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METÁFORAS CORPÓREAS “El cuerpo dice lo que las palabras no pueden decir”. Graham, M.

2º Máster en Terapia Familiar Socioeducativa Autora: Laura López Garriga Tutora: Cristina Roig Escola Itinere. EDUVIC Curso: 2017-2018 [Nombre de la compañía]

METÁFORAS CORPÓREAS

ÍNDICE 1.

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INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 2 1.1

Justificación .................................................................................................... 2

1.2

Objetivos ........................................................................................................ 3

1.3

Metodología .................................................................................................... 3

CONCEPTUALIZACIÓN TEÓRICA ....................................................................... 4 2.1

Antecedentes teóricos comunes ..................................................................... 4

2.2

Principios fundamentales de las constelaciones familiares ............................. 8

2.3

Principios fundamentales de las esculturas familiares .................................. 10

CONCEPTUALIZACIÓN METODOLÓGICA ........................................................ 11 3.1

Constelaciones familiares ............................................................................. 11

3.2

Esculturas familiares..................................................................................... 18

3.3

Puntos en común y divergencias .................................................................. 24

4.

PAPEL DEL TERAPEUTA ................................................................................... 27

5.

CONCLUSIONES FINALES ................................................................................ 29

6.

BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 32

1

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1. INTRODUCCIÓN Este proyecto de investigación que lleva por título “Metáforas corpóreas” parte del análisis de las técnicas basadas en el psicodrama en las que se introduce la acción como base para la transformación del individuo a través de la totalidad de los modos comunicacionales, palabra y movimiento, tal y como explican López y Población (1997, p.29). Se podría hablar de las técnicas como la metodología de trabajo, es decir, como una serie de procedimientos que nos permiten alcanzar los objetivos propuestos en terapia. Es cierto que no existen mejores ni peores, ya que todas pueden llegar a ser válidas y eficaces en función de lo que queramos lograr. Asimismo, cabe destacar que la elección de unas u otras guardará una estrecha relación con el estilo del terapeuta puesto que cada uno tiene una forma de hacer y de abordar los casos, diferente y es eso lo que caracterizará la intervención terapéutica. Es por este motivo que será necesario conectar con nuestra verdadera esencia para saber cómo somos, cómo trabajamos, saber cuáles son nuestros puntos fuertes para potenciarlos, y por el contrario, saber lidiar con nuestros puntos débiles y así minimizar sus efectos. 1.1 Justificación Si analizo mi trayectoria personal veo que las técnicas que más me han resonado por mi forma de ser kinestésica y mi vinculación con el mundo de la danza y el teatro han sido justamente las activas, entendidas como aquellas que propician un proceso dinámico, no lineal, dirigido a proporcionar significados, metáforas e imágenes de las interrelaciones, en el espacio y tiempo, y que se basan en los presupuestos del aprendizaje por la experiencia del psicodrama de Moreno (Espina, 1997, p.1). Este tipo de técnicas lo que nos permiten es poder expresar todo aquello que la palabra no puede decir, esto es, la capacidad de encontrar nuevos caminos para comunicar desde la expresión corpórea todo aquello que llevamos dentro. Estas metáforas analógicas que se generan tienen el poder de transformar al propio cliente y por ende a todo su sistema familiar, estén o no presentes durante su realización. Supongo que esa filosofía es la que hizo que me encontrara hace ya un tiempo con las constelaciones familiares como una técnica que combina lo sistémico con lo fenomenológico y que aporta un espíritu mágico y único a lo que sucede en cada sesión. Es esa riqueza del psicodrama, de la representación y de la puesta en escena lo que más me ha llamado la atención después de asistir a distintos talleres de constelaciones. Sabía que quería investigar más sobre este tema pero no acababa de encontrar con qué otra técnica lo podía comparar ya que me parecía que tanto su marco teórico como su praxis eran únicos hasta que a razón de un ejercicio de terapia por chat que realizamos este segundo año descubrí las esculturas familiares. Fue entonces cuando profundicé en esta técnica que tuve la resonancia con las constelaciones así que me propuse a seguir investigando sobre este 2

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tema. Es por todos estos motivos que la presente investigación se enfocará en el estudio comparativo entre las esculturas familiares, reconocida técnica del psicodrama y empleada por multiplicidad de autores, y las constelaciones familiares de Bert Hellinger, con la finalidad última de recuperar estas técnicas activas como metodologías fundamentales para trabajar con las familias desde la perspectiva sistémica. 1.2 Objetivos El interés científico de este trabajo se basa justamente en poder aportar un nuevo enfoque a estas técnicas que surgirá del estudio comparativo entre ambas como dos técnicas activas imprescindibles para trabajar la reestructuración y el orden familiar. Para ello, los objetivos propuestos para esta investigación son: 

Analizar en profundidad las dos técnicas; desde las fundamentaciones teóricas en las que se basan hasta el desarrollo propiamente de las técnicas.



Comparar ambas técnicas para descubrir los puntos en común y los puntos de divergencia.



Reflexionar sobre el papel que juega el terapeuta.



Trascender las metodologías clásicas de aplicación para extender sus usos en terapia.

1.3 Metodología Este proyecto es básicamente teórico ya que se basa en la investigación de los fondos documentales recopilados y la revisión de la literatura existente alrededor de la temática seleccionada. Se enmarca en una dimensión comparativa puesto que la finalidad es relacionar ambas técnicas y así encontrar los puntos de convergencia y de divergencia. Para empezar, se ha hecho una revisión exhaustiva de los antecedentes teóricos en los que se fundamentan ambas técnicas con el objetivo de poder diseñar el marco teórico de la investigación. Al revisar el material bibliográfico relacionado con las esculturas familiares vimos que aun siendo una práctica muy utilizada existía poco fondo documental y por ello nos basamos principalmente en el libro escultura y otras técnicas psicodramáticas aplicadas en psicoterapia (1997) de López y Población, así como otros libros relacionados con el tema como por ejemplo Terapia familiar paso a paso (2002) de Satir o Terapia familiar. Un enfoque interaccional (1991) de Andolfi. Por otro lado, se revisaron los orígenes de las constelaciones familiares tomando a Bert Hellinger como el máximo representante y revisando su numerosa bibliografía al respecto: Reconocer lo que es. Conversaciones sobre implicaciones y desenlaces logrados (2000); El centro se distingue por su levedad. Conferencias e historias terapéuticas. (2003); Inteligencia transgeneracional: sanando las heridas del pasado: constelaciones familiares (2010); El intercambio. Didáctica de constelaciones familiares: (2014), entre otros artículos y libros 3

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de diversos autores que quedan recogidos en el apartado final de bibliografía. Una vez finalizada la conceptualización teórica, se investigó en relación a la metodología de aplicación, viendo cuál es la definición de las técnicas (qué), la finalidad (para qué), el proceso y las fases (cómo, cuándo, quiénes), así como las principales variaciones que se llevan a cabo para complementar el trabajo principal que enriquecen la acción. Para complementar toda la teoría he participado en distintos talleres de constelaciones, como representante y como cliente, y también he llevado a cabo las técnicas en contextos informales, con el objetivo de poder vivir y experimentar aquello que he investigado. Después de fundamentar tanto la parte teórica como práctica, ha sido importante poder extraer a modo de conclusión cuáles son las posibilidades y las limitaciones de estas dos técnicas. Llegar a inferir esta información me ha permitido tener una visión realista sobre la aplicación de las técnicas y así valorar en qué casos es recomendable y cómo hacerlo y en qué casos se tendrán que buscar otras alternativas. Asimismo, cabe destacar que la ambición de este proyecto era poder trascender las metodologías clásicas de aplicación, es decir, poderle dar otros usos a dichas metodologías para que puedan ser aplicables en multiplicidad de sesiones distintas de terapia, sin tener que seguir rigurosamente lo estipulado. En definitiva, la idea es poder coger la esencia de las técnicas para poder flexibilizarlas y adaptarlas en distintas situaciones. En ese sentido, también ha sido relevante el hecho de poder reflexionar sobre el rol que tiene el terapeuta, cómo se tiene que posicionar para guiar la metodología y a su vez dejar que sea la propia familia la que nos muestre su verdad y su perspectiva. Como futuros terapeutas creo que este apartado nos podrá enriquecer como profesionales ya que analizaremos las actitudes potenciales y limitantes en la praxis terapéutica. Finalmente, terminamos este proyecto de investigación recogiendo todas las conclusiones extraídas a partir del estudio y la comparación entre ambas técnicas. Llegados al final se evaluarán los objetivos propuestos para la investigación para ver si se han logrado. Además se harán algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de hacer una nueva investigación o de llevar las técnicas a cabo.

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CONCEPTUALIZACIÓN TEÓRICA “El hombre es cuerpo y el cuerpo es acción, hasta en la inamovilidad, la palabra y el silencio”, López y Población (1997, p.51).

2.1 Antecedentes teóricos comunes Tal y como avanzamos ya en la introducción del proyecto, tanto las esculturas como las constelaciones familiares son dos técnicas que tienen como antecedentes fundamentales el psicodrama de Moreno1 nacido en los años 30’. Este autor fue uno de

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Ver: Moreno, J.L. (1966) Psicoterapia de grupo y psicodrama. México: FCE.

