décadas. Su manifiesto expresa que Europa está sujeta a una cultura marxista y multiculturalista de coerción ideológica institucionalizada y a un lavado de cerebro a través de instituciones gubernamentales. Desde esta coyuntura, las instituciones privadas se verían obligadas a adaptarse a estos principios marxistas y multiculturalistas ya instalados. Visto así, en Europa no habría libertad de expresión: las empresas de medios de comunicación difunden estos principios, por ende, la prensa libre en Europa Occidental no existe. Breivik piensa que hoy en día existe una feminización de la cultura europea, que viene intensificándose desde la década de 1960, y que la invasión radical feminista en la actualidad se ha dado por apoyar la masiva inmigración musulmana que tiene un paralelo político a los esfuerzos anticoloniales. Esta corriente invasiva es en parte una continuación del esfuerzo de un siglo de antigüedad para destruir las estructuras europeas tradicionales, pilares de la cultura europea. Por esto, el propósito del feminismo radical es que el hombre de hoy sea una subespecie sensiblera, como muestra la industria de Hollywood con sus películas y comedias emitidas por TV, además de los periodistas especializados en programas de entrevistas políticas. También los diarios y revistas sostienen y continúan con esta feminización, como por ejemplo el Washington Times y la revista National Review, que se ponen de acuerdo para decirnos “cómo debe ser un hombre” con una pomposa celebración. Esas revistas ocultan lo que en

realidad es una crisis de confianza. En esta declaración, Breivik explícitamente se pregunta qué significó la masculinidad en los 90, para responder que consistió en globalizar a través de las revistas para hombres, como Esquire, GQ, Men’s Health, Men’s Fitness, Men’s Journal, Details, Maxim y Men’s Perspective, una perspectiva de hombre feminizado. Prueba de ello es que tanto la apariencia como la actitud masculina que se adquirían con la edad han sido eclipsadas, tal es el caso de los símbolos de masculinidad que se reconocían en la época de nuestros padres, como afeitarse y vestir corbata. En realidad, según él, la feminización de la cultura europea está casi terminada y hasta el último bastión de dominación masculina, la policía y las fuerzas militares han sido violentados. Allí está la influencia marxista con su estrategia de atacar todo aquello que considere una posible desigualdad y de esa forma obtener un potencial electorado conformado por víctimas de grupos minoritarios y oprimidos, como los musulmanes, las mujeres, etc. Piensa que estos marxistas culturales están reproduciendo la mayor parte de la teoría desarrollada por la Escuela de Frankfurt, desde donde se ofrece esta ideología propagandista, que tergiversa la historia con su instrucción marxista y multiculturalista. Breivik asegura que quien no está de acuerdo con esta apertura (que significa según él la aniquilación de Europa Occidental) es considerado un fanático racista, un enemigo de la creación que debe ser suprimido, ridiculizado y perseguido. Esta política de opresión y persecución ha sido constante desde la creación del multiculturalismo en los años 50, 60 y 70. Es a partir de entonces que élites políticas y culturales están en connivencia con los intereses de las raíces europeas y por ello importan sistemáticamente a millones de votantes, que contribuyen a aumentar su posición política cada año y de este modo (siempre según la postura de Breivik) es imposible competir democráticamente. Para él, los partidos de derecha pelean una batalla cuesta arriba y cada proyecto individual o sugerencia es rechazado en última instancia. Esto deja a los conservadores culturales o antimulticulturalistas sin influencia en Europa Occidental. De este modo, Breivik utiliza estos argumentos para justificar la “lucha armada” de la cultura conservadora, sin la cual el establecimiento de la cultura marxista y multiculturalista podría perpetuarse. Es decir, demoniza una cultura para justificar su aniquilación, que de este modo dejaría de ser un hecho repudiable para pasar a ser una acto de justicia y prevención.

Sigue con su argumento (e intenta consolidarlo), alegando que un medio sueco todopoderoso y marxista manipuló de manera significativa la elección de Noruega, favoreciendo al gobierno marxista y multiculturalista conformado por el Partido del Trabajo, el Partido Socialista de Izquierda y el Partido del Centro. Esto les permitió continuar con su vieja ruta de aceptar inmigración de masa musulmana, provocando así la islamización de Noruega. Para él este tipo de estrategia de medios antidemocráticos no se limita a Noruega o Suecia, sino que prevalece en todos los países de Europa Occidental. No hay tal cosa como prensa libre, ni la ha habido desde la última agencia de noticias culturalista, cuando se infiltró el multiculturalismo en la década del 70. El autor en forma plural convoca a los que llama “nuestros mandos militares nacionales”, donde incluye a las Fuerzas Armadas británicas, al ejército de Francia, La Bundeswehr, el ejército de los Países Bajos, la milicia de Bélgica, los militares de Luxemburgo, el ejército sueco, el Ejército Real de Dinamarca, el Real de Noruega, el ejército finlandés, las Fuerzas Armadas españolas, las de Portugal, el ejército italiano, el ejército helénico, el de Suiza, las Fuerzas Armadas de Austria, los militares de Islandia, las Fuerzas Armadas de Malta y las Fuerzas de Defensa de Irlanda. Utiliza el “nosotros” para referirse a los pueblos libres: indígenas del Reino Unido, Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, España, Portugal, Italia, Grecia, Suiza, Austria, Islandia, Malta e Irlanda, y exige que el Comando Militar Nacional, inmediatamente y sin dudarlo, inicie los preparativos para tomar el control político del país a través de un golpe de Estado, declarando Ley Marcial, suspendiendo la Constitución Nacional y asegurando las fronteras nacionales para la captura, enjuiciamiento y ejecución a través de los tribunales militares. La declaración pide que se actúe inmediatamente después de esta invasión deliberada y colonizadora, apoyando la aplicación de las contramedidas que sean necesarias para el implemento de una política de asimilación tendiente a deportar a todos los individuos musulmanes en suelo europeo que no adhieran a ella, o a quienes directamente no se les da la oportunidad de hacerlo. Esta “política de asimilación” expiraría el 1 de enero de 2020 y debería ser aceptada por todos los musulmanes que vivan y quieran seguir viviendo en Europa. La no aceptación y cumplimiento de este dogma dará lugar a su deportación inmediata y la de sus familiares más cercanos, con previa evaluación individual. Estas deportaciones serían tan pronto como se hubiera formado el gobierno cultural conservador.

Breivik busca la conversión al cristianismo ortodoxo, católico o protestante que, en su concepción por completo fachista, obliga a aceptar el bautismo como requisito imprescindible para ser admitido en la Iglesia Cristiana. A la vez, propone vigilar a los musulmanes conversos para evitar el intento de AlTaqiyya30, o engaño islámico, permitido por el Corán y el Hadith. En su propuesta de reforma, los conversos deberán celebrar las fiestas y adoptar las principales costumbres cristianas. Asistir a la iglesia al menos una vez al año durante toda la duración del período de asimilación y evitar que a algún miembro de su familia se le permita seguir un estilo de vida puramente secular. Esto incluye a los imanes, a quienes se les prohibirá ejercer sus políticas, códigos o ritos religiosos, como por ejemplo Ramadán o Eid. Durante el ritual de bautismo deberán cambiar su nombre y apellido por otro cristiano-europeo, se les impedirá hablar la lengua materna árabe en suelo europeo y no estará permitido hablar o escribir en árabe, farsi, urdu, somalí, etc., salvo que su lengua materna sea de suelo europeo. Su plan de barbarie también implica demoler las mezquitas o edificios de estilo árabe y reconstruirlos, para erradicar todo resto de cultura islámica, esto atañe también a la vestimenta, bandera, comidas o cualquier otro símbolo de identificación. Su propuesta incluye a todas las parejas en que ambos padres hayan sido o sean musulmanes, a los que no se les permitirá superar una tasa de natalidad de dos hijos. Cualquier violación de estas normas será considerada una violación a la política de asimilación. Quedará prohibida la comunicación telefónica o epistolar de cualquier tipo entre musulmanes de otros países, incluyendo los del mismo suelo, al igual que viajar a países donde los musulmanes sean más del 20%. Esta prohibición se extendería por dos generaciones, es decir, por cincuenta años, para así lograr una “plena y exitosa asimilación”. Para ser eficaz, este “proceso de asimilación” debería estar construido sobre la base de la credibilidad de los candidatos, quienes deberían elegirlo por su profunda convicción y no por coerción, porque el propósito es darles la oportunidad de mostrar y demostrar su lealtad y fidelidad a “sus nuevos parientes”, a Europa y al cristianismo, a cambio de ocupar el suelo europeo. Elabora un ranking de organizaciones criminales encabezado por la Solntsevskaya Bratva o Hermandad Solntsevskaya Moscovita en Rusia, la Yamaguchi-Gumi Japonesa, a la que considera una organización aún más rica y peligrosa que la Yakuza, la ‘Ndrangheta de Calabria, la Dawood Company de India, que mantendría vínculos con islamistas; la Tríada 14K (o 14 kilates, un

grupo con sede en Hong Kong pero de actividad internacional que incluye a Europa). La mafia siciliana, la Tai Huen Chai o Chicos del Gran Círculo Chino, el Cártel de Tijuana en México; la Zhūliánbāng o Unión del Bamboo, una de las tríadas mafiosas más antiguas y poderosas de Taiwan; las Cinco Familias de la mafia italiana en Estados Unidos, la mafia albanesa y las bandas de motociclistas nómades Europeos. Hace su evaluación de riesgo potencial de estas redes criminales e incluye esta vez a la mafia musulmana de Pakistán, Turquía, el norte de África, Somalia, etc., de un modo visionario advierte lo que hoy es conocido como Boko Haram y el Estado Islámico o ISIS. Breivik dice que los centros de la red criminal europea están establecidos en República Checa y Hungría, en Europa Central, países que son los centros de coordinación, comunicación y conciliación entre sindicatos muy poderosos del crimen internacional que han logrado instalar sus cuarteles generales de operaciones con acceso al corazón de la Unión Europea. A su teoría, Breivik le suma instrucciones para avisar previamente los atentados terroristas y el tipo de mensajes que deben emitirse al concretarse. Recomienda hacerlo a través de Internet, haciendo propaganda previa a las operaciones. También dice cómo proceder ante medios engañosos en la guerra de guerrillas urbana, y enumera los que considera son los principales objetivos terroristas en Europa Occidental, incluyendo hasta una lista de prioridades. Establece un sistema de calificación de traidores, entre los que figuran líderes políticos, de organizaciones no gubernamentales, de medios de comunicación, jefes de redacción y referentes de la cultura e industria de Europa Occidental que simpatizan con el multiculturalismo y el Islam. Da precisiones de cómo matar a mujeres en el campo de batalla de modo directo o indirecto y procedimientos para evitar ser aprehendido, detenido o incluso inmolarse en el caso de que eso ocurriera. Habla de planificación y fases operativas para esta “misión”. Estas fases deberán ser seguidas por quienes deseen luchar, que requerirán entrenamiento físico y muchos simulacros de operaciones dentro de lo que llama “fase de investigación con armas, armaduras y explosivos”. Detalla el modo de adquisición de fertilizantes, armas, trajes de protección y explosivos de alto grado con los dispositivos de disparo, combustible de aviación (como el nitro– metano) con sus respectivos componentes explosivos primarios. “Un perfecto caballero lucha incluso desde el más allá”, por lo tanto, dice que es necesario

evaluar las estrategias de ataque, desde operaciones de sabotaje hasta ataques de proximidad y manipulación, ataques de choque convencionales sin uso de armas de destrucción masiva y los que llama “ataques de choque o asesinato”. Escribe sobre las “operaciones de categoría múltiple”, que estarían dirigidas a los traidores. En esos casos los ataques deberían ser de cinco objetivos simultáneos en un lapso de dos horas y ameritaría el uso de lanzallamas, rifles de asalto y granadas (sobre las que instruye meticulosamente) contra las reuniones partidarias, sus reuniones anuales, conferencias y festivales de literatura o de periodistas, para las que estipula distintos tipos de arma. También concibe una “estrategia secundaria” o “Plan B”, en caso de contingencias, una de las cuales implicaría ser descubierto, que incluye métodos de defensa y ataque. Dedica varias hojas de esta declaración a explicar cómo elaborar armas de destrucción masiva con fertilizantes y con qué químicos o armas biológicas, además de dar detalles acerca del uso de agentes biológicos como Ántrax, y el modo de obtenerlo y cultivarlo para comenzar una guerra química. Enseña cómo y dónde se puede conseguir agentes químicos para crear armas nucleares para ataques nucleares con dispositivos electromagnéticos de gran altura y expansión y a qué ciudades europeas deben ser enviados correos con altas concentraciones de Ántrax y cómo camuflarlo. Elabora una lista de objetivos de sabotaje y da una clase de cómo armar un equipo de laboratorio para la fabricación o preparación de explosivos con compuestos químicobiológicos. Explica conceptos de química y da información sobre equipos de laboratorio y equipos eléctricos que pueden ser utilizados. Especifica las medidas de seguridad a tener en cuenta para manipular los utensilios de vidrio, probetas y demás equipamientos básicos para armar un laboratorio de fabricación de explosivos. También da información de los lugares y la forma de conseguir los insumos sin levantar sospechas. De manera minuciosa, formula recetas, guías e instrucciones acerca de los fertilizantes que contienen un alto grado de pureza en nitrato de amonio y menciona cuáles de estos no requieren purificación para su uso. Enseña a fabricar polvo de aluminio y a preparar los contenedores o vehículos para las bombas y sus detonadores porque, según dice, “crear armas químicas o biológicas es más fácil que crear explosivos”. También da precisiones sobre el uso de las centrales nucleares europeas como arma de destrucción masiva por su dispersión radiológica, principalmente en

capitales de Europa Occidental. No escatima en los detalles que hay que tener en cuenta para protegerse al manipular material radiológico y al elaborar una bomba, porque asegura que son desafíos y consideraciones importantes para la célula de los “Caballeros Justicieros combatientes de la resistencia de Europa”, Caballeros Templarios, que serán distinguidos con órdenes, condecoraciones, uniformes y títulos. Los héroes y mártires caídos en la lucha tendrán honores en sus lápidas, porque “la importancia de una imagen o de una ideología depende de la eficiencia con que se implementen atractivas estrategias de marketing”.

Análisis Anders Behring Breivik nació en Oslo, Noruega, el 13 de febrero de 1979. Es hijo de Wenche Behring y de Jens Breivik, un economista que tuvo misiones diplomáticas en la Embajada de Noruega en el Reino Unido y Francia. La pareja se disolvió cuando el aún no había cumplido un año. Los profesores de su colegio sospechaban que la madre sexualizaba al pequeño Anders. Sabían que lo golpeaba y que incluso solía decirle que deseaba que muriera. Notaban en él ciertos rasgos de personalidad que diferían en mucho de los corrientes, tal es así que su padre (aunque sin éxito) había luchado por su custodia. Wenche Behring volvió a casarse con un militar de alto rango y tuvo otra hija, y Jens se instaló en Francia (donde Anders solía visitarlo) y formó una nueva pareja con la que tuvo tres hijos más, de ella se separó cuando el niño tenía 12 años. En su pubertad, se convirtió en un talentoso y reconocido artista de graffiti, pertenecía a la cultura del hip hop de su ciudad natal. Al cumplir 15 años, se confirmó en la religión cristiana luterana. Era un estudiante inteligente, con una fuerza física superior a la normal, que acostumbraba defender a sus compañeros cuando alguno de ellos era víctima de bullying. En su adolescencia comenzó a ir al gimnasio para fortalecer aún más sus músculos y agregó anabólicos a su dieta. Luego se sometió a una cirugía plástica de mentón, nariz y frente para mejorar su apariencia y satisfacer de ese modo su vanidad. Perdió mucho dinero en la bolsa de valores y a los 21 años trabajó atendiendo clientes extranjeros, sus compañeros lo recuerdan por su tremendo ego, amabilidad y compañerismo. Cuentan que solo se irritaba cuando tenía que atender clientes de origen asiático o de Medio Oriente. Exceptuado del servicio militar, estudió en la Escuela de Comercio de Oslo. No tenía antecedentes penales, salvo multas de tránsito o infracciones por vandalismo en la época en que pintaba grafittis en las paredes, es en dicha época

que su padre corta todo tipo de contacto con él. Pertenecía a la masonería, específicamente a la Logia San Juan Olaf de las tres columnas de la obediencia masónica de la Orden noruega de los Francmasones, de donde fue inmediatamente expulsado luego de los atentados. Desde la adolescencia militó en el Fremskrittspartiet, el Partido del Progreso Noruego, del que también fue expulsado en el año 2000 por sus ideas extremistas. Pensaba que Japón y Corea del Sur debían ser imitadas por su defensa del nacionalismo, conservacionismo cultural y cerradas políticas de inmigración. Un negocio propio de programación le generó elevadas ganancias, que fueron confirmadas por la oficina de impuestos. En mayo de 2009, funda Breivik Geofarm y la inscribe como una empresa unipersonal dedicada al cultivo orgánico de hortalizas, melones, raíces y tubérculos. Sin embargo, esta empresa esconde la finalidad de comprar libremente grandes cantidades de fertilizante para usar en los atentados terroristas que estaba planeando. Viaja a Praga para comprar armas en el mercado negro pero no puede hacerlo y termina adquiriéndolas en su país a su nombre y bajo su licencia de cazador. Se considera admirador de Winston Churchill, del héroe antinazi Max Manus, del conservador holandés Geert Wilders y de Theodore Kaczynski, conocido como “Unabomber”, un profesor norteamericano doctorado en matemáticas de la Universidad de Berkley con un coeficiente intelectual de 170 que padecía de esquizofrenia paranoide y cuyas criptografías fueron descifradas por el FBI casi diez años después de su detención en una granja en Montana, Estados Unidos, donde se había autorrecluído. Desde allí enviaba cartas bomba por correo a United Airlines y a sus colegas profesores de matemáticas o de informática de las universidades. Fue descubierto luego de exigir la publicación de su manifiesto escrito con máquina de escribir y titulado “La Sociedad industrial y su futuro”, donde se declara antitecnológico y proecologista porque “esta revolución industrial ha sido un desastre para la raza humana”, algunos de sus pasajes apocalípticos fueron copiados por Breivik en su manifiesto. Su exigencia surge a raíz del atentado terrorista cometido en la ciudad de Oklahoma el 19 de abril de 1995, que causó 168 muertes, hirió a más de 680 personas, quemó 86 autos y dañó 324 edificios en un radio de 16 manzanas. Había sido perpetrado por Timothy McVeigh junto a Terry Nichols y su blanco era el edificio federal Alfred P. Murrah, ubicado en el centro de la ciudad. Esta bomba tenía una composición similar a la de Breivik en el centro de Oslo. Cuando el manifiesto de Theodore finalmente se publica, su cuñada lo reconoce

como de su autoría porque le atribuye la rigidez de sus reclamos y ciertas palabras que eran habituales en su lenguaje. Enseguida se lo comunica a su marido (hermano del profesor) y juntos avisan a la policía, que lo encuentra aislado en una pequeña cabaña sin luz, ni agua, ni baño, en un estado de descompensación psicótica, deteriorado física y psíquicamente. Al igual que Unabomber, Breivik se había recluido dos meses antes del atentado en una granja ubicada en el bosque de pinos de Aasta, a unos 160 kilómetros al norte de Oslo, había comprado en total seis toneladas de abono por Internet, en la edificación anexa acumulaba media docena de sacos blancos con ese fertilizante mezclado con sustancias explosivas. A diferencia de Unabomber, que pasaba los días de aislamiento con sus alucinaciones, delirios y escritos, Breivik para relajarse (y además afinar su puntería utilizando hologramas) jugaba al World of Warcraft y Dragon Age Origins, ambos videojuegos de rol, y era protecnológico. Para planear y diagramar sus ataques, utilizó la herramienta gratuita de Google Earth. Podríamos decir que Breivik fue el primer asesino itinerante que hizo un uso estratégico e innovador de la tecnología para viralizar sus creencias y ejecutar sus propósitos de acuerdo al nuevo paradigma de las comunicaciones, al contrario de Unabomber. Algo que llamó fuertemente la atención desde aquel 22 de julio de 2011: su imagen fue diseminada por el ciberespacio, donde se mostraba vistiendo trajes de protección infecciosa, vestido de etiqueta o uniforme con distintivos pertenecientes a logias o esferas a las que solo una minoría podría pertenecer, aparentaba ser diferente e importante; sus actitudes eran carismáticas o desafiantes, quería decirnos que era poderoso, un superhombre y alguien de élite. El 24 de julio, hice pública mi opinión en los medios de prensa luego de ver su imagen, leer gran parte de un ejemplar de su autoría de 2083 Una Declaración Europea de Independencia y analizar el video 2083 Caballeros templarios. Se trataba de un grave trastorno narcisista de personalidad. Mi parecer coincidió con el de Joe Navarro, pocos fuimos en ese momento los que coincidimos en esta apreciación, basada en los rastros de odio y paranoia que dejó en sus manifiestos junto a su deseo de ser admirado y valorado, buscando en los demás la misma sobrevaloración que él tenía sobre sí mismo, como un reformador cuya misión es dar a conocer la “Verdad” que salvará a Europa. La primera pericia dictaminó que se trataba, al igual que Unabomber, de una esquizofrenia paranoide por el contenido persecutorio de sus escritos. Sin

embargo, este diagnóstico no coincidía con el de alguien que fue capaz de redactar un escrito de 1500 páginas y mantener la coherencia, aunque su idea principal haya sido errónea y se basara en conclusiones equivocadas. El pensamiento, las ideas o representaciones mentales de Breivik, vehiculizadas a través del lenguaje, eran organizadas, estudiadas, tenían un curso y una finalidad que se expresaba coherentemente y, aunque repudiables, no coincidían con las de un alienado. La reforma de asimilación del cristianismo y europeización que él proponía (la idea principal —y por completo xenófoba— que postula su texto) no se hubiese concretado nunca, se habría perdido en el camino, es decir en el curso de su pensamiento. Las ideas secundarias, como el antimulticulturalismo, el antimarxismo y la islamofobia, eran afines a su discriminación y apoyaban las razones de su reforma porque eran coherentes entre sí. Una Declaración Europea de Independencia tenía la elasticidad suficiente como para poder recurrir a diversos sustentos teóricos bibliográficos para apoyar sus argumentos, y las imágenes y palabras elegidas eran absolutamente comprensibles. En las 1500 páginas que le llevó esta “declaración”, las ideas se suceden una a otras y se combinan unas con otras siguiendo cierto orden y regularidad, es decir que cumplen las leyes asociativas lógicas. No son ideas o conceptos inconexos entre sí, sino que tienen sentido, que se relacionan unos con otros de un modo afín. La potencialidad ideopráxica es la capacidad que tenemos para llevar a cabo las ideas, capacidad que Breivik demostró tener a partir de la puesta en práctica de su ideología a través de sus atentados. La segunda pericia psicológica y psiquiátrica coincidió con nuestro probable diagnóstico: se trataba de un narcisismo clínico, o narcisismo maligno, para el Crime Classification Manual II. Sobre el narcisismo maligno, el psicoanalista austríaco Heinz Kohut ha hipotetizado que surge de un trauma narcisista sufrido a los pocos años de vida y durante el proceso de individuación, es decir de independencia del niño con relación a sus padres. La falla radica en que no se ha enseñado o aprendido a controlar a posteriori los impulsos primordiales más infantiles de grandiosidad y exhibicionismo, que son necesarios para el normal desarrollo de esa etapa. Con esta imposibilidad, el futuro adulto lleva consigo una imagen desalentadora de sus padres o modelos, que como consecuencia lo induce a crear y distorsionar una imagen elevada de sí mismo, y superior a la de ellos. Esa hostilidad, sumada a su sentimiento de omnipotencia, es lo que lo lleva a su deseo de destrucción hacia los otros. La psicoanalista austríaca Melanie Klein, quien fundara la escuela inglesa de

psicoanálisis, consideraba que en la infancia el niño percibe al pecho de su madre y que lo alimenta de un modo ambivalente, es decir con sentimientos antagónicos de amor-odio vividos de forma simultánea. Los ve como fuente de alimentación y a la vez como un objeto frustrante, esta ambivalencia podría desembocar en un trastorno paranoide de la personalidad. De no ser corregida, podrá trasladarse a la manera en que dicha persona se relacione ya en su vida adulta. La personalidad de Anders Breivik desembocó de este modo en un narcisismo patológico, acompañado de una grandiosidad irreal, importancia exagerada hacia su propia persona y fragilidad emocional. La hostilidad hacia sus padres (que desde jóvenes pertenecían al Partido Laborista) aparece en este caso intelectualizada. En el fondo los identifica como lacras, y es por eso que mata años después a 68 jóvenes que los simbolizan, pero para ocultarlo refiere a conocidas teorías sobre colonialismo marxista y multiculturalista. Luego asocia las creencias de sus padres con las personas a las que enfrenta, generando miedo y fobia al Islam, procurando someter a seres inocentes (a quienes llama de modo despectivo “los Mustafá”) a quiebres, conversiones religiosas, pérdidas y aislamiento rotundos. Su modo de agredir al llegar a la Isla de Utøya está basado en el engaño sádico. Disfrazado de autoridad policial, convoca a los jóvenes laboristas para que escuchen lo que tiene para decir sobre el atentado en Oslo y espera a que se acerquen para acribillarlos, porque ese es su modo auténtico de cimentar su autoestima y confirmar su grandiosidad, de algún modo, también frente a sus padres. Él, que había estado juntando estiércol durante meses para elaborar una bomba, no iba a soportar la humillación de haber matado tan solo ocho personas en Oslo, ¿cómo iban a verlo los demás luego de este fracaso?, había anunciado una gran matanza y vivía pendiente de la imagen físico e intelectual que proyectaba en los demás. Esta furia acumulada junto al depósito de anabólicos que tenía en su metabolismo lo dotó del estado físico adecuado como para estar durante una hora y media corriendo por toda la extensión de Utøya buscando gente para aniquilar, esbozando una sonrisa que mostraba su desprecio. La aparente indiferencia afectiva hacia sus víctimas está, sin embargo, llena de sentimientos, negativos, pero sentimientos, que se manifiestan en la calidad de sus ataques, su brutalidad y capacidad destructiva. Y a su vez esta conducta es la extensión de su falta de adecuación frente al resto, expresada en las ideas elitistas de Una Declaración Europea de Independencia, donde pretende crear

una estirpe terrorista llamada los “Caballeros Justicieros”. Existen personas que coleccionan heridas ajenas de conflictos sociales del pasado para traerlas y vengarlas en el presente, las buscan constantemente, para revivirlas y sustentar sus creencias u odios. Navarro define a estas personas como “coleccionistas de heridas”, algunos movimientos nacionalistas, como la célula terrorista propuesta por Breivik, repiten esto. Me refiero a repetir la violencia (por ejemplo, cometer un atentado) para conmemorar —o vengar— otro atentado pasado. No es inválido recordarlas como acontecimientos históricos para no repetir los mismos errores, pero en este caso, Breivik las convirtió en misiones para matar. Esas aparentes reivindicaciones no hacen más que dar una razón para que la violencia sea admitida y bien vista ante los ojos de otros, pero sobre todo para dividir a las personas. En este caso el propósito está lejos de ser educativo desde el punto de vista histórico, tampoco es preventivo. Su objetivo no es de ningún modo el de advertir que las guerras o la violencia no son el mejor camino, de lo que aquí se trata es de hacer daño disfrazando lo que se es en realidad, en el caso de Breivik, un lobo solitario cuyas ansias de matar seres humanos lo llevaron a perseguir a los estudiantes de la isla de Utøya como si se tratara de cazar conejos. La elección de estudiantes que militaban en el Partido Laborista no fue arbitraria, representaban a sus padres, a su historia y a la ambivalencia que tenía respecto a ellos, a quienes había criticado siempre por pertenecer a ese partido. De hecho, explícitamente reconoce en su madre a una feminista moderada a la que culpa de intentar afeminarlo. De este modo, deja claro su temor y ansiedad paranoide respecto a la imagen de sus padres, a los que se rebela en la adolescencia afiliándose al partido contrario. Breivik le dijo a la jueza que dirigió su juicio por las matanzas, como si esto importara, que no reconocía la autoridad política ni tampoco la suya. Por consejo de su abogado, no recusó a la jueza, ya que no había motivos sustanciales para hacerlo, en realidad su opinión o sus sentimientos de grandiosidad eran parte de su fantasía de omnipotencia. Luego de visualizar el video en el tribunal y reconocer que lo había subido a YouTube, se emocionó y lloró frente a todos, tal vez porque cayó en la cuenta de que no era tan inmenso e importante como imaginaba, y pidió perdón por no haber matado a más personas. Sus legados abundan en meticulosidad y precisión no solo en las estrategias de defensa y ocultamiento de armas o confección de bombas, ha criminalizado a grupos etarios y a profesiones que considera peligrosas, ha incluido lugares a bombardear con armas de destrucción masiva para elaborar y con las cuales

atacar, sacando provecho de la ubicación geográfica de las centrales nucleares para aumentar su potencia. Durante el juicio, utilizó para sus actos el mismo proceso, según él, de negación y relativización de los crímenes de lesa humanidad de la Enciclopedia Británica. Como cualquier ciudadano que depreda a otros, terminó calcando esos eventos históricos que repudiaba y revivía en sus manifiestos. Se sometió a una ley más fuerte, legítima y poderosa que se opuso a los actos y la reforma política radical. Una ley coherente, elástica, fundamentada, pero equivocada, del autodenominado “comandante militar del movimiento de resistencia anticomunista noruego y jefe de justicia de la orden de los Caballeros Templarios”, orden que, aseguró, había sido creada por él y a la que calificó de esotérica. Breivik fue condenado a 21 años de prisión efectiva en la cárcel de máxima seguridad de Ila, en una celda de aislamiento que tiene tres sectores de ocho metros cada uno, en uno duerme, en otro se ejercita y en otro tiene una computadora para estudiar. Aprobó el examen de ingreso a la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de Oslo, allí estudia con miras a fundar el Partido Fascista Noruego y la Liga Nórdica, para defender su ideología democráticamente, sin recurrir a la violencia. En abril de 2016 le ganó un juicio al Estado Noruego por trato inhumano, debido a que las autoridades carcelarias le habían prohibido recibir correo o visitas en la cárcel.

Fuentes 2083 A European Declaration of Independence, De Laude Novae Militiae Pauperes Commilitones Christi Templique Somoliminici. Andrew Berwick, London, 2011. 2083 Knight Templar https://www.youtube.com/watch?v=C35diYdLZ64 Navarro, Joe. Wound collectors. Psychology Today, abril 2013. Kocsis, Richard N, PhD. Serial Murder and the Psychology of violent crimes, Humana Press. Wikipedia The Telegraph http://www.lanacion.com.ar/1891112-el-autor-de-la-matanza-en-noruega-ganaun-juicio-al-estado-por-trato-inhumano.

30. Acto de disimular las creencias religiosas propias cuando uno teme por su vida, por las vidas de los familiares o por la preservación de la fe. Se usa a menudo en tiempos de persecución o peligro.

EL CLUB DE LOS DISPAROS Un adolescente, luego de balear a su madre, guarda en su auto un fusil de asalto, dos pistolas y una escopeta. Va a la que había sido su escuela primaria, Sandy Hook en Newtown (Estados Unidos), y mata a veinte estudiantes y siete maestros.

