Lenin. El Estado y La Revolucion

Lenin:  El  Estado  y  la  Revolución   Lic.  Carlos  Alberto  Quiñones  Leyva   Materia:  Teoría  del  Estado   Módulo

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Lenin:  El  Estado  y  la  Revolución   Lic.  Carlos  Alberto  Quiñones  Leyva   Materia:  Teoría  del  Estado   Módulo  3:  Semana  11  

El  Estado  y  la  Revolución   •  Vladimir   Ílich   Uliánov   (Lenin)   [1870-­‐1924]   fue   un   revolucionario   ruso,   l í d e r   b o l c h e v i q u e ,   p o l í V c o   c o m u n i s t a ,   principal   dirigente   de   la   Revolución  de  Octubre  y   primer   dirigente   de   la   Unión  SoviéVca.  

El  Estado  y  la  revolución   •  Lenin comienza explicando el modo en que el Estado surge de las contradicciones de clase, es decir de las luchas de clases, para conciliarlas o someterlas en torno a los intereses de la clase dominante. Como vemos en el siguiente fragmento: […]   El   Estado   es   producto   y   manifestación   del   carácter   irreconciliable   de   las   contradicciones   de   clase.   El   Estado   surge   en   el   siVo,   en   el   momento   y   en   el   grado   en   que   las   contradicciones   de   clase   no   pueden,   objeVvamente,   conciliarse.   Y   viceversa:   la   existencia   del   Estado   demuestra   que  las  contradicciones  de  clase  son  irreconciliables.[…]    

El  Estado  y  la  Revolución   •  S i n e m b a r g o , l o s a u t o r e s b u r g u e s e s , argumentan que "el Estado es precisamente el que concilia las clases" •  Ahora bien, el hecho de querer conciliar las clases cuando objetivamente hay, en toda formación social bajo el modo de producción capitalista, un conflicto de intereses entre ellas, supone en sí mismo una toma de partido por la clase dominante y una consiguiente opresión de una clase por otra.

El  Estado  y  la  Revolución   Esta conciliación de las clases es la tarea   fundamental del Estado: conciliación de las clases, con la condición de su subordinación a los intereses de la clase dominante. el dominio de una clase sobre otra no tiene que entenderse necesariamente como el ejercicio de una violencia manifiesta, ni siquiera intencionada.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Según expone Lenin, el Estado surge de la sociedad, pero separado de ella, ejerciendo la fuerza sobre ella. Esa fuerza consiste principalmente en "destacamentos especiales de hombres armados, que disponen de cárceles y otros elementos". •  Los instrumentos principales por los que se ejerce esta fuerza son la policía y el ejército permanente. Por eso Lenin presenta aquí una primera alternativa comunista: la organización armada espontánea de la población.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Ello no es posible para el Estado burgués "porque la sociedad civilizada está dividida en clases enemigas y, además, irreconciliables, cuyo armamento 'espontáneo' conduciría a la lucha armada entre ellas". •  Esta realidad oculta sale a la luz cuando los acontecimientos revolucionarios revelan los enfrentamientos de clase, y vemos cómo cada clase se sirve de sus propios "destacamentos de hombres armados" para el servicio de sus intereses de clase.

El  Estado  y  la  Revolución     •  Lenin subraya que el Estado constituye el instrumento para la dominación de una clase sobre otra. La extinción del Estado o comunismo es un proceso en dos pasos. •  En primer lugar la toma, previsiblemente por la violencia (no por otra cosa sino porque se prevé que será contestada violentamente), por parte del proletariado de la maquinaria del Estado.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Ello conduce a la dictadura del proletariado o socialismo, un Estado que como tal ejerce una dominación de clase, sólo que en este caso una dominación en la que los que mandan son la masa del pueblo: por tanto, una "dictadura", pero paradójicamente, más democrática y además transitoria.

El  Estado  y  la  Revolución   •  La democracia burguesa se ejerce como una dictadura de la burguesía sobre el proletariado: […]Somos partidarios de la república democrática como la mejor forma de Estado para el proletariado en el capitalismo; pero no tenemos derecho a olvidar que la esclavitud asalariada es el destino del pueblo, incluso en la república burguesa más democrática.[…]

•  Por el contrario, la dictadura del proletariado, siendo dictadura de una clase, es no obstante la dictadura de la clase más numerosa sobre la menos numerosa.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Y es una "dictadura" transitoria porque pretendiendo la abolición de todas las clases, con ello el Estado, existente como fuerza coercitiva de una clase sobre otra, sencillamente se irá disolviendo. •  Ello es así por cuanto que una vez que el Estado se convierte en representante fiel de la propia sociedad (cuando sencillamente la reproduce, en vez de ser su ortopedia, de deformarla por la fuerza) es sencillamente superfluo.

El  Estado  y  la  Revolución   •  En resumen, dos fases para la desaparición del Estado y la implantación del comunismo: […]   La   susVtución   del   Estado   burgués   por   el   Estado   proletario   es   imposible   sin   una   revolución   violenta.   La   supresión   del   Estado   proletario,  es  decir,  la  supresión  de  todo  Estado,  sólo  es  posible   mediante  un  proceso  de  “exVnción”.  […]  

Ahora bien, ¿por qué tipo de organización hay que sustituir al Estado burgués en la primera fase del comunismo? En este sentido, Lenin recurre al análisis marxista de la experiencia de la Comuna de París.  

El  Estado  y  la  Revolución   •  En primer lugar, según extrae Lenin de los textos de Marx, sustituir esos "destacamentos de hombres armados" por el pueblo armado: "¡Y por cuanto la mayoría del pueblo es la que reprime por sí misma a sus opresores, no es ya necesaria una 'fuerza especial' de represión! •  En este sentido, el Estado comienza a extinguirse". En definitiva, el ejército popular sirve para evitar la existencia de un ejército del Estado por encima de la sociedad.

El  Estado  y  la  Revolución     •  Esto contribuye a la extinción del Estado en el sentido de que al identificarse el ejército con la sociedad sencillamente lo que hay es la sociedad armada y no el instrumento del Estado llamado ejército. •  En segundo lugar: […] la supresión de todos los gastos de representación, de todos los privilegios pecuniarios de los funcionarios, la reducción de los sueldos de todos los funcionarios públicos al nivel del "salario de un obrero“[…]

El  Estado  y  la  Revolución   •  E n t e r c e r l u g a r , l a d e s a p a r i c i ó n d e l parlamentarismo. •  Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el Parlamento: ésa es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, tanto en las monarquías constitucionales parlamentarias como en las repúblicas más democráticas.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Ahora bien, La salida del parlamentarismo no está, como es natural, en abolir las instituciones representativas y la elegibilidad, sino en transformar dichas instituciones de jaulas de cotorras en corporaciones "de trabajo". […] "La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo“[…]

•  Dice Lenin citando a Marx. Esencialmente, de lo que se trata es de que no puede haber profesionalización de la política: el parlamentarismo desaparece en cuanto es el proletariado el que se organiza autónomamente para hacerse cargo de la política.

El  Estado  y  la  Revolución     Dos fases del comunismo

•  Se ha hablado de dos fases del comunismo: Lenin las detalla como "primera fase de la sociedad comunista" (lo comúnmente llamado socialismo), y como "fase superior de la sociedad comunista" (lo comúnmente llamado, sin más, comunismo).

El  Estado  y  la  Revolución   •  La primera fase del comunismo es el Estado socialista como dictadura del proletariado. •  En esta fase, el Estado es propietario de los medios de producción, cada trabajador realiza su cantidad proporcional del trabajo social, y recibe en productos el mismo valor que entrega. Cuando los hombres no son iguales, el igualitarismo es la mayor injusticia que se puede cometer.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Este igualitarismo excluye las circunstancias individuales de los hombres: unos son más fuertes y resistentes y otros menos, unos tienen familias que mantener y otros no. En este Estado la explotación la ejerce el Estado "proletario" donde persisten diferencias injustas de riqueza: […] Marx señala el curso del desarrollo de la sociedad comunista, la cual se verá obligada a destruir primero solamente la "injusticia" que representa la usurpación de los medios de producción por individuos aislados, pero no estará en condiciones de suprimir de golpe también la otra injusticia, consistente en distribuir los artículos de consumo "según el trabajo" (y no según las necesidades)[…]

El  Estado  y  la  Revolución   •  La fase superior del comunismo es la extinción del Estado. El Estado ha de extinguirse necesariamente, pero también progresivamente, tras la dictadura del proletariado. •  El Estado constituye como ya hemos visto un aparato represivo, de dominio de una clase sobre otra. Hasta ahora, de la burguesía sobre el proletariado; tras la revolución proletaria, del proletariado sobre la burguesía.

El  Estado  y  la  Revolución   •  La función del Estado es poner un velo sobre esta realidad social, amortiguar las contradicciones de clase, cuya exacerbación destruiría el modo de producción capitalista y con él al Estado. •  Esta etapa superior del comunismo se caracteriza especialmente por la desaparición de la separación entre trabajo intelectual y trabajo manual. Así pues, no hay obreros especializados en este tipo de trabajo —de hecho, pueden rotar en su desempeño— y desaparecen estas jerarquías, al tiempo que queda establecido un salario igual para toda la población.

El  Estado  y  la  Revolución   •  Igualmente, postula Lenin que este comunismo convertirá el trabajo, de una obligación, en una necesidad vital, de modo que los hombres trabajarán voluntariamente. A esto se suma la provisión de artículos de consumo según las necesidades individuales. "Toda la sociedad será una sola oficina y una sola fábrica, con trabajo igual y salario igual“. •  Sobre este comunismo, Lenin escribe:

El  Estado  y  la  Revolución   […] Sólo en la sociedad comunista, cuando se haya roto ya definitivamente la resistencia de los capitalistas, cuando hayan desaparecido los capitalistas, cuando no haya clases (es decir, cuando no existan diferencias entre los miembros de la sociedad por su relación con los medios de producción sociales), sólo entonces "desaparecerá el Estado y podrá hablarse de libertad". Sólo entonces será posible y se hará realidad una democracia verdaderamente completa, verdaderamente sin ninguna restricción. Y sólo entonces comenzará a extinguirse la democracia, por la sencilla razón de que los hombres, libres de la esclavitud capitalista y comunista estatista, de los innumerables horrores, bestialidades, absurdos y vilezas de la explotación estatal, se habituarán poco a poco a observar las reglas elementales de convivencia (…) sin esa máquina especial de coerción que se llama Estado.[…]

El  Estado  y  la  Revolución   •  Bibliografía: •  Lenin, “El Estado y la Revolución”, Alianza Editorial, España, 2010, pp. 200.