Literatura Infantil

Literatura Infantil Son todas aquellas producciones literarias orales y escritas compuestas para desarrollar la fantasía

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Literatura Infantil Son todas aquellas producciones literarias orales y escritas compuestas para desarrollar la fantasía, imaginación, creatividad, sensibilidad, conocimiento y adquisición de la lengua de infantil y primeros cursos de primaria. e entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro, El libro de la selva o Platero y yo). Podríamos definir entonces la literatura infantil (y juvenil) como aquella que también leen niños (y jóvenes).

En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al conjunto literatura infantil y juvenil. Historia La literatura infantil apareció como forma o género independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII y se ha desarrollado de forma espectacular en el siglo XX. Edad media y renacimiento. Inicios del libro y didactismo: En esta época eran pocos los adultos y niños que tenían acceso a los libros y la lectura. Leer era un privilegio. La cultura se hallaba recluida en palacios y monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso estaban marcados por un gran didactismo que pretendía inculcar buenas costumbres y creencias religiosas. Es de suponer que en esta época los niños oirían con gusto poesías, cuentos y cuentos tradicionales que no estaban, en principio, pensados para el público infantil. La influencia del mundo antiguo oriental dominó gran parte de la edad media. Ramón Llull (1232-1316) compuso el Libre de lesbesties, y, pensando en los niños, un Ars puerilis dedicado a la educación de la infancia. La invención de la imprenta puso en manos de los niños libros que hasta ese momento sólo se conocían por versiones orales. Uno de los primeros que se editó en España fue el Isopete historiado, en el año 1489. Se trataba de una traducción al castellano de las fábulas de Esopo, con grabados en madera. Numerosas cartillas y abecedarios debieron de imprimirse en esta época, así como adaptaciones de los libros sagrados, como el Antiguo Testamento para los niños, de HansHolbein (1549).

Siglos XVII y XVIII. Comienza la fantasía: El descubrimiento del mundo antiguo sacó a la luz numerosas fábulas de la Antigüedad, y junto a traducciones de Esopo, aparecieron nuevos creadores: en España, Sebastián Mey, Fabulario de cuentos antiguos y nuevos (1613), y en Francia Jean de la Fontaine, autor de las Fábulas (1688). En Alemania se edita en 1658 el Orbis Sensualium Pictus, del monje y pedagogo Comenio. Este libro en imágenes se considera revolucionario dentro de la literatura infantil. Se trata de un libro de concepción muy moderna que defiende la coeducación y el jardín de infancia. Charles Perrault (1628-1703) publicó en Francia sus Cuentos del pasado (1697). Estos cuentos, que subtitula Cuentos de mamá Oca, recogen relatos populares franceses y también la tradición de leyendas célticas y narraciones italianas. Piel de asno, Pulgarcito, El gato con botas, La Cenicienta y Caperucita Roja aparecen en esta obra y al final de cada uno añade una moraleja. Con estos cuentos maravillosos Perrault introdujo y consagró "el mundo de las hadas" en la literatura infantil. Pero las narraciones que realmente triunfaron en toda Europa fueron las de Las mil y una noches. En España, la primera revista infantil se publicó en 1798: La Gaceta de los Niños. En Inglaterra aparecieron dos libros de gran trascendencia: el Robinson Crusoe (1719) deDaniel Defoe (1679-1731) y Los viajes de Gulliver (1726),de Jonathan Swift (1667-1745). La intensa actividad intelectual del siglo XVIII benefició también al niño, ya que a partir de este momento, y gracias al pensador francés Jean-Jacques Rousseau, se dejó bien claro en su Emilio (1762) que la mente de un niño no es como la de un adulto en miniatura, sino que debe ser considerada según características propias. Siglo XIX. Descubrimiento del niño A comienzos del siglo XIX, el romanticismo y su exaltación del individuo favorecieron el auge de la fantasía. Numerosos autores buscaron en la literatura popular su fuente de inspiración y rastrearon en los lugares más remotos de sus respectivos países antiguas leyendas que recuperaron para los niños. Así surgieron a principios de este siglo grandes escritores que se convertirían con el paso de los años en clásicos de la literatura infantil. Jacob y Wilhelm Grimm, escribieron sus Cuentos para la infancia y el hogar (1812-1822), en los que aparecen personajes que se harían famosos en todo el mundo: Pulgarcito, Barba Azul, Blanca nieves… o Cenicienta y Caperucita, que ya se conocían en la versión de Perrault del siglo anterior. Hans Christian Andersen fue el gran continuador de la labor de los hermanos Grimm. Sus Cuentos para niños (1835) gozaron de un éxito impresionante, y no dejó, durante toda su vida, de publicar cuentos en los que conjugaba su

sensibilidad para tratar los sentimientos delos más variados personajes —La sirenita, El patito feo, El soldadito de plomo, La vendedora de fósforos y tantos otros— con la más alta calidad literaria. España se incorporó algo más tarde a esta corriente de literatura popular. Cecilia Böhlde Faber, más conocida por su seudónimo de Fernán Caballero (1796-1877), es una de las primeras personas que se preocupa por la literatura infantil en este país. Recogió el folclore infantil y leyendas y cuentos populares y los fue publicando en un periódico para niños. En1874 publicó la colección completa con el título Cuentos, oraciones, adivinanzas y refranes populares e infantiles. Alentado por Fernán Caballero, el padre Coloma (1851-1915) publicó la colección de cuentos para niños Lecturas recreativas (1884); entre ellos se encuentra el famoso Ratón Pérez, que se inspira en la leyenda popular. También escribió una novela histórica muy didáctica e idealizada, dirigida a los niños, Jeromín, sobre la infancia de don Juan de Austria y que supuso una manera nueva de contar la historia con fines claramente didácticos. En 1876 se creó la editorial de Saturnino Calleja, de fundamental trascendencia para la literatura infantil española. Calleja editó casi todo lo que se escribía para los niños en el mundo: son los famosos Cuentos de Calleja, en colores, con ilustraciones y a precios muy asequibles. Divulgó los cuentos de Las mil y una noches, Los viajes de Gulliver o Las aventuras de Robinson Crusoe, entre otros muchos libros famosos. Además contó con los mejores ilustradores y autores de la época, como Salvador Bartolozzi. La ávida respuesta de los niños a mitos y cuentos de hadas hizo suponer que sus mentes poseían una ilimitada capacidad de imaginación y que podían pasar sin ninguna dificultad de la realidad a la fantasía. Edward Lear, el iniciador del nonsense o literatura del absurdo, fue uno de los primeros autores en apreciarlo. Pero la suprema combinación de fantasía y humor la aportó Lewis Carrol en su Alicia en el país de las maravillas (1865). En los Estados Unidos Mark Twain (1835-1910) publicó Las aventuras de Tom Sawyer (1876), que narra las travesuras de un niño corriente, que se aleja mucho de la imagen de niño modelo que preconizaba la literatura infantil hasta este momento. Otro de los grandes protagonistas de la literatura infantil universal aparece también por esas fechas, Pinocho (1883), del escritor italiano Carlo Collodi (1826-1890), un muñeco de madera que termina convirtiéndose en un niño de carne y hueso, como símbolo de la evolución hacia la toma de conciencia por parte del niño. Siglo XX. Esplendor del libro infantil La literatura infantil adquirió, por fin, su autonomía en este siglo. La psicología del niño, sus intereses y sus vivencias son tenidas en cuenta por los escritores que elaboran mucho más sus personajes, les dotan de vida interior y les hacen crecer a lo largo de la obra.

En 1904, James M. Barrie publicó en Londres uno de los cuentos más famosos del mundo, Peter Pan. Algunos libros han significado un punto de referencia fundamental, tanto para los niños como para los adultos, como El principito (1943), de Antoine de SaintExupéry, el piloto francés que murió en acción durante la II Guerra Mundial y que supo crear un personaje fascinante y poético, así como Marcelino pan y vino (1952), del escritor español José María Sánchez Silva, un cuento de raíces religiosas y características muy españolas, que se tradujo a muchas lenguas. Escritores como Gianni Rodari, premio Andersen de 1970, autor de Cuentos por teléfono (1960) y La gramática de la fantasía (1973); Michael Ende, Momo (1973) y La historia interminable (1979), o Erich Kästner, El 35 de Mayo (1931), han revolucionado la literatura infantil con su creatividad y su fantasía. Literatura infantil en el siglo XX en España España se incorpora tarde al gran auge de la literatura infantil en este siglo. Es cierto que hay autores de prestigio que dedicaron algunas obras a los niños, como Valle-Inclán, con La cabeza del dragón; Jacinto Benavente, autor de El príncipe que todo lo aprendió en los libros, o Eduardo Marquina, que escribió La muñeca irrompible. Pero antes de la Guerra Civil española sólo tres nombres de prestigio destacaban en el panorama español: Salvador Bartolozzi, Elena Fortún y Antoniorrobles. Bartolozzi creó las famosas aventuras de Pinocho y Chapete y las de Pipo y Pipa. Aunque Pinocho toma el nombre del personaje italiano, tiene características propias que no coinciden con las de Collodi. El Pinocho de Bartolozzi es un muñeco idealista y aventurero que necesita un contrapunto, por lo que su autor crea otro personaje que le acompaña, el realista y enredador Chapete. Estos dos personajes se convirtieron en la lectura popular de los niños españoles e hispanoamericanos de los años treinta. Elena Fortún fue la autora que abrió las puertas de la realidad en la literatura infantil. En sus libros aparecían personajes y situaciones que los jóvenes lectores podían reconocer fácilmente en su vida cotidiana. Su forma de escribir amena y ágil, en la que no falta la ironía hacia el comportamiento de los adultos, logró crear un personaje, Celia, que sigue gozando del favor de los lectores de hoy. La Guerra Civil española (1936-39) truncó el camino iniciado por estos autores y hasta los años cuarenta no aparecieron nuevas plumas, como Borita Casas, que creó un personaje que se hizo famoso en su época, Antoñita la Fantástica; a través de esta niña de fuerte imaginación, la autora denuncia los defectos de la sociedad y los adultos de la época.

En la década de 1975 a 1985 se produjo en España el llamado boom de la literatura infantil y juvenil, en el curso del cual surgen los nombres más significativos de la actualidad: Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris (1978); Consuelo Armijo, creadora de unos personajes fantásticos, Los Batautos, Premio Lazarillo 1974, que representan el "nonsense" español; Joan Manuel Gisbert, uno de los autores de más prestigio en la actualidad, dedicado a la novela fantástica de ciencia ficción, autor de El misterio de la isla de Tokland, premio Lazarillo en 1980, un libro que no deja de reeditarse, o Escenarios fantásticos; Jordi Sierra i Fabra, un autor muy prolífico que ha escrito en todos los géneros —en la ciencia ficción destaca su trilogía "El ciclo de las Tierras"—y que en los últimos años se inclina hacia la novela realistacon una excelente novela, Noche de viernes (1994), o Juan Farias, una de las voces más personales y prestigiosas de la actual edición infantil, premio Nacional de Literatura Infantil en 1980 con Algunos niños, tres perros y más cosas. El mayor cuidado en la edición y un afán de llevar los libros a los lectores más jóvenes e incluso a los prelectores, originó también en la década de1980 un magnífico auge de la ilustración española, considerada como una de las mejores del mundo. Destacan entre otros los nombres de Miguel Calatayud, Alfonso Ruano, Carme Solé, Asun Balzola, Arcadio Lobato, Alicia Cañas o Javier Serrano.

Autores Según el Profesor LAPESA; es creación, arte, expresión mediante la palabra y recepción por parte de alguien, está deberá cumplir dos funciones básicas, cumplir un rol integrador y holístico y por otro lado debe ser selectiva. Juan Cervera (1984) coincide en que “Se integra todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica que interesen al niño. María Bortalussi (1985) la califica como “La obra artística destinada a un público infantil” “A toda producción que tienen como vehiculo la palabra con un toque artístico o creativo y como destinatario el niño” En WIKIPEDIA “Es la escrita dirigida a lectores no adultos, niños de cualquier edad, de prelectores a adolescente”. AGUIAR E SILVA la denominan como un concepto histórico o un conjunto de creaciones particularizadas impuesta por su origen. Según CERVERA existe un proceso de formación de la Literatura Infantil: 1. literatura ganada es donde se engloban todas aquellas producciones literarias que no fueron creadas para los infantes. 2. literatura creada para los pequeños, su titulo lo dice todo.

3. literatura Instrumentalizada son mas libros que literatura, en estas producciones predomina la intención didáctica sobre la Literatura, por lo tanto la creatividad es mínima por no decir nula, no siendo literatura así las llamen. Según GARAGALZA (1990) el ser humano posee dos formas de captar la realidad: una directa a través de los sentidos y otra indirecta que hace posible la representación en su conciencia de una realidad ausente por medio de signos y símbolos. La Educación Inicial tiene el papel fundamental de ofrecer las condiciones para formar al pequeño lector, facilitándole las herramientas básicas como las de reflexión, la comprensión, la interpretación y la problematización de su entorno, a través de los soportes como las revistas, carteles, periódicos, novelas, poesías entre otros. Roald Dahl Nació en Gran Bretaña en 1916 y murió en su país en 1990. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, en la que participó como piloto de combate, se dio a conocer en la literatura, tanto infantil como para adultos. Contribuyó en la primera adaptación cinematográfi ca de su célebre obra Charlie y la fábrica de chocolates.

Montserrat del Amo Nació en Madrid en 1927. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense. Escribe para niños desde hace más de cincuenta años, pero su obra no pierde vitalidad. Le gusta viajar por los cinco continentes.

Laura Devetach Nació en la provincia de Santa Fe, Argentina, en 1936. Es una de las precursoras de la literatura infantil en su país, si bien sus libros estuvieron prohibidos en tiempos de la dictadura. Ha publicado más de noventa títulos, algunos dirigidos al público adulto.

Michael Ende Nació en 1929, en Alemania. Sus obras han sido llevadas varias veces al cine y al teatro. Puede decirse que en sus libros se mezclan realidad y fantasía. Traducido a más de cuarenta idiomas, nunca se consideró a sí mismo un escritor exclusivamente para niños. Falleció en agosto de 1995.

María Gripe

Nació en Vaxholm, Suecia, muy cerca de Estocolmo, en 1923. Es una de las escritoras más prestigiosas de la literatura infantil y juvenil. En 1974 se le concedió el premio Hans Christian Andersen, el más importante del género. Su obra aborda temas realistas. Murió el 23 de abril de 2007.

Ana María Machado Nació en Río de Janeiro, Brasil, en 1941. Además de escritora, es periodista, pintora y profesora. En el año 2000 recibió el premio Hans Christian Andersen. Es una activa promotora de la lectura en su país. Desde 2003 ocupa la silla número 1 de la Academia Brasileña de Letras.

David McKee Nació en Inglaterra, en 1935. Es el autor y el ilustrador de sus libros. Se lo reconoce por un estilo sencillo en ilustración, pero lleno de signifi cado. A veces, en sus obras se pueden encontrar dos historias: una narrada con palabras, y otra contada solamente con imágenes.

Christine Nöstlinger Nació en Viena, Austria, en 1936. Era una niña malcriada, como ella misma admitió, hasta que decidió ser artista gráfica, profesión a la que se dedicó un tiempo. Su obra es de corte realista, y en ella llega a abordar temas difíciles, como la discriminación y el autoritarismo.

Joyce Carol Oates Nació en Estados Unidos en 1938. Es una de las escritoras más importantes y leídas del mundo. Escribe cuentos, novelas y obras de teatro. Imparte cátedra de escritura creativa en la Universidad de Princeton.

Gianni Rodari Nació en 1920, en el norte de Italia. Ejerció el ofi cio de periodista además de ser creador de ficción. Se lo considera el autor italiano de literatura juvenil más importante del siglo XX. En su obra se ocupaba de llamar la atención sobre varios problemas sociales, como la desigualdad.

Tony Ross

Nació en Londres en 1938. Ha trabajado como dibujante de historietas y diseñador gráfico. En 1976 publicó su primer libro, y no ha dejado de ilustrar. Es conocido en América sobre todo por sus ilustraciones de Pablo Diablo (Francesca Simon). Imparte clases de ilustración y goza de gran prestigio en Europa.

Jordi Sierra i Fabra Nació en Barcelona en 1947. Ha publicado más de cuatrocientos libros, principalmente para niños y jóvenes. Es una autoridad en cuanto a historia del rock se refiere. Escribe en español y catalán, pero sus obras pueden encontrarse en casi una treintena de lenguas.