ADAM LANZA La masacre de Connecticut Feliz cumpleaños, mándame un email cuando quieras ir de excursión o disparar. Te ama, Papá

14 de diciembre de 2012, calle Yoganda 36 08-9:00. Nancy Champion, de 52 años, es asesinada de tres disparos en la frente y uno sobre la ceja izquierda con un rifle Savage Mark II calibre 22. La había matado su hijo, Adam Lanza, de 20 años, que luego de hacerlo dejó el arma tirada en el dormitorio. Ella estaba acostada en su cama, vestía un pantalón de pijama rosa y un top de lunares negros; él llevaba puesta una remera, guantes sin dedos, pantalón cargo y gorro negros, protector de oídos amarillo, anteojos de sol y un cinturón verde para municiones. Luego emprende un viaje en un Honda Civic 2010, lleva consigo un rifle Ranch Mini 14 calibre 22, una pistola Sig Sauer P226 9 mm semiautomática, un fusil Bushmaster de asalto Modelo XM15-E2S, una pistola Izhmash Saiga-12, 12 gauge semiautomática, más de 250 balas y una funda de camuflaje. 9:30:00. Estaciona su auto en la escuela primaria Sandy Hook y dispara sobre la puerta cerrada. En ese momento, Dawn Hochsprung, la directora del establecimiento, y la psicóloga Mary Sherlach, que estaban reunidas con un padre en la sala de conferencias, se acercan a ver qué es lo que ocurre y son asesinadas con el rifle Bushmaster. Al ingresar a la escuela, dispara a dos empleados que estaban en el pasillo principal. Entra a la oficina de la directora (donde están escondidos algunos empleados) y al verla vacía regresa nuevamente al pasillo, entra al Aula 8 de primer grado y mata a dos maestras y quince alumnos, luego ingresa al Aula 10 y con el mismo rifle mata otras dos maestras y a otros cinco alumnos. 9:35:39. Un teléfono celular llama a la policía de Newtown para reportar el tiroteo. Segundos después, se recibe otro llamado en la línea 911. Es el portero de la escuela que estaba herido en la pierna izquierda y que comunica el tiroteo

mientras asegura seguir oyendo los disparos de un adulto que había entrado armado. 9:36:06. Se comunica a las patrullas y se envía al lugar del incidente a la unidad 67. 9:38:50. La unidad 67 informa que la escuela se encuentra bloqueada. 9:39:00. Llega otra unidad. 9:39:13. Llega otra patrulla con dos oficiales que reportan más disparos. 9:39:34. Los oficiales reportan a un hombre que huye por los bosques con algo en la mano y lo siguen. 9:40:03. La policía escucha el último disparo, Adam Lanza se suicidaba con una pistola Glock 20 de 10 mm. Del Aula 8, doce alumnos sobrevivieron y del Aula 10, algunos de ellos se salvaron porque la maestra Anne Murphy los cubrió con su cuerpo. Nueve se ocultaron en los baños y otros fueron escondidos en los roperos. 9:41:07. Se retransmite al comando de control que los disparos provienen del frente del edificio. 9:41:24. Un policía detiene al hombre que corría por los bosques y lo retiene boca abajo esposado luego de recibir la transmisión sobre la posibilidad de más de un tirador. 9:42:39. La policía da a conocer la patente 872YEO de un vehículo sospechoso. 9:44:47. La policía recibe la orden de ingresar al edificio. 9:46:23. La unidad especial de análisis criminalístico arriba a Sandy Hook. 9:46:48. Ingresan al edificio. Las unidades tácticas K-9 31 llevaron a cabo la investigación del área perimetrando los alrededores para asegurar la evacuación del establecimiento. Algunos adultos y niños fueron refugiados momentáneamente en casas vecinas hasta que pudieran ser recogidos por sus familias o desplazarse por la zona. Ante la posibilidad de un cómplice la gente que se encontraba en el perímetro de Sandy Hook fue retenida y tomada como sospechosa, entre ellos había dos periodistas que se acercaron avisados del tiroteo. El hombre que corría por la parte posterior del edificio con su celular resultó ser el padre que estaba reunido

con la directora, la psicóloga y plantel de la escuela en la sala de conferencias cuando comenzaron los disparos. Además, un neoyorquino que se encontraba en esa zona por motivos de trabajo quedó alertado del incidente mediante una aplicación de su celular y fue a la estación de bomberos a dar aviso, luego corrió hasta la escuela con la intención de socorrer. Todos ellos fueron liberados al concluir las investigaciones sobre su identidad, ADN y prueba de pólvora en manos confirmaron finalmente que ninguno estaba involucrado en la matanza. Aunque la respuesta fue a los cuatro minutos de la recepción de llamados, el hecho duró solo once minutos. Cuando la policía entró a la escuela el olor a pólvora todavía se podía sentir en el ambiente y los casquillos de los disparos estaban en el suelo. En el Aula 10, yacía el cuerpo de Adam Lanza junto al rifle semiautomático Bushmaster y la Glock 20; en la cintura llevaba la pistola Sig Sauer que no llegó a utilizar. Se encontraron en el auto que había dejado estacionado una pistola Izhmash y las 253 balas restantes.

La casa Cuando la policía ingresa a Yoganda 36 encuentra en un estante abundante bibliografía sobre entrenamiento de habilidades de socialización, relaciones sociales, Síndrome de Asperger y adolescencia y Síndrome de Asperger y divorcio —que muestra el afán de la madre por interiorizarse en el trastorno de su hijo—, una caja de cartón con fotos familiares acumuladas y una bala de pequeño calibre aún sin utilizar etiquetada como “C” más cinco cartuchos de escopeta Winchester 12ga con perdigones. En una habitación había una gran caja metálica marrón para depositar armas que contenía una bolsa de plástico blanca con 30 cartuchos Winchester y perdigones, una cubierta de arma de cuero negra, una lata con varias balas calibre 22 y 45, una caja con ocho cajitas de 50 balas cada una para Winchester Windcat calibre 22, una caja con 20 municiones para cartucho de escopeta Estate 12ga, cuatro cajas con 10 perdigones 12ga SB cada una, una caja de municiones Light Field para 12ga, una caja con 20 cartuchos de rifle Prvl Partizan 303 British, dos cajas con 50 cartuchos cada una marca Federal para rifle 303 British, dos cajas con 50 balas cada una para rifle largo 22 marca Blazer, una bolsa plástica chica con tornillos y destornillador, un pequeño cuchillo azul desmontable, una caja de madera con numerosas balas para pistolas Winchester .45, dos cajas con 50 balas cada una marca PPU para pistola automática calibre 45, una caja con 20 balas Remington calibre 223, tres cajas con 50 balas cada

una marca Blazer para arma S&W calibre 40, dos cajas con 20 balas cada una para arma Winchester de 5.56 mm, una caja con 30 balas marca Magtech para 45ACP, una caja vacía de balas marca SSA de 5.56 mm, una caja con 48 balas para arma 45 automática marca Fiocchi, una caja para chaleco porta accesorios marca Battle tested, un porta revistero de cuero Dual, 80 balas marca CCI para rifle largo 22, seis cajas con 20 balas cada una marca PMC para pistola calibre 223 Remington, una funda artesanal para arma marca Safariland, seis cajas con nueve municiones de perdigones cada una para Winchester 12 ga, dos cajas de balas para Remington 12 ga, tres cajas de balas para rifle Winchester 223, 31 balas para arma calibre 22, un rifle de asalto 323 marca Enfield Albian modelo 44MKI. En el segundo cajón del ropero de una de las habitaciones había dos cajas con 50 balas cada una marca Underwood para armas automáticas de 10mm, 130 balas marca Lawman distribuidas en tres cajas para armas 9 mm, un listado manuscrito de cartuchos y municiones, un manual de pistola Glock, un cartucho manual MD-20 para 20 balas, una guía de arma V-Plug, una bolsa plástica con material en desuso y un protector para oídos marca Peltor. El tercer cajón contenía dos cajas vacías de balas para Glock de 10 mm, manuales de instrucciones para armas Bushmaster XM15 y C15, manual del usuario de rifles de Asalto Savage, la declaración del arma Glock, un cargador de tambor marca Promag para 20 balas 12 ga, un cargador de tambor para 20 balas 12 ga marca MDArms, funda de nylon marca Uncle Mikes modelo Sidekick, una bayoneta de metal, una caja pequeña de balas. En el cajón de arriba de un armario, una caja vacía de balas modelo Gold Dot marca Luger para armas de 99 mm, dos cajas vacías de balas para Winchester 9mm, una caja con 34 de 50 balas para armas automáticas 10 mm marca Underwood, cargador para diez balas de calibre 223, una caja con 29 balas 9 mm, tres cartuchos de balas marca AGP Arms Inc para 12 ga vacíos, un cargador con 8 balas de Winchester 12 ga, dos cartuchos unidos con cinta adhesiva con 10 balas para arma Winchester marca AGP, una riñonera marca High Sierra. En el dormitorio principal, al lado del cuerpo sin vida de Nancy Champion estaba el rifle Savage Mark II con el cargador, tres balas y el casquillo de una bala 22. En los muebles había hojas de papel y cartón para practicar tiro, una caja de zapatillas con abundante cantidad de balas calibre 22, un cartucho vacío marca Ram Line para arma Ruger 10-22, un bolso de playa con artículos de higiene, protector de oídos y una bolsa plástica con numerosas balas calibre 45 marca Blazer, un cartucho de rifle Winchester con 10 balas marca AGP; una

mochila azul y blanca con una caja con 50 balas para calibre 22 marca Blazer, un cubre oídos, dos anteojos protectores para práctica de tiro, binoculares Simmons, una caja con 9 balas marca PPU para cartuchos 303 Brittish, dos municiones de 9 mm marca Wim, gran cantidad de papeles para la práctica de tiro y el certificado de membresía para Adam Lanza de la Asociación Nacional del Rifle. Las ventanas del dormitorio de Adam estaban forradas con bolsas de basura negras al igual que las del cuarto de computación. La cama, de madera y sábanas celestes, el televisor y el ropero reflejaban austeridad, además en el cuarto encontraron una tarjeta de cumpleaños que decía: “Adam, feliz cumpleaños, mándame un email cuando quieras ir de excursión o a disparar, te ama, papi”. Un mueble contenía una colección de videojuegos entre los que estaban Left for Dead, Metal Gear, Solid, Dead Rising, Half Life, Battlefield, Call of Duty, Grand Theft Auto, Shin Megami Tensei, Dynasty Warriors, Vice City, Team Fortress, Doom, School Shooting32, además de material sobre asesinatos masivos entre los que figuraba la masacre de Columbine y diversos recortes de diarios sobre el mismo tema. Se llevaron a cabo pericias tecnológicas en la Play Station 2 Sony y su tarjeta de memoria para encontrar el historial de juegos, tiempo de uso y contraseñas, con el mismo objetivo se revisó, aunque sin resultados fructíferos, una Xbox de Microsoft con el número de serie tachado parcialmente y una Xbox 360, además de teléfonos celulares LG Verizon, Iphone y AT&T, una máquina de fax Brother y una notebook Dell. La pericia dictaminó que el disco rígido de la computadora de Adam habría sido dañado intencionalmente.

Análisis Nancy “Beanie” Champion nació el 6 de septiembre de 1960 en New Hampshire. En 1981, se casó con Peter Lanza y se fueron a vivir a una casa construida sobre un terreno de la familia de ella en la zona de Kingston. Siete años después, nació Ryan y en 1992, Adam. Durante los primeros años de infancia de sus hijos, Nancy fue una madre protectora y dedicada a su crianza. Si bien Adam era en apariencia un niño tranquilo y tímido, solía tener ataques de enojo cuando alguien quería tocarlo o abrazarlo. Su madre estaba desorientada en este aspecto y decidió entonces pedir ayuda escolar. Fue así que el niño ingresó al colegio con un plan de educación individual especial para poder integrarse a la educación formal. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que los consejeros escolares no tomaban conciencia de la situación y nadie le daba

respuesta a lo que ella intuía que era algo más grave de lo que su entorno parecía estar interpretando ya sea por negligencia, ignorancia o falta de capacidad. Aunque los padres de Adam estaban separados desde hacía varios años, recién en 1991 comenzaron los trámites de divorcio. Peter Lanza, padre de Adam, trabajaba 16 horas por día y estaba prácticamente alejado de la familia pero igualmente compartía con Nancy la misma inquietud. En 1998, la apoya en su decisión de irse a vivir a una gran casa en Connecticut; por ese entonces él ganaba mucho dinero y podía encargarse de sus manutenciones en un nuevo lugar que tuviese más y mejores escuelas para él. Así es como Adam ingresa a Sandy Hook. Con el tiempo las cosas parecían haber mejorado, sin embargo, la diferencia con Ryan (su hermano mayor) en cuanto a su manera de relacionarse era notoria. A los 9 años, Adam practicaba entusiasmado expresiones faciales frente al espejo, quizás en un intento de imitar al resto, de parecerse y, como consecuencia, poder integrarse. Es en esa época que su madre se pregunta si el niño no tendrá un problema neurológico que nadie hasta ese entonces había sido capaz de diagnosticar y decide que asista a un colegio especial con aulas de grupos reducidos. En esa época recibe el diagnóstico de Trastorno Integrador Sensorial, disfunción que no es aceptada por la mayoría de la comunidad científica y que consiste en dificultades en el proceso de recepción y respuesta a los estímulos. Recién en el 2006, durante los primeros años de secundaria de Adam, recibe otro diagnóstico: Síndrome de Asperger, un tipo de autismo que interfiere en las relaciones sociales. Finalmente alguien le describía con exactitud los síntomas que presentaba su hijo: miedo a estar en un aula con mucha gente, a caminar por los pasillos de la escuela y a vincularse con nuevos compañeros, habilidad deficiente para las relaciones sociales y desestabilización frente a los ruidos, el barullo y el contacto físico. Entonces decide cambiarlo a la escuela media Santa Rosa de Lima. Allí se ofrecía un programa especial de escolaridad que consistía en que el niño hiciera la mayoría de tareas y actividades en su casa y se integrara con un horario de clases reducido que, aunque acotado, le permitiría estrechar vínculos con sus compañeros y evitar el aislamiento. Luego Adam vuelve al colegio secundario Newtown con otro programa de educación especial. Así debe adaptarse con su poca habilidad y timidez al nuevo cambio de compañeros, espacios y dinámica de enseñanza. A pesar de eso, da un gran salto y se une al club de computación del colegio. En un principio asiste allí

dos o tres veces a la semana pero luego (como era de esperarse dado su trastorno y por tantos e inusitados desarraigos) hace un retroceso y se muestra totalmente abstraído y reticente a acercarse o relacionarse con el resto, por ese motivo reduce la carga horaria y comienza a asistir solo una vez por semana. Con el tiempo su nerviosismo sigue en aumento: su exaltación era evidente cuando tenía que enfrentarse a una multitud, al ruido típico de los pasillos escolares o a la cercanía física de alguien, ante la cual automáticamente daba un paso hacia atrás. Richard Novia, su profesor de computación, estableció un vínculo de confianza con él, tanto que consiguió que se acercara a sus compañeros para posar en una foto grupal, aunque resultara imposible hacerlo sonreír y en su rostro se reflejara el pánico. Prefería el uso de videojuegos violentos a otros que se le ofrecían y evitaba interactuar con su grupo de computación. Aun así, Nancy pensó que su hijo podría llegar a ser un adulto normal por el entusiasmo con que comenzó a estudiar chino y a tocar el saxofón, consideraba que su desempeño era brillante y que tan solo se trataba de estimularlo correctamente. En julio de 2008, se siente orgullosa cuando lo cambia a la Universidad Western Connecticut State y lo ve moverse en un ambiente más adulto. Sin embargo, con esto no hacía más que sobreexigir algo que solo se logra con mucho tiempo, contención del entorno y un enorme esfuerzo por parte de quien padece el trastorno en cuanto al vínculo afectivo con quienes lo rodean. En 2009, sale la sentencia de divorcio de Nancy Champion y Peter Lanza, en ese momento, a ella le diagnostican una enfermedad de la que anoticia a un querido amigo el 15 de julio vía email: No existe un nombre lujoso para mi problema… solo un problema genético en el sistema inmunológico defectuoso… que cuando (si es que) se activa… puede manifestarse con una de múltiples enfermedades. Tengo la esperanza de ser una de las afortunadas que no llega a desarrollar una de esas enfermedades. Se lo he contado a MUY pocas personas... ni siquiera a algunos miembros de mi familia para ahorrarles preocupaciones innecesarias. Sé que mantendrás la confidencialidad. Gracias por tu ofrecimiento de ayuda… lo mejor que puedes hacer por mi es mantener este secreto. He decidido ni siquiera contárselo a mi hermano menor, porque sé que se va a indignar y preocupar. Ha sido demasiado duro para mí dejar a mis amigos y familiares con dudas respecto a esto. Mi plan es vivir bien e ignorar la posibilidad de un potencial problema. Si esto

sucede, lidiaré con ello sobre la marcha. Por ahora… Estoy bien. Mencionaste el melanoma, la madre de Peter falleció por uno hace muchos años… En el año 2009, luego del divorcio, Adam corta la relación con su padre, prácticamente hace lo mismo con su hermano y deja de ir a lugares públicos. Nancy le enseña manejo y obtiene el registro de conducir ese mismo año, y hasta compra para él un auto Hyundai modelo 2010. Eran tales los avances respecto a aprender a valerse por sí mismo que cuando ella viajaba él podía quedarse solo en la casa sin inconvenientes. Es posible que ante la inminencia del desarrollo de su enfermedad, que para entonces se presumía esclerosis múltiple, tuviera como objetivo el que su hijo pudiera manejarse y defenderse solo en la vida, como si su padre no fuera capaz de involucrarse con él del mismo modo que ella. Con el fin de reunir a sus dos hijos, Nancy solía llevarlos algunos fines de semana, a veces con amigos, a un polígono para practicar tiro. El padre de Nancy le había enseñado esta práctica, que ella disfrutaba y compartía junto a sus hijos, lo que explica en parte la adquisición legal de todo ese enorme arsenal que fue hallado después en su casa. Cuando Adam era aún un niño, ella había contado que aspiraba a que fuese policía como su hermano James, era una mujer optimista pero aunque hiciera todo lo posible para que su hijo tuviese una vida normal, ni siquiera podía hacer entrar mucha gente a su casa porque él podría sentirse incómodo e irritarse. En 2010, Nancy le contó a su jefe que pensaba mudarse a New England (para lo cual tendría que vender la casa estilo colonial en la que hasta el momento vivían) y “no defraudar a sus hijos”. Es decir, bajo un supuesto requerimiento de ellos, planea sin darse cuenta desarraigar a Adam nuevamente y generarle de este modo una causa importante de estrés, sobre todo para quien tiene una especial fragilidad con los vínculos y que desde hacía ya tres meses se comunicaba con su padre y con ella, la única persona con quien compartía el techo, a través de correos electrónicos. El temor que lo había llevado a aislarse y evadir el contacto cara a cara se había instalado: los videojuegos, los recortes, las ventanas sin vista y las armas ya lo habían sustituido todo. Más allá de la práctica de tiro tomada como deporte o recreación, su afición a los videojuegos violentos, cuyos padres aprobaban, hizo mella en él, que encontró allí un espacio donde podía sentirse identificado y un rol para asumir: todos ellos premian la precisión, cuando más preciso se es, más puntaje se obtiene. Puede que dado su trastorno, este fuera un lugar propicio, el espacio

perfecto para una persona con serios inconvenientes para relacionarse y una fuerte tendencia al aislamiento. No se trata de estigmatizar o criminalizar el Síndrome de Asperger, sino más bien de comprender que en Adam se trataba de una decodificación de mensajes errónea que se conduce desde lo virtual hacia lo real y con la misma frialdad que un videojuego. En este caso, los hechos demostraron que la vulnerabilidad acompañada por la obsesión por los asesinatos masivos (Lanza sentía fascinación por la violencia y habría participado en foros sobre asesinatos en masa bajo el seudónimo de Smiggles), la identificación en el rol de violencia activa como diversión, el libre acceso a armas y municiones —además de exponerlo a un nuevo factor desestabilizante— tuvieron como desenlace estos resultados. Las ventanas de los lugares que Adam ocupaba en su casa estaban íntegramente tapiadas con plásticos negros, indicando la emergencia de un proceso paranoide. Sin embargo, este hecho parecía no llamarle la atención a su madre, que había luchado casi por diez años hasta que alguien pudiera diagnosticarle qué le pasaba realmente a su hijo. Quizás la negación y la probable soledad en la que tomó las decisiones acerca de la vida de su hijo la llevaron a ignorar que tras ese logro subyacente que su hijo había conseguido —y que refería como “desempeño brillante”— al aprender chino, saxo e ingresar a una universidad, se ocultaba el grave desorden que se iba incubando y que desembocó en la matanza de Sandy Hook. Adam Lanza eligió un lugar donde se sentía cómodo, el día anterior lo había merodeado en su auto planificando regresar armado y vestido para la ocasión. No olvidó colocarse un protector de oídos para que no lo ensordecieran los disparos (era sabido que los ruidos lo estresaban), ni distrajeran los gritos. Su ataque estuvo muy lejos de ser espontáneo. Mudanzas, alternancias de colegio y una nueva exigencia con la universidad, cada uno de estos cambios generaban en él crisis que iba más allá de las esperables o predecibles ante este tipo de situaciones. A cada desarraigo se le sumaba como consecuencia un nuevo duelo a enfrentar. Duelos que no se podían curar con más desarraigo, aunque la casa estuviese llena de rifles, escopetas, municiones, ballestas, espadas o protectores para los oídos y su madre, el ser con quien más había logrado formar un vínculo de seguridad y confianza, lo acompañase. Adam quiso terminar con todo de un modo que la incluyó también a ella, con quien por otra parte compartía también una afinidad: la búsqueda de precisión en el tiro deportivo.

Actualmente, los asesinatos en masa son una verdadera epidemia que no hace más que mostrarnos el contagio criminal como un fenómeno social en su máxima expresión. Adam eligió a la escuela donde estudió porque allí nadie estaba preparado para enfrentarlo y porque, al igual que su casa, este lugar era para él una zona de confort en la cual sabía cómo desplazarse, aunque el suicidio estuviese en sus planes. En estos casos la influencia de los videojuegos es lamentablemente esencial. Estos plantean al jugador un rol activo que, al estar amparado en la virtualidad, puede asumirse sin los inconvenientes y riesgos que sí postula la realidad. En muchos de ellos el sujeto puede ensayar durante horas y horas el asesinato de personas que allí no son víctimas sino objetivos, puntos, llaves que dan paso a niveles superiores. De algún modo, se trata de la violencia presentada como una opción ante grupos de riesgo por su vulnerabilidad: niños y adolescentes, personas de entre 10 y 17 años que en muchos casos terminan por hacerse adictas a estas prácticas. No es la pobreza ni la marginalidad las que inciden en los delitos, es la subcultura de la violencia. Y en este aspecto no ayudan, por el contrario perjudican, las imágenes excesivas que observamos a diario en medios masivos (prensa, TV e Internet). Desde allí, escenas violentas se exponen de un modo que pueden generar en ciertos sectores, en lugar de rechazo, cierto matiz de glorificación. El libre acceso a este tipo de escenas y su consecuente multiplicación vertiginosa llevan a su naturalización y, por lo tanto, a su aceptación, es el sufrimiento de las víctimas lo que se va relativizando paulatinamente. Este sí ha sido un verdadero avance en cuanto a control social, pero la verdadera amenaza es la legitimación de la violencia, contra esto no hay patrullas, ni auxilios inmediatos que puedan preservarnos.

Fuente Federal Bureau of Investigation. Final report of the Sandy Hook Advisory Comission, presented to Governor Dannel P. Malloy, State of Connecticut March 6, 2015. Report of the State’s Attorney for the Judicial District of Danbury on the Shootings at Sandy Hook Elementary School and 36 Yogananda Street, Newtown, Connecticut. 14 de Diciembre del 2012. Raising Adam Lanza, Frank Koughan.

31. Unidad específica de las fuerzas de seguridad que utiliza a los conocidos como “perros policía” con el objetivo de recuperar evidencias, rastrear pistas y buscar sospechosos. 32. “Dado por muerto”, “Equipo de material sólido”, “La muerte emergiendo”, “Media vida”, “Campo de batalla”, “Llama el deber”, “El gran robo de autos”, “Dinastía de guerreros”, “Ciudad del vicio”, “Fortaleza de equipo”, “Condena”, “Tiroteo escolar”.

DESENCANTO EN LAS REDES Robo de identidad, hurto, estafa y fraude amoroso en serie.

GIGOLÓ SUDAMERICANO Delincuente de cuello blanco Los psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y se abren camino en la vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas arruinadas y billeteras vacías. Robert Hare Mariana es viuda, tiene 40 años y es la hermana de un prestigioso actor. Es inteligente, muy guapa, tiene una sólida trayectoria y preparación artística. A través de Facebook conoció a un hombre cuyo perfil era Bautista Casiraghi Borbón. Su biografía decía que era soltero, ingeniero agrónomo y amante del golf y la equitación. Él la había visto en una breve nota que un programa de espectáculos le había hecho mientras acompañaba a su hermano a recibir un premio por su actuación en una obra de la cual ella era la productora. Ella aceptó su solicitud de amistad porque mucha gente había visto ese programa y después de la transmisión varios habían solicitado agregarla a Facebook. Los diálogos virtuales fueron sucediéndose diariamente, desde un principio en cualquier momento del día: —¡Hola! Gracias por aceptar mi solicitud de amistad. —De nada, saludos. Diálogo 2: —Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo va la obra? —Muy bien, gracias. —Te pregunto porque soy golfista, practico equitación y en el ambiente donde estoy hay mucha gente que podría ir al espectáculo. —Bueno, gracias, saludos.

Diálogo 3: —Hola, ¿cómo va? —Bien, gracias. —¿Qué andabas haciendo? —Trabajando, ¿vos? —Acá en la cancha de Golf del Jockey Club de San Isidro. —Qué bueno. —¿Viste alguna vez un torneo de golf? —No. —¿Salto hípico? —Tampoco. —Cuando quieras te invito a ver uno… —Gracias. —¡De nada! —Bueno, entonces yo te invito al teatro. Diálogo 4: —Hola, ¿cómo va todo? —Bien. —Te acepto la invitación al teatro así nos conocemos, porque para el próximo torneo de golf o torneo de salto hípico falta mucho. —Ok. Diálogo 5: —Ayyyyyyy!!!! —¿Qué pasó? —¡Mierda! Justo se me mojó el Iphone, estoy en el velero y pasó una moto de agua, ¡un desastre! —Bueno pero funciona. —Sí, no es que las odie porque tengo dos, pero son unos tarados, la gente en Punta del Este no es así, mis padres tienen casa allá y son mejor gente. —Bueno, te dejo que estoy trabajando.

—Un beso. Diálogo 6: —¡Hola! Entonces, ¿nos vemos mañana para tomar un café? —Sí. —¿A qué hora? —A las 19 salgo del trabajo, nos encontramos en el Café Pródromo. —Bueno, perdoname si llego unos minutos tarde pero hoy llevé el Audi que me regaló mi viejo por mi cumpleaños a reparar al concesionario porque todavía está en garantía, dicen que los repuestos tardan en llegar al país, así que voy en remise desde el campo. —Yo llego puntual. —¿Ah, sí? ¿Dónde vivís? —En Almagro. —¡Todo bien, flaca! Pero sos una LADRI (se desconecta del chat de Facebook). Ella le envía un mensaje por whatsapp: —¿Qué es eso de que soy una Ladri? —Sos una mentirosa, no sos hermana de Miguelo, ¡¡¡no podés vivir en ALMAGRO!!!! —¿Pero yo por qué haría eso? Comienza una discusión y él se disculpa y promete llevarla a cenar a un lugar hermoso. Con el correr de los días se iba creando entre ellos un vínculo virtual. A la primera cita él llega tarde y se excusa por la falta de auto, le cuenta que el día anterior le habían robado la billetera y estaba sin documento de identidad. Mariana se da cuenta de que cuando se ríe se tapa la boca y ve sus dientes algo torcidos y amarillentos. Se conmueve y le ofrece acompañarla a su dentista que queda allí a dos cuadras para que lo pueda ayudar. Él le dice que no es necesario porque tiene programada una cirugía odontológica de complejidad para dentro de dos meses y que si volvía a cancelarla, su padre iba a enojarse con él. La primera vez que lo vio pensó que era un hombre feo. Muy delgado, alto y con el pelo lacio y algo largo, incluso él llegó a contarle que odiaba cortárselo. Tenía un modo de hablar similar al de gente adinerada, parecía un hombre serio, aunque en su discurso no podía evitar ubicarse por encima del resto. Le atrajo su

personalidad alegre y simpática, su aire de hombre de mundo y su aparente cultura. El diálogo siguió incrementándose con los días y las salidas se fueron haciendo frecuentes. A ella le llamaba la atención que no sonriera en las tres fotos que tenía en su Facebook y pensó que esto tenía que ver con sus problemas dentales, también le resultó extraño que tampoco hubiera fotos junto a familiares o amigos. Cuando en su segunda salida le preguntó el motivo de esta falta, él le dijo que su familia era dueña de campos y que temía de algún secuestro y por eso no los exponía en una red social, además no podía hacer público que era el nieto de Agatita Laborde de Fortunat, una de las mujeres más ricas y poderosas del país. Exponer a su familia públicamente era muy arriesgado para ellos y prefería no llamar la atención, quería evitar gente interesada en su dinero. Esta vez se mostró desconfiado y en un momento le preguntó: “¿Quién sos para venir a dudar de mí? Para que ella no sintiera que él también desconfiaba, le dijo que iba a enviarle fotos suyas por whatsapp, y así lo hizo los días posteriores, invadiéndola con sus imágenes. La tercera salida le dice que se llama Alfonso Fortunat y que no da su nombre verdadero en las redes sociales porque tiene una ex novia despechada que vive en una provincia y que cuando él rompió con ella para irse a Londres a cuidar los negocios de su padre enfermo, ella se dedicó a difamarlo en Internet. De ahí que los nombres que utilizaba en las redes sociales Facebook, Badoo, Twitter o Tinder eran para evitar que lo prejuzgaran las personas basándose en el desprestigio de su ex. Le dijo que tenía al doctor Saúl para patrocinarlo legalmente, quien también era el abogado de cabecera de su hermano actor. Le comentó que por aquellos días debía ir a verlo por ese tema y le describió la oficina del abogado, mientras hacía comentarios burlescos sobre sus cirugías plásticas. Después le preguntó qué era lo que ella buscaba en un hombre y ella le contestó que, dada su reciente viudez, no buscaba ni un padre para sus hijos ni un marido. Entonces, él le dice: “Claramente no sos para mí, yo sí busco una pareja, tengo 40 años, no tengo edad para estar jodiendo de noviecito, salir y luego dormir separados, las parejas se van conociendo en la convivencia, a mí me fue bien así porque mi matrimonio duró nueve años, ella era inglesa y vivimos en Londres todo ese tiempo”. Pasaban las semanas y la relación crecía; él la invitaba a cenar entre tres y cuatro veces por semana a restaurantes de lujo donde las cuentas en ese entonces no bajaban de los $1.800 por noche. La invitaba a bailar y la hacía reír, después de la pérdida de su marido la sonrisa había vuelto a su vida de la mano de un hombre carismático y divertido. Luego vendría “esto así no progresa, no es por

mí, lo quiero hacer para poder afianzar mi relación con tus hijos”. Uno de los planteos fue el siguiente: “Después vemos cómo hacemos, alquilamos un departamento más grande con más comodidad para todos”. Pero Mariana no quería alejar a sus hijos de su colegio, de su ambiente, de su casa, entonces él propuso que fuera en la misma zona pero más grande. Finalmente, al mes de conocerse, llegó la convivencia. Con frecuencia él le decía que tenía que ir a los campos de su padre o acompañarlo al SENASA (organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, pesquera y forestal) para ver si su ganado estaba en buen estado. Algún día la llevaría al campo a conocer los caballos de polo de su familia, pura sangre de carrera. Sus hermanos lo notaban sospechoso, sin embargo prefirieron pensar en que era solo una impresión personal, por su afán de verla con alguien que la mereciera y no la lastimara, además ella se veía feliz. El actor le dijo una vez que “tenía mirada de zócalo porque no podía sostener la mirada del otro”. Pasaba el tiempo y Alfonso no presentaba a su familia y se justificaba con un “bancame gorda, tengo mis tiempos”. Vestía siempre con pantalón blanco y chombas o remeras de marcas caras de imitación. Sus colores predilectos al elegir la vestimenta eran el blanco, el rojo y el azul porque se asemejaban a la bandera del Reino Unido. Si ocasionalmente usaba una remera verde, se sentía mal vestido. Su obsesión con ese país era llamativa, al igual que la cantidad de pantalones blancos que tenía en su guardarropa. Una de las primeras escenas de maltrato psicológico fue en un restaurante al que habían ido a celebrar el primer mes de convivencia. Él pidió langosta con salsa blanca pero se equivocaron y se la trajeron con salsa béchamel. Inmediatamente, Alfonso comenzó a denigrar y levantarle la voz al mozo, quien, avergonzado, se disculpó. Pero nada parecía bastarle al comensal, que no dejaba de quejarse. Entonces ella, en un intento de poner paños fríos, le dice que se calme, que no es necesario reaccionar así. Ahí es cuando él comienza a decirle todo tipo de cosas hirientes, hasta que ella se pone a llorar y entonces decide cambiar de tema, como si toda esa escena fuese algo normal. Al día siguiente de una discusión, él le escribía un mensaje: “Estoy muy triste, nada de lo que digo es lo que pienso”. En algunos casos le decía que se iba a ir con otra, y después aparecía con regalos y le pedía que no le hiciera caso, que lo hacía para chicanearla. Como signo de arrepentimiento y modo de asegurarse el perdón de Mariana, le ofrecía matrimonio: “Vamos mañana al registro civil a sacar fecha”. A veces volvía a la casa con dinero, en una ocasión

ella lo llevó en su auto a un condominio de la zona de Pilar para cobrar el alquiler de un departamento que tenía en San Isidro y se puso a contar los billetes en el coche delante de ella, eran $23.000. En otra oportunidad lo acompañó al barrio de Palermo Soho en su auto a cobrar dinero de otra propiedad familiar, cuando volvió contó hasta $60.000 que estaban guardados en una bolsa. Ella le alquilaba un monoambiente a su mejor amiga a un precio accesible. En relación a eso, él le decía que no era tan amiga porque se estaba aprovechando de su generosidad y que debía subirle el alquiler o tener ese departamento a disposición para poder él mudar sus oficinas allí así estaban más cerca. Iba a pagarle el monto que realmente valía ese departamento, así ella no dejaba de tener esa entrada de dinero. A veces se iba unos días al campo o a cenar con sus padres, cuando volvía le contaba con lujo de detalles lo que había comido y cómo había sido todo, lo bueno que era estar con su padre luego de la cena tomando coñac en su despacho y hasta le relataba las charlas que tenían mientras fumaban en el jardín, porque a Patricia, su madre, no le gustaba el humo dentro de la casa. Estas salidas para asistir a su padre eran motivo de discusión, pero él sabía cómo defenderse, denigrándola hasta hacerla llorar. Le decía que había “cogido” con Viviana Gutiérrez, una de las compañeras de reparto de la obra que ella misma producía y con quien él se topaba a veces cuando iba a buscarla al teatro, que le había pagado bien y que “esa puta” valía lo que cobraba o más. De esta forma buscaba generar un sentimiento de rivalidad con una mujer que hasta ese momento mantenía con ella una cordial relación de trabajo. En otra discusión vuelve a sacar a relucir su relación con la actriz, ella le dice andate con la Gutiérrez”, y él responde que solo le había tenido que pagar una vez, que después habían salido un par de meses y que él ya no necesitaba pagarle para tener sexo con ella. Llegó a decirle: “Me caso con el flujo de la Gutiérrez”. Todos sus comentarios, groseros y ofensivos, daban cuenta de su actitud misógina, de su modo de deshumanizar al género femenino, como si ellas fuesen trofeos. Cualquiera era mejor: “Ella es mejor madre que vos”, “Tus hijos son alocados, no les ponés límites”. De a poco, fue llevándola a su juego, haciéndola mirar con los cristales que él quería que viera. Así, ahora ella también veía a sus hijos como rebeldes y maleducados, cuando en realidad eran dos niños de 10 y 14 años muy responsables y a los que les iba bien en el colegio. “Lucas se tiene que callar”, “Tenés que tomar medidas con Fausta”, “No te presento a mis padres

porque son pacatos”, “No puedo llevar a tus nenes a cenar con mis padres, dan vergüenza ajena” o “Tenés que corregir a tus hijos”. Un día, le pregunta si quiere invertir en la bolsa de valores. Le dice que tiene un amigo al que habitualmente le da dinero para poder multiplicarlo con la compra y venta de acciones en el mercado bursátil, pero le advierte que el resultado tarda unos meses. Supuestamente a él le había ido bien, varias veces había invertido U$S8.000 y obtenido luego U$S11.500. Si ella quería no tenía problema en llevarle ese dinero a su amigo para que “lo trabaje”, no había margen de pérdida y, en el peor de los casos, le devolvería el monto original. Cuando ya había pasado aproximadamente un mes de que le hubiera dado el dinero para invertir, Mariana le pide que se lo devuelva. Entonces él se enoja y le dice: “Yo te doy tu guita”, lo ve marcar un número en su celular y lo escucha decir: “Sacame de la caja… no, no, no… no lo pongas como retiro, yo después repongo”. Un día escucha que lo llama su padre al teléfono celular y le dice que vaya urgente porque la madre se había resbalado en la bañera mientras se duchaba. Inmediatamente, él le pide el auto prestado para ir a ayudarla. Más tarde regresa diciéndole que tiene que acompañarla esa noche en la guardia de la clínica porque su padre no entiende de temas médicos. Arma un bolso con una muda de ropa y se va, por supuesto, con el auto prestado. Muy poco antes de terminar definitivamente la relación, la hija de Mariana vuelve del colegio a media mañana con una amigas y él desde la cama las escucha hablar y reírse en la cocina. Enojado, se levanta y a los gritos le reprocha: “Vos y tus mierdas, pendejos de mierda que no respetan nada, ¡no me respetan!”. Ese fue un punto de inflexión para ella, que se dijo a sí misma que era la última vez que permitía ese tipo de escenas en su casa y con sus hijos. Siempre hubo goteras en la relación, pero para cada una de ellas él parecía tener el tapón correcto, sabía cómo disimularlas y hacerlas menos visibles, él jugaba con el temor de Mariana a ser abandonada y sus sentimientos de culpa. Un vínculo ciertamente asimétrico se había formado entre ellos: por un lado había búsqueda de afecto; por el otro, abuso de poder y violencia psicológica. Un buen día, Mariana se entera de casualidad que en realidad el padre de este hombre cuyo supuesto nombre era Alfonso había muerto hacía casi dos años y que su madre vivía en Francia, donde trabajaba como artesana. La pareja se había terminado cuando él era todavía un niño. También tenía hermanos pero ninguno de ellos quería tener contacto con él. Cuando lo enfrenta diciéndole todo esto, él no niega nada, solo dice: “Patricia la mujer de mi padre me adora,

por eso me presta el Alfa Romeo con el que vine un par de veces, igual la hija, que me prestó el coche Peugeot azul del otro día. Todos a mí me adoran”. De a poco, ella comienza a atar cabos, es así que recuerda las veces que le pedía prestado el auto y ella le preguntaba cuándo le devolvían el suyo del taller, ¿por qué no se había ocupado de sacar un duplicado del documento de identidad que le habían robado?, ¿qué había pasado con la idea de viajar juntos a Uruguay y a Canadá a conocer a su hermano mayor? Ese hermano, ¿era real? Mariana ya no duda y le pide que se vaya de su casa, pero esta vez de un modo más imperativo, entonces él se va. A la semana, los llamados, e-mails, mensajes y pedidos de disculpas eran constantes. Y en lo que habrá pensado como el último intento, le dice que solo quiere hablar para darle un “cierre amigable” a la relación. Ella acepta y se encuentran un día de semana a tomar un café, allí él le plantea volver pero en una relación normal, sin vivir juntos porque ella era el amor de su vida y no quería perderla ni perder a sus hijos. Como única respuesta, Mariana le pide que le devuelva sus U$S 8.000. Al salir del lugar, la acompaña hasta el estacionamiento donde ella había dejado el auto con la excusa de que estaba muy oscuro. Le abre la puerta y logra meterse y sentarse en el asiento del acompañante. Ni bien entra le dice: “Vas a ver las minas que me estoy cogiendo” y le muestra fotos y filmaciones suyas con otras mujeres en la intimidad. Ella aparta el teléfono con la mano y sin querer lo tira; él se enfurece, destroza a golpes el vidrio delantero y la computadora del auto, inmediatamente, le da una trompada en el pecho que la deja sin aire. Luego la zamarrea de los pelos, agarra su celular y se va. Días después, por supuesto, llegan sus disculpas. Con la intención de prevenir a otras mujeres de posibles fraudes, Mariana hizo público el hecho en los medios. Pronto comenzaron a aparecer denuncias de quienes lo habían conocido y habían sido víctimas de sus manipulaciones. Los testimonios se reproducían con el correr de los días. Finalmente, se conocieron diez casos de mujeres que habían sido estafadas de algún modo por él, en distintas etapas, edades y lugares. Alfonso ante algunas se había presentado como un inversionista de la bolsa de valores; ante otras, como un dueño de haciendas de ganado llamado Alfonso Onasis French o Alfonso Gonzales Rizo Patrón, entre otros apellidos aristocráticos, de estatus. Se dieron a conocer supuestas víctimas pero jamás algún ex compañero de trabajo que asegure haberlo conocido como para que quede claro que alguna vez tuvo un empleo. Una mujer que ve su imagen en la televisión lo define como “el hombre que la estafó”. Se había presentado como Claudio Guevara Rizo Patrón cuando ella

respondió a un anuncio de alquiler de departamentos en la zona de Belgrano cuyas fotografías salieron publicadas en Internet. Se mantuvo en contacto por mail con este supuesto agente inmobiliario hasta llegar a un acuerdo por medio del cual él decide adelantarle el contrato de locación y desocupación de ambos inmuebles (el que ella dejaba y el nuevo que iría a alquilar). Finalmente, se reúnen en una oficina y ella le paga $9.000 en concepto de adelanto de depósito. Nunca más vuelve a contactarse con él. Ninguna lo conocía en realidad, todas contaban el mismo modus operandi. La predilección de acercarse a través de las redes sociales, su facilidad para las relaciones interpersonales (no solo las virtuales) y su huida con ahorros, bienes y esperanzas. Sin embargo, una de ellas fue la excepción. Contó que lo había conocido como Alejandro Francisco Ward Montes de Oca cuando manejaba un remise. Le había dicho que lo hacía porque se había peleado con su padre millonario, era la oveja negra de una familia pacata y pagaba de esa manera el rebelarse. Así logró empatía con ella, comenzaron a conocerse y con el tiempo afianzaron la relación. Había sido la única mujer con la que no hizo ostentación, por el contrario, se presentó ante ella como un hombre sin recursos, un rico venido a menos. Otras mujeres aseguraron haber tenido hijos con él y sufrido el abandono súbito. Una mujer con estudios universitarios y alto cargo jerárquico en una de las diez empresas más importantes del país contó que lo había conocido por Facebook y a los dos meses ya convivían. Ella había vendido su auto Alfa Romeo y con el dinero que le había quedado más sus ahorros iba a comprarse un pequeño departamento. Él le dice que no, que es mejor invertir en un negocio, e intenta venderle la patente de una marca extranjera. Ella no acepta y días después él desaparece de su vida. Una mujer que vive en el exterior se contacta con un periodista, asegura conocerlo y haber sido víctima de abuso sexual por parte de él. En su relato, cuenta con lujo de detalles cómo lo había conocido, sus palabras y sus actitudes violentas. También hombres denuncian haber sido sus víctimas y haberse enamorado, corriendo la misma suerte que las mujeres. Todas las víctimas eran personas de clase media y un pasar económico aceptable forjado a través del trabajo. Florencia Lisarez cuenta que convivió con él más de dos meses y que lo conoció como Bautista Valle Riestra Lynch. Un tiempo después de que se separaran entró a su casa con una copia de la llave que aún conservaba para robarle electrodomésticos y aparatos de tecnología, entre los que estaba la

consola de juegos de su hijo. También robó ropa y calzado de su hijo mayor. Al igual que a Mariana, le quedó debiendo una suma de dinero que le había prestado supuestamente para pagar la operación de su padre. Como nunca atendía sus llamados, ella solía escribirle mails o mensajes de texto pidiéndole que se la devolviera, pero él le decía que para eso tendría que viajar a otra provincia, al lugar donde él estaba instalado. Ella siguió insistiendo en que le hiciera una transferencia bancaria, pero no dudó en defenderse amenazándola con contar todos los secretos personales de ella y subir a la red videos suyos teniendo relaciones sexuales, y enviárselos también a su hijo y a su madre. Con algunas de las mujeres que conocía desaparecía a las pocas semanas. A una le robó el celular y $500 el día en que ella lo invitó a cenar a su casa. De la casa de otra con la que convivía, desapareció llevándose U$S40.000 que había encontrado escondidos mientras ella se duchaba, arriesgándose a ser sorprendido y demostrando su escasa reacción frente al peligro. Incluso uno de los dueños de una famosa discoteca llamó al noticiero del horario central de la televisión a dar fe de que se trataba de un estafador. Lo conocía desde hacía aproximadamente un año como inversor de la Bolsa, era uno de sus mejores clientes. En su mesa siempre había champagne suficiente como para invitar a todos los amigos que se hacía en ese mismo lugar, llegaba a pagar por noche hasta $5.000. Un día lo ve deprimido, al preguntarle qué le ocurre le cuenta que había discutido con su padre porque despidió a uno de sus más viejos capataces de la estancia sin indemnización ni aportes jubilatorios, su padre no soportó que se solidarizara con este anciano por tamaña injusticia y le bloqueó la extensión de la tarjeta de crédito, por eso esa noche prefería no ir a dormir a su casa. Él le ofrece ir a la suya y le presta $25.000. Jamás lo vuelve a ver hasta que su imagen aparece multiplicada en las pantallas de televisión. Alfonso se presentaba en los programas de espectáculos tergiversando y dando poca importancia a la diversidad de relatos que lo involucraban, sosteniendo una mentira tras otra, mentiras que se derribaban fácilmente con cada nueva víctima que lo reconocía y llamaba a los canales de televisión para contar su historia. Por su identidad falsa, carisma y excusas verosímiles, este hombre podía salirse con la suya, cuando se desvanecía era imposible denunciarlo ante la Justicia porque no había un nombre real para denunciar ni pruebas de sus delitos. Eran notorias sus “pararespuestas”, respuestas que no tenían nada que ver con la pregunta que se le hacía. Así conseguía desviar la atención y mantener el

control de la situación sin importar quién era el conductor del programa y dejando en claro, de un modo casi imperceptible, que quien dirigía era él. A cada una de las acusaciones él respondía: “Yo le preguntaría a ella, una mujer mayor, muy mayor, cómo metió a un desconocido a los veinte días de conocerlo a la casa donde vive con sus hijos”. Las culpables eran ellas y no él que hurtaba, falsificaba, estafaba, extorsionaba, las golpeaba y cometía fraude. Le preguntaban cómo era posible que siendo un hombre con rasgos fisonómicos tan desagradables hubiera conseguido enamorar y estafar tanto a hombres como a mujeres, él respondía: “No sé, la verdad que no sé”. La inteligencia de este hombre hizo que no se le hayan podido comprobar ninguno de estos delitos, esta capacidad a veces innata para el engaño y el fraude junto a diversas técnicas de camuflaje es lo que le permitió “cazar” a sus víctimas.

Análisis La pseudología fantástica, es decir la mentira compulsiva, reiterada e inevitable, parecieran no operar en la personalidad de Alfonso, aquí, la ficción basada en la mentira es una herramienta para obtener dinero sin el uso de violencia. Desde esta lógica nunca se pierden ni la coherencia ni el contacto con la realidad. El engaño aparece en el momento y lugar correctos, su anonimato le garantiza la impunidad a lo largo del tiempo. Más bien hablamos de un delincuente de cuello blanco, un tipo de delito que se caracteriza por el abuso de confianza derivado de personas que poseen o aparentan determinado estatus. Dada su complejidad e ingenio, los delitos de cuello blanco pueden ser identificados como aquellos que son cometidos por quienes poseen habilidades específicas, incluso cargos profesionales, e implican entre otros aspectos, el ataque a la economía y el abuso de confianza, por eso carecen en un principio de violencia, porque la han sustituido por una farsa. La estafa, el robo de identidad, el hurto, el desfalco, la falsificación y el fraude pueden ir acompañados de alguien que simula cierto estatus para bajar la guardia de sus víctimas. En este caso bastaron astucia, poder de persuasión, falta de vergüenza y encanto superficial. La intimidación y la violencia por parte del estafador aparecen una vez que alguien descubre sus verdaderas intenciones. Esto ocurre si se ven desbordados en su capacidad para el engaño. Sin embargo, no siempre es así, la ausencia de vergüenza y una elocuencia acompañada de la mímica y los gestos adecuados

sirven como apoyo para continuar deformando los hechos, aunque el discurso en sí mismo abunde en huecos, humo o, en el peor de los casos, inconsistencias. Al no tener conciencia moral, ni ética, ni mucho menos sentir culpa o remordimiento, tienen la libertad de apropiarse de lo que desean y de hacer su voluntad, sin importar cómo. Con estas armas logran dar vuelta las cosas a tal punto que la víctima termina por convencerse de que todo se trató de un malentendido. Y es que una vez que quien la manipula le coloca una venda en los ojos, difícilmente ella sola o alguien de su entorno pueda quitársela, y si en algún momento lo hace, él le hará saber lo que es el miedo. Por falsificación entendemos a falsas representaciones de algo, como por ejemplo obras de arte. Es el caso del eximio pintor alemán Wolfgang Beltracchi, considerado uno de los falsificadores de arte más talentosos y condenado a seis años de prisión por fraude profesional organizado. No fue falta de dinero lo que llevó a Beltracchi a falsificar obras de los grandes maestros de la pintura y firmar como ellos, sus obras se vendían bien y era reconocido como un destacado pintor de su país. Otro caso es el del norteamericano Bernard Madoff, sentenciado a 50 años de prisión, quien logró posicionar a su inversora Bernard Madoxx Investment Securities LLC como una de las más importantes de Wall Street y llegó a ejecutar un fraude que alcanzó los 50.000 millones de dólares solo y sin ayuda de cómplices. Su desfalco a inversores, entidades bancarias y trabajadores está considerado como el más grande de la historia, no solo por ese monto sino por su permanencia. Es el placer por el engaño, la inteligencia, la ambición y la impunidad lo que los lleva a la cima, y la ley junto a la sensación de omnipotencia lo que los lanza al vacío. Hay quienes subestiman el poder de las redes sociales y piensan que solo sirven para unir a las personas. La cantidad de perfiles de Facebook se ha igualado hace rato con la de los habitantes de un país. Una persona puede tomar una identidad ajena, armar falsos perfiles, crear vidas, espiar otras y saber, como si fuese una vidriera, cómo es alguien de acuerdo a lo que allí exhibe. Algunos toman a las redes sociales como una parte importante de sus vidas y se expresan en ellas, se unen con amigos perdidos en el tiempo y recobrados a partir de la virtualidad. Incluso muchos vencen la timidez del contacto cara a cara expresándose fácilmente en este mundo. La realidad para algunas personas es equivalente a la virtualidad, ciertos vínculos se superponen, otros se mejoran y a veces hasta se pierde la capacidad de interacción cara a cara. Perfiles afines se van encontrando y reuniendo a

través de grupos a los que se declara aprobación mediante un “Me gusta”. Así, las herramientas espontáneas de Facebook van permitiendo construir redes de conocidos virtuales unidos por gustos e intereses parecidos. Las fotografías o videos posteados van construyendo una identidad virtual, un prestigio social en un universo de apariencias. El robo o la usurpación de identidad no está penado por la ley en Argentina, pero en muchas ocasiones los delincuentes utilizan una identidad falsa para la comisión de otros delitos. Allí sí actúa la ley. Mientras tanto, alguien puede convertirse y presentarse como lo que no es, y de esta forma detectar y aprovechar las debilidades ajenas. Este es el caso de Alfonso, que utilizó la ingeniería social, esto es, un conjunto de técnicas psicológicas y habilidades sociales implementadas de forma consciente y muchas veces premeditada para la obtención de información de personas. En ingeniería social no existen límites en cuanto al tipo de información que se maneja y tampoco en la utilización posterior de los datos obtenidos. Aunque el origen del término tenga que ver únicamente con actividades que atañen a la obtención de información de tipo técnico, también puede ser llamado de este modo el trabajo que se hace para conseguir las preguntas de examen de un profesor o la clave de acceso de la caja fuerte de un banco. El acto de ingeniería social termina cuando se consigue la información buscada. Las acciones que se desprendan de esto, y que pueden facilitar o favorecer el conocimiento de alguien, no se consideran ingeniería social. Alfonso gracias a esta técnica accedió e invadió a las víctimas con su encanto personal, con el que, aunque les resultara sumamente extraño a quienes lo veían desde la TV, logró sustituir su falta de belleza física. A él las redes sociales lo proveían de información privilegiada. Era un príncipe de alcurnia y dinero que se mostraba como un hombre sencillo y accesible, con la sensibilidad suficiente como para exponer sus sentimientos y aceptar los del otro sin asustarse. Aseguraba estar en la búsqueda del compromiso y la seguridad afectiva al igual que las mujeres que iba cazando. No ahorraba en halagos, atenciones y consideraciones. De este modo, a diario, Mariana consolidaba con él una relación de dependencia emocional. Así logró salir del anonimato con una desconocida a través de simuladas coincidencias, entabló confianza con ella haciendo explícito su deseo de encontrar el amor, dar protección y agradable compañía, así como un hacker encuentra las vulnerabilidades de un sistema informático, él encontraba las de sus víctimas. Alfonso pudo describir con tanta exactitud al doctor Saúl (el abogado de su

hermano) y su lugar de trabajo porque había mirado videos subidos a YouTube en los cuales se le hacen entrevistas desde su estudio de abogados. Cuando Mariana se entera, lo llama para alertarlo o prevenirlo, pero él le contesta que no sabe quién es y que jamás lo había visto en su vida. La simulación pareciera estar siempre presente en sus relaciones y sus mentiras, al servicio de su inclinación al delito, en pro de un lucro económico para sí mismo y de la lesión emocional y psicológica de sus víctimas. Alfonso resultó ser un experto en ganarse la confianza de los demás con sutilezas, por eso la instancia de seducción duraba un lapso de tiempo muy corto y la convivencia llegaba rápidamente, incluso sorprendiendo a la mujer involucrada. Mariana, una mujer instruida, bonita e inteligente, estaba saliendo de un duelo y encontró en él lo mismo que sus otras víctimas. Todas cayeron en un hechizo, engañadas por su supuesta atracción, vieron la realidad distorsionada, tomando como un “proveedor de afecto” a quien en realidad estaba quitándoles sus cosas. Cuando lograba el acceso a sus casas, autos y bienes, mostraba sus verdaderas intenciones: apropiarse de sus ahorros y utilizar los autos para acceder a otros como si fueran suyos. No se anclaba en una relación y una nueva vida, sino que continuaba en el fraude económico y emocional para sostener una vida parasitaria que llevaba años y que hacía que lo evitara hasta su propia familia. Con Mariana, luego de la traición emocional, aplica la violencia a través de la denigración verbal: “Negra catinga, andá mirate al espejo”, “Quién sos vos para dudar de mí”. A la vez, busca provocarle caos y división con sus vínculos más afianzados. A todos, al final les dice: “Vos no me servís”, dejando a la vista su frialdad. En un congreso del Financial Services Roundtable, la mesa redonda de servicios financieros de los Estados Unidos destinada a fraudes financieros, se reportó que el fraude informático que más dinero roba no es el delito de phishing o robo de claves bancarias, sino el noviazgo virtual de hombres con mujeres extranjeras. Lo que se quiere decir aquí es que la inversión económica también está puesta en los sentimientos, gente buscando establecer un vínculo romántico virtual con alguien que ofrece seguridad y estabilidad amorosa, que está dispuesto a dar lo que necesita a quien el deseo y la esperanza de enamorarse vuelven vulnerable. Para este sujeto organizado y meticuloso resulta muy fácil acceder a una persona de estas características, mostrar su mejor cara y aparentar disposición para el romance desde lo virtual. Es desde allí que despliega todo su arsenal de historias o tristezas, para poder conectarse empáticamente con personas

dispuestas a ayudarlo, y así controlar la situación de un modo imperceptible. Las identidades falsas, las fotos robadas, son una verdadera máscara que esconde a estos sujetos. Alfonso tenía una buena excusa para no poner más fotos. Excusa que a la vez lo perfilaba ante algunas mujeres como un hombre precavido, que resguardaba a su familia, noble, valiente, desheredado y de estatus profesional y social. El común denominador fue el uso de múltiples identidades falsas en Facebook, divorciadas unas de otras, cuyos contactos o “amigos” no se conocían entre sí. Principalmente se apoyó en esta herramienta y en la ausencia de legislación respecto a la usurpación de identidad para cometer fraude, utilizando una red con bases sociales e identidad colectiva, amparado por el anonimato que ofrece el ciberespacio y la falta de leyes que estén al día con la variedad de delitos informáticos, delitos que, por su característica dinámica, avanzan indiscriminadamente. El apellido de abolengo representaba al príncipe azul que, aunque a veces venido a menos, todas estas mujeres estaban esperando, un príncipe que las había elegido para usarlas y exprimirlas sin que se dieran cuenta. Poco a poco, iba sesgando sus afectos y cercándolas dentro de una fortaleza a la que solo él tenía acceso. Mariana estaba rodeada de una familia numerosa, hijos y amigos que la querían, sin embargo, poco a poco se iban alejando porque notaban en él algo que no era transparente. Su extravagancia llamaba la atención de otros, pero a Mariana no, porque ya había depositado en él su confianza, la misma que la llevaba a sentirse responsable de rescatarlo de un robo de documento, de un inmerecido desprestigio, de un problema con su auto y de que la relación se consolide. En un principio, él cumplía con todas las expectativas que tenían sus víctimas con respecto a una pareja que prometía lealtad y fidelidad, de la cual daba sobradas muestras al principio, hasta que “de repente” la máscara de la cordura se caía, dando lugar a la violación de la confianza. El especialista canadiense en psicología criminal, doctor Robert Hare, describe al psicópata predelincuente como aquel que: “Nunca ingresa en la cárcel ni en ningún otro centro. Porque parece que funcionan razonablemente bien —son abogados, médicos, psiquiatras, mercenarios, oficiales de policía, líderes religiosos, militares, hombres de negocios, escritores, artistas y demás—, sin contravenir la ley o, al menos, sin que se les agarre. En realidad son tan egocéntricos, insensibles y manipuladores como el resto de los psicópatas; sin embargo, su inteligencia, su familia, sus habilidades sociales y sus circunstancias les

permiten construir una fachada de normalidad y obtener lo que desean con relativa impunidad. Algunos estudiosos los llaman “psicópatas con éxito”. Otros opinan que individuos de esa clase benefician a la sociedad. Según este argumento, debido a que son capaces de ignorar las normas sociales, los psicópatas inteligentes pueden trascender los límites del pensamiento convencional, aportando una chispa de creatividad a las artes, el teatro, el diseño y demás. Bajo mi punto de vista, por mucho que aporten, lo importante son los corazones rotos que dejan, las carreras que destrozan y la gente utilizada que queda en el camino, todo en nombre de su necesidad de “expresar su verdadero yo”. El doctor Robert Hare es el fundador del Grupo Darkstone, que ha promovido trabajos de investigación sobre psicopatía y psicología forense y creado la escala Hare Psychopathy Checklist Revised para el diagnóstico de la psicopatía. A partir de las investigaciones con dicha escala, Hare desarrolló otros instrumentos que son aptos para aplicar en jóvenes, en tareas de cribado, en ámbitos laborales y como autorreporte. Actualmente, es una de las escalas de valoración más precisas y aceptadas, y es considerada el estándar para el diagnóstico de psicopatía. Quienes entrenan para su uso deben contar con exhaustiva capacitación, experiencia y caudal de investigación con el PCL-R (Pshychopathy Check List – Revised). En Sudamérica, los únicos profesionales avalados por el doctor Hare para dar capacitaciones son la psicóloga y doctora chilena Elizabeth León Mayer y el profesor de psiquiatría argentino doctor Jorge O. Folino. Ambos hicieron las traducciones e investigaciones de confiabilidad, validez y normativización en Chile y Argentina y han difundido su uso en diversos países latinoamericanos. La utilización de estos instrumentos no incluye solamente entrevistas con el evaluado, sino también la consideración de múltiples fuentes de información. El diagnóstico debe ser realizado con sumo profesionalismo, habida cuenta de las complejidades que presenta, la trascendencia que tiene en la seguridad pública y los riesgos de uso desvirtuado que conlleva. En Alfonso se observan las características descriptas en el cuestionario de orientación sobre rasgos psicopáticos investigados por el psiquiatra argentino Hugo Marietan, diseñado para analizar los efectos y conductas de un presunto psicópata cotidiano, es decir, aquel con el que podríamos toparnos cualquiera de nosotros, al ser un método indirecto, no es una escala diagnóstica pero si aproximativa. A través de la conducta de Alfonso, hemos podido observar que las necesidades que busca satisfacer son distintas a las corrientes y que tiene una

concepción particular de la libertad y los límites. Él cree que todo es posible, incluso desde un principio construye una relación de dependencia con sus víctimas a través de lo virtual. Ha creado sus propios códigos y hasta cierto punto respeta la ley y las normas comunes, sin embargo prevalecen las propias, que, aunque disvaliosas, no dejan rastros o evidencias que puedan llevarlo a la cárcel. Como en el episodio del mozo, no tolera las frustraciones y los fracasos y se excede en los códigos de etiqueta, lo que demuestra en su maltrato hacia quien cometió un error al servirle su cena. Los reiterados pedidos de disculpas a quienes son sus parejas aparentan remordimiento, pero rápidamente vuelve a lo mismo, culpándolas a ellas de una posible ruptura. En sus patrones de conducta constantemente comete errores que lo dejan en evidencia, estos están al servicio de sus acciones negativas, a veces exteriorizadas, por ejemplo, en la manera en que intimida o amenaza a sus víctimas. Las conductas que ponen en riesgo su accionar delictivo están presentes en todo momento, incluso cuando se enfrenta a las cámaras de televisión y miente de manera evidente, dando muestras de este modo de su necesidad de estímulos intensos. Se aburre con facilidad de los vínculos con las mujeres que lo quieren bien porque sus emociones amorosas son superficiales y su proyecto a largo plazo pareciera ser el apego al delito. Tolera (y pareciera exponerse a ellas adrede) las situaciones de mucha tensión, como huir intempestivamente con el dinero de sus víctimas mientras ellas se bañan o engañarlas en sus propias narices, hasta llegar a construir un verdadero castillo de mentiras. Su sexualidad fue descripta como “convencional”. Su insensibilidad lo lleva a cosificar a las personas, incluso a sus propios hijos, por los que nunca más se preocupó, a quienes abandonó sin importar las consecuencias, como por ejemplo, lo que pudiesen sentir ellos por su indiferencia o el dolor espiritual que les causa a sus víctimas. Se cree superior a los demás y, en cierto modo, sabe que su habilidad para el engaño es una herramienta al servicio de su egoísmo. Las personas le resultan útiles mientras puedan entregarle voluntariamente su dinero, hasta que le dicen (o él dice) basta. Sus pretensiones con Mariana incluían también una mudanza a un lugar mejor y más grande a costa del desarraigo de los hijos de ella, incluso sacar del departamento alquilado a su amiga a cambio de mejores condiciones monetarias que él en principio ofrecía. Con el tiempo, llegó a distorsionar incluso la visión de Mariana hacia sus hijos, amigos y compañeros de trabajo. En efecto, creó una tensión entre ella y la actriz de la obra que producía, y con quien mantenía una cordial relación,

diciéndole que se había acostado con ella y acusándola de prostituta: “Ella vale más que vos”. Alfonso miente, seduce y manipula, y actúa ser un hombre decente venido a menos para conseguir lo que quiere. Usa la coerción física y psíquica para conseguir sus objetivos, en el estacionamiento, cuando acompaña a Mariana al auto en lo que sería una última vez, muestra qué otra cosa es capaz de hacer y la golpea brutalmente, luego sigue humillándola y desvalorizándola. El cuestionario de orientación de rasgos psicopáticos, de libre acceso en Internet, tiene un ítem para valorar si el psicópata echa de menos a su víctima. Un ejemplo es este último diálogo con Mariana, sostenido a través de mensajes de texto luego del escándalo mediático: —Rompiste todo tipo de código pero yo aún te amo. Fuiste lo más hermoso, la mejor mujer, nadie se igualó a vos, nunca. No importa lo que hiciste, yo te perdono, no merezco todo este escándalo, sé que te sirve por tu trabajo y el de tu hermano y cobran por ir a los programas de televisión a hablar de este tema, yo no lo hago porque te amo, mi amor por vos es más grande que esas monedas. Solo voy a limpiar mi nombre de todo esto. Ninguna de esas mujeres que salen ahora a hablar te llega a los talones como mujer, madre o amante. Solo quiero que sepas eso, nunca habrá nadie como vos, fuiste todo para mí. Amo a tus hijos como si fuesen mis hijos. Hagas lo que hagas el recuerdo que tengo de vos, es el mejor. —No puedo creer lo que hiciste, con mi dinero te compraste un traje para estar con una novia que salió a hablar y mostrar fotos tuyas en un casamiento mientras a mí me decías que estabas cuidando a tu madre en una guardia esa noche, lo hiciste con mis ahorros, con mi auto, la sacaste a comer con mi dinero y luego le robaste $10.000. —Jajaja, en esas fotos no salgo tan bien porque tengo el pelo muy corto como a vos te gustaba, pero me lo cortaron muy mal, jajajaja.

Fuentes Ferrer , Mercè M. H, Hackstory.es. La historia nunca contada del underground hacker en la Península Ibérica. Tomeo, Fernando. Redes sociales y tecnología 2.0. Editorial Astrea, 2014. Sitio de psicopatía: http://www.marietan.com.ar/ Hare, R. D., Without Conscience: The Disturbing World of the Psychopaths Among Us. New York, NY: Simon & Schuster (Pocket Books). Paperback published in 1995. Reissued in 1998 by Guilford Press, 1993.

Sutherland, Edwin H., El delito de cuello blanco. Ediciones La Piqueta, Madrid, 1999.

MOBBING Conducta abusiva y voluntaria de acoso moral hacia una persona en su lugar de trabajo por parte de sus compañeros que deriva en homicidio psicológico por goteo. Un grave factor de riesgo anímico para la víctima y económico para la empresa.

CONFORMISMO Y COSIFICACIÓN El perfil de la amenaza Puedo decir, en mi defensa, que a mí me criaron los lobos Carlos Silva, México. La sociedad y las empresas no caen aún en la cuenta del grave riesgo que implica tener al causante de este tipo de conducta dentro de sus organizaciones. El artículo 1 de la Ley 4330 de la Ciudad de Buenos Aires entiende por violencia laboral: “Las acciones y omisiones de personas o grupo de personas que, en ocasión del ámbito o relación laboral, en forma sistemática y recurrente, atenten contra la dignidad, integridad física, sexual, psicológica y/o social de un trabajador/a, mediante acoso sexual, abusos, abuso de poder, ataques, amenazas, intimidación, amedrentamiento, inequidad salarial, trato discriminatorio, maltrato físico, psicológico y/o social. Se considerará que la violencia laboral reviste especial gravedad cuando la víctima se encuentre en una situación de particular vulnerabilidad, por razón de su edad, estado de salud, inferioridad jerárquica, u otra condición análoga”. No nos referimos aquí al Síndrome del Quemado que se genera como consecuencia de un gran cúmulo de estrés provocado por la carga laboral, sino más bien a un tipo de violencia invisible con la que a veces se convive ocho horas los cinco días hábiles de la semana durante años y que ocasiona graves daños emocionales, físicos, psíquicos y espirituales. El mobbing, o acoso laboral en el lugar de trabajo, se da de distintas maneras: en forma descendente, cuando alguien de mayor jerarquía -por ejemplo un jefeacosa a un empleado; ascendente, cuando el jefe es acosado por uno o más empleados; horizontal, cuando entre compañeros acosan a uno de igual jerarquía, y mixto cuando la víctima es acosada por un jefe y además por sus compañeros. Para comprender la dinámica y consecuencias de esta conducta, es necesario

aclarar su naturaleza refiriéndonos a tres definiciones elaboradas por psiquiatras y psicoterapeutas especializados en el estudio del acoso moral o acoso psicológico. • Cualquier manifestación de una conducta abusiva y especialmente los comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, dignidad o integridad física o psíquica de un individuo o que pongan en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo. (Definición de la psiquiatra francesa Marie-France Hirigoyen). • Ensañamiento encadenado que busca mortificar, bloquear la comunicación, difamar, contaminar con falsos rumores que van satanizando a la víctima, quien por lo general es un trabajador que ama lo que hace, que se destaca profesionalmente y se caracteriza por ser ético, que por algún motivo ajeno a él desata los celos y la envidia de quien lo vive como una amenaza deseando aniquilarlo psicológicamente, verlo sufrir y eliminarlo de su organización. (Silvana Giachero, psicóloga especialista uruguaya en mobbing y bullying). • Es un continuado y deliberado maltrato moral y verbal que recibe un trabajador por parte de otros que se comportan con él cruelmente con el objetivo de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y obtener su salida de la organización o su sometimiento a través de diferentes procedimientos ilegales, ilícitos o ajenos a un trato respetuoso o humanitario y que atentan contra la dignidad del trabajador (Definición de Iñaqui Piñuel, psicólogo, ensayista y profesor de recursos humanos en la Universidad de Alcalá en España). Los especialistas logran trazar el perfil de la víctima y el caos al que es continuamente expuesta en su lugar de trabajo. No siempre la víctima es el problema ni tampoco existe un conflicto que pueda ser resuelto. Este tipo de acoso suele tener por finalidad provocar en el trabajador un estrés tan grande que termine por acorralarlo, y hacerlo como consecuencia sentir que verdaderamente no le queda más opción que renunciar. De este modo no hace más que agrandar las arcas del empleador, que se ahorra el dinero que debería pagar por su despido. Las conductas de maltrato laboral van por distintos cauces. Respecto al mobbing, en la mayoría de las ocasiones al trabajador elegido para ser acosado se le quita el trabajo por el que ha sido contratado, se lo anula o se le da otro de menor jerarquía, no por incapaz o porque haya cometido un error, al contrario,

podría estar pisando los talones de alguien que lo ve como futura competencia y entonces decide comenzar el proceso de maltrato insidioso. Otras veces, la víctima es alguien con gran capacidad y predisposición para el trabajo, es vista como un rival por sus compañeros, que necesitan complotarse para boicotearlo, desprestigiándolo o ridiculizándolo por sus virtudes. El maltrato puede ser sin un solo grito, pero con conductas que degradan la autoestima del empleado al punto de inducirlo a creer que es él quien está realmente haciendo las cosas mal. Como consecuencia surgen reales dificultades laborales debidas a su autopercepción herida, al miedo y la inseguridad que estas conductas de maltrato fueron sembrando de a poco en su personalidad. El psicópata corporativo es alguien con ese diagnóstico de personalidad, que no siempre es descubierto como tal porque es considerado productivo para la empresa y se mimetiza con el resto de los trabajadores, pero a su vez es quien puede ejercer este tipo de violencia durante mucho tiempo, sencillamente porque la disfruta. Además, su habilidad para la manipulación le permite incrementarla y sostenerla en el tiempo, influyendo en los demás y logrando de este modo que su víctima sea vista también por otros como un indeseable merecedor de desprecio. Puede esconderse detrás de una máscara dócil y seductora para victimizarse por actos que la verdadera víctima no ha cometido, mintiendo a sus espaldas y logrando que los otros la rechacen y que con el tiempo se lo manifiesten con confrontaciones, exclusiones del grupo o violencia verbal. También puede tratarse de una persona carismática y encantadora, especialmente permisiva con aquellos que se convierten en sus aliados y conforman el gang o pandilla de acoso. Su tendencia al aburrimiento y a veces su gran inteligencia (regularmente se trata de personal jerárquico de empresas) hace que encuentren un gran estímulo en el maltrato moral y su consecuencia más inmediata y visible: el sufrimiento. Su escasa profundidad afectiva les permite esa insensibilidad y falta de remordimiento. La irresponsabilidad y absoluta ausencia de culpa se evidencia cuando conocen las consecuencias, presencian el derrumbe psicológico y emocional del otro sin dar marcha atrás porque no sienten que sean responsables del caos que engendraron, más bien le atribuyen esa responsabilidad a la propia víctima, quien muy posiblemente permanezca en su puesto de trabajo por carecer de una alternativa, por falta de recursos o porque considere que está en una edad donde se le hará difícil reinsertarse en el mercado laboral. Es muy posible que para entonces su autoestima haya desaparecido y se asuma como responsable

único de su problema, hasta que un día su cuerpo diga basta. Las consecuencias para la víctima son graves, en ocasiones propias del estrés postraumático. Llegan hasta inhabilitarla para futuros puestos de trabajo, generarle trastornos físicos graves y en el peor de los casos hasta el suicidio. Además están las víctimas “invisibles”, que perciben u observan impotentes la violencia crónica latente en ese clima tóxico. Se trata de otros empleados que ven cómo su compañero está siendo acosado y no reaccionan por temor. Quien ejerce o lidera el mobbing posee una personalidad especial, como dijimos, ausente de remordimiento y vergüenza. Despliega su poder de un modo patológico, instalando la falta de empatía de los demás compañeros de trabajo hacia la persona acosada. Esta falta los hace en ocasiones hasta ser indiferentes frente al dolor por lo que está ocurriendo, simplemente porque no se ponen en el lugar de esta persona, no piensan qué les sucedería a ellos si estuvieran pasando por lo mismo. En otros casos este distanciamiento emocional se manifiesta en una cacería que escala en agresión, avivada por el magnetismo del psicópata de alto rango, que genera este tipo de violencia y disfruta con ella. El conformismo y la cosificación reinan en estos ambientes laborales (absolutamente tóxicos) y sacan a relucir la peor de las caras del ser humano. Por un lado, cuando es grupal, quienes están influenciados e inducidos por quien sería la mente activa del acoso no sienten que cumplen órdenes, no se reconocen como meros instrumentos de los deseos de otro, y por lo tanto no se sienten responsables de sus actos. La psicología habla de la cosificación para describir esta conducta y cómo se va formando el proceso de deshumanización de las personas. Por otra parte, la psicología social elabora la Teoría del Conformismo para explicar el modo en que se ejecutan estas acciones bajo las órdenes de alguien que las idea, y a veces quienes las llevan a cabo desvirtúan o no conocen el fin último por el cual están agrediendo a un inocente. Solo obedecen y toman decisiones basadas en el grupo o lo que perciben por jerarquía. Es decir, se conforman con su rol, y lo cumplen sin cuestionarlo. Existe una concepción errónea en la sociedad y las empresas respecto a la seriedad y peligro del mobbing. Posiblemente esto se deba a su naturaleza tergiversable, violenta, coercitiva y clandestina, pero sobre todo, insidiosa. El aspecto tergiversable de esta conducta a veces se ampara en que desde el punto de vista legal no siempre puede probarse el acoso. Los acosadores evitan dejar rastros y muchas veces los testigos son nada más y nada menos que ellos mismos, o compañeros del acosado que temen prestar testimonio porque luego deben volver a su puesto de trabajo y podrían ser las nuevas víctimas. Además,

quien recibe este tipo de violencia en un principio llega a distorsionarla y sentirla como merecida, por eso no la denuncia y es allí cuando vuelve a aparecer el conformismo. Lo que puede ayudarnos a comprender el fenómeno de mobbing mixto (de un jefe y empleados hacia otro empleado) es un experimento llevado a cabo dentro del área de la psicología social en el año 1963, luego de la Segunda Guerra Mundial. Fue dirigido por el psicólogo norteamericano Stanley Milgram, de ahí su nombre: “Experimento Milgram”. El doctor Milgram se propuso llevar adelante esta investigación para entender cómo y por qué los soldados habían cometido hechos aberrantes respetando las órdenes de una persona vestida con un uniforme que simbolizaba jerarquía. Lo que Milgram quería demostrar era que estas conductas desviadas que el mundo acababa de presenciar no eran tan inusuales. Para ello utilizó como denominador común un uniforme: el guardapolvo blanco, que en aquella época era sinónimo de respeto por parte de todos y representaba a los portavoces de la ciencia y custodios de la salud. Así, fue capaz de demostrar que ese emblema y una máquina de descarga eléctrica sumados a determinadas órdenes repetitivas, eran suficientes para convencer al 68% de las mil personas evaluadas en dos ciudades distintas de electrocutar a alguien si luego eran eximidas de la responsabilidad. Es nada más y nada menos que el resabio de nuestro pasado de primates manifestando su aceptación de una orden jerárquica, como todos los primates hacen aún hoy. Incluso nosotros, Homo sapiens, lo hacemos por ejemplo cuando le dejamos la cabecera de la mesa al representante o al miembro de la familia o grupo que consideramos de mayor jerarquía. Para llevar adelante su investigación, Milgram colocó un aviso donde se convocaba a voluntarios para un experimento sobre memoria. El anuncio pedía personas entre 20 y 50 años que fueran trabajadores de fábricas o empresas, peluqueros, hombres de negocios, empleados de comercio, profesionales, telefonistas, albañiles, vendedores, funcionarios de empresas y otros, pero excluía a alumnos universitarios y profesionales con altos estudios. Los interesados debían enviar sus datos al profesor Stanley Milgram del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale. El pago eran u$s4.50, que serían abonados apenas llegaran para la prueba. Las personas tenían la libertad de elegir en qué horario podían presentarse. Ni bien llegaban, eran recibidas por dos actores, uno de ellos, vestido con guardapolvo blanco, jugaba al rol de científico y el otro simulaba ser un

voluntario que se había presentado bajo las mismas condiciones que el resto. Los participantes escogían un papel de una caja donde aparentemente el azar les indicaría qué irían a hacer durante esa hora, pero en realidad todo estaba arreglado, el verdadero voluntario siempre era elegido para hacer preguntas a su compañero (el voluntario falso), que por cada error recibiría una descarga de electricidad en una especie de silla eléctrica a la que se lo ataba supuestamente para impedir el movimiento excesivo y ayudar a la concentración, además se lo untaba con una crema especial para evitarle quemaduras en la piel. A quien sería el interrogador le decían que la sesión sería grabada y que para este experimento sobre memoria era necesario que el interrogado recibiera estas descargas que, aunque dolorosas, no iban a traerle daños irreversibles. Al comienzo se recibía una descarga verdadera de 45 voltios como prueba, ese era el único botón que realmente funcionaba, pero esto era ignorado por el interrogador. A medida que se hacían las preguntas, el actor se iba equivocando y recibía 15 voltios más por cada error, que iban aumentando en intensidad hasta completar los 30 niveles de descarga del aparato, que llegaba a 450 voltios, según indicaban las perillas de la máquina. Si la respuesta era correcta, se pasaba a la pregunta siguiente. Quien respondía las preguntas simulaba no solo equivocarse y recibir voltios, sino sufrir fuertes dolores que lo hacían suplicar que el experimento pare. Cuando el verdadero experimentado, es decir el que comandaba el aparato, le preguntaba al científico si podía parar, él le respondía que “era esencial que continuara con el experimento”, hasta que incluso escuchaba del hombre en la silla los ruidos estertores propios de un estado de coma. Algunos de los participantes no dejaban de presionar el botón que supuestamente generaba la descarga y de aumentar el dolor, hasta reían nerviosamente. Los resultados evidenciaron que el 65% de los participantes llegaron a aplicar la descarga de 450 voltios falsos, aunque muchos se sintieron incómodos al hacerlo. Todos pararon en cierto punto y cuestionaron el experimento, algunos incluso dijeron que devolverían el dinero que les habían pagado. Ningún participante se negó rotundamente a aplicar más descargas antes de alcanzar los 300 voltios. Otros que se sintieron en algún punto identificados con el padecer del “aprendiz” de la silla decidieron no continuar con el experimento aún cuando se les decía que eran eximidos de cualquier responsabilidad legal, pero sorprendentemente se trataba de una abismal minoría. Las conclusiones de Stanley Milgram y los peligros de la obediencia fueron las siguientes:

“…… Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio”. Resulta increíble que en forma voluntaria un ser humano pueda llegar por obediencia a infligir dolor a otro, sin contemplar los daños, desde los principales a los colaterales, que pueden ir desde amenazas hasta injurias graves, maltrato físico, daño psíquico y moral e incluso instigación al suicidio. También el mobbing implica pérdidas económicas para la empresa por demandas judiciales o ausencias por enfermedad, bajas por medicina laboral en medio de la jornada, para evitar de este modo perder el presentismo, es decir que le sea descontado el día entero de trabajo de sus haberes, ausencias por estrés y accidentes de trabajo reales o simulados. Incluso a modo de reivindicación, la víctima podría elegir responder al acoso de un modo pasivo-agresivo, cometiendo delitos contra la propiedad de la empresa o bien delitos de cuello blanco, como el hurto o el espionaje corporativo mediante la venta de información a la competencia. Y, lo que es peor, por el perfil habitual de los acusados, lo que la compañía pierde con su renuncia es ni más ni menos que un empleado valioso. No considerar esta vulnerabilidad como factor de riesgo e investigar y desarrollar tácticas de prevención y detección para incluir en el manual de métodos y procedimientos de una empresa es una omisión criminológica que contribuye a la desmoralización de la víctima y pone a prueba su lealtad hacia su lugar de trabajo. Este tipo de conductas caracterizadas también porque son sostenidas en el tiempo, van disolviendo el vínculo de apego y confianza que podría existir entre el empleado y la empresa, vínculo que actúa como factor de protección psicológica del empleado hacia su empresa a través de la lealtad. El riesgo social se traduce en carreras profesionales detenidas, falta de oportunidades y ascensos dentro de una compañía de personal valioso. La falta de esclarecimiento de estos

hechos hace que el empleado no se sienta protegido por la empresa o institución y por lo tanto tienda a alejarse de ella. La oportunidad delictiva entonces aparece por la falta de control de la situación, no admitir la existencia de este peligro no minimiza el riesgo, tampoco oculta la ineficiencia en controlar la seguridad de la empresa, porque quien de verdad está manejando el clima y las relaciones personales allí es quien originó el caos. La ciencia y la tecnología han revolucionado las estrategias de trabajo y lograron afectar la productividad y competitividad de los empleados y las compañías. Nos referimos específicamente a aquellas conductas relacionadas con el cibercrimen, los delitos corporativos, el acoso sexual y el mobbing, porque, dadas sus características de globalidad y fácil acceso, Internet permite un control total del escenario y brinda la posibilidad de tergiversar lo que realmente está ocurriendo, lo cual les anexa otra característica: la sofisticación. La delincuencia ocupacional es aquella que sale desde la empresa y va contra ella. Se manifiesta en la forma de hostigamientos, injurias, hurto, fraudes, malversación de fondos, corrupción, venta de información confidencial, tráfico de influencias para continuar el hostigamiento. La víctima queda excluida de la posibilidad de acceder a otro lugar de trabajo, ya sea por faltas o malas referencias injustificadas. Conductas como la discriminación, el hurto, el daño moral y el psíquico se generan con el mobbing. Se dan por negligencia en el control y fallas en la prevención del riesgo, incluso el maltrato laboral puede ser un incentivo para cometer actividades ilícitas dentro de la empresa para compensar activamente el maltrato que se recibe allí. Estas actividades estarían motivadas por el instinto de supervivencia o reivindicación. En general, las consecuencias del mobbing son de gran alcance y trascienden las paredes del lugar donde efectivamente ocurre. Esto sucede por ejemplo cuando se da a conocer una situación de este estilo en la prensa, se viraliza en las redes sociales, en agencias de empleo o a través de comentarios que llegan a los clientes, la competencia o a potenciales empleados. La publicidad negativa afecta el prestigio y la reputación de una compañía, ocasiona un descenso de entusiasmo en los empleados, llegando a generar la precarización del rendimiento laboral. En un ambiente laboral infectado por esta modalidad, una vez que se garantiza tácitamente que alguien va a ser el depositario de la violencia, el resto se asegura cierta tranquilidad de no ser atacado, aunque esto sucederá más tarde o más temprano porque en ese ambiente se han destruido paulatinamente los vínculos o la conciencia grupal.

Cuando el mobbing se sostiene en el tiempo, no solo opera deteriorando el sentimiento de comunidad entre pares, sino que aniquila la autoestima de la víctima, trayéndole daños psíquicos graves que solo pueden ser explorados, detectados y medidos por psicólogos o psiquiatras especializados en la temática de acoso laboral. Es decir, que sepan detectar a tiempo que el problema no está en la persona afectada sino en el ambiente donde se desempeña. La concientización respecto al problema, sumada a las pautas para reconocerlo y erradicarlo, son el punto de partida de la prevención primaria.

Caso de mobbing ascendente El doctor Arce, un médico gerontólogo mendocino, recibe alertas de un grupo de enfermeros sobre un colega suyo que hace unos meses se incorporó al geriátrico que él dirige en Capital Federal, le dicen que lo han sorprendido varias veces manoseando a las ancianas mientras duermen. Arce cita en su oficina al doctor Zanga, su colega, y le cuenta que ha recibido esas quejas de sus compañeros, pero él niega que esto sea cierto. Su negativa y la tranquilidad que en todo momento mantiene lo lleva a dudar de si no se trataría de un complot de los enfermeros en contra suyo. Luego de tres semanas de la entrevista, Arce recibe la siguiente carta anónima que también había sido enviada a otro de los establecimientos de salud donde hacía guardias nocturnas dos veces por semana:

Carta al maldito y mal parido Arce Estimado Hijo de Mil Puta que te cansaste de cagarnos la vida en el puto geriátrico donde trabajamos y que tuvo la desgracia de tenerte como director y ahora sos sorete y simple médico de guardia. Porque no le contas a la boluda de tu mujer todas las trolas que te cogías en el geriátrico mientras que a todos nos tratabas como perros, si a todos nosotros, administrativos, enfermeros y demás. Contale a la cornuda de tu mujer que te cogías a Soraya una gorda grandota escamosa y llena de humos que encima pusiste como supervisora de enfermería sacando a nuestra compañera Florencia. Te cogías a Rosa, una vieja arruinada, separada, arrugada, carnes flojas y poseada y por sobre todas las cosas muy mala persona como vos, a la cual traías y llevabas en el auto y ella hacía lo mismo cuando el tuyo no funcionaba. Te cogías a una tal Marcia, desde la puerta escuchábamos los ruidos de jadeo con la mina como si fueras un potro encima y no te olvides como la besabas en el hall central del geriátrico presentándola como tu novia, la recordás, una colorada

desagradable hija de un familiar que vos mataste en el geriátrico, si escuchaste bien lo mataste y matastes a muchos viejos en el geriátrico. Les aplicas medicación en la vena y los matas, hay muchos compañeros como testigos y a ese respecto ya hay denuncias y los que te vimos vamos a testificar y no te va a salir nada bien. Y sabes porque no te va a salir bien porque nos enteramos que también los matabas en un geriátrico de Mendoza llamado San Orión donde te echaron como un perro. Por eso espera tranquilo cuando te llegue la citación judicial ya que muchos de los cadáveres que dejaste en tu camino fueron a autopsia obviamente que nosotros avisamos a los familiares y los mismos realizaron las presentaciones correspondientes en las fiscalías. Queremos ver la cara que pones cuando te cite el juez y te pregunte porque tenía droga letal en la sangre. Además de todo eso y muchas otras cosas más que averiguamos de vos y que ya te vas a enterar, se van a enterar todos y también en tus trabajos del hospital y el otro geriátrico de Pergamino. Vamos a ver qué escribís en tu facebook. Por eso lo mejor que podes hacer es matarte o si no querés ser tan dramático desaparece de los lugares donde frecuentabas como dice el tango. A muchos compañeros por tu culpa los echaron del geriátrico y de los que quedamos estamos cansados y podridos de que un corrupto, asesino de viejos inocentes y coge viejas arruinadas e hijas de mil puta como vos este trabajando. Hijo e mil puta te llegó y esta llegado el agua al cuello. Te gustó lo de los pasacalles que te plantamos, encima sos tan pelotudo que culpaste a otro pelotudo como vos, el Dr. Zanga, otro pelotudo pero no tan peligroso ni mafioso como vos, eso sí brillante como gerontólogo y muy envidiado por vos. Además sos tan cobarde que hablas de él y de todos por detrás y no te animas a enfrenarlo, o será que tenes miedo de que pongo dos tiros. Haber si te avivas un poco malnacido, cobarde, corrupto y asesino, si asesino, vos sí que sos asesino de ancianos y más asesino sos haciendo medicina ya que por lo que vimos no sabes un pito, sos un mediocre y medio pelo. Que entupido sos no te das cuenta que somos un grupo en el geriátrico que te queremos arruinar, y lo vamos a conseguir, boludo y así lo vamos a hacer, como vos arruinas todo lo que está a tu alcance, y como vas a arruinar a la entupida y recornuda de la mujer que tenes que encima debe creer que sos bueno y que sos un capo. Pero como dice el dicho el cornudo es el último en enterarse. Bueno a eso nosotros no nos importa, lo que nos importa realmente es que desaparezcas por completo del geriátrico, es decir totalmente, ni siquiera guardia de

ningún tipo, después iremos por tu amiga Rosa, la que te chupaba la pija en la habitación de médicos. Esto depende de vos y si no cumplís la cosa viene para largo, no te va a convenir que se enteren en otros lados de la calaña que sos. Por ahora nos conformamos que tu mujer se entere que sos un cogedor de viejas pero como te dijimos, el tema viene para largo y a vos mucho menos te va a convenir que en otras instituciones se enteren de lo asesino, mujeriego y chanta que sos. BORRATE DEFINITIVAMENTE Y DESAPAREC DEL GERIÁTRICO DE LA VIDA QUE A MUCHOS TODAVIA NOS DA DE COMER. Por siempre tus amigos Un pasacalles con el nombre de su esposa había sido colocado en la cuadra de la casa donde vivía con ella y sus pequeños hijos, decía: “Mariana Arce CORNUDA”, además, antes de esa nota, otras con el mismo tenor acusatorio ya habían sido enviadas al director general de un hospital donde Arce también trabajaba y a su ex jefe en la Clínica Orión de Mendoza. Quien escribe la nota habla de lascivia y envenenamiento y remarca con negritas, mayúsculas y caracteres más grandes a palabras que considera que podrían causar el mayor rechazo y sumergir en problemas profesionales y maritales al doctor Arce. Hemos respetado el texto, su redacción y errores, que podrían obedecer al nerviosismo, el intento por parte de su autor de simular que podría provenir de alguien con escaso nivel educativo o bien a la falta de recursos gramaticales debida al poco uso del idioma. Aquí la idea de Zanga (finalmente, el real autor de estas palabras) es destruir el prestigio y honor de su jefe con calumnias e injurias, para traerle graves problemas incluso antes de que él pudiera enterarse, además del miedo y el estrés que la situación le causa, como si un rayo de odio lo partiera en dos. Ninguno de los asesinatos de los que se lo acusaba eran ciertos, aunque Zanga se comunicó con los familiares de dos ancianos que fallecieron en el geriátrico, pero por motivos ajenos a las muertes de los ancianos, mucho tiempo antes de ser sorprendido por los enfermeros. Soraya y Rosa eran parte del grupo de enfermeros que habían visto cómo manoseaba a las ancianas y denunciado a Zanga ante Arce. En las cartas son acusadas de tener relaciones sexuales con Arce para lograr desestimar cualquier acusación por parte de ellas ante terceros, ya que supuestamente habían sido sus amantes, por lo tanto podrían acusar al “pobre Zanga” si Arce se los pidiera.

En el texto incriminatorio todos son culpables. Se utiliza la palabra “vieja” como insulto, palabra que traduce un desprecio profundo a las mujeres que supuestamente tienen relaciones escandalosas y extramaritales con el doctor Arce en una fantasía cargada de misoginia, todos según el texto son indignos, menos el propio doctor Zanga, que es presentado como una víctima por su honestidad y talento. Cuando Arce regresa, encuentra en el geriátrico a Zanga trabajando como si nada hubiese pasado, pero se entera que hacía un par de meses el responsable de las amenazas había diseminado chismes e injurias sobre él a los familiares de los ancianos cuando iban a visitarlos. Todo esto llega a oídos del dueño del geriátrico, que también había dudado de Arce al principio. Él cuenta que Zanga se había presentado como alguien que regresaba al país junto a su esposa y cinco hijos luego de ejercer la geriatría en Alemania, además de traer los últimos avances médicos de Europa, traía consigo un analítico universitario de 10, la máxima calificación, a la que se sumaba una brillante tesis doctoral. Con ayuda de un familiar que hablaba alemán, logró comunicarse con el director de una clínica de Hamburgo que figuraba en su currículum y enterarse que este doctor había sido descubierto en actos no consentidos de gerontofilia (sexo con ancianas) y que había intentado envenenar con un café al compañero que lo denunció, también se sospechó que hurtaba medicamentos porque estos dejaron de desaparecer cuando él fue despedido. Por supuesto que tenía prohibido ejercer la medicina en Alemania. El patrón de conducta volvía a repetirse, además de ser coincidente con un trastorno de psicopatía reflejado en: • El devaluar con insultos y sentirse superior: “malparido”, “Estimado Hijo de Mil Puta, “sorete”, “la boluda de tu mujer”, “una vieja arruinada, separada, arrugada, carnes flojas y poseada”, “sos simple médico de guardia”, “las trolas, gorda grandota escamosa, una colorada desagradable”, “sos un mediocre y medio pelo”, “la estúpida y recornuda de la mujer que tenés”. • Proyectar en otros: “maldito”, “vos mataste en el geriátrico”, “aplicás medicación en la vena” (en su caso envenenamiento), “muchos compañeros como testigos”, “ya hay denuncias”, “te echaron como un perro, un corrupto”, “te llegó y está llegando el agua al cuello”, “Dr. Zanga, muy envidiado por vos”, “hablás de él y de todos por detrás”, “asesino sos haciendo medicina, cogedor de viejas, chanta”. • Provocar miedo con un pasacalle, amenazas y cartas a varias instituciones: “lo mejor que podés hacer es matarte”, “será que tenés miedo de que (te) pongo

dos tiros”, “(lo que) nos importa realmente es que desaparezcas por completo del geriátrico”, “después iremos por tu amiga Rosa, si no cumplís la cosa viene para largo”. Este caso ilustra perfectamente la motivación básica del doctor Zanga: dominar y controlar el ambiente de sus trabajos desde el principio, en Argentina se observa que él se había iniciado en contra del Dr. Arce mucho antes de ser sorprendido y acusado por las enfermeras. Luego de abusarse de ancianas dormidas en Alemania, robar medicamentos y ser sorprendido en un intento de homicidio, no pudo seguir ejerciendo la carrera para la que se había preparado y tuvo que regresar a su país, Argentina. Pero el comienzo de una nueva vida no implicaba eliminar la perversión, la impulsividad y el maquiavelismo en su ámbito laboral, estas fueron conductas que continuaron incluso más allá de las consecuencias. El que las ancianas estuvieran dormidas le daba un plus de placer porque sentía tener el dominio de esos cuerpos, el poder sobre ellos, además, su adrenalina aumentaba frente a la posibilidad de ser sorprendido, como de hecho lo fue. Sin embargo, su estrategia previa había dado frutos: se había ocupado de difundir chismes denigrantes para desacreditar a cualquiera de las personas que podrían decir algo en su contra. Había desprestigiado a su jefe, y su habilidad para la manipulación y el engaño logró posicionarlo ante él como una víctima acusada injusta y cruelmente por sus compañeros. En un principio tuvo el control de la situación, hasta que, una vez más, perdió el control. Por supuesto Zanga desapareció sin dejar rastros.

Fuentes Forum Regional Mobbing, Conferencia “El Psicópata Corporativo, factores de riesgo y protección”. 18 de septiembre de 2015. Radisson Victoria Plaza, Montevideo, Uruguay. Marie France Hirigoyen: “El acoso moral en el Siglo XXI” en: Acoso Moral Laboral. Una amenaza silenciosa en la sociedad actual. Editorial psicolibros. Montevideo, mayo 2013; pág. 20. The penalties for violating regulations are severe and identifying and responding to incidents of fraud remain ongoing challenges for even the most sophisticated of companies. Skalak, Nestler and Bussmann. Noviembre 2005 (2). Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano.

https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram.