Lectio Divina Jme 2021

Lectio Divina SEMANA DEL ARQUIDIOCESANA 7 AL 13 DE DE FEBRERO LA SALUD 2021 Lectio Divina UNO SOLO SOIS ES

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Lectio Divina SEMANA DEL

ARQUIDIOCESANA 7

AL

13

DE

DE

FEBRERO

LA

SALUD

2021

Lectio Divina UNO

SOLO SOIS

ES

VUESTRO

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FUNDAMENTO

XXIX

JORNADA

23,8). DEL

Y LA

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RELACIÓN

CUIDADO

MUNDIAL

DEL

VOSOTROS

DEL

DE

ENFERMO.

ENFERMO

SEMANA ARQUIDIOCESANA DE LA SALUD DEL 7 AL 13 DE FEBRERO 2021

Lectio Divina

XXIX JME - 2021

Primera edición enero 2021 Edición y Proyección: Brayan Fuentes. Julio León. Juan Rojas. Óscar Sánchez. Andrés Solano.

Dirigido por:

Pbro. José Manuel Rodríguez Pedrozo. Pbro. Edidson Johan Ardila Álvarez.

En este espacio de oración en el contexto de la XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO (JME 2021) y nuestra semana arquidiocesana de la salud, hemos elaborado este material para que escuches a Jesucristo, Palabra viva, por medio del ejercicio de la Lectio Divina ¿Estás listo para iniciar?

Seguro conoces la forma de realizar una Lectio Divina, o quizás no, por ello te propondremos un itinerario en 8 pasos los cuales harán que este encuentro con la Palabra sea provechoso en tu vida espiritual. Empezemos. Statio (preparación): La Palabra esperada. Te dispones y estás a la espera de la Palabra.

Contemplatio (Contemplación): La Palabra Encarnada. Adora a Dios en su Palabra y en las realidades concretas.

Lectio (Lectura): La Palabra Escuchada. Lee bien el texto, leer es escuchar con profundidad.

Discretio (Discernimiento): La Palabra Confrontada. Descubre la voluntad de Dios.

Meditatio (Meditación): La Palabra Comprendida. Aquí conoces el significado de la Palabra.

Collatio (Intercomunicación): La Palabra Compartida. No guardes nada para ti, comparte lo que el Señor te ha dicho.

Oratio (Oración): Mi palabra responde a la Palabra. Ora con el texto e inicia el diálogo con el Señor.

Actio (Acción): La Palabra en Acción. La Palabra se realiza, que los hechos hablen por ti.

XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

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La Palabra esperada ¿Qué debemos hacer para una adecuada disposición, con el fin de tener una lectura atenta y provechosa de la Palabra de Dios?: Te ofrecemos 5 pasos para una óptima disposición: Dirígete a un lugar destinado para la oración (puede ser el pequeño altar que muchas familias preparan en el hogar), o bien, prepara un lugar tranquilo y digno para el momento de oración que se va a realizar (sitúate en un lugar apartado del ruido. Busca una mesa, preferiblemente pequeña, un mantel para ponerlo encima de la mesa, uno o dos cirios o velas, -si las circunstancias los permiten- las cuales prenderas al iniciar la oración y apagarás al terminarla. Pon allí un crucifijo o una imagen de la santa Cruz y ubica a un lado la Sagrada Escritura.

Seguidamente, ten en cuenta a todos tus hermanos enfermos, y para ello, recuérdalos con un sencillo gesto de cercanía: ten cerca algunas imágenes de personas enfermas (ya sea por medio de tu celular, computadora, o por medio de imágenes impresas, o mediante recortes del periódico). Otra idea que sugerimos, es la posibilidad de que escribas, ya sea los nombres de aquellas personas, o describas en el papel la situación por la que pasan. Vale la pena resaltar, que, también puedes dibujar, si es lo que te ayuda a ponerte en oración y ofrecer ese momento. Lo importante es que recuerdes a tus familiares, amigos y conocidos enfermos. No olvides orar por todos los integrantes del personal de la salud, que día a día entrega su vida. Por último, piensa en tu enfermedad física y espiritual.

Antes de iniciar, es necesario que te coloques en una postura cómoda (aconsejamos que estés sentado, y en el momento en que se lea el Santo Evangelio, puedes ponerte en pie). Una vez ubicado, te recomendamos que relajes tu mente y cuerpo, de tal manera que puedas respirar profunda y lentamente. En ese ambiente adecuado, con los ojos cerrados, le pides a Dios que te haga notar su Adorable Presencia, para que así puedas experimentar su cercanía y descansar en ella.

Habiendo ofrecido tu oración, toma en tus manos la Sagrada Escritura, y siendo conocedor de la grandeza que tienes en tus manos, pídele al Espíritu Santo, los dones necesarios para que tu corazón se abra a la Palabra de Dios y de este modo, se transforme toda tu vida. Al terminar besa tu biblia, como signo de amor y respeto a la Palabra Revelada. (Ciertamente la música y el canto, pueden ayudar a elevar nuestro espíritu a Dios y encender nuestra piedad, por lo tanto, distribuye los momentos adecuados para la música)

Iniciamos la oración realizando la señal de la Cruz en nuestro cuerpo. Siendo consciente de la presencia del Padre Dios contigo, pasas a tener -en silenciounos momentos de gratitud y en ellos le das gracias por las bendiciones recibidas, grandes o pequeñas.

LECTIO DIVINA - SEMANA ARQUIDIOCESANA DE LA SALUD

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La Palabra escuchada En este momento de la lectura orante de la Palabra de Dios se puede leer y releer el texto, colocando de relieve sus elementos más importantes. Para ello, podemos seguir los siguientes ítems, esto con el objetivo de profundizar en el fragmento del Evangelio que se expone a continuación: ¡NO LO OLVIDES! Ten a la mano un lápiz, lapicero o resaltador, un cuaderno o libreta sobre tu escritorio o en el lugar que te encuentres.

Lee el texto pausada y detenidamente para que puedas descubrir el sentido mismo del mensaje: Lectura del Evangelio según San Mateo

23,1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a las multitudes y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

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La Palabra escuchada

Relee dos, tres o las veces que sean necesarias el texto y, si gustas, puedes buscar otras versiones de la Sagrada Escritura para que puedas tener otros sentidos interpretativos. Luego, resalta algunas palabras o frases que te pudieron haber llamado la atención, tales como personajes, verbos o cualquier sentencia que quizá tocó tu corazón. Puedes anotarlas en tu cuaderno o libreta de reflexiones personales, así podrás tener una mayor profundización en el mensaje evangélico.

Recuerda que un texto sin contexto es un pretexto, por tal motivo ¡Ten en cuenta!: Revisa si tu Biblia trae textos paralelos referentes al que acabas de leer, estos pueden estar ubicados a la parte izquierda o derecha de tu página, también en el pie de página o debajo del titulo que recibe este texto. Si no posees ningún paralelo puedes observar estos: (1) Lc 14,11 donde se hace referencia a Mt 23,12 de una manera idéntica sobre esta lógica del que será humillado y del que será ensalzado (2) Mt 15,1-20 y Mt 19,1-12 es confrontada con Mt 23,3 sobre la doctrina que recibieron de Moisés y que los escribas y fariseos transmitían con sus propias palabras. (3) La filacteria que aparece en Mt 23,5 es un pequeño estuche que contiene textos de la ley, (ver Ex 13,9; Dt 6,8; Nm 15,37). (4) La palabra Rabbí en Mt 23,7 es una palabra hebrea que tiene como significado “mi grande” se puede confrontar con Mc 9,5. Esta perícopa del Evangelio de San Mateo se presenta en los últimos días de Jesús previos a la entrega de su vida en la cruz. Jesús se encuentra en Jerusalén como se muestra desde el capítulo 21,1-11 de este mismo Evangelio, donde se narra su entrada triunfal, ante esto tu actitud debe ser de alabanza y de gozo al dejar entrar a Jesús a tu morada. Allí realiza algunos actos importantes, de los cuales se resalta la expulsión de los vendedores del Templo (21, 12), lo cuál te invita a que purifiques tu alma de todo aquello que no necesitas y así poder recibir dignamente al Señor en tu casa. Al contemplar en el capítulo previo a la narración del texto que acabas de leer se encuentra a Jesús realizando algunas acciones tales como: una exposición de la Parábola del banquete nupcial (22,1-14) [1], en su discusión con los fariseos indica como ofrecer el tributo debido al César (22,15-22) [2], atiende también una discusión sobre la resurrección con los saduceos (22,23-33) [3], expone el mandamiento primordial a los fariseos (22,34-40) [4] y para finalizar este capítulo Él mismo habla de como Cristo es hijo y Señor de David (22,41-46) .

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LECTIO DIVINA - SEMANA ARQUIDIOCESANA DE LA SALUD

La Palabra comprendida

El Espíritu Santo ilumina y abre nuestra mente y corazón para comprender y encarnar la Palabra proclamada. En esta ocasión, Jesús denuncia la hipocresía de los que predican, pero no aplican, es decir, cuando la vivencia de la fe se limita a palabras vacías sin ninguna incidencia en la realidad del prójimo por medio del testimonio de vida. La crítica del Maestro es necesaria porque nadie es inmune al mal de la hipocresía, el cual conlleva a la idolatría de nosotros mismos e impide la fraternidad. El mensaje para esta Jornada Mundial del Enfermo 2021 se inspira especialmente en Mt 23,8: «Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos». En este sentido, Jesús además de criticar la hipocresía, presenta un camino de perfección en la fe: La fraternidad. Es decir, la salida de nosotros mismos debe ser sincera y coherente, sobre todo en favor de los más vulnerables, venciendo todo tipo de indiferencia frente al sufrimiento del prójimo. Así pues, la experiencia de la enfermedad requiere de un proceder cristiano basado principalmente en una relación de confianza, cercanía y compasión por el enfermo. Es necesario aprender de Jesús a sanar desde el corazón con una relación directa y personal, cargada de empatía, escucha y solidaridad por la realidad de dolor que mi hermano está padeciendo. La realidad del enfermo refleja la vulnerabilidad de nuestra condición humana, haciendo más evidente la necesidad innata que tenemos de Dios y de los demás. Por otra parte, la enfermedad desde sus rostros concretos, es una oportunidad para hacer del servicio un camino de santidad que haga presente el reino de Dios en medio del mundo. Sin duda, la actual pandemia ha sacado a la luz la insuficiencia y múltiples desigualdades de los sistemas sanitarios, y ha puesto de relieve la generosidad e indispensable entrega del personal de la salud. No sobra resaltar que, ante la situación actual, como respuesta al sufrimiento humano está la Palabra de Dios que nos motiva a actuar con sincero corazón, creciendo en fraternidad, contemplando la enfermedad como un evento de salvación y sintiendo el impulso de trabajar con esmero por un camino de santidad, basado en el servicio y la entrega por los más vulnerables. Con el fin de aprovechar este espacio de meditación en torno a este pasaje evangélico, ya en el plano personal, es bueno detenerse en las expresiones de Jesús y confrontar la vida: ¿Qué me dice a mí este texto bíblico? ¿A qué me invita en el contexto de esta semana arquidiocesana de la salud? XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO 03

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Mi palabra responde a la Palabra

Oremos, hermanos, a Dios Todopoderoso que sane y reconforte a todos aquellos que padecen a causa de la enfermedad física y espiritual, diciendo:

R/.Cristo, consuelo de los afligidos, escúchanos. Tú que eres la redención de los pecadores, atrae con misericordia a todos aquellos que estando bajo las ataduras de la carne y perdónalos con tu infinita misericordia. Oremos. Tú que eres la Palabra de Dios, abre los oídos de aquellos que no han querido escuchar la Buena Nueva y sana la sordera física de quienes la padecen. Oremos. Tú que eres la voz del Padre, impulsa a los cristianos a ser la voz de quienes no tienen voz y repara a aquellos a quienes por la enfermedad han perdido la capacidad del habla. Oremos. Tú que eres la luz que iluminas el camino, guía a todos por las sendas de la salvación y dales la vista de quienes la han perdido. Oremos.

Tú que eres quien renueva nuestras fuerzas físicas y espirituales, reanima a los cristianos de la parálisis del relativismo y ayúdales a asumir el compromiso de su bautismo. Oremos. Tú que gobiernas las fuerzas de la naturaleza, aplaca las pestes que dañan al género humano y asiste a quienes sufren la inclemencia de estos duros tiempos. Oremos. Tú a quien los demonios obedecen, expulsa a los malos espíritus que nos aíslan de Dios y refuerza con la práctica de la caridad en nuestra vida de santidad. Oremos. Tú que eres la misma vida, acoge en tu seno a aquellos que han partido a tu encuentro y premia sus buenas acciones en su Santo Reino. Oremos.

Dios de amor y ternura tiende tu brazo a quienes sufren los padecimientos en el cuerpo y en el espíritu, fortaleciéndolos en la fe puedan caminar en la esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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LECTIO DIVINA - SEMANA ARQUIDIOCESANA DE LA SALUD

La Palabra encarnada La contemplación es el resultado de la meditación y la oración, sin embargo, puede resultar un poco confusa, porque se puede llegar a pensar que son simplemente sinónimos. Por consiguiente, la contemplación es adoración. Es una sencilla, pero directa alabanza, permeada por el silencio, en medio de la oración, que va dirigida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. En este paso simplemente, debemos contemplar, adorar, venerar, reflexionar, orar agradecidamente, sobre la acción salvadora de Dios en la creación, en la Iglesia, en la familia y en tu vida. Gracias Señor, por las instituciones militares, policiales, de bomberos y emergencias. Te pedimos que sigan reconociendo la valiosísima dignidad de toda persona, y en cada miembro de su pueblo, vean reflejado Cristo, nuestro Hermano, para que, todos unidos sigan velando por la vida y seguridad de su país.

Toma en una mano, un Crucifijo o la imagen de la Santa Cruz, y en la otra mano (o en tu mente), contempla al Señor en las realidades cotidianas.

Gracias Señor, por todas las personas que trabajan el campo, por su sacrificio, muchas veces no reconocido en todo su valor. Te pedimos que, todas sus tierras se vean beneficiadas por los buenos tiempos y los agricultores se sienta respaldados por leyes que los promuevan en todo su desarrollo humano integral, para que, todos los frutos de la tierra puedan ser aprovechados por todos los hombres y mujeres, y no solo por unos pocos.

Agradece a Dios su obra salvadora en la humanidad. Con estas u otras palabras puedes dirigirte al Señor, teniendo en cuanta el valor de estas personas en medio de esta pandemia: Gracias Señor, por la Iglesia y por todas sus vocaciones, donde a pesar de todo tiempo y lugar quiere seguir llevando tu mensaje de Salvación. Te pedimos que la sigas asistiendo, para que, sintiendo tu cercanía, pueda seguir obrando y predicando con la caridad y la misericordia.

Gracias Señor, por todo el personal de la salud, que día a día dona su vida por el bienestar de sus hermanos. Te pedimos que, todos sus sacrificios, cansancios y muchas veces horarios extendidos, se vean reconocidos, valorados y recompensados, para que, en este tiempo de pandemia experimenten la presencia del Señor en todos los pacientes y sigan avivando el amor de Dios en sus familias.

Gracias Señor, por los buenos gobernantes y por todas las decisiones políticas en favor de su pueblo. Así mismo, te pedimos por todos los políticos, para que, iluminados por tu Sabiduría, puedan experimentar el gozo de la conversión, y así poder luchar con coherencia y amor por los derechos humanos.

Ahora, descubre tu fragilidad ante el Señor, partiendo de tu enfermedad física y espiritual. Reflexiona sobre la atención misericordiosa del Señor Jesucristo, ante la Realidad de la enfermedad, y así como atendió y curó a la mujer que padecía flujo de sangre desde hacía cuarenta años; a la suegra de Pedro que estaba en cama y padecía fiebre; a Bartimeo que era ciego de nacimiento; también, atienda y sienta la enfermedad física y espiritual que padeces.

XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

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La Palabra confrontada La Palabra de Dios ha de distinguirse de la palabrería humana, pues es portadora de vida: salva, consuela, libera e impulsa a la acción. El Espíritu Santo nos ayuda a interpretar y a descubrir la voluntad de Dios en el texto que hemos leído. En este sentido, en el contexto de esta semana de la salud e iluminados por las expresiones de Jesús basta preguntarse ¿Qué es lo que Dios quiere de mí, aquí y ahora?, y particularmente, ¿cómo ayudar a los enfermos? A continuación, se presenta un decálogo de acciones que podemos hacer en favor de nuestros hermanos enfermos, según lo permitan las circunstancias.

La oración: Interceder orando por quienes sufren a causa de algún padecimiento. Este gesto de misericordia se convierte en un medio pastoral de acompañamiento en la fe.

Los cuidados necesarios: El servicio por tener un entorno sano y aseado, la dieta o alimentación requerida, el control en las medicinas, aseo personal.

Facilitar la vida sacramental y la actividad espiritual: En lo posible propiciar el tiempo para animar los espacios de oración y la participación en los sacramentos.

La compañía: Es necesario no dar cabida a la soledad, que puede llegar a generar depresión o inestabilidad emocional. Indispensable una relación de confianza.

La cercanía: Resulta ser un bálsamo de consuelo y fortaleza para el enfermo. Es la actitud compasiva del Buen Samaritano que toca la carne del malherido.

Momentos de esparcimiento: De acuerdo a la realidad destinar tiempo para el deporte, el juego, alguna actividad artística, la lectura, terapias, el diálogo, un paseo, etc.

La escucha: Esta capacidad de escuchar se perfecciona en toda la persona: se escucha desde la mirada, con un toque humano de afecto, poniendo a la otra persona en el centro de la conversación y entrando en total sintonía con sus expresiones y angustias.

Cuidado emocional: Favorecer la salud mental mediante actividades prácticas, propiciando el bienestar integral de la persona, el buen trato, la comprensión, la empatía, la compañía y demás cuidados.

La solidaridad fraterna: Se expresa de un modo concreto en el servicio al hermano, en la atención y cuidado que requiera para su promoción humana. Expresiones de ternura: Una mirada contemplativa de su realidad, una palabra de ánimo y motivación, una llamada telefónica o un mensaje de apoyo, una sonrisa, diálogo constante, una visita o un abrazo.

LECTIO DIVINA - SEMANA ARQUIDIOCESANA DE LA SALUD

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La Palabra compartida Es momento de compartir los frutos de la Lectio, paso muy importante, ya que se está evangelizando y trasmitiendo el mensaje que nos ha sido dado. Los cristianos, en el bautizo, están llamados a ser testigos del Evangelio, cuyo mensaje es siempre actual y es por esto que debemos adaptarnos a los nuevos medios de comunicación masivos que nos da la tecnología y compartir la Palabra en medio de la pandemia. Recuerda, además de compartir con quienes realices la Lectio, que puedes enviar a través de un mensaje o un estado en Facebook o WhatsApp que facilite la enseñanza. Te proponemos los siguientes, pero no te limites comparte tu experiencia de Jesús: "Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que se rebaja, será puesto en alto." Mt 23, 12. "Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado y la vida real se debilita." Papa Francisco. La experiencia de la enfermedad hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro. Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios. "Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza." Jr 17,14. "La enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales." (cf. Carta enc. Fratelli Tutti, 22). "Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores." Is 53, 4.

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La Palabra en acción El encuentro con la Palabra de Dios, viva y eficaz, nos impulsa a la acción y nos compromete con realidades concretas. Por tanto, en el contexto de esta Jornada Mundial del Enfermo (JME), puedes realizar este ABC por los enfermos y el personal de la salud, siempre y cuando esté dentro de tus posibilidades:

ABC POR LOS ENFERMOS Ora por aquella persona que pasa por momentos de crisis de salud física, psíquica y espiritual, utilizando las diferentes herramientas que se nos presentan, como el Santo Rosario, la Santa Misa, la Coronilla de la Misericordia, alguna Novena o tu oración personal diaria. Regala una llamada telefónica o escribe un mensaje dando una palabra de aliento, ya sea al enfermo o a la familia haciéndoles saber que le acompañas en esos momentos difíciles.. Brindar, si estás dentro de las posibilidades, una ayuda material en dinero o de alimentos o de tus conocimientos profesionales o de tu compañía.

ABC POR EL PERSONAL DE SALUD Ofrece la Santa Misa y tu oración personal del día por el personal de la salud. Regala una llamada a aquella persona que conoces que tiene largos turnos de atención a los enfermos, para que sienta que tú como paciente o como persona de esta sociedad que necesita del personal de salud le comprendes y valoras su trabajo. Aboga por los derechos que pueden estar siendo vulnerados o poco valorados por medio de las leyes del estado, para que aquel que sirve en vigilancia y entrega por el cuidado del enfermo se sienta acogido y tenga el bienestar necesario para poder entregar su vida al servicio de una comunidad que le necesita.

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«La cercanía, de hecho, es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad.» PAPA FRANCISO MENSAJE XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO