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LIBRO DE MIQUEAS BIBLIA REINA VALERA 1960

El pecado del hombre, finalmente será perdonado por la misericordia de Dios MIQUEAS 1 – 2 AUTOR: MIQUEAS TEMA: MENSAJE DE CASTIGO Resumen: Miqueas, el profeta, se dirigió al pueblo de Dios para avisarles que desde su lugar santo, Él descendería para juzgarlos, debido a la rebelión de Judá e Israel; el arrasará con toda la tierra y acabará con sus ídolos falsos. El profeta enlista toda una serie de pecados que señala Dios a su pueblo, y denuncia a aquellos hombres que planean y ejecutan la maldad aprovechándose de su poder, a los que roban, a los que oprimen. Les anuncia un tiempo de desgracia de los cuales surgirán lamentos tardíos, y es que Dios se queja de que su pueblo se ha convertido en enemigo, y ha hecho maldades como maltratar a los más débiles, como las mujeres y los niños. Sin embargo, Dios vuelve a manifestarse clemente ante su pueblo y les promete que rescatará a unos cuantos y estará al frente de ellos. Propósito doctrinal: Dios es el dueño de la vida, de nuestros tiempos, de todo lo que nos rodea. Somos su posesión y al ser nuestro creador, tiene toda la autoridad para emitir juicio sobre su pueblo, sobre los gentiles, sobre los impíos, sobre quien Él quiera y considere. Por eso el Salmo 9:8 dice: Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud. Por otra parte, Dios es muy claro al ordenarle a su pueblo, en Levítico 19:4: No os volveréis a ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios. Esto evidentemente no fue atendido por su pueblo, y por eso fue un reclamo constante de el Creador hacia su gente. En esta porción del libro de Miqueas, Dios también hace ver que Él castigará porque se aprovecharon de los más desprotegidos, lo que remite al Salmo 10:14: Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano. Aplicación actual: La Palabra de Dios sigue siendo la norma de nuestras vidas, desde la antigüedad hasta ahora y para el futuro, así que los señalamientos que le hace Él a su pueblo siguen vigentes. Inclusive, pareciera que hay cada vez más tendencia a la idolatría por parte del mundo, así que aquello que les Página 1 de 4

anunció Dios en su tiempo, a través del profeta Miqueas, lo mismo aplica para el presente: debemos de predicar en contra de la idolatría y recordar el juicio de Dios. MIQUEAS 3 – 5 AUTOR: MIQUEAS TEMA: MENSAJE DE PROMESA Jehová se queja contra los principales de su pueblo, quienes actúan contra el bien de sus súbditos y dirigidos, y por ese pecado no serán escuchados sus ruegos cuando ellos se dirijan al Creador. Aunque no son solo los dirigentes, sino también los profetas quienes pecan de esa forma, porque aprovechándose de su posición profetizan palabra de engaño, lo cual les acarreará el desprecio de Dios. Pero ante esa situación que señala contra los profetas falsos, el mismo Miqueas hace ver que él tiene el Espíritu de Dios y por ello cuenta con la suficiente autoridad como para señalarles a Israel y a Judá sus múltiples injusticias. A las autoridades les hace ver que su abuso de autoridad civil y religiosa les haca cometer pecados como torcer el derecho, matar, cometer injusticias y son corruptos, en tanto que a los profetas y sacerdotes les acusa de cobrar por el servicio que supuestamente le ofrecen a Dios, además de engañar a la gente con una falsa palabra; todos ellos serán culpables de que el territorio que ocupa el pueblo de Dios vaya a ser arrasado. Sin embargo, el profeta también anuncia que en un futuro Dios establecerá su reino y hacia su trono acudirán no solo su pueblo, sino todas las naciones, quienes reconocerán la posición y la importancia del pueblo elegido. El juicio entonces será para todas las naciones, y Dios será quien ejecute el castigo, porque seguirá habiendo pueblos que continúen adorando a sus dioses; vendrá un tiempo en el que Dios rescatará a los más afligidos y enfermos, y les dará preminencia, aunque para eso también Israel tendrá que sufrir para después ser liberada y tomar un lugar preponderante entre todas las naciones, a quienes conquistará y las dedicará al Creador. Miqueas le hace ver también al pueblo de Dios que aunque tenga un tiempo de preocupación por el temor a ser conquistado, les hace la promesa de que tendrá a un protector y salvador en la persona de Jesucristo, quien les dará seguridad y se encargará de derrotar a sus conquistadores, pero esta bendición será solo para el remanente, que estará disperso entre las naciones. Por otra parte, les explica que de nada servirán las defensas que anteponga su pueblo para protegerse, porque Dios las destruirá, al igual que lo hará con sus dioses, tanto los que ha construido y levantado su propio pueblo, como los de las demás naciones. Propósito doctrinal: Desde el principio, Dios preparó a su hijo para rescatar al mundo pecador de una muerte eterna, segura, y esa es la esperanza de la humanidad y la promesa que Él ha cumplido, la cual se materializó tal cual se citó en profecías como la de Zacarías 9:9: Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

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Dios mismo es el salvador de su pueblo, ya lo había hecho desde que lo sacó de Egipto como una primera muestra de lo que podría hacer por su gente. Aplicación actual: Todos los pecados señalados por Miqueas en esta porción, hacen ver que la maldad que entonces existía, sigue manifestándose actualmente. Por ello vienen y vendrán castigos y juicios de parte de Dios y por ello la humanidad no se puede descuidar. Sin embargo, su promesa sigue vigente: Él nos ha enviado un salvador que el mundo debe aceptar para poder tener la certeza de alcanzar una vida eterna. Dios ya ha dado a lo largo de la historia múltiples manifestaciones del cumplimiento de su palabra, así que en nuestros días no puede haber excepción. MIQUEAS 6 – 7 AUTOR: MIQUEAS TEMA: MENSAJE DE PERDÓN Dios le pregunta a su pueblo que cuál ha sido su error por el que lo han dejado, por el cual ya no lo buscan, pero al no haber razón que lo explique, entonces tal actitud acarreará contienda contra su pueblo, que no ha entendido que lo único que quiere Dios es un cambio de conducta y entregarse a Dios, en lugar de ofrendas y holocaustos. Asimismo, sus diferentes pecados causaron que Él los hiriera y los humillara; por ello su pueblo no encontraría paz, tranquilidad ni satisfacción. Miqueas señala que Dios solo encontró pecado entre ellos; no hay justos ni hay alguien en quien confiar, pero él seguirá teniendo su mira puesto en Dios y confía en que sus oraciones serán escuchadas. A su alrededor seguirá habiendo pecadores que con sus obras provocarán que la ira de Dios se manifieste a través de la destrucción. Pero finalmente, el profeta confía en que Dios perdonará y rescatará a su pueblo, pero por su gran misericordia y porque cumple los pactos, no por las obras de sus hijos. Propósito doctrinal: Dios hace misericordia y perdona al hombre, aún con una multiplicidad de pecados, pero lo hace no tanto porque la humanidad lo merezca, sino porque lo hace por Él mismo, como dice Isaías 43:25: Yo, yo soy el que borra tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados. Cuando el hombre se arrepiente de sus pecados, Dios perdona y no le da lo que merece en realidad; Él es fiel y cuando su palabra dice que no se acordará de sus pecados, asegura que lo recibirá cuando ya no tenga vida física y solo tenga vida espiritual; es entonces cuando la eternidad deja de ser una esperanza y se convierte en una realidad para aquél que pidió perdón por sus pecados y se convirtió en el nombre de Jesús. Aplicación actual: El arrepentimiento genuino nos da la esperanza de la vida eterna, principalmente porque Dios así lo ha prometido, y no tanto porque lo merezcamos, sino porque Él no cambia y no puede fallar a Página 3 de 4

su promesa, porque no puede “traicionar” su propia naturaleza. Él va a cumplir más allá de lo que piense o haga el hombre. Ese cumplimiento de su palabra ya fue, es y seguirá siendo; sus promesas son para siempre y por ello debemos aprovechar que Él es fiel, aunque nuestro arrepentimiento debe ser sincero, lo que implica dejar el pecado constante, que es una característica de las personas que no han transformado su vida y la han entregado a Dios.

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