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los pioneros en proponer la acción en el marco terapéutico con la intención de promover una comunicación total incluyendo tanto lo digital como lo analógico. Sabemos que según el estudio de la comunicación humana de Watzlawick,2 esta se fundamenta en dos aspectos básicos, por un lado la comunicación digital que tiene relación con el lenguaje verbal y el contenido del mensaje que transmite la información, y por el otro lado, la comunicación analógica que aporta información sobre la relación, sobre cómo entender el mensaje siendo así un metamensaje. Cabe destacar que según los estudios del psicólogo Mehrabian3 la estructura de la comunicación humana se divide entre el aporte verbal (7%) y el no verbal (93%), por lo tanto, lo que nos desvelan estos datos es la importancia de lo que no se dice justamente con palabras teniendo entonces que buscar, a través de otras metodologías, la expresión íntegra del ser humana. Es por ese motivo que las técnicas psicodramáticas hacen un aporte tan significativo en el ámbito terapéutico ya que le permiten a la persona poder expresarse más allá de la racionalización y la intelectualización de las conversaciones terapéuticas. Cabe destacar que no se trata únicamente de leer los mensajes analógicos como un correlato al discurso verbal calibrando así el lenguaje corporal y gestual sino que además se acepta la acción de un modo completo en el que es en ese mismo espacio donde se obtiene la información necesaria y en donde se puede instrumentalizar la intervención terapéutica promoviendo la catarsis y con ello, resolviendo el conflicto existente, tal y como explican López y Población (1997, p.29). Es entonces cuando entendemos que el sujeto no relata algo de sí mismo sino que todo su ser habla por él, no es solo la palabra pues es la persona entera la que nos está comunicando desde un estado de consciencia alterado o hipnoide diferente al vigil que se consigue a través del caldeamiento previo a la escenificación. Todo este proceso lo que permite es que la información se desvele tal y como es ya que en los procesos de dramatización se dificulta la ocultación, la manipulación, la deformación o las resistencias, de forma que se mantiene una mayor congruencia entre la palabra y la acción y permite llegar más fácilmente al inconsciente de la persona. También permite traducir las tensiones corporales defensivas que salen a la luz en emociones y palabras no expresadas hasta el momento. En ese sentido, podríamos hacer un paralelismo entre las técnicas activas y la comunicación metafórica puesto que la expresión de ideas no se hace mediante la palabra sino a través de la expresión corpórea. Son las imágenes que se crean las que permiten que las personas vayan teniendo distintos insight y puedan llegar a encontrar la solución al problema. Como la

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Ver: Watzlawick, P.; Beavin, J.H.; Jackson, D.D. (1986). Teoría de la Comunicación Humana. Barcelona: Herder. Ver: Mehrabian, A.; Susan, R. (1967). Inference and Attitudes from Nomverbal Communication in two Channels. The Journal of Consulting Phychology. Vol 31 (3), p. 248-252. Universidad de California, Los Angeles. 3

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metáfora se percibe a través del hemisferio derecho del cerebro, se sobrepasan las resistencias racionales que pudieran generar algunos mensajes como por ejemplo aquellos temas difíciles de abordar, o la información sobre las relaciones interpersonales, también destacándolo positivamente en el trabajo con los niños pues permite conectar con su mundo de fantasía. De este modo, las metáforas apelan directamente al inconsciente de la persona y permiten que el mensaje logre llegar al otro con mayor éxito. Otro de los conceptos importantes que nacen de esta corriente, y que tienen en cuenta tanto las esculturas como las constelaciones familiares, es el concepto de escena entendida como un “Entramado de roles en relación, con un desarrollo dinámico en el tiempo” (ídem, p.35). Esta definición tan breve y a la vez tan compleja toma en consideración distintos aspectos: 1) Los roles: entendidos como el papel que juega una persona en un contexto determinado, de forma que una misma persona puede desarrollar múltiples roles en función del entorno en el que se encuentre; 2) Relación: aquí se destaca la importancia del grupo y de las interacciones que se crean entre la persona y los otros. Aprendemos del otro, aprendemos por imitación con la neuronas espejo y también aprendemos junto con el otro en la relación, por lo tanto, no se podrá analizar al individuo de forma aislada sin tener en cuenta las redes vinculares de las que forma parte; 3) Desarrollo dinámico: en el psicodrama la acción es movimiento y permite que sea el sujeto el protagonista tomando un papel activo. Por ende, es la misma dinámica que se crea la que le permite a la persona construir una nueva narrativa que transforma la versión longitudinal por la tridimensional. 4) Tiempo; el momento en el que se trabaja es el aquí y el ahora. Está claro que las personas vienen con una historia que les ha marcado e influido y con unas expectativas puestas en el futuro, pero en el único tiempo que se puede incidir, vivir y trabajar es el presente. A raíz de todas estas observaciones es que los autores señalan el isomorfismo entre el concepto de escena y el de sistema de manera que lo unen en un mismo término “sistema-escena”4. La importancia de esto, es que más allá del vocablo que utilicemos, ya si estamos más próximos al psicodrama o a la sistémica, entenderemos que hablamos de un mismo modelo en el que el todo es más que la suma de las partes. Así que cuando trabajamos con los significados atribuidos por el individuo sobre su mundo subjetivo interno vemos como estos se vinculan con los entramados relacionales de sus sistemas de referencia. Es en este proceso que el grupo sigue siendo el protagonista puesto que no solo se transformará al final por las leyes circulares en las que si cambia el individuo (si cambia una parte) lo hará el todo, sino que el cambio es el resultante de 4

Ver: López, E. Población, P. (1997). La escultura y otras técnicas psicodramáticas aplicadas en psicoterapia. p.35-47. Barcelona, España: Editorial Paidós.

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la interacción entre los miembros del grupo en el momento de la acción. En consecuencia, se ve la necesidad de trabajar de forma sistémica para poder promover un cambio de segundo orden, ya que la idea no es hacer pequeñas modificaciones aparentes, sino generar una verdadera transformación del sistema. Es por estas resonancias entre ambos modelos que vemos que algunas de las técnicas propuestas por el psicodrama son utilizados en el marco de la terapia sistémica ya que los principios que las rigen son los mismos, nacidos de la Teoría General de Sistemas de Von Bertalanffy

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tales como la totalidad, la equifinidad, homeostasis-morfogénesis,

equipotencialidad, la causalidad circular y la retroalimentación. El foco está puesto en el estudio del grupo familiar de manera que se rehúsan las concepciones lineales y la individualización del síntoma habitualmente presentes en el discurso familiar. Uno de las corrientes más emblemáticas de la terapia familiar sistémica es el modelo estructural Minuchin6 que se basa en el conocimiento profundo del funcionamiento del sistema familiar y de los patrones interaccionales. Es por ese motivo que se analizan específicamente tres aspectos claves que son; los límites; entendidos como las reglas que definen las interacciones; las jerarquías y distribuciones de poder; y los alineamientos de unión u oposición. El objetivo de la terapia es el rediseño de la organización familiar

y para lograrlo se emplean distintas técnicas que permiten

establecer los límites claros entre los subsistemas como por ejemplo la fijación de fronteras que se lleva a cabo modificando o bien la duración de la interacción dentro de un sistema o bien modificando la distancia psicológica o afectiva entre los miembros. Es en esta segunda estrategia donde el terapeuta propone maniobras espaciales para que los miembros se den cuenta, desde la acción del cuerpo, de la necesidad de ordenar y de colocar a cada miembro en el lugar que le corresponde. Es por ese motivo que destacamos a esta corriente como antecesora a las esculturas y a las constelaciones familiares, ya que se empieza a observar y a tener en cuenta el cómo se colocan las familias en el espacio terapéutico y la posterior necesidad de reorganizar a los miembros para mejorar la funcionalidad. Llegados a este punto, hay que señalar que ambas técnicas, junto con todo el cuerpo de conocimiento y antecedentes teóricos que las fundamentan, están bajo el paradigma fenomenológico. Esta perspectiva que nace con la propuesta filosófica de Heidegger (1927), y que difiere del positivismo clásico, tiene cinco premisas básicas que nos permiten entender su proceder y conectarlo directamente con las técnicas que analizamos. Parafraseando a Castilla (2000, p. 29-31) 1) Los seres humanos tienen mundo: entendido como el conjunto de relaciones que se desarrollan en una cultura a 5 6

Ver: Bertalanffy, L. (1986). Teoría general de los sistemas, fundamentos, desarrollo y aplicaciones. México: FCE Ver: Minuchin, S.; Fishman, H.C. (1983). Técnicas de terapia familiar. Barcelona, España: Editorial Paidós.

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través del lenguaje. En este punto vemos que la realidad no es objetiva como tal sino que cada persona se genera su propio mapa distinto al territorio; 2)La persona es un ser que se mueve en el mundo a través de la actividad práctica, recalcando la necesidad de tomar parte activa en el mundo, es decir, ser los protagonistas de nuestra propia vida; 3) La persona es un ser autointerpretativo: expresarnos y actuar frente a las cosas que nos importan y nos mueven, ser capaces de generar nuevos significados; 4) La persona como corporalidad: de manera que no se puede desasociar cuerpo mente sino que la inteligencia corporal permite al individuo comunicarse e involucrarse en las situaciones; 5) La persona como un ser temporal; como ya hablamos anteriormente en el concepto de escena, el único tiempo para proceder es el presente. Cabe destacar que en la bibliografía de las esculturas no encontramos ninguna referencia sobre este paradigma, mas después de hacer este análisis, podemos ver que también estaría enmarcado bajo esta perspectiva de conocimiento cumpliendo todas las características anteriormente descritas. En cambio, en la literatura relacionada con las constelaciones familiares, el propio Hellinger nos habla en su bibliografía del proceder fenomenológico como la exposición y la apertura del constelador desde una confianza total hacia un contexto mayor que desconoce, entregándose a la acción. A lo largo del proceso, van saliendo a la luz los elementos esenciales que permiten poder comprender el significado y orientarse a la solución que nace en el aquí y en el ahora. 2.2 Principios fundamentales de las constelaciones familiares Si nos adentramos propiamente a los antecedentes teóricos que fundamentan las constelaciones familiares, más allá de los anteriormente descritos, vemos que el creador se nutrió de múltiples corrientes que le dan sentido a esta praxis. Cabe destacar que se ha generado toda una filosofía y un cuerpo teórico que justifica su aplicabilidad y más allá de una técnica, entendida como una metodología específica de trabajo, lo que defiende el propio autor es que un método de trabajo (Hellinger, 2000, p.87). Si analizamos las distintas corrientes de las que se nutre encontramos: 

Terapia intergeneracional: se basan en que existe una transmisión de generación en generación que pueden llegar a condicionar el desarrollo de una persona, así como futuras relaciones de pareja y familias, a causa de las vinculaciones en origen, y es por ese motivo que, aunque el foco en la terapia sea el presente, se valora la importancia de los acontecimientos del pasado. Si estudiamos concretamente los aportes de Boszormenyi-Nagi7 en la terapia contextual, vemos que las acciones que haga cada persona tendrán una repercusión para los otros miembros del sistema y esas consecuencias se transmiten de forma generacional.

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Ver: Boszormenyi-Nagy; Spark, G. (1994). Lealtades invisibles. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

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A partir de esta idea, vemos que el autor desarrolla el concepto de contabilización de méritos el cual lo que pretende es poner de manifiesto el sentido de justicia que tenemos como seres humanos de manera que si un miembro de la familia sacrifica intereses y posibilidades personales por otro o por el bien de la familia, se sentirá con el derecho de ser retribuido y reconocido por el sacrificio realizado, así que esperará que la generación beneficiaria le pague la deuda o en caso contrario, que sea la siguiente generación quien lo haga, parafraseando a Martí (2010, p.14-15). Este concepto se vincula estrechamente con los órdenes del amor y específicamente entre el equilibrio entre el dar y el tomar necesario para que fluya correctamente el amor entre los miembros del sistema. Otro concepto que desarrolla este autor es el de la lealtad familiar entendida como unos vínculos invisibles entre los distintos miembros que despiertan un sentimiento de solidaridad entre ellos y que los mantiene en harmonía entre las necesidades y expectativas del sistema. Esta lealtad apela al amor profundo que sienten los miembros entre ellos pues cada persona será capaz de someterse de forma inconsciente al legado familiar aunque seguir esa pauta le perjudique a nivel individual. 

Psicogenealogía: Se basa en el estudio del conocimiento que se va transmitiendo a través de las generaciones y, como en cada ser, quedan grabadas las vivencias de las generaciones que le precedieron. En ese sentido, vemos que lo que Jung8 denomina como inconsciente colectivo traspasa las barreras del sistema familiar ya que nos referimos a un acumulado de experiencia de lo humano que existe más allá de toda experiencia individual o familiar. Son los arquetipos los que a veces parecen determinar a una persona hacia su destino con las repeticiones de guiones que le van sucediendo. Podríamos hacer un paralelismo entre el inconsciente colectivo con lo que define Hellinger sobre el alma colectiva pues se refieren en esencia a lo mismo, un agregado de experiencias del cual todos formamos parte.



Campos morfogenéticos: Según las investigaciones de Sheldrake 9 se halló la existencia de unos campos que permiten la transmisión de información entre los miembros de una misma especie los cuales se vinculan más allá del espacio tiempo. Estos saltos cuánticos son los que permiten que las personas participantes en una constelación familiar obtengan la información de los miembros de la familia en origen sintiéndose como ellos, experimentando sus emociones, hasta sus síntomas físicos, aún sin conocerles. De alguna forma, las personas se sintonizarían inconscientemente con las resonancias morfológicas y ese proceder sería el que en la misma constelación desvelaría toda la información. Además,

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Ver: Jung, C. (2016). Obra completa. Vol 9/1. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Madrid: Trotta. Ver: Sheldrake, R. (1990). Presencia del pasado. Resonancia mórfica y hábitos de la naturaleza. Barcelona: Kairos.

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permitiría inferir todo el aprendizaje nacido de la constelación a todos los miembros afectados así que el sistema saldría fortalecida aun no estando presentes. 

Psicología transpersonal: Parte de la necesidad de trascender el sentido de uno mismo hacia una conciencia mayor, y sería lo que Hellinger denomina la gran alma. Este término es definido, no como el alma individual comúnmente entendido desde la religión, sino más bien como un alma común en la que todos participamos, los vivos y los muertos, en distintos contextos y niveles, desde el alma familiar hasta la gran alma colectiva. A pesar de que esta corriente psicológica tiene sus orígenes en las filosofías orientales fundamentadas en las experiencias espirituales y religiosas, este proceder, se da desde el individuo sincronizando con lo trascendental, más allá de cualquier creencia.



Esculturas familiares: La trayectoria formativa de Hellinger es muy amplia incluyéndose en ella el estudio del psicodrama de Moreno así como las esculturas familiares y otros métodos de reconstrucción familiar de Satir, tal y como explican Ortiz-tallo et al. (2014, p.20).

2.3 Principios fundamentales de las esculturas familiares En relación a las esculturas familiares, vemos que es una técnica anterior a las constelaciones y justamente esta fue uno de los referentes inspiradores para su nacimiento. Esta es una técnica que nace del psicodrama pero que ha sido nombrada como tal e incorporada en la terapia familiar principalmente por autores como Kantor y Dhul (1973) del Instituto de la Familia de Boston, y su desarrollo y extensión por Papp, Silverstein y Carter del Family Institut de Nueva York, y posteriormente por Andolfi, Walrond-Skinner, Onnis, entre otros autores, tal y como explican López y Población (1997, p.128). Asimismo, esta técnica se explica en el libro de Satir10 en el cual se destaca que fue dicha autora quien desarrollo la técnica de las esculturas y las posturas en 1965 y que a partir de ahí se fue extendiendo en gran medida. Cabe destacar que existen diferencias notorias entre lo que plantean los distintos autores pues mientras que algunos de ellos creen que es la familia quien tiene que ser la protagonista y por ende quien tiene que moldear y construir la escultura, autores como Satir, proponen una escultura más directiva teniendo el terapeuta un papel más activo en el que pueda ser él mismo quién construye la escultura desde su punto de vista en un momento de devolutiva y diagnóstico para ser posteriormente confirmado por los miembros de la familia. También hay otras diferencias respecto al propio término que se utiliza ya que por ejemplo Papp11 propuso el uso de coreografías en vez de esculturas con el fin de

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Ver: Satir, V. (2002). Terapia familiar paso a paso. México: Editorial Pax. Papp, P. (1976). Family choreografhy. En P. J. Guerin (Ed.) Family therapy: Theory and practice, p. 465-479. New York. Gardner Press. 11

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destacar el dinamismo de la acción y las transacciones relacionales entre los distintos miembros, o por ejemplo Satir habla de ballet en cuanto se introducen el movimiento y el cambios de posiciones (2002, p.242). Hay algunos autores que introducen además de las esculturas propiamente otras técnicas auxiliares que le proporcionarían una mayor intensidad a la escultura mientras que autores como Andolfi, Walrond-Skinner no pasan del simple uso de la escultura real y un comentario a posteriori. Más allá de las diferencias que se puedan dar entre autores, se destaca el aporte que ha hecho esta técnica dentro del ámbito de la terapia familiar, distinto al que se da en otros contextos de aplicación, puesto que en estos casos los yo auxiliares son parte del sistema constituido por el grupo natural. Es decir, que son los propios miembros de la familia quienes participan activamente en la acción de la escultura, de manera que no solamente el escultor se da cuenta sobre cuáles son las pautas vinculares entre los distintos miembros sino que son todos los miembros participantes implicados quienes pueden comprender la red relacional en la que viven, desde el punto de vista subjetivo de quien la esculpe. Es por este motivo que se ve la importancia de crear el espacio para que otros miembros del sistema puedan realizar su propia escultura y contrastar entre ellas los puntos comunes y las divergencias. En definitiva, cabe destacar que la técnica de las esculturas, desde su nacimiento en el psicodrama, ha sido muy utilizada en múltiples contextos y ha tenido una gran implicación en el desarrollo de la terapia familiar. Aun siendo una técnica muy popular, hay que mencionar que existe poco material bibliográfico al respecto y más allá de la bibliografía anteriormente destacada, se han encontrado pocos artículos que hicieran referencia sobre el tema. 3 CONCEPTUALIZACIÓN METODOLÓGICA 3.1 Constelaciones familiares El amor llena lo que el orden abarca. El uno es agua el otro es jarro. El orden recoge el amor fluye. Orden y amor se entrelazan en su actuar. Hellinger, B. (2003, p.89)

El término “constelación” es usado mismamente como una metáfora puesto que hace referencia, según la definición de la RAE12, al “conjunto de estrellas que, mediante trazos imaginarios, forman un dibujo que evoca una figura determinada”. Vemos que esta definición alude a lo que sucede realmente en una sesión de constelaciones familiares cuando las personas se posicionan en el contexto-escena creando la imagen de la estructura familiar. Sin embargo, cabe señalar que el término en alemán es “Familienaufstellung”, cuya traducción literal sería más bien colocación de la familia (Alonso, 2005, p.84). En cualquier caso, vemos que las constelaciones es una 12

Definición consultada en la Real Academia Española en la versión on-line. http://dle.rae.es/?id=ARGXWtp

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herramienta muy útil ya que visualmente saca a la luz los problemas existentes y de alguna forma nos muestra el camino para resolverlos. Este método terapéutico creado en los años 80’ por Bert Hellinger lo que busca es el restablecimiento del equilibrio familiar y de los órdenes del amor, que son los principios naturales que rigen y organizan el funcionamiento familiar. Estas leyes estarían por encima del sesgo cultural o religioso ya que son entendidas como verdades universales e inmutables que guían los sistemas familiares. Estos tres principios son: 

El derecho de pertenencia: todas las personas tenemos la necesidad de sentir que pertenecemos al grupo ya que esto satisface nuestros deseos y necesidades de afecto, búsqueda de la identidad, reconocimiento, amor, entre otras, pues somos seres sociables que nos nutrimos y aprendemos a través de la interacción con el otro. Es por este motivo que todos los miembro de la familia tienen el derecho de pertenecer a ella y no puede haber ningún miembro que reste excluido o ignorado, como por ejemplo podría pasar con las muertes repentinas, los abortos, las personas que han sido excluidas o despreciadas por el resto, etc. El hecho de que la familia sea un gran sistema y esté alineada con la conciencia superior, hace que ningún miembro pueda pasar desapercibido porque si esto sucediera, probablemente algún miembro de otras generaciones venideras lo incluiría, ya sea haciendo una repetición de su destino, padeciendo la misma enfermedad, actuando o pensando inconscientemente como aquél miembro, es decir, sucedería cualquier cosa para que el miembro excluido encontrara nuevamente su lugar en la familia. Por esta razón, se ve la importancia de incluir a todas las personas que forman parte del sistema con el fin de que cada uno pueda seguir su destino en coherencia con el colectivo.



El orden familiar: tiene relación con el tiempo que define quien ha venido antes y quien ha venido después, marcando así quienes son los mayores (padres) y quienes son los pequeños (hijos). Con esta idea, entendemos que desde la perspectiva individual, tienen prioridad los mayores sobre los que han venido después, es decir, los padres y la pareja tendrán prioridad sobre los hijos, aunque los hijos de un primer matrimonio tendrán prioridad respecto a una nueva pareja de una familia reconstituida. No obstante, a nivel de sistemas se invierte el orden así que los que se crean nuevos tendrán prioridad sobre los antiguos, por lo tanto, la familia nuclear que uno crea tendrá prioridad respecto a la familia de origen, siguiendo de alguna forma la necesidad humana de diferenciación. Cuando el orden está truncado, por ejemplo unos padres que se vuelcan en sus hijos y le dan toda la atención olvidándose como pareja, le otorgarán demasiada importancia al hijo y este se sentirá con la responsabilidad de hacerles feliz. O 12

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por ejemplo alguien que todavía esté muy vinculado a su familia de origen no podrá vincularse completamente hacia una nueva familia ya que su energía estará retenida en el otro sistema. Todos estos enredos no permitirán que el amor fluya correctamente y se irán dando otros desajuntes para mantener la homeostasis familiar. 

La compensación adecuada: este principio tiene relación con el anterior ya que en los flujos de dar y tomar entre dos generaciones, siempre es el mayor quién tiene que dar hacia los pequeños y estos reciben con gratitud de ellos. Luego, con el tiempo y las siguientes generaciones el orden se irá invirtiendo, así que cuando uno es hijo toma de sus padres y los venera mientras que cuando se convierte en adulto y padre, se encarga de dar a sus hijos. Las relaciones entre progenitores-progenie no son recíprocas ni simétricas, al contrario, cada uno se encuentra en una posición distinta, y por lo tanto, el equilibrio se reestablece no entre los subsistemas en cuestión, sino de manera general en el sistema familiar, cuando este dar y tomar, va fluyendo y se va intercambiando de generación en generación. Las relaciones entre iguales, por ejemplo en una pareja, sí tienen que ser equilibradas ya que si no, el que da necesitará ser recompensado y el que toma se sentirá con una deuda que no podrá devolver.

La transgresión de estos órdenes es lo que provocaría las afectaciones al sistema perjudicando a los miembros implicados así como también a las generaciones posteriores ya que los hechos impactantes tienen un efecto residual en todos los miembros de la familia y se perpetúa generación tras generación. Esto nos remite a la idea de contabilización de méritos de la terapia contextual en la que es justamente esa herencia sutil e inconsciente de obligaciones que fueron contraídas por familiares precedentes la que puede estar influyendo a otros miembros en el momento presente. Es por este motivo que en las constelaciones se trabaja para que salgan a la luz los enredos familiares con la finalidad de reestablecer el equilibrio del sistema y así permitiendo un nuevo fluir del amor. Este trabajo, tal y como define Solá (2009, p.30) “pretende que cada persona esté en consonancia con su destino y ocupe el lugar que le corresponde en los grupos con los cuales interactúa para que pueda desarrollar su proyecto de vida de una manera más armónica y sostenible”, para que finalmente el amor pueda fluir a lo largo del sistema y así alinearse con la consciencia colectiva. Las constelaciones familiares se suelen dar en talleres de un día o bien en seminarios de varios días en los que las personas asisten, sin conocerse previamente, movidos por el deseo de resolver algún problema personal. Es un método que está originariamente pensado para trabajar en grupo ya que son el resto de personas quienes constelan y permiten que el cliente pueda ver su situación en perspectiva, representada 13

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por otros. Ese trabajo en espejo le ayuda a conocer cómo es su realidad y el hecho de compartirlo genera nuevas sinergias en el grupo que permiten que el trabajo se vaya realizando por sí solo. En el procedimiento de las sesiones grupales, se empieza con la explicación del cliente sobre lo que quiere trabajar, es decir, la definición sobre cuál es el problema que quiere resolver. En esta breve explicación el constelador tendrá que descubrir dónde está la energía, definir y acotar bien el tema, y a partir de ahí, le hará una propuesta sobre qué o quién tiene que aparecer, en función del problema planteado y del objetivo de intervención. Después, le pedirá que elija de entre los participantes a las personas a representar, ya sean determinados miembros de la familia, conceptos, enfermedades, cosas… Entonces, el cliente se irá aproximando a los miembros del grupo y escogerá intuitivamente a aquellos que más le resuenen para cada papel, incluido uno para sí mismo, y los colocará en el espacio-escena exteriorizando así su propia imagen interna sobre el problema y las dinámicas familiares. Por consiguiente, el cliente tendrá un papel pasivo como observador externo de la escena durante el desarrollo de la acción. Después de crear esta primera imagen se dejará un tiempo para que la energía fluya y los representantes se puedan conectar con los miembros reales de la familia, recibiendo la información y expresándola de distintas formas: 1) Proxémica, con los movimientos de proximidad y distancia entre los distintos miembros; 2) Kinésica, relacionada con las sensaciones y sentimientos que reflejan sus rostros y en genérico su lenguaje corporal; 3) Paralingüística, que englobaría todas las señales que acompañan a la comunicación verbal. Este desarrollo es posible gracias a lo que anteriormente

explicamos

sobre

la

información

que

contienen

los

campos

morfogenéticos, de manera que las personas presentes en la acción son capaces de sentirse como las personas a las que representan incluso manifestando los mismos síntomas. A partir de ahí, el constelador les preguntará a cada miembro (soliloquio) cómo están, cómo se encuentran en la posición, qué sienten, y cada miembro deberá ir respondiendo desde el presente del aquí y del ahora, hablando sobre lo que sienten, tanto a nivel físico como emocional, pero sin entrar en racionalizaciones ni justificaciones ya que lo que importante es la espontaneidad que genera la acción, así pues, se le da mayor importancia a la información que nos llega intuitivamente a aquella procesada. Esta primera imagen le permitirá al constelador elaborar sus primeras hipótesis sobre la estructura familiar, y en una segunda fase, lo que hará es encontrar cuál es la causa del problema, siempre vinculada a un enredo familiar o con algún desorden de los anteriormente explicados. Para ello, restablecerá el equilibro paso a paso, e irá recolocando a algunos miembros y preguntando al resto sobre cómo se sienten respecto a los movimientos generados para así ir verificando o refutando las hipótesis que le 14

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permitirán orientar el trabajo hacia la resolución. En este procedimiento, se suelen utilizar las frases sanadoras, que según Solá (2009 p. 140) son definidas como “un recurso terapéutico que contribuyen al progreso de la solución […] captan la esencia y la síntesis de una verdad oculta, frases de auto-confrontación, y frases declarativas para ordenar lo desordenado”. También se pueden introducir frases paradójicas para que provoquen tal efecto que el cliente pueda aceptar finalmente la situación y con ella, las frases sanadoras que realmente necesita. Existen otros recursos que pueden ser utilizados como por ejemplo los personajes test los cuales entran a formar parte de la presentación con un personaje secreto para comprobar la implicación de un miembro en el problema que de otra forma podría ser bloqueado de forma consciente por el cliente; o los personajes conceptos que pueden referirse a síntomas, fobias, problemas, conceptos abstractos, y aportarían aquella información que el cliente no es capaz de sacar por él mismo. En el tercer momento obtendríamos la imagen final de la constelación después de haber colocado a cada miembro en el lugar más adecuado encontrando así el equilibrio del sistema. Para ello, normalmente se incorpora el cliente en la constelación, ocupando el lugar de su representante, y pudiendo así conectarse con la energía sanadora que emerge del orden del amor. Esta imagen solución libera la energía que estaba bloqueada y en consecuencia, permite la introducción de los cambios en el sistema. Esto será posible, por un lado porque la internalización de la imagen por parte del cliente le permitirá ampliar su perspectiva frente al problema presentado, así que según los principios sistémicos, si uno cambia se modificará todo el sistema. Por el otro lado, según la teoría de las constelaciones, cuando se resuelve el problema en una presentación, esta tiene el poder de transformar a todo el sistema gracias a los saltos cuánticos que se producen transgrediendo la concepción clásica del espacio-tiempo. Esta metodología descrita es la que habitualmente se sigue en las sesiones de constelaciones familiares, sin embargo, el propio Hellinger ha ido transformando el método hasta llegar a las constelaciones del espíritu que consisten en presentaciones mucho más abiertas en las que ya no se colocan a todos los miembros de la familia ni se hace una explicación del problema sino que de lo que se trata es que los representantes se abandonen al movimiento del espíritu. La dinámica que ocurre es similar pero ya no es trasladada al exterior, sino que se da en el interior de la persona. En la actualidad, también existen otras metodologías de intervención que parten de la perspectiva individual como serían el trabajo con muñecos, con anclajes o con visualizaciones que propone Colodrón 13 .Estas metodologías alternativas tienen un 13

Colodrón, M. (2010). Muñecos, metáforas y soluciones. Constelaciones familiares en sesión individual y otros usos terapéuticos. Bilbao, España: Desclée de Brouwer

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procedimiento similar al de las constelaciones grupales pero se substituyen por los muñecos o por los anclajes, que pueden ser trozos de papel de distintos colores que se colocan en el suelo y cada uno de ellos representará a un miembro. El hecho de que se haya propuesto un trabajo individual responde a la imposibilidad de asistir a un taller o bien por el bloqueo que puede tener la persona en relación a los miedos, las vergüenzas, la necesidad de evitar el contacto o ser discreto, entre otras. También es posible que se use este método en el marco de una terapia individual o dentro de un servicio especializado ya que por las características del contexto solo se dispondría de un único miembro con el cual trabajar. Existen similitudes y diferencias en este tipo de trabajo que pueden ser ventajas o inconvenientes dependiendo de cada caso. El hecho de que sea un trabajo individual permite que se pueda ajustar mejor a las necesidades del cliente ya sea por el tiempo dedicado en cada constelación, o por el establecimiento de un plan de trabajo para ir desarrollándolo a largo plazo con los distintos temas susceptibles a constelar. Cabe destacar que en este tipo de presentaciones solo se cuenta con la energía del constelador y del cliente así que se tendrá que tener especial cuidado con la manipulación y la interpretación que se pueden dar, ya que al no estar presente la fuerza del grupo y, que los muñecos no hablan, podrían entrar en interferencia las expectativas del cliente y/o del terapeuta inhibiendo los verdaderos movimientos del alma. En estas presentaciones no existen los movimientos espontáneos de los representantes sino que la información se va a ir manifestando y el constelador tendrá que estar muy atento para poder captar las distintas revelaciones. Así que se tendrán que tomar como verdaderos los movimientos del cliente y del terapeuta, y en el caso de plantearse que una persona puede tomar un posición muy reticente a este tipo de metodología, se podría introducir a una tercera persona neutral para que se conecte con los distintos miembros con el objetivo de dar veracidad y corroborar el trabajo que se está realizando. La elección de una técnica u otra dependerá de las características de la persona así como del tipo de problema que se va a resolver: 

Anclajes: Se usan trozos de papel o fieltro con una indicación de cuál es la parte delantera de la persona y se colocan en el espacio-escena. Puede diferenciarse entre cuadrado (hombre) y círculo (mujer) así como tener preparados de distintos colores para jugar con la simbología cromática. Esta metodología será muy útil para personas más kinestésicas las cuales tendrán facilidad para conectarse con el fluir del cuerpo. Por el contrario, no se recomienda con personas que nunca han participado en una constelación puesto que se podrían sentir desbordados con la cantidad de señales recibidas. El constelador le puede pedir que se conecte con uno o varios miembros representados, tomando su posición y con 16

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la ayuda de visualizaciones y frases curativas, ir encontrando la solución. También existe la posibilidad de que sea el constelador quién se coloque en las distintas posiciones y así pueda recibir información adicional. 

Muñecos: Se usan habitualmente los muñecos de playmobil aunque se pueden usar cualquier elemento simbólico: piedras, maderas, personajes, fotografías, etc. Siempre y cuando sean elementos bastante neutros que permitan conectar con las distintas propuestas que se hagan. En este caso también se tendrá en cuenta el tipo de muñeco que se elige para cada representante así como la simbología de los colores. Este tipo de trabajo es muy útil para las personas que se inician en este campo así como para los que puedan tener dificultades a la hora de hacer visualizaciones.



Visualizaciones: El constelador induce a la persona a través del relato a representar, de manera interna, aquello que le propone. Este tipo de técnica, junto con las frases sanadoras, están presentes en las dos metodologías anteriormente descritas ya que es una forma complementaria de desarrollar la acción. Estas son muy versátiles y tienen objetivos distintos en función de cuando se utilice y en función de lo que se esté realizando, así que por ejemplo pueden permitir a la persona que se ponga en situación, o que conecte con otro miembro, o que integre mejor el cambio que se plantea, entre otras. La visualización permitiría de alguna forma compensar la ausencia del grupo en la presentación, lo que en las grupales es más fácil que se dé por el contacto con el otro, en las individuales será necesario preparar al cliente para que se ponga en situación.

A pesar de que se puedan emplear metodologías distintas en el uso de las constelaciones familiares, lo importante es que el objetivo final, en esencia, es el mismo. Así que si la información realmente procede de los campos morfogenéticos, o de la gran alma, igual que pueden acceder los miembros del grupo también podrá acceder el mismo cliente en una sesión individual, siempre y cuando se haya generado el contexto idóneo para superar las resistencias iniciales. El ámbito de actuación de las constelaciones familiares es muy amplio puesto que es un método que puede dar respuesta a multiplicidad de problemas; personales, relacionales, familiares, problemas de pareja, adicciones, enfermedades, trastornos psicológicos, entre muchos otros, vinculados a las implicaciones sistémicas y a los desequilibrios del orden. Además de ser utilizado para tratar los problemas personales del individuo, en la actualidad también se aplica en otros ámbitos como por ejemplo en las organizaciones, en el escolar, para hacer consultorías o supervisiones en equipos, en definitiva, puede ser empleado en cualquier sistema humano. Aunque este método haya recibido duras críticas por el 17

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misticismo que lo envuelve y por las pocas investigaciones científicas realizadas que contrarresten los resultados empíricos, cabe destacar que los resultados suelen ser positivos pues después de la constelación los clientes suelen mejorar su nivel bienestar psicológico principalmente aquellos que en su participación realizaron una demanda más concreta o cuyo punto de partida era un malestar psicológico leve o mediano, según (Alonso, 2005, p.89). Asimismo, vemos que desde su creación ha sido un método que ha tenido mucho éxito y se ha ido extendiendo por todo el mundo, por consiguiente, cada vez son más las personas que se interesan en participar, así como escuelas que ofrecen formación al respecto, o asociaciones que avalan el trabajo terapéutico que se realiza. 3.2 Esculturas familiares “Sin apenas esfuerzo, la escultura nos muestra lo que es”. Da Vinci, L.

La técnica de la escultura familiar tal y como definen López y Población (1991, p.3.) “es la expresión plástica simbólica de la estructura vincular de un sistema, mediante la instrumentalización de los cuerpos de los elementos de dicho sistema”. Lo que permite está técnica es plasmar de forma metafórica las relaciones vinculares de los miembros de la familia de una forma visual, permitiendo que aflore la narrativa del cuerpo y que se juegue con toda la comunicación no verbal: gestos, miradas, proximidad, posiciones, entre otras. Con ello, lo que conseguiremos es que fluya la espontaneidad del momento presente cosa que ayudará a los miembros a conectar con sus esquemas internos y evitará que se generen resistencias o posibles racionalizaciones a la hora de crear la escultura. Es por este motivo que hay que evitar pensar en el modo de constituirla puesto que las personas tendrán que dejarse llevar por lo que les dicta su cuerpo y crearla desde ahí, potenciando así la comunicación expresiva en vez de la discursiva. La instrumentalización del cuerpo abre un sinfín de posibilidades, mas a su vez, también presenta algunas limitaciones que se deberán tener en cuenta a la hora de querer plasmar la imagen interna como si se tratase de una fotografía familiar. En general no se contempla el dinamismo en este tipo de trabajo a no ser que sean pequeños movimientos que no interfieran en la visión global de la escultura, ya que en muchas ocasiones las personas requieren ayudarse del movimiento por no ser capaces de aceptar realmente la colocación resultante y como una forma de divagar y seguir evitando la realidad. Finalmente, la idea es que con solo ver el resultado, todos sean capaces de comprender el mensaje que el escultor quiere transmitir sin la necesidad de tener que ponerle palabras ni explicaciones. Esta técnica habitualmente se desarrolla en el grupo familiar, de manera que un miembro es el encargado de ser el escultor y se responsabiliza de moldear los cuerpos y definir las posiciones del resto hasta lograr la imagen que quiere representar acorde 18

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con su percepción subjetiva sobre las interacciones y las relaciones entre ellos. El escultor es quien deberá liderar el proceso guiando al resto y definiendo exactamente lo que quiere y cómo quiere hacerlo, sin dejarse influenciar ni por los demás participantes ni por el terapeuta. En ese sentido, vemos que la expresión resultante será completamente subjetiva y es por ese motivo que en muchas ocasiones se pide a los distintos miembros que hagan de escultores, sobretodo en la terapia de pareja donde se potencia el papel activo de ambos por igual, y con el objetivo de que puedan salir a la luz las distintas verdades, las diferentes formas en las que cada uno comprende al sistema. Eso ayudará a vislumbrar las partes en común y en divergencia y poder hacer una lectura familiar más sistémica abandonando los posicionamientos lineales y las verdades únicas. Cabe destacar que no es habitual usar esta técnica en una primera sesión ya que por las características que tiene se cree necesario haber establecido una buena alianza terapéutica para que exista la predisposición y la confianza por parte de la familia sobre la figura del terapeuta y sobre el trabajo que se va a realizar. Esto les permitirá rebajar las resistencias y dejarse fluir por esta técnica. La metodología que se sigue responde a los planteamientos del psicodrama donde se estructura la sesión en tres partes diferenciadas: 1. Caldeamiento: Será importante que, antes de llevar a cabo la técnica propiamente, el terapeuta sea capaz de generar el clima idóneo para que esta se pueda dar, en otras palabras, que las personas puedan superar las resistencias e introducirse verdaderamente en la dinámica conectando con su ser interno. Esto permitirá que se dé una mayor espontaneidad a la hora de hacer la dramatización y así se conseguirá que se potencien los canales de comunicación entre los miembros del grupo para que fluya la información a través del cuerpo. El primer paso consiste en explicar a todo el grupo cómo funciona la técnica que se va a desarrollar y qué tendrán que representar. Si bien es cierto que habitualmente se trabaja desde la concepción de la escultura real, es decir, qué le ocurre a la familia en ese momento, existen también otras propuestas muy interesantes que nos pueden ayudar en función de lo que queramos trabajar, como por ejemplo la realización de la escultura del pasado, del futuro, la deseada mostrando las fantasías del escultor, la temida mostrando lo que le da miedo, culpa o insatisfacción, lo que debería ser que remite a las normas, creencias y mitos que rigen la familia, entre otras posibilidades. Cuando el terapeuta plantea esta técnica puede decir directamente quién va a ser el escultor, como por ejemplo empezando por los pacientes identificados como problema, o en el caso de familias con hijos empezar con los niños quienes conectan fácilmente con este tipo de lenguaje simbólico. Asimismo, 19

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en otro tipo de terapias, como las de pareja, es interesante que el terapeuta explique primeramente el ejercicio y luego les ceda la responsabilidad de decidir quién va empezar. Eso nos podría dar información sobre la forma de organizarse, de tomar decisiones, qué posición ocupa cada miembro, entre otras. 2. Dramatización: En esta parte se da la acción propiamente. Se dejará que el escultor sea el protagonista, aunque si se le ve bloqueado o manifiesta verbalmente algunas resistencias, el terapeuta deberá reconducir la situación para que la persona deje de pensar y empiece a hacer desde el cuerpo, apelando a la creatividad y a la espontaneidad que requiere el proceso y ayudándole a que conecte con su mundo emocional. Una vez esté terminada, se dejará un tiempo para que cada miembro pueda interiorizar la imagen creada y conecten con lo que sienten en ese momento preciso, cosa que al mismo tiempo permitirá intensificar el mensaje que está dando la propia escultura. A continuación, normalmente se utiliza la técnica del soliloquio que consiste en que cada miembro del sistema pueda expresar en voz alta todos aquellos pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones que está sintiendo en relación a la escultura. La idea no es que racionalicen todo el discurso para expresárselo al terapeuta sino que puedan sacar lo que se les está moviendo por dentro mediante la palabra. Lo importante es que esto se pueda dar desde la posición ya que los mensajes tendrán mucha más fuerza y estarán más en sintonía con lo que se está viviendo que si se hacen a posteriori cuando ya está desecha la imagen. Además del soliloquio, es habitual que se complemente la representación con otras técnicas que permiten dar una mayor intensidad y/o ampliar nuevas perspectivas dependiendo de cada caso, como por ejemplo: a. Doble: Se trata de que una persona ajena a la escultura (Yo auxiliar: terapeuta, coterapeuta u otros miembros presentes) se puedan poner al costado de uno de los miembros de la familia, y con el debido permiso, pueda expresar y decir lo que cree que la persona en cuestión ha inhibido o bloqueado. b. Espejo: Una persona ajena a la escultura pueda ponerse en la posición de un miembro para que este pueda salir de la acción y asumir el rol de observador externo. Esto le permitirá tomar otra perspectiva más global en relación al conjunto. c. Intercambio de roles: Tal y como indica su nombre la idea es que dos miembros puedan intercambiar su papel para que puedan empatizar con la posición del otro. d. Multiplicación dramática: que todos los miembros puedan hacer su propia escultura y así poder comparar los puntos en común y los divergentes. 20

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e. Pasos entre esculturas: es un tránsito que se da entre dos esculturas ya representadas, por ejemplo, el paso de la escultura real a la deseada. Este proceso lo que nos ayudaría es a vivenciar lo que significaría hacer el cambio. 3. Comentario: Una vez finalizada la acción se va a reservar un espacio para poder comentar lo ocurrido en grupo. Este espacio tiene dos objetivos principales, el primero es ofrecer la posibilidad de compartir lo vivido, que cada persona tenga la oportunidad de expresar qué le ha pasado, cómo se ha sentido, siempre tratando que se habla desde lo sentido y no desde lo analítico. El hecho de poder expresarse en grupo permitirá que cada persona acabe teniendo una comprensión más global de lo sucedido ya que podrá conocer y contrarrestar los distintos puntos de vista. Además, este espacio permite reintegrar al escultor como miembro del grupo aunque se incorpora desde una nueva posición ya que después del trabajo realizado tendrá una nueva experiencia que en cierto modo le habrá permitido, o le permitirá, modificar los patrones interaccionales entre los miembros del grupo. Aunque durante la escultura se dé un espacio de intercambio es necesario reservar este momento para concluir la acción. Es así que, esta técnica resulta muy efectiva cuando el contexto es favorable para trabajar con todos los miembros del sistema familiar ya que los yo auxiliares que utiliza el escultor forman parte del sistema constituido por el grupo natural, es decir, que los miembros que realizan la escultura son los representantes reales del sistema de pertenencia, ya sea en terapia familiar o de pareja. En consecuencia, esto provoca que el insight que se produce al hacer la escultura sea muy intenso pues al estar todos implicados les generará una mayor movilización hacia el cambio familiar. En el caso de la terapia individual, que siguiendo las directrices del psicodrama estaría formada por el individuo junto con el equipo terapéutico, el funcionamiento sería también grupal aunque los yo auxiliares serían personas ajenas al sistema, y por ello, el escultor tendría que elegir de entre los participantes a los representantes de los miembros familiares. Lo que cambiaría en este caso es el efecto que se produce, ya que es diferente el hecho de que sean todos los miembros del sistema los que estén presentes y se vean representados en el conjunto, a que solo se produzca el insight por parte de un solo miembro. Sin embargo, cabe destacar que aunque estas sean las metodologías clásicas de aplicación, con la revisión de la literatura se desvelan otras formas distintas de poder utilizar esta técnica dependiendo también de las posibilidades del contexto terapéutico donde se enmarca. Si bien es cierto que el foco de trabajo es la terapia familiar, también es posible trabajar sistémicamente teniendo presente únicamente a una sola persona a

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terapia, la cual sería denominada según Bustos 14 , terapia bipersonal. En esta modalidad, al estar solamente individuo-terapeuta, cambiarían las posibilidades de representación. Por un lado, existe la propuesta de que la persona haga la escultura de sí misma y sea capaz de incorporar varias perspectivas propias. Estos posicionamientos serían representados uno por uno como si se tratara de personajes distintos, y lo que permitiría es que la persona se diese cuenta de los múltiples puntos de vista que yacen en su interior. Por otro lado también sería posible que la persona visualizará la escultura en el espacio y se fuera introduciendo en el papel de cada miembro representado y así, poder expresar lo que siente en cada uno de los roles. En el caso que se debieran representar a más de cuatro personajes, debido a la complejidad que supone que una sola persona desarrolle todos los roles del grupo, se plantearía un trabajo con elementos del contexto. Eso significa que se recurría a la antropomorfización de objetos tales como muñecos, sillas, papeles, con el fin de que representen a los yo auxiliares necesarios, jugando básicamente con los elementos topográficos, relacionados con la colocación de los elementos en el espacio, y los proxémicos, relacionados con el modo de utilizar en el espacio la proximidad y la distancia entre los cuerpos. Otra forma distinta sería la escultura en espejo desde el terapeuta en la que es el terapeuta quien moldea la escultura con el objetivo de hacerles una devolutiva sobre cómo les ve. Este tipo de trabajo responde a los casos trabajados a lo largo de este curso de máster donde es el terapeuta quien asume el protagonismo expresándoles su punto de vista subjetivo. Aunque algunos autores han descartado esta opción por ser demasiado directiva perdiendo de tal modo la riqueza de la propuesta familiar, cabe señalar que puede ser una modalidad igualmente válida ya que permite que el terapeuta les devuelva lo que está viendo, ya sea para corroborar sus hipótesis o para hacerles una provocación. En ambos casos, se daría el espacio a posteriori para que la familia se movilizara y ofreciera su propia versión, contrarrestando si fuera necesario, la visión expuesta. En esta modalidad también se podría incluir al mismo terapeuta como parte de la escultura si es que el objetivo fuera representar a todo el sistema terapéutico por ejemplo en momentos de crisis donde el terapeuta haya sido triangulizado. Todas estas variaciones lo que nos muestran es la riqueza de esta técnica que permite adaptarse a los distintos casos, en multiplicidad de situaciones y en contextos terapéuticos diferentes. No obstante, cabe destacar que todo lo anteriormente descrito forma parte de la metodología de aplicación pero lo que verdaderamente importa es la finalidad, el para qué estamos aplicándola.

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Bustos, D. (1985). Nuevos rumbos en psicoterapia psicodramática, individual, parejas y grupos en función social. La Plata, Argentina: Editorial Momento.

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En una primera fase de diagnóstico el objetivo sería poder observar las relaciones significativas entre los miembros, cuáles son los roles y cómo se ubica cada miembro en relación al otro. Todo este descubrimiento de la estructura vincular se haría a través de un proceso de comunicación principalmente analógica que permitiría la exploración de los niveles más escondidos del inconsciente pues este tipo de lenguaje no verbal conecta justamente con el lenguaje metafórico cosa que se aleja de las racionalizaciones. Por consiguiente, podemos decir que la técnica tiene la capacidad de sacar a la luz de una forma relativamente fácil lo que por otros caminos requeriría más tiempo y dedicación. También el hecho de hacerlo a través del cuerpo permitiría eliminar las resistencias y las incoherencias que puede haber entre los mensajes, ya que de una forma clara, se desvelaría la causa de las confusiones y de los conflictos existentes en el sistema familiar. Además esto también nos permitiría ubicar el síntoma en su contexto de referencia cosa que le otorgaría el significado que le corresponde transformando la visión lineal causa-efecto, por una explicación causal circular del fenómeno en el que no solo el individuo, sino todo el sistema, estarían inmersos. Esto se vincularía con el concepto que define Andolfi (1991, p.89) como “efecto cohesivo”, el cual explica que el hecho de que estén implicados todos los miembros generaría justamente que los componentes de la familia se vieran como una unidad integrada, entendiendo que los movimientos y acciones de un miembro afectan retroactivamente a todos los demás. Asimismo, en las familias aglutinadas el ejercicio podría tener más bien el efecto contrario, pues les podría ayudar a poner límites entre los distintos miembros entendiendo que cada sujeto es una persona individual aun existiendo una interrelación entre ellos. Este insight emocional que surgiría en todos los miembros formaría parte del primer paso en el que todas las personas participantes se dan cuenta de su situación y esto les permite poner en marcha los mecanismos necesarios para la transformación. También nos podría servir como herramienta para vislumbrar el pronóstico familiar ya que a través de las esculturas de futuro, o desiderativas, se puede valorar cuáles son las expectativas de futuro, los deseos, y hacía donde podría ir la familia. A nivel terapéutico, vemos que es un instrumento de cambio que nos sirve para explorar en el momento presente propuestas alternativas de relación entre los miembros. Esto supone la apertura hacia nuevos caminos con la introducción de las técnicas auxiliares tales como el paso entre esculturas, o la visualización en escenarios futuros. En conclusión, podemos decir que esta técnica genera una fuerte movilización emocional que permite llegar a la catarsis entendida como el proceso de reconstrucción del sistema, cosa que nos remite a la posibilidad de hacer un cambio en la estructura familiar de tipo cualitativo.

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3.3 Puntos en común y divergencias Ambas técnicas parten de un antecedente común como es el psicodrama de Moreno aunque cabe destacar que las constelaciones familiares ha generado, más allá de una técnica, entendida como una metodología específica de trabajo, toda una filosofía y un cuerpo teórico que justifica su aplicabilidad a diferencia de las esculturas. Es por este motivo que vemos que la principal diferencia es que las constelaciones permiten hacer una labor terapéutico completa en el sentido que a través de esta metodología sería posible resolver los problemas que trae la persona a consulta, en una única sesión y sin la presencia de los demás miembros, siempre y cuando los conflictos, tal y como vimos anteriormente, estén relacionados con el restablecimiento del equilibrio de los órdenes del amor. No obstante, a veces el trabajo que requiere la persona es más complejo de manera que la constelación podría usarse solo como una herramienta a desarrollar en el marco de una terapia o supervisión más amplia. En el caso de las esculturas, aun siendo una técnica muy adaptable a los distintos casos y situaciones, no tiene la consistencia para poder realizarla como una terapia única sino que siempre estaría en el marco de un contexto de acción más amplio, como sería también el de una terapia o supervisión. En ese sentido cabe destacar que mientras las constelaciones se suelen convocar como talleres en los que las personas acuden por voluntad propia, sabiendo más o menos en lo que cosiste, con el objetivo de trabajar ciertos aspectos de su vida, en el caso de las esculturas, es una técnica que formará parte de un trabajo más extenso. Esto supone que en sí, la familia pueda estar dispuesta a trabajar pero cuando se le presente una técnica de estas características, se resista a llevarla a cabo por distintas razones. Es por esto, que se aconseja no realizarla en una primera sesión y en general, esperar a que se consolide la alianza entre los miembros del sistema terapéutico para poderla llevar a cabo con éxito. En contraste con lo anterior, cabe señalar que ambas se pueden aplicar tanto en una fase de diagnóstico, la cual permitiría poder recoger información sobre el caso y elaborar las primeras hipótesis relacionales, como también de tratamiento que permitiría abrir nuevas posibilidades para la transformación. La finalidad que tienen es común porque permiten que emerja a la luz cómo es la estructura vincular de la familia para así, posteriormente, reorganizar el sistema. En el caso de las esculturas se reorganiza el sistema estableciendo límites y fronteras entre los subsistemas representados en la acción a partir del cuerpo y de la comunicación no verbal. En el caso de las constelaciones el equilibrio se buscará siguiendo los órdenes del amor y con ello, se conseguirá sanar el problema o el enredo existente. Asimismo, cabe destacar que para que se pueda lograr la solución será necesario analizar la vinculación que tiene el sistema actual con la herencia de la historia familiar, es decir, ver cuál ha sido el legado 24

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que se ha ido transmitiendo de generación en generación. En ese sentido, podríamos decir que mientras que en las esculturas se pone el foco en el momento presente de la familia, como si se tratara de una foto estática de lo que está pasando entre los miembros y, en el caso que se utilicen otras técnicas auxiliares, otra foto estática de lo que podría ser la solución (futuro), en las constelaciones se parte de la foto del momento presente para explicarnos toda una película narrada desde las historias pasadas, pasando por el momento actual y las transacciones que se establecen hasta llegar al final resolutivo del film. En relación a la metodología propiamente, cabe destacar que en ambos casos se desarrolla el trabajo en grupo; en el caso de las constelaciones suelen ser otras personas desconocidas las que participan en el taller, y en el caso de las esculturas los yo auxiliares suelen ser los propios miembros de la familia. El hecho de que se realice en grupo permite que se creen unas interrelaciones distintas que cuando se realiza el trabajo individual como serían la información que aportan los otros, el refuerzo y el apoyo que ofrecen. No obstante, cabe destacar que en ambos casos existe la posibilidad de llevar en esencia la misma labor desde la perspectiva individual haciendo uso de materiales variados que representarían simbólicamente los elementos del sistema tales como los muñecos, sillas, trozos de papel, cojines, entre muchas otras posibilidades. En ese sentido, siempre hay un miembro del grupo que toma el papel protagonista siendo el que constela, o esculpe, al resto de personas en el espacio-escena. Por un lado, esta persona toma un papel activo ya que es quien inicialmente guía la acción, y por el otro, también se sitúa como un observador externo de la escena que crea. Por consiguiente, podemos determinar que esta persona será emisora y al mismo tiempo, receptora del mensaje comunicativo que se da en la acción. El tipo de lenguaje utilizado en ambos procederes es el metafórico predominando básicamente el uso de la comunicación analógica con el simbolismo y las posibilidades que emergen del cuerpo. Asimismo, cabe destacar que la acción se complementa con la comunicación digital ya que existen momentos en los que las personas tiene la oportunidad de expresarse con palabras, pero no como herramienta principal sino de forma complementaria. En el inicio del proceso se destaca la importancia de caldear el ambiente como un proceso en el que se explica a todos los participantes la metodología que se va a seguir y se define el tipo de trabajo que se realizará. En el caso de las constelaciones la persona se propone voluntariamente y explica, en pocas frases, cuál es el problema que quiere abordar. En el caso de las esculturas, puede que sea el terapeuta quién elija al escultor o en caso contrario, serán los miembros del sistema quienes lo decidan. El terapeuta será en ambos casos quien defina el trabajo que se va a hacer, qué se constelará, qué personajes tendrán que salir en la acción, o bien, qué tipo de escultura 25

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se realizará. Cabe destacar que será su responsabilidad el hacer que todas las personas conecten con la metodología propuesta, de manera que aunque en unos casos haya mayor voluntariedad y aceptación y en otros, mayor reticencias, el terapeuta tendrá que saber lidiar con las expectativas, los miedos, las resistencias, con el objetivo de que todos los participantes colaboren y pueda finalmente realizarse una presentación creativa y espontánea. En un segundo momento, entrando en la acción propiamente, vemos que se asemejan mucho ambas técnicas, y justamente por eso, se podrían confundir. En ambos casos hay una persona protagonista que será quien coloca a cada miembro del sistema familiar, o en su defecto a los representes, en las posiciones que considere idóneas para expresar su propio sistema escena-interno. A partir de la imagen creada se podrán emplear otras técnicas auxiliares que permitirán darle mayor intensidad al mensaje, o explorar nuevas opciones, que en definitiva potenciarán la técnica principal. En las constelaciones familiares se suelen usar las frases sanadoras que ayudarían a reordenar los flujos del amor y en las esculturas se ayudan de otras técnicas del psicodrama tales como el cambio de roles, doble, espejo, entre otras. Como técnicas comunes podríamos destacar el soliloquio que consiste en que los miembros puedan expresar oralmente cómo se sienten en la posición así como también la denominada paso entre esculturas, que en dicha técnica permitiría pasar de una real hacia una futura o deseada y en el caso de las constelaciones permitiría pasar de la imagen propuesta hacia una imagen solución. La idea es que a través de la acción las personas puedan llegar a la catarsis que les permita tomar consciencia de la situación en la que se encuentran y así poder transformarse. Para concluir la acción, en el trabajo de las esculturas se suele cerrar la sesión con un comentario final de los miembros participantes los cuales expresan cómo se han sentido a lo largo del proceso y a la vez, se dan cuenta de los posicionamientos del resto de las personas. En cambio, en las sesiones de constelaciones se suele requerir la finalización de la sesión desde el silencio con la imagen solución, con el objetivo de que la persona que constela pueda grabarla y conectar con la información que está recibiendo. Es más, en estas presentaciones se suele pedir que no se hagan posteriormente comentarios sobre lo sucedido entre los participantes ni siquiera cerrada la sesión con personas ajenas, con la intención de que no se resinifique ni se racionalice la experiencia.

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4. PAPEL DEL TERAPEUTA “Es evidente que no es posible despertar a otros si tú mismo aún estás dormido. De modo que la primera tarea del despertador es despertar y mantenerse despierto. Un despertador despierta a otros a través de su propia integridad". Dilts, R. (2016)

El rol que deberá llevar a cabo la persona que guía la intervención será muy similar tanto si se aplica una técnica u otra pues las dos nacen de una misma perspectiva. Asimismo diferirán en algunos aspectos más propios de la metodología de acción que no del papel del terapeuta. En las constelaciones familiares cabe destacar que para empezar no se usa el término de terapeuta pues se cree que tiene una connotación directiva y que sería visto como alguien superior que tiene el conocimiento, por ese motivo la nomenclatura utilizada es la de constelador (Hellinger, 2014, p.184). En este tipo de presentaciones el constelador deja el espacio para que emerjan los movimientos del alma a través de los representantes y él se mantiene en sintonía con el orden superior que permitirá orientarles hacia la solución. Al inicio tiene que saber generar el espacio idóneo para que se pueda dar la constelación así que tendrá caldear el ambiente ayudando al cliente a definir bien el tema y hacerle una propuesta de los representantes que saldrán a la escena. A partir de ese momento, es el cliente quien toma parte activa haciendo la constelación y después serán los representantes quienes, con la ayuda del constelador, irán sacando a la luz todo aquello que sea necesario para resolver los conflictos. Eso convierte que cada presentación sea completamente distinta y es justamente por eso que el constelador tendrá que saber fluir en cada caso trabajándolo en el presente espontánea y creativamente sin tener ningún plan preconcebido y sin querer imponer su propia visión a la que traen las personas. En las técnicas activas el protagonismo lo tienen los participantes ya que son ellos los que desarrollan la acción así que el constelador tiene un papel de guía ya que conduce la sesión con las intervenciones necesarias. Para ello, deberá tener unas buenas habilidades comunicativas que le permitan saber escuchar al otro, evitar los juicios, mantenerse neutral, saber observar, ser intuitivo, entre otras. Uno de los aspectos más relevantes es que es imprescindible que el constelador tenga la madurez suficiente en el sentido de que haya sido capaz de trabajarse a sí mismo y haya sabido asentir a sus propios padres y a su sistema, puesto que en ese sentido, no se puede dar lo que no se tiene y para poder ayudar a los otros a reconciliarse con su vida será necesario haberlo sabido hacer uno consigo mismo. Es por este motivo que en las formaciones para ser constelador, además de la parte teórica existe también una parte práctica en la que se participa activamente en los distintos roles: cliente, constelador, representantes, con el objetivo de poder trabajar las propias resonancias personales para así no dejar que interfieran en el trabajo que se hará con los otros. 27

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En el caso de las esculturas familiares el rol del terapeuta será muy similar al anteriormente descrito puesto que también será un facilitador de la acción. En este caso, se crea un sistema terapéutico entre terapeuta, quien será también co-actor del proceso, junto con el paciente quien tomará el protagonismo principalmente en la acción. Sin embargo, el terapeuta igual que en las constelaciones, tendrá que asumir su responsabilidad de saber caldear bien la sesión, creando el espacio y generando un bien clima, para que las personas estén motivadas, se conecten con su propia esencia y así fluyan los mensajes a través del cuerpo. En ese sentido la facilitación tiene relación con el saber apoyar al otro siendo comprensivo con lo que nos muestra siempre respetando la autoría del paciente y aceptando las interpretaciones personales y subjetivas, Hay que evitar la manipulación y las interpretaciones propias ya que no tenemos que querer imponer nuestra visión como la válida pues es solo una opinión más y no tiene porqué ser la acertada. Al final, cada familia tiene disponible sus propios recursos que le permitirán encontrar la solución, así que el terapeuta tendrá que facilitar para que la familia acuda a su propio encuentro, se desestructure y se vuelva a reconstruir con unas dinámicas más funcionales para todos. Así que a lo largo del proceso paciente y terapeuta son coexperimentadores de la realidad vivida y construida en la acción, y ambos hacen sus propios aprendizajes de lo ocurrido. Eso nos remite a la idea de que no hay un modelo a seguir sino que será en función de cada caso y cada situación que se desarrollará la técnica de una forma u otra, utilizando unas técnicas auxiliares u otras. Lo importante será que el terapeuta sepa ser espontaneo y promueva que los demás también lo sean para que la información emerja fluidamente respetando los tiempos de cada persona. En definitiva, podemos ver que el rol de facilitador es común en ambas propuestas pues se entiende que es el cliente quien toma parte activa en el proceso para encontrar la resolución adecuada. De manera que no estamos hablando de técnicas directivas en la que el terapeuta tiene la solución y se sitúa en una posición jerárquica superior, sino junto al contrario, una relación de igual a igual en la que deberá acompañar al cliente en su propia búsqueda y resolución. Así que en ambos casos el papel del terapeuta será importante en el sentido de que debe ser una persona capaz de sostener lo que las personas tengan que sacar, y es por ese motivo, que se destaca la importancia de que haya habido un trabajo previo de autoconocimiento personal que le permita poder hacer un trabajo más neutral evitando las proyecciones inconscientes. La herramienta más importante del terapeuta es sí mismo por eso tendrá que ser una persona que haya trabajado sus potenciales y sepa compensar sus limitaciones para realmente poder acompañar al otro en su propia búsqueda.

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5. CONCLUSIONES FINALES A la hora de llevar a cabo esta investigación la finalidad era poder dar a conocer estas técnicas activas desde la trascendencia y la aplicabilidad que pueden tener tanto en espacios de terapia familiar sistémica como en otros ámbitos de actuación, pues la flexibilidad que demuestran permite que sean fácilmente adaptables en función de cada caso y contexto. Al inicio de este proyecto se marcaron cuatro objetivos principales que guiaron todo el estudio que se ha realizado. Los dos primeros guardan una estrecha relación entre si puesto que mientras el primero era analizar en profundidad las dos técnicas; desde las fundamentaciones teóricas en las que se basan hasta el desarrollo propiamente de las técnicas el segundo estaba orientado a comparar ambas técnicas para descubrir los puntos en común y los puntos de divergencia. Para lograr ambos objetivos se ha hecho en primer lugar una búsqueda documental que ha permitido hacer el estudio exhaustivo de ambas técnicas, desde sus orígenes hasta su desarrollo metodológico, dividiendo así el trabajo escrito en dos bloques. En la primera parte, que correspondería a la conceptualización teórica, se ha indagado sobre los orígenes comunes y los fundamentos propios de cada técnica. Lo que se ha descubierto es que ambas nacen del psicodrama de Moreno caracterizándolas así como técnicas activas, en la que las personas participantes toman el protagonismo en la acción a desarrollar a través de las metáforas corpóreas. Es la totalidad de la comunicación, tanto la analógica como la verbal, así como el uso de la metáfora como elemento que conecta con el inconsciente, junto con la narrativa corporal, lo que hacen que sean dos recursos muy potentes para expresar justamente todo aquello que las palabras no pueden decir. Estas técnicas tienen un proceder fenomenológico y se enmarcan dentro de la perspectiva sistémica, pues se entiende que el individuo está interconectado con los miembros de su sistema en una continua interacción. Eso hace que aunque los problemas aparentemente sean individuales, el foco está puesto en el trabajo en grupo ya que será necesario comprender las relaciones que se establecen entre los miembros para poder resolver los conflictos existentes. Cabe destacar que los objetivos que persiguen son muy similares ya que se basan en el orden y la reubicación de cada miembro dentro del sistema. En la segunda parte, que correspondería a la conceptualización metodológica, se ha explorado la puesta en escena- acción de ambos recursos. Aun reconociendo que tienen dos procederes distintos se han observado muchos puntos comunes pues la finalidad de ambas técnicas es sacar a la luz la red vincular del individuo con el objetivo de poder reorganizarlo. Estos recursos se podrán emplear tanto en una primera fase de diagnóstico como de tratamiento, y también se podrán hacer a nivel grupal como individual. No obstante, es necesario señalar que mientras que la escultura es una 29

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técnica que permite trabajar específicamente las relaciones entre los miembros otorgándole un significado contextual al síntoma, las constelaciones se han desarrollado como un método mucho más amplio el cual nos permite trabajar otros conflictos o enredos que tienen un origen en las relaciones familiares a nivel intergeneracional. Esto es que mientras que las constelaciones permiten abordar multiplicidad de problemas y conflictos que están vinculados al sistema familiar (abusos, enfermedades, muertes, abortos…) las esculturas sirven para trabajar únicamente los aspectos vinculados a la relaciones ya sean familiares, de pareja, de grupos y/o organizacionales. En ambos casos, el protagonista es quien guía la acción y coloca y esculpe al resto de miembros representantes, ya sea la propia familia, otras personas u bien objetos antropomorfos, con el objetivo de expresar la imagen interna que tiene sobre lo que les pasa. Después de un primer caldeamiento necesario para contextualizar el trabajo que se va a realizar, explicando bien la dinámica y definiendo; el tema, los representantes, el objetivo, y el proceder, se realiza propiamente la acción espontánea y creativamente. Es en ese proceso que se van introduciendo múltiples técnicas auxiliares que permiten darle mayor intensidad al mensaje que quiere ser expresado como por ejemplo el soliloquio, las frases sanadoras, el intercambio de roles, entre muchas otras. El hecho de conocerlas nos permitirá poderlas introducir independientemente de la presentación que estemos llevando a cabo si es que consideramos oportuna su realización. Al final, se suele cerrar la sesión con una imagen solución que permite darle una mirada capacitadora a la persona promoviendo así la transformación del ser. Esto será posible por un lado porque si cambia uno cambia todo el sistema, por el principio de circularidad, pero al mismo tiempo cambiará gracias a los saltos cuánticos que permiten transferir la información a través de los campos morfogenéticos. El tercer objetivo era reflexionar sobre el papel que juega el terapeuta para poder ver que actitudes, habilidades, conocimientos, tenía que tener para poder guiar la acción. En este punto creo que lo más relevante ha sido descubrir que el rol que deberá jugar el terapeuta, o constelador, mantiene una estrecha relación con lo que es un terapeuta familiar sistémico. El papel de facilitar es el que permitirá posicionarnos al servicio de la familia, esto es, saberla escuchar abiertamente, comprender y reconocer su sistema y los conflictos que trae en sesión, para poder acompañarles a buscar su propia solución. En ese sentido el terapeuta tiene que saber dinamizar bien las técnicas para que la familia entre en ellas, rompa con las resistencias, y se genere el espacio idóneo para que la comunicación sea fluida y eso permita que encuentren ellos mismos la solución, porque tal y como explica Ausloos (1998, p.39) “Las familias poseen las competencias necesarias para efectuar los cambios que necesitan a condición de que se les deje experimentar sus autosoluciones” y la función del terapeuta es la de activar 30

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esos procesos que las autoricen. Para que todo esto sea posible se ve la necesidad de que el terapeuta sea una persona íntegra en el sentido de que tenga un alto grado de consciencia de sí mismo, y haya podido trabajar su propia historia para evitar las proyecciones inconscientes, pues no se puede dar lo que uno no tiene. El último objetivo tenía la ambición de poder trascender las metodologías clásicas de aplicación para extender sus usos en la terapia. La idea era que después de hacer todo el análisis comparativo de ambas técnicas se pudiera inferir la esencia que nos aportan para poderlas aplicar en distintos contextos. En definitiva, creo que a lo largo de esta investigación se ha profundizado en las técnicas así como en las variaciones que existen dándole especial énfasis a la capacidad de flexibilidad y adaptación que pueden tener. Hemos podido corroborar, tanto a nivel teórico como en la práctica, que no es necesario seguir estrictamente paso por paso ambas técnicas para que salga un resultado final exitoso sino que como futuros terapeutas deberemos aprender a fluir en las sesiones y ver cómo podemos adaptar la metodología para que encaje en la situación terapéutica en la que nos encontremos, ya sea en un contexto individual, terapéutico, grupal, familiar, organizacional, de supervisión, educativo, etc. En ese sentido, sería interesante para una futura investigación, después de validar todo el presente trabajo teórico, poder hacer varios estudios de caso en profundidad donde se planteen las técnicas en situaciones muy diversas y así tratar de inferir la esencia que traen consigo. Eso permitiría poder verificar de forma práctica, rigurosa y científica todo lo que se ha ido planteando en este estudio, y así ver en la praxis las posibilidades y las limitaciones con las que se encuentran en la realidad. Sabemos que estas dos técnicas son muy válidas porque permiten trabajar la reordenación y los distintos enredos familiares desde la acción pero está claro que no nos servirán para todo lo que queramos trabajar así que deberemos estar atentos sobre lo que necesitan las personas y/o las familias y qué podemos hacer nosotros para activar sus propios recursos. Así que para ser unos buenos profesionales creo que será importante nutrirse de distintas corrientes y técnicas para que al final uno disponga de múltiples recursos que le permitan abordar los casos y las situaciones in situ, es decir, en el proceso en el que se encuentre de una forma original y única. No obstante, tal y como ya explicaba Minuchin, solo alguien que ha dominado la técnica y ha conseguido olvidarla después puede llegar a ser un terapeuta competente (2010, p. 15).